Egipto, Túnez, Algeria, Libia, Marruecos, aquí... " DERRIBEMOS

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Egipto, Túnez, Algeria, Libia, Marruecos, aquí... "
DERRIBEMOS TODAS LAS DICTADURAS
EDITORIAL DEL PERÍODICO EN LUCHA
Las revueltas en el mundo árabe han irrumpido como tormentas eléctricas en una región donde por
mucho tiempo el cambio se consideró imposible y a su gente incapaz de defenderse. La idea de que
las revoluciones son simplemente cosa de la historia se revela como un mito, como explicamos en
las páginas centrales de este periódico. La chispa de la revolución se encendió en Túnez, para más
tarde alcanzar Egipto y ahora sigue extendiéndose por Libia, Algeria, Yemen, Barein, etc.
Todo es posible, ahora que se ha despertado la clase trabajadora árabe. “Tenemos que derribar
todas las dictaduras”, son las palabras de muchos activistas árabes. “Tenemos que apoyar a
nuestros hermanos y hermanas que luchan en todas partes”. La lucha y la solidaridad de clase van
de la mano. Túnez, Egipto, Algeria, Libia, Yemen… en todos los casos, las masas se han unido en
torno a demandas comunes: puestos de trabajo, pan, libertad, democracia y el fin de la corrupción.
Mientras contemplamos con expectación la evolución de las revueltas en el mundo árabe, en Europa
no hemos logrado hasta la fecha detener las políticas de austeridad de los diferentes gobiernos. Y no
es que aquí no haya movimientos potentes; Grecia, Francia o Italia dan cuenta de ello.
¿Qué pasa, entonces? ¿Es que los gobiernos europeos son demasiado fuertes? ¿O es que los
movimientos en Europa son demasiado débiles? Sin duda, pero también lo eran en muchos países
de la región árabe.
Las presiones a las que los mercados financieros están sometiendo a los líderes europeos
son cada vez mayores. A esto se añade la subida del precio del petróleo, provocando mayores
problemas de déficit y de inflación en varios países.
En Grecia y Portugal se especula con la posibilidad de quiebra de esas economías. Como respuesta,
los diferentes gobiernos están aplicando recortes sociales cada vez más duros. El PSOE de Zapatero
y Rubalcaba nos hunde a los y las trabajadoras en una cada vez mayor desprotección y
precariedad laboral con la nueva Reforma laboral, nos hipoteca la jubilación con la Reforma de las
pensiones. En Catalunya, el Gobierno de CiU está aplicando unos recortes en sanidad y educación
sin precedentes. Y así suma y sigue, mientras nos intentan convencer de que no hay alternativa a lo
que impone la ‘troika’ de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario
Internacional. Estos son los tres pesos pesados de la estructura capitalista, que por medio de su
influencia obligan a los gobiernos pequeños a “mantenerse firmes”. La presión social desde abajo ha
de ser necesariamente muy fuerte para lograr hacer virar a estos gobiernos.
Ahora, el foco de atención es Libia. Allí, la rebelión popular está comprometida en una lucha
desesperada para derrocar a Muammar Gaddafi, el tirano que ha sido tachado por las potencias
occidentales como “perro loco” o “gran amigo” según las conveniencias.
Libia, como antes Egipto o Túnez, nos muestra al desnudo los intereses imperialistas y
geoestratégicos de EEUU y la UE en la región. Las potencias occidentales han apoyado y fomentado
durante décadas regímenes autoritarios en los países árabes como forma de dominación de sus
poblaciones, mercados y recursos naturales. Ahora vemos claramente que las diferencias en
desarrollo y libertades entre los países árabes y los del bloque occidental no tienen absolutamente
nada que ver con diferencias culturales irreconciliables, sino con un dominio imperialista del segundo
que condena a los primeros a la miseria en todos los sentidos.
Las revoluciones árabes nos muestran que los intereses de los y las trabajadoras árabes son los
mismos que los de la clase trabajadora europea o norteamericana: ganar libertad y calidad de vida
frente al dominio de una clase dirigente que también comparte intereses a escala internacional.
El mantra del supuesto “choque de civilizaciones” ha desaparecido en unas pocas semanas de
movilizaciones masivas en Túnez y Egipto para dejar al descubierto la dinámica social que realmente
explica la geoestrategia internacional y el avance de una historia más viva que nunca: la lucha de
clases entre los explotados y los explotadores, entre los oprimidos y los opresores, tanto dentro de
los estados como a escala planetaria expresada en la dominación imperialista y sus resistencias.
Ahora que los pueblos árabes están dando lecciones de democracia y avances sociales,
aprendamos de ellos. Frente a la falacia del “choque de civilizaciones”, construyamos un gran
choque de clases que nos libere del capitalismo neoliberal que arruina nuestras vidas al sur y al norte
del Mediterráneo.
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