Cuenta tu historia - Paredes - Ministry Council of the Cumberland

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Cuenta tu historia - Paredes
Hechos 4:20 (NVI)
Recientemente descubrí a mi hija de ocho años, Breanna, y a mi hijo
de seis años y medio, Dillon, haciendo algo que yo mismo solía hacer
con mucha alegría. Estaban colocando paredes temporales alrededor
de sus camas para formar un escondite. Las paredes eran para que los
«malos» no entraran y ellos pudieran estar seguros adentro.
La construcción de paredes parece ser una actividad que continúa incluso en la edad adulta. Tal vez las
paredes que construyen los adultos no sean iguales a las de mis hijos. Más bien, las paredes que
levantan son internas. Como seres humanos que somos, tenemos la tendencia a rodearnos de paredes:
paredes que previenen que sorpresas incómodas lleguen a nuestras vidas. Por ser criaturas de hábito,
cualquier cosa que entorpezca nuestro patrón regular de vida se considera peligroso… como los
«malos» que mis hijos trataban de mantener afuera.
Como he sido cristiano más de la mitad de mi vida (tengo 44), con la ayuda del Espíritu veo que he
levantado muchas paredes a mi alrededor tratando de que mi vida sea lo más cómoda posible. Durante
los primeros quince años de mi vida «de iglesia», «actué» con base en lo que otros hacían. Los años de
universidad fueron fantásticos planificando actividades divertidas y sensacionales para nuestro grupo
universitario. Aunque fuimos un grupo muy unido, el grupo casi nunca creció.
Afortunadamente y a pesar de mis esfuerzos para fortificar mis paredes de «comodidad», el Espíritu
Santo está derribando constantemente esa pared… ladrillo a ladrillo. Hace poco, el Espíritu me recordó
algo que Dios me había mostrado en 2004. Ese verano Dios me bendijo con la oportunidad de dirigir un
grupo de jóvenes en un viaje misionero a corto plazo con Juventud con una Misión (JUCUM). Durante
una noche de capacitación, JUCUM hizo una presentación sobre la crisis de agua en el mundo. En ese
momento no tenía ninguna relación con el tema y no volví a pensar en la presentación.
Al cabo de siete años, en octubre de 2011, tenía que planificar una fiestecita de «bienvenida» para
nuestro tercer hijo, Donovan. Mi esposa y yo comenzamos a preparar la invitación… y llegamos a la
parte de la lista de regalos. Fue entonces cuando sentí que el Espíritu Santo me hablaba y me decía que
no necesitábamos más artículos para bebé en la casa. Todavía teníamos muchos de nuestros dos
primeros hijos. Así que… ¿qué íbamos a poner en la lista de posibles regalos? El Espíritu me recordó la
presentación sobre la crisis de agua. En las dos semanas siguientes me dediqué a investigar en todas
partes para enterarme de todo lo relacionado con esa crisis mundial. Les pregunté a mis amigos qué
sabían al respecto. Un amigo me dijo que conocía a alguien que participaba en una organización que
perforaba pozos de agua para los necesitados. Una cosa llevó a la otra… y pronto estaba tratando de
decidir para cuál de los dos tipos de pozos debía recaudar fondos: un pozo llano que costaba US$5.000
para dar servicio a quinientas personas al día, O un pozo perforado a profundidad por US$15.000 que
supliría agua potable para hasta mil personas al día y duraría cuarenta Años. Dios me ha mostrado
repetidamente que él puede proveer cualquier cosa que es de él, incluso este proyecto de agua potable.
Mi Dios es un Dios grande… así que escogimos recaudar para el pozo de US$15.000.
Fijamos la Navidad siguiente como fecha ambiciosa para recaudar esa suma. Teníamos catorce meses
para recolectar una gran suma de dinero…pero estaba convencido de que Dios podía hacerlo. Sin
embargo, sinceramente, hubo momentos en los que pensé en que no llegaríamos a esa suma en esa
Navidad. Y para rematar, no tenía experiencia para levantar fondos para una causa o proyecto. Pedirle
dinero a la gente en momentos en que la economía todavía está recuperándose parece un gran obstáculo.
Cuenta tu historia
2013-2014
Tras bambalinas, no obstante, Dios ya estaba enviando socios para el proyecto. Hice una presentación
sobre agua a los niños en el culto infantil del domingo. No tenían mucho para dar. Sin embargo, a la
semana siguiente, los niños ofrecieron una cantidad que nunca me hubiera imaginado. Para la fiesta de
Donovan, pedimos a la familia y a los amigos que dieran para el pozo en vez de traer regalos ¡Y ASÍ
LO HICIERON! El siguiente verano, la Escuela Bíblica de Vacaciones de nuestra iglesia adoptó el
proyecto de agua como proyecto misionero… y fue una buena suma de dinero. Una semana después,
conduje un viaje misionero corto a otra iglesia Cumberland en Broken Bow, Oklahoma. Dirigimos un
programa de EBV y tuve la oportunidad de hacer una presentación sobre la crisis de agua. Los
miembros de la Capilla McGee no tenían muchos recursos financieros, pero de nuevo, Dios le habló a
su pueblo y otra buena cantidad se recaudó. La hija de una de las líderes entregó el cambio que había
ahorrado en una botella de agua. Dio todos sus ahorros sin que sus padres la hubieran «animado» a
hacerlo. Ya en mi iglesia, otros amigos comenzaron a darle alas al proyecto y donaron sin que se les
instara. Al usar las redes sociales como Facebook, la noticia acerca del proyecto llegó a las masas.
Recibí donaciones de varios amigos de otras iglesias, amigos de Facebook, sin que se las pidiera
personalmente. Algunos amigos trabajan en grandes empresas y esas empresas igualaron las
donaciones de mis amigos, ¡centavo a centavo!
Al acercarse la Navidad y la fecha límite, todavía faltaban varios miles de dólares. Parte de mí decía que
estaba bien si no llegábamos a la meta el día de Navidad. No importaba si se lograba tiempo después.
Pero otra parte de mí decía: «Dios comenzó esto y lo terminará a tiempo. Si la Navidad es el día que él
quiere para que la meta se cumpla, así será». Poco después del día de Acción de Gracias, un amigo que
había estado siguiendo el proyecto dio cerca de mil dólares, y eso lo puso a escasos mil. Lento, pero
seguro, el dinero fue llegando casi al final… cien dólares aquí, cincuenta por allá, y setenta y cinco acá.
Llegó dinero incluso de personas que ni siquiera conocía (habían oído de boca de amigos míos). La
semana antes de Navidad, se necesitaban varios cientos de dólares. En la Nochebuena, el cheque que
completó la recaudación llegó a la cuenta.
Dios completó algo a lo que yo le había levantado paredes e hice lo mejor para no prestarle atención.
Ahora, la búsqueda de un sitio para el pozo de agua se concentra en algún de África. Cuando se localice
y se perfore el pozo, habrá provisión de agua potable para toda la vida para una comunidad de mil
personas, todo en el nombre de Dios.
Oración:
Querido Dios, gracias por ser tan bondadoso y paciente conmigo. Perdóname por las veces en que he
preferido tomar la ruta fácil de la pereza o la comodidad. Gracias por derrumbar las paredes que yo
levanto para evitar tantas oportunidades maravillosas que tú me presentas y que parecen imposible
según mi propia lógica y sentido común. Por tu poder, TODAS las cosas son verdaderamente posibles.
Amén.
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Dominic Lau es miembro de la Primera Iglesia CP China de San Francisco, CA. Él y su esposa Brenda,
son los orgullosos padres de Breanna, Dillon y Donovan. Dominic fue recientemente elegido miembro
del Equipo Ministerial de Misiones.
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