1 Luz María Jiménez Faro Poemas AMANTE Amante, no pretendas mi cuerpo dibujado, mira como en la arena se deshacen las formas, coge sólo los besos que estallan en las olas, Ahorca en mi garganta las palabras que flotan. Amante, no me busques dormida entre las conchas. Brillaré entre los peces, y sus abiertas bocas Repetirán tu nombre. Y el mar estará lleno de ensangrentadas rosas. Amante, no me busques dormida entre las conchas. Atada a tu tristeza, sólo seremos sombra. Yo te conozco, es cierto: tus manos me deshojan y atónitas galernas de tu saliva soplan En la onda caliente de mi desnuda costa. Amante, no me busques dormida entre las conchas. (Del poemario: Sé que vivo) Luz María Jiménez Faro Poemas 2 Luz María Jiménez Faro Poemas STELLA MATUTINA No te desciña el alba tu lindero madrugado de noche, porque en las horas pálidas y en las nocturnas horas, desnuda para el extenso gozo de mirarte, navegaran tu cuerpo asombradas luciérnagas. El cálido universo de tu mundo -transgredido de sol y errada lunaha de ser la promesa de luz no fugitiva que atraviese la sombra. El amor no se aloje difuminado y triste en la penumbra, porque se corre el riesgo de que se vuelva opaco y silencioso. Aprende a estar calladamente sola y conduzcan a ti, que en luz te otorgas, las distintas estelas de tu boca. (Del poemario: Letanía doméstica para mujeres enamoradas) Luz María Jiménez Faro Poemas 3 Luz María Jiménez Faro Poemas Se vive solamente una vez: hay que aprender a querer y a vivir... hay que saber que la vida se aleja y nos deja llorando quimeras. De este talado tránsito del que nunca podrás volver sobre tus huellas, lo verdaderamente útil es el tiempo. Tal vez nunca ha tenido buena prensa por aquello de desgastar la piel y restar a los cuerpos el sabor de las frutas, la miel y la armonía. Tal vez sea posible que con las prisas llenándonos de acíbar olvidamos invitarle a café y darle ánimos porque es de uso común y no cotiza en bolsa. Si lo aceptas, y le hablas de ti, porque es tu sed su sed escribís juntos ese diario íntimo que no es cadena sino ruta de la memoria adentro y no le humillas, ni le deshabitas. Pagará con largueza cuanto ansíes. Yo ya le abrí la puerta de mi casa y le ofrecí la mecedora de mi madre. (Del poemario: Bolero) Luz María Jiménez Faro Poemas 4 Luz María Jiménez Faro Poemas ÁNGELES SIN ALAS Hay pensamientos locos que habitan la memoria, y ausente de memoria un viejo tiempo loco. Hay amores que vuelven a la memoria rotos, y un tiempo de memoria tenaz y duradero. Lo inmediato se pierde, se archiva en la memoria. Tras la memoria vive aquello que se olvida, y malgastan algunos sus memorias de humo, Nombres en la memoria quedan desdibujados, y un solo nombre puede cubrir una memoria. Fugaz, como una rosa, la memoria sucumbe, y es sólo la memoria lo que nos sobrevive. Imágenes lumínicas se encienden, se agigantan sobre la fértil gleba de un predio de memorias. Y en la memoria crece un campo de exterminio por cada humano error, por cada desengaño. Memoria en la palabra es el verso que escribo. Y escribo sobre el agua que inunda la memoria en este río-vida que nos lleva al olvido. Tras las memorias muertas hay ángeles sin alas que jamás lograrán su asunción a los cielos. (Del poemario: Amados ángeles) Luz María Jiménez Faro Poemas 5 Luz María Jiménez Faro Poemas ARCÁNGEL RAZIEL Se congregan en ti todas las claves del Universo, todos los misterios... En tu libro pusiste por escrito todo el saber del cielo y de la tierra. Su código concreto jamás descifrarán ni las mas altas jerarquías celestiales. No sirven ni plegarias ni conjuros y sólo la fe salva tantos interrogantes. Tal vez si en sueños tú vinieras de tu sacro mutismo arrepentido, revelarme podrías el secreto de la fugaz belleza de las rosas. (Del poemario: Amados ángeles) Luz María Jiménez Faro Poemas 6 Luz María Jiménez Faro Poemas ÁNGEL DE LA POESÍA Porque respiro el aire que respiras. Porque percibo tu vagar intenso. Porque escindes de lo vulgar mi alma. Porque me acercas a tu sacro fuego. Porque eres vuelo y nadie te retiene. Porque en diálogos de luz me cantas. Porque en tu ausencia todo es como nada. Porque desbordas de emoción mis ansias. Porque te busco y no te hallo nunca. Porque te hallo sin buscarte siempre. Porque suave rezo una oración contigo. Porque grito en tu voz cuanto me duele. Porque en la soledad estás. Y en el silencio. Porque en tu vino bulle la alegría. Porque pródigo estás en el que amo. Porque inestable eres, pero puro. Porque en tus alas vibran los otoños. Porque ves tantas cosas que no existen. Porque naces y mueres en la rosa. Porque meces la palabra en ritmo. Por que la muerte de tu mano es bella… Hálleme la muerte respirando el aire iluminado que respiras. (Del poemario: Amados ángeles) Luz María Jiménez Faro Poemas 7 Luz María Jiménez Faro Poemas MUJER SIN ALCUZA La mujer deja la alcuza sobre su soledad. Observa La ciudad nocturna con sus negras pupilas Donde habitan, furiosos, sólo pájaros ciegos. Mira las luces de neón, su colorido de acompasado parpadeo y respira el turbio aroma de las calles flageladas de lluvia. La mujer ha doblado su chal. De pie, junto al espejo se coloca su nuevo vestuario de colores. Con sus manos espectrales pone flores y plumas en su triste cabeza carcomida de horas. Lentamente, en su rito, completa su disfraz con guantes y zapatos de Dra.-queen. No oye, no habla, no se ríe. Desprende un viento frío de orfandades y un hálito de flores derrotadas. Esta mujer, viajera de lo inmóvil, Jamás descansa en estación alguna. Puede tardar, más llega a su destino, a su espacio de tránsito, puntual y sedienta. La mujer prepara su maleta: para este nuevo viaje nada puede olvidar. Como joyas maléficas va guardando cuidadosamente, la coca, el éxtasis, el sida, la heroína. Un nuevo álbum de fotos y una lista. Esta mujer de paso leve y actitud sombría irá hacia la noche y entre una multitud ebria de luces y de sombras, ebria de música, cumplirá cual verdugo su destino. (Del poemario: Mujer sin alcuza) Luz María Jiménez Faro Poemas 8 Luz María Jiménez Faro Poemas MAREMOTO EN EL ÍNDICO 27 Diciembre 2004. La ira del tsunami acabó con la vida de más de 200.000 personas. Ese dios manso y tendido dueño y señor de todos los azules en su vasta humedad tan opulento. Ese dios generador de vida y de riqueza, conversador de vientos y de lunas, espejo de los vuelos. Ese dios responsable de mitos y leyendas, centauro de marinos, cómplice de poetas, amigo iluminado de pintores. Ese dios de horizonte infinito soñador y soñado murmurador de salmos. Ese dios, bueno y terrible, desató su pasión de asesino y con dedos de espuma preparó el barro, el lodo, el légamo anegando la tierra y su hermosura. Sin piedad cegó ojos, hinchó vientres, partió huesos, desdibujó facciones, y los muertos en retablos terribles exhibían su cárdena sorpresa. Bajo su gema acuática de plomo este trozo de mundo fue una fosa común para el gran caos, un fantasmal arcano de vitrales. Después. el gran señor de todos los azules, quedó manso y tendido en su vasta humedad tan opulento. (Del poemario: Mujer sin alcuza) Luz María Jiménez Faro Poemas 9 Luz María Jiménez Faro Poemas MI MADRE CUMPLE CIEN AÑOS Dice mi madre que hace varias noches una mujer se sienta al borde de su cama. Sobre el oscuro traje, tal vez de terciopelo, sus dos manos parecen dos palomas inválidas. Mi madre me pregunta si puede ser la muerte. Dice que no es mi abuela ni alguna de mis tías. Que no la ha visto nunca... Y yo procuro hablarle cosas divertidas. Dime: ¿Tú crees que ella me busca? Pues mira, madre, en el Jerte Han florecido todos los cerezos. Pero la mirada de mi madre Esta cubierta por alas de penumbra. Los álamos tan altos de la casa echan sus hojas nuevas, madre. El único prodigio que tenemos es la vida. Yo la he gastado toda. Por eso te pregunto si esa mujer de negro, oscuramente inmóvil podría ser la muerte Nos miramos. Miro para otro lado. Dentro del pecho siento el hielo de la tarde. (Del poemario: Mujer sin alcuza) Luz María Jiménez Faro Poemas 10 Luz María Jiménez Faro Poemas LAS VELAS Heme aquí viendo pasar la tarde. La pereza se ha posado en hombro y he enfilado un collar con tus palabras para adornar la casa. Construyo metáforas ardientes para esparcir confetis de colores donde tu ausencia marca la distancia. Caen las hojas. Las velas se deshacen y anuncia un eclipse total en el espejo. Es un pequeño fuego, casi nada, un festival de luz para mis ojos. Cae la tarde y soy el único testigo de unas mágicas sombras en el techo. (Del poemario: Mujer sin alcuza ) Luz María Jiménez Faro Poemas