La Iglesia que vence en la lucha

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La Iglesia que vence en la lucha
Hernán Cipolla
Antes que yo pudiera decir ninguna otra cosa, yo quiero glorificar al Señor en esta tarde, porque
definitivamente el Espíritu Santo es maravilloso, es extraordinario el Espíritu del Señor. ¿Y por qué les
digo esto? Porque cuando Daniel pasó a dar la Palabra que el Señor le manifestó, cuando Ruth habló lo
que el Señor le mostró, no podría haber habido palabras más concordantes y exactas con lo que el
Señor puso en mi espíritu para compartir en esta tarde con ustedes. Y mire, yo me voy a atrever a hacer
algo. ¿Cuántos de ustedes aquí están acostumbrados a escribir mientras escuchan el mensaje? Ok. Les
voy a pedir un favor, no escriban... no escriban, si usted quiere recordar el mensaje luego compre el CD
y lléveselo a casa. Le voy a explicar por qué. Porque a veces pensamos que escribimos, y por escribir lo
vamos a recordar más, pero por escribir muchas veces nos perdemos las cosas que en el momento el
Espíritu Santo nos quiere decir a nuestro espíritu.
Entonces, si usted, si permite esa comunión íntima con el Espíritu Santo, el Espíritu Santo en este
momento le va a hablar cosas que quiere mostrarle a usted, y el resto de cosas, usted tiene la gran
bendición en este tiempo de tecnología de llevarse un CD a casa, y de escucharlo tantas veces como sea
necesario para que el Señor le revele el resto que usted no llegó a entender o a captar durante la
exposición del mensaje, ¿estoy siendo claro?
Pero lo digo, no porque... a ver, déjeme decirle esto, no le estoy diciendo porque ahora me dio la locura
de que usted no escriba, ¿está bien? No. Lo estoy diciendo por algo del Señor que entendí, ¿usted lo
recibe de esta manera? Porque el Espíritu Santo me indicó antes de subir, que ninguno escribiera, que
es necesario estar atentos, escuchar y percibir al Espíritu Santo lo que nos quiere decir.
El primer pasaje que quiero que leamos está en Mateo el capítulo 16, y el título de este mensaje es La
Iglesia que vence en la lucha.
Mateo capítulo 16, y vamos a leer desde el versículo 16 también, Mateo 16, versículo 16.
Dice de esta manera:
"Respondiendo Simón Pedro, dijo:
Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre,
sino mi Padre que está en los cielos.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro,
y sobre esta roca edificaré mi iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella."
Mateo 16:16-18
Lo primero que le quiero decir, es que cuando uno mira a la Iglesia, tiene que primero poder ver por el
Espíritu todo lo que Jesucristo logró y conquistó por ella, porque si no vemos primeramente, todo lo
que el Señor es y ha hecho a favor de ella, seguramente tendremos una perspectiva equivocada de la
Iglesia. Esta es la razón por la cual hay dos cosas que están ocurriendo en este tiempo para la Iglesia
del Señor.
La primera, una gran parte de la Iglesia de Jesucristo, que quiero aclarar, es Iglesia de Jesucristo porque
todos aquellos que han nacido de nuevo son parte de la Iglesia del Señor, ¿está bien? ¿Por qué digo
esto? Porque muchas veces, se mal interpreta cuando un siervo del Señor, como nosotros, decimos este
tipo de expresiones, y hablamos de una parte del Cuerpo, algunos interpreta como que hacemos
separación, y decimos, estos son los buenos y estos son los malos, los que nos escuchan a nosotros son
los buenos y los que no nos escuchan son los malos.
Le quiero decir esto, en el Nombre de Jesús, eso jamás podrá estar en nuestro espíritu, si alguna vez
estuviera, usted verá derrumbarse todo lo que el Señor ha puesto en nuestras manos, y aún nuestras
propias vidas hundirse, le voy a explicar por qué. Porque Dios no hace acepción de personas.
Entonces, todos los que han nacido de nuevo por el Espíritu Santo, todos ellos son parte de la Iglesia de
Jesucristo, pero bien, la Iglesia de Jesucristo está divida en cuerpos locales cada uno funcionando en un
área determinada, en una región determinada, en una ciudad determinada, y esas iglesias locales se
rigen por autoridades que están allí, muchas veces puestas por Dios, otras veces no puestas por Dios,
pero aún así hay autoridades.
Entonces, una de las cosa que está ocurriendo hoy en la Iglesia es, que la Iglesia vive pobremente, que
la Iglesia se ve a sí misma pero de manera equivocada, y por ende, hace cosas equivocadas, porque no
tiene una correcta percepción de Cristo y de lo que Cristo ha hecho.
Esto es lo primero que usted tiene que entender:
Que no importando las aparentes cosas, cómo decirle, extraordinarias, asombrosas, grandes y
maravillosas que usted pueda ver de cualquier iglesia, muchas de ellas, de esas cosas, no son cosas que
Dios habló, no son cosas que están de acuerdo a la voluntad de Dios, son idea de hombre llevadas a
cabo por la fortaleza humana para glorificar algo que es humano.
Por eso, hoy el pastor hablaba con tanta claridad, y a mí me alegra cuando se habla con tanta claridad,
¿sabe por qué? Porque usted, por lo menos nunca va a tener dudas de que la cosa se las dijeron a
medias, y hoy él pudo decir, da asco ver que un siervo del Señor llore por un templo, porque ningún
templo puede contener la grandeza de la Iglesia de Jesucristo.
Entonces, un templo podrá ser más bonito o más feo, más grande o más chico, esté en una zona
privilegiada o en una zona pobre, pero la grandeza de la Iglesia está en sus miembros. Efectivamente,
nos debe dar asco que se esté pervirtiendo el propósito de la Iglesia, porque se están persiguiendo
planes personales.
Ahora bien, no podemos culpar, muchas veces a la Iglesia, y muchas veces ni siquiera a los siervos de
Dios que gobiernan esas iglesias, ¿por qué? Porque nunca se les ha mostrado, ni revelado verdad.
Ahora, para aquellos que gobiernan hay una doble y mayor responsabilidad, porque tienen la
responsabilidad de buscar a Dios y de permitir que el Espíritu Santo hable, y si hay algo de que estoy
convencido, es que no hay ninguna persona que busque a Dios que Dios no se le revele, no importa
donde esté, en qué circunstancias, en qué momento de su vida, lo que esté atravesando, por más que
esté sola en un desierto, si busca a Dios, Dios le habla.
Por eso, déjeme decirle, que cualquier persona que se levante, aún si es usted mismo, para decir que
está con muchos problemas, que no entiende a Dios, que no ve a Dios por ningún lado, hay una sola
respuesta para ese problema, y es que la Iglesia no busca a Dios, ese es el único problema, no hay otro,
porque todo aquel que busca Dios le halla y todo aquel que llama se le abre.
Entonces, déjeme decir que aún una iglesia que esté sumida en la dirección humana, en los planes
humanos, que obviamente terminan siendo perversos, porque están infundidos por el alma y el alma
está siendo manejada por el diablo, aún esas personas, tienen esperanzas si buscan a Dios de todo
corazón.
Una de las cosas que está ocurriendo en este tiempo, es que la Iglesia no tiene la verdadera dimensión
de Cristo y de lo que Cristo ha hecho.
Segunda cosa que Dios está haciendo este tiempo.
Ya hace años lo viene haciendo, pero cada vez se levanta más, y por eso cada vez hay más oposición,
es que está restaurando el gobierno teocrático, los cinco ministerios, y sobretodo apóstoles y profetas.
Le voy a dar una sola respuesta, que usted la sabe pero tiene que dimensionarla, es porque apóstoles y
profetas revelan a Cristo a la Iglesia, por eso, ponen fundamento.
Cuando apóstoles y profetas, Iglesia, te hablan de quién es Cristo, tú ya no tienes dudas, ni de quién es
Él, ni de lo que ha hecho por ti, y eso te hace vivir en otra dimensión, pero no es por un mensaje, es por
una realidad espiritual.
Por eso, ahora quiero decirte otra cosa, por más que tú escuches la verdad toda tu vida, si tu
voluntad no la rindes al gobierno del Espíritu Santo, estarás toda tu vida escuchando la verdad pero
viviendo pobremente una vida miserable en Cristo, porque no permitirás que ese Cristo transforme
tu interior.
Por eso, no puede haber otra respuesta por la cual haya iglesias que no reaccionen aunque escuchan
la verdad por años. Porque hay corazones, como los de Israel, endurecidos, sumidos en su propia
terquedad buscando siempre lo suyo propio.
Por eso, déjame decirte, que si tú tienes el privilegio que Dios te habla la verdad, atesórala en tu
corazón, quita de tu corazón, de tu mente, de tu espíritu y de tu alma toda cosa que no plantó el Padre,
para que solamente pueda permanecer lo que plantó Dios, el Padre por la acción del Espíritu Santo; y
eso que está allí haga raíces y se tome fuertemente a tu espíritu y crezca dentro de ti el Reino de los
cielos, para que sea como esa pequeña semilla que nadie le da ni valor, es pequeñita y parece que no
vale nada, y de un soplido se te va de la mano, y no... ya la perdiste, pero cuando esta plantada y
cuando permite que crezca, es un árbol que todos los pájaros buscan la sombra y busca hacer nido en
ese árbol.
Por eso déjame decirte, que cuando Pedro estaba diciéndole a Jesús, quién era Él, lo que estaba
haciendo, era marcar un sello de fuego para que Jesús, ahora pueda manifestar la perfecta voluntad del
Padre con respecto a su Iglesia, y decir, Pedro, como eso no te lo reveló carne ni sangre, por eso, esa
verdad ahora se transforma en el fundamento no sólo de tu vida, es el fundamento de mi Iglesia, y te
digo, que sobre esa verdad ni el reino de la muerte, ni el poder de las tinieblas podrán contra ella,
Pedro.
Primera verdad que te quiero decir:
Tú tienes que saber quién es Cristo para ti, y que te lo haya revelado Dios, el Padre, porque por
más que lo repitas, si no es una verdad para ti, tú no tienes fundamento, y el reino de la muerte
puede tener poder sobre ti.
¡Qué fuerte suena eso, ¿no?! No pero si acá estamos todos juntitos, y todos cubiertos, nos agarramos de
la mano en mano y vamos todos juntos, si algo pasa o nos matan a todos o nos salvan a todos pero
estamos de la manito. No, yo te puedo asegurar que el diablo tiene una puntería extraordinaria, sí tiene
puntería, tú puedes estar de la mano agarrado, abrazado cachete con cachete y yo te puedo asegurar que
te la va a dar acá, como David al gigante, porque tú no sabes dónde estás parado, y si tú no sabes dónde
estás parado, el diablo va a usar cualquier cosa para derribarte.
Primera verdad que la Iglesia tiene que saber es: quién es Cristo y lo que Cristo ha logrado para ella.
¿Dónde estás parada Iglesia? ¿Sobre tu propia verdad, sobre tu razonamiento de quién es Cristo?
¿Sobre tu experiencia personal con el Señor? ¿Sobre los milagros que el Señor ha hecho en tu vida? ¿O
sobre la revelación de quién es Cristo para ti?
Revisa los evangelios, porque te vas a encontrar con mucha gente que experimentó el poder de Dios,
que vio los milagros, que vio la multiplicación de los panes y los peces, que comió hasta cansarse, que
solamente iban detrás de Jesús y no una sola mujer, varios le tocaron el manto, para que saliera poder
de Él, y salieron sanos.
Claro, a la hora de la hora, a la hora de la verdad no estaban allí, porque nunca supieron quién era
Cristo.
La Iglesia tiene que tener una revelación personal e individual de quién es Cristo para ella y lo que
Cristo ha logrado por ella.
Segundo pasaje, y quiero leer con ustedes, Mateo capítulo 28 y versículo 18. Mateo 28, versículo 18,
todos lo conocemos pero dice así:
"Y Jesús se acercó y les habló diciendo:
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra."
Mateo 28:18
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra...
¿Cuándo Jesús pudo decir eso? ¿Dígame? Cuando había resucitado, ¿por qué cuando había resucitado?
Porque había vencido a la cruz, porque había acabado su obra, aunque todavía le queda un paso más
que era la ascensión, una parte, también, muy importante de la obra completa, pero sin embargo había
acabado la obra. Y Jesús les dijo a los suyos, toda potestad me es dada de mi cielo y en la tierra.
Ahora bien, esta potestad, es una clase de autoridad que involucra un poder de regir o gobernar, de
aquella persona cuya voluntad y mandatos deben ser obedecidos por los demás.
Cuando Jesús dijo, toda potestad me es dada, no estaba diciendo, ahora tengo autoridad para decir lo
que quiera decir y que se cumpla, no, estaba diciendo, ahora tengo una clase de poder que Dios el Padre
me ha dado para regir y gobernar, de tal manera que mis mandatos y mi voluntad deben ser obedecidos
por todos, ¿usted está escuchando?
Esto demuestra que nadie tiene mayor autoridad que Jesucristo, ¿por qué dijo, en el cielo y en la tierra?
¿Por qué dijo, en el cielo y en la tierra? Y no dijo solamente, en la tierra, ¿por qué le parece que dijo,
en el cielo y en la tierra? No es tan difícil, ¡eh! ¿Por qué le parece que dijo, en el cielo y en la tierra?
¡Ah! Ok, bien, eso es parte para que Él pudiera identificarse con la humanidad y para poder hacer su
obra, de dar su vida y entregarla para rescatar a la humanidad.
Pero cuando está hablando de que el Padre dio toda potestad, toda autoridad en el cielo y en la tierra,
¿por qué en el cielo y en la tierra? Sí, pero ¿qué implica en el cielo y en la tierra?
Va a gobernar el cielo y la tierra, efectivamente, quiere decir que si gobierna el cielo y la tierra, ¿qué
cosas o qué personas se sujetan al Señor? En el cielo, los ángeles y todo... y en la tierra, cualquier
autoridad humana. Ok.
Ahora, quiero decirle, también que en cielo, en las regiones celestes, también Satanás y sus huestes se
le sujetan.
Ahora vamos a ver algunos pasajes de la Escritura, lo que dicen con respecto a esto, pero yo quiero
decirle simple y sencillamente que:
Cuando la Iglesia tiene la verdadera dimensión de quien es Cristo para ella y lo que Cristo ha hecho, la
Iglesia también vive en una realidad espiritual inamovible. Ni Satanás, ni sus huestes pueden tocarla.
Porque si fuera de otra manera, las primeras palabras de Jesús a Pedro fueron mentirosas, al decirle, ni
las puertas del Hades van a prevalecer contra mi Iglesia. Jesús hubiera sido mentiroso, ¿por qué?
Porque la Iglesia estaría desprotegida, en medio de un mundo de tinieblas, donde en esta tierra se
mueve el príncipe de este mundo, y haría lo que se le antoja con la Iglesia.
Claro, por lo que hoy en general se ve la Iglesia, parecía que el cuadro es ése, la Iglesia anda
escondiéndose en todos los rincones, abajo de todos los asientos, siempre teniendo miedo, y si no tiene
miedo, siempre culpando al diablo de todas las cosas, pero porque no vive la realidad espiritual que
tiene que vivir.
Por eso, déjeme decirle algo, tal vez le suene un poquito extraño lo que yo le voy a decir, hoy creo que
Ruth mencionaba, fuiste tú que mencionaste el caso de Daniel, sí fuiste tú, de los ángeles que estaban
luchando para qué, para poder llegar con Daniel... Pero déjeme decirle, que aún en el tiempo de Daniel,
la obra de Cristo no había sido consumada.
Claro, pero esto que yo estoy hablando se requiere dar un pasito más de dimensión espiritual, ¿por qué?
Porque hoy, todo se sujeta a Cristo, de tal manera que si Cristo dice, aquí se detienen todos, y mis
ángeles pasen, lleguen en un segundo a donde yo los he enviado, ¿quién le podrá hacer frente? ¿Estoy
siendo claro Iglesia?
Le estoy mostrando apenas un poquito de la dimensión a la cual el Señor nos quiere llevar como su
Iglesia.
Sigo leyendo, vamos a Colosenses el capítulo 2, por favor, Colosenses el capítulo 2, desde el versículo
13. Dice así:
"Y a vosotros, estando muertos en pecados
y en la incircuncisión de vuestra carne,
os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,
que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
y despojando a los principados y a las potestades,
los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz."
Colosenses 2:13-15
A ver Iglesia, vamos a ver, a analizar un poquito este pasaje.
Primero, dice la Escritura que el Señor cuando estaba muriendo nos perdonó a nosotros los pecados,
estaba ya en ese momento perdonando los pecados, porque déjeme decirle que siempre, las acciones de
Dios son acciones hechas de una vez y para siempre y en un momento, que hoy parte de la humanidad
no esté perdonada, es porque esa parte de la humanidad necesita apropiarse del perdón, pero no porque
Dios le deba el perdón a nadie, ¿estoy siendo claro?
Eso significa, que en ese momento, Jesús estaba perdonándonos de todos nuestros pecados, pero estaba
haciendo algo poderosísimo, estaba anulando un acta que tenía una declaración sobre nuestra vida.
El acta manifestaba todos los pecados que declaraban que merecíamos la muerte, éramos dignos de
muerte. Entonces, en la cruz, Jesús tomó el acta y la clavó en la Cruz, declarando con ello que esa acta
que nos acusaba y nos condenaba ahora ya no tenía poder sobre nosotros.
Ahora, lo que declaraba el acta, era lo que las huestes espirituales de maldad usaban para esclavizarnos,
¿qué quiero decir? Los pecados declarados allí, nuestro alejamiento de Dios declarado en esa acta, era
lo que los demonios y las huestes del diablo podían usar para dominarnos. Mientras el acta estuviera
allí, las huestes del diablo podían decir, tengo derecho sobre la vida de Hernán, porque el acta dice que
está lejos de Dios, que está fuera de Él, y estos pecados me dan a mí la autoridad.
Entonces las huestes decían, el acta es verdadera y yo tengo derecho para dominar la vida de Hernán
porque lo que dice el acta es verdad. Pero una vez que Jesús clavó el acta en la cruz, entonces tomó a
las huestes y les dijo, eso que ustedes tomaban para esclavizar a aquellos que se conviertan a mí, ahora
no tienen ningún derecho, por lo tanto, esa fue la victoria de Jesucristo, tomó a las huestes y a las
potestades y los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz.
Iglesia, no hay demonio, no hay diablo, no hay huestes, no hay potestad que puedan hacerte
absolutamente nada, porque en la cruz, Jesús hizo todo lo que tenía que hacer por ti y por mí, de tal
manera, que seamos libres del último dedo de allá abajo hasta el último pelo de nuestra cabeza, libres,
nada ni nadie nos puede dominar, solamente nos puede gobernar el Señor por medio de su Espíritu Santo.
Las huestes y las potestades, ya están vencidas, Jesús las venció. Pero al mismo tiempo, las exhibió,
¿sabe por qué las exhibió en la regiones celestes? Para demostrar a las potestades de las tinieblas y para
demostrar aún a sus propios ángeles, que esas huestes ya no tienen autoridad, eso es lo que hacía el
ejército romano cada vez vencía.
El ejército romano tomaba a su oponente, los ponían en carrozas atados, iban por la calle de toda la
ciudad y exhibían al ejército oponente, y lo mostraban, iban paseándose por todas las calles sin decir
nada estaban declarando, aquí ahora hemos venido a gobernar, esta ciudad está bajo nuestro dominio
ahora ya no tienen ejército que los defienda, no tienen nadie que los pueda salvar, ¿está escuchando?
Por eso la Palabra usa este ejemplo, porque Jesús hizo exactamente lo mismo en las regiones
celestiales, tomó a las potestades y a las huestes del infierno, y atadas las llevó exhibiéndola
públicamente a la misma potestad de las tinieblas y a los ángeles de Dios, para declarar la victoria
sobre ellos y que ahora había libertad, en su Nombre y en su poder.
Ahora, quiero ir a Efesios 1, Efesios el capítulo 1, y voy a leer el versículo 19. Efesios 1:19 dice así:
"y cuál la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza,
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos
y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío,
y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo,
sino también en el venidero;
y sometió todas las cosas bajo sus pies,
y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
la cual es su cuerpo,
la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo."
Efesios 1:19-23
Déjeme decir que la grandeza del poder de Dios es la que resucitó a Cristo, y ese mismo poder lo hizo
sentar en los lugares celestiales.
Por eso, ya resucitado dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, pero había una obra más
que el poder de Dios iba hacer con Cristo, era ascenderlo y sentarlo en un lugar de autoridad, para
declarar que ahora era puesto por encima de todo principado, todo poder, toda autoridad y todo señorío.
Quiere decir, que Dios hizo una obra absolutamente completa, no dejó ningún cabo suelto, lo que Dios
hizo es, que además de que Jesús entregara su vida y muriera para que en la cruz, venciera a las
potestades y a las huestes, porque les quitaba el derecho de dominio que tenían sobre la humanidad.
Ahora, el Padre lo exaltaba hasta lo sumo y lo ponía en un lugar de autoridad sobre su trono, por
encima de todas las cosas para llenarlo todo y para que debajo de tus pies, ahora quedaran sometidas
toda potestad, toda hueste, toda autoridad, todo poder y todo señorío, todo está debajo de Cristo.
Ahora bien, siendo así con toda esa gloria y ese poder, ¿sabe cuál es el broche de oro que puso el
Padre? ¿Sabe cuál es el broche de oro? El broche de oro no es haberlo sentado ahí, es haberlo dado por
sobre todas las cosas como cabeza de la Iglesia.
El Cristo que es nuestra cabeza, es el Cristo ascendido, lleno de gloria, honra, poder y señorío y
majestad. El Cristo que está por encima de todo, el Cristo que debajo de sus pies está toda hueste, toda
potestad, toda autoridad, todo poder y señorío, ese Cristo es nuestra cabeza.
¿Sabe qué significa? Que el cuerpo, salvo que esté enfermo y éste deforme, goza de la misma autoridad
y privilegio que su cabeza, ¿lo está entendiendo?
Por eso, usted nos escuchó decir muchas veces, que por esa razón, como los pies están en el cuerpo, no
están pegados a la cabeza. Cuando dice, que todo está debajo de sus pies, está hablando de la Iglesia
levantada en autoridad y sometiendo todas las cosas debajo de sus pies.
Ahora, le quiero mostrar algunas cosas más, hay varios pasajes demasiado interesantes que no podemos
dejar de leer. Romanos 8, versículo 38, Romanos 8, versículo 38. Dice:
"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,
ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades,
ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo,
ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro."
Romanos 8:38-39
Iglesia, no hay potestad demoníaca, por más fuerte que parezca, por más que se encendió en furor y en
ira contra su Iglesia, que puedan separarnos del amor Dios, ¿por qué del amor de Dios? Porque el amor
de Dios, es el que dice Corintios, que nos sujeta apretadamente, nos constriñe, pensando esto, que si
uno murió, todos murieron, para que aquellos que murieron ya no vivan para sí... perdón, aquellos que
viven ya no vivan para sí, sino para aquel murió y resucitó para ellos.
¿Qué quiere decir? El amor de Dios es el que nos mantiene, muertos para nuestra naturaleza
pecaminosa pero vivos para Cristo Jesús, el amor del Señor es el que siempre nos sujeta apretadamente
y no nos suelta, ¿para qué? Para que como parte de su Iglesia cumplamos el propósito de Dios en
nuestras vidas.
¿Usted está entendiendo? Quiere decir que por más que le atribuimos al diablo un montón de cosas a
veces ciertas, a veces tonterías, pero siempre le atribuimos algo, no hay nada que pueda hacer el diablo,
ni sus huestes en nuestra contra, porque jamás nos podrá separar del amor de Dios. Yo sé lo que usted
está pensando en el fondo... Bueno, pero, ¿si la persona no camina bien? ¿Y si no anda bien? Déjeme
llegar, porque si yo me anticipo no le declaro la verdad y yo primero tengo que declararle la verdad de
la Palabra, eso es la verdad, todo lo otro es lo que acarreamos los hombre y mujeres por nuestra
necedad.
Pero hay una verdad, siempre en Cristo hay una verdad; por eso Jesús dijo que conoceríamos la verdad
y la verdad nos haría el libres, porque si primero le digo el problema antes de decirle la verdad, usted se
va a apantallar por el problema, se va asustar por el problema y nunca se va a tomar de la verdad y lo
único que lo va hacer libre, no es ver el problema, es reconocer la verdad y aferrarse a ella, esa verdad
lo va hacer libre. ¿Estoy siendo claro? Ok, pero sigo.
Vaya Efesios, una vez más, capítulo 3, Efesios capítulo 3 versículo 10, y preste mucha atención,
Efesios capítulo 3, versículo 10, dice:
"para que la multiforme sabiduría de Dios
sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia
a los principados y potestades en los lugares celestiales,
conforme al propósito eterno
que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,
en quien tenemos seguridad
y acceso con confianza por medio de la fe en él."
Efesios 3:10-12
A ver, ¿qué está diciendo la Palabra aquí? La Iglesia gobierna, está bien, pero, ¿qué hace de manera
concreta la Iglesia? Ok, me gustó cómo empezaros, confirmarle a las potestades y a las huestes, que
nosotros tenemos una verdad que declararles y que recordarles una y otra vez, pero, ¿por qué habla de
la multiforme sabiduría de Dios? Le voy a decir porqué, porque en todo el tiempo la Palabra habla de
un misterio, y ese misterio no es ni más ni menos, que el Evangelio de Cristo revelado a la humanidad.
Entonces, présteme atención, la Iglesia, cuando sabe quién es en Cristo, y dónde está parada, la Iglesia
es la encargada de recordarle a las huestes y potestades, una y otra vez, que a través de la obra de
Jesucristo en la cruz del Calvario, ellos están vencidos, y que toda vez que un hombre y una mujer se
rinden al señorío de Jesucristo, una vez más se aplica la verdad de la obra de la cruz, en la cual, el acta
quedó clavada, y en la cual también, potestades y huestes fueron exhibidas ya vencidas por el Señor.
Por eso, cada vez que la Iglesia predica el evangelio, ahí se levanta algo en el ámbito espiritual que
usted no se imagina, pero tiene que ser el verdadero evangelio.
Por eso, las huestes y potestades están tranquilas, porque no hubo una Iglesia que le recordara la
verdad, una Iglesia que predicó un evangelio a la medida humana, un evangelio a la necesidad humana,
acomodado a lo que el cliente quiere oír, ¿qué necesita el cliente? Que se solucione el divorcio, le
predicamos un evangelio para que se solucionen el asunto del divorcio, necesita oír el cliente que Dios
va a sacar a tus hijos de la rebeldía y de la droga, te vamos a predicar un evangelio que te hable de eso.
Pero ese no es el Evangelio que conmueve las regiones celestes, y que le recuerda a las huestes y a las
potestad que ya están vencidas, el evangelio del Reino es aquel que cimbra la potestad de las tinieblas,
porque le vuelve a recordar que ya están vencidos, y que cuando ese evangelio es creído, es aceptado y
una persona se entrega a Cristo de todo corazón, entonces se vuelve a manifestar que la obra de la cruz
es verdadera y que nadie puede contra ella.
Por eso, la Iglesia que sabe dónde está parada es la única que puede manifestar a las huestes y a las
potestades, la multiforme sabiduría de Dios.
¡Iglesia aunque Cristo hizo una tarea, nos dejó a propósito sobre la Tierra para demostrarle y declararle
a la potestad de las tinieblas que están vencidos!
Para eso estamos acá, estamos para guerrear, estamos para guerrear, no sé cuánto le guste la idea, no sé
si alguna vez usted pensó que iba a ser una persona belicosa, pero yo le anuncio que lo es, en el
Nombre de Cristo.
Estamos para luchar, estamos para luchar... Pero a veces podemos hacer la lucha y a veces no podemos
hacerla, a veces, aunque queremos luchar, no tenemos el arma para luchar, y a veces aunque
proclamamos sobre nosotros, como un lavado de cerebro, la victoria de Cristo, la victoria de Cristo no
es real, y a veces, ¿usted sabe lo que hacemos los cristianos? Lo cantamos, lo decimos, lo declaramos,
lo gritamos como si eso fuera la fórmula mágica para que la victoria se haga real en nuestra vida, eso
no es ninguna fórmula mágica, la única fórmula para que la victoria sea real, es que tú y yo caminemos
en victoria todos los días de nuestra vida, que honremos a Dios todos los días de nuestra vida, que
sepamos para qué estamos sobre la Tierra y vivamos para el Señor con todo nuestro corazón.
Ahora, quiero avanzar un poquito más, quiero ir a Efesios 6 y versículo 10, Efesios 6 versículo 10.
Dice:
"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor,
y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes."
Efesios 6:10-13
¿Cuál es el consejo apostólico aquí? Fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza.
Pero después nos dice, que nos visitamos con toda la armadura de Dios, ¿para qué? Para poder resistir
las acechanzas del diablo.
Ahora bien, dice aquí, que no tenemos lucha contra sangre y carne.
Alguien podría pensar, bueno, si Jesús dejó todo en la cruz, si ya venció, si exhibió a las huestes y a las
potestades públicamente, ¿por qué se le ocurrió que sigamos luchando? ¿No sería más fácil sentarnos a
disfrutar la victoria? Más fácil ¿no?
Pero como somos su Cuerpo, la manifestación suya sobre la Tierra, no podemos sentarnos a disfrutar la
victoria solamente, tenemos que, desde la victoria y conociendo la victoria, seguir luchando para que la
victoria se haga real en la vida de hombres y mujeres. Porque para usted y para mí, la victoria ya está
hecha, pero para su vecino todavía no, esa es la realidad, para la humanidad todavía la victoria no está,
la humanidad todavía sigue en sus pecados.
Por lo tanto, legalmente hablando, potestades y huestes pueden seguir diciendo, ¡yo tengo el acta!
Aunque la clavó, sí pero... ahí está la vida de éste, mira cómo vive, mira lo que quiere, mira su corazón
lo tengo agarrado de la pestañas, no se va poder soltar, es la Iglesia la que le recuerda a esas huestes y
potestades, lo que Jesucristo hizo por ella, de tal manera que cuando anuncia el evangelio liberta la vida
de hombres y mujeres, para que se apropien de la victoria.
Por eso dice, no tenemos lucha contra sangre y carne, tenemos lucha contra principados, contra
huestes, contra gobernadores, contra potestades.
Ahora bien, si nosotros confundimos la lucha, y nosotros nos enojamos cuando vemos que el diablo usa
a personas para llevar a cabo su propósito, ¿sabe lo único que vamos a hacer? Es jugar el mismo juego
que el diablo.
Quiero que me escuche bien, no tenemos lucha contra personas, aunque el diablo use a las personas, no
tenemos lucha contra personas, aunque el diablo use a las personas, si nosotros al luchar nos enfocamos
en las personas que el diablo está usando, perderemos la batalla, si nosotros nos enfocamos en los
espíritus, en las huestes, en los gobernadores, y en lo que ande en las regiones celeste dando vueltas
para... seguirá aprisionando a esas personas. Entonces, nosotros estamos dando dando en el blanco, y
seguimos proclamando la victoria del Señor.
¿Por qué le digo esto Iglesia? Porque como nunca antes se está levantando una guerra.
Y yo quiero alertarle, en el Nombre de Jesús, no por nada yo estoy predicando esto... No es, está bien
que yo le enseñe una verdad, siempre va a estar bien, siempre la verdad de la Palabra a usted va a
edificar su vida, lo va a levantar, le va a mostrar el camino, todo eso está bien. Pero yo quiero decirle,
que yo le estoy hablando algo que la Iglesia aquí en Miami tiene que saber y conocer.
Se está levantando una guerra como nunca antes en las regiones celestes, tal vez usted no la vea, tal vez
usted no ve nada, pero se está levantando; y el diablo está lanzando dardos... creo que sacó los que
tenía guardados y dijo, los tengo preparados en un cajón aparte, porque está lanzando dardos como
usted no se imagina, porque va a buscar todo lo que él pueda encontrar para poder destruirnos. ¿Me
está escuchando?
Por eso, déjeme decirle, que cuando uno está en guerra, nunca tiene una actitud pasiva, usted dígame,
¿qué soldado estando en guerra tiene una actitud pasiva? Si tiene una actitud pasiva, muere, escúcheme
muy bien, soldado con actitud pasiva muere.
Por eso, Iglesia, aún nuestra alabanza y la adoración que le damos al Señor, tiene que subir un escalón
más, yo sé lo que está en el corazón de estos chicos, empezando por Jairo, no necesito hablar con él
para saber lo que está en su corazón y su espíritu, ¿sabe por qué? Porque no estamos solamente
teniendo un tiempo de alabanza y adoración, estamos en una lucha, pero los soldados cuando alaban y
adoran al Señor, están proclamado la victoria, victoria que hace que le rechinen los dientes al diablo y a
todas sus huestes.
Por eso, si usted no entiende la dimensión de lo que en el ámbito espiritual está ocurriendo, usted no,
no sabrá nunca lo que verdaderamente el diablo quiere hacer y a qué nos llamo el Señor. Yo puedo
decir, bueno pero... las circunstancias, el problema, en la situación que estoy viviendo, estoy sumido en
eso, el diablo te va a tener sumido toda la vida en eso, eso es lo que él quiere, te va a tener sumido toda
la vida. Por eso, hay muchos aquí que le dan vuelta a la misma situación veinte veces, porque el diablo
los tiene sumidos en eso, ya supo dónde darle e hizo que usted esté pasivo y dejara de luchar, como
usted es parte de un ejército, el ejército se debilita. Pero además usted abre una puerta, por su pasividad
y por darle vuelta las circunstancias, y vivir en sus propios pensamientos, usted abrió una puerta, puerta
por la cual, los demonios se empezaron a infiltrar. ¡Qué crudo es esto que estoy diciendo! ¿No?
Parece que todo lo que dije desde el principio, ahora lo estoy borrando. No, yo no estoy borrando nada,
yo le estoy hablando proféticamente de una realidad a la cual usted tiene que despertar, porque si usted,
al predicar el evangelio, no sabe que está peleando una batalla se va a conformar con decir, es que me
escucharon, me escucharon con agrado, recibieron el mensaje. Sí, pero no afectaste a las huestes y a las
potestades, y como no afectaste ni a las huestes y a las potestades, entonces escucharon el mensaje,
ponle la firma se volvieron a olvidar del mensaje que les hablaste. Pero si tú sabes dónde está parado y
dónde está parada y quién es Cristo para ti, tú sabes que al mismo tiempo que le estás hablando a uno,
las huestes están ahí arriba enloqueciéndose, porque estás trastocando todos sus perversos planes que el
diablo ha tenido desde el principio que es diablo.
Ahora, si la Iglesia realmente esta para luchar contra todo esto que viene de parte Satanás, es necesario
saber cuándo Satanás puede provocar nuestra caída.
Yo le quiero mostrar algunos pasajes. Romano 16, Romanos capítulo 16 desde el versículo 17 voy a
leer. Romanos 16 desde el versículo 17:
"Mas os ruego, hermanos,
que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos
en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido,
y que os apartéis de ellos.
Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo,
sino a sus propios vientres,
y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos,
así que me gozo de vosotros;
pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.
Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros."
Romanos 16:17-20
Mire mi hermano, la Palabra es muy clara y nos dice lo siguiente, hay personas, hombres y mujeres,
que van a hablar en contra de la doctrina que usted ha escuchado hasta el presente, esa es una de las
maneras, tácticas y artimañas del diablo para hacer caer a su Iglesia.
No estoy hablando de que somos exclusivos, como dije al principio, no es el pensamiento que a veces
la gente tiene que sólo nosotros tenemos la verdad, no es así, le estoy diciendo, que el Espíritu Santo le
ha hablado a usted la verdad y ustedes la conocen; y hay enviados del diablo que le susurran al oído,
¡suavemente, eh! Con lisonjas, eso no es verdad, esa doctrina no es así, no es verdadero todo lo que te
han dicho y enseñado.
Y aunque no tenemos lucha contra sangre y carne, sí hay una acción que tomar, hay que separarse de
esa gente.
Por lo tanto, ahora le digo esto en el Nombre de Jesús, y tengo a mi esposa de testigo, ¿sabe por qué la
tomo de testigo? Porque ella lo ha dicho antes de que yo lo diga hoy aquí, y me lo viene diciendo hace
ya algún tiempo atrás; y cómo yo sé que es de Dios, por eso, se lo voy a decir:
Como nunca antes, veremos una potestad levantarse fuertemente, hasta ahora sólo vimos un
pedacito, un poquito de su manifestación, pero a partir de ahora, cada vez más, la veremos tal
cual es, y esa potestad se llama religiosidad.
¿Me está escuchando? La religiosidad es una potestad demoníaca.
Escúcheme muy bien, la religiosidad, no es personas que tienen buen corazón para Dios y quieren
agradarlo.
La religiosidad es un espíritu del infierno que viene a infundir a la Iglesia una mentira, para apartarla de
la verdadera doctrina de Cristo sobre la cual la Iglesia tiene que estar fundamentada.
Esa gente vendrá a decirle al oído, que lo que usted ha escuchado no es tan así, y le sacará la Escritura
y la Palabra, y le dirá, no... pero ves lo que dice aquí la Escritura, y con la misma Palabra tratará de
refutar todo lo que usted ha recibido.
Hay un consejo, uno sólo, y como la Palabra siempre tiene la verdad y tiene la razón, si obedecemos el
consejo nos va a ir bien, ¡apártese... apártese! No lo escuche ni por teléfono, ni tomando un café, ni
encontrándose en la calle, ni que de pronto se encontró con el hermanito en el Mall. ¡Apártese!
Aunque lo critiquen, aunque le digan que usted no tiene amor, aunque le digan que usted está infundido
por un espíritu del demonio, que digan lo que quieran, usted obedezca la Palabra. ¡Apártese!
Si no se aparta, eso que susurran al oído penetrará en su corazón, y penetrará en su espíritu; y luego,
usted se convertirá en un religioso más, y cuando usted se convierta en un religioso más, pasó de
ejército, se cambio de ejército, de ser del ejército del Señor a ser del ejército del diablo, ¿me está
escuchando?
Es muy fuerte, pero es la verdad de la Palabra, por eso, usted tiene que saber que la guerra se está
levantando cada vez más fuerte, y cada vez más en contra de lo que es de Dios para derribarlo, una y
otra vez, porque si se levanta lo que es de Dios, y si se levanta una Iglesia pura que conoce al Señor,
que le a amar con todo su ser y que vive para hacer su voluntad, entonces, se aplica en la potestad de
las tinieblas, que todos están vencidos.
Mientras que la Iglesia siga jugando a la Iglesia, las huestes todavía siguen haciendo de las suyas,
porque aquella que es el Cuerpo de ese que venció, sigue tonteando en sus propios planes.
Pero estamos hablando al espíritu de una Iglesia que se levanta con fortaleza y poder de lo alto para
hacer frente al enemigo y a todas sus huestes porque sabe lo que es en Cristo Jesús, y va luchar y va ver
la victoria delante de sus ojos.
¡A esa Iglesia le estamos hablando por el Espíritu!
Usted será parte de ella, porque por eso está aquí, y está escuchando la voz del Espíritu que habla.
Por eso, dice el versículo 20, no primero, el 19, dice:
"Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos,
así que me gozo de vosotros;
pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal."
Romanos 16:19
Porque los que confunden, confunden decía antes, a los ingenuos, pero no es... hay que ser ingenuos
para el mal no ingenuos para luchar la batalla, ingenuos para la maldad, porque somos persona puras
para Dios y que ni siquiera hay intención de caer en la maldad, por eso, somos ingenuos para la
maldad; pero no somos ingenuos para las estrategias del diablo nos levantamos en contra de eso, y por
eso, dice:
"Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies."
Romanos 16:20
Y ese en breve, no es dentro de poco tiempo, ¿sebe lo que significa en breve? Rápidamente, el Dios de
paz aplastará rápidamente a Satanás bajo vuestros pies.
Porque cuando uno lee en breve, lo que entiende el español es, dentro de poquito tiempo, Dios aplastará
a Satanás bajo vuestros pies, no está diciendo eso, lo que está diciendo es, rápidamente, cuando tengan
esta actitud y vivan de esta manera, Dios aplastará a Satanás debajo de sus pies, y aplastar es eso, ¡eh!
es desmenuzar, es hacer polvo, es hacer trizas al mismo Satanás y a todas sus huestes.
Ahora bien, quiero ir a Santiago 4, Santiago el capítulo 4, y voy a leer desde el versículo 1, dice:
"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?
¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar;
combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
¿O pensáis que la Escritura dice en vano:
El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
Pero él da mayor gracia.
Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."
Santiago 4:1-7
Aquí hay otra manera en la cual el diablo nos puede hacer caer, ¿sabe cuál es? Que caigamos bajo
nuestras pasiones y deseos. Cuando nosotros nos desenfocamos, entonces damos lugar a nuestra alma
para ir detrás de aquellas cosas que no provienen de Dios, por eso el pastor nos hablaba antes de la
importancia que tiene reconocer y arrepentirse que pudimos haber llegado alguno de nosotros a esta
nación con objetivos equivocados, poniendo la confianza en dónde no hay que ponerla y en quién no
hay que ponerla, ¿por qué? Porque eso es darle lugar a nuestras pasiones, codiciamos y no tenemos,
queremos más y no alcanzamos, pedimos y no recibimos porque pedimos mal, pedimos para nuestros
deleites, este es uno de los problemas clásicos que ha ocurrido en la Iglesia, cada uno está en lo suyo
propio, cada uno mira lo que mejor le parece.
Por eso, la Palabra también dice, que en los últimos tiempos se levantarán, cada vez más, los amadores
de sí mismos, ¿está escuchando? Aquellos que sólo buscan lo suyo, que Dios me bendiga, que me
prospere, que lleve adelante mi ministerio, que nos haga crecer como Iglesia, sus propios deseos
carnales; y no obtienen nada, aunque aparentemente obtienen, porque no están obteniendo nada que
venga de Dios, porque eso no viene de Dios.
Por eso, dice la Palabra, que Dios resiste a los soberbios pero da gracia, ¿a quiénes? A los humildes.
Por eso, si conocemos esta verdad, ¿sabe cuál debe ser la actitud de los hijos de Dios? De verdadera
humildad. Todo el tiempo delante del Señor, humíllense delante del Señor, una y otra vez, porque si
nos humillamos delante de Él y resistimos al diablo, el diablo huirá de nosotros.
Pero cuando damos lugar a nuestras pasiones terminamos siendo, dice la Palabra, almas adúlteras,
¿sabe por qué almas adúlteras? Porque flaqueamos en nuestra prioridad por el Señor, porque
cambiamos el amor a Dios por el amor a nuestros ídolos, por eso, somos adúlteros, adúlteros
espirituales, que dicen que aman a Dios, pero lo único que tienen son ídolos en su corazón y buscan lo
suyo, todo lo que yo anhelo eso lo que quiero, y ése es mi Dios, ése es mi ídolo, por eso estoy
adulterado con Dios. Por eso también dice a la Palabra, ustedes no saben que el Espíritu nos anhela
celosamente. Claro, pero después cantamos, que tenemos la victoria, y que el Señor la ganó por
nosotros, pero nunca se va a hacer real, y no es que yo quiero maldecirte, es que quiero abrirte los ojos,
que si hay pasiones en tu corazón que no vienen de Dios, nunca verás la victoria del Señor en ninguna
área de tu vida, porque estás adulterando con Dios, tienes un primer amor y te fuiste detrás de otros
amores, siempre quieres algo más pero nunca quieres a Dios.
Sólo aquel que se humilla verdaderamente delante del Señor, Dios le da gracia y con esa gracia el
humilde de corazón, resiste al diablo y el diablo huye.
Un arma del enemigo es sacar a luz toda las pasiones que puedan haber escondidas en tu corazón, si tú
no las has matado. Por eso, usted aprendió en Eres o te haces, cualquiera de vosotros que no renuncie a
todo lo que posee no puede ser mi discípulo, y cualquiera de vosotros que no aborrezca aún su propia
vida, no puede ser mi discípulo.
Si tú quieres ser discípulo de Jesucristo tienes una sola manera, quitar de tu corazón todo lo que es
tuyo, que no viene de Dios, de esa manera Dios va a poder depositar dentro de ti lo que tiene Él y serás
pleno, pero tendrás propósito, porque tú podrías ser pleno porque Dios te daría todas las cosas pero te
sentirías un infeliz porque no estás cumpliendo propósito.
Dios podría darte todo, es como el padre que le da a sus hijos toda las cosas pero nunca lo guía, nunca
le enseña, nunca lo corrige, lo llena de cosas y ese niño tiene de todo, y aparentemente recibió todo el
amor de su padre, pero lo único que hizo su padre, es pervertirlo.
Lo mismo muchos cristianos pretenden de Dios, que Dios le bendiga y le llene de todo, su aparente
amor, lo que entendemos nosotros como amor, dame Señor, bríndame, levántame, prospérame, dame
aquel novio que quiero y la novia que quiero, dame el trabajo que anhelo, dame el título por el cual me
estoy esforzando, son todas cosas mías, y Dios no tiene problema con ninguna de ellas, eso es lo peor
de nuestra ignorancia, que Dios no tiene problema ni con un novio, ni con una novia, ni con la
prosperidad, ni con un trabajo, ni con una carrera, ni con un título profesional. Con lo único que tiene
problema Dios, es cuando nuestro corazón busca lo suyo propio, porque todas esas cosas te las dará
Dios en su orden, porque Él tiene propósito, verás su bendición pero mientras caminas en el propósito.
Entonces te vas a sentir pleno, ¿sabes por qué? No porque tienes lo que quieres, es porque estás
caminando sabiendo para qué vives sobre la Tierra, no hay nada peor que estar sobre la Tierra,
llamarnos cristianos, adorar a Dios y darle nuestros diezmos, y no saber para qué estamos sobre la
Tierra, es frustrante eso.
Por eso, la Iglesia se tiene que levantar porque hay un propósito, mi hermano, sobre la Tierra.
Por eso tantas veces te decimos, Dios te puso en un trabajo, hay un propósito de Dios allí, no estás sólo
porque te quiere prosperar, el resultado de Dios será tu prosperidad, si eres fiel, pero estás con un
propósito, mueve todos los cimientos de esa empresa por el poder de Cristo que te habita para que veas
el Reino de los cielo aparecer como una luz brillante sobre ese lugar, para eso estás ahí, no es
solamente para que Dios use eso para bendecirte, ése es el resultado que viene después, y si tienes
corazón como Abraham, te hará multimillonario, si tú no tienes un problema con el dinero. Si Dios no
tiene problema con eso, es el dueño de todas las costas, ¿cómo Dios podrá tener un problema en darnos
abundantemente? ¿Cómo Dios podrá tener un problema en que vivamos un matrimonio pleno y feliz?
Jamás podrá tener problema con eso, tiene problema cuando no estamos cumpliendo propósito y sólo
queremos para nuestras pasiones.
Esta es una artimaña del diablo, sacar a luz las pasiones escondidas que tú no has aprendido a matar en
Cristo, si no las matas saldrán a luz, esas pasiones te van a ahogar y aunque quieras resistir al diablo, no
va a huir, te va atormentar cada vez más, te vuelvo a repetir, no te estoy maldiciendo, te estoy
advirtiendo para que abras tus ojos, que hay una lucha espiritual y que el Señor ya hizo todo lo que
tenía que hacer para darnos victoria, pero ahora, nosotros deberemos vencer.
Y un pasaje más que leo, 1 Pedro 5; 1 Pedro capítulo 5, desde el versículo 5, también. 1 Pedro 5:5 dice:
"Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos;
y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:
Dios resiste a los soberbios,
Y da gracia a los humildes.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que él os exalte cuando fuere tiempo;
echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe,
sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo
en vuestros hermanos en todo el mundo."
1 Pedro 5:5
La sumisión, es la demostración práctica de nuestra humildad.
Escúcheme muy bien, yo puedo parecer muy humilde y hacer muchas cosas que parecen muy humildes
pero, ¿saben dónde empieza la sumisión... perdón, la humildad? Cuando hay sumisión, por eso la
Palabra advierte a los jóvenes, y no por nada advierte a los jóvenes, no es que el resto va a dejar
escuchar, ¡eh! Pero, ¿por qué habla a los jóvenes? Porque los jóvenes, cuando son jóvenes tienen aires
de grandeza, el joven cree que puede, que tiene la fortaleza, que lo va a lograr, y como diría la
psicología, como se está descubriendo a sí mismo y su propia personalidad, ¿no? Entonces busca la
manera de demostrarles a todos que pudo, pero eso no viene de Dios.
El joven que ama Dios, ¿sabe qué hace, jóvenes? Se somete a sus autoridades espirituales, pero no
porque se someten... porque ¡bah! Hay que someternos, ¿no? Se somete, porque de todo corazón se
somete, por eso, vean la diferencia de una persona que ama a Dios, miren a David, el rey, jovencito
ungido como rey, pero siempre sujeto a autoridad, siempre sujeto a autoridad, ¿qué era? ¿un muchacho
anormal? ¿No tuvo un psicólogo al lado que le dijera que tenía que descubrir su personalidad? No,
tenía algo a dentro, era humilde de corazón, y cuando se es humilde de corazón, uno se somete y se
sujeta, aprende a escuchar de la autoridad espiritual y a decir, lo que me dice, viene de Dios. Y te voy a
decir más, si lo que me dice no es de Dios pero yo lo hago por venir de una autoridad, Dios me honrará
a mí, pero le pedirá cuenta a él porque me haya hablado algo que no era de Dios, pero a mí me va a
honrar por haberme sujetado a la autoridad.
Por eso David cuando se sujetó a Saúl, cuando hacía cualquier tontería, pero Dios a quién honró, ¿a
Saúl o a David?
Pero luego dice, y todos sumisos unos a otros; y hay una grandeza que tenemos que aprender en la
Iglesia del Señor, sujetarnos los unos a los otros en el cuerpo de Cristo.
Por eso la Palabra dice, considerando los demás como superiores a mí mismo.
Yo repudio, en el Nombre de Jesús, cuando los hijos de Dios empiezan a decir, no, es que yo sé que la
Palabra dice... que mira lo que dijo aquél que se equivocó, siempre están buscándole el pelo al huevo,
siempre buscan la mosca en la leche, siempre... Todo tiempo, hay poca humildad de corazón, hay poca
humildad de corazón para aprender a sujetarse y saber que el Espíritu Santo también está allí, y me
puede bendecir a través de mi hermano y de mi hermana, me puede hablar, me puede mostrar a algo
que yo no he visto, y puede enriquecer mi vida por la grandeza de Cristo que está dentro tuyo, si yo me
olvido de eso afrento a Cristo, porque no es el asunto con el hermano, la hermana, si yo hago esto con
Ruth, no es un problema de Hernán con Ruth, es con el Cristo que está en Ruth, me vengo contra ése,
no contra la mujer que contiene la grandeza de Cristo.
Por eso dice, humíllense bajo la poderosa mano de Dios, porque donde está el poder de Dios y la
presencia del Señor, y yo aprendo a humillarme, entonces Dios me exalta. Pero, ¿para qué me exalta?
Para que se me vea, no, para ser efectivo sobre la Tierra para que el diablo huya, para que no tenga
nada que hacer, por eso dice después echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado
vosotros, ¿sabe por qué? Porque la ansiedad es sinónimo de una mente dividida, eso es lo que significa
la palabra ansiedad originalmente, mente dividida.
¿Sabe por qué? Porque la ansiedad en vez de permitirme meditar en el Señor, me hace siempre estar
pensando en aquello, en lo otro, y esto, y hay que solucionarlo, y necesito, y no meditó en el Señor.
Miren cuando veníamos para acá, veníamos hablando con nuestros hijos, por lo general como papás
somos bastante molestos con nuestros hijos, le estoy hablando de Lety y de mí, ¿sabe por qué? Porque,
no, no estoy hablando de todos los papás, no, estoy hablando de estos papás con los hijos que Dios nos
dio. ¿Sabe por qué? Porque una y otra vez repetimos, les decimos, les insistimos, ¿para qué venimos?
¿Y para qué estamos acá? Y hoy les venía preguntando varias cosas, pero entre otras cosas les dije, y si
hay muchos pensamientos en nuestra mente, ¿cómo podemos hacer para poder adorar al Señor
verdaderamente cuando estamos en la reunión? Y... intentaron varias cosas, hasta que Ariel se le
encendió el foco, y dice, pensando en Él. Ésa es la respuesta, le dije, si yo cuando llego acá pienso en el
Señor, nunca voy a tener un problema de distracción.
Ministerio Apostólico-Profético "Generación en Conquista"
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