historia union femenil chile

Anuncio
ESTATUTOS APROBADOS EN
1924:
Articulo 1 Nombre: El nombre de
la Organización es: “Unión
Misionera de Señoras Bautistas”
El carácter misionero de la
organización nacional y sus
componentes, fue establecido en
los estatutos adoptados en el año
1924. Allí se aclaran los propósitos
de “La Unión Misionera de Señoras
Bautistas” en los siguientes
términos:
Artículo 2° Objeto:
La organización tiene 4 objetos:
1 Despertar interés en el estudio de
las escrituras con el fin de alcanzar
el mejor desarrollo posible de la
vida espiritual
2. Interesar a las sociedades de
señoras en el trabajo de
evangelización en sus propias
iglesias
3. Despertar el sentimiento
misionero hacia todos los pueblos
de la tierra y
4. La enseñanza misionera de la
juventud de las iglesias
En forma de lema permanente este
propósito se expresa en el texto
“Colaboradoras juntamente con
Dios “(1 COR 3:9)
Expresado en actividades definidas,
las que se han llevado a cabo
durante los años, en cada sociedad
y personalmente por las socias,
incluyen:
1. La Oración; privada, el
culto familiar diariamente
en los hogares, cultos de
oración en otros hogares, 3
épocas de oración
celebradas por la sociedad
cada año.
2. El Estudio Bíblico y
Misionero; temas y clases
sobre asuntos devocionales
y sobre problemas del
diario vivir
3. El Servicio personal: En
alguna forma realizado por
cada socia con el fin de
ganar almas para el señor
4. Ofrendas voluntarias:
Como cooperación de cada
socia al sostén de su
iglesia.
HISTORIA UNION FEMENIL CHILE
Extracto del libro realizado por la celebración de 40
años. María de Moore año 1963
El origen de la obra femenil entre las iglesias
bautistas de Chile está íntimamente relacionado con el
temprano desarrollo y organización de estas iglesias.
Como es sabido, algunos colonos alemanes
organizaron, en el último decenio del siglo pasado, las
dos primeras iglesias bautistas en Chile, en Contulmo
y El Salto. Estas iglesias celebraban sus cultos en
alemán pero no tardaron en anunciar el evangelio en
castellano a sus vecinos.
Estos primeros bautistas, chilenos y alemanes,
cooperaron con misioneros aliancistas que llegaron a
Chile en aquellos años. Evangelizaron los campos, los
aserraderos y los pueblos de “la frontera” con gran
entusiasmo y duros sacrificios. Se organizaron iglesias.
Dios llamó a muchos jóvenes a dedicarse a la tarea de
sembrar la semilla del evangelio. Un colono, pastor
bautistas escoses, Guillermo Mc Donald empezó a
trabajar con ellos en el año 1899.
A comienzos del año 1908, por diferencias doctrinarias
como también de carácter personal, el hno. Mc Donald
se apartó de la Alianza, llevando consigo la mayor
parte de las iglesias y los pastores de habla castellana.
El escribía cartas continuamente para poner la naciente
obra bautista de Chile en contacto con otros cuerpos
bautistas del hemisferio.
En aquella época un pastor alemán de Brasil paso por
Chile y a su vuelta a Brasil contó con entusiasmo lo
que había visto entre los bautistas chilenos. A la vez el
misionero bautista Bagby recibió una carta del hno. Mc
Donald. La convención brasileña, con entusiasmo, voto
enviar al misionero Bagby a Chile para cimentar el
5. Enseñanza de la doctrina
de la mayordomía: y cada
sociedad contribuyendo
sistemáticamente a misiones
domésticas y a al sostén del
hogar bautista.
1. Enseñanza de los niños
en las sociedades:
Rayitos de sol, auxiliares
de niñas, embajadores
del rey, sociedad de
señoritas, en escuelas de
vacaciones y
campamentos de verano
Bajo la dirección de la Sra.
Catalina de Mc Gavock se
organizaron las sociedades
“rayitos de sol” cumpliendo así el
propósito de evangelizar y guiar
a los niños en el amor de Cristo.
La Sra. Mc Gavock desde el
principio se encargó de publicar
y distribuir programas y trabajos
manuales para los miles de niños
que asistían a las reuniones
semanales. Tal vez ninguna otra
fase de la obra femenil de las
iglesias Bautistas de chile ha
tenido mayor éxito en este
esfuerzo por evangelizar a los
niños.
Otro de los importantes acuerdos
de aquella convención fue el
destinar una parte de los fondos
de la Unión para pagar una beca
en el colegio bautista a favor de
una señorita, quien mas tarde
ayudaría en la obra de su iglesia.
Era el primer paso de
cooperación entre las sociedades
en un proyecto común. De allí en
adelante la Unión de Señoras
Bautista ha hecho ofrendas
especiales todos los años para el
sostén de proyectos específicos
y para cooperar con la
convención de las iglesias
bautistas de Chile en su obra
misionera y educacional.
1932 se empezó a celebrar el Día
mundial de oración en conjunto
con las Mujeres Bautistas del
alrededor del mundo.
compañerismo entre bautista de los dos países. De este
modo Guillermo Bagby llegó al sur de Chile en abril de
1908 y asesora en la organización de la Unión Bautista,
la que después llegó a ser la Convención Bautista de
Chile, ahora UBACH.
El misionero Bagby se fijó en el joven predicador
chileno Juan Domingo Álvarez, quien estaba
participando en las reuniones. Le invito a estudiar en el
seminario bautista en Rio de Janeiro. Las hermanas de
la 1° Igl. Bta. De Rio de Janeiro demostraron mucho
cariño al joven chileno que se encontraba muy extraño
entre el pueblo de habla portugués. El hno. Juan
Domingo asistió a reuniones de la Sociedad femenil y
llegó a admirar su organización. Al volver a Chile en el
año 1914 trajo una traducción al castellano de los
estatutos de la sociedad femenil y el firme propósito de
introducir una organización semejante entre las
hermanas bautistas de chile.
Ignoraba por cierto las grandes dificultades con que
habría de tropezar: la creencia tan arraigada en aquel
tiempo de que la mujer solo podía desempeñarse bien
en los quehaceres domésticos y la errónea
interpretación de las palabras del apóstol Pablo en el
sentido de negar a la mujer toda participación en el
trabajo
de
la
iglesia.
Fue así como el hno. Álvarez se encontró ante la
abrumadora tarea de vencer los prejuicios de los
esposos bautistas. Con paciencia siguió contando en las
iglesias que visitaba lo que hacían las hermanas de las
iglesias Bautistas de Brasil.
La primera Sociedad de señoras bautista de Chile
nació el 14 de Junio de 1914 en un lugar cercano a
Vilcún, en el fundo llamado “La Victoria”. Así se
cumplieron sus deseos. Fue aquel mismo grupo de
hermanos, el que pasado un tiempo, se trasladó al
pueblo dando origen a la Iglesia Bautista de Vilcún. En
los años siguientes se formaron otras sociedades en las pequeñas iglesias
alrededor de Vilcún, solo una de las cuales, además de la de Vilcún permaneció
para entrar en el año 1923 en la organización nacional.
Aquellas primeras sociedades naturalmente se establecieron conforme a los
estatutos y modo de trabajar de las de Brasil.
El propósito consistía en cooperar con su iglesia por medio de trabajos manuales,
socorrer a los enfermos y a los necesitados y asear el templo. Muy pocas
hermanas sabían leer, su vida diaria era el duro trabajo de casa y las
oportunidades para variados servicios eran escasas.
Las primeras iglesias bautistas en aquellos años se componían mayormente de
campesinos, trabajadores en los aserraderos y pueblitos de la frontera.
Viajaban a pie o en carretas largas distancias para asistir a las reuniones del
domingo. Estas se celebraban a veces a campo raso, a veces en algún galpón
prestado por el dueño del fundo. Frecuentemente se amanecía cantando toda la
noche para volver el lunes a sus hogares. Las hermanas servían el mate pan y
queso que habían llevado de su casa. Cuando asistían al culto se sentaban en
grupo aparte con sus hijos menores para ellas necia otro día de privilegios y
responsabilidades colaborando juntamente con sus hermanos hombres en la
evangelización del mundo.
Entre el año 1917 y 1922 llegaron 7 matrimonios de misioneros y dos solteras.
Las hermanas misioneras se interesaron en la obra femenil y en las iglesias donde
trabajaron, celebraron desde el año 1921 reuniones que luego se formaron
en sociedades en las Iglesias de Santiago, Concepción y Temuco.
Aunque en aquel entonces a ninguna iglesia se le ocurría nombrar una hermana
como mensajera a las reuniones anuales de la convención, sin embargo se halló
un grupo de hermanas, procedentes de varias iglesias, asistentes a la Convención
que se reunió en Valdivia en Enero de 1922. Allí, en una tarde se ausentaron de
las reuniones de los hermanos para discutir entre sí planes para el desarrollo de la
obra femenil.
Como resultado se nombró un comité encargado de llamar representaciones de
todas las sociedades de señoras para formar una organización nacional en el
lugar y fecha de la próxima convención de iglesias. Además se recomendó a las
sociedades que diesen mayor atención al estudio bíblico y a la oración en las
reuniones semanales. Para este fin se empezó a publicar inmediatamente en la
“Voz Bautista” sencillos programas para las sociedades.
La señora Tennessee de Hart presidió las reuniones de organización a principios
del año 1923 en Concepción. Ella escribió el siguiente informe para publicar en
la Voz Bautista: “Tuvimos la primera reunión el domingo 31 de diciembre, a las
2 de la tarde, con una asistencia de 37 hermanas. En esta reunión, después de oir
el informe del comité nombrado en Valdivia, se presentaron las hermanas
delegadas de 5 sociedades. Cada una dio un resumen del trabajo efectuado
durante el año.
También nos acompañaron hermanas de otras iglesias donde no hay sociedades”.
“En esta reunión fue nombrado un comité para formular estatutos como base de
nuestra organización. Forman este comité las hermanas: Claudina Vda. De
Villanueva, María de Moore, Ceferina de Fernández e Inés Graham.
La asamblea ofreció un voto de agradecimiento a la hna. Moore por su trabajo de
publicar las lecciones semanales que habían sido de gran ayuda y estimulo a las
sociedades durante el año. Se le pidió que siguiera haciendo los programas en el
año actual”.
Otras dos reuniones se celebraron los días lunes 1° y martes 2 de Enero en que la
señorita Agnes Graham habló acerca de la evangelización de los niños, nos hizo
ver que era de suma importancia aprender todo lo que nos fuese posible de las
enseñanzas d la Biblia para poder impartir luego a los niños, a los cuales tenemos
el sagrado deber de instruir y educar.
La hna. Ceferina de Fernández presentó en una manera gráfica el modo más
práctico de organizar una sociedad y los deberes de cada oficial. Además se
discutieron los siguientes asuntos: ¿Qué parte debe tomar la sociedad de señoras
en la obra de la Iglesia?, ¿Cómo conseguir asistencia a las reuniones ordinarias?
Las hermanas mensajeras que participaron en los trabajos de esta primera
convención fueron:
De la sociedad de señora s de la iglesia Recoleta: Socia de Pacheco
De la Santa Elena, Santiago: Claudina Vda. De Villanueva
Temuco: Ceferina de Fernández, Concepción de Merino, Antonia de Fernández y
Marcelina de Gatica.
De la de San José, Lucinda de Gassiot, Antonia Gassiot, Clara Lagos
De la de Concepción, Domitila de Paredes, Carolina Pérez, Demetria Pérez y
margarita de Romero.
Además estaban presentes en esta reunión las misioneras Tennessee,María
Moore.
Las 5 sociedades informaron un total de ofrendas para el año de de 716 pesos.
Otras hermanas que asistieron en calidad de visita por no haber sociedad formada
en su iglesia fueron: Osorno la sra. Del pastor Mancilla, de Valdivia Sra. Luisa
de Lara y su madre de Freire Sra. Rosa de Valderrama, de Nueva imperial Sra.
Del pastor Juan domingo Álvarez, de nacimiento Srta. Orfelina Sanzana y de los
Ángeles Srta. Emilia Sanhueza.
No hemos de olvidar que había otras sociedades ya organizadas, como la de
Vilcún, que no se hicieron representar en concepción.
Durante los años 1922 y 1923 se habían organizados muchas nuevas sociedades y
en enero de 1924 su representantes se reunieron en Temuco para tomar varios
importantes acuerdos.
Fueron aprobados los estatutos presentados por el comité indicado. Las Sra.
Ceferina de Fernández fue elegida presidenta y María de Moore secretaria
General; se eligieron vicepresidentas, una por cada asociación, encargadas de
visitar a las sociedades de su distrito y organizar nuevas sociedades en la iglesias
que nos las tenían.
El eficaz y sacrificado trabajo de las vicepresidentas ha sido uno de los secretos
principales del buen trabajo de las mujeres bautistas de Chile.
Descargar