por Victorio Paulón Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA Como Central de los Trabajadores de la Argentina saludamos con alegría la iniciativa de los compañeros de Plan Fénix de abordar en su publicación un tema tan importante como la Unasur. Fortalezas y debilidades de la Unasur N inguna construcción de esta naturaleza se explica fuera del contexto histórico en el cual se refleja la correlación de fuerzas y voluntad política de quienes la impulsan. Así como el Acta de Asunción, impulsada por los presidentes Alfonsín y Sarney, muestra la voluntad política de los gobiernos emergentes de la etapa de las dictaduras militares generalizadas que habían, por primera vez, regionalizado el terrorismo de Estado mediante el “Plan Cóndor”, el Mercosur muestra los límites de los gobiernos emergentes condicionados por las dictaduras en repliegue y amenazados por la ola neoliberal que se avecinaba en la región. Las marchas y contramarchas, los estancamientos y las lentas negociaciones valen como termómetro de las dificultades que se deben enfrentar en la voluntad de la integración política de nuestra América latina. Desde esa perspectiva la Unasur representa un verdadero salto cualitativo por expresar la firme voluntad política de los gobiernos populares emergentes de la década neoliberal de los noventa, construyendo decisiones políticas regionales que 5 2 > www.vocesenelfenix.com frenen el retroceso impulsado por las poderosas fuerzas reaccionarias que aún anidan en cada uno de nuestros países. Su principal fortaleza reside en la voluntad política colectiva para poner un freno definitivo a los remanidos golpismos que históricamente han desangrado a la región. Desde ese punto de vista la iniciativa en cuestión marca un punto de partida en el cual la política conduce la compleja negociación económica en países diferentes y no necesariamente complementarios. El Mercosur es la medida de esas dificultades. La Unasur, por el contrario, expresa la decisión política de proteger y profundizar la democracia respetando la pluralidad cultural preexistente desde Bolivia hasta el Brasil, que emerge de un colonialismo con severos resabios esclavistas. En medio de ambos, cada uno de nuestros países con sus olas de inmigrantes y sus culturas a cuestas. De esta democracia se trata cuando hablamos de esta novedosa iniciativa política que llevará como marca en el orillo la imagen de nuestro Néstor Kirchner. Como contrapartida, las debilidades son apenas su contracara. El predominio de lo político sobre otra consideración hace a la Unasur dependiente del carácter de los gobiernos que la integran. La baja institucionalidad habla de su fragilidad. A la fecha esta iniciativa refleja apenas el preámbulo de lo que debe ser nuestra constitución latinoamericana, pero como creemos que no hay futuro fuera de la integración, en lugar de debilidades debemos hablar de los primeros momentos de un largo tiempo latinoamericano que se va consolidando con mucha firmeza. > 53