SCJN. LOS ARTÍCULOS 1o., FRACCIÓN I Y 10 DE LA LEY DEL IVA, NO TRANSGREDEN EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA Autor: C.P.C. Héctor Manuel Miramontes Soto Introducción. El pasado 19 de junio de 2015 fue publicada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en el Semanario Judicial de la Federación, la tesis aislada identificada como 2a. XLI/2015 (10a.), número de registro 2009412, en materia constitucional, bajo el rubro: VALOR AGREGADO. LOS ARTÍCULOS 1o., FRACCIÓN I Y 10 DE LA LEY DEL IMPUESTO RELATIVO, NO TRANSGREDEN EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA., mediante la cual, medularmente se concluye que los dispositivos en cita no son violatorios de la garantía de legalidad tributaria consagrada en el artículo 31, fracción IV, Constitucional, habida cuenta que en el sistema tributario al cual pertenecen se encuentran precisados el sujeto y el objeto del impuesto, motivo por el cual, se dijo, no se deja al arbitrio de la autoridad fiscal la determinación de alguno de sus elementos esenciales. Lo anterior, al resolver el amparo directo en revisión 4704/2014, mediante el cual se tildaron de inconstitucionales dichos numerales y de cuyo estudio la SCJN afirmó que en el caso planteado, es posible advertir que la persona que realiza la enajenación de bienes en territorio nacional a una diversa que reside fuera de él, es el sujeto obligado a retener y enterar el impuesto al valor agregado y que el objeto o hecho imponible se actualiza cuando efectivamente se cobren las contraprestaciones derivadas de esa actividad, aun cuando el enajenante se reserve el dominio de lo enajenado; por lo que, si la ley relativa precisa el sujeto y el objeto del tributo, es claro que no se transgrede la garantía que se aduce violada, ya que no se deja al arbitrio de la autoridad la determinación de alguno de los elementos esenciales del tributo cuestionado. La tesis que se comenta, es del tenor siguiente: Época: Décima Época Registro: 2009412 Instancia: Segunda Sala Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Publicación: viernes 19 de junio de 2015 09:30 h Materia(s): (Constitucional) Tesis: 2a. XLI/2015 (10a.) VALOR AGREGADO. LOS ARTÍCULOS 1o., FRACCIÓN I Y 10 DE LA LEY DEL IMPUESTO RELATIVO, NO TRANSGREDEN EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA. Los artículos citados establecen que una de las actividades objeto de esa contribución es la enajenación de bienes que se realiza en territorio nacional, lo que acontece si en él se encuentra el bien al efectuarse el envío al adquirente o cuando, no habiendo tal, en el país se lleva a cabo la entrega material de aquél por el enajenante, supuestos previstos bajo la lógica de que en cualquiera de ellos, el adquirente se encuentra fuera del territorio nacional. Por otra parte, de los artículos 8o. y 11 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, así como 14 del Código Fiscal de la Federación, deriva que la enajenación de bienes se entiende por efectuada cuando efectivamente se cobran las contraprestaciones, aun cuando el enajenante se reserve el dominio del bien. Bajo esta perspectiva, de una interpretación sistemática de los numerales mencionados, es posible advertir que la persona que realiza la enajenación de bienes en territorio nacional a una diversa que reside fuera de él, es el sujeto obligado a retener y enterar el impuesto al valor agregado y que el objeto o hecho imponible se actualiza cuando efectivamente se cobren las contraprestaciones derivadas de esa actividad, aun cuando el enajenante se reserve el dominio de lo enajenado. De acuerdo con lo expuesto, los artículos 1o., fracción I y 10 de la ley aludida no contravienen el principio de legalidad tributaria contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues en el sistema tributario al cual pertenecen se encuentran precisados el sujeto y el objeto del impuesto, motivo por el cual, no se deja al arbitrio de la autoridad fiscal la determinación de alguno de sus elementos esenciales. SEGUNDA SALA Amparo directo en revisión 4704/2014. Patrón Spirits México, S.A. de C.V. 15 de abril de 2015. Cinco votos de los Ministros Eduardo Medina Mora I., Juan N. Silva Meza, José Fernando Franco González Salas, Margarita Beatriz Luna Ramos y Alberto Pérez Dayán; votaron con salvedad Margarita Beatriz Luna Ramos y Eduardo Medina Mora I. Mayoría de cuatro votos en relación con el criterio contenido en esta tesis. Disidente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Ponente: Alberto Pérez Dayán. Secretaria: Lourdes Margarita García Galicia. Esta tesis se publicó el viernes 19 de junio de 2015 a las 09:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación. Sujetos y objeto de la LIVA. Conforme a lo dispuesto por el artículo 1º de la Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA), se desprende con meridiana claridad que el objeto de este impuesto es la realización de los actos o actividades que en dicho numeral se precisan (enajenación de bienes; prestación de servicios independientes; otorgamiento del uso o goce temporal de bienes; y, la importación de bienes y servicios); y, que los sujetos del impuesto lo son las personas físicas y morales que en territorio nacional realicen dichos actos o actividades; luego entonces, el hecho generador o hipótesis de causación del tributo es la realización de los actos o actividades que se indican por los sujetos del tributo, en territorio nacional, motivo por el cual y en vía de consecuencia, el impuesto se causa en el momento en el que el sujeto pasivo realiza la conducta (el acto o actividad) prevista por la ley como hipótesis de causación, con independencia al momento en el que la propia norma establezca como período o fecha de pago. Por ello y aplicando este razonamiento para el caso de la prestación de servicios y para el otorgamiento del uso o goce temporal de bienes, se tiene que el impuesto al valor agregado (IVA) se causa en el momento en el que se presta el servicio o se otorga el uso o goce temporal de bienes, determinándose su cuantía de manera simultánea al aplicarse la tasa del impuesto al valor del acto o actividad de que se trate, de conformidad con lo que dispone el precitado artículo 1º; y, el impuesto se paga en el momento en el que se cobren las contraprestaciones y sobre el monto de cada una de ellas, al tenor de lo dispuesto por los artículos 17 y 22 de la LIVA en comento. No obstante lo anterior, para el caso de la enajenación de bienes, con la reforma vigente a partir del 1º de enero de 2003, el legislador confundió el momento de la causación del tributo con el momento del pago, al reformar el contenido del artículo 11, al establecer que se considera que se efectúa la enajenación, es decir, que se realiza la misma, en el momento en el que efectivamente se cobren las contraprestaciones y sobre el monto de cada una de ellas, contrariando con ello la hipótesis de causación prevista a su vez en el artículo 1º y el principio de causación de las contribuciones contenido en el artículo 6º del Código Fiscal de la Federación (CFF); lo que lleva al extremo de considerar que en una enajenación de bienes pagadera a plazos, habrá tantas “enajenaciones” como número de parcialidades se hubiesen convenido. Sin embargo, lo cierto es que, conforme a lo dispuesto por el Legislador, habrá enajenación hasta el momento en el que efectivamente se cobren las contraprestaciones y sobre el monto de cada una de ellas. Para una mayor claridad de lo que se dice, véase a continuación el contenido del artículo 1º, así como, del primer párrafo del artículo 11 en comento: Artículo 1º. Están obligadas al pago del impuesto al valor agregado establecido en esta Ley, las personas físicas y las morales que, en territorio nacional, realicen los actos o actividades siguientes: I. II. III. IV. Enajenen bienes Presten servicios independientes Otorguen el uso o goce temporal de bienes Importen bienes o servicios El impuesto se calculará aplicando a los valores que señala esta Ley, la tasa del 16% […] […] Artículo 11. Se considera que se efectúa la enajenación de los bienes en el momento en el que efectivamente se cobren las contraprestaciones y sobre el monto de cada una de ellas. Concepto de enajenación para efectos fiscales. Como es de explorado Derecho, el artículo 14 del CFF, dispone que se considera enajenación para efectos fiscales, entre otros supuestos, a toda transmisión de propiedad, aún en la que el enajenante se reserve el dominio del bien enajenado (fracción I), motivo por el cual, podemos afirmar que en esta hipótesis se comprende a las operaciones de compraventa de bienes; a la cesión de derechos; a las adjudicaciones; a las daciones en pago; a las aportaciones a una sociedad o asociación; entre otros supuestos. Es decir, todos aquellos actos jurídicos mediante los cuales se transmita la propiedad de un bien, con independencia a las personas que en dicha transmisión de propiedad participen. No obstante ello, el penúltimo párrafo del artículo 14 en cita, dispone que, se considera que la enajenación se efectúa en territorio nacional, entre otros casos, si el bien se encuentra en dicho territorio al efectuarse el envío al adquirente y cuando no habiendo envío, en el país se realiza la entrega material del bien por el enajenante. De lo antes dicho podemos afirmar que, habrá enajenación en territorio nacional cuando un residente en el extranjero que posea bienes situados en territorio nacional los enajena a un residente en México, haciendo la entrega material al adquirente en territorio nacional. O, cuando un residente en México realiza una enajenación a un residente en el extranjero, de un bien situado en territorio nacional, mismo que con motivo de la enajenación lo envía al adquirente residente en el extranjero. En estos dos supuestos y conforme al dispositivo en cita, se entenderá que existe enajenación de territorio nacional, independientemente del lugar en el que se celebre el acto jurídico mediante el cual se realice la transmisión de propiedad y con independencia a la residencia de los participantes. Garantías tributarias y el pago de los impuestos. Para los fines de este otro apartado, es útil considerar que la obligación de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, encuentra su fundamento en lo que establece el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la letra dice: Artículo 31.- Son obligaciones de los mexicanos: […] IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. Como se puede apreciar la fracción IV del dispositivo en cita, establece la obligación a cargo de todos los mexicanos de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, ya sea de la Federación, del Distrito Federal o del Estado y Municipio en el que se resida, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. De lo anterior se puede afirmar que el fundamento Constitucional que obliga al pago de las contribuciones en nuestro país se contiene en el artículo 31, fracción IV, Constitucional, del cual se derivan las siguientes garantías tributarias, consideradas hoy en día como garantías fundamentales, a saber: Garantía de proporcionalidad. La cual requiere que la base del tributo sea conforme con la capacidad contributiva del sujeto obligado. Garantía de equidad. La cual exige que las leyes fiscales traten igual a todos aquellos que se encuentren en la misma situación económica y jurídica frente al objeto del impuesto (“tratar igual a los iguales y desigual o los desiguales”). Garantía de legalidad. Requiere que las contribuciones y sus elementos esenciales se encuentren contenidos en una ley formal y materialmente legislativa. En este sentido, la SCJN ha establecido mediante criterios jurisprudenciales que los elementos esenciales de los tributos son el objeto, el sujeto, la base gravable, la tasa o tarifa y el lugar o época de pago, mismos que deben de contenerse en la ley que establezca el tributo respectivo. Garantía de destino al gasto público. Exige que todas las contribuciones sean destinadas al gasto público, conforme a los Presupuestos de Egresos y a la Ley de Ingresos que para cada ejercicio fiscal sean aprobados por el Congreso de la Unión. Análisis de la Tesis sujeta a estudio. Ahora bien, si conforme a la primera oración del primer párrafo del artículo 10 de la LIVA se dispone con meridiana claridad que, para los efectos de la LIVA, se entiende que la enajenación se efectúa en territorio nacional, si en él se encuentra el bien al efectuarse el envío al adquirente y cuando, no habiendo envío, en el país se realiza la entrega material del bien por el enajenante, es válido concluir que, en los casos en los que una persona que realiza la enajenación de bienes en territorio nacional a una diversa que reside fuera de él, aquella es el sujeto obligado a trasladar y enterar el impuesto al valor agregado, al ser la persona que en territorio nacional realiza la enajenación, en el entendido que, el objeto o hecho imponible se actualiza cuando efectivamente se cobren las contraprestaciones derivadas de esa actividad, aun cuando el enajenante se reserve el dominio de lo enajenado; por lo que, en este supuesto, los artículos 1o., fracción I y 10 de la ley aludida no contravienen el principio de legalidad tributaria contenido en el artículo 31, fracción IV, Constitucional, pues efectivamente, en el sistema tributario al cual pertenecen se encuentran precisados el sujeto y el objeto del impuesto, motivo por el cual, no se deja al arbitrio de la autoridad fiscal la determinación de alguno de sus elementos esenciales. Comentario final. La tesis que se analiza viene a mejorar la dicción del Derecho en materia tributaria, ya que, en el caso que se comenta, confirma que el ámbito espacial de aplicación de la LIVA comprende a los actos o actividades que se realicen en territorio nacional, por concepto de enajenación de bienes, prestación de servicios independientes, otorgamiento del uso o goce temporal de bienes y la importación de bienes o servicios; siendo los sujetos del IVA las personas físicas o morales que realicen tales actos o actividades, independientemente de su nacionalidad o residencia, de tal suerte que, si un residente en el extranjero realiza un acto o actividad de las que se habla en territorio nacional, por ese solo hecho será sujeto del impuesto y en consecuencia tendrá la obligación de trasladar el mismo y enterarlo al fisco federal en el plazo previsto para ello, al igual que los residentes en México que realicen dichos actos o actividades. En el entendido que, conforme a lo dispuesto por el primer párrafo del artículo 10 de la LIVA en cita, se considerarán comprendidas dentro de su ámbito espacial de aplicación, aquellas enajenaciones que aun siendo celebradas en el extranjero, se refieran a bienes que se encuentren en territorio nacional al efectuarse el envío al adquirente, o bien, cuando no habiendo envío, en México se realice la entrega material del bien por el enajenante; entre otros supuestos contenidos en el dispositivo en comento.