Primer premio de la categoría de primer ciclo Mi historia transcurre en Madrid, por Alejandro Díaz Martín-Albo, de segundo de ESO Mi historia transcurre en Madrid, en el barrio de Santa Catalina, donde había vivido con mis padres y mi abuelo durante toda mi vida. Mi vida en Santa Catalina era normal , mi madre trabajaba en la ferretería de la familia y mi padre en una empresa de fabricación de plásticos. Yo iba al colegio , mis padres trabajaban hasta las 20:00 , mi abuelo se dedicaba a su colección de antiguos sellos de diferentes países … Todo empezó a torcerse cuando a mi padre lo despidieron del trabajo y pasaba todo el día en casa , solo , ya que mi madre tenía que doblar su turno para poder sacar adelante a la familia. Pese a nuestra crítica situación mi padre comenzó a meterse en chanchullos que tenían que ver con las drogas y las tratas de blancas , al principio solo se dedicaba a pasar pequeñas porciones de cannabis para consumidores del barrio. La policía había estado a punto de pillarle varias veces , pero siempre conseguían escaparse por los callejones. Con el paso del tiempo la tentación de mi padre hacia las drogas pasó a ser mayor , ya no era solo tráfico , sinó que empezó a consumir cómo si fuera un cosaco y a trapichear para uso y disfrute propio. Lo que empezó siendo una necesidad acabo siendo un vício. Mi vida empezó a cambiar de una manera inesperada , mi madre vivía atemorizada por el giro que había dado el carácter de mi padre y mi abuelo cayó enfermo , nunca supe si fue por la edad o por ver la situación en la que mi padre había dejado a la familia. Las deudas empezaron a caer por todos los lados y tuvimos que mudarnos a otra casa , en un barrio mucho peor. Bueno , mucho peor en teoría , porque para el “trabajo” de mi padre era mucho mejor , allí podía desenvolver sus trapicheos cómo quería y sus camellos no paraban de dar portazos en casa reclamando un dinero que mi padre se había gastado en bebida y droga y que mi madre no podía devolver. Dado a la situación de mi padre , me decidí a hacerle ver que este no era el camino que si seguía así podría acabar muerto o encerrado, pero se negó a hacerme caso. Entonces estallé , empecé a echarle en cara todo lo que había hecho por hundir a la familia , cuando de pronto , se giró y estampó su puño izquierdo contra mi hombro. Me levanté como si nada y hize lo peor que podía haber hecho, plantarle cara. Entonces fue cuando empezó mi pesadilla , comenzó a golpear mi cuerpo como si fuera un saco de boxeo y el dolor no vino de los golpes sino de la imagen de los ojos llorosos de mi abuelo observando indefenso e inmóvil la jauría a través de una rendija de luz que dejaba la puerta de mi habitación… Durante las siguientes semanas la relación con mi padre fue inexistente , hasta que un día entró en mi habitación y comenzó a golpearme como si se hubiera vuelto loco. Ya era tarde para hacer algo, el maltrato ya era constante, habitual y mi padre se dedicaba a descargar en mi todas sus frustraciones diarias y problemas laborales y personales…Yo no podía compartir con nadie mis problemas ya que nos habíamos cambiado de barrio, lo único que podía hacer era llorar y lamentarme cuando veía las marcas y los moratones que ya hacían en mi cuerpo día a día desde que mi padre comenzó a utilizarme para sus descargas de furia. La “vida” pasaba lenta para mi, mi abuelo murió, mi madre estaba muy ocupada trabajando 12 horas diarias para poder dar de comer en casa y mi padre…Bueno mi padre seguía utilizándome como conejo de indias día a día… Un día llegó una carta a casa, mi madre la dejó apartada con las otras deudas y demás…Pero esa carta no era una carta más, mi padre vio algo raro en esa carta, cuando se levantó con deseos de abrirla y vió que una citación de juicio por maltrato estaba ante él. Fue tal la furia y enfado de mi padre que de una patada tiró al suelo la puerta de mi cuarto y empezó a golpearme sin piedad, parecía que no iba a parar nunca, sus azotes eran constantes, mi padre me golpeaba y me golpeaba sin saber que no fui yo el que puso esa denuncia de maltrato, sino mi abuelo antes de morir, ya entendía el motivo de su muerte, había hecho todo lo que debía hacer. Tengo 37 años, tengo una mujer, tengo hijos, tengo una casa y un trabajo con el que puedo dar de sobra de comer a mi familia, tengo una vida…Lo único que no tengo, es un pasado, mi padre fue el encargado de borrarlo, de hacer que sea mejor no recordar nada. Solamente debo recordar mi ignorancia infantil, yo era pequeño y no podía ver las cosas claras, pero gracias a mi abuelo que hizo su último esfuerzo para sacarme de aquella situación, ahora estoy aquí…Mi padre fue a la cárcel, mi madre y yo nos fuimos a vivir a otro barrio, los chanchullos ya no entraban en casa, nadie aporreaba nuestra puerta cuando dormíamos, mi madre ya no trabajaba tanto para mantener y satisfacer los deseos de mi padre y yo…Bueno yo , intentaba hacer una vida normal, pero aunque no quisiera, nunca pude olvidar del todo aquella frustración…