Cuento Un Ratoncito Valiente

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Un Ratoncito Valiente
En Venezuela existía un pueblito llamado RATOLANDIA, la
COMUNIDAD del pueblito estaba llena de numerosas familias de
ratones, cientos de ratoncitos vivían felices en aquel pueblito.
Pasaban su tiempo buscando alimentos y disfrutaban en familia, con
una sola preocupación…. ¿Y qué era? ¡Un Gato que los fastidiaba!!
Un
día se encontraba Samuelito, el ratoncito
más veloz de Ratolandia, jugando con una pelota
en la hierba de un parque cercano a su casa, la
pelota se le escapó lejos llegando a las patas de
un gatico muy travieso llamado Minino, era de un
pueblo que tenía por nombre GATOLANDIA,
comunidad muy apática y rebelde, según la
comunidad de Ratolandia. Samuelito se sintió un
poco asustado al ver aquel gato, y salió corriendo
tan rápido como una bala, dejando la pelota en
poder de Minino, ya que aquel gato se la pasaba
asustando una vez por semana a todo el pueblo
de Ratolandia.
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Samuelito llegó a su casa, cansado y triste por haber perdido su pelota y le contó a su papá lo
sucedido. Santiago el papá de Samuelito era el presidente de la comunidad de ratones, se encontraba
frustrado y buscándole una solución al problema planteado.
Santiago pensó en hablar con aquel gato travieso y decirle que dejara en paz a su comunidad, pero cada
vez que intentaba hacerlo se llenaban de miedo tanto él como los demás ratones y salían corriendo a
PROTEGERSE en sus hogares, el gato era una AMENAZA, y los ratones se sentían VULNERABLES, ya
que corrían el RIESGO de que aquel gato se los comiera.
Todos los ratones entre sí, se preguntaban el porqué este gato asustaba a su comunidad una vez por
semana, pero nadie se atrevía a preguntárselo a Minino.
Sin embargo a parte rápido y con buenas condiciones físicas, Samuelito era un ratón muy inteligente y
se le ocurrió un PLAN, dicho plan era un poco arriesgado, ya que constaba de hacerse perseguir por
Minino hasta que este quedara en el piso casi muerto de cansancio, agotado Minino no podría moverse y
los ratones en ese momento aprovecharían para amarrarlo y así no fastidiaría más, de
manera que podrían conversar con él y preguntarle porqué fastidiaba a su
pueblo, con la aprobación de Santiago, se le iba a dar marcha al plan.
Asi fue.. un jueves los ratones de Ratolandia estaban
entretenidos jugando unos con otros en la plaza de su comunidad
¡¡Cuando Minino, había llegado de manera sorpresiva!! Ocurrió la
ALERTA, todos los ratones salieron corriendo quedando sólo
Samuelito lleno de valentía; se hizo ver del gato, entonces
Minino salió a perseguirlo, corrió y corrió pero Samuelito era tan,
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pero tan rápido y ágil, que hizo que Minino cayera boca abajo con la lengua afuera, casi muerto del
cansancio, pues el gato no se podía mover. Samuelito dió la ALARMA para que los ratones salieran a
amarrar al gato; sin embargo, estos por miedo no salieron y Minino ya recuperado atrapó a Samuelito,
pero para sorpresa de todos no le hizo daño alguno, sólo le pregunto porque los ratones le tenían tanto
miedo, si él sólo queria conversar con alguno de ellos, Minino le hizo saber que era un mensajaro de la
comunidad de GATOLANDIA quienes querían conversar con todos los ratones para que los ayudaran a
RESOLVER UN PROBLEMA, pero que cada vez que se acercaba de cualquier manera rápido o lento, los
ratones no se dejaban hablar y sólo se escondian en sus casas. En ese momento Santiago y los ratones
de toda la Comunidad salieron, suplicándole que no se comiera a su hijo, pero Minino respondió: – “yo no
pretendo comerme a su ratoncito, sólo quiero conversar con
ustedes, pero ustedes han sido muy apaticos con nosotros
los gatos, he venido una vez por semana a hablarles ya que
tenemos un problema y es que un perro pasa una vez por
semana a fastidiar mi comunidad GATOLANDIA”
¡¡Todos se quedaron sorprendidos!!, pero posterior a eso
se hacian reuniones entre ambas comunidades una vez a la
semana, para resolver los problemas, no sólo de ellos sino
prestarle apoyo a un perro que también había solicitado su
ayuda.
Moraleja: escuchando opiniones y uniendo esfuerzos,
podríamos llegar a un acuerdo de resolver problemas en
conjunto; a veces la solución puede estar en nuestras manos;
hagámosla saber. Los apáticos podemos ser nosotros….
Autor: Edgardo J. Rivas
Arreglos: Leticia Sánchez
Dibujos: Yegmi Sánchez
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