AMARLOS PARA HACERLOS VIVIR Ficha de Trabajo N° 3. MES DE LA SOLIDARIDAD. Programa VES. 2012 “Urgido por la justicia y animado por el amor… Tomar en primer lugar la miseria del pueblo. Es la menos merecida, la más tenaz, la que más oprime, la más fatal. Y el pueblo no tiene a nadie para que lo preserve, para que lo saque de su estado. Algunos se compadecen de él, otros lamentan sus males, pero, ¿quién se consagra en cuerpo y alma a atacar las causas profundas de sus males? De aquí la ineficacia de la filantropía, de la mera asistencia, que es un parche a la herida, pero no el remedio profundo. La miseria del pueblo es de cuerpo y alma a la vez. Lo primero, amarlos: Amar el bien que se encuentra en ellos, su simplicidad, su rudeza, su audacia, su fuerza, su franqueza, sus cualidades de luchador, sus cualidades humanas, su alegría, la misión que realizan ante sus familias... Amarlos hasta no poder soportar sus desgracias... Prevenir las causas de sus desastres, alejar de sus hogares el alcoholismo, las enfermedades venéreas, la tuberculosis. Mi misión no puede ser solamente consolarlos con hermosas palabras y dejarlos en su miseria, mientras yo almuerzo tranquilamente, y mientras nada me falta. Su dolor debe hacerme mal: la falta de higiene de sus casas, su alimentación deficiente, la falta de educación de sus hijos, la tragedia de sus hijas: que todo lo que los disminuye, que me desgarre a mí también. Amarlos para hacerlos vivir, para que la vida humana se desarrolle en ellos, para que se abra su inteligencia y no queden retrasados. Que los errores anclados en su corazón me pinchen continuamente. Que las mentiras o las ilusiones con que los embriagan, me atormenten; que los periódicos materialistas con que los ilustran, me irriten; que sus prejuicios me estimulen a mostrarles la verdad.” (Fragmentos del texto: “A quiénes amar?”. San Alberto Hurtado. 1947) En el Mes de la Solidaridad celebramos el paso de San Alberto Hurtado por nuestra historia y nuestro país. Todos guardamos en nuestro corazón imágenes o palabras de San Alberto que nos han hecho VIVIR el evangelio. Un hombre que dedicó su vida a demostrar que el amor de Cristo por los más pobres y necesitados debe movilizarnos. Un constructor de la justicia social; de una vida plena de oración y acción; de una exhortación constante a ser testigos de la fe en el mundo; un hombre que hablaba con fuerza, amparado en el deseo de ser un verdadero discípulo de Jesucristo; un chileno que llegó a la santidad… por eso, este mes los invitamos a conocer más sobre él y su mensaje. Hoy, queremos reflexionar sobre uno de los textos más preciosos que nos dejó. Queremos que sus palabras nos iluminen el camino de fe que llevamos como comunidad inserta en el mundo de la educación superior. No basta sólo con leerlo; queremos que penetre nuestra vida y nos anime en el espíritu, para vivir este mes con verdadero sentido de solidaridad. Por eso, los invitamos a trabajar esta ficha en este encuentro de comunidad. Las palabras de San Alberto, a pesar de haber sido escritas hace más de 50 años, tienen mucho que ver con lo que sucede en nuestra sociedad hoy. Pareciera que el tiempo hubiese pasado en vano, y que no hemos sido capaces de hacernos cargo realmente de la pobreza que existe en nuestro país. Aquellos que hemos conocido de cerca la realidad que nos describe el texto, no quedamos indiferentes a lo que acabamos de leer. No podemos dejar de pensar en los rostros que conocemos inmersos en la miseria, drogadicción, delincuencia, condiciones inaceptables de “sobrevivencia”; y que, además de todo, se ven golpeados por la discriminación, exclusión, estigmatización social y los prejuicios que les impiden volver a ser vistos como personas. San Alberto nos increpa y nos recuerda que amar es más que una palabra o un concepto vacío, está lleno de acciones concretas que nos permiten cambiar la vida de otros. Nos recuerda que ellos son nuestros hermanos en Cristo, Hijos de Dios creados a imagen y semejanza del Señor, al igual que cada uno de nosotros; y, por lo tanto, debemos tratarlos con dignidad. Debemos preocuparnos por aquello que los aqueja y no los deja vivir. Debemos entregar todo lo que está a nuestro alcance, incluso nuestras debilidades, pues reconociendo la fragilidad que tenemos, seremos capaces de amarlos desde lo que somos. Amarlos para hacerlos vivir, no es una frase sin sentido o una utopía…es un mandato que hemos recibido de Jesús. Es parte de nuestro deber como discípulos suyos preocuparnos verdaderamente por aquellos que el resto no se preocupa. Demostrarles que para nosotros son más que un número, que son tan importantes como cualquier persona. Quererlos, escucharlos, comprenderlos, apoyarlos, acompañarlos en la vida y entregar de nosotros todo lo que podamos para que sus necesidades se vean disminuidas. Lo primero, amarlos. LO PRIMERO. San Alberto no se queda en la importancia del amor que nos impulse a ocuparnos del pobre…resalta que debemos comenzar con el amor. Mirarlos, encontrar a Jesús en ellos. Mirarlos desde el amor en Cristo nos abre los ojos. No amamos lo que no conocemos, amamos aquello que se vincula con nosotros. Debemos darnos el espacio de aproximarnos a ellos, conocerlos, saber de sus vidas, de sus dolores, de sus alegrías… Amar todo lo que significa su presencia en nosotros. Amarlos como somos amados por Dios. Amarlos hasta no poder soportar sus desgracias. Quedar inquietos en las noches de lluvia, de frío, saber que necesitan comida todos los días, que sus cuerpos están debilitados, que sus hijos no tienen ropa... Reconocer la gracia de tener en nuestros hogares todo lo que necesitamos para una vida digna, pero ocuparnos de los que no tienen lo mismo. Luchar porque su situación cambie de verdad, movilizarse por la justicia que se merecen, reconocer que no les estamos dando nada más de lo que justamente debieran tener… PARA REFLEXIONAR… PROPUESTA METODOLÓGICA Inicio *¿Qué frases del texto que he leído me interpelan? ¿Por qué? *¿Cómo ha sido mi preocupación por los pobres? ¿es parte importante de mi vida cristiana? ¿ por qué? *¿Cómo puedo utilizar las habilidades y conocimientos que estoy adquiriendo en mi carrera en beneficio de las personas más pobres y vulnerables? Asesor o coordinador de la comunidad comienzan con una breve oración y contextualizando el tema dentro del mes de la solidaridad y la figura de San Alberto Hurtado. Desarrollo de la ficha Cada miembro de la pastoral lee en silencio y trabaja las preguntas de la ficha de manera personal. Luego, coordinador o asesor invita a compartir las reflexiones individuales animando a que se profundice sobre las acciones concretas que podemos ir desarrollando para demostrar el amor por los ¡Estamos en Web! pobres. Visítanos en la dirección: Término dirección del sitio Web Para finalizar se invita a que la pastoral proponga una instancia de apostolado que se relacione con la identidad de la comunidad o la carrera que están estudiando los miembros de ésta. Se propone que para esa instancia sean invitados todos los alumnos de la comunidad estudiantil, asumiéndola como un espacio de misión joven.