Utopía - Ediciona

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Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Taller de Producción y Comprensión de Textos II
Comisión 4
Iza Guadalupe - leg. 18100/9
Año:2009
Trabajo Final
Consigna:
Diagramar una revista para la web y presentarla impresa, en hoja A4,
y en formato digital. La misma deberá contener:
Nombre del sitio
Tratamiento visual adecuado: en el que se incluye una
botonera (la cual contenga un mínimo de 4 botones) con sus
respectivos nombres, haciendo alusión a los temas tratados; el
contenido mismo de los botones señalados; e imágenes que
acompañen a los textos desarrollados.
Cuatro textos:
- Presentación del sitio.
- Texto Informativo: relacionando 5 autores y/o textos del
programa de la cátedra.
- Texto Argumentativo: respondiendo a las preguntas “¿cuál
fue el texto que más te gustó y por qué?” y “¿cuál fue el texto
que menos te gustó y por qué?”
- Texto Literario
La revista deberá girar en torno a una temática, entre las que se
pueden elegir:
Utopías
Proyectos de País
El Ser Nacional y la sociedad
La violencia
Los enfrentamientos
Periodistas y escritores
Tipografía:
Texto: Tamaño 9, interlineado sencillo
Título: Tamaño 14
Subtítulo: Tamaño 12
Fecha de Entrega: 17 de Noviembre de 2009
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Tema:
“Las Utopías”
Nombre del sitio:
”El pequeño unicornio”
Botonera:
Presentación del sitio: “¡Bienvenido!”
Texto Informativo: “Cuentos que cuentan”
Texto Argumentativo: “Duelo de titanes”
Texto Literario: “”Había otra vez…”
Autores y textos seleccionados:
José Hernández – “El Martín Fierro” (selección)
Raúl Scalabrini Ortiz – “El hombre que está solo y espera”
(selección)
Quino – “Mafalda”
Francisco “Paco” Urondo – Poemas (selección)
José Pablo Feimann – “Digamos Boludeces”
Roberto Arlt – “Aguafuertes porteñas”
Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares - “La fiesta del
monstruo”
Estrategia Comunicacional:
Pensando en el concepto que refleja la palabra “Utopía”, se buscó
encarnizarla en un personaje. Por eso, el nombre del sitio y la revista
digital giran en torno al Unicornio. Un actor mitológico que refleja la
fortaleza y la esencia pura de las cosas. Entendiendo, así, a las utopías
como la idealización de los fines máximos del hombre, sobrepasando los
límites propios de la realidad. El individuo, desde las utopías, como un
unicornio.
Es por eso que el sitio se llama “el pequeño unicornio”. Teniendo en
cuenta que, en rangos generales, las revistas digitales no logran una
masividad como otras páginas web (ej: Facebook), se habla de un sitio
pequeño. Sumando a la idea de la individualidad, desde la propia
masividad, como un aporte dentro de la complejidad que implica la
conformación y comportamiento de la sociedad en sus aspectos
locales y globales.
Así mismo, al referirse a la palabra “pequeño” es inevitable pensar en
las etapas evolutivas de los seres vivos. Se entiende, entonces, pequeño
por aquel cuya edad es inferior a la adultez y también como algo
naciente. Además, existe un rasgo fundamental respecto del niño, del
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pequeño, que tiene que ver con la ingenuidad que el mismo porta. En
este sentido, se halla relacionado con la mirada utópica; teniendo en
cuenta que la idealización previene de cierta ingenuidad que gira en
torno a una realización perfeccionista del individuo.
Partiendo de esta base, se pensó el espacio como un lugar en donde
converge la literatura y la historia desde una mirada que tiene que ver
con todo el desarrollo de la utopía/ingenuidad/mitología. Es decir,
abarcar una mirada que traspase la postura académica sobre el
intelectualismo literario, para darle un giro, si se quiere, más infantil.
Esto, no sólo tiene que ver con los conceptos elegidos; sino que,
además, a lo largo del tiempo se ha perdido el interés tanto por la
literatura, como por la historia. Entonces, sabiendo que los sitios web
demandan una instantaneidad constante, es conveniente presentar la
página con un formato llamativo, fresco y juvenil; pero sin descartar el
contenido textual que atañe a la idea de crear una revista: el informar.
Se podría decir, que la revista está orientada a los adultos, pero que,
desde su formato, no sólo se informa sino que también los permite jugar
con su propia infantilidad reprimida, olvidada con el paso del tiempo.
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Presentación del sitio (1.160 caracteres con espacios, incluye título):
¿Mitología o realidad?
Así se conforma la historia: entre relatos y hechos. Aún repercuten en el tiempo, las voces de quienes
la representan, con cuentos y aventuras de personajes ficticios que se asemejan a la vida cotidiana. Un
poco del contexto, en el que nos sumergimos, marca la impronta de aquello que pensamos. La
metamorfosis constante del ser argentino, del ser individuo, del ser un protagonista anónimo.
Los ideales que conducen en esta travesía, representan, a lo largo y a lo ancho del mundo, las
necesidades del hombre como individuo social. Entonces, nacen las utopías como pequeños unicornios
que podrían purificar las aguas contaminadas, volviéndolas potables. Seres mitológicos de ensueños que
rozan el límite de lo real, como meta o esperanza hacia un futuro favorable, distante del presente.
Las grandes marcas de estos recorridos, sin lugar a dudas, se hallan en las obras de distintos
escritores y periodistas del país. Por eso, desde este espacio, nos proponemos analizar y jugar con la
literatura argentina. Entendernos, a través del arte, como sujetos construidos en un pasado que nos ha
dejado grandes huellas.
¡Bienvenidos unicornios!
Texto Informativo (3.501 caracteres con espacio, incluye títulos):
Be or not to be, en Argentina
A lo largo del tiempo, escritores, sociólogos, filósofos y periodistas, han graficado modelos y
modalidades sociales. A partir de un análisis, dentro del marco contextual, los autores manifestaron su
mirada sobre los hechos que ocurrían, mediante cuentos y narraciones. Sin embargo, no todo es la mera
representación. Además, sumaron a la historia una cuota idealista que señalaba las posibles formas del
ser, en conjunto.
En la Argentina, por su parte, comienza con la necesidad de crear una identidad nacional. De esta
forma, nace el “Martín Fierro” de la mano de José Hernández. Con esta obra, el autor pretende la
construcción de un texto educativo acerca del gaucho, en donde éste representa al antihéroe. Nace sin
super poderes y su grandeza radica en la superación de obstáculos. Comenzando con esta figura, el
escritor plasma en su obra una contraposición con la Generación del ’80 y presenta al protagonista como
un modelo del ser criollo.
Años más tarde, dentro del marco del primer golpe de estado militar y la caída del gobierno
democrático de Yrigoyen, la iniciativa de Hernández contribuyó a la estimulación de jóvenes
vanguardistas por formar una identidad del ser nacional.
En este sentido, Raúl Scalabrini Ortiz describe al porteño de los años 30 en su libro “El hombre que
está solo y espera”. Bajo el título de “El hijo de nadie”, denota la esencia de una persona que habita en
Buenos Aires, plasmado de costumbres que se entrecruzan con herencias europeas. Sin embargo, El
Hombre de Corrientes y Esmeralda, como ha decidido llamarlo, se diferencia de sus orígenes
transatlánticos. Imprime en él un arquetipo, distinguiendo la hermandad que los une entre sí, donde “la
amistad porteña es el olvido al egoísmo humano”. Así, el prototipo nacional de Ortiz resalta la importancia
de la necesidad de un vínculo colectivo en la sociedad.
Héroes, los que no callan
Luego de la proscripción del peronismo, la situación en la Argentina no fue la misma. Los sucesivos
golpes militares, condujeron al país a un estado de control y represión que afectó, también, a los artistas.
En el año ’60 expresar ideas, implicaba un ataque contra el gobierno. No obstante, durante esta década
se puedo apreciar a escritores, como Francisco Urondo, y caricaturistas, como Quino.
A través de una niñita de 6 años, llamada “Mafalda”, el dibujante transcribe las situaciones sociopolíticas en el mundo de aquel momento. Crítica, moralista, inteligente y preocupada por el bien común, la
protagonista, aunque nacida en el seno del desarrollismo, representa un antagonismo del individuo. Al
mismo tiempo, el autor, deja entrever su postura frente a la idealización del ser, en un sentido utópico.
Por su parte, Urondo expresa en sus poemas la imagen del joven como factor de cambio. En donde él
mismo, como montonero, posee una amplia gama de posibilidades para cambiar la situación del
momento. De este modo, en “muchas gracias” expresa: “los artistas, los intelectuales, siempre han
sacudido el polvo de la realidad; descubrieron caminos, emancipaciones que no siempre lograron
recorrer.”
Al final del camino, luego de la dictadura militar, nos encontramos con José Pablo Feinmann y su
cuento, al que llamó “Digamos Boludeces”. En él manifiesta una sociedad con un dolor latente que ha
perdido las esperanzas frente al regreso de la democracia. Sin embargo, genera un halo de fe con su
personaje Carlos Baddaluco, donde sus “boludeces” significan la idea de un posible cambio.
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Texto Argumentativo:
A favor (1.549 caracteres con espacios, incluye título):
El vecino, a modo Arlt
Leer “Aguafuertes porteñas” traslada al lector, casi de forma instantánea, a las calles de Buenos Aires
en los años ’30. Un viaje entre los detalles monótonos, que resucitan bajo las oraciones del autor.
Centrándose en el humor, el sarcasmo y las palabras simples, Roberto Arlt, ha sabido graficar la realidad,
a través de sus escritos.Así, construye un escenario de relatos entre los que se incluyen temáticas como:
los celos, la soltería, el idioma de los argentinos, el político nacional, la ciudad de La Plata.
Si bien, las narraciones presentan una cruda y crítica mirada sobre los tópicos que desarrolla,
introduce al receptor en un análisis del presente/pasado que conforma la sociedad en la que vive. Desde
esta perspectiva, propone un interesante paisaje de adjetivos calificativos que hace al mensaje claro y
evidente.
Por eso, la lectura del libro nos remite a utopías irónicas, en el que soñar mundos posibles permite
alguna risa al voleo. Entonces, el texto que resulta más interesante, con respecto a la idealización del
escritor, es “elogio a la ciudad de La Plata”. Allí, habla de personas pacíficas y amables, en la cual reina la
limpieza y, señala en reiteradas ocasiones, habitan las mujeres más lindas del mundo.
En este sentido, el paraíso de los vagos, según el autor, compromete el fin de la perfección individual
y colectiva. Hasta entonces, tirarse en alguna plaza dándole las espaldas al sol, mientras se lee
“Aguafuertes Porteñas”, resulta un deleite aconsejable. Salir a pasear, de la mano de Arlt.
En Contra (1.528 caracteres con espacios, incluye título):
Lenguaje de monstruos
Es notorio que Jorge Luis Borges fue un niño pródigo de la literatura, así como también evidencia su
posición antiperonista en la década del ’40 y ’50. Lo cual, no sólo se refleja en su historia personal sino,
además, se encuentra demarcado en sus textos, tanto como escritor o como periodista. Un ejemplo
emblemático es el cuento “La fiesta del monstruo”.
Junto con Adolfo Bioy Casares, realizan un relato que, desde la revista “Unidos”, el escritor Ricardo
Piglia calificó como: “Una combinación de ‘La refalosa’ con ‘El matadero’. La fiesta atroz de la barbarie
popular contada por los bárbaros. La parodia funciona como diatriba política, como lectura de clase se
podría decir. La forma está ideologizada al extremo.”
Aunque los escritores son artistas consagrados, sobre todo Borges, en este caso no han sabido lograr
captar la atención del lector. Entre vocablos que exceden la complejidad de un texto, que se podría llamar
“de culto”, y narraciones confusas, el público pierde el interés con los primeros párrafos. De este modo, la
intencionalidad de comunicar se ve obstruida y el cuento queda en manos de la comprensión limitada.
Se centran, entonces, en hacer un análisis crítico de la situación político-social argentina, de aquella
época, sin dar margen a ideas propias. Por ende, pareciera que les es muy fácil echar por tierra lo que les
representa como un opuesto. Sin embargo, no es igual cuando se trata de ser explícitos y presentar
nuevas propuestas. Cansados de críticos, buscamos actores.
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Texto Literario (3.539 caracteres con espacios, incluyendo título):
Utopía
En una mañana de otoño, sus pasos rechinaban, forjando un eco sinuoso por toda la habitación.
Marchaba en horizontal, hacia un lado y luego hacia el otro, y a veces entrecortaba con algún zigzagueo
discontinuo; mientras, sentía el rugir de su estómago soliviantado y enredaba los dedos entre los
mechones de cabellos marchitos. Entre tanto, esa vocecita con verborragia, inquieta, hablaba en silencio.
Retando a sus neuronas en una lucha sádica, sin cuartel ni trincheras.
Parecía una situación enfermiza. No obstante, en el mundo se oían otras tantas señales mudas al
compás de un riff. Quizás, estaba lleno de neuróticos dando vueltas por ahí. Tal vez, la anormalidad
comenzaba a tomar tintes de aires cotidianos. Sea como fuere, representaba una más de las tantas
mañanas de otoño, donde el sutil rayo del sol despabila hasta a los zombies recién llegados al hogar.
De rondón, se vio interrumpida por un recordatorio en el hemisferio izquierdo. Lo había almacenado
unos días atrás, con una alarma que sacudía su cerebro en vibraciones. Dejó de caminar, tomó un abrigo
y salió a la calle. Ahora, como cualquier ciudadano, circulaba por las principales avenidas. Dejándose
cautivar por las múltiples vidrieras que anunciaban ofertas: veinticinco por ciento de descuento en clavos
y martillos, dos packs de rollos de cocina al precio de uno y, por último la gran maravilla, con treinta
paquetes de figuritas de Dragon Ball Z regalaban el álbum. ¡Vaya sorpresa! Después de más de diez
años, seguían lucrando con ese animé de códigos indescifrables.
Siguió andando unos metros hacia delante y dobló a la derecha. Cinco cuadras más y volvió a doblar
a la derecha. Allí, en la esquina, estaba el correo. Cualquiera que la haya visto entrar en el local pensaría
que tendría cuentas por pagar, porque sería una retrógrada si, acaso, fuese a recoger una carta. Sin
embargo, como una verdadera Neanderthal, había ido a retirar un pequeño sobre azul.
Comenzó a mirarlo en forma detenida antes de abrirlo, pero pronto se cansó de tanta ceremonia.
Quebró el papel entre sus manos y deslizó el contenido sobre la palma. Una llave, sólo una pequeña y
discreta llave, casi sin forma. Se sintió desilusionada, hasta que la parlante revivió y le recordó que tenía
un cofrecito minúsculo en su casa. Un regalo de su abuela, la misma que le había mandado la
encomienda.
Salió corriendo, atolondrada. Doblar a la izquierda, cinco cuadras, volver a doblar a la izquierda, unos
metros y allí estaba: en el inicio, otra vez. Fue hasta la habitación, que ya tenía sus huellas marcadas en
el piso, y tomó la cajita curiosa. “¡Vamos!” la apuró la voz, que se volvía cansadora.
Respiró profundo; miró la cerradura, calculando las dimensiones, e introdujo la llave. Click, la tapa se
levantó sola y, del interior, emergió una burbuja de cristal que flotaba entre las partículas de polvo.
Atónita, dio un paso hacia atrás pero su amiga cerebral la interrumpió para volverla en sí. “Agarrala”, le
susurró. Cerró los ojos y torció el cuello hacia un lado, mientras extendía su brazo. Luego, los abrió y la
tenía jugando con sus dedos.
Perdido el temor, acercó el rostro para contemplarla más de cerca. De pronto, sintió que una corriente
de aire, como una aspiradora, le succionaba algo en su interior y una luz la cegaba por completo.
Cuando al fin recuperó la vista, volvió a observar al curioso objeto. Ahora, en su interior reposaba un
Unicornio y, al oírlo, advirtió que se trataba de esa voz compañera. Ese día, sin utopía, su cuerpo
desvaneció.
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