ten mucho el tener que trabajar, y a veces duramente, en sus horas libres. Surge rápida la comparación con su compañero urbano y el joven que vive en la explotación a tiempo parcial, o bien sienta con firmeza sus exigencias de que se respete su tiempo libre -con las consiguientes tensiones con sus padres, agobiados a su vez- o, alternativamente, sueña con el momento en que podrá abandonar el hogar familiar. Añádase a esto que, con frecuencia, la ATP hace coincidir las vacaciones en.el trabajo industrial de sus miembros con el período en que el trabajo agrícola es más intenso: siembra, recolección u otros períodos punta, para dedicarlos al trabajo agrario. Todo ello lleva a intensificar la sensación de vivir solamente para trabajar, que se instala en la familia agraria. Y la ins^tisfacción que ello conlleva. Esta situación no debe de olvidarse, más teniendo en cuenta que la mayoría de los ajustes son familiares. La ATP tiene un alto precio para la mayoría de las personas que la ejercen. 5.6. La autoevaluación de los ATP Es interesante constatar la diversidad de aspectos que conforman la evaluación que el ATP realiza de su propia situación. En el Cuadro 5.7 recogemos sus opiniones acerca de las ventajas e inconvenientes de esta modalidad. Puede observarse en el mismo que las ventajas se refieren a la situación económica sobre la que ya hemos comentado, y que en los inconvenientes destaca claramente la presión del trabajo, a la que nos hemos referido. Aunque a mucha distancia en importancia, tiene también su interés observar la evaluación respecto a la pérdida de independencia que muestra la resistencia a la asaliarización de las personas habituadas a una actividad autónoma. EI agricultor sabe perfectamente que la ATP exige de él una actividád superior a la que desearía realizar, y un importante porcentaje de los mismos señala que preferiría dedicarse a una sola actividad si esto fuera posible. Pero, al mismo tiem331 S0.i1Q ^ I M d" ^ n oanSmN ^ M ,^ ^ ^`? ^? o cp N ^ O ^ ^ ^ ^ a^ •q j ^ Elauapuadapul souay^ N o In N O U C ^--^ ^ql^ od W all oaod CO M^O d' M Q^ ^ ^ d' M rn ^ oo O ^ M d^ M d^ d^ N d' ^ 00 N 11^ CO OfEqE.ll `^ ol^anN( ^ N^A N O I ^--^ n n d^ d^ ^h cD ^ It^ d^ N S0^1Q 1^ 01 [^ W Q1 Q1 .-^ .^ d. .-. CO ^ M.-i ^ N ^E^uounned uglaEnaasuo^ I ^ o .. ,.. ^ op op" ,n h ro •^ ^oos pepun8as ^ -^ a^ ^ ^ ^ofay^ ^^ m.-. ^ I cD ID d^ C v ^ •Su^ pepun8as N ^ N ^ ^? -• ^ ^ .IOÁE^ M Ol ^ N N I N O d" sosalJui gp^ c0 c0 ^? --^ -^ cO Oi N M^ d^ ^ I 1^ M N l0 l0 t^ v' v' N<M ^['l N C Id ^^ ❑ ^ ^ "^ a. ^ ^ M M N M Rt L (^ C O ^ •^ ^U „ T ^U vi 7 ctl ^ T7 ^ td ; td cC T7 ^:^, xv, b~ ^ b Ó «S 7 ^ [^ Q Q U Ls7 ^^ CL [-^ 332 N po, saben perfectamente que estas opciones no eran ni son posibles y manifiestan decididamente que en sus circunstancias volverían a tomar la misma decisión que un día tomaron. Aspectos ambos que quedan confirmados con los datos del cuadro 5.8. El cuadro muestra el interés de los ATP por ser solamente agricultores. Lo que entre otras cosas nos indica también el gusto por esta actividad de los mismos, lo que probablemente influyó en su decisión de optar por esta alternativa. Euskadi es la que presenta un menor interés en este sentido, pero en las demás regiones la opción por la agricultura es clara. El trabajo exterior en exclusiva tiene menos adeptos. Asturias/Cantabria y Madrid son las regiones que muestran una mayor preferencia y es destacable, en el otro extremo, el reducido interés en una región tan desarrollada como Catalunya por otros tipos de actividades. De todos modos, sumando ambas columnas, se percibe con claridad que los ATP preferirían masivamente dedicarse a una sola actividad. Euskadi es el que presenta un interés más bajo en este sentido, y aun así la mitad de los ATP se manifiestan partidarios de la actividad única. Los datos sobre Euskadi en estas columnas presentan una aparente contradicción. Es una de las regiones en que la carga de trabajo es más alta y, sin embargo, el cincuenta por ciento de los ATP actuales optarían por continuar en esta situación. En las demás regiones el interés por la ATP es bastante limitado. Es decir, que el ATP es perfectamente consciente de las limitaciones del sistema que practica, pero la mejora económica que obtiene es un aliciente suficiente como para soportar los inconvenientes que representa la doble actividad. En conjunto, su autoevaluación sobre el fenómeno es positiva. Y así lo manifiesta. En el cuadro 5.9 recogemos las respuestas a la pregunta genérica sobre si vive mejor, y las respuestas son concluyentes. Este es un resultado muy importante. En las condiciones específicas en que el agricultor familiar se desenwelve en el Estado, para él (en. ocasiones su mujer no comparte totalmen333 ^ o ^ CO ^ N[^ 00 N d' O1 Z ^^ O 00 v] .-•^ ^t') 00 ( ^ ^D M 01 W t^ N O^ 1^ tD 00 CO N M.-. I d' .Ñ v ^ b tl C N ,tl ^ ^ ^ v ^ ^ (^ ^--^ ^ ^ N M ^--^ l^ ^ ^ ^ t^ - 1^ CO 00 O n O M ^ tD ^ 01 O^^^--^ O O M ^ O N^ N N M ^ h `^ ~ o•^ v° k h ^ C ^ Á ^.J t^ ^c'^ 00 CO M O M O^--^ O^ M^ M O^^ t0 N M M M Q U ,o ^ ^ ^ eq d a ro m M lD v^ d^ [^ O CO O v^ M tD l0 CO O^ O ^t') M d^ d^ ^O M CO ^ t0 t0 u^ ^ ^ ^ ^ • t:. ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ro U T ro ^ C^ ^ ^ ^ b ^ ro ^ ^ ro ^ ó ^ y ^ y ^ N ^ ^ ld ~ a ^^ ¢¢t^w^^á ^ 334 CUADRO 5.9 PORCENTAJE DE AGRICULTORES QUE VIVEN MEJOR DESDE LA ATP País/Región Porcentaje sobre el total Andalucía 79,6 Asturias-Cantabria 87,2 Catalunya Euskadi Madrid Murcia 90,2 91,0 7 5, 7 71,0 País Valenciano Tudela Total ' 72,0 100,0 84,0 Fuente: Encuestas propias. te su opinión) la ATP es una buena solución, un buen sistema para alcanzar el nivel de vida al que aspira, aunque si pudiera, preferiría dedicarse a una sola actividad. El ATP, como ya hemos dicho, opta por aumentar sus ingresos a expensas de su propio tiempo y el de su familia y se manifiesta razonablemente satisfecho de esta situación. Acepta, de alguna manera, que todo esfuerzo es válido con tal de obtener los ingresos que necesita para alcanzar el nivel de vida socialmente necesario. Se considera afortunado de disponer de los medios que le permiten obtenerlo, sin reparar en el tiempo de trabajo. No ha llegado todavía al nivel de vida al que se comienza a valorar el tiempo libre como un bien importante, o, por lo menos, no lo suficiente como para poder sacrificarle unos ingresos, probablemente no demasiado elevados. Acepta el aumento de trabajo suyo, y el de su familia de bastante buen grado y, en general, dentro de los niveles de vida modestos, se considera afortunado con su situación (8). (8) No quiere decir que no se compara desfavorablemente con los agricultores más ricos o los trabajadores industriales de superior categoría, pero 335 Es interesante observar que la relativa aceptación de la ATP para ellos mismos, no coincida en los ATP con la aceptación del sistema para sus hijos. En el cuadro 5.10 recogemos las respuestas obtenidas a preguntas sobre la preparación y proyectos de futuro para sus hijos. Los altos porcentajes de «No sabe» se deben principalmente a que muchos ATP tienen hijos muy jóvenes y afirmaban no haber pensado en s ^ futuro. CUADRO 5.10 PROYECTOS Y PREPARACION DE FUTURO DE LOS HIJOS (PORCENTAJES) País/Región Agricu[tor exclusiaa ATP Fuera sector No sabe Andalucía Occidental Asturias-Cantabria Catalunya Euskadi Madrid Murcia País Valenciano Tudela Total 15,0 8,3 7,1 4,8 4,3 2,7 6,2 7,3 13,3 14,5 22,5 14,2 26,0 16,2 33,3 20,0 19,7 33,3 47,9 57',0 56,7 56,5 54,0 47,9 65,0 49,6 38,3 29,1 13,4 24,3 13,0 27,0 12,5 15,0 23,4 Fuente: Encuestas propias. Aunque la información queda falseada por el alto porcentaje de ignorancia sobre el tema, puede percibirse claramente que más que el doble de ATP actuales prevén que sus hijos abandonen el sector, que los que esperan la continuación en el mismo sistema. Tenemos también la impresión de que el porcentaje de agricultores en exclusiva es más alto del que huen su contexto, está de acuerdo con la ATP. No hay que olvidar tampoco que entre amplias capas de los trabajadores españoles no agrarios, el ocio no es todavía un bien importante; que lo realmente importante es ganarse la vida. 336 biera sido hace algunos años, pues bastantes ATP señalaban que a causa de la crisis quizá se vieran obligados a ser sólo agricultores por falta de oportunidades externas. De todos modos, lo que sí queda muy claro es que la mitad de los ATP planean ya desde ahora el futuro de sus hijos fuera del sector. Es decir, que si pueden cumplir sus planes, por lo menos la mitad de las explotaciones actuales de ATP no tendrán continuidad en el futuro. Un dato que no tiene por qué necesariamente convertirse en realidad, pues la continuidad o no de la ATP dependerá de otras muchas cosas, sobre las que comentaremos más adelante, pero que, sin embargo, tampoco pueden ignorarse: no es posible ignorar que más de la mitad de los ATP actuales no prevén.que sus hijos continúen en este tipo de actividad. En muchas ocasiones los padres están dispuestos a continuar el duro ritmo de vida que la ATP impone precisamente para financiar para sus hijos unos estudios que les permitan un futuro holgado fuera del sector. La elevación de la categoría de los empleos industriales o de servicios que estos estudios permiten, facilita también el abandono de la explotación. Téngase en cuenta que hace veinte años los agricultores que obtenían un empleo industrial eran en su totalidad peones especializados o especialistas de los grados más bajos, y que, sin embargo, actualmente, son muy numerosos los hijos de agricultores con calificaciones de grado medio y superior: peritos, maestros, ingenieros, economistas... De éstos, ninguno continúa en las explotaciones, excepto, como hemos dicho a modo de vivienda familiar. Ya hemos señalado que la agricultura a tiempo parcial es el resultado de dos remuneraciones bajas. En el momento que una de ellas proporciona una renta suficiente para el nivel de vida socialmente adecuado, son muchísimas las probabilidades de que se abandone esta modalidad de explotación agraria. 337 PARTE III