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VIGÍLIA
| III ENCUENTRO IBERICO| 2013
«Una mirada más profunda»
[Santa Teresa de Jesús]
Material:
 Vendas negras
 Velas pequeñas
 Cirio Pascual
 Bidón?/brasero?/berberecho?, madera y fuego: para quemar las vendas
 Escenario: Castillo grande (de corcho u otro material)
 Custodia para el Santísimo
Preparación
La capilla ya estará debidamente dispuesta para la vigilia: con poca luz (iluminación suave, la
necesaria para que la gente se pueda mover sin dificultad); sin sillas (para que haya un espacio
amplio para que los jóvenes se puedan sentar en el suelo); el castillo grande y bien iluminado,
colocado delante del altar con una “ventana” abierta, la morada interior donde se colocará el
Santísimo; conjuntos de velas agrupadas en el suelo, según los lugares donde cada grupo se
sentará; cirio pascual colocado delante del castillo y junto a la “ventana” donde se colocará el
Santísimo.
Introducción
(nos juntamos por grupos, los mismos de la mañana, con los respectivos animadores; invitar al
silencio, al inicio y durante toda la vigilia. Los responsables de cada grupo ya tienen consigo,
escondidas, las vendas que taparán los ojos de los jóvenes de su grupo)
INÍCIO DE LA VIGÍLIA
Animador: Es de noche. La oscuridad envuelve el mundo. Las tinieblas no nos dejan ver mucho.
Creemos que vemos algo, pero en realidad alcanzamos a ver muy poco. El mundo intenta
continuamente, de muchas maneras, taparnos los ojos. O cegarnos con luces fuertes pero que no
iluminan. Luces de neón, de escaparates, de pantallas… que nos seducen, que nos apuntan
muchas direcciones, pero que no nos iluminan el Camino. Y nos quedamos confundidos, como a
oscuras, sin saber qué dirección tomar. Es como si nos colocaran una venda en los ojos: negra,
para que no veamos nada. Así empezaremos nuestra vigilia, con una cinta negra en los ojos, como
símbolo de esa ceguera.
Cuando uno no ve, no sabe adónde va, ni por donde hay que ir. Tiene que confiar, tiene que fiarse,
dejarse conducir. Eso es la fe. Creer, confiar en Alguien, dejarse guiar por Él.
“Aunque es de noche”, no caminamos solos. Vamos juntos y Él camina con nosotros. Él siempre
nos envía personas que nos apuntan el camino. Siempre ha sido así a lo largo de la historia: Dios
envía profetas, santos, santas, mujeres y hombres para guiar a su pueblo en la noche. Esa misión
la tendrá ahora el responsable de cada grupo.
Haremos de este modo: Explico y después lo hacemos. Siempre en silencio. Cada grupo se
colocará en fila detrás de su responsable que os dará a cada uno su venda negra. Después, cada
uno se colocará a sí mismo la venda en los ojos. El responsable del grupo, con los ojos abiertos, irá
delante conduciendo al grupo unido, colocando cada uno las manos en los hombros del que está
delante.
(Cuando ya todos estén preparados para caminar)
Antes de iniciar el camino escuchemos algunos consejos de San Juan de la Cruz:
LECTOR:
CB 1, 11 – “la fe y el amor (…) esos dos son los mozos del ciego que te guiarán por donde no sabes,
allá a lo escondido de Dios. Porque la fe (…) son los pies con que el alma va a Dios, y el amor es la
guía que la encamina”.
Dichos 11 – “El que cae ciego, no se levantará ciego solo; y, si se levantare solo, encaminará por
donde no conviene”.
LB 3, 29 –“Dios el principal agente y el mozo de ciego que ha de guiar el alma por la mano a donde
ella no sabría ir (…) todo su principal cuidado ha de ser mirar que no ponga obstáculo a la guía,
que es el Espíritu Santo, según el camino por donde la lleva Dios”.
Y con estos consejos, dejándonos conducir, nos ponemos en camino.
Canto: De noche iremos (Taizé)
De noche iremos, de noche,
que para encontrar la fuente
sólo la fe nos alumbra,
sólo la fe nos alumbra.
(Conducidos por los responsables, los grupos caminan despacio hacia la capilla. Llegados a la
capilla, se van sentando en el suelo, ayudados por los responsables y organizadores)
Animador: En silencio nos vamos sentando en el suelo, tranquilamente, y mantenemos la venda
en los ojos.
(Cuando ya todos estén sentados y tranquilos)
Animador: Aunque a oscuras y sin saber exactamente hacia dónde caminábamos nos hemos
dejado conducir. No sabíamos hacia donde, pero sabíamos con Quien íbamos. Así es en muchos
momentos nuestra vida. Solo la luz de la fe nos guía en la oscuridad y la mano de los hermanos y
hermanas que nos acompañan en el camino.
La ceguera que tenemos es grande, y muchas veces, en la vida, mayor de lo que nos imaginamos.
Entretenidos entre muchas cosas que nos tapan los ojos y los oídos:
Escuchemos nuevamente a Juan de la Cruz:
LECTOR:
CB 39, 7 - “¡Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas!, ¿qué hacéis?, ¿en qué
os entretenéis? Vuestras pretensiones son bajezas y vuestras posesiones miserias. ¡Oh miserable
ceguera de los ojos de vuestra alma, pues para tanta luz estáis ciegos, y para tan grandes voces
sordos!”
Animador: Llegados a este lugar, hacia donde hemos sido conducidos, seguramente queremos
que nos quiten la venda. No queremos seguir con los ojos tapados por el mundo. Queremos que
Dios nos libre de esta ceguera, nos haga ver la Luz.
En la vida, casi siempre somos incapaces, por nosotros mismos, de quitar lo que nos impide ver la
Luz. Pero siempre hay personas que nos ayudan, que Dios envía. Así lo vamos hacer también
ahora. Permanecemos tranquilamente a la espera que alguien nos quite la venda que tapa
nuestros ojos para que podamos ver.
(Los monitores de cada grupo van, poco a poco, quitando las vendas de los ojos de cada jovens de
su grupo y se la entregan juntamente con una vela).
Guardamos cada uno nuestra venda, símbolo de esa ceguera.
-----------------(Al quedar sin venda en los ojos, los jóvenes pueden ver el gran castillo iluminado que está delante
de ellos)
Animador: Delante de nosotros está la imagen de este castillo.
El castillo es la imagen de nuestra alma, de nuestro interior, como nos ha enseñado Santa Teresa:
Teresa: “se me ofreció lo que ahora diré (…) que es considerar nuestra alma como un castillo todo
de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay
muchas moradas. Que si bien lo consideramos (…) no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso
adonde El tiene sus deleites.” (1M 1, 1)
Estamos delante del castillo, ¡pero en las afueras! Y en las afueras del castillo hay muchos peligros,
como dice Teresa: “con tantas cosas malas de culebras y víboras y cosas emponzoñosas” (1M 2,
14).
Por eso, ella nos invita a entrar en el castillo, en el castillo de nuestra alma, de nuestro interior,
donde mora el Gran Rey.
Teresa: Pues consideremos que este castillo tiene muchas moradas, unas en lo alto, otras abajo,
otras a los lados; y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan
las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.
Deseamos entrar en el castillo, ¿pero como? ¿Donde está la puerta?
Teresa: “La puerta para entrar en este castillo es la oración” (1M 1,7).
Sí, es la oración la que nos permite entrar en nuestro interior, descubrir la riqueza que llevamos
dentro, como nos enseña Jesus:
Jesus: “tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre,
que ve en lo secreto, te dará la recompensa.”
Jesus nos invita a entrar dentro, a cerrar la puerta y estar a solas “con quien sabemos que nos
ama”. Para eso solo nos falta cerrar una puerta.
“Cierra los ojos y verás”
Ahora no es el mundo que nos tapa los ojos, somos nosotros los que, libremente, los cerramos
para entrar dentro del castillo de nuestra alma, para descubrir el Tesoro que llevamos dentro.
“!No estamos solos!”
“!No estamos huecos!”
¡Estamos habitados! Él habita en nuestro interior, Él vive dentro de nosotros y ahí nos ama. Nos
ama, a cada uno, así, tal y como somos. Descubre dentro de ti ese Tesoro, ese amor inefable,
infinito… “Cierra los ojos y verás”.
Canto: (“Dentro de mi pasan las cosas más secretas entre Dios y el alma”)
Silencio
(Después de un tiempo de silencio, otro/a animador/a ora espontáneamente con palabras
semejantes a estas u otras:
Señor, gracias porque tu morada preferida somos nosotros. Gracias porque siempre has estado
ahí, esperándome, amorosamente… Ayúdanos a ir entrando poco a poco en las moradas de
nuestro interior, acercándonos más a Ti… ayúdanos a dejarnos amar por ti, a experimentar como
Tu nos amas…
Animador: “No estamos huecos!” No estamos solos!” descubrimos un Amigo, Amigo verdadero!
Que está con nosotros, que vino para estar con nosotros. La Luz que ilumina nuestras tinieblas.
Introducción para la entrada del Santísimo
Es ese Amigo al que vamos a acoger ahora en medio de nosotros. El que mora en la morada más
interior del castillo. Lo acogemos como Él se lo merece. Nos arrodillamos.
Canto: No adoréis a nadie, a nadie más que a Él
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él (2)
No adoréis a nadie, a nadie más (2)
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él
(Mientras se canta, se trae el Santísimo y se coloca en un lugar preparado e iluminado “dentro”
del castillo, como si fuera la morada más interior, pero que se puede ver desde fuera. Se enciende
también el cirio pascual, como símbolo de la Luz que es Cristo.)
Silencio
Animador: Estamos delante de la Luz. Porque el Señor es la Luz que ilumina nuestras tinieblas,
nuestras noches. Él quiere, Él viene para darnos Su Luz, para iluminar nuestra vida, nuestro
mundo.
Por eso vamos ahora acoger la Luz en nuestra vida, en nuestras velas. Permanecemos sentados,
cantando este canto, mientras los animadores de cada grupo nos traen la Luz.
(mientras los responsables de cada grupo van encendiendo tranquilamente las velas se canta)
Canto: (Ven, Sé mi luz en la noche)
----------------------------------------(Un chico y una chica leen las preces)
Preces
Y ahora, delante del Señor, le presentamos nuestras peticiones.
Unidos a una sola voz, que nos hace nacer continuamente como hermanos y amigos fuertes de
Dios, oremos con confianza, diciendo:
- Escúchanos, Señor!
- por todas las veces en que no encontramos la puerta del Castillo donde Tu solo moras,
permaneciendo en la oscuridad, te pedimos que guíes nuestros pasos hacia ti. Oremos
- por todas las veces en que el mundo no nos permite ver, te pedimos que nos coloques bajo Tu
mirada de amor. Oremos
- por todas las veces en que no conseguimos callar, hacer silencio para escucharte, ilumínanos con
Tu luz. Oremos
- por todas las veces en que no sabemos ser esperanza y andamos perdidos por los caminos de la
vida, ayuda-nos a caminar para Ti. Oremos.
- por todos nuestros sueños, nuestros proyectos, y por nuestro corazón joven, para que tengamos
siempre Tu protección y Tu Amor de Padre. Oremos
- por todos los propósitos que pueden salir de este encuentro, para que sigamos siendo amigos
fuertes de Dios, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en la familia. Oremos
- por todos nuestros amigos y familiares para que tengan en Tu presencia un corazón firme y un
espíritu abierto a Tu Palabra. Oremos
- por todas las veces en que descubrimos Tu Presencia en cada gesto, en cada mirada y en cada
sonrisa amiga, teniendo como ejemplo a Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Oremos
- por toda la familia carmelita, para que ilumines siempre sus caminos, para que no tome otro
camino que no sea el Tuyo, el de la Verdad, de la Luz y de la Vida. Oremos
Animador: Y hora, espontáneamente, podemos presentar al Señor nuestras peticiones, en voz
alta, o en silencio.
(se da un tiempo para que los jóvenes puedan presentar sus peticiones espontáneamente y
después se concluye con esta oración:
Escucha Señor, estas oraciones y las que quedan en nuestros corazones, que con confianza de
hijos te presentamos, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro
Y uniéndonos a toda la humanidad, a todos los hijos e hijas de Dios, oramos juntos al Padre como
Jesús no enseñó: Padre Nuestro…
Y antes de terminar nuestra vigilia y despedirnos del Señor queremos darle gracias por todo lo que
nos ha regalado en estos días, en nuestra vida y alabarlo cantando:
(mientras se canta se guarda el Santísimo)
Canto: Quiero alabarte más y más aún
Quiero alabarte más y más aún.
Quiero alabarte más y más aún,
buscar tu voluntad,
tu gracia conocer, quiero alabarte.
Las aves del cielo cantan para Ti,
las bestias del campo reflejan tu poder.
Yo quiero cantar,
quiero levantar mis manos a ti.
Gloria a Dios,
gloria a Dios. (bis)
Y quiero amarte...
Quiero seguirte...
Quiero alabarte...
Animador: Hemos empezado a oscuras, en la noche, de ojos vendados, dejándonos guiar. Así
hemos caminado hasta descubrir la Luz! Ahora que la tenemos queremos llevarla al mundo, sobre
todo a los lugares que más la necesitan, a los que viven en las tinieblas de la tristeza, del sin
sentido, sin esperanza… Saldremos con nuestras velas, iluminando los caminos del mundo,
llevándoles la Luz de Jesús que nos ha sido regalada.
(Delante va el Cirio Pascual, representando la Luz de Cristo, y detrás van todos con sus velas
encendidas, cantando, y caminando hacia el exterior, para el lugar donde se quemarán las vendas)
Canto:
(Llegados al lugar, allí estará una hoguera con un fuego vivo. Los jóvenes se van colocando
tranquilamente al alrededor de la hoguera. Un/a animador/a dará la motivación para el gesto final
de quemar las vendas desarrollando estas ideas)
Motivación: Quemar las vendas. Lo que nos impedía ver. Liberarnos de la ceguera. Ya tenemos la
Luz. No queremos que nos vuelvan a tapar los ojos.
(Después de la motivación, los jóvenes, uno por uno, se acercan para quemar su venda, mientras
se canta)
Canto festivo: (“Bendigamos al Señor” y “Contracorriente”)
BENDIGAMOS AL SEÑOR
1.-Bendigamos al Señor,
Dios de toda la creación
por habernos regalado su amor.
Su bondad y su perdon y su gran
fidelifdad, por los siglos
de los siglos durarán
EL ESPIRITU DE DIOS
HOY ESTA SOBRE MI
EL ES QUIEN ME HA UNGIDO
PARA PROCLAMAR LA BUENA NUEVA
A LOS POBRES,
LA GRACIA DE SU SALVACION EL ESPIRITU DE DIOS
HOY ESTA SOBRE MI
EL ES QUIEN ME HA UNGIDO
A PROCLAMAR LA BUENA NUEVA
A LOS MAS POBRES
LA GRACIA DE SU SALVACION
2.-Enviados con poder
y en el nombre de Jesús
a sanar a los enfermos el dolor,
alos ciegos la visión,
a los pobres la verdad
y los presos y oprimidos libertad
3.-Con la fuerza de su amor
y de la Resurrección anunciamos:
llega ya la salvación,
que ni el miedo ni el dolor
ni la duda o la opresión borrarán
la paz de nuestro corazón.
CONTRACORRIENTE
Amigo, te canto a ti,
el primer inconformista,
que rompiendo con la moda
creaste la antimoda.
Y, a la vez, te lloro a ti,
porque la sociedad te cautivó
y calló tu grito de protesta y de lucha;
y tu moda apareció
en las galerías y desfiles,
se cotiza tu vestir
y se vende a buen precio.
Grita conmigo: es posible
avanzar contra corriente;
grita conmigo: es posible.
Si te quitan las palabras
será tu vida la que grite
fuertemente.
Amigo, qué hemos de hacer
si el consumo y el confort
tienen más publicidad que la libertad.
Si manipulan y confunden
toda tu creatividad,
y te envuelven en "la respetable sociedad",
asesinando el Amor
en aventuras pasajeras,
buscando la evasión
ante la vida que se escapa.
FIN
CARMO JOVEM - PORTUGAL
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