manual para el trabajo sobre la promocion de la justicia, paz e

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MANUAL
PARA EL TRABAJO
SOBRE LA PROMOCION DE
LA JUSTICIA, PAZ
E INTEGRIDAD DE LA CREACION
RELIGIOSAS DE MARIA INMACULADA
Misioneras Claretianas
Prefectura General de Apostolado
CONTENIDO
Presentación
Porque este trabajo
Pórtico
EL TRABAJO POR LA JUSTICIA Y LA PAZ
Introducción
. MIRANDO la realidad de nuestro mundo.
. JUZGANDO desde el Evangelio
.ACTUANDO en Iglesia
I. Consejo Pontificio Justicia y Paz
1. Finalidad del Consejo
2. Campos de acción.
3. Metodología
II. FUNDAMENTACION DOCTRINAL
1. Desde la experiencia bíblica
2. Desde la experiencia eclesial.
3. Desde el carisma
a) Nuestros fundadores
b) Constituciones
c) Conclusiones del XIV Capitulo General.
4. Desde la filosofía
III. PROYECTO CONGREGACIONAL
Introducción
A.
B.
C.
D
Objetivos
Acciones y medios
Criterios
Responsabilidad del trabajo
IV. PROPUESTAS A LOS ORGANISMOS
PRESENTACION
Porqué este trabajo
Aunque, como Congregación, se viene trabajando en esta dimensión pastoral, no cabe duda que
el compromiso evangélico y la realidad del mundo en que vivimos hoy nos exige una mayor
revitalización y organización.
Cristo inauguró, con su encarnación, su vida y misión, muerte y resurrección, una manera nueva
de vivir y de ser y nos convoca a seguirla.
“Tanto amo Dios al mundo que entrego su Hijo Único,
para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida... .
Dios no mando a su Hijo a este mundo para condenar al mundo,
sino para salvar al mundo ...”
(Juan 3, 16-17)
“Yo vine al mundo para que tenga vida y vida en plenitud...”
(Juan 10,10)
No es posible vivir el seguimiento de Jesús, sin “seguir” su vida, sus actitudes, sus valores y su
obrar, por lo que nuestra vocación y misión, tanto cristiana como religiosa, nos exige
compromiso en esta tarea de “dar vida”, de liberar de todo lo que oprime al ser humano.
Jesús nos llama a remediar desigualdades y a elegir lo que produce “vida y vida en
abundancia”. El inicia una nueva forma de relaciones entre nosotros, con Dios y con la
creación: relaciones de fraternidad y filiación; responsabilidad y cuidado para con la Creación
don de Dios para todos.
“… No es posible aceptar que la obra de evangelización pueda o deba olvidar las cuestiones
extremadamente graves, tan agitadas hoy día, que atañen a la justicia, a la liberación, al
desarrollo y a la paz en el mundo” (EN 31)
“Las personas consagradas, adaptando el estilo de vida humilde y austero, tanto personal como
comunitario,… estarán en condiciones de denunciar… permaneciendo libres de ideologías
políticas, las injusticias cometidas contra tantos hijos e hijas de Dios, y de comprometerse en la
promoción de la justicia en el ambiente social en el que actúan” (VC 82).
“...Dios tiene que ser cada vez más, como ya es de por si, un nombre de paz y un imperativo de
paz” (NMI 55).
“Los consagrados se esmeran por construir en la justicia un mundo que ofrezca nuevas y
mejores posibilidades a la vida y al desarrollo de las personas. Para que esta intervención sea
eficaz, es preciso tener un espíritu de pobre, purificado de intereses egoístas, dispuestos a
ofrecer un servicio de paz y no de violencia, una actitud solidaria y llena de compasión hacia los
sufrimientos de los demás...
Con una atención centrada en el cambio de modelos, porque no se cree suficiente la asistencia,
se busca erradicar las causas en las que tiene su origen esa necesidad. La pobreza de los
pueblos está causada por la ambición y por la indiferencia de muchos y por las estructuras de
pecado que deben ser eliminadas, también con un compromiso serio en el campo de la
educación”. (Caminar desde Cristo, 35 y 36)
“El camino de la paz pasa por la justicia. Este es el único camino para asegurarle a nuestro
mundo un porvenir pacífico, destruyendo de raíz las causas de conflictos y guerras: la paz fruto
de la justicia... Una justicia que no se contente con dar a cada uno lo suyo, sino que tienda a
crear entre los ciudadanos condiciones de igual de oportunidades y, por consiguiente, favorecer
a quienes por condición social, por cultura, por salud peligran con quedarse atrás o con estar
siempre en los últimos puestos en la sociedad, sin posibilidad de personal redención”
“La conciencia de que la educación es la vía maestra para la paz es un dato compartido por la
comunidad internacional... Las personas consagradas, testigos de Cristo príncipe de la paz,
captan la urgencia de poner la educación para la paz entre los OBJETIVOS PRIMARIOS de
su propia acción formativa ofreciendo su contribución especifica para alimentar en el corazón
de los alumnos y alumnas la volunta de hacerse constructores de paz”. (Las personas consagradas y
su misión en la escuela, 77 y 78)
La pasión por la Justicia, el deseo intenso de la Paz y la no-violencia, y el interés serio por
conservar la integridad de toda la Creación son esenciales para vivir según el Evangelio. Son
exigencias de nuestra fe y tiene que trascender todo nuestro vivir y nuestro actuar. No es algo
opcional sino esencial al cristianismo.
En un mundo escandalosamente injusto no es posible anunciar verdaderamente el Evangelio sin
comprometernos en el trabajo por la VERDAD, la JUSTICIA, el AMOR y la LIBERTAD,
únicos pilares que harán posible la PAZ.
Intentando ser fieles al Evangelio, siguiendo las orientaciones de la Iglesia y las propuestas de
nuestros últimos Capítulos Generales, la Prefectura General de Apostolado ha venido trabajando
en esta propuesta de Proyecto que hoy presentamos, como instrumento para sistematizar y
reforzar en la Congregación el compromiso con la promoción de la Justicia, la Paz y la
Integración de la Creación.
PORTICO
“María debe ser la gran “señal” en nuestro caminar...
Tenemos como patrona
a María en el misterio de su Inmaculada Concepción.
Este misterio nos impulsa a luchar contra el mal
en cualquiera de sus formas
y nos abre al gozo y a la esperanza.
(Constituciones 9).
“Viendo que no desistía el infierno de sus perversos intentos...
empecé yo la oración ... y revivió en mí la esperanza ...
29 días duró la lucha...
invoqué a María santísima... y me dijo: “Buen animo, hija mía”,
y extendió su manto y vi que nos cubría a todas...
(Autobiografía 150-160)
“Apareció en el cielo una señal grandiosa:
una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo los pies
y en su cabeza una corona de doce estrellas.
Está embarazada y grita de dolor,
porque llegó su tiempo de dar a luz.
Apareció... otra señal: un enorme Monstruo rojo como el fuego... se detuvo ante de la Mujer que
da a luz para devorar a su hijo en cuento nazca.
Y la mujer dio a luz un hijo varón, que debe gobernar todas las naciones...
el niño fue arrebatado y llevado ante Dios... mientras que la Mujer huía al desierto, donde tiene
el refugio que Dios le ha preparado...
...el Monstruo se lanzo en persecución de la Mujer...
pero a la Mujer le dieron alas del águila grande...
Entonces el Monstruo se enfureció contra la Mujer
y se fue hacer guerra a sus demás hijos...” (Apc. 12, 1-18)
Este texto presenta la simbología de la Mujer y el Dragón en continuo enfrentamiento... En la
lucha contra el mal la Mujer recibe ayuda, vence y el Hijo es salvado, pero la lucha del mal
sigue contra la descendencia de la mujer...
Cristo es el centro de la historia, y el mundo el escenario de la batalla entre la Iglesia,
encabezada por Cristo, y las fuerzas del Mal. Este actúan en los centros del poder... Trata de
profanar y autodivinizarse ... Su gran poder se concretiza históricamente en cualquier fuerza
terrena hostil al plan de Dios... calificado como falso profeta, asume falsa apariencia religiosa,
mentira, soberbia e injusticia; hace grandes señales que extravían a los habitantes de la tierra...
La Iglesia debe estar vigilante y fiel a su misión de Testigo de Cristo, sabiendo que sufrirá, en
sus hijos y comunidades, contradicción y persecuciones... Los cristianos debemos ser “testigos
creíble” del amor misericordioso de Dios a la Humanidad, luchando y “esperando contra toda
esperanza”.
Nuestra Congregación inspirada en la Mujer vestida de sol, debe comprometerse como ella en la
lucha contra el dragón máxima expresión del mal.
TRABAJO POR LA JUSTICIA Y LA PAZ
INTRODUCCIÓN
MIRANDO la realidad de nuestro mundo.
“La igual dignidad de las personas exige que se llegue a una situación social más humana y más
justa. Resulta escandaloso el hecho de las excesivas desigualdades económicas y sociales…
son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz
social e internacional” (GS 29).
“…hemos podido percatarnos de las graves injusticias que envuelven el mundo humano con
una red de dominios, de opresiones y de abusos que sofocan la libertad e impiden a la
mayor parte del género humano participar en la edificación y en el disfrute de un mundo
más igual y más fraterno… y al mismo tiempo un movimiento íntimo que impulsa al mundo
desde abajo…hechos que constituyen una contribución a la promoción de la
justicia…Escuchamos el clamor de quienes sufren violencias y se ven oprimidos por
sistemas y mecanismos injustos;… tenemos conciencia unánime de la vocación de la Iglesia a
estar presente en el corazón del mundo predicando la Buena Nueva a los pobres, la liberación
a los oprimidos y la alegría a los afligidos…La acción en favor de la justicia y la participación
en la transformación del mundo se nos presenta claramente como una dimensión constitutiva
de la predicación del Evangelio” (Sínodo Justicia, Introducción)
JUZGANDO desde el Evangelio
“El Espíritu del Señor está sobre mi.
El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres,
para anunciar a los cautivos su libertad
y a los ciegos que pronto van a ver,
a despedir libres a los oprimidos
y a proclamar el año de la gracia del Señor..
Jesús, entonces, enrollo el libro…y les dijo:
hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar”
Lucas 4, 18-19
“Jesús... subió al monte... Comenzó a enseñarles...
BIENAVENTURADOS...
los pobres... de ellos es el Reino... los que lloran...recibirán consuelo ...los mansos...recibirán la
tierra
los que tienen hambre y sed de justicia ... serán saciados
los misericordiosos... alcanzaran misericordia
los limpios de corazón... verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, serán reconocidos como hijos de Dios.
los perseguidos por causa de bien, porque de ellos es el Reino...
Dichosos cuando por causa mía los maldigan y persigan...
Mateo 5, 1-12; Lucas 6, 20-26
“El rey dirá ¡vengan, los bendecidos por mi Padre!
...Porque tuve hambre y me alimentaron... tuve sed y me dieron de beber.
Pase como forastero y ustedes me acogieron... Anduve sin ropa y me vistieron...
Estaba enfermo y fueron a verme...estuve en la cárcel y me visitaron...
Mateo 25, 31-46.
“Esta página (Mt.25,35-36) no es una simple invitación a la caridad: es una página de
cristología, que ilumina el misterio de Cristo. Sobre esta página, la Iglesia comprueba su
fidelidad como Esposa de Cristo, no menos que sobre el ámbito de la ortodoxia” (NMI 49)
A partir de una especialísima experiencia de Dios como Padre, Abba, Jesús vivió entre los pobres
para anunciarles el Reino de Dios y su justicia. “Se hizo pobre” (2 Cor. 8, 9) Tomó la naturaleza
de siervo... y se humilló”(Flp.2,7), se entrego por nosotros para hacernos “justicia de Dios” (2
Cor. 5,21). La práctica de la justicia es revelada en el N. T. cuando se pone en estrecha
relación el amor de Dios y el amor fraterno traducido en obras (1 Jn.3, 17-18; 4,12; Stgo. 2,
14-20). El amor de Dios se hace historia en la práctica de la justicia a favor del hermano
necesitado. Según Mateo el fruto de la conversión cristiana es la opción por los “excluidos”. (Mt
25). El NT en muchos textos expresa como se llega a la salvación personal por la práctica del
amor fraterno, porque el cristiano salvado por Dios, debe empeñarse en practicar la justicia. La
salvación en la Biblia posee no solo una dimensión escatológica sino histórica: se realiza aquí y
ahora, en el hoy de cada cristiano.
ACTUANDO en Iglesia
Siguiendo el ejemplo de Jesús, en un mundo destruido por masivas injusticias, la Iglesia será
significativa solo en el compromiso con la causa de la justicia concretada en acciones como:
promoción humana, opción por los pobres, compromiso social, dimensión social de la fe, acción
liberadora, pastoral transformadora...
No se concibe una autentica evangelización ni catequesis que no pase por el compromiso con la
justicia, si realmente la Iglesia quiere ser sacramento y signo de salvación. Se impone una acción
pastoral mucho más exigente que en el pasado si queremos caminar hacia estructuras humanas
de fraternidad. La Iglesia en la defensa de la justicia no puede limitarse a pequeños espacios
privados.
“El Concilio, considerando las inmensas calamidades que oprimen todavía a la mayoría de la
humanidad, para fomentar en todas partes la obra de la justicia y el amor de Cristo a los
pobres, juzga muy oportuno que se cree un organismo universal de la Iglesia que tenga como
función promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional” (GS 90).
Pablo VI con el Motu Propio “Catholicam Christi Ecclesiam” publicado el día 6 de enero de
1967 instituyó la Pontifica Comisión “Justitia et Pax”. Después de un periodo experimental
de diez años el mismo Pablo VI con un nuevo Motu Propio “Justitiam et Pacem”, del 10 de
diciembre de 1976 dio a la Comisión su mandato definitivo:
“Queremos reafirmar claramente la gran importancia que la Iglesia atribuye a la promoción y a
la defensa de la justicia y la paz... deberá estudiar estas cuestiones a la luz del Evangelio y del
Magisterio de la Iglesia y , haciendo conocer los resultados de sus reflexiones, contribuirán a
iluminar al Pueblo de Dios y a estimularlo para que tome mayor conciencia de las obligaciones
que lleva consigo...”
I.“CONSEJO PONTIFICIO JUSTICIA y PAZ”
Con la reorganización de la Curia Roma, efectuada por la Constitución Apostólica Pastor Bonus
28 de junio de 1988, Juan Pablo II transformo la Pontificia Comisión en Pontificio Consejo
Justicia y Paz, ratificándole a grandes líneas sus funciones:
1. FINALIDAD DEL CONSEJO
•
•
•
•
Promover la justicia y la paz en el mundo según el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia
(art. 142)
Profundizar la doctrina social de la Iglesia, trabajando para que se difunda ampliamente y se
aplique entre los hombres y comunidades, especialmente en lo que se refiere a que las
relaciones entre obreros y empresarios se impregne más y más del espíritu del Evangelio.
Recoger informaciones y resultados de encuestas sobre la justicia y la paz, el desarrollo de
los pueblos y las violaciones de los derechos humanos, los evalúa y, según los casos,
comunica a las asambleas de obispos las conclusiones obtenidas: fomenta las relaciones con
las asociaciones católicas internacionales y con otras instituciones existentes, incluso fuera
de la Iglesia católica, que trabajen sinceramente por alcanzar los bienes de la justicia y de la
paz en el mundo.
Trabaja con afán para que se forme entre los pueblos una sensibilidad respecto al deber de
promover la paz, especialmente con ocasión de la jornada para lograr la Paz en el mundo
(143)
2. CAMPOS DE ACCIÓN
Es importante dejar claro que toda la cuestión de la justicia, de hacer la paz y de cuidar la
creación tiene su orientación en la acción, no sólo como parte esencial de la dimensión profética
de a vida religiosa sino también como manera de anunciar y vivir el Evangelio: “La acción a
favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo nos parece como una
dimensión constitutiva del Enuncia del Evangelio... ” (Sínodo sobre la Justicia).
La tarea prioritaria es el estudio en vista a la acción. Este estudio es impulsado por la doctrina
social de la Iglesia y al mismo tiempo contribuye a su desarrollo.
Su estudio y acción se orienta especialmente en:
Justicia.
Cuestiones correspondientes a la justicia social, mundo del trabajo, Injusticia internacional,
problemas relativos a desarrollo. Reflexión ética sobre la evolución de los sistemas económicos
y financieros, la cuestión ambiental y el uso responsable de la administración de los bienes de la
tierra.
Paz.
Reflexionar sobre los problemas relativos a la guerra, el desarme, los armamento y comercio de
armas, seguridad internacional y la violencia, terrorismo, nacionalismo, etc., también fija su
atención en los sistemas políticos y en el compromiso de los católicos en el campo político. Se
encarga de promover la Jornada Mundial de la Paz.
Derechos humanos.
El interés por la promoción de los Derechos humanos es uno de los aspectos más importantes de
esta Comisión, por una parte, para responder a la misión de la Iglesia, defensora de la dignidad
de la persona humana, hija de Dios, fundamento de todo derecho humano. Por otra parte dada la
conculcación sistemática de los más elementales derechos de la persona es en este momento
histórico más urgente que nunca.
3. METODOLOGÍA
Siguiendo las orientaciones dirigidas por Pablo VI a esta Comisión recién creada, el 20 de abril
del 67, podríamos decir que la metodología se sintetiza en: VER, JUZGAR, ACTUAR.
“Representáis ante nuestros ojos la realización del último voto del Concilio (GS 90). … este
Comité, que no tiene más misión que mantener abiertos los ojos de la Iglesia, el corazón
sensible y la mano pronta para la obra de caridad que está llamada a realizar con el mundo,
con objeto de promover el progreso de los pueblos más pobres y favorecer la justicia social
entre las naciones”
VER: mirar con ojos críticos la realidad, observar, escuchar, recoger datos e información y
analizarlos.
JUZGAR: Estudiar esas realidades a la luz del Evangelio y el actuar de Jesús y la doctrina social
de la Iglesia.
ACTUAR:
Divulgar la información y la reflexión sobre ella. Concienciar a los católicos y hombres de buena
voluntad sobre la realidad sus causas y consecuencias, y sugerir y animar a comprometerse en
acciones concretas en orden a la consecución de la Verdad, la Justicia, el Amor y la Libertad.
A partir de la creación de esta Comisión Pontificia se fueron estableciendo en las Conferencias
Episcopales comisiones nacionales. También las Confederaciones de Religiosos/as han
establecido estas comisiones a nivel Internacional, Congregacional y local. Motivando a trabajar
en comunión con las comisiones diocesanas y con otras ecuménicas y con cualquiera ONG que
promueva la Justicia y la Paz.
III. FUNDAMENTACION DOCTRINAL
1. DESDE LA EXPERIENCIA BÍBLICA
El concepto de Justicia en la Biblia es entendido en el ámbito de las relaciones del hombre con
Dios, de los hombres entre si y con la Naturaleza
Justicia es la Gracia de Dios, en estrecha unión a la justificación, por la cual Dios hace justo al
hombre pecador; al hombre le compete responderle con la conversión y la fe. Los profetas son
especialmente los encargados de denunciar la injusticia, anunciar y manifestar la justicia ya
presente, a través de gestos simbólicos
En este contexto tiene una excepcional importancia la tradición bíblica del “Año jubilar”, año de
Gracia, que siempre nos invita a “empezar de nuevo”: Lv. 25, 10-13; Is. 61, 1ss. Esta
experiencia jubilar está destinada a promover la santidad de vida.
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•
•
•
Remisión de los pecados y las penas por los pecados.
Reconciliación entre adversarios
Conversión y justicia
Solidaridad.
La literatura profética nos enseña como los profetas miran la realidad con los ojos de Dios,
escuchan las quejas de los pobres y se hacen voz de los sin voz para denunciar y anunciar cual es
el plan de Dios para su pueblo
Textos bíblicos:
• Antiguo Testamento
Ex. 22, 21-23
Dt. 24, 15-24
Ex. 23, 1-11
Dt. 25, 13-16
Jer. 7,1-7
Dt. 24, 12-15
Mi 6,1-8
•
Dt. 10,18-19
Ex. 22, 24-27
Lev. 19, 35-36
Is. 1, 10-17
Am. 5,11-15; 21-24
Lev. 19, 35-36
Lev. 15, 4ss
Nuevo testamento
Mc. 2, 23
Mc 12, 28-34Lc. 7, 36-50;
Mt. 22, 36-40
Mt. 25, 31- 46
Mc 3, 1ss
Jn. 4,7-39
Mt 5, 1-12
Lc. 4, 16-21
2. DESDE LA EXPERIENCIA ECLESIAL
En la primitiva comunidad cristiana predomina la perspectiva escatológica de la justicia. La
práctica de la justicia era vivida sobre todo en el plano ético relacionándola con la caridad, casi
sin ninguna repercusión social. Vivian una justicia vertical hacia Dios, culto, oración, escucha de
la palabra, Horizontal, hacia el hermano como justicia distributiva en la comunión de bienes
desde una perspectiva ética a través de las beneficencia.
Poco a poco los cristianos buscan y encuentran formas de actuación histórica de transformación
social. Con la llegada de la revolución industrial y regímenes democráticos la justicia se propone
a través de la denuncia de injusticia, transformación de las estructuras sociales y propuestas de
estructuras alternativas.
La Iglesia, “metida” en la historia, descubre cada vez más la interacción profunda que hay entre
conciencia y estructura social. No podemos conformarnos ni solo con la formación de la
conciencia ni solo con el cambio de estructuras.
Hoy el compromiso con la justicia se decide el nivel de práxis cristiana. Estamos llamados a
proclamar el origen divino de la justicia y la imposibilidad histórica de una justicia que tenga su
base solo en el hombre. El proyecto humano del cristianismo parte del hombre a imagen de Dios
y del amor de Cristo.
La enseñanza de la Iglesia:
(1891) León XIII en la Rerum novarum dice que la justicia debe regular las relaciones de
producción y de trabajo. Pio XI, Quadragesimo anno afirma la subordinación de la norma
positiva a la ética natural y Juan XXIII en la Mater et Magistra y Pacem in Terris toca los
problemas estructurales de injusticia en la sociedad.
Estas enseñanzas son recogidas por el Vaticano II en la Gaudium et Spes. Habla de la íntima
relación entre la dimensión pública y privada de la justicia, afirma la fundamental igualdad de
todos los hombres y la urgencia de llegar a una condición de vida más humana y más justa para
todos: “Las instituciones humanas, privadas o publicas, esfuércense por ponerse al servicio de
la dignidad y del fin del hombre. Luchen con energía contra cualquier esclavitud social o
política y respeten... los derechos fundamentales del hombre. Más aún estas instituciones deben
ir respondiendo cada vez más a las realidades espirituales, que son las más profundas de todas,
aunque es necesario todavía largo plazo de tiempo para llegar al final deseado” GS 29
Pablo VI en la Populorum progessio y Octogesima adveniens acentúa las relaciones
internacionales en la practica de la justicia y considera que los problemas del subdesarrollo no se
resuelven sólo con la conversión personal a los valores de la justicia sino que es imprescindible
estructuras jurídicas y económicas internacionales justas.
Juan Pablo II en la Laborem exercens y Sollicitudo rei socialis presenta la primacía del trabajo
sobre el capital y denuncia las estructuras de pecado que generan condiciones de terrible miseria
para los países pobres. En la Centesimus annus frente al fenómeno de la globalización, propone
el bien común como la gran meta a alcanzar. Frente al liberalismo, socialismo marxista y
capitalismo, es necesaria y urgente alternativas económicas que respondan a la exigencias de la
justicia y del uso responsable de la libertad. Hay que construir una alternativa de solidaridad
internacional, una nueva civilización: la civilización del amor (CA 10).
La dignidad humana es el fundamento de la justicia y la paz (discurso de JP II en la ONU 1979).
Todo proyecto de paz internacional pasa por los caminos de la justicia.
Junto al Magisterio de los papas se dan también en la iglesia ciertas iniciativas como muestra de
la voluntad de acción concretas a favor de la justicia:
Siguiendo las orientaciones del Concilio, el día 6 de Enero de 1967 Pablo VI instituyó con un
Motu Proprio “Catholicam Christi Ecclesiam”, el Pontificio Consejo de Justicia y Paz que
tiene como fin promover en el mundo la justicia y paz, actuando principalmente en el orden del
trabajo, por el progreso de los pueblos y por la defensa de los derechos humanos. A partir de
aquí se establecen en las conferencias episcopales las Comisiones de Justicia y Paz.
En 1971 el II Sínodo de los obispos Sobre las justicia en el mundo presenta un texto muy
influenciado por la Populorum progressio, asume la voz de los sin voz, se refiere a la crisis de
solidaridad universal y hace hincapié en el diálogo sincero y leal. Presenta las grandes líneas del
mensaje evangélico y de la misión de la Iglesia en relación a la justicia. Establece una profunda
relación entre el amor cristiano y la justicia: “El amor cristiano al prójimo y la justicia no se
pueden separar. El amor implica, de hecho, una absoluta exigencia de justicia que consiste en el
reconocimiento de la dignidad y de los derechos del prójimo. La justicia, a su vez, alcanza su
plenitud solamente en el amor. Por ser cada hombre imagen visible de Dios invisible y hermano
de Cristo, el cristiano encuentra al mismo Dios y su absoluta exigencia de justicia y de amor en
cada uno de los hombres” (Justicia en el Mundo 34)
En el mismo año 1971 se constituye el consejo pontificio Cor unum, como Dicasterio a nivel de
la Iglesia Universal, para la promoción humana y cristiana, bajo el cual están la Fundación
Populorum Progressio y la Fundación Juan Pablo II.
Finalmente se ha añadido a esta lucha por la justicia la dimensión de la integración de la
creación por las estrechas interconexiones entre las injusticias sociales y las injusticias
medioambientales.
En los últimos años con motivo del Jubileo del 2000, en la Tertio milllenio adveniente, el Papa
pide hacer efectiva la “reducción, y si es posible el perdón total de la deuda internacional que
pesa sobre el destino de muchas naciones” (TMA 51)
“En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros... será
necesario poner un decidido empeño programático... en la comunión... para hacer de todos
nosotros ‘un solo corazón y una sola alma’ (He 4, 32)... la Iglesia... signo e instrumento de la
íntima unión con Dios y de la unidad del género humano’ (LG 1)... (NMI 42).
“Hacer de la Iglesia la casa y escuela de la comunión: este es el gran desafío que tenemos ente
nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder
también a las profundas esperanza del mundo… (NMI 43)
...La caridad se abre al servicio universal, proyectándose hacía la práctica de un amor activo y
concreto con cada ser humano... tenemos que saberlo descubrir (a Cristo) sobre todo en el
rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse: Mt. 25, 35-36,...Esta página
no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el
misterio de Cristo. SOBRE ESTA PÁGINA, LA IGLESIA COMPRUEBA SU
FIDELIDAD COMO ESPOSA DE CRISTO, NO MENOS QUE SOBRE EL AMBITO DE
LA ORTODOXIA.
Atendiendo a las indiscutibles palabras del Evangelio, en la persona de los pobres hay una
presencia especial suya, que impone a la Iglesia una opción preferencial por ellos. (NMI 49,
además 50, 51).
“...Se debe rechazar la tentación de una espiritualidad oculta e individualista, que poco tiene
que ver con las exigencias de la caridad, con la lógica de la Encarnación...(NMI 52)
3. DOCTRINA CONGREGACIONAL
a). Nuestros fundadores
No podemos esperar encontrar la terminología contemporánea de justicia social, opción por los
pobres, o trabajo por la paz, pero si el profundo sentido bíblico de la justicia, como plan de
salvación de Dios para todos los hombres de igual dignidad y derecho ante El, y el compromiso
por hacer realidad esta voluntad de Dios de salvación universal.
Revisando la historia y escritos de la M. Fundadora y el P. Claret encontramos, desde nuestra
sensibilidad y contexto actual, llamadas indudables al compromiso con la justicia y la paz.
Claret fue un hombre apostólico, seguidor de la praxis de Jesús y los profetas. Se siente
llamado a una vocación claramente profética y recoge de entre ellos algunos testimonios como
modelos de identificación: La denuncia y anuncio: “El profeta Isaías … profetizaba y
predicaba… echar en cara a los habitantes de Jerusalén sus infidelidades” (Aut.215), el
compromiso transformador de la realidad de Jeremías “exhorta al pueblo a la penitencia…
la principal divisa es una tiernísima caridad que no le permite reposo” (Aut.216), el
compromiso por la justicia en el profeta Ezequiel “… que tuvo la gloria de morir mártir de la
justicia” (Aut. 217)…
Analiza profundamente la realidad, conoce sus causas, y trabaja por la salvación de la persona y
por la promoción de la justicia en medio de una situación socio política muy conflictiva:
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Tiene como punto de partida la igual dignidad de todos los hombres como hijos de Dios por
lo cual tiene un trato igual con todos, de cualquier raza, condición social o estado. A todos
por igual les dedica el tiempo, la preocupación y busca los medios con los que poder resolver
sus necesidades.
Se enfrenta con frecuencia a las leyes, y a los terratenientes que no facilitan la evangelización
y educación de los negros.
trabaja por la integración familiar y el derecho al matrimonio prescindiendo de razas y
estatus sociales. Defiende los derechos de la mujer y de los hijos.
“Con la ayuda del Señor cuide de los pobres” (Aut. 562). Todos los lunes del año recibía a
los pobres, los reunía, les enseña el catecismo, les confesaba, les dedicaba su tiempo, y les
socorría en sus necesidades materiales. Destino gran parte de su patrimonio a limosnas y a
obras sociales, como “Cajas de Ahorro”, Granja escuela, Asociaciones de Beneficencia,
materiales educativos, libros, cartillas,
Atención a los presos: tenía contactos personales con ellos, les visita en las cárceles, les
enseñaba y les daba limosnas. Se preocupa por que puedan tener una vida digna y que
aprovechen su estancia en la cárcel para su rehabilitación human y moral. Escribe en su Plan
de reformación de las cárceles: “Se les tendrá en toda comodidad posible y se les instruirá
en la religión y moral y además se les procurará una ocupación mecánica y de lo que
ganarán se destinará parte para el establecimiento y lo demás se dará al preso el día de su
salida, de modo que esta pena de cárcel habrá sido para él un principio de su felicidad,
saldrá instruido en religión y moral y en oficio para ganarse el sustento y con dinero para
emprenderlo”
Cuidado de los enfermos. “Visitaba con la misma frecuencia a los pobres del hospital, y
también les daba algún socorro”
Establece las cajas de Ahorro y escribe su reglamento.
•
Propone la reforma agraria como forma permanente de dignificación de la vida de los
campesinos
No se ha hecho en los escritos de María Antonia París un estudio sistemático sobre este aspecto
fundamental de la evangelización. Pero lo vemos presente a lo largo de sus escritos y en el origen mismo
de nuestro instituto que nace como urgencia de conversión por el testimonio público de pobreza,
poniendo en el centro de toda vida claretiana el Evangelio.
Nacemos no como una espiritualidad intimista sino práctica. Las misioneras claretianas hemos nacido
para ser nueva orden no en la doctrina sino en la práctica haciendo de la pobreza llave y fundamento de
toda nuestra actividad apostólica.
En María Antonia París, aun situándola en el contexto cultural del siglo XIX, como mujer
“enclaustrada”, encontramos principios y exigencias que son acicate para nosotras hoy:
• Desde su “visión inicial”, llamada vocacional y misión, experimenta que la Palabra profética
“se le imprimía en el alma”.
• Preocupación constante por los males de la Iglesia, y por la situación del mundo.
• Se siente llamada a “Poner en pie la Ley Evangélica” lo que significa hacer realidad los
valores evangélicos de pobreza, solidaridad, fraternidad.
• “Y todo lo veía en Cristo crucificado” ...los crucificado de la historia
• Su vocación a la renovación de la Iglesia para que fuera mejor signo del Reino... sentir el
peso de ka Iglesia
• La radicalidad en la vivencia del Evangelio y la enseñanza a los demás utilizando las armas
de la justicia y el ejemplo, el testimonio.
• La expresión “hacerse todo para todos”
• La total confianza en Dios Padre Providente, la libera de todo deseo, acaparamiento,
acumulación… pecados que son la causa de la injusticia y la violencia
• Comunicación de bienes
Han de trabajar para sus hermanos los prójimos…el pan de los justos más pende de la Providencia Divina que de
nuestro trabajo material. Por mi más quería ser pobre con Cristo, que tener rentas para repartir a otros pobres. La
pobreza radical a que se sentía llamada María Antonia, junto con su Instituto, se había de traducir en una imitación
de la desnudez de Cristo y en una comunión con los pobres, no comunicándoles parte de los propios bienes sino
tomando de ellos su pobreza
b). Constituciones
13: ... “Al hacer en la Iglesia el voto público de pobreza evangélica nos proponemos ser copia vida de los
primeros apóstoles, mirándonos como peregrinos en esta tierra. La pobreza es la base y fundamento de
nuestro Instituto y la llave maestra para introducir en el interior del hombre la Ley santa del
Señor. (Cfr. Constituciones 1869, trat. I, cap. 2, nº 84).
14: … “nos comprometemos a vivir la pobreza efectiva desde el espíritu de las bienaventuranzas,
con un desprendimiento tal de todos los bienes que, sin buscar recompensa material de nuestros trabajos,
mostremos predilección por los más pobres y humildes”.
17: El amor al trabajo es una característica de nuestro Instituto. Trabajamos para ganarnos el sustento
y atender a las necesidades de la Congregación, de la Iglesia y de los pobres. Las comunidades no
pueden acumular “a expensas de los pobres de Jesucristo”.
“La hermana procuradora ha de llevar las cuentas de todo cuanto entra y sale por cualquier causa o
motivo que fuere y al último mes del año las presentará a la Madre priora y sacado y cotejado en limpio y
hecho balance general, si algo queda se dará a los pobrecitos; y en especial para colocar doncellas
desamparadas, porque jamás se ha de permitir que en nuestros conventos se aumente renta ninguna a
expensas de los pobres de Jesucristo” (Cfr. Constituciones 1869, Trat. I, cap. 34, nº 26)
19: La vida de la comunidad ha de ser testimonio de pobreza por su sencillez, austeridad y
laboriosidad, alegrándonos en el Señor si alguna vez nos falta lo necesario. “Dios quiere que se dé un
público testimonio a favor de la pobreza, ya que por desgracia en el día, más confianza se pone en el
dinero que en Dios”. (P, fundador a la M. Fundadora).
68: “Nuestro primer medio de evangelizar es el testimonio personal y comunitario de fidelidad a Cristo,
pobreza y desprendimiento de los bienes materiales, y de libertad frente a los poderes del mundo” (Cfr.
Diario, 16).
111: “Formen a las hermanas en la verdad, justicia, libertad y solidaridad....Tengan siempre presente
la profunda dimensión apostólica de nuestro Instituto, y fórmenlas valientes y arriesgadas en su
compromiso, para ir al mundo que tienen que transforme con el Evangelio.”.
c) Conclusiones del XIV Capítulo General:
Presentación:
“Nos falta sensibilidad social, lectura creyente de la realidad, solidaridad e insercción entre los
pobres”… Para “ser signos proféticos en un mundo que necesita más testigos que palabras… “
Somos llamadas a un profetismo de esperanza, aceptación de la cruz con sentido de resurrección,
pobreza más testimonial y práctica de la justicia solidaria en un sistema social violento, injusto y
excluyente”
“Llamada a una mayor conciencia critica fundada en criterios éticos…
Testigos de la experiencia de Dios en Fidelidad al Evangelio
7. Mirar la realidad circundante ojos críticos y de fe para acoger sus auténticos valores, detectar
el mal en sus causas y dar respuestas evangélicas.
8. Ofrecer el testimonio de una vida coherente desde la radicalidad de las bienaventuranzas, que
sean fermento de una sociedad más justa.
9. Actualizar el espíritu de nuestros fundadores, que supieron encarnarse con creatividad en la
realidad social y eclesial, y con audacia, abrirnos a los cambios que nos plantean las diversas
culturas.
10. Procurar una vida comunitaria centrada en la experiencia de Dios Amor, organizada desde la
misión, disponible y solidaria, abierta al hombre que sufre.
Testigos proféticos en comunión con nuestros hermanos.
16. Tomar conciencia de la dimensión profética de nuestra vida fraterna, vivirla como misión y
para la misión de modo que seamos anuncio de los valores del Reino.
20. Ser presencia significativa que por su fuerza profética se convierta dentro de las culturas en
fermento evangélico.
24.…promover procesos autónomos de desarrollo, participación y economía solidaria.
27. ofrecer en los centros apostólicos una propuesta evangelizadora capaz de dar respuesta a
las necesidades del pueblo; comprometida con la promoción de la solidaridad, justicia y paz,
la integración familiar, la auténtica liberación de la mujer; y atenta a los retos de los jóvenes.
39. Testimoniar personal y comunitariamente la pobreza evangélica, con un estilo de vida
sencillo y austero, cercano a los pobres, como exigencia de nuestra propia identidad y en
solidaridad con la humanidad que sufre.
40. Estar atentas a las nuevas formas de pobreza, a sus causas y consecuencias y, en actitud de
discernimiento buscar respuestas coherentes de acuerdo con la realidad donde está presente la
Congregación.
41. Favorecer el respeto, la defensa de la naturaleza y la conciencia de los limitados recursos del
planeta mediante la sensibilización ecológica, la sobriedad y la reducción del consumo.
42. Procurar como comunidad educativa la preparación de los futuros responsables de la vida
social, de modo que se comprometan en la supresión de estructuras opresivas y promuevan
proyectos solidarios a favor de la causa de los pobres.
43. Impulsar una pastoral familiar que promueva la calidad humana, social y evangélica de la
familia como lugar privilegiado de personalización, con proyectos concretos en cada centro
apostólico
44. Reafirmar nuestra opción por los pobres en defensa de los derechos humanos, apoyando y
promoviendo acciones pastorales de compromiso a favor de quienes viven situaciones de
exclusión, miseria extrema y violación del derecho a la vida.
Conclusión:
… queremos proyectarnos hacia el futuro con la audacia, la creatividad y la valentía profética
de nuestros fundadores para inculturar el Evangelio y el carisma.
4. DESDE LA FILOSOFIA
Hablamos de la justicia asignándole diversos sentidos: jurídico, teológico, moral, legal,
individual, social... La justicia es una de las más fuertes aspiraciones humanas y está
fundamentada en la Palabra de Dios. El sentido y las obras de la justicia son esenciales a la
misión de la comunidad cristiana y consecuentemente a la educación en la fe y a la vida toda de
la Iglesia.
Desde el campo filosófico, Aristóteles, habla de la justicia como “hábito” moral y los romanos le
dieron su configuración jurídica: Tomás de Aquino hace de la justicia fuente de “derechos y
obligaciones”. Hay una justicia distributiva, conmutativa, legal. El concepto de Justicia
evoluciona, la voluntad de dar a cada uno lo suyo ya no es una voluntad individual, sino social;
no se habla de hábito individual sino de estructura social. Se amplia también el concepto, no solo
a lo que se tiene derecho, sino a lo que cada uno debería tener o debería ser como persona. Kant
afirmó que en la cuestión de la justicia, todo ser humano debe ser considerado como un fin y no
como un medio.
II. PROYECTO CONGREGACIONAL
Introducción
El trabajo por la Justicia y Paz ha de comenzar por el interior de cada uno, por el propio
corazón. El primer objetivo de este trabajo será nuestra propia conversión y la vivencia
personal de los valores evangélicos: las bienaventuranzas. El primer paso será dejarnos
“hacer justos y pacíficos” por la acción de Dios en nosotros.
El compromiso con la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación, no es “otra cosa más que
tenemos que hacer”. No se trata fundamentalmente de acciones, sino de actitudes, de estilo de
vida, de postura existencial. En otras palabras, de ESPIRITUALIDAD... dejar que el espíritu
del Padre y del Hijo nos transforme hasta poder decir: “no soy yo, es Cristo quien vive en mí”
La acción a favor de la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación debe fluir de la dimensión
contemplativa de nuestra vida. Llamadas y comprometidas a una acción que tiene que encontrar
su raíz en el Misterio Pascual de Cristo quien se solidariza totalmente con el género humano,
“haciéndose un de tantos...” (Fl. 2). La Encarnación de Dios es una llamada radical a vaciarnos
y despojarnos para que el Espíritu pueda poseernos y utilizarnos para “recrear la faz de a tierra”.
La apertura al Espíritu, la escucha y disponibilidad a la Palabra nos transformará. Cuando Dios
sea nuestro centro tendremos una perspectiva diferente de sentir y valorar más cercana al sentir
y valorar de Dios, y encontraremos caminos para la acción y el compromiso, promoviendo
relaciones justas de igualdad, paz y amor.
No hay cambio sin conversión personal, una conversión que se tiene que ir dado cada día
“Tenemos como patrona a María en el Misterio de su Inmaculada Concepción. Este misterio nos
impulsa a luchar contra el al en cualquiera de sus formas” (C. 9)
¿De qué hablamos cuando hablamos de “luchar contra el mal en cualquiera de sus formas”?.
¿Cómo nos comprometemos en esa lucha? ¿Qué males más graves existen en nuestro mundo
hoy? ¿Estamos realmente trabajando por cambiar las estructuras injustas y por enfrentar “los
poderes” que causan el mal y la injusticia? ¿Somos conscientes de las consecuencias que
tendríamos si verdaderamente “luchamos contra el mal en cualquiera de sus formas”?.
Estamos llamadas a entrar en lo profundo del dolor del mundo y del dolor de la tierra para aliviar
su dolor, unas veces con obras de misericordia, otras denunciando y confrontado las estructuras
que lo causan; otras veces llevando en nosotras ese dolor, sufriéndolo y dejándonos convertir por
el.
¿De donde viene el dolor del mundo?. Viene de relaciones injustas. Relaciones de prepotencia,
abuso de poder, imposición por la fuerza, la violencia; relaciones abusivas de intercambio, de
explotación... Con este tipo de relaciones provocamos la desigualdad, la pobreza, la destrucción
de la vida y de la ecología, la guerra y a violencia.
También tenemos que reflexionar sobre el tipo de relaciones que vivimos en la Iglesia y en la
Congregación
A. OBJETIVOS:
I.
Sensibilizar:
1) Sobre la realidad social y humana del mundo. Dado que tenemos el mundo al alcance de
nuestra pantalla, no hay realidad que no nos sea cercana y de la que no seamos responsables,
en cierta medida.
2) Sobre las exigencias de una evangelización integral y liberadora, de la doctrina social de la
Iglesia y la misión profética de la Vida Religiosa.
3) Sobre la necesidad de replantearnos nuestro estilo de vida y nuestra presencia en un mundo
marcado por la escandalosas injusticias, el egoísmo consumista y la destrucción de la
creación.
II.
Informar y formar:
1) Proporcionar información objetiva, con análisis de las causas y consecuencias de la situación
de los derechos humanos, y la lucha por justicia y la paz.
2) Sobre problemas sociales, humanos y ecológicos.
3) Proporcionar estudios críticos sobre las causas, actores y acciones que generan los conflictos
y situaciones de injusticia, violencia y opresión.
III.
1)
2)
3)
4)
IV.
Animar:
Sembrar y mantener la inquietud por la verdad, la justicia y la paz.
Impulsar la vivencia y la acción profética de nuestra consagración religiosa
Compartir nuestras riquezas de todo orden al servicio y en defensa de la causa de los pobres.
Comprometerse en acciones y campañas de acción contra las injusticias y en favor de la
solidaridad.
Coordinar:
1) Encuentros de Reflexión
2) Intercambio de materiales de información y reflexión, y crear ámbitos de dialogo e
intercambio.
3) Apoyar y acompañar las inquietudes e iniciativas que surjan en las comunidades.
4) Animar a la participación en las organizaciones eclesiales de promoción de la Justicia y la
Paz y otras instituciones u ONG que promuevan el desarrollo y la promoción humana.
B. ACCIONES Y MEDIOS:
1) Infraestructura mínima: Equipo de coordinación y reflexión. Grupos de trabajo
2) Encuentros, seminarios y jornadas de estudio
3) Participación en jornadas y campañas a favor de la justicia y la paz y la defensa de los
Derechos humanos
4) Conectar con diversos ámbitos pastorales: parroquias, pastoral juvenil y otras
5) Boletines, folletos monográficos, Internet
6) Darnos a conocer a través de los medios a los que podemos tener acceso.
7) Relación orgánica en el interior de la Congregación.
C. CRITERIOS
•
Teológicos:
Trabajar por la construcción del Reino de Dios, anunciado y testimoniado por Jesús, cuyos
contenidos son:
a. Búsqueda y proclamación de la Verdad, contra toda forma de ocultamiento e
injusticia.
b. Paz como fruto de la Justicia.
c. Solidaridad como fruto de relaciones personales y sociales fraternas e igualitarias.
d. En libertad, respeto y vida para las victimas del sistema.
• Políticos:
Exigibilidad, en el marco de la normatividad y de los tratados internacionales, del respeto a la
Dignidad Humana en todos sus derechos.
e. Mirada crítica y permanente discernimiento de la realidad económica, política,
social, distinguiendo los actores, intereses, sus motivaciones, proyectos,
estrategias y lenguajes.
f. Denuncia constante y sistemática de las actuaciones, mecanismos y estructuras
que atentan contra la dignidad de las personas.
g. Activación y construcción de mecanismos que allanen caminos en la búsqueda de
la Verdad y reparación de los daños causados a las victimas.
• Pedagógicos:
Formación sobre Derechos Humanos y Doctrina Social de la Iglesia con dialogo de saberes,
interdisciplinaridad.
h. Inteligencia del Sujeto, entendida como interrelación de la sensibilidad, la
voluntad y el pensamiento, en el proceso de construcción de conocimiento del
mundo y de la vida.
i. Diálogo de saberes a partir de la recuperación de la memoria individual y
colectiva, en la reconstrucción del tejido social y en la construcción del camino
hacia la Justicia.
j. Conciencia de la interrelación entre el conjunto de procesos que se desarrollan en
lo micro y macro.
k. Creatividad en la construcción y producción de mensajes en que interactúan
diversos lenguajes.
•
•
De comunión con las comisiones eclesiales.
En unión y red con comisiones u organizaciones que trabajen por los mismos objetivos.
D. RESPONSABILIDAD DEL TRABAJO
Prefectura de Apostolado de los Organismos, directamente desde la prefectura o a través de
equipos de trabajo o una hermana encargada del mismo
Funciones del Equipo o hermana encargada...:
•
•
•
Ser enlace desde la Prefectura de Apostolado del Organismo con la Prefectura General y con
las comunidades y centros apostólicos.
Elaborar e impulsar, según orientaciones de la Prefectura de Apostolado del Organismo, un
Proyecto Provincial y Local de acción, así como su evaluación y seguimiento.
Estar relacionada, participar y servir de enlace con Instituciones eclesiales y otras agencias u
organizaciones que trabajen en diversos aspectos de la promoción de la justicia, la paz, los
Derechos Humanos, etc.
•
•
•
•
Proporcionar información a las comunidades y centros apostólicos de eventos,
documentación, materiales,
Promover la formación en estos temas
Animar a la formación y participación en campañas y proyectos, enviar información,
Trabajar en red con las hermanas encargadas de este aspecto apostólico de otros Organismos.
IV. PROPUESTAS A LOS ORGANISMOS
1. Promover y animar a la realización de un PLAN en cada Organismo.
2. Designar a nivel de organismo la persona o Equipo responsable de animar esta pastoral.
3. Crear entre todos los organismos una red de información e intercambio de materiales.
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