Testimonio de Catalina Rodríguez Correa (16.06.08) Al enterarme

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Testimonio de Catalina Rodríguez Correa (16.06.08)
Al enterarme de que iba a venirme para Alemania por un año, pasaron miles de cosas por mi
cabeza: tenía muchas expectativas como conocer gente nueva y una cultura que es muy
diferente a la nuestra, aprender a usar un idioma no sólo para defenderme en el día a día,
sino también el “Umgangssprache”, relacionarme con la gente de manera fluida y los
términos científicos y técnicos, entre otros.
Afortunadamente puedo decir que la experiencia sobrepasó las expectativas de manera
positiva, empezando con el curso de alemán en Mannheim. En el instituto Goethe, desde que
llegamos, nos trataron siempre bien. Yo inicié las clases en el nivel B12 y aprendí, no sólo
cosas nuevas e interesantes acerca del idioma sino también conocí gente de todas partes del
mundo con la cual compartía la mayor parte de mí tiempo: cocinábamos juntos, veíamos
películas, salíamos a pasear, entre otras cosas. Debo decir que estos dos primeros meses no
fueron los más fructíferos en cuanto al desempeño del idioma, ya que todos éramos
extranjeros y la forma más fácil de comunicarnos era en inglés.
En el instituto no sólo se preocupaban por enseñarnos el idioma, también se empeñaron a
que conociéramos la cultura alemana. Con la ayuda de dos jóvenes alemanes (Zivis)
hacíamos diferentes planes los fines de semana como ir a conocer ciudades en la cercanía de
Mannheim, fuimos a la opera, visitamos una cervecería, estuvimos en el festival del vino,
entre muchas otras actividades. Me llevo muy gratos recuerdos de esta etapa ya que fue el
inicio de una experiencia inolvidable.
En octubre me cambié de ciudad a donde realizaría mi semestre de intercambio en la
universidad. Cuando salí de Mannheim, pensaba que todas las ciudades alemanas iban a ser
como esta pero al llegar a Erlangen, todo cambió. Esta pequeña ciudad estudiantil tiene una
arquitectura muy bonita y todo está al alcance de la mano, además la mayoría de la población
son estudiantes o trabajadores de Siemens, por tanto es un ambiente muy tranquilo y es
muy segura.
Antes de llegar a Alemania, estuve revisando la página web para estudiantes extranjeros de la
universidad y encontré un programa que se llama “Buddy Program”, una especie de
“Tandem Program”, donde al estudiante de intercambio lo relacionan con un estudiante de
la universidad y este último es un apoyo en lo que respecta al idioma, la vida cotidiana, etc.
Para mi fortuna mi “Buddy” resultó ser un alemán de muy buena voluntad que me ayudó con
mi llegada, me mostró donde comprar cosas baratas, como funcionaba la cafetería de la
universidad, como funcionaba el sistema de transporte y todos esos aspectos que son
indispensables para tener una vida amena y sin complicaciones.
La primera semana en Erlangen fue dedicada al papeleo: registrarse en la ciudad, comprar la
tarjeta semestral para el bus, armar el horario con un profesor que fue asignado a cada uno
de nosotros, entre otras. Cuando el semestre empezó, fue un poco aterrador ya que el
idioma no lo sentía lo suficientemente sólido como para entender una clase de ingeniería
pero aún así asistí a todas las clases y al final era más difícil entender el tema que entender el
idioma. Durante este semestre decidí ver tres clases magistrales y un laboratorio, en los
cuales aprendí mucho sobre ingeniería pero no conocí casi gente. Aún así estos 6 meses me
divertí mucho y aprendí también mucho. En cuanto al idioma, diría que fue la etapa donde
mejoré y pude comunicarme con la gente más fácil. Este semestre coincidió con navidad y
debo admitir que una época un poco difícil. Anteriormente nunca había pasado una navidad
por fuera de mi casa, lejos de mi familia y mucho menos con gente que conocía desde hace
tan poco tiempo pero a pesar de esto celebramos “a lo colombiano” y la pasamos muy rico.
Un aspecto al cual me costó mucho trabajo acostumbrarme fue al sistema de enseñanza ya
que durante todo el semestre son clases y al final se evalúa todo en un solo examen.
Durante el semestre siempre hay diversas actividades para hacer y uno como extranjero
empieza a llevar el mismo ritmo de los estudiantes alemanes por lo cual no estudiaba mucho
entre semana pero en la época de exámenes, me tocó estudiar mucho, en alemán y muy
rápido. Aunque fue dispendiosa y tediosa, esta metodología me ayudó a darme cuenta que
con el sistema de la universidad colombiana aprendo mucho más aunque con el sistema de la
universidad alemana se obtiene mucha más práctica y el conocimiento es aplicado a medida
que se va aprendiendo la teoría.
Al terminar el semestre en Erlangen, me mudé nuevamente de ciudad a Stuttgart para hacer
la práctica que en poco tiempo llegará a su fin. Me encuentro trabajando en Bosch GmbH,
en el departamento de Investigación y Desarrollo de Materiales Avanzados, en el área de
materiales piezoeléctricos. Mi supervisor es un estudiante de doctorado que encabeza un
proyecto acerca de materiales piezoeléctricos que no contienen plomo para los inyectores
de gasolina o diesel en los motores. Cuando empecé con mi pasantía, no sabía nada acerca
de los materiales cerámicos lo cual, a simple vista parece algo negativo pero en mi opinión es
algo positivo ya que con cada cosa que hago aprendo algo nuevo. Uno de los aspectos que
más me han gustado de mi práctica es el hecho de que mi supervisor siempre tiene en
cuenta mis ideas, me deja tomar decisiones relativamente importantes y siempre me
pregunta mi opinión. Es un trabajo altamente interactivo donde no sólo trabajo en “modo
automático”, también debo pensar antes de hacer cualquier movimiento.
Acá en Stuttgart estoy viviendo una WG y esta ha sido la única experiencia negativa de todo
el periodo de intercambio. Mi compañero de cuarto es un señor de 47 años intolerante que
no soportó vivir conmigo más de un mes y faltando menos de 6 semanas para que terminara
mi contrato me echó (literalmente) a la calle. Sus razones no están fundamentadas y
considero que no hice nada lo suficientemente grave para tener que soportar esta
humillación. En este momento ya solucioné mi problema y como consejo para los nuevos
Jóvenes Ingenieros quisiera decirles que si van a vivir en una WG procuren vivir con una
persona con la cual la diferencia de edad no sea muy grande.
Por último, pero no menos importante, me gustaría expresar mi agradecimiento por
permitir esta vivencia tan enriquecedora tanto académica como personalmente.
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