1,- Argfa y Antigona. Pira común para Etdocles y Polinices 11

Anuncio
1,- Argfa y Antigona. Pira
común para Etdocles y
Polinices
11.- Intervencidn de Teseo
111.- Evadne s e p r e c i p i t a a l a
pira de Capaneo.
625
I.-
ARGIA Y AHTIGOHA. PIRA COMDN PARA ETEOCLES Y
POIINIGES
Cuando lebas se ve definitivamente libre del ase
dio y con Creonte como nuevo rey, salen los ciudadanos al campo a buscar a sus cadáveres para rendirles honores
fúnebres. Todo el día lo han pasado cerca de los cuerpos
inanimados y apenas pueden alejarse de ellos cuando }lega la noche.
Mientras Eteocles sdlo recibe honores fúnebres simples y sin pompa real (57-58)s
y accipit et saeiii manes Eteoclls iniquos
haudquamquam regalie henos, X
Polinices es considerado argivo
y, por tanto, su sombra
vaga sin honor (58-59):
Argiuias haber!
f rater iussus adhuc at que exsul pellitxir umbra.
Sin embargo, se celebran grandes funerales en ho
nor de Meneceo, funerales de los que solo habla Estacio,
ya que en Sófocles y Eurípides no se mencionan; en Sdfooles porque no aparece el episodio de la inmolación del
hijo de Creonte, que ya decíamos que era original de Euri
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pides, y en éste porque los últimos versos de sus Fenicias
son una réplica de la Antígona de Sófocles y toda la argumentación se centra en la negativa de Creonte de enterrar
a Polinices y la oposición de Antígona a obedecerle.
Después de ofrecer honores a Meneceo, Creonte
-
reafirma su decisión de no enterrar a los argivos y casti
gar al que lo intente, lo que ¿vaca por los dioses y por Meneceo (lCX)-103)s
qxjare iterum repetens iterumque edicos suprema
ne quis ope ot flammis ausit iuuisse Pelasgos;
9,ut nece facta luet numeroque ezplebit adempta
corpora; per superes magnxunqu» Menoeoea iux>o.
Las fuentes nos hablan del distinto tratamiento
de los tebanos a los cadáveres de E t ^ o d e s y Polinices.
Al contrario que Estacio, hablan de grandes e importantes funerales en honor de Eteocles,
-^ste tema)(^lcanzó su máxima, expresión en la Antífona de Sófocles, hasta el punto de que influyó para que
en el siglo VI se afíadieran a los versos de los Siete de
Esquilo un epílogo (1005-1078) que lo incliala^, Én este
epílogo el herá.ldo anuncia que el consejo del pueblo,
en el que había recaído el poder, ha decretado que a Eteo
oles, que ha muerto por su patria, se le honre, mientras
que el cadáver de Polinices debe ser arrojado fuera de las murallas de Tebas, como presa para los perros (10051.- of. ROBERT, Oidipus p, 376 ss.
627
1017):
Δοκοΰντα καΐ δόξαντ*απαγγέλλε ι ν με χρ^
διίμου προβοί5λοι.ς ττ|σδε Καδμείας πόλεως·
Έτεοκλ^α μέ:ν τόνδε έπ'εύνοίφ χθονός
θάπτειν εδοξε γτ|ς φίλαις κατασκαφαις·
στυγδν γ&ρ εχθρούς θίίνατον ειλετ'ίν
ηόλει,
ίερων πατρώων δ'δσιος ων μομφής ατερ
τ£θνηκεν οδπερ τοις νίοις θνΐ^σκειν καλόν.
Οΰτω μέν άμφΐ τοΰδ'έπίσταλται λέγειν
τούτου δ'άδελφδν τόνδε Πολυνείκους νεκρόν
εξω βαλεΤν αθαπτον, άρπαγί)ν κυσίν,
ώς δντ'άναστατηρα Καδμείων χ#ονός,
εΐ μί) θεων τις έμποδδ)ν εστη δορί
τφ τόΰδ*.
Εη 1022-1024 se menciona la prohibición de exten­
der sobre ól la tierra o dedicarle lamentos, pues debe que
dar ignominiosamente privado del cortejo de sus familiares:
καΐ μήθ'ομαρτεΤν τυμβοχόα χειρώματα
μητ'δξυμόλποις προσσέβειν οίμώγμασιν,
είναι δ'ατιμον εκφοράς φίλων ϋπο.
Sófoces alude varias veces a esta prohibición en
su Antígona. La encontramos mencionada por primera vez en
21-30 cuando Antígona comunica a Ismena las órdenes de
Creonte:
-
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Ot γάρ τάφου νφν τδ) κασιγνϊίτω Κρέων
τον μtv προτίσας, τ6ν Ò*άτιμάσας
έχει;
'Ετεοκλέα μέν, ώς λέγουσι, σΙ»ν δίκρ
χρησθαΙ δικαιί3ν καΐ ν<5μφ, κατ& χθονος
έκρυψε τοις ενερθεν εντι,μον νεκροΤς·
τδν δ'άθλίως θανόντα Πολυνείκους νέκυν
άστοισί φασιν έκκεκηρΰχθαι xb μη
τίφφ καλύψαι μηδέ κωκυσαί τι να,
έαν δ'ακλαυτον, αταφον, οίωνοΓς γλυκών
θησαυρδν είσορωσι προς χάριν βοράς·
Εη 194-206 es el propio Creonte quien promulga
el decreto ante los ciudadanos de Tebas:
Έτεοκλέα μέν, o πόλεως υπέρμαχων
δλωλε τησδε, πάντ*άριστεόσας δορί
τάφω τε κρΰψαι καΐ τ& πάντ'άφαγνίσαι
ά τοις άρίστοις έρχεται κάτω νεκροΤς*
τον δ'αδ ξύναιμον τοΐ)δε, Πολυνείκην λέγω»
δς γ?)ν πατρφαν καΐ θεο^ς τοΙ;ς εγγενείς
φυγάς κατελθ&ν ηθέλησε δ*αίματος
κοινοι5 πάσασθαι, τοί^ς àt δουλώσας αγειν,
τούτον πόλει τ^δ'έκκεκί^ρυκται τάφφ
μ^^τε κτερίζειν μτ^τε κωκΐ5σαί τινα,
έαν δ'δθαπτον καΐ προς οίωνων
δέμας
καΐ πρδς κυνων έδεστδν αίκισθέν τ'ίδειν.
decisión que mantendrá firme, como dice a Tiresias en 1039-
629
1043. En 1070-1071, Tiresias le acuisa de retener sobre la
tierra un cadáver al que priva de los dioses infernales,
de los derechos de ofrendas y ritos sagrados:
έχεις òt τό5ν κέτωθεν ένθάδ'αδ θεων
αμοιρον, άκτέριστον, άνόσιον νέκυν
Εη Eurípides Panicias 775-711t
Eteocles ruega a
Creonte ^ue Polinices no sea enterrado:
ηνπερ κρατν|ισ^ τάμα, Πολυνείκους νέκυν
μ^ίποτε ταφή να ι τ^δε βηßα(Γqf χθονί,
θνι^σκειν òt τον θάψαντα, καν φίλων τις ξ.
petición que Creonte atiende, pues en 1628-1630 ordena que el cuerpo de Polinices se arroje sin sepultura fuera
de los muros de Tebas:
δς πέρσων πόλι,ν
πατρίδα obv άλλοις ί^λθε, Πολυνείκους νέκυν
έκβάλετ'αθαπτον τησδ'ορων εξω χθονός
Suplicantes 18-19 Etra informa a Teseo que los
vencedores impiden enterrar a los vencidos, violando así
las leyes divinas:
ειργουσι δ*οί κρατούντες ούδ'άναίρεσιν
δούναι θέλουσι, νόμιμ'άτίζοντες θεων
630
lo q.ue también encontramos en Diodoro SÍCTIIO IV, 65, 9:
οι μέν Θηβαίοι
Ttjv
άναίρεσιν των νεκρών ού συνε-
χώρησαν.
Apolodoro III, 7, 1 nos dice que Creonte arrojó
insepultos a los argivos y dispuso guardias para evitar
que algiiien los enterrase:
Κρέων ah,
τί)ν Θηβαίων βασιλείαν παραλαβών, τοΙ;ς
των Άργείων νεκρούς ερριψεν άταφους, καΐ κηρύξας
μηδένα θάπτειν, φΰλακας κατέστησεν
Bigino en Fábulas 72 se refiere a la prohibición:
Creon Menoecei filius edixit ne quis Polynicen aut
qui una uenerunt sepxilturae traderent, quod patriam
oppugnatimi u«neriiit.
Estacio ha seguido, por tanto, la versión de Sófocles, ignorando la que asegura que Adrasto levantó piras a los héroes sin que hubiera impedimento por parte de los tebanos. Esta versión la encontramos en Pindaro que, aunque en Hemeas IX, 24 sólo habla de las piras que
consumieron a los jóvenes:
έπτ& γ&ρ δαίσαντο πυραΙ νεογυίους φωτάς
en Olímpicas VI, 15-16 nos dice que, cuando los cadáveres
631
fueron colocados en siete piras, en Tebas, Adrasto se la
mentd de la falta de Anfiarao:
έπτδί δ'επειτα πυραν νεκρΏν τελεσθεισαν ΤαλαΙΌνίδας
εϊπεν έν Θΐίβαισι τοιούτον τι επος·
piras que el escoliasta afirma que estaban dedicadas a los que guerrearon y no a los que realmente ardieron en
ellas, pues Anfiarao fue englutido. Polinices permanecid
sin sepultijra y Adrasto, único superviviente, marcha a Argos. Pero sí quedaron en Tebas Tideo, Capaneo, Partono
peo e Hipomedonte:
των διαβεβοημένων έστί καΐ τοΰτο, πως επτά φησι
γενέσθαι πυρ&ς, [των] επτά έπιστρατευσάντων καΐ ού
πάντων καέντων. Αμφιάραος μΕν κατεπόθη σ^ν τοις
ιπποις έν ΏρωπΠ)· Πολυνείκης δΕ ο(>κ ετάφη· άταφος
γ&ρ εμεινεν "Αδραστος òt ςων 'είς "Αργός άπτ^λθεν.
κάταλείπονται δ*, ΤυδεΙίς, ΚαπανεΙ)ς, ραρθενοπαΤος,
Ίππομέδων.
Εη Esquilo 1066-1ο72 una parte del coro, tras oir
las razones de Antígona, decide arriesgarse a sufrir el ­
castigoj rendirán honores fúnebres a Poünices y se cons­
tituirán en su cortejos
Δράτω π<5λις καΐ μί) δράτω
632
τοΙ)ς κλάοντας Πολυνείκη·
ημεΓς γ&ρ ιμεν καΐ συνθάψομεν
αιδε προπομποί,
ΚαΙ γ&ρ γενε^ κοινδν τ(5ο*αχος,
καΐ ηόλις άλλως
αλλοτ'έπαινεΙΓ τ& δίκαια,
/
Estacio ha tratado de compaginar la leyenda que,
a partir de Sofoclee, atribuye salo a Antígona la desobe
diencia a las <5rdenes de Creonte y su intento de enterrar
a Filinices, y el argumento de la Antígona de Eurípides,
en que son Argia y Antígona quienes lo hacen. Los pocos
fragmentos que nos quedan de la obra de Eurípides no nos
permiten tener seguridad de la presencia de Argia en Tebas, p e j ^ s í la fábTxla 72 de Higino que, en opinión de Robert"^y^resume la Antígona de Eurípides,
.y
Tal como le había sido presagiado a Polinices an
tes de morir, aunque él creyera que era un sueño engañoso, Argia había salido de Argos en unión de las mujeres
arguyasj recorre el camino hacia Tebas, pues la Pama había anunciado el desastre de la expedición. Con ella va
Deípile, su hermana, que, axanque conoce la impiedad de Tideo, la perdona. Las siguen Nealcea, esposa de Hipomedonte, y la impía Erffíle, Cierran la comitiva Atalanta
y Evadne, la mujer de Capaneo (117-128):X
op. cit. pp. 381 ss.
633
próxima L e m a e o Calydonidas agmine mixtas
Tydeos exsequiis trahit haud cessura sorori
Deipylej scelus illa quidem morsusque profanos
audierat miseranda tiiri, sed cimcta iacenti
infelix ignoscit amor, post aspera uisu
ac defienda tamen, digno plangore Nealce
Hippomedonta ciens, uatis mox impia coniunx
heu uacuos positura rogos, postrema gementtim
agmina Maenaliae ducit comes orba Dianas,
et grauis Euadne: dolet haeo queritiirque labores
audacis pueri, magni memor illa mariti
it toruiam lacrimans summisque irascitur astris.
Encuentran a O m i t o que, a causa de una herida ~
reciente, no ha podido seguir a los argivos en su rápida
y desordenada huida. Les dice que una guardia vela sin cesar y responde ante Creonte de que nadie se acerque a
los cadáveres (150-152):
stat peruigil illic
ximbrarum custos inhumataque corpora regi
adnumerat.
versos que nos recuerdan la Antígona de Sófocles. /
O m i t o les asegura que Creonte las castigará y no se ablandará con avia plegarias y llantos. Por ello
les aconseja que no vayan a Tebas, sino a Atenas, donde
Teseo las escuchará y ayudará.
-
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las mujeres dudan entre ir a Tebas e implorar a
Creonte, o seguir los consejos de Ornito.
y( Argia siente de súbito el deseo de emprender una
accidn peligrosa. Trata de alejarse subrepticiamente de
sus compañeras y, despreciando su vida, está dispuesta
a desafiar a Creonte. Su temeridad deriva del exceso de
dolor por la muerte de su esposo unido al amor que siente por él. También le empujan la piedad hacia el muerto
y la urgencia de darle sepultxira (183-193):
tuno mouet arte dolimi, quo semet ab agmine fido
degreget, immitesque dees regemque cruentum
contemptrix animae et magno temeraria luctu
prouocet; hortantur pietas ignesque pudici,
ipse etiam ante oculos omni manifestus in actu,
nunc hospes miserae, primas nimc sponsus ad aras,
nunc mitis coniunx, nunc iam sub casside torua
maestus in amplexu multiamque a limine summo
respiciens: sed nulla animo uersatur imago
crebrior, Aonii quam quae de sanguine campi
nuda uenit poscitque rogos.
Acompañada tan sdlo por su ayo Moneto,/que apenas
puede seguir sus pasos,) Argia llega a Tebas de noche. Bus
ca antre los cadáveres el de Polinices y, al no encontrar
lo, suplica a Cintia,f^ como hicieran Dimante y Hopleo,jlamentándose de la débil claridad de los astros.
Pero no es ella la que suplica a Cintia,/como los
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escuderos^ sino la propia Jìino, quien, conmovida por el
dolor de Argia, ruega a la diosa que incline más su carro
sobre la tierra para que la joven pueda encontrar a Polinices, al tiempo que el sueño desciende sobre los gtiardas
(302-308):
cultrix placitissima nostri
Inachis Argia c e m i s qua no et e uagetur
neo reperire uirum densis queat aegra tenebria?
et tibi nimbostua languet iubar: exsere qi;iaeso
c o m u a , et adsueto propior premat orbita terras,
huno quoque, qvá. curru madidas tibi pronus babonas
ducit, in Aonios uigiles demitte Sopore^^.
Y así, ayudada por Jimo y Cintia,>lrgía reconoce
en primer lugar el manto que ella misma había bordado pa
ra Polinices ( 3 1 2 - 3 1 5 ) :
Primum per campos infuso lumino pallam
coniugis ipsa suos noscit miseranda labores,
quamquam texta latent suffusaque sanguine maeret
purpura.
Mientras invoca a los dioses, creyendo que este
manto es el único despojo de su marido, v« al que yace
en el polvo, casi cubierto por ál ( 3 1 5 - 3 1 7 ) :
dumque déos uocat et de funere caro
636
hoc superesse putat, uidet ipeum in puluere paone
calcatisa.
Argia llora sobre el cadáver de Polinices lamentando que no haya podido cumplir las promesas que le hiciera de mostrarle su palacio y la ciudad, que le ofrece
ría como reina. Se queja, sobre todo, de que nadie le
-
llore, preguntando dónde está Yocaata y la famosa Antígo
na ( 3 3 1 - 3 3 2 ) :
ubi mater, ubi inclyta fama
Antigone?
Sólo Argia lamenta su muerte y que no haya querido oir sus consejos de no reclamar el cetro que se le
negaba, puesto que ál habría de suceder a su suegro en
Argos y hubiera gozado de larga vida y poder ( 3 3 3 - 3 3 5 ) :
dicebam: quo tendis iter? quid sceptra negata
poscis? habes Argos, soceri regnabis in aula;
hic tibi longus honos, hic indiuisa potestas.
Sin embargo, se muestra agradecida a los dioses
porque también Ete'ocles ha muerto. Desea encontrar su ca
dáver y despojarlo con miás ferocidad que las aves de pre
sa ( 3 4 1 - 3 4 3 ) :
hoc frater? qua parte, precor, iacet ille nefandus
praedator? uincam uolucres -sit adire potestas-
637
excludamque feraa; iStn habet funestus et ignea?
Jura que la tierra de Tebas no verá privado a Polinices de fuegos fiinebres: su cuerpo será consumido y re
cibirá el tributo de las lágrimas ( 3 4 4 - 3 4 5 ) :
sed neo te flammis inopem tua terra uidebit:
ardebis lacrimasque feres,
Estacio, pues, ha configurado a Argia con la decisián y fiereza que estábamos acostomibrados a considerar
propias de Antigona. No prescinde de la hermana de Polini
oes, pues era demasiado importante la influencia de Sófocles en la tradición de la leyenda, pero es Argia la que
desafia las órdenes de Creonte y se expone a ser sorpren
dida sin temer nada.
Antigona, que por fin ha podido eludir la estrecha guardia a la que estaba sometifa, pues ya la han detenido la primera vez que intentó salir de la ciudad, oye
las últimas palabras de Argia. Pregunta a asta qjxé hace y
Argia, aunque en un principio calla temerosa, descubre fi^
nalmente su personalidad. También lo hace Antígona. Mezclan sus lágrimas y cada una internunpe a la otra hablando de Polinices y el cariño que guardaba para ellas.
Finalmente Moneto les hace comprender que el día
se acerca y pueden ser sorprendidas por los guardias. Les
pide que realicen su proyecto de honrar a Polinices y dejen las lágrimas para después que la pira haya recibido -
638
su cuerpo (406-408):
heia agite inceptum potiias! iam sidera pallent
uicino turbata die, perferte laborem,
tempus erit lacrimis, accenso flebitis igne.
Una vez que lavan las heridas del cadáver, buscan una pira que todavía arda. Todas están apagadas excepto una que, bien por azar o por deseo de los dioses,
era la que había consumido los restos de Et s'è cíes (420423):
stabat adhuc seu forte rogus, seu niamine diuum,
cui torrere datiam saeuos Eteocleos artus,
siue locum monstris iteriM Fortuna parabat,
seu dissensuros seruauerat Eumenis ignes.
Sin saber a quién pertenece, suplican que permita mezclar las cenizas de Polinices a las suyas (426-42¿)
neo adhuc, quae busta, repertum,
sed placidus quemcumque rogant mitisque supremi
admittat oineris consortem et misceat umbras.
Los dos hermanos muestrsm su odio incluso en la
pira fiSnebre, pues tan pronto como el fuego toca los
-
miembros de Polinices, las llamas se separan y sus extre
mos brillan con fuerza (429-432):
639
Ecce i t e r m fratres: primos ut contigit artus
ignis edax, tremuere regi et nouus adueña busto
pellituT} exudant diuiso uertice flammae
alternosque ápices abrupta luce coruscant,
Las llamas se amenazan y tratan de alejarse lo
más posible ( 4 3 4 - 4 3 5 ) :
uterque minax globus et conmtiu* uterque
longius;
Antígona reconoce, espantada, algunas de las pren
das que pertenecieran a Eteocles: su escudo y su cinturdn.
Muestra a Argia la lucha que mantienen las llamas y c<5mo
arxB
odios viven todavía. Les suplica que depongan sus
-
iras, pues ya no tienen razdn de ser, puesto que el autén
tico vencedor es Creonte ( 4 3 9 - 4 4 3 ) :
en clipei fragmen semiustaque nosco
cingulat, frater erat! cernisne, ut fiamma recédât
concurratque tamen? uiuxmt odia improba, uiuunt.
nil aotum bello; miseri, sic, dum arma mouetis,
uicit nempe Creon! ntisqtiam iam regna, quis ardor?
El pasaje de la discordia de los hermanos en la
pira fúnebre parece oroginal de Calimaco, Aitia IV (fr.
105 Pfeiffer, pp. 1 0 8 - g 9 ) aunque lo mutilado del texto
apenas deja entreverlo.
/
640
En efecto, en Sáfocles Antígona 1201­1204, cuan­
do ya han muerto Antígona y Hemdn, un mensajero comunica
a Euridice que, siguiendo las indicaciones de Creonte, ­
han lavado el cadáver de Polinices, le han colocado en ­
una pira ardiente y han cubierto su cuerpo con tierra de
su patria:
XoCaavxcq
áyvbv Kovxpóv,
év
veooTiáoLV
^aKKoXc, 6 6t) XéKemio
avyHaT^^o\ie\ft
nal τ<5^iPov òp^ónpavov
oCnefac x^ovbQ
Eurípides en las Fenicias
s<5lo alude a la deci­
sión de Antígona de impedir que el cadáver de Polinices
quede insepulto, pero a tenor de las palabras de peráán
proferidas por Polinices inmediatamente antes de morir,
es verosímil que Eurípides no pensara en la discordia de
la pira, que, al parecer, tampoco mencionaba en su Antí­
gona donde, si aceptamos como base la fábula 72 de Higi­
no, sí que aparece Argia ayudando a su cuñada en su pro­
yecto. También menciona la pira com­dn, pues las dos muje
res colocaron el cuerpo de Polinices en la misma pira en
que ardía Eteocles.
En las Suplicantes Polinices axáe con todos los
jefes argivos en una pira comdn a todos ellos, excepto ­
para Capaneo, como ya veremos.
Tampoco lo menciona Apolodoro que, indudablemen­
te, resume la tragedia de Sófocles pues dice en III, 7,1
641
que Antígona robó el cuerpo de Polinices y secretamente
lo enterró:
Αντιγόνη òt, μία τδν οΙδίποδος θυγατέρων, κρυ­
φά το Πολυνείκους σωμα κλέψασα έθαψε.
La versión de Calimaco tuvo gran fortuna entre los autores romanos puesto que a partir de Ovidio la men
clonan casi todos.
Así Ovidio alude a la lucha de las llamas en la
pira en Tristes V, 5 , 33-39 donde afirma que, aunque en
un principio no creía a Calimaco, ahora lo cree todo:
Consilio, commune sacroam cum fiat in ara
fratribus, alterna qvá. periere manu,
ipsa sibi discors, tamquam mandetvir ab illis,
scindituur in partes atra fauilla duas.
hoc, memini, quondam fieri non posse loquebar,
et me Battiades iudice falsus erat;
omnia nunc credo.
En Ibis 35-36 dedica un distico a este pasaje:
et noua fraterno ueniet concordia fumo,
quem uetus accensa separat ira pyra.
Sóneca en su Edipo 321-323 nos indica por boca de Manto, que lo intiaye, este epílogo de la muerte fratri
642
oídas
sed ecce pugnaz ignis in partes duas
discedit et se scinfit unií^s sacri
discors fauilla­ genitor, horresco intuens
que encontramos en Lucano Parsalia I, 549­552:
Vestali raptus ab ara
ignis, et ostendens confectas fiamma L atinas
scindit­ur in partes geminoque cacumine surgit
Thebanos imitata rogos.
Higino en su fábula 72, de cuya importancia como
posible testimonio del argumento de la Antígona de Eurí­
pides ya hemos hablado, nos dice que Argia y Antígona co
locaron, de noche, el cadáver de Polinices en la pira de
Eteocles:
Creon Menoecei filius edixit ne quis Polynicen aut
qui una uenerunt sep^ιlturae traderent, quod patriam
oppugnatum uenerint; Antigona sóror et Argia coniunx
clam noctu Polynicis corptjs sublatam in eadem pyra ­
qua Eteocles sepultus est imposuerunt.
Los autores griegos tardíos han incorporado en ­
sus obras este tema. Pausanias, que en IX, 25, 2 nos di­
ce que el llagar en que lucharon y murieron los hijos de
643
Edipo se llama
%υρμα
Αντιγόνης porque Antígona, al -
comprobar que no podía levantar, pese a sus esfuerzos,el cuerpo de Polinices, lo arrastró hasta la pira de
-
Eteocles y lo arrojó a ella:
καλείται δί: o σύμπας ούτος τόπος Σΰρμα Αντιγόνης·
ώς γ&ρ τδν του Πολυνείκους αρασθαί οί πρόθυμουμένρ νε
κρδν ουδεμία έφαίνετο ςχ^ατώνη, δευτέρα έπενόησεν ελκειν αυτόν, ές δ εϊλκυσέ τε καΐ έπέβαλεν έπΙ του
Έτεοκλέους έξημμένην τΙ)ν πυράν·
en Ιχ, 1 8 , 3
nos habla de que los tebanos afirman que
cuando ofrecen sacrificios a los hijos de Edipo, la lla­
ma y el humo se dividen en dos:
τούτοις 6t έναγίζοντων αυτών τήν φλόγα, ωσαύτως
bt καΐ τδν άπ'αύτης καπνδν διχ^ διίστασθαι.
Pilóstrato Imág. II, 2 9 , 3 menciona la acción de Antígona:
τδν Πολυνείκην δΐ ή Αντιγόνη μέγαν καΐ κατ*εκεί
νους δντα καΐ άνι^ρεται τδν νεκρδν καΐ θάψει πρδς τφ
του Έτεοκλέόυς σήματι διαλλάττέιν ηγουμένη το^ς αδελφούς, ώς λοιπδν Ιτι.
y en II, 2 9 , 4 la sorprendente separación de las llamas:
644
θαύμα καΐ το ιιΐ5ρ τδ έπΙ τοις έναγίσμασιν ού γ&ρ
ξυμβάλλει έαυτψ ohòt ξυγκεράννυσι τί)ν φλ<5γα, τδ έν-
τεΐίθεν òt αλλην καΐ αλλην τρέπεται καΐ αμικτον δήλοι
τοΐ5 τάφου.
Dos epigramas de la Antología Palatina tratan e£
te tema. Son el VIII, 399 (de Antífilo):
Τηλοτ&τω χεΰασθαι εδει τάφον οίδιπόδαο
παισΙν έπ*άλλfjλωv, οίς πέρας ούδ'Άϋδας·
άλλ& κάι είς Άχέροντος ένα πλόον ήρν^ίσαντο,
χώ στυγερός ζώει κήν φθιμένοισιν "Αρης.
^νίδε πυρκαύ?5ς ανισον φλέγα· δαιομένα yìxp
έξ ένδς είς δισσ&ν óffpiv αποστρέφεται.
y VII, 396 (de Bianor):
Οιδίποδος παίδων βΐ^βη τάφος· L·λ*6 πανώλης
τΰμβος Ιτι ζώντων αισθάνεται πολέμων.
κείνους ουτΆίδης έδαμάσσατο, κ^ν Άχέροντι
μάρνανται· κείνων χώ τάφος αντίπαλος,
καΐ πυρί π\5ρ ίίλεγξαν εναντίον, δ ελεεινοί
παίδες, ακοίμητων άφάμενοι δοράτων.
epigrama imitado por el 52 de los Epigrammata
Bobiensia;
Nee Stygiis lucis inennt sua foedera fratres
Oedipodionidae, de misero ah miseri!
645
namcLue etiam ex \ano surgentes aggere flammae,
in diuersa siii dissiliunt cineree.
infandos iuuenes, quos nec discordia cassos
luce nec in semet linquit atrox animus,
atque utinam et Thebas quissent partirier ipsas
regnorum et metas ut cinerum nébulas!
646
II.- INTERVENCIÓN DE TESEO
Esquilo en los Eleusinos hablaba de un pacto entre Teseo y Creonte por el que este último permitid que
los argivos fueran enterrados,
Pero Estacio ha tenido muy presente las Suplicantes de Eurípides, aunque hay muy poca similitud entre la
tragedia y la Tebaida. La mÁB importante divergencia es
la ausencia de Adrasto, que en las Suplicantes es una fi
gura importante, pues va a la cabeza de las mujeres arg¿
vas y en su nombre pide ayuda a Teseo.
Estacio ha prescindido de Etra, la madre de Teseo,
que persuade a su hijo en la obra de Eurípides. También falta el mensajero de Creonte.
Así mismo es distinto el lugar de la accidn, pues
mientras en la tragedia las argivas, con Adrasto al frente, se han refugiado en el templo de Demeter en Eleusis y
suplican a Etra su intercesidn, en la Tebaida han llegado
a Atenas gracias a la intervencidn de Juno que, reconciliada con Atenea, ha puesto en manos de las argivas las ramas de olivo y las bandas propias de los suplicantes y
les aconseja que caminen con la frente velada, los ojos bajos y con urnas vacías en sus manos (468-470):
ipsa manu ramosque oleae uittasque precantes
tradit, et obtenta submittere lumina palla
647
et praeferre docet uacims sine manibius limas
También en Suplicantes 9-10 las argivas llevan
ramos suplicantes, segiSn palabras de Etra, que habla de
estas mujeres que han abandonado Argos y, con los ramos,
se han abrazado a sus rodillas:
al Kmovaai
6á\iai:"ApyeCae, x-Q-ovb^
iv.x^pi daXX^ npoanCxvova*l\xbv
yévu,
Al igual que Etra informa de las causas de su sú
plica. Juno recorre la ciudad de Atenas diciendo cuál es
su nacien, quiénes sus maridos (a los que lloran) y lo
que piden.
Las argivas se refugian en el altar de la Ciernen
cia, lugar al que llegan todos los suplicantes con la es
peranza de que sus deseos se cumplan, pues allí todas las
plegarias son oídas (481-485):
Urbe fuit media hulli concessa potentum
ara deumj mitis posuit Clementia sedem,
et miseri fecere sacram; sine supplice numqiaam
illa nouo, nulla damnauit uota repulsa,
auditi quiciamque rogant.
También Apolodoro en III, 7, 1 nos dice que Adras
to y las mujeres se refugiaron en el altar de la Clemencia, en Atenas, donde depositaron una rama de olivo y pi-
648
dieron que los muertos fueran enterrados:
"Αδραστος òt είς Άθι^νας άφικ<5μενος, έπΙ τδν
Έλέου
βωμδν κατέφυγε, καΐ ικετηρίαν θεΐς,'ήξίου
-
θάπτειν το^ς νεκρούς.
Teseo, que regresa victorioso de su lucha contra
las Amazonas y lleva como esposa a Hipólita, detiene su
carro triunfal y pregtanta las causas de que estas muje­
res se muestren como suplicantes ( 5 4 3 - 5 4 5 ) :
atque ubi tardauit curráis et ab axe superbo
explorât causas uictor poscitque benigna
aure preces.
Del mismo modo en Suplicantes 87-89 Teseo p r e g m
ta qué son esos lamentos, por qué se golpean el pecho y
quién llora a los muertos:
τίνων γόων ηκουσα καΐ στέρνων κτύπον
νεκρΐ15ν τε θρΐΐνους, τδνδ' ανακτόρων απο
^χοΰς εούσης;
Mientras en la obra de Eurípides es Adrasto quien
informa a Teseo, que se muestra ignorante de lo que ha ocurrido en Tebas y las causas que han provocado la exp¿
dición argiva, en Estacio es Evadne, la esposa de Capaneo, la que hace xm. breve resximen de los acontecimientos.
649
Evadne dice a Teseo que no pertenecen a una raza
extranjera (548): non externa genus, que nos recuerda los
versos 263-264 de las Suplicantes en que el corifeo dice
a Teseo que tienen νω. origen comtSn, pues Etra desciende
de Pélope y ellas son del mismo país que Pélope:
δς Κ^λοπος
παΓς, Πελοπίας δ*ημείς χθον<5ς
ταύτόν πατρφον αίμα σοΙ κεκτ^ΐμεθα
Evadne reconoce la culpabilidad de los argivos al pretender asediar Tebas y las impiedades que han com£
tido, pero dicen que ante la muerte todos los furores de
ben oliridarse y han de cumplirse los deberes divinos de
enterrar a los muertos.
Los cuerpos de los argivos, contintia Evadne, per
manecen ya siete días expuestos a las aves de presa. Ya
los fuegos del cielo se apartan horrorizados y huyen las
bestias feroces, asfíi como las aves, que escapan de sus
fétidos olores (563-567):
séptima iam surgens trepidis Aurora iacentes
auersatur eqiiis} radios déclinât et horret
stelligeri iubar omne poli; iam comminus ipsae
pabula dira ferae camptamque ödere uolucres
spirantem tabo et caelum uentosque grauantem.
Piden que Creonte les permita al menos quemar sus
huesos desnudos y su carne putrefacta. Es el pueblo ate-
650
niense el que debe vengar este ultraje antes de que otros
pueblos, como los tracios, intenten arrebatarles ese honor (570-572):
uos ista decet uindicta, priusquam
Emathii Tracesque dolent, quaeque exstat ubique
gens arsura rogis manesque habitiara supremos.
También Etra en Suplicantes pide a Teseo que cas
tigue a los hombres violentos que niegan a los muertos su parte de honor y el derecho de sepultura, pues están
transgrediendo las leyes comimos de los griegos (308-313)Í
άνδρας βιαίους καΙ κατείργοντας vεκpobς
τάφου τε μοίρας καΐ κτερισμάτων λαχεΐν
είς τίίνδ* ανάγκην σ§ κατάστησα ι χερί,
νομιμά τε πάσης συγχέοντας Ελλάδος
παΰσαι» το γάρ τοι συνέχον ανθρώπων πόλεις
τοΰτ'εσθ*, δταν τις το^ς νόμους σι^ζρ καλώς
Teseo, indignado con Creonte, que así viola todas
las leyes, sin reparar en el cansancio producto de las anteriores campañas, ordena a sus soldados y aliados que
se dispongan a atacar Tebas, a lo que todos acceden gustosos.
En Tebas, Creonte está a punto de castigar a Antígona y Argia, sorprendidas por los guardias a causa del
estrépito producido en la pira de Eteocles al recibir el
cadáver de Polinices,
651
Los trágicos sólo nos hablan del prendimiento de
Antígona que, segiSn Sófocles Antígona 4 2 6 - 4 3 1 ) ba sido sorprendida cuando, al ver el cadáver de Polinices despro
visto de polvo, prorrumpe en sollozos, lleva en sus manos
polvo seco y ofrece tres veces libaciones al muerto:
ουτω òt χαυτη, ψιλδν ώς ópf νέκυν,
γόοι,σιν έξί^μωξεν, Ικ δ'άράς κακ&ς
Ιΐρατο τοΓσι τοδργον έξειργασμένοι,ς·
ΚαΙ χερσΙν εοθ^ς διφίαν φέρει κόνιν,
εκ χ*είκροτ-ήτου χαλκίας άρδην πρόχου
χοαισι τρισπόνδοισι τ5ν νέκυν στέφει»
Higino, fábula 7 2 , nos dice que, al ser sorprendidas por los guardias, Argia huyó y Antígona fue conducida a presencia de Creonte:
quae cum a custodibus deprehensae essent, Argia
-
proftigit, Antigona ad regem est perducta.
Sin embargo en Estacio han sido sorprendidas y encarceladas las dos, que soportan su castigo con alegría
porque por fin han podido ver arder el cuerpo de Polinices ( 4 5 3 - 4 5 5 ) :
ante rogiam saeuique palam spreuisse Creontis
imperia et fixrtum claro plangore fatent\ar
securae, quippe omne uident fluxisse cadauer.
652
que de nuevo nos recuerdan las palabras del guardián a Creonte en Sófocles Antígona 432-436 sobre la impasibili
dad de Antígona que, al ser interrogada, nada niega ni intenta defenderse:
χ^μεις ίδόντες ίέμεσθα, obv δέ vtv
θτ)ρώμεθ*α6θΙ>ς oÒ6èv έκ^επληγμένην,
nal τάς τε πρόσθεν τάς τε vì5v ^λέγχομεν
πράξεις» απαρνος δΌύδενος καθίστατο,
αμ'ήδέως εμοιγε κάλγεινίδς αμα.
Como decimos, Creonte está dispuesto a castigar
a las culpables cuando ai>arece Pegeo, mensajero de Teseo,
A pesar de que lleva \ina rama de olivo, símbolo de su carácter de embajador, sus palabras llevan amenazas. Afirma
que Teseo se acerca y que sus ejárcitos ya han cubierto
la llanura (681-687):
cum dicta ferens Theseia Phegeus
adstitit. ille quidem ramis insontis olitxae
pacificuB, sed bella ciet bellumque minattir,
grande fremens, nimiumque memor mandantis et ipsum
iam prope, iam medios operire cohortibus agros
ingeminana, stetit ambiguo Thebanus in aestu
curarum, nutantque minae et prior ira tepescit.
Estacio no ha olvidado, por tanto, las ocasiones
en que Eurípides habla de la doble solución de un tratado o la guerra para obligar a Creonte a permitir la sepul-
653
tura. Así expresa Etra los deseos de las argivas que le
han pedido ayuda (25-26):
νεκρίϋν κομιστί)ν η λόγοισι,ν li 6ορί>ς
^ώμρ γενέσθαι καΐ τάφου μεταίτιον.
Εη 385-387 muestra Eurípides las palabras que Te
seo ordena decir a Creonte: le ruega que entierro a los
cadáveres, en prueba de amistad entre vecinos, y le ofre
ce la amistad del pueblo ateniense:
"θησεΰς σ'άπαιτει πρδς χάριν θάφαι νεκροΰς,
συγγείτον'οίκΠίν γα Γα ν, άξιίδν τυχεΓν,
φίλον τε θέσθαι πάντ'Έρεχθειδων λεών"
Si rehusan los tebanos, el mensajero les dirá que
esperen la visita de los guerreros de Teseo ( 3 9 0 ) :
"Κωμον δέχεσθαι τδν έμδν άσπιδηφόρον"
Εη 584-590, tras haber escuchado al heraldo teba
no portavoz de la intransigente postura de Creonte, Teseo
se decide a declarar la guerra a Tebas:
*Ορμασθαι χρε&ν
πάντ'ανδρ'οπλίτην αρμάτων τ'έπεμβάτην,
μοναμπΰκων τε φάλαρα κινεΤσθαι στ<5μα
άφρφ καταστάσοντα, Καδμείαν χθ(5να·
654
χωρ'ήσομαι γ&ρ έπτδί προς Κάδμου πύλας
αοτδς σίδηρον 6ξΙ?ν έν χεροΤν εχων
αΙχός τε κήρυξ·
Ya Herádoto en II, 27 habla de la expedición ate
niense contra los cadmeos para recoger los cadáveres de
los argivos, que habían quedado en el campo sin la debi­
da sepultura, y llevarlos a Eleusis para enterrarlos en
suelo atenienses
τούτο òt *Αργείους τοΙ)ς μετ& Πολυνείκεος έπΙ Θή­
βας άλάσαντας, τελευτί^σαντας τί>ν αίωνα καΐ άταφους
κείμενους, στρατεύσαμε voi έπΙ χο\)ς Καδμείους άνελέσ
θαι τε τobς vεκpobς φαμέν καί θάφαι ττίς ημέτερης έν
ΈλευσΓνι,',
Isócrates nos da en sus disciirsos dos versiones
sobre la intervención de Teseo, En aiegírico 55 habla de
los cadáveres rescatados mediante la guerra:
οδτος (Άδράστος) μ^ν έκ χ^ς στρατέίας της έπΙ θΐίβας δεδυστυχηκ&ς, καί τobς υπό τ^ Καδμείφ τελευτ^^
σαντας αοτδς μέν ο{> δυνάμενος άνελέσθαι, τήν òt πόλιν άξι,ίδν βοηθειν ταις κοιναΤς τΰχαις καΐ ¡it) περιοραν
τobς έν τοις πολέμοις αποθνήσκοντας άταφους"γιγνομένούς μηδΐ: παλαιον ?θος καΐ πΛτριον νόμον καταλυόμενον
a lo que también alude en Helena 31s
655
τφ òt τοΙ>ς ύπδ τ^ Κάδμετελευτ'ί^σαντας βίφ tír)βαίων θάψαι'παρέδωκεν.
y en Platalco 53, donde dice a los atenienses que, cuan­
do los argivos pidieron a sus antepasados rescatar los cadáveres de los caudillos muertos en Tebas, los atenien
ses se dejaron convencer y forzaron a los tebanos a tomar
las decisiones más justas; con lo que no s<5lo se cubrie­
ron de gloria, sino que dejaron a la ciudad im prestigio
inolvidable»
*Ελθ<5ντων γ&ρ Άργείων ώς τobς προγόνους ύμων καΐ
δεηθέντων ^νελ^σθαι τobς υπό τ^ Κάδμεί^ τελεΰτί^σαν-'
τας, πεισθέντες ύπ'έπείνων καΐ Θηβαίους άναγκάσαντες
βουλεΰσασθαι νομιμώτερον ού μ<5νον αύτοί κατ'έκείνους
τobς καL·pobς ευδοκίμησαν, άλλο. καΐ τ^ πόλει δόξαν
άειμνηστον εις άπαντα τον χρόνον κατέλιπον·
Panatenaioo 168-171 afirma que ya las trage­
dias (Eleusinos de Esqtiilo) hablan de la súplica que Adra£
to, único superviviente de la expedición argiva, hizo a
Teseo ante la imposibilidad de enterrar a sus aliados a
causa de la prohibición tebana. Teseo le escuchó y envió
emisarios a los tebanos con el mensaje de que Atenas no
permitiría violar las leyes comunes de los griegos. Los
tebanos aceptaron las palabras de Teseo y enviaron a Ate
ñas los insepultos cadáveres:
656
Τίς γ&ρ ούκ οίδεν, 1} τίς ουκ άκΐ^κοε των τραγψδοδιδασυμφοράς δτι κατάγειν βουληθείς τον οίδίπου
μέν vióVf αύτοΰ òt κηδεστήν, παμπληθεις μ&ν Άργείων
άπώλεσεν, απαντάς δ^ τοΙ)ς λοχαγούς έπεΐδε διαφθαρέν
τας, αοτδς δ'έπονειδίστως σωθείς, εηειοί) σπονδών ούχ
οί(5στ*?}ν τυχειν οοδ'άνελέσθαι τοΙ)ς τετελευτηκότας,
ίκέτης γενόμενος τ?)ς πόλεως, ετι Θησέως αύτ^ν διοι­
κούντος, έδειτο \if\ περιιδειν τοιούτους ανδράς άτα­
φους γενομένους μηδ^ παλαιδν εθος καΐ π<£τριον νόμον
καταλυόμενον, δ πάντες άνθρωποι χρώμενοι διατελουσιν
ohx ώς ύπ'άνθρωπίνης κειμένω φύσεως, άλλ'ώς ύπδ δαιμονίας προστεταγμένφ δυνάμεως. *Ων άκουσας οοδ^να
-
χρόνον έπισχών ο δήμος ?πεμφε πρεσβείαν είς θι^ίβας, περί τε τ?ίς αναιρέσεως συμβουλεύσοντας αύτοΓς οσιώτιε
ρον βουλεύσασθαι καΐ τ^ν άπόκρισιν νομιμωτέραν ποιΐ^σασθαι τ?ίς πρότερο ν γενομένης, κάκειν'ύποδείξοντας,
ώς πόλις αύτοΤς ούκ επιτρέψει παραβαίνουσι τδν νόμον
τδν κοινδν απάντων τίδν Ελλήνων. *Ων άκούσαντες οί κύριοι τ'ότε Θηβών δντες ούχ ομοίως έγνωσαν ουτε ταις
δόξαις αίς εχουσί τίνες περί αύτίΐδν, ουθ'οίς έβουλεύσαντο πρότερον, άλλ& μετρίως περί αύτων τε διαλεχθέν
[ϊες καΐ των
έπιστράτευσάντων κατηρορήσαντες ?δοσαν
τ^ πόλει τήν άναίρεσιν.
Plutarco en Teseo XXIX, se hace eco de eÉta vei»sión que concede a Teseo la recuperación de los cadáveres
mediante la persuasión y el tratado. Niega la afirmación
de Eurípides y nos da el testimonio de Pilócoro, que ase
gura que aste fue el primer tratado que se hizo i>ara recobrar los cadáveres, aunque también en la Vida de Hércules, como reconoce Plutarco, dice que el héroe entregó
-
657
los muertos a sus enemigos. Plutarco aseglara que la mayo­
ría de los guerreros fueron enterrados en Eleuterias y
­
los caudillos en Eleusis, en lo que conçuerdan las trage­
dias de Esquilo (Eleusinos) y Exirípides (Suplicantes);
συνάρπαξε òt καΐ Άδράστοψ τΐ)ν άναίρεσιν των δπο
Καδμεί^ πεσόντων, ούχ ώς ΕύρΙπίδης έποίησεν έν τραγφδί^, μάχρ των θηβαίων κρατήσας, άλλ& πείσας καΙ
σπεισάμενος» ουτω γ&ρ οι πλείστοι λέγουσι» Φιλόχορος
δέ καΐ σπονδ&ς περί νεκρών αναιρέσεως γενέσθαι πρώτας
έκείνας. δτι δ'Ήρά^λ^ς πρώτος άπέδωκε νεκρούς τοις
πολεμίοις έν τοις περί Ηρακλέους γέγραπται. ταφαΐ
òt των μtv πολλίδν έν *Ελευθεραΐς δείκνυνται, των δ*
ήγεμόνων'περί Ελευσίνα, καΐ τοΰτο θησέως Άδράστψ
χαρισαμένου. καταμαρτυροΰσι δε τδίν Εύριπίδου Ίκετίδων οί Αίσχύλου Ελευσίνιοι, έν οϊς καΐ ταύτα λέγων
ο βησεΰς πεποίηται.
Diodoro Siculo IV, 65, 9-10, no menciona la supli­
ca de Adrasto, sino que es la eximia humanidad de los ate­
nienses la que les hace preocuparse de que los cadáveres
sean enterrados. No dice si hubo guerra o tratado:
άταφων òt μενόντων των υπό τήν Καδμείαν πεπτωκότων σωμάτων, καΐ μηδενδς τολμίδντος θάπτειν. Αθηναίοι
διαφέροντες τφν άλλων χρηστότητι πάντας τobς ύπδ τί\ν
Καδμείαν πεπτωκότας έθαψαν.
Apolodoro III, 7, 1, nos habla de la intervención
658
Simada de los atenienses, que tomaron lebas y entregaron
los cadáveres de los argivos a sus familiares para que ­
los enterraran:
OÍ δ*Αθηναίοι μετ& Θησέως στρατέύσαντες, aípot3σι θήβας» καΐ τobς νεκρονς τοις οίκεζοις διδ<5ασι θίψαι.
versión que también recoge Pausanias en I, 39, 2: Teseo,
vencedor, dio sepultura a los argivos en Eleusis:
Κρέων γάρ,
ot παρτ5κε τοΓς προσήκουσιν άνελο-
μένοις θάψαι· ίκετεΰσαντος δέ Αδράστου Θησέα καΐ μάχης Αθηναίων γενομένης πρ5ς Βοιωτούς, Θησέας ώς
Ικράτησε τ^ μάχ^ κομίσας ές τήν Έλευσινίαν τόΐ)ς vεκpobς ένταΰθα εθαφε·
aunque también menciona la leyenda tebana que asegura que
devolvieron los cadáveres voluntariamente y sin que hubie
ra lucha:
Θηβαίοι bh τt)v άναίρεσιν των νεκραίν λέγουσιν έθελονταΐ δοΰναί κάΙ συνάψαι μάχην οδ φασι.
Estacio, por tanto, sigue la versión de Eurípides
sobre la intervención armada. Pero no sigue su ejemplo ni
la tradición que menciona el entierro de los cadáveres en
Eleusis, como ya hemos visto. Afirma que las mujeres, que
han seguido al ejército ateniense, llegan a Tebas cuando
Teseo ha puesto fin a la guerra hiriendo a Creonte (773--
659
781):
aiiras
dissipât hasta tremens; tunc qua subtemine durò
multiplicem tenues iterant thoraca catenae,
incidit: emicuit per mille foramina sanguis
impius; ille coulis extremo errore solutis
labitur. adsistit Theseus grauis armaque tollens;
"iamne dare exstinctis iustos," ait, "hostibus ignes,
iam uictos operire placet? uade atra dature
supplicia extremique tamen secure sepulcri."
Las argivas no saben a qxiién dirigirse. Corren ­
de un lado a otro dudando en acudir a Teseo, a Creonte o
a los cadáveres de sus familiares. Finalmente, el dolor
las conduce hacia los cadáveres ( 7 9 4 - 7 9 6 ) :
rapit hue, rapit impetus illuc,
Thesea magnanimxmi qiaaerant prius, anne Creonta,
arnie suos: uidui ducunt ad corpora luctus.
Eurípides nos dice que los caudillos fueron lle­
vados a Atenas, junto a sus mujeres, mientras los demás
soldados fueron enterrados al pie del Citerán, cerca de
la sombría roca de Eletlteras ( 7 5 6 - 7 5 9 ) :
ΑΔ· wSç φής; ó δ'άλλος ηου κεκμηκότων δχλος;
ΑΓ. τάφφ δέδονται πρδς Κιθαιρίονος πτυχαΐς.
660
ΑΔ· Τούκειθεν η τούνθένδε; τζς δ'εθαψε νιν;
ΑΓ. θησεΰς, σκίωδης ενθ'ΈλευθερΙς πέτρα.
Estacio no olvida rendir homenaje a Teseo, pues,
a pesar de su victoria por las armas, su intervencidn ha
traído alegría, concordia y paz, ja. que se lleva a cabo
una alianza en el campo de batalla, se considera huásped
al caudillo ateniense y se le ruega que entre en los muros y no desprecie los hogares tebanos, a lo que Teseo accede (782-786):
Accedunt utrimque pio uexilla tumultu
permiscentque manus; medio iam foedera bello,
iamque hospes Theseus; orant succedere m\aris
dignarique domos, nec tecta hostilia uictor
aspematus initj
661
III,- EVADNE SE PRECIPITA A LA PIRA D E C Á P A N E O
Mientras en Etirípides todos los caudillos argivos
son quemados en la misma pira, excepto Capaneo (935-936)
ΑΔ, "'Ή χωρίς ίερδν ώς νεκρόν θάψαι θέλεις;
ΘΗ, Ναί* τόΐ?ς δέ'γ'αλλους πάντας εν μιφ πυρ^
Estacio nos habla de las mtSltiples piras que arden a la
vez y del lamento de las mujeres. Evadne se precipita a
las llamas que consumen a Capaneo, Deípila cubre con b£
sos el cuerpo de Tideo y disculpa su barbarie; Argía
-
cuenta a su hermana la crueldad de los giaardas, Atalanta llama con grandes gritos a Partenopeo, cuya belleza
todavía permanece, a quien lloran los dos ejércitos (797807):
Non ego, centena si quis mea pectora laxet
uoce deus, tot busta simul uulgique ducumque,
tot pariter gemittis dignis conatibus aequem:
t\arbine quo sese caris impleuerit audax
ignibus Euadne fiilmenque in pectore magno
quaesierit; quo more iacens super oscula saexii
corporis infelix exciaset Tydea coniunx;
ut saeuos narret tiigiles Argia sorori;
Arcada quo planctu genetrix Erymanthia clamet.
662
Arcada, consumpto seruantem sangiiine uultiis.
Arcada, quem geminae pariter fleuere cohortes.
Como vemos, Estacio dedica a Evadne la misma ­
atención que a las demás esposas y madres de los caudi
líos argivos, sin dar al suicidio de la esposa de Capaneo
la importancia de Eurípides, como indica el hecho de que
las intenciones y acción de Evadne ocupen los versos 9801 0 7 1 de las Suplicantes, en los que , tras anunciar el ­
coro la presencia de Evadne en lo alto de una roca bus­
cando la pira de Capaneo, que el corifeo le muestra muy
cerca de ella (1009­1010)
ΚαΙ μϊ)ν ορας τήνδ'ί^ς έφέστηχας πέλας
%υράν\ Διδς θησαυρόν, Ινθ'ενεστι, σος
πόσις δαμάσθείς λαμπάσιν κεραυνίοις.
es la propia Evadne la que indica sus intenciones de arro
jarse a las llamas que consumen el cuerpo de su esposo y
mezclar sus cuerpos en el palacio de Persófone (1014-1022)
άλλ& της
εύκλείας χάριν ένθεν òpμάσω τασδ'άπδ πέτρας
μηδήσασα πύρας ?σω
σΰμά τ'αιθοτι φλογμφ
πόσει συμμερίξασα φίλον,
χρυίτα χρωτΙ πέλας θεμένα
Φερσεφονείας ηξω θαλάμους.
663
Ifis, el padre de Evadne, trata de disuadirla,
pero ella no atiende sus razones y le aseglara que sus ­
brazos no podrán detenerla, pues morir con su marido es
una dicha para ellos, aunque no lo sea para Ifis, pala­
bras con las que se arroja a la pira (1069­1071):
"Ομοιον oh γ&ρ μί) κ(Γχρς μ'έλ&ν χερί»
Kat 6t) παρεΤται σωμα, σοΙ μ^ν ού φίλον,
ήμΓν &t καΐ τφ συμπυρουμ^νψ
πόσει
suicidio que también menciona Apolodoro en IIJ, 7, 1:
Της &t Καπανέως καιομένης πύρας, Εύάδνη ή Καπανέως μέν'γυνί), θυγάτήρ 61 "ΐψιος,
έαυτί)ν βαλοΰσα
συγκατεκαίετο
Pildstrato, en Imágenes II, 30, nos presenta dos
fases de este suicidio: en primer lugar, habla del inten
to de Evadne de morir a la vez que su marido, pero no qui
tándose la vida como acostumbraban las mujeres (clavándo­
se una espada o colgándose) sino que se hubiera arrojado
a la pira a
la que iba a ser conducido Capaneo si no se
lo hubieran impedido:
Εύάδνη γ&ρ ή yuvt) άποθανεΓν έπ'αύτφ ώρμηκεν ουτε
ξίφος τι έπΙ τήν δέρην ελκουσα ουτε βρόχου τιvbς
έαυτίιν άπαρτωσα, ota ήσπάσαντο γυναίκες έπ'άνδράσιν,
άλλ'ές αύτδ τδ πΐ;ρ Ιεται ούπω τδν άνδρα εχειν ήγούμενον, εΐ μΐ) καΐ αύτί)ν εχοι.
664
y su suicidio definitivo cuando ya la pira estaba dis­
puesta y Capane© ardía en ella:
ούτως έαυτί)ν στείλασα καΐ ohòt έλεεινδν βλέπου­
σα πηδ^ ές το πυρ καλούσα οΐμαι τον ανδρά
También vemos recogido el suicidio de Evadne en
Myth, gr. (Westermann) 369, 4:
κρατηθέντων òt τό3ν βηβαίων καΐ καιομένων των νε­
κρών Εύάδνην xf]v Καπανέως γυναίκα, ώς λ<5γος κοινών^
σαι τφ 5;νδρΙ της πύρας.
Ovidio adopta la versidn de Eurípides en Arte de
Amar III, 21^22:
Accipe me, Capaneu! ciñeres miscebimur, inquit
Iphias in medios desiluitque rogos
y ®" P<^ntioaa 111,1,111-112:
Iphias ante ocxilos tibit erat ponenda, uolenti
corpus in accensos mittere forte rogos,
Servio, en su comentario a Eneida VI, 447 también
menciona este hecho:
uxor Capanei fuit, quae se in ardentem pariti rogum
praecipitauit.
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