DIVORCIO NECESARIO. PERDON TACITO POR PROMOVERLO

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272649. . Tercera Sala. Sexta Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen XI, Cuarta Parte, Pág. 104.
DIVORCIO NECESARIO. PERDON TACITO POR PROMOVERLO VOLUNTARIO
(LEGISLACION DE NAYARIT). Si la mujer solicita su depósito como acto prejudicial al
divorcio contencioso que dice promoverá contra el marido, pero que al fin no promueve
porque posteriormente ambos, de común acuerdo, recurren al voluntario, que aunque
promovido no llega a continuarse ni menos a fallarse, resulta claro que independientemente
de que se haya dejado de actuar o no en el juicio de divorcio voluntario por más de los tres
meses a que se refiere el artículo 679 del código de procedimientos, lo cierto es que está fuera
de toda duda que se está en presencia de un caso de perdón tácito de la señora acerca de las
causales que pudiera tener para entablar en contra de su esposo el divorcio necesario, ya que
es evidente que quien tiene el derecho de promover éste y no lo hace, sino que, por el
contrario, llega a un acuerdo con el otro cónyuge para divorciarse voluntariamente, es porque
renuncia a tal derecho, y dicha renuncia no puede tener otro sentido que el del perdón, lo cual
se pone aún más de manifiesto si se tiene en cuenta que quien dispone de una causal de
divorcio necesario y con base en ella obtiene el divorcio, tiene derecho, de acuerdo con la ley,
a alimentos: la mujer mientras no contraiga nuevas nupcias y viva honestamente, y el marido
cuando esté imposibilitado para trabajar y no tenga bienes propios para subsistir (artículo 288
del Código Civil) en tanto que en el divorcio por mutuo consentimiento, salvo pacto en
contrario, según el mismo artículo 288, in fine, los cónyuges no tienen derecho a pensión
alimenticia ni a la indemnización por daños y perjuicios a que en el divorcio necesario tiene
el cónyuge inocente de acuerdo con el mismo precepto. Además, en el divorcio voluntario los
cónyuges no pueden volverse a casar sino después de transcurrido un año desde que obtengan
aquél, en tanto que en el necesario el culpable no podrá volverse a casar sino después de dos
años (artículo 289); en el necesario existe la pérdida de la patria potestad en forma definitiva
y la pérdida de esa misma patria potestad con la posibilidad de recuperarla en los casos a que
se refieren las diversas reglas del artículo 283 del código que se viene invocando, en tanto
que en el divorcio voluntario no hay pérdida de la patria potestad, sino sólo convenio sobre la
designación de la persona a quien serán confiados los hijos del matrimonio, tanto durante el
procedimiento cuanto después de ejecutoriado el divorcio (fracción I del artículo 273 de
dicho código); y finalmente, en el divorcio necesario, lo que no acontece en el voluntario, el
cónyuge que diere causa a aquél perderá todo lo que se le hubiere dado o prometido por su
consorte o por otra persona en consideración al matrimonio, mientras que el cónyuge
inocente conservará lo recibido y podrá reclamar lo pactado en su provecho (artículo 286 del
repetido ordenamiento). Se ve, pues, por todo lo anterior, que quien teniendo la posibilidad
de demandar el divorcio necesario por cualquiera de las causales que al respecto se señalan
en el artículo 267, y no lo hace, sino que recurre, de común acuerdo con su cónyuge, a
promover el divorcio voluntario, es porque indudablemente perdona a su cónyuge, con
sacrificio de sus propios derechos, colocándose así dentro de la disposición contenida en el
artículo 279 del repetido código y que naturalmente impide que su consorte pueda
victoriosamente demandarla la disolución del vínculo con base en la fracción IX del citado
artículo 267, conforme a la cual es causal de tal disolución la separación del hogar conyugal
originada por una causa que sea bastante para pedir el divorcio, si se prolonga por más de un
año sin que el cónyuge que se separó entable la demanda de divorcio.
Amparo directo 2296/57. Esther Iñiguez Camberos. 8 de mayo de 1958. Unanimidad de
cuatro votos. Ponente: Gabriel García Rojas.
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