Crónica - Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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UNIDAD II: LA NOVELA HISPANOAMERICANA: Crónica de una
muerte anunciada.
Esta novela de García Márquez se publicó por primera vez en 1981.
Venía tras el éxito de Cien años de soledad, la obra señera de
Gabriel García Márquez, publicada en 1967 y que significó la fama
mundial para su autor
1. LA NOVELA HISPANOAMERICANA EN EL SIGLO XX.
La novela hispanoamericana tarda mucho más en renovarse que la poesía. Podemos
establecer tres etapas durante este siglo:

Novela realista dominante hasta los años cuarenta.
o Características: realismo con pinceladas naturalistas y ciertas herencias
del lenguaje romántico.
o Peculiaridades temáticas.
 La ambientación de la naturaleza (o de las naturalezas) americana.
 Los vaivenes políticos (revoluciones y contrarrevoluciones).
 Las grandes desigualdades sociales. En este tema engarza la
llamada novela “indigenista” (Jorge Icaza y Ciro Alegría).
o Autores: Rómulo Gallegos, Ricardo Güiraldes, José Eustasio Rivera.

Comienzos de renovación narrativa en el periodo hasta 1960.
o Temas nuevos: mundo urbano, problemas existenciales; estos temas
conviven con los reseñados con anterioridad.
o Irrupción de la imaginación, de lo fantástico. Realismo mágico (= lo real
maravilloso). Realidad y fantasía se encuentran entrelazadas en la realidad
de la novela sin que llame especialmente la atención de los personajes.
o Innovaciones formales: Kafka, Joyce, Faulkner o las aportaciones del
surrealismo. Monólogo interior, saltos temporales…
o Se mantiene el interés por lo rural y la crítica social y política.
o Autores: Jorge Luis Borges (El Aleph), Miguel Ángel Asturias (Señor
presidente), Alejo Carpentier (El siglo de las luces), Juan Rulfo (Pedro
Páramo).

Consolidación y desarrollo de la nueva narrativa, a partir de 1960.
o Los lectores europeos descubren de pronto la rica producción novelística
hispanoamericana (el llamado boom). Las editoriales españolas y argentinas
buscan renovar los mercados y se encuentran con una novela de gran
calidad, que es rápidamente traducida a otros idiomas.
o Confirmación temática: novela urbana (Cortázar, Fuentes) y rural con otro
tratamiento (García Márquez).
o Consolidación de la integración de lo fantástico y de lo real.
o Experimentación con la estructura (ruptura de la línea argumental,
cambios de punto de vista, contrapunto, caleidoscopio, combinación de
personas narrativas, estilo indirecto libre…)
o Experimentación con el lenguaje: superposición de estilos o registros,
distorsiones sintácticas o léxicas…
o Se cuida especialmente el lenguaje con el que se pretende sugerir más que
contar.
o Autores: Ernesto Sábato, Julio Cortázar (Rayuela), Carlos Fuentes (La
muerte de Artemio Cruz ), García Márquez (Cien años de soledad), Vargas
Llosa (La ciudad y los perros).
2. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1927-2014).
Escritor, periodista y premio nobel colombiano. Nació en Aracataca y se formó
inicialmente en el terreno del periodismo. Fue redactor de El Universal, un periódico de
Cartagena de Indias durante 1946, de El Heraldo en Barranquilla entre 1948 y 1952, y de El
Espectador en Bogotá a partir de 1952. Entre 1959 y 1961, trabajó para la agencia cubana de
noticias, La Prensa, en su país, en la Habana y en Nueva York. Debido a sus ideas políticas
izquierdistas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo
Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y
España.
Sus novelas más conocidas son Cien años de soledad (1967), que narra en tono épico la
historia de una familia colombiana, y en la cual se pueden rastrear las influencias estilísticas del
novelista estadounidense William Faulkner, y El otoño del patriarca (1975), en torno al poder y la
corrupción políticos. Crónica de una muerte anunciada (1981) es la historia de un asesinato en
una pequeña ciudad latinoamericana, mientras que El amor en los tiempos del cólera (1985) es
una historia de amor que se desarrolla también en Latinoamérica. El general en su laberinto
(1989), por otro lado, es una narración ficticia de los últimos días del revolucionario y hombre de
estado Simón Bolívar. También es autor de varios libros de cuentos como La increíble y triste
historia de Eréndira y de su abuela la desalmada (1972) o Doce cuentos peregrinos (1992).
García Márquez ha despertado admiración en numerosos países occidentales por la personalísima
mezcla de realidad y fantasía que lleva a cabo en sus obras narrativas, situadas siempre en
Macondo, una imaginaria ciudad de su país. Su última obra publicada, Noticia de un secuestro
(1996), es un reportaje novelado sobre el narco-terrorismo colombiano. Recibió el Premio Nobel
de Literatura en 1982 y fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su
país, donde ejerció de intermediario entre el gobierno y la guerrilla a comienzos de la década de
los ochenta.[www.epdlp.com]
3. CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.
1. Título:
a. Crónica de una muerte anunciada: Justifica el título de la obra, que es
bastante descriptivo. Investiga qué es una crónica en el lenguaje
periodístico y aplícalo a la novela.
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
Página 2
b. La cita de Gil Vicente que encabeza la obra (La caza de amor/ es de
altanería) no está ahí por casualidad. Investiga someramente quién es;
posteriormente intenta darle una explicación a la cita en el contexto de
esta obra. ¿Quién es el personaje más altanero de la obra?
2. Estructura externa:
a. ¿En cuántos “capítulos” (¿secciones? ¿secuencias?) se divide la obra?
¿Cómo se separan? ¿Son de parecida longitud o son muy desiguales?
3. Argumento:
a. Ya has tenido que haber hecho una primera lectura de la obra. Se trata de
que a continuación revises cada uno de los “capítulos” y hagas tu propio
resumen: breve relación de hechos, eje central de cada capítulo… No te
engañes, puedes encontrar ese trabajo ya hecho por otros; si no lo haces
tú tu conocimiento de la obra será mucho más imperfecto. Por cierto, hay
una página (http://www.willamette.edu/~mblanco/ggm/) que sirve para
poner a prueba tus conocimientos y que además te proporciona unos
vocabularios útiles. Trabaja con ella respondiendo a las preguntas, aunque
sea mentalmente.
b. Busca información: ¿La obra se basa en sucesos verídicos? En su caso,
¿cuándo ocurrieron? ¿Hay referencias al tiempo externo en el desarrollo
de los acontecimientos? ¿Cuándo se publica la novela?
4. Geografía de la novela.
a. ¿Qué referentes geográficos
aparecen en la novela? Anota
todos
los
nombres
de
localidades
o
accidentes
geográficos que te vengan a la
cabeza.
b. ¿Cómo se llama la localidad en
la que ocurren los hechos?
¿Qué sabemos de ella? Puedes
dibujar un plano de la misma.
c. En el anexo I se reproduce un
mapa de Colombia. Localiza la
geografía de los hechos.
5. Personajes:
a. Una de las habilidades de
Gabriel García Márquez es la
capacidad de acumular y
disgregar personajes. Conviene
que
seas
capaz
de
identificarlos
a
todos:
Santiago Nasar - Ángela Vicario - Ibrahim Nasar - Victoria Guzmán Divina Flor - El obispo – Plácida Linero - Luisa Santiaga - Pedro Vicario Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
Página 3
b.
c.
d.
e.
Pablo Vicario – Margot - Jaime - Luis Enrique - Padre Carmen Amador Cristóbal ("Cristo") Bedoya - Lázaro Aponte - Flora Miguel - Bayardo
San Román - Magdalena Oliver - Poncio Vicario - Purísima del Carmen o
Pura Vicario- Mercedes Barcha - María Alejandrina Cervantes - Clotilde
Armenta - Rogelio de la Flor - General Petronio San Román - Alberta
Simonds - Faustino Santos - Leonardo Pornoy - Doctor Dionisio Iguarán Hortensia Baute -Prudencia Cotes - Suseme Abdala - La monja Próspera Arango- Meme Loaiza - Aura Villeros - Polo Carrillo - Fausta
López - Indalecio Pardo - Escolástica Cisneros - Sara Noriega - Celeste
Dangond - Yamil Shaium - Viudo de Xius - Wenefrida Márquez - Nahir
Miguel - Poncho Lanao - Argénida Lanao - Juez Instructor.
¿Cuáles de los anteriores serían los protagonistas? ¿Por qué?
Divide los personajes entre “amigos” y “enemigos” de Santiago Nasar.
Los personajes, ya lo sabes, se definen por lo que dicen, por lo que hacen y
por lo que se dice de ellos. ¿Cuáles son las características fundamentales
de los que se citan a continuación? (Analiza el eco de sus nombres y las
principales características de cada uno de ellos en relación con otros
personajes no citados, por ejemplo, Flor Divina en relación con Santiago
Nasar).
i. Santiago Nasar
ii. La familia Vicario: Ángela, Pedro, Pablo, Pura.
iii. Bayardo San Román.
Unas anécdotas: la mayoría de los nombres que aparecen en la novela
responden a nombres reales o parecidos en la vida de García Márquez. Por
ejemplo, Mercedes Barcha, personaje citado en la novela, es realmente la
mujer de Gabriel García Márquez. Y así pasa con muchos otros. De esa
forma el autor juega con el conflicto novela-crónica y, a la vez, envía un
mensaje irónico a sus amigos y lectores. Por otro lado, uno de los
personajes, el general Petronio San Román aparece también en Cien años
de soledad; se trata del asesino de Aureliano Buendía.
6. Estructura de la novela: Crónica de una muerte anunciada es a la vez un relato
sencillo y simple y una novela de gran complejidad estructural. La sencillez del
relato la aporta el hecho de ser una historia básica y escueta: dos hombres
buscan a otro para matarlo y al final lo consiguen. La complejidad es, sin embargo,
evidente. ¿Qué le da esa especial complejidad?
a. El número de personajes. Ya hemos visto la cantidad de personajes que
aparecen en la obra. ¿Qué interés tiene el hecho de que aparezcan tantos
y tan variados? ¿Qué personajes son los culpables de la muerte de
Santiago Nasar?
b. El tratamiento del tiempo. A diferencia de su gran obra, Cien años de
soledad, donde se trata una historia que dura un siglo, en esta, García
Márquez se planteó el desafío de narrar una historia que dura solo unas
horas: desde la tarde del domingo en que se celebra la boda hasta la
madrugada del lunes en que muere Santiago Nasar. ¿Cómo empieza y acaba
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
Página 4
la obra? El autor cuenta repetidamente los mismos hechos. ¿En qué
consiste entonces la técnica narrativa del autor? ¿Notas interés por parte
del autor en señalar el paso del tiempo? Localiza ejemplos del
tratamiento del tiempo y la perspectiva narrativa.
c. De hecho, puedes anotar en el cronograma los hechos más sobresalientes
de la obra:
Segmentos temporales
Precedentes
Domingo de
la boda
Alba del lunes
del asesinato
Tarde del
lunes:
autopsia
12 días
después:
Sumario del
juicio
5 años
después: el
narrador
encuentra
322 pliegos
del sumario
27 años
después:
Plácida Linero
habla con el
autor
Cuerpo narrativo
d. La perspectiva es otro logro. Solo hay un narrador, pero…
i. ¿Homodiegético, autodiegético o heterodiegético?
ii. ¿Interno o externo? ¿Protagonista o testigo? ¿Omnisciente,
selectivo o quizás, en modo dramático/cinematográfico?
iii. ¿Con qué tres niveles de información relata el narrador los hechos?
¿Qué pretende con ello?
iv. ¿Qué relación tiene el narrador-personaje con otros personajes de
la novela?
v. ¿Hay datos para relacionar narrador y autor?
(Busca ejemplos de todo lo anterior. Quizás esta cita sea de tu
interés: “Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en
que la encontré postrada por las últimas luces de la vejez, cuando
volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas
astillas el espejo roto de la memoria.” )
e. Intriga. “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las
5:30 de la mañana…”. Si desde el principio de la obra conocemos el
desenlace de los acontecimientos, ¿cómo se administra la intriga en la
obra? ¿Por qué el lector sigue leyendo con interés la obra?
7. Desarrollo de temas: Gabriel García Márquez dijo que el hecho narrado ocurrió
de verdad pero que su madre le rogó que esperara años para contarlo dado que
estaban implicados amigos de su familia. Pero es evidente que además de contar,
de forma periodística, un suceso de sangre, como si fuese efectivamente una
crónica que tiene que publicar el periódico, la novela desarrolla una serie de
temas universales:
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
Página 5
a. La fatalidad (destino, fatum) en Crónica de una muerte anunciada. La
figura del inocente cristificado. Enumera las circunstancias que hacen que
se pueda producir el asesinato.
b. El honor perdido: virginidad, honor y asesinato en Crónica de una muerte
anunciada. El marianismo. ¿Con qué tradición entronca?
c. La soledad, siempre presente en la producción de García Márquez.
d. La novela se presenta como una crónica por lo que, en principio, no parece
que tenga cabida el llamado “realismo mágico”. Sin embargo, hay detalles
que entroncan con esa tradición. ¿Cuáles?
e. Por cierto, ¿quién deshonró a Ángela Vicario? El propio autor lo explica en
un artículo periodístico, que puedes encontrar en el anexo II.
8. Comentarios de textos:
a. Capítulo I: Desde “En realidad, mi hermana Margot…” hasta: “… ya lo
mataron”.
b. Capítulo III: Desde: “Los hermanos Vicario les habían contado...” hasta: “…
la misma determinación de antes”.
c. Capítulo V: Desde: “Santiago Nasar necesitaba al menos... ” hasta… “se
derrumbó de bruces en la cocina”
9. Esquema de urgencia para el comentario de un fragmento de Crónica de una
muerte anunciada:
(1) Breve identificación del fragmento: obra y autor.
(2) Aspectos externos.
(i) El autor (1927-2014): patria, infancia e influencia familiar. La importancia
de su formación como periodista. Cien años de soledad (1967). Sus temas:
soledad, el destino, lo mágico y lo real. El premio nobel (1982). Su
preocupación social. Su actualidad.
(ii) La obra de García Márquez como resultado de la novela hispanoamericana
del siglo XX: novela de naturaleza/ política/ indigenista. Renovación de la
narrativa en los 40 (Borges, Asturias, Carpentier, Rulfo). El realismo
mágico. El boom de los 60 (nuevas estructuras narrativas, preocupación
social, rechazo de la moral burguesa, hibridación de géneros…) Asunción
de Proust, Kafka, Joyce, Faulkner…
(iii) La obra como fusión de géneros: crónica histórica, crónica periodística,
novela policiaca, tragedia griega. Referencias reales del argumento, que ha
dormido mucho tiempo. Análisis del título. Análisis de la cita inicial de Gil
Vicente (La caza de amor es de altanería), si no va a tener cabida más
adelante. Acercamiento a los temas: destino (fatum), soledad, honra y
machismo, culpabilidad colectiva…
(3) Localización del texto. Resumen del argumento. Resumen del fragmento y
localización en el argumento (citar especialmente antecedentes y consecuencias
del fragmento). Localización en la estructura externa de capítulos (aprovechar
para exponer su estructura en cinco capítulos dedicados a un tema). Comentario
sobre el hecho de que historia y narración no coinciden.
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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(4) Análisis del texto.
(i)
Posibilidad de dividir en partes para el análisis (pero cuidado si no están
claras; solo es una técnica).
(ii)
Identificación del tema. Los citados anteriormente o algunos más pero que
aparezcan específicamente en el fragmento: las casualidades, los sueños, las
referencias a la virginidad…
(iii)
Figura del narrador. Técnica del narrador. Recursos estilísticos: ironía,
humor… y su interpretación. Valor de la descripción. Referencias reales (algunos
personajes, los árabes…)
(iv)
Tipo de fragmento: acción, descripción, diálogo…
(v)
Personajes; definir a los que aparecen en el fragmento y citar
brevemente, por relaciones, a los que no aparecen pero son fundamentales. Valor
simbólico o real de sus nombres. Analizar sus registros lingüísticos e
interpretarlos. Analizar los rasgos estilísticos de sus respectivos discursos: los
propios del discurso directo (exclamaciones, interrogaciones directas, juego de
preguntas y respuestas, elisiones…); los de cada personaje: registros lingüísticos
(coloquiales, propios del lugar…) y su interpretación; recursos estilísticos usados:
ironía, humor, hipérboles, comparaciones, metáforas, para reforzar o realzar
ideas. El suspense.
(vi)
Multiperspectivismo como forma de construcción de la novela: ¿búsqueda
de la objetividad?
(vii)
Análisis de los distintos tiempos de la novela: antecedentes – parranda –
mañana del asesinato…
(viii) Análisis de los referentes espaciales: localidades, morfología de las
mismas, las casas…
(ix)
Análisis de lo mágico, lo sobrenatural, lo extraño.
(x)
Análisis de la desmesura.
(5) Conclusión. Muchos cierres posibles: los aciertos estructurales, la intriga por
saber quién fue el que deshonró a Ángela Vicario y la estupidez de ese asesinato
(con un poco de habilidad se puede unir con La casa de Bernarda Alba), la creación
de ambientes únicos, la incapacidad de una colectividad de parar un crimen, la
culpabilidad de una sociedad que mira como cuando se pelean unos niños en la
puerta de una escuela…
10.
Información complementaria:
a. Ya dijimos que esta página es muy interesante y útil:
http://www.willamette.edu/~mblanco/ggm/
b. Puedes ampliar información sobre narrativa hispanoamericana en:
VARIOS AUTORES, Narrativa del siglo XX en lengua española (Selección y
estudio), Consejería de educación de España en Francia, 2009. La narrativa
hispanoamericana del siglo XX: La narrativa hispanoamericana hasta 1940. Novela
de la naturaleza o “criollismo”. Novela política. La novela indigenista. La renovación
de la narrativa en los años 40: Miguel Ángel Asturias. Alejo Carpentier. Juan
Rulfo. La novela hispanoamericana: el “boom” de los años 60: Julio Cortázar.
Guillermo Cabrera Infante. Carlos Fuentes, Gabriel García Máquez. Mario Vargas
Llosa. Las últimas generaciones. Bibliografía. Pág. 123-124.
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
Página 7
c. En la misma obra puedes estudiar los elementos fundamentales de
la obra y leer algún comentario de texto: VARIOS AUTORES, Narrativa
del siglo XX en lengua española (Selección y estudio), Consejería de educación de
España en Francia, 2009. Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte
anunciada (1981): El autor. Crónica de una muerte anunciada: Introducción.
Estructura de la novela. Narrador y técnica narrativa. Personajes. Temas: El
honor, la honra. La fatalidad. La muerte. Altanería. Tiempo y espacio. Estilo.
Bibliografía. Comentario de texto (“Pertenecían a dos mundos divergentes… pues
lo peor había pasado”. Cap. IV). Pág. 169-185.
ANEXO I. GARCÍA MÁRQUEZ Y SU REALIDAD FINGIDA O CÓMO UNA
VIDA REAL GESTA UN MUNDO LITERARIO.
http://cvc.cervantes.es/actcult/garcia_marquez/imagen/mil_y_una.htm Leer este artículo es una
delicia porque comprendes muy bien cómo se gesta la obra de un escritos a partir de su experiencias. Te
destacamos algunos párrafos:
“Gabriel José García Márquez nació en Aracataca, departamento del Magdalena, el 6 de marzo de
1927. Es el mayor de los once hijos de Gabriel Eligio García Martínez y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán,
la hija del coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, uno de los personajes más reputados del lugar. Gabriel Eligio
y Luisa Santiaga debieron casarse en Santa Marta y radicarse luego en Riohacha, tras un amor contrariado por
los padres de ella. Al reconciliarse las dos familias, Luisa Santiaga retornó a Aracataca y dio a luz a su
primogénito en casa de sus padres.” (…)
“Con todo, fue Kafka quien le aportó la luz y el impulso necesarios para convertirse en narrador. Una
tarde de mediados de agosto de l947, leyó La metamorfosis en la pensión donde estaba alojado. El relato del
autor checo, en la traducción de Jorge Luis Borges, lo devolvió a la veta narrativa de su abuela Tranquilina,
mostrándole de paso la naturaleza y las reglas del arte de narrar.” (…)
“Con sus amigos del Grupo de Barranquilla compartió proyectos como Crónica, semanario que García Márquez
dirigió con Alfonso Fuenmayor y armó él solo, desde abril de 1950 hasta enero de 1951. Crónica daba cabida a
los relatos, poemas y artículos de los miembros del grupo.” (…)
“Durante los cinco años que residió en Barranquilla, el escritor regresó temporalmente a Cartagena e
hizo algunos viajes a Aracataca, su pueblo natal, y a ciertos pueblos de los departamentos de El Cesar y La
Guajira, que tuvieron consecuencias definitivas en su obra. Fue en Cartagena donde se enteró, por una carta de
su madre, que los hermanos José Joaquín y Víctor Manuel Chica Salas habían asesinado en Sucre a su
gran amigo Cayetano Gentile Chimento, por un asunto de honor, la mañana del 22 de enero de 1951. Este
aciago suceso, con su entramado de casualidades, motivaciones y consecuencias, daría origen treinta años
después a Crónica de una muerte anunciada (1981).”
(…)
“En este sentido fueron definitivos asimismo
los viajes que, entre finales de 1952 y mediados de
1953, hizo por Valledupar, Villanueva, La Paz, San
Juan del Cesar, Barrancas, Fonseca, Manaure, los
pueblos de donde provenían su madre y sus abuelos,
mientras vendía enciclopedias y libros de medicina.”
(…)
“A los tres meses de estar en Momento viajó a
Barranquilla para casarse el 21 de marzo de 1958 con
su novia de toda la vida, Mercedes Barcha Pardo, con
quien tendría dos hijos…”
http://alexayala.blogspot.com/2007/04/los-garcia-marquez.html#!/2007/04/los-garcia-marquez.html
Silvia Galvis, escritora y periodista de Bucaramanga, se hizo un buen día esta pregunta. Y la respuesta a
sus inquietudes la publicó en un libro, Los García Márquez (1996), en el que reproduce parte de las
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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conversaciones que mantuvo con nueve de sus 10 hermanos. Hoy, con el permiso de la autora, Escape hace un
resumen de los invaluables recuerdos de toda la familia.
Jaime, el titulado universitario. “Cuentan que Gabriel Eligio García, mi papá, llegó a Aracataca de telegrafista
y que un día vio a Luisa, le gustó y se le acercó y le dijo: „Después de analizar a las mujeres que he conocido
aquí, he llegado a la conclusión de que la que más me conviene es usted‟. Yo quiero casarme, pero si le parece
que no dígamelo y no se preocupe porque no me estoy muriendo por usted”. Para Jaime, como más tarde recogió
su hermano Gabo en El amor en los tiempos del cólera, así empezó todo.
De su infancia, no olvida la pesada carga religiosa. “Aunque yo nunca asocié el sexo con el pecado. Y había una
costumbre que en el interior causaba horror, y es que en el campo los niños teníamos relaciones sexuales con los
animales. No nos producía vergüenza, ni dolor ni trauma. Todos lo hacían”, justifica.
Luego, decidió volverse ingeniero. “De todos mis hermanos, el único que logró un título universitario fui yo. El
talento que no me tocó de la familia me obligó a estudiar”.
“Ser hermano de Gabo una vez sirvió para que a mi mamá le arreglaran el teléfono, que llevaba meses dañado.
Fue cuando le dieron el Nobel. También nos ha valido para no hacer cola en el cine”, reconoce.
Actualmente, tras haberse desempeñado como ingeniero durante un largo tiempo, Jaime forma parte de la
Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por el premio Nobel para formar a periodistas latinos
hace 11 años.
Margot, el peso de la familia. “Yo estaba muy pequeña, creo que tenía tres años, cuando conocí a mi mamá”. Y
es que a los 13 meses de nacida Margot fue llevada, junto con su hermano Gabo, a vivir con su abuela
Tranquilina. “Yo nací negrita, flaquita y maluca, así como una india, con un pelo horrible”, cuenta.
“Siempre estábamos juntos Gabito y yo, pero había una cosa con la que me hacía llorar. Él me decía que a mí me
habían encontrado en un basurero, y que yo era hija de la Quica, una señora que lavaba la ropa”.
Pero se querían mucho, y fue a ella a quien Gabo dejó una vez una copia de El amor en los tiempos del cólera
por si el avión se accidentaba durante un viaje a México.
En Margot, además, recayó durante bastante tiempo el peso de mantener a la familia. “¿Cuándo será que salimos
de esa vida tan pobre?”, le solía decir a su mamá. Años más tarde, sin embargo, gracias a la solvencia económica
por sus éxitos literarios, Gabo le llevó a conocer Barcelona y París, a pesar de su miedo a volar, que ella describe
como una “enfermedad de toda la familia”.
Aida, de niña rebelde a monja. “Yo era insoportable, inquieta, necia y desobediente. Tenía la costumbre de
salirme sin zapatos al pueblo y caminar (...). Por desjuiciada, me gane varias „limpias‟. Mi papá me dejaba la
correa pintada”.
Con todo, luego de tener un novio, Rafael, que no gustaba nada a sus padres, y de verse a escondidas con él,
Aida decidió irse al convento. “Pero, eso sí, jamás me convencieron de que bailar fuera pecado ni de que por
mostrar las piernas las mujeres se fueran para el infierno”. Tampoco de otras cosas, porque tras 23 años de
enclaustramiento abandonó sus días como monja.
Mientras, sobre los García Márquez, asegura que se dividen en dos: “los silenciosos y los conversadores”.
Luis Enrique, fama de diablo. “Gabito era el santo y yo el diablo, y con esa inmerecida fama me quedé durante
mucho tiempo”, lamenta Luis Enrique, quien de niño fue protagonista de sonadas travesuras y años después
ejerció de contador.
“Yo insisto en que era un niño como los otros, aunque no puedo negar que a veces me metía en unos líos
tremendos. Una vez, llevé una barra de nitrato de plata y la eché en la pila de agua bendita de la iglesia. El
resultado fue que, como a los tres días, algunas señoras tenían manchas por todas partes: en la frente, las manos,
el pecho...”.
Años más tarde llegó el amor, y su primera esposa fue una secretaria. “Hay una cosa muy curiosa con las
primeras esposas de los que nos hemos casado dos veces. Jaime se casó con mi primera secretaria. Después,
Gustavo se casó con la secretaria de Jaime. Y yo después me casé con mi propia secretaria”.
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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Sobre Gabo, dice que “aunque esté lejos, está cerca. Cada vez que se me vienen encima problemas, se entera y
aparece con la solución”.
Aracataca
colombiano
del
Magdalena. →
es
un
municipio
departamento
del
← Manaure es un municipio del
departamento colombiano de La Guajira.
Limita por el norte con el mar Caribe, por el
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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noroccidente con el municipio de Uribia; por el sur con el municipio de Maicao y por el occidente con el
municipio de Riohacha.
ANEXO II. El cuento del cuento
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
EL PAÍS - Opinión - 26-08-1981
Poco antes de morir, Álvaro Cepeda Samudio me dio la solución final de la crónica de una muerte anunciada. Yo
había vuelto de Europa después de un viaje muy largo, y estábamos en su casa de domingos, frente al mar
miserable de Sabanilla, cocinando su legendario sancocho de mojarras de a 2.000 pesos."Tengo una vaina que le
interesa", me dijo de pronto: "Bayardo San Román volvió a buscar a Ángela Vicario".
Tal como él lo esperaba, me quedé petrificado. "Están viviendo juntos en Manaure", prosiguió, "viejos y jodidos,
pero felices". No tuvo que decirme más para que yo comprendiera que había llegado al final de una larga
búsqueda.
Lo que esas dos frases querían decir era que un hombre que había repudiado a su esposa la noche misma de la
boda había vuelto a vivir con ella al cabo de veintitrés años. Como consecuencia del repudio, Un grande y muy
querido amigo de mi juventud, señalado como autor de un agravio que nunca se probó, había sido muerto a
cuchilladas en presencia de todo el pueblo por los hermanos de la joven repudiada. Se llamaba Santiago Nasar y
era alegre y gallardo, y un miembro prominente de la comunidad árabe del lugar. Esto ocurrió poco antes de que
supiera qué iba a ser en la vida y sentí tanta urgencia de contarlo, que tal vez fue el acontecimiento que definió
para siempre mi vocación de escritor.
A quienes primero se lo conté fue a Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor, unos cinco años después, en el burdel
de Alcaravanes de la negra Euferma. Para entonces ya había resuelto ser escritor, y mi padre me había
dicho:"Comerás papel". Durante años soñé que rompía resmas enteras y me las comía en pelotitas, y nunca era el
papel sobrante de los periódicos donde trabajaba entonces, sino un muy buen papel de 36 gramos, áspero y con
marcas de agua, tamaño carta, del que seguí usando siempre desde que tuve dinero para comprarlo. Sin embargo,
Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas coincidieron en que la historia del crimen era digna de ser escrita, aunque
fuera comiendo papel. "No importa que sea inventada", me dijo Alfonso Fuenmayor; "así las inventaba Sófocles,
y fíjese lo bien que le quedaban". Más tarde, cuando regresó graduado de Columbia University, Álvaro Cepeda
Samudio estuvo de acuerdo, pero me previno sin reticencias: "Lo único peligroso", me dijo, "es que a esa historia
le falta una pata".
En efecto, le faltaba el final imprevisible que él mismo me contó veintitrés años después del crimen, pero
entonces era imposible imaginarlo. Germán Vargas, con su prudencia congénita, me aconsejó que esperara uno o
dos años hasta que tuviera la historia mejor pensada. Yo no esperé ni uno ni dos, sino treinta años más.
No fue una demora excepcional, pues nunca he escrito una historia antes de que pasaran, por lo menos, veinte
años desde su origen. Pero en esto caso la razón era más consciente: seguía buscando, en la imaginación, la pata
indispensable que le faltaba al trípode, tratando de inventarla a la fuerza, sin pensar siquiera que también la vida
lo estaba haciendo por su cuenta, con mejor ingenio. Fue don Ramón Vigilves quien me dio la fórmula de oro:
"Cuéntala mucho", me dijo."Es la única manera de descubrir lo que una historia tiene por dentro".
Por supuesto, seguí el consejo. Durante muchos años conté la historia al derecho y al revés, por todas partes, con
la esperanza de que alguien le encontrara la falla. Mercedes, que la recordaba a pedazos desde muy niña, la
volvió a armar por completo de tanto oírla, y terminó por contarla mejor. Luis Alcoriza se la hizo grabar en su
casa de México en una época en que todo el mundo era joven. A Ruy Guerra se la conté durante seis horas en un
pueblo remoto de Mozambique, una noche en que los amigos cubanos nos dieron de comer un perro de la calle
haciéndonos creer que era carne de gacela y ni aún así pudimos descubrir el elemento que le faltaba. A Carmen
Balcells, mi agente literario, se la conté muchas veces durante muchos años, en trenes y aviones, en Barcelona y
en el mundo entero, y siempre lloró como la primera vez, pero nunca pude saber si lloraba porque la emocionaba
o porque yo no la escribía. Al único amigo cercano a quien no se la conté nunca fue a Álvaro Mutis, por una
razón práctica: él ha sido siempre el primer lector de mis originales, y me cuido mucho de que los lea sin
ninguna idea preconcebida.
La revelación de Álvaro Cepeda Samudio en aquel domingo de Sabanilla me puso el mundo en orden. La vuelta
de Bayardo San Román con Ángela Vicario era, sin duda, el final que faltaba. Todo estaba entonces muy claro:
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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por mi afecto hacia la víctima, yo había pensado siempre que esta era la historia de un crimen atroz, cuando en
realidad debía ser la historia secreta de un amor terrible. Sólo que estuve a punto de no conocer nunca sus
pormenores ocultos, porque Álvaro y yo nos desbarrancamos dos horas después en el camión del Catatumbo de
Alejandro Obregón, y no nos matamos de milagro. "¡Puta vida", pensaba, mientras caíamos hacia el fondo de
aquel mar perdulario; "tanto buscar este final, para morirme sin contarlo!" Tan pronto como me restablecí, sobre
todo del susto, me fui a buscar a Bayardo San Román y Ángela Vicario en su casa feliz de Manaure, para que me
contaran los secretos de su reconciliación increíble. Fue un viaje más revelador de lo que yo pensaba, y por
mejores motivos, porque a medida que trataba de escudriñar la memoria de los otros, me iba encontrando con los
misterios de mi propia vida.
Hay dos pueblos cercanos, pero muy distintos, que se llaman Manaure. El uno es una sola calle muy ancha, con
casas iguales, en una meseta verde de un silencio sobrenatural. Allí llevaban a mi madre a temperar cuando era
niña. Tanto me habían hablado de ese pueblo medicinal en casa de mis abuelos, que cuando lo vi por primera vez
me di cuenta de que lo recordaba como si lo hubiera conocido en una vida anterior. No era allí donde vivía el
matrimonio feliz, pero Rafael Escalona, el sobrino del obispo, se equivocó de camino cuando íbamos para el otro
Manaure. Estábamos tomando una cerveza helada en la única cantina del pueblo cuando se acercó a nuestra
mesa un hombre que parecía un árbol, con polainas de montar y un revólver de guerra en el cinto. Rafael
Escalona nos presentó, y él se quedó con mi mano en la suya, mirándome a los ojos.
-
¿Tiene algo que ver con el coronel Nicolás Márquez? -me preguntó.
-
Soy su nieto.
-
Entonces -dijo él-, su abuelo mató a mi abuelo.
No me dio tiempo de asustarme, porque lo dijo de un modo muy cálido, como si también esa fuera una forma de
ser parientes. Era un contrabandista de la estirpe legendaria de los Amadises y, lo mismo que ellos, era un
hombre derecho y de buen corazón. Estuvimos de parranda tres días y tres noches en sus camiones de doble
fondo, bebiendo brandi, caliente y comiendo sancocho de chivo en memoria de los abuelos muertos. Me llevó a
distintos pueblos, hasta el interior de la península Guajira, para que conociera a diecinueve de los hijos
incontables que el coronel Nicolás Márquez había dejado dispersos durante la última guerra civil. Al cabo de una
semana me dejó en el otro Manaure: un pueblo de salitre frente a un mar en llamas. Se detuvo ante una casa que
yo hubiera reconocido de todos modos por lo mucho que había oído hablar de ella. "Ahí es", me dijo.
En la ventana de la sala, bordando a máquina en la hora de más calor, había una mujer de medio luto con
antiparras de alambre y canas amarillas, y sobre su cabeza estaba colgada una jaula con un canario que no paraba
de cantar. Al verla así, dentro del marco idílico de la ventana, no quise pensar que fuera ella, porque me resistía a
creer que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura. Pero era ella: Ángela Vicario, veintitrés años
después del drama.
El final: ¿ficción o realidad?
Compara el último párrafo del artículo de Gabriel García Márquez con la escena que
narra en la Crónica de una muerte anunciada:
En la ventana de una casa frente al mar, bordando a máquina en la hora de más calor, había una
mujer de medio luto con antiparras de alambre y canas amarillas, y sobre su cabeza estaba
colgada una jaula con un canario que no paraba de cantar. Al verla así, dentro del marco idílico
de la ventana, no quise pensar que fuera ella, porque me resistía a creer que la vida terminara por
parecerse tanto a la mala literatura. Pero era ella: Ángela Vicario, veintitrés años después del
drama.
ANEXO III. SOBRE LA PRESENCIA DE ÁRABES EN COLOMBIA
Palabras en el acto de clausura del Primer Encuentro Nacional Colombo-Árabe organizado en
Barranquilla del 18 al 20 de noviembre de 2004 por la Fundación Encuentro Cultural Colombo-Árabe
Crónica de una muerte anunciada. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale.
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Deseo iniciar estas palabras con un reconocimiento a todas las familias árabes que día tras día enriquecen
con sus valores, sus tradiciones, sus saberes, la diversidad cultural que confluye en nuestro país.
Su presencia en Colombia engrandece nuestra nacionalidad, nos honra y nos dignifica, pues gracias a ustedes
los colombianos tenemos más oportunidades de ser felices. La cultura árabe es una de las culturas más
emblemáticas de la historia de la humanidad. Profundamente sabia, humana, diversa, la cultura árabe ha
prodigado luz sobre el ser humano gracias a la profundidad de su filosofía, su literatura, sus expresiones
artísticas, y su manera de estar en el mundo, siempre presidida por la pasión por la vida y el espíritu de
lucha por la dignidad y libertad.
Hace varios años, cuando Colombia fue país invitado de honor en el Salón Internacional del Libro y la Edición
de Casablanca, Conrado Zuluaga, uno de los más connotados especialistas de la obra de Gabo, reconocía, al
compartir la ciudad con escritores marroquíes y colombianos, las grandes similitudes entre Casablanca y
Barranquilla, y comprobaba, como muchos de ustedes lo hacen diariamente, la gran correspondencia que
existe entre el Caribe colombiano y sus países. Así también, los primeros inmigrantes árabes en Colombia se
encontraron frente a un país que de una u otra manera los hacía sentir como en casa, fueran sirios,
libaneses, egipcios, argelinos o palestinos. Hay coincidencias muy profundas entre nuestros pueblos, que se
revelan de manera notable en nuestras literaturas, especialmente cuando el punto de comparación es la
literatura del Caribe.
No fue fácil la historia de los primeros árabes en Colombia y en general tampoco lo fue la historia de las
sucesivas migraciones árabes que llegaron a nuestro país, pues tuvieron su origen en los efectos de múltiples
guerras, en la persecución y la discriminación.
Desde finales del siglo XIX, cuando inicia la inmigración árabe en Colombia, hasta mediados de la mitad del
siglo pasado, los árabes que llegan al país, huyen de la dominación en busca de la libertad y de nuevas
oportunidades. Afortunadamente para nosotros, Colombia, unas veces por azar, otras por equivocación, y
otras por la fortaleza de los vínculos familiares, se convirtió en destino de la inmigración árabe en América.
Como cuentan algunas historias -quisiéramos que fueran muchas más-, algunos inmigrantes árabes arribaron
a nuestros puertos sin tener la plena conciencia de que lo hacían en Colombia, un país que entonces
atravesaba varias guerras civiles que culminaron con la Guerra de los Mil Días, una de las más cruentas que
haya tenido lugar en la historia de Colombia.
Barranquilla era por aquella época la ciudad más importante del país, después de Bogotá, y la más abierta a la
inmigración. El cincuenta por ciento de los extranjeros en Colombia vivía en esta ciudad. Judíos, alemanes,
ingleses, españoles, franceses, americanos, árabes hicieron de Barranquilla una ciudad multicultural, en
diálogo con el mundo, en contravía de la tendencia de nuestro país a encerrarse en sí misma. Barranquilla no
le tuvo miedo al intercambio, a la mezcla, a la fusión con otras culturas, y aprovechó su contacto con otros
pueblos para atraer sobre sí las corrientes, tendencias y movimientos culturales de vanguardia en el mundo.
Progresivamente, la inmigración, animada en gran medida por la tradición comercial del pueblo árabe, se
consolidó y trajo consigo familias enteras que bajo la forma de “cadenas de ayuda”, basadas en la solidaridad
y sustentadas en la esperanza, establecieron en Colombia empresas que paulatinamente fueron
convirtiéndose en un hecho importante para nuestra economía.
Al principio, su actividad comercial se realizaba mediante la venta ambulante, en las calles de una
Barranquilla vibrante, calurosa y bulliciosa como cualquier ciudad egipcia, argelina o libanesa. Sus voces
agregaban al Caribe un acento extraño, misterioso y encantador, al anunciar cordones, telas y mercancías de
todo tipo, como, hilos, peines, polvos para la cara, perfumes, pomadas, espejos, collares que bajaron como en
un río hasta lo más remoto de nuestro vasto territorio, gracias al espíritu aventurero de algunos
inmigrantes.
Hacia los años treinta, los árabes enriquecen la diversidad del Caribe colombiano al establecerse en otros
pueblos de la Costa, como Lórica, San Bernardo del Viento, Cereté, Maicao o Ciénaga de Oro, y exploran
posibilidades de vida en el país andino. Ocaña, Cúcuta, Ibagué, Girardot, Villavicencio, Cali y Bogotá, entre
muchas otras ciudades, progresivamente comparten las bondades de una inmigración que no tardaría en dar
un gran aliento a nuestra cultura, reflejada en nombres tan contundentes para la poesía colombiana como los
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del inolvidable Raúl Gómez Jattin y del entrañable Giovanni Quessep, dos de los más grandes poetas
latinoamericanos de todos los tiempos.
Cómo las migraciones árabes le entregaron a Colombia varias generaciones de artistas, escritores,
intelectuales, científicos, ha sido algo que se ha discutido ampliamente en estos días. Ustedes han sido
definitivos para el desarrollo del cine en Colombia, con figuras como Munir Fallah, Felipe Aljure o Sara Harb;
pilares de la crítica y el periodismo, con nombres como los de Carlos J. María, Jorge García Usta, Yamid
Amat, Juan Gossain y Julio Sánchez Cristo; fundamentales para el desarrollo de la poesía y la literatura, con
obras tan contundentes para el Caribe como la de Meira del Mar; y grandes en la ciencia y la medicina,
gracias al trabajo de Emilio Yunis o Salomón Hakim.
Sin embargo, más allá del legado de su cultura a nuestra nacionalidad, está la cultura árabe que se vive y se
exalta en la vida cotidiana. Aquella que se pone sobre la mesa todos los días. La de los falafes, tabules,
tahines, cuscus, pitas, kibbes y tés de mentas disfrutados largamente. Aquella que se expresa en la
arquitectura, en las casas de los barrios más tradicionales de Barranquilla, Cartagena o Sincelejo, La que se
expresa en la lengua, en la religión, en las costumbres, en las pródigas conversaciones, y sobre todo, en la
solidaridad, la generosidad y la hospitalidad de todos ustedes, que siempre tienen los brazos dispuestos a
abrazar a todo el que llega.
Deseo expresar, a los Señores Embajadores de los países árabes en Colombia, nuestro más profundo
agradecimiento por su contribución al desarrollo de este evento, con el cual, el Ministerio de Cultura, se
siente gratamente comprometido, en la medida en que abre un nuevo espacio para el diálogo de la diferencia;
felicito al equipo que convocó el Encuentro porque ha logrado movilizar a millares de colombianos en torno a
nuestra diversidad; y a ustedes por haber acogido este llamado a la unidad, en beneficio de una nación cada
vez más incluyente, más tolerante y más respetuosa de la diversidad.
Barranquilla, noviembre 18 de 2004
ANEXO IV. LA ALTANERÍA DEL PERSONAJE COMO FACTOR DE APOYO.
Aunque el principal desencadenante de la tragedia que cuenta la novela es una peculiar concepción del honor, el
carácter altivo y soberbio de sus dos protagonistas masculinos, Santiago Nasar y Bayardo San Román, contribuye de manera
decisiva a la consumación de la tragedia y determina el destino de ambos.
El talante soberbio de Santiago Nasar es obvio en algunas de sus palabras: “Así será mi matrimonio (...) no les
alcanzará la vida para contarlo”, comenta a propósito de los fastos de la boda. Pero donde más claramente se revela esa
altanería es en su comportamiento amoroso y sexual, propio de quien se cree con derecho a disponer de las jovencitas como
si fueran títeres. Así lo define el narrador: “Era un gavilán pollero” que “Andaba igual que su padre, cort ándole el cogollo a
cuanta doncella empezaba a despuntar por estos montes”. Su padre, Ibrahim Nasar, ya se había comportado así con Victoria
Guzmán siendo ella una adolescente. Él, ahora, acosaba sexualmente sin disimulo a Divina Flor; así lo demuestran la escena
del desayuno antes de salir de casa para recibir al obispo y las propias palabras de la niña recordando el momento de salir d e
casa: “Me agarró toda la panocha”. La gente del pueblo, o al menos una parte de ella, tiene esa imagen de él; Victoria
Guzmán lo odia porque ve en él la viva imagen de su padre y teme por su hija. “Creía que su plata lo hacía intocable”, dice
Polo Carrillo, el dueño de la planta eléctrica, al narrador, quien por su parte asegura que “No todos querían tanto a Santiago
Nasar”. Y alguna conciencia de todo ello debía de tener el propio Santiago, pues dormía con la pistola debajo de la almohada.
¿Qué tiene que ver esta altanería con su muerte? Hay dos hechos que son consecuencia de ella y que están
directamente relacionados con su muerte. El narrador propone como hipótesis más verosímil que Ángela Vicario quería
proteger a alguien a quien de verdad quería y que “había escogido el nombre de Santiago Nasar porque nunca pensó que sus
hermanos se atreverían con él”; Ángela no confirmó la hipótesis, pero tampoco la negó. De manera que, si su carácter hubiera
sido otro, quizá Ángela no lo hubiese acusado. Victoria Guzmán y Divina Flor, por su parte, las dos personas que más
directamente sufren altivez, tienen un comportamiento determinante en el momento decisivo. La madre, en vez de inhibirse,
como casi todos los demás, miente deliberadamente a Plácida Linero cuando le dice no le ha avisado a Santiago porque a la
hora del café no sabía que lo iban a matar. La niña, no se sabe si turbada por un miedo infantil, mintiendo o alucinada por una
“visión nítida”, asegura que se encuentra dentro de la casa. Es entonces cuando Plácida baja a cerrar la puerta.
La lista de ejemplos de la conducta altiva de Bayardo San Román podría ser interminable. Nada se le pone por
delante. Decide casarse con Ángela Vicario antes de conocerla, y le dice a su huéspeda que se lo recuerde, como si de tratase
de una tarea cotidiana que tiene que atender. Seduce a la familia, y a todo el pueblo, nada más llegar. Compra todos los
números de la rifa de la ortofónica. Dice ser ingeniero de trenes y sabe usar el telégrafo. Vence a los mejores nadadores
locales. Le comprar la casa al viudo Xíus a base de ofrecer dinero sin límites y sin pudor, volviendo del revés su voluntad.
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Llega dos horas tarde a la boda. No repara en gastos para la fiesta... Y, cuando descubre que su mujer no es virgen, la
devuelve como un desecho, como quien devuelve una compra con tara, y se muestra comprensivo y compasivo con su
familia, a la que hace partícipe de la ofensa.
La altanería de Bayardo San Román es mucho más evidente que la de Santiago Nasar, pero seguramente más
superficial. Su comportamiento arrollador resulta sorprendente, incluso un tanto teatral y sospechosamente encubridor de una
personalidad oculta, como demuestra el hecho de que luego se derrumbe entregándose al alcohol. Pero de lo que no cabe
duda es de que cumple un papel como desencadenante argumental de la tragedia. Todo lo que ocurre desde que llega hasta
que entrega a la novia, que es cuando empieza la tragedia, es resultado de esa soberbia. Llega, ve y vence; cuando se siente
afrentado, su carácter le impide reaccionar de otra manera ante la humillación sufrida; devuelve a la novia; y es entonces
cuando la tragedia está servida.
García Márquez recurre a ciertos procedimientos genuinamente literarios para subrayar la altanería de estos
personajes. La altanería concebida como soberbia es un rasgo de la personalidad de Santiago Nasar, pero, entendida como
“caza que se hace con halcones y otras aves de rapiña de alto vuelo”, es una de sus aficiones, de la que, además, hace
“demostraciones”. De esta manera, el autor, apoyándose en una dilogía, construye un símbolo retórico de enorme fuerza
expresiva, que va acompañado de metáforas semánticamente afines que aparecen de manera intermitente: “era un gavilán
pollero”, “las garras del boyardo”. A esto habría que añadir la cita de ciertas palabras del poeta hispanoportugués Gil Vicente
que aluden a la concepción del amor como victoria incontestable y absoluta que muestran ambos personajes: “La caza de
amor / es de altanería”.
Para terminar, podría señalarse que el asunto de los personajes altaneros en cuestiones de amor y honor cuenta,
como casi todo y salvando las distancias, con precedentes en la tradición literaria. Si la legitimación de la muerte como
reparación del honor mancillado es toda una seña de identidad del teatro del Siglo de Oro español (recuérdese El alcalde de
Zalamea, Fuente Ovejuna, Peribáñez, o cualquiera de las numerosísimas “comedias de honor”), es también en ese teatro
donde pueden encontrarse al poderoso (el comendador) disponiendo a su antojo de las villanas.
Autor: Luis Basarte Lorente.
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