/ Denis Edwárds Aliento de vida Una teología del Espíritu creador ert t I I I t t, I Editorial Verbo Divino Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), España Teléfono: 948 55 65 ll Fax:948 55 45 06 www.verbodivino.es [email protected] Título original: Breatb of Lrf, A Tbeology of tbe Creator Spirit Traducido del inglés por Anna Maria Ollcr Adam Diseño dc cubicrta: Chapitel Comunicación O Denis Edwards O Orbis Books, 2004 O Editorial Verbo Divino, 2008 Fotocomposición: NovaText, Mutilva Baja (Navarra) Irnprcsión: I. G. Castuera, S. A. Irnprcso en España - Printed in Spain [)cprisito lcgal: NA. 1.168-2008 ISITN 97ti ll.1 u t(,9-802-2 Capítulo 9 Un universo relacional que evoluciona dentro de la vida relacional de Dios ¿Cuál cs la rncjor manera de pensar acerca de la relación I)ios-rnundo? Está claro qtte no poden-ros pensar que Dios esr,í literalmente cn el cielo que tenemos sobre nosotros. Con rgurrl claridad rcsult,r inadecuado pensar al univcrso y a Dios ct¡mo dos entidades una frente a otra, con un Dios que intcrr,icne dc vez en cuando en cl universo. De acuerdo con otros varios teólogos, sugeriré que un enfoque de la relación Dios,»undo más útil, si bien aún humanamente limitado, es pensar cn cl Espíritu de Dios como «dsj¡ndo espacio» dentro dc la vicla relacional divina, para quc el mundo relacional evolucione'. Ilsto es una forma de p/lnenteísmo trinitario. Panenteísmo es una palabra procedentc del griego que significa .toclas las cosas cn f)ios". En este capítulo esquematizaré una comprensión del universo como er,lgo que evoluciona dentro de la Comunión divina, l:,r cual trata cle ser fiel a ideas básicas tanto de la ciencia como de la teología. I-a cier"rcia pone ante nuestros ojos un universo que es intcrrelacional, en el que las entidades individuales ticnen su propia intcgridad, y que es evohltivo y emergente. La teología contcmporánea ofrece una concepción de Dios como una co- 'Jürgen Moltnrann h:r desarrollado csta icle¿ tle unt kénosis divina cn la creación quc "deja cs¡racio" para un mundo de creaturas; ver MctLTr,,tANN 1985, pp. 86-93, versiór'r esp., pp. 100-107; tambión 1981, pp. IOB1 1 1 , ve rsión csp., pp. 124- 128. Ver tamt.¡ién Jounscln L992, p. 234; trtd. csp., p.299. .!la / l:rltlor,tutto /a tt:ología del Espíritu creador r)rrrión caracterizada por la unidad Ic señala como el Futuro absoluto. [Jn unh)erso relacional que eztolwciona dentro de la oida relacional da Dios y diversidad relacionales, y F.n este capítulo propondré que, cuando estas profundas in_ . tuiciones proccdenres dc la cieniia y de ra teorogíá rn" .á.."1"cionadas una con otra, aparccen tres característicás fundamentales de la rcalidad. PriÁera, las entidades del universo estin constituidas por relaciones. Segunda, las entidades individuales tienen su propia identidad difeienciada . Tercera,.l ,r.irr..ro .or., todas sus entidadcs tiene un carácter cmcrgenre y sólo evolucio_ na a lo largo del tiempo. cada una de estasiaracierísticas está íntimamente conectada con las otras dos. por razónd" .ln.idri, consideraré Lrna á r¡na. Y concluiré estc capíturo con un b."r.'..sumen de mi propio enfoque sobre un panentcísmo trinitario. il, 9.1. Las entidades están constituidas por relaciones Es sobradamente obvio que vivimos en una comunidad de vida interrelacionada cn la Tiárra. Las actuacio"", genteso c.odiciosas que dañan un bosque o un mar tienen h;;;;;;;;gii rmpredecrbles y dcvastadorcs sobre un sinnúmcro de crcaturas, "f..io, incluycndo las humanas. Nos hallamos radicarmer," i.rr"..on".l tados con todo el resto del planeta. Los sistema, ;;" hay en é1, del que somos una parte, se caracterizr""iri;";;; p;;;r1;_ lacrones que son coadaptativas, simbióticas y ecológicas. Las relaciones caracterizan la realidad hasta sus últimas profundidades. Cuando la ciencia contempla una cosa .rrlqr'i".r, sea un protón, una galaxia, una cólula o el cerebro hu-unt, qu. es lo más complejo que conocemos, encuentra sistemas d. ."in_ clones emergentes. Cada entidad parece estar constituida por un mínimo de dos grupos fundamentales de relaciones. En p.i*". lugar, l.as interrelaciones entre los propios componente, .1" I" entidad. Así, un átomo de carbono ,".ónrtituye a pa.ti. d. pr._ tículas,subatómicas (prorones. ncurroncs y .í..t.án"r¡. E"';; gr?qo lugar, existc una rclación enrre la u r,, "núdrd.n.u"r,ión ambiente más amplio. De esta manera, un áromo d" ;r.Á;;á á; ml cuerpo se constltuye en parte de una molécula, que forma parte de una célula, que pertenece a un órgano d" .l".po- i., soy parte de una familia, de una sociedaihumana-iy d. ,_r1rn .,r_ munidad de crearuras vivientes interrelacionadas en'la Ti;;.;.1.,, / 211 comunidad terráquea depende del Sol y está interrelacionada con é1, con la YíaLáctea y con el universo entero. Arthur Peacocke nos dice que las ciencias naturales nos presentan el mundo como una jerarquía compleja, con una serie dc niveles de organización de la materia, dondc cada miembro de una serie es un todo, constituido por partes que le anteceden en la misma. Da un ejemplo, expresado (de manera incompleta) en la frase: .átomo - molécula - macromolécula - orgánulo subcelular - célula - órgano funcional pluricelular - organismo vivo completo - poblaciones de organismos vivos - ecosistemas - la biosfera"'. A cada nivel, las cosas están constituidas por componentes de nivel inferior, pero no son reducibles a ellos. El cosmólogo \X7illiam Stoeger dcscribe estas pautas de emergencia que las ciencias naturales desvelan, como .relaciones constitutiva5r. Y se pregunta: "¿Qué es lo quc hace que una cosa sea 1o que es, dotándola de una unidad definida de estructura y comportamiento, persistencia y regularidad en su actuación?» Su respuesta es que sólo las rclaciones constitutivas de una entidad puedcn ser las que la hacen ser 1o que es. Entiende por relaciones constitutivas "aquellas interacciones entre componentes y con el contexto amplio, que conjuntamentc realtzan la composición de un sistema dado y establecen su característica fun-ional, dentro de un todo más grande del que forma parte, y de esc modo 1o capacitan para manifestar las propiedades y comportamiento particulares que manifiesta" r. Stocger insiste en que un rasgo universal del mundo desvelado por las ciencias naturales y sociales es que las entidades están conitituidas por relaciones. A cada nivel, desde partículas elcmentales a átomos, moléculas, células y el propio cerebro, un nivel de realidad sc articula sobre otro. A cada nivel, esta organtzactón nidal se realiza a través de las interrclaciones entre sus componentes, junto con la relación todo-parte que determina la distribución y la función colectiva de éstos'. Las relaciones constitutivas comportan todas esas conexiones e interaccioncs que lncorporan unos componentes en un todo más complejo, y ' Pr,A<rocrE 1993, p. 38. ' S'foEc¡R 1999, pp. 136-137. 'Ibídem, p. [39. 212 / (Jn universo relacional que e¡toluciona dentro de la oida relacional de Dios Explorando la teología del l)spíritu creador relacionan ese todo compleio dentro de otro nivel de unidad. Estas relaciones constitutivas pueden ser de carácter físico, bio lógico o social. Mientras que la ciencia propone un mundo dc rclacioncs constitutivas, la teología mira hacia un Dios trinitario de rel¡ ciones mutuas. En el capítulo 2 me referí a la teología de Basili<,, sobre el ser de Dios como comunión. En la teología oriental, Dios existe como una comunión de Personas; en la occident,rl, santo Tomás insistió en que en Dios, relación y csencia son uno y 1o mismo'. Las Personas-en-relación son lo que Dios es. Ellas constituyen lanaturaleza divina. Como dice VilliamJ. Hill: "no hay ninguna persona absoluta en la Trinidad. Só1o hay Tres rc lativas". No hay realidad en Dios más allá de las Tres [personas en comunión, ni naturaleza divina adicional, ni persona absolutan. Ambas teologías de la Trinidad, oricntal y occidental, conducen a una concepción de Dios como radical y csencialmentc I relacional. Recientemente, teólogos trinitarios de formación divcrsa han argumentado que si el ser de Dios es comunión, ello tiene implicaciones en la comprensión de la realidad como tal. Si el ser dc Dios es radicalmente relacional, cllo sugicrc que la realidad cs esencialmente relacional. Sugiere una ontología relacional , el scr mismo de las cosas es un ser relacional. Esta intuición teológica compartida creo que puede ser llevada a un diálogo fructífer<r con el mundo que nos desvelan las ciencias naturalcs. Por ejemplo, John Zizioulas, afirma: «es la comunión lo que hace "ser" los seres: nada existc sin ella, ni siquiera Dios"'. Sostiene que nada es concebible como existiendo sólo por sí mismo. No puedc haber verdadero ser sin comunión'. §[alter Kasper dice que entender la unidad de la naturaleza divina como una "unidad en amor» sugiere "la superación de una idca dc rcalidad que, marr.r 'TolaÁs, Summa Theologiae,1".28.2 (version esp., BAC 41). o Hu.L 1984, p.269. El autor insiste: "no hal ningur.ra cuarta rcalidr.l "detrás", la cual fucra Padrc, Palabra y Pneumar,. Asevera que cuando pcn samos en Dios como una única persona absoluta, cstamos hacicndo un,r abstracción dc la rcalidad de las Tres. Esta abstracción puede convertirsc crr concreta y real, identificándola con la primcra pcrsona, la fons dioinitatis. ' Ztzrc>vttts 1993, p. 77 ; trad. esp., p. 31. ' Ibídem; ver tambión Ztztout.¡s 1995, pp. 44-60. / 213 y de la csencia, deja paso al primado de la persona y de la relación" ". Catherine LaCugna escribe que: «el ser dc Dios es un ser-en-relación, y el ser-enrclación-con-nosotros de Dios, es lo quc Dios es"'0. Su teología trinitaria se convierte cn argumento sólido para Io que ella denomina una ontología de la relación. Así, escribe que una ontología que sea propia del Dios de la economía de salvación "entiende el ser como ser-en-relación y no como ser-en-sí-mismo" ". Colin Gunton escribe que "dcbemos afirmar tanto de Dios como del mundo, que tienen su ser en la relación" ". Elizabeth Johnson mantiene que "la Trinidad proporciona un diseño simbólico de vida totalmente compartida en el corazón del universo". Dice que la Trinidad, como pura relacionalidad, .¡s5ums la mutua vinculación de todo cuanto cxiste en el univcrso" ''. cada por la primacía de la sustancia La profunda intuición teológica de que Dios es Personas-enrelación proporciona la base para una concepción de la realidad fundamental del universo como relacional. Si la esencia de Dios cs relacional, si el fundamento mismo de todo ser es relacional, si todo lo que es surge de las Personas-en-relación, todo nos lleva a una comprensión de la realidad creada como «ser-en-relación". La ciencia nos dice que cada creatura existe en una estructura nidal de relaciones constitutivas. La teología señala las relaciones trinitarias de amor mutuo. Una teología hecha alaluz de la ciencia sugiere una concepción del mundo según la cual el universo relacional es pensado como emergiendo y evolucionando dentro de las relaciones de la divina Comunión trinitaria. En la concepción del mundo que yo propongo, la creación continua puede ser " K¡.sp¡tt 1983, p. 310; vcrsiór.r esp., p. 351. Ver también p. 290; vcrsión csp., p. 329. '' LaCucN,q 1991, p.250. Ver tambión p. 310. " Ibídem, p. 310. '' GuNToN (1993, p. 230; trad. esp., p.260) sugiere quc pcricoresis, sustancialidad y rclacionalidad pucdcn ser vistos como lo que él llama."trasccndcntales'abiertos>>, vías por las que la crcación sobrelleva las hucllas de su construcción (pp.1,29-231; trad. csp., pp.26a-261). Esto viene a relacionarsc con las tres características del universo quc yo esbozo aquí, pcro no veo razón para scparar pericoresis y rclacionalidad. Y considcro importalte añadir, io-o ie..eri caractcrística, la emergcncia y la evolución dc las cosas en cl ticmpo. '' lot tNS{rN 1992, p. 222; trad. esp., p. 284. 21,4 / Un wniverso relacional que evoluciona dentro de la oida relacional de Dios / 215 Explorand.o la teología del Espíritu creador entendida como un ser-en-relación creado, que surge de la divina comunión entendida como Personas-en-relación. Si la realidad es radicalmente relacional, ello tiene aplicaciones a muchos niveles, incluyendo el de la persona humana. En buena parte del pensamiento posterior a la Ilustración, la persona humana ha sido entendida como un individuo autoconsciente.Zizioulas es uno de los muchos teólogos que, en relación con la teología de Dios como comunión, argumenta contra todos Ios conceptos individualistas de la persona, a la que ve como esen- cialmente orientada hacia la comunión. Estar en relación con otras se halla en la naturaleza de las personas. Zizioulas insistc en que la persona humana es a la vez hipostática y extática. Con bipostática quiere decir que la persona es única, irrepetible y libre. Con extática significa que el ser persona viene determinado no por los límites de la existencia individual sino por "salir fue¡a,, (gr. ek-stásis) más allá de uno mismo, en la relación con los demás. Ser persona es estar orientado hacia la comunión. Zizioulas insiste en que la verdadera naturaleza de la realidad "no es definida señalando a 1o "autoexistente", a un ser tal como es determinado por sus propios límites, sino a un ser que en su ekstasis atraviesa esos límites hacia fwera en wn mopimiento de co' mwnión". Esta dimensión extática no disrninuye la unicidad individual sino que la capacita para existir: .la comunión no ameflaza la particularidad personal; es constitutiva de ellar ". No sólo las personas humanas sino todas las creaturas quc forman el universo, desde los átomos a las águilas y a las galaxias son, por vías muy diferentes, radicalmente interrelacionales y poseen al mismo tiempo su propia integridad individual. En unrr teología trinitaria de la creació n, todas las creaturas participan cn la vida de Comunión trinitariar / sus diferenciadas relaciones mutuas son ya un reflejo de esa Comunión divina, a la maner,'t \4 Ztztc:ttJt LS 1,97 5, pp. 408-409. Patricia Fox (2001, p. 5 1 ) comenta: "Si el Dios tri-uno es fundamentalmcntc cntcndido como "personas-en-c() munión", cntonccs cl concepto de persona es el más caro y precioso bicrr de la humanidad". Esa concepción clucidada por Zizroulas no sólo abrc una comprensión vivificantc del potencial de la personalidad humana y l,r libcrtad que perduran eternamente, sino que tambión revela una conccp ción dinámica y emocionantc dc Dios. Dios descubierto como «personrs en-comunión, revela una vida pcrsonal totalmente compartida en el cor,r zón dcl univcrso. Iimitada de las creaturas. Cada una de ellas a su manera, ya sea insecto, árbol o estrella, tan solo existe dentro dc una red dc rclaciones. Vivimos en un universo radicalmentc interrelacionado. Las ciencias proponen un mundo dc rclaciones constitutivas. La teología de Dios como Trinidad sugiere una concepción de la realidacl en que las rclaciones son centrales y donde la identidad proviene de ser-en-relación. Esta clase de teología concuerda con lo que experimentamos del mundo a través de las ciencias naturales. Ambas apuntan hacia una concepción de la realidad en que las relaciones ocupan un lugar fundamcntal. Ambas sugieren que las cosas están constituidas por relaciones. 9.2. Las entidades individuales tienen su integridad propia Las entidades individuales tienen su identidad propia y su propio grado de autodirección, tanto si pensamos en seres humanos con su experiencia de agentes libres, o en pájaros con su gloriosa Iibertad para volar. Pero no toda cosa tiene una identidad propia. Algunas, como el montón de papeles sobre mi mesa, pueden ser simples acumulaciones de elementos que no forman una nueva totalidad. Stoeger distingue entre las cosas que son una simple suma o acumulación de componentes, como un montón de troncos, y aquellas que forman un nuevo todo y tienen unas características esencialmente diferentes de las de sus componentes. El agua tiene unas características que la difercncian completamente de sus componentes hidrógeno y oxígeno. Sus funciones y atributos no pueden ser reducidos a las de sus componentes". Una entidad individual existe sólo en patrones de relaciones constitutivas pero tiene su propia identidad, y sus propias ca" SrcrrtGER (1999, pp. 140-143) llama a esto irrcductibilidad "mereológica". En su opinión, sostener que una entidad es mereológicamente irreductible no significa que para explicarla sea necesario nada cxtra, por cncima y más allá de sus rclacioncs constitutivas. Stoeger distingue la irreductibilidad "mereológica" de la ..causal,,: esta última hace referencia a causas de nivel más alto, que no son únicamentc dctcrminadas por causas que operan a nivclcs más básicos. Stoeger sugiere que un buen ejemplo puede ser "que cl comportamiento de una molécula de agua, aunque no sea mereológicarnente reductible, es causalmente reductiblg" (p. 141). 216 / Explorando la teología del Espíritu crcador racterísticas y funciones. Tiene un nivel de existencia autónomil. Es relacional y es sustantiva. Son precisamcnte sus relacioncs constitutivas las que le permiten ser particular y sustantiva. Prl rcce claro que en 7a naturaleza, los caracteres individual y di.s tintivo no se oponen al carácter relacional, sino que existen sírlo dentro dc patrones de relacioncs. En una tcología relacional es importante no considerar idc¡l o románticamente las relaciones cn cuanto tales. Las relacioncs pueden ser de muchas clases. IJn cuerpo humano tiene una rehción con las células que lo constituyen. Un predador la tiene corr su presa. Un padre abusivo tiene una relación con el niño dcl que abusa. El amantc tiene una relación con cl amado. Las relaciones puedcn ser competitivas, manipuladoras, abusivas u hos tiles. Pueden también ser cooperativas, capacitadoras, liberado, ras y amorosas. El hecho de que las relaciones caractericen y constituyan la realidad no significa neccsariamente que ésta estó siempre caractertzada por unas relaciones que los seres humanos puedan considerar buenas y saludables. Pensadoras feministas han mostrado de qué modo las relacic'rnes patriarcales en los asuntos humanos perjudican y limitan la vida humana. Nancy Victorin-Vangerud en su teología dcl Espíritu señala el pcligro de las relaciones ponzoñosas, que puedcn ser dc- masiado fácilmente tildadas de 1o que ella llama "pneumatologí:r ponzoñosa». Insiste en la importancia central de tener una actitud crítica y liberadora hacia la familia y hacia las otras relacioncs quc constituyen nuestras vidas't'. Insiste acertadamentc en la enormc importancia de cuál esla clase de relaciones que los scrcs humanos tienen con los demás como bebés, niños, adolescentes y adultos ''. Esta línea de pensamiento advierte contra la aceptación no críticrr de las relacioncs como automáticamente saludables o buenas. ¿Qué clases de relacionc s caracterizan el mundo aparte de las humanas? En la naturaleza hallamos asombrosos y maravillosos patrones de dependencia mutua, cooperación y vida compartida. Pero encontramos también competencia por la supervivencia, deprcdación y muerte. Nuestra experiencia acerca de las rcIaciones que caracterizan al mundo natural es profundamentc ,N VICTORIN-VANGERUD 2OOO. '' Ibídem, pp. 109-112 y 117-141. [Jn universo relacional que croluciona dentro da la r¡ida rclacional de Dios / 217 ambigua. Yo sostendría que esta ambigüedad no debería scr resuelta por ningún tipo de síntesis simple. Celebrar 1o bello y maravilloso del mundo cvolutivo y de sus creaturas, es una experiencia humana profundamente verdadera. Pero es una verdad igualmcnte fundamcntal de esa cxperiencia afrontar el dolor, la violencia y la muerte. Ni una visión romántica de la naturaleza que vea sólo lo hermoso, ni una visión sombría que pucda apreciar sólo el dolor y la pérdida, se aproximan a la completa verdad de la cxperiencia humana de estar en cl mundo. Si la natural eza flera la única fuente de nuestro pensamicnto sobre las relaciones, ya sabríamos quc somos Parte de un universo interrelacional, que estamos intcrconectados con todas las demás cosas. En esto habría ya mucho dc qué asombrarse. Pero encontraríamos quc, mientras muchos de los patrones de relación cn la naturaleza son de cooperación, otros lo son de explotación, y deberíamos admitir que la especie más explotadora que hay sobre la Ticrra es la nuestra. Cualquier intcnto de comprender la ética de la vida humana en términos de selección natural sólo puede tcrminar en desastre. Una teología de las rclaciones no puede hallar su fuente y criterio tan sólo en las relaciones que se encuentran en el mundo natural. IJna comprensión cristiana de las relaciones surgirá en Parte dc la naturaleza, pero tiene su criterio fundamental en cl amor compasivo de Dios revelado en Jesucristo y en la efusión del Espíritu. Su modelo de relación es el modelo trinitario de amor mutuo e igualitario. Pese a la ambigüedad que encontramos en la naturaliza, una teología cristiana osa sugerir que la diversidad en comunión puede ser la naturaleza escatológica final de toda realidad, increada y creada. Esta teología no resuelve la ambigüedad que hallamos en las relaciones creadas. Nos deja como a Job frente al misterio. Pero funciona también como una promesa: proclama quc las relaciones últimas que constituyen la base del universo en expansión y la evolución de la vida en la tierra, son relacioncs de una clase muy específica. Son relaciones de amor mutuo e igualitario, de vida dinámicamente compartida. Con esta clase derelaciones, los individuos prosperan en toda su irreducible individualidad y alteridad. Todo ello sugiere una comprcnsión del universo por la que cada diversa creatura tiene su propia integridad distintiva. Desdc / 218 Explorando la teología del Espíritu creador la perspectiva de la ciencia, esta individualidad e integridad estií por la tomlidad de las relaciones constitutivas que hacen a la entidad ser 1o que es. Desde la perspectiva de la teología, cad:r creatura individual ticne su propio valor indcpendiente dentro dc un universo interrelacionado que surge de sus relaciones con cl Espíritu creador, activo en é1. Desde dentro de la Comunión divina, el Espíritu produce un universo de creaturas interconectado e interdepcndiente. Pero estas rclaciones creadas llevan consigo las limitaciones de la finitud y la muerte. Aparecen para existir sólo dentro de las limitaciones tcmporales. Aparecen sólo para participar en un proceso, un proceso que está incompleto. dada 9.3. El universo tiene un carácter emergente y evoluciona en el tiempo Las entidades del universo se hallan constituidas por relacioy existen con su integridad propia sólo mediante un proceso que es a la vez evolutivo y emergente. En el capítulo 3 des- nes cribí que la emergencia se produce cuando alguna cosa es constituida desde sus componentes de manera que tenga unas propicdades nuevas, unas propiedades que no son reducibles a las dc los componentcs. Ian Barbour señala que a veces estas propiedadcs nuevas pueden ser predichas a partir de 1o que se conoce sobre las propiedades y organización de las partes componentes. Así, la humedad del agua (su capacidad de impregnar los cuerpos) puede ser predicha sobre la base de las leyes de la dinámica molecular, aún no sien- do una propiedad de jos elementos hidrógeno y oxígeno. Pero, continúa Barbour, hay situaciones en que las propiedades emergentes no pueden ser predichas. Las cosas son mucho menos predecibles en el desarrollo de un embrión, en el cual actividades de nivel más alto alteran \a organización estructural de los componentes. El funcionamiento del ADN es extremadamente complc- jo e impredecible, porque su información puede ser repetida, mente rcintroducida para alterar las estructuras existentes't. Áto-os, galaxias, esffellas, planetas, bacterias unicelulares, eucariotas, organismos pluricelulares, mamíferos y cerebros hu'' B,qRsouR 2a02, p. 6. Lln unioerso relacional que eooluciona dentro de la vid.a relacional de Dios / 2L9 manos son fenómenos emergentes. Dependen de algo anterior, pero representan algo nuevo. Evolucionan durante largos períodos de tiempo. Las ciencias clarifican sobradamente que el tiempo es una dimensión fundamental del modo en que las cosas son en nuestro unrverso. Como es sabido, Einstein nos enseñó que el tiempo es relativo. Y de acuerdo con la cosmología cuántica, el tiempo tal como ahora lo entendemos no sería aplicable al estado cuántico inicial que emerge del big-bang. Pero, en el universo evolutivo, todo depende del tiempo. Las creaturas individuales existen sólo durante un tiempo entre su pasado y un futuro desconocido. El universo evoluciona durante períodos extraordinariamente largos, y sin el paciente despliegue de las cosas a lo largo del tiempo, nunca podría suceder nada. Las entidades individuales existen en relación con todas las creaturas que las precedieron: / con las creaturas desconocidas que las seguirán. F,sta comprensión de nosotros mismos y de las otras creaturas vivientes como seres que evolucionan durante enormes períodos de ticmpo dentro de un universo evolutivo, requiere una concepción de la realidad distinta a cualquiera de las que estaban a disposición de Platón o Aristóteles, Tomás o Buenaventura, Galileo o Newton. lir Como sercs humanos individuales, sólo existimos durante un instante fugaz. Somos {rágiles, contingentes ¡ desde la perspectiva del universo, tan pasajcros como una mariposa. Pero somos parte del tapiz, estamos intcrconectados con todo lo que llega a ser en el tiempo. La cosmología ofrece un ejemplo de esta interconexión en el tiempo con lo que se denomina el razonamiento "antrópico" ''. Se refiere a la intuición de que hay una relación entre la presencia de los seres humanos en el universo y il "' Sobre el orazonamicnto antrópico" ver Rl't¡ts 1997, pp. 223-257; trad. csp. pp. 241-276. Brandon Carter introdujo la discusión moderna del "principio antrópico" y distinguió entrc sus formas "débil" y "fuerte". Mi intcrós se centra en la forma débil, que simplemente saca a la luz 1a relación entre el hecho de la cxistencia de los seres humanos y las condiciones quc ello imponc a la naturaleza del univcrso. Sólo un univcrso con cicrtas características podría producir creatur¿s colno nosotros. La forma fuerte del principio sugicrc que el universo está ordenado de la manera en que lo está a fin de que puedan surgir los seres humanos. Para un estudio completo dcl principio antrópico, ver BAnnoY¡ y Ttnlnn 1986; para un cstudio reciente ver BRRRolt¡ 2002, pp. 141-174. 220 / Explorando la teología d.el EEíritu creador la clase de universo en que habitan. IJn universo con seres hu manos es nccesariamcnte un universo que tiene unas ciertas crrracterísticas en lugar de otras. lJn aspecto se refiere a la edad y al tamaño del universo. Ambas magnitudes pueden dejar abrr-imados a los seres humanos. Pero los cosmólogos nos dicen quc e_l universo tiene que ser aproximadamente tan viejo y trr. g.ár,de como es, si debe ser un lugar en el que los seres humanoi hayan podido evolucionar. Puesto que estamos formados por átomos de carl¡ono y otros elementos núcleo-sintetizados en las estrellas, no podríarnos existir si no se hubieran formado galaxias en el univcrso primigenio y las primeras estrellas no hubieran comenzado a convertir hidrógeno en los elementos más pcsados que son nccesarios para las creaturas vivicntes. El universo debe ser tan viejo como es, para que se formaran las galaxias, sc inflamaran las estrellas, se sintetizaran elementos corno el carbono, se formara un sistema solar que incorporase ordenadamente estos elcmentos alrededor del Sol y evolucionaralavida sobre la Tierra. Y, claro está, un universo que se ha venido expandiendo durante 14.OOO millones de años debe ser de un tamaño similar al de nucstro universo. Como dice Martin Rees, "La escala dc nuestro universo no debe sorprendernos: su gran tamaño es el necesario para que haya habido tiempo swficiente para la evolución de la vida en (por lo menos) un iistema solar de una de sus galaxias"'0. Los cosmólogos nos dicen que un cambio pequeño, aparentemente insignificante) en una de las constantes que caractcrizan a las fuerzas y partículas del universo, lo dejaría iin vida. El uni- verso debe estar sintonizado rrluy finamente, hasta grados asombrosos, para que se formen las galaxias, se iluminen las esy aparezca en la Ticrra la vida basada en carbono. Tomemos sólo dos ejemplos: sin el nivel exactamente correcro de irre- trellas gularidad o aglomeración en el universo primordial, y sin el equilibrio correcto entre la fuerza expansiva y la gravedad, jamás podrían haberse formado las galaxias. Sin estos delicados equilibrios, no habría estrellas productoras de carbono ni vida basada cn é1. Ranas y almejas son tan dependientes de esra osintonización afinada" (fine-twning) como los seres humanos. Estamos interrelacionados con cada una de las dimensiones clcl '0 Rr:,r:s 1997, p. 230; trad. csp. p. 248. [Jn uniz,erso relacional que evoluciona dentro da la oida rclacional de Dios / 221 universo evolutivo en expansión y sólo en un momento dado dc su tiempo podemos llegal a la cxistencia. T.os seres humanos 11evamos d"rrt.o de nosotros esa historia del universo de 14.000 millones de años. Cada uno de nosotros es a la vez un producto del universo y parte de su historia. es obvio, del modo en que entidadependientes del tiemradicalmente des co-o las nuestras son He indicado antes que la evolutiva. po, proviene de la biología hace unos 3,8 mide bacteria, forma Tierra, en la vida emergió en más compleias y formas en se desarrolló años; millónes de les de de millones de miles largo de a 1o pluricelulares posteriormentc ,ñot; t. ."prrrüó rápidamcnte en el período Cámbrico hacc quinientos millones dá años; y evolucionó luego-hacia las. extraordina.iar formas que hoy encontramos, incluida la de los seres humanos. Considerar el lugar que ocuPa la muerte cn la emergencia de la vida puede ampliar esta reflexión sobre el modo en [ue cstamos relaiionados con el tiempo' El cambio evolutivo en los organismos complejos es dependiente de la muerte. Sin muerte rró hrbrín sucesién de gcneraciones, y sin sucesión de generaciones no habría evolución. Ursula Goodenough indica que la muerte es parte de la estratcgia evolutiva de los organismos complejos sexuados, de una manera que no es cierta para una simplc bacteria. La bacteria no tiene la muerte programada. en su cicló vital, aunquc pueda ser matada o morir por falta de alimento. Pero la ést.át.gia evolutiva de las creaturas pluricelulares sexuadas implica lj -ue.te. Muy pronto durante la formación de un embiión, algunas células activan unos genes que las hacen convertirse en .élrrlrt de la línea germina/. Ellas son las precursoras de los óvulos o los espcrmatozoidds que. ticnen la misión de transmitir el genoma a la generación siguientc. Las otras células están destinadas a convcrtirse cn células somáticas ordinarias, con la tarea de buscarse un nicho evolutivo. Estas células ordinarias están programadas para morir. Y sólo Porque cstán programadas pari morir existc la posibilidad de un cambio errol.riirrolápido, que pueda posibilitar el desarrollo de algo tan intrincado ó-o, po.ij.mplo, un ojo' Precisamente por la recombinaciótr t"*rál y la muerte, existe la variedad de creaturas cornplejas que encontramos hoy en día en la Tierra. Sin muerte no habiírn-alas, ni brazos, ni cerebros. Goodenough escribe: «La muerte es el prccio pagado por tener árboles y almejas, pá- Un segundo ejemplo, que 222 / Un unh¡erso relacional que evolwciona dentro de la z,ida relacional de Dios / 223 Explorando la teología del Espíritu oeador y saltamontes, y la rnuerte es el precio pagado por tencr conciencia humanar ''. jaros Cuando nos volvemos hacia la teología cristiana de Dios, encontramos que tiene siempre una ineludible orientación hacia cl futuro. La Comunión divina tiene un carácter escatológico. Vivimos de ella, aunquc no la poseemos. Viene hacia nosotros desde el futuro. La revelación bíblica tiene carácter dc promesa y csperanza. Las fuentes bíblicas de la teología cristiana nos enscñan a valorar y amar el momento presente como un don de l¡ gracia. Nos enseñan a.mirar hacia el pasa4" y mantenerlo en lir ^ memorla, como un relato de 1o que Dios ha hecho por nosotros. Pero de manera única, las Escrituras nos orientan hacia el futuro de Dios para nosotros. Para Israel esto ha tomado la forma dc promesas divinas, esperanza profética y expectativa mesiánic¿r. En Jesús halló expresión en la predicación y praxis accrca dcl reino de Dios que viene. Para aquellos que siguen el camino y viven a laluz de la promesa de la resurrección y de la nueva creación, significa vivir en una expectativa constante de Dios como futuro escatológico. Karl Rahner ve al Dios bíblico como el futuro absoluto -cl futuro no sólo de los seres humanos sino de toda la creación-. En el capítulo 3, traté de la contribución de Rahner a una teología evolucionista de la creación. Insiste en que para descubrir que somos parte de un mundo en cvolución se requiere una nucva comprensión de la realidad, una nucva metafísica. Dios debc ahora ser entendido no sólo como la causa dinámica de la existencia de las crcaturas, sino como el fundamento dinámico dc que llegue a ser 1o radicalmente nuevo. Rahner denomina estc proceso «autotrascendencia activa>>22. Como RahneS y con Pannenberg, veo al espíritu de Dios como la potencia de futuro, inmanente a todos los procesos del universo en evolución, capacitándolo para que llegue a ser lo nuevo". r1 GooDuNCrucH 1998, p. 151. De manera similar, Lynn Margulis nos dice que la muertc cs el prccio quc pagamos por "elaborados tejidos y conr plcjas historias vitales": ManculIs 1998, p. 91;trad. csp., p. 109. " " RAIINER I968; ver versión española. PANNINeEIIG (1,991,, vol. 2, pp. 101-102; versión esp., vol. 2, pp. l0(.) 110; ver más arriba sección 7.2) escribe acerca del Espíritu Santo cor-no .i1c tuante en todo acontecimiento... cn cuanto fuerza del futuro, y c()nr() «(l En su reciente contribución a 7a teología de la evolución, John Haught argumenta que necesitamos una conccpción de la realidad que dé sentido al hecho de que la evolución origina nue'uas formas de ser. EI también ve a Dios como la potencia de futuro. El universo entero está siendo siempre atraído hacia adelante por "la potencia de un futuro divinamente renovadorr,. Con Rahner, ve a Dios como el futuro absoluto. En última insfancra, la evolución tiene lugar <<por razón de la "venida de Dios" hacia el entero universo desde un futuro siempre elusivo,r". Esta venida de Dios no irrumpe coercitiva o violcntamente en la evolución cósmica y biológica, sino que 7a energiza desde dentro, por vías que son totalmente respetuosas con la autonomía del mundo. Al igual que Pannenberg, Ted Peters ve a Dios como Dios del futuro. Pone el énfasis en la promesa de futuro dada en Cristo. IJn tema central es el de laprolepsis -la cual significa que en Jesús experimentamos un anticipo del futuro de Dios-. Dios es el futuro del mundo. Jesucristo es la presencia de este futuro en anticipación. Este futuro implica no sólo a los seres humanos sino también al universo físico. Escribe: "Lo que les ocurre a las personas depende de lo que le ocurre al cosmos... Si no hay transformación cósmica, no hay resurreccióni / si no hay resurrección, la fe cristiana es vana y los creyentes son los más dignos de compasión entre todos los hombres (1 Cor 15,14-1.9)"". Esta rotunda afirmación, con la que concuerdo plenamente, saca a la luz un tema verdaderamente importante en la discusión cicncia-teología. ¿Cómo puede este futuro en Dios ser hecho inpoder del futuro que garantizaa las criaturas un presente y u.ra du.aciór-, propios". Christiaan Mostst¡.T (2002, p.179) rcsume el punto de vista de Pannenberg: «su argumento es que el Espíritu es el poder dc futuro, que actúa crcativamente cn todos los acontecimientos, a nivel micro y macrocósmico, como en un campo de fuerzas, y que el carácter contingente de los acontecimientos actuales no queda compromctido por la aparición de óstos desde un "campo de posibilidades de acontecimientos futuros"". Lcwis FoRo (1983, p. 337) habla a menudo de Dios como poder de futuro. " FIAUGII'r 2000b, pp. 81-104. " PETERS 1992, p.315. En 1993, p.181, argumenta que la ctcrna Trinidad pcricoróti ca abraza e incluye el tiempo y la historia natural y cósmica. Ve la Trinidad inmanente como <<consumada cscatológicamente, significando que la totalidad de la historia tcmporal sc halla integrada en la vida interior de Dios". / 224 / Explorando la teología del Espíritu creador Un unioerso relacional quc eroluciona dentro da la vida relacional dc Dir¡s / 225 teligible, en vista de las extremadamente sombrías predicciont.s a largo plazo que hace la ciencia acerca del destino de nuestr., universo? Hay aquí un importantc punto de discrepancia enrrc ciencia y teología, que requiere mucha más atención dentro r'lc la discusión entre ambas. No puedo f.ratar de ocuparmc aquí rlc este punto, pero sí señalar que h1 comenzado a ser tratado r(. cientemente, entre otros, por Robert John Russell del Centr,, parala Teología y las Ciencias Naturales, en Berkeley'u. 1". Un pdnenteísmo que es trinitario. En esta forma de panenteísmo, el universo sc cntiende como creado desde la vida compartida de la Trinidad y existiendo dentro de ella. La creación es vista como la libre expresión de la fecundidad de ese dinamismo de la vida divina. El universo y todas las creaturas existcn y se despliegan desde dentro de la Comunión de las Tres [personas divinas]. Todas las cosas son creadas por medio de la cterna Sabiduría de Dios, la mismísima Sabiduría que se encarnó El Espíritu de Dios es la potencia de futuro, inmanente en ro dos los procesos del univcrso evolutivo, que capacita al univcr so para llcgar a ser algo nucvo. El Espíritu cs el dador-de-vitl,r inmanentc que está presentc en todas las cosas, y que al pro¡'ri. tiempo es vínculo de comunión entrc todas ellas y el Dios trini tario. El Espíritu de Dios actúa como cmergencia evolutiva c,r davez que ocurre algo nuevo y cadavcz que la naturaleza sc cx tiende extáticamente más allá de ella misma en el desplegarse clt.l universo y en el transcurrir dinámico de la vida. La actuación clr.l cn Jcsús dc Nazarct. Todas las cosas son creadas en el Espíritu de Dios. El Espíritu es la presencia divina interior que potencia la Espíritu no suplanta las causas creadas. No es una intervenci«irr desde el extcrior. El Espíritu es inmanente a todo el proceso v actúa cooperatiya y audazmente en las lcyes de la naturaleza y ,r través de ellas, así como en acontecimientos contingentes y a trrl vés de ellos. El Espíritu crcador es inmanente en un universo li gado al tiempo y está profundamente implicado en su realiz;t ción y en la emergencia de lo nuevo. Pero el Espíritu es tambi¿'n el Espíritu escatológico quc, de una manera aún no comprendi da en relación con las predicciones científicas dc futuro, arrasrr',r al universo y a sus creaturas hacia su fururo en la Comunión cli vlna. 9.4. Una forma particular de panenteísmo En este capítulo he estado argumentando que cs útil y coh.'. rente imaginar el universo de las creaturas como emergenrc, irr terrelacionado y sustantivo, evolucionando dentro de las rcl,r ciones dinámicas de la Comunión divina. A punto de acabtrr .''l capítulo, puedc ser útil resumir en algunos puntos la clasc rl.. concepción de panenteísmo -o todas-las-cosas-en-Dios- (lr.r(. tengo en mente. '6 RussEll 2002, y 2003, pp. 130-154. cvolución del universo desde dentro y hace posible la emcrgcncia de estrellas, planetas, bacterias, pájaros y seres humanos. 2". Un panenteísmo que entiende a Dios como totalmente diferente a ks creatwrds y, precisdmente por seilo, como rddica.lmente interior a ellas. La trascendencia y Ia inmanencia divinas cn la creación son entendidas no como polos opuestos sino, dc acucrdo con los grandes teólogos del pasado, como presuponiéndose la una a la otra. Algunos críticos dcl teísmo clásico tergiversan el pasado al sugerir que el énfasis en la trascendencia por parte de los grandes teólogos antiguos, como Agustín y Tornás, hace un Dios muy alejado de la creación. Nada podría estar más lejos de la verdad. Precisamente cuando Dios se enticndc como trasccndente, puede ser pensado como inmanente a las crcaturas, dc un modo que no es posible para un ser crcado fini- to. Porque Dios es totalmente diferente, puede ser interir-¡r intirno Tneo -estar .rnás dentro de rní que lo rnás íntimo ntíorr-". En csta forma de todas-las-cosas-en-Dios, pues, se mantiene la inlinita distinción ontológica entre Dios y las creaturas. Es precisamente esta distinción lo que hace posible que Dios sea entenclido como radicalment e interior a la creación. 3". Un panenteísmo qwe entiende la imagen espacial de totlas-las-cosas-en-Dios como und analogía dpropidda, awnqwe limitada. Los scres humanos encuentran imposible pensar en la lclación Dios-mundo sin algún tipo de imagen o analogía. La irnagcn de todo-en-Dios es útil porque parece encajar mcjor con cicncia y tcología que otras imágenes mentalcs compctidoras, ('()rno aqucllas de un Dios en los cielos o de Dios como un ser " Ar;trs't'ÍN, Confcssictncs,3.6.l1 (vcrsión esp., BP 60, p. 111). 226 / Un unioerso ralacional r¡ue evoluciona dentro de la z,ida relacir¡nal de Di¡s / 227 Explorando la teología del Espíritu creador que está fuera de la creación e intervienc cn ella devez en cuarl do. Dado que la teología cristiana entiende a Dios en la creaci<'rrr y la redención como implicado en el entero universo espacio temporal pero también más allá del espacio y del ticmpo, parc ce apropiado pensar en cl universo como evolucionando dentr,, de la vida de Dios. Aunque creo que son útiles la imagen y cl lenguaje de todas-las-cosas-en-Dios, es importante no tomarlos al pie de la letra. Dios no es un contenedor, en sentido literal. EIr la posición que se toma aquí, el lenguaje de todas-las-cosas-err. Dios es una analogía limitada, basada cn la relación creadora y redentora de Dios con el espacio y el tiempo. Busca respetar l,t radical trascendencia de Dios frente a todas las nociones finitrrs de espacio y lugar. 4". (Jn panenteísmo que concibe al Creador capdcitando rt las creatwras pard que tenga.n la awtonomía e integridad proPids de ellas. Santo Tomás ve la creación fundamentalmente com,, una relación continua entre el Creador y la creatura -..una cierta relación de la creaturahacta el Creador, como el principio dc su ser misms»-2s. Insiste en que esta relación creativa no domi na ni elimina la acción propia de la creatura, sino que más bicrr la capacita para ser y actuar con la autonomía propia de ella. Hay una infinita diferencia entre la creatio continwa de Dios (causalidad primaria), y todas las conexiones interactuantes y relaciones causales que se establecen entrc las creaturas (causalidad secundaria) ". En esta concepción, que creo fundamental para la discusión entre ciencia y teología, Dios cs cntcndido comt,, creador de un mundo de creaturas que interactúan y poseen stl integridad y su autonomía propia. Dios crea a través de proccsos naturales que capacitan al universo portador-de-vida par.r evolucionar. A la luz de esta idea, en una teología contemporánea de la creación, es adecuado pensar a Dios como compromc tido con la integridad de los procesos naturales. 5". (Jn panenteísmo que üe la creación como un acto libre dc awtolimitación divina. Enfrentados a lo que nos dice la cienci¡ " Tbeologiae,l'.45.3 (vcrsión esp., BAC 41). distinción cntre causalidad primaria y secundaria en Tomás ToiraÁs, Swmma 2' Para la Aquino,veribídem, l^.1,9.6, 19.7,19.8,22.2,22.3,23.5,23.8, 104.3 y 105.2. ,1,' 1,03.7,104.1, sobre cl dolor y el conflicto en la larga historia de la vida en la Tierra, los teólogos han comenzado a repensar el tema del poder divino. lil como he aclarado cn capítulos precedentes, junto con otros teólogos pienso en Dios como autolimitándose libremente por amor ala creación El amor implica dejar espacio al otro, y Dios puede ser pensado como el amante supremo. EnJesús, I)ios cs rcvelado no como un poder dominante o tiránico, sino como un amor indefenso y vulnerable. Ciertamente, este amor es también poderoso. Comporta la prornesa de la vida resucitada y de la liberación para todos. Pero cl Dios revelado en el acontecimiento de Jesús es Alguien que cstá presente en la historia humana como autolimitantc y amoroso, y que acompaña a los quc sufren, prometiendo libertad y vida. Esta pauta de amor vulnerable y autolimitante puede entenderse como determinante no sólo de la historia de Jesús, sino tarnbién de la creación continua de todas las creaturas por f)ios. La crcación puede verse entonces como una forma de amor divino autolimitante que capacita a las creaturas y a sus procesos para desplegarse de acuerdo corl sus propias potencialidades y límitcs. Un Dios comprometido con los procesos del universo evolutivo puede no ser libre para invalidarlos, pcro sí puede pensarse que su Espíritu está presente en cada creatura, acompañando a cada una con un amor compasivo, y guiándola hacia su plenitud en la Comunión divina. 6", (Jn panenteísmo qwe entiende la creación como wna rekción que tiene wn impacto sobre ks credturds y también sobre Dios. He mcncionado más arriba mi sólido acuerdo con santo Tomás en su comprensión dc la creación como una relación entre ca- y el Creador como principio de su ser..Pero creo que importante mantcncr, contra 1o que él dice, quc la relación con la creación debe ser vista como real por el lado de Dios y no sólo por el de las creaturas. He aclucido en el capítulo 7 que necesitamos poder pensar en Dios como capaz de sufrir -de una manera divina- con la creación sufricntc. Desde este punto de vista, Dios da.creatura es puede ser pensado como suma y trascendentemente capaz de sentir con las creaturas finitas. El Dios trinitario puede scr entcndido como tra.scendentemente capaz de amar a las creaturas, dejándoles espacio, sintiendo con ellas, sufriendo con cllas, y deleitándosc en ellas y llevándolas a su plenitud escatológica. En cstc capítulo he tratado de dcscribir un universo relacional y evolutivo que es la expresión de un Dios relacional que dc- 228 / Explorando la teología del Espíritu creador ja espacio a la totalidad y a todas sus partes, abrazándolas. Estt' universo puede scr entendido como un mundo emergente y ril dicalmente interrelacional, un mundo en el quc las creaturas irl dividuales tienen su integridad propia, y un mundo que evolu ciona en el tiempo a todos los niveles. El Espíritu crcador pucck' ser pensado como el que deja espacio en el dinamismo de la vi da compartida de las Tres para que todas las entidades creadirs sean y se realicen, y el que potencia el proceso de un univers., emergente portador de vida.