por José Simeón Carrasco Molina.

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AYUNTAMIENTO DE ABARÁN
“Cuatro mujeres en la vida de Miguel Hernández”, por José Simeón Carrasco
Molina
José Simeón Carrasco Molina ofreció la segunda de estas charlas centrándose en
desmitificar los tópicos que nos han llegado respecto a la figura del poeta Miguel
Hernández.
Considerado un hombre sin recursos, algo que no se corresponde con la realidad,
según el cronista oficial de la Villa, “también se nos ha transmitido que era un hombre
casi analfabeto, lo que no es enteramente cierto”, señaló.
“El tercer tópico con el que nos encontramos es su situación amorosa, tema central de
esta conferencia”, indicó Carrasco.
El ponente diferenció cuatro relaciones que giran en torno a las mujeres de su vida:
amor filial, conyugal, pasional y platónico.
A)
Amor filiar hacia su madre, que fue una de las constantes de su vida.
“Destaca la debilidad de su carácter, sometida al fuerte y autoritario carácter de su
marido. La tozudez del padre no consiente que su hijo siquiera lea. Concheta Gilabert
–así se llamaba su madre- , tiene una gran debilidad por su hijo Miguel (Hernández).
Como ella no sabía leer ni escribir, pensaba que su hijo iba a llegar muy lejos.
Apreciaba de él su religiosidad. Todo esto hay que entenderlo en una Orihuela que
olía a incienso y de la que era muy difícil abstraerse”, explicó José S. Carrasco Molina.
“Enferma, agotada, empequeñecida por los grandes trabajos, así la define el poeta”,
aclaró el ponente.
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“Una mujer que sufrió mucho debido al encarcelamiento de Miguel Hernández y,
posteriormente, su pronta muerte; por ver morir al hijo nacido de sus entrañas”, subrayó
el cronista.
B)
Amor conyugal: su esposa, Josefina Manresa.
“No podemos tener constancia de los verdaderos sentimientos de Miguel hacia su
esposa”, señaló. “Se conservan 300 cartas de Miguel a Josefina; de Josefina a Miguel
no se conserva ninguna”. Los periodos de convivencia entre ambos fueron muy cortos
e impidieron que llegaran a convivir como una pareja normal.
“Hay que situar este amor en su justa dimensión ya que al poeta pastor se le atribuye
que sus versos de amor estaban inspirados en Josefina Manresa, sin embargo, Miguel
tuvo otras mujeres en su vida”, indicó José Carrasco. “Su primer amor fue Carmen, a la
que definió como la calabacita a quien Miguel le dedica un soneto que se refiere a su
boca, así como varios poemas”.
Miguel Hernández se fija posteriormente en una costurera a la que escribiría estos
versos: “Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo, nacida ya para el marero oficio, ser
graciosa y morena tu ejercicio y tu virtud más ejemplar ser cielo”, recitó el locutor.
“Este poema consiguió unir a dos personalidades muy diferentes: Miguel Hernández y
Josefina Manresa”, subrayó José Carrasco.
“Miguel se va a Madrid en el año ´34 y es entonces cuando se produce un cambio
ideológico en la figura de Hernández debido a la influencia de Neruda a quién define
como gigante”.
“La relación con su esposa fue solo epistolar; las cartas fueron su medio de expresión
por lo que se produce un enfriamiento de la relación”, apuntó el cronista. “En Josefina
el poeta valora rasgos de su carácter y su personalidad como su sencillez y su
religiosidad pero Miguel comienza a reconocer el retroceso ideológico que hay en
Josefina”.
“De sus cartas de amor se observa un cambio en su escritura: comienza a utilizar un
tono más bien de padre; este cambio en sus concepciones hace que anuncie un viaje
que nunca llega; a Josefina le reprocha la frialdad y la corta extensión de sus cartas”.
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“Julio del año ´35 marca una separación y posterior ruptura de esta relación”.
José Simeón Carrasco alternó datos biográficos de Miguel Hernández con versos
recitados de memoria para deleite de los asistentes.
“Miguel llena con varias aventuras amorosas el paréntesis que le provoca Josefina”.
“Él se culpa de su ruptura pero es incapaz de volver a Orihuela”, explicó.
“Con la publicación de su primer libro de versos se reanuda la relación; sin embargo
no todos los versos de amor estaban inspirados en Josefina, a pesar de que el poeta
así se lo hace creer”.
Ya aquí el cronista nos habla de la entrada en la vida del poeta Maruja Mallo, su amor
pasional.
Su primer libro recoge sonetos de amor y
una elegía por la muerte de su amigo
Ramón Sigé.
“Miguel quería conseguir de Josefina una mujer más abierta, diferencias del alma que
se ajustarán, escribiría; Miguel la definiría en esta época con adjetivos no demasiado
apasionados”.
“Con la Guerra Civil los republicanos matan al padre de Josefina y esto haría más difícil
aún la relación; sin embargo llegan a casarse y se instalan en Jaén pero su
convivencia dura menos de dos meses”.
José Simeón Carrasco lo define como el autor más consecuente de la época porque
nunca se arrepiente de lo que piensa y siempre está en primera línea de fuego.
José Simeón Carrasco destaca el sino trágico que envuelve a los amores de Miguel
Hernández. “Disfrutan de una alegría relativa porque siempre estaban separados”,
apunta.
En el fin de la guerra Miguel es detenido y comienza un rosario de cárceles. Estando
preso les da ánimo a los demás.
“Josefina le pide que renuncie a algunos de sus principios para conseguir la libertad,
algo que Miguel nunca haría y que aviva las diferencias entre ellos”.
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C)
Amor pasional: Maruja Mallo.
“Se conocen en el año ´35 en casa de Neruda donde Miguel encuentra dos polos de
atracción: por una parte, la atracción política y poética de Neruda; por otra, la
pasional en la figura de Maruja Mallo”.
Actualmente hay una exposición de esta pintora gallega en el Círculo de Bellas Artes
de Madrid.
“La artista se cruza en el camino de Miguel como una mujer muy diferente a todas las
mujeres que había conocido hasta el momento”. El deslumbramiento entre amos es
recíproco, explicó.
“Le inició en el deseo y la pasión; entre su larga lista de amantes también se
encontraba Rafael Alberti”, añadió.
“Ejemplo de su agitación amorosa interior es el momento en el que están presentes en
su vida tres mujeres: la niña inocente y la novia ausente, representada por Josefina; la
amante sobre la que siente pasión, en la figura de Maruja Mallo y el amor platónico
que sintió por María Cegarra Salcedo”, subrayó.
d) Amor platónico: María Cegarra Salcedo.
“La conoció en La Unión y fue la primera mujer perito químico española; también era
escritora”, explicó el cronista.
“En agosto del año ´35 ella tenía una situación muy difícil en los ámbitos familiar y
económico; Miguel comienza a sentir algo por ella y le hace insinuaciones para que se
convierta en algo más que en una amiga; él le expresa la necesidad de una
compañera pero ella nunca acudió a esta llamada del poeta”, añadió José Carrasco.
“La mujer ideal de este hombre enamoradizo sería quizá una mezcla de la sencillez de
Josefina, la pasión de Maruja y la sensibilidad de María”, indicó el ponente.
“Su poesía se nos muestra tan viva y palpitante: Adiós hermanas, amigas, camaradas,
despedidme del sol y de los trigos”, concluyó José Simeón Carrasco Molina.
El acto fue conducido por Pepe Cano, productor de contenidos audiovisuales, con la
intervención de la concejal de Cultura, Isabel Carrasco.
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