Sexo y drogas, una mala combinación

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PERSPECTIVA
Salud
Sexo y drogas, una mala combinación
Alejandra Tello
[email protected]
Las drogas en ningún caso
aumentan el deseo sexual
L
Algunos ejemplos
INTERNET / PELÍCULA TRANSORTTING
os estereotipos promovidos por los
medios de comunicación han ligado la
sexualidad con el consumo de drogas,
sobre todo en relación con los varones. En
las producciones cinematográficas, por
ejemplo, es típico observar la ingesta de
alcohol antes de tener relaciones sexuales,
mientras que el tabaco está reversado para
después del acto.
La maestra Martha Villaseñor Farías,
especialista en salud adolescente, del
Centro Universitario de Ciencias de la
Salud, advierte que en la actualidad muchos
jóvenes relacionan el consumo de drogas,
sean lícitas o ilícitas, con el sexo. Recomienda
que los programas de salud sexual traten el
tema de las drogas, y que los de adicciones
trabajen el tópico de la sexualidad, porque
hasta ahora no existe nada al respecto.
Agregó que la cuestión social mercantil
empuja a los muchachos a una sexualidad
sin responsabilidad.
De acuerdo con la académica, si bien las
drogas desinhiben y propician más euforia,
la mayoría de sus adeptos desconoce las
consecuencias que traen. “Según sea la
cantidad y el periodo de consumo, pueden
deteriorar la vida sexual”.
En principio, una persona bajo los efectos
de las drogas corre mayor riesgo de contraer
enfermedades de transmisión sexual, ya que
carece de conciencia para tomar la decisión
de utilizar condón. Incluso si opta por
emplearlo, su estado tal vez no permitiría
que se lo coloque de manera adecuada.
A largo plazo, quienes acostumbran
Alcohol
La droga por excelencia ha sido el
alcohol. Es utilizada por muchos para
vencer la timidez o para desinhibirse
en un momento determinado. Puede
parecer que aumenta la potencia para
tener y mantener relaciones, pero
cuidado, porque en dosis altas produce
impotencia.
Quienes consumen drogas experimentan disminución de su libido
consumir drogas experimentan una
disminución en su libido y tienen problemas
de erección y eyaculación.
En el caso de las drogas que causan
adicción, si llegara a haber un embarazo, el
bebé podría perder la vida en los primeros
días. El consumo de tabaco provoca menor
talla y peso en los recién nacidos, así como
el aumento en el riesgo de abortos y muertes
prematuras.
Villaseñor Farías asegura que “la
sexualidad en el adolescente es una fuente
potencial de desarrollo, bienestar y salud,
siempre y cuando sea practicada de manera
satisfactoria y responsable”.
“Aquí resulta importante considerar que
la mayoría de los padres buscamos algo irreal:
que nuestros hijos no ejerzan su sexualidad,
en lugar de brindarles información para que
puedan tomar decisiones y tener relaciones
sexuales de manera responsable y con la
pertinente protección”.
Aquello que los papás consideran que
debe ser un hijo ideal, no concuerda con
lo que sus amigos y sociedad esperan que
sea, situación que genera un conflicto en el
adolescente.
El joven carece de un modelo a seguir,
el cual garantice el cumplimiento de todas
las esperanzas. “Los padres queremos
hijos perfectos, algo que resulta imposible,
pues al mismo tiempo deseamos que sean
sumisos y obedientes, responsables y
emprendedores”.
Tabaco
El efecto inmediato del tabaco es
colocar un tapón a las arterias e irlas
endureciendo, de manera que está
relacionado con el mayor o menor
flujo de sangre. En el caso de asiduos
fumadores, las venas reducen su
diámetro y la cantidad de sangre
que circula por estas. La erección
en el hombre tiene como causa una
afluencia de sangre hacia el pene, pero
si ésta disminuye por cualquier motivo,
puede haber problemas para tener una
erección normal.
Cocaína
Un mito respecto al consumo habitual de
cocaína, indica que estimula el apetito
sexual. Incluso las personas que toman
ese producto aseguran que no serían
capaces de mantener relaciones sin
consumirla. Está demostrado que la
cocaína, tomada de forma reiterada,
afecta el sistema nervioso, mientras
que en dosis altas inhibe por completo
el deseo sexual.
Arma nueva contra el cáncer
Margarita Alegría
[email protected]
Targe-t (dar en el blanco, en inglés) es un medicamento oncológico
para dar en el “blanco” de las células tumorales, es decir,
para atacar aquella que originó el cáncer. Como arma nueva
y adicional a los actuales tratamientos contra ese flagelo, esa
medicina representa una esperanza para miles de pacientes.
Este y otros fármacos similares, conocidos como bala
mágica, salieron al mercado mundial hace un par de años. En
nuestro país pueden ser adquiridos, pero a precios bastante
altos: entre 20 y 30 mil pesos por una dosis mensual.
De acuerdo con el doctor Francisco Salazar Macías, director
del Instituto jalisciense de cancerología, del hospital civil “Fray
Antonio Alcalde”, el éxito de un tratamiento que utilice este
nuevo producto, aumenta hasta en un 40 por ciento.
La calidad de vida del paciente no resulta tan deteriorada
durante los meses de curación, porque no produce los
malestares relacionados con los tratamientos oncológicos, como
caída del cabello, debilitamiento, náuseas y vómitos severos.
El medicamento “para dar en el blanco” es resultado
del estudio biomolecular de los tumores, de su análisis
genético y de investigaciones de los mecanismos de
reproducción celular, mismos que han permitido detectar
sustancias importantes para la sobrevivencia de las células
tumorales.
Al “disparar” anticuerpos monoclonales y otras
sustancias a la célula que produjo el cáncer, la conversión
de enzimas malignas es bloqueada, de manera que evita su
reproducción e induce una apoptosis, es decir, la muerte
celular de ese mal.
El doctor Salazar Macías afirmó que una amplia gama de
las nuevas drogas está enfocada al crecimiento epidérmico, a los
receptores hormonales y marcadores tumorales, de manera que
han aparecido medicamentos como el herceptín, para el cáncer de
mama; idesa, para el pulmonar, y demodán, para el de colon.
Ese tipo de fármaco resulta bastante caro. Los pacientes
llegan a gastar hasta 30 mil pesos mensuales. Si además
consideramos que deben ser empleados por más de un
semestre o hasta que generen efectos benéficos, la suma
adquiere mayores proporciones.
Este inconveniente ha impedido su aplicación en
las instituciones públicas de salud, aun cuando sean
tratamientos orales que no provocan muchos efectos
secundarios y que mejoran la calidad de vida del
enfermo.
En la mayoría de los casos son utilizadas para tumores
cancerígenos en adultos, como parte de su manejo integral,
de manera que su prescripción está sustentada en un
procedimiento médico, consistente en realizar una evaluación
clínica para determinar si alguien padece o no cáncer, y con
base en este diagnóstico planear una cirugía para extraer el
tumor, la cantidad de radiaciones y si es posible recurrir a
la “bala mágica”.
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