Dime cómo vives y te diré en qué crees

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por Viviana Aragno
Dime cómo vives
y te diré en qué crees
Hola a todos los que andan por aquí
compartiendo y celebrando lo que
nos va pasando como Iglesia local.
En diciembre de 2011, me invitaron de la diócesis de Bahía Blanca
a compartir experiencias con diversos agentes de pastoral para caminar juntos y renovar esperanzas, de
cara al III Congreso Catequístico
Nacional. Además porque siempre
viene bien encontrarse para compartir lo que cada uno hace, desde
la realidad en la que le toca hacer
presente el Reino en la vida cotidiana.
Mi nombre es Viviana Aragno, soy la
Directora del Instituto Pastoral de la
Adolescencia (IPA). Es una obra de
los Hermanos de Lasalle y está localizado en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Nuestro servicio pastoral está encuadrado en la formación de base
de catequistas, en formación específica de pastoral juvenil, entre
otros espacios tales como: talleres
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de oración centrante, recursos para
la catequesis, reflexión teórica sobre la pastoral educativa, planificación pastoral, formación de equipos
directivos, etc.
Se nos ocurrió junto al padre Adrián,
que amablemente confió en el IPA
para este intercambio de experiencias, reunirnos por la mañana con
el equipo que prepara el encuentro pastoral 2012, donde hemos te-
“...nos dimos la posibilidad
de pensar juntos...
cómo es que ‘miramos’ la
realidad que tenemos
a nuestro alcance.”
nido una hermosa conversación. Y
por la tarde, encontrarnos con catequistas, coordinadores de pastoral,
referentes de distintos movimientos,
formadores, grupos, etc. Pero sobre
todo, hombres y mujeres que cada
día sabemos e intentamos ser discípulos de la persona de Jesús. Y en
torno a Él nos reunimos entonces
para compartir cómo vamos construyendo la Iglesia.
Quisiera contarles un poco en qué
consistió ese espacio de la tarde tan
bonito e intenso. En principio, intentamos reconstruir la realidad socioreligiosa local, y para eso usamos
recortes de los diarios, para así armar afiches que dieran cuenta de
la diversidad local y las problemáticas que iban siendo bastante parecidas. Nos fuimos dando cuenta
que eso que nos pasaba a nosotros,
también les pasaba a otros y entonces podíamos pensar juntos acciones pastorales para trabajar más
juntos en relación a la formación, al
acompañamiento de los niños y los
jóvenes, a la necesidad de pensar
en una lógica más eclesial que parroquial. Es decir, pensar en térmi-
nos de comunidades que celebran
el vivir como Jesús y construyen el
Reino en cada acción que van realizando. Pensar que todos vamos
siendo uno en Jesús, con los mismos problemas y situaciones
tuaciones que
atender, más que
suponer que sólo
a algunos nos pasan esas cosas y
‘los otros’ no hacen
nada por mejorar la
práctica pastoral, litúrgica, sacramental.
Y sinceramente fuimos apreciando, sí
apreciando, el trabajo que en cada localidad y en cada comunidad se hace
cada día.
¿Por qué reitero la palabra ‘apreciando’? Porque nos
dimos la posibilidad
de pensar juntos, por
medio de un recurso visual, cómo es
que ‘miramos’ la realidad que tenemos
a nuestro alcance. Y hemos podido reflexionar que
es muy importante tener en cuenta desde dónde
se mira eso que está a la vista. No
siempre las lecturas de la realidad
son las mismas. ¿Por qué? Porque
cada uno de nosotros ha aprendido a mirar la vida tal como nuestros mayores nos han enseñado a
mirarla/ignorarla o a apreciarla/despreciarla. Y porque no
siempre tomamos
en cuenta que las
lecturas
pastorales que hacemos
de los contextos que
transitamos también
están teñidas, ampliadas, achicadas,
exageradas, objetiva-das según nos hayan
n
enseñado a mirar, o según como
nosotros hayamos elegido (como
personas adultas) seguir mirando el
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mundo. Ese mundo en el que Dios
se revela y se ha venido revelando
desde el principio de los tiempos y
en la Persona de su Hijo.
Es decir, si seguimos mirando el
mundo tal cual nos
han
ha dicho que lo hagamos cuando éraga
mos pequeños, o
mo
bien, si con el tiembi
po nos hemos animado a mirar con
ma
nuestros propios
ojos, según nuestros propios criterios. Con ojos más
críticos (no más
criticones), más acr
no más redultos (más autónomos,
autó
petidores de lo que otros dijeron).
Para profundizar y agudizar la mirada, compartimos un texto de
Marcelo González que nos invitó a
compartir la realico
dad socio-cultural
de nivel nacional
e
internacional,
donde la pregunta profunda es básicamente si los
si
hombres y mujeho
res creemos o no
re
creemos
en Dios, o
cr
si antes se creía más
que
qu ahora, o si simplemente las dináplem
micas del creer van cambiando. Y
vimos que más tiene que ver con
esto último… que los cambios culturales promueven, provocan, cambios en los sistemas
de ccreencias.
Y los cambios se
dan en todos los
da
sistemas
de creensi
cias: los relacionaci
les-vinculares, los
le
institucionales, los
socio-políticos, y
también los que
refieren al hecho
religioso (entendido como forma
di
de vínculo con la trascendencia o el
misterio).
Recién allí, después de caminar y
leer nuevamente la realidad local,
intentamos mirar nuestra fe. La fe
individual y la comunitaria, la de
nuestra comunidad y la de la Iglesia,
entendida ésta como comunidad de
comunidades. Entonces intentamos
interpelar nuestra interioridad… en
busca del deseo de ser cristianos.
Nos propusimos mirar nuestra fe intentando buscar de qué hemos sido
salvados, cómo es nuestra relación
con Jesús, cómo nos encontramos
y nos contactamos con Dios. Porque sólo desde ahí, desde esa interioridad, desde esa espiritualidad,
seremos hacia afuera más inclusivos, más misericordiosos, más
compasivos. Desde esa interioridad que ha permitido que nos veamos pequeños y necesitados, y nos
ha permitido sentirnos sostenidos y
acompañados, podremos construir
una vida un tanto más cristiana, un
tanto más parecida a la vida que somos invitados a vivir en el Evangelio. Tal vez sea necesaria esa vida,
esa conexión, para evangelizar desde adentro, la misma Iglesia que somos.
Siempre estamos invitados a eso,
a vivir de una manera que, siendo
más humana, es necesariamente
más cristiana.
Viviana Aragno
Es Prof. en Ciencias Sagradas, Lic. en
Educación. Ha cursado una Maestría en
Educación, Lenguajes y Medios.
Y ha realizado cursos de posgrado en
FLACSO: Especialización y Diplomatura
Superior en Currículum en Contexto y
Pedagogía de las Diferencias.
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