Liturgia para la Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia

Liturgia para la Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia, Protectora del Pueblo Dominicano
Como María abrámonos a la gracia del Señor
Orientaciones para la celebración
1. Procesión desde los sectores hacia la Iglesia Parroquial:
Todos los sectores organizan esta procesión llevando su Imagen de la Virgen de la Altagracia,
acompañada de flores y entonándole cantos. Pueden llevar delante la bandera dominicana y un
letrero con el nombre de su sector y el lema. Se entonan cantos marianos. Al llegar al Templo
Parroquial se detienen en la puerta donde les recibe el sacerdote o ministro de la comunidad
con unas palabras y saludo. Luego, todos entran cantando llenos de gozo. Cada sector se
coloca en el lugar determinado.
2. Ubicar cada sector en un lugar determinado dentro del Templo Parroquial.
Al inicio de la Celebración el que preside llama a cada sector; les pide que levanten sus manos
e invita a que les den un aplauso de acogida.
3. Monición Ambiental:
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Queridos hermanos y hermanas: Hoy nos reúne el Señor como pueblo dominicano en torno a
la madre de su Hijo. Nuestra devoción a la Virgen de La Altagracia se ha convertido en un
gesto de grandes manifestaciones de amor a nuestra Madre. Ella ha sido para nuestro pueblo
un puente de unidad.
En los momentos de dificultad, los dominicanos y dominicanas hemos recordado nuestra
condición de hermanos y hermanas y nos hemos puesto de acuerdo porque tenemos una
madre común, la Virgen de la Altagracia.
Ella se ha constituido en parte importante de nuestra identidad nacional, pueblo Altagraciano.
Con Ella queremos ser verdaderos discípulos misioneros en diálogo y abiertos a escuchar a su
Hijo, a poner en práctica cuanto nos dice y a trabajar por su Reino en nuestra Patria
Dominicana.
Hoy le presentamos la situación de nuestro país y con gran fe le decimos a nuestra Madre:
“Virgen querida de la Altagracia, madre y protectora del pueblo dominicano, bendice y protege
a este pueblo que te proclama como su única Reina y soberana”.
4. Oración colecta:
Señor, Dios Nuestro, que nos diste como Madre a la Bienaventurada María, Madre de tu Hijo,
concede que nos afiancemos en tu amor ya que gozamos dela protección de la Virgen bajo el
título de la Altagracia, y haz que avancemos en la nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
5. Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Isaías 7, 10-15
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El Señor le dio una señal al rey Acaz, y esa señal es la presencia de Dios en nuestras vidas y
en nuestro mundo, a través de la debilidad un niño que es Emmanuel, Dios con nosotros:
Diferente al rey Acaz acojamos a quien nos ha venido a salvar. Escuchemos.
Lectura del libro de Isaías
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: -«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del
abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz: -«No la pido, no quiero tentar al Señor». Entonces dijo Dios: -«Escucha, casa
de David: ¿no les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor,
por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá
por nombre Emmanuel que significa: “Dios-con-nosotros”». Comerá requesón con miel hasta
que aprenda rechazar el mal y a escoger el bien.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Interleccional. Lc. 1, 46-55
“El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: su nombre es santo”
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque se
ha fijado en su humilde esclava. R/.
Pues mira, desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
tanto por mí: él es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación tras generación. R/.
Su brazo interviene con fuerza desbarata los planes de los soberbios, derriba del trono a los
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poderosos y exalta a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide vacíos. R/.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose como lo había prometido a nuestros padres de la
misericordia a favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/.
Segunda lectura: Gálatas 4, 1-7
Pablo destaca que hemos sido hechos hijos de Dios por medio de su Hijo, nacido de mujer y
hemos sido hecho una familia de hijos que son hermanos con todos los derechos y deberes.
Esa mujer es María, la que tuvo la Alta Gracia de ser portadora del Salvador y de ser Madre
que nos une como un pueblo de hermanos abierto al diálogo que crea fraternidad en la
sociedad. Escuchemos.
Lectura de la Carta de San Pablo a los Gálatas
Hermanos: Quiero decir: mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un
esclavo, pues, aunque es dueño de todo; lo tienen bajo tutores y administradores hasta el
tiempo fijado por el padre. De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de
edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo. Pero, al llegar la plenitud de los
tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se
hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.
La prueba de que ustedes son hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu
de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo,
también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios.
Aleluya
Aleluya, Aleluya. Alégrate María, la llena de gracia. El Señor está contigo. No temas, María,
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porque has encontrado el favor de Dios: Aleluya, Aleluya.
Evangelio: Lucas 1, 26-38
En este diálogo del Ángel y de María hay una búsqueda abierta y sincera de la voluntad de
Dios que conduce a María a convertirse en servidora fiel del Señor. Como Ella abramos
nuestros oídos y nuestros corazones a Dios en un diálogo verdadero que nos lleve a realizar su
voluntad. Escuchemos.
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen
se llamaba María.
El ángel, entrando a su presencia, dijo:-Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita
tú entre las mujeres.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:-No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel:-¿Cómo será eso, pues no conozco
varón?
El ángel le contestó:-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel
que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril,
porque para Dios nada hay imposible.
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María contestó: -Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí tu Palabra. Palabra del Señor.
Meditación
Hoy celebramos la solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo
dominicano. Durante nueve días nos veníamos preparando, con diversas iniciativas pastorales,
para vivir más plenamente esta celebración. Las lecturas de hoy nos ayudan a descubrir la
presencia y misión de la Virgen en los designios salvadores de Dios. En la primera lectura, el
profeta Isaías ofrece una señal de parte de Dios al rey incrédulo. La señal es la concepción en
el seno de una virgen del heredero mesiánico. Este heredero mesiánico lleva por nombre
Emmanuel, Dios -con-nosotros. Según Mateo 1,23 esta Virgen que concibe al heredero
mesiánico de David es la Virgen María, a través de la cual entra en el mundo el Hijo de Dios y
se consuma la alianza entre Dios y su pueblo.
En el Evangelio de hoy la Virgen recibe de sorpresa la visita del Ángel que le anuncia la
llamada de parte de Dios. El saludo del Ángel es muy significativo porque interpreta la llamada
como una gracia colmada o total, como un gran favor de Dios: “Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo”.
La expresión “el Señor está contigo” evoca la promesa de protección y ayuda de Dios a las
personas llamadas e indica al mismo tiempo una misión, para realización de la cual el Señor
ofrece su compañía. La objeción de la María: “No conozco varón” tiene que ver con su
virginidad. Pero una vez el Ángel le explica que se trata de una obra de Dios, María no tiene
nada más que replicar.
En la concepción de Jesús en las entrañas de la Virgen todo viene del poder del Espíritu Santo.
Pero la concepción se da con el consentimiento de la Virgen, que con sí rotundo se abre
plenamente a la acción de Dios: “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu
palabra”. María se somete completamente a la voluntad de Dios. Auto-designándose como
“sierva” declara su total disponibilidad, su disposición a obedecer siempre y en toda
circunstancia.
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María nos ayuda a situarnos mejor ante Dios. Nos ayuda sobre todo a cooperar con Dios para
que realice en nuestro pueblo su plan de salvación. Tener a la Virgen María como protectora
equivale a obedecer a Dios y querer construir una nueva sociedad donde impere la justicia,
donde todos los dominicanos y dominicanas puedan llevar una vida digna como corresponde a
los hijos de Dios.
No podemos invocar a la Virgen como protectora si no estamos en la disposición de colaborar
con el plan de Dios, que quiere que en nuestro pueblo haya una mejor distribución de los
bienes. La Virgen María canta precisamente que Dios no está de acuerdo con la desigualdad ni
con la exclusión social; que Dios no aprueba la falta de oportunidades de la gran mayoría ni
soporta que los grandes aplasten a los pequeños. Dios quiere que, acudiendo a la mesa del
diálogo, podamos encontrar la solución a nuestros problemas que afectan a la mayoría.
Oración de los fieles:
El que preside: Proclamemos las grandezas del Señor Padre todopoderoso, que quiso que
todas las naciones felicitaran a María, la Madre de su Hijo y supliquémosle diciendo:
R. Padre, por intercesión de la Virgen de la Altagracia escúchanos
• Pedimos al Señor por nuestro Obispo..., por la Conferencia Episcopal Dominicana, para que
por la intercesión de la Virgen de la Altagracia les acompañe en su misión evangelizadora. Ore
mos:
Por el Gobierno de nuestro país, para que el Señor, por intercesión de Nuestra Señora de la
Altagracia, consiga quitar la pobreza, la corrupción, la impunidad, la violencia y vivamos en paz.
Oremos
• Por todos los pobres, los huérfanos y las viudas, por los enfermos y por los que están
esclavizados por el pecado, para que por intercesión de Nuestra Señora de la Altagracia llegue
hasta ellos el anuncio glorioso del Evangelio y la solución a sus problemas. Oremos
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• Por el pueblo dominicano, que celebra hoy con gozo la Solemnidad de Nuestra Señora de la
Altagracia, para que ella nos lleve al encuentro de Jesucristo y nos enseñe a amarlo como ella
lo amó. Oremos
• Por todos nosotros y los católicos de República Dominicana para que abramos nuestros ojos
y oídos a la realidad del país y abramos los labios para denunciar lo malo y anunciar la
salvación. Oremos
El que preside: Acoge, Señor nuestras oraciones y ayúdanos a darles solución ya que te las
presentamos por intercesión de la Virgen de la Altagracia, pero sobre todo por Jesucristo
nuestro Señor.
6. Oración sobre las ofrendas:
Derrama, Señor, sobre estas ofrendas, que hemos colocado sobre tu altar, aquella fuerza del
Espíritu Santo que fecundó a la Bienaventurada Virgen María, para que fortalecidos con los
dones de este mismo Espíritu, nos unamos fielmente a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la
salvación universal. Por Jesucristo Nuestro señor.
7. Prefacio:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y Eterno por todas las grandes maravillas que
has realizado en la Virgen, Madre de tu Hijo.
Ella, concebida sin mancha, no fue contaminada por la corrupción del sepulcro.
Intacta en su virginidad, gloriosa en su descendencia, triunfante en su asunción, Madre de
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Cristo, esposo de la Iglesia, es proclamada siempre y en todas las partes, medianera de todas
las gracias y modelo de santidad.
Por eso al celebrar ahora su solemnidad, devotamente te cantamos, clamando y diciendo con
todos los coros de los Ángeles... Santo...
8. Oración después de la Comunión.
Habiendo recibido con alegría, Señor, en esta festividad, tu sacramento, te suplicamos que los
que en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, nos hagamos dignos de
participar de su Reino y gloria a una con la Bienaventurada Virgen María, llena de gracia. Por
Jesucristo Nuestro Señor.
9. Bendición final:
Al final de la celebración se puede tener una bendición para cada sector y se termina con
cantos marianos y con gran alegría.
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