Presentar su gato a su nuevo bebé Muchos padres se preocupan acerca de cómo su gato va a reaccionar al nuevo bebé, o de cómo mantener la seguridad del bebé en la presencia del gato. Piensan que el gato adquirirá problemas del comportamiento porque es “celoso” del bebé. En realidad, problemas del comportamiento pueden desarrollarse a causa de todos los cambios que ocurren en la casa que son asociados con la llegada del bebé. Por ejemplo, la hora de darle de comer cambiaría, no habría mucho tiempo a jugar con él o a pasar tiempos “especiales” entre el gato y el dueño. Restricciones nuevas deberían ser establecidas como donde el gato podría dormir o comer. La mayoría de los gatos aceptará el nuevo bebé sin problema, pero hay algunos que no lo aceptarán. Eso depende de sus experiencias de socialización con los niños. Con vigilancia y entrenamiento, la mayoría de los problemas se pueden prevenir. Prepárese el gato por adelantado Prepárese el gato unos meses antes de que el bebé llegue. Por ejemplo, coloque los muebles del bebé. Esto le dará tiempo a entrenar el gato a no tener acceso a lugares donde el bebé va a dormir (si quisieras negarlo acceso). Comience a hacer cambios en la manera de que va a pasar tiempo con el gato (por ejemplo pasando menos tiempo jugando o acariciando). Preséntele los olores asociados con un bebé (los polvos o las lociones de bebé, las mantas, los pañales), y dele unos deleites para que se establezca una asociación positiva con esos artículos (que se asociarán con el bebé). Compre cintas de vocalizaciones del bebé y las presente al gato, con el volumen lo más bajo posible al principio y poco a poco aumente el volumen (durante unas semanas). Note la reacción del gato. Si se pone ansioso, baje el volumen al mínimo que puede. El gato deber ser relajado mientras escucha a las cintas. Ofrézcalo unos deleites, o juéguelo al mismo tiempo. Lleve una muñeca por todas partes de la casa. Permítalo olerla y otra vez dele unos deleites. Antes de que el bebé llegue del hospital, traiga su manta o su toalla del hospital (porque tienen el olor del bebé). Métalas en el sofá o en lugares donde el bebé se quedará y permítale explorarlas. La llegada del bebé Todas las interacciones entre el gato y el bebé deben ser supervisadas. Esto prevendrá problemas inmediatos entre el gato y el bebé (por ejemplo si el gato trata de arañar al bebé), y servirá a identificar comportamiento problemático entre el gato y el bebé para resolverlo. Cuando llegue a casa del hospital, dele el bebé a una persona que no sea la madre para que la madre pueda saludar al gato. Espere unas horas o hasta el próximo día a presentar el bebé al gato para que todo el mundo tenga tiempo a relajarse. Siéntese en el sofá con el bebé e invite el gato a acercarse. Si se lo aproxima al bebé, dele unos deleites. NUNCA lo obligue a acercarse y nunca refrene el gato. El objetivo es que el gato se dé cuenta de que cuando el bebé esté presente, es una experiencia muy positiva. Finalmente, trate de mantener una rutina regular con el gato para ayudarle a adaptarse. Cada día pase tiempo con el gato solo, acariciándolo y jugando con él, y pase tiempo con el gato y el bebé. Cuando el bebé comience a crecer, enséñelo la manera apropiada de jugar con el gato y de acariciarlo (por ejemplo no debe tirar la cola). Estas recomendaciones ayudarán a su bebé a establecer una ligazón eternal entre su gato y su bebé. B. Pezzanite, Ph.D. ©2010