ANA LÓPEZ ULLOA Del funcionalismo hacia un nuevo paradigma en el diseño industrial Ana López Ulloa Alumna del doctorado en Ciencias y Artes para el diseño de la UAM-Xochimilco Cada época se caracteriza por distintos procesos, históricos, políticos, sociales e ideológicos, y los productos de diseño surgen en estos escenarios. Al inicio, la supremacía de la función como hilo conductor del proceso de diseño fue la característica fundamental desde la cual se desarrollaron los objetos de diseño; todas las corrientes, movimientos y escuelas de diseño manifestaban esta tendencia. Actualmente, los planteamientos de diseño universal, racional y funcional, asumidos en el modernismo se muestran reducidos y limitados. Hoy el diseño se ha liberado de las trabas de la forma, la función y el estilo, pero no de la tecnología. La tendencia que predomina es el manejo de todos los factores que intervienen en el diseño, formando una compleja trama, alejados de procesos mecánicos y criterios funcionales establecidos. El presente documento intentará poner en evidencia cómo funcionó esa trama en el proceso de diseño de objetos en la modernidad y su enfoque hacia el complejo proceso de diseño actual. Every age is characterized by its own historical, political, social and ideological processes; the products of design arise within these scenarios. Function was once the fundamental characteristic of the design process, a constant theme running through every current, movement and school of design. Now modernism prescribes a reduced, limited approach to universal, rational, functional design. Design has been freed from the bonds of form, function and style, but not of technology. The predominating trend is to weave all the factors involved in a design into a complex structure without regard to mechanical processes or established functional criteria. This article exposes the operation of this structure in the process of designing objects within modernity, and its focus on the complex process of design in today’s world. Palabras clave: antropocéntrico, complejidad, estilo, función, funcionalismo, interdisciplinario, pensamiento, racionalismo, reduccionismo, styling, tecnología. Keywords: anthropocentric, complexity, style, function, functionalism, interdisciplinary, thought, rationalism, reductionism, styling, technology. INTRODUCCIÓN dos. Hoy el diseño se ha liberado de las trabas de la forma, la función y el estilo, pero no de la tecnología. La tendencia que predomina es el manejo de todos los factores que intervienen en el diseño, formando una compleja trama, alejados de procesos mecánicos y criterios funcionales establecidos. El presente documento intentará poner en evidencia cómo funcionó esa trama en el proceso de diseño de objetos en la modernidad y su enfoque hacia el complejo proceso de diseño actual. Cada época se caracteriza por distintos procesos, históricos, políticos, sociales e ideológicos, y los productos de diseño surgen en estos escenarios. Al inicio, la supremacía de la función como hilo conductor del proceso de diseño fue la característica fundamental con la que se desarrollaron los objetos de diseño; todas las corrientes, movimientos y escuelas de diseño manifestaban esta tendencia. Actualmente, los planteamientos de diseño universal, racional y funcional asumidos en el modernismo se muestran reducidos y limita177 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 EL ORIGEN DEL DISEÑO INDUSTRIAL marcaron una nueva visión de un universo basado en la ciencia cuantitativa y experimental, que junto con el capitalismo en ascenso hicieron posible la Revolución Industrial. Ésta a su vez, produjo varios cambios tanto en la economía, como en la ideología, la política y el racionalismo, cambios que finalmente condujeron hacia la modernidad. El desarrollo industrial tuvo su auge en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX, periodo en el cual gracias a la ayuda de la energía hidráulica la industria textil progresó. Con el empleo de la máquina de vapor se logró el suministro de fuerza motriz a la industria, y aparecieron nuevos inventos como la máquina de vapor, el buque de vapor, el ferrocarril y diversas máquinas industriales. Debido a estos cambios se incrementó la migración del campo a la ciudad; aparecieron entonces los primeros talleres, que posteriormente serían las manufacturas inglesas; surgieron los empresarios capitalistas, dueños de los medios de producción, al mando del proletariado industrial. Con la aparición de este nuevo tipo de empresario nació la competencia por las ganancias y la necesidad de reinvertir en la producción de un nuevo capital capaz de extraer más plusvalía, aumentando la productividad del trabajo con técnicas más eficientes. El proceso de acumulación del capital requirió un progreso cada vez más acelerado.3 En Europa, este proceso ocasionó la búsqueda incesante de innovaciones e invenciones que pudieran generar nuevos métodos de producción de las mercancías. Como consecuencia de este desarrollo industrial tuvieron lugar los siguientes cambios que tomaron más de un siglo de transformaciones: a) Se inventaron gran cantidad de máquinas, que hicieron que el trabajo se dividiera en varias tareas, con el único fin de aumentar el Y LAS TRANSFORMACIONES SOCIOECONÓMICAS En el siglo XVI,1 en Inglaterra, se comienzan a emplear técnicas más eficientes para los cultivos agrícolas. Gracias a esto se da inicio a una etapa de prosperidad en la cual el poderío de los burgueses es notable. En este contexto, el sistema económico fue transformado por el pago con dinero en lugar de los servicios forzosos. Estos cambios se desarrollaron en un proceso lento lleno de conflictos, entre luchas políticas, religiosas e intelectuales, de las cuales la burguesía junto con el capitalismo salieron triunfadores. A partir del siglo XVII se difundió con gran fuerza la idea de que las máquinas eran instrumentos capaces de asegurar a los hombres la felicidad en la tierra, este sueño de una vida mejor es la de un sueño de artefactos.2 Con el avance del capitalismo se presentaron importantes desarrollos en las ciencias (matemática, astronómica, medicina, química, termodinámica y electricidad), que a su vez provocaron grandes progresos en el desarrollo tecnológico y en el cambio de la producción industrial. Estos adelantos fueron aprovechados para mejorar las condiciones de vida de la población en las grandes ciudades, colocándose por ejemplo el alumbrado eléctrico en las calles, mejores transportes públicos y sistemas hidráulicos modernos. A la par, surgieron las utopías científicas y técnicas, que fueron expresión directa de la gran revolución intelectual de los siglos XV y XVI y que se consolidó en el siglo XVIII. Los pensadores, científicos, artistas y arquitectos, entre los que se encontraban Galileo Galilei, Francis Bacon y Leonardo Da Vinci, 1 John Heske�, Breve historia del diseño industrial industrial, Serbal, Barcelona, 1985, p. 54. 2 Citado en H.M. Wingler, The Bauhaus: Weimar, Dessau, Berlin, Chicago, MIT Press Cambridge, 1979, p. 44. 3 Enrique Leff, Ciencia, técnica y sociedad sociedad, ������, México, 1977, p. 95. 178 ANA LÓPEZ ULLOA rendimiento y las ganancias, así como reducir el tiempo de producción. b) El trabajo manual quedó relegado, al ser desplazado por la máquina. c) Los artículos fueron fabricados en forma masiva, eliminando al trabajo artesanal. d) Creció la fabricación en serie y a gran escala, despreocupándose por los aspectos formales y estéticos de los productos, limitándose únicamente al funcionamiento de los mismos. e) Un sistema de producción basado en la estandarización de los componentes. ff) La producción en cadena se perfeccionó. 2. La preocupación por la decadencia del orgullo artesanal, que debido a los procesos industriales ataban al trabajador a un ritmo inhumano impuesto por una máquina. Uno de los primeros críticos fue el arquitecto inglés Charles Cockerel, quien expresó que la raíz del problema era la utilización de las máquinas: se terminaba sacrificando la calidad por aumentar la producción. Su crítica se centró en el gobierno, el cual no velaba por la educación de los artesanos y diseñadores. Debido a las fuertes presiones de la sociedad se abrió la escuela estatal de diseño en 1837 en South Kensington, Londres, que en sus inicios estaba regida por las bellas artes, pero la industria requería de otro tipo de profesional. Otro crítico destacado fue August Welby Northmore Pugin,6 quien manifestaba que la conexión entre diseño y moralidad era estrecha y estaba convencido de que sociedades buenas generaban personas buenas, y que éstas a su vez podrían producir un buen diseño. Sus aportes fueron valiosos al demostrar que las formas no son gratuitas y que no deberían ser resultados de estilos de moda, sino responder a su carácter de signos de valores morales y éticos de una sociedad. Estas críticas hicieron evidente lo inútil de la ornamentación, así como la necesidad de revisar el enfoque de la industrialización. Además, proporcionaron a los teóricos del siglo XX sus ideas de funcionalidad con “la forma le sigue a la función”, postulado en que se basó el movimiento moderno. Otro personaje notable en este proceso de revisión crítica fue Henry Cole, funcionario civil inglés y pionero del diseño moderno, quien junto con Owen Johns y Matthew Digby Wyatt (arquitectos) y Richard Redgrave (pintor), intentaron que la brecha entre artista, Como consecuencia, el mercado se empezó a llenar de innumerables objetos, cuya característica principal era el manejo de una estética técnica y mecanicista. Para su diseño se pensaba en primer lugar en la estructura fundamental, a la cual se le aplicaba el arte para hacerla “bonita”. Con el avance de la Revolución Industrial, en las formas de los objetos se notaba una creciente ornamentación, con el único criterio de vender más y más.4 Esta decoración sin sentido afectó incluso a las maquinarias, pues varias de ellas mostraban decoraciones de los estilos más diversos, haciendo evidente el irreflexivo uso de la ornamentación o “arte aplicado”. Debido a esto, en 1836 en Inglaterra se formó un comité para estudiar el problema, centrándose en dos preocupaciones fundamentales:5 1. En esa época se tenía la convicción de que la moral y la ética de la nación se reflejaban en el arte. Algunos críticos plantearon que al sobrevalorar el aspecto comercial (centrado en las ganancias) dentro de las actividades productivas se estaban erosionando los más altos valores éticos de la sociedad inglesa. Richard Buchanan y Victor Margolin (cord.), Discovering Design: Explorations in Design Studies, The University of Chicago Press, Chicago, 1995, p. 10. 4 5 Luis Rodríguez, El diseño preindustrial preindustrial, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 1995, p. 115. 6 Nuria Rodríguez, Manual de teoría y estética del diseño industrial industrial, Montes, España, 2001, p. 249 179 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 diseñador e industrial fuera menor y pretendieron estimular el gusto de las personas que compraban los productos. Su trabajo se extendió hasta convencer a los industriales en acero, cerámica y vidrio para que aceptaran la participación de los proyectistas (diseñadores) en la planeación de sus obras. Posteriormente se organizan las primeras exposiciones universales en Viena en 1873, en Filadelfia en 1876 y en París en 1889 con la torre de Gustavo Eiffel como escenario. En éstas se presentaron vastas colecciones de productos, en las cuales se exhibió el diseño con la aplicación de técnicas y el grado de desarrollo cultural del momento. Los nuevos materiales empleados fueron el hierro fundido, el acero y el hormigón, los cuales dejaron de ser elaborados en pequeñas empresas y talleres. Las industrias con nuevas maquinas se desprendieron de la forma tradicional en que trabajaban; con ayuda de los telares automáticos, las máquinas de vapor, la carpintería a gran escala y la construcción prefabricada cambiaron las condiciones de vida y de trabajo en forma decisiva. En Londres, en 1851, Henry Cole organizó La Gran Exposición de las Industrias de Todas las Naciones, en el Cristal Palace. Esta exposición es considerada por varios historiadores como el punto de arranque del diseño industrial.7 A esta exposición le siguieron muchos escritos y acciones tendientes a modificar el modo de concebir la manufactura industrial, en la que permanecía una tendencia al enmascaramiento de las características funcionales del objeto colocándoles ornamentos extravagantes. La Gran Exposición produjo una enorme polémica, que en el siglo XX influiría en la conformación del diseño industrial como profesión: el encargado de proyectar un sistema de educación en diseño fue Henry Cole. 7 L. Rodríguez, op. cit., p. 71. 8 J. Heske�, op. cit., p. 68. Luego de la exposición en el Crystal Palace, la polémica se extendió de Inglaterra a los Estados Unidos, sitio en el cual se generó el llamado sistema americano de producción, que obligaba en cierta medida a destacar la calidad de los objetos y a defender los valores de la producción artesanal.8 En esta polémica destacó la figura de William Morris (escritor, diseñador de textiles, muebles, libros), quien promovía un retorno a la era artesanal que se había vivido durante la Edad Media; Morris asumió la línea de pensamiento de la conexión entre el diseño y moralidad de Pugin. William Morris junto con John Ruskin conformaron lo que llamarían el movimiento Arts & Crafts, el cual defendía la producción de objetos de diseño simple con materiales básicos y económicos, cuidando que mantuvieran una excelente calidad y en contra de las formas inhumanas que se desprenden de la Revolución Industrial. Este modelo, además del carácter estético, incluyó también un claro componente ético-moral, sin embargo lo que finalmente resultó de esa propuesta fue un diseño de alta calidad artesanal al cual podían acceder únicamente los sectores elitistas por sus altos precios. A partir de 1890 empezaron a manifestarse, fuera de Inglaterra, diseñadores que buscaron formas para expresar mejor el ímpetu y las promesas surgidas al finalizar el siglo XIX. De este modo nació el Art Nouveau, que heredó del movimiento Arts & Crafts el concepto de unidad de las diversas manifestaciones artísticas, así como la necesidad de rescatar el orgullo de los trabajadores por la obra que realizaban. Esta tendencia la marcaron trabajos realizados por Antonio Gaudí, Hector Guimard, Emile Gallé y Charles R. Mackintosh, entre otros. El Art Nouveau es más coherente con los procesos industriales, materiales y el manejo 180 ANA LÓPEZ ULLOA de la forma; a través de ésta despoja a los objetos de la ornamentación, pero se manifiesta en contra de la reproducción masiva de un mismo diseño. Tanto el movimiento Arts & Crafts como el Art Nouveau fueron fundamentales en el desarrollo moderno. Del primero perduran los principios éticos y posturas ideológicas; y del segundo, la audacia en la forma y la búsqueda de la expresividad en los procesos industriales. Como la última manifestación de las artes decorativas surgió el Art Déco.9 Este estilo abarcó todas aquellas manifestaciones artísticas que surgieron en el periodo de los años comprendidos entre 1920 y 1940; sus rasgos geométricos se introdujeron en varios objetos y ámbitos, tanto de la vida doméstica, como en el mobiliario, pintura, escultura y arquitectura, entre otros. El aporte importante que generó este movimiento fue el empleo de nuevos materiales industriales como el cromo, la baquelita y el plástico, entre los principales. Su búsqueda fue ante todo por la decoración, por encima de la funcionalidad. Los trabajos de Le Corbusier y Charlotte Perriand se encuentran dentro de este movimiento, que generó un nuevo carácter del racionalismo a través del concepto de estética de la máquina y la belleza de las formas simples. quina no era la culpable de la desolación, baja calidad, inutilidad y fealdad de los productos, el culpable es el capitalismo, por el modo en que utiliza las máquinas”.10 Behrens es considerado como el primer diseñador industrial11 debido a sus trabajos para la Allgemeine Elektrizitast Gesellschaft (AEG), en Alemania, para la cual realizó la tipografía de sus anuncios, desarrolló un gran número de aparatos electrodomésticos, mobiliario, accesorios, y diseñó los edificios y las fábricas de la empresa, es decir ideó lo que hoy se puede llamar la identidad corporativa de la AEG. Al alejarse de las formas típicas del Art Nouveau, Behrens buscaba propuestas y posibilidades diferentes, apoyado en el manejo de varios materiales; se apartaba de procesos artesanales y exploraba la capacidad que le aportaba la producción industrial. Las características particulares de los diseños de Behrens se inclinan hacia una mezcla de racionalismo y sentido estético en el manejo y terminado de los materiales. Otro destacado protagonista del diseño racional es Herman Muthesius (escritor-crítico), quien fue nombrado agregado de la embajada de Alemania en Inglaterra para que se pusiera al tanto de los grandes adelantos de la arquitectura y diseño ingleses. Su estancia duró de 1896 a 1903, año en el cual regresó a Alemania y junto con un grupo de artistas y productores trabajó en lo que llamó la perfecta y pura utilidad en los productos industriales. Su consigna era diseñar muebles prácticos, sin adornos, con formas simples pulidas, ligeras y cómodas. En 1907 fundó la Asociación Artesanal Alemana, con la consigna de llegar a obtener una elevada calidad en el trabajo industrial; con su producción se empezó a hablar de RACIONALISMO Y FUNCIONALISMO EN LA FORMA Y EL PROCESO La polémica desatada en la Gran Exposición en el Cristal Palace, luego de 50 años encontró una adecuada respuesta gracias al trabajo de Peter Behrens, quien consideraba que “la má- 9 Xavier Esqueda, El Art Déco. Retrato de una época época, ����, Centro de Investigación y Servicios Museológicos, México, 1986, p. 55. 10 John Heske�, Industrial Design, Thames and Hudos, Londres, 1987, p. 56. 11 L. Rodríguez, op. cit., p. 71. 181 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 la forma alemana y sus aspiraciones eran abarrotar el mundo con sus mercancías (productos). Esta corriente racionalista del funcionalismo que pretendía introducirse en el gusto universal no progresó por varios factores, uno de los principales fue la derrota de Alemania en la primera guerra mundial y otra, la oposición de varios miembros del mismo movimiento como el arquitecto, decorador y pintor belga Henry Van de Velde. Aprovechando los nuevos materiales y formas de comunicación, el racionalismo aparece con fuerza en toda Europa donde se manifiestan en la forma de los objetos, en tanto que en los Estados Unidos es aplicado en los procesos. Un ejemplo claro del racionalismo estadounidense está presente en la producción automotriz de Henry Ford.12 Los aportes racionalistas a la reproducción industrial fueron asimilados con dos enfoques: En primer lugar, aquel que utiliza las características y usos de los materiales disponibles para alcanzar la forma perfecta para un diseño universal; y el segundo, que emplea el simple lenguaje estilístico para revelar una serie de rasgos formales y funcionales mediante el diseño, así la belleza de los objetos útiles queda definida en virtud de su adecuación a la función para la cual se destinan. En el enfoque racional y funcional que colocó en primer plano el análisis de la forma surgieron varias corrientes, entre las cuales tenemos el styling y el kitsch. El styling se presentó como un fenómeno con una clara concepción original de los Estados Unidos. Su visión estaba orientada principalmente a la unión del diseño con el negocio, el comercio y la economía, que terminó for- mando parte de la concepción estadounidense de vida. Surgió después de la crisis de 1929, cuando era necesario atraer la atención de los compradores hacia los productos en un mercado en quiebra. El styling, como técnica y concepción proyectual, se agota con el gesto servil de sumisión a los intereses del valor de cambio, llevando a cabo modificaciones epidérmicas del producto, con lo cual se proporciona la ilusión de un producto nuevo y mejorado, en tanto que su estructura, portadora del valor de uso, queda inalterable.13 El origen del styling ha sido ligado principalmente a un emporio del automovilismo: la General Motors. Esta empresa, para aumentar la venta de sus coches, optó por cambiar superficialmente sus modelos y puso en juego la idea de la obsolescencia con la cual manipulaba psicológicamente al comprador. Al colocar características fisonómicas diferentes en los coches, cada año pretendía hacer creer al usuario que el modelo anterior era anticuado. Fundada en esta idea emergió la sociedad de lo desechable. El kitsch es un término de origen alemán, que se traduce literalmente como “cursilería”, y puede interpretarse como “vender algo a bajo precio”. Este concepto es aplicado de una manera despectiva a todo tipo de objetos,14 principalmente a aquellos de origen industrial que copian y divulgan grandes obras artísticas, por ejemplo: toallas con la imagen del cuadro de Las Meninas. Según Broch,15 el kitsch imita el arte, copia los rasgos específicos del arte siguiendo las reglas establecidas en una época anterior, pero no limita el auténtico acto creador. Para 12 Coriat, El taller y el cronómetro, Siglo XXI, México, 1982, p. 42. 13 Gui Bonsiepe, Elementos para una manualística crítica, Gustavo Gili, 1978, p. 33. 14 Herman Broch, Kitsch, Vanguardia y el arte por el arte, Tusquets, Barcelona, 1970, p. 50. 15 Ibid, p. 50. Ibid 182 ANA LÓPEZ ULLOA REPERCUSIONES DE LA MODERNIDAD Ramírez,16 los objetos kitsch son productos culturales inútiles, revestidos con un baño artístico y destinados a un consumo masivo e indiscriminado. Es importante señalar que el kitsch opera en la producción en masa y ha demostrado ser eficaz en la fabricación de souvenir, objetos religiosos, envases, anuncios y artículos de decoración. Al analizar el diseño industrial dentro de la cultura de masas, entendida como aquella característica de un público multitudinario, el problema ya no atañe al diseño de los objetos sino a los circuitos de información de las masas: la televisión, periódicos y revistas, entre otros. La difusión de esta cultura de masas por estos medios hace que surja una demanda de carácter popular, la cual encuentra en el styling y sobre todo en el kistch una oportunidad de satisfacción. Los efectos negativos del styling y del kitsch no son en ningún caso rarezas o desviaciones, sino que ocupan todo el campo fenoménico del diseño industrial. Así, los principios del racionalismo y funcionalismo se pueden resumir así: una adecuación de la forma a la función, predominando la función; la configuración formal de los objetos; una belleza racional; pragmatismo en cuanto a que todas las piezas deben ser útiles y deben funcionar correctamente. El funcionalismo toma en cuenta la utilidad del objeto como criterio principal. Además, se agrega honestidad e integridad en el tratamiento de los materiales y en la expresión de la función; el esencialismo y reduccionismo funcionalista eliminan los elementos que no cumplan con las características anteriores: el resultado es la austeridad ornamental y decorativa. 16 EN LA ESTÉTICA Según, Hans Robert Jauss, el término moderno, en su forma latina modernus,17 fue usado por primera vez a finales del siglo V: éste diferenciaba el presente cristiano del pasado pagano. Con el transcurso del tiempo ha sido considerado con diversos contenidos, y de acuerdo con la conciencia de la época, como la transición de lo viejo a lo nuevo. Lo moderno aparece en todos aquellos periodos en los cuales se formaba una nueva época, modificando su relación con la antigua. Existieron quienes se consideraban modernos en el siglo XII o en la Francia del siglo XVII. Esta postura fue disuelta luego por el iluminismo francés: ser moderno se relacionó a partir de ese momento con el avance de la ciencia, el progreso del conocimiento y los cambios sociales y morales; surgió así una nueva forma de conciencia moderna: la modernidad modernidad. En el siglo XIX el espíritu romántico que se evidenciaba en la modernidad se liberó y planteó una oposición abstracta entre tradición y presente. Desde entonces modernidad es “lo nuevo”, condenado a la obsolescencia por la novedad del estilo que surge. Mientras que el estilo puede pasar de moda, lo moderno conserva su lazo con lo clásico: sobrevive al tiempo y a la moda. El sentido de modernidad produce sus pautas autosuficientes. Afrontar el tema de la modernidad según Maldonado,18 implica considerarla como proyecto de desarrollo de las fuerzas productivas, como proyecto decididamente innovador del medio social y cultural. Las características de la modernidad fueron la presencia de grandes innovaciones a través de la industrialización, Véase ibid ibid, p. 50. Jürgen Habermas, “Modernidad: un proyecto incompleto”, en Nicolás Casullo (comp.), El debate modernidadposmodernidad Puntosur, Argentina, 1989, p. 131. posmodernidad, 17 18 John D. Bernal, La ciencia en la historia, ����-Nueva Imagen, México, 1981, p. 359. 183 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 la producción en serie, el nuevo consumo de masas y la búsqueda de funcionalidad en el diseño. Con la modernidad se pretendía una estética racional, mecanicista, científica, universal e internacional. En busca de la realización de este programa se generaron movimientos como el purismo, el stijl y el constructivismo. visión de la vida moderna; la esencia de su teoría era la aceptación neoplatónica de que las formas tenían una realidad última detrás de su apariencia, por lo que los artistas debían centrarse en las cualidades permanentes del objeto, lo que originó un proceso de depuración que dio como resultado una abstracción geométrica total.19 La composición se redujo a la línea vertical y horizontal, así como al manejo de los tres colores primarios: amarillo, azul y rojo, y los tres colores base: blanco, negro, gris. La equiparación de las formas geométricas con la producción mecánica proporcionó a sus teorías fuertes connotaciones sociales y utópicas, las cuales se enfocaban a cambiar por medio de la estética un mundo que creían corrupto. Se destacan en esta tendencia las sillas rojiazul de Rietvelt. Purismo Le Corbusier y Ozenfat idearon el purismo como un intento por crear un vocabulario para los elementos pictóricos en el que se combinaban el idealismo platónico y los conceptos de mecanización y modernidad. La teoría del purismo desarrollada por Le Corbusier se fundamentó en el concepto del hombre como un mecanismo perfeccionado por la selección natural. Esta perfección se lograba con los objetos que podían satisfacer las necesidades humanas en su totalidad, los cuales tomaron el nombre de “objetos tipo”. Le Corbusier estaba convencido de que era posible un mundo en el cual la tecnología moderna, junto con la belleza, crearían un entorno ideal y socialmente productivo. Con este ideal presentó en la Exposition International des Arts Décoratifs de París un pabellón en donde representaba “la casa como máquina para vivir”, en la que colocó sillas de los hermanos Thonet junto con mobiliario diseñado por él. Constructivismo El arte que surgió después de la Revolución rusa de 1917 tomó el nombre de constructivismo, y se manifestó en dos líneas: una, la del grupo de constructivistas del que formaron parte Gan Stepanova y Alejandr Rodchenko; otra, la línea liderada por Anton Pevsner y Naum Gabo. Se asoció al constructivismo, debido a que surgió en una era posrevolucionaria, con las ideas socialistas. En este movimiento se buscó una estética rigurosamente formal, con el empleo de figuras geométricas puras y simples, con la total ausencia de ornamentos. En el constructivismo ruso la idea de austeridad era alimentada por el ideal utópico social, según el cual entre menos ornamentos se utilizaran, había mayor progreso: al eliminar lo banal del producto se economizaba la fuerza de trabajo y se podía conseguir un salario más alto y una productividad también más elevada. De Stijl Por su parte Theo Van Doesberg fundó en 1917 en Holanda, la revista De Stijl, que dio nombre al movimiento Stijl, el cual también tuvo como punto de partida una filosofía idealista. El stijl buscaba un arte que diera forma a una nueva 19 Ibid p. 278. Ibid, 184 ANA LÓPEZ ULLOA Con el surgimiento de estos movimientos se intentaba conseguir un lenguaje de formas esenciales y universales y se puso en marcha una plástica impersonal, desornamentada y depuradamente geométrica. Estas tendencias prolongaron su influencia en Alemania, en la escuela de la Bauhaus. Sin embargo, el planteamiento original de este modelo no fue aplicado, ya que en 1923, en la exhibición internacional en Weimar, Gropius destacó una nueva filosofía de la Bauhaus: arte y tecnología; una nueva unidad. Éste fue en realidad el modelo teórico con el cual la Bauhaus se fundó: el arte aplicado (fig. 2).21 A partir de 1925, la Bauhaus se trasladó al nuevo edificio proyectado por Gropius en Dessau. Gropius intentó esta vez reivindicar el orden en una época de caos, pero cuanto más intentó eternizar este orden, apareció otra vez el carácter opresivo de la racionalización industrial. En Dessau, Meyer, el nuevo director, procuró dar a la racionalización de Gropius un contenido social.22 La Bauhaus trabajó siete años más en su nueva sede, pero por la presión de los nacionalsocialistas la escuela fue clausurada. Sólo un pequeño grupo de profesores y estudiantes, con grandes dificultades, prosiguió su actividad durante los años 1932 y 1933 en Berlín. Se pueden apreciar tres fases de evolución de la Bauhaus: 1) La fase de fundación, de 1919 a 1923. 2) La fase de consolidación, de 1923 a 1928. 3) La fase de desintegración, de 1928 a 1933. INICIO DE LA FORMACIÓN ACADÉMICA EN DISEÑO INDUSTRIAL Y SUS REPERCUSIONES En 1902 Henry Van de Velde creó un curso práctico de artesanía artística que en 1906 se convirtió bajo su dirección en la Kunstgewerbeschule (Escuela de Artes y Oficios). En 1918 tras su fusión con la Escuela Superior de Artes Plásticas nació la Escuela de Arte de Weimar, la cual al año siguiente Walter Gropius convirtió en la Staatliches Bauhaus, con él como director hasta 1928. Hanns Meyer dirigió la escuela de 1928 a 1930 y Mies van der Rohe desde 1930 hasta su clausura definitiva en 1933.20 La filosofía de la Bauhaus estuvo fundamentada en sus inicios con un modelo teórico de arte-tecnología-ciencia (fig.1). ������ ������� ����� ������� ������� ������ ��������� ���� ���� ���������� ���������� ������� ������� ������ � ������ � 20 Tomás Maldonado, El diseño industrial reconsiderado, Gustavo Gili, Barcelona, 1977, p. 8. 21 Ibid, p. 24. Ibid 22 Ibid, p. 54. Ibid 185 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 Los objetivos centrales de la Bauhaus fueron alcanzar una nueva síntesis estética con la integración de todos los géneros del arte y todas las ramas de la artesanía bajo la primacía de la arquitectura y lograr una síntesis social mediante la orientación de la producción estética hacia las necesidades de un amplio espectro de clases sociales. En 1937 en Chicago, uno de los integrantes de la Bauhaus, László Moholy Nagy fundó el “Nuevo Bauhaus”. Aunque intentó ser fiel a la original filosofía de la Bauhaus, esta vez logró integrar arte y ciencia, pero dejó de lado la tecnología (fig. 3). En 1955 fue abierta la escuela Hochschule fur Gestaltung (HFG) en la ciudad de Ulm, Ale- ción, basada principalmente en el operalismo científico.23 Para ello se incorporaron nuevas disciplinas científicas, con lo cual se logró una mayor relación entre ciencia y tecnología (fig. 4), apartándose del arte, produciendo, una ciencia aplicada (humana y social). La Bauhaus se basó principalmente en el funcionalismo y fue marcada con la frase “la forma le sigue a la función”, es decir, los objetos son buenos en virtud de su función. Así, las propuestas de diseño se insertaron en un código formal, que pretendía precisión en su manejo, ignorando sus valores expresivos. En resumen, la Bauhaus pretendía una propuesta de lenguaje universal e internacional, apoyado en una ideología con fuertes con- ����� ������� ���������� ��� ���������� ������� ��������� ���� �������� ��������� ���� ������� ������� ���������� ���������� ���� ������ � ������ � mania. Su primer director fue Max Hill y en 1956 asumió la dirección Tomás Maldonado. En un inicio la escuela se proclamó heredera de la Bauhaus, sin embargo con el transcurso del tiempo y el cambio de directores esto fue quedando atrás: se abandonaron la filosofía original y la orientación estético-formal, y se creó una nueva filosofía para la educa- notaciones estético formales, que era la que manejaba. Un lenguaje visual absolutamente nuevo, sin referencias históricas al pasado para construir un mundo nuevo objetual, visualmente más democrático, armonioso y funcional. Para lograrlo la plástica debería ser impersonal, desornamentada y depuradamente geométrica. El operalismo científico se refiere a la incorporación en los planes de estudio de la escuela de diseño de Ulm, es decir, las disciplinas científicas, alejándose de lo que tradicionalmente se manejaba en las escuelas de diseño que estaban enfocadas al arte. 23 186 ANA LÓPEZ ULLOA La Hochschule Fur Gestaltung, por su parte, pretendía una forma universal. Fue aquí donde las ideas de Meyer tuvieron eco, principalmente en la construcción del concepto de la buena forma (gute form),24 que en Braun AG, empresa alemana, en la década de los sesenta, fue usado como un lenguaje formal del diseño; los productos se encontraban desprovistos de cualquier referencia cultural, con lo cual se pretendía que fueran visualmente atractivos en cualquier lugar. Con esta propuesta se intentó uniformidad en la expresión; los diseños en estos años evidencian únicamente la manufactura de los productos, mientras que la dimensión comunicativa de los mismos no existía. seño, sino que el producto de diseño se acerca al usuario. Apoyado por el styling, la innovación y la publicidad, que generan lo contrario de una real satisfacción cultural de necesidades, y para poder manejar los procesos de planificación y diseño, para racionalizarlos, estructurarlos, controlarlos y hacerlos más efectivos, sin errores, existe un aparato de medios que operan con gran precisión. El universalismo del lenguaje visual y formal estructurado en la enseñanza se inicia con la escuela de la Bauhaus y es difundido en Occidente, en nombre de la función: moldeando la tecnología en un sistema depurado de la forma geométrica y el uso de los colores primarios junto con el gris, se evitaba la referencia de tiempo y lugar a los individuos que usaban esos objetos. Sin embargo, si se realiza un análisis más profundo, el manejo de las formas geométricas era simple y consistía en planos y líneas geométricas, así como sólidos euclideanos debido a las limitaciones tecnológicas de ese momento, puesto que con las máquinas, sólo se podían realizar manejos geométricos de la forma. Se cuidaba y depuraba el trabajo formal con una presentación ordenada de las partes funcionales (botones, interruptores, diales, palancas), y se exigía un refinamiento exacto con el manejo del material en el montaje de los artículos producidos en serie, pero el volumen de los productos no podía ser modificado. En la escuela de Ulm el interés se centró en entender y racionalizar un sistema para el diseño de los productos, para lo cual se colocaban los valores expresivos del objeto dentro de un código formal de gran pureza y precisión. Sobre esos postulados trabaja la “buena forma” y un ejemplo claro de esta tendencia lo realizaron en Braun. No se puede desconocer que los HACIA UN NUEVO PARADIGMA EN EL DISEÑO INDUSTRIAL En la modernidad, el trabajo del diseñador marca una clara tendencia al racionalismo, generada por presiones económicas y políticas que rigen el diseño, ya sea en el mercado, en la publicidad o en la enseñanza. El Movimiento Moderno en el diseño se propuso reducir el objeto a su función, mostrando con esto una tendencia deshumanizadora; la teoría y la práctica se fragmentaron debido a que era necesario un pensamiento racional y el manejo de un lenguaje universal e internacional, marcado con una ideología en la que primaba lo estético formal y un lenguaje visual: el mundo de los objetos debía ser democrático, armonioso y funcional. Para cumplir con esta visión la teoría debía ser eliminada, ya que con ella se podía llegar a polemizar; el resultado alcanzado fueron visiones románticas, pragmáticas e ingenuas. La experiencia nos demuestra que no es el usuario el que se aproxima al producto de di- 24 Bernhard Bürdek, Diseño, Gustavo Gili, España, 2002, p. 56. 187 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 en una nueva lógica de apropiación, donde lo nacional varía sustancialmente. 5. El dominio de una concepción de mercado que se convierte en el lugar en el cual se pueden resolver todas las necesidades humanas de cualquier índole. 6. El surgimiento de la “teoría de los sistemas y la complejidad”,25 cuya orientación es hacia una búsqueda científica pero acompañada con un “compromiso ético”26 o de actitud, reflejado ahora en el proyecto de diseño. Se define además la complejidad y la ambigüedad en contra de la tipificación, característica clave del Movimiento Moderno y del “buen diseño”. Con estos parámetros, el proceso de diseño es un proceso complejo, creativo y reconstructivo. Gracias a que no se le puede reducir a tendencias universales y absolutas, es necesario plantearse un proceso de diseño generado con estrategias en un sistema abierto: el diseñador debe emplear su parte creativa para recrear, asimilando teoría, técnica y práctica; debe utilizar la experimentación para obtener continuas retroalimentaciones, y así poder proponer varias soluciones. Es de importancia tener presente el mundo real en el cual el diseño se practica, en el que están insertos diseñadores y usuarios del producto, sin dejar de lado su preocupación por el ambiente y su degradación, ni la responsabilidad de propiciar un mundo sustentable. (fig. 5). 7. La revolución tecnológica, que con las telecomunicaciones generan otro sentido del tiempo-espacio y nos adentran en el ciberespacio o la robótica. La nueva tecnología agotó los argumentos del Arts & Crafts en su interés por los materiales y la integridad del diseño, en el cual no se permitían forzar a los materiales reduciéndolos a formas inapropiadas: no se podía envasar los materiales en un recipiente aparen- diseños de esta empresa aún son válidos, por lo que de alguna manera confirman los ideales universales y atemporales que les dieron vida. Además, la escuela de Ulm trabajó con gran fuerza contra el styling, pero al tratar de limpiar el objeto de sus connotaciones culturales y centrarse únicamente en su función proponía algo imposible: eliminar de los objetos su dimensión comunicativa. El diseño así planteado pierde su fortaleza y originalidad; la capacidad que pueda tener para aportar su visión al mundo se encuentra determinada por una ideología a la cual todas las técnicas se someten regidas por las esferas de poder. Actualmente, gracias a múltiples cambios en lo tecnológico, político, social, económico y cultural, entre otros, se proponen nuevos sistemas complejos para el diseño industrial: 1. Se proclama la pluralidad y diversidad frente a los principios constantes del movimiento moderno de universalidad, uniformidad y racionalidad. Se requieren diseños emocionales, gestuales, expresivos, antropocéntricos. Un ejemplo de ello lo constituyen los diseños de Anna G. cuyo sacacorchos diseñado por Mendini lleva una carga más afectiva y no sólo comercial o tecnológica. 2. El kitch, señalado como un fenómeno negativo, deja de estar excluido y se integra como cualquier otra manifestación y criterio de gusto. 3. Hoy emergen ciertos valores sociales, en los que los objetos se encuentran definidos por el actual sistema de ganancias, medidos por el precio, marca y múltiples funciones, y una sociedad que quiere expresarse a través de sus propios significados. 4. La globalización de la economía a escala mundial, con la protección de la revolución tecnológica, que hace que el capitalismo entre 25 Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, España, 1990, p.56. 26 Ibid, p. 61. Ibid 188 ANA LÓPEZ ULLOA ������������� ������������� ��������������������� ����� �� ��������� �� ������ ������ � temente no funcional. Con su derrumbe se desvanece la ética materialista del modernismo. 8. La forma externa de la microelectrónica, con la miniaturización, ya no tiene que seguir los dictados de los componentes internos; el poder informático del diseño asistido por ordenador (computer aided design-CAD) y de la fabricación asistida por ordenador (computeraided manufacturing-CAM), desafía las habilidades del diseñador. El volumen de los productos que no se podía modificar por las tecnologías nacientes, hoy cambia cualquier forma y tamaño. Por todo lo expuesto se avizora un nuevo paradigma en el diseño industrial, generado por una revolución teórica, técnica y científica sin precedentes. La posición de los diseñadores industriales dentro de estos cambios está acompañada por un debate acerca de lo que el diseñador debe realizar dentro de la sociedad actual y cómo su participación forma parte del mecanismo industrial. Si bien es lógica la influencia del diseñador en los cambios sociales; su acción es limitada, pero no por ello deja de tener responsabilidad como generador de signos que permiten a los seres humanos entenderse y comunicarse. 27 Sin embargo es primordial concientizar sobre la cultura del diseño y tener presente que la difusión de un estado de conciencia general en la sociedad está vinculada a un comportamiento consumista, en la que el diseño industrial ni actualmente ni en sus orígenes se ha limitado a ser un producto para un público masivo, ya que paralelamente ha existido siempre un diseño para las élites, debido a su condición económica o estilística. No existe ser humano que no utilice un objeto ni una disciplina que omita comentarios al respecto. Sin embargo, carecemos de una visión transdisciplinaria,27 amplia e integradora de la cultura, la naturaleza y el objeto. Se requiere una visión que esté más allá del perfil de una o unas cuantas disciplinas y oficios (lo inter y lo multidisciplinario), que aborde el diseño como un problema complejo e inteligible, peculiar y unificado. Actualmente grupos de diseño como ideo, frogdesign, continuum, entre otros, desarrollan esta tendencia del diseño hacia procesos complejos, con el planteamientos de estrategias, con propuestas de innovación y con una visión integradora, en la cual participan equipos transdisciplinarios. Fernando Martín Juez, Contribuciones para una antropología del diseño, Gedisa, España, 2002, p. 25. 189 I N V E S T I G A C I Ó N Y D I S E Ñ O 2006 BIBLIOGRAFÍA Bayley, S, Guía Conran del diseño, Alianza, Madrid, 1992. Bernal, John D., La ciencia en la historia, UNAMNueva Imagen, México, 1981. Bonsiepe, Gui, Elementos para una manualística crítica, Gustavo Gili, España, 1978. Broch, Herman, Kitsch, vanguardia y el arte por el arte, Tusquets, Barcelona, 1970. 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