Promesa Mantengamos

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Mantengamos
la
Promesa
Adviento en la era del SIDA
Un recurso religioso que ofrece reflexiones diarias a partir del Día Mundial del SIDA, 1 de diciembre
Mantengamos
la
Promesa
Adviento en la era del SIDA
El Adviento es un tiempo de esperanza y expectación en medio de la pobreza, la violencia e injusticia del mundo. Desde
que el SIDA fuera identificado a principios de la década de 1980, el gozo del Adviento ha contrastado marcadamente
con el sufrimiento de las personas que viven con el VIH o son afectadas por la epidemia y los más de 25 millones de
vidas perdidas a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA. En estas décadas hemos aprendido que toda la gente
se ve afectada por el SIDA y nuestro llamado como personas cristianas exige liderazgo para mostrar amor, compasión y
apoyo práctico a quienes los necesitan.
Éste es también un tiempo de verdadera esperanza. Los progresos médicos significan que las personas que viven con
el VIH pueden tener vidas plenas. Hoy conocemos enfoques de prevención integrales. La inclusión de las personas que
viven con el VIH en todos los niveles de la respuesta a la epidemia ha ayudado a que nuestras palabras y acciones sean
más amorosas y eficaces.
Las promesas de los líderes del mundo también han traído la esperanza de que, en los próximos años, los decididos
esfuerzos de todas las capas de la sociedad harán posible el acceso universal al tratamiento, la atención y la prevención.
Aun así, seguimos esperando que estos compromisos sean cumplidos. La campaña “Mantengamos la Promesa”, de la
Alianza Ecuménica de Acción Mundial y la sociedad civil más amplia, exhorta a todos los líderes – y a cada uno/a de
nosotros/as – a rendir cuentas por las promesas que hemos hecho y cumplir la esperanza de vida para millones de
personas en el mundo entero.
La Alianza Ecuménica de Acción Mundial es una red internacional conformada por más de cien iglesias y organizaciones
cristianas comprometidas a abogar conjuntamente en torno al VIH y al SIDA, como también en lo que concierne al
comercio global. Te invitamos a utilizar este recurso religioso desde el Día Mundial del SIDA hasta la Navidad, ya sea
que ésta sea celebrada en tradiciones occidentales u orientales. Las reflexiones pueden ser usadas como adoración
individual o para iniciar discusiones o plegarias en grupo. Que nuestras oraciones sean, entonces, la base de la acción
para cumplir nuestras promesas y exigir que otros cumplan las suyas, de modo que las futuras generaciones no vivan
en tiempos del SIDA.
Puedes descargar o compartir copias electrónicas de este calendario, que se encuentra en español, francés e inglés en:
www.e-alliance.ch. Está disponible una cantidad limitada de ejemplares impresos (en ingles), los cuales pueden ser
solicitados a: [email protected]
Jedrzej Chelminski/EAA
Mantengamos la promesa
Isaías 40:1-11
Consolaos, consolaos, pueblo mío... (v. 1)
Estas palabras les fueron dichas por primera vez a los israelitas exiliados en Babilonia. Ahí, como extranjeros, fueron aislados
y discriminados. Parecía que su Dios los había abandonado o era mucho más débil que los dioses babilónicos, con sus
imponentes templos. Qué maravilloso, qué tremendamente increíble escuchar entonces al profeta, vocero de Dios, exclamar
con regocijo: “¡Consolaos, consolaos, pueblo mío!”. Su Dios no los había abandonado; su Dios no era impotente; Dios
intervendría con decisión en nombre de ellos para guiarlos de vuelta a casa.
Son tan adecuadas estas palabras para el Día Mundial del SIDA, cuando pensamos en los muchos millones de personas que
están viviendo con el VIH y el SIDA y por esto han sido estigmatizadas y discriminadas, así como lo fueron aquellos exiliados
de antaño. Anímate. Dios no te ha abandonado. Dios interviene en tu nombre. Dios te ama. Eres una persona preciada para
Dios, quien les recuerda a los gobiernos que deben “Mantener la Promesa” del acceso universal al tratamiento y prohibir la
discriminación de las personas que viven con el VIH y el SIDA. Alabado seas, Dios maravilloso.
Gracias, Señor, porque a tus ojos todas somos personas preciadas. Bendice a quienes buscan una vacuna y a quienes cuidan de la
gente enferma, llenándola de esperanza. Confórtales en el nombre de Jesús. Amén.
Arzobispo Desmond Tutu fue el primer secretario general negro del Consejo de Iglesias de Sudáfrica; se le otorgó el Premio Nobel de la Paz en 1984 y el Premio de la Paz de Mahatma
Gandhi en 2007.
Día Mundial del SIDA • 1 de diciembre
Marcel Kaufmann/BMI-Bild
Velemos, estemos en guardia
Mateo 24:36-44
Velad pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. (v. 42)
“Velar” y “estar en guardia” son habilidades cruciales para la vida y el liderazgo.
Jesús no pretendía que sus oyentes pasaran la noche en vela, sino que desarrollaran las habilidades de vida y liderazgo
que hacen posible asumir y manejar eficazmente las tareas de la vida – habilidades que generan rendición de cuentas para
progresar y tener impacto en cualquier momento que así lo exija Aquél que asignó las tareas.
La vida en nuestro mundo está repleta de circunstancias y giros inesperados. Éstos incluyen nuestra incapacidad de saber
exactamente cuándo, cómo y por quién seremos llamados/as a rendir cuentas por las promesas que les hemos hecho a otras
personas – ya sea a nivel individual, familiar, local, comunitario, nacional o global. El Gran Maestro utilizó esta historia de
la “Divina visitación” a fin de advertirnos que no demos “respuestas correctas a preguntas erróneas”. Esto no es fácil en
el contexto del VIH y del SIDA. Requiere de mantenernos vigilantes, escuchar, orar y hacer cosas que aborden las causas
fundamentales de la vulnerabilidad, la injusticia, el egoísmo y la privación.
Señor Dios, ayúdanos a mantenernos vigilantes, ya que no sabemos en qué día, en cuál forma o en qué circunstancia de la vida
vendrás. Amén.
Rev. Canon Gideon Byamugisha es sacerdote anglicano en la Diócesis de Namirembe, Kampala (Uganda) y miembro fundador de la Red Africana de Dirigentes Religiosos que viven con el
VIH y el SIDA o están personalmente afectados (ANERELA+).
2 de diciembre
G.Pirozzi /UNAIDS
Una esperanza a la cual aferrarnos
Romanos 13:11-14
...porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos. (v. 11b)
Las personas cuyas vidas han sido afectadas por el VIH y el SIDA necesitan esperanza urgentemente. Esperanza de tener
acceso a un buen tratamiento médico y a medicamentos que salvarán sus vidas. Esperanza de estar rodeadas por una comunidad amorosa que les ofrezca apoyo. Y más que nada, la esperanza de que esta vida no es todo lo que hay, sino que existe
un mundo mejor a la espera de quienes ponen su confianza en el regalo de salvación de Dios.
Cada día que pasa nos acerca más a recibir por fin todo lo que se nos ha prometido. Aun en nuestra desolación sabemos
que algún día se terminarán todos los pesares, la tristeza y la enfermedad. A estos cuerpos que ahora son tan débiles se les
devolverá la salud plena y el gozo regresará. ¡Ésa es una esperanza a la cual aferrarnos!
Dios de toda esperanza, ayúdanos a aferrarnos a tu promesa de salvación. Amén.
Kay Warren es directora ejecutiva de la Iniciativa sobre VIH/SIDA de la Iglesia Saddleback en Lake Forest, California, Estados Unidos.
3 de diciembre
Darryl Delamont
Una perspectiva más amplia e incluyente
Isaías 2:2-4
“Venid, y subamos al monte de Jehová, ... y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas”. (v. 3b)
Escalar una montaña nos da un panorama más amplio. Al subir al monte del Señor podemos compartir la perspectiva de
Dios. Se nos invita a ser parte de la compasiva solidaridad de Dios. Al caminar por las sendas de la justicia de Dios, nos
esforzamos además por llegar a ser comunidades realmente incluyentes.
En ocasiones, las políticas públicas también pueden jugar un papel muy efectivo en promover la solidaridad e inclusión. En
Brasil, el VIH y el SIDA son el elemento central de muchas de esas políticas – tanto la prevención como el tratamiento se le
proporcionan a la población sin costo alguno. A partir de las reglas de la Organización Mundial del Comercio, el gobierno
decidió dejar de lado la patente de una droga contra el SIDA, fabricada por una gigante casa farmacéutica estadounidense,
después de que resultaran infructuosos los intentos por negociar una reducción sustancial del precio del fármaco. Ahora,
una droga genérica está siendo importada de India.
En muchos lugares del mundo, personas cristianas están participando en proyectos de prevención del VIH y del SIDA, como
también ofreciendo apoyo a las personas afectadas.
Señor nuestro, en tu benevolencia, transfórmanos en personas compasivas que se esfuerzan por ser una comunidad amorosa y
verdaderamente incluyente. Amén.
Rev. Dr. Walter Altmann es el presidente de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil y moderador del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias.
4 de diciembre
Marcel Kaufmann/BMI-Bild
¿Espadas o tratamiento?
Isaías 2:2-4
...y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. (v. 4)
El Adviento es un tiempo en el que preparamos de nuevo nuestras vidas para celebrar el nacimiento del Príncipe de Paz,
Jesucristo, quien llega a nuestros corazones y nuestro devastado mundo. Nos preparamos para este nacimiento en medio
de guerras, conflictos y divisiones, que existen no sólo “ahí afuera” en el mundo; también están en nuestras propias comunidades, en nuestros propios corazones.
Las guerras y los conflictos, grandes y pequeños por igual, requieren de tantos recursos – no sólo dinero y materiales, sino
además tiempo y talento. El desvío de estos recursos, privando de ellos a las personas más pobres del mundo, nos impide
cumplir nuestras promesas para asegurar el acceso de toda la gente a la prevención y al tratamiento del VIH. Aun así, Dios
nos recuerda, en este Adviento, las elecciones que cada uno/a de nosotros/as podemos hacer – apartarnos de la guerra y los
conflictos para abrazar la vida y la paz.
Oh, Dios de la Sanación, ayúdame a ver las espadas y lanzas en mi vida y a convertirlas en vida para las personas que viven con el
VIH y el SIDA. Amén.
Rev. Richard Bauer es el director ejecutivo de Acción Católica por el SIDA en Windhoek, Namibia.
5 de diciembre
Peter Williams/WCC
Encarnar la paz cada día
Salmo 122
“Haya paz en tu antemuro, y descanso en tus palacios”. (v. 7)
¿Qué significa orar por la paz?
El Salmo 122 fue un canto de alabanza entonado por peregrinos que se dirigían a Jerusalén. También es una plegaria de paz.
Orar por la paz significa canalizar la paz de Dios cuando se vive en lugares donde existen muchas razas y múltiples religiones,
como Jerusalén o Bangkok. Orar por la seguridad significa pedir por una vida segura y abundante.
Cuando las murallas dividen las tierras y a los pueblos, necesitamos urgentemente orar y trabajar por una paz genuina. Orar
por la paz – local y globalmente – es un acto de fe. A fin de que nuestra paz sea completa, debemos atender al bienestar de
otras personas, en particular el de aquéllas que viven con el VIH y el SIDA. Dios bendiga a quienes hacen la paz.
Dios sanador, haznos posible encarnar la paz cada día. Danos sabiduría al cumplir la promesa para el bienestar y la seguridad de
toda la gente. Amén.
Rev. Elizabeth S. Tapia es teóloga y educadora de las Filipinas, quien actualmente dirige el Centro para el Estudio de los Cristianismos en el Contexto Global, de la
Universidad Drew, en Madison, Nueva Jersey, Estados Unidos.
6 de diciembre
Melissa Engle/EAA
Paz interior
Salmo 122
Por amor de mis hermanos y mis compañeros hablaré ahora paz de ti. (v. 8)
Muchas mujeres asumen tareas de apoyo y cuidado. Ellas desempeñan esos roles con compromiso por la paz y el bienestar
de sus familias y amistades. Mi madre abandonó muy prematuramente su profesión de enfermera para dedicar su vida a
cuidar de sus hijos e hijas, como también de las personas enfermas y mayores en nuestra familia y comunidad. Las mujeres,
en calidad de madres, abuelas, esposas, hermanas e hijas, continúan brindando cuidados a sus parientes y amistades. Ahora
más que nunca, con el impacto de la pandemia del SIDA, la provisión de cuidados se torna urgente y esencial. Sin embargo,
¿quién cuida a quienes cuidan?
Se requiere de coraje, fortaleza y paz interior para que una persona renuncie a sí misma por el bien de otras. Hacer la paz
profética es cuestión de tener paz interior y convertirnos en co-creadores/as de la paz soñada por Dios. Hacer la paz empieza
con nosotras/os y con quienes tenemos más cerca. La paz interior puede llegar a irradiar paz externa. Cuidar a otras personas
con dignidad, y cuidar a quienes viven con el VIH o están muriendo a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA,
requiere de paz interior.
Señor, permítenos ver en cada persona a un hermano o una hermana, una madre o un padre, un hijo o una hija, un esposo o una
esposa. Permítenos ver, en la diversidad de culturas, la comunidad de personas creadas a tu imagen y semejanza. Señor, haznos
instrumentos de tu paz en esta era del VIH y del SIDA. Amén.
Dra. Musimbi Kanyoro es teóloga y ex secretaria general de la YWCA Mundial (Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes).
7 de diciembre
L.Smith/UNAIDS
¡La vida triunfa sobre la muerte!
Salmo 122
A causa de la casa de Jehová nuestro Dios, buscaré bien para ti. (v. 9)
El salmista dibuja una imagen holística de Jerusalén que encierra tanto las alabanzas como el juicio. Cuando leemos sobre
la viuda pobre que entregó sus últimas monedas al arca del tesoro del templo (Marcos 12:41-44), nos percatamos de que el
templo era un recinto de corrupción; sin embargo, la viuda lo consideraba la morada de Dios.
Personas como yo, que vivimos positivamente con el VIH, hemos optado por utilizar nuestro diagnóstico como una
oportunidad para reevaluar nuestras vidas, lo cual nos ha alentado a ser más agradecidas cada día y a ser un testimonio vivo.
Esto ha reparado el estigma del VIH y del SIDA. El desafío consiste en optar – así como lo hizo el salmista – por buscar lo
bueno dentro de toda la negatividad y las profecías fatalistas.
Amoroso Dios nuestro, ábrenos los ojos. ¡Enséñanos a reivindicar la vida allí donde la muerte abunda! Amén.
Phumzile Zondi-Mabizela es directora ejecutiva del Concilio Cristiano de KwaZulu-Natal (KZNCC) en Pietermaritzburgo, Sudáfrica.
8 de diciembre
Christopher Potter
Dios viene a encontrarnos en el desierto
Mateo 3:1-12
Voz de uno que clama en el desierto: “Aparejad el camino del Señor, enderezad sus veredas”. (v. 3b)
La mayoría de la gente sabe lo que es estar perdida en el desierto. El panorama es sombrío y te resulta imposible encontrarles
sentido a las cosas. Estás lejos de todo lo que sostiene la vida y la esperanza. No hay alimentos, no hay agua ni una caricia o
voz amorosa que te asegure que no estás en soledad.
Durante esta estación de Adviento somos particularmente conscientes de los muchos lugares desérticos que existen en
nuestras vidas: el doloroso aislamiento de la vergüenza; las niñas y los niños que han quedado en la orfandad; la sentida
escasez de medicamentos y los centros médicos que ya no se dan abasto; el temor a una muerte difícil; la agonía de perder
demasiado pronto a las personas a quienes amas.
Es precisamente en los lugares desérticos de nuestras vidas que Dios hace su hogar en nosotros/as. Dios viene a nosotros/as
a fin de preparar el camino, rescatándonos para siempre y llevándonos a la comunidad y la justicia.
Dios benevolente, te agradecemos que vengas a nosotros/as, aun en el desierto. Especialmente en el desierto. Amén.
Rev. Mark S. Hanson es obispo presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en Estados Unidos y Presidente de la Federación Luterana Mundial.
9 de diciembre
Nils Carstensen/ACT International
La justicia de Dios
Salmo 72:1-7 & 18-19
Él juzgará tu pueblo con justicia, y tus afligidos con juicio. (v. 2)
En muchos tribunales penales, especialmente en el mundo occidental, la JUSTICIA es presentada como una mujer con los
ojos vendados que en una mano sostiene una balanza y en la otra una espada. Esta imagen transmite orgullosamente el
mensaje de que la justicia ciega trata a la gente de manera igualitaria, sin parcialidad, y que esto salvaguarda el imperio de la
ley en las democracias modernas. Pero ¿es realmente justo tratar a personas desiguales en forma igualitaria? ¿Acaso esto no
perpetúa la desigualdad?
En contraste con la justicia ciega, la justicia bíblica tiene los ojos abiertos y manos estrechadas hacia las personas oprimidas y
necesitadas. El autor del Salmo 72 apela ante el Rey Salomón para que practique la justicia de Dios, sabiendo que la justicia
divina (Shalom) no se trata de mantener el orden y el equilibrio para beneficiar a los poderosos, sino de corregir los errores
y transformar las relaciones por el interés superior de la gente oprimida. Muchos gobernantes, como Salomón antes que
ellos, imparten justicia ciega y justicia ruda en vez de ponerse a la altura de la visión de Shalom.
Dios misericordioso, permite que se haga tu justicia – en nosotros/as, a través de nosotros/as y a pesar de nosotros/as. Amén.
Rev. Myra Blyth es capellana y becaria en Estudios de Adoración y Pastorales en el Regent’s Park College, Universidad de Oxford, Reino Unido.
10 de diciembre
Heinz Peter Brinkmann
Divina frescura
Salmo 72:1-7 & 18-19
Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra. (v. 6)
El VIH y el SIDA han echado raíces en la tierra seca – raíces de muerte, de silencio, de injusticia y pobreza, de exclusión,
temor e indiferencia. Parecería que la esperanza no podrá crecer en la tierra muerta. La tierra muerta nos abraza, oscurece
el horizonte y mata. Sin embargo, poco a poco se puede sentir el amor de Dios. Como rocío que el amor lentamente asienta
sobre nuestros corazones – los refresca y abraza.
Se nos ha llamado a ser lluvia viva en el amor del Padre. Nuestra solidaridad, nuestro amor y el clamor de justicia son gotas
de vida que Dios riega sobre nuestro mundo lacerado por el VIH y el SIDA. La presencia de Dios da forma a un rugiente flujo
de solidaridad, justicia e inclusión, que empapa la tierra seca y la transforma en suelo fértil del cual surgen nuevos brotes
de esperanza.
El nacimiento de Jesús renueva el llamado a mantener nuestro compromiso de ser creadores/as de vida y esperanza.
Padre, que en tu presencia sean tu hijo y tu hija la lluvia viva de paz, amor y justicia, especialmente para nuestros hermanos y
hermanas que están viviendo con el VIH y el SIDA. Amén.
Dr. Hernán Quezada SJ, es médico, jesuita, estudiante de Teología en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, y asesor especial en VIH y SIDA para Cáritas México.
11 de diciembre
Holli Gould
Dios no nos abandona
Romanos 15:4-13
Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús. (v. 5)
El 21 de diciembre de 1990, nuestro hijo mayor, Tim, falleció a causa de complicaciones relacionadas con el SIDA. Nueve
meses después, el 20 de septiembre de 1991, nuestro hijo mediano, Fred, también sucumbió a los estragos del SIDA. Nos
devastó la pérdida de dos hijos en tan corto tiempo. En los meses después de sus muertes, nos deprimimos y preguntamos
por qué esto nos había sucedido a nosotros. Encontramos alivio al dejar fluir las lágrimas, hablar de Tim y Fred con buenas
amistades y orar muchas veces al día.
Dios nos alentó y fortaleció para que nos pusiéramos al servicio de otras personas a quienes se les dificulta sobrellevar sus
pesares. Nuestra experiencia viene a través de Dios, cuyo propio Hijo murió para traer sanación y plenitud a toda la gente
de Dios.
Dios misericordioso, continúa bendiciéndonos con tu abundante amor. Amén.
Obispo Fritz y Etta Mae Mutti son los coordinadores del Fondo Global para el SIDA de la Iglesia Metodista Unida, Nueva York, Estados Unidos.
12 de diciembre
Elizabeth Porter
Sobrellevémonos mutuamente
Romanos 15:4-13
Por tanto, sobrellevaos los unos a los otros, como también Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios. (v. 7)
El día que recibí mi diagnóstico de VIH compartí la mala noticia con mi compañera. Yo temía que ella me dejaría y terminaría
nuestra relación. Sin embargo, dijo: “Te amé antes de que supieras que eres positivo al VIH. El hecho de que tengas el virus
no cambia el amor que siento por ti. Dios nos hizo encontrarnos y no voy a dejarte ahora que vives con el VIH”. Hemos
estado casados por 19 años.
Esto es lo que Dios nos llama a que hagamos cada uno/a de nosotros/as. Debemos luchar contra el estigma que aún se asocia
la VIH y al SIDA cambiando nuestro lenguaje. No debe ser un lenguaje de culpabilización ni juicio, sino de aceptación. De
esta manera seremos verdaderos/as seguidores/as de Cristo. Jesucristo nos aceptó a pesar de lo que somos o de quiénes
somos. Dios será glorificado a través de nuestro amor y aceptación.
Misericordioso Padre nuestro, ayúdame a aceptar a otras personas tal como tú me has aceptado a mí. Ayúdame a llegar a ellas con
amor. Amén.
Rev. Christo Greyling ha vivido con el VIH desde 1987. Trabaja para Visión Mundial Internacional como asesor en VIH y SIDA y Canales de Esperanza en Sudáfrica.
Actualmente preside la Red Africana de Dirigentes Religiosos que viven con el VIH y el SIDA o están personalmente afectados (ANERELA+).
13 de diciembre
Carl Hiebert/Presbyterian World Service & Development
El Dios justo
Isaías 11:1-10
...juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra. (v. 4a)
La primera vez que consideré someterme a una prueba de VIH temía que, si el resultado era positivo, otros dirigentes
religiosos me rechazarían. Alentada por La Palabra de Dios, me di cuenta de que mi valía como persona no radicaba en las
percepciones que otros seres humanos tuvieran acerca de mí, sino en el valor que me ha sido conferido por un Dios justo.
A la luz del VIH y del SIDA, las personas tienden a centrarse en cómo el resto las verá. Olvidan que existe un Dios que nos
trata con justicia a pesar de quiénes somos o de nuestra situación. El valor de una persona radica en la verdad de que fue
creada a imagen y semejanza de Dios.
Dios amado, ayúdanos a ver a otras personas a través de tus ojos amorosos y a apreciarlas como tú lo haces. Amén.
Rev. Annie Kaseketi es ministra de La Palabra de Dios, vive con el VIH y actualmente trabaja con Visión Mundial Zambia.
14 de diciembre
Paul Jeffrey/EAA
Inclusión
Isaías 11:1-10
No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte. (v. 9a)
Aquí leemos sobre el reino de Dios, donde la paz es posible y los animales que un día fueron enemigos ahora se recuestan
juntos. Este pasaje a menudo es interpretado como una profecía acerca de Cristo – la figura que aparece con “el espíritu
de sabiduría y de inteligencia” reposado sobre él. Encarna la rectitud, la lealtad, la justicia, la equidad y la verdad. No juzga
según la apariencia externa.
En nuestro mundo, la gente es herida y dañada cada día. En las familias y comunidades hay mujeres, hombres y jóvenes que
son vulnerables – personas expuestas al VIH y sojuzgadas.
“Mantengamos la Promesa” ayudando a quienes amamos y a nosotras/os mismas/os a ser menos vulnerables y tener más
confianza para vivir con esperanza. Aceptémonos unos/as a otros/as – porque Cristo ha abierto el reino de Dios para todas
las personas.
Señor, ayúdame a vivir hoy bajo tu protección y en tu paz. Amén.
Alison Rader Campbell fue consultora en VIH y Desarrollo Comunitario en los Servicios de Salud de la Sede Internacional del Ejército de Salvación en Londres, Reino Unido.
15 de diciembre
K.Durack/CMMB
¿A quién estás esperando?
Mateo 11:2-11
“¿Eres tú aquél que había de venir, o esperaremos a otro?” (v. 3)
Numerosas personas vacilamos cuando se nos presenta la oportunidad de pronunciarnos o de tomar una decisión que
cambiará muchas cosas. ¿Es éste el momento oportuno para hablar? ¿Es ahora cuando se supone que debo actuar? Queremos
que todas las piezas estén en su lugar antes de arriesgarnos a hablar o actuar. Necesitamos que se nos dé alguna seguridad,
tener un lugar en el cual depositar nuestra confianza.
Juan el Bautista también necesitaba que Jesús le diera seguridad – “¿Eres tú aquél a quien hemos de seguir?” ¡La respuesta
de Jesús es maravillosa! Él pide a los discípulos que le cuenten a Juan lo que ellos han visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos son hechos limpios, los sordos oyen y se anuncia el evangelio.
Jesús rompió los estigmas y le respondió a la gente necesitada de amor y sanación. Se pronunció contra las injusticias y
ofreció una nueva manera de vivir. Como discípulos/as en estos tiempos de VIH y SIDA, también es nuestro el llamado a ver,
oír y responder. Tenemos la Palabra de Jesús. El momento es Ahora.
Jesús amoroso, te pido la valentía para hablar y actuar. Amén.
Sister Maria Cimperman OSU, es profesora adjunta de Teología Moral y Ética Social en la Escuela Oblata de Teología en San Antonio, Texas, Estados Unidos.
16 de diciembre
Shehzad Noorani / UNAIDS
Cuando la confianza se traduce en amor
Mateo 11:2-11
Y respondiendo Jesús, les dijo: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis”. (v. 4)
Cuando recibí mi diagnóstico positivo de VIH en 1987, el tiempo se detuvo y mi existencia se hizo añicos. Tenía 30 años de
edad y llevaba una vida dinámica. Uno tras otro vinieron los estudios e interesantes empleos. Yo recién había regresado a
casa desde Arabia Saudita luego de haber trabajado por un tiempo con niñas, niños y jóvenes con discapacidades físicas. De
cara a mi futuro, nada parecía imposible.
La noticia de mi estado positivo de VIH me lanzó a la oscuridad – pero eché mano de mi cimiento personal y descubrí que
sentía confianza en la gente y en Dios. Esta confianza me dio seguridad y me condujo paso a paso hacia la única posibilidad:
la apertura, la libertad de encarar mi situación con franqueza.
Han transcurrido 20 años y sé que lo que he visto y oído me sacará adelante. En Jesucristo, Dios ha dado a la humanidad
un futuro, una esperanza y la certeza de que somos seres singulares. La culpa y la vergüenza son corrosivas, pero estos
sentimientos profundamente humanos pueden ser eliminados en una comunidad de confianza entre las personas y Dios.
Señor, danos la fortaleza para abrirnos, sin importar cuáles sean las circunstancias. Amén.
Steve Sjöquist es escritor y conferencista en Estocolmo, Suecia.
17 de diciembre
Lise Beaudry/International AIDS Society
Venga lo que venga
Salmo 146:5-10
Bienaventurado aquél en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios. (v. 5)
“Dios conoce mi dolor. El cuerpo de Jesús ha sentido todo el dolor y el bochorno que cualquier ser humano ha vivido.
Jesús sobrellevó todas nuestras enfermedades, dolores y desprecios. Por ello, Él sabe de qué se trata todo esto. Conoce mis
sentimientos y conoce mi corazón. Se enfurece cada vez que la dignidad humana es vulnerada. Esa clase de cólera sólo puede
ser provocada por el amor más fuerte que existe – es la ira que surge cuando las personas a quienes amamos son heridas o
dañadas en cualquier forma”.
Estas palabras me las dijo una buena amiga mientras ella secaba mis lágrimas. Acababa de decirme que vivía con el SIDA. No
hace mucho tiempo dejó este mundo y entró a otro, pero sus palabras aún me hacen invocar la imagen más poderosa de
Dios que conozco – la de un Dios que conoce todo el dolor y nos ama tanto que encontramos fortaleza en su cólera, alivio
en su comprensión y el amor que nos mantendrá seguras/os, venga lo venga.
Dios misericordioso, gracias por darnos esperanza más allá de nuestra comprensión. Ayúdanos a confiar en ella y aprender a
apoyarnos en ella a largo de nuestras vidas. Amén.
Lene Hopland Bergset es estudiante de Teología y una activa voluntaria en Changemaker, Noruega.
18 de diciembre
Hervž Vincent/AVECC/UNAIDS
Las abuelas cumplen la promesa
Salmo 146:5-10
Jehová levanta a los caídos... (v. 8)
Su maestro la había violado. Fue madre a los 16 años. Es viuda, está desempleada y criando a cinco nietos, de los cuales
dos viven con el VIH. Ha conocido la carga del patriarcado. Ha aprendido a no esperar que los gobiernos poderosos y los
gobernantes codiciosos brinden ayuda. Al igual que el salmista, ella ha sido doblegada muchas veces por grandes pérdidas y
dolores. Ella exclama con gritos de lamento, de agradecimiento y de una esperanza incomprensible. Sabe que su ayuda sólo
llegará si confía en el Dios viviente. Afortunadamente, ella cree que la justicia viene con aquél de quien se ha escrito: “No
quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare” (Isaías 42:3a).
La lealtad y la productividad son su testimonio. África es elevada porque esta abuela se ha negado a darse por vencida. Ella
es la madre bendita de quienes no tienen madre y sufren desesperación. Sus actividades diarias están marcadas por cantos
y plegarias. Gloria a Dios.
Dios compasivo, gracias te damos por todas las abuelas de África, quienes son testimonio de que hay vida después del VIH y del
SIDA. Amén.
Rev. Dra. Nyambura Njoroge es la coordinadora de la Iniciativa Ecuménica VIH/SIDA en África (EHAIA), con sede en Ginebra, Suiza.
19 de diciembre
G.Pirozzi / UNAIDS
La viuda y el huérfano
Salmo 146:5-10
Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta... (v. 9)
Siendo una activista que vive con el VIH, he visto tanto dolor, tantas muertes y entierros. A veces me pregunto: “¿Dónde está
Dios?”
Yo moriría de tristeza si no creyera que Dios traerá justicia y protegerá al huérfano, a la viuda y al forastero. A veces estoy
extenuada y siento que mi trabajo no es efectivo, mientras más mujeres, niñas y niños mueren.
Le pregunté a Dios sobre esto. La respuesta llegó – que yo soy las manos de Dios en este mundo; que esta epidemia es una
oportunidad para mostrar el amor de Dios y enseñar el Evangelio. Dios – nuestra ayuda, nuestra esperanza y nuestra justicia
– sostendrá a la viuda y al huérfano.
Dios misericordioso, utilízame como instrumento de tu justicia. Ayúdame a “Mantener la Promesa”. Quiero defender al forastero,
al prisionero, al ciego, al huérfano y a la viuda. Amén.
Gracia Violeta Ross es activista cristiana que vive con el VIH en La Paz, Bolivia.
20 de diciembre
L.Gubb / UNAIDS
La esperanza trasciende al temor
Isaías 35:1-10
Decid a los de corazón apocado: “Confortaos, no temáis”... (v. 4a)
Hace diez años, cuando me preparaba para morir a causa del VIH/SIDA, les pedí a mi madre y mi padre que habláramos
sobre mi funeral. No querían discutir esta posibilidad. Mi padre dijo: “Hijo, no debes perder la esperanza. Podrían descubrir
algo”.
Le dije: “Papá, no podemos cegarnos. No van a descubrir nada que me ayude”. Siendo yo un trabajador muy conocedor en
el campo del SIDA, estaba convencido de que no había esperanza para mi situación. Mi padre, quien no había leído mucho
sobre el VIH y el SIDA pero conocía mi diagnóstico, nunca había perdido la esperanza.
Eso fue hace más de una década. Unos meses después, gracias a Dios, a las investigaciones científicas y los esfuerzos de
activistas del campo del VIH y SIDA, pude empezar a tomar los tratamientos que han mantenido mi vida hasta este día.
Oh, Espíritu de toda esperanza, enséñales tu inacabable constancia a nuestros corazones y mentes. Amén.
Rev. Ralph Carl Wushke es ministro de la Iglesia Unida de Bathurst en Toronto, Canadá.
21 de diciembre
J.Redfern/UNHCR
Aguas vivas que mojan a toda la gente
Isaías 35:1-10
...porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. (v. 6b)
Hay días en que necesitamos que se nos recuerde que Dios es poderoso y sorprendente. Isaías nos dice que Dios puede hacer
que los desiertos florezcan, lograr que aguas vivas fluyan en tierras áridas, traer gozo y hacer que el dolor y los lamentos se
desvanezcan. Los desafíos que el VIH y el SIDA plantean requieren de un Dios poderoso y sorprendente.
Y hay aun más días en que necesitamos que se nos recuerde que Dios trabaja a través de cada uno/a de nosotros/as. Por medio de las aguas del bautismo se nos llama a ser esas “torrentes en la soledad” para otras personas. Si estoy viviendo con VIH
o SIDA, puedo compartir mi experiencia, fortaleza y esperanza. Si una persona cercana a mí está viviendo con VIH o SIDA,
puedo darle la seguridad de contar con mi presencia constante durante su viaje. Y si tengo voz, voto, dinero o influencia,
también puedo comprometerme a mantener la promesa que Dios hecho: la de transformar el pesar en gozo.
Dios poderoso y sorprendente, bendice nuestros esfuerzos y utilízanos para cumplir tus promesas.
Jill Schumann es presidenta y directora ejecutiva de los Servicios Luteranos en Estados Unidos, Baltimore, Maryland, Estados Unidos.
22 de diciembre
K.Durack/CMMB
Dios con nosotros
Mateo 1:18-25
“...y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado es: Con nosotros Dios”. (v. 23)
Este verso evoca la imagen de una madre y su bebé... la manera en que un niño confía y da ese primer paso, sabiendo que
mamá está ahí por si él cayera. Lo mismo ocurre con Dios, quien está siempre ahí y quiere que lo sepamos. Así que Dios
envió un regalo especial llamado Emmanuel. La buena noticia no es sólo la llegada de este regalo – Cristo. Jesús mismo es
la buena nueva. Emmanuel. ¡Dios pensó en cada una de nuestras necesidades! Él sabía que yo tendría momentos tristes y
dolorosos y quería que supiera que a lo largo de todo esto Él estaría conmigo. Dios sabía que yo en ocasiones no sólo me
sentiría sola sino estaría sola y sería rechazada, por lo que quería que supiera que Él siempre estaría a mi lado. Dios sabía
que la enfermedad podría dañar mi relación con Él, pero prometió estar conmigo. Y en esas difíciles circunstancias podré
sentirme segura, ya que nada en absoluto podría separarme de su amor.
Señor, ayúdanos a adorarte ahora mismo. En este momento. Aun cuando no sintamos tu presencia, ayúdanos a saber que estás
justo aquí a nuestro lado. Amén.
Bhatupe Mhango es una joven cristiana de Malawi que abiertamente vive con el VIH y trabaja en las Naciones Unidas.
23 de diciembre
Marcel Kaufmann/BMI-Bild
Mensaje de gran gozo
Lucas 2:1-14
“No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo”. (v. 10)
Puedo recordar la devastación que sentí cuando me dieron el diagnóstico positivo de VIH. Mi mundo se estaba derrumbando.
Pensé en mi hijo, que tenía apenas cinco años de edad, y traté de imaginar cómo sería para él crecer sin padre. Me embargó
la desesperanza al pensar que no podría verlo crecer. ¿Había alguna salida? ¿Cómo me sería posible vivir sólo un poco más?
Creo que la desesperación que sentí al descubrir que vivía con el VIH es similar a la que estaba sintiendo el pueblo de
Israel cuando el ángel Gabriel le habló por primera vez a María. Esperaban con ansias la libertad que las escrituras habían
prometido, pero que no parecía llegar. En medio de su desesperación, la luz de Dios brilló. Hoy, Dios llega con esperanza y
amor a la gente en todas partes.
Dios de amor y gracia, te agradezco por llegar a mí y renovar mi esperanza. Entra de nuevo en mi corazón esta Navidad. Amén.
Fr. Japé Heath es secretario general de la Red Africana de Dirigentes Religiosos que viven con el VIH y el SIDA o están personalmente afectados (ANERELA+) y sacerdote asistente
de la parroquia St. Mary the Less en Jeppestown, Sudáfrica.
Noche Buena • 24 de diciembre
L.Smith/ UNAIDS
Él entiende tu dolor
Juan 1:1-14
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros ... lleno de gracia y de verdad (v. 14)
Dios comprende todos nuestros pesares y dolores porque Jesús también los sintió cuando vino a la Tierra como ser humano
con un cuerpo físico. “Y aquel Verbo se hizo carne”. Nuestro Dios invisible se hizo visible. Jesús sufrió las limitaciones de
vivir en un cuerpo susceptible a heridas y enfermedad, a dolores, malestares y fatiga. Él no sólo sufrió por nosotros/as – Él
sufre con nosotros/as.
Jesús también “habitó entre nosotros” – no en un castillo aislado, separado y protegido. Experimentó los problemas de las
relaciones, por lo que siente empatía hacia nuestros pesares y dolores emocionales. Jesús comprende el temor, el dolor y el
estigma a menudo asociados al VIH y al SIDA – porque Él sufrió rechazo, soledad y un dolor aplastante.
¿Cómo quiere Jesús que manejemos nuestra aflicción y los dolores de las personas que viven con el SIDA? De la misma
manera en que él lo hizo: con “gracia y verdad”. La gracia de Dios nos da la esperanza para seguir adelante. La verdad de
Dios nos muestra el camino.
Jesús, gracias por venir a la Tierra en la Navidad y comprender mi dolor. Hoy recibo tu gracia para seguir adelante y me comprometo a seguir la verdad. Sé mi Salvador y mi Señor. Amén.
Dr. Rick Warren es pastor fundador de la Iglesia Saddleback en Lake Forest, Condado Orange, California, Estados Unidos, y autor del libro The Purpose Driven Life.
Navidad • 25 de diciembre
Peter Williams/WCC
Un lugar en la posada
Lucas 2:1-14
Y parió a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. (v. 7)
Ricky Ray y Ryan White, dos niños hemofílicos que fueron infectados con productos sanguíneos contaminados por el VIH en los Estados
Unidos, descubrieron que no había lugar para ellos en las escuelas. Ambos fueron expulsados de éstas porque vivían con el SIDA.
En el caso del niño Jesús, su lugar en el pesebre fue para los pastores un signo de divinidad.
Sin embargo, la falta de espacio en las escuelas de Ricky y Ryan fue un signo de injusticia social; despertó la indignación de la gente,
generó apoyo para ellos y condujo a que se revocara la prejuiciosa decisión que los había dejado a la intemperie. En el mundo entero,
personas que viven con el VIH y el SIDA mueren innecesariamente cada día a causa del temor, del estigma y de las desigualdades sociales
– por la sencilla razón de que son diferentes.
Dios amoroso, oramos por que pronto llegue el día en que, así como lo hay en tu corazón, habrá un lugar de honor para todas las
personas de la Tierra. Amén.
Eric Sawyer ha vivido con el VIH en la ciudad de Nueva York durante 26 años y fue co-fundador de ACT UP, un grupo activista en torno al VIH/SIDA.
26 de diciembre
Carl Hiebert/Presbyterian World Service & Development
Renacer
Lucas 2:1-14
“Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. (v. 14)
Cada uno/a de nosotros/as hemos tenido la oportunidad de nacer de nuevo – de experimentar la vida abundante que Cristo
nos ofrece. No toda la gente aprovecha esa oportunidad.
En 1994 yo había vivido con el VIH durante seis años y había perdido a tres miembros de mi familia inmediata – uno de
ellos a causa del SIDA. Sentí que no tenía nada por qué vivir. Me fui de los Estados Unidos, donde era residente, y regresé
a Uganda, mi país natal, resignada a morir. En Uganda tuve una serie de infecciones oportunistas que casi acabaron con mi
vida, pero me recuperé. Mi fe en Dios fue puesta a prueba; aun así, me di cuenta de que había una razón para vivir: con mi
propia experiencia podía tocar las vidas de otras personas. Doy gloria a Dios por mi abundante vida.
Señor, gracias por el milagro de una nueva vida. Amén.
Winnie Ssanyu Sseruma es la coordinadora de Transversalización de Asuntos relacionados con el VIH en Christian Aid, Reino Unido.
27 de diciembre
L. Gubb /WHO/UNAIDS
El dolor de Dios
Jeremías 31:15-17
Raquel que lamenta por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. (v. 15b)
El pueblo de Dios está siendo castigado por sus pecados y su rebelión; un ejército extranjero ha conquistado Israel y
Jerusalén. Raquel llora en momentos de conmoción espiritual y moral, dando voz a la angustia de Dios por la pérdida de sus
hijos. El llanto de Raquel es una forma de resistencia.
En nuestros tiempos de dolor, madres como Raquel nos muestran cómo dar testimonio de lo que está mal – más importante
aun, cómo articular nuestro dolor y cólera. En todo el mundo, las madres han perdido hijas e hijos a causa del SIDA y de
enfermedades relacionadas a éste, y se rehúsan a ocultar su desesperación. Negarse a ser consoladas es más fácil de lo que
es que a uno/a le rechacen el consuelo que ofrece.
Cuando presenciamos el dolor de otra persona, es natural que queramos pelear la batalla por ella. El dolor de Raquel
nos habla a madres de todas las edades, recordándonos que seamos inconsolables mientras nuestros hijos e hijas estén
sufriendo. Ella nos inspira porque no se dejará aplacar. Raquel nos mueve a sentir, a dolernos y a emprender acción por las
promesas hechas en la respuesta al SIDA.
Dios todopoderoso, trata con gracia a quienes lloran en duelo y prodigan cada cuidado en tu nombre; que conozcan el consuelo de
tu amor, a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Rachel Ong es activista católica en el campo del SIDA; actualmente trabaja en China.
28 de diciembre
Carl Hiebert/Presbyterian World Service & Development
Tómate el tiempo para ver a Jesús
Lucas 2:8-20
“Pasemos pues hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha manifestado”. (v. 15b)
Cuando los pastores escucharon de un ángel la noticia del nacimiento de “un Salvador, que es Cristo el Señor” (v. 11),
emprendieron acción. Ellos “fueron de prisa” (v. 16) a Belén para “ver” a Jesús por sí mismos. Llegaron y lo vieron acostado
en un pesebre.
Qué bendición recibieron – podríamos pensar – al ver al Mesías con sus propios ojos. De hecho, sin embargo, Jesús
nos invita a verlo físicamente con nuestros ojos en todas aquellas personas que están enfermas, hambrientas, sedientas,
encarceladas, desamparadas y desnudas (ver Mateo 25:31-45).
En esta era de VIH y SIDA, que es alimentada por los males sociales que son la pobreza, el estigma y la discriminación, se
nos exhorta a ver a Jesús en los rostros de todas las personas que viven con el VIH y el SIDA y de toda la gente afectada por
esta epidemia.
Dios de la Creación, te agradecemos que nos hayas creado a tu imagen y semejanza. Amén.
Musa W. Dube es profesora del Nuevo Testamento en la Universidad de Botswana.
29 de diciembre
S.Noorani /UNAIDS
Gozo verdadero
Isaías 61:1 & 62:3
...me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón. (61:1b)
La pastora Patricia recibió un diagnóstico positivo de VIH, una enfermedad que ella creía que era una maldición y un
castigo. Durante cuatro años de ayunos, oración y un resultado positivo de VIH, en ella se desarrolló una amargura hacia su
esposo.
Un día, mientras oraba y le pedía a Dios que su esposo muriera – creyendo que él estaba infectando a otras – Dios se ocupó
de su corazón. Ella se dio cuenta de que no estaba bien su relación con Dios, a quien no le complace la muerte de los
perversos, y exclamó: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio...” (Salmo 51:10-14). La carga y amargura desaparecieron y
se renovó el amor por su esposo; ¡ella quería que él viviera! Quería saber más del VIH y del SIDA y le pidió a Dios una nueva
orientación.
¿Hay algo que tú podrías hacer para darle felicidad a alguien, expresar una gran apreciación, reducir tus propias peticiones
y ocultar una desilusión? Concéntrate en la lealtad del Señor, en cuánto Dios ha hecho por ti, y luego mira cómo puedes
compartir tu gozo con otras personas.
Señor Jesús, mientras centramos nuestra atención en tu lealtad, haznos instrumentos de tu amor en medio de la pandemia del VIH
y del SIDA. Amén.
Pastora Patricia A. Sawo es la coordinadora regional para África Oriental de la Red Africana de Dirigentes Religiosos que viven con el VIH y el SIDA o están personalmente
afectados (ANERELA+), en Kenia.
30 de diciembre
Melissa Engle/EAA
Promovamos la justicia
Isaías 61:8-10 & 62:3
Yo, Jehová, amo la justicia... (61:8a)
Somos un solo cuerpo de Cristo; si un miembro sufre, todos/as sufrimos juntos/as. El Señor nuestro Dios nos llama a ser
compasivos/as, a sufrir con quienes sufren, a entrar en sus espacios y corazones que están llenos de dolor, a buscar un
cambio perdurable para su sufrimiento.
En esta era de VIH y SIDA, ¿acaso no tendremos cero tolerancia hacia el estigma y la discriminación que se asocian al VIH
y al SIDA? ¿No deberíamos hacer todo lo que sea necesario para eliminar el aislamiento, el rechazo, el temor y la opresión
que sufren las personas infectadas y afectadas en nuestras comunidades? (Lucas 6:36) ¿Y no deberíamos asumir de manera
colectiva y persistente nuestro papel profético y de cabildeo hasta que estén disponibles una atención y un tratamiento de
calidad para todas las personas que los necesitan?
Declaremos el jubileo y proclamemos la liberación en todo el mundo y a todos/as sus habitantes. (Levítico 25:10) Porque a
menos y hasta que se imparta justicia a toda la gente del planeta, hasta que la justicia fluya como el agua y la rectitud como un
torrente siempre en movimiento, nuestra conciencia moral nunca será libre. Quien tiene oídos, que oiga lo que el Espíritu
les dice a las iglesias.
Dios misericordioso, guíanos día a día en cualquier forma para que podamos ser instrumentos de tu amor, tu compasión y sanación cuando encontramos vecinos/as necesitados/as. Amén.
Obispo Mvume Dandala es el secretario general de la Conferencia de Iglesias de Toda el África.
31 de diciembre
Paul Jeffrey/EAA
Dios siempre nos recuerda
Salmo 8
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, que lo visites? (v. 4)
A todos/as nos gusta que nos recuerden. Nos levantan el espíritu los saludos que recibimos en nuestros cumpleaños, aniversarios, la Navidad y el Año Nuevo. Nos sentimos aun mejor cuando alguien de importancia nos recuerda.
Hace unos ocho años estaba siendo presentado a una persona prominente en Cuba. Al igual que otros, me sentía nervioso.
Pero eso cambió drásticamente cuando el dignatario me saludó con familiaridad y por mi nombre. Ser recordado así me
elevó el corazón por mucho tiempo después. Sin embargo, me fortalece todavía más saber que nunca me olvida el más
grande Dignatario de todos.
Nuestro Dios amoroso siempre nos recuerda – de manera considerada y generosa. Dios nos ama. Cada uno/a de nosotros/as
somos importantes ante los ojos de Dios. Podemos contar con el acceso universal al cuidado y al apoyo de Dios. Éstos se
encuentran ahí para cada uno/a de nosotros/as, siempre y sin falla, indiferentemente de cuáles sean las circunstancias.
Dios generoso y preocupado, ayúdanos siempre a recordar que te importamos y que amas a cada uno/a de nosotros/as individual y
personalmente. Amén.
Rev. Michael Kelly es sacerdote jesuita y activista en el campo del SIDA en Lusaka, Zambia.
1 de enero
Pierre Virot/UNAIDS
A nuestro Dios siempre le importa
Isaías 63:7-9
En su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días del siglo. (v. 9)
En tiempos de adversidad sentimos la tentación de creer que Dios nos ha olvidado y que si bien le importamos en el pasado,
ya no es así.
No siempre somos capaces de comprender por qué Dios permite que el sufrimiento nos embargue. A menudo, en medio del
pesar, tenemos que admitir que “ahora vemos sólo un pobre reflejo, como en un espejo” de lo que Dios tiene la intención
de hacer en nosotros/as a través de ese sufrimiento.
A fin de prevenir el desaliento y la desilusión, es necesario que recordemos las muchas cosas buenas que Dios ha hecho por
nosotros/as en el pasado. Porque a Dios siempre le importa, la misma generosidad y compasión, la misma misericordia y el
mismo amor que nos dio en el pasado nos serán dados de nuevo y nos llevarán hacia el futuro.
Dios misericordioso, ayúdame a darme cuenta de que siempre estoy bajo tu cuidado, aun en medio del sufrimiento. Amén.
Dr. C. René Padilla es director de Ediciones Kairós, la casa editorial de la Fundación Kairós de Buenos Aires, Argentina.
2 de enero
Mario Alberto Magallanes Trejo
Vivo con el VIH – ¡Alabado sea el Señor!
Salmo 148
Los mancebos y también las doncellas; los viejos y los niños... Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano. (v. 12,14b)
Conocí a Vipin, un hindú, cuando su vista en deterioro lo había obligado a dejar la universidad. Habiéndosele diagnosticado
el VIH, él sabía que los medicamentos y un estilo de vida saludable podrían mantenerlo vivo. Lamentablemente, tuvo que
descontinuar su tratamiento antirretroviral y la mutación del virus lo forzó a recurrir a fármacos aún menos asequibles. Cada
vez que nos reuníamos yo le leía los Salmos y él encontraba solaz en la oración de los afligidos (Salmos 38/39), el pedido de
redención (Salmos 142/143) y la plegaria de protección (Salmo 91).
La cirugía le dio una nueva esperanza de mejorar su vista, gracias a una organización no gubernamental ha iniciado un
tratamiento de segunda línea gratuito y su familia ahora lo apoya. Al darle una copia de los Salmos le sugerí que leyera el
“ramillete de alabanzas” (Salmos 145-150) con una nueva mirada de esperanza que antes, al parecer, le había sido esquiva.
Vipin puede unirse a “los mancebos y también las doncellas” – no, a toda la Creación – para alabar a Dios.
Dios creador, recuérdanos que somos parte de tu creación y llénanos de la armonía que a ella le has dado. Amén.
Fr. Philip Kuruvilla es consultor en VIH y SIDA para la Conferencia Cristiana de Asia y director del Movimiento Estudiantil en la Diáspora de la Iglesia Ortodoxa India.
3 de enero
Paul Jeffrey/ACT International
Abre tus ojos
Lucas 2:22-40
“Porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos”. (v. 30-31)
El precio de la paz, el precio de la salvación, es que abramos nuestros ojos. El camino hacia la paz consiste en abrir
nuestros ojos. El criterio para la paz es que abramos nuestros ojos. Debemos abrir los ojos para ver lo que Dios nos tiene
preparado.
Dios sólo nos utilizará como instrumentos de Su salvación si abrimos nuestros ojos para ver. La salvación de Dios siempre
está frente a nosotros/as. Está justo enfrente de nuestros ojos. Con nuestros ojos bien abiertos podemos ver y comprender
qué es lo que le preocupa al corazón de Dios. Podemos ver dónde hemos alejado nuestros corazones de las personas a
quienes Dios ama. Podemos comprender en qué lugares se nos llama a estar con quienes necesitan de nuestra fortaleza, a
hablar por las personas que no tienen voz, a compartir con quienes no tienen tanto como nosotros/as.
Es cierto. Sólo entenderemos la salvación de Dios cuando nos abramos a que Él nos muestre lo que tiene preparado para
Señor, haznos instrumentos de tu salvación. Abre nuestros ojos para que podamos ver. Fortalécenos de modo que comprendamos
las cosas que vemos y sepamos que ellas son parte de tu plan. Amén.
Rev. Dr. Richard Fee fue moderador de la Asamblea General de 2004 de la Iglesia Presbiteriana en Canadá y actualmente funge como su secretario general.
4 de enero
Carl Hiebert/Presbyterian World Service & Development
Pongamos a trabajar nuestros talentos
Mateo 25:14-28
“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré: entra en el gozo de tu señor”. (v. 21)
Es muy fácil sentirnos abrumados/as por la magnitud del impacto que el VIH y el SIDA tienen en nuestro mundo, especialmente
en lo que se refiere al estigma. Es mucho más fácil lavarnos las manos de la responsabilidad de actuar, sobre todo de cara
a esta magnitud. Sin embargo, como personas de fe, nuestro Dios de amor y misericordia nos llama y obliga a escoger el
estrecho y arduo camino de la búsqueda de justicia para aquellas personas cuyas voces no son escuchadas.
Al igual que los siervos en la parábola sobre los talentos, a cada uno/a de nosotros/as se nos ha encargado un papel que
debemos desempeñar. Hemos de proteger los derechos y la dignidad de las personas que viven con el VIH y el SIDA, en
particular de mujeres, niñas y niños. Según los medios y capacidades de cada quien, pongamos a trabajar nuestros talentos
de manera osada y fiel, para que colectivamente liberemos al mundo de su más grande plaga – la discriminación.
Jesús Rey, continúa bendiciéndonos. Amén.
Obispo Paul es vicepresidente de la Conferencia de Iglesias de Toda el África y obispo de Asuntos de Misión de la Iglesia Ortodoxa Cóptica, Kenia.
5 de enero
Aaron Price
Adoración en nuestro vivir
Mateo 2:1-12
...vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron. (v. 11)
Los hombres sabios de Oriente siguieron a la estrella hasta la Tierra Santa para rendir tributo al recién nacido Niño Jesús.
¿Qué quiere decir “rendir tributo”? Significa adorar, venerar – pero también incluye glorificar y dar gracias.
“Adoración” es otra traducción de la palabra griega. No es sólo algo que hacemos cuando nos arrodillamos y elevamos
nuestras manos y voces en alabanza. Debemos adorar en nuestro vivir – en la forma en que tratamos a nuestras familias,
a nuestros vecinos y vecinas, a nuestra sociedad. También se nos llama a ser misioneros/as de sanación en medio de la
enfermedad, las crisis y el sufrimiento.
Junto a los hombres sabios de Oriente adoramos a Cristo nuestro Señor; es un acto de nuestra fe. Creer que Dios existe – que
la Verdad existe – es también creer que Dios actúa. Y cumplimos la promesa de Dios de ayudarnos y fortalecernos durante
las temibles y rudas tormentas que encontramos en esta vida.
Oh, Señor, Jesucristo, Hijo de Dios, ayúdanos a ser genuinos/as adoradores/as y buenos/as sanadores/as de la injusticia y la enfermedad. Amén.
Archisacerdote Vladimir Fedorov (Patriarcado de Moscú) es presidente de la Sociedad Inter-Iglesias “Ciudad Apostólica – Perspectiva Nevskij” en San Petersburgo, Rusia.
Epifanía • 6 de enero
Mantengamos
la
Promesa
Adviento en la era del SIDA
Gracias
Un especial agradecimiento a todos los autores y autoras que generosamente brindaron su colaboración a este calendario
con corazones abiertos, un espíritu de compasión y el compromiso de ejercer liderazgo y mantener sus promesas en la
respuesta al VIH y al SIDA.
El Rev. Ferdy Baglo, de la Iglesia Luterana Evangélica de Canadá, fungió como editor del calendario, con asistencia de la
Rev. Dra. Rebecca Larson.
Impreso por Augsburg Fortress Press, Estados Unidos, en papel reciclado.
Diseñado por Natalie Ott, de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial.
* La inclusión de personas en fotografías no debe interpretarse como indicador de su estado de salud.
© 2007 Alianza Ecuménica de Acción Mundial
Este material puede ser fotocopiado o citado siempre y cuando se citen el crédito y la fuente (autor/a y calendario de
Adviento “Mantengamos la Promesa” de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial).
Más información
Acciones que podrías emprender e información adicional sobre el papel que juegan las organizaciones de fe en la
respuesta al VIH y al SIDA y en que los líderes rindan cuentas están disponibles en: www.e-alliance.ch. Esto incluye
recursos bíblicos, liturgias y materiales para adoración, historias, materiales de capacitación y educativos, y mucho más.
En la misma dirección también puedes suscribirte para recibir gratuitamente los boletines y alertas para la acción de la
campaña sobre VIH y SIDA “Mantengamos la Promesa”.
Ejemplares gratuitos de “Mantengamos la Promesa: Un recurso didáctico sobre la defensa de causas y el VIH y el SIDA”
(disponible en alemán, español, francés, inglés y portugués) pueden ser solicitados o descargados en: www.e-alliance.
ch/hiv_curriculum.jsp.
Contacto con la Alianza Ecuménica de Acción Mundial:
Correo electrónico: [email protected]
150 route de Ferney, P.O. Box 2100, CH-1211 Ginebra 2, Suiza
Tel. + 41 22 791 6723 o fax: + 41 22 710 2387
La Campaña Mundial del SIDA es una socia estratégica en la promoción y defensa de un liderazgo mundial fortalecido
para el logro del acceso universal: www.worldaidscampaign.org
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