UNIDAD DE GESTIÓN CLÍNICA DE SALUD MENTAL DEL HOSPITAL REGIONAL UNIVERSITARIO CARLOS HAYA DE MÁLAGA LÍNEA ESTRATÉGICA: RED DE ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL, MODELO ORGANIZATIVO Y CARTERA DE SERVICIOS PROGRAMA DE INTERCONSULTA Y SALUD MENTAL DE ENLACE DEL HOSPITAL REGIONAL UNIVERSITARIO CARLOS HAYA DE MÁLAGA FUNDAMENTACIÓN Y TAREAS. 1. INTRODUCCIÓN La atención sanitaria se orienta básicamente desde la perspectiva del modelo biomédico. Los avances técnicos centran los objetivos de atención, recursos y organización, de modo que el conocimiento y las técnicas biomédicas son concebidos como los modos fundamentales de intervención en la salud. Los avances en la Medicina han aumentado la esperanza de vida y han mejorado aspectos sustanciales de los tratamientos en enfermedades graves. Sin embargo, después de una etapa marcada por los avances tecnológicos, ha comenzado un proceso de reflexión. Una de esas reflexiones apunta que el aumento en el nivel de salud no sólo se produce por la implantación del modelo biomédico y los avances tecnológicos, sino también por mejorar las condiciones sociales, ambientales y psicológicas de la población. La incorporación de los componentes psicosociales en la asistencia, se está produciendo de manera lenta, pero progresiva. Cada vez está más extendida entre políticos, profesionales y gestores de la salud, la idea de que en la atención sanitaria, no sólo debe plantearse como principal objetivo la lucha contra las enfermedades, sino también y en el mismo plano de importancia, la mejora de la calidad de vida de los que las padecen. Una manifestación clara de este punto es la propuesta desde las instituciones sanitarias públicas de Andalucía de la necesidad de un abordaje integral (biopsicosocial) que incluya la asistencia a nivel psicológico del paciente y su familia. De igual modo, se reflexiona acerca de las condiciones que contribuyen al ejercicio pleno del derecho a la salud, la asistencia sanitaria y una muerte digna. En este orden de cosas, debemos subrayar que la actividad de interconsulta y salud mental de enlace ha permitido mejorar la asistencia de pacientes con enfermedades físicas y trastornos mentales o problemas psicosociales asociados de forma decisiva. Esta mejora se percibe especialmente cuando los Programas de Interconsulta y Salud Mental de Enlace se ubican en el mismo hospital o muy cerca de él. La orientación a un modelo de salud y enfermedad biopsicosocial y la perspectiva interdisciplinar permite, así, comprender y atender al paciente de forma unitaria. En estos últimos años, ha habido un desarrollo espectacular en este ámbito sobre todo en investigaciones sobre la repercusión de la enfermedad y los procedimientos metodologías Neuropsicología, psicoterapéuticos de intervención dando propias lugar a como especialidades la con Psicooncología, Psicoinmunología, intervención psicológica en el dolor crónico, trabajos de investigación sobre la eficacia de las técnicas de Psicoterapia en patologías somáticas, el abordaje del final de la vida con enfermos y familiares, la elaboración adecuada del proceso de duelo, las técnicas psicoeducativas en enfermedades somáticas de larga evolución, las técnicas de intervención en crisis, el afrontamiento del estrés que supone el diagnóstico y la evolución de la enfermedad, la adhesión a los tratamientos, la atención a la psicopatología asociada y, en general, en otras muchas situaciones en las que el papel del profesional de salud mental cobra cada vez más importancia y que han sido recogidos dentro de los programas de formación de las especialidades de Psiquiatría (MIR Psiquiatría), Psicología Clínica (PIR) y Enfermería de Salud Mental (EIR). Un programa de intervención biopsicosocial en el dolor crónico, por ejemplo, está justificado en la medida en que se calcula que entre el 10 y el 23% de la población española sufre este tipo de problema. En la actualidad, todas las sociedades internacionales sobre dolor y guías de práctica clínica, coinciden en señalar la necesidad de un abordaje multidisciplinar del dolor crónico, siendo el tratamiento psicoterapéutico de tipo cognitivo conductual uno de los pilares básicos de este tipo de intervenciones. Los tratamientos psicológicos se han mostrado eficaces en un amplio número de síndromes de dolor crónico desde las cefaleas, lumbalgias, dolores musculoesqueléticos, dolor de miembro fantasma, entre otros. Algo parecido sucede con los programas de intervención en Psicooncología. El cáncer es una de las enfermedades más prevalentes y la primera causa de muerte en España y en la Unión Europea. En términos de riesgo individual, uno de cada tres hombres y una de cada cinco mujeres españolas podrán padecer cáncer en algún momento de su vida. En la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud editado en 2006 por el Ministerio de Sanidad y Consumo, se establece la necesidad del abordaje multidisciplinar del cáncer indicando la necesidad de incorporar en los equipos psicólogos especializados en el tema, como miembros indispensables en el abordaje integral. (En este sentido, en el anexo 1 se incorpora nuestro programa de DE ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL EN NIÑOS HEMATOLÓGICAS CON ENFERMEDADES ONCO- ) En los hospitales se trabaja con personas que sufren altos niveles de estrés y experiencias de sufrimiento derivados de la imprevisibilidad, dificultad de control e incertidumbre asociadas a la enfermedad. La enfermedad, el dolor, la incapacidad, las pérdidas, la supervivencia, son situaciones que movilizan emociones de gran intensidad que pueden derivar en importantes problemas de adaptación y sufrimiento, y también psicopatología. Con los avances de la Medicina y los logros tecnológicos, el número de personas con enfermedades crónicas está en aumento y se garantizan períodos de supervivencia más prolongados. Los objetivos fundamentales se amplían, dando lugar a tareas terapéuticas médicas y psicológicas nuevas, innovadoras. En distintas publicaciones, el hospital ha sido descrito como un estresor de tipo físico, cultural, social y personal. Y esto es así para el paciente ingresado y sus familiares. Al ingresar en un hospital, al sufrimiento que genera padecer una enfermedad, se une el impacto psicosocial de la hospitalización. El primer efecto de la hospitalización es el estrés. Las respuestas más frecuentes de tipo adaptativo son los síntomas de ansiedad y tristeza. No hay que olvidar que el estrés es la resultante de una evaluación cognitiva de un desequilibrio entre los recursos y capacidades con que cuenta el individuo y las demandas de la enfermedad y de la hospitalización. Si se quieren conseguir los objetivos que establece el actual campo de la salud en el siglo XXI, la atención de los aspectos relacionados con la salud mental deben ampliarse y actualizarse, integrando los aspectos psicológicos y emocionales -además de los psicopatológicos- en el proceso de salud y enfermedad para pasar a estar en un mismo plano de importancia frente al resto de necesidades. El Informe Hastings y el artículo de Callahan, que se citan en la bibliografía, -por proporcionar algunos ejemplos a nivel internacional-, han producido un impacto importante en el sentido de destacar la necesidad de incorporar la atención de psicólogos y psiquiatras en la enfermedad y la muerte y no sólo por la psicopatología asociada. 2. LA SITUACIÓN EN EL HOSPITAL CARLOS HAYA. Tradicionalmente en nuestro hospital, el llamado programa de Interconsulta ha consistido en responder las hojas de interconsulta cursadas por los distintos servicios médicos y quirúrgicos. La demanda actual puede calificarse de baja calidad y bastante estereotipada y se centra fundamentalmente en el diagnóstico y tratamiento de la patología psíquica asociada en pacientes hospitalizados y los problemas de manejo de situaciones creadas por el paciente o familiares. También dentro de las tareas de interconsulta se han puesto en marcha algunos programas específicos como el de Transplantes de órganos y el de Trastornos de Identidad de Género (Véanse Anexos) . En años anteriores, también se llevaron a cabo otras tareas de interconsulta como grupos de diabéticos con problemas de adhesión al tratamiento, grupos psicoeducativos con cuidadores familiares de personas con traumatismo craneoencefálico grave, grupos de cuidadores familiares de pacientes con cáncer, y asistencia psicoterapéutica individual y grupal de pacientes que reciben tratamientos hospitalarios tales como hemodiálisis, hospital de día de Oncología y Hematología entre otros. En un anexo 6 se incluyen Programas de psicoterapia y procedimientos de intervención y tratamientos psicológicos basados en la evidencia para problemas psicológicos derivados de, o asociados a enfermedades físicas, de Psicooncología y grupos de cuidadores familiares de pacientes con enfermedades graves o incapacitantes. La interconsulta es un acto de gran complejidad. Observamos que no existe una correlación directa entre la demanda y la morbilidad psíquica asociada de acuerdo a la amplia bibliografía existente sobre los aspectos psicopatológicos en las enfermedades somáticas crónicas y agudas. Esto significa que la interconsulta no sólo se produce o está motivada por las necesidades psicopatológicas del paciente, sino que también está relacionada con otros complejos factores como las características (enfermeros, médicos) que actúan como del equipo peticionante “filtro” de esa demanda, la especialidad, la relación médico-paciente, la angustia del profesional que la solicita, las dificultades de manejo del paciente, la accesibilidad y el prestigio del equipo de Interconsulta, las concepciones ideológicas del Servicio de Psiquiatría, la posibilidad de contar con profesionales cualificados para desempeñar una tarea compleja que requiere una formación y una experiencia específica, entre otros. Este punto nos permite reflexionar acerca de la importancia de las tareas de enlace. Entre las tareas de enlace, en los últimos años, se han realizado de manera puntual y a demanda, actividades grupales con distintos servicios del hospital como los grupos Balint con Oncología, Nefrología. En Nefrología también se ha llevado a cabo a petición de la Subdirección Médica un grupo monográfico sobre la prevención de agresiones por parte de los pacientes en diálisis a profesionales sanitarios. Hay una bibliografía importante sobre este tema que permite que afirmemos que una tarea de interconsulta es incompleta si no se realiza al mismo tiempo una tarea de enlace. 3. DEFINICIÓN DE DOS TÉRMINOS: INTERCONSULTA Y ENLACE. La complejidad de las tareas de interconsulta y enlace requiere un equipo multidisciplinar estable, coordinado y con objetivos previamente determinados que haga frente al reto de los difíciles y variados problemas de la Medicina actual. Además no hay que olvidar que al estar la mayoría de los dispositivos de salud mental en la comunidad o en el Hospital Civil, el equipo de interconsulta y enlace constituye la primera tarjeta de presentación de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental en el hospital general. El trabajo de los profesionales de salud mental en el hospital general tiene unas necesidades específicas tanto de formación como de perspectiva, de tal modo que algunos autores consideran a esta tarea como una verdadera especialidad dentro de la Psiquiatría y de la Psicología Clínica y de la Salud con una identidad y una metodología de trabajo propias. En los últimos años, las características de los programas de consulta y enlace están experimentando una progresiva transformación tratando de adecuarse a los importantes cambios que se están produciendo en la Medicina y que incluyen avances diagnósticos y terapéuticos, importante modificación de la relación profesional sanitario-paciente, y la demanda creciente de una atención integral por parte de la población solicitando la atención de los aspectos psicológicos del proceso de enfermar. Técnicamente las tareas que se llevan a cabo en el hospital general se denominan de Interconsulta y enlace que reflejan los dos roles fundamentales del equipo y que le proporcionan a la tarea el nombre y la definen. Interconsulta es la tarea que el equipo lleva a cabo con pacientes y familiares. La interconsulta es una demanda de asistencia o asesoramiento por parte de un determinado servicio a un equipo especializado que devolverá una opinión experta, diagnóstica y de consejo en el manejo de un paciente y/o familiar. Enlace es la tarea que el equipo realiza con el Servicio que ha solicitado la interconsulta (médicos y enfermeros) proporcionando información acerca de los procesos psíquicos del enfermo y su familia, sugerencias de manejo, interpretación y mediación, con el objeto de mantener la comunicación y suprimir conflictos entre el paciente y el equipo asistencial. Esta tarea supone docencia, investigación conjunta, unir grupos profesionales con objeto de colaboración y docencia. Así sucede que las actividades de interconsulta y enlace son complementarias. El equipo de interconsulta y enlace debe ser multidisciplinar y trabajar como una unidad identificable, accesible y también estable. La accesibilidad y la estabilidad del equipo, es fundamental. Para que este programa tenga éxito, el equipo debe ser visible, estar presente en la vida diaria del hospital y tener una plantilla estable. El elemento más valioso de este equipo es el aspecto integrador del campo que incluye el conocimiento y manejo de distintas técnicas psicoterapéuticas, psicofarmacológicas y de cuidados. 4. CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN DEL EQUIPO DE INTERCONSULTA Y ENLACE. 4.1. Aspectos generales. La intervención del equipo de interconsulta y enlace en la atención al paciente somático, requiere una serie de conocimientos y habilidades específicos. La enfermedad física y la discapacidad son sucesos que interactúan con los recursos de afrontamiento del individuo, estructura de vida, autoimagen y de cómo se percibe el futuro. Estos sucesos pueden interpretarse como desafío, amenaza o pérdida. Tiene un impacto importante sobre los aspectos emocionales, cogniciones del sujeto que enferma, sobre su familia y contexto laboral. Etimológicamente, asistir, viene del latín assistere (de ad a sistere, detenerse). Fundamentalmente acompañar, servir, socorrer. Asistir es atender, estar a cargo de las cosas del otro, ese otro inserto en un contexto personal, familiar y social determinado y cuyas necesidades emergen en un campo complejo y dinámico cuyos elementos requieren que se les identifique. Quien asiste, debe atender las necesidades del otro a quien pasa a discriminar involucrándose, aunque cuidando de no confundirse con él. Y todo esto, en el clima de incertidumbre y sufrimiento que caracterizan a las enfermedades somáticas. Una peculiaridad específica del trabajo de interconsulta y enlace, consiste en que el profesional de Salud Mental trabaja de manera coordinada con otros profesionales que intervienen en la evaluación diagnóstica y terapéutica del paciente. El equipo de interconsulta y enlace se mueve en campos siempre cambiantes trabajando con servicios que tienen diferentes ideologías y lenguajes. Esta situación requiere el establecimiento de un lenguaje común y de una serie de premisas básicas que deben ser compartidas por ambos para garantizar la eficacia de las intervenciones. Para ello, es preciso tener conocimientos actualizados en medicina, cirugía y psiquiatría/psicología, así como, poseer un carácter dialogante flexible y tolerante que origine una buena comunicación entre los servicios. El riesgo de actuar atendiendo sólo a la demanda, “apagando fuegos” resulta útil en una primera etapa de la formación del equipo y cuando éste empieza a introducirse en el hospital, pero pronto resulta insuficiente y se debe tender a objetivos donde primen la coordinación y donde la programación vaya sustituyendo progresivamente especializada nos indica que a la improvisación. La bibliografía en un campo tan complejo como éste, la atención sólo a demanda como único modo de trabajo, constituye un indicador de baja calidad de la tarea y que hay que tender a diseñar y aplicar programas de intervención consensuados con distintos servicios. Otro aspecto a tener en cuenta es que atendemos a pacientes con enfermedades somáticas y con tratamientos que tienen importantes efectos secundarios, todo lo cual modifica los patrones básicos de presentación de las alteraciones psicológicas y psicopatológicas y disminuye la eficacia de los tratamientos tanto psicofarmacológicos como psicoterapéuticos convencionales. La World Federation for Mental Health ha publicado en 2010 un informe que lleva por título Mental Health and chronic physical illnesses – the need for continued and integrated care donde expone la estrecha relación que existe entre salud mental y enfermedades crónicas físicas, entre las que se incluyen el cáncer, la diabetes, los trastornos respiratorios, la obesidad y el trastorno cardiovascular. En el informe al que se puede acceder a través de su web se realiza una revisión detallada de las asociaciones más frecuentes entre determinados trastornos mentales (fundamentalmente ansiedad y depresión) y los problemas de salud físicos crónicos. Del mismo modo, la Alianza de Enfermedades crónicas, un organismo que reúne a diez sociedades europeas de salud entre las que se encuentran European Cáncer Organisation, European Society for Medical Oncology, European Society of Cardiology, ha presentado en junio de 2010 un documento de posición conjunta reclamando una acción política urgente para reducir el impacto psicológico, social y económico que suponen las enfermedades crónicas. La World Federation for Mental Health expone que los argumentos económicos pueden reforzar la defensa de la atención integrada de la salud mental y física. Los datos de los países de ingresos altos demuestran que el tratamiento de la comorbilidad psíquica, permite ahorros significativos en los costes, por ejemplo costes médicos más bajos, menor ausentismo del trabajo, reducción del número de jubilaciones tempranas, reducción de las obligaciones de cuidar de un familiar y reducción de los costes de bienestar social. También se pueden reducir los riesgos de quedar sin hogar y de entrar en contacto con el sistema de justicia penal. Es preciso obtener más evidencia en países de ingresos bajos y medios sobre los costos y beneficios económicos. 4.2. Actividades del equipo de interconsulta y enlace. Las actividades de un equipo de interconsulta y enlace en el hospital general son cuatro: tareas asistenciales (interconsulta), de enlace, docentes y de investigación. 4.2.1. Tareas asistenciales Las tareas asistenciales son fundamentalmente de dos tipos: 4.2.1.1. Tareas asistenciales a demanda puntual 4.2.1.2. Tareas asistenciales programadas. 4.2.1.1. Tareas asistenciales a demanda puntual. Se trata fundamentalmente de garantizar la asistencia (psicodiagnóstica, psicoterapéutica, psicofarmacológica) de los pacientes y sus familiares. Pero toda interconsulta supone también una tarea compleja, asistencial y docente al mismo tiempo y es importante incluir intervenciones con formato psicoeducativo: información/formación sobre los aspectos psicológicos y psicopatológicos relacionados con la enfermedad aguda y crónica, las repercusiones sobre el grupo familiar, en especial sobre el cuidador familiar, los efectos de la hospitalización entre otros. A continuación se describirán las tareas asistenciales a llevar a cabo con el paciente y/o su familia Con el enfermo: a) Objetivos: - Trabajar la enfermedad como trastorno repentino e inesperado. - La enfermedad física y la discapacidad desafían la habilidad del individuo para enfrentarlos y adaptarse. Pueden contemplarse como una pérdida, una amenaza o un desafío. - Actuación ante el diagnóstico. Intervención en el momento del diagnóstico y los momentos de la enfermedad en la que se producen cambios y que precisan la activación de estrategias de afrontamiento urgentes. - Determinar cómo la enfermedad se interpreta especialmente en relación a la autoimagen y planes futuros. - Estrategias psicoterapéuticas de la intervención en crisis teniendo en cuenta prioridades que deben ser valoradas rápidamente seguidas de la ejecución de etapas de acción adaptativas y apropiadas. - La crisis como peligro y oportunidad. Los sucesos inesperados de la vida como la enfermedad o la discapacidad, proporcionan la ocasión de revisar la estrategias habituales de resolución de problemas, exigen nuevos modos de enfrentamiento y proporcionan la oportunidad de examinar y reelaborar problemas personales no resueltos en el pasado. - Uso efectivo de la negación: manejo de la ansiedad opresiva en el principio de la enfermedad. - Desarrollo de estrategias de afrontamiento efectivas para las consecuencias de la enfermedad (actividades de la vida diaria que se han modificado, pero no dominado por la enfermedad) que incluye un amplio abanico de intervenciones incluyendo apoyo, reestructuración cognitiva, counselling. - Intervenciones en las etapas crónicas de la enfermedad. b) Intervenciones (psicofarmacológicas y psicoterapéuticas) • Tratamientos psicofarmacológicos cuando se precise, intervenciones y técnicas focales, de tiempo limitado. • Psicoterapias de apoyo e intervenciones psicoterapéuticas dirigidas al apoyo de pacientes crónicos graves y sus familiares. (Anexos 1 Psicooncología, Anexo 2 Programas grupales con cuidadores familiares de pacientes hospitalizados, Anexo 3. Habilidades psicoterapéuticas a desarrollar por los residentes de Psicología y Psiquiatría y Anexo 4 Programa de Psicoterapia e intervenciones psicoterapéuticas con pacientes hospitalizados) Para atender a: • Trastornos graves. • Trastornos psíquicos y somáticos de mayor prevalencia • Casos de riesgo evolutivo de cronificación (como duelo patológico por ejemplo) • Complicaciones psicopatológicas de las crisis (comorbilidad psíquica de la enfermedad somática) vitales accidentales Las diferentes psicoterapias deben tener instrucciones sobre el contrato terapéutico: • Se definen los objetivos, número de sesiones y duración de las mismas. • Tiempo total del tratamiento. • Indicadores de calidad del plan terapéutico. Con la familia. Cuidador familiar. - Adscripción del rol de cuidador que sigue pautas culturales específicas. Identificación del mismo. - Intervención en crisis e intervenciones de apoyo con el cuidador familiar. - Distintos tipos de cuidados: instrumental, emocional, apoyo social. - Evaluación de la carga. - Intervención en el duelo. Muerte repentina o muerte anticipada. Intervención en las diferentes etapas del proceso de duelo. - Psicoeducación. - Intervención en estrategias de afrontamiento del cuidador y paciente. - Manejo de situaciones que interfieren en la prestación de cuidados. - Mejora de habilidades, conocimientos, actitudes que favorezcan el manejo de la enfermedad, del estrés propio y la recepción y provisión de apoyo social. - Formatos de las intervenciones: Individual, familiar y grupal. Pero considero que previo a cualquier programa de interconsulta habría que llevar a cabo las siguientes tareas para ver la situación actual del trabajo de interconsulta y enlace en Carlos Haya. - Estudio de la demanda actual (último año) - Análisis de la pertinencia de la demanda usando las tablas establecidas por la bibliografía. - Identificación de variables que inciden en la inadecuación de la demanda. - Trabajo de rectificación y modificación de la demanda para lograr un incremento de demandas adecuadas que permitan una utilización más eficaz del tiempo y recursos humanos. 4.2.1.2. Tareas asistenciales programadas. Siguiendo las líneas marcadas por la Comisión Nacional de la Especialidad de Psicología Clínica, se podrían llevar a cabo las siguientes tareas asistenciales programadas (Véanse Anexos): - Programa de Psicooncología. - Programa de intervención en dolor crónico. - Programa de Neuropsicología. - Programa de Cuidados Paliativos. - Programas de intervención grupal con cuidadores familiares de enfermos crónicos hospitalizados. - Grupos de cuidadores familiares de pacientes hospitalizados con diagnóstico de cáncer y leucemia (dentro del programa de Psicooncología) - Grupos de cuidadores familiares de pacientes que han sufrido Traumatismo cráneo-encefálico grave, Accidente Cerebro Vascular. - Programa de intervención grupal con pacientes con diagnóstico reciente de infarto de miocardio. Hasta el momento, se han diseñado los programas de Psicooncología, (Anexo 1), de intervención grupal con cuidadores de pacientes hospitalizados (Anexo 2), programa de intervención grupal con pacientes con diagnóstico de infarto de miocardio (Anexo 3). Las intervenciones psicoterapéuticas deben seguir los criterios de calidad de la Psicoterapia basada en la evidencia que se expone en el Anexo 4. 4.2.2. TAREAS DE ENLACE Abarca dos grupos de actividades: 1. A partir de una interconsulta, se trabaja con el equipo peticionante o que ha llevado a cabo la derivación. . Se proporciona información, se comparte con el equipo peticionante sugerencias de manejo, intercambio de opiniones alrededor del caso. Estas actividades pueden ser llevadas a cabo de manera informal o a través de vínculos formales (participación en sesiones clínicas, bibliográficas en los diferentes Servicios y Generales del Hospital) - Trabajo programado y sistemático con un objetivo consensuado. 2. Actividades docentes y de investigación conjuntas sobre: Situaciones difíciles: cómo dar malas noticias, el impacto emocional que tiene la enfermedad para pacientes y familiares, formación y manejo de la patología psíquica asociada, el estrés que supone la hospitalización y las diferentes actuaciones ante el estrés del paciente y del cuidador primario, el soporte emocional y el acompañamiento profesional necesarios en las distintas fases del enfermar, la prevención y manejo de agresiones de pacientes y familiares, manejo de aspectos psicológicos del paciente y del cuidador familiar al final de la vida…. Esta tarea podría llevarse a cabo a través de cursos ofertados por la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Mental. las Se trata de difundir conocimientos, actitudes, habilidades que faciliten mejores relaciones entre profesionales sanitarios y pacientes y profesionales sanitarios y familias, especialmente en momentos críticos o de cambio. PROCESO DE INTERCONSULTA – ORGANIZACIÓN Y MODO DE ACTUACIÓN (EN NUESTRO HOSPITAL HRU. CARLOS HAYA DE MALAGA): El equipo de psiquiatría de interconsulta y enlace (PIE), está constituido por 1 psiquiatra y 2 psicólogos (junto con el MIR y/o PIR, que están realizando la rotación), dependientes de la plantilla de la Unidad de Hospitalización de Salud Mental del Hospital General Carlos Haya (UHSM). Cada uno tiene un campo laboral bien delimitado, pero el trabajo en equipo resulta fundamental. Como fundamental es la buena comunicación que ha de darse entre PIE y médico que solicita la interconsulta. Debiendo atender a todos los Pabellones del Hospital (A,B,C,D) así como las Urgencias Psiquiátricas (centralizadas en el Hospital Civil=Pab C) 2 días a la semana (8:00 -15:00h) y por otro lado las tareas de los programas de enlace establecidos (TIG, transplante de órganos, psicooncología). Por motivos de organización se ha establecido un sistema rotatorio, de forma que cada 3-4 meses, un médico adjunto de la plantilla de la UHSM, realiza esta labor. El modo habitual de trabajo es (por escrito) mediante las hojas de interconsulta. Ante un paciente subsidiario de atención por nuestra parte, el médico que lo atiende solicitará la interconsulta en una de estas hojas, cubriendo los datos correspondientes (nombre, sexo, edad, fecha de ingreso, servicio y médico responsable del paciente, motivo del ingreso, patología en estudio/tratamiento/evolución, motivo de la interconsulta , otros datos significativos a tener en cuenta). En caso de urgencia todo este procedimiento puede ser realizado verbalmente, lo que no obsta para su posterior plasmación por escrito. Es conveniente solicitar la interconsulta, siempre que sea posible, en el momento adecuado para poder explorar al enfermo desde el punto de vista psicopatológico, es decir, cuando éste se encuentre en estado vigil, sin dolor importante ni fiebre alta, sin intoxicación presente, ni recién salido de quirófano o de reanimación. Esto no es óbice para que se preste asesoramiento sobre algún hecho puntual al médico que sigue en primera instancia al paciente. Una vez recibida la interconsulta, se valora quién es profesional o profesionales más adecuados para tratar el caso. Además de revisar la historia clínica, es de importancia relevante hablar con la enfermera que sigue al paciente para que aporte su visión del problema.Pasa mucho tiempo al lado del enfermo, lo ve en distintos momentos a lo largo de las 24h del día, observa como se relaciona con el entorno, y en especial con la familia; estudia si ha entendido las explicaciones médicas y cómo las ha asumido. En definitiva, la enfermería es una pieza clave en interconsulta para obtener datos y que se ponga en marcha el proceso de tratamiento de modo adecuado. La norma también aconseja y propone que paciente y acompañante conozcan de antemano que van a ser atendidos por profesionales de la salud mental. Valorado al paciente y recabada información de los acompañantes, se establece un diagnóstico y un plan de tratamiento concreto (seguimiento, tipo de intervención, derivación al alta), que debe ser comunicada al médico que solicitó la interconsulta. Debe ser éste el que tome la decisión de seguir todo lo indicado o efectuar los cambios que crea convenientes según el estado general de su enfermo. En todo caso, resulta muy práctico anotar en el informe-documento de interconsulta, nuestro número de teléfono/busca de contacto. Los programas de enlace, como son protocolos encaminados a la consecución de uno o varios objetivos en grupos específicos de pacientes, como pueden ser los oncológicos, los obesos mórbidos, los trasplantados, requieren una organización previa entre los servicios que los proponen, con objetivos claros. Conocida la patología, los tratamientos y sus efectos secundarios y los modos de vida que facilitan o dificultan una buena salud, se trata de facilitar el camino en la consecución de una mejor calidad de vida. Es preciso plantearse siempre si un determinado paciente cumple criterios de inclusión en el programa establecido. Un papel de ayuda importante a la actividad que se desarrolla en PIE lo realizan los trabajadores sociales. En el momento histórico en que vivimos se abusa de los servicios sanitarios en aras a la atención social. Podemos encontrarnos pacientes subsidiarios de tratamiento ambulatorio que continúan hospitalizados por no disponer en su domicilio de ayuda mínima para sus cuidados. No es infrecuente que aparezcan quejas físicas o incluso psicológicas (como ideación autolítica) para continuar residiendo en el centro hospitalario. Todo ello, con buenas alternativas sociales, evitarían gastos sanitarios e incluso yatrogenia hospitalaria. 4.2.3. TAREAS DOCENTES: Cómo organizar la rotación por Interconsulta y Enlace - Con MIR y PIR - Con los equipos que realizan la interconsulta. - Formación reglada respecto a los distintos servicios del hospital a través de cursos, sesiones clínicas conjuntas, sesiones bibliográficas, participación en Comisiones y grupos de trabajo del Hospital. Con MIR y PIR. Aspectos generales. Elaboración de programas de formación específicos sobre las tareas de interconsulta y enlace. Es importante tener en cuenta las habilidades que deben desarrollar los residentes que rotan por el programa de Interconsulta y Enlace y que se exponen en el Anexo 5. MIR: En nuestro país, y de acuerdo con el programa formativo de especialidad de Psiquiatría (ORDEN SCO/2616/2008, de 1 de Septiembre), el entrenamiento en interconsulta psiquiátrica y psiquiatría de enlace se enmarca dentro del período de formación nuclear. Ello supone que es una rotación de obligado cumplimiento y cuya duración mínima se establece en cuatro meses. Preferiblemente se realizará en la segunda parte de la residencia, cuando los residentes tienen ya un conocimiento y habilidades en psiquiatría general. Durante la rotación el residente, realizará una exposición gradual tanto al número de casos asignados al día cómo a la complejidad de los mismos, junto con sesiones de supervisión por el médico de plantilla. En el transcurso del periodo de rotación el residente debe adquirir, al menos, los siguientes conocimientos, actitudes y habilidades: - Entrevista con el paciente médico-quirúrgico. Fundamentos teóricos psicosomáticos. Comunicación con los pacientes gravemente enfermos o terminales. Comunicación con los allegados del enfermo. Actividades de enlace con otros profesionales y equipos sanitarios. - Evaluación y manejo de los trastornos psiquiátricos y psicológicos habituales en pacientes médico-quirúrgicos. Psicofarmacología en pacientes médico-quirúrgicos. Intervenciones en crisis e intervenciones psicoterapeúticas de apoyo (incluyendo los familiares). Coordinación de cuidados ante el paciente médico-quirúrgico complejo. - En nuestro servicio, durante este periodo formativo el residente realiza tambien un buen entrenamiento/labor asistencial como interconsultor en el Servicio de Urgencias (Área de Urgencias del Hospital Civil y ocasionalmente en el Área de Urgencias del Pab B. H.Carlos Haya). Así mismo, en un nivel avanzado de la especialización se debería conseguir en esta área: - Actitud e identidad específica del psiquiatra de enlace, con conocimientos y habilidades en temas psicosomáticos especiales y en psicoterapia especializada y adaptada a pacientes médico-quirúrgicos y a la intervención en crisis. - Alcanzar un adecuado nivel técnico avanzado de enlace con equipos sanitarios y capacitación para el asesoramiento en casos de dilemas éticos. - Formación específica mediante sesiones clínicas interdisciplinarias, incluyendo staff médico-quirúrgico y supervisión interna y externa por staff experimentado de psiquiatría de enlace. Sesiones bibliográficas y estudio de la bibliografía. HABILIDADES Y COMPETENCIAS. El psiquiatra de enlace e interconsulta adecuadamente entrenado debe: - Tener buena formación médica, con una capacidad de visión que le permita entender integralmente los aspectos médicos y psicológicos, así como las implicaciones psicosociales y familiares de la enfermedad. - Ser capaz de sospechar causa orgánica en patología psiquiátrica que así lo sugiera. - Tener la capacidad de trabajar en equipo con sus compañeros del área de salud mental, profesionales de otras disciplinas y autoridades de la institución. - Ser capaz de manejar un lenguaje amplio que le permita comunicarse en términos psiquiátricos, médicos y administrativos. - Poder enfrentar una psicopatolgía particular, primordialmente constituida por reacciones de adaptación que pueden estar o no interferidas por alteraciones cognoscitivas. - Tener un buen manejo psicofarmacológico, entendimiento de interacciones y efectos secundarios de los fármacos. - Ser capaz de convivir e interactuar con otras especialidades. - Ser práctico, proactivo, claro, con buenas habilidades para simplificar y transmitir conceptos, ejecutivo y con gran persistencia y tolerancia a la frustración - Ser un facilitador de procesos de comunicación y entendimiento. Poder identificar problemas de relación y comunicación que incidan en el funcionamiento de la institución. - Entender que en un hospital ingresa el paciente y su sistema familiar por lo que debe comprender el significado de la enfermedad para el paciente y el entorno y manejo de emociones asociadas a la enfermedad. El CONTENIDO CURRICULAR para basar la docencia, ya sea teórica como aplicada a casos concretos, debería incluir: - Bases conceptuales, históricas y prácticas de la psiquiatría de enlace. - La relación médico-enfermo. - La exploración de las funciones superiores. - Neuroimagen básica para psiquiatras. - El afrontamiento de la enfermedad y hospitalización. - El afrontamiento de la muerte. Asistencia al paciente moribundo. Las reacciones de duelo. - Delirium. - Demencias - Otros trastornos mentales orgánicos. - Ansiedad y depresion en pacientes médico-quirúrgicos. - Trastornos psiquiátricos relacionados con el consumo de alcohol y otros tóxicos. - Trastornos somatomorfos. - Trastornos facticios y de simulación. - Abordaje del paciente suicida. - Trastornos del sueño. - Disfunciones sexuales. - Alteraciones psicológicas en el paciente médico-quirúrgico ( enfermos cardiovasculares, respiratorios, endocrino/metabólicos, reumáticas, digestivas, dermatológicas, neurológicas..) - Alteraciones psiquiátricas en el paciente HIV. - Psicooncología. - Dolor crónico. - Reacciones psicológicas en el paciente de cuidados intensivos. - Diálisis y transplante de órganos. - Aspectos psicológicos de la paciente de obstetricia y ginecología. - Psiquiatría de enlace en geriatría. - Psiquiatría de enlace en pediatría y trastornos de la conducta alimentaria (que forman parte de la rotación por USMIJ). PIR: - Objetivos de la rotación (según el Plan Nacional de la Especialidad de Psicología Clínica y de la Salud) - Adquisición de actitudes, habilidades y conocimientos para la práctica de interconsulta con las diferentes especialidades médicas y sus peculiaridades. - Adquisición de habilidades y conocimientos para el desarrollo de programas de enlace. - Identificación y evaluación de problemas psicológicos que interfieran o puedan interferir con la evolución y el tratamiento de las diversas enfermedades médicas, tanto en los procesos agudos como en los de larga evolución y en las enfermedades crónicas. - Diseñar y aplicar intervenciones psicológicas específicas para pacientes atendidos en otros servicios o unidades hospitalarias. - Diseño y realización de actividades de información (psicoeducación) y apoyo psicológico a familiares de pacientes hospitalizados por enfermedades médicas. - Manejo de pacientes con trastornos mentales que requieran hospitalización y/o tratamiento ambulatorio por enfermedades médicas. - Diseño y aplicación de programas de atención a pacientes ingresados en diferentes servicios del hospital en coordinación con el personal facultativo y de enfermería de los mismos. - Qué temas abordar en la rotación por el Programa de Interconsulta y Enlace: (según el Programa Nacional de la Especialidad de Psicología Clínica y de la Salud) En el Documento de la Especialidad de Psicología Clínica y de la Salud están especificados los aspectos que deben incorporarse en el programa de la formación del PIR en la rotación de Interconsulta y Enlace: - Percepción y manejo del dolor y otros síntomas físicos. Programas de intervención psicológica del dolor crónico. - Adherencia al tratamiento. - Hospitalización y procedimientos médicos estresantes. - Habilidades y estrategias de comunicación específicas con los elementos físicos y sus cuidadores. - Psicooncología. - Cuidados Paliativos. - Neuropsicología. - Aspectos psicológicos involucrados en enfermedades crónicas, procesos de larga duración y enfermedades terminales. - Repercusiones psicológicas en los tratamientos farmacológicos y quirúrgicos. - Programas de psicoterapia y procedimientos de intervención y tratamientos psicológicos basados en la evidencia para problemas psicológicos derivados de, o asociados a enfermedades físicas. - Intervenciones psicológicas con enfermos neurológicos neuroquirúrgicos. - Comunicación con otros profesionales y agentes sanitarios. - La valoración con finalidad forense de daños y secuelas. y - Actividades a llevar a cabo en la rotación según el Plan Nacional de la Especialidad de psicología Clínica y de la Salud. - Identificación y diagnóstico de morbilidad psicopatológica que interfiera con el curso y/o el tratamiento de la patología médica. - Elaborar y aplicar programas y procedimientos de tratamiento: apoyo y consejo psicológicos, control del dolor, afrontamiento del estrés, automanejo y psicoeducativos a diferentes niveles: individual, familiar y grupal para pacientes ingresados con enfermedades médicas, atendiendo a la gravedad, cronicidad e impacto de los tratamientos. - Elaborar y aplicar programas y procedimientos de tratamiento apoyo y consejo psicológicos a las familias en los procesos de duelo. - Programas de tratamiento, apoyo y consejo psicológico a diferentes niveles (individual, familiar y grupal para pacientes con trastornos mentales hospitalizados por enfermedades médicas. - Realizar exploraciones psicopatológicas, elaborar informes y aplicar programas de psicoprofilaxis a pacientes que siguen tratamientos y/o intervenciones médicas o quirúrgicas (pruebas genéticas predictivas, transplantes de órganos entre otros. - Realizar exploraciones neuropsicológicas, elaborar informes y aplicar los programas de orientación relacional, estimulación sensorial y cognitiva y rehabilitación neuropsicológica para pacientes con enfermedad neurológica, daño cerebral adquirido y/o deterioro cognitivo. - Colaborar con y apoyar a otros profesionales para garantizar la adecuada atención a las necesidades de salud mental de pacientes ingresados. - Diseño y ejecución de programas psicoeducativos para mejorar la calidad de vida relacionada con la salud, la adherencia a los tratamientos médicos, la percepción y valoración adecuada de síntomas relacionados con la enfermedad de pacientes ingresados por enfermedades médicas. - Cómo abordar la formación en la rotación MIR y PIR por el Programa de Interconsulta y Enlace: La tendencia de la bibliografía actual es que la formación de MIR y PIR va indispensablemente unida a la investigación, al menos a la investigación de procesos y resultados, ya que es la fórmula más adecuada para que el Residente y el supervisor puedan saber qué ocurre en las intervenciones tanto psicofarmacológicas como psicoterapéuticas y cuáles son los resultados finales e incluso de seguimiento a plazos. En relación al entrenamiento en tareas de interconsulta y enlace se llevan a cabo diferentes modalidades de supervisión, (de tipo individual o grupal) Este espacio resulta indispensable por la especificidad de la tarea. La supervisión se convierte en una fórmula de investigación, que le permite al Residente apreciar la calidad del vínculo terapéutico, los elementos comunes y los elementos relevantes del cambio. Utilizando las categorías del modelo genérico se emplea el monitoreo desde un punto de vista formal, el estado, sesión a sesión, del vinculo terapéutico. Está pensado poner en marcha instrumentos específicos que proporcionen al residente el feed back y la investigación de resultados, que se exponen en el apartado de investigación. Según las recomendaciones de Szecsody, se trata de crear en el Residente supervisado, una situación de “aprendizaje mutativo”, en el que aprende a reconocer el sistema de interacción que establece con el paciente. El entrenamiento en Psicoterapia aplicada a interconsulta y enlace contempla los diferentes modelos teóricos que poseen elementos comunes y se basan en la llamada alianza terapéutica. Se reivindica al terapeuta como lazo común entre los modelos y los factores comunes. Un terapeuta tiene la responsabilidad de adaptar tratamientos específicos para pacientes concretos con problemas particulares. Surge así la llamada “postura moderada de los factores comunes”, que viene a postular que estos mecanismos comunes se activan o potencian a través de los modelos psicoterapéuticos. Esta idea conciliadora gusta a algunos, mientras que otros continúan investigando en la especificidad de los modelos teóricos concretos. No se trata sólo de formar a MIR y PIR en el conocimiento y manejo de técnicas de intervención sin más, sino de conseguir la adquisición de determinadas terapéuticas habilidades que necesariamente se deben conseguir en el propio terreno de la formación (el hospital) y que deben ser objeto de estudio e investigación. El campo de la Alianza terapéutica, junto con el resto de los así llamados elementos comunes podría ser compartido con otros profesionales sanitarios que pertenecen a los distintos servicios y especialidades del hospital. Así se abre un campo muy importante para garantizar la eficacia de las intervenciones y la creación de un lenguaje común. Sería importante que los profesionales que forman parte del equipo de interconsulta y enlace y que van a tutorizar a MIR y PIR durante esta rotación, actualicen sus curriculums en el sentido de hacer especial énfasis en su actividad docente e investigadora en el terreno concreto de las intervenciones psicofarmacológicas y psicoterapéuticas en las enfermedades crónicas, discapacitantes y asistencia al final de la vida. También sería importante también que estos tutores de rotación estuvieran acreditados no sólo por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía sino también acreditados como psicoterapeutas por organismos nacionales e internacionales como la FEAP por ejemplo. Recientemente, de la Comisión Nacional, se ha dado un plazo de dos años para presentar programas de formación y solicitar acreditación. Otra tarea importante en la docencia con residentes son las revisiones bibliográficas con el objeto de actualizar los conocimientos sobre el tema, eficacia de psicofármacos e interacción con tratamientos biológicos, conocer cuáles son las Psicoterapias que demuestran evidencias de eficacia, eficiencia y calidad que se pueden dar en el marco de un Servicio publico tanto en el nivel individual, familiar y de grupo y de las orientaciones psicoterapéuticas que determina la Orden Ministerial (psicodinámicos, sistémicos, cognitivo- conductual y el interpersonal). Otro punto importante es adecuar el programa de formación de Residentes para que se garantice la formación teórica y práctica en los diferentes niveles contemplados en el documento de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Carlos Haya. - Nivel 1. Las destrezas psicoterapéuticas adecuadas para sacar partido a los denominados por “factores comunes”. Deben utilizarse instrumentos de medida que garanticen el correcto aprendizaje de estos elementos (escala WAI-I) e iniciar trabajos de investigación cualitativa y empírica. (Supervisión de 3 casos) - Nivel 2. Las destrezas necesarias para abordar la problemática psicológica en pacientes con enfermedades físicas, independientemente de su diagnóstico, tales como la dificultades de relación social y familiar derivadas de la sintomatología somática y psíquica, la dificultades de cumplimentación, el seguimiento de pacientes psicóticos durante su ingreso hospitalario, la detección y manejo de las situaciones de riesgo, el apoyo psicológico. Este nivel debe ser desarrollado específicamente para cada una de las situaciones mencionadas y debe incluir las habilidades básicas de comunicación necesarias para dispensar este tipo de ayuda psicológica a individuos, parejas y grupos. Este nivel común a PIR y MIR, se basará en el uso de psicoterapia de apoyo e intervención en crisis. (Supervisión 4 casos). - Nivel 3.Las destrezas necesarias para complementar el tratamiento de trastornos específicos, tales como Trastornos de Ansiedad , los programas psicoeducacativos dirigidos a pacientes y/o familiares de pacientes hospitalizados o que hacen tratamientos hospitalarios, técnicas de relajación, de manejo de los trastornos de Ansiedad depresión. (Supervisión 4 casos) -Nivel 4. Constituye la ACE de Psicoterapia propiamente dicha y se refiere a las destrezas para practicar la psicoterapia formal que se ajusta estrictamente a un modelo y que se aplica según las directrices propias del modelo, a saber: Cognitivo-conductual. Psicodinamica focalizada. Psicoterapia interpersonal. Psicoterapia sistémica. Modalidades estructuradas de integración de alguna de ellas. Cada uno de estos recorridos formativos debe abordarse tanto en el nivel teórico, como práctico y deben estar cuantificados. (Supervisión 5 casos). Una forma adecuada de realizar este aprendizaje es a través del visionado de un banco de casos de intervención hospitalaria dentro del programa de Consulta y Enlace. Y el visionado de sus propias intervenciones con el objeto de facilitar el feed back y el aprendizaje. A estas tareas estipuladas, se podrían agregar los siguientes aspectos: - 1. El autocuidado emocional del equipo de interconsulta y enlace. Vincularse con personas que atraviesan momentos de gran incertidumbre manejando altos niveles de angustia, acompañar cuando las noticias son negativas, estar presente ante situaciones de sufrimiento extremo, ser testigos del deterioro y la muerte de distintas personas, no es fácil y requiere un gran entrenamiento no sólo profesional, sino también personal. - 2. Formación en Bioética Asistencial y de la investigación. La configuración física y social del hospital permite conseguir metas organizacionales pero también implica la posibilidad de producir efectos psicosociales no deseados en las personas que son atendidas en él. Esta formación resulta indispensable para abordar adecuadamente situaciones tanto a nivel del propio equipo de interconsulta y enlace como en la relación con los otros servicios hospitalarios, ya que se trata de una perspectiva eficaz y un marco de referencia común a todos los profesionales sanitarios. Es necesario el análisis de los dilemas éticos que debe afrontar el equipo de interconsulta y enlace en el hospital y los criterios éticos que debe tener en cuenta en su trabajo diario. 4.2.4. TAREAS DE INVESTIGACIÓN Constituye un pilar fundamental. No sólo porque la investigación permite un trabajo asistencial más certero, sino porque la investigación financiada constituye un elemento que otorga prestigio a la Unidad Clínica de Gestión, ampliando sus objetivos y centrándose en el propio hospital del que forma parte. La investigación en intervención psicofarmacológica y psicoterapias en enfermos somáticos ofrece una gran diversidad de áreas de estudio y modos de enfocarla: el de la eficacia de la psicoterapia, la comparación de la eficacia entre las diversas modalidades terapéuticas, la selección de los pacientes, la validación empírica de tratamientos y el estudio del proceso terapéutico son las áreas más investigadas. Además, los descubrimientos de la investigación científica en evaluación de resultados, están dirigidos a aquellos a los que se benefician directamente (los pacientes y sus familiares), así como a aquellos que pagan los costes o que son responsables de las políticas adecuadas de salud (políticos, sindicatos). Los diversos grupos pueden tener expectativas diferentes. Por lo tanto la investigación sobre resultados tiene que brindar una variedad de información para satisfacer las necesidades de los diferentes grupos interesados. Nos parece importante que desde el equipo de interconsulta y enlace se impulse la investigación en relación a la psicoterapia y sus componentes medibles: de proceso (cuáles son los mecanismos por los que la psicoterapia promueve el cambio) y de resultados (qué conseguimos en términos de eficacia y eficiencia) en el campo de la psicoterapia con pacientes que padecen enfermedades somáticas. En la actualidad hay consenso en admitir que tanto las investigaciones que usan metodologías cuantitativas como las que emplean métodos cualitativos (narración, relatos sistemáticos, historias de vida e historias de relaciones entre profesionales y pacientes) pueden proporcionar información relevante para el conocimiento de proceso y del resultado en psicoterapia. Hay que decidir qué instrumentos, escalas, inventarios etc. se usarán para los diferentes niveles de investigación, que deben estar validados, que podrían validarse por nosotros o creados a partir de investigaciones específicas. Cada modelo psicoterapéutico suele usar preferentemente unos instrumentos sobre otros e incluso hay diseños específicos para evaluar modelos concretos. La informatización de todos los instrumentos resultaría esencial. Se propone sobre todo, la utilización de instrumentos, que permitan medir procesos y/o resultados y ofrecer feed back al residente como el Inventario de Evaluación de Logro de Objetivos en Psicoterapia muy valioso en la investigación científica de resultados y que además permite dar feedback tanto al terapeuta como al paciente, cuestión ésta que ha demostrado mejorar los resultados. El objetivo sería sin duda, elaborar proyectos de investigación financiados sobre distintos temas como la evaluación de resultados de las psicoterapias con pacientes somáticos, impacto de la enfermedad a nivel personal y familiar, impacto en los cuidadores familiares de enfermos crónicos y dependientes, procesos que intervienen en el duelo patológico entre otros, todo lo cual conduciría a publicaciones en revistas especializadas. ANEXOS: • INTERVENCIONES EN PSICOONCOLOGÍA • PROTOCOLO ASISTENCIA TRASTORNOS DE IDENTIDAD DE GÉNERO. • PSICOTERAPIA EN PACIENTES SOMÁTICA (Psicoterapia basada empírica) • GRUPOS DE CUIDADORES FAMILIARES DE ENFERMOS CRÓNICOS DURANTE LA HOSPITALIZACIÓN • JUSTIFICACIÓN DEL GRUPO DE INFARTO DE MIOCARDIO RECIENTE • HABILIDADES PSICOTERAPIA. MECANISMOS EVALUACIÓN DE LA FORMACIÓN EN PSICOTERAPIA. DE • EVALUACIÓN PSICOLÓGICA ISLOTES PANCREÁTICOS DE • PROTOCOLO DE EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO DEL CON PATOLOGÍA en la evidencia PACIENTES TRASPLANTE CON • PROGRAMA DE ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL EN NIÑOS CON ENFERMEDADES ONCO-HEMATOLÓGICAS INTERVENCIONES EN PSICOONCOLOGÍA. Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental. Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga. 1. Introducción El cáncer es una de las enfermedades más prevalentes y la primera causa de muerte en España y en la Unión Europea. En nuestro país, provoca aproximadamente unas 90.000 defunciones al año, lo que supone un 25.6% de todas las muertes y la incidencia anual de nuevos casos se sitúa en torno a los 162.000. Las medidas tradicionales del impacto del cáncer son la incidencia, la supervivencia y la mortalidad. En términos de riesgo individual, uno de cada tres hombres y una de cada cinco mujeres españolas podrán padecer cáncer en algún momento de su vida. Los avances médicos están consiguiendo reducir significativamente la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de hecho, se estima que la mitad de los casos de cáncer sobrevivirán a su enfermedad más de 5 años. En nuestro país, los principales tumores en orden de frecuencia son el cáncer de próstata, seguido por el cáncer de pulmón y el colorrectal en los hombres. En las mujeres, el cáncer más frecuente es el de mama, seguido por el colorrectal con una diferencia notable y el de cuerpo uterino. La distribución de la mortalidad por cáncer nos da una perspectiva diferente. En los hombres, el cáncer de pulmón es claramente el más importante seguido por el colorrectal, mientras que el cáncer de próstata se sitúa en tercer lugar. En las mujeres, el cáncer de mama continúa en primer lugar seguido por el colorrectal, mientras que el cáncer de pulmón aparece en tercer lugar como causa de muerte. Según los datos disponibles, la incidencia estimada de cáncer en Andalucía para 2011 es de 15.500 casos para hombres y de 12.400 en mujeres, lo que supone una tasa de 379 y de 267 casos por 100.000 habitantes, respectivamente. Además, la incidencia del cáncer experimenta en los hombres una tendencia al alza, excepto en los de laringe y pulmón. En las mujeres, se ha observado un aumento para el cáncer de piel no melanoma, mama y colon. (II Plan Integral de Oncología 2007-2012) La supervivencia registra también una gran variabilidad dependiendo del tipo de tumor, ya que, por ejemplo, en el cáncer de mama se sitúa en el 74% a cinco años, mientras que en el de pulmón sólo alcanza el 10%. En términos globales, el cáncer es la causa más frecuente de muerte en hombres y la segunda en mujeres, y causa el 40% de los años potenciales de vida perdidos. En el futuro, se prevé que cada año se produzcan en Andalucía 28.000 nuevos casos de cáncer y 18.000 fallecimientos por esta causa. (II Plan Integral de Oncología 2007-2012) Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más del 40% de todos los cánceres se pueden prevenir. Sin embargo, el pronunciado aumento de algunos factores de riesgo, como el consumo de tabaco y la obesidad, está contribuyendo a aumentar la incidencia de la enfermedad. . Los datos epidemiológicos revelan que desde 1990 al año 2020 el envejecimiento poblacional en los países desarrollados se acompañará de un incremento de los casos de cáncer, de forma que en el conjunto de hombres de 65 años o más el número total de casos aumentará en un 49% y en mujeres en un 34,1%. A pesar de los datos positivos y esperanzadores que ofrecen los tratamientos actuales, el cáncer sigue siendo la enfermedad más temida en nuestro medio social El cáncer agrupa a numerosas enfermedades diferentes en su etiología, comportamiento y respuestas al tratamiento. Muchos cánceres son evitables, otros se pueden diagnosticar de manera temprana y tener un tratamiento más eficaz, en ocasiones pueden identificarse casos y grupos de personas de mayor riesgo para ofrecerles el consejo genético adecuado, muchos casos son curables, y en el peor de los casos se deben aplicar los oportunos cuidados paliativos. Asistimos a un importante reconocimiento de que los objetivos del sistema sanitario son tanto la curación como el alivio del sufrimiento humano. En este sentido, la atención integral en cuidados paliativos está incluida como prestación en la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de la Salud así como ha sido avalada por la Guía de Criterios de Calidad en Cuidados Paliativos de 2002. 2. Breve historia de la Psicooncología Desde que se conocen las enfermedades en el ser humano sabemos que los aspectos psicológicos están involucrados en su génesis y evolución. Hace 60 años nació la interacción entre la Oncología y la Psicología El primer referente se originó en la Unidad de Psiquiatría del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC) de Nueva York dirigida por A. Sutherland en 1950. En la década de los sesenta Mastrovito se hizo cargo de la Unidad hasta que la psiquiatra J.C. Holland obtuvo en 1977 la cátedra de Psiquiatría en la Cornell University Medical College, convirtiéndose en Jefa del Servicio de Psiquiatría del Memorial Sloan- Kettering Cancer Center. Holland creó la primera Unidad de Psico- Oncología del mundo junto a dos residentes. Bajo su dirección, durante los veinte años siguientes se estudiaron los efectos del cáncer generando parte del contenido y metodología de trabajo de una nueva subespecialidad denominada Psico-Oncología. En esta etapa comenzaron a identificarse los aspectos psicológicos y psiquiátricos, sociales y comportamentales del cáncer. Holland .puso de manifiesto que los avances en la investigación psicooncológica, guardan una estrecha relación con los adelantos en el tratamiento y diagnóstico del cáncer. Gracias a las aportaciones asistenciales, docentes y de investigación desarrolladas por la Dra. J.C. Holland, la Psico-Oncología fue adquiriendo cada vez mayor reconocimiento. Ella es la fundadora de la Psico-Oncología. Su figura y sus aportaciones son cruciales en su creación y desarrollo. J.C. Holland describió las dos grandes dimensiones psicológicas en las que debe incidir la Psico-Oncología: 1. Atender a la respuesta emocional de pacientes, familiares y de todas las personas encargadas del cuidado del paciente a lo largo del proceso de enfermedad (aspecto psicosocial). 2. Detectar e intervenir en aquellos factores psicológicos, de comportamiento, y aspectos sociales que puedan influir en la mortalidad (supervivencia) y morbilidad (calidad de vida) de los pacientes con cáncer. El eco del trabajo realizado en los EEUU hizo que en los años 80 y de forma casi paralela, las universidades de Valencia, Zaragoza y la Autónoma de Barcelona empezaran a interesarse por la problemática emocional asociada al cáncer. La primera Unidad de Psico-Oncología en nuestro país fue creada en 1996 por la psicóloga clínica María Die Trill en el Hospital Universitario Gregorio Marañón en Madrid, a la que le siguió la Unidad de Psico-Oncología del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Barcelona dirigida por el Francisco Gil desde Septiembre de 1998. Hasta la llegada de psicólogos formados para desarrollar esta labor específica, médicos, personal de enfermería, personal no facultativo y voluntarios se encargaban y de hecho todavía se encargan de cubrir en la medida de sus posibilidades las necesidades de los pacientes. El desarrollo de la Psicooncología se ha visto impulsada por aportaciones de la Psicología y disciplinas afines en las siguientes áreas: 1º. El desarrollo de la Psicología de la Salud, que aporta modelos biopsicosociales, métodos de evaluación e intervención psicológica en el área de la salud y enfermedad. 2º. El avance en el estudio del estrés, personalidad y la emoción en el cáncer. 3º. La investigación en Psiconeuroinmunología, que estudia la interacción entre procesos psicológicos, la inmunología y el sistema neuro-endocrino. 4º. La constatación de la eficacia del tratamiento psicológico para mejorar la calidad de vida, disminuir las reacciones adversas de estrés, ansiedad y depresión, así como mejorar la adaptación de los pacientes de cáncer y sus familiares e incluso estudios en los que factores psicológicos podrían predecir la supervivencia. En nuestro país existe la Sociedad Española de Psicooncología que está presidida en la actualidad por María Die Trill, como ya se ha dicho, coordinadora de la Unidad de Psicooncología del Hospital Universitario Gregorio Marañón, profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid y autora del manual Psicooncologia (2003) y de numerosas publicaciones de su especialidad. Ante el incremento de la demanda tanto por parte de las instituciones sanitarias, oncólogos, pacientes y familiares, ha aumentado también el número de psicólogos interesados en formarse en los aspectos psicológicos de la oncología, existiendo en la actualidad dos programas de formación extensa en Psicooncología en Madrid. Uno es el Máster en Psicooncología dirigido por el profesor Juan Antonio Cruzado en la Universidad Complutense de Madrid, y otro es el Curso de postgrado de dos años de duración, cuyo título es Psicooncología y aspectos psicológicos en Cuidados Paliativos, que tiene una orientación fundamentalmente práctica, coordinado por María Die Trill que se imparte en ATRIUM y que está avalado por la Sociedad Española de PsicoOncología (SEPO) y la Sociedad Internacional de Psico-Oncología (IPOS) El paciente oncológico está cada vez mejor informado y es mejor conocedor de sus derechos y necesidades, lo cual facilita que sea él mismo quien solicite ayuda de un psicooncólogo cuando lo considere necesario durante el proceso de su enfermedad. La intervención en los diferentes aspectos sociales, éticos, espirituales y psicológicos está siendo explorada sistemática y activamente en distintos hospitales del mundo en los últimos años. La psicoterapia y un amplio espectro de intervenciones psicoterapéuticas, psicosociales, comportamentales y psicoeducativas han demostrado ser efectivas para atender las necesidades de los pacientes. Es importante también destacar la trascendencia de trabajar con el entorno del paciente. La atención a la familia es crucial y justifica intervenciones específicas, al igual que la asistencia al equipo sanitario y las campañas a nivel de la sociedad con el objeto de modificar creencias arraigadas que asimilan cáncer a muerte. Un ejemplo de buen augurio para el desarrollo de la especialidad de Psicooncología en España es el último Plan Director de Oncología de Cataluña. Estrategias y prioridades de cáncer en Cataluña 2010 en el que se especifica que la atención psicosocial es un componente necesario de la atención oncológica, que debe formar parte de la oferta asistencial y que se debe tender a la atención especializada en Psicooncología en centros de referencia. También plantea la necesidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes mediante apoyo psicosocial, rehabilitación y cuidados paliativos En Cataluña el objetivo es lograr en los próximos años, 24 centros sanitarios que cuenten con psicooncólogos. En las Estrategias y prioridades de cáncer se establece la necesidad de definir el modelo de atención psicosocial y aumentar el número de profesionales adecuadamente formados, según el volumen asistencial de cada centro. Adicionalmente, el documento aboga por definir mejor el modelo de oferta asistencial de los psicooncólogos, integrados en los servicios de psiquiatría y psicología clínica, y su relación con el resto de servicios implicados en la atención oncológica y los criterios de evaluación de los resultados que se deben alcanzar. En Andalucía el II Plan Integral de Oncología 2007-2012 establece que los pacientes andaluces con cáncer podrán recibir atención psicológica dentro del sistema sanitario público. La nueva estrategia de prevención, asistencia e investigación sobre el cáncer supone un salto cualitativo respecto al anterior plan desarrollado desde 2002, ya que, más allá de la enfermedad en sí, pasa a centrarse en el paciente desde una triple perspectiva física, emocional y social. De este modo, el sistema sanitario público andaluz incorpora una oferta de atención psicológica a los pacientes con cáncer y sus familiares, que se prestará de manera reglada a través de psicólogos clínicos. Estos profesionales también asesorarán a los servicios de oncología médica y actuarán como enlace con los equipos comunitarios de salud mental. (II Plan Integral de Oncología 2007-2012) En Andalucía, los distintos procesos asistenciales integrados relacionados con el cáncer, incluyen apoyo psicológico. Así por ejemplo en el proceso de cáncer de cuello uterino se oferta el apoyo psicológico no sólo a las mujeres sino también a su cónyuge o pareja. (Proceso cáncer de cuello uterino (Carcinoma epidermoide de cuello uterino) 3. Definición Inicialmente el término Psicooncología fue definido por Holland. Según esta autora, la Psicooncología es "una subespecialidad de la Oncología que atiende las respuestas emocionales de los pacientes en todos los estadios de la enfermedad, de sus familiares y del personal sanitario que las atiende (enfoque psicosocial); y del estudio de los factores psicológicos, conductuales y sociales que influyen en la morbilidad y mortalidad del cáncer (enfoque biopsicológico)". Esta definición es correcta en algunos aspectos, pero es necesario hacer algunas puntualizaciones: a) Hay que revisar la afirmación de que la disciplina es una subespecialidad de la Oncología. Pensamos que la Psicooncología es un campo interdisciplinar en el que interactúan psicólogos, oncólogos, hematólogos, junto con profesionales de otras disciplinas. b) El objeto de intervención de la disciplina no son sólo las "respuestas emocionales", sino también los aspectos cognitivos y comportamentales. y c) no se incluye la prevención dentro de la definición. Según Greer la Psicooncología es "la disciplina dedicada al estudio científico del paciente que desarrolla cáncer y cuyo objetivo central es el cuidado psicosocial del paciente oncológico". Esta definición es muy limitada y no recoge aspectos fundamentales. Según el Instituto Catalán de Oncología, la Psico-Oncología es un área de capacitación de las especialidades de Psicología Clínica y Psiquiatría. El psico-oncólogo es un especialista en Psicología Clínica o Psiquiatría, con formación específica sobre los aspectos psicosociales en cáncer. Dicha formación debe haber sido supervisada y reglada de acuerdo a unos mínimos de contenido teórico. Otro importante autor, Cruzado define a la Psicooncología como un campo interdisciplinar de la psicología y las ciencias biomédicas dedicado a la prevención, diagnóstico, evaluación, tratamiento, rehabilitación, cuidados paliativos y etiología del cáncer, así como a la mejora de las competencias comunicativas y de interacción de los profesionales sanitarios, además de la optimización de los recursos para promover servicios oncológicos eficaces y de calidad. Se trata de una disciplina de fronteras que remarca la interdisciplinariedad como característica fundamental, lo cual determina la necesidad de un equipo y la creación de un lenguaje y una ideología de trabajo común. Trabajar en equipo es difícil, se tiene que hacer frente a la competitividad, conflicto de roles, determinación de liderazgo, diferencias de valores y la posible ralentización de la toma de decisiones. A pesar de estas dificultades, el trabajo en equipo reporta beneficios para pacientes, familiares, para los mismos integrantes del equipo y para la institución. Aspectos y disciplinas relacionadas con la Psicooncología. Definiciones de términos útiles. Bioética: el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la salud y del cuidado de la salud, en cuanto que dicha conducta es examinada a la luz de los valores y de los cuidados y principios morales. Aplicación de la ética en las áreas de la salud y la enfermedad. Consejo Genético Oncológico: un proceso de comunicación que aborda los aspectos médicos, psicológicos y genéticos enfocados en el riesgo o presencia de un trastorno genético dentro de una familia. Los objetivos del proceso incluyen la compresión del modo en que los factores hereditarios contribuyen al trastorno, la determinación del riesgo específico en determinados miembros de la familia, así como la exposición y la toma de decisiones acerca de los tratamientos profilácticos disponibles. Counselling: una intervención que, por medio del método socrático, permite clarificar la situación personal (incluyendo las situaciones clínicas, es decir el diagnóstico, tratamiento y pronóstico) y socio-familiar, o llevar a cabo cambios en los comportamientos y estilos de vida, la solución de problemas y toma de decisiones, así como el afrontamiento de los estados emocionales negativos y la mejora en el bienestar. Cuidados paliativos: cuidado total y activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a un tratamiento curativo. La percepción de control por parte del enfermo de los síntomas somáticos y aspectos psicológicos, sociales y espirituales que le preocupan adquiere en ellos una importancia primordial. El objetivo de los cuidados paliativos es conseguir la máxima calidad de vida posible para los pacientes y sus familias, con un especial énfasis en tratar de facilitar a cada enfermo las circunstancias personales (externas e internas) que más pueden favorece su proceso de aceptación y acceso a una muerte en paz Hematooncología u Oncología Hematológica: subespecialidad de la hematología clínica que reúne a aquellos especialistas que diagnostican y tratan fundamentalmente las enfermedades oncológicas de la sangre es decir leucemias, linfomas y síndromes asociados. Medicina conductual: Es un campo de trabajo común a dos disciplinas: la Medicina y la Psicología Conductual; cuyo objetivo es el conocimiento de técnicas relevantes y su aplicación tanto para la salud como para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad. Oncología Médica: especialidad troncal de la medicina para la que se requiere una formación básica y fundamental en medicina interna y que capacita al especialista en la evaluación y manejo de los pacientes con cáncer. Oncología Quirúrgica: superespecilización dedicada al diagnóstico, prevención y tratamiento de los tumores malignos y enfermedades afines en su vertiente quirúrgica, siempre dentro del contexto multidisciplinario o integrado del cáncer Oncología Radioterápica: especialidad médica dedicada a los aspectos diagnósticos, cuidados clínicos y terapéuticos del enfermo oncológico, principalmente orientada al empleo de los tratamientos con radiaciones, así como el uso y valoración relativa de los tratamientos alternativos u asociados Psicología Clínica y de la Salud: disciplina o campo de especialización de la psicología que aplica los principios, las técnicas y los conocimientos científicos desarrollados por esta para evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir las anomalías o trastornos mentales o cualquier otro comportamiento relevante para los procesos de la salud y enfermedad, en los distintos o variados contextos en que estos puedan tener lugar. Psicología de la Salud: aplicación de la teoría y métodos psicológicos a la salud, la enfermedad física y al cuidado de la salud; se ocupa de todo lo relativo a los aspectos psicológicos o comportamentales que ayuden a comprender, manejar y prevenir las enfermedades, a cuidar, proteger y promover la salud y optimizar los sistemas y recursos humanos de la atención de salud tendentes a promover servicios efectivos y de calidad. Psiconeuroimmunología: campo científico multidisciplinar centrado en las interacciones recíprocas que existen entre el comportamiento, el sistema nervioso, el endocrino y el inmunológico. 5. Modelos de trabajo en Psicooncología. Hoy en día en España hay propuestas diferentes para establecer la relación entre la Oncología y la Psicología. Son el Modelo de Interconsulta (MIC), el Modelo Fundacional (MFU) del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC) y el modelo mixto que sería aplicable al programa de Psicooncología del Hospital Carlos Haya. a) Modelo de Interconsulta (MIC) La metodología del MIC está basada en la creación de una unidad de Psico- Oncología autónoma e independiente de los servicios de Psiquiatría y de Oncología. Los candidatos a interconsulta al especialista en Psico-oncología son aquellos que presentan al menos un trastorno adaptativo, acompañado de una sintomatología ansiosa y/o depresiva moderada, así como algún otro tipo de trastorno mental según los criterios DSM-IV o CIE 10. En la petición de interconsulta, el oncólogo debe hacer constar si la demanda es de carácter urgente u ordinario, la edad del paciente, el diagnóstico, estadio y tratamiento oncológico y la razón de la interconsulta. En la 1ª visita con el psico-oncólogo, se redacta un informe psicológico de cada paciente que se incluye en la historia médica. Mediante la inclusión de dicho informe se da a conocer la presencia o no de trastornos mentales, se indica el origen de dicho trastorno (reactivo u orgánico) y se informa sobre el tipo de intervención psicológica y de la necesidad de instaurar tratamiento psicofarmacológico. De cara a la intervención psicológica, el modelo de interconsulta dispone fundamentalmente de 3 opciones terapéuticas: el counselling, la psicoterapia cognitivo conductual y la farmacoterapia. El equipo de psicólogos realiza sesiones independientes de discusión de los casos. La interacción con el equipo multidisciplinar es como unidad de apoyo acoplada a la que poder recurrir en situaciones concretas. b) Modelo fundacional (MFU) El MFU está basado en la incorporación del psico-oncólogo dentro de las unidades de Oncología. Es un modelo integrado. Se persigue el objetivo de lograr un equipo de atención al paciente. El proyecto consiste en la integración o inmersión de la actividad del psicólogo en los equipos de Oncología Médica interdisciplinar. De esta forma, el psicooncólogo mantiene una convivencia espontánea y diaria con los pacientes, familiares y equipo terapéutico. Las necesidades psicoemocionales, cognitivas, conductales y psicopatológicas de los participantes en la relación clínica se identifican y atienden en la Unidad de Oncología. Del mismo modo que no hay separación de las facetas biológicas y psicológicas, tampoco existe separación en la ubicación de los profesionales. El paciente permanece de forma constante bajo la tutela del equipo durante todas las fases del proceso evolutivo del cáncer. El psicólogo participa e interviene desde el primer contacto en todas las fases y actividades del servicio o unidad. De esta manera el paciente cuenta con la posibilidad de apoyo psicológico desde que llega, pasando por todos los momentos claves: el momento en el que se le informa del diagnóstico, al recibir los tratamientos en el Hospital de Día, durante los ingresos que pueda tener en su evolución, y finalizando en el momento de alta médica, revisiones, posibles recidivas o en la fase terminal. El trabajo que se realiza de forma preventiva y/o a demanda, está al alcance de todos y en todo momento. Los objetivos del psicólogo son todas las personas afectadas por el cáncer: pacientes, familiares y trabajadores sanitarios. El resultado es un psicólogo integrado. En los equipos de Oncología Médica se fomenta la integración de todos los trabajadores de los distintos ámbitos con el fin de ofrecerle al paciente una intervención unitaria, en la que todos se dirigen al mismo objetivo que incluye al paciente y su familia. La realización de sesiones semanales con el equipo al completo es indispensable. En ellas se presentan y discuten casos clínicos de interés y se llevan a cabo sesiones bibliográficas de distintos temas de actualidad en oncología. En el ámbito hospitalario los aspectos biológicos absorben la mayor parte del tiempo que se dedica al paciente y su familia. Este formato organizativo aboga por un psicólogo integrado en las Unidades de Oncología. En nuestro país, este tipo de organización, se lleva a cabo por ejemplo en el Servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos (SOMPAL) del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. En este Servicio, el psicooncólogo participa en todas las actividades comunes diarias del servicio como uno más. El objetivo es fomentar una visión integral, el trato interdisciplinar (tratamiento transversal) al paciente oncológico y a su familia. Se persigue un modelo de excelencia. El psicólogo así ubicado, ve emerger los problemas “in situ” sin intermediarios, ni otras valoraciones. De esta manera mejora la calidad asistencial, y a la vez, se ofrece la psicoterapia como un servicio más, dirigido a cubrir las necesidades de los pacientes en el marco de una atención sanitaria global. Las tareas que implican al psicólogo se reparten en distintos niveles. El asistencial, el docente, el investigador y el trabajo en equipo. La asistencia se realiza en ámbitos diferentes: zona de hospitalización, hospital de día, consulta externa y atención domiciliaria. En la planta de hospitalización se atiende todos los días a los pacientes con la visita conjunta de los oncólogos, psicólogos y enfermería. El pase de visita supone un primer contacto de todos los pacientes con la figura del psicólogo. Ellos y/o sus familiares pueden solicitar una primera entrevista siempre que lo deseen y el mismo psicólogo detecta “in situ” situaciones de conflicto en las que intervenir. Los psicooncólogos participan también de manera activa en las labores de información y comunicación con los pacientes ingresados y sus familiares. Se proporciona psicoterapia a quien lo necesita y/o solicita. En la planta los problemas más habituales de los pacientes son: el cansancio debido a la prolongación del ingreso, insomnio, ansiedad, angustia, temor a la muerte y a los tratamientos agresivos. En la práctica diaria también resulta habitual encontrarnos con la llamada “conspiración de silencio”. En este formato, todas las actividades que realiza el psico- oncólogo cobran sentido dentro del trabajo en equipo. Un aspecto destacado es la necesidad de que el paciente tenga información adecuada y participe en las decisiones terapéuticas, tal como viene recogido en la Ley General de Sanidad y la Ley de Autonomía del Paciente. c) Modelo de nuestro hospital El sistema propuesto para el programa de Psicooncología de la UGC de Salud Mental del Hospital Carlos Haya contempla la integración y trabajo de psicólogos clínicos y psiquiatras del equipo de interconsulta y enlace de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental. En este aspecto, se parece al primer sistema descrito (Modelo de interconsulta), pero al mismo tiempo, se trata de asociar a este modelo inicial, un programa específico de Psicooncología que permita proporcionar a estos pacientes y sus familiares una atención psicológica especializada y a los residentes de Psicología Clínica y Psiquiatría, un marco de formación reglada donde se imparta una actividad docente y se lleven a cabo proyectos de investigación. De este modo, los especialistas actúan de dos maneras: - A demanda. Modo de abordaje convencional que ha sido el habitual hasta el momento. La demanda se realiza a través de la solicitud de hojas de interconsulta al equipo de Interconsulta y Enlace. - Programa específico de Psicooncología. Este aspecto es más integrador y abarca aspectos programados de consulta y actividades de enlace como se explicará más adelante. Pensamos que este formato logra integrar las ventajas de los dos modelos expuestos en la medida en que ofrece un tipo de intervención a demanda, (que puede ser útil en algunas circunstancias, pero que ha sido criticado por la bibliografía especializada cuando es el único modo de abordaje) pero también a través del programa de Psicooncología que permite proporcionar una atención continuada, unitaria, que disminuye el impacto del estigma del tratamiento psicológico. Según Sanz, la integración del profesional de la salud mental en el equipo médico supone un requisito imprescindible para alcanzar los objetivos planificados y también para la mejora de la calidad del tiempo de trabajo del equipo de interconsulta. En el hospital Carlos Haya, en una primera fase, la atención se centrará en la atención a pacientes y familiares durante el proceso de hospitalización, ya sea en las plantas del hospital (Oncología, Hematología, Cirugías Oncológicas) como en los ingresos en el Hospital de Día. Los abordajes podrán ser individuales, grupales y familiares y sería recomendable se llevaran a cabo las intervenciones recomendadas por la evidencia científica según se expone en el Anexo 5 del Programa de Interconsulta. Pensamos que este tipo de asistencia deberá ampliarse en el futuro para garantizar la continuidad de la asistencia. El paciente oncológico es ingresado de manera intermitente durante el proceso de su enfermedad. Presenta una serie de necesidades derivadas de la hospitalización, pero también requiere una asistencia específica en los tiempos en los que se encuentra en el domicilio realizando tratamientos ambulatorios. 5. Aspectos psicológicos del cáncer El cáncer es una enfermedad grave y compleja, que afecta a todas las esferas de la vida de una persona. Determina una ruptura de la organización, el ritmo y el estilo de vida, y conlleva un impacto no sólo emocional sino psicológico en sus tres dimensiones: cognitiva, emocional y comportamental. La bibliografía expone que este impacto es aplicable no sólo a la persona que padece la enfermedad, sino también a su entorno familiar y social, así como para los profesionales que le atienden. El impacto psicológico, familiar, laboral y social se produce en el momento del diagnóstico, y a lo largo de todo el proceso, incluso durante años después de haber concluido éste, convirtiéndose en secuelas emocionales del mismo. Las repercusiones psicológicas de la enfermedad interfieren negativamente tanto en la calidad de vida como en la capacidad de recuperación y adaptación a la enfermedad. Según la Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud, el objetivo de la asistencia consiste en abordar de una forma global la adaptación o ajuste psicológico a la enfermedad, a los tratamientos y sus efectos secundarios, así como la rehabilitación física, la reinserción y la rehabilitación sociolaboral de los pacientes diagnosticados de cáncer. El documento aconseja que a todos los pacientes diagnosticados de cáncer, así como a sus familiares, se les proporcione la atención necesaria para garantizar el tratamiento adecuado de la enfermedad y de las secuelas físicas y psíquicas que ésta conlleva, desde el diagnóstico hasta su restablecimiento o muerte. La Estrategia recomienda que esta atención se haga extensible también al personal sanitario. La Estrategia insta a garantizar, cuando sea necesario, el acceso a la asistencia psicológica a pacientes y familiares, desde el inicio y a lo largo de todo el proceso de la enfermedad, incluso a la familia después de la muerte del paciente. En Andalucía en el II Plan Integral de Oncología 2007-2012 en la Línea 4. Sistemas de atención a pacientes con cáncer, se establece la necesidad de asegurar una distribución de recursos (materiales y humanos) que garantice una correcta secuencia de atención (diagnóstico, tratamiento, seguimiento, rehabilitación, apoyo psicológico y paliación). El apoyo psicológico se encuentra al mismo nivel que el resto de las intervenciones. En este documento se establece también que se debe establecer una red asistencial integrada que mantendrá la conexión a través de los instrumentos clínicos: procesos asistenciales integrados, protocolos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento, comisiones de tumores y equipos multidisciplinares. En la Línea 4.3.2 del mencionado Plan, Pacientes susceptibles de recibir cuidados paliativos establece que las personas con enfermedad avanzada susceptible sólo de tratamiento paliativo merecen una especial atención por parte del SSPA, tanto para atender el nivel de sufrimiento al que hacen frente paciente y familiares, como por tratarse de una situación clínica en la que el beneficio es enorme si la atención es adecuada. (II Plan Integral de Oncología 2007 2012) En la Línea 4.4. Plan de Recursos Unidades de Apoyo, se establece que durante el período de vigencia de este Plan se completará la dotación necesaria para desarrollar el programa de Apoyo Psicológico a los pacientes con cáncer y sus familiares. Para el desarrollo de esta labor de apoyo específico y especializado, se incorporarán profesionales de la psicología clínica, que realizarán sus funciones en el contexto de la red de Salud Mental, desarrollando programas específicos de intervención conjunta y con el apoyo desde los dispositivos comunitarios de Salud Mental. II Plan Integral de Oncología 2007-2012 La Asociación Española contra el Cáncer en un informe emitido este año, considera que las intervenciones psicoterapéuticas son fundamentales en la asistencia a las personas con problemas oncológicos y que el psicólogo debe formar parte del equipo asistencial. Además, destaca que el cuidado médico de personas con enfermedades crónicas, graves y potencialmente mortales como el cáncer, así como enfrentarse diariamente al deterioro físico de los pacientes a su cargo, generan niveles significativos de estrés y malestar emocional en los miembros del personal sanitario que les asisten pudiendo deshumanizar significativamente la relación con el paciente y afectar la propia salud mental del trabajador sanitario. El estrés y los sentimientos de impotencia que genera el cuidado del enfermo oncológico pueden conducir en algunos casos al llamado síndrome del burn-out o del personal quemado (síndrome de desgaste profesional) 6. Puntos críticos de la atención psicooncológica: En su trabajo, el psicooncólogo debe tener en cuenta los siguientes aspectos que guardan relación con los aspectos psicológicos, sociales y familiares del cáncer. 6.1. Nivel psicológico 6.1.1. Como se ha expuesto, el cáncer conlleva un gran impacto psicológico no sólo para la persona que lo padece sino también para todo su entorno familiar y social, así como para los profesionales que le atienden. El paciente con cáncer y sus familiares están afectados por acontecimientos estresantes de alta magnitud por su número, intensidad y duración. Estas amenazas están presentes desde la intervención preventiva (ej., consejo genético), el diagnóstico, el tratamiento y se extienden a las revisiones periódicas, todo lo cual constituye un desafío a las estrategias de afrontamiento y control de los pacientes y su familia. 6.1.2. Entre el 20-35% de los pacientes presentan morbilidad psíquica tras el diagnóstico, un 37-40% de los que reciben quimioterapia y entre el 3550% de los que se encuentran hospitalizados. Y más del 50% presentan síntomas de estrés que complican el afrontamiento y recuperación de la enfermedad. (Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud) La Asociación Española contra el cáncer en un informe emitido en el año 2010, recoge las conclusiones de un trabajo de investigación llevado a cabo por la AECC con una muestra de 20.000 pacientes. En dicho informe se advierte la alta incidencia de problemas psicológicos y psicopatológicos en pacientes diagnosticados de cáncer, y se considera al tratamiento psicoterapéutico como clave en el tratamiento integral del cáncer. Según los datos recogidos por la AECC el 35% de las personas afectadas de cáncer padece algún tipo de trastorno psíquico a lo largo de la evolución de la enfermedad, identificándose sobre todo trastornos depresivos y de ansiedad. Este porcentaje se eleva al 40 % en los casos de personas que se encuentran en tratamiento de quimioterapia. La World Federation for Mental Health ha publicado en 2010 un informe que lleva por título Mental Health and chronic physical illnesses – the need for continued and integrated care donde expone la estrecha relación que existe entre salud mental y enfermedades crónicas físicas, entre las que se incluyen el cáncer, la diabetes, los trastornos respiratorios, la obesidad y el trastorno cardiovascular. En el informe al que se puede acceder a través de su web se realiza una revisión detallada de las asociaciones más frecuentes entre determinados trastornos mentales (fundamentalmente ansiedad y depresión) y los problemas de salud físicos crónicos. Del mismo modo, la Alianza de Enfermedades crónicas, un organismo que reúne a diez sociedades europeas de salud entre las que se encuentran European Cáncer Organisation y European Society for Medical Oncology, ha presentado en junio de 2010 un documento de posición conjunta reclamando una acción política urgente para reducir el impacto psicológico, social y económico que suponen las enfermedades crónicas. 6.1.3. Debido a la complejidad del proceso de asistencia al cáncer en el Sistema Nacional de Salud, en el Objetivo 10 de la Estrategia para adultos se determina que los pacientes diagnosticados de cáncer deben ser tratados en el marco de un equipo multidisciplinario e integrado y con un profesional que actúe como referente para el paciente a lo largo del proceso de atención hospitalaria. En el Objetivo 14 de la estrategia del cáncer en niños, se aconseja que la atención a los niños y adolescentes diagnosticados de cáncer se realice en unidades multidisciplinares de oncología y/o hematología pediátrica con un plan terapéutico interdisciplinar que favorezcan la atención psicosocial y educativa desde el momento del diagnóstico y que les permita continuar su desarrollo madurativo y su educación. Se insta a garantizar la atención psicológica especializada desde el momento del diagnóstico y a fomentar el desarrollo de una comunicación fluida entre el psicólogo y los distintos profesionales que forman parte de la vida del niño (escuela, pediatra y médico de familia). Esas unidades multidisciplinares tanto de niños como de adultos, incluyen la figura del psicooncólogo. 6.1.4. Existe evidencia científica que avala los efectos positivos de las intervenciones psicológicas en el ajuste emocional a la enfermedad. En el documento presentado en 2010 por la AECC se expone que las intervenciones psicoterapéuticas tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares y facilitar el proceso de adaptación a los cambios asociados a la enfermedad. En el mismo informe se expone que entre 20.000 pacientes encuestados que habían recibido asistencia psicoterapéutica, el 94% ha informado de una importante mejora en su calidad de vida. Los mayores beneficios tienen relación con la aceptación de la enfermedad, (43%), la mejor comunicación con la familia (34%) el mantenimiento de las relaciones sociales (22%) la relación con la pareja (18%) la adaptación a los tratamientos médicos (17%), la aceptación de los cambios de imagen (12%) y la comunicación con los profesionales sanitarios (10%). El Instituto de Cáncer Dana-Farber y el Brigham and Women's Hospital de Boston ha publicado que los aspectos psicopatológicos asociados al cáncer son a menudo más difíciles de afrontar que otros problemas médicos. Expone que aproximadamente el 50% de los pacientes con cáncer tienen algún tipo de trastorno psiquiátrico diagnosticable en algún momento del tratamiento. Los pacientes padecían ansiedad, depresión o un trastorno de adaptación. Lamentablemente, menos de la mitad recibieron la ayuda que necesitaban. El Instituto propone en esos casos asistencia psicoterapéutica individual o grupal. Los investigadores destacan la necesidad de incorporar la atención de la salud mental en los planes de tratamiento de los pacientes, ya que la depresión y la ansiedad pueden afectar la calidad de vida tal vez más que el dolor físico. 6.1.5. Otro aspecto importante a tener en cuenta es la calidad de vida. En un porcentaje muy importante de pacientes con cáncer se producen una serie de fenómenos psíquicos, físicos y sociolaborales que de una forma objetiva alteran la calidad de vida de los pacientes que lo padecen. El informe de la Asociación Española contra el cáncer presentado en 2010 afirma que uno de los objetivos de la psicoterapia es mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares, objetivo imprescindible en cualquier ámbito de la salud. La evaluación de la calidad de vida es especialmente relevante en psicooncología por varios motivos: 6.1.5.1. Porque no existe una relación lineal entre gravedad, evolución de la enfermedad y la calidad de vida en todos los pacientes, ya que sabemos que ésta depende tanto de los factores médicos objetivos como de los subjetivos y emocionales del enfermo. 6.1.5.2. Porque hay que tener en cuenta el impacto psicológico del diagnóstico para el enfermo y la familia, la dependencia del sistema sanitario, las expectativas y realidad de los tratamientos, la evolución de la enfermedad, etc. 6.1.5.3. Por el impacto físico de la enfermedad y de los tratamientos. 6.1.5.4. Por el número creciente de supervivientes de la enfermedad y el progresivo aumento del tiempo de supervivencia de quienes no evolucionan favorablemente. Tiempo durante el cual es posible ayudar a quienes lo padecen a tener una existencia deseable. 6.1.5.5. La calidad de vida esperable debe ser, para el médico, uno de los aspectos determinantes en la elección del tipo de tratamiento a utilizar y uno de los elementos sobre los que se debe informar al paciente a la hora de tomar decisiones. Mención especial merece la calidad de vida en los pacientes ancianos con cáncer, en los que dada su fragilidad, tanto física como psíquica, este concepto cobra una mayor dimensión. Entre los objetivos relacionados con la calidad de vida, el Objetivo 17 de la Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud establece la indicación de proporcionar atención psicológica al paciente y sus familiares. Para ello propone promover la creación de equipos de Psicooncología y reforzar los ya existentes, donde se atienda a necesidades actualmente poco y mal atendidas, y que son tan variadas como: 6.1.6. Reforzar informaciones incompletas o malinterpretadas de pacientes y familiares con respecto a la enfermedad, su evolución y su tratamiento, facilitando la adecuada comprensión de la información y fomentando los máximos niveles de competencia posibles 6.1.7. Potenciar en pacientes y familiares, estrategias de afrontamiento adecuadas y saludables frente a la enfermedad, los tratamientos, a los profesionales, al sistema como organización, etc. 6.1.8. Detectar, evaluar, y en su caso abordar, posibles respuestas con potencial psicopatológico presente o futuro. 6.1.9. Ayudar a enfocar y solucionar de forma positiva los problemas afectivos y personales que aparezcan a lo largo de la evolución del proceso, secundariamente a la enfermedad y su cuidado. 6.1.10. Asesorar sobre pautas de organización y funcionamiento del entorno del paciente, reparto de cargas, prevención de la co-dependencia, etc. 6.1.11. Informar a pacientes y familiares de los derechos que les asisten en caso de plantearse alguna situación de posible conflicto, tratando de ayudar a buscar soluciones positivas cuando sea posible. 6.1.12. Promover una adecuada coordinación entre los servicios y recursos. 6.1.13. Potenciar el voluntariado a domicilio para el soporte de enfermos y familiares. El documento establece que en los próximos años, el objetivo consistirá en incrementar los hospitales y unidades funcionales que presten apoyo psicológico específico como un indicador relacionado directamente con la calidad de vida de estas personas (Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud Objetivo 17) En el II Plan Integral de Oncología de Andalucía, se establece que todas las personas con diagnóstico de cáncer recibirán una propuesta de tratamiento tomada por un equipo de profesionales multidisciplinar En resumen, se establece la necesidad de que todo paciente diagnosticado sea tratado en el marco de un equipo multidisciplinar en el que esté incluido el apoyo psicosocial en el plan terapéutico cuando ello sea preciso. En este sentido, el documento sigue el concepto de autores clásicos sobre el tema que consideran imprescindible la integración de los aspectos psicosociales en el tratamiento del cáncer. 6.1.14. Asistencia a la familia. La familia del enfermo oncológico necesita a veces tanto apoyo y ayuda psicológica como el propio enfermo. En la Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud se especifica también la necesidad de ofrecer apoyo a las familias, incluyendo la asistencia en los procesos de duelo. Esta atención también se encuentra garantizada en el II Plan Integral de Oncología de Andalucía. 6.1.15. Asistencia al personal sanitario. El personal sanitario también presenta alteraciones emocionales que en ocasiones precisan apoyo psicológico. En la Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud se especifica la necesidad de la prevención del síndrome del desgaste profesional, intentando mejorar las competencias y habilidades de comunicación de todos los profesionales sanitarios que trabajan con el enfermo de cáncer y su familia, enseñando técnicas de comunicación, para optimizar los cuidados que les proporcionan y prevenir e identificar el síndrome de desgaste profesional, a través de: 6.1.15.1. Programas de formación en aspectos psicológicos básicos, habilidades de comunicación y manejo de situaciones difíciles. 6.1.16.2. Desarrollo de guías clínicas y protocolos de derivación y actuación. 6.1.16.3. Facilitar los encuentros e intercambios interprofesionales, dentro y fuera del equipo, dirigidos a tal fin. 6.1.17. A estos puntos del documento habría que añadir que el cuidado óptimo del paciente con cáncer debería integrar variables culturales que influyen en el enfrentamiento a la enfermedad. Hay aspectos del bagaje cultural de un individuo que afectan su respuesta al proceso oncológico: las atribuciones causales al cáncer; el rol de la familia en el cuidado del paciente; el proceso de transmisión de información médica; las actitudes ante el dolor y ante la muerte y los rituales de duelo. En una sociedad multicultural como la nuestra, es necesario tomar conciencia de la necesidad de comprender al enfermo oncológico culturalmente distinto en unas sociedades en las que las crecientes tasas de emigración obligan a algunos a tratar su enfermedad en entornos culturales diferentes a aquellos de los que proceden. En resumen: Categorías psicopatológicas más frecuentes de los pacientes con cáncer: • Trastornos adaptativos • Depresión • Ansiedad • Abuso de sustancias La angustia también puede aparecer asociada a: • Dolor • Cambios en la fe/espiritualidad • Dificultades con la familia • Problemas relacionados con el trabajo • Problemas derivados de la relación con el sistema sanitario. • Problemas económicos • Preocupaciones relacionadas con los hijos. Desafíos del diagnóstico y tratamiento psicológicos: • La estigmatización percibida hacia la atención psicoterapéutica y psicofarmacológica. • Dificultad en agregar otro problema más a un diagnóstico clínico complejo. • A veces los pacientes se sienten incómodos o avergonzados de sentirse tristes o ansiosos • Temor a que el médico tenga una opinión negativa del paciente • Puede resultarle difícil a los médicos el mencionar temas delicados relacionados con la salud mental. Factores de riesgo de problemas psiquiátricos especiales en los pacientes con cáncer: • El tipo y etapa del cáncer (el cáncer de páncreas y ciertos tipos de cáncer de pulmón y de cáncer en estados avanzados en el momento del diagnóstico) presagian una mayor incidencia de problemas psiquiátricos. • Pacientes muy jóvenes o muy ancianos • Personas que viven solas o que cuentan con poco apoyo. • Personas que tienen pocos amigos y no están asociadas con grupos comunitarios o religiosos • Pacientes con un historial de problemas psiquiátricos previos. • Pacientes con problemas de salud coexistentes 6.2. Nivel social: 6.2.1. El estigma de la enfermedad, el cambio del aspecto físico, el posible cambio de carácter o del estado anímico, el no poder realizar las actividades de ocio llevadas hasta el momento, etc., pueden provocar situaciones que pueden ir desde una reducción de la red social hasta el aislamiento. 6.2.2. Algunos enfermos sufren por parte del entorno cierto aislamiento (a menudo con la intención equivocada de no hacerles sufrir), propiciando la pérdida de su rol como persona y su papel activo y útil en la sociedad. 6.2.3. Los ciclos de ingreso hospitalario suelen ser períodos que constituyen una interrupción de la vida donde generalmente se fomenta la pasividad y la dependencia y no se propicia la distracción o la realización de actividades compatibles con el ingreso, todo lo cual puede conducir a un aumento de malestar de la persona ingresada. 6.3. Nivel familiar (fundamentalmente atención al cuidador familiar) 6.3.1. Las estructuras familiares actuales (con reducción de los miembros o dispersión geográfica) dificultan poder llevar a cabo tareas de atención y apoyo a la persona enferma dentro del contexto familiar. 6.3.2. Puede darse el caso de que la persona enferma sea a su vez responsable de las atenciones de otros miembros vulnerables en la familia (ancianos, disminuidos, niños, etc.) que de este modo podrían quedar sin cuidador. 6.3.3. Otro problema es el autoabandono de los cuidadores. Algunos descuidan sus necesidades personales, de salud y familiares, centrándose exclusivamente en la atención de la persona enferma. 6.3.4. La desorientación y el impacto producido por la enfermedad, a menudo pueden provocar situaciones de desavenencias y malentendidos entre los miembros de la familia, que pueden acabar en situaciones de desatención. La enfermedad actúa en ocasiones como una lente de aumento de problemas familiares previos. 7. Objetivos de la Psicooncología. Los objetivos de la Psicooncología van desde la intervención aplicada al paciente, las familias y el personal sanitario, a la prevención e investigación de la influencia de factores psicológicos relevantes en el proceso oncológico, e incluyen la optimización de los instrumentos y metodología de las intervenciones. El psicooncólogo es tanto un profesional aplicado como un investigador de base en un campo especializado, en continua evolución y desarrollo. El programa de Psicooncología de la UGC de Salud Mental del Hospital Carlos Haya debe cubrir cuatro grandes áreas: a. Asistencia clínica al paciente y sus familiares para mejorar la adaptación y calidad de vida ante el diagnóstico, tratamiento médico, revisiones, cuidados paliativos y duelo. También incluye la asistencia al equipo sanitario. b. Docencia: La docencia se entiende como interna y externa. En esta docencia se engloba la formación continuada de los profesionales que llevan a cabo este programa, la formación reglada de residentes de Psicología Clínica y Psiquiatría, la participación en sesiones clínicas y bibliográficas conjuntas, como así también la contribución a la formación en habilidades de comunicación, manejo de situaciones de crisis y estresantes del equipo sanitario con el paciente. c. Prevención: programas adecuados de educación para la salud, aprendizaje de hábitos saludables preventivos del cáncer, conductas de detección precoz, apoyo e intervención en consejo genético. d. Investigación en aspectos emocionales, cognitivos, comportamentales y sociales que están presentes en la patología del cáncer, sus tratamientos o el sistema de atención. Este apartado de investigación resulta fundamental. La investigación orienta y mejora la asistencia. El programa debe incluir como parte de su actividad, proyectos de investigación financiados. 8. Programa de Psicooncología formación PIR 8.1. Objetivos. A continuación se expone una propuesta de formación en Psicooncología que incluye los objetivos, programa, metodología, métodos de evaluación y valoración de la calidad de la enseñanza. El programa propuesto incluye la formación en las siguientes áreas: a) clínica de los trastornos oncológicos, b) organización de los servicios de atención, c) bioética, deontología y aspectos legales, d) factores psicológicos y sociales implicados, e) evaluación clínica y de la salud, f) psicopatología, g) tratamientos, h) programas de promoción de la salud, prevención, detección precoz y consejo genético, i) trabajo en equipos multiprofesionales y prevención del burnout y j) metodología investigadora. Se señala la necesidad de fomentar la investigación sobre los tratamientos en Psicooncología, e incluir en el programa de formación los procedimientos y técnicas de tratamiento que hayan demostrado empíricamente su eficacia clínica. La formación del psicooncólogo es una tarea compleja que ha de alcanzar los siguientes objetivos que se encuentran establecidos por la Comisión Nacional de la Especialidad de Psicología Clínica. a) Dotar de los conocimientos necesarios en la clínica de los trastornos oncológicos, epidemiología, etiología, factores de riesgo, procesos y pruebas diagnósticas, consejo genético, tratamientos médicos y de enfermería, así como de cuidados paliativos y tratamiento del dolor. b) Dotar de conocimientos de la organización de los servicios de atención a los pacientes de cáncer en atención primaria y especializada. c) Conocimiento y práctica de la bioética, deontología y aspectos legales implicados en la atención al paciente de cáncer, y elaboración de informes psicológicos periciales. d) El estudio de factores psicológicos y sociales implicados en el cáncer, su impacto en el estado emocional, calidad de vida y bienestar del paciente de cáncer y sus familiares, así como la influencia de dichos factores en la etiología, pronóstico y supervivencia en el cáncer. e) Capacitación y práctica para llevar a cabo la evaluación clínica y de la salud, diagnóstica y de la calidad de vida; planificar la evaluación y utilizar instrumentos específicos, llevar a cabo el análisis funcional, la formulación de casos y la elaboración de informes. f) Manejo de los trastornos psicopatológicos frecuentemente asociados a las enfermedades neoplásicas. más g) Entrenamiento en los métodos de intervención con pacientes de cáncer, especialmente las técnicas de tratamiento apoyadas empíricamente, incluyendo el counselling, técnicas de comunicación y tratamientos psicológicos individuales y grupales; así como terapia de pareja y familiar con formato psicoeducativo y psicoterapéutico. Diseño y aplicación de programas de atención a pacientes ingresados en coordinación con el personal facultativo y de enfermería de los mismos. h) Entrenamiento en el diseño y puesta en marcha de programas de promoción de la salud y prevención del cáncer, así como de detección precoz y consejo genético. i) Entrenamiento en trabajo en equipos multiprofesionales, habilidades docentes para entrenar en habilidades de comunicación medico-paciente, manejo de situaciones estresantes y control de riesgos laborales como el burnout. j) 8.2. Formación en metodología de la investigación. Programa de formación El siguiente programa se basa en tres documentos: el Programa de Formación de la Especialidad de Psicología Clínica, (2003), el documento de trabajo Formación en Psicoterapias de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Carlos Haya (2009) y el documento de Formación de Psicooncología de la Universidad Complutense de Madrid (2004) Un programa de formación completo en Psicooncología debería tratar los siguientes temas: 1. Oncología. 1.1. Epidemiología del cáncer. 1.2. Etiología del cáncer. 1.3. Factores de riesgo. 1.4. Prevención primaria del cáncer. 1.5. Detección precoz del cáncer. 1.6. Consejo Genético Oncológico. 1.7. Tratamientos oncológicos: cirugía, quimioterapia, TMO y hormonoterapia, Radioterapia. Tratamientos combinados. 1.8. Cánceres específicos: cáncer de mama y ginecológicos, cánceres genitourinarios, cáncer gastrointestinal, cabeza y cuello, linfomas, leucemias y mielomas, tumores del SNC, tumores germinales, otros tumores. 1.9. Cánceres infantiles. 1.10. Cuidados paliativos. Intervención médica. 2. Introducción histórica y definición de la Psicooncología 3. Organización de servicios sanitarios de atención al cáncer. Equipos multiprofesionales. 4. Bioética y aspectos legales, informes periciales. Valoración con finalidad forense de daños y secuelas. 5. Factores psicológicos y sociales en el cáncer. 5.1. Aspectos culturales y sociales 5.2. Conductas de salud y estilos de vida. 5.3. Estrés, estilos de afrontamiento y variables de personalidad. 5.4. Psiconeuroimmunología. 5.5. Apoyo social y cáncer. 5.6. Imagen corporal. 5.7. Sexualidad. 5.8. Aspectos evolutivos: infancia, adultez y vejez. 5.9. Factores psicológicos asociados a los tratamientos oncológicos: cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia e inmunoterapia, trasplante de médula ósea. 5.10. Factores psicológicos asociados a localizaciones tumorales específicas: tumores de cabeza y cuello, cáncer de mama, tumores del SNC, cáncer de pulmón, leucemias, linfomas, mielomas, etc. 5.11. Alteraciones psicológicas y psiquiátricas en el proceso de adaptación. 5.12. Aspectos psicosociales del dolor oncológico. 5.13. El enfermo en fase terminal. 5.14. El proceso de duelo. Elaborar y aplicar programas y procedimientos de tratamiento apoyo y consejo psicológicos a las familias en los procesos de duelo. 5.15. Repercusión de la enfermedad en el entorno del paciente y en el cuidador familiar. 6. Evaluación clínica del paciente. 6.1. Proceso de evaluación. 6.2. Exploración inicial. Capacidades cognitivas (atención, lenguaje, pensamiento, orientación, memoria, afecto). 6.3. Evaluación de los hábitos de salud. 6.4. Evaluación de la calidad de vida. 6.5. La evaluación diagnóstica. Screening trastornos psicopatológicos según criterios del DSM-IV, CIE-10 y diagnóstico situacional. 6.6. Análisis descriptivo, funcional y formulación clínica. Estado emocional: ansiedad, depresión, autoestima, culpa, ira etc. 6.7. Evaluación en niños y adolescentes. 6.8. Evaluación en la vejez. 6.9. Evaluación de la calidad de vida 6.10. Evaluación de apoyo familiar y social. 6.11. Evaluación de la adaptación y afrontamiento de la enfermedad y su tratamiento. 6.12. Satisfacción con la información recibida. Comprensión de la información. 6.13. Valoración de la competencia para tomar decisiones. 6.14 Identificación y evaluación de problemas psicológicos que interfieran o puedan interferir con la evolución y el tratamiento del cáncer, tanto en el proceso inicial como en la fase crónica. 6.15. Elaboración de informes psicológicos. 7. Psicopatología. 7.1. Clasificaciones diagnósticas DSMIV y CIE-10. 7.2. Trastornos de estado de ánimo. 7.3. Ansiedad. 7.4. Trastornos adaptativos. 7.5. Delirium, demencia y trastornos amnésicos. 7.6. El suicidio. 7.7. Otros trastornos psicopatológicos. 8. El tratamiento psicológico. 8. 1. Métodos de intervención. 8.2. Áreas específicas de intervención 8.3. Objetivos y planificación del tratamiento. 8. 1. Métodos de intervención Programas de psicoterapia, procedimientos de intervención y tratamientos psicológicos basados en la evidencia para problemas psicológicos derivados de, o asociados al cáncer. Programas de tratamiento, apoyo y consejo psicológico a diferentes niveles (individual, familiar y grupal) 8.1.1. Entrenamiento en Counselling. 8.1.2. Relajación progresiva y autógena, técnicas de visualización. 8.1.3. Control de la ansiedad: desensibilización sistemática y técnicas de exposición. 8.1.4. Técnicas de autocontrol y refuerzo operante. 8.1.5. Planificación de actividades y administración del tiempo. 8.1.6. Solución de problemas y toma de decisiones. 8.1.7. Terapia cognitivo-conductual: reestructuración cognitiva, entrenamiento autoinstruccional, identificación y expresión emocional, inoculación de estrés. 8.1.8. Psicoterapia interpersonal. 8.1.9. Entrenamiento en habilidades educativas y de entrenamiento del personal. 8.1.10. Tratamiento de trastornos asociados al cambio en la imagen corporal 8.1.11. Optimizar y apoyar las redes naturales de apoyo (familia y amigos), así como el uso de redes artificiales creadas al efecto (grupos de apoyo social, grupos de autoayuda, voluntariado, etc.). 8.1.12. Potenciar la utilización de recursos de tipo espiritual en aquellos pacientes en los que la religiosidad ocupe un papel importante en sus vidas. 8.1.13. Terapia de pareja y sexual. 8.1.14. Terapia grupal. 8.1.15. Programas psicoeducativos. Psicoeducación, consejo psicológico y orientación sobre estrategias para superar problemas de información, y necesidades de comunicación y emocionales. Los programas psicoeducativos a pacientes y familiares tienen como objetivo facilitar la comprensión de los factores médicos y psicosociales relacionados con la enfermedad oncológica y facilitar la toma de decisión compartida con su médico en relación al tratamiento y seguimiento médico. Están dirigidos a pacientes y familiares (información sobre los aspectos cognitivos y emocionales en relación con el diagnóstico de cáncer y sus tratamientos 8.1.16. Intervención familiar y/o con el cuidador familiar: • Fomentar el autocuidado de los cuidadores y su familia, asesorando sobre el beneficio de éste y fomentando su asertividad, como una aptitud adecuada para pedir ayuda. • Evaluación de la carga del cuidador familiar. • Realizar procesos de mediación familiar ante situaciones de crisis, provocados por desavenencias y falta de organización en los cuidados. • Fomentar la autoestima de los cuidadores y del grupo familiar identificando con ellos sus capacidades y recursos propios, así como reconociendo el esfuerzo de su empeño. • Evaluación y seguimiento de los pacientes y familiares sometidos a estudios genéticos 8.1.18. Psicofarmacología. 8.2. Áreas específicas de intervención psicológica. 8.2.1. Intervención psicológica en áreas específicas: dolor oncológico, preparación psicológica para la cirugía, efectos de la quimioterapia, intervención psicológica en TMO, intervención psicológica en radioterapia. Consejo genético oncológico. 8.2.2. Aplicar programas de psicoprofilaxis a pacientes que siguen tratamientos y/o intervenciones médicas o quirúrgicas (transplantes de órganos entre otros) 8.2.3. Intervención para mejorar problemas de imagen corporal. 8.2.4. Intervención en problemas sexuales en cáncer. 8.2.5. Intervención en crisis. 8.2.6. Intervención en riesgo de suicidio. 8.2.7. Atención psicológica en cuidados paliativos. 8.2.8. Intervención en duelo. Un apartado importante es la evidencia de la terapia cognitivo conductual en el dolor. Un abordaje del dolor en estos pacientes debe hacerse desde una perspectiva integral que incorpore la perspectiva psicosocial. El reconocimiento de la importancia de los factores psicológicos en el tratamiento del dolor es paralelo al estudio y tratamiento científico del dolor crónico. La Internacional Association for The Study of Pain (IASP) y la American Academy of Neurology, preconizan la necesidad de abordar el dolor desde el punto de vista multidisciplinar que incluya como componente esencial el tratamiento psicológico llevado a cabo por psicólogos clínicos. 9. Entrenamiento en el diseño y puesta en marcha de programas de educación para la salud. 10. Entrenamiento del personal sanitario y voluntariado. 10.1. Habilidades de comunicación con el enfermo y su familia. Ayuda al manejo de sus propias emociones ante los pacientes y familiares. Estrategias para entrenar al personal sanitario en habilidades de comunicación sanitario-paciente. Estrategias para entrenar al personal sanitario en el afrontamiento del estrés 10.2. Habilidades de comunicación con el equipo. 10.3. Prevención y tratamiento del burnout. 10.4. Estrategias para entrenar al voluntariado 11. Metodología de investigación. 11.1. Factores psicológicos en la etiología, pronóstico y supervivencia en el cáncer. 11.2. Necesidades del paciente. 11.3. Calidad de vida. 11.4. Procedimientos psicoterapéuticos e instrumentos de evaluación. Valoración de la calidad de la intervención psicológica en términos de eficacia, efectividad y eficiencia. La investigación en intervención en psicoterapias en enfermos oncológicos ofrece una gran diversidad de áreas de estudio y modos de enfocarla: el de la eficacia de la psicoterapia, la comparación de la eficacia entre las diversas modalidades terapéuticas, la selección de los pacientes, la validación empírica de tratamientos y el estudio del proceso terapéutico son las áreas más investigadas. 12. Autocuidado emocional Autocuidado del residente que se especializa en Psicooncología o rota en programas de consulta y enlace en servicios que asisten a personas con cáncer. Vincularse con personas que atraviesan momentos de gran incertidumbre manejando altos niveles de angustia, acompañar cuando las noticias son negativas, estar presente en situaciones de sufrimiento extremo, ser testigos del deterioro y la muerte de distintas personas, no es fácil y requiere un gran entrenamiento no sólo profesional, sino también personal. 8.3. Metodología de la enseñanza Aspectos generales: Los planes de formación de los residentes de Psicología en Psicooncología precisan de la participación de equipos inter/multidisciplinares, dada la multiplicidad y complejidad de aspectos implicados en la atención a las enfermedades oncológicas. La formación se supervisará a través de los supervisores de rotación de Interconsulta y Enlace hospitalarios. El residente podrá llevar a cabo el proceso de formación a través de los siguientes espacios: Docencia reglada según programa establecido en los ítems anteriores. Aspectos teóricos específicos e instrumentos de evaluación e intervención. Supervisión con formatos individual y grupal. La supervisión se convierte en una fórmula de investigación, que le permite al Residente apreciar la calidad del vínculo terapéutico, los elementos comunes y los elementos relevantes del cambio. Utilizando las categorías del modelo genérico se emplea el monitoreo desde un punto de vista formal, el estado, sesión a sesión, del vinculo terapéutico. Según las recomendaciones de Szecsody, se trata de crear en el Residente supervisado, una situación de “aprendizaje mutativo”, en el que aprende a reconocer el sistema de interacción que establece con el paciente. Entrevistas filmadas que permitan feed back en la formación en este campo. Sesiones y revisiones bibliográficas sistemáticas para conocer cuáles son las Psicoterapias que demuestran evidencias de mayor eficacia, eficiencia y calidad en el campo de la Psicooncología y que pueda llevarse a cabo en el marco de un Servicio sanitario público tanto en el nivel individual, familiar y de grupo y de las orientaciones que determina la Orden Ministerial (modelos psicodinámico focalizado, sistémico, cognitivoconductual y el interpersonal). Participación en la creación de un banco de casos de intervención en Psicooncología. La investigación bibliográfica debe continuar localizando los modelos más adecuados de formación de psicoterapeutas y las líneas de investigación que se podrían instaurar. Participación en sesiones clínicas del equipo de interconsulta y enlace, de la Unidad Clínica de Gestión de Salud Mental y de los servicios de Oncología y Oncohematología. Participar en la actividad asistencial a demanda y programada por el Equipo de Interconsulta. - Participación en proyectos de investigación. Participación en la redacción de artículos sobre el tema en revistas especializadas. Elaboración de abstracts en formato de posters y comunicaciones orales para enviar a congresos nacionales e internacionales. La docencia práctica se ha de llevar a cabo en el Hospital Carlos Haya en los distintos servicios que proporcionan atención a pacientes con cáncer. Se ha de contar con la participación de los siguientes servicios: – Oncología Clínica: oncología médica, oncología radioterápica, oncología pediátrica y cirugías oncológicas. - Otras especialidades que atienden enfermedades oncológicas: Ginecología, Hematología, Cirugía Torácica, Cirugía Digestiva, Cirugía Maxilofacial y Unidad de Estomaterapia. - Unidad de consejo genético oncológico. - Unidades de cuidados paliativos y asistencia domiciliaria. Es necesario que el residente cuente con un supervisor con experiencia en el tema, que organice las actividades prácticas: asignación de tareas, establecimiento de funciones y horarios en las prácticas; y que le proporcione una guía, asesoramiento y supervisión de la práctica clínica, la investigación y el aprovechamiento teórico, que revise los informes de casos y las memorias finales de la actividad. Sería importante que los profesionales que forman parte del equipo de interconsulta y enlace y que van a tutorizar a MIR y PIR durante esta rotación por el programa de Psicooncología, además de estar acreditados por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, estén acreditados como psicoterapeutas por organismos nacionales e internacionales como la FEAP por ejemplo y actualicen sus curriculums en el sentido de poner especial énfasis en su actividad docente e investigadora en el terreno concreto de las intervenciones psicoterapéuticas y psicofarmacológicas en pacientes con patología somática y especialmente con pacientes con cáncer y sus familiares, como así también asistencia al final de la vida. Y por supuesto, un objetivo muy importante a alcanzar sería la Acreditación de la formación en Psicooncología que se imparte en nuestra UGC. 8.4. Psicoterapia e intervenciones psicoterapéuticas. La definición de Psicoterapia adoptada es la de la FEAP: “Se entiende por psicoterapia todo tratamiento de naturaleza psicológica que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento humano, promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, relaciones, cogniciones, adaptación al entorno, salud física y psíquica, integración de la identidad psicológica y en general el mejor equilibrio y bienestar biopsico-social de las personas y grupos tales como la pareja o la familia”. En otro Anexo de la propuesta de programa de Interconsulta y Enlace en el hospital general, se exponen los procesos psicoterapéuticos con personas con enfermedades físicas avalados por la evidencia científica y que son los que deberían utilizarse en este programa. Asimismo en el Anexo 8 se proponen los procedimientos de evaluación del aprendizaje en psicoterapia que podrían utilizarse con los residentes. El entrenamiento en Psicoterapia aplicada a Psicooncología contempla los diferentes modelos teóricos que poseen elementos comunes y se basan en la llamada alianza terapéutica. Se reivindica al terapeuta como lazo común entre los modelos y los factores comunes. La formación en Psicoterapias se impartirá a lo largo de todo el proceso formativo con sujeción a las siguientes bases determinadas por la UGC de Salud Mental del Hospital Carlos Haya: a) Debe ser supervisada y reglada, con asunción progresiva de responsabilidades. b) Debe fundamentarse en los hallazgos de la investigación científica. c) Debe prestar atención a los aspectos de la persona del terapeuta. d) Debe estructurarse de tal manera que el progreso en la formación sea evaluable. A continuación y siguiendo el mencionado documento, se consideran cuatro niveles de competencias a conseguir por los residentes adaptados a la especialidad Psicooncología que suponen diferentes niveles de exigencia y desarrollo de destrezas psicoterapéuticas. Nivel 1. Las destrezas psicoterapéuticas adecuadas para sacar partido a los denominados “factores comunes”. Este primer nivel debería ser puesto en práctica siempre que se realice una intervención terapéutica, sea ésta de carácter psicológico, biológico o social. Estaría dirigido a facilitar el desarrollo de la relación de ayuda y de encuadre. Debe permitir la aplicación de psicoeducación, la identificación de obstáculos para el cambio terapéutico y el reconocimiento de implicaciones psicológicas en el proceso terapéutico. Deben utilizarse instrumentos de medida que garanticen el correcto aprendizaje de estos elementos (escala WAI-I) e iniciar trabajos de investigación cualitativa y empírica. (Supervisión de 3 casos) Habilidades del Nivel 1 - Las básicas de la entrevista. Las de la relación con el paciente. En técnicas específicas y limitadas. Psicoeducación. Actitudes del Nivel 1 - Mostrar disponibilidad para la supervisión. - Reconocimiento de implicaciones psicológicas en el proceso terapéutico. - Reconocer su implicación en la relación con el paciente . Nivel 2. Las destrezas necesarias para abordar la problemática psicológica, que se asocia a los trastornos mentales independientemente de su diagnóstico. Se trataría del desarrollo de destrezas psicoterapéuticas necesarias para abordar problemas psicológicos generales de los pacientes con cáncer, tales como las dificultades de relación social, laboral y familiar derivadas de la sintomatología, las dificultades de adhesión, la detección y manejo de las situaciones de riesgo, el apoyo psicológico. Este nivel debe ser desarrollado específicamente para cada una de las situaciones mencionadas y debe incluir las habilidades básicas de comunicación necesaria para dispensar este tipo de ayuda psicológica a individuos, parejas y grupos. Se basará en psicoterapia de apoyo e intervención en crisis. (Supervisión 4 casos). Teoría del Nivel 2 - Psicoterapia de apoyo. - Intervención en crisis. - Psicoterapia grupal. Habilidades del Nivel 2 - Abordar problemas psicológicos generales: - Abordar las dificultades de relación social, laboral y familiar. - Dificultades de cumplimentación. - Demostrar experiencia en la aplicación de los principios de intervención en crisis. - Hacer planes de atención en situaciones de emergencia donde la situación puede ser incompleta. - Capacidad de considerar con sensibilidad en un incidente critico, las necesidades y principios de los pacientes y familiares. - Manejo de las escalas GH-Q 45. Actitudes del Nivel 2 Mantener una buena actitud profesional y de comportamiento con respecto a las situaciones de ambigüedad e incertidumbre. Psicoterapia de apoyo con pacientes oncológicos y sus familias Conocimientos necesarios en la Psicoterapia de Apoyo. - Los conocimientos para mantener o mejorar la autoestima del paciente, para minimizar o evitar recurrencia de los síntomas, y maximizar la capacidad de adaptación del paciente. - Comprender que la práctica de terapia de apoyo es comúnmente utilizada en muchas sesiones terapéuticas. - El conocimiento que la relación paciente-terapeuta es de suma importancia. - Conocimiento de las indicaciones y contraindicaciones para la terapia de apoyo. - El conocimiento de cuándo y cómo remitir al paciente para tratamiento psicofarmacológico o con otras modalidades psicoterapéuticas. - Entender que la formación continuada en la terapia de apoyo es necesaria para el desarrollo de otras habilidades. Habilidades necesarias en la Terapia de Apoyo - Establecer y mantener una alianza terapéutica con el paciente y su familia. - Realizar diagnósticos precisos y evaluaciones de los problemas de los pacientes con cáncer. - Establecer los objetivos del tratamiento, - Interactuar de una forma directa. - Responder al paciente y darle información y asesoramiento cuando sea necesario. - Mostrar sensibilidad hacia el paciente como un individuo único dentro de su estructura familiar, sociocultural, y su comunidad. - Determinar qué intervenciones son mejores en interés del paciente y actuar con prudencia para no basar las intervenciones en las creencias y valores propias del residente. - Reconocer e identificar los afectos en el paciente y en él mismo. - Enfrentar de manera cooperativa comportamientos que sean peligrosos o perjudiciales para el paciente. - Brindar consuelo para reducir síntomas, mejorar la moral y adaptación, y prevenir las recaídas. - Reconocer, apoyar y promover la capacidad del paciente para alcanzar las metas que mejorarán su bienestar. - Proporcionar estrategias para manejar los problemas con la regulación del afecto, trastornos del pensamiento, y comprobación de la realidad alterada - Proporcionar educación y asesoramiento sobre estado de salud psíquica del paciente y el tratamiento. - Dirigir la atención del paciente hacia habilidades de adaptación, las relaciones y las posibles fuentes de ansiedad y preocupación. - Ayudar al paciente en el desarrollo de competencias de auto-evaluación. - Buscar las consultas apropiadas y / o referencia para el tratamiento especializado. Actitudes necesarias en la Terapia de Apoyo - Empático, respetuoso, curioso, abierto, sin prejuicios, colaborador, y capaz de tolerar la ambigüedad - Seguro de la eficacia de la terapia de apoyo. - Sensible a aspectos socioculturales y socioeconómicos que surgen en la relación terapéutica. - Abierto a grabaciones de audio, grabaciones de video, o observación directa de la sesión de tratamiento. Evaluación: -De las sesiones de video o audio de psicoterapia de apoyo se toman segmentos de un minuto al azar completando 10 segmentos por sesión. Este proceso se repite en alguna sesión intermedia y al final. - Los Tutores puntúan las habilidades mediante una escala. Nivel 3. Las destrezas necesarias para complementar el tratamiento de trastornos específicos de la comorbilidad psíquica de los pacientes con diagnóstico de cáncer, tales como Trastornos adaptativos, depresivos, de Ansiedad, manejo de los trastornos de Ansiedad depresión, los programas psicoeducativos dirigidos a familiares, técnicas de relajación. El objetivo sería adquirir competencias con la finalidad de aplicar técnicas psicoterapéuticas específicas y estructuradas, orientadas a complementar el tratamiento farmacológico o la rehabilitación de trastornos específicos. (Supervisión 4 casos) Habilidades del Nivel 3 Las requeridas para cada técnica específica. Actitudes.del Nivel 3 -Mostrar disposición y disponibilidad para la supervisión -Aplicar las habilidades y conocimientos en la realización de exploración del paciente. -Construir y explicar una formulación psicológica y psicoterapéutica de las dificultades del paciente. -Continuar con la práctica y desarrollar una serie de habilidades de tratamiento. -Consideración a los pacientes que solo desean medicación. -Ayuda de profesionales de diferentes orígenes para comprender y utilizar conceptos psicoterapéuticos en el manejo pacientes con patología crónica -Proporcionar evaluaciones psicoterapéuticas e intervenciones para las personas con problemas de Salud Mental complejos. -Apoyo a las familias de los pacientes. -Demostrar una actitud profesional -Nivel 4. Constituye la Psicoterapia propiamente dicha y se refiere a las destrezas para practicar la psicoterapia formal que se ajusta estrictamente a un modelo y que se aplica según las directrices propias del modelo, a saber: • Cognitivo-conductual. • Psicodinámica focalizada. • Psicoterapia interpersonal. • Psicoterapia sistémica. • Modalidades estructuradas de integración de alguna de ellas. Este cuarto nivel está referido a las destrezas necesarias para practicar la psicoterapia formal y ajustada estrictamente a modelos. Incluye el conocimiento de bases teóricas y prácticas de los modelos psicoterapéuticos y su aplicación en diferentes modalidades: individual, de pareja, de familia o grupal. Cada uno de estos recorridos formativos debe abordarse tanto en el nivel teórico, como práctico y deben estar cuantificados. (Supervisión 5 casos). Habilidades del Nivel 4 Las requeridas para cada técnica. Actitudes del Nivel 4 -Mostrar disposición y disponibilidad para la supervisión y para dársela a otros -Mostrar respeto y confidencialidad por el supervisado -Aplicar las habilidades y conocimientos en la realización de exploración del paciente -Construir y explicar una formulación integral psicológica y psicoterapéutica de las dificultades del paciente. -Continuar con la práctica y desarrollar habilidades completas de tratamiento. -Demostrar una actitud profesional y de experto competente. -Plantearse realizar terapia personal. -Usar la auto reflexión para abordar elementos conscientes o inconscientes(prejuicios, sentimientos personales),que puedan limitar la capacidad clínica. No se trata de aprender y administrar técnicas instrumentales sin más, sino de conseguir determinadas habilidades del terapeuta que necesariamente se deben adquirir en el terreno de la formación y que deben ser objeto de estudio e investigación. Los programas deberían priorizar: • Tratamientos, intervenciones y técnicas psicoterapéuticas individuales breves. • Tratamientos, intervenciones y técnicas psicoterapéuticas grupales (grupo, pareja, familia) de duración limitada. • Tratamientos, intervenciones y técnicas focales, de tiempo limitado. • Psicoterapias de apoyo e intervenciones psicoterapéuticas dirigidas al apoyo de pacientes y sus familiares 9. Investigación Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la Psicooncología es el de facilitar un entorno laboral en el que los profesionales puedan combinar el trabajo asistencial con la investigación clínica. Ambas actividades deberían hacerse de una manera combinada. Es desde la experiencia clínica desde donde surgen las preguntas que son dignas de ser investigadas y que tienen consecuencias relevantes en el cuidado del enfermo. Son los propios pacientes y sus familiares quienes nos dan las pautas de aquello que aún desconocemos y merece mayor estudio. Sin embargo, la carga asistencial en los hospitales es enorme, y el número de profesionales de salud mental hospitalarios especializados en Psicooncología es todavía tan limitado, que es prácticamente imposible combinar la asistencia con la investigación. A esto hay que unir que la Psicooncología es una disciplina reciente. Queda por delante un trabajo importante en el que destaca sobre todo, la investigación sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos en el cáncer. Es necesario fomentar la investigación en esta área, adoptando criterios semejantes de tratamientos empíricamente validados de la división 12 del la APA (Task Force) a este campo concreto La investigación en relación a la psicoterapia debe hacerse en relación a sus componentes medibles: de proceso (cuáles son los mecanismos por los que la psicoterapia promueve el cambio en pacientes oncológicos) y de resultados (qué conseguimos en términos de eficacia y eficiencia) Hay que decidir qué instrumentos, escalas, inventarios etc. se usarán para los diferentes niveles de investigación, que deben estar validados, que podrían validarse por nosotros o creados a partir de investigaciones específicas. Cada modelo psicoterapéutico suele usar preferentemente unos instrumentos sobre otros e incluso hay diseños específicos para evaluar modelos concretos. La informatización de todos los instrumentos resultaría esencial Se propone sobre todo, la utilización de instrumentos, que permitan medir procesos y/o resultados y ofrecer feed back al residente como el Inventario de Evaluación de Logro de Objetivos en Psicoterapia muy valioso en la investigación científica de resultados y que además permite dar feedback tanto al terapeuta como al paciente, cuestión ésta que ha demostrado mejorar los resultados o cualquier otro similar. Este apartado se expone en otro Anexo. Anexo 8 El objetivo sería sin duda, elaborar proyectos de investigación financiados sobre distintos temas como la evaluación de resultados de las psicoterapias con pacientes oncológicos, impacto de la enfermedad a nivel personal y familiar, impacto en los cuidadores familiares, procesos que intervienen en el duelo patológico entre otros, todo lo cual conduciría a publicaciones en revistas especializadas. En la actualidad hay consenso en admitir que tanto las investigaciones que usan metodologías cuantitativas como las que emplean métodos cualitativos (narración, relatos sistemáticos, historias de vida e historias de relaciones entre profesionales y pacientes) pueden proporcionar información relevante para el conocimiento de proceso y del resultado en psicoterapia. En el II Plan Integral de Oncología de Andalucía 2007-2012, se establece la necesidad de promover y coordinar estudios de investigación centrados en: a) resultados en salud, sistemas de atención y calidad de la atención, b) evaluación del uso apropiado, c) práctica clínica y d) investigación cualitativa. También propone promover y coordinar la creación de Institutos Mixtos de Investigación en Cáncer centrados en la investigación de excelencia, cooperativa, interdisciplinaria y traslacional. (II Plan Integral de Oncología de Andalucía 2007-2012) 10. Evaluación de la calidad de la formación. Un programa de formación debe ser valorado en primer lugar por la idoneidad de los objetivos y el programa, la organización y la metodología docente. Estos aspectos pueden ser valorados por equipos de expertos. En segundo lugar se debe valorar la satisfacción de los residentes con el profesorado, tutor/supervisor, programa de enseñanza y nivel de competencias alcanzado, así como la satisfacción de los servicios y centros donde se llevan a cabo las actividades prácticas e investigadoras del programa de formación. En tercer lugar, se debe valorar la producción objetiva de resultados por el residente: número de casos atendidos en prácticas, calidad de la evaluación, resultados alcanzados, sesiones clínicas presentadas, cursos realizados de entrenamiento a otros profesionales o voluntarios, participación en proyectos de investigación, publicaciones y presentaciones a congresos. Sería recomendable que la valoración de la calidad de la enseñanza se realice por medio de una agencia de evaluación externa, además de que la propia organización lleve a cabo una valoración de su propia actividad. Un elemento importante de cara a garantizar la calidad docente, es lograr y mantener la Acreditación del programa docente. 11. CONCLUSIONES Conclusiones y recomendaciones. La Psicooncología es una disciplina muy compleja, que ha de ejercerse y aprender de forma interdisciplinar. Requiere conocimientos teóricos y de práctica clínica, que integra aspectos psicológicos y médicos referentes a diferentes tipos de cáncer, fases de la enfermedad, tipos de tratamientos, características diversas de los recursos asistenciales, intervenciones psicoterapéuticas, así como variables personales de los pacientes y sus redes de apoyo familiar y social. Estas dificultades inherentes a la disciplina hacen necesario un adecuado diseño y organización de un programa de formación especializado en esta área. En todo caso, el programa de formación PIR debe entrenarlos en las técnicas de intervención que han mostrado mayor validez empírica, así como formarles como investigadores interesados en la mejora y optimización de los tratamientos aplicados. 11. Bibliografía Acadèmia de Cièncias Mèdiques de Cataluña y Balares, Agencia d’Avaluació de Tecnologia Mèdica i Recerca i Pla Director d’Oncologia, 2003. Oncoguías-Guías de práctica clínica. Barcelona Almonacid V. El papel del psicólogo en la atención integral al enfermo oncológico».. Sociedad Española de Psico-Oncología (SEPO), editor. El cáncer: un reto para todos. Libro de resúmenes, 2002, enero 24-26, Valencia. I Congreso Nacional de la Sociedad Española de Psico-Oncología, 2002. American Academy of Neurology. 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El objetivo de estos estándares es articular el consenso internacional acerca de la forma de tratar estos trastornos, (desde el punto de vista psicológico, psiquiátrico, endocrinológico y quirúrgico) proporcionando instrucciones para el diagnóstico y tratamiento de los Trastornos de Identidad de Género. (en adelante, TIG). Son directrices clínicas. (HBIGDA, 2001) Actualmente se encuentra en vigencia la Sexta Versión a partir del documento original de 1979. Las revisiones se han efectuado en 1980, 1981, 1990, 1998 y 2001. Es recomendable que el complicado proceso diagnóstico y terapéutico del TIG sea llevado a cabo por un equipo multidisciplinar especializado en el tema con contrastada experiencia en este campo, expresamente autorizados por los responsables sanitarios. En la Unidad de Carlos Haya el equipo está formado por profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental (dos psicólogas clínicas), dos endocrinólogas, dos cirujanos plásticos, una enfermera adscrita a Endocrinología, una Auxiliar de Clínica y una secretaria. Las psicólogas de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental pasan la consulta los días lunes y martes, las endocrinólogas los martes y los cirujanos plásticos los miércoles. Las consultas se encuentran en el Hospital Civil. 2. PROTOCOLOS DE EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DE LA TRANSEXUALIDAD Siguiendo los Estándares, en nuestra Unidad, se llevan a cabo las siguientes tareas: (cinco elementos del trabajo clínico) evaluación diagnóstica, psicoterapia, control de la experiencia de vida real, terapia hormonal y tratamiento quirúrgico. El objetivo de estos procedimientos consiste en aportar elementos diagnósticos y terapéuticos que permitan lograr la adaptación personal a largo plazo con el sexo de identificación, con objeto de potenciar el bienestar y la autorrealización. (HBIGDA, 2001) 2.1 EVALUACIÓN PSICOPATOLÓGICA PSICOTERAPÉUTICO DE LA TRANSEXUALIDAD. Y TRATAMIENTO Protocolo de actuación del profesional de salud mental Los profesionales de salud mental adscritos a este programa, deben tener una formación clínica que les permita no sólo evaluar y tratar los trastornos de identidad sexual, sino también poseer competencias clínicas para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales en general. (HBIGDA, 2001) También se recomienda que tengan formación en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos sexuales y amplia experiencia en diversas técnicas de psicoterapia. (HBIGDA, 1998) A continuación, se describirán las acciones llevadas a cabo con adultos que solicitan asistencia en la UTIG, dejando de lado el tema de niños y adolescentes y que requieren un enfoque distinto. Las tareas del profesional de salud mental son: formar parte de un equipo multidisciplinar, evaluación diagnóstica del TIG, establecer diagnósticos diferenciales, determinar comorbilidad, aconsejar sobre distintas posibilidades de tratamiento y sus implicaciones, llevar a cabo intervenciones psicoterapéuticas, acompañar y aconsejar acerca de la experiencia de la vida real, determinar la elegibilidad y disposición para tratamiento hormonal y quirúrgico, elaborar informes para médicos y cirujanos, documentar la historia clínica, educar a miembros de la familia, empleados e instituciones sobre los TIG y efectuar el seguimiento de los pacientes. (HBIGDA, 2001) De las actividades mencionadas, se desarrollarán más detalladamente, algunas de ellas. Evaluación diagnóstica del Trastorno de Identidad de género. Los criterios diagnósticos que se usan provienen de las clasificaciones internacionales de las enfermedades mentales establecidas por la Asociación de Psiquiatras Americanos (American Psychiatric Association, 1994) y la Organización Mundial de la Salud (OMS 1993) . Hay diferentes nomenclaturas para este trastorno según las clasificaciones: El DSM IV (American Psychiatric Association, 1994) lo designa como Trastorno de la Identidad Sexual (F64.x) y exige al menos dos componentes de los siguientes que deben estar presentes a la hora de efectuar el diagnóstico : Criterio A: El individuo se identifica de un modo intenso y persistente con el otro sexo, lo cual constituye el deseo de ser, o la insistencia en que uno es, del otro sexo. Criterio B: Esta identificación con el otro sexo no es únicamente el deseo de obtener las supuestas ventajas relacionadas con las costumbres culturales. Deben existir también pruebas de malestar persistente por el sexo asignado o un sentido de inadecuación en el papel de su sexo. Criterio C: El diagnóstico no debe establecerse si el individuo padece una enfermedad física intersexual. Criterio D: Deben existir pruebas de malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. También el DSM- IV especifica la orientación sexual : hacia varones, mujeres, ambos sexos o ninguna atracción sexual . La Organización Mundial de la Salud, en su décima revisión (CIE-10) (OMS 1993) lo denomina Transexualismo (F64) y lo define como “el deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del género opuesto, por lo general acompañado por el deseo de modificar mediante métodos hormonales o quirúrgicos el propio cuerpo para hacerlo lo más congruente posible con el género preferido”. Se requiere la presencia de identidad transexual persistentemente durante al menos dos años. No se trata de un síntoma de otro trastorno mental, tal como Esquizofrenia, ni secundario a una anomalía cromosómica. El TIG se considera un trastorno mental en la medida en que produce un sufrimiento significativo y una desventaja adaptativa importante. Esta calificación de patología ha sido cuestionada desde distintos sectores, (Bergero et al., 2008, Bergero et al 2010) pero ha posibilitado de momento, la puesta en marcha de una cobertura sanitaria en el sistema público de salud y ha generado investigaciones que permitirán proporcionar tratamientos más efectivos en el futuro. (HBIGDA, 2001) Las clasificaciones internacionales resultan muy generales, presentan importantes carencias y en muchos casos, parecen insuficientes tanto para establecer el diagnóstico de Transexualidad, como para llevar a cabo los diagnósticos diferenciales. (Bergero et al., 2010) El estudio sistemático del TIG es relativamente reciente. Además de la limitación que supone la falta de criterios para definir los casos, la mayoría de los estudios realizados en transexuales son retrospectivos y se centran en factores endocrinos, prácticas quirúrgicas de reasignación de sexo y cambios en caracteres sexuales secundarios. En nuestro país no hay estudios epidemiológicos que separen claramente el trastorno de los diagnósticos diferenciales, o que identifiquen los factores psicosociales, de calidad de vida y de co-morbilidad psiquiátrica asociados a la presencia y evolución del trastorno. La falta de incorporación de esta patología a la red sanitaria pública, ha condicionado en gran medida la escasez de publicaciones que evalúen o comparen resultados. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) . Una de las dificultades más claras para establecer el diagnóstico, es la gran diversidad de formas, situaciones y vivencias con que se presentan los TIG y que reflejan diferentes grados de insatisfacción con la identidad sexual, con aspectos anatómicos, con el rol de género, etc. (Bergero et al., 2008 y (Bergero et al., 2010) También hay que tener en cuenta que las diferencias culturales de un país a otro, pueden alterar las expresiones del comportamiento de estas personas. (HBIGDA, 2001) Los TIG pueden aparecer en diferentes momentos del ciclo vital. En los varones adultos existen dos evoluciones diferentes: la primera es una evolución de este trastorno que se inició durante la niñez o en las primeras etapas de la adolescencia y la segunda, los signos de identificación con el otro sexo aparecen más tarde y de manera más gradual con un cuadro presente en las primeras etapas o en las etapas intermedias de la vida adulta, frecuentemente después de o algunas veces junto a fetichismo transvestista. Si el trastorno aparece en la etapa adulta, tiende a tener un curso crónico, aunque algunas veces, se han observado remisiones espontáneas. (American Psychiatric Association, 1994) El umbral clínico se traspasa cuando el sujeto manifiesta preocupación, incertidumbre por su identidad de género, llegando en ocasiones a ser esta experiencia tan intensa que aparentemente se convierte en el aspecto central de su vida, obstaculizando el logro de una identidad de género libre de conflictos y en algunos casos, impidiendo la normalización de la vida misma (HBIGDA, 2001), (Bergero et al., 2008) En el aspecto diagnóstico, no hay que olvidar que a pesar de estar bien diagnosticadas, algunas de estas personas pueden experimentar remisiones espontáneas, otras consiguen una adaptación satisfactoria sin tener que recurrir a intervenciones sanitarias y otras renuncian a seguir el tratamiento trifásico durante la psicoterapia. El porcentaje de pacientes que no se benefician con el tratamiento trifásico varía de un estudio a otro. (HBIGDA, 2001) Hay que tener en cuenta que la transexualidad es un problema grave aunque poco frecuente, es la forma más extrema de la disforia de género. (Bergero et al., 2004) y en la actualidad, no es posible diagnosticarla basándose en criterios objetivos, ni biológicos ni psicológicos. No se dispone de instrumentos diagnósticos estandarizados, por lo que éste se basa en la información subjetiva del paciente. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) La inclusión de estos pacientes en las prestaciones del sistema sanitario público andaluz, ha planteado dilemas éticos, ya que la intervención médica y quirúrgica se lleva a cabo en un cuerpo sano, basándose en la información que proporciona el paciente acerca de su sufrimiento. Es importante recordar que no todas las personas que solicitan reasignación de sexo, son transexuales y que no es infrecuente confundir transexualidad con otras formas de TIG que no son subsidiarios de tratamiento hormonal o quirúrgico. (American Psychiatric Association, 1994). Por ello, la evaluación es un proceso prolongado y complejo que debe ser controlado de manera rigurosa, (Bergero, T. y Cano, G. 2006) y que se realiza de forma extensiva, utilizando todo el tiempo que sea necesario. Es de capital importancia efectuar un diagnóstico correcto, ya que sobre él pivota el resto del proceso. De un diagnóstico certero depende la evolución posterior del paciente En algunos casos, el diagnóstico es relativamente claro desde el primer momento y en otros, es muy complejo, planteando importantes dilemas. El diagnóstico debe ser llevado a cabo manejando la noción de proceso. (Bergero et al., 2004) Se utilizan distintos procedimientos de evaluación. En nuestra Unidad, se recurre a una serie de entrevistas estructuradas y tests estandarizados. Se recogen los siguientes datos: filiación e identificación del paciente, (datos de identidad oficiales y nuevo nombre elegido), datos sociodemográficos (características demográficas, historia laboral, actividades laborales marginales, espiritualidad y religión), genograma, antecedentes psiquiátricos personales y familiares, eventos estresantes a lo largo del ciclo vital, ideación suicida, intentos de suicidio, autolesiones, agresiones y maltrato, consumo de alcohol y otras drogas, ingresos psiquiátricos, antecedentes psiquiátricos familiares, contactos previos con el sistema sanitario, tratamiento: expectativas y apoyos recibidos. Utilización de servicios sanitarios en general y de salud mental en particular, tratamientos y profesionales implicados, historia sexual personal (placer sexual, autoerotismo, orientación sexual), deseos, sueños, fantasías y conductas sexuales, experiencias traumáticas o situaciones estresantes en relación a la sexualidad, apetito sexual, excitación sexual, orgasmo, satisfacción sexual. También hemos elaborado una entrevista semiestructurada para el diagnóstico de Trastorno de Identidad de Género que ha sido diseñada siguiendo los criterios DSM-IV. (American Psychiatric Association, 1994) En ella se explora la edad de comienzo de la sintomatología del TIG, edades en que se viste con ropas del otro sexo por primera vez en la intimidad del hogar, entre sus amigos, público en general y en el trabajo, grado de preocupación y/o angustia que acompaña a estas actividades, existencia de rechazo a los genitales y edad en que aparece, edad en que comienzan a utilizarse tratamientos estéticos (no hormonales y no quirúrgicos) para adoptar la apariencia externa del sexo de identificación, edad de comienzo de autotratamientos hormonales si los hubiera, tratamientos hormonales y quirúrgicos prescritos por profesionales sanitarios, edad en que se informa a la familia, a los amigos, compañeros de trabajo y parejas de la situación, grado de preocupación y/o angustia que acompañó a estas actividades, escala de situaciones estresantes en relación al TIG. Con respecto a la familia, se lleva a cabo entrevista familiar semiestructurada para evaluar ajuste familiar. Se ha diseñado una entrevista que explora aspectos tales como embarazo, parto, infancia, impacto en el grupo familiar y en la pareja parental, rendimiento académico del paciente y proceso de socialización, conductas de rol, evaluación cognitiva de la Transexualidad por parte de los familiares, pubertad, adolescencia, estrategias activadas por el paciente y la familia, apoyos familiares actuales, dificultades en el futuro, etc. Algunos autores utilizan estas entrevistas para contactar con personas de la red social significativa del paciente con el objeto de confirmar la naturaleza persistente y generalizada del trastorno. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) La evaluación de la actitud de la familia es importante, ya que la pérdida de apoyo familiar constituye un factor predictivo negativo. (Landen et al 1998) En los casos en que el paciente tenga pareja, se lleva a cabo una entrevista semiestructurada diseñada para tal fin en la UTIG, donde se exploran edad, género, actividad laboral, orientación sexual, historia sexual previa, historia de la pareja actual, relaciones sexuales, dificultades, etc. Igualmente se lleva a cabo una exploración y análisis de las redes sociales, evaluación de ajuste social y determinación de los factores de estrés más relevantes que se han detectado utilizando la Técnica de Grupo Focal. Es importante tenerlos en cuenta ya que muchos de ellos no constituyen habitualmente situaciones de estrés para la mayoría de las personas. Caben destacar: las relaciones con el propio cuerpo: vestirse, ducharse, las exploraciones médicas, hablar en público por el tono de voz, el crecimiento del vello facial, presentar documentación en persona, vivir experiencias de agresión física y verbal en la calle, esperar la intervención quirúrgica, cumplimentar trámites legales, comunicar a la familia su condición, mantener relaciones conflictivas con la familia, perder relaciones sociales, comunicar a la pareja su situación, etc. Establecer Diagnósticos diferenciales Fundamentalmente, se establecen diagnósticos diferenciales con transvestismo fetichista , transvestismo no fetichista, Fetichismo, otros trastornos de la identidad sexual, trastorno de la identidad sexual no especificado, trastornos múltiples de la inclinaciones sexuales, otros trastornos de las inclinaciones sexuales, trastorno de la maduración sexual, orientación sexual egodistónica, otros trastornos del desarrollo psicosexual, trastorno del desarrollo psicosexual no especificado (American Psychiatric Association, 1994) (Bergero et al 2001) (Robert el al 1997) La cualificación de los profesionales de salud mental es fundamental, con especial énfasis en el diagnóstico diferencial. (Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía. Consejería de Salud. Junta de Andalucía. Sevilla, 1999) Diagnósticos de exclusión del programa: pacientes psicóticos y los pacientes con trastornos de personalidad graves. El diagnóstico de personalidad límite es un factor predictivo negativo en el uso de la tríada terapéutica de los Trastornos de Identidad de Género. (Weinrich, JD et al 1995) (Van Kesteren, P., et al 1997) (Cohen Kettenis P, 1997) Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos de estos pacientes por haber vivido situaciones adversas y por una historia personal y familiar conflictiva, desarrollan estrategias desadaptativas propias de algunos trastornos de personalidad. Diagnosticar las condiciones o síntomas psicopatológicos que acompañan al trastorno y llevar a cabo o recomendar tratamiento psicoterapéutico más adecuado. Muchos pacientes diagnosticados de TIG presentan un elevado índice de patología psiquiátrica asociada (Cole, et al 1997) (Weinrich, et al, 1995), (Roberts JE et al 1997) Los trastornos psiquiátricos asociados con mayor frecuencia son los trastornos de personalidad, trastornos depresivos, de ansiedad, y trastornos neuróticos en general, esquizofrenia, conductas autodestructivas o suicidas y abuso de sustancias psicoactivas. (Cole, et al 1997) (Roberts JE et al 1997) La comorbilidad psiquiátrica es diferencial según el sexo biológico, siendo más frecuente en hombres. (Weinrich, et al, 1995). En nuestra Unidad, se aplica el protocolo de evaluación psicopatológica, cuyo objetivo consiste en detectar comorbilidad recogiendo sobre todo los síntomas psicopatológicos más relevantes descritos por la bibliografía. (American Psychiatric Association, 1994 ) (OMS 1993) (Bergero et al 2001), (Landén et al 1998) Roberts et al 1997) (Van Kesteren et al 1997) Incluye las siguientes pruebas: Examen Internacional de Trastornos de la Personalidad SCID-II, Inventario de Situaciones y Respuestas de ansiedad (ISRA). Depresión: Beck (BDI) y CES-D, Fobia Social . FNE Y SAD de Watson. Cuestionario de Calidad de vida (CCV) Entrevista semiestructurada de trastornos de la alimentación, Protocolo de riesgo suicida si se valora su pertinencia (el número de intentos autolíticos es mayor que en la media de la población general) Consumo de sustancias psicoactivas. Terapia trifásica La terapia llevada a cabo en los Trastornos de identidad de Género tiene tres fases: test de la vida real, tratamiento hormonal y tratamiento quirúrgico. No todos los pacientes requieren los tres elementos reseñados. Debe respetarse el deseo de algunos pacientes de no pasar a la fase quirúrgica. Procedimientos psicoterapéuticos Intervenciones psicoterapéuticas de tipo individual, familiar y grupal . Según los Estándares asistenciales, no todas las personas diagnosticadas de Transexualidad, necesitan de la psicoterapia. Ésta se llevará a cabo solamente en los casos en que sea necesario. (HBIGDA; 1998). La psicoterapia es compleja en pacientes que no se sienten psíquicamente enfermos. Es difícil por muchas razones. Una de ellas es que algunas de estas personas esperan que todo se juegue en el nivel del cuerpo y no de la mente. A veces, aceptan la propuesta de acudir a psicoterapia porque la consideran parte del programa y un paso más para conseguir su objetivo de que se les restituya su verdadero cuerpo (Bergero et al., 2008) Muchos de ellos pueden ver al psicólogo como una imposición, como el miembro del equipo que ostenta un poder que posibilita u obstaculiza el acceso a las distintas fases del proceso, lo cual dificulta o imposibilita la relación terapéutica. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) Todo intento psicoterapéutico, comienza por abordar y modificar una relación basada en la desconfianza. Al principio, el objetivo será trabajar y situar los problemas en la dimensión psíquica y social. A partir de ahí, se va construyendo progresivamente una relación diferente en la medida en que poco a poco descubren que pueden hablar de las cosas tal y como las experimentan, sintiéndose aceptados. La tarea psicoterapéutica tiene que adaptarse a la fase del proceso en el que se encuentra el paciente. Algunos llegan por ejemplo, con dudas acerca de lo que les ocurre y otros llegan con grandes certezas. Aunque en general los pacientes reconocen haber pasado en mayor o menor medida, por períodos de confusión y dudas a lo largo del ciclo vital. Es importante trabajar sobre todos estos aspectos, ayudándoles a establecer metas realistas en la vida cotidiana, en las relaciones familiares, laborales y sociales, y con una actitud integradora de las experiencias del pasado. Según el estadio del proceso en el que se encuentre el paciente, algunas veces, la tarea consistirá fundamentalmente en acompañar la definición de la identidad, o ayudar a lograr esa definición, trabajando en todo momento, con nociones de proceso y de la identidad sexual como construcción y no como algo dado por la naturaleza. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) Otra tarea importante llevada a cabo por la psicóloga, es la información acerca de una serie de opciones, invitando al paciente a reflexionar sobre ellas. La información constituye una de las actividades más importantes del profesional de salud mental. Dicha información abarca distintos aspectos de la vida familiar, social, sexual y también todos los aspectos relacionados con el diagnóstico y tratamiento. También les informamos y trabajamos con ellos el hecho de que en muchos casos, los síntomas de disforia permanecen, a pesar de los procedimientos hormonales, psicoterapéuticos y quirúrgicos y que no se pueden erradicar de forma permanente todos los vestigios del sexo biológico como ellos desearían. Viven en un momento histórico y del desarrollo científico que les posibilita cambios en su apariencia, pero no la realización completa de su sueño: ser completamente el otro. (Chiland, 1999) El psicólogo actúa como un importante apoyo para el paciente y su familia a lo largo de todo el proceso. (HBIGDA; 1998). El objetivo fundamental será ayudar al paciente a vivir lo más cómodamente posible con un rol y un cuerpo de un determinado sexo, revisando las estrategias habitualmente utilizadas para resolver los problemas, definir y trabajar los conflictos del paciente y ayudarle a actuar con el mayor realismo respecto a la actividad laboral y a las relaciones sociales. (Chiland, 1999) En la psicoterapia no sólo se trabajan aspectos que tienen relación con la definición del género, sino también otros que abarcan la totalidad de la persona. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) En nuestra Unidad, utilizamos a lo largo del proceso, distintos procedimientos: Psicoterapia cognitiva, Modificación de conducta, Habilidades sociales, Psicoterapia grupal, Grupos de apoyo, Técnicas de asesoramiento y orientación sexual, Terapia sexual, técnicas psicoeducativas, Psicoterapia familiar, Psicoterapia de pareja y tratamiento psicofarmacológico. Algunos pacientes requieren tratamiento farmacológico previa o simultáneamente al tratamiento hormonal y/o quirúrgico. (HBIGDA, 2001) Lo habitual es la combinación de distintos procedimientos psicoterapéuticos lo que está avalado por los estudios existentes acerca de los factores que afectan la calidad de vida de estas personas entre las que se pueden citar la pérdida de soporte familiar y social, la inestabilidad personal y social, los sucesos vitales tempranos y traumáticos, entre otros. (Meyer et al 1996) (Landen et al 1998) Algunos de nuestros pacientes llegan pensando que deben posponer todos sus proyectos y acciones para después de la intervención quirúrgica, actuando con conductas de evitación ante situaciones para los demás, cotidianas y normalizadas, con lo cual se colocan en situación de desventaja con respecto a sus pares desde el punto de vista afectivo, laboral, educacional, etc. (Cano y Bergero, 2003) Muchos pacientes hablan de la intervención quirúrgica como de un “segundo nacimiento”, colocando expectativas a veces poco realistas, negando la importancia de la vida anterior y de los vínculos y afectos establecidos. Algunos manifiestan su deseo de no acudir al seguimiento postquirúrgico, alegando que es doloroso hacerlo, porque les recuerda una etapa que intentan olvidar. La psicoterapia debe tener en cuenta este aspecto, trabajando con la continuidad de la historia personal y no con la disrupción producida por el acto quirúrgico. Es necesario articular una integración de todos los aspectos de la biografía, estableciendo una continuidad de la vida. La construcción de la personalidad pasa por el género, pero también engloba otros aspectos. (Bergero, T. y Cano, G. 2006) El acompañamiento del profesional de salud mental incluye el período postquirúrgico, ya que el seguimiento postoperatorio a largo plazo es muy recomendable por estar asociado a la obtención de buenos resultados psicosociales. (HBIGDA, 2001) Otro aspecto importante a tener en cuenta en la psicoterapia, es el tema de las redes y habilidades sociales. La bibliografía nos alerta de que una de las dificultades más importantes que se objetivan en estas personas, es el aislamiento social. (American Psychiatric Association, 1994) Dicho aislamiento repercute de una manera notable en el nivel de autoestima e incrementa la vulnerabilidad psíquica frente al estrés y la depresión, ya que tienen que enfrentar consecuencias adversas por poseer un autoconcepto con escaso refuerzo social. (Cohen Kettenis et al 1997) además de contribuir a crear problemas en la adaptación social pudiendo producir dificultades tempranas en la escolarización y en la adaptación laboral. Pero sobre todo esta actitud les priva de la importante experiencia vital de utilizar y ensayar distintas estrategias para resolver problemas y aprender de ellos. El tema del género y su preocupación por él, el deseo de lograr la adecuación del cuerpo a la identidad, es tan absorbente que en ocasiones, pareciera que estas personas han circunscrito su desarrollo personal alrededor del género, olvidando todo lo demás y entorpeciendo aún más su adaptación al medio. (American Psychiatric Association, 1994) En la psicoterapia familiar, se determina el apoyo familiar existente y se lo potencia con el objeto de colaborar a un buen pronóstico (Meyer et al 1986) (Landen, 1998) Con frecuencia, observamos que algunos miembros de la familia tienen problemas a la hora de entender lo que le ocurre al paciente. La psicoterapia de grupo con formato de apoyo, constituye otra posibilidad terapéutica muy valiosa para estos pacientes. (Cano y Bergero, 2003) El grupo no tiene como objetivo obtener cambios profundos en la personalidad de sus miembros, pero facilita una interacción beneficiosa en la medida en que les permite tomar conciencia de la forma en que se presentan y su efecto en los demás, logrando incrementar, mejorar su sentido de realidad, su capacidad de diferir la expresión de sus impulsos (Chiland, 1999) y ayudándoles a adquirir habilidades sociales y modos de actuación y resolución de problemas más ajustados y eficaces. (Cano y Bergero, 2003) Los grupos de pacientes transexuales siguen las directrices teóricas de los grupos de apoyo y autoayuda que engloban tres elementos básicos: un fuerte sentimiento de que se sufre por lo mismo; la necesidad de compartir una situación personal intolerable y un límite agudo entre “el nosotros” y “el mundo”. Estos grupos dan a los pacientes un sentimiento de apoyo, aceptación y normalización de las aflicciones que viven. El problema común que les reúne, induce la sensación de que los participantes pueden entenderse y ayudarse los unos a los otros. (Bergero y Cano, 2006) Acompañar y aconsejar acerca de la experiencia en la vida real Según la Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association, la experiencia de la vida real, "es el acto por el cual se adopta plenamente un rol nuevo o evolutivo de identidad sexual ante los acontecimientos y circunstancias de la vida cotidiana". Forma parte de la terapia trifásica. (HBIGDA, 2001) Se trata de un proceso de importancia fundamental, cuya puesta en marcha debe ser evaluada conjuntamente con el paciente, teniendo en cuenta no sólo el grado de evolución personal del mismo, sino también las consecuencias inmediatas y mediatas que pueda acarrearle. Para ello es necesario, el conocimiento de los recursos y estrategias con los que cuenta el paciente para afrontar el estrés, el entorno familiar, social, escolar o académico y laboral del sujeto y las relaciones que el paciente mantiene con este entorno ya que esta experiencia acarrea necesariamente consecuencias personales y sociales inmediatas y profundas. (HBIGDA, 2001) En la evaluación de la calidad de la experiencia de vida real, se deberán revisar las siguientes capacidades: conservar su empleo si lo tiene; poder ejercer como estudiante si se encuentra en esa etapa vital; ejercer el rol social en la comunidad; adquirir un nuevo nombre legalmente HBIGDA; 1998. proporciona documentos en los que personas ajenas al terapeuta acredita que el paciente actúa según su nueva identidad sexual. (HBIGDA, 2001) Según los Estándares Asistenciales, "la experiencia de la vida real pone a prueba el nivel de decisión, la capacidad de actuar como si perteneciera al otro sexo y la armonía de los respaldos sociales, económicos y psicológicos". Es útil tanto para el paciente como para el profesional de salud mental a la hora de tomar decisiones sobre cómo actuar. El paciente deberá hacer esta experiencia por lo menos durante un año antes de aplicar cirugía genitoplástica. (HBIGDA, 2001) Este proceso es fundamental para lograr la transición hacia el rol sexual que el paciente siente como suyo. La recomendación de vivir de acuerdo al nuevo género como requisito para la cirugía es una de las tareas de los profesionales que trabajan con estos pacientes y es una de las tareas más importantes del profesional de salud mental. Hay que tener en cuenta algunas consideraciones. En ocasiones, el test de la vida real se usa como la prueba definitiva para el diagnóstico. (HBIGDA, 2001) El diagnóstico de Transexualidad, (que puede estar sujeto a modificaciones), debe preceder a las recomendaciones de los profesionales de iniciar la prueba. El paciente deberá hacer esta experiencia por lo menos durante un año antes de aplicar cirugía genitoplástica. (HBIGDA, 2001) Resulta complicado acompañar a estos pacientes en el proceso del test de la vida real, teniendo en cuenta que les tratamos de ayudar a funcionar como hombres o como mujeres en una sociedad que les ve como algo distinto a estas dos dimensiones, como seres que amenazan el orden establecido y que en no pocas ocasiones les agrede o discrimina por ello. Llama la atención el elevado índice de agresiones sufridas. En la muestra de nuestros primeros cien pacientes, el 55.6% habían sido agredidos/maltratados fundamentalmente por desconocidos en primer lugar, seguidos por los padres, amigos y otros familiares. (Cano et al 2004) Muchos de nuestros pacientes poseen unas creencias estereotipadas, a veces pobres y en ocasiones poco realistas de lo que significa ser un hombre o una mujer. Algunos pacientes se muestran más eficaces a la hora de hablar del horror que les produce su cuerpo, mamas o genitales, que para hablar de lo que desean ser. (Bergero et al 2008) Es importante que el profesional de salud mental se haya preguntado acerca de las creencias que él mismo maneja en la vida diaria y en la consulta, su idea acerca de lo que es ser un hombre o una mujer en la sociedad europea actual, la función social e ideológica del mantenimiento y defensa de esta dicotomía, la utilización que de ella ha hecho la Sexología, etc. para trabajar de una manera efectiva. Estos pacientes nos permiten ver nuestra propia experiencia sexuada desde otra óptica. El psicoterapeuta tiene entre otras cosas, que sentirse cómodo con su propia identidad sexuada, ser receptivo y estar abierto al discurso del paciente y conservar su empatía por él sin perder sus referencias (Chiland, 1999) Los profesionales que trabajan con estas personas, conocen la sensación de inquietud, a veces de incomodidad, y siempre de importante esfuerzo, que se experimenta al enfrentar la complejidad y diversidad que estamos asistiendo. Son personas que obligan a estar pendientes de las palabras que usamos, de los pronombres que utilizamos. Y que nos llevan a cuestionarnos multitud de aspectos cotidianos de nuestras vidas sobre los que no habíamos reflexionado. Determinar la elegibilidad y disposición para un tratamiento hormonal o quirúrgico. Siguiendo las recomendaciones de los Estándares Asistenciales de la Asociación Harry Benjamin, (HBIGDA, 2001) se determinan criterios de Elegibilidad y Disposición para los tratamientos hormonal y quirúrgico. Para el tratamiento quirúrgico se requieren dos informes de recomendación independientes 1. Elegibilidad: Son los criterios específicos que deben documentarse antes de pasar a un siguiente escalón en la triple secuencia terapéutica 2. Disposición: Son los criterios específicos que se fundamentan en la evaluación del clínico antes de dar el siguiente paso en la secuencia terapéutica triple. Depende de la apreciación del psicólogo que debe constatar que el paciente está avanzando en la consolidación de la identidad de género, o está mejorando en los aspectos psicopatológicos y en sus estrategias de afrontamiento y resolución de problemas. Si el paciente no cumple los requisitos de elegibilidad, no deben solicitarse tratamiento hormonal ni quirúrgico. Los requisitos de elegibilidad se refieren a requisitos mínimos. En los Estándares están previstas excepciones clínicas que pueden derivarse de distintas cuestiones tales como la singular anatomía del paciente, su situación psicológica o social, etc. y que deben documentarse debidamente con el objeto de tener la adecuada protección legal. (HBIGDA, 2001) Criterios de elegibilidad para la aplicación de terapia hormonal: (HBIGDA, 2001) 1. Tener 18 años de edad. 2. Información acerca del tratamiento hormonal, ventajas, objetivos y riesgos. 3. También, a) El paciente deberá someterse a la experiencia de la vida real debidamente documentada por lo menos tres meses antes de la administración de hormonas o bien b) Deberá ser sometido a psicoterapia durante un período especificado después de la evaluación inicial (mínimo de tres meses) Los Estándares determinan también que en circunstancias muy concretas, se pueden suministrar hormonas a pacientes que no han cumplido totalmente el tercer criterio en casos en que se pueda suministrar un tratamiento hormonal adecuado como alternativa al autotratamiento, por ejemplo. Criterios de disposición para la aplicación de terapia hormonal (HBIGDA, 2001) 1. El paciente ha aumentado la consolidación de su identidad de género durante la experiencia de la vida real o la psicoterapia. 2. El paciente ha realizado progresos en el dominio de otros problemas de identidad que conduzcan a la mejora o continuidad de su estabilidad psíquica. 3. Que las hormonas se tomen de forma responsable. Criterios de elegibilidad para la cirugía genitoplástica y mastectomía. (HBIGDA, 2001) 1. Ser mayores de edad. 2. Doce meses de tratamiento hormonal continuado en los casos en los que no existan contraindicaciones médicas para ello. 3. Doce meses de experiencia de la vida real continua con éxito. 4. Información acerca de las características de la intervención quirúrgica, distintas técnicas susceptibles de ser aplicadas, posibles complicaciones, requisitos de rehabilitación postoperatoria. 5. Conocimiento de los cirujanos competentes. 6. Aunque la psicoterapia no es un requisito excluyente para llevar a cabo la intervención quirúrgica en adultos, puede ser exigida como necesaria durante la experiencia de la vida real. Criterios de disposición para la cirugía genitoplástica y mastectomía. (HBIGDA, 2001) 1. Progresos demostrables en la consolidación de la nueva identidad de género. 2. Progresos demostrables en cuanto a su relación con la familia, trabajo y relaciones personales que tengan como consecuencia una mejora o al menos una mayor estabilidad psíquica. 3. ACTIVIDAD DOCENTE Y DE INVESTIGACIÓN. Además del protocolo asistencial en la Unidad de Tratamientos de Identidad de Género se llevan a cabo actividades docentes y de investigación. Entre las actividades docentes, se realizan sesiones de la UTIG los miércoles de 9:00 a 10:30 hs. y sesiones clínicas y revisiones bibliográficas semanales para profesionales de salud mental que rotan por el dispositivo los martes de 9:00 a 10:00 hs. Este programa forma parte de las rotaciones por el programa general de interconsulta hospitalaria de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental para MIR y PIR. Además han rotado distintos MIR y PIR de la comunidad andaluza y fuera de ella como parte de las rotaciones libres, como así también han rotado por esta Unidad distintos profesionales de Salud Mental que posteriormente han formado parte de los dispositivos del Clinic (Barcelona), Hospital de Avilés (Asturias), UTIG de Valencia y otros. Respecto a la investigación, se trata de una prioridad en esta Unidad dado el escaso conocimiento que se tiene de esta patología a nivel sanitario. Se han solicitado proyectos de investigación financiados por los principales organismos de investigación sanitaria de este país, dando como frutos, distintos artículos en revistas especializadas y capítulos de libros. BIBLIOGRAFÍA Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Instituto de Salud Carlos III. Informe elaborado por el Panel de Expertos sobre Trastornos de la Identidad de Género. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid, 2001 Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía. 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Numerosos autores sostienen que los cuadros psicopatológicos que se asocian a problemas crónicos de salud física no constituyen un trastorno aparte que requieran nuevas y diferentes formas de tratamiento (NICE 2009). Pero aunque esto parezca así desde el punto de vista puramente psicopatológico, nuestra experiencia en interconsulta nos permite matizar este punto. Observamos que el contexto es fundamental y que estos cuadros están impregnados de unos significantes que no se reproducen en ningún otro momento de la vida del ser humano. Se trabaja con personas que se encuentran en situaciones con altos niveles de estrés y experiencias de sufrimiento derivados de la imprevisibilidad, incontrolabilidad (los pacientes explican que sienten que el cuerpo escapa a su control) e incertidumbre asociadas a la enfermedad. La enfermedad, el dolor, la incapacidad, las pérdidas, la supervivencia, o la inevitabilidad de la muerte son situaciones que movilizan emociones de gran intensidad que pueden derivar en importantes problemas de adaptación y sufrimiento tanto a los pacientes como a los familiares. No hay que olvidar que las tareas de interconsulta se producen en el marco del hospital, una institución que se asocia con el dolor y la muerte y que despierta sentimientos ambivalentes. Por un lado amenaza y por otro, esperanza. La hospitalización constituye uno de los episodios más estresantes en la vida de una persona. (Rodríguez y Zurriaga, 1997) Para trabajar de una manera eficaz a nivel hospitalario, es necesario que además de la visión psicopatológica, el profesional de salud mental tenga en cuenta el especial contexto en el que se produce el encuentro con el paciente (la enfermedad, el riesgo vital objetivo y real, y los efectos de los tratamientos que se ponen en marcha) actuando desde una perspectiva situacional. Trabajar sobre la situación supone usar pero también desbordar las coordenadas del esquema clásico de que un especialista estudia a una persona (diagnóstico, pronóstico, tratamiento) utilizando además el conocimiento y manejo de las dinámicas grupales y de los procesos institucionales que pueden fomentar o interferir en la tarea que lleva a cabo con el paciente y su familia. El estudio situacional está referido a tres parámetros esenciales: conocimiento sobre el funcionamiento mental (también el propio), conocimiento sobre las dinámicas grupales y conocimientos sobre los procesos institucionales. (Utrilla, 1998) Se trata de un enfoque mucho más amplio que el psicopatológico y que responde con mayor eficacia a los retos cotidianos de la tarea de interconsulta. Otro aspecto a tener en cuenta en relación al enfoque puramente psicopatológico es que la presencia de enfermedades somáticas y la prescripción de tratamientos con importantes efectos secundarios, modifican los patrones básicos de presentación de las alteraciones psicológicas y psicopatológicas. Además, a diferencia del enfoque psicopatológico que pone énfasis en los síntomas y déficits, la perspectiva situacional se centra más en las potencialidades de los pacientes, en sus logros, con el objeto de devolverles el mayor control posible de la propia vida. Indudablemente la tarea en el campo de la interconsulta y la intervención psicoterapéutica con pacientes con patología somática, requiere una serie de conocimientos y habilidades específicos. Un aspecto muy importante consiste en que el profesional de Salud Mental actúa de manera coordinada con otros profesionales que intervienen en la evaluación diagnóstica y terapéutica del paciente. Desde este punto de vista es fundamental que desarrolle habilidades no sólo en relación con el paciente y su familia, sino también conocimientos y habilidades para las intervenciones que dentro de las tareas de enlace, tiene que llevar a cabo con los profesionales sanitarios que asisten al paciente. Trabajando en interconsulta hospitalaria, tomamos conciencia de que en la tarea que llevamos a cabo aparecen mecanismos extraterapéuticos, que hay que tener en cuenta y que sobrepasan a los individuos particulares y que tienen que ver con la estructura institucional donde se produce el encuentro (hospital), la ideología de trabajo del Servicio donde se realiza la interconsulta (por poner un ejemplo las diferentes relaciones profesionales sanitarios-pacientes que dependen de si ha ingresado en un área quirúrgica o médica), la cultura de procedencia del paciente (Andalucía es una zona cada vez más diversa desde el punto de vista cultural), las creencias y atribuciones que el enfermo realiza en relación a la enfermedad y la muerte, el sentido que da a ambos procesos, las creencias religiosas o espirituales y un largo etcétera. Desde esta perspectiva, los síntomas de los pacientes son un lugar de condensaciones y desplazamientos de significaciones, resultado de una historia personal y familiar y que provoca ciertos efectos presentes y futuros. Los síntomas constituyen la expresión del entrecruzamiento de aspectos de la historia personal y de mitos socialmente estructurados. Un síntoma es un elemento a través del cual se puede desentrañar una historia y una estructura. 2. Síntomas más relevantes y característicos de la presentación psicopatológica en la enfermedad somática. La bibliografía nos alerta acerca de que las personas con enfermedades crónicas tienen mayores tasas de depresión y ansiedad que la media de la población general. La depresión por ejemplo es aproximadamente de dos a tres veces más frecuente en personas con un problema de salud física crónica. Un 20 % de personas con enfermedades físicas presentan síntomas depresivos (Moussavi et al. 2007) Otro aspecto a tener en cuenta es que esta sintomatología aumenta o decrece en función de muchos factores entre los que se encuentran los distintos momentos en la evolución de la enfermedad, su curso, y tratamientos médicos y quirúrgicos. Así por ejemplo, entre el 20-35 % de los pacientes diagnosticados de alguna forma de cáncer, presentan morbilidad psíquica tras el diagnóstico, un 37-40 % de los que reciben quimioterapia y entre el 35-50 % de los que se encuentran hospitalizados. Y más del 50% presentan síntomas de estrés que complican el afrontamiento y recuperación de la enfermedad. (Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud, 2006) Los síntomas depresivos forman parte de un amplio espectro de problemas de salud mental. Como sabemos, se trata de un constructo de gran complejidad, heterogéneo y construido sobre varias dimensiones (pérdida de interés y disfrute en la vida cotidiana, culpa, inutilidad y percepción de ser castigados, baja autoestima, pérdida de confianza, desesperanza, ideación suicida e intentos de suicidio, síntomas cognitivos entre otros.(Cassano y Fava, 2002). La depresión incluye síntomas diversos: conductuales y físicos (llanto, irritabilidad, aislamiento social, reducción del sueño, exacerbación de dolores y molestias en general (Gerber et al., 1992), disminución del apetito, de la libido, fatiga y disminución de la actividad, (aunque a veces cursa con cuadros de agitación y ansiedad) Atender a estos síntomas “menores” es muy importante porque son precisamente estos síntomas los que las personas con enfermedades físicas suelen referir a médicos y profesionales de salud mental y no los síntomas psicológicos. La mayoría refiere síntomas somáticos que creen van a ser más tenidos en cuenta. Eligen de su repertorio de síntomas, aquellos que pueden ser escuchados por un médico, tales como dolores diversos y otros síntomas somáticos, problemas de sueño y sensación de cansancio persistente. Pero el aspecto que se considera más importante en la depresión es la gravedad cuya mayor severidad se observa en la depresión mayor (Kessing, 2007). Sabemos que la depresión mayor se caracteriza no sólo por la gravedad de los síntomas, sino también en la persistencia, la presencia de otros síntomas y el grado de deterioro funcional y social. Además de evaluar la gravedad, los problemas siguen siendo considerables cuando se trata de tener en cuenta otros aspectos, tales como la duración, el estadio de la enfermedad y el historial de tratamiento. Como sabemos, para realizar un diagnóstico correcto de depresión se deben evaluar tres factores vinculados pero distintos: gravedad, duración y curso. Trabajando en interconsulta, podemos constatar las limitaciones de los manuales diagnósticos en relación a las definiciones de Depresión y Ansiedad. Nos damos cuenta de que los síntomas depresivos no pueden ser catalogados desde el punto de vista del todo o nada. La mayoría de los autores proponen considerar los síntomas de la depresión como algo que ocurre en un continuo de gravedad. (Lewinsohn et al. 2000). Otro de los problemas de las clasificaciones internacionales, lo constituye el hecho de que bajo el constructo ansiedad o depresión se reúne un sinnúmero de conflictos de diversa índole: laborales, familiares, sociales, morales y también se incluyen las respuestas a la enfermedad física. En un intento de conseguir nosologías psiquiátricas neutrales independientes del contexto histórico-cultural y para dar un carácter de objetividad y neutralidad científicas, los manuales de la CIE y DSM eliminan criterios sociales y culturales, lo que hace que la taxonomía no explique la variabilidad cultural y la heterogeneidad de las personas y contextos de salud, familiares y sociales en los que aparecen los síntomas de depresión o ansiedad. Estos aspectos obviados, representan grandes variaciones en las tasas de población y presentaciones de la depresión y la ansiedad. Pocas investigaciones estudian estas variaciones y las tienen en cuenta de cara a la eficacia de los tratamientos farmacológicos, o psicoterapéuticos. Las personas deprimidas pueden presentar variaciones en el patrón de los síntomas que experimentan, en relación a sus antecedentes familiares, su personalidad previa, el género, las dificultades pre-mórbidas, los aspectos psicológicos y mentales actuales, los problemas relacionales y sociales, la culpa en los casos de enfermedades hereditarias… todo lo cual puede afectar significativamente los resultados terapéuticos. También es común que las personas deprimidas por ejemplo, tengan otra sintomatología añadida tales como ansiedad, fobia social, pánico, trastornos de personalidad, o enfermedades físicas. (Brown et al. 2001) Otro aspecto a tener en cuenta es que aunque generalmente se considera que la depresión es un trastorno de tiempo limitado de aproximadamente seis meses de duración, nuestra experiencia y numerosos estudios han permitido ver una persistencia de síntomas más allá de este tiempo. Otro problema muy importante en interconsulta, consiste en que en ocasiones, cuando la patología depresiva o de ansiedad, se asocia a la enfermedad física, resulta difícil discriminar entre ellas. Además, en la enfermedad física existe un problema muy presente en las hojas de interconsulta de nuestro hospital y es que la atención de los médicos y enfermeros se centra en la enfermedad somática, ignorando los síntomas de depresión o ansiedad. (Thompson et al 2000). Esto puede deberse a una actitud deliberada por parte de los profesionales que se ajustan a lo prioritario en relación con la supervivencia, pero también puede ser consecuencia de su falta de formación para identificar problemas psíquicos entre los pacientes que atienden. Otra cuestión importante la constituye el pronóstico de la depresión en pacientes con patología somática. Numerosos trabajos alertan que los cuadros depresivos asociados a las enfermedades físicas tienen peor respuesta a los tratamientos y peor pronóstico. (Guía NICE) Existe una importante interrelación entre la depresión y los síntomas de enfermedades físicas. Numerosos trabajos han encontrado que la depresión mayor y la enfermedad física interactúan entre sí (Katon 2003) Por ejemplo, la depresión mayor y la adversidad en la niñez se asocian con factores de riesgo como la obesidad, estilo de vida sedentario y tabaquismo. La depresión y la ansiedad pueden agravar el dolor y el malestar asociados a las enfermedades físicas y aumentar los riesgos y gravedad de la discapacidad y viceversa. La Guía NICE recomienda llevar a cabo tratamientos con un enfoque holístico e integrador que tenga en cuenta esta interrelación. (NICE 2009) Numerosos trabajos alertan de que la depresión también puede incidir en la superviviencia y mortalidad de pacientes con patologías físicas. El riesgo de muerte es mayor cuando la depresión está presente como comorbilidad en una amplia gama de enfermedades físicas. (Cassano y Fava 2002). Un interesante artículo de Pennix (Pennix et al. 2001) encuentra que los pacientes con enfermedades cardíacas que estaban deprimidos tenían un mayor riesgo de muerte por problemas cardíacos en comparación con aquellos que no presentaban síntomas de depresión. El estudio también concluye que las personas deprimidas sin enfermedad cardíaca tienen un riesgo significativamente mayor de mortalidad cardíaca. El mismo autor llega a la conclusión que la depresión predice la discapacidad funcional en la diabetes mejor que el número de complicaciones físicas de la enfermedad o el control glucémico. (Pennix et al. 2001). Otro aspecto destacado en la bibliografía es la fuerte percepción de pérdida que experimentan las personas con enfermedad física y que está relacionada con pérdidas objetivas: pérdida de la salud, de la autonomía, entre otras y que constituye una característica esencial en la presentación y discurso de personas con enfermedades físicas que vemos hospitalizadas. Un aspecto también destacable trabajando en interconsulta es la necesidad de hacer una exploración minuciosa y una valoración de la ideación e intención autolítica. Grandes estudios epidemiológicos han establecido una relación importante entre un mayor riesgo de suicidio y padecer algunas enfermedades físicas como cáncer, diabetes (Tsang, 2004), enfermedad renal (Kurella et al., 2005), esclerosis múltiple (Brønnum-Hansen et al., 2005), accidente cerebrovascular (Teasdale y Engberg, 2001) y Traumatismo Craneoencefálico (Teasdale y Engberg, 2001). 3. Algunos datos de prevalencia de los síntomas de depresión y ansiedad en pacientes con patología somática. La mayoría de los estudios encuentran que las personas con enfermedades físicas tienen más probabilidades de presentar síntomas de depresión o ansiedad que la población sana. (Egede 2007) Se ha encontrado que las personas que padecen enfermedades físicas tienen casi tres veces más probabilidades de estar deprimidas. La probabilidad de padecer depresión es el doble que la población sana en personas con diabetes, hipertensión, enfermedad coronaria e insuficiencia cardiaca y tres veces más probable en las fases finales de la insuficiencia renal, EPOC y las enfermedades cerebro-vasculares. (Moussavi et al. 2007) Según la Guía NICE, la enfermedad física es un factor de riesgo para el desarrollo de trastorno depresivo. El riesgo es similar para una amplia gama de enfermedades físicas: hipertensión, asma, artritis y reumatismo, dolor de espalda, diabetes, enfermedades cardíacas y bronquitis crónica (Guía NICE) En poblaciones clínicas, un 20 % de pacientes con diagnóstico de cáncer e igualmente un 20 % de personas que han sufrido infarto de miocardio, presentan síntomas de depresión y/o ansiedad un año después del alta hospitalaria. (Burgess et al, 2005) Además, según observamos en la interconsulta, la depresión mayor se relaciona con una peor auto-gestión de la enfermedad física crónica. Por otra parte, el deterioro funcional asociado con algunas enfermedades físicas, puede aumentar el riesgo de desarrollo y empeoramiento de la sintomatología depresiva. (NICE 2009) 4. Razones por las que se justifica la exploración y el tratamiento de los síntomas depresivos en pacientes somáticos Existen varias razones por las que se justifica la exploración y el tratamiento de los síntomas depresivos en pacientes con enfermedades físicas. 4. 1. En relación a la supervivencia Hay estudios que relacionan la depresión con la supervivencia en las enfermedades físicas, y que establecen que la depresión puede conducir a una esperanza de vida más corta (Evans et al., 2005). Bogner et al (2007) afirman que el tratamiento efectivo de la depresión pueden reducir la mortalidad en la diabetes. En enfermedades cardíacas, los estudios demuestran que los pacientes coronarios con comorbilidad depresiva, tienen el doble de riesgo de muerte que los pacientes que no presentan esta comorbilidad. Una de las causas de este incremento del riesgo está relacionada con las dificultades en el cumplimiento terapéutico. (Van Melle et al., 2004) Esto puede explicarse de distintas maneras. Una de ellas es que los pacientes con patología somática y que padecen depresión tienen tres veces más probabilidades de presentar problemas de adhesión al tratamiento de su patología física, todo lo cual repercute en la calidad de vida y la supervivencia. 4. 2. En relación a la calidad de vida Otro efecto importante de la depresión y la ansiedad en la enfermedad somática tiene que ver con la calidad de vida. Según la mayoría de los trabajos consultados, el tratamiento para la depresión tiene efectos beneficiosos sobre la calidad de vida de los pacientes somáticos. Puede mejorar el funcionamiento social y emocional, y la discapacidad (Simon et al. 2005) A medida que aumenta la severidad de la depresión, la calidad de vida disminuye. (Moussavi et al. 2007) Algunas investigaciones han demostrado que la psicoterapia cognitivo-conductual produce mejoras en la discapacidad y la fatiga en pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple por ejemplo, mejorando con ello, la calidad de vida. (Mohr et al. 2007) 5. Repercusiones psicosociales de la enfermedad física. La Guía NICE expone que la mayoría de las investigaciones sobre las enfermedades físicas tienen que ver con el enfoque biomédico de la enfermedad, y que se necesitan más investigaciones sobre las repercusiones psicosociales, y una importante reflexión sobre el modelo social de la discapacidad y cómo afecta a otros aspectos de la vida. Esta Guía apunta a que tampoco se tiene demasiada conciencia de la necesidad de incorporar de manera sistemática medidas de tipo psicosocial en la atención a la enfermedad somática y que esto constituye un error importante. (NICE 2009) En la interconsulta observamos que las repercusiones psicosociales de la enfermedad física son diversas: en la conservación del empleo, sobre la economía familiar y personal, en la vida diaria, en la restricción de la actividad física y ocio, en los cambios en la imagen corporal (por ejemplo en los cánceres de mama, maxilofaciales…), cambios en las relaciones interpersonales, en la reducción o desaparición de la red social, cambios en el estilo de vida, en la personalidad y en las estrategias para resolver problemas, la imagen negativa o estigmatizada de algunas enfermedades en la sociedad y en los medios de comunicación, entre otros. 6. Otros aspectos que contribuyen a incrementar riesgos de sintomatología depresiva. El dolor que acompaña en ocasiones a la enfermedad física constituye un aspecto importante a tener en cuenta. Está descrito el efecto del dolor en el funcionamiento global, y en la aparición de síntomas depresivos. Un programa de intervención psicológica en el dolor crónico, está justificado en la medida en que se calcula que entre el 10 y el 23% de la población española por ejemplo, sufre problemas de dolor crónico. En la actualidad, todas las sociedades internacionales sobre dolor y guías de práctica clínica coinciden en señalar la necesidad de un abordaje multidisciplinar del dolor crónico, siendo el tratamiento psicoterapéutico de tipo cognitivo conductual uno de los pilares básicos de este tipo de intervenciones. Los tratamientos psicológicos se han mostrado eficaces en un amplio número de síndromes de dolor crónico desde las cefaleas idiomáticas, lumbalgias, dolor músculoesquelético, dolor de miembro fantasma entre otros. Otro aspecto importante lo constituyen los efectos secundarios de algunos fármacos que se prescriben para contrarrestar la enfermedad física, u otros tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia que pueden inducir procesos psicopatológicos Algunos estudios advierten que los síntomas depresivos producidos durante estos tratamientos pueden llegar a ser graves y producir intentos autolíticos. (Guía NICE 2009) 7. Intervenciones psicoterapéuticas en pacientes con enfermedades físicas. Hay que tener en cuenta que las intervenciones psicoterapéuticas y psicofarmacológicas con un paciente con enfermedad somática implica un contrato relacional muy importante en la vida de esa persona. 7.1. Con el enfermo La Guía NICE afirma que la mayoría de las personas con síntomas depresivos y los pacientes con enfermedades físicas y depresión prefieren intervenciones psicosociales a las psicofarmacológicas. (Guía NICE) (Prins et al. 2008). Este hecho puede ser explicado porque el tratamiento psicofarmacológico es considerado como un tratamiento más de los muchos que se prescriben a estos pacientes y que se acumulan, produciendo la percepción de una mayor dependencia y pérdida de autonomía. Los pacientes solicitan intervenciones eficaces que les permitan no sólo la reducción de síntomas de depresión o ansiedad, sino que les devuelvan la sensación de control sobre sus vidas, lo que incluye una buena salud mental y un retorno al funcionamiento normal con la recuperación en lo posible, del funcionamiento personal, laboral y social previo. (Zimmerman et al. 2006). Desde este punto de vista, las intervenciones psicoterapéuticas no deben centrarse sólo en el manejo de la enfermedad. Hay que garantizar en lo posible la continuidad de la vida y de los proyectos vitales y trabajar utilizando la metáfora de “mantener la enfermedad en su lugar”. (Navarro Góngora, 2009) En este breve resumen basado en la Guía NICE, se intentan incluir no sólo las intervenciones sobre cuadros psicopatológicos diagnosticados sino que se exponen también las intervenciones destinadas a tratar los factores de estrés psicosocial que con tanta frecuencia sufren estas personas. - Prescripción de actividad física Se trata de una actividad estructurada, que se realiza con una frecuencia, intensidad y duración determinada. Puede llevarse a cabo individualmente o en grupo. La actividad física puede ser aeróbica (formación de la capacidad cardio-respiratoria) y forma anaeróbica (entrenamiento de fuerza / resistencia muscular y flexibilidad / coordinación / relajación) Autoayuda guiada Se define como una intervención auto-administrada diseñada para tratar la depresión o ansiedad, que hace uso de una serie de libros o manuales de autoayuda en una intervención basada en la evidencia y diseñada específicamente para tal fin. Un profesional de la salud facilita el uso de este material mediante la explicación, justificación, control y revisión de los resultados de dicho tratamiento. Esta intervención no tendría otro objetivo terapéutico, y constaría de hasta seis a ocho sesiones (cara a cara y por teléfono) Normalmente tienen lugar más de 9 a 12 semanas, incluyendo el seguimiento. Psicoterapia de Apoyo Son intervenciones cuyo objetivo fundamental es proporcionar mayor percepción de control. El formato puede ser individual o en grupo. El psicoterapeuta debe estar atento a: (UGC de S Mental Carlos Haya, 2009) - Evaluar los cambios regresivos y de adaptación en el funcionamiento del Yo. - Hacer intervenciones específicas apoyando las funciones del Yo del paciente, incluidas las operaciones defensivas. - Reconocer los conflictos internos y ayudar al paciente a contenerlos sin énfasis en la interpretación. - Ser directivos: dar consejos, establecer límites y educar al paciente si es necesario. En el formato grupal se trabaja con grupos formados por personas que padecen una enfermedad somática o por familiares o cuidadores de personas que padecen una enfermedad común y que se reúnen para ofrecer apoyo mutuo emocional y/o instrumental. Incluye un amplio rango de modalidades específicas y son promocionadas o iniciadas por profesionales sanitarios. Se basan en los beneficios terapéuticos de compartir experiencias. No necesitan ser liderados por profesionales muy cualificados. Es más económico que las intervenciones individuales e igualmente eficaces. Varias personas se benefician simultáneamente. Contactan personas con el mismo problema y se revisan estrategias de afrontamiento en relación a la enfermedad pero también en relación a otros aspectos de la vida, sobre todo el relacional. Introducen el apoyo social, favorece la instalación de esperanza y propicia un foro informal de psicoeducación sobre la enfermedad. Los grupos pueden ser abiertos o cerrados (de tiempo limitado) El formato grupal es muy efectivo en interconsulta tanto durante el ingreso hospitalario como en régimen ambulatorio. Y también muy útil con cuidadores familiares. Múltiples estudios muestran que la presencia empática de otras personas reduce el impacto del estrés tanto natural como experimental. (Sluzki, 1996) y reducir el estrés es una de las funciones terapéuticas más importante del programa de interconsulta. El grupo es terapéutico en la medida en que proporciona apoyo interpersonal con lo que se neutraliza o minimiza el aislamiento que el diagnóstico genera en la red social habitual del paciente. Una red proporciona apoyo emocional, compañía, guía cognitiva y consejos, regulación social, ayuda material y servicios y acceso a nuevos contactos. (Sluzki, 1996) Cada vínculo que el paciente establece con la red puede cumplir muchas de estas funciones. Las funciones de los vínculos se estabilizan a partir de su reiteración exitosa Terapias de parejas Son intervenciones de duración limitada que utiliza el modelo de los procesos de interacción en las relaciones. Tienen las siguientes características: • Las intervenciones tienen por objeto ayudar a los participantes a comprender los efectos de sus interacciones entre sí como factores que se encuentran en el desarrollo y / o mantenimiento de los síntomas y problemas. • El objetivo es cambiar la naturaleza de las interacciones para que puedan desarrollar relaciones más favorables y menos conflictivas. Terapia de resolución de problemas Es una intervención psicológica de tiempo limitado, que se centra en el aprendizaje para hacer frente a problemas específicos. Se determinan áreas donde terapeuta y paciente trabajan para identificar y priorizar las principales áreas problemáticas, llevar a cabo tareas manejables, resolver problemas, y desarrollar conductas de afrontamiento adecuadas para los problemas. Counselling La palabra counselling es un anglicismo que ha sido traducido de distintas maneras, entre otras, como relación de ayuda y asesoramiento. Es un proceso sistemático que da a los individuos la oportunidad de explorar y descubrir formas de vida con un mayor sentimiento de bienestar. Es una intervención que, por medio del método socrático, permite clarificar la situación personal (incluyendo las situaciones clínicas, es decir el diagnóstico, tratamiento y pronóstico) y socio-familiar, o llevar a cabo cambios en los comportamientos y estilos de vida, la solución de problemas y toma de decisiones, así como el afrontamiento de los estados emocionales negativos y la mejora en el bienestar. El profesional facilita conocimientos, alternativas, herramientas, técnicas, entrenamiento y el paciente va conduciendo su propio proceso, sus cambios comportamentales y el logro de su salud. Terapia cognitivo-conductual informatizada Es una forma de terapia cognitivo-conductual, que se realiza a través de un ordenador utilizando un programa específico. Se puede usar como tratamiento primario o como complemento de la labor del psicoterapeuta. Terapias cognitivo conductuales Se trata de una intervención limitada en el tiempo, estructurada, derivada del modelo cognitivo-conductual y donde el paciente: • Trabaja en colaboración con el terapeuta para identificar los tipos y efectos de los pensamientos, creencias e interpretaciones sobre los síntomas actuales, los estados sentimientos y / o áreas problemáticas. • Desarrolla habilidades para identificar, supervisar y contrarrestar los pensamientos problemáticos, creencias e interpretaciones relacionadas con los síntomas / problemas. • Aprende un repertorio de habilidades de afrontamiento adecuadas a los pensamientos, las creencias y / o áreas problemáticas. El psicoterapeuta debe: (UGC de S Mental Carlos Haya, 2009) - Establecer el modelo cognitivo. - Socializar al paciente en el modelo cognitivo. - El uso estructurado de actividades del modelo cognitivo (verificación del estado de ánimo, enlace con la sesión previa, elaboración del programa, tarea de revisión, resúmenes esquemáticos, y retroalimentación del paciente) - Identificar y obtener pensamientos automáticos. - Establecer y emplear el conocimiento de la tríada cognitiva de depresión. - Utilizar los registros del pensamiento disfuncional como una herramienta en la terapia. - Identificar los errores comunes en el pensamiento cognitivo. - Utilizar la programación de la actividad como una herramienta en la terapia. - Utilizar técnicas conductuales como una herramienta en la terapia. - Planificar sesiones de refuerzo, el seguimiento y sesiones de autoayuda de forma adecuada con los pacientes cuando se da por concluido tratamiento activo. Además de las intervenciones clásicas en este campo, entre estas intervenciones destinadas a personas con enfermedades somáticas y depresión y/o ansiedad, destaca el modelo de (Lewinsohn et al., 1984) que tiene un fuerte componente psicoeducativo. La Guía NICE, recomienda una sesión semanal durante un período de 8 a 12 semanas Terapia interpersonal Intervención psicoterapéutica derivada del modelo interpersonal de los trastornos afectivos que se centra en los problemas interpersonales y donde el terapeuta y el paciente: • Trabajan en colaboración para identificar los efectos de las principales áreas problemáticas relacionadas con los conflictos interpersonales, transiciones de rol, dolor y pérdida, y las habilidades sociales, y sus efectos sobre los síntomas actuales, los estados sentimientos y / o problemas. • Tratar de reducir los síntomas, aprender a enfrentar o resolver estas áreas de problemas interpersonales. Intervenciones psicodinámicas Son intervenciones derivadas del modelo psicodinámico / psicoanalítico. • Tienen por objeto reducir los síntomas, aprender a afrontar o resolver áreas de problemas interpersonales. • Terapeuta y paciente exploran y profundizan en los conflictos y ponen en evidencia cómo éstos están representados en las situaciones y relaciones actuales, incluyendo la relación terapéutica (transferencia y contra-transferencia) donde se le da al paciente la oportunidad de explorar sus sentimientos y conflictos conscientes e inconscientes, originados en el pasado, con un enfoque técnico en la interpretación de los contenidos. • Es una terapia no directiva y no se enseñan habilidades específicas como ocurre en otras técnicas psicoterapéuticas. El paciente debe: (UGC de S Mental Carlos Haya, 2009) - Evaluar la capacidad del paciente para realizar y utilizar la psicoterapia psicodinámica. - Mostrar habilidades interpersonales eficaces para crear y mantener una alianza terapéutica de colaboración que promueva la auto-reflexión y la investigación sobre la vida interior del paciente. - Establecer objetivos de tratamiento con el paciente. - Establecer un marco de tratamiento con el paciente. - Comprometer al paciente en la exploración de sus experiencias anteriores, las influencias socioculturales, los patrones de relación, mecanismos de defensa, los miedos, traumas y pérdidas, esperanzas y deseos a fin de entender los problemas actuales. - Escuchar de manera efectiva al paciente para comprender los matices, los significados y las comunicaciones indirectas. - Reconocer e identificar afectos en el paciente y en él mismo. - Reconocer, utilizar y gestionar los aspectos de la transferencia y la contratransferencia, la defensa y la resistencia en el curso del en el curso del tratamiento curso del tratamiento. - Utilizar la auto-reflexión para aprender sobre sus propias respuestas a los pacientes para alcanzar los objetivos del tratamiento. - Utilizar la clarificación y la confrontación. - Utilizar la interpretación para gestionar la transferencia / contratransferencia que impide o interrumpe el proceso terapéutico. - Manejar y entender los significados de la terminación. - Escribir una formulación psicodinámica. - Buscar las consultas apropiadas y / o referencia para este tratamiento especializado Otros aspectos a considerar en las intervenciones: Al trabajar con paciente con patología somática y depresión o ansiedad, es importante: * Proporcionar información apropiada a su nivel de comprensión sobre la naturaleza del trastorno mental y la gama de tratamientos disponibles. * Evitar el lenguaje técnico sin una explicación adecuada. * Informar sobre los grupos de autoayuda, grupos de apoyo y otros recursos locales y nacionales para las personas con enfermedades físicas y depresión y/o ansiedad. * Trabajar la enfermedad como trastorno repentino e inesperado que desafía sus estrategias habituales para manejar problemas. * La enfermedad física y la discapacidad confrontan la habilidad del individuo para enfrentarla y adaptarse. Pueden contemplarse como una pérdida, una amenaza o un desafío. * Actuación ante el diagnóstico. Intervención en el momento del diagnóstico y los momentos de la enfermedad en la que se producen cambios y que precisan la activación de estrategias de afrontamiento urgentes. * Determinar cómo la enfermedad se interpreta especialmente en relación a la autoimagen y planes futuros. * Estrategias psicoterapéuticas de la intervención en crisis teniendo en cuenta prioridades que deben ser valoradas rápidamente seguidas de la ejecución de etapas de acción adaptativas y apropiadas. * La crisis como peligro y oportunidad. Los sucesos inesperados de la vida como la enfermedad o la discapacidad proporcionan la ocasión de revisar la estrategias habituales de resolución de problemas, exigen nuevos modos de enfrentamiento y proporcionan la oportunidad de examinar y reelaborar problemas personales no resueltos en el pasado. * Uso efectivo de la negación: manejo de la ansiedad opresiva en el principio de la enfermedad. * Desarrollo de estrategias de afrontamiento efectivas para las consecuencias de la enfermedad (actividades de la vida diaria que se han modificado, pero no dominado por la enfermedad) que incluye un amplio abanico de intervenciones incluyendo apoyo, reestructuración cognitiva. * Intervenciones en las etapas crónicas de la enfermedad en las que prevalecen los síntomas depresivos. 7.2. Con la familia. Cuidador familiar. La mayoría de los trabajos sobre el tema, insisten en la necesidad de atender a las familias de los pacientes con enfermedades crónicas porque en nuestra sociedad la enfermedad no sólo afecta al paciente sino también a sus familias y sobre todo, al cuidador familiar. Las enfermedades físicas tienen un importante impacto en las familias / cuidadores y afectan diferentes áreas de la vida, incluyendo la vida cotidiana, el trabajo y la vida social. La adscripción del rol de cuidador sigue pautas culturales específicas. Tipo de tareas con el cuidador familiar: • Identificación del cuidador familiar. • Proporcionar información escrita y verbal sobre la depresión y ansiedad y su manejo, incluyendo cómo las familias o cuidadores pueden apoyar al paciente. • Evaluación de la carga del cuidador. Evaluar carga y también su salud física y mental. • Psicoeducación, • Información sobre distintos tipos de cuidados: instrumental, emocional, apoyo social. • Intervención en crisis. • Intervenciones de apoyo con el cuidador familiar. • Intervención en el duelo. Muerte repentina o muerte anticipada. Intervención en las diferentes etapas del proceso de duelo. Prevención de duelo patológico. • Intervención en estrategias de afrontamiento del cuidador y paciente. • Manejo de situaciones que interfieren en la prestación de cuidados. • Mejora de habilidades, conocimientos, actitudes que favorezcan el manejo de la enfermedad, del estrés propio y la recepción y provisión de apoyo social. • Proporcionar información sobre grupos locales de apoyo y autoayuda y voluntariado. Ayudar a las familias o cuidadores para acceder a éstos • Negociación entre el paciente y sus familiares o cuidadores sobre la confidencialidad y el intercambio de información. Formatos de las intervenciones: Individual, familiar y grupal. Algunas ideas de cómo trabajar con la familia (Navarro Góngora, 2009) -Permitir que los familiares hablen sobre el problema que padece la persona enferma, sobre las consecuencias del problema en todos los miembros de la familia. Trabajar sobre cómo pueden seguir siendo padres y hermanos de una persona con una enfermedad física grave. - Con la familia, el objetivo de la intervención es la ruptura de la secuencia familiar en la que aparece el síntoma. Es decir, se busca que todas las conductas de todos los miembros de la familia que se relacionan con el síntoma, cambien. Esto garantiza no sólo el cambio sino también su perdurabilidad - El objetivo de la intervención se orienta a construir una imagen positiva de la familia. - Trabajar el tema de la importancia de la red social. Por razones varias la red social de los pacientes con enfermedades somáticas y sus cuidadores suele verse reducida con el tiempo. Los estudios confirman que esa deprivación social correlaciona con la aparición de trastornos mentales a medio y largo plazo. - En situaciones de crisis el estado emocional de la familia es muy fluido, reeditándose agravios y experiencias históricas cuyo significado individual resulta muy difícil de determinar. En esas circunstancias concluir que tenemos una evaluación, incluso parcial, de lo que ocurre en la familia es, símplemente, ingenuo. La evaluación funciona más bien como un mapa, algo a no confundir con el territorio. - Tratar de entender el problema en sí mismo y también en su contexto (circularidad). Defina la secuencia familiar dentro de la que aparece el síntoma (qué conductas concretas realiza cada miembro de la familia cuando aparece el problema). - La familia tiene problemas, pero no olvide que si esos problemas han de resolverse es porque también disponen de recursos para solucionarlos. Tan inevitable como saber qué les pasa, resulta identificar los recursos. Así es posible el cambio. - Trabajar para que el cambio sea lento y a pasos cortos (no se precipite). Los cambios lentos y a pasos cortos hacen más protagonistas a quienes los dan, se aprende más de ellos, reduciendo, por lo tanto, las recaídas. - Proceder de lo simple a lo complejo, con ello se consigue que la familia se motive al ver que no le resulta muy difícil cambiar. - La prudencia aconseja que de coexistir problemas en los hijos con diferencias matrimoniales, se ha de empezar con la solución de los problemas de los hijos. Por lo general los problemas matrimoniales suelen percibirse más difíciles de resolver y con más temor. Si la pareja consigue cooperar para resolver los problemas de los hijos partirán de un éxito muy valorado para enfrentar sus propios problemas 8. Con los profesionales sanitarios que trabajan con enfermos físicos (Enlace). Muchos trabajos ponen de relieve la necesidad de formación y desarrollo profesional continuo a fin de atender de una manera más saludable a las personas con depresión, ansiedad y problemas crónicos de salud física. También muchos estudios ponen en evidencia la necesidad de proporcionar más apoyo a los profesionales que trabajan con estos pacientes para llevar a cabo su trabajo de un modo más adecuado, ya que hay evidencia que los problemas de estos pacientes afectan a los trabajadores sanitarios. (Estrategia en cáncer en el Sistema Nacional de Salud 2006) En este sentido, es importante llevar a cabo actividades docentes individuales y grupales sobre el manejo de situaciones difíciles: cómo dar malas noticias, el manejo del impacto emocional que esto puede conllevar para pacientes y familiares, el soporte emocional y el acompañamiento profesional necesarios en las distintas fases del enfermar y morir, la prevención y manejo de agresiones de pacientes y familiares, manejo de aspectos psicológicos del paciente y del cuidador familiar al final de la vida…. Un formato muy aconsejable desde el punto de vista del esfuerzo y económico lo constituyen los Grupos Balint creados específicamente para trabajar con formato grupal con profesionales sanitarios. Estos grupos son un ejemplo de la articulación teórica y la práctica clínica de orientación psicoanalítica en territorio médico. No se trata de formar a médicos y enfermeros para ejercer como psicólogos, sino de difundir conocimientos, actitudes, habilidades que faciliten las mejores relaciones posibles entre profesionales sanitarios y pacientes y profesionales sanitarios y familias, especialmente en momentos críticos. 9. Indicaciones de los distintos tipos de Psicoterapia basada en la evidencia: La investigación sobre la eficacia de las intervenciones en personas con enfermedades somáticas crónicas y depresión / ansiedad, es todavía limitada. Aunque la Guía NICE parte de la hipótesis de que la naturaleza de la depresión en los problemas crónicos de salud física no es fundamentalmente diferente de la depresión en ausencia de tales problemas, queda por delante un trabajo apasionante para demostrar la evidencia de los procedimientos psicoterapéuticos y psicofarmacológicos actualmente utilizados en este campo. Para los pacientes con problemas crónicos de salud física y síntomas persistentes de depresión leve o moderada o síntomas depresivos por debajo del umbral clínico, subsidiarios de intervenciones de baja intensidad, la guía NICE recomienda la actividad física (tanto individual como de grupo estructurado de actividad física) y los grupos de apoyo y autoayuda. También recomienda la utilización de programas individuales de autoayuda guiada (basada en principios de la terapia cognitivo conductual y que incluye la activación conductual y las técnicas de resolución de problemas) y terapia cognitivo conductual informatizada aplicable sobre todo en pacientes con problemas de movilidad y desplazamiento. Para las intervenciones de alta intensidad, la guía recomienda intervenciones cognitivo conductuales tanto con formato individual como grupal. Argumentando razones de coste-efectividad, la guía recomienda el formato grupal como primera opción en la depresión moderada. Aunque la eficacia de ambos formatos (individual y grupal) es similar, las intervenciones en grupos requieren un uso más eficiente de los recursos. También para la depresión moderada, la Guía aconseja la terapia de pareja ya que una enfermedad física crónica puede tener un impacto significativo en la pareja. Para los casos de depresión severa, la Guía recomienda conductual en formato individual. la terapia cognitivo- Según la mencionada Guía, para los pacientes con síntomas persistentes de depresión o depresión leve a moderada y con un problema crónico de salud física que no se han beneficiado de las intervenciones de baja intensidad, es recomendable informar al paciente y discutir con él la posibilidad de proporcionar: • Un antidepresivo (normalmente un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina [ISRS]) y • Una de las siguientes intervenciones de alta intensidad psicológica: - Psicoterapia grupal basada en la TCC - TCC individual para los pacientes que rechazan la TCC grupal, o para los que no es conveniente, o cuando el grupo no está disponible. - Terapia de pareja para personas que tienen una pareja estable y donde la relación puede contribuir al desarrollo o mantenimiento de la depresión, o cuando la participación de la pareja se considera un potencial terapéutico beneficioso. Para los pacientes con depresión grave y patología somática, la Guía recomienda ofrecer una combinación de la TCC individual y un antidepresivo. Se sabe que la combinación de estos procedimientos es eficaz en pacientes con depresión, en ausencia de patología somática. Sin embargo, la cuestión no es tan clara con pacientes con problemas físicos de salud y no existe evidencia de que los resultados se mantengan a medio plazo. (NICE, 2009) En estos pacientes existe el problema de las interacciones entre los antidepresivos y los problemas crónicos de salud física. Esto debe ser tenido en cuenta porque puede dificultar el cumplimiento terapéutico. Hay evidencia limitada de la efectividad de las intervenciones de alta intensidad psicológica en el tratamiento de la depresión moderada a severa en pacientes con un problema crónico de salud física. Faltan muchas investigaciones en este campo. La evidencia más importante es para la TCC. Y nuevos estudios sugieren que la activación conductual puede ser una intervención eficaz para la depresión en pacientes con patología somática. Bibliografía American Psychiatric Association (1994) Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM–IV) (4th edn). Washington, DC: APA. Andrews, G., Anderson, T. M., Slade, T., et al. (2008) Classification of anxiety and depressive disorders: problems and solutions. Depression and Anxiety, 25, 274-281. Blanco Picabia, A. «Formación del psicooncólogo en Psicopatología». Sociedad Española de Psicooncología (SEPO), editor. El cáncer: un reto para todos. Libro de resúmenes, 2002, enero 24-26, Valencia. I Congreso Nacional de la Sociedad Española de Psico-Oncología, 2002. Bogner, H.R., Morales, K.H., Post, E.P. et al. (2007) Diabetes, depression and death: a randomised controlled trial of a depression treatment program for older adults in primary care. Diabetes Care, 30, 3005-3010. 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Estos familiares asumen una responsabilidad que va más allá de las expectativas normales en las relaciones familiares. Una situación que además, no es provisional. La irrupción de la enfermedad (tanto física como mental) y la discapacidad, desafían la habilidad del individuo y de la familia para enfrentarlas y adaptarse, introduciendo cambios importantes en su funcionamiento. Uno de los cambios estructurales más importantes que se producen en el grupo familiar, es la adscripción del rol de cuidador primario que sigue criterios socioculturales, produciendo una importante interrupción en la vida del familiar sobre el que recae. Aunque el impacto de la enfermedad afecta a todo el grupo familiar, suele ser uno de los miembros de este grupo el que asume la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados. Es el llamado cuidador principal. Esta figura puede ser definida también en términos de relaciones sociales y familiares, generalmente parentesco, aunque se extiende a lazos de amistad o de vecindad donde estos han adquirido el carácter de relaciones primarias. El afecto es fundamental en estas relaciones. El término cuidador familiar surge de una perspectiva de los servicios sociales y comporta la ventaja de estar cargado de vinculaciones con la vida diaria de los enfermos y sus familias. Se trata de un concepto mixto cuyo contenido fundamental lo constituyen las tareas de apoyo. En nuestro país el perfil del cuidador es fundamentalmente femenino, aunque va en aumento el número de hombres que cuidan a sus familiares. Los cambios sociodemográficos y familiares, la incorporación de la mujer al mercado laboral y el envejecimiento de las cuidadores, pueden afectar a medio plazo los cuidados en el hogar. Estos cuidadores se enfrentan a situaciones dolorosas que interactúan con sus recursos de afrontamiento, estructura de vida, autoimagen y de cómo se percibe el futuro. Existen tres concepciones en la inevitable relación entre sistema sanitario y cuidador familiar: cuidador como recurso, cuidador como co-trabajador y cuidador como cocliente. Si entendemos que el cuidador es un recurso, estamos teniendo en cuenta que los cuidadores no solo son receptores potenciales de servicios sanitarios, sino que también son ellos mismos proveedores de apoyos y cuidados y toman decisiones acerca de cuándo hacer intervenir a la red sanitaria en el cuidado de sus familiares enfermos. El análisis de los cuidadores se centra fundamentalmente en el concepto de carga, consecuencias y alivios. La propia tarea de cuidar es definida por los cuidadoras como “hacerse cargo” de alguien, asumiendo la responsabilidad de su bienestar. Se da una “disponibilidad permanente”, más que una serie de tareas Las relaciones cuidador familiar-enfermo, están marcadas por la dependencia. El cuidado de una persona discapacitada o enferma, conlleva cargas múltiples y altos niveles de estrés. Entre los problemas prácticos que asumen, se encuentran el cuidado y supervisión continua, ayuda en tareas como la higiene, la alimentación, vestido, movimiento, tareas de ocio, manejo de la incontinencia, problemas del sueño. Un factor de estrés importante lo constituyen las estrategias y estilos de afrontamiento utilizados con respecto a los síntomas del enfermo y a los estilos de resolución de problemas en general de estos familiares. La vida social de los cuidadores también se encuentra a menudo restringida como resultado del estrés, la fatiga… Además la discapacidad y enfermedad en general de un miembro de la familia acarrea consecuencias en el ámbito de la economía familiar, creando mayores gastos y al mismo tiempo, reduciendo los ingresos al restringir las oportunidades de empleo para el cuidador familiar. Finalmente, los costes emocionales asociados al cuidado, son también importantes. La preocupación acerca de la salud del familiar enfermo y de su futuro, las dificultades con distintas instituciones entre las que se hallan las sanitarias para obtener un apoyo apropiado, la necesidad constante de cuidados y supervisión, las aspiraciones frustradas, el aislamiento social como consecuencia de una vida social limitada, ponen de manifiesto los importantes niveles de estrés a los que se encuentran sometidos los cuidadores familiares con los consiguientes efectos negativos sobre la salud en general y la salud mental en particular, y los problemas que se producen en el funcionamiento familiar. Se hace evidente la importancia del apoyo social tiene para el bienestar y ajuste psicosocial de estos cuidadores. La bibliografía nos alerta que la sobrecarga, especialmente cuando es mantenida a largo plazo, tiene repercusiones en la salud y en la calidad de vida del cuidador principal, destacando una menor atención a la propia salud, peor autopercepción de la salud tanto física como psíquica, sobrecarga física y estrés, limitación en el desarrollo personal y laboral, reducción de la red social, etc. Numerosos trabajos muestran que la disponibilidad de apoyo social, los contactos sociales y el sentimiento de control sobre la propia vida, son determinantes en el bienestar del cuidador. Además, la cantidad de tiempo pasado cada día asistiendo a sus familiares discapacitados o enfermos, está fuertemente relacionada con la depresión. La mayor parte de la bibliografía destaca las importantes repercusiones psicológicas de la tarea de cuidar y las necesidades de apoyo de los cuidadores familiares. Un aspecto destacado en la bibliografía es la importancia de los grupos de apoyo y autoayuda para enfermos y familiares. Algunos autores han destacado la escasa utilización por parte de los profesionales de salud mental de estos grupos, que permiten recibir y proporcionar ayuda a iguales. Estos grupos constituyen un importante recurso en la asistencia en salud mental y cumplen funciones fundamentales: proporcionan apoyo y orientación, desempeñan una función de educación e información acerca de la enfermedad, repercusiones, recursos, estrategias de afrontamiento, tratamientos, y además, proporcionan la oportunidad para ampliar y mejorar la red social (función muy importante en las familias con importante aislamiento social). Los grupos de apoyo están constituidos por un amplio rango de modalidades de intervención promocionadas o iniciadas por profesionales y que se basan en los beneficios terapéuticos que se producen al compartir experiencias similares. Los grupos de apoyo para cuidadores se caracterizan por el hecho de que proveedor y receptor de ayuda comparten el mismo problema, proveen modelos de rol, proporcionan apoyo emocional, información, reestructuración cognitiva, ideas acerca de afrontamiento y resolución de problemas, apoyo social, sentimientos de control, fortalecen la autoestima, entre otros. OBJETIVOS TERAPÉUTICOS GENERALES A nivel individual. 1. Mejorar habilidades, conocimientos, actitudes que favorezcan recepción y provisión de apoyo social. 1. Intervención en estrategias de afrontamiento poco eficaces o disfuncionales. 2. Manejo de situaciones que interfieren en la prestación de cuidados A nivel diádico: 1. Movilización de la intervención de un miembro clave. 2. Introducción de nuevos vínculos sociales. A nivel grupal: 1. Optimizar la red 2. Movilizar la red OBJETIVOS TERAPÉUTICOS ESPECÍFICOS 1. Incrementar la autoestima. 2. Promover el uso de otras prácticas de cuidado. 3. Proporcionar a los miembros mayor sentimiento de control 4. Proveer apoyo y ayuda 5. Provisión de información y consejo 6. Facilitar el intercambio de experiencias. 7. Forum para expresar insatisfacciones y resolver problemas. 8. Psicoeducación para manejar la enfermedad 9. Grupos pequeños y voluntarios estructurados para la ayuda mutua y la consecución de un propósito específico. 10. Integrados por iguales 11. Se reúnen para ayudarse mutuamente en la satisfacción de una necesidad común. 12. Los tradicionales receptores de ayuda se transforman en proveedores de ayuda 13. El problema se convierte en parte de la solución 14. Los recursos de ayuda se expanden 15. Sus miembros tienen una comprensión única del problema: la propia experiencia y su credibilidad como modelos. 16. La ayuda como terapia. Quien proporciona ayuda puede ser quien más se beneficie con el intercambio El refuerzo de la autopercepción de normalidad facilita el abandono de las 17. identidades patológicas previas. 18. 19. 20. 21. Se busca en otras personas del grupo la validación de sentimientos y actitudes. Se promueve una concepción factual de los problemas. Están orientados hacia la acción. Sus miembros aprenden y cambian mediante la acción. Funciones 1. Apoyo emocional Provisión de modelos de rol 2. 3. Ideología colectiva 4. Información relevante Ideas acerca de formas de afrontamiento. 5. 6. Sentimientos de control y autoconfianza 7. Reestructuración cognitiva 8. Apoyo social. Implicación personal en las actividades del grupo 9. 10. Aprendizaje interactivo de habilidades adaptativas 11. No alienta la dependencia Los miembros poseen una gran energía porque el problema es suyo 12. 13. El apoyo social es un amortiguador de estrés 14. Se insiste en los puntos fuertes y en el potencial de las personas. 15. Es una intervención en la red personal del Cuidador familiar. 16. Objetivo: sostener y reforzar el potencial de apoyo del grupo familiar. 17. Conecta Cuidadores familiares con problemas similares. Aumentar competencia interpersonal del cuidador. 18. 19. Reducir el aislamiento social Revisión de las estrategias de afrontamiento 1. 2. 3. 4. En relación con la fase de la enfermedad. En relación al ciclo evolutivo de la familia. En relación con el ciclo evolutivo personal. En relación al tiempo que llevan cuidando. CARACTERÍSTICAS DE LOS MIEMBROS DEL GRUPO DE APOYO _____________________________________________________ .Los grupos estarán formados por distintos cuidadores que pueden ser seleccionados en función del tipo de enfermedad de la persona a la que cuidan (discapacidad, enfermos onco-hematológicos). Un aspecto importante a tener en cuenta en la coordinación de estos grupos, lo constituye la heterogeneidad de los mismos en todos los aspectos: edad, nivel de estudios, actividad laboral, tiempo que llevan cuidando. Respecto a este último punto, una de las dificultades a trabajar es el respiro. En los grupos de cuidadores, un importante factor de protección psíquica, lo constituye el respiros y los estudios dicen que deben ser incorporados a la rutina cotidiana desde primera hora porque posteriormente, son difíciles de instaurar. En un grupo de apoyo hospitalario, confluirán cuidadores recientes y cuidadores de larga evolución Formato grupos de apoyo con enfoque psicoeducativo Grupos abiertos de 12 -14 personas Periodicidad semanal. Lugar: Las sesiones grupales se llevarán a cabo en las plantas correspondientes y solamente durante la hospitalización del familiar. CAPTACIÓN DE LOS MIEMBROS DEL GRUPO auxiliares) - A través del personal sanitario de las plantas (médicos, enfermeras, Invitaciones a participar cuando se hacen las interconsultas. A través de un cartel en el que se especifique lugar, hora, duración. CONTENIDOS DE LAS SESIONES: _____________________________________________________ La tarea psicoterapéutica del grupo de apoyo se centrará en los siguientes puntos: - Repercusiones del estrés crónico en el enfermo, la familia y el cuidador familiar. Identificación y modificación de estrategias de afrontamiento disfuncionales. Conservación / reconstrucción de la red social. ESTRUCTURACIÓN DE LAS SESIONES: _____________________________________________________ 1. Informar sobre el estrés generado por la enfermedad crónica en el enfermo, en el cuidador familiar, en la familia 2. Se identifican roles análogos en cuidadores y enfermos. 3. Utilización de metáforas: Necesidad de “mantener la enfermedad en su lugar” 4. Necesidad de encontrar un lugar en la familia para la enfermedad. 5. Cada familia responde de forma diferente a la enfermedad. Metáfora del “estilo emocional” familiar. Hábitos, planes y prioridades familiares. 6. 7. Meta: posibilitar que cada familia revise sus estrategias de afrontamiento de la enfermedad 8. Se discute qué metas, hábitos, planes relevantes de la familia, se han visto afectados o interrumpidos por la enfermedad. 9. Encontrar formas alternativas de manejar la situación. 10. Localizar recursos familiares y sociales. 11. Preservar las prioridades familiares y del cuidador familiar. Examinar el impacto de la enfermedad crónica en la vida emocional de los 12. miembros de la familia y el cuidador familiar. 13. Evaluar alternativas de los estilos emocionales para responder a la enfermedad. El estrés generado por la enfermedad en la familia debe expresarse. 14. 15. Las fórmulas de afrontamiento familiar deben revisarse. 16. El examen del estrés y de las estrategias de afrontamiento deben realizarse en un ambiente que excluya la culpabilización 17. No se trata de dar soluciones a las dificultades de relación con la enfermedad. 18. Se trata de crear un espacio en el que se discutan actitudes, estrategias, sentimientos compartiendo experiencias con otros cuidadores familiares. En el grupo se llevarán a cabo las siguientes tareas: 1. Información acerca de los efectos de la enfermedad en el paciente, cuidador y familiares. Información acerca del apoyo disponible. Consejo y orientación, particularmente durante estadios críticos y cuando se 2. producen cambios en el curso de la enfermedad. 3. Importancia del respiro establecido desde el primer momento. El respiro como factor de protección para el cuidador. Apoyo emocional. El apoyo emocional sobre todo el de otros cuidadores con 4. problemas similares, es particularmente relevante. La exigente experiencia del cuidado, la carga que supone esta función, la reducción de la red social y en el peor de los casos, el aislamiento tanto físico como emocional que con frecuencia sufren los cuidadores, pueden ser aliviados al compartir sentimientos, apoyo y ayuda mutua con otros cuidadores en similar situación. VENTAJAS DE ESTE FORMATO: 1. natural. 2. 3. 4. Permiten el establecimiento de una red artificial que evoluciona hacia la red Más económico. Varias personas se benefician simultáneamente Contactan personas con el mismo problema y se revisan estrategias. Introducen el apoyo social. EVALUACIÓN _____________________________________________________ La evaluación de la efectividad de este programa indica su capacidad para prevenir el deterioro emocional y facilitar y acelerar el proceso de adaptación tanto a nivel personal como social del cuidador familiar. Antes de iniciar el grupo, y al finalizar, se pasarán dos cuestionarios: a) Test de Zarit. Escala de sobrecarga del familiar. b) Cuestionario de apoyo social de Duke. Trinidad Bergero Miguel. Málaga, 28 de octubre de 2010. JUSTIFICACIÓN DEL GRUPO DE PACIENTES CON INFARTO DE MIOCARDIO RECIENTE 1. Introducción. La World Federation for Mental Health ha publicado en 2010 un informe que lleva por título Mental Health and chronic physical illnesses – the need for continued and integrated care expone la estrecha relación que existe entre salud mental y enfermedades crónicas físicas, entre las que se incluyen el cáncer, la diabetes, los trastornos respiratorios, la obesidad y el trastorno cardiovascular. En el informe al que se puede acceder a través de su web se realiza una revisión detallada de las asociaciones más frecuentes entre determinados trastornos mentales (fundamentalmente ansiedad y depresión) y los problemas de salud físicos crónicos. Del mismo modo, la Alianza de Enfermedades crónicas, un organismo que reúne a diez sociedades europeas de salud entre las que se encuentran European Cáncer Organisation, European Society for Medical Oncology, European Society of Cardiology, ha presentado en junio de 2010 un documento de posición conjunta reclamando una acción política urgente para reducir el impacto psicológico, social y económico que suponen las enfermedades crónicas. 2. Aspectos psicológicos asociados a trastorno cardiovascular (Lichtman el al 2008) 2.1. La depresión se presenta en 1 de cada 5 pacientes ambulatorios con enfermedad coronaria y en uno de cada tres pacientes con insuficiencia cardíaca. Este cuadro depresivo no se detecta ni se trata adecuadamente. 2.2. El trastorno depresivo mayor es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades coronarias en personas sanas y afecta de manera negativa en la salud física de pacientes con enfermedad cardiovascular, presentando un mayor riesgo para la incidencia de complicaciones. 2.3. Más del 15% de los pacientes con trastornos cardiovasculares y del 20% de los pacientes que han sido sometidos a bypass presentan trastorno depresivo mayor. 2.4. Los estilos de vida negativos asociados comúnmente a episodios depresivos como fumar, beber alcohol en exceso, ausencia de ejercicio físico, peor alimentación o pérdida de apoyo social, interfieren notablemente con el tratamiento de los trastornos cardiovasculares. 2.5. Está demostrado que la depresión es un factor de riesgo para el trastorno cardiovascular hasta tal punto que la World Federation for Mental Health ha recomendado que se evalúe la presencia de depresión en todos los pacientes con problemas cardiovasculares. 2.6. Los pacientes que presentan depresión después de un infarto de miocardio, especialmente durante los primeros episodios, deben ser cuidadosamente vigilados, ya que debido a los síntomas depresivos, se encuentran en una situación de alto riesgo y con menos probabilidades de mejorar de manera espontánea. La salud mental también interrelaciona con la salud física. Por ejemplo, la enfermedad cardiovascular puede producir depresión, ansiedad y viceversa, sin olvidar que ambas pueden estar relacionadas a través de factores comunes de riesgo como podrían ser los estilos de vida poco saludables. Esta interrelación (salud física/mental) tiene especial relevancia en la etapa de envejecimiento, por la asociación de factores específicos, como las enfermedades crónicas o terminales, la soledad, la precariedad económica y/o la falta de redes sociales. La bibliografía recomienda la implementación del formato grupal para esta intervención. El contenido de estas sesiones se establecerá teniendo en cuenta los aspectos psicológicos referidos en esta justificación. Es recomendable que se lleven a cabo grupos cerrados con un programa de intervención específico utilizando técnicas psicoterapéuticas basadas en la evidencia (Anexo 5) Bibliografía: Cassano, P. & Fava, M. (2002) Depression and public health: an overview. Journal of psychosomatic research, 52, 1–9. Egede, L.E. (2007) Major depression in individuals with chronic medical disorders. Prevalence, and correlates and assicuates of health reourse utilisation, lost productivity and functional disability. General Hospital Psychiatry, 29, 409-416 Evans, D.L., Charney, D.S., Lewis, L. et al. (2005) Mood disorders and the medically ill: scientific review and recommendations. Biological Psychiatry, 58, 175–189 Katon, W. J. (2003) Clinical and health services relationships between major depression, depressive symptoms, and general medical illness. 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La interacción entre terapeuta y paciente constituye una variable influyente en el desarrollo de la alianza. 2. Alianza terapéutica. El concepto de alianza terapéutica ha sido incorporado por la mayoría de las escuelas psicoterapéuticas. La relación terapéutica, y especialmente la alianza, ha demostrado ser un factor importante en diferentes orientaciones teóricas como la psicodinámica, cognitiva, interpersonal, ecléctica y conductual. 3. Aspectos esenciales en el aprendizaje de la Psicoterapia. A. Límites: La capacidad de: 1) Establecer y mantener un marco de tratamiento (por ejemplo, tiempo, espacio, los organismos externos, relaciones externas, establecer los horarios y manteniendo los tiempos). 2) Establecer y mantener una relación profesional. 3) Comprender y proteger al paciente de intrusiones innecesarias en la intimidad y confidencialidad. 4) Gestionar los arreglos financieros con los pacientes de forma adecuada al contexto del tratamiento. B. Alianza terapéutica: La capacidad de: 1) Establecer una relación con un paciente. 2) Entender y desarrollar una alianza terapéutica con el paciente. 3) Reconocer una variedad de formas de alianzas terapéuticas .4) Que el paciente pueda participar activamente en el tratamiento. 5) Reconocer y tratar de reparar las alteraciones en la alianza. 6) Establecer un enfoque de tratamiento. 7) Proporcionar un entorno de seguridad. C. Escucha: La capacidad de: 1) Escuchar sin juzgar y con franqueza. 2) Facilitar al paciente hablar abierta y libremente. D. Emociones: La capacidad de: 1) Reconocer y describir específicamente los afectos. 2) Tolerar expresiones directas de hostilidad, afectividad, la sexualidad y otras poderosas emociones. 3) Reconocer y describir (al supervisor) los sentimientos que le produce el paciente. 4) Reconocer y tolerar las incertidumbres personales como aprendiz en la psicoterapia. E. Comprensión: La capacidad de. 1) Empatizar con los estados emocionales del paciente. 2) Transmitir comprensión empática. El uso de Supervisión: La capacidad de: 1) Establecer una alianza educativa con el supervisor. 2) Incorporar material discutido en supervisión en la psicoterapia. F. Resistencias / Defensas: La capacidad de: 1) Identificar los problemas en colaborar con el tratamiento o el terapeuta. 2) Reconocer defensas en los fenómenos clínicos. 3) Reconocer los obstáculos al cambio y la comprensión de las posibles maneras de abordarlos. G. Técnicas de Intervención: La capacidad de 1) Mantener el enfoque en el tratamiento cuando sea apropiado. 2) Confrontar la declaración de un paciente, afecto o comportamiento. 3) Evaluar la disposición y gestionar la terminación del tratamiento. 4) Evaluar la disposición del paciente para determinadas intervenciones. 5) Evaluar la respuesta del paciente a las intervenciones 4. Habilidades para la Psicoterapias. Requiere habilidades para: 1) Evaluar los cambios regresivos y de adaptación en el funcionamiento del Yo. 2) Hacer intervenciones específicas apoyando las funciones del Yo del paciente, incluidas las operaciones defensivas. 3) Tomar deliberadamente una actitud de falta de interpretación en relación con una operación de defensa en un paciente. 4) Reconocer los conflictos internos y ayudar al paciente a contenerlos sin énfasis en la interpretación. 5) Ser directivos: dar consejos, establecer límites y educar al paciente si es necesario. 6) Hacer manipulaciones adecuadas del medio o tomar medidas en nombre del paciente 5. INSTRUMENTOS DE MEDIDA DE LAS HABILIDADES DEL PSICOTERAPEUTA A continuación se exponen distintos instrumentos de evaluación de las habilidades del psicoterapeuta que pueden ser utilizadas en el aprendizaje de Psicoterapia con enfermos con patología somática durante la rotación por el Programa de Interconsulta y Enlace. Cuestionario de evaluación del estilo personal del terapeuta (ETP-C) Se estudia la relación estilo personal del terapeuta con el grado de extensión de la terapia, con el tipo de pacientes y con la técnica especifica Valor Cuestión 01 Suelo mantener mi escucha abierta y receptiva más que concentrada y focalizada 02 Procuro que los pacientes se adecuen al formato habitual de mi trabajo. 03 Como terapeuta prefiero indicar a los pacientes qué debe hacerse en cada sesión. 04 Mantengo un bajo nivel de involucración con los pacientes para actuar con más objetividad. 05 Me resultan estimulantes los cambios en el encuadre. 06 Las emociones que me despierta el paciente son decisivas para el curso del tratamiento. 07 Me siento más inclinado a acompañar al paciente en su exploración que a señalarle los caminos a seguir. 08 Evito comunicarme a través de gestos y expresiones muy emotivas. 09 Tiendo a exigir cumplimiento estricto con los honorarios. 10 Los tratamientos pautados me merecen escasa valoración. 11 La expresión de las emociones es un poderoso instrumento de cambio. 12 Muchos cambios importantes, en el curso de un tratamiento, requieren que el terapeuta opere con un bajo tono emocional. 13 Fuera de las horas de trabajo dejo de pensar en los pacientes. 14 Los cambios de consultorio afectan negativamente los tratamientos. 15 Los verdaderos cambios se producen en el curso de sesiones con un clima emocional intenso. 16 Me considero un terapeuta que trabaja con un encuadre flexible. 17 Me resulta útil revelar algunos de mis aspectos personales en las sesiones. 18 Me gusta sentirme sorprendido por el material del paciente sin tener ideas previas. 19 Suelo atender pacientes fuera del ámbito de la consulta. 20 Las mejores intervenciones en un tratamiento surgen de modo espontáneo. 21 Lo que les pasa a mis pacientes tiene poca influencia en mi vida personal. 22 En mis intervenciones soy predominantemente directivo. 23 Pienso bastante en mi trabajo, aun en mis horas libres. 24 Evito revelar a mis pacientes mis estados emotivos. 25 Puedo planear un tratamiento en su totalidad desde que se inicia. 26 La distancia emocional con los pacientes favorece los procesos de cambio. 27 Nunca modifico la duración de las sesiones, a menos que sea imprescindible. 28 Si algo me irrita durante una sesión puedo expresarlo. 29 Una alta proximidad emocional con los pacientes es imprescindible para promover cambios terapéuticos. 30 Prefiero saber de antemano a qué cosas debo prestar atención en las sesiones. 31 Prefiero los tratamientos donde están programados todos los pasos a seguir. 32 Me interesa trabajar con pacientes que presentan problemas focalizados. 33 Procuro dirigir mi atención a la totalidad de lo que pasa en las sesiones. 34 Tengo en mente los problemas de los pacientes más allá de las sesiones. 35 Soy bastante laxo con los horarios. 36 Desde el comienzo de las sesiones me dispongo a dejar flotar mi atención. Instrucciones de valoración: Total desacuerdo // 1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 - 7 \\ Total acuerdo Las funciones que nos interesan de este instrumento son las que miden las funciones - Instruccional. - Evaluativa. - Atencional. - Expresiva. - Operativa. - De compromiso Vincular (Nivel de compromiso inter o intrapersonal). ILOP- INVENTARIO DE SEGUIMIENTO DE EVALUACIÓN DE LOGRO DE OBJETIVOS EN PSICOTERAPIA (CONSULTANTE) Autora: Dra. Regina Szprachman de Hubscher Particular o Socio Nº: Fecha: Nombre y Apellido: Sexo: F/M Edad: Nacionalidad: Domicilio: Teléfonos: Email: Entrevista N°: Tiempo de tratamiento: E-mail: Lee y escribe Oficio: ¿Cuál? Primaria Secundaria Título terciario de: Título universitario de: Posgrado/s de: Vive solo/a C/Familiar/res C/novio/a C/Esposo C/Concubino/a Casado Soltero Separado Viudo Divorciado Respondió al ILOP previamente No respondió al ILOP previamente Asiste por su propia iniciativa No asiste por iniciativa propia Trabaja: Trabaja en su profesión: Apellido y nombre del terapeuta admisor: ¿Actualmente está haciendo psicoterapia? SI NO ¿Desde hace cuánto tiempo? ….meses ………años ¿Tiene atención Psiquiátrica? SI NO ¿Tuvo internaciones? SI NO LEA ATENTAMENTE LA CONSIGNA: en cada una de las preguntas, encierre con un círculo la opción verbal y numérica correspondiente a su grado de autovaloración, donde 0 es “para nada” y 100 es “totalmente”. Responda a todo el Inventario teniendo en cuenta el grado de malestar que le genera el problema por el que consulta. 1. ¿Se siente satisfecho con los logros de su tratamiento? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 2. Su conducta, ¿lo lleva a aplicar soluciones inapropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 3. Con el grado de malestar que tiene ahora, ¿solicitaría turno para iniciar tratamiento hoy? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 4. ¿Qué malestar le genera a usted actualmente la actitud de sus allegados frente a su problema? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 5. La manera de ser de sus allegados, ¿lo ayuda a encontrar soluciones apropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 12 6. Su actual manera de ser, ¿lo ayuda a encontrar soluciones apropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 7. Sus pensamientos actuales, ¿lo llevan a aplicar soluciones inapropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 8. ¿Ha intentado nuevas soluciones para resolver su problema a partir del tratamiento? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 9. ¿Considera que está solucionando el problema por el que consulta? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 10. ¿Contribuye su entorno actualmente a la reducción de su malestar? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 11. ¿Se encuentra con ganas de asistir a terapia? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 12. Sus emociones actuales, ¿lo llevan a aplicar soluciones inapropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 13. ¿Considera usted que actualmente está resolviendo eficazmente los problemas por los que consulta? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 14. ¿Cuál es el grado de malestar por el que hoy Ud. asiste? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 15. Actualmente, ¿le genera malestar la conducta de sus allegados frente a su problema? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 16. Las circunstancias actuales, ¿le impiden la selección y aplicación de soluciones apropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 17. ¿Piensa que empieza a realizar conductas cercanas a su objetivo terapéutico? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 18. Las actitudes presentes de sus allegados, ¿lo llevan a aplicar soluciones inapropiadas? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 19. ¿Colaboraría a la reducción de su malestar el que su objetivo sea aceptable para sus allegados? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 20. ¿Ha disminuido el malestar desde su consulta inicial a la fecha? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 21. ¿Algún miembro de su entorno sufre, actualmente tanto o más que usted por el problema? 0...............25..............50...............75..............100 para nada casi nada median casi totalm totalmente 22) ¿Cuál es el objetivo de su tratamiento?............................................................ 23) ¿Qué soluciones está aplicando para lograrlo?................................................ 24) ¿Qué soluciones debería evitar para lograrlo?................................................. INVENTARIO DE SEGUIMIENTO DE LOGRO DE OBJETIVOS (CONSULTANTE) (A RESPONDER POR TERAPEUTA – SUPERVISOR) Este es un inventario que responden, durante el seguimiento de la psicoterapia, los consultantes que hacen Psicoterapia en el Centro de Terapias Breves. Tiene como objetivo el registro del consultante de la auto- percepción de su estado. El consultante de nuestro Centro lo responde a solas antes del ingreso a la entrevista desde su primera asistencia, y luego cada cuatro entrevistas. El objeto de ser aplicado a lo largo de la Psicoterapia, es el de hacer un monitoreo de la evolución del consultante. 22. Eje temático de la sesión. Situación central tratada. ………. …………………………………………………………………………. 23. Objetivo del terapeuta. Meta de mínima pactada. ......................................................................................................................................... 24. Recursos técnicos incorporados en esta entrevista: reestructuración, sugerencias, instrucciones, intervenciones. ......................................................................................................................................... 25. ¿Quiénes asisten a la terapia?....................................................................................... 26. ¿Considera Ud. que el consultante está resolviendo con eficacia los problemas por los que consulta? 0...............20...............40............60...............80..............100 para nada casi nada mediano moderado casi totalm totalmente 27. Especificar grado de cercanía al logro 0...............20...............40............60...............80..............100 para nada casi nada mediano moderado casi totalm totalmente 17 28. ¿Cuán motivado está el consultante para continuar con el tratamiento? 0...............20...............40............60...............80..............100 para nada casi nada mediano moderado casi totalm totalmente 29. ¿Cuál es el malestar por el que hoy el consultante asiste? 0...............20...............40............60...............80..............100 para nada casi nada mediano moderado casi totalm totalmente 30. Creencias del terapeuta y/o supervisor sobre la aceptación de los recursos técnicos incorporados. 0...............20...............40............60...............80..............100 para nada casi nada mediano moderado casi totalm totalmente 31. Diagnóstico circular y DSM IV (si fuera necesario): 32. Curso terapéutico a seguir y predicciones………………………………………………. Cuestionario BAT-Q: Creencias y Actitudes hacia la Terapia. Realizado con fecha:………………………… Instrucciones: Según se adecue o no a su punto de vista principal, otorgue a cada una de las siguientes frases un valor: +3 completamente de acuerdo. -1 ligeramente en desacuerdo +2 bastante de acuerdo. -2 bastante en desacuerdo +1 ligeramente de acuerdo. -3 completamente en desacuerdo. Contenido 1 El principal objetivo de la terapia es un cambio importante en el carácter. 2 Para algunos pacientes, la terapia puede ser perjudicial, independientemente de la pericia del terapeuta. 3 La patología psicológica sólo puede modificarse mediante una relación terapéutica continua y significativa. 4 Es importante que los terapeutas sean pacientes y muestren voluntad de ayuda para que los pacientes puedan cambiar a su propio ritmo. 5 En la aplicación de la terapia, tiendo a centrarme más en los puntos fuertes y capacidades del paciente que en sus debilidades y patología profunda. 6 La terapia breve normalmente es apropiada sólo para trastornos leves de reciente instauración. 7 Acepto que la mayoría de los cambios significativos del paciente se producirán probablemente después de que haya concluido la terapia. 8 Se requiere un periodo prolongado de “elaboración” para que se consoliden los logros del paciente. 9 En general, tratar los problemas inmediatos de los pacientes y no su entera personalidad debería ser el principal objetivo de la terapia. 10 Con seriedad, los trastornos neuróticos crónicos pueden ser resueltos en una terapia breve. 11 Establecer límites temporales en la terapia incrementa e intensifica el trabajo logrado. 12 Mientras el paciente acude a terapia incrementa e intensifica el trabajo logrado. 13 Los terapeutas que aplican terapias breves se encuentran bajo mayor presión económica que aquellos que aplican terapias a largo plazo. 14 La terapia breve está contraindicada para quien haya sufrido una gran pérdida en la vida. 15 Los problemas presentes del paciente sólo constituyen un reflejo de una patología más básica. 16 En manos de un terapeuta” adecuado”, la terapia es casi siempre útil y no perjudicial. 17 En terapia breve puede adquirirse insight significativo y duradero y cambio de personalidad. 18 Incluso sin terapia el cambio significativo psicológico a lo largo de la vida es inevitable para la mayoría de las personas. 19 En la mayoría de los casos, los beneficios de la terapia breve duran relativamente poco. WAI-Paciente INVENTARIO DE ALIANZA DE TRABAJO (WAI) Versión del paciente Código: Fecha: Instrucciones En las siguientes páginas hay frases que describen las distintas opiniones o emociones que un paciente puede tener en relación con su terapeuta. Debajo de cada frase aparece una escala del 1 al 7: 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre Si la frase describe lo que usted opina o siente siempre acerca de su terapeuta, rodee con un círculo el número 7; si por el contrario nunca opina o siente así acerca de él, marque el número 1. Emplee los números intermedios para expresar su opinión entre estos dos extremos. Este cuestionario es CONFIDENCIAL. Su terapeuta no verá sus respuestas. No se detenga mucho en las preguntas; lo que nos interesa es su primera impresión. POR FAVOR, ASEGÚRESE DE CONTESTAR A TODAS LAS PREGUNTAS. Gracias por su colaboración. © Working Alliance Inventory (WAI; Adam Horvath, 1981, 1984) © Adaptación española de Nelson Andrade-González (2008) 1. Me siento incómodo con mi terapeuta. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 2. Mi terapeuta y yo estamos de acuerdo sobre lo que tengo que hacer en la terapia para mejorar mi situación. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 3. Tengo dudas sobre el resultado de estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 4. Lo que estoy haciendo en la terapia me proporciona nuevos puntos de vista sobre mi problema. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 5. Mi terapeuta y yo nos entendemos mutuamente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 6. Mi terapeuta tiene claro cuáles son mis objetivos. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 7. No tengo claro qué es lo que estoy haciendo en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 8. Creo que a mi terapeuta le caigo bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 9. Tengo que aclarar con mi terapeuta el objetivo de nuestras sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 10. No estoy de acuerdo con mi terapeuta acerca de lo que tengo que conseguir en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 11. Creo que mi terapeuta y yo no aprovechamos de una manera efectiva el tiempo que pasamos juntos. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 12. Mi terapeuta no entiende lo que estoy intentado conseguir en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 13. Tengo claro cuáles son mis responsabilidades en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 14. Los objetivos de estas sesiones son importantes para mí. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 15. Creo que lo que mi terapeuta y yo estamos haciendo en la terapia no tiene que ver con mis preocupaciones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 16. Creo que lo que hago en la terapia me va a ayudar a conseguir los cambios que quiero. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 17. Creo que a mi terapeuta realmente le importa mi bienestar. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 18. Tengo claro lo que mi terapeuta quiere que haga en estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 19. Mi terapeuta y yo nos respetamos mutuamente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 20. Creo que mi terapeuta no es totalmente sincero acerca de lo que siente hacia mí. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 21. Confío en la capacidad de mi terapeuta para ayudarme. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 22. Mi terapeuta y yo estamos trabajando para conseguir los objetivos que hemos acordado. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 23. Creo que mi terapeuta me aprecia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 24. Estamos de acuerdo sobre lo que es importante que yo trabaje. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 25. Gracias a estas sesiones tengo más claro cómo puedo cambiar. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 26. Mi terapeuta y yo confiamos el uno en el otro. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 27. Mi terapeuta y yo tenemos distintas ideas sobre cuáles son mis verdaderos problemas. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 28. La relación que tengo con mi terapeuta es muy importante para mí. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 29. Siento que si digo o hago algo equivocado, mi terapeuta dejará de trabajar conmigo. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 30. Mi terapeuta y yo hemos colaborado para establecer los objetivos de mi terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 31. Me frustran las cosas que hago en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 32. Mi terapeuta y yo entendemos qué tipo de cambios me vendrían bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 33. Las cosas que mi terapeuta me pide que haga en la terapia no tienen sentido. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 34. No sé qué esperar de mi terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 35. Creo que estamos trabajando en mi problema de forma adecuada. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 36. Creo que a mi terapeuta le importo incluso cuando hago cosas que no le parecen bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre WAI-Terapeuta INVENTARIO DE ALIANZA DE TRABAJO (terapeuta Código: Fecha: Instrucciones En las siguientes páginas hay frases que describen las distintas opiniones o emociones que un terapeuta puede tener en relación con su paciente. Debajo de cada frase aparece una escala del 1 al 7: 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre Si la frase describe lo que usted opina o siente siempre acerca de su paciente, rodee con un círculo el número 7; si por el contrario nunca opina o siente así acerca de él, marque el número 1. Emplee los números intermedios para expresar su opinión entre estos dos extremos. Este cuestionario es CONFIDENCIAL. Su paciente no verá sus respuestas. No se detenga mucho en las preguntas; lo que nos interesa es su primera impresión. POR FAVOR, ASEGÚRESE DE CONTESTAR A TODAS LAS PREGUNTAS. Gracias por su colaboración. Me siento incómodo con mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 2. Mi paciente y yo estamos de acuerdo sobre qué hacer para mejorar su situación. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 3. Tengo dudas sobre el resultado de estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 4. Mi paciente y yo estamos seguros de la utilidad de las actividades que realizamos en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 5. Creo que realmente entiendo a mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 6. Mi paciente y yo estamos de acuerdo en cuanto a sus objetivos. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 7. Mi paciente no tiene claro qué es lo que estamos haciendo en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre Creo que a mi paciente le caigo bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 9. Tengo que aclarar con mi paciente el objetivo de nuestras sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 10. No estoy de acuerdo con mi paciente en los objetivos de estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 11. Creo que mi paciente y yo no aprovechamos de una manera efectiva el tiempo que pasamos juntos. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 12. Tengo dudas sobre lo que estamos intentado conseguir en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 13. Soy claro y explícito con las responsabilidades de mi paciente en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 14. Los objetivos de estas sesiones son importantes para mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 15. Creo que lo que mi paciente y yo estamos haciendo en la terapia no tiene que ver con sus preocupaciones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 16. Estoy seguro de que lo que hacemos en la terapia va a ayudar a mi paciente a conseguir los cambios que quiere. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 17. Realmente me importa el bienestar de mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 18. Tengo claro lo que espero que mi paciente haga en estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 19. Mi paciente y yo nos respetamos mutuamente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 20. Creo que no soy totalmente sincero acerca de lo que siento hacia mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 21. Confío en mi capacidad para ayudar a mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 22. Mi paciente y yo estamos trabajando para conseguir los objetivos que hemos acordado. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 23. Aprecio a mi paciente como persona. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 24. Estamos de acuerdo sobre lo que es importante que trabaje mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 25. Gracias a estas sesiones mi paciente tiene más claro cómo puede cambiar. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 26. Entre mi paciente y yo hemos creado un clima de confianza mutua. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 27. Mi paciente y yo tenemos distintas ideas sobre cuáles son sus verdaderos problemas. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 28. Nuestra relación es importante para mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 29. Mi paciente teme que si dice o hace algo equivocado, dejaré de trabajar con él. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 30. Mi paciente y yo hemos colaborado para establecer los objetivos de estas sesiones. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 31. Mi paciente se frustra por lo que le pido que haga en la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre Mi paciente y yo entendemos qué tipo de cambios le vendrían bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 33. Las cosas que hacemos en la terapia no tienen sentido para mi paciente. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 34. Mi paciente no sabe qué esperar de la terapia. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 35. Mi paciente cree que estamos trabajando en su problema de forma adecuada. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre 36. Respeto a mi paciente incluso cuando hace cosas que no me parecen bien. 1234567 Nunca Rara vez De vez en cuando A veces A menudo Muy a menudo Siempre BIBLIOGRAFÍA Barber, J. P., Connolly, M. B., Crits-Christoph, P., Gladis, L. y Siqueland, L. (2000). 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The working alliance in client-centered and process-experiential therapy of depression. Psychotherapy Research, 11(2), 221-233. Trinidad Bergero Miguel. Octubre de 2010. Evaluación Psicológica del trasplante de islotes pancreáticos. Introducción En términos generales una propuesta de trasplante induce una serie de reacciones emocionales en extremo complejas que contienen siempre un doble mensaje, donde se superponen a la vez el estrés ligado a la amenaza del pronóstico vital y la esperanza de hallar “una nueva vida”. La evaluación tiene dos papeles fundamentales: la búsqueda de contraindicaciones para el trasplante y un mejor conocimiento de la personalidad de cada paciente para permitir un acompañamiento adecuado antes, durante y después del trasplante. El objetivo inicial de esta evaluación es el de poner de manifiesto las contraindicaciones psiquiátricas para el trasplante, destacando en especial el riesgo de incumplimiento en el seguimiento médico y farmacológico después del mismo. Con el fin de favorecer al máximo la evolución y el pronóstico, no sólo del trasplante de islotes pancreáticos sino su correlativo psíquico, es importante ayudar al sujeto a implicarse activamente en el proyecto terapéutico. Las etapas que el paciente atraviesa frente al trasplante son: I.- Etapa de candidato a trasplante. II.- Postrasplante inmediato (hasta los 6 meses). III.- Postrasplante tardío (> de 12 meses). Además de la adaptación que el sujeto ha tenido que realizar al curso crónico de su enfermedad y a sus complicaciones, así como a las secundarias a la propia diabetes, ahora, frente a la propuesta de trasplante, tiene que adaptarse a una serie de procedimientos, de diagnósticos, de limitaciones y/o complicaciones que conllevan un cambio en el estilo de vida, provocando alteraciones en el entorno familiar, socio-laboral y ético que generan un desajuste psicológico. I.- EVALUACIÓN DEL CANDIDATO A TRASPLANTE DE ISLOTES PANCREATICOS. La evaluación en esta etapa tiene por objetivo: - Detección de contraindicaciones psicopatológicas. - Evaluación de la personalidad del paciente. - Evaluación del apoyo sociofamiliar. - Orientación hacia un tratamiento psicoterapéutico. - Percepción de Calidad de vida personal y familiar. - Roles preventivos y predictivos. Mediante entrevistas clínicas y cuestionarios específicos se evaluara la esfera de la personalidad, el funcionamiento cognitivo, el apoyo socio-familiar y el nivel de calidad de vida, explorando: - Datos identificadores personales: época de aparición de la diabetes, fecha de decisión del trasplante, tiempo de espera, otras enfermedades y tratamiento actual. - Historia de la enfermedad: impacto que la enfermedad ha provocado, repercusión de la evolución, nivel de conocimientos, razones de su decisión para someterse al trasplante. - Antecedentes de trastornos mentales y del comportamiento tanto personal como familiar. (Pacientes con antecedentes psiquiátricos manifiestan mayor grado de insatisfacción con los resultados del trasplante). - Historia familiar: desarrollo, relaciones familiares, recursos, respuesta de la familia frente al diagnóstico y ante enfermedades anteriores que afectaron a alguno de sus miembros. (mayor estrés y menores recursos llevan a un peor control metabólico de la diabetes). - - - - Historia personal: relaciones sociales, intereses, inquietudes, estilo de vida, actividad laboral. (menor soporte social se relaciona con un peor control metabólico y facilita la aparición de depresión en las complicaciones de la diabetes). Evaluación de la vulnerabilidad: respuesta ante factores vitales estresantes, afrontamiento de la enfermedad, mecanismos de defensa, valores morales. Actitud para el seguimiento de pautas médicas: relación médico-paciente, cumplimiento de indicaciones médicas (control dietético, pautas de insulina, condiciones de esterilidad en el tratamiento insulínico) y de tratamientos previos. Historia de consumo de alcohol u otros tóxicos. (el consumo de algún tipo de drogas o la existencia de las mismas en el entorno del paciente se correlaciona con un peor control del curso de la diabetes). Exploración cognitiva. Fantasías sobre el trasplante: expectativas de la intervención, perspectivas de futuro, nivel de conocimientos. Actitud de ambivalencia. Curiosidades e interrogantes sobre el donante. La calidad de vida y la percepción de la salud relacionada con la enfermedad se evaluaran, previo al trasplante, mediante cuestionarios específicos para la diabetes, el estado de salud en general y el índice de bienestar mediante: - Cuestionario de calidad de vida específico para la diabetes EsDQOL. - Cuestionario SF-36 sobre el estado de salud. (Short-form, SF-36). - Indice de bienestar psicológico. CONTRAINDICACIONES. La mayoría de los equipos de trasplante consideran contraindicaciones psiquiátricas: - Las psicosis no estabilizadas. - Personalidad antisocial. - Depresión mayor recurrente con alto riesgo suicida. - Toxicomanías crónicas (alcohol/drogas). - Déficit intelectual severo. Pacientes en lista de espera. Durante esta etapa el seguimiento en el proceso tendrá como objetivo: - Detectar alteraciones emocionales durante el periodo de espera. - Verbalizar sentimientos y/o cogniciones erróneas o de carácter negativo relativos a la intervención y/o al donante. - Consolidar la información sobre el procedimiento, posibles complicaciones y beneficios del trasplante. II.- Postrasplante inmediato (≤ 6 meses). II.1.- Detectar la aparición de complicaciones psiquiátricas de etiología multifactorial (intervención operatoria, efectos secundarios del tratamiento, problemas médicos, reelaboración emocional del trasplante...etc) como: - Episodios psicóticos agudos. - Trastornos ansiosos y depresivos. - Trastornos del comportamiento y del humor. - Trastornos sexuales. - Problemas de incumplimiento en el tratamiento y/o indicaciones médicas. II.2.- Intervención psicoterapéutica y/o psicofarmacológica. III.3.- Evaluar la percepción de la salud y la calidad de vida postrasplante en el 3º y 6º mes, mediante los cuestionarios previamente realizados. III.- Postrasplante tardío (>de 12 meses). - Propiciar la participación activa del paciente respecto a la responsabilización en el seguimiento del tratamiento. - Detectar la aparición de trastornos adaptativos postrasplante. - Valoración de la calidad de vida al año del trasplante. Bibliografia. Leon E, Baudin ML et Consoli SM. - Aspects psychiatriques des greffes d’organe.Encycl Méd Chir. Psychiatrie, 37-670-A-65, 1990, 6 p. Triffaux JM, Maurette JL, Dozot JP et Bertrand J. -Troubles psychiques liés aux greffes d’organe.- Encycl Méd Chir, Psychiatrie, 37-670-A-60. 2002,10 p. M. Urretavizcaya Sarachaga, F. Marsal Tardá, J.M. Crespo Blanco – Sistemas endocrino y metabólico. En “Interconsulta Psiquiátrica”. 1997. R.Poggioli,R:N: Faradji,G. Ponte, A. Betancourt, S. Messinger, D.A.Baidal, T. Froud, C. Ricordi and R. Alejandro. – Quality of life after islet transplantation- American Journal of transplantation 2006; 6: 371-378. Bullinger M, Alonso J, Apolone G, Leplège A, Sullivan M, Wood-Dauphinee S et al. Translating health status questionnaires and evaluating their quality: The International Quality of life Assessment Project approach. J Clin Epidemiol 1998; 51(11):913-923. Millán M. Traducción y adaptación del cuestionario de calidad de vida del DCCT en el Vallés occidental. En “La medida de la salud”, guías de escalas de medición en español; 2ª ed; Xavier Badia, Edimac, 1999. Badia X. Adaptación del índice de Bienestar Psicológico (The Psychological Well-Being Index, GWB-Dupuy, 1984). En “La medida de la salud”, guía de escalas de medición en español; 2ª ed; Xavier Badia, Edimac, 1999. Málaga Abril 2011 Juana Martínez PROTOCOLO DE EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO Introducción En términos generales una propuesta de trasplante induce una serie de reacciones emocionales en extremo complejas que contienen siempre un doble mensaje, donde se superponen a la vez el estrés ligado a la amenaza del pronóstico vital y la esperanza de hallar “una nueva vida”. La evaluación Psicológica tiene dos papeles fundamentales: - La búsqueda de posibles contraindicaciones. - Un mejor conocimiento de la personalidad de cada paciente para permitir un acompañamiento adecuado antes, durante y después del trasplante. El objetivo inicial de esta evaluación es el de poner de manifiesto las contraindicaciones psiquiátricas para el trasplante, destacando en especial el riesgo de incumplimiento en el seguimiento médico y farmacológico después del mismo. Con el fin de favorecer al máximo la evolución y el pronóstico, no sólo del trasplante hepático sino su correlativo psíquico, es importante ayudar al sujeto a implicarse activamente en el proyecto terapéutico. Las etapas que el paciente atraviesa frente al trasplante son: I.- Etapa de candidato a trasplante. II.- Postrasplante inmediato (hasta los 6 meses). III.- Postrasplante tardío (> de 12 meses). Además de la adaptación que el sujeto ha tenido que realizar al curso evolutivo de la enfermedad y a sus complicaciones, ahora, frente a la propuesta de trasplante, tiene que adaptarse a una serie de procedimientos, de diagnósticos, de limitaciones y/o complicaciones que conllevan un cambio en el estilo de vida, provocando alteraciones en el entorno familiar, socio-laboral y ético que generan un desajuste psicológico. I.- EVALUACIÓN DEL CANDIDATO A TRASPLANTE HEPÁTICO. La evaluación en esta etapa tiene por objetivo: - Detección de contraindicaciones psiquiátricas. - Evaluación de la personalidad del paciente. - Disponibilidad y evaluación del soporte familiar/social. - La comprensión de los riesgos y beneficios del trasplante. - Expectativas realistas sobre el procedimiento. - La ausencia de conductas incompatibles con el mantenimiento del trasplante. - La predisposición a realizar los cambios en el estilo de vida que el trasplante pueda requerir. - La capacidad de cumplimiento del tratamiento. Mediante entrevistas clínicas y cuestionarios específicos se evaluara la esfera de la personalidad, el funcionamiento cognitivo, el apoyo socio-familiar y el nivel de calidad de vida, explorando: - Datos identificadores personales: etiología de la enfermedad, época de aparición, fecha de indicación de trasplante, tiempo de espera, otras enfermedades y tratamiento actual. - Historia de la enfermedad hepática: impacto que la enfermedad ha provocado, repercusión personal y familiar en la evolución, nivel de conocimientos, razones de su decisión para someterse al trasplante. - Antecedentes de trastornos mentales y del comportamiento tanto personal como familiar (Pacientes con antecedentes psiquiátricos manifiestan mayor grado de insatisfacción con los resultados del trasplante). - Historia familiar: desarrollo, relaciones familiares y respuesta de la familia ante enfermedades anteriores que afectaron a alguno de sus miembros. - Historia personal: relaciones sociales, intereses, inquietudes, estilo de vida, actividad laboral. - Evaluación de la vulnerabilidad: respuesta ante factores vitales estresantes, afrontamiento de la enfermedad – actual y/o anteriores, mecanismos de defensa, valores morales, - Actitud para el seguimiento de pautas médicas: relación médicopaciente, cumplimiento de indicaciones médicas, dietas y de tratamientos previos. - Historia de consumo de alcohol u otros tóxicos. (el consumo de algún tipo de drogas o la existencia de las mismas en el entorno del paciente se correlaciona con un peor control del tratamiento médico). - Exploración de síntomas psicopatológicos actuales. - Exploración cognitiva. - Fantasías sobre el THO: expectativas de la intervención, perspectivas de futuro, nivel de conocimientos. Actitud de ambivalencia. Curiosidades e interrogantes sobre el donante. - Diagnóstico Psicopatológico. La Calidad de Vida y la percepción de la salud relacionada con la enfermedad se evaluaran, previas al trasplante, mediante cuestionarios específicos del estado de salud en general mediante: - Cuestionario SF-36 sobre el estado de salud. (Short-form, SF-36). CONTRAINDICACIONES. La mayoría de los equipos de trasplante consideran contraindicaciones psiquiátricas: - Las psicosis no estabilizadas. - Personalidad antisocial. - Depresión mayor recurrente con alto riesgo suicida. - Toxicomanías crónicas (alcohol/drogas). - Déficit intelectual severo. PACIENTES INCLUIDOS EN LISTA ACTIVA. Inclusión en Grupos Terapéuticos que incluyan a familiares y/o pacientes trasplantados con el objetivo de: - Detectar alteraciones emocionales durante el periodo de espera. - Intercambiar información para mayor compresión de la enfermedad. - Verbalizar sentimientos y/o cogniciones erróneas o de carácter negativo relativas a la intervención y/o al donante. - Consolidar la información sobre el procedimiento, posibles secuelas y beneficios del trasplante. II.- POSTRASPLANTE INMEDIATO (< < de 6 meses). II.1.- Detectar la aparición de complicaciones psiquiátricas de etiología multifactorial (Intervención operatoria, acción de los anestésicos, efectos secundarios de los fármacos, problemas médicos, aislamiento humano y/o sensorial, reelaboración emocional de la imagen corporal, etc.) como: - Síndromes cerebrales orgánicos o delirios postoperatorios. - Episodios psicóticos agudos. - Trastornos ansiosos y depresivos. - Trastornos del comportamiento y del humor. - Trastornos sexuales. - Problemas de incumplimiento en el tratamiento y/o indicaciones médicas. II.2.- Intervenir mediante tratamiento psicofarmacológico y/o psicoterapéutico. II.3.- Evaluar la percepción de la salud y la Calidad de Vida postrasplante en el 3º y 6º mes, mediante los cuestionarios previamente realizados. III.- POSTRASPLANTE TARDIO (> > de 6 meses) III.1.- Propiciar la participación activa del paciente respecto a: - la independencia hospitalaria. - La responsabilización en el seguimiento del tratamiento. - Detectar la aparición de posibles trastornos adaptativos. - Valoración de la Calidad de Vida al año del trasplante III.2.- Detectar la morbilidad que el impacto del proceso pueda provocar en el núcleo familiar, fundamentalmente en el cuidador primario. Bibliografía: - Leon E, Baudin ML et Consoli SM. - Aspects psychiatriques des greffes d’organe.-Encycl Méd Chir. Psychiatrie, 37-670-A-65, 1990, 6 p. - Triffaux JM, Maurette JL, Dozot JP et Bertrand J. -Troubles psychiques liés aux greffes d’organe.- Encycl Méd Chir, Psychiatrie, 37-670-A-60. 2002,10 p. - Menchón J.M., Gonzalez Ibañez A, Aymamí Sanromá N.,Barjau Beumala R., Serrano Pérez F. – El trasplante- En «Interconsulta Psiquiátrica » ISBN 84458-0629-7 (1997). - Bullinger M, Alonso J, Apolone G, Leplège A, Sullivan M, Wood-Dauphinee S et al. Translating health status questionnaires and evaluating their quality: The International Quality of life Assessment Project approach. J Clin Epidemiol 1998; 51(11):913-923. Málaga Abril del 2011. Juana Martínez PROGRAMA DE ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL EN NIÑOS CON ENFERMEDADES ONCO-HEMATOLÓGICAS 1. INTRODUCCIÓN 2. JUSTIFICACIÓN DEL PROGRAMA 3. OBJETIVOS 4. PROCEDIMIENTO Y ASPECTOS FUNCIONALES. 5. FASES DEL PROCESO INTRODUCCIÓN En las últimas décadas, existe un incremento de la esperanza de vida en niños con enfermedades onco-hematológicas. Este incremento ha significado que se haya incrementado también el interés por mejorar su calidad de vida. Actualmente no sólo se considera curar la enfermedad sino también mejorar el bienestar y la calidad de vida, en el día a día, del niño enfermo. El niño al que se diagnostica una enfermedad como el cáncer se enfrenta a un amplio espectro de emociones: miedo, ira, soledad, tristeza o tensión. Existe un gran impacto físico pero también un gran impacto psicológico para él y para la familia. JUSTIFICACIÓN DEL PROGRAMA Los niños con necesidades: estas enfermedades presentan una serie de Necesidades emocionales que son comunes a todos los niños, aunque no estén enfermos. Necesidades que surgen de la reacción del niño ante la enfermedad, la hospitalización y los tratamientos. Necesidades que surgen de la concepción que el niño tiene de la muerte, las cuales generan reacciones de temor, ansiedad, soledad, tristeza, etc. Una enfermedad de esta naturaleza, supone un acontecimiento vital muy estresante en la vida de una familia. OBJETIVOS Promover una actitud proactiva y vitalista en el niño/a y en la familia Favorecer la autoconfianza y la esperanza Enfatizar el autocuidado: convivir con los síntomas, los tratamientos y sus efectos secundarios. Ayudar a manejar de forma adaptativa las emociones. Disminuir el nivel de sufrimiento. Mejorar la calidad y el bienestar en la medida de lo posible. PROCEDIMIENTO Y ASPECTOS FUNCIONALES Población: Niños/as enfermos hospitalizados en planta. Familia que acompaña en la enfermedad al hijo/a Personal sanitario de la planta. Procedimiento: Interconsulta. Seguimiento evolutivo durante la hospitalización. Seguimiento puntual o evolutivo en consulta externa. ASPECTOS FUNCIONALES ¿QUÉ TRABAJAR? Los aspectos que el niño/a enfermo y su familia deseen en todo momento (emergentes), y simultáneamente, los temas elementales del proceso en función de la fase actual de la enfermedad. ¿CÓMO TRABAJAR? Comunicación interprofesional. Aplicación de protocolo de acogida para todos los niños. Tener en cuenta la fase del proceso en el que se encuentra el niño. Respetar a los pacientes y familiares que no quieran este tipo de ayuda. ¿CÓMO TRABAJAR? Prestar atención al estado físico del niño/a a la hora de realizar nuestro trabajo con ellos. Respetar los ritmos de intervención. Intervenciones breves, directas y lo más simples posibles. Mostrar disponibilidad y asegurar la continuidad asistencial. ¿QUIÉN TRABAJA? Intervienen psicólogo clínico y enfermería de USMIJ. Intervención por psiquiatra de USMIJ si se precisa tratamiento psicofarmacológico. FASES DEL PROCESO ACOGIDA SEGUIMIENTO FASE TERMINAL ACOGIDA OBJETIO ESPECÍFICO Crear y abrir un espacio de encuentro con el niño-familia donde se creen las condiciones propicias y los vínculos adecuados para, a partir del cuál, comience nuestro trabajo de apoyo e intervención. De la calidad de la acogida dependerá la calidad de la futura relación con el niño/familia. ACTIVIDADES Presentarnos a nosotros y presentar nuestra unidad. Primera evaluación de la situación y la familia. Entrega de información escrita (dípticos). Ofrecer desde ese momento, nuestro apoyo, trabajo, disponibilidad e interés. Crear un clima empático, de respeto e íntimo. Recoger primeras dudas, impresiones, angustias… Comunicarnos con la planta. SEGUIMIENTO OBJETIVOS ESPECÍFICOS • • • • Reducir la ansiedad y depresión, y otras alteraciones de la respuesta emocional. Facilitar la adaptación a la enfermedad induciendo un estilo de afrontamiento positivo. Promover en los pacientes, en función de su edad cronológica, un sentido de control personal sobre su vida y la participación activa en su enfermedad. Desarrollar estrategias de resolución de problemas. • Facilitar la comunicación del niño y sus padres y otros miembros familiares. • Estimular la participación relaciones sociales. en actividades y mejorar las ACTIVIDADES Seguimiento constante (3-4 visitas por semana) en casos estables o en fases no críticas (recoger problemas emergentes) GRUPO DE APOYO DE CUIDADORES familiares (semanal). Intervención tanto en la planta del servicio de Oncohematología como en la consulta de USMIJ. Disponibilidad en las intervenciones y seguimientos. Trabajar tanto en niños como, familia y personal. FASE TERMINAL OBJETIVOS ESPECÍFICOS Ayudar a no renunciar a la esperanza. Promover la reaseguración de que no será abandonado, que se aliviarán los síntomas y se le dará apoyo. Trasmitir a los padres, seguridad y normalidad ante la muerte. ACTIVIDADES Seguimiento diario. Intervención tanto en la planta del servicio de Oncohematología como en la consulta de USMIJ. Máxima disponibilidad en las intervenciones y seguimientos. Trabajar tanto en niños como, familia y personal. APOYO TRAS LA MUERTE DEL NIÑO Contacto telefónico. Consulta externa (Psicólogo clínico y enfermera): Apoyo psicológico a las familias con dificultades en el proceso de resolución del duelo. Consulta externa PATOLÓGICO). (Psicólogo clínico): Terapia Familiar (DUELO .BIBLIOGRAFÍA - Arranz, P.; Barbero, J.; Barreto, P.; y Bayés, R. Intervención emocional en cuidados paliativos. Modelo y protocolos. Editorial Ariel. Barcelona, 2004 - Asociación Americana de Psicología http://www.apa.org/helpcenter/roadresilience.aspx - Barbero, J.; Díaz, L.; Coca, C.; del Rincón, C y López-Fando, T. Las instrucciones previas en funcionamiento: una herramienta legal con valor psicoterapéutico. Psicooncología. Vol. 5, Núm. 1, 2008, pp. 117-127 - Battin, M. 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