Continúa la purga: 31 altos ejecutivos dejan la banca privada del

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Continúa la purga: 31 altos ejecutivos dejan la banca privada del SCH en sólo diez meses, la mayoría del BCH
Continúa la purga: 31 altos ejecutivos dejan la banca privada del SCH
en sólo diez meses, la mayoría del BCH
La `limpieza étnicaŽ de Botín ha incluido a veintidós directivos procedentes del Central Hispano, a uno del
Banesto y a ocho del Santander. El Banco Sabadell y UBS han dado trabajo a la mayoría de los `huidosŽ, aunque
aún quedan algunos nombres ilustres pendientes de destino
Lenta, sibilina, pero inexorablemente, desaparece el marchamo BCH. Cuando están a punto de cumplirse cinco años de
la fusión entre Banco Santander -los rojos- y Banco Central Hispano -los azules-, que dio lugar al nacimiento del BSCH,
luego rebautizado Santander Central Hispano (y muy pronto Santander a secas), los escasos ejecutivos azules que
sobreviven a las órdenes de Emilio Botín siguen siendo lentamente depurados. La última operación de limpieza étnica
ha tenido lugar, a lo largo del año en curso, en el área de banca privada.
La banca privada era, en efecto, el último refugio de los azules. Y así era hasta el inicio del 2004 porque, en lo que va de
año, 31 ejecutivos han salido de dicha división para irse a la competencia. De ellos, 22 eran de BCH, uno de Banesto y
el resto del Santander. Todavía quedan algunos azules, pero ya en cargos de menor relevancia.
Uno de los financieros depurados señala que desde que en enero del 99 se anunció la fusión entre los dos bancos,
comenzó ?un exterminio de raza, la azul, por supuesto, a la que he tenido el grandísimo orgullo de pertenecer y que sólo
por Emilio Botín he tenido que abandonar?.
Podría argumentarse que en todas las fusiones hay damnificados, pero la misma fuente se anticipa y destaca que ?la
anterior fusión entre el Hispano y el Central no varió mi vida. No dudo que en aquella unión hubiera puñaladas, pero
jamás salpicaron a los profesionales?.
Otro de los depurados recuerda que ?banca privada es el segmento del banco que aglutina a los clientes más ricos y, por
tanto, más sensibles a los cambios de personal, lo que parece indicar que eso de que el cliente es lo primero no pasa de
ser un eslogan en el SCH?.
No en vano, en este segmento, donde el cliente exige seguimiento puntual de inversiones, el cara a cara es vital. Si el
trato personalizado se convierte en un baile de ejecutivos, las cuentas se acaban resintiendo, porque al inversor
millonario no le gustan los cambios entre quienes manejan sus dineros.
El caso más reciente ha sido el de Ismael Picón, consejero delegado de SCH Gestión, que ha dejado su puesto
repentinamente. Pero, antaño, ya salieron nombres de prestigio como Eduardo Suárez y ejecutivos de primera fila de la
gestora, como Alfonso Torrecilla, Gustavo Suárez y un largo etcétera.
La lista de los últimos caídos es ciertamente llamativa. A UBS España fue primero, en noviembre de 2003, Mónica
Garay (directora general de Marketing en la actualidad), arrastrando a Miriam Godoy (directora comercial).
Posteriormente llegaron Juan A. Roche (director general de UBS Gestion), Lorenzo Ballester (director de Gestión
Alternativa y considerado uno de los gestores estrella de SCH Gestión), Encarnación Muñoz (gestora), Ignacio Prieto
Funes (Control de Gestión Comercial), Santiago Aguado (que ha ido a la sucursal de banca privada en Sevilla), y
Joaquín Avelino (a Málaga).
La cifra de los huidos al Banco Sabadell es aún mayor: nada menos que 12 ejecutivos han pasado a la nómina de la
división de banca privada de la entidad catalana. Algunos, con más de 15 años de servicio en el Hispano o el Central.
Son Ramón de la Riva (director general de BS Patrimonios), Juan Moríñigo (responsable en Cataluña), Emma
Cantallops y Ramón Juanola (en Cataluña), Daniel Irezábal y María Arbeo (en el País Vasco), Agustín García, Jorge
Colomer, Lucía Pérez de Arenaza y Esperanza Capón (en Madrid), Ignacio Bonilla (Levante) y José Celada (en
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Galicia).
Al Banco Pastor han ido José María Isardo, como director de Banca Privada de Madrid, y Gabriel Crespo, al País
Vasco. Al Banco Urquijo han emigrado Ignacio Gómez, que es director de Banca Personal, Susana Panizo y Helena
Benedicto. Para terminar, Luis Ruano y María López han recalado en Espirito Santo.
Pendientes de destino están Asunción Diz, Mónica Rein, María de Gregorio y el propio Ismael Picón, aunque de este
último algunas fuentes aseguran que puede retornar con Fernando Gumucio, uno de sus primeros jefes, que emprendió
sus propios proyectos personales junto a Ángel Corcóstegui y Julián Martínez-Simancas.
Otras fuentes sostienen que Picón sería el candidato ideal para el Deutsche Bank, una vez que la entidad alemana tiene
ya nuevo consejero delegado. Antonio Rodríguez-Pina es un hombre con experiencia en banca de inversión corporativa,
pero un ejecutivo como Picón, experto en gestión de patrimonios y manejo con redes comerciales, sería un apoyo de
gran valor dentro del nuevo organigrama del Deutsche.
El corte de cabezas descrito, en definitiva, no parece sino el penúltimo coletazo de un proceso que comenzó con la
salida del banco de Ángel Corcóstegui, consejero delegado de SCH (procedente del BCH), a principios de 2002. Detrás
fueron desfilando notorios azules miembros de la comisión directiva, caso de Fernando Gumucio, José Luis del Valle o
Baldomero Falcones. ¿Ha quedado definitivamente resuelta la limpieza étnica emprendida por Botín en el SCH?
El Confidencial
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