Crear es resistir, resistir es crear

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¡Indignaos!:
Crear es resistir, resistir es crear
Como recordaba
Pier Paolo
Passolini en el
exergo de su película
Las mil y una
noches, el futuro no
habita en un único
sueño, sino en una
multitud de sueños...
por eso sueño y estoy
aquí.
URANTE semanas y días,
y así lo he manifestado en
cursos de formación,
encuentros con estudiantes y en diálogos múltiples, me ha acompañado la lectura de las palabras de Stéphane Hessel, que nos invita a ¡indignarnos!, que deja en nuestras manos un alegato
contra la indiferencia y a favor de la insurrección
pacífica. Además, José Luis Sampedro, que se
ha indignado y ha reaccionado, nos invita también a ¡reaccionar!
D
Y es precisamente lo que hoy traigo y posiciono en estas páginas de la Revista
DINTEL, unas reflexiones, escritas a vuelapluma
Fernando
Redondo Benito
Consejero de Presidencia
DINTEL
abril/mayo 2011 184
viajando por La Mancha, pasando por El Toboso,
Quintanar de la Orden, La Puebla de Almoradiel,
Albacete, Toledo, Mota del Cuervo... donde he
tenido oportunidad de encontrarme con las páginas de ¡Indignaos! (Stéphane Hessel, Editorial
Destino) y Reacciona (José Luis Sanpedro, Editorial Aguilar), obras que mueven las conciencias,
que nos remueven en nuestros principios, que
nos invitan a luchar contra la indiferencia y que
además posiciona la acción y la reacción, como
fuerza creativa y esperanza de la Humanidad:
“crear es resistir, resistir es crear”.
No obstante, y de manera particular, quiero centrarme en la obra de Hessel,
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Recomendaciones
Stéphane Hessel nos habla
e interpela: ¡comprométete
y actúa!
“El motivo fundamental de
la Resistencia fue la
indignación”.
único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, porque cuando
alguien como él llama a la “insurrección pacífica”, a rebelarse, a la indignación, realmente
debemos escucharlo. Siglo XXI; vivimos un cambio de época, y las últimas revueltas y revoluciones que estamos viviendo en todos los ámbitos y
en todos los países parecen ser parte de esa
nueva puerta hacia un lugar común que podría
parecer que todavía está por descubrir y por
definir, pero que textos como los de Hessel nos
demuestran que ese lugar ya existe.
Vivimos un cambio de época, sin
duda, y únicamente si somos capaces de adaptarnos, si somos capaces de transmitir la tensión creativa, si somos capaces de encontrarnos
en la palabra y el diálogo, avanzaremos. Vivimos
una época de interacción, vivimos una época de
constantes intercambios, vivimos una época de
la palabra y, en el fondo, de la escucha.
Cuando leía a Hessel venía a mi
mente, constantemente, la palabra sentido
común. Sentido común y sensatez, que en ocasiones parecemos querer dejarlas de lado. Sentido común para construir, sentido común para
avanzar, sentido común para transitar y hacer
efectivo, realmente, este alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. ¡Hasta cuándo! Hasta cuándo vamos a seguir consintiendo la vulneración de Derechos Humanos,
“Esa corriente tiende hacia
mayor justicia, mayor
libertad, pero no hacia esa
libertad incontrolada del
zorro en el gallinero. Esos
derechos, cuyo programa
recoge la Declaración
Universal de 1948, son
universales. Si os encontráis
con alguien que no se
beneficia de ellos,
compadecedlo y ayudadlo a
conquistarlos”.
“A los jóvenes, les digo:
mirad a vuestro alrededor,
encontraréis los hechos que
justifiquen vuestra
indignación. Encontraréis
situaciones concretas que os
llevarán a emprender una
acción ciudadana fuerte.
¡Buscad y encontraréis!”.
“Apelamos todavía a “una
verdadera insurrección
pacífica contra los medios
de comunicación de masas
que no proponen otro
horizonte para nuestra
juventud que el del consumo
de masas, el desprecio hacia
los más débiles y hacia la
cultura, la amnesia
generalizada y la
competición a ultranza de
todos contra todos”.
“La España rebelde y
valiente de siempre puede
favorecer este impulso hacia
una Europa cultural,
fraternal, y no una Europa al
servicio de una
financiarización del mundo”.
185 abril/mayo 2011
hasta cuándo vamos a seguir mirando hacia otro
lado ante el cumplimiento de todas y todos, y no
únicamente de los Gobiernos y los Estados, de
los Objetivos del Milenio, hasta cuándo vamos a
permitir y vamos a seguir permitiendo el silencio
atroz de ciudadanos y ciudadanas, hasta cuándo
vamos a ser capaces de permitir la indiferencia,
que como dice Hessel es la “peor de las actitudes”.
Personalmente me indigno y
reacciono, convoco también a esa revolución e
insurrección pacífica, para seguir posicionando
la mirada y el sentido común donde posiblemente todos debemos estar de acuerdo y estaremos
de acuerdo: posicionar la mirada en las personas, porque las personas son lo primero.
Y me indigno y reacciono como
parte de mi compromiso, para que cada sueño
de esta nueva lucha se convierta en nueva realidad, porque, como recordaba Pier Paolo Passolini, en el exergo de su película Las mil y una
noches, el futuro no habita en un único sueño,
sino en una multitud de sueños... por eso sueño
y estoy aquí, por eso lo firmo y suscribo en
“algún lugar de La Mancha...”.
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