Goa invadida: no hay drama para la Iglesia Algunos dias después de la invasión por tropas indias de los territorios portugueses de la India, el arzobispo de Goa, Mons. José Vieira Alvernaz. precisaba la situación de la Iglesia en una entrevista concedida al enviado especia] de A.F.P. "Estoy muy agradecido por la gentileza y el respeto que han demostrado las autoridades indias para conmigo, para los sacerdotes y religiosas, para las iglesias y para tuda la comunidad católica". El prelado agregaba que se encontraba en libertad de abandonar su residencia, pero que prefería no hacrrlo, para evitar eventuales incidentes. Mons. Vieira Alvcrnaz precisa en usía ocasión que había alrededor de 250.000 católicos y 350.000 hindúes en Goa. Estas cifras son aproximativas, agregó, debido a la emigración. La mitad de los católicos que viven en Bombay, por ejemplo, son ori102 tíñanos de Goa y oíros parten para establecerse en el extranjera. El jr-cobispu desmiente además, las nuiLiji publicadas unos días antes por periódicos indios, en el sentido de que las reliquias de Sun Francisco Javier habrían sido enviadas a Portugal al entrar en Goa las tropas indias. "Nadie ha pensado en semejante cosa" —afirmó—. Agregó que no era pesimista en cuanto al porvenir de los católicos goaneses, puesto que las relaciones entre ambas comunidades se mantienen cxcelente-s. Por último, dijo el arzobispo, todo dependería del clima psicológico; pero no sentía gran inquietud, por cuanto los indios dan prueba de gran tolerancia religiosa. "El gobernador de Goa será católico". Por su parte, el primer ministro indio Sr. Nehru, anunció que el primer gobernador indio de Goa será un católico, y que la religión católica, como la vida du sus 250.000 adherentes en Goa, será plenamente respetada. Durante la batalla, no se registró ningún inddenie que afectara la vida religiosa, fuera de ln destrucción de una iglesia en Mupuca, al norte de Panjim, capital de Coa. Según el corresponsal del "Guardian" de Manchester, esta iglesia habría rulado antes de )a llegada de las tropas indias, [al como otros edificios minados por los en retirada. La vida religiosa no ha sido interrumpida. A pesar de la invasión, los fieles han asistido en gran número a venerar hasta el día de Navidad las reliquias de San Francisco Javier, expuestas en la iglesia de Jesús, en Panjim; entre la multitud se encontraban militares indios, venidos por curiosidad o porque también eran católicos. El general Thaper mismo, comandante de las tropas invasoras hizo una visita a la iglesia, en compañía de varios oficiales de su comitiva. Algunos días antes de la caída de Goa, el gobernador general portugués ordenó que el cuerpo del santo — que no había sido expuesto sino dos veces desde hacía diez años— saliera de su urna hasta el 25 de Diciembre. El 19, la ciudad era ocupada por los indios, pero nada se cambió en las, disposiciones adoptadas previamente. Algunos afirmaron, incluso, que soldados indias habrían salvado las reliquias, oponiéndose a algunos exaltados hindúes que habrían intentado apoderarse del cuerpo del santo para arrojarlo al agua. En Navidad, las campanas sonaron en Goa, como todos los años, a la medianoche, y, entre los. fieles que se aglomeraban en las iglesias, se observaba un gran número de marinas y militares indios. En cuanto a los portugueses, los miliutics habían sido tomados prisioneros y los civiles se habían quedado en casa. i' Iiil'in iiKiliuns cathollques internatiunales"; Í60; página 9). 103