PERSONAJES IMPORTANTES EN LA DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA DE 1816 Bernabe Araoz El General Bernabé Araoz nacido en 1776 en la ciudad de Monteros, provincia de Tucumán, instruido en las milicias, convenció al Gral. Belgrano de presentar batalla en la ciudad de Tucumán, contrariando las órdenes del Primer Triunvirato de replegarse a Córdoba; lucho bajo las órdenes de Balcarce, con el grado de oficial en la decisiva Batalla del 24 de septiembre de 1812 y en diciembre del mismo año, el Gral. Belgrano, lo designo Coronel de Dragones de más Milicias Patrióticas. Comando las tropas tucumanas que pelearon en la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813. Araoz causa gran impresión al Gral. San Martin, quien en una carta dirigida al Director Supremo Gervasio Posadas, llama a don Bernabé “sujeto el más honrado y completo que se conoce en toda la provincia”, y opina que “no se encuentran mas de diez en América que reúna mas virtudes. El 4 de abril de 1814 Gervasio Posadas nombra a Bernabé Araoz, Primer Gobernador Intendente de la provincia de Tucumán y en octubre de ese año se crea por decreto la Provincia; con los actuales territorios de Tucumán, Santiago del Estero y el Valle de Catamarca, teniendo por capital la ciudad de San Miguel de Tucumán, mientras Salta queda integrada por Salta como cabecera, Jujuy, Oran, Tarija y Santa María. La participación de Bernabé Araoz en la construcción del Congreso de Tucumán fue tremendamente comprometida; su figura en el escenario independentista destaco a lo largo de toda la época; fue un gran político y estratega militar, respetado entre sus pares y odiado por sus enemigos; fue un defensor de la tierra tucumana con un levantado y generoso espíritu. Su decisión de detener la marcha del Gral. Belgrano y dar batalla a los realistas en suelo tucumano, cambio el rumbo de la historia llegando a la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816. Bernardo Monteagudo, un tucumano con ideas americanistas Bernardo de Monteagudo fue uno de los ideólogos revolucionarios más brillantes en Sudamérica: promotor de la liberación de esclavos e indígenas, fundador de media docena de periódicos, dirigió La Gaceta de Buenos Aires, junto al sacerdote Vicente Pazos Kanki. En 1812 publica “Mártir o Libre”, en cuyas páginas acentúa la propaganda en favor de la proclamación de la Independencia. Fundo la segunda Sociedad Patriótica, fue impulsor de la Revolución de Chuquisaca el 25 de mayo de 1809. Único sobreviviente entre 11 hermanos, nace en Tucumán, el 20 de agosto de 1789. A pesar de la pobreza en que nació, logro con el apadrinamiento del cura Troncoso, realizar sus estudios en la Universidad de San Francisco Xavier en la actual Chuquisaca, Bolivia. Bernardo Monteagudo, con su gran capacidad de comunicar, se convirtió en unos de los principales propagandistas del ideario revolucionario. Sus influencias estuvieron reflejadas en las posiciones jacobinistas de Mariano Moreno y Juan José Castelli, cuya predica continuo en la “Asociación Patriótica” en 1812. Participo en la sublevación de Chuquisaca en 1809 y en la Asamblea del año VIII. En ese proceso de formación sus viajes de exilio enriquecieron aún más su nivel cultural; con muy bajos recursos deambulo por Portugal, Inglaterra y Francia; fue uno de los pocos que logro una sistematización de pensamientos revolucionarios. Activo colaborador del Director Pueyrredón, se desempeñó como Ministro de Guerra y Relaciones Exteriores, en el protectorado del Gral. San Martin en Perú y en sus últimos años de vida, antes de caer asesinado por sus enemigos políticos en aquellas tierras, colaboro con la obra americanista de Bolívar. Monteagudo destaco entre los intelectuales de la época, su espíritu inquieto por la causa revolucionaria fue propagado por toda la elite intelectual altoperuana. Querido y odiado a la vez, con un trágico final, logro marcar un antes y un después en el pensamiento revolucionario de la época con una de las primeras proclamas independentistas de nuestra historia. Hoy, la ciudad de Sucre, Estado Plurinacional de Bolivia, tiene un monumento con su imagen en la plaza principal. En el Bicentenario de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica difundamos su pensamiento a las generaciones futuras. Laprida y la independencia Nació en San Juan el 28 de octubre de 1786. Fue abogado y político. Colaboro con San Martin en la organización del Ejercito de los Andes. Como perito en leyes y hombre importante de la sociedad sanjuanina, en 1815 fue enviado como diputado de la provincia al Congreso de Tucumán junto con Fray Justo Santa María de Oro. Ocupo la presidencia del mismo a partir del 1 de julio de 1816, y estaba en el cargo cuando el 9 de ese mes se redactó y juro la declaración de independencia. Luego de su participación como representante de San Juan en el Congreso General Constituyente de 1824, como miembro del Partido Unitario apoyo la revolución de Moyano quien fue derrotado en una contienda el 22 de septiembre de 1829. Allí murieron más de un centenar de personas, entre ellas Francisco Narciso de Laprida, uno de los protagonistas de 1816. Abrazo entre San Martin y Belgrano El 20 de enero de 1814 se encontraron por primera vez cara a cara, ya que, si bien se conocían, solo era a través de cartas que mutuamente se escribían. Manuel Belgrano venia de dos grandes derrotas, Vilcapugio y Ayohuma. Se encontraba extenuado y con un ejército empobrecido espiritual y materialmente. Cuando se enteró de que el gobierno de Buenos Aires enviaría a San Martin para que continuara la lucha, escribió: “No sé decir a usted cuanto me alegro de la disposición del gobierno para que venga de jefe. Vuele usted, si es posible; la patria necesita que se hagan esfuerzos singulares y no dudo de que usted los ejecute según mis deseos, para que yo pueda respirar con alguna confianza y salir de los graves cuidados que me agitan. Crea usted que no tendré satisfacción mayor que el día que logre tener la satisfacción de estrecharlo entre mis brazos y hacerle ver lo que aprecio el mérito y la honradez de los buenos patriotas como usted…”. Cuando se produjo el ansiado encuentro, dice la historia, se estrecharon en un cálido abrazo, compartieron anécdotas y visiones ideológicas, repasaron el plan libertador y se dieron animo mutuamente para seguir el difícil camino de la independencia nacional. Pasado el encuentro, siguieron en contacto a través de históricas cartas que han quedado en la memoria colectiva de todos los argentinos. Hoy, a 200 años, debemos reflexionar sobre los valores que estas dos personas, Belgrano y San Martin, nos han legado con sus actos. Esto es lo primordial que los estudiantes deben aprender.