Águila cabeza blanca (Haliaeetus leucocephalus)

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Águila cabeza blanca (Haliaeetus
leucocephalus)
N omb res comu n es: Bald Eagle (Inglés)
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Foto: (c) Doris, algunos derechos reservados (CC BY-NC-SA)
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Descripción de CONABIO
Biología1,2
Hi stori a d e vi d a
Normalmente los nidos contienen dos pollos (Henny et al. 1993, Rodríguez-Estrella 1995). Los periodos
de nidificación y de dependencia de los juveniles hacia los adultos son muy largos, como en otras
rapaces de este tamaño. Este aspecto, más su pequeño tamaño poblacional las vuelve muy vulnerables
a eventos estocásticos.
An teced en tes d el estad o d e l a esp eci e o d e l as p ob l aci on es p ri n ci p al es
Con base en conteos, se estima que el número total de parejas reproductivas es de alrededor de 5-8
(Henny et al. 1993; R. Rodríguez-Estrella, informe técnico CONACYT no publicado), aunque la población
puede variar en tamaño por los individuos inmaduros que se dispersan (Amador et al. 1995). Se
desconoce hacia donde migran los inmaduros una vez que se independizan de los padres, pero los
adultos permanecen fieles al área de anidación. Individuos adultos (Arnaud et al. 2001) e inmaduros
han sido observados al interior de la península, probablemente de paso hacia la región del Golfo de
California (obs. pers.). En Sonora se le ha reportado únicamente a lo largo del río Yaqui, estimándose
alrededor de 5 parejas reproductivas (Brown et al. 1987, Brown 1988, Rodríguez-Estrella y Brown 1990a,
b).
Descripción1,2
El águila calva no presenta dimorfismo sexual en cuanto a coloración. Los adultos tienen cabeza y cola
blancas, cuerpo negruzco, pico, ojos y patas amarillos. Con relación al tamaño, los adultos sí presentan
dimorfismo sexual, siendo la hembra 25% más grande, pesando entre 4.5 y 6.3 kg y el macho entre 3.6 y
4.0 kg. La envergadura alar mide de 168 a 244 cm y el largo del cuerpo 71 a 96 cm (Buehler 2000).
Según Peterson y Chalif (1989) el largo total va de 75 a 77.5 cm y la envergadura alar de 180 a 230 cm.
Terres (1980) reporta un largo de 86.4 a 109.2 cm. y una envergadura alar de 182.9 a 228.6 cm. Los
inmaduros tienen cabeza, cola y pico oscuros, pero menos oscuro que el que presentan los adultos.
Generalmente presenta manchas difusas blancas en las cobertoras de las alas y pecho. El plumaje de
adulto se adquiere a los 4.5 a 5.5 años (Johnsgard 1990, Buehler 2000). Se han registrado individuos de
28 años de edad en vida silvestre (Philip 1997).
Distribución1,2
Actu al
MEXICO / BAJA CALIFORNIA
Parte Alta del río Hardy, Este del río Hardy e Isla Todos Santos.
MEXICO / VERACRUZ
Villa de Tamiahua.
Hi stóri ca-actu al
CANADA
En Canadá, las poblaciones reproductoras se extienden hacia el sur desde el río Yukon hasta British
Columbia. Particularmente, se encuentran en las zonas costeras de los territorios del noroeste de
Canadá, la parte norte de Alberta, norte de Saskatchewan, norte de Manitoba y noroeste de Ontario.
EUA
En el sureste de Alaska se encuentran poblaciones reproductoras muy ampliamente distribuidas. En
Estados Unidos, se encuentran poblaciones reproductoras ampliamente distribuidas en las zonas de
los Grandes Lagos y el noroeste del Pacífico, el Norte de California, Oregon y Washington. A lo largo de
la costa Atlántica se les encuentra desde Florida hasta el sur de Carolina y norte de Maine y Maritime
Province.
MEXICO
Distribución histórica: El águila calva estaba más ampliamente distribuida en su rango reproductor a lo
largo de la península de Baja California (Henny et al., 1978; Howell & Webb, 1995). En Sonora, se
desconoce su situación previa al primer reporte de anidación.
Distribución actual: La distribución actual del águila calva en México está confinada a Baja California
Sur y Sonora. En Baja California, la población reproductora se localiza en la región de Bahía Magdalena,
principalmente en Isla Margarita, Isla Creciente, Cancún y Puerto López Mateos. Excepto por uno o dos
nidos que son construidos sobre las rocas dentro de Isla Margarita, el resto son construidos
principalmente en zonas de manglar, inaccesibles por vía acuática, por lo que es necesario censarlos y
buscarlos utilizando avionetas.
Peterson & Chalif, 1989 la reportan como reproductora en Baja California y visitante invernal regular
asociado a lagos y presas en el norte de México, en la Costa del Golfo de California. Casual en la costa
norte del Golfo de México.
Según Howell & Webb, 1995 la especie es residente en la Península, en la región de Bahía Magdalena y
en Sonora. Rara a poco común en invierno en las tierras bajas hasta Nayarit y norte de Veracruz. Varía
de poco común a muy común en Durango Coahuila y probablemente Zacatecas. En Chihuahua se le ha
observado en poblaciones abundantes durante el invierno, en particular en las zonas con presas (A.
Lafón, com. pers.; Brown et al., 1987; Brown, 1988 y Rodríguez-Estrella & Brown, 1990a,b) reportan la
reproducción de parejas dentro de los ríos Yaqui, Bavispe y Aros en Sonora.
MEXICO / BAJA CALIFORNIA SUR
En México, anida localmente en Baja California Sur y en Sonora. Es visitante invernal regular en el norte
de México cerca de lagos, presas y Costa del Golfo de California.
San Jorge, Isla Creciente (cerca de Bahía Almeja), Isla Margarita, San José Comondú.
MEXICO / SONORA
Es casual en la costa norte del Golfo de México. En 1987 se hace el primer reporte de un nido en Sonora
(río Yaqui) (Brown & Warren, 1985).
El Novillo, Río Yaqui.
Hábitat1,2
El águila calva se reproduce típicamente en áreas arboladas adyacentes a cuerpos de agua,
principalmente cerca de las costas de mares, ríos y grandes lagunas. Anidan en árboles, raramente en
acantilados (Buehler 2000). En términos generales anidan en bosques maduros con áreas costeras
cercanas o a menos de 2 km de cuerpos de agua, con disponibilidad de alimento. En algunas zonas la
distancia mínima de un nido a algún tipo de actividad humana es de 100 m, pero en general la
distancia es mayor a 500m (Fraser et al. 1985, Buehler 2000). Para perchar usan árboles vivos de
diferentes especies, pero prefieren los muertos cuando hay disponibilidad de ellos (Livingston et al.
1990, Bueler 2000). En Baja California anida en islas y en zonas de mangle. En Sonora, la zona de
anidación se caracteriza por tener elevaciones a lo largo del río con una altura de 330 a 520 m en la
presa El Novillo. Los picos adyacentes a la ribera llegan a tener hasta 1,800 m.
M acrocl i ma
En la zona de anidación de Bahía Magdalena el clima corresponde a Bw, desértico, mientras que en el
Río Yaqui hay un clima subtropical.
Ti p o d e amb i en te
Se le encuentra asociados a ambientes acuáticos, tales como zonas costeras, ríos, lagos y presas,
bordeadas de bosques o acantilados. En la región de Sonora, particularmente en el Río Yaqui, los nidos
del águila de cabeza blanca se encontraron en zonas con vegetación circundante con plantas
dominantes del tipo subtropical en las partes altas y matorral espinoso deciduo que varía desde 10 m
de altura, en donde las principales especies presentes son el mauto (Lysiloma divaricata), Acacia
cochilicantha, Ceiba acuminata, palo verde (Cercidium praecox), Mimosa dysocarpa y Fouquieria
macdougalii. Las especies presentes en la vegetación riparia son guamúchil (Pithecellobium mexicana),
mezquite (Prosopis glandulosa), sauce (Salíx godddingii) e higuera (Ficus petiolaris).
Las partes bajas cercanas a la ribera del Río Bavispe y una pequeña porción del Río Yaqui, han sido
fuertemente modificadas por la construcción de la presa La Angostura, lo cual ha permitido el
desarrollo e incremento de una extensión riparia dominada principalmente por mezquite y guamúchil.
Uso d e h áb i tat
En zonas de climas extremos, como Canadá, se ha registrado preferencia por sitios con coníferas o
zonas que brindan protección contra el clima adverso (Stalmaster y Gesseman 1984). En los meses fríos
(abril) se ha registrado un mayor uso de áreas cercanas a ríos en comparación con áreas de pequeños y
grandes lagos (Fraser y Frenzel 1985, Swenson et al. 1981). Es probable que la competencia por los
mejores sitios cercanos a estos hábitats haya obligado a individuos a hacer uso de áreas tierra adentro,
lejos de los cauces de arroyos principales (Swenson et al. 1981).
En una evaluación de 11 variables del hábitat para determinar la selección de sitios para anidación en
Alaska, Hansen (1987) concluyó que la tasa de nidos activos estuvo directamente relacionada a la
distancia a zonas de alimentación. Asimismo, el éxito reproductivo se relacionó a la altura en que se
construyó el nido.Los sitios de descanso o percha comunal se caracterizan por tener una gran cantidad
de árboles muy altos con estructura de ramas más abiertas (Dominick et al. 1998).
Estrategia trófica1,2
Se alimentan principalmente de peces, pero también pueden cazar aves acuáticas y marinas y comer
carroña. Raramente cazan otros vertebrados, como pequeños mamíferos (e.g. conejos). Se le ha
reportado comiendo animales heridos o moribundos después de la época de caza, tales como ardillas y
conejos. También se le ha reportado consumiendo carroña en épocas de invierno y de escasez de
alimento (Terres 1980). En Missouri, a partir del análisis de 600 egagrópilas se determinó que durante
el invierno la dieta se basó principalmente en gansos (Branta canadiensis) y patos (Anas platyrinchus)
(Griffin et al. 1982). En St. Laurent River se registró que el 67% de la dieta de las águilas consistió en
venado (Odocoileus virginianus), seguramente como carroña (Anthony et al. 1993).
En general, se considera que el águila calva es una especie oportunista, que consume una gran
diversidad de presas, en particular de peces y aves acuáticas, así como carroña, a lo largo de su rango
de distribución, variando la proporción de los grupos de presa consumidos con relación su
disponibilidad (Buehler 2000). De un análisis realizado a partir de reportes de 20 estudios a lo largo de
su rango de distribución, se determinó que la dieta de los pollos estaba constituida por un 56% de
peces, 28% aves, 14% mamíferos y 2% de otros animales. En Florida su dieta estuvo constituida por
peces (59%), aves (23%), mamíferos (9%), mamíferos y reptiles (3 %) (Lang et al. 1999). En Sonora la dieta
analizada para la especie fue predominantemente de peces 77%, seguida por aves 22% y menos del 3%
de mamíferos (Buehler 2000). Se han reportado casos de cleptoparasitismo con mayor éxito en caso de
los adultos (Stalmaster y Gesseman 1984). El consumo diario de un juvenil se estima en 410 a 459 g/día
y para un adulto en 553 g/día.
Las águilas calvas utilizan diferentes estrategias de forrajeo según la edad y experiencia del individuo,
siendo más común el forrajeo en tierra para los jóvenes e inmaduros, mientras que los adultos cazan
desde posaderos. Sin embargo, en temporadas de abundancia de salmones se ha observado a los
adultos forrajeando en el suelo al igual que los jóvenes e inmaduros (Robert y Riley 1997).
Biología de poblaciones1,2
Tamañ o p ob l aci on al
En Baja California Sur se estima entre 5 y 8 parejas reproductoras al año. En Sonora, el tamaño
poblacional debe ser similar al de Baja California Sur. No hay datos más precisos para la población de
Sonora.
Demografí a
El porcentaje de mortalidad calculado para un total de 107 individuos monitoreados es de 78.5%
durante el primer año, 56.5 % durante el segundo año, 60% durante el tercero y 25 y 33 % para el
cuarto y quinto año respectivamente (Johnsgard, 1990).
Comportamiento1,2
Se reporta que los individuos inmaduros roban alimento (cleptoparasitismo) principalmente de
cuervos. Cuando el intento de robo es sobre otra águila calva el robo rara vez tiene éxito. El águila calva
se llega a agrupar en áreas de descanso comunal, ocurriendo en grupos de hasta 300 y 400 individuos
(Krester et al. 1985, Dominick et al. 1998).
Ámb i to h ogareñ o
En Columbia se determinó un ámbito hogareño de 22 km2, mientras que en Oregon y Washingon de
1984 a 1986 se registró un área que varió entre 6 a 47 km2 (N = 9), con un mayor uso del hábitat en un
rango de menos de 0.5 km2 (0.1-1 km2). Buehler (2000) reporta un ámbito hogareño de 1-2 km2 para
Estados Unidos y de 4 km2 en Saskatchewan. El tamaño del ámbito hogareño está, obviamente,
relacionado a la disponibilidad de alimento. Se ha registrado un mayor número de interacciones
agresivas cuando existe una escasez de alimento.
Reproducción1,2
Las águilas calvas presentan plumaje reproductivo hasta los 4.5 a 5.5 años de edad (Johnsgard 1990,
Buehler 2000). En cautiverio inician su actividad reproductiva hasta los 6 años de edad. Tienen una sola
puesta y son monógamos (Ehrlich et al. 1988, Terres 1980). También se han registrado nidos activos con
la presencia de tres adultos en la cercanía del nido (Fraser et al. 1983). Anidan comúnmente en
horquillas de árboles altos, a una altura de 9 a 18 m o acantilados de 3 a 55 m de altura, como en el
caso de la población de los ríos de Sonora. Construyen sus nidos tipo plataforma y lo recubren con
pasto y plumas. Ambos sexos intervienen en la construcción del nido. Ocasionalmente tienen más de
un nido. Ponen de 2-3 huevos con intervalo de 2 a 4 días entre cada uno de ellos (Buehler 2000). Los
huevos son blanco azuloso de 76 mm y pesan alrededor de 117 g. Se ha registrado 78% de segundas
puestas en parejas a las que se les ha retirado la primera puesta durante la etapa inicial de la
incubación (Bohall y Collopy 1993). La incubación la realizan ambos padres y dura de 34 a 43 días. Los
pollos son alimentados por el macho en mayor proporción que las hembras. Logran la fase de volantón
a los 70-77 días y tienen un periodo de cuidado posterior al vuelo de 8-12 semanas (Johnsgard 1990).
Las plumas secundarias emergen a los 9-11 días, las plumas de vuelo entre las 2-3 semanas, las de la
cabeza y espalda a las 4-5 semanas, y las latero-ventrales a las 4-6 semanas.
En un estudio realizado en la zona de costa, lagos y ríos de Maine, en Estados Unidos, se evaluaron los
aspectos ambientales que determinan la selección de los sitios de anidación del águila calva, y
encontraron que selecciona sus zonas de reproducción principalmente en función de la estructura
arbórea disponible en zonas donde el disturbio por actividades humanas es bajo y donde existe una
amplia diversidad o disponibilidad de presas potenciales (Livingston et al. 1990).En Baja California, las
águilas construyen sus nidos sobre rocas grandes en las islas (Isla Margarita), y en la parte superior del
mangle (hasta 4 m de altura); es probable la colocación de algún nido en cardón (Pachycereus pringlei)
(R. Rodríguez-Estrella, datos no publicados). Los nidos son comúnmente reutilizados, habiéndose
registrado algunos que se han utilizado por más de 35 años consecutivos (Terres 1980). Las parejas se
mantienen juntas hasta que uno de los individuos muere. La productividad registrada en diferentes
localidades es en promedio de 1.5 volantones por nido:
Localidad n Productividad Año
Alaska 312 1.6 1963-1970
Florida 317 1.7 1938-1946
Wisconsin 492 1.55 1963-1970
Florida 592 1.45 1962-1970
Michigan 243 1.4
Maine 241 1.3±0.35
Grandes lagos 156 1.3±0.35 1961-1970
Saskatchewan 51 1.9±01.3
Washington 275 .9±0.8 1975-1980
Arizona 35 0.7 1977-1980
USA 482 1.55±1 1985
Se ha reportado mayor productividad cuando las perchas de los adultos están cerca de los nidos que
cuando están más alejados (Harmata y Montopoli 2001).
Fecu n d i d ad
En Estados Unidos en un área amplia o especifica, se evaluaron las causas de falla en el éxito
reproductivo de la especie, encontrando que de 619 puestas, 71 fracasaron (28%). De las puestas con
fracaso, 25 (4% del total de puestas) se debieron a infertilidad.
Fen ol ogí a
En Florida la puesta inicia en noviembre y se extiende hasta enero, mientras que en localidades hacia el
Norte la puesta ocurre de marzo a abril o mayo. En Baja California Sur y Sonora ocurre en marzo (Henny
et al. 1993, Brown et al. 1987).
Se ha estimado que la incubación dura 34 a 36 días (Newton 1979) o entre 31 a 46 días (Terres 1980). El
primer vuelo lo realizan entre los 72 y 75 días de edad. En Alaska se ha reportado el adelanto o retraso
del inicio de la época reproductiva en función a la disponibilidad de presas (Hansen 1987).
En zonas de estudio donde experimentalmente se realizó el retiro de las primeras puestas para evaluar
la ocurrencia y tiempo que tomaban las parejas para poner segundas puestas se registró que la
primera puesta ocurre del 2 de noviembre al 4 de marzo (2.1 huevos por nido), mientras que la
segunda puesta (1.8 huevos por nido) ocurrió cuando el tiempo entre la remoción de la primera puesta
y la segunda puesta fue de 29.4 días con un rango de 20 a 57 días. Cuando la pérdida de la puesta se
registró por causas naturales el tiempo entre puestas fue de 32.7 días (Bohall y Collopy 1993).
Después de una revisión de 392 nidos hecha en Florida durante 1939-1946, se estimó que de 392
parejas, el 80.8% realizaron actividades reproductivas (construcción de nido). En Saskatchewan, Canadá,
de 54 parejas observadas durante 1969, el 94.4% iniciaron actividades de construcción de nido.
1,2
Estado de conservación1,2
N OM -059-SEM AR N AT-2001
P en peligro de extinción
N OM -059-SEM AR N AT-2010
P en peligro de extinción
CITES
Apéndice II
UICN
LC Preocupación menor
Otras cl asi fi caci on es d e ri esgo
Incluida desde el 18 de diciembre del 2002 en el apéndice A de la EC Regulations (Council Regulations),
contraparte de CITES en la Unión Europea. Incluida en el apéndice II de la CMS desde el primero de
enero de 1994.
Conservación1,2
No existe ningún plan de manejo o conservación para la especie en el país, probablemente por ser el
rango más sureño de las poblaciones reproductoras de la especie. Estuvo incluida en las listas de
peligro de extinción de Estados Unidos, pero se logró recuperar las especie, llegando a niveles que le
permitían continuidad. En México se requiere un plan de conservación si se pretende mantener a las
pequeñas y aisladas poblaciones de esta águila. Se requieren estudios sobre los niveles de
contaminación química en las zonas de forrajeo, tanto en Baja California como en Sonora, para hacer
las recomendaciones pertinentes sobre el manejo de estos tóxicos y su prohibición en caso de
encontrarse sustancias ilegalmente aplicadas. También es necesario hacer un análisis de las tasas de
pérdida de hábitat adecuado, así como de la situación de los recursos alimenticios (peces, aves) en los
sitios donde ocurre. Se deben hacer campañas de difusión y educación ambiental sobre la importancia
de mantener estas poblaciones, considerando que es ilegal y sujeto de sanciones la captura de pollos,
jóvenes o adultos de la especie.
Amenazas1,2
Uno de los principales factores afectando (o potencialmente afectando) al águila calva es la
contaminación química por los efectos que ciertos pesticidas tienen en el adelgazamiento de los
cascarones de sus huevos, particularmente compuestos organoclorados como el DDT (Wiemeyer et al.,
1972; Grubb et al., 1990; Johnsgard, 1990; David y Nancy, 1997). Se registró una disminución de 1 a 0.56
volantones por nido activo por el efecto de plaguicidas en Columbia River (Anthony et al, 1993). Por otro
lado también los metales pesados se han reportado como otro de los contaminantes químicos
encontrados en sangre de águilas calvas y que causan efectos negativos (Wiemeyer et al., 1972; Elliot y
Ross, 1998; Elliot et al 1996; Kramer y Redig, 1997), como el efecto en la concentración de hemoglobina y
química sanguínea (Hoffman et al., 1981).
En Minnesota se ha reportado la disminución de poblaciones de águila calva asociada al incremento de
actividades humanas en las zonas de vegetación riparia, zonas utilizadas por el águila para la
búsqueda de presas (Fraser et al, 1985). En Baja California Sur el principal problema para el águila
calva parece ser la captura ilegal de los jóvenes en el nido o bien durante los primeros vuelos. La gente
local (pescadores) los captura y mantiene en cautividad perdiéndose estos individuos de la reserva
reproductiva. La muerte accidental de los pollos es también un factor de riesgo para la especie
(Rodríguez-Estrella et al., 1995). Por otro lado, el uso indiscriminado de pesticidas (organoclorados y
organofosfatados) en las áreas de cultivo en la región del Valle de Magdalena-Ciudad Constitución
representan un riesgo evidente para la población del águila calva en Bahía Magdalena debido a que el
flujo de las corrientes freáticas y la conformación de la cuenca hidrográfica de esta región, hace que los
pesticidas y cualquier contaminante sean descargados en Bahía Magdalena. Para la población del
águila calva de Sonora, las principales fuentes de amenaza son los pesticidas vertidos al río y el cada
vez mayor flujo de gente moviéndose por el río y alrededores.
Aparentemente el disturbio por actividades recreativas ha influído negativamente en la densidad del
águila calva, ya que aquellos lagos con mayor actividad humana, conteniendo más botes y lanchas,
presentan una menor densidad de parejas reproductivas (Skagen et al, 1991; Brown et al 1998; James et
al., 1999).
Si tu aci ón actu al d el h áb i tat con resp ecto a l as n ecesi d ad es d e l a esp eci e
En Baja California Sur el hábitat es adecuado y bien conservado. En Sonora, el hábitat se ha degradado
en gran medida por el manejo del agua mediante el sistema de presas, así como por la contaminación
por pesticidas utilizados en la agricultura.
Aunque algunos autores han señalado la posibilidad de que las poblaciones del águila calva se estén
incrementando en Norteamérica, particularmente en USA y Canadá, no existía información suficiente
para comprobar dichas tendencias hasta la década de los 80 (Swenson, 1983). Sin embargo,
información más actual muestra una recuperación de las poblaciones al grado que se le ha
desclasificado de las listas de especies con categoría de riesgo (Stalmaster, 1987; Simons et al., 1988;
Buehler, 2000).
R efu gi os
Se considera que los refugios son las áreas de Baja California y Sonora mencionadas donde aún no
inciden de manera drástica las actividades humanas.
Relevancia de la especie1,2
R el evan ci a d e l a esp eci e
Es un depredador tope, indicativo de la salud del ecosistema. Esta especie de águila puede por tanto
ser utilizada como especie sensible e indicadora.Las poblaciones de esta especie en Estados Unidos
sufrieron una disminución drástica durante la década de los 60´s - 70´s aparentemente por pérdida
del hábitat y por el uso de pesticidas organoclorados (Wiemeyer et al. 1972, Sprunt et al. 1973, King
1981) que se acumularon en las presas, tales como peces y aves, y al ser consumidos por las águilas,
tuvieron efectos negativos en su productividad por efecto de biomagnificación y adelgazamiento del
cascarón de los huevos. Por ello se establecieron programas de manejo y conservación de la especie
que incluyeron la eliminación del uso de pesticidas de este tipo en Estados Unidos (Terres 1980, Griffin
et al. 1982) y el manejo directo en nidos, con lo cual sus poblaciones llegaron a tamaños poblacionales
que permitían su continuidad en la década de los 90´s (Stalmaster, 1987; Simons et al., 1988;
Johnsgard, 1990). Esto hizo de esta especie una de las rapaces más conocidas y que han sido utilizadas
en programas de difusión como especies carismáticas y que puede ser usada en programas de
educación ambiental para su conservación y de los hábitats donde se presenta.
Referencias
1. Rodríguez-Estrella, R. & Rivera-Rodríguez, L. 2009. Ficha técnica de Haliaeetus leucocephalus. En:
Escalante-Piego. P. (compilador). Fichas sobre las especies de aves incluidas en Proyecto de
Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-059-ECOL-2000. Parte 1. Instituto de Biología, UNAM. Bases de
datos SNIB-CONABIO. Proyecto No. W007. México, D.F.
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