M.ª ANGELS VILA MUNTAL 15. T E S T I G O QUE DECLARA EN EL EXTRANJERO I. Aspectos generales La regulación de la declaración de los testigos prestada en el extranjero no está específicamente regulada en nuestro ordenamiento. Debemos, por tanto, acudir a la regulación genérica que se efectúa sobre las Comisiones Rogatorias en los artículos 3 y siguientes del Convenio Europeo de Asistencia Judicial en materia penal. Las declaraciones practicadas en el extranjero mediante Comisión Rogatoria plantean un problema que pese a que el Convenio intenta hallarle solución, lo cierto es que el mismo subsiste. En nuestro país, se exigen una serie de garantías a las pruebas para que tengan eficacia para enervar la presunción de inocencia. Si la declaración sumarial del testigo se produce en el extranjero, con toda seguridad podremos afirmar que muy difícilmente éste va a comparecer al juicio oral. Por tanto, resultará de vital importancia practicar la declaración como prueba anticipada y preconstituida, siguiendo lo establecido en el artículo 448 de la LECRim. La comisión rogatoria deberá cumplimentarse de acuerdo con la legislación nacional, habiendo manifestado el Tribunal Supremo al respecto que «en el ámbito del espacio judicial europeo no cabe hacer distinciones sobre las garantías de imparcialidad de unos y otros jueces ni del respectivo valor de los actos ante ellos practicados en forma». (203) II. Casuística a) Plena admisibilidad de la declaración efectuada en el extranjero a través de Comisión Rogatoria: «Sobre la (203) STS de 6-6-1994, RJ 1994/4528. 288 LA DECLARACIÓN DEL TESTIGO validez de la prueba testifical producida en el extranjero, cómo prueba anticipada o preconstituida, ha de equipararse a las prestadas durante la instrucción en España, pero imposibles de reproducir después en el plenario con la presencia física del testigo residente ya en el extranjero, son especialmente significativas las Sentencias del Tribunal Constitucional de 10 mayo 1985 (RTC 1985\62), y las de esta Sala de 5 octubre 1990 (RJ 1990\7677), 16 julio 1991 (RJ 1991\5938), y muy especialmente la de 3 diciembre 1991 (RJ 1991\8963). Pruebas que si se traen al juicio oral, en los términos del artículo 739 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cual aquí acontece, son valorables como análogas a las distintas diligencias probatorias. El Convenio Europeo de Asistencia Judicial en materia penal, de 1959, artículo 4, otorga plena eficacia, por su equiparación a las pruebas nacionales, a las diligencias testificales desarrolladas en el extranjero, vía comisión rogatoria, si se tiene en cuenta que tal Convenio forma de la legislación interna del país a la vista de las pertinentes disposiciones de la Constitución Española, y del Código Civil». (204) b) Testifical se practicaren el extranjero sin posibilitar la contradicción: el Tribunal Supremo ha manifestado en diversas ocasiones que se trata de una prueba ineficaz para enervar la presunción de inocencia. Testifical practicada en Francia, ante el Juez de Instrucción de allí, sin estar presentes los procesados ni sus abogados defensores, que no pudieron preguntar y someter a contradicción sus manifestaciones, no compareciéndo dicho testigo al juicio oral: pese a que dicha declaración se efectuó con todas las garantías que prevé el ordenamiento francés, la admisión de dicha declaración como prueba de cargo supondría una vulneración del art. 24.2 de la Constitución Española, que exige un proceso (204) STS de 26-3-1995, núm. 446/1995, RJ 1995/4493. 289 M.ª ANGELS VILA MUNTAL público con todas las garantías, además de los arts. 11 de la Declaración Universal de Derechos del Hombre y 6 del CEDH que exigen un juicio con respeto de todas las garantías para la defensa, así como de la oportunidad de interrogar a los testigos de cargo. (205) Declaraciones efectuadas en Argentina por una coprocesada rebelde: «tal prueba carece de garantías de autenticidad y, en todo caso, se practicó con menoscabo de los requisitos de inmediación, oralidad, contradicción y publicidad propios del acto solemne del juicio oral, donde dicha prueba para ser verdaderamente tal tendría que haberse practicado, salvo que se tratara de algún caso de preconstitución o anticipación sumarial que aquí no ha existido». (206) c) Declaración prestada sin estar presente el abogado defensor. En estos supuestos se impide a la defensa interrogar al testigo de cargo. El Tribunal Supremo ante un supuesto de declaraciones de un testigo ante la policía francesa, sin asistencia de letrado, al no ser requisito en la normativa del país vecino, no dijo que se trataba de un acto sumarial nulo ni que la prueba obtenida a partir de él debía considerarse ilícita, sino que obvió el tema diciendo que había otras pruebas y que el propio contenido de la declaración no afectaba al acusado. (207) En otros casos, si ha podido estar presente en la declaración o bien incorporar las preguntas que estime convenientes, y no lo ha hecho, entiende el Tribunal Supremo que ninguna indefensión puede alegarse: «No cabe apreciar indefensión alguna, en sentido material, para la parte recurrente a quien se notificó en su momento la remisión por el Órgano Instructor de la referida Comisión Rogatoria disponiendo de la posibilidad de incorporar las (205) STS de 29-11-1989, RJ 1989/9344. (206) STS de 18-2-1991, RJ 1991/1130. (207) STS de 16-4-1996, n ú m . 313/1996, RJ 1996/3706. 290 LA DECLARACIÓN DEL TESTIGO preguntas que estimase procedentes o de proponer cualquier fórmula de intervención que estimase oportuna —posibilidad de contradicción (STC 200/1996)— no formulando objeción alguna y que en el juicio tuvo la oportunidad de someter su resultado a la debida contradicción, incluso a través del interrogatorio de los testigos comparecientes —como Guillermo P. R., Gregorio P.-S. C. o Juan J. G.—, que habían tenido relación directa con los proveedores suecos y que confirmaron, en términos generales, las manifestaciones de éstos que obran en las declaraciones recibidas a través de Comisión Rogatoria». (208) En un supuesto en que el Abogado defensor no pudo estar presente en la declaración por habérsele comunicado la celebración de la misma con poca antelación, el Tribunal Supremo entendió que: «El principio de contradicción esencial en el proceso penal, así lo exige; pero estas exigencias quedan cumplidas si se ha concedido a la parte la posibilidad de interrogar: si la tuvo y no la utilizó por negligencia propia, como aquí ocurrió, no cabe alegar violación del mencionado principio de contradicción.» (209) d) Falta de lectura del contenido de la Comisión Rogatoria en el juicio oral: «La parte acusadora debió proponer al Tribunal tal lectura, como prueba de cargo que era. No lo hizo, y por ello quedó fuera de tal acto solemne: conocida es la postura del Tribunal Constitucional y de ésta Sala relativa a la necesidad de incorporar al debate del juicio aquellas diligencias que no pudieran reproducirse en el mismo acto solemne por alguna circunstancia, y ello precisamente mediante la lectura de su contenido.» (210) (208) STS de 9-12-1996, n ú m . 974/1996, RJ 1997/1121. (209) STS de 30-7-1997, núm. 1095/1997, RJ 1997/6297. (210) STS de 30-7-1997, númJ 1095/1997, RJ 1997/6297. 291 M.ª ANGELS VILA MUNTAL Respecto del contenido de la Comisión Rogatoria se exige «que las referidas declaraciones se hayan incorporado legalmente al proceso y se hayan reproducido en el acto del juicio oral en condiciones que hayan permitido a la defensa del procesado someterlas a contradicción (lo que también concurre en este caso en el que la Comisión Rogatoria fue incorporada al proceso por una vía internacionalmente reconocida, como es la prevenida en el Convenio de Asistencia Judicial en materia penal de 20 de abril de 1959 y reproducida en el juicio oral conforme al artículo 730 de la LECrim.» (211) III. Valoración crítica La declaración prestada por un testigo en el extranjero, cuando se tenga la seguridad de que éste no comparacerá al juicio oral, debe practicarse de conformidad con todas las garantías exigibles en nuestro ordenamiento jurídico, así como con las contempladas en la legislación del país en el que vaya a prestar declaración dicho testigo. Por tanto, cuando se acuerda practicar una testifical mediante comisión rogatoria, se está preconstituyendo y anticipando una prueba —si el testigo no va acomparecer en el juicio oral, puesto que si comparece podrá ratificar su declarción en ese acto—, y, por tanto deberían observarse todos los requisitos que el artículo 448 de la LECrim. establece a tal efecto. En la práctica de la declaración deberían estar presentes las partes procesales, especialmente la defensa del acusado, aún en el supuesto de que la legiaslación del país extranjero no lo regule de este modo, e incluso, de solicitarlo el imputado, debería estar presente en el momento de recibir declaración al testigo. Sólo si se han cumplido estos requisitos podremos decir que la prueba ha sido efectuada con todas las garantías, con respeto del derecho de defen(211) STS de 9-12-1996, núm. 974/1996, RJ 1997/1121. 292 LA DECLARACIÓN DEL TESTIGO sa y en condiciones que permitan la efectiva contradicción y, por tanto, podrá alcanzar eficacia probatoria cuando se produzca su lectura en el plenario. La testifical practicada en el extranjero mediante comisión! rogatoria de forma que cercene el derecho de defensa -entendiendo el derecho de defensa y la contradicción según la interpretación efectuada por la jurisprudencia de los tribunales españoles—, constituirá una diligencia carente de validez y eficacia, que nunca podrá alcanzar valor probatorio en el juicio oral mediante su lectura, puesto que la contradicción debería haberse garantizado en el momento de practicarse la declaración, esto es, permitiendo a la defensa y al mismo inculpado presenciar dicha declaración, interviniendo de forma activa en la misma interrogando al testigo y la lectura en el juicio oral, responde más a las exigencias del principio de publicidad, que no el ejercicio del derecho de contradicción. 293