Empoderamiento de inmigrantes haitianos/as y sus descendientes

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FEDERACION LUTERANA MUNDIAL (FLM)
PROGRAMA CARIBE/HAITI
CONSORCIO DE ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES/ MOSCTHA
Empoderamiento de inmigrantes haitianos/as y sus
descendientes en República Dominicana
Acogida. Acompañamiento. Adaptación. Albergue. Asistencia. Comunicación.
Conocimiento. Desmitificación. Empowerment. Incidencia. Información. Inserción.
Integración. Organización. Participación. Prise en Charge. Refuerzo. Vinculación.
Informe del Proyecto
Consultores:
Richard Moseley-Williams
Céméphise Gilles. Eddy Tejeda.
Santo Domingo, 25 de febrero de 2005
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Indice
Contenido
Página
Dedicatoria……………………………………………………………………………………3
Resumen.………….………………………………………………………………………….4
Introducción: La Nueva Inmigración Haitiana………………………………………… 8
I. Estrategias para el Empoderamiento de los Inmigrantes Haitianos…………...15
II. Negación de los Derechos de los Inmigrantes Haitianos y
Papel del Movimiento de Defensa de Derechos Humanos………………………….18
III. Papel de los Dominicanos y Dominicanas de Origen Haitiano…………………20
Conclusiones………………………………………………………………………………...23
Bibliografía……………………………………………………………………………………25
Anexos:
1. Cuestionario y Personas entrevistadas……………………………………………..27
2. Síntesis Analítica de Entrevistas……………………………………………………..28
3. Perfil del Proyecto…………………………………………………………………….…40
3
A Richard Moseley-Williams, en memoria.
Su genio y talento y el respeto y la humildad que lo caracterizaron en su trato con los
demás, nos acompañará siempre.
El estudio que presentamos a continuación fue su último trabajo.
Gracias Richard y hasta siempre.
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Resumen
El Proyecto de “Empoderamiento a Inmigrantes Haitianos/as y sus Descendientes en República
Dominicana” traza líneas estratégicas para un programa de mayor envergadura que involucra a
organizaciones civiles que trabajan con los inmigrantes haitianos en el país y producen
conocimientos sobre la migración haitiana. El empoderamiento es “un proceso a través del cual los
individuos y las comunidades asumen el control de sus vidas y de las decisiones que les afectan”.
Nueva Inmigración Haitiana
La nueva inmigración viene de todas partes de Haití e incluso desde sus principales ciudades. Se
encuentra en todas las regiones de la República Dominicana; proviene de todas las clases sociales
y tiene ocupaciones diversas. Las mujeres migran tanto como los hombres, constituyendo una
cuarta parte del total. La decisión de migrar está influida por consideraciones sobre los/as niños/as
y la familia. Los flujos de migración son circulares y temporales puesto que los migrantes se
mueven entre un país y otro, sin metas de permanencia o establecimiento fijo. Cubre cerca de
400,000 personas, incluyendo adultos y niños/as.
Los migrantes regresan a su casa en períodos cortos, y refieren sus experiencias migratorias a
familiares y amigos. Este grupo puede saber dónde ir para obtener trabajo y dónde encontrar
alojamiento y ayuda.
En este viaje necesitarán la ayuda de alguien que domine el español, un buscón/passeur pagado,
un pariente o contacto en la frontera. Lo más probable es que van a cruzar la frontera de manera
irregular, aunque llevarán algún tipo de documentación como actas de nacimiento, permisos de
trabajo, y cédulas, y muchas veces pasaportes. No se trata solamente de trabajadores agrícolas
como en el pasado, sino que incluyen trabajadores urbanos y a mujeres y niños/as. También,
comerciantes (mayormente mujeres), estudiantes, y jóvenes de clase media.
Para enfrentar la problemática migratoria, sería recomendable la adopción de una estrategia
coordinada entre ONG de los dos países para ofrecer un servicio de consejos y apoyo a migrantes
por los dos lados de la isla, con miras a facilitar y empoderar a migrantes putativos en la toma de
decisiones.
Se podría combinar esta estrategia con una estrategia insular de incidencia para persuadir a los
dos gobiernos de que establezcan incentivos para los migrantes obtener sus documentos de
migración y cruzar la frontera a través de canales formales. Esto implicaría pasos para facilitar un
acceso más ágil a servicios consulares en ambos países y una reducción considerable en el costo
de la obtención de visas.
Proyectos que favorecen el desarrollo y la conservación del medio ambiente son apropiados, en
áreas estratégicas como el Sureste de Haití, para poder reducir la migración forzada de personas
debido a los desastres naturales.
Los dos factores principales que determinan el movimiento de migrantes en la República
Dominicana son las oportunidades de empleo y la seguridad. Viajan directamente adonde
encuentren trabajo y buscan alojamiento temporal en ese lugar. El momento en que el migrante
comienza a estabilizarse es cuando se casa y establece un hogar.
Ahora, hay más migración a las ciudades por razones económicas aunque el factor de seguridad
también incide. Después de la caída de la industria del azúcar, los inmigrantes emigraron de los
bateyes para trabajar en otros sectores de la agricultura, mayormente en las cosechas de arroz y
de café, en la emergente industria de la construcción y en el sector informal urbano.
Una novedad es la presencia de mano de obra inmigrante en la industria turística, que actualmente
es el sector más dinámico de la economía dominicana. El trabajo es tanto en construcción como en
el mantenimiento de los resorts, y también en la limpieza de los hoteles.
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Otro elemento es el uso continuo de mano de obra inmigrante en la agricultura, incluyendo el
sector agrícola más moderno. En estas plantaciones predomina la mano de obra inmigrante y el
trato a estos trabajadores no es mejor que en las fincas tradicionales.
Hay mujeres que llegan también por su propia cuenta o en grupos. Ejemplos de esta última
categoría son mujeres que han sido traídas para trabajar en el servicio doméstico. Trabajan
también en las zonas francas, los resorts turísticos, trabajo de limpieza y cocina y ventas de
artículos y alimentos cocidos en calles y barrios. Son diferentes a las dominicanas que hacen el
comercio en la medida en que los/as comerciantes haitianos/as venden ropa nueva y una gama
más amplia de bienes (zapatos, perfume etc). Son ejemplos de inmigrantes empoderadas.
Un rasgo del asentamiento de inmigrantes fuera de los bateyes es que los/as inmigrantes viven en
comunidades dominicanas. Alquilan un alojamiento en los sectores más pobres de los barrios
donde la mayoría de la población es dominicana. Esto trae el riesgo de crear guetos étnicos, lo que
constituye un asunto estratégico para las ONG.
El desafío es que el enfoque para los inmigrantes y sus aliados ya no se limita a algunos
escenarios geográficos o socio-económicos, como son los bateyes. Más allá de las áreas rurales y
urbanas donde hay nuevas concentraciones de inmigrantes, puede ofrecerse un acompañamiento
a los inmigrantes en nuevos contextos, como las zonas francas y la industria turística.
Dada la precaria situación en que se encuentran los inmigrantes, en el sentido de que se les
niegan sus derechos humanos y libertades fundamentales en el país, este acompañamiento
requerirá de una serie de estrategias de empoderamiento. En gran medida, muchas de estas han
de ser asumidas por el movimiento de derechos humanos e involucran de forma particular a los
dominicanos de origen haitiano.
Estrategias de Empoderamiento
¿Hasta qué punto los inmigrantes se empoderan? En la medida en que pueden cumplir con su
objetivo de ganar dinero para mandar a su casa en Haití y/o apoyar una familia en la República
Dominicana.
Puede ser que los inmigrantes tuvieran expectativas más altas cuando llegaron por primera vez,
pero los ingresos son suficientemente más grandes de los que hubieran obtenido en Haití. Están
plenamente conscientes que son víctimas de discriminación y de la necesidad de empoderarse
para confrontar esta realidad.
Sin embargo, hay muchos inmigrantes que no tienen éxito y que se convierten en víctimas de
abusos. Se nos ha informado de inmigrantes que se encuentran estancados en trabajos de bajos
ingresos y que están endeudados con el propietario de la vivienda alquilada o con los colmados
locales y prestamistas, hasta el punto en que no pueden salir, ni para regresar a Haití ni para
trasladarse a un sitio donde haya un trabajo mejor remunerado. Hay haitianos presos en cárceles
durante años sin que se les tome en cuenta el debido proceso de ley ni puedan pagar la fianza
correspondiente.
Los inmigrantes haitianos se relacionan de diversas maneras. Comparten una identidad común
como haitianos/as, ya que traen consigo una cultura fuerte que los distingue. En tiempos recientes,
los inmigrantes están llegando con los problemas políticos y sociales que Haití está enfrentando.
Algunos inmigrantes han estado implicados en delitos y violencia en la sociedad haitiana, y entran
en la sociedad dominicana que está experimentando también una ola de criminalidad que, como
por el otro lado de la frontera, está plagada por el narcotráfico. Hay también un factor generacional
en que inmigrantes jóvenes, y los niños de inmigrantes establecidos, están influenciados por la
cultura nihilística y violenta que viene de Estados Unidos.
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Cabe resaltar los lazos familiares, redes de amigos, y vínculos entre personas que vienen de una
misma localidad en Haití. Estos vínculos sirven de apoyo cuando el migrante tiene problemas y
hacen las veces de redes de información para consejos y contactos durante el proceso migratorio.
Por otro lado, las congregaciones religiosas son importantes, sobre todo las iglesias protestantes y
evangélicas. Los pastores de las iglesias evangélicas son muchas veces haitianos, y se involucran
en los problemas enfrentados por los inmigrantes. Sin embargo, hay algunos ejemplos
sobresalientes en cuanto a la acogida de migrantes de parte de ciertos sectores de la Iglesia
católica.
En general, parece que los inmigrantes están cada vez más organizados y activos. Por ejemplo, la
reciente decisión de doce asociaciones en Santo Domingo de establecer una red o federación de
asociaciones de inmigrantes. Hay que resaltar el trabajo de empoderamiento efectuado por los/as
promotores/as de programas comunitarios. Otro campo de empoderamiento de inmigrantes es en
el lugar de trabajo. Es donde sectores claves de la economía dominicana dependen del trabajo de
los inmigrantes.
El interés de los negocios implicados es el de mantener a sus trabajadores en una posición débil
(sin documentos o parcialmente documentados, sujetos a posibles deportaciones, y con el miedo
de perder su trabajo). Hay ejemplos de trabajo exitoso con inmigrantes en el área de conflictos
laborales y desalojos ilegales, donde abogados/as han ayudado a obtener sentencias y arreglos
que favorecen a los/as trabajadores/as. Estos esfuerzos cobran importancia de cara a la nueva ley
de migración que busca limitar los derechos laborales de los migrantes haitianos.
La efectividad en educación legal depende del acceso a la justicia de los/as beneficiarios/as. De
ahí la importancia que tiene el alcance de las redes de promotores/as legales. Además, hay
potencial para la organización de trabajadores/as migrantes en el futuro.
Negación de Derechos Humanos
En grandes áreas de la economía “moderna”, como las zonas francas, la industria turística, las
nuevas plantaciones agrícolas, y la construcción, los/as haitianos son tan explotados como en los
ingenios rurales y en las fincas tradicionales.
Los haitianos y haitianas se encuentran desamparados/as. Sufren de discriminación en el lugar de
trabajo; de parte del Estado (sistema judicial, Junta Central Electoral, servicios de salud y de
educación, abusos de parte de las autoridades migratorias y de la policía, y deportaciones
irregulares); de la sociedad (actitudes públicas y prejuicios, aseveraciones oficiales, una imagen
negativa de los/las haitianos/as y el problema fronterizo enfocado ad nauseam por los medios de
comunicación); y el uso político del racismo y anti-haitianismo.
Hoy en día, la nueva inmigración se da en el contexto de la nueva corrupción. Defraudan a los
inmigrantes de nuevas maneras. La migración es un negocio, a todos los niveles.
Más preocupante para el futuro, es el hecho de que se está confundiendo el asunto migratorio con
el asunto mucho más serio de crímenes organizados y transfronterizos. Un enfoque de campañas
debe de ser la separación del manejo de delitos y el control de la migración.
Un reto es la necesidad de confrontar y aislar la influencia de los llamados nacionalistas, sus
aliados y gente afín en el Estado, los medios de comunicación y los partidos políticos. Otro reto se
relaciona con la importancia que toma el acceso a los medios masivos de comunicación, que
influyen en la toma de decisiones y opinión pública. El tercer campo prioritario para la incidencia es
el sistema judicial.
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Dominicanos/as de Origen Haitiano
Se les discrimina por la misma causa que explica la discriminación contra los inmigrantes, pero
juegan un papel importante en la lucha contra el racismo y el anti-haitianismo.
Los hijos de migrantes haitianos están asimilándose en la sociedad dominicana más rápidamente
que los hijos de inmigrantes de otras nacionalidades. Pero existen decenas de miles de niños a
quienes se les niegan el derecho a la nacionalidad dominicana. Pero el peligro es que la campaña
actual de la JCE de negar de manera sistemática las actas de nacimiento dominicanas, incremente
el número de indocumentados de ascendencia haitiana. En esta óptica, la nueva ley de migración
de agosto de 2004, de ser aplicada, representaría un obstáculo mayor que hay que seguir
enfrentando.
La campaña por el derecho a la nacionalidad dominicana sigue como alta prioridad. Existe más
potencial para los dominicanos de origen haitiano facilitar el empoderamiento de inmigrantes y
efectuar el vínculo con dominicanos en situaciones semejantes. En fin, se necesita una estrategia
de comunicaciones y educación pública para poder incidir y enfrentar el desconocimiento amplio y
los prejuicios que existen en cuanto a los dominicanos de ascendencia haitiana.
Conclusión
En conclusión, debe existir una estrategia única y amplia que contemple a los dos países. Hay que
tener la capacidad y los recursos para entrar en el debate acerca de la temática más amplia de la
migración, sus causas, efectos y beneficios así como las implicaciones para las políticas públicas y
campañas. En esta relación es vital que se aproveche al máximo la encuesta OIM/FLACSO
(2004), profundizando el aprendizaje de esta investigación para poder influir en los decidores a alto
nivel.
Hay que explorar las oportunidades para ayudar a migrantes potenciales a tomar decisiones sobre
la base de más información en relación con sus planes de migración, por ejemplo un servicio de
consejos y apoyo a migrantes y, por otra parte, la mejor manera de encarar el tema de la migración
forzada.
Es necesario acordar objetivos para fortalecer los vínculos entre los dos países según la estrategia
general de incidencia. Hay que tener cada vez más intercambio fluido entre especialistas (por
ejemplo, promotores/as) así como reuniones entre los directores de ONG.
Hay que tener en cuenta y construir sobre la base de los logros de las ONG y el movimiento de
derechos humanos en la última década. El reto principal es el de lograr tener más influencia
política al nivel nacional, construyendo sobre la base de las “mejores prácticas” a nivel local y
regional.
El enfoque nacional es necesario, sobre todo porque hace falta una presencia en áreas de turismo
del Norte y del Este donde el objetivo será el de desarrollar un posicionamiento sobre el uso de
trabajadores/as migrantes de parte de la industria del turismo, y ayudar también a los migrantes a
empoderarse.
Si se pretende aumentar la influencia política de las ONG, hay que tener una mayor competencia,
capacidad y disponibilidad para entrar en los debates y presentar argumentos bien fundados. Se
podría contemplar una alianza estratégica con un instituto de investigación.
Hay que armonizar el trabajo legal con la estrategia de incidencia para enfocar el trabajo y evitar la
dispersión. También, sería necesaria una estrategia de comunicaciones, que tenga presencia en el
Cibao, para respaldar la estrategia de incidencia, capacidad y competencia más especializadas. El
grupo de dominicanos/as de origen haitiano debe ser explorado como un puente potencial tanto
hacia la sociedad civil haitiana como hacia la formación de un club o asociación de personas
influyentes en la sociedad dominicana y que tenga un carácter incluyente.
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Introducción
La Federación Luterana Mundial (FLM), a través de su Programa Caribe/Haití, contrató al
Movimiento Socio-Cultural de Trabajadores Haitianos, Inc. (MOSCTHA) para encabezar
un proyecto puente ejecutado por varias ONG dominicanas. En el marco de este proyecto
MOSCTHA contrató a un equipo de consultores para llevar a cabo un estudio nacional de
empoderamiento a los inmigrantes haitianos en la República Dominicana, que incluyera
entrevistas en todo el país y, de manera limitada, en Haití.
Este Proyecto debe trazar las líneas estratégicas para un programa de mayor
envergadura que involucra a otras organizaciones civiles que trabajan con los inmigrantes
haitianos en el país y producen conocimientos sobre la migración haitiana (incluyendo a
ONG, diferentes iglesias, y apoyo necesario en investigación). Con estos fines, fueron
contratadas tres personas, uno en la coordinación, y dos asistentes de investigación que
dieran apoyo al trabajo de campo y al análisis y presentación de los hallazgos del estudio.
El equipo de consultores agradece a cada una de las personas entrevistadas tanto en
República Dominicana (Santo Domingo, San Pedro de Macorís, Santiago, Dajabón,
Barahona, Samaná) como en Haití (Puerto Príncipe, Cabo Haitiano, Ouanaminthe) su
apoyo incondicional al estudio de empoderamiento.
El Proyecto cuenta con otros tres componentes (legal, comunicaciones, vínculos con
Haití), pero el estudio de empoderamiento cruza tangencialmente todos los demás, si
asumimos como válido que se refiere a “un proceso a través del cual los individuos y las
comunidades asumen el control de sus vidas y de las decisiones que les afectan”.
El término de “empoderamiento” pese a no existir formalmente en el idioma español, es
conocido en el país pero puede adoptar otras formas según la persona que lo emplee, por
lo que para los fines de este estudio se consideran como válidos conceptos similares que
no son más que formas o estrategias de empoderamiento como adaptación, inserción,
integración, acogida, toma de conciencia, organización, etc.
La nueva inmigración
“El país sigue viviendo como si no fuera un territorio de inmigración
internacional”. Encuesta FLACSO/OIM, 2004.
En años recientes, el cambio significativo en las características de la migración haitiana a
la República Dominicana ha conducido a que se hable de una “nueva inmigración
haitiana”. En la última década, la tendencia ha sido que los y las inmigrantes haitianos/as
vienen de todas partes de Haití e incluso desde sus principales ciudades. De esta
manera, esos inmigrantes se encuentran en todas las regiones de la República
Dominicana; provienen de todas las clases sociales y tienen ocupaciones diversas.
Además, las mujeres migran tanto como los hombres, constituyendo una cuarta parte del
total de inmigrantes. La decisión de migrar está influida por consideraciones sobre los/as
niños/as y la familia. Estudios recientes resaltan el hecho de que los flujos de migración
son circulares y temporales puesto que los migrantes se mueven entre un país y otro, sin
metas de permanencia o establecimiento fijo.
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Los hallazgos de la “Encuesta sobre inmigrantes haitianos en República Dominicana”,
publicada por la OIM y FLACSO en 2004, no han sido aún asimilados por las
organizaciones que hacen campañas por los derechos de los migrantes. Por ejemplo,
ahora sabemos como un hecho científico cuántos inmigrantes haitianos estuvieron
residiendo en el país cuando se llevó a cabo la encuesta (2002). La cifra es de alrededor
de 400,000 personas, incluyendo a adultos y niños/as. De hecho, la proporción de
haitianos/as en la población total – cinco por ciento – no ha aumentado desde el censo del
Gobierno dominicano sobre inmigrantes en 1992. Es así, a pesar del éxodo de
emigrantes dominicanos/as desde esta fecha.
Sobre el perfil de los inmigrantes, sabemos cuánto tiempo y cuántas veces se quedan en
el país; sus datos demográficos; su movilidad; sus ocupaciones e ingresos, la frecuencia
de las remesas, sus documentos y estatus migratorio, y el uso que hacen de los servicios
de salud y educación.
El contexto haitiano: nuevos inmigrantes y migración circular
En lo que se refiere a inmigrantes haitianos que llegan por primera vez, hay disparidades
grandes en el alcance de la información y su comprensión de lo que van a enfrentar en la
República Dominicana. A un extremo, están las mujeres deportadas o migrantes
retornadas quienes, al salir hacia República Dominicana, no sabían nada en cuanto al
destino que les espera. Por cierto, una de ellas comentó lo siguiente: “Hemos salido
desesperadas para tentar nuestra suerte”.
Al otro extremo, están otras personas que reciben mucha información y consejos de la
familia, los amigos o contactos en la República Dominicana. El patrón de migración
circular juega un rol en eso, si tomamos en cuenta que los migrantes regresan a su casa
en períodos cortos, y refieren sus experiencias migratorias a familiares y amigos. Este
grupo puede saber dónde ir para obtener trabajo y dónde encontrar alojamiento y ayuda.
Probablemente tengan documentos incluyendo pasaportes, visas y permisos de trabajo.
Estas personas tienen algunas informaciones útiles (dónde y cómo encontrar trabajo). La
primera decisión es cómo cruzar la frontera y hacer el peligroso viaje en busca de empleo.
En este viaje necesitarán la ayuda de alguien que domine el español, un buscón/passeur
pagado, un pariente o contacto en la frontera. Lo más probable es que van a cruzar la
frontera de manera irregular, aunque llevarán algún tipo de documentación como actas de
nacimiento, permisos de trabajo, y cédulas, y muchas veces pasaportes. En general,
aunque hay variaciones en cuanto a la información disponible para los nuevos
inmigrantes, éstos no entienden a cabalidad cómo la sociedad dominicana y el Estado les
tratarán, ni conocen sus derechos humanos como migrantes, ni las instituciones y grupos
en la República Dominicana dónde pueden buscar ayuda. Tienen que aprender todo eso
después de haber migrado.
¿La decisión de migrar a la República Dominicana es una elección que empodera a estas
personas? Para responder, es necesario distinguir entre migrantes forzados y migrantes
económicos. La migración forzada envuelve a personas que huyen de la violencia y de la
persecución política, y por ejemplo, aquellas que cruzaron hacia el Suroeste del país
desde las comunidades haitianas después de las inundaciones devastadoras de 2004.
Para estas personas la opción de cruzar la frontera no fue forzosamente una decisión que
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les ha empoderado - más bien fue una estrategia de sobre vivencia frente a un desastre
natural.
En cambio, los migrantes económicos están más empoderados en el sentido de que
pueden tomar la decisión de migrar según sus mejores intereses. Fuera del miedo a lo
desconocido, la opción de migrar es capaz de empoderar cuando tiene que ver con la
idea de avanzar en el mundo.
Tanto en Haití como en la República Dominicana, hay nuevos patrones de flujos
migratorios. En Haití, como es sabido, la nueva inmigración es de personas desde todas
partes del país, y de todas las clases sociales. La mayoría proviene de los grupos de
menores ingresos (aunque no forzosamente de los ingresos más bajos), pero no se trata
solamente de trabajadores agrícolas como en el pasado, sino que incluyen trabajadores
urbanos de cuello azul y de cuello blanco. Incluyen más a menudo a mujeres y niños/as,
lo que evidencia la gran importancia de la familia en el proceso migratorio. Otros grupos
notables son comerciantes (mayormente mujeres), estudiantes, y jóvenes de clase media
a quiénes sus familias están enviando a la República Dominicana por razones de
seguridad.
¿Este nuevo modelo de migración seguirá en un futuro? No hay ninguna razón por
desmentir esta tendencia en lo que se refiere a los migrantes económicos (la migración
forzada dependerá de factores imprevisibles como la violencia política y los desastres
naturales). El flujo migratorio dependerá de la diferencia entre el nivel de ingresos per
capita en los dos países. Una proyección sencilla de tasas de crecimiento económico y
niveles de ingresos per capita demostrará que es muy poco probable que la disparidad
entre los dos países se reduzca en la próxima década. La tasa de crecimiento de la
disparidad será probablemente menos que en los años noventa (cuando la República
Dominicana tuvo un crecimiento de 6% por año y Haití retrocedió), pero no hay un
escenario creíble que podría disminuir de manera significativa la diferencial actual.
En el futuro cercano es un hecho que el flujo actual de migración y migración circular
seguirá. No se vislumbra el éxito de un aumento de restricciones a la entrada (por
ejemplo, cuotas) ni el aumento de controles migratorios a lo largo de la frontera. Tales
medidas serán infructuosas y posiblemente contraproducentes, y, en consecuencia, el
número de inmigrantes irregulares aumentará. El ejemplo del fracaso de los esfuerzos
recientes de los Estados Unidos de América para restringir la entrada de migrantes
indocumentados en la frontera con México es pertinente. Es irrealista pensar que se
puede sellar herméticamente la frontera haitiano-dominicana.
Apoyo a los inmigrantes e incidencia a nivel insular
Esto plantea una interrogante estratégica para las ONG haitianas y dominicanas. Dar
apoyo a pequeños proyectos locales de desarrollo comunitario en Haití, con el objetivo de
aumentar el empleo e ingresos para disminuir la necesidad de migrar, ofrece pocas
perspectivas para reducir la migración de manera significativa.
Un enfoque alternativo podría ser una estrategia coordinada entre ONG de los dos países
para ofrecer un servicio de consejos y apoyo a migrantes por los dos lados de la isla, con
miras a facilitar y empoderar a migrantes putativos en la toma de decisiones. Se podría
combinar esta estrategia con una estrategia insular de incidencia para persuadir a los dos
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gobiernos de que establezcan incentivos (y no a la inversa, como actualmente) para los
migrantes obtener sus documentos de migración y cruzar la frontera a través de canales
formales.
En consecuencia, esto implicaría pasos para facilitar un acceso más ágil a servicios
consulares en ambos países y una reducción considerable en el costo muy alto de la
obtención de una visa dominicana y de una visa haitiana. Proyectos que favorecen el
desarrollo y la conservación del medio ambiente son apropiados, en áreas estratégicas
como el Sureste de Haití, para poder reducir la migración forzada de personas. Veremos
más adelante las otras implicaciones al vislumbrar una óptica positiva y atrevida (y no
negativa y defensiva) de las ventajas de la migración haitiana para los dos países.
Los/as inmigrantes en la República Dominicana
Los dos factores principales que determinan el movimiento de migrantes en la República
Dominicana son las oportunidades de empleo y la seguridad. El primer factor involucra
básicamente la disponibilidad de trabajo mejor remunerado y el segundo factor concierne
la reducción del riesgo de deportación y los abusos de los derechos humanos.
Hay un tercer factor – dónde establecer un hogar para el migrante y su familia – que
depende de los dos primeros. Un rasgo común, cuando los nuevos inmigrantes llegan sin
tener un hogar, es que viajan directamente adonde encuentren trabajo y buscan
alojamiento temporal en ese lugar. Cuando termina el trabajo (en una finca o en un lugar
de construcción, por ejemplo) van a quedarse con parientes o contactos mientras buscan
un nuevo empleo. El primer viaje podría ser un viaje largo, por ejemplo desde el Cibao
hacia el Este. El momento en que el migrante comienza a estabilizarse es cuando se
casa y establece familia u hogar. A partir de entonces, los adultos de la familia seguirán
un patrón de viajar para trabajar pero en la región donde vive y no entre regiones.
Tradicionalmente, la migración se efectuaba entre regiones, tanto en los niveles ruralurbano como entre fincas para diferentes cosechas. Pero, actualmente, los flujos y
patrones de asentamiento son mucho más complejos y se dan en todo el país, dentro de
sus principales regiones.
En la última década, los principales movimientos de migrantes fueron como sigue:
1. De la frontera del Norte a las ciudades y fincas de la línea Noroeste hasta
Santiago y el Oeste del Cibao;
2. De Elías Piña, Jimaní, y Pedernales, al sur de Santo Domingo, y al Este.
Ahora, hay más migración a las ciudades por razones económicas aunque el factor de
seguridad también incide. Por ejemplo, se nos ha informado que la tasa de crecimiento
de migrantes viviendo en Santiago de los Caballeros es menor a la de Santo Domingo. Al
parecer hay también un movimiento de migrantes de Santiago y la Línea Noroeste a otras
ciudades y pueblos del Cibao, incluyendo al Este del Cibao, a la costa del norte y
Samaná, y hacia el Este. Desde Santiago, la amenaza de deportación es, en general,
más grande.
Por otra parte, hay un crecimiento considerable de la migración hacia Santo Domingo y el
Este. Esto se debe a razones de seguridad y de disponibilidad de trabajo. Las
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deportaciones masivas son menores en el Este, mientras que en Santo Domingo, donde
las deportaciones son más frecuentes, es más fácil “esconderse” en los barrios de la
ciudad. En comparación con otras partes del país, la capital y el este tienen mejores
sistemas de apoyo a los inmigrantes.
Además, debemos resaltar los cambios en el mercado laboral respecto a la mano de obra
inmigrante. Hasta los años 80 respondía casi exclusivamente a las necesidades laborales
de la industria azucarera. Después de la caída de este rubro, los inmigrantes emigraron
de los bateyes para trabajar en otros sectores de la agricultura, mayormente en las
cosechas de arroz y de café, en la emergente industria de la construcción y en el sector
informal urbano. Hoy en día nos encontramos en una tercera fase en que el crecimiento
rápido y la diversificación de la economía en los años 90 provocaron una demanda de
mano de obra inmigrante en todo el país, con la excepción de las áreas más rezagadas,
incluyendo las provincias fronterizas y los bateyes.
Confiables y trabajadores
“La mano de obra haitiana, al incrementar su participación en la
actividad arrocera, le facilitó a los productores la fijación de topes
salariales que, sin dejar de ser comparativamente más altos que en
otros cultivos, minimizaba costos”. W. Lozano (1998).
Una novedad es la presencia de mano de obra inmigrante en la industria turística, que
actualmente es el sector más dinámico de la economía dominicana. Es así a pesar de las
aseveraciones del gobierno dominicano de que los trabajos en este sector están
reservados para dominicanos/as. Los propietarios de los resorts tienen otro punto de
vista. El trabajo es tanto en construcción como en el mantenimiento de los resorts, y
también en la limpieza de los hoteles. Se nos ha informado que las guaguas de las
compañías hoteleras transportan diariamente a los inmigrantes de los barrios de La
Romana al complejo turístico de Casa de Campo. En dicho complejo turístico, la
empleomanía está conformada por cientos de dominicanos/as y miles de haitianos/as. La
razón es que los empleadores encuentran que los/as haitianos/as son más confiables y
más trabajadores (y, desde luego, más baratos y más dóciles) que los/as dominicanos/as.
Nuestra información es que este uso de mano de obra inmigrante es usual en todas las
áreas turísticas del Este, la costa Norte y Samaná (Noreste).
Por otra parte, en las zonas francas del Este hay entre 15% y 20% de mano de obra
inmigrante, sobre todo mujeres jóvenes con destrezas en la costura. Probablemente la
cifra es mas baja en las zonas francas del Cibao (donde se encuentra la mayoría de las
empresas), por el fuerte sentimiento contra los inmigrantes en esa región.
Otro elemento es el uso continuo de mano de obra inmigrante en la agricultura,
incluyendo el sector agrícola más moderno. Un ejemplo es la compañía de Plantaciones
del Norte que cultiva frutas (guineos y melones) para el mercado de frutas orgánicas y
legumbres en los Estados Unidos de América. La Compañía tiene más de 50 fincas en la
línea noroeste. En estas plantaciones predomina la mano de obra inmigrante y el trato a
estos trabajadores no es mejor (sino probablemente peor) que en las fincas tradicionales
de arroz, café, y cacao. De igual manera, como es sabido, el cultivo intensivo de frutas y
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legumbres en Constanza depende de la mano de obra migrante, incluyendo un número
significativo de niños/as.
Mujeres comerciantes
Hoy en día una cuarta parte de los nuevos inmigrantes es femenina, muchas veces son
las mujeres o parientes de los inmigrantes, aunque hay mujeres que llegan también por su
propia cuenta o en grupos. Ejemplos de esta última categoría son mujeres que han sido
traídas para trabajar en el servicio doméstico. Trabajan también en las zonas francas, los
resorts turísticos, y en trabajo de limpieza y cocina. Sin embargo, la fuente más
importante de ingresos para estas mujeres que tienen responsabilidades en la casa es el
pequeño comercio, como la venta de artículos y alimentos cocidos en la calle y en los
barrios.
Hay un grupo importante de mujeres comerciantes que compra y vende ropa, zapatos, y
otros bienes en Haití o de los mercados en la frontera para vender en la República
Dominicana. Son diferentes a las dominicanas que hacen el comercio en la medida en
que los/as comerciantes haitianos/as venden ropa nueva y una gama más amplia de
bienes (zapatos, perfume etc).
Tienen un sistema de distribución fuera de serie a través del cual venden sus bienes a
través del país, y no solamente en los mercados de Santiago o Santo Domingo. La mujer
de negocios tiene un permiso para exportar/importar bienes haitianos. Los comerciantes,
o sea estas personas que llevan las cosas para vender a domicilio, o de negocios en la
acera, son generalmente jóvenes haitianos. Esta división de tareas se debe al miedo al
robo y al macuteo en la calle. Las mujeres comerciantes son ejemplos de inmigrantes
empoderadas.
En lo que se refiere al patrón de asentamiento de inmigrantes, parece que hay una
tendencia a la concentración de migrantes en relación al lugar donde deciden vivir, un
hecho que se debe a las amenazas de la deportación y de la violencia criminal.
Un rasgo del asentamiento de inmigrantes fuera de los bateyes es que los/as inmigrantes
viven en comunidades dominicanas. Alquilan un alojamiento en los sectores más pobres
de los barrios donde la mayoría de la población es dominicana. Esto trae el riesgo de
crear guetos étnicos con consecuencias para las relaciones raciales en un país que no ha
experimentado el problema de tensión inter-comunal tal como se constata en los Estados
Unidos de América y en la Unión Europea.
No obstante, se nos ha informado que se han desarrollado algunos barrios urbanos en
que predominan haitianos/as en ciudades como La Romana. En Santo Domingo parece
que hay algo por el estilo en Haina, aunque un factor ha sido la proximidad de los barrios
haitianos al Ingenio Río Haina (cerrado actualmente), combinado con la migración a la
capital desde los bateyes del Ingenio Barahona. Sin embargo, cualquier tendencia hacia
el establecimiento de guetos es un asunto estratégico para las ONG.
Actualmente la diversidad mucho mayor y el alcance geográfico de los inmigrantes
haitianos y de las inmigrantes haitianas es tanto un reto como una oportunidad para el
empoderamiento de los grupos implicados. El desafío es que el enfoque para los
inmigrantes y sus aliados ya no se limita a algunos escenarios geográficos o socio-
14
económicos, como son los bateyes, las plantaciones tradicionales de caña de azúcar,
arroz, café, y cacao, los lugares de construcción y los sectores informales de las
principales ciudades. Hay que tener un enfoque polivalente si se pretende responder a
las áreas principales de negación de derechos humanos. Ahora bien, más allá de las
áreas rurales y urbanas donde hay nuevas concentraciones de inmigrantes, puede
ofrecerse un acompañamiento a los inmigrantes en nuevos contextos, como las zonas
francas y la industria turística.
Dada la precaria situación en que se encuentran los inmigrantes, en el sentido de que se
les niegan sus derechos humanos y libertades fundamentales en el país, este
acompañamiento requerirá de una serie de estrategias de empoderamiento para ser
efectivo (I). En gran medida, muchas de estas han de ser asumidas por el movimiento de
derechos humanos (II) e involucran de forma particular a los dominicanos de origen
haitiano (III).
15
I. Estrategias para el empoderamiento de inmigrantes haitianos
Empoderamiento individual
¿Hasta qué punto los inmigrantes se empoderan? En parte la respuesta a esta pregunta
es en la medida en que pueden cumplir con su objetivo de ganar dinero para mandar a su
casa en Haití y/o apoyar una familia en la República Dominicana. Desde luego que
pueden tener muchos otros objetivos, pero lo imprescindible es lo económico.
Ingresos
El cuadro es mixto. En general, el hecho de que el grueso de migrantes con casas en
Haití regrese de vez en cuando pero vuelva a la República Dominicana, estimulado por
nuevas oportunidades de trabajo remunerado, y el manejo de los muchos riesgos propios
de la migración, sugiere que ese grupo ha tenido éxito en ejercer cierto control sobre su
vida. Puede ser que los inmigrantes tuvieran expectativas más altas cuando llegaron por
primera vez, y el dinero es mucho menos de lo que hubieran querido ganar, pero los
ingresos son suficientemente más grandes de los que hubieran obtenido en Haití. Al
mismo tiempo, están plenamente conscientes que son víctimas de discriminación y de la
necesidad de empoderarse para confrontar esta realidad.
Endeudados
Sin embargo, hay muchos inmigrantes que no tienen éxito y que se convierten en víctimas
de abusos. Se nos ha informado de inmigrantes que se encuentran estancados en
trabajos de bajos ingresos (por ejemplo, en una plantación de guineos) y que están
endeudados con el propietario de la vivienda alquilada o con los colmados locales y
prestamistas, hasta el punto en que no pueden salir, ni para regresar a Haití ni para
trasladarse a un sitio donde haya un trabajo mejor remunerado. Es frecuente que muchos
inmigrantes eviten el regreso a Haití por la vergüenza de no haber podido enviar las
remesas que las familias estaban esperando. Inmigrantes pobres, sin documentos ni
apoyo alguno son muy vulnerables. Por ejemplo, los haitianos presos en cárceles durante
años sin que se les tome en cuenta el debido proceso de ley ni puedan pagar la fianza
correspondiente.
Acción colectiva para el empoderamiento
“Frente a la disyuntiva de ensayar una imagen caracterizadora de
las relaciones inter-étnicas en el barrio estudiado, más que una
imagen de rivales en el barrio, o de vecinos y solidarios, cabría la
imagen de vecinos y extraños”. Báez Evertsz (2001).
¿De las cosas qué tienen en común los inmigrantes, que podría servir para lograr su
empoderamiento? Como sucede con los inmigrantes económicos en todas partes, la
motivación es individual (trabajar para apoyar a sus familias). Sin embargo, los
inmigrantes haitianos se relacionan de diversas maneras.
16
Relaciones y tensiones
En primer lugar, comparten una identidad común como haitianos/as, ya que traen consigo
una cultura fuerte que los distingue. Por supuesto, están orgullosos de ser haitianos (y
casi todos los nuevos inmigrantes esperan poder regresar a vivir a su país). Su visión de
los problemas actuales en Haití es que esperan un mejoramiento en el futuro. Esta
dimensión ideológica es importante porque, como varios entrevistados nos comunicaron,
ayuda a enfrentar el miedo y la pasividad frente a la discriminación y el abuso. Los
inmigrantes saben perfectamente que se les discriminan y quiénes son los responsables
de ello. Y, si la coyuntura lo permite, lucharían en contra de eso.
Empero, hay tensiones y conflictos dentro de la comunidad haitiana. La comunidad no es
homogénea ni armónica. Varias personas señalaron que, sobre todo en tiempos
recientes, los inmigrantes están llegando con los problemas políticos y sociales que Haití
está enfrentando. Algunos inmigrantes han estado implicados en delitos y violencia en la
sociedad haitiana, y entran en la sociedad dominicana que está experimentando también
una ola de criminalidad que, como por el otro lado de la frontera, está plagada por el
narcotráfico. Hay también un factor generacional en que inmigrantes jóvenes, y los niños
de inmigrantes establecidos, están influenciados por la cultura nihilística y violenta que
viene de los Estados Unidos de América y que, en su forma negativa, se conoce en
República Dominicana como el “tigueraje”.
A pesar de estas diferencias y tensiones, hay muchas maneras en que los inmigrantes se
ayudan uno/a a otro/a. Por un lado, cabe resaltar los lazos familiares, redes de amigos, y
vínculos entre personas que vienen de una misma localidad en Haití. Estos vínculos
sirven de apoyo cuando el migrante tiene problemas y hacen las veces de redes de
información para consejos y contactos durante el proceso migratorio.
La Iglesia
Por otro lado, las congregaciones religiosas son importantes, sobre todo las iglesias
protestantes y evangélicas. La Iglesia Católica dominicana tiene menos éxito en atraer a
haitianos católicos para asistir a misa, salvo en casos donde el párroco tiene la vocación
de acoger a haitianos en igualdad de condiciones que los dominicanos. Infelizmente son
posiblemente la minoría (pero cuyos aportes son sobresalientes) en una iglesia con un
record de rechazo a inmigrantes haitianos o por lo menos una actitud “fría” hacia ellos. En
cambio, los pastores de las iglesias evangélicas son muchas veces haitianos, y se
involucran en los problemas enfrentados por los inmigrantes. No es sorprendente que
estos últimos estén atrayendo a nuevos feligreses.
Asociaciones locales y red de asociaciones
Por otra parte, es sorprendente la cantidad de asociaciones locales de inmigrantes
haitianos que existen. Son grupos establecidos mediante los esfuerzos autónomos de los
inmigrantes y más allá de las organizaciones facilitadas por los/as promotores/as de las
ONG. Están en todos los lugares del país: En Santo Domingo, el Este, el Sur, y en otras
regiones incluyendo Samaná y Puerto Plata.
No hemos podido palpar la existencia de tales asociaciones en Santiago pero
sospechamos que allí también existen. En general, parece que los inmigrantes están cada
17
vez más organizados y activos. En gran parte puede ser una respuesta a la reciente ola
de agresión en contra de la comunidad haitiana. Aseveraciones de parte de dirigentes
políticos y de algunos medios sobre la necesidad de deportar todos los haitianos
indocumentados han causado mucho temor y los inmigrantes están reaccionando.
Como es de esperarse, estas asociaciones autónomas son muy diferentes en cuanto a su
membresía y efectividad. Algunos grupos son vehículos para los intereses de unos pocos
individuos, otros son relativamente inactivos. Pero el hecho de que existen es importante,
y lo es también la decisión reciente de doce asociaciones en Santo Domingo de
establecer una red o federación de asociaciones de inmigrantes.
Los/las Promotores/as
Hay que resaltar el trabajo de empoderamiento efectuado por los/as promotores/as de
programas comunitarios. Es el resultado de años y en varios casos, décadas de
empoderamiento de inmigrantes y dominicanos/as de ascendencia haitiana en el contexto
de las comunidades (mayormente mixtas, con dominicanos y haitianos) donde viven.
Veremos luego la forma en que esa base de organización rural y urbana puede incidir en
el empoderamiento a los inmigrantes haitianos en el país.
Otro campo de empoderamiento de inmigrantes es en el lugar de trabajo. Es el área más
importante porque es donde sectores claves de la economía dominicana, y en
consecuencia la riqueza y el estatus de un sector de la oligarquía rica y poderosa,
depende del trabajo de los inmigrantes. Cualquier amenaza de retiro de la mano de obra
inmigrante, provoca una reacción poderosa de la elite.
Dependencia
Desde luego es por eso que el interés de los negocios implicados es el de mantener a sus
trabajadores en una posición débil (sin documentos o parcialmente documentados,
sujetos a posibles deportaciones, y con el miedo de perder su trabajo). Sin embargo, su
dependencia sobre la mano de obra inmigrante quiere decir que los trabajadores
migrantes tienen mucho potencial negociador.
Las entrevistas revelaron ejemplos de trabajo exitoso con inmigrantes en el área de
conflictos laborales y desalojos ilegales, donde abogados/as han ayudado a obtener
sentencias y arreglos que favorecen a los/as trabajadores/as. Se hace mucho trabajo
también en educación sobre los derechos de trabajadores en el marco del código laboral
no-discriminatorio del país. La efectividad en educación legal depende del acceso a la
justicia de los/as beneficiarios/as. De ahí la importancia que tiene el alcance de las redes
de promotores/as legales.
Los sindicatos de trabajadores en la República Dominicana son muy débiles y enfrentan
retos significativos, tanto por la naturaleza de la fuerza de trabajo (40% de los y las
trabajadores/as en el país están en el sector informal y, por lo tanto, fuera del alcance de
la legislación laboral) que por los cambios políticos y el fracaso histórico del movimiento
sindical. Sin embargo, hay potencial para la organización de trabajadores/as migrantes en
el futuro. Este se vislumbra en lo que ha sido el movimiento Chicano en California, que se
construyó tras décadas de promoción local paciente y difícil de parte de los organizadores
laborales y de los movimientos de defensa de derechos humanos.
18
II. Negación de los derechos de los inmigrantes haitianos y papel del
movimiento de defensa de derechos humanos
“No conocemos en el país ningún monumento, tarja, galería de museo, o
conmemoración gubernamental de ningún tipo en reconocimiento a los
cientos de miles de trabajadores haitianos que jugaron un papel
fundamental en la creación y mantenimiento de la industria azucarera,
espina dorsal de la riqueza de la República Dominicana durante 70 años”.
Wooding, B. y Moseley-Williams, R.(2004).
A pesar de los cambios en la naturaleza de la migración haitiana desde los años 80 y el
progreso efectuado por el movimiento de derechos humanos, se ha visto una continuidad
en el viejo patrón de explotación. El motivo es mantener marginados a los inmigrantes de
manera que pueden proveer mano de obra barata y dócil.
¿Ha disminuido la necesidad de mano de obra inmigrante con los cambios en la
economía dominicana tales como diversificación, mecanización, y modernización
industriales? No. En grandes áreas de la economía “moderna”, como las zonas francas, la
industria turística, las nuevas plantaciones agrícolas, y la construcción, los/as haitianos
son tan explotados como en los ingenios rurales y en las fincas tradicionales. No es cierto
que el desarrollo económico reduzca la necesidad de mano de obra barata. Es de
destacar el mercado grande (y creciente) para trabajadores migrantes de bajos ingresos
en las economías más modernas como las de los Estados Unidos de América y la Unión
Europea.
Desamparo
Los haitianos y haitianas se encuentran desamparados/as, algo que no ha cambiado de
forma significativa. Esto se debe a una combinación de los factores siguientes:
• discriminación en el lugar de trabajo;
• discriminación y violaciones de derechos humanos de parte del Estado (un
sistema judicial discriminatorio incluyendo la Junta Central Electoral, la negación
de acceso a servicios de salud y de educación, abusos de parte de las autoridades
migratorias y de la policía, sobre todo deportaciones irregulares);
• discriminación social (actitudes públicas y prejuicios, aseveraciones oficiales, una
imagen negativa de los/las haitianos/as y el problema fronterizo enfocado ad
nauseam por los medios de comunicación);
• uso político del anti-haitianismo y el racismo.
Negocio, fraude y corrupción
Si es verdad que el modelo de desamparo de los inmigrantes no ha cambiado, hay
algunos nuevos elementos a considerar. Uno de éstos es la corrupción, o mejor dicho el
alcance y la escala de la corrupción, porque siempre ha existido fraude y abuso en el trato
a los inmigrantes haitianos.
19
Hoy en día, la nueva inmigración se da en el contexto de la nueva corrupción. Defraudan
a los inmigrantes de nuevas maneras. Se nos ha comentado muchas veces que “la
migración es un negocio, a todos los niveles”. Hay un ejemplo de un oficial en las Fuerzas
Armadas cuyos negocios incluye un servicio de guagua desde Elías Piña a Santo
Domingo para supuestos “deportados” capturados por oficiales de Migración en la capital,
transportados por ellos a la frontera y entregados al Coronel, que cobra 1,500 pesos para
cada persona (o sea más de diez veces la tarifa normal) para devolverles en su autobús a
Santo Domingo. Si no pagan, se deportan.
En segundo lugar, y más preocupante para el futuro, es el hecho de que se está
confundiendo el asunto migratorio con el asunto mucho más serio de crímenes
organizados y transfronterizos. Hay mafias de narcotraficantes, comerciantes ilegales de
armas, traficantes de migrantes no-haitianos que están tratando de llegar a los Estados
Unidos de América a través de la República Dominicana, y los organizadores de
operaciones de contrabando a gran escala que han reemplazado a la corrupción menor
de antes (macuteo de parte de oficiales de migración y aduana en la frontera, y
contrabando en menor escala de parte de pequeños comerciantes) como el problema
principal del Estado de derecho en la frontera.
El peligro es que el enfoque público sobre la migración haitiana como el problema mayor
de la frontera no va a dar en el blanco y, al contrario, aumentará el sufrimiento de gente
inocente. Un enfoque de campañas debe de ser la separación del manejo de delitos y el
control de la migración, como se distingue en los Estados Unidos de América donde la
policía entiende que si enajena a la comunidad inmigrante indocumentada, no va a recibir
cooperación para dar con los verdaderos criminales del “bajo mundo” (“underworld”).
Cambios y retos
Sin embargo, los cambios experimentados en la última década han tenido efectos
positivos. Han sido mayormente consecuencia de cuanto sigue:
• el ambiente internacional, donde hay un compromiso más fuerte de la ONU y los
gobiernos de la región de cara a los derechos humanos de migrantes, de manera
que hay más presiones para el Gobierno dominicano;
• el interés de los gobiernos de turno de cada uno de los tres partidos políticos
principales desde 1993 en mantener buenas relaciones con Haití, sobre todo
porque Haití es actualmente el segundo interlocutor comercial más importante, y
• los cambios que ha podido efectuar el movimiento de derechos humanos en la
República Dominicana.
Tres son los retos que requieren de un mayor esfuerzo para poder ser enfrentados.
Primero, la necesidad de confrontar y aislar la influencia de los llamados nacionalistas,
sus aliados y gente afín en el Estado, los medios de comunicación y los partidos políticos.
Hay una prioridad urgente hoy cuando estamos constatando un nuevo brote de racismo
en los medios y de parte de ciertos dirigentes políticos de segundo nivel, incluyendo, y
como causa de preocupación, algunos miembros del Congreso Nacional que representan
el partido de Peña Gómez. La crisis actual en dos de los tres partidos políticos principales
ha dado un terreno fértil para el uso político de sentimientos utilizados en contra de los
inmigrantes haitianos.
20
El segundo reto es cómo tener más influencia en los niveles de toma de decisiones, en un
sistema político muy centralizado y de clientela que, salvo en momentos de campaña
electoral, margina al público. Esto se relaciona con la importancia que toma el acceso a
los medios masivos de comunicación, que influyen en la toma de decisiones y en la
opinión pública. Esta reflexión es pertinente también en lo que se refiere a la manera en
que se aprobó y promulgó la nueva ley de migración de agosto del 2004.
El tercer campo prioritario para incidencia es el del sistema judicial. Se ha señalado a
menudo que el país tiene leyes no-discriminatorias, y el problema es que no se apliquen
porque los intereses lesionados pueden evitar sanciones al bloquear el proceso legal en
los tribunales y cortes judiciales. La política del conflicto de intereses se encaja en el
marco del sistema legal en que los principales actores son abogados y abogadas.
Veamos ahora el papel de los dominicanos de ascendencia haitiana en el
empoderamiento a los inmigrantes haitianos.
III. Los dominicanos y dominicanas de origen haitiano
“Mientras se acepta como un hecho indiscutible que la generalidad de la
población haitiana practica el vudú, la mayoría de la población dominicana
de ascendencia haitiana encuestada señaló que no participa en
ceremonias vudú”. Silié, Segura y Dore Cabral (2002).
Para los fines de este estudio, los/as dominicanos/as de ascendencia haitiana son tan
importantes como los inmigrantes haitianos. Se les discrimina por la misma causa que
explica la discriminación contra los inmigrantes, pero además, juegan un papel importante
en la lucha contra el racismo y el anti-haitianismo.
De las personas entrevistadas, a pocas gusta el término “dominico-haitiano”. Como opinó
un entrevistado, los dominicanos de ascendencia haitiana “son dominicanos”. No
obstante, hay otros puntos de vista en el debate sobre la identidad de este grupo.
¿Quiénes son éstos dominicanos? Varios puntos relevantes se destacan de la literatura
académica sobre los descendientes de los inmigrantes. No es sorprendente que es un
grupo muy diverso porque está conformado por los hijos de inmigrantes que se asentaron
en el país y se encontraron en la sociedad dominicana, especialmente después de la
crisis de la industria azucarera y la migración de jóvenes fuera de los bateyes.
La importancia del contexto de los bateyes. Estas personas que se quedaron en los
bateyes o en regiones como el este y el suroeste donde se quedaron en contacto con los
bateyes, son más propensos a retener una identidad fuerte y dual. En otros lugares, como
dentro de las ciudades, la identidad (y por ejemplo el uso de Kreyól) parece ser más débil.
Es aún más débil o desaparece del todo en la tercera generación y generaciones
siguientes.
Indocumentados
21
Según el profesor Rubén Silié, los hijos de migrantes haitianos están asimilándose en la
sociedad dominicana más rápidamente que los hijos de inmigrantes de otras
nacionalidades. Señala, además, que la cantidad de dominicanos de ascendencia haitiana
que no tienen un acta de nacimiento dominicana o una cédula es menor de lo que se
piensa. Se han adquirido estos documentos a través de canales normales o mediante
matrimonios mixtos en que uno de los padres es dominicano, o (muy a menudo) a través
de medios informales.
Sin embargo, existen decenas de miles de niños a quienes se les niegan el derecho a la
nacionalidad dominicana, pero no cientos de miles. Dicho esto, el peligro es que la
campaña actual de la Junta Central Electoral de negar de manera sistemática las actas de
nacimiento dominicanas, incremente el número de indocumentados de ascendencia
haitiana.
Un club dominico-haitiano
Un grupo diferente lo constituyen estas personas que tienen ascendencia haitiana más
lejana pero que mantienen un interés en Haití y la cultura haitiana. En este grupo se
encuentran profesionales ricos y de peso y gente de negocios quienes, aunque no
dispuestos a asociarse con las ONG porque lucen demasiado radicales, han expresado
un interés en establecer por ejemplo un club para estas personas con conexiones
haitianas. Esto sigue el ejemplo de clubes y asociaciones establecidos por inmigrantes de
otra nacionalidad.
Es menester llegar a ciertas conclusiones acerca de la importancia estratégica de los
dominicanos de ascendencia haitiana.
Derecho a la nacionalidad
Primeramente, la campaña por el derecho a la nacionalidad dominicana debe de seguir
como alta prioridad. Si se pierde esta batalla, el costo humanitario será incalculable y será
un retroceso en la campaña por los derechos de los inmigrantes. En esta óptica, la nueva
ley de migración de agosto de 2004, de ser aplicada, representaría un obstáculo mayor
que hay que seguir desafiando.
En segundo lugar, existe más potencial para los dominicanos de origen haitiano facilitar el
empoderamiento de inmigrantes y efectuar el vínculo con dominicanos en situaciones
semejantes. Entre los/as promotores/as de las ONG hay cuadros excelentes que podrían
jugar un papel más amplio, más allá del alcance de los proyectos actuales, por ejemplo en
intercambio de experiencias, capacitación de nuevas ONG, y apoyo a asociaciones de
inmigrantes.
22
Puente
En tercer lugar, la identidad dual de esos dominicanos podría facilitar y estrechar los lazos
con la sociedad civil y las ONG en Haití, sirviendo como un puente entre los dos países.
Hasta la fecha se han hecho exitosas conexiones con Haití, pero han involucrado un
número relativamente pequeño de directores de ONG. Se podría contemplar el
intercambio de personas a otros niveles.
Cuarto, hay que monitorear y apoyar de manera apropiada los pasos recientes e
incipientes de gente rica o de peso de ascendencia haitiana para establecer un club o
asociación
Incidencia
Por último, se necesita una estrategia de comunicaciones y educación pública para poder
incidir y enfrentar el desconocimiento amplio y los prejuicios que existen en cuanto a los
dominicanos de ascendencia haitiana. Debe de haber un mensaje menos ambiguo que el
que se transmite con el uso del término “Dominico-Haitiano”, que conduce el público a
creer que tales dominicanos son haitianos disfrazados y no es así.
23
Conclusiones
Estrategia única de apoyo
En lo que se refiere a la temática de la migración, debe existir una estrategia única y
amplia que contemple a los dos países Las estrategias que se adopten para cada uno de
los dos países serían parte de una estrategia más amplia, aunque necesariamente
tendrían que dirigirse a asuntos específicos de cada país.
La estrategia debe incluir a los derechos humanos pero también ir más allá. Hay que
tener la capacidad para entrar en el debate acerca de la temática más amplia de la
migración, sus causas, efectos y beneficios así como las implicaciones para las políticas
públicas y campañas. Se deben conseguir recursos para eso. En esta relación es vital
que se aproveche al máximo la encuesta OIM/FLACSO (2004), profundizando el
aprendizaje de esta investigación para poder influir en los decidores a alto nivel.
Hay que explorar las oportunidades para ayudar a migrantes potenciales a tomar
decisiones sobre la base de más información en relación con sus planes de migración, por
ejemplo un servicio de consejos y apoyo a migrantes y, por otra parte, la mejor manera de
encarar el tema de la migración forzada.
Es necesario acordar objetivos para fortalecer los vínculos entre los dos países según la
estrategia general de incidencia. Hay que tener cada vez más intercambio fluido entre
especialistas (por ejemplo, promotores/as) así como reuniones entre los directores de
ONG.
Influencia política
En general, hay que tener en cuenta y construir sobre la base de los logros de las ONG y
el movimiento de derechos humanos en la última década. Es necesario hacerlo mediante
el aprendizaje de las experiencias del pasado, potenciando las fortalezas y confrontando
las debilidades. Sin embargo, el reto principal es el de lograr tener más influencia política
al nivel nacional, construyendo sobre la base de las “mejores prácticas” a nivel local y
regional. Cambios favorables a nivel político y de política tienen mucho más posibilidades
de lograr más empoderamiento de inmigrantes y sus descendientes dominicanos que
cientos de proyectos para empoderar a inmigrantes a nivel local. Hacen falta ambas
estrategias, pero actualmente hay un desequilibrio.
El enfoque nacional es necesario también porque los inmigrantes haitianos se encuentran
en todo el país. Hay que evitar la dispersión, pero hace falta una presencia en áreas de
turismo del Norte y del Este donde el objetivo será el de desarrollar un posicionamiento
sobre el uso de trabajadores/as migrantes de parte de la industria del turismo, y ayudar
también a los migrantes a empoderarse.
Si se pretende aumentar la influencia política de las ONG, hay que emprender algunos
pasos. En primer lugar, hay que tener una mayor competencia, capacidad y disponibilidad
para entrar en los debates y presentar argumentos bien fundados. Es decir, ubicar a los
derechos humanos en el contexto más amplio de la temática de las migraciones. Se
24
podrían construir nuevas competencias y capacidades a incluir en el proyecto o,
alternativamente, se podría contemplar una alianza estratégica con un instituto de
investigación.
Asesoría legal
Destacamos la importancia del trabajo legal como un componente clave de incidencia. En
el pasado, los/as abogados/as han tenido una sobrecarga de trabajo, en parte porque
tienen su propios bufetes, u otro trabajo (por ejemplo, ser director/a de una ONG), y se
requieren más recursos humanos. Se necesita tener más especialización también. Los
talentos y la experiencia requeridos para tratar asuntos de derechos humanos a nivel local
con promotores/as legales son diferentes a los que se requiere para defender un caso en
el Congreso o en la Suprema Corte de Justicia. Hay que armonizar el trabajo legal con la
estrategia de incidencia para enfocar el trabajo y evitar la dispersión.
Mayor comunicación
Es necesario avanzar en el logro de una mayor comunicación para fines de tener
influencia. La respuesta consistiría en una estrategia de comunicaciones para respaldar la
estrategia de incidencia, capacidad y competencia más especializadas. Los periódicos,
ampliamente leídos aquí, la televisión y radio son donde se lleva a cabo el debate político
cotidiano y están abiertos a aportes de grupos de derechos humanos.
Las ONG y los grupos de derechos humanos tienen una cobertura bastante buena en
ciertas regiones pero hace falta más presencia en el Cibao.
Se ha hecho progreso en coordinación y redes pero podría haber mejor intercambio y
aprendizaje entre las ONG a través del país, así como solidaridad y apoyo cuando una
ONG pueda tener problemas puntuales.
Hay que entender y tomar en cuenta mejor el contexto internacional. Se han tomado
pasos hacia eso (el establecimiento de la Mesa Nacional para las Migraciones) pero la
política internacional de las migraciones y derechos humanos está cambiando a un ritmo
veloz, que hay que monitorear con miras a detectar oportunidades para obtener apoyo
para los objetivos del Proyecto.
Red de asociaciones y club dominico-haitiano
Es necesario apoyar el potencial de los inmigrantes como actores políticos al ayudar las
asociaciones de migrantes a constituirse en redes, en correspondencia con una estrategia
a largo plazo. Esto es igualmente válido para el grupo de dominicanos de origen haitiano,
que debe ser explorado como un puente potencial tanto hacia la sociedad civil haitiana
como hacia la formación de un club o asociación de personas de peso y con cierta
influencia.
25
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27
ANEXO 1
Cuestionario
1. ¿Hasta qué punto entienden los inmigrantes haitianos su inserción en la sociedad dominicana? ¿Desde el
punto de vista de los derechos humanos, conocen sus derechos y las obligaciones del Estado dominicano
frente a ellos?
2. ¿Dónde buscan apoyo, ayuda, consejos, contactos, recomendaciones? ¿Están dispuestos a acudir donde
algún promotor legal que los asista?
3. ¿Existen vínculos entre los inmigrantes haitianos y los grupos comunitarios dominicanos?
4. ¿Cuál es la diferencia entre un haitiano y un dominicano pobre?
5. ¿Qué opina respecto al término de “Domínico-Haitiano”?
P e r s o n a s e n t r e v is t a d a s
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Hilda Peña. Coordinadora de la “Red Binacional Jano Siksé para la Promoción y Defensa de los
Derechos Humanos” (RBJS). Zona Norte RD.
Alexis Alfonso. Coordinador de la “Red Binacional Jano Siksé para la Promoción y Defensa de los
Derechos Humanos” (RBJS). Zona Norte de Haití.
Antonio Pol Emil. Director del Centro Cultural Domínico-Haitiano (CCDH).
Américo Badillo Veiga. Autor del estudio “De este lado de la frontera”. ONE RESPE.
Rafael Emilio Yunén. Director del Centro León. Santiago de los Caballeros.
Padre Regino Martínez Bretón, SJ. Director de “Solidaridad Fronteriza”. SJRM. Dajabón.
Eufemia Estévez. Secretaria General de la “Asociación de Mujeres La Nueva Esperanza”
(ASOMUNEDA). Dajabón.
José Aníbal de la Rosa (gerente) y Cayetano Francisco Cordero (presidente). Confederación Agrícola
Unión Campesina Autónoma, Inc. (CA-UCA).
Nidia Victoria. Directora del Programa de Niñas/os, Jóvenes y Adolescentes Trabajadoras/es.
Hermanas Juanistas. Ouanaminthe.
Alejandro Robles, Jonathan Baró y Angélica López. Promotor de los Derechos Humanos; Encargado
de Comunicación e Incidencia; y de Derechos Humanos de Solidaridad Fronteriza (SF). Dajabón.
Pepe Jean Gétro. Abogado y Promotor Legal de SF. Dajabón.
Pedro Ubiera. Director del Centro Dominicano de Asesoría e Investigaciones Legales (CEDAIL).
Conferencia del Episcopado Dominicano.
William Charpantier. Encargado de Planificación y Proyectos. Departamento Legal y de Derechos
Humanos. Movimiento Socio-Cultural de Trabajadores Haitianos (MOSCTHA).
Guy Alexandre. Ex Embajador de Haití en República Dominicana.
Eduardo Saint-Jean. Encargado de Asuntos de Inmigrantes. Departamento de Educación. CEDAIL.
Violeta Pérez, Felimón Rodríguez, Cándida Detén, Luis Lafleur, Vicente de Jesús, Isidro Nega y
Matías López. Promotores CCDH. San Pedro de Macorís.
Pedro Cuevas, Vladimir Jojo, Sucre Alcántara, Alejandrina Pérez, Mercedes Andujar. Leovigildo
Pineda, Patrick Saintin. Pastoral Haitiana, Plataforma Vida, CEDAIL, Grupo Lemba, CEAJURI, Iglesia
Episcopal. Barahona.
Padre Pedro Ruquoy. Batey 5, Distrito Municipal del Palmar, Neyba. Provincia Bahoruco.
Denis Régis. “Centre d’Etudes Diplomatiques et Internacionales (CEDI). Director. Port-au- Prince.
Gesner Nelson. Académie des relations Internacionales des Sciences du Travail, du Tourisme et de
l’Environnement. Director. Cabo Haitiano.
Diocles Clerméus. Collectif Nord pour une Nouvelle Haiti (CONNHA).
Jocely Pierre (alias Bazelais). Ouanaminthe.
Keny Castra y Boselin Joazard. Association des Commercants de Ouanaminthe (ASCOMO).
José Núñez SJ, Director del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM).
Emmanuel Fermin, Kinner Terminor y Duclas Terminor. Regwopman Ayisyen de Las Terrenas, R. D.
Rev. Pierre Philippe, Rev. Wilfredo Noel, Rev. Jean B. Abner.
Grupo de Pastores
Interdenominacionales, Inc. (GPI).
Sonia Solange Pierre. Directora del Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas, Inc. (MUDHA).
Inoelia Remi. Directora Asociación Pro-Desarrollo de la Mujer y Medio Ambiente, Inc. (APRODEMA).
Wilfredo Lozano. Director Ejecutivo del Centro de Investigaciones y Estudios Sociales (CIES). Ex
Secretario General de FLACSO.
Franc Báez Evertsz. Director del Instituto Investigaciones Socio Económicas (INISE). UASD.
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ANEXO 2
Síntesis Analítica de Entrevistas
Cambios
Se han experimentado cambios en la migración; ahora hay más inmigrantes de procedencia
urbana que antes; no son totalmente analfabetas y se ha incrementado el número de mujeres
inmigrantes. Cuando el inmigrante llega a las comunidades, recibe la orientación del promotor legal
sobre el país, sus derechos y conducta a llevar a cabo en caso de abuso. Este sistema de
promotores ha impactado en la migración, creando mayor confianza en los inmigrantes respecto al
conocimiento de sus derechos, información y resolución de conflictos.
Los inmigrantes que vienen al país por vez primera buscan trabajo, educación, capacitación y
asistencia a cursos técnicos. En ese mismo orden, la mayor necesidad lo constituye una vivienda;
para poder orientarse y comer.
Un club de dominicanos de origen haitiano
La visión del proyecto con la FLM es política y envuelve a los inmigrantes y a los dominicanos de
origen haitiano. Es necesario entender que hay diferentes grupos étnicos y diversos actores
sociales. Debería hacerse un club de domínico-haitianos, o encontrar algún otro mecanismo de
negociación, con acciones de toma de conciencia sobre el voto.
Empoderar al inmigrante haitiano requiere salir de los esquemas existentes en nuestras
instituciones y buscar un espacio o actividad que beneficie e interese a los inmigrantes, con gente
clave que se aglutine. Hay que trabajar la parte promocional y sacar la cabeza diciendo cuales son
de origen haitiano entre los artistas (Rubby Pérez, Michel, etc.) y entre los políticos, si los hubiere
(Vg. Diputado del PLD). De ahí que sea necesario buscar una estrategia de organización de los
inmigrantes; y si no existe, crearla.
Hay que ponerse de acuerdo en la forma que hay que dar a esa nueva organización. Si por
ejemplo, se defienden los derechos de los que trabajan por ajuste, de los vendedores ambulantes y
de los trabajadores en sentido general, los sectores empleadores dejarán los abusos. Verán a los
trabajadores como parte de la producción y no como un estorbo al que se sobre explota;
respetando los derechos laborales, obtendrá un producto óptimo en épocas de la calidad total.
El empoderamiento tiene mucho que ver en que esa gente (los empleadores) reconozca el derecho
de los otros (los trabajadores).
Inmigrantes jóvenes
Por otra parte, el deterioro cada vez mayor de la economía haitiana y el boicot económico han
afectado las condiciones de vida de sectores de clase media y otros estratos de la pequeña
burguesía a tal punto que los obliga a salir. Esa población, mayormente jóvenes escolarizados está
en mejores condiciones de saber lo que hay.
Las críticas a las organizaciones que trabajan con los inmigrantes, incluso con domínico-haitianos,
forman parte de los procesos de identidad y de búsqueda de afirmación social. Hay debilidad pero
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también progreso. Y un liderazgo que es algo sano y valioso. Por ejemplo, el CCDH tiene un
liderazgo más político con jóvenes muy capaces.
La gente de ascendencia haitiana obliga a la “inteligencia” dominicana a ver las cosas como son.
Hay que trabajar más ese liderazgo, puede ser esa la muestra de empoderamiento. Por ejemplo, el
rechazo a Sonia Pierre ha disminuido y ahora se le reconoce un espacio.
Habrá elementos favorables al empoderamiento en la medida en que la sociedad dominicana
acepte el componente de presencia extranjera; negros que vienen de aquí al lado y que hay que
darles un espacio. Una franja muy grande de la población dominicana todavía no entiende eso: que
hay un derecho a reclamar.
Hay que hacer un trabajo de organización e incidencia con relación a esos compañeros y encontrar
interlocutores en Haití, que dicho sea de paso, tienen necesidad de crecer para poder reclamar a
los dominicanos.
La diáspora dominicana
Hace falta una estrategia de solidaridad con otros inmigrantes, en que se explore la sensibilidad de
la diáspora dominicana. Otro punto son los medios de comunicación y la necesidad de identificar a
periodistas que puedan ayudar a comprender el tema de la inmigración. Insistiendo en la diáspora
que tenemos nosotros y la importancia de las remesas o la inserción de los dominicanos en
Estados Unidos, La Florida, en particular, y en España. Es necesario vincular esos procesos allá
con las luchas acá. No se trata sólo de un elemento de debate académico, sino que debe llegar a
barrios y campos.
La ingobernabilidad permanente de los últimos años en Haití, afecta más la conciencia respecto al
país de acogida de los inmigrantes. Por ejemplo, la imposibilidad de ubicarse respecto a temas de
referencia en sus proyectos personales, como los hijos, origina mucho desencanto.
La primera actividad de la Comisión presidencial del bicentenario de la independencia haitiana
reunió en asamblea a 800 personas en una especie de foro Inter. Municipal para el intercambio de
los problemas y la visión del porvenir del país a partir de un espacio municipal o comunal. Ahí se
vio la determinación de los participantes de trabajar para que el país salga de la crisis y de las
condiciones para afrontarla. Aquí, lo mismo, una amplia tendencia al desencanto.
En relación a los “Dominico-Haitianos”, la fórmula no es adecuada. Asumen la parte haitiana de su
identidad. Deben insertarse en la sociedad dominicana. Ahora es más cómodo hablar de dominicohaitianos. Tienen un papel importante en cuanto a la acogida de los inmigrantes haitianos y un
posible papel en la ayuda dominicana para que Haití salga de la crisis. Como pasa con los
estadounidenses de origen haitiano, pueden ayudar y contribuir con el necesario proceso de
diálogo en Haití.
Ilegales y particulares
Es preocupante la condición de ilegalidad de los inmigrantes haitianos en el país y de sus
descendientes. Además, debemos tomar en cuenta la particularidad de los haitianos, que son
gente que aman a su país, a su patria, como evidencian muchas canciones y poemas que cantan
al “Haití cherie”. Esta situación, que constituye un obstáculo para la inserción, se ve agravada por
otro factor, es decir, la no aceptación por la sociedad dominicana. De ahí que si encontraran otro
lugar, partirían.
Lo más eficaz es el trabajo en redes, que aunque las personas se muevan, siempre encuentren
una institución que las apoyen. No van directamente donde un promotor legal por lo que el peso de
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las iglesias es básico tanto allá como aquí. Lo importante es un trabajo conjunto y no por separado,
por lo que hay que buscar cosas de interés común, que beneficien a la comunidad en su conjunto.
Por ejemplo, el micro crédito.
El tema de los derechos humanos no tiene interés común pues los dominicanos no viven el
problema de la falta de documentación y la ilegalidad migratoria.
El término de domínico-haitiano no está contemplado por la ley pero no le veo nada malo. Es
necesario contribuir a que ellos asuman su papel como dominicanos sin renunciar a su origen, que
se definan y que se trabaje en su autoestima.
“Trabajar con los/as inmigrantes es ocuparse, sobre todo, de su acogida e
incorporación, de la defensa de sus derechos”. A. Badillo (1998).
En tanto que haitiano, las propuestas de empoderarse son pocas. En cambio, los DomínicoHaitianos si pueden favorecer la situación de los inmigrantes en la medida que asuman que son
dominicanos pero con un pasado haitiano que se refleja en su identidad cultural. Integrase es
perder un poco.
Acogida
En la participación pueden encontrarse vías de empoderamiento. No con una visión de lucha o de
reivindicaciones, sino más bien de acogida o de convivencia.
Por ejemplo, las escuelas comunitarias ofrecen modelos de convivencia, conocimiento y cambio de
actitudes. Entonces, el empoderamiento no debiera limitarse a exigir derechos, puesto que yo soy
dominicano y no los tengo.
Si no se regulariza, la situación del inmigrante sigue siendo muy vulnerable. De ahí la importancia
que cobra el tema de la acogida y la convivencia. Compartimos pues se trata de mi vecino. Para
algunos, la convivencia entre haitianos y dominicanos es insólita.
Pero está por otro lado el poder económico y la dependencia de muchos empleadores en terceros
que sirven de agentes o tratantes, en una relación que les beneficia, como en el caso de la
construcción. Con todo ello, se percibe un aumento de la participación de los inmigrantes en las
iglesias, con algunas personas que poseen motores y con mayor estabilidad para poder invertir
aquí.
La ONG que trabaje en este sentido (del empoderamiento) debiera buscar una identificación con
un estrato de poder dominicano, de manera que sea conocida, abierta, sonora, visitada y con una
imagen rápidamente aceptada por la sociedad dominicana; que tenga un perfil de respeto,
seriedad y apertura. Una organización de ese tipo debiera contribuir a destruir los mitos existentes
a través de una serie de propagandas.
Estrategia de comunicación
Se necesita pues una estrategia de comunicación en que se den a conocer historias de vida de los
inmigrantes, puesto que la gente se acerca más al otro cuando conoce su evolución.
Tenemos una sociedad intolerante y discriminatoria con sus propios miembros, que arrastra
muchos lastres. De ahí que exista la necesidad de que en la relación entre la República
Dominicana y Haití se resalten los casos más normales de la misma. Por ejemplo, desde la
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geopolítica, la existencia de los espacios haitiano y dominicano. O desde un marco intelectual, la
aproximación entre grupos haitianos y grupos dominicanos emprendida por Guy Alexandre.
Los dominicanos deben aceptar el papel que desempeñan a la vez que debe evitarse una imagen
de complacencia ante los haitianos, para que no se reproduzca el conflicto.
La falta de información
Los inmigrantes que vienen por primera vez al país necesitan orientación respecto a los tipos de
trabajo (agrícola, doméstico). Desconocen los derechos del Estado dominicano con ellos. Si se
enferman van al hospital y muchas veces tienen que pagar para ser atendidos. Tienen miedo a
todo. La mayor necesidad del que viene es la de información u orientación. Hay mucha falta de
información, malquerencias y propagandas.
Los inmigrantes haitianos buscan información con la gente que trafica (“passeurs”, “pote” “mulas” o
“coyotes”) que obtienen un pingüe beneficio y los engañan. Extorsiona a los haitianos de forma
autoritaria y abusiva; eso no debe ser, por lo que es necesario que se fortalezcan las reglas
fronterizas. No hay una patrulla fronteriza especializada.
Por otro lado, el comercio pudiese ser más fructífero si existiera un marco legal que estimulara el
respeto mutuo.
En fin, la ley 28-01 sobre desarrollo fronterizo es la única legislación que trata de favorecer la
frontera. Esta ley contribuye también al fortalecimiento de las relaciones con Haití pues ofrece
mejores oportunidades de trabajo allá y fuentes de trabajo aquí. Esa ley podría ser reformulada
pues aquí sólo contribuye con la mejoría en las fuentes de empleo.
Generalmente, estos inmigrantes buscan alguien que les haga el contacto aquí; pocas veces
tienen vínculos familiares y muchos vienen sin tener contacto alguno, sin conocer a nadie, tal vez
con alguna dirección.
La relación entre el haitiano y el patrón (dominicano) consiste en que ese haitiano sirve de
intermediario, busca a otros haitianos para el trabajo, y se aprovecha. En Dajabón, la mayoría de
las domésticas son haitianas que van y vienen. No es que se confíe más en las haitianas sino que
se les paga menos y a veces ni les pagan.
Respecto a la unidad entre haitianos y dominicanos y las diferencias que puedan existir entre
ambos hay mucho de mito. En la zona fronteriza, si eres dominicano vales más y, si además de ser
haitiana eres mujer, peor aún.
Por otra parte, la organización de los obreros en el Noroeste, en particular el municipio de
Guayubín, requerirá de una federación que los agrupe.
La casa donde viven los obreros cuesta 200 pesos mensuales, pero como no tienen documentos
legales, para ellos viajar constituye un problema serio. Ninguno de los obreros tiene información
sobre sus derechos aunque algunos tengan más de 15 años en el país.
Se elaboró un documento para el SJRM con la propuesta de concebir un sistema educativo propio
para estos grupos de obreros. Incluye una guía de trabajo para los promotores con la idea de
educar a los obreros en sus derechos. La forma de legalizar a los obreros resulta costosa.
La falta de documentación
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La estrategia del CCDH enfrenta la realidad de la falta de documentación de los inmigrantes
haitianos. El problema de la documentación afecta el libre tránsito y el acceso a los servicios
básicos. En su gran mayoría, estas personas no tienen acceso a la seguridad social, por lo que
tienen grandes problemas de salud.
En las zonas francas es aún más difícil pues hablar de organización es ponerse en la antesala del
despido. La organización en la ZF, donde hay inmigrantes, es muy difícil pero es un trabajo que
hay que hacer. Se gana entre 110 a 120 pesos por día, de 7:30 a.m. a 5:45 p.m. para un mínimo
de 675 pesos a la semana, y la comida es muy cara.
También, hay dificultades en “tiempo muerto” o cuando no hay zafra. De ahí que haya una
necesidad de informar a la gente sobre sus derechos. Por ejemplo, hay mucha discriminación en
relación a las personas afectadas con VIH/SIDA.
La vulnerabilidad por género
Las mujeres son más vulnerables, sobre todo las niñas y adolescentes, por lo que hay que
enseñarles a conocer mejor su cuerpo y a negociar y dialogar. Enseñarles que tienen derecho a la
palabra, a tomar decisiones propias, y a que hablen fuerte en el trabajo, si es necesario. A veces,
hasta en la forma en que se mira, hay agresión.
El programa del CCDH tiene varios componentes relacionados con la municipalidad, la salud y el
VIH/SIDA, el género y la educación. Todos estos elementos tratan de enfrentar los problemas de
falta de documentación para el ingreso a las escuelas y el problema económico que ha traído la
desaparición de la industria azucarera. Ahora, los inmigrantes van a las empresas turísticas, lo que
genera problemas familiares pues implica mayor movilidad.
El problema de la documentación sigue latente e impide el disfrute de derechos por parte de los
inmigrantes haitianos, que dejan beneficios en la sociedad con su fuerza laboral pero que no son
reconocidos por causa de la hipocresía social dominicana. Esos inmigrantes tienen un derecho
adquirido en esta sociedad y los medios de comunicación hacen un papel muy reducido respecto a
la temática. Los dominicanos de ascendencia haitiana deben organizar los enlaces o vínculos entre
los dos países.
Desigual trabajo, desigual salario
Con frecuencia, debemos enfrentar a los empleadores y a la Dirección de Migración porque no es
posible que al haitiano se le pague 150 pesos cuando al dominicano se le paga el doble por el
mismo trabajo. Simplemente porque no pueden reclamar y porque los encarcelan sólo por discutir.
En “El Valle”, tenemos 5 casos con 120 trabajadores involucrados y donde un juez falló a favor de
los abogados del CCDH.
El CCDH aboga por una migración viable entre los dos gobiernos, y por que las organizaciones
haitianas colaboren en la documentación de la gente allá, de modo que el inmigrante llegue aquí
con documentos. Tenemos problemas con mujeres, hombres y niños porque para las oficialías del
estado civil, si los padres no tienen documentos o están ilegales, los hijos son ilegales. Esto trae
dificultades para el grupo.
En Higuey, hay que capacitar y educar en los derechos porque hay problemas con las mujeres
cocineras y las peinadoras de pelo. Es necesaria una orientación sobre los derechos para que la
gente sepa y le de seguimiento a los casos. Los empresarios buscan todos los argumentos
posibles para no pagarles a los haitianos, de lo que nace la necesidad de crear una asociación de
trabajadores inmigrantes e insistir en la formación de una red de organizaciones comunitarias.
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Ya se sabe que podemos hacer denuncias y que ellos mismos pueden reaccionar y reivindicar sus
derechos. La diferencia entre el dominicano y el haitiano pobre es que se le da mayor facilidad al
dominicano porque puede votar.
En Barahona, se realizó un diagnóstico de la realidad que se presentaba, siendo el factor
económico y logístico su mayor dificultad para un trabajo más profundo. Ha faltado una mejor
coordinación y los proyectos han sido muy limitados. No puede haber una integración plena de los
inmigrantes haitianos cuando todavía los dominicanos no nos divorciamos del prejuicio histórico y
racial que se encuentra en los libros de historia, con una narrativa distorsionada, donde Haití
aparece como el enemigo.
Para poder hablar de integración, hace falta el reconocimiento de los derechos de todos. Además,
si los inmigrantes no conocen el idioma, es muy difícil que puedan adaptarse a la cultura
dominicana. No es que se esté en contra del créole, pero es necesario conocer el idioma y la
cultura de la sociedad receptora.
La integración implica el goce de los derechos básicos pero no se respetan los derechos laborales
ni hay justicia para el inmigrante haitiano. Como la mayoría ha venido al país sin papeles, se
necesita de una voz ampliada por parte de las instituciones que trabajan con los haitianos para que
las autoridades respeten sus derechos como seres humanos y apliquen las leyes. Muchas
entidades se esfuerzan pero es necesaria una unificación de criterios entre ambos países, lo cual
es un proceso.
Auto exclusión
Los inmigrantes haitianos se agrupan en lugares específicos, se aíslan y se hacinan ellos mismos y
no salen de ahí, lo que impide su inserción en las comunidades. Los haitianos no quieren participar
y se auto excluyen. Ni siquiera quieren decir que son haitianos.
Para otras personas, en cierta medida se han insertado pero no conocen del todo sus derechos,
salvo si se trata de los derechos humanos, donde hay una mayor comprensión.
Pero hay que trabajar más el tema de la cultura dominicana y haitiana, que crea barreras. Por
ejemplo, el gagá a los dominicanos les encanta.
El haitiano en su mente piensa que no tiene derechos. En Haití, es diferente pero aquí sienten que
no tienen derechos.
Una misión “natural”
La población dominicana de origen haitiano debe servir de puente de comunicación entre los dos
pueblos. Deben promover algo pues tienen una misión natural de ser ese puente entre ambos. Hay
que promover la autoestima del domínico-haitiano y hacer que se respete a nivel legal el Art.11 de
la Constitución dominicana.
No hay que hacerlos desaparecer o asimilarlos, sino destacar sus valores, su papel dentro de la
isla. No asimilarlos pues se trata de un grupo con vocación especial en la isla. Entre los
dominicanos de origen haitiano y los haitianos hay problemas y tensiones pero entre haitianos y
dominicanos, no tanto. Los domínico-haitianos tienen una ira dentro, producto de la rabia de ser
apátridas y son muy susceptibles pues es la población que más ha sufrido.
El término de domínico-haitiano no es bueno, son dominicanos y se les debe llamar dominicanos y
no mantener el gueto, sino romperlo. Tienen una misión especial en la isla, en el sentido de servir
de puente entre los dos pueblos que la comparten. No son aceptados ni por los dominicanos ni por
los haitianos pero tienen muchos valores y una gran capacidad de resistencia.
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“Cuando estaba en Haití, no recuerdo que haya pasado un día sin
comer nada”. Duclas Terminor. Las Terrenas, R.D.
“Adaptación”
“Adaptarse” es reunir a los inmigrantes haitianos y hacerles tomar conciencia no sólo de sus
derechos a la alimentación, vivienda y salud, sino también de sus deberes y límites en el país de
acogida. Pero ante todo, adaptarse significa mejorar su estatus legal en el país.
Si el inmigrante haitiano busca ayuda, va a la escuela, que ya constituye una referencia para su
acogida. Los casos más frecuentes son de aquellos que vienen por primera vez y se encuentran
sin dinero ni nada, por lo que en general son alojados en la casa de una asociación de inmigrantes.
Anteriormente, venía un solo tipo de inmigrante, económico o político, pero ahora vienen de
diferentes categorías (estudiantes, obreros, comerciantes, turistas, pacientes, etc.). Cuando un
haitiano viene a trabajar en un batey no tiene idea de dónde buscar información y son los amigos o
familiares los que le indican y ayudan a insertarlo. Pero a diferencia de Miami, donde hay un
Comité de Recibimiento, aquí no hay grandes conocimientos al llegar.
También, hay muchos haitianos que duermen en las construcciones y que no tienen casa; si
termina la construcción, termina el techo donde se pasaba la noche.
“Albergue”
Respecto a las necesidades de los inmigrantes haitianos dice que por razones cristianas y
humanitarias han tenido que alquilar sitios estratégicos para albergar a algunos de ellos. Dice que
se trata de una asistencia muy necesaria para la recuperación del inmigrante, aún sea de uno o
dos meses, pero que no tienen muchos recursos para eso. A veces, los inmigrantes llegan
enfermos y se trata de “seres perdidos”, sin documentos de identidad.
“Idioma”
Respecto a la diferencia entre haitianos y dominicanos pobres, la mayor es el idioma.
La inserción de los inmigrantes haitianos en la sociedad dominicana, ha sido mínima. Hay cuatro
grupos en el batey (dominicanos, dominico-haitianos, haitianos más viejos y haitianos recién
llegados). La inserción es mínima porque carecen de información. Sólo si se organizan y entienden
sus deberes y derechos podrán insertarse.
Se trata de gente que viene con la idea de irse. “No me inviten porque estoy de paso”, dicen, al
referirse a una invitación a participar en algún asunto que les afecta.
“Acercamiento”
Si el inmigrante haitiano se acercaba al promotor era porque tenía alguna dificultad de pago o
algún abuso o enfermedad. Cuando ya tienen varios años en el país, acuden a los promotores en
caso de dificultades. Esto ahora se da menos pues la realidad cambia. Ahora se discuten los
problemas juntos. Hay una estrategia de acercamiento real. Se ha ido rompiendo el proselitismo y
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el sectarismo. Por ejemplo, el brujo, que es un personaje importante en la comunidad, ahora se
integra. Igualmente, los pastores, los jóvenes, los dueños de gagás, etc.
Origen
Para el dominicano de ascendencia haitiana es importante resaltar su origen como otros resaltan
su abuela española o francesa y no la negra porque el dominicano no ha trabajado esa identidad.
Entonces, es necesario trabajar la identidad cultural, los aspectos legales, los riesgos de
discriminación, los problemas de identidad y de valores y la autoestima.
Para el inmigrante haitiano es difícil decir que está inserto en la sociedad dominicana. Sólo algunos
empresarios han podido codearse con otros y seguir adelante. Pero, “los traídos” (desde Trujillo
hasta ahora) siempre han tenido una forma clandestina. Por lo tanto nunca se inserta, salvo en el
sistema de producción, a cambio de “un menudo” que permite conservar el vínculo entre el
inmigrante y su familia en Haití.
Insertarse es difícil, incluso en la relación de pareja, el/la haitiano/a es menospreciado/a, es menos
que nada. Hay un dejo de pena ante el “pobrecito haitianito”… Nadie sabe lo que sufre un nacional
haitiano en este país. Sin embargo, constituye una opción porque es más fácil llegar aquí.
A nosotras/os/, las/los descendientes de haitiana/os nos han dejado como herencia esas
costumbres: “el ingeniero fulano es hijo de haitianos”. Habrá que investigar la cantidad de personas
técnicos, empleados, estudiantes, que andan por ahí, aportando con sus conocimientos, talentos e
inteligencia muchas cosas al país. En general, siempre tenemos problemas con el asunto de los
nombres y apellidos, lo cual hace que las cosas permanezcan tensas.
Si hay alguna contingencia, se borran enseguida las diferencias entre haitianos y dominicanos.
La “Benito”
Antes, la mujer no podía emigrar sola y tenía que estar acompañada por un hombre, con quien, en
ocasiones, sostenía relaciones sexuales. Esto traía el caso de mujeres “paridas del hombre que la
trajo”. Este “compañero” le decía sobre el movimiento existente en algunos lugares específicos y
dónde podía buscar ayuda. Por lo general, a los inmigrantes se les enviaba a “la Benito” (en
referencia a la calle Benito Monción, que cruza la Av. Duarte en Santo Domingo), donde pese al
“tigueraje”, se informaban y orientaban mejor.
Por lo general, al inmigrante haitiano no acude al promotor legal porque piensa que en cierta
manera se trata de una de las autoridades, que no quiere enfrentar.
¿Apartheid o vinculación?
“No voy a dejar de ser dominicana, eso no lo negocio”.
Inoelia Remy.
En relación a los vínculos entre dominicanos y haitianos, a nivel de los bateyes la tendencia es el
apartheid. En el batey estamos los de “ascendencia” (haitiana) junto a los “de pura cepa” (de origen
diferente). Es natural que si hay ganancias o beneficios en el asunto a tratar, hay una participación
conjunta entre haitianos y dominicanos. La población dominicana muestra mayor capacidad de
organización, responde y asiste más a las reuniones, tiene menos reticencia al trabajo voluntario.
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El batey es un conglomerado humano particular, más evolucionado. Se trata de un asentamiento
humano con proyecciones más amplias que antes. Constituye el núcleo de asentamiento de la
población haitiana en el país. Ahí se da una especie de autoconciencia que se traduce en un grado
de vinculación muy fuerte con la sociedad dominicana.
El cambio en la inmigración haitiana, que ahora envuelve a personas con mayores capacidades
intelectivas como el manejo de idiomas, y por consiguiente, con mayores recursos e ingresos. Esto
puede ser un punto para el empoderamiento. Por ejemplo, una vendedora de ropa es algo
diferente a lo tradicional. Es importante ver los derechos que posee.
Jornalero rural y jornalero urbano
El mundo rural dominicano está en manos haitianas. De ahí que a la hora de abrir un programa de
mayor empoderamiento del inmigrante haitiano, el punto más vulnerable sea el jornalero rural.
En segundo lugar, está el jornalero de la construcción urbana. Aquí hay una cadena que incluye un
empresariado haitiano. Sería interesante estudiar este punto porque hay muchos mitos. Es
necesario que se levante información sobre la situación actual en lo político, económico, social, etc.
Es falsa la idea del inmigrante que llega sin vínculos (salvo los refugiados). Aquí no se quiere
aceptar que cuando hablamos de inmigración haitiana nos referimos a la existencia de un grupo
generacional que reside en el país, y que tiene hijos dominicanos.
Redes sociales y familiares
Hasta el itinerante agrícola tiene lazos en el país. La migración no es una simple decisión individual
sino que vincula a redes sociales y familiares en el país. Una situación similar se produce en el
caso del dominicano que emigra a Estados Unidos de América. Es un nuevo tipo de realidad, muy
transnacional, que parte de un hecho de índole laboral y social.
La existencia de una población de dominicanos de origen haitiano, lo que supone cierta adaptación
o relación.
¿Diferencias entre haitianos y dominicanos pobres? Es un asunto político pues depende de la
capacidad de ejercer los derechos.
Precariedad y vulnerabilidad
La percepción y conciencia que puede tener el inmigrante haitiano sobre el sistema de derechos es
muy precaria. La precariedad material ha contribuido con eso porque las condiciones materiales
plantean límites muy agudos para que los inmigrantes puedan informarse. No existen
organizaciones naturales de los mismos inmigrantes (por ejemplo, sindicatos).
Hay pocos mecanismos de información y la condición de exclusión, que es durísima, ofrece una
visión precaria del conocimiento de los derechos y de los sistemas de derecho que pueden ser
utilizados así como la forma en que se utilizan los mismos. No creo que ni siquiera el ciudadano
dominicano promedio tenga esa información. Lo mejor sería entonces plantear un programa en el
sentido de conocer la percepción existente sobre esa inserción.
El sector más calificado y con mayores relaciones, acude a esas ONG y puede encontrar asesoría
legal pero en la mayoría eso no se da. Prueba de ello son los procesos de deportación; ahí se nota
la vulnerabilidad de esos sectores mayoritarios. Las redes sociales pueden hacer alguna denuncia
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o se acude a algunas relaciones para poder paliar los efectos de las deportaciones, por ejemplo, la
ruptura de familias.
Participación
No hay una práctica jurídica importante dedicada a las cuestiones de los inmigrantes, lo cual
constituye una limitante muy fuerte. A nivel urbano e incluso en el batey, hay un proceso de
integración que no es masivo pero que plantea una cierta participación en asociaciones locales,
juntas de vecinos, rituales religiosos (en que el haitiano tiene cierta autoridad), que permiten hablar
de algún tipo de inserción.
En “Vecinos y Extraños”, demostramos la participación de los haitianos en las organizaciones
locales de base, orientadas al trabajo social (pobreza, migración).
¿Presencia pública?
La presencia de las ONG en los medios de comunicación ha sido muy limitada, salvo que se trate
de problemas de mucha envergadura, pero se aprecia una disminución de la presencia pública en
torno a la problemática, que la clarifique y dilucide. Esto no quiere decir que haya disminuido la
labor de las ONG que se ocupan de las migraciones, que dicho sea de paso, se han difundido. Lo
que pasa es que lo han hecho fuera de los mecanismos de opinión pública.
Hemos pasado de combatir los aspectos relativos a la discriminación de los haitianos en el país a
tratar la situación de los descendientes de esos inmigrantes. A ello se suma, el descalabro en Haití.
En términos de pobreza relativa, los inmigrantes haitianos están sobre representados. Hay un
porcentaje más alto en términos de pobreza. La elite empresarial sigue siendo muy limitada.
Exclusión
Predominan la indigencia y la pobreza. Dominicanos pobres y haitianos pobres. Dominicanos
indigentes y haitianos indigentes. Se trata más o menos del mismo nivel. Pero si se compara en
términos de poder, tenemos una exclusión sociopolítica. Y este es un mecanismo que pesa (el de
la exclusión). Están excluidos como personas. Eso hace que se distingan. Un pobre haitiano y un
pobre dominicano. Esto puede dar paso a importantes formas de solidaridad pero también hay que
tener en cuenta que la diferenciación es un factor de conflictos, que puede ser movilizado por los
discursos neo nacionalistas.
La migración haitiana es considerada como una “migración de la pobreza”, que incrementa la
pobreza existente y que viene de los propios inmigrantes. Hay una interacción entre haitianos y
dominicanos y un sector que se abre a la participación. Pero, por otro lado, tenemos la segregación
propia a la migración misma.
Sobre los dominico-haitianos, me inclino por una visión que rescate sus orígenes, ya que no creo
que se trate de una asimilación completa. Se trata de dominicanos como tales y ya, lo cual es
importante para el sistema de derechos. Pero en el plano de la vida y de lo cultural, hay que aupar
la tolerancia y el multiculturalismo.
Comercio
38
Para una dinámica de empoderamiento, se requiere accionar a favor de la regularización del
comercio entre los actores de la frontera a través de las medidas siguientes:
1. Establecimiento de una política fronteriza eficaz que cuente con mecanismos de seguridad
en el lado haitiano de cara al lado dominicano;
2. Construcción de un mercado en Ouanaminthe para poder garantizar la dinámica binacional
del mercado fronterizo. Esta estrategia es válida a todo lo largo de la línea fronteriza ya
que el mercado la abarca por completo;
3. Establecimiento de un sistema de acceso al crédito para los comerciantes haitianos.
Organización y solidaridad
En cuanto a los inmigrantes que se encuentran en territorio dominicano, habría que hacer lo
siguiente:
• Identificar los lugares donde estén asentados los inmigrantes y sus ámbitos de acción con
el fin de diseñar un sistema que pueda organizarlos;
• Producir información sobre la cantidad que deben pagar los empleadores en los sectores
donde los inmigrantes realizan actividades y que la misma sea accesible a los inmigrantes.
Los mayores problemas de la migración haitiana en República Dominicana son la falta de
solidaridad y de organización. El punto distintivo que puede canalizar la fuerza de las comunidades
en un territorio extranjero es la solidaridad entre sus miembros. De ahí que lo que pueda ayudar a
los inmigrantes a empoderarse sea lo siguiente:
1. El refuerzo de la dinámica de organización de los inmigrantes;
2. Incitar a que los inmigrantes de diversas comunidades se solidaricen de antemano;
3. Valorizar el intercambio entre las asociaciones de migrantes para la discusión de temas
sobre su futuro y el de sus hijos, el empleo, la migración, la relación con los miembros de
sus familiares en Haití, etc.
4. Establecimiento de un mecanismo tendente a identificar los líderes naturales y que pueda
organizarlos al máximo para consolidar los conocimientos que han adquirido;
5. Accionar en favor de la educación de los/las niños/as migrantes;
6. Orientar las organizaciones de migrantes para que puedan representar una fuerza real en
el ajedrez político dominicano;
7. Continuidad de la normalización de las relaciones entre los dos Estados, cuya voluntad de
una u otra parte ha sido manifiesta desde hace ya más de una década.
Acuerdos bilaterales
Hay que desmitificar el tema y la aguda hipocresía con que se maneja la presencia de los
inmigrantes haitianos en RD, con la búsqueda de acuerdos bilaterales que gestionen el ir y venir de
los trabajadores haitianos al territorio vecino.
Según el profesor Nelson, la cuestión también puede ser abordada desde la perspectiva de la
dinámica internacional relativa a la apertura de fronteras y la facilidad que se brinda a los
inmigrantes de establecerse y trabajar legalmente en los países de acogida.
Programas simultáneos
Pero si tomamos en cuenta el problema del estatuto de esos inmigrantes, faltarán las estadísticas
que podrían facilitar la labor de control en la frontera. Una posibilidad puede ser el diseño de
39
programas simultáneos tanto en Haití como en RD que tomen en consideración el paso de
haitianos, dominicanos y otros extranjeros sobre toda la línea fronteriza.
También, pudieran crearse circuitos sociales con la participación de las iglesias y las
organizaciones de derechos humanos a fin de dotar a esos inmigrantes de una organización eficaz.
En una sociedad como la dominicana, cuyas estructuras funcionan desde hace tiempo, no será
fácil obtener la integración de los inmigrantes haitianos. Sería necesaria toda una estrategia de
información que pueda permitirles contactar a las instituciones oficiales dominicanas, a las
misiones diplomáticas y consulares haitianas en el país y a todas las instituciones que puedan
necesitar.
Eventualmente, una estructura compuesta de juristas, sociólogos y profesionales de las relaciones
internacionales sería algo muy útil porque serviría de puente entre el Estado haitiano y el Estado
dominicano. Esta estructura serviría también para ayudar a los inmigrantes a regularizar sus
papeles de identidad.
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ANEXO 3
Perfil del Proyecto
Migración y Derechos Humanos:
Garantizando los derechos y reconociendo los aportes de inmigrantes
haitianos/as y sus descendientes en la República Dominicana
2005 – 2007/2009 (tres a cinco años)
Objetivo general:
Lograr mayor respeto para los derechos humanos y los aportes de migrantes haitianos/as
y dominicanos/as de ascendencia haitiana en la República Dominicana.
Objetivo específico 1:
Incentivar el empoderamiento de migrantes haitianos/as y dominicanos/as de ascendencia
haitiana
Estrategias:
•
•
•
•
•
Identificación de grupos claves
Proveer mas información; asistencia y/ o apoyo al auto-empoderamiento de
migrantes in situ y migrantes putativos
Conocer y analizar la mano de obra migrante en el turismo
Conocer y analizar la participación de la mujer migrante en el proceso migratorio
Reforzar el acceso a la documentación relevante para migrantes y sus
descendientes en ambos países
Objetivo específico 2:
Aumentar la capacidad de ONG, organizaciones de derechos humanos y redes en el
acompañamiento y apoyo a migrantes haitianos/as y sus descendientes
Estrategias:
•
•
•
Reforzamiento de capacidades en comunicaciones, cabildeo, y trabajo legal;
Programas de capacitación para cuadros en “los lineamientos” y otras guías de
buenas prácticas;
Potenciar el rol de dominicanos/as de ascendencia haitiana por los dos lados de la
frontera;
41
•
•
Promover y difundir análisis de ventajas y desventajas de migraciones en ambos
países;
Penetración de elites mediante un trabajo a alto nivel.
Objetivo específico 3:
Incidir de manera efectiva en cambios positivos en las instituciones, políticas y prácticas
que afectan a los migrantes haitianos/as y dominicanos/as de ascendencia haitiana
Estrategias:
•
•
•
•
•
•
Elaboración e implementación de estrategia insular de incidencia
Lograr reconocimiento de haitianos/as en la República Dominicana como parte de
la diáspora haitiana
Fortalecimiento de relaciones con embajadas y consulados como sea necesario
Monitoreo de acuerdos intergubernamentales e iniciativas binacionales
Reforzamiento de campañas actuales: por ejemplo, por el derecho a la
nacionalidad dominicana; un marco legislativo más favorable
Establecer vínculos con organizaciones internacionales que trabajan en la
temática de los derechos de los/as migrantes
Objetivo específico 4:
Aumentar la comprensión publica en ambos países de la temática de la migración y los
derechos humanos
Estrategias:
•
•
•
•
Lograr y mantener espacios permanentes con una voz y/o posicionamiento en los
medios sobre la temática de la migración y derechos humanos
Sensibilizar sobre los aportes y potencial de los dominicanos/as de ascendencia
por los dos lados de la isla
Influir en el currículo formal tanto en Haití como en la República Dominicana
Insertar el trabajo dentro de los debates y las acciones internacionales
Febrero de 2005
BFW/bfw
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