MONSEÑOR RODOLFO CARDENAL QUEZADA TORUÑO Nació en ciudad de Guatemala el 8 de marzo de 1932. Sus padres fueron don René Quezada Alejos y doña Clemencia Toruño Lizarralde de Quezada. Estudió filosofía en el Seminario de San José, en El Salvador. Posteriormente obtuvo su licenciatura en teología en 1959 en la Universidad de Innsbruck, Austria. Cursó estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde consiguió su doctorado en derecho canónico en 1962. Dominaba los idiomas castellano, latín, francés, italiano y alemán. Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1956 en Guatemala. Fue coadjutor en la Parroquia del Sagrario de la Catedral Metropolitana. Luego asignado Vice-canciller de la arquidiócesis. Párroco del Santuario de Guadalupe. Capellán de Su Santidad el 18 de agosto de 1968. Elegido obispo titular de Gadiaufala y nombrado auxiliar de Zacapa el 13 de mayo de 1972. Sucedió en la sede de Zacapa el 16 de febrero de 1980. Seis años más tarde, el 24 de junio de 1986, fue nombrado prelado de Esquipulas. Entre 1988 y 1992 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala. Jugó un papel determinante en llevar a su término el conflicto armado interno que azotó por 36 años a Guatemala. Junto con el obispo Juan Gerardi, era miembro de la Comisión Nacional de Reconciliación y entre 1987 y 1993 fue su presidente. Asimismo, fue el conciliador oficial entre el gobierno y las guerrillas de la Unidad Nacional Revolucionaria de Guatemala entre 1990 y 1994. Fue también presidente de la Asamblea de la Sociedad Civil en 1994. En 1998 fue nombrado presidente de la Fundación Casa de la Reconciliación. Fue promovido Arzobispo Metropolitano de Guatemala el 19 de junio de 2001. Creado Cardenal Presbítero del título de San Saturnino Mártir el 21 de octubre de 2003. Electo nuevamente Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala el 31 de enero de 2004. Fue Coordinador General de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala ODHAG-. Entrega su vida al Señor el 4 de junio del 2012. Su recuerdo nos anima a caminar como Iglesia sembrando esperanza para la construcción de una Guatemala Distinta.