tal como ya he explicado

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¿Las detenciones masivas en el marco de las protestas
son constitucionales?, por José Ignacio Hernández
José Ignacio Hernández G. · Thursday, May 15th, 2014
Fotografía de Adolfo Acosta / El Universal
Desde el 12 de febrero para acá, hemos presenciado la detención de un número
importante de personas, con ocasión a las protestas que se vienen sucediendo en el
país: casi 3.000 detenciones, de acuerdo a cifras del Foro Penal.
En los últimos días, además, estas detenciones han sido masivas. Es decir, se detiene,
en un solo acto, a un número importante de personas. El “desalojo” de los
“campamentos” en el Municipio Chacao arrojaron 243 detenidos. La protesta
convocada por el movimiento estudiantil el 14 de marzo, terminó con 105 detenidos,
incluyendo a estudiantes.
¿Es constitucional este tipo de detenciones? ¿Qué condiciones deben cumplirse en
toda detención? Trataré de dar respuesta a estas interrogantes, desde la perspectiva
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de los estándares internacionales de protección de los derechos humanos.
La detención arbitraria. La detención es toda privación de la libertad personal. No
importa las condiciones o el tiempo que dure esa privación. Basta así que funcionarios
públicos, de manera coactiva, priven de cualquier manera a la libertad personal.
Hay privaciones de libertad legítimas. Por el contrario, otras privaciones son
ilegítimas, o sea, arbitrarias. El artículo 9 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en tal sentido, señala que “nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso
ni desterrado”.
Para ayudar a comprender qué es una detención arbitraria, la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas creó un Grupo de Trabajo, el cual llegó a algunas
conclusiones sobre el tema. Así, la detención es arbitraria cuando, por una u otra
razón, es contraria “a las disposiciones internacionales pertinentes establecidas en la
Declaración Universal de Derechos Humanos o en los instrumentos internacionales
pertinentes ratificados por los Estados”.
En efecto, toda detención debe cumplir condiciones materiales y formales. Las
condiciones materiales definen cuándo procede la detención, mientras que las
condiciones formales indican cómo debe llevarse a cabo la detención.
De acuerdo con ello, una detención es arbitraria si (i) la privación no puede ser
justificada en normas constitucionales o legales; (ii) cuando la privación es
consecuencia del ejercicio de derechos reconocidos en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como es el
caso del “derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”, y por
último (iii), cuando la detención viole las normas internacionales relativas al derecho a
un juicio imparcial.
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos igualmente ha señalado
que, como regla, la detención debe ser consecuencia de una orden judicial, salvo casos
de flagrancia (condiciones materiales). Además, la detención debe ser realizada en el
marco del debido proceso, por una autoridad imparcial, informando al detenido de las
causas de su privación, la cual además debe realizarse en respeto a los derechos
humanos relacionados con la integridad personal (condiciones formales).
Los casos de flagrancia (o en latín: in fraganti) deben ser de interpretación restrictiva.
La flagrancia implica que el delincuente debe ser apresado en el momento mismo en
que el delito se está cometiendo. Por ello, es necesario que se reúnan dos condiciones:
la prueba del delito cometido, y la prueba de que el delincuente fue aprendido
mientras cometía el delito.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha confirmado esta doctrina
recientemente, al decidir a favor de ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko,
considerando que su detención fue arbitraria.
Finalmente, la Constitución venezolana no está alejada de estos estándares
internacionales. De acuerdo con su artículo 44.1, “ninguna persona puede ser
arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que sea
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sorprendida in fraganti”. Además, la detención debe ser realizada en el marco del
debido proceso (artículo 49). En todo caso, es importante recordar que la Constitución
debe ser interpretada en el sentido más favorable a los estándares internacionales de
protección de derechos humanos.
Las detenciones masivas del 14M. Las detenciones masivas, o sea, la privación de
libertad de muchas personas en un mismo acto, no necesariamente implican que todas
esas detenciones sean arbitrarias. Pero, sin duda, generan una sospecha importante.
Ahora bien, las recientes detenciones masivas en las protestas del 14 de mayo fueron
justificadas por cuanto –supuestamente– los detenidos estarían implicados en hechos
de violencia en Altamira, frente a una sede de Mintur; por agresiones a la Guardia
Nacional, o por reincidentes. Según VTV, serían “grupos de la extrema derecha”.
Aun cuando desconozco las condiciones concretas de esas detenciones, de las
declaraciones anteriores pueden desprenderse varios elementos que permite
catalogar a esas detenciones como arbitrarias:
1) Las detenciones se realizaron sin orden judicial. Por lo tanto, solo serían
justificadas si se trata de una detención por delitos flagrantes. Las
declaraciones realizadas para justificar esas detenciones aluden a hechos que
podrían ser delitos, como daños a edificios públicos. Lo que resulta bastante
dudoso es que 105 personas sean detenidas en el preciso instante que
cometen daños a edificios públicos.
Además, las detenciones fueron justificadas en elementos que nada tienen que ver con
la flagrancia, como la reincidencia de ciertos detenidos.
Los estándares internacionales de derechos humanos, como vimos, son muy exigentes
en este sentido. Hay antecedentes en los cuales se ha considerado que no es detención
en flagrancia aquella que se produce sobre ciudadanos que estaban caminando en la
calle. La flagrancia, repito, debe exigir que el delito se esté cometiendo en el preciso
momento en que se realice la detención.
2) Las detenciones se realizaron en el marco de una protesta. Recordamos
que un parámetro para calificar a una detención como arbitraria, es
precisamente cuando ella sea ejecutada con ocasión al ejercicio de derechos
humanos, como el derecho a la protesta.
El rector de la UCAB, José Virtuoso, S.J., cuestionó esas detenciones, precisamente, al
considerar que “la acción del día reporta la detención de más de 100 jóvenes, entre los
que se incluyen estudiantes de nuestra Casa de Estudios, enmarcándose en lo que ha
denominado “criminalización de la protesta pacífica”, negando el ejercicio del
derecho a la manifestación consagrado en la Constitución”.
3) Junto a lo anterior, hay que recordar que las detenciones se efectuaron
luego del uso de bombas lacrimógenas y otras herramientas similares. Es
pertinente recordar no solo que el uso de armas tóxicas está prohibido en
protestas, sino además, que no pueden emplearse armas no-letales,
simplemente, para dispersar protestas, en tanto ello supone la violación de
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derechos humanos. Así lo recuerdan las Normas sobre la actuación de los
Cuerpos de Policía en sus diversos ámbitos políticos territoriales para
garantizar el orden público, la paz social y la convivencia ciudadana en
reuniones públicas y manifestaciones, dictadas en Venezuela en 2011. Según
esas Normas, siempre debe mantenerse“el menor nivel del uso de la fuerza
posible para el logro del objetivo propuesto”.
Esto es importante, pues toda detención realizada con ocasión a la dispersión de
protestas mediante el uso indebido de la fuerza pública, es siempre arbitraria, en
tanto se produce en el marco de violaciones a derechos humanos.
4) Por último, que un medio de comunicación del Estado califique a los
detenidos como “grupos de la extrema derecha”, no es precisamente un
elemento que favorezca a demostrar la objetividad e imparcialidad de las
detenciones. Todo lo contrario: esa declaración afianza las denuncias sobre la
arbitrariedad de las detenciones.
Resta por recordar que cuando una detención es arbitraria, todos los medios de
prueba obtenidos con ocasión a esa detención son nulos, tal y como señala el artículo
49 de la Constitución. Esto es importante pues las recientes detenciones masivas han
estado acompañadas de anuncios sobre “pruebas” recabadas. Tales pruebas, sin
embargo, serían nulas en la medida en que las detenciones sean arbitrarias.
Detenciones arbitrarias y la realización de delitos. Vale la pena acotar que la
detención arbitraria es violatoria de Derechos Humanos, al margen que se haya
cometido o no el delito imputado. Recordando que toda persona se presume inocente,
la detención siempre debe efectuarse por medios cónsonos con los derechos humanos,
incluso, cuando luego se demuestre debidamente la culpabilidad del aprendido.
La destrucción de edificios públicos nada tiene que ver con el derecho a la protesta.
Es, por el contrario, un hecho violento y punible que, como tal, debe ser condenado.
Pero ello no basta para justificar la detención arbitraria de personas, incluso, si en
efecto algunas de ellas pudieron estar involucradas en tales hechos violentos.
Pues en el fondo, lo que se protege al prohibirse la detención arbitraria son los
derechos humanos y con ello la justicia. Y como dijo San Juan Pablo II: “cuando se
ofende la justicia también se pone en peligro la paz”.
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