Saltar MANUEL HERNÁNDEZ G. Ici l'ouverture reste si l'on peut dire béante, de comment peut s'opérer ce saut, ou encore comme je l'ai fait dans un texte qui était un texte de proposition, d'explorer ce qu'il en est de ce saut que j'ai appelé la passe. Jacques Lacan, 21 de febrero de 1968 PREÁMBULO SOBRE LA LOCALIZACIÓN DEL ANALISTA ¿Cuáles son las condiciones de localización y nominación del analista? ¿Acaso vamos a considerar que existe la autonominación? La afirmación que dice “yo soy psicoanalista” no se diferencia lógicamente de decir “yo soy perico” o “yo soy rey” o “yo soy Napoleón”, cuando alguien dice “yo soy psicoanalista” ¿qué sustenta su enunciación? Solamente el enunciado. Sin embargo, hay que reconocer que la declaración “yo soy psicoanalista” tiene un costado performativo mayor a la de “yo soy perico”. No en el sentido en que quien la dice por hacerlo pueda funcionar como analista, sino porque con ese enunciado se produce un efecto en el interlocutor, pues con ese enunciado se apela a un lugar, el del psicoanalista, que sí puede estar cargado de implicaciones para quien escucha. Por eso este enunciado opera un cambio en las relaciones entre los hablantes, porque apela a un lugar y a una función designados “psicoanalista” La nominación en segunda persona, con el enunciado “tú eres psicoanalista”, tiene una configuración transferencial, pues afirma implícitamente que “tú eres analista, para mí”. Si el análisis es la práctica de la tercera persona a través de la segunda, entonces la transferencia se ubica gracias a esa enunciación. Una variante de esta vía es la titulación de la IPA, en donde hay una localización del analista entre pares, “tú eres analista” recibe la respuesta recíproca “tú también”, es la cooptación. Otra variante de esta vía es la del la comunicación, es decir, la del malentendido intersubjetivo en donde no hay analista sin analizante. Lacan entendía esta frase en el sentido de sólo quien ha atravesado hasta el final la experiencia de analizante puede devenir analista. En cambio, para la nominación en segunda persona, “no hay analista sin analizante” quiere decir que el analizante hace existir al analista porque hay analizante entonces hay analista. Si aceptáramos esta alternativa, cualquiera al que se le dirigiese una transferencia podría operar como analista. ¿Es lo mismo ser tomado como analista que estar en condiciones de operar en tanto analista? ¿Cualquiera que se llama a sí mismo analista está en condiciones de cumplir esa función? Si la respuesta a ambas preguntas es no entonces sólo queda la nominación en tercera persona: “él / ella es analista” o todavía mejor: “ahí hay analista”. Estudiemos un momento esta posibilidad de localización del analista. La tercera persona es una no-persona, pues a diferencia de “yo” y “tú” el pronombre “él” no necesita de la presencia de una persona para funcionar.1 Cabe entonces la posibilidad de que una instancia tercera nomine al psicoanalista y que lo haga ubicándolo, a su vez, en tercera persona. ¿Qué puede ser esa tercera persona que haga una nominación? ¿y cómo? Encontramos dos posibilidades, lo público como tal, y el dispositivo del pase. 1 Cf. Benveniste, 1 La nominación social surge de una no-persona que es lo publico y su modalidad es el “se dice”. De esta vía de localización del analista dependen las derivaciones que recibe, lo que hace que no sea en absoluto desdeñable.2 ¿Cuál es entonces su diferencia con el dispositivo del pase? Hay dos: en primer lugar, no hay inscripción de la nominación en ningún lugar preciso, en ninguna instancia ubicable; en cambio, de un pase efectivo surge la nominación AE, inscrita en un lugar definido que es la escuela. En segundo lugar, la única ubicación de alguien como analista en lo social no implica ninguna relación con el fin de análisis. Es que lo social, vehiculado por el “se-dice” no es un dispositivo pertinente para que una articulación del fin de análisis encuentre su lugar, aún menos cuando dicho fin de análisis lleva a alguien a colocarse como analista. Así, en tanto dispositivo, el pase tiene dos especificidades: 1. Es un lugar para que encuentre su articulación un fin de análisis, por un lado y, 2. produce una inscripción del lugar del analista con la nominación AE. Gracias a eso el pase localiza al analista. La nominación AE es una nominación que no depende del Padre, sino de la escuela, y esa nominación es congruente con lo que sucede en el fin de análisis pues efectúa un corte que separa el lugar del nuevo analista del nombre propio de aquel que fue su analista. En lo sucesivo su nombre como analista está localizado por la escuela, no por una persona, es Analista de la Escuela y no “el paciente de...”. ¿Qué pertinencia tendría el pase si perpetuara la pareja analizante-analista? A través de la nominación AE el pase inscribe un corte, escribe una marca de que ahí se ha producido el paso de analizante a analista como efecto de un fin de análisis. Por eso, al discutir sobre el pase y sus puntos problemáticos, lo que verdaderamente está en cuestión es la concepción que tenemos del fin de análisis y según la respuesta que demos a ese problema, tomaremos posición ante lo que actualmente es el principal problema en el dispositivo del pase, es decir, la designación de passeurs. DE LA DISIMETRÍA ENTRE PASSEUR Y PASANTE Un passeur y un pasante no están en la misma posición. Según el procedimiento inventado por Lacan y el dispositivo practicado en la elp, el passeur, para serlo, debe ser designado por su analista lo que implica que su análisis no ha concluido. En cambio el pasante que efectivamente lo es, ha dado el salto, está cambiando realmente de lugar yendo de analizante a analista, pues su análisis ha concluido. Entre passeur y pasante hay esa diferencia radical, que es necesario señalar de entrada. Sin embargo, en la Proposición del 9 de octubre, Lacan abrió una cierta ambigüedad al respecto. Así el fin del psicoanálisis guarda en él una ingenuidad, sobre la cual se plantea la pregunta de si debe ser tenida por una garantía en el pasaje al deseo de ser psicoanalista. De dónde podría entonces esperarse un testimonio preciso sobre aquel que franquea este pase, sino de otro que, como él, lo es todavía, este pase, a saber 2 Lacan decía que el único problema que tiene el psicoanalista es que lleguen a su consultorio nuevos analizantes. Cfr. Problèmes cruciaux pour la psychanalyse, primera reunión. 2 en quien está presente en ese momento el des-ser en donde [où] su psicoanalista conserva la esencia de lo que le ha ocurrido [passé] como un duelo, sabiendo por eso, como cualquier otro en función de didacta, que a ellos también eso se les pasará. ¿Quién podría mejor que el psicoanalizante en el pase, autentificar ahí de lo que éste tiene de la posición depresiva? Nosotros no aireamos ahí nada de lo cual uno pueda dar el aspecto, si no se está ahí. Ainsi la fin de la psychanalyse garde en elle une naïveté, dont la question se pose si elle doit être tenue pour une garantie dans le passage au désir d’être psychanalyste. D’où pourrait donc être attendu un témoignage juste sur celui qui franchi cette passe, sinon d’un autre qui, comme lui l’est encore, cette passe, à savoir en qui est présent à ce moment le désêtre où son psychanalyste garde l’essence de ce qui lui est passé comme un deuil, sachant par là, comme tout autre en fonction de didacticien, qu’à eux aussi ça leur passera. Qui pourrait mieux que ce psychanalysant dans la passe, y authentifier ce qu’elle a de la position dépressive? Nous n’éventons là rien dont on ne se puisse donner les aire, si on n’y est pas.3 Lacan pregunta sobre el passeur: ¿de quién podría esperarse un testimonio preciso sobre aquel que ha franqueado este pase, sino de otro que, como él, lo es todavía, este pase...? Esta pregunta pone en el mismo registro al pasante y al passeur al decir que el passeur, como el pasante, es todavía el pase; sin embargo, dice que el pasante ha franqueado este pase, mientras que el passeur lo es aún. ¿Entonces por qué decir “como él”? ¿Qué tienen en común el passeur y el pasante? ¿Acaso lo que tienen en común es el deser como parece sugerir Lacan? Nos vemos de repente inmersos en un mar de problemas que surgen de estas líneas ambiguas de la Proposición en su versión escrita. Veamos cómo se planteó la cuestión de las posiciones de passeur y pasante en la versión oral. Por eso aquellos a quienes eso pasó hasta el punto de quedar beatos [béats] por ello, me parecen juntar lo impropio con lo imposible en ese testimonio eventual, y mi proposición será que sea más bien ante alguien que aún esté en el movimiento original como se experimente que ha advenido efectivamente el deseo del psicoanalista. ¿Quién mejor que ese psicoanalizante en el pase podría autentificar allí la cualidad de una cierta posición depresiva? No estamos descubriendo nada. Uno no puede dárselas de eso, si no está en la cosa. Es el momento mismo de saber si en la destitución del sujeto adviene el deseo que permita ocupar el lugar del des-ser, precisamente de querer operar nuevamente lo que implica de separación (con la ambigüedad del se parere que allí incluimos para tomar aquí su acento ) el αγαλµα.4 C’est pourquoi ceux à qui ça a passé au point d’en être béats, me paraissent conjoindre l’impropre à l’impossible en ce témoignage éventuel – et ma proposition va-t-elle être que ce soit plutôt devant quelqu’un qui soit encore 3 4 Lacan , Scilicet I, p. 26 Lacan, Proposición oral, Ornicar ? 1, Ediciones Petrel, Barcelona, p. 24 3 dans le moment originel, que s’éprouve qu’est bien advenu le désir du psychanalyste. Qui pourrait mieux que ce psychanalysant dans la passe, y authentifier la qualité d’une certaine position dépressive ? Nous n’éventons là rien. On ne peut s’en donner les airs, si on n’y est pas. 5 Esta versión es más clara: el pasante hablará ante alguien que está aún en el momento original, un psicoanalizante en el pase. Es claro que el pasante está dejando atrás el lugar de psicoanalizante. Si alguna duda hubiera en cuanto a la concepción de cosas de Lacan, basta leer la siguiente frase: “C’est que passants ne sont ni psychanalysant ni psychanalysé, puisque c’est entre les deux que ça passe, sauf à ce que rien ne se soit passé.”6 Es que el pase es el movimiento que lleva a alguien de la posición de analizante a la de analista a través del fin de análisis ¿Entonces qué puede ser esa extraña figura de la que habla Lacan en la proposición oral, un “psicoanalizante en el pase”? Así el enigma se precisa: ¿qué es entonces estar en el pase? Resulta crucial responderlo, pues es el punto en que passeur y pasante están en posiciones equivalente. Lacan lo dijo una sola vez, aunque lo dijo con toda claridad: Ce qu’il [l’analysant] ne peut lui épargner [à l’analyste], c’est ce désêtre dont il est affecté comme du terme à assigner à chaque psychanalyse, et dont je m’étonne de le retrouver dans tant de bouches depuis ma proposition, comme attribué à celui qui en porte le coup, de n’être dans la passe à connoter que d’une destitution subjective : le psychanalysant.7 Estar en el pase es estar en la destitución subjetiva y eso puede ser así para un analizante que está en vías de concluir, y no sólo para un pasante que ha finalizado ya. Para terminar de precisar nuestra problemática señalemos que Lacan añade una observación respecto de esa figura del “estar en el pase”: “Es el momento mismo de saber si en la destitución del sujeto adviene el deseo que permita ocupar el lugar del des-ser”. 8 Tenemos entonces tres instancias que van a ponerse en juego: 1) La destitución subjetiva 2) El deseo 3) El lugar del deser Para estudiar la disimetría entre passeur y pasante se vuelve indispensable estudiar los movimientos de esas tres instancias, lo que equivale a interrogar la concepción de fin de análisis que Lacan propuso entre 1967 y 1968. 5 Lacan, Proposition, version oral, Analytica, p. 20 o Pas-tout Lacan, p. 1050 Allocution prononcé pour la clôture du Congrès de l’EFP, Scilicet, n° 4, p. 399, En Pas-tout Lacan 7 Scilicet 2/3, p. 21 8 Lacan, Proposición oral, Ornicar ? 1, Ediciones Petrel, Barcelona, p. 24 6 4 SOBRE EL ADVENIMIENTO DEL OBJETO a La destitución subjetiva y el deser son operaciones diferentes, y no necesariamente ocurren en un movimiento simultáneo. Al leer lo que se escribe en ocasiones sobre la concepción lacaniana del fin de análisis, aquella vinculada al pase, es posible localizar dos problemáticas; mencionemos ambas y luego estudiémoslas. A menudo no se efectúa la diferencia entre la caída del sujeto supuesto saber, es decir, la destitución subjetiva, y el deser que impacta al analista. O bien se considera que son operaciones que ocurren simultáneamente. La confusión entre la destitución subjetiva con el deser surgió desde el primer momento, y Lacan aclaró la confusión en varias ocasiones, por ejemplo: Alors là-dessus je me suis peu à peu aperçu que l’usage du mot glissait, à savoir qu’on croyait que c’était la fin de la psychanalyse de choir dans le désêtre. Vraiment à quoi bon, alors j’ai cru devoir délicatement rectifier et dire écoutez : désêtre, c’est le désêtre du psychanalyste à la fin d’une psychanalyse,[…] ce qu’il en est de la passe, c’est de savoir comment quelqu’un qui justement ne l’est pas, à la fin de l’analyse, dans le désêtre – c’est bien pour ça qu’il y a passe de son côté – peut délibérément s’offrir au sort, et cent et mille fois renouvelé, qui sera celui dont il sait que c’est de son opération à lui, le psychanalysant, que c’est justement de là que part ce qui vient en quelque sorte d’être au psychanalyste infligé.9 Saquemos buen provecho de esta cita: el psicoanalizante inflinge al analista el deser y la pregunta de Lacan es ¿cómo alguien que no está en el deser (y por eso hay pase de su lado) puede deliberadamente ofrecerse a sufrir esa suerte, una y mil veces, por parte de los analizantes? El deser no es algo que simplemente sucede, es algo en donde la dimensión del acto no está ausente en la medida en que el analizante no le ahorra el deser a quien ha sido su analista, ese “no ahorrarle” es el acto en cuestión que consigue que de su lado parta algo, un movimiento, que llega a infligir al analista el deser. ¿Qué es entonces la destitución subjetiva? ¿y cuál es su relación con el deser? La destitución subjetiva es la caída del sujeto supuesto saber. La constatación irrecusable de que no ahí hay sustancia alguna. Se destituye entonces al sujeto de la expresión sujeto supuesto saber. Estudiemos paso a paso el siguiente párrafo de L’acte psychanalytique: La question est : que devient le sujet supposé savoir? Je vais vous dire qu'en principe, le psychanalyste le sait, ce qu'il devient. Assurément, il choit. ¿Y cuál es la consecuencia ? Una subjetivación: Ce qui est impliqué théoriquement dans cette suspension du sujet supposé savoir, ce trait de suppression, cette barre sur le S qui la symbolise dans le devenir de l'analyse, elle se manifeste en ceci: que quelque chose se produit à une place, 9 Lacan, « En guise de conclusion », Lettres de l’EFP, n° 8, 1971, p. 210, Pas-tout Lacan, p. 12331234. 5 certes pas indifférente au psychanalyste, puisque c'est à sa propre place que cette chose surgit. Cette chose s'appelle l'objet petit a. El sujeto supuesto saber cae, y produce $, el sujeto tachado, en donde la tachadura es la marca de que se ha suprimido al sujeto supuesto saber. La destitución del sujeto supuesto saber tiene un efecto de subjetivación en el analizante. ¿Y qué sucede entonces con el psicoanalista? En el lugar del analista surge el objeto a: L'objet petit a est la réalisation de cette sorte de deser (désêtre) qui frappe le sujet supposé savoir; que ce soit l'analyste, et comme tel, qui vienne à cette place n'est pas douteux […].10 Lacan planteó en la Proposición del 9 de octubre la equivalencia entre el sujeto supuesto saber con el agalma, y no con el objeto a. En 1967 Lacan ya había nombrado al objeto a como tal y, sin embargo, recurre al agalma y en cambio nunca sugiere que haya equivalencia del sujeto supuesto saber y el objeto a. En efecto ¿de qué manera se podría concebir que el matema de la transferencia es lo mismo que el objeto a? S ------------- Sq ----------------s(S1, S2, S…n) Matema de la transferencia Por ahora debe quedar abierto el problema de porqué concebía Lacan una equivalencia entre el agalma y el sujeto supuesto saber, sólo es importante localizar que la caída del sujeto supuesto saber no es lo mismo que la caída del objeto a. Al contrario, la caída del sujeto supuesto saber implica el surgimiento del objeto a. Por eso Lacan inventó dos nombres para esas dos operaciones. Lacan lo anunciaba desde la Proposición del 9 de octubre al decir: Dans la destitution subjective, l’éclipse du savoir va à cette reparution dans le réel, dont quelqu’un vous entretient parfois.11 Entonces la destitución subjetiva implica dos movimientos : eclipse del saber y reaparición en el real. ¿Pero qué es lo que reaparece en el real? Puede responderse que el saber, claro, pero un saber ahora sin sujeto, pues se ha tachado al sujeto del sujeto supuesto saber, y sólo ha quedado el saber en el real, y con ello que se comprende la definición lacaniana del inconsciente como un saber sin sujeto.12 Sin embargo, esta respuesta es todavía insuficiente. El movimiento del eclipse del saber implica todavía un 10 Lacan, L’acte, 17/01/68 Proposition du 9 octobre sur le psychanalyste de l’École, versión oral, Pas-tout Lacan, p. 1048 12 Qu'en est-il du sujet, sujet supposé savoir, puisque nous avons à faire à cette sorte d'impensable qui dans l'inconscient nous situe un savoir sans sujet? 17/01/68, y luego : Qu'il y ait de l'inconscient veut dire qu'il y a du savoir sans sujet. Resumen de enseñanza de L’acte psychanalytique, Pas-tout Lacan, p. 1196 11 6 efecto más que Lacan llamó darle cuerpo al objeto a. Estaríamos entonces ante un fin de análisis que tiene cuando menos dos tiempos: 1º caída del sujeto supuesto saber 2º advenimiento del objeto a en el analista Se trata de un momento delicado, pues el lado analizante existe ahora en tanto sujeto tachado ($) y del lado del analista ha surgido el objeto a. El analista, durante el análisis, no había dejado de tener relación con el objeto a, pero en el final el analista e s el objeto a. Lacan lo dice así: “ese sujeto supuesto saber, se ha reducido a ese término que aquel que hasta ahí lo ha garantizado por su acto, a saber el psicoanalista, él, el analista, ha devenido ese residuo, ese objeto a” (« ce sujet supposé savoir, s'est réduit à ce terme que celui qui l'a jusque là garanti par son acte, à savoir le psychanalyste, lui, le psychanalyste, l'est devenu ce résidu, cet objet a. »13) El analista es entonces un residuo de la reducción del sujeto supuesto saber, ¿y antes de la destitución subjetiva, durante el análisis, qué sucedía con el objeto a? la fin de la psychanalyse, c'est à savoir : l'inégalité du sujet à toute subjectivation possible de sa réalité sexuelle et l'exigence que, pour que cette vérité apparaisse, le psychanalyste soit déjà la représentation de ce qui masque, obture, bouche cette vérité et qui s'appelle l'objet a. Para que haya fin de análisis, previamente el analista debe ser la representación del objeto a que obtura una verdad sexual, entonces, el psicoanalista es “la representación” del objeto a. ¿Vorstelung o Räpresentanz? El freudolacanismo en voga podría pensar que se trata de representación mental pero algún tiempo después, en 1975, Lacan retomó la cuestión para situar claramente las cosas: “el analista funciona en el análisis como representante del objeto a minúscula.”14 Se trata de una función de vicario del objeto a a lo largo el análisis, a diferencia de lo que sucede en el final, pues ahí el analista es el objeto a. Gran diferencia, sobre la que Lacan quiso no dejar ninguna duda: Observez bien en effet que l'essentiel de ce qu'ici j'articule, j'y reviendrai abondamment, l'essentiel n'est pas qu'au terme de la psychanalyse comme certains - je l'ai vu à des questions posées - se l'imaginent, le psychanalyste devienne pour l'autre, l'objet a - Ce «pour l'autre» ici prend singulièrement la valeur d'un «pour soi» - pour autant que, comme sujet il n'y a pas d'autre que cet Autre à qui est laissé tout le discours; ça n'est ni pour l'Autre, ni dans un pour soi qui n'existe pas au niveau du psychanalyste, que réside ce a, c'est bien d'un ensoi, d'un en-soi du psychanalyste; c'est en tant que, comme les psychanalystes le clament eux-mêmes d'ailleurs - il suffit d'en ouvrir la littérature pour en voir à tout instant le témoignage - ils sont réellement ce sein de l'« ô ma mère Intelligence », de notre Mallarmé; qu'ils sont eux-mêmes ce déchet, présidant à l'opération de la tâche, qu'ils sont le regard, qu'ils sont la voix, c'est en tant qu'ils 13 Lacan, L’acte…, 10/01/68 « l’analyste fonctionne dans l’analyse comme représentant de l’objet petit a ». Intervention dans la séance de travail «Sur la passe » du samedi 3 novembre (après-midi), parue dans les Lettres de l’École freudienne, 1975, n°15, pp. 185-193), en Pas-tout Lacan, www.ecolelacan.net. Es imprescindible notar que en esta intervención Lacan dice que él jamás habló de « formación analítica » y que de manera muy equivocada se habla de « análisis didáctico ». En resumen no hay “formación”. (Pas(s)e tout Lacan, p. 78 14 7 sont le regard, qu'ils sont la voix; c'est en tant qu'ils sont en soi le support de cet objet a que toute l'opération est possible. Il ne leur échappe qu'une chose, c'est à quel point ce n'est pas métaphorique.15 El analista, en el final, es el objeto a en-sí. No para el otro, sino en sí. Ahí se enfrenta el todavía analizante a la encarnación de su fantasía, en donde él ocupa el lugar de sujeto tachado y el analista es el objeto a. Se trata de una estación inevitable del final ¿es posible evadir entonces la angustia dado que el objeto a ha hecho presencia en el real? ¿No es éste el momento de lo que Freud detectó como angustia... de castración? Lacan describió varias veces esta operación fundamental: Le terme de l'analyse consiste dans la chute du sujet supposé savoir et sa réduction à l'avènement de cet objet a, comme cause de la division du sujet qui vient à sa place. Celui qui, fantasmatiquement, avec le psychanalysant, joue la partie au regard du sujet supposé savoir, à savoir : l'analyste, c'est celui-là l'analyste, qui vient au terme de l'analyse à supporter de n'être plus rien que ce reste. Ce reste de la chose chue, qui s'appelle l'objet a.16 El advenimiento del objeto a es el resto que queda de lo que fue el sujeto supuesto saber, y en el final el analista es ese resto, que en él adviene al ser. ¿Y es lo mismo el advenimiento del objeto a que su caída? ¿Cómo podría ser lo mismo su surgimiento que su pérdida? SOBRE LA NO SIMULTANEIDAD DE LA DESTITUCIÓN SUBJETIVA Y EL DESER En las citas que hemos ofrecido, y así sucede a todo lo largo del seminario L’acte psychanalytique, el movimiento de caída corresponde al sujeto supuesto saber, y el residuo de esa operación es el objeto a que emerge en el analista. En la destitución subjetiva hay un movimiento de caída y surgimiento. A partir de esa constatación es posible ver que la destitución subjetiva y el deser son dos operaciones distintas y que implican un desfasaje temporal. No es lo mismo el surgimiento del objeto a en el analista que la efectuación de su pérdida, con lo que introduce una nueva evolución temporal. Al llegar a este punto hay que estudiar la segunda confusión de la que hablamos al inicio de este recorrido. Es muy frecuente sostener que la destitución subjetiva y el deser son operaciones simultáneas, y las consecuencias de esa posición se dejan sentir de inmediato. Citemos un ejemplo de esta versión de cosas. Se trata de un artículo aparecido en una recopilación de la editorial de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, el libro lleva por título nada menos que la siguiente pregunta: El análisis lacaniano ¿es terminable o interminable?, y cuyo primer apartado “La destitución subjetiva y el des-ser” comienza así, nomás: En el fin de análisis, la destitución subjetiva es un paso necesariamente simultáneo al des-ser. Es la caída del ser de saber efectuada en el dispositivo analítico y que exige, del analista, que se preste no sólo a su institución mediante el Sujeto supuesto saber, sino también a su propia destitución. Ser de 15 16 L’acte, sesión del 7 de febrero de 1968, versión establecida por la elp, p. 98 Lacan, L’acte…, 10 de enero de 68 8 saber intermediado por lo fantasmático que aunque no lo sabemos –mas (sic) bien lo sufrimos- nos permite relacionarnos al Otro para darle soporte y consistencia.17 Notemos que la autora no parte de una pregunta, y ni siquiera pestañea al afirmar con gran saber en la materia que “en el fin de análisis, la destitución subjetiva es un paso necesariamente simultáneo al des-ser”. Las consecuencias de esta tesis se dejan ver de inmediato. Sigamos paso a paso cuáles son, para poder interrogarlas: • “La caída del ser de saber en el dispositivo analítico exige...” ¿Acaso esta exigencia no es algo propio del superyó? ¿Hay que concluir entonces que la caída del ser de saber implica la activación del superyó? ¿La exigencia viene en vez del deseo (deseo del analista)? • “La caída del ser de saber efectuada en el dispositivo analítico exige, del analista,...” ¿del analista del dispositivo? ¿o habla del analizante que de repente ya es analista? ¿no hablábamos del fin de análisis y por lo tanto del paso de analizante a analista? • “La caída del ser de saber efectuada en el dispositivo analítico exige del analista que se preste a su institución...”, por ejemplo la Escuela Freudiana de Buenos Aires. ¡Ah! las delicias institucionales con todas sus exigencias... ¿Y de qué manera se prestará a su institución? • “La caída del ser de saber efectuada en el dispositivo analítico exige del analista que se preste a su institución mediante el Sujeto supuesto saber...” Al que encontramos aquí de nuevo substancializado gracias a la mayúscula, ¿acaso bajo la forma del profesor de seminarios y cursos de formación? Y la cosa sigue, tras prestarse a su institución como un Sujeto substancializado, nos advierte la autora que se presta “también a su propia destitución” (¡uf! menos mal), pero escribe un punto y seguido y comienza una nueva frase diciendo que se trata de un Ser (¿la mayúscula depende del punto y seguido?), de un Ser de saber que “nos permite relacionarnos”, así, en primera persona y en presente (la institución reaparece), “que nos permite relacionarnos al Otro” para darle nada menos que soporte y consistencia. El Otro, por lo tanto, está incólume, tiene soporte y consistencia. Releamos esta frase con sus ambigüedades involuntarias. En el fin de análisis, la destitución subjetiva es un paso necesariamente simultáneo al des-ser. Es la caída del ser de saber efectuada en el dispositivo analítico y que exige, del analista, que se preste no sólo a su institución mediante el Sujeto supuesto saber, sino también a su propia destitución. Ser de saber intermediado por lo fantasmático que aunque no lo sabemos –mas bien lo sufrimos- nos permite relacionarnos al Otro para darle soporte y consistencia. Esta joya del ser-hablado muestra que al afirmar categóricamente que hay simultaneidad entre destitución subjetiva y deser justamente lo que ocurre es que no se efectúe ningún movimiento propio del final. 17 Ana Callas, « Del fin de análisis : lo que queda fuera », en El análisis lacaniano ¿es terminable o interminable?, Editorial Escuela Freudiana de Buenos Aires, Buenos Aires, 2003, p. 62 9 REALIZAR LA CASTRACIÓN... EN OTRA PARTE Contrariamente a lo que sostiene nuestra autora, con Lacan es posible situar un desfasaje temporal entre la destitución subjetiva y el deser. La destitución del sujeto supuesto saber realiza una subjetivación, y al mismo tiempo hace emerger en el real al objeto a, que de repente cobra ser. Tras la caída del sujeto supuesto saber, el analista realmente es el objeto a, no se trata de una representación, sino de un ser en sí. El analista le “da cuerpo” al objeto a. ¿Pero se detendrá ahí la operación? ¿Es ese el final? Para medir hasta qué punto no podría serlo, basta recordar cuál es la función de ese objeto a, tal como la situó Lacan en la Proposición del 9 de octubre: el objeto a, bajo la forma del objeto pregenital, es lo que obtura la hiancia fálica en el complejo de castración.18 Ahora se entiende porqué Lacan se ocupa de la regresión al principio de su seminario L’acte..., es que desde Freud sabemos que ante la angustia de castración se produce la regresión al objeto pregenital para obturar la falta fálica. Por eso sólo puede haber castración a través de solucionar la relación con el objeto a. Lo que estará en juego es el ser mismo del analizante, pues sólo por el deser podrá reformular lo que hasta ese momento ha sido su falso ser. La fin de la psychanalyse ça suppose une certaine réalisation de l'opération vérité, à savoir que si, en effet, ça doit constituer cette sorte de parcours qui, du sujet installé dans son faux-être lui fait réaliser quelque chose d'une pensée qui comporte le je ne suis pas, ça n'est pas sans retrouver comme il convient sous une forme croisée, et inversée sa place du plus vrai, sa place sous la forme du là où c'était au niveau du je ne suis pas qui se retrouve dans cet objet a dont nous avons beaucoup fait me semble-t-il pour vous donner le sens et la pratique, et d'autre part, ce manque qui subsiste au niveau du sujet naturel, du sujet de la connaissance, du faux-être du sujet, ce manque, qui, de toujours, se définit comme essence de l'homme et qui s'appelle le désir, mais qui à la fin d'une analyse se traduit de cette chose non seulement formulée mais incarnée qui s'appelle la castration.19 Castración es el nombre de esa verdad que llega por el final y que es... incurable. Car ce désêtre institué au point du sujet supposé savoir, lui le sujet dans la passe au moment de l'acte analytique il n'en sait rien. Justement parce qu'il est devenu la vérité de ce savoir, et que, si je puis dire une vérité qui est atteinte « pas sans le savoir », comme je le disais tout à l'heure eh bien! c'est incurable : on est cette vérité.20 ¿Entonces hay una correlación entre deser y castración? Así es, y la verdad del ser del analizante depende de esa operación. ¿Pero acaso la falta fálica no ha estado ahí desde siempre? ¿No es el deseo la esencia del hombre como acaba de decir Lacan? La falta 18 He aquí las frases en cuestión: “Le désir du psychanalyste, c’est son énonciation, laquelle ne saurait s’opérer qu’à ce qu’il vienne en position de l’x : de ce x même dont la solution au psychanalysant livre son être et dont la valeur se note –(_), la béance que l’on désigne comme la fonction du phallus à l’isoler dans le complexe de castration, ou (a) pour ce qui l’obture de l’objet qu’on reconnaît sous la fonction approchée de la relation prégénitale. », Lacan, Scilicet 1, p. 23 19 Lacan, L’acte…, 10 de enero de 68 20 Lacan, L’acte..., 10 de enero de 68 10 siempre ha estado ahí, pero obturada. Por eso atravesar la angustia de castración implica hacer efectiva la falta de ese objeto a, que se presenta bajo la forma pregenital. De manera muy lacaniana, el fin de análisis tiene entonces tres estaciones. La destitucion subjetiva es el primer tiempo del final, pues ha producido un cambio de estatuto del analista en cuanto al objeto a, ha dejado de ser un representante del objeto a, para ser el objeto a. ¿De qué manera? Corporal. Esta intervención del cuerpo del analista marca el segundo tiempo, y la angustia de castración. La siguiente cita permite ver un panorama de la operación, para leerla hace falta transcribir un esquema del seminario L’acte... : Y lo comenta Lacan de esta manera: Il nous importe de voir que de ces deux lignes [de arriba-izquieda a abajoderecha], celles que j'ai désignées comme la tâche, le chemin parcouru par le psychanalysant en tant qu'il parle, sujet naïf qui est aussi bien le sujet aliéné à cette réalisation du manque, en tant que, je vous l'ai fait remarquer la dernière fois, il n'est pas, ce manque, ce que nous savons être à la place du je ne suis pas, ce manque était là depuis le départ, et que de toujours nous savons que ce manque est l'essence même de ce sujet qu'on appelle homme, quelquefois, que de l'homme c'est le désir, on l'a déjà dit, qui est l'essence. Tout simplement ce manque a fait un progrès dans l'articulation dans sa fonction d'organum, progrès 11 logique essentiellement dans cette réalisation comme telle du manque phallique (-_).21 Es decir, la falta fálica que es la esencia del deseo está desde el inicio en cualquier ser hablante, por lo tanto en cualquiera que realice la “tarea psicoanalizante” asociando libremente. Sin embargo, el sujeto ingenuo ha estado instalado en el falso ser y el final de su análisis no podría dejar intacto ese estado de cosas. La falta fálica ha estado obturada por el objeto a y no podría quedar todo igual en el momento del fin, ¿cuál es el cambio? Mais il (le progrès logique) comporte que la perte en tant qu'elle était là d'abord, à ce même point, avant que le trajet en soit parcouru, et simplement pour nous qui savons - la perte de l'objet qui est à l'origine du statut de l'inconscient, ceci a été toujours expressément formulé par Freud -, soit réalisée autre part. 22 Aquí está el aspecto decisivo: la falta fálica siempre ha estado ahí, pero en el final la pérdida del objeto ha de ser realizada en otra parte. Continúa Lacan: Elle l'est précisément, c'est de là que je suis parti, au niveau du désêtre du sujet supposé savoir. C'est pour autant que celui qui donne le support au transfert est là sous la ligne noire, qui lui sait d'où il part, non pas qu'il y soit, il le sait trop bien qu'il n'y est pas, qu'il n'est pas le sujet supposé savoir, mais qu'il est rejoint par le désêtre que subit le sujet sujet supposé savoir, qu'à la fin c'est lui, l'analyste, qui donne corps à ce que ce sujet devient sous la forme de l'objet petit a.23 Una vez que para el analizante está claro que no hay ninguna sustancia del sujeto supuesto saber y el efecto es que el analista da cuerpo al objeto a que conseguía semejante ilusión, ¿ha concluido con ello la operación de désêtre? No podría ser así, pues la falta del objeto no se ha realizado en otra parte, al contrario, está ahí presente, ha “surgido”24, el analista le “da cuerpo” 25 y, todavía más radicalmente, el analista es dicho objeto a: “ce sujet supposé savoir, s'est réduit à ce terme que celui qui l'a jusque là garanti par son acte, à savoir le psychanalyste, lui, le psychanalyste, l'est devenu ce résidu, cet objet a.”26 Por eso es crucial la insistencia de Lacan en que no es que el analista sea el objeto a para el analizante, sino que realmente es dicho objeto, lo es en sí y eso no es metafórico: Observez bien en effet que l'essentiel de ce qu'ici j'articule, j'y reviendrai abondamment, l'essentiel n'est pas qu'au terme de la psychanalyse comme certains - je l'ai vu à des questions posées - se l'imaginent, le psychanalyste devienne pour l'autre, l'objet a - Ce «pour l'autre» ici prend singulièrement la valeur d'un «pour soi» - pour autant que, comme sujet il n'y a pas d'autre que cet Autre à qui est laissé tout le discours; ça n'est ni pour l'Autre, ni dans un pour soi qui n'existe pas au niveau du psychanalyste, que réside ce a, c'est bien d'un en21 Lacan, L’acte..., 17 de enero de 68 Lacan, L’acte..., 17 de enero de 68 23 Lacan, L’acte…, 17 de enero de 68 22 24 25 26 17 de enero 68 Lacan, L’acte…, 10/01/68 12 soi, d'un en-soi du psychanalyste; c'est en tant que, comme les psychanalystes le clament eux-mêmes d'ailleurs - il suffit d'en ouvrir la littérature pour en voir à tout instant le témoignage - ils sont réellement ce sein de l'« ô ma mère Intelligence », de notre Mallarmé; qu'ils sont eux-mêmes ce déchet, présidant à l'opération de la tâche, qu'ils sont le regard, qu'ils sont la voix, c'est en tant qu'ils sont le regard, qu'ils sont la voix; c'est en tant qu'ils sont en soi le support de cet objet a que toute l'opération est possible. Il ne leur échappe qu'une chose, c'est à quel point ce n'est pas métaphorique.27 Si el analista es el objeto a en sí, entonces aún no hay efectuación de ningún deser respecto del objeto. A partir de ese momento el analizante debe arreglárselas con la presencia en el real del objeto a, nada menos. Aunque el sujeto supuesto saber ya no tenga ninguna sustancia, el analista le da cuerpo al objeto a, lo es. Se trata de un momento crucial, en el que se prueba que el análisis no es un proceso, pues justamente la salida de dicho momento no es automática, no se sigue de la simple aplicación de la asociacion libre que bien puede haber llegado ya a su límite. El apremio, incluso la angustia que puede experimetar el analizante no carece de motivos, pues vive con su fantasía constituida realmente, y ésta no deja de interrogarlo, incluso con ciertos efectos persecutorios. Esta configuración de cosas, en la que el analista encarna al objeto a, tras la destitucion del sujeto supuesto saber, puede durar un buen momento. Ahí el análisis ha comenzado a terminar, pero no ha concluido, y nada garantiza que eso suceda. Es el momento en que alguien puede funcionar en tanto passeur. La diferencia entre el passeur y el pasante es la efectiva conclusión del análisis, el salto efectuado por el pasante en donde se ha realizado la falta, la pérdida de a. ¿Cómo concibe Lacan esta operación de la efectuación de la pérdida del objeto a? Insisitentemente lo dijo: se trata de un rechazo (rejet). Veámoslo poniendo en serie las siguientes citas al respecto: 17 de enero de 1968: s'il est quelque part où le psychanalyste à la fois ne se connaît pas, et, c'est aussi le point où il existe, c'est en tant qu'assurément il est sujet divisé, et jusque dans son acte, et que la fin où il est attendu, à savoir cet objet petit a, en tant qu'il est non pas le sien, mais celui que de lui comme Autre requiert le psychanalysant, pour qu'avec lui, il soit de lui rejeté. 7 de febrero de 1968 : Nous avons déjà pour nous guider, l'objet a. Car si au terme de la psychanalyse terminée, cet objet a, qui est là sans doute de toujours, au niveau de ce qui est notre question, à savoir l'acte psychanalytique, ce n'est quand même qu'au terme de l'opération qu'il va réapparaître dans le réel, d'une autre source, à savoir comme de, par le psychanalysant, rejeté. Mismo día : 27 L’acte, sesión del 7 de febrero de 1968, versión establecida por la elp, p. 98 13 Or ceci ne se passe pas sans devoir retenir notre attention puisque ce dont il s'agit, c'est que cette position il la prenne, que cet acte en somme, il le répète, sachant fort bien ce qu'il en est de la suite de cet acte, qu'il se fasse le tenant de ce dont il connaît l'aboutissant, à savoir qu'à se mettre à la place qui est celle de l'analyste, il en viendra enfin à être sous la forme du a, cet objet rejeté, cet objet où se spécifie tout le mouvement de la psychanalyse, à savoir celui qui vient à la fin, à venir à la place du psychanalyste, pour autant qu'ici le sujet décisivement se sépare, se reconnaît pour être causé par l'objet en question. Causé en quoi? Causé dans sa division de sujet, à savoir pour autant qu'à la fin de la psychanalyse, il reste marqué de cette béance qui est la sienne et qui se définit dans la psychanalyse par la forme de castration. 27 de marzo de 1968 : Après avoir défini l'acte psychanalytique que j'ai défini d'une façon très hardie, j'ai même mis au centre cette acception d'être rejeté à la façon de l'objet a , c'est énorme, c'est nouveau, jamais personne n'a dit ça, ça devient tangible, c'est tangible, on pourrait quand même essayer de me contredire, de dire le contraire, d'amener autre chose, d'élever une objection; c'est curieux que, depuis que je l'ai dit il n'y a pas tellement longtemps que je l'ai mis au premier plan -, personne n'a même seulement commencé à moufter pour dire quelque chose contre, alors que, dans le fond, c'est absolument énorme, on pourrait hurler, dire : « qu'est-ce que c'est que cette histoire! jamais on ne nous a expliqué la fin de l'analyse comme ça, qu'est-ce que c'est que cet analyste qui est rejeté comme une merde? » La merde trouble énormément de gens; il n'y a pas que la merde dans l'objet a, mais souvent c'est au titre de merde que l'analyste est rejeté; ça dépend uniquement du psychanalysant; il faut savoir si pour lui la merde est vraiment ce dont il s'agissait. Una cosa es una caída, y otra cosa es un rechazo. La caída está del lado del sujeto supuesto saber, y esta produce un desecho, ¿y qué se hace con los desechos? Este es un enorme problema para el mundo posmoderno, como cada uno sabe. Una salida posible ¿pero es la única? es rechazarlos y tirarlos al bote de la basura. A riesgo de que todo se pudra y se infecte, a los desechos es necesario desecharlos y no conservarlos. Esto no es algo que suceda simplemente, es un movimiento que es del orden del acto. La distinción se puede encontrar en la fórmula de Jean Allouch: Boucler une analyse, c’est jeter l’analyste qui est tombé.28 No es lo mismo jeter que tomber. No es lo mismo tirar a la basura, que una caída. El sujeto supuesto saber cae, el objeto a se tira, se desecha, y con él al analista. Esta es la consumación del deser y por lo mismo de la castración realizada en otra parte. Tras lo dicho hasta ahora, acaso ya resulte claro que desechar al analista que ha caído no es cualquier rechazo, sino que está entramado con un cierto tratamiento del objeto a de la fantasía fundamental. Tras el acto de tirar el desecho, el pasante ya no es la presa del objeto a. Al menos no será presa sin recursos. 28 Allouch, « Le meilleur aimé », L’Unebévue 21, p. 194. Litoral 35, p. 19 Versión en español, “El mejor amado”, 14 DE NUEVO LA DISIMETRÍA ENTRE PASSEUR Y PASANTE Ferenczi había observado que el síntoma principal de un análisis se podía mantener sin cambios importantes hasta que llegaba el final del análisis, con el cual se resolvía.29 Ahora se ve porqué. Sólo el advenimiento de la castración, en tanto efectuación de la pérdida del objeto a, resuelve la relación con la fantasía y por lo tanto con el síntoma, pero eso no puede ocurrir si sucede sólo a nivel de las representaciones, o a través un representante. Es imprescindible que tenga lugar una pérdida real, que afecte al real. Por eso su condicion es que el objeto a sea en-sí, que el analista le dé cuerpo y que al ser desechado, al mismo tiempo sea desechado el objeto de la fantasía. Y ese movimiento no es algo que simplemente “sucede”; cuando Lacan habla de rechazo, se trata de un acto. El deser es un acto del mismo orden que el gracioso sacrificio que resuelve el duelo. Así es en el momento del pase, en el acto analítico: Hay un acto del pasante -que lo constituye en tanto tal- que radica en impactar al ser del analista con el deser. Dejar atrás al analista implica efectuar la pérdida sin sustitutos ni reparaciones de aquel objeto que nunca tuvo pero que hace las miserias del todavía analizante, teniéndolo cautivo y cautivado.30 Ahí hay un acto, o mejor dicho un reacto31. Se trata de un acto que responde al acto analítico, aquel instaurado al inicio del análisis por el que fue su analista. Incluso cuando el objeto a toma cuerpo, todavía habrá que encontrar la buena manera para realizar su desecho, esa que responde efectivamente a la fantasía sin desconocerla. Sólo entonces hay deser, efectuando una pérdida que pone al sujeto en otro lado.32 Se puede ver hasta qué punto difieren las posiciones del passeur y del pasante. El passeur está dans la passe, pero continúa en análisis en la medida en que no ha dado ese salto que está impulsado por el deser. En el passeur el deseo del analista está, pero “está en dificultades”33. El passeur se encuentra entre la destitución subjetiva y el deser. Esta posición precaria le permite recibir y ser conmovido por las palabras del pasante sobre el deser como algo único, realmente singular. Detecta que ahí se está hablando de un movimiento que 29 Ferenczi, Lacan señaló lo mismo en un contexto que no está de más citar aquí: “Je dénoncerai à ce détour, cette façon de noyer le poisson de cet « être le seul » qui est l’infatuation la plus commune à toute expérience et familière au médecin, en le couvrant de l’être seul qui pour l’analyste constitue proprement le dépouillement qu’il renouvelle à chaque entrée dans son office, ou plutôt en faisant comme si l’être le seul n’était que la chasuble digne de revêtir sa solitude officiante. Or il n’en est rien, c’est-à-dire qu’il n’en est pas plus que l’i(a) qui fonde le moi et toute relation narcissique, n’est la chape de cet objet a où le sujet découvre sa misère essentielle. Ceci même si le a s’y précipite à l’occasion du délogement, source d’angoisse, comme ferait le bernard-l’ermite à trouver n’importe quelle coquille pour s’en faire camouflage et abri. » Alocución del 6 de diciembre de 1967. 31 L’acte, 20/03/68 32 Esta es la razón por la que hemos elegido traducir el désêtre por deser. Hay una perfecta homofonía con la otra opción, “des-ser”, además el privativo “de” sigue estando presente, como al decir “deforme”; y hemos visto a Lacan aclarar que el ser del que se trata es el ser de deseo. El deser es la operación por la que habiendo quedado el analista reducido al estatuto de objeto a se produce su desecho, lo que abre una nueva relación con el deseo. Así, la cercanía entre deser y deseo no es para nada inconveniente. 33 Lacan, « Une procédure pour la passe », Ornicar ? n°37, 1986, Pas-tout Lacan 30 15 operó la pérdida de a, pérdida irremisible, irreversible, sin compensación alguna que efectúa la castración en el pasante. Pero passeur sabe que él todavía no está ahí. De là parfois le soupçon qui vient au sujet à ce moment, que sa propre vérité, peut-être dans l’analyse, la sienne, n’est pas venue à la barre. Il faut un passeur pour entendre ça.34 En un pase efectivo, el passeur encuentra en las palabras del pasante los efectos del deser, efectos que todavía no experimenta en sí mismo. El pasante pone en movimiento algo en el passeur. Si el passeur puede ser impactado por el acto de un gracioso sacrificio, al mismo tiempo está en condiciones de reconocer la futilidad de cualquier intento por su parte de apropiarse de esa solución. Por la destitución subjetiva en la que se encuentra, el passeur puede funcionar como buen secretario y situar con precisión las diferencias entre lo que le concierne y la disposición de cosas a la que el movimiento del pasante responde. Es que un gracioso sacrificio no es algo vago ni abstracto, se trata de un acto que implica una configuración que ha llegado a ser extremadamente precisa en esa existencia, y que por eso es irrepetible. La pérdida del objeto no es casual, se trata de un movimiento en el que el analizante desecha algo que ya es un residuo. Pero, ¿podría no hacerlo? De la respuesta a esa pregunta depende la concepción del fin de análisis como un proceso o como un acto. Si “desechar” fuera inevitable una vez que el objeto a se presentifica, no existirían las fobias, y los finales de análisis serían una constante. El acto analítico requiere que haya la posibilida de decir, como Bartleby, y como Juanito, I’d rather not..., el acto radica en soltar cualquier intento de controlar o de evitar una caída y simplemente... dejar caer. El amo no suelta ni se somete al movimiento del sexo (objeto a) ni al del significante (unebévue): busca manejar, controlar, manipular, dominar al sexo y al lenguaje. De ahí la importancia insoslayable de la figura del katapougon.35 REITERAR LA CASTRACIÓN La sumisión a los tropiezos, a un lenguaje que está mal hecho para decir el mundo y del que depende la existencia del sujeto, señalan la destitución subjetiva; el gracioso sacrificio de algo que nunca se tuvo pero que se encarnó en el analista es el acto que marca el final y la fórmula más acabada del deser. Por eso el deser es correlativo a la castración del fin de análisis. El deser impacta al analista y con ello realiza la castración en el sujeto. La formulación de Lacan es inédita y aún cargada de puntos oscuros. Sin embargo, con ella Lacan daba solución nada menos que al punto de atoramiento de Freud en cuanto al final de análisis, la angustia de castración. Con el desecho del analista y del objeto a le dio una vía distinta a lo que hasta entonces era el fin de análisis como identificación con el analista y la consiguiente perpetuación del vínculo con él. Como vimos ya, estaba advertido de la enormidad de lo que hacía y se sorpendió que nadie más lo detectara. 34 “Nota sobre los passeurs”, Parue dans Analyse freudienne presse , 1993, n° 4, p. 42. Pas-tout Lacan, p. 35 Cf. la articulación que de ello ha hecho Jean Allouch en “Para introducir el sexo del amo”, El sexo del amo, Epeele, 16 ¿Hemos ya acabado de sacar consecuencias de una concepción del fin de análisis que todavía estamos tratando de situar en sus detalles? No es para nada seguro, pero al menos ahora se puede localizar que la disimetría entre passeur y pasante es crucial. Ambos están en el pase, pero de diferente manera. Ambos han sido tocados por la destitución subjetiva, pero sólo el pasante ha dado el salto del deser, por el cual se ha puesto en juego su ser como deseante. Este salto le permite en lo sucesivo, reiterar la operación por la que ha quedado incurablemente afectado. Una vez franqueado el paso, se puede reiterar, y eso es lo que le permite operar como analista, en tanto sujeto advertido. Il n'y a pas de psychanalysé, il y a un « ayant été psychanalysant », d'où ne résulte qu'un sujet averti de ce à quoi il ne saurait penser comme constituant de toute action sienne. Pour concevoir ce qu'il doit en être de ce sujet averti, nous n'avons aucun type encore existant. Il n'est jugeable qu'au regard d'un acte qui est à construire comme celui où, se réitérant la castration, s'instaure comme passage à l'acte, de même que son complémentaire, la tâche psychanalytique elle-même, se réitère en s'annulant comme sublimation.36 El ser del pasante es una verdad que se llama castración, y que puede reiterar. Pero ese reiterar la castración no tiene nada que ver con una vuelta atrás, pues el final llega una sola vez y es irreversible. Alors, partons des choses comme elles se présentent. On est arrivé à la fin une fois, c'est là qu'il faut déduire le rapport que ça a avec le commencement de toutes les fois. On est arrivé à la fin de sa psychanalyse une fois, et c'est cet acte si difficile à saisir au commencement de chacune des psychanalyses que nous garantissons. Ça doit avoir un rapport avec cette fin une fois.37 Así, se llega al final una sola vez, no dos, ni tres. No hay varios finales de análisis, sólo hay uno, o no lo hay. La verdad de la castración es incurable y no tiene vuelta atrás. Y ella permite que haya todos los demás inicios, aquellos que en lo sucesivo hará posibles el pasante que deviene analista. Ahora bien, este pasante no está en posición de deser, sino de sujeto castrado por el deser de quien fue su analista, y eso es lo que le permite en lo sucesivo practicar el psicoanálisis: Alors là-dessus je me suis peu à peu aperçu que l’usage du mot glissait, à savoir qu’on croyait que c’était la fin de la psychanalyse de choir dans le désêtre. Vraiment à quoi bon, alors j’ai cru devoir délicatement rectifier et dire écoutez : désêtre, c’est le désêtre du psychanalyste à la fin d’une psychanalyse, c’est de là que part le fait que l’autre jour la chère Irène a cru devoir réprimander Tostain d’avoir imputé au passant ce désêtre. Tostain a maintenu son point de vue mordicus, en quoi chère Irène il avait raison, puisque, justement, ce qu’il en est de la passe, c’est de savoir comment quelqu’un qui justement ne l’est pas, à la fin de l’analyse, dans le désêtre – c’est bien pour ça qu’il y a passe de son côté – peut délibérément s’offrir au sort, et cent et mille fois renouvelé, qui sera celui dont il sait que c’est de son opération à lui, le psychanalysant, que c’est 36 37 L’acte, 20-03-68 L’acte, 10 de enero de 68 17 justement de là que part ce qui vient en quelque sorte d’être au psychanalyste infligé.38 Una y mil veces le será infligido el deser, esa es la suerte del analista, como bien lo sabe el pasante, a diferencia del passeur que como analizante todavía busca los caminos para no quedarse sin saltar... MOVIMIENTO DE PASSEUR ¿Qué sucede con los análisis si el analista no ha atravesado la castración por la vía del deser? La destitución subjetiva es el punto en donde el analista no habrá de resistirse al acto, al suyo, al de sostener la operación analítica hasta valer sólo como residuo inservible. Sin haber atravesado la castración por el deser, ¿podrá el analista aceptar su suerte de resto desechado? La cuestión se plantea entonces de si el analista está en condiciones de hacer algo para evitar ser tirado por el analizante. No es impensable, por ejemplo, que el analista provoque su caída... antes de tiempo, o bien deje caer al analizante, por ejemplo derivándolo con otro analista, e incluso con un psiquiatra. Respecto de Sidonie Csillag, Jean Allouch lo formuló así: « Autrement dit: Lacan est fondé à dire que Freud ‘ laisse tomber ’ la jeune fille, pour cette raison que ce qui le menaçait, lui (Freud), c’était que la jeune fille le laisse tomber. » 39 O al contrario, ¿es posible para alguien en esa encrucijada hacer algo para mantener, incluso perpetuar, su estatuto de objeto a en el real? Dar el cuerpo, tocar, coger... ¿no es una manera de tratar de evitar ser desechado? ¿hacer uso de su analizante no es algo del mismo orden? Aquí la designación de passeur pasa al primer plano: ¿Quién mejor que ese psicoanalizante en el pase podría autentificar allí la cualidad de una cierta posición depresiva? No estamos descubriendo nada. Uno no puede dárselas de eso, si no está en la cosa. Es el momento mismo de saber si en la destitución del sujeto adviene el deseo que permita ocupar el lugar del des-ser [...].40 Qui pourrait mieux que ce psychanalysant dans la passe, y authentifier la qualité d’une certaine position dépressive ? Nous n’éventons là rien. On ne peut s’en donner les airs, si on n’y est pas. C’est le moment même de savoir si dans la destitution du sujet, le désir advient qui permette d’occuper la place du désêtre […].41 Una vez destituido el analista del lugar del sujeto supuesto saber, en el analizante puede advenir el deseo que permite ocupar el lugar del deser. Si ese deseo aparece, es el momento mismo de estar en el pase, pues con ese deseo el analizante está entre la destitución subjetiva y el deser. ¿Puede el analista dejar de recibir ese movimiento con una designación a la función de passeur? Si ese deseo ha sobrevenido colocando al analizante en el pase, y por lo tanto en relación con la escuela, ¿a título de qué podría 38 Lacan, « En guise de conclusion », Lettres de l’EFP, n° 8, 1971, p. 210, Pas-tout Lacan, p. 1233-1234 39 Cfr. Jean Allouch, Ombre de ton chien, Epel, 2004, p. 46 40 Lacan, Proposición oral, Ornicar ? 1, Ediciones Petrel, Barcelona, p. 24 41 Lacan, Proposition, version oral, Analytica, p. 20 o Pas-tout Lacan, p. 1050 18 el analista tratar de desviarlo, o de anularlo, es decir, de controlar su curso? Si lo hace ¿no habrá cambiado ahí su lugar de analista por el de amo? Estar en el pase es un movimiento del analizante que al analista no le corresponde neutralizar, so pena de comprometer su lugar y sobre todo la posibilidad de un fin de análisis efectivo. En este sentido la designación de un passeur vale como signo de que el analista toma nota de su destitución en tanto sujeto supuesto saber, y de que no controla el recorrido del deseo, con lo que abre el camino para su desecho como objeto a. Pero el analista puede tenerle horror a su acto, lo que ahora se puede entender como horror a hacer posible su suerte, la de ser arrojado en el deser. 19