Mensaje a Venezuela de Antonio Ledezma desde

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MENSAJE A MI VENEZUELA
Ramo Verde, 22 de febrero de 2015.
Hoy me siento más que nunca firme y dispuesto a persistir en esta lucha por la
libertad, amenazada por un régimen que pretende condenar a Venezuela a sufrir
la fatalidad del atraso perpetuo.
Asumo como un honor estar reducido en esta celda que encierra mi cuerpo, pero
sigue libre mi espíritu de lucha, que no se pierde en el dilema de escoger entre lo
fácil o el camino difícil, porque mi conciencia me indica que sirvo al rumbo
correcto. La cárcel es una vivencia intransferible, porque cuando se entrega la
voluntad por una causa justa y noble a cada instante, se renuevan las fuerzas para
levantar la cabeza y tener principios embanderados.
Experimento con Leopoldo y Daniel, una prisión injusta por encargo de un régimen
desesperado que se va quedando sin pueblo y pretende mantener el poder a
costa del deterioro creciente de nuestra patria, cuyo pueblo no escapa a la crisis
múltiple del orden económico, social, político y muy especialmente, a la aguda
crisis moral que nos reta a prepararnos para poder combatirla.
Estoy preparado mental y espiritualmente para soportar estas infamias y las
penurias que deparan el hecho de estar preso injustamente, es esta una coyuntura
en la que los dirigentes tenemos que cumplirle al pueblo que tenemos que dirigir y
superar y eso entraña correr riesgo asumiendo responsabilidades.
Sé que esta situación es muy dolorosa para la familia y amigos que nos guardan
afecto. Pero no es hora de vacilar ni hacer cálculos de los que “nos pueda pasar o
qué cargo podemos perder”, es más importante y por lo tanto superior
preocuparnos y ocuparnos de evitar que la anarquía y el despotismo liquiden el
civilismo republicano que con sensación de lejanía algunos evocan de enero de
1958.
Perder a Venezuela es el único miedo que siento y ese sentimiento
paradójicamente me nutre de coraje para no claudicar en la idea de soñar con mi
Venezuela que está en el imaginario de la juventud que se desvive apasionada por
la patria que merecemos.
Agradezco todas las manifestaciones de apoyo moral recibidas de mis
compañeros y ciudadanos venezolanos y de otras partes del mundo, a quienes
pido que no nos dejen solos en estas circunstancias aciagas.
No pido clemencia, simplemente, solidaridad oportuna para salvar la democracia
en riesgo de desaparecer.
Conservo entero mi ánimo, porque ese es un recurso vital para no rendirse. Se
puede perder la libertad personal, pero jamás el decoro, la dignidad, menos la fe y
la esperanza, que son sentimientos poderosísimos capaces de doblegar el miedo
con que pretenden paralizar a nuestro pueblo.
Pido a los compañeros y compañeras de la unidad que no permitamos que el
régimen nos divida. Ese es un recurso junto a la represión que le queda a esta
camarilla corrompida, para evitar la derrota que ya temen. Solo dividiéndonos
podrán sobrevivir sobre las ruinas de este desastre que han provocado con sus
dislates.
Hay que seguir luchando en la calle, cívicamente con la constitución en la mano y
con la razón por delante, porque ellos tienen las armas, nosotros las ideas para
unir a los venezolanos. La violencia son saltos al vacío que no conducen a
ninguna parte.
Si de verdad quieren darme solidaridad y fuerzas sigan consolidando la Unidad
creíble, coherente, franca, donde se reconozcan todos los liderazgos que
interactuamos en la MUD.
Dejemos de lado las ambiciones y botemos los “talonarios de facturas”, porque no
es momento de rencores y odios.
Pido que discutan en la MUD, la tesis constitucional de solicitar la renuncia de
Maduro, porque esa vía es todo lo contrario a un “golpe militarista”.
Preparémonos para participar en unas eventuales elecciones parlamentarias pero
con candidatos unitarios, unidos en consultas primarias y que además presenten
al país un gran proyecto de rescate de nuestras instituciones.
Pido el mayor respaldo para Jesús “Chuo” Torrealba para que pueda cumplir su rol
de ser “oídos y ojos” de todos sin distinción ni preferencias algunas.
A mis hermanas y hermanos del pueblo les confirmo mi seguridad y temple que
heredé de mi madre Severa, madre abnegada que nos preparó para que siempre
“fuéramos del tamaño del compromiso que se nos presente”.
A nuestro pueblo, le recuerdo que este régimen se sostiene sobre virtudes, que no
las tiene pero sí sobre el pesimismo que estamos obligados a transformar en
esperanza, estos regímenes no edifican, pero sí son diestros en destruir
instituciones que hoy son deplorables, cachiporras para atropellar al pueblo. Este
régimen se sostendrá solo si nosotros nos dejamos paralizar de miedo y nos
resignamos a ver cómo se desmorona la nación por cuyo menor destino debemos
movilizarnos.
Desde esta cárcel me preparo mentalmente para protestar votando el día en que
se organicen las elecciones parlamentarias.
Para mis aliados afectuosos de Alianza Bravo Pueblo, mi palpitación de un
corazón agradecido por tan prolijas declaraciones de solidaridad. Les aseguro que
seguiré trajinando en pos de la libertad, de la justicia social, por la igualdad de
oportunidades que son principios por los que románticamente nos desvelamos.
Confío plenamente en la capacidad de Richard Blanco, en la conducción del
partido, para quien pido el más incondicional respaldo.
También sé de la sabiduría con que Edwin viene cumpliendo su labor en la MUD.
Para mis compañeros Alcaldes, mi gratitud que está preservada en la memoria del
corazón que no olvida.
A mi Mitzy adorada, le digo que mientras escribía esta carta, vi desde los barrotes
de mi cauterio un pedazo de cielo azul que se lo regalo como un beso eterno en
testimonio de amor infinito, para una mujer maravillosa que siempre ha estado a
mi lado, te confieso que me cuesta aprender a vivir sin ti.
A mis hijas, Daniela, Oriette, Vanessa, Mitzyta, Antonieta; a mi hijo Víctor, mis
bendiciones que les mando con voz libre que no calla cuando habla la conciencia
que no tiene pesos que lamentar.
Para mis nietas Oriana, Isabelita, Samantha y Camila, para mis nietos Ernesto,
César Antonio, Nicolás y Jorge Andrés, mi bendición de quien lucha para que no
pierdan la ilusión por el futuro, que defendemos con nuestra insobornable razón de
luchar.
Pueblo de Venezuela, sigamos en pie de lucha, sigamos el ejemplo del venerado
Pompeyo y tantos otros ciudadanos que ofrendaron su vida y su juventud
defendiendo su ideal. No será en vano este sacrificio. No les puedo asegurar que
la victoria será mañana, o el mes que viene, pero sí podemos afirmar que el triunfo
de la libertad está más cerca que ayer.
Venezolanísimo, Democrático y Civilista.
Antonio Ledezma.
22 de febrero de 2015.
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