Ventana Sur - Crisol Portal de la Cultura en Granma

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REVISTA CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA
NÚMERO 9
ENERO-JUNIO 2010
ISSN: 1608-9251
Panorama actual de
la música en Bayamo
3
Calle 13 a fuego:
Proyección
latinoamericanista o
la estética de lo grosero
20
Dossier de poetas
del Grupo Sur
23
La joven narrativa
granmense:
un camino a recorrer
31
Concurso de Ensayo
Ventana Sur
La redacción de la Revista Ventana Sur, con el auspicio del Sectorial Provincial de Cultura, el
Centro Provincial del Libro y la Literatura, el Centro Provincial de Casas de Cultura, el Centro
Provincial de la Música “Sindo Garay”, el Consejo Provincial de Artes Escénicas y el Consejo
Provincial de Patrimonio de Granma, convocan al primer concurso de ensayo Ventana Sur
2011, que se regirá por las siguientes bases:
1. Podrán participar todos los escritores residentes en el país.
2. Se concursará con un ensayo no mayor de diez cuartillas.
3. Los trabajos deben presentarse en letra Arial 12, con el interlineado de 1.5, en original y
dos copias en formato 8 ½ x 11, identificados con el sistema de Plica o Seudónimo, se
agregarán aparte, en sobre cerrado, el currículo literario con los datos de cada autor
(nombres y apellidos, carné de identidad, dirección, teléfono, correo electrónico.)
4. Las obras deben ser inéditas y no estar comprometidas para su publicación, ni
encontrarse en veredicto en otro certamen,
5. Podrán ser enviadas por correo postal adjuntando sus datos y remitirlos a: Revista
Ventana Sur. Centro de promoción literaria “Juan Clemente Zenea”, Calle Donato Mármol no
113, entre Avenida Francisco Vicente Aguilera y Antonio Maceo, Bayamo, Granma; o
enviarse por correo electrónico a [email protected]
6. Un jurado creado al efecto evaluará las obras presentadas y otorgará los siguientes
premios:
- La Revista Ventana Sur, otorgará un premio al mejor ensayo de corte artísticoliterario presentado, consistente en $ 2.000 M.N y diploma acreditativo.
- El Centro Provincial del Libro y la Literatura premiará un ensayo de contenido literario
que aborde la obra de un autor de la provincia, el mismo consistirá en $ 1.000 M.N y
diploma acreditativo.
- El Centro Provincial de Casas de Cultura premiará un ensayo que contenga
elementos de la identidad o la cultura popular tradicional en todas sus
manifestaciones, que consistirá en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo.
- Centro Provincial de la Música “Sindo Garay” otorgará un premio a un ensayo que
aborde dentro del tema central elementos que tengan relación con la música,
consistente en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo.
- El Consejo Provincial de Artes Escénicas, premiará un ensayo que aborde
directamente como tema central el teatro o tenga relación con él, que consistirá en $
1.000 M.N y diploma acreditativo.
- El Consejo Provincial de Patrimonio, concederá un premio a un ensayo de corte
artístico o literario que aborde directa o indirectamente el área de patrimonio,
consistente en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo.
7. La Revista Ventana Sur se compromete a publicar las obras ganadoras.
8. El Plazo de admisión vence el 31 de diciembre del año 2010.
9. La premiación del concurso se realizará en la Ciudad de Bayamo durante la vigésima
edición de la Feria del Libro.
10. La participación en el concurso implica la aceptación de todas las bases.
REVISTA CULTURAL
DE LA
PROVINCIA
Director:
Edgardo Hinginio
Edición:
Juventina Soler Palomino
Diseño:
Danilo Mora Rodríguez
Corrección:
María Salermo Hernández
Relaciones Públicas:
Lucy Milanés García
Impresión:
Gonzalo Mendoza Rabelo
DE
GRANMA
NÚMERO 9
ENERO-JUNIO 2010
sumario
PARALELOS
3 PANORAMA ACTUAL DE LA MÚSICA EN BAYAMO
Mayda Villa Tornés
DÉCIMA PÁGINA
Alejandro Aguilar
12 LA MUJER MANZANILLERA Y LA TROVA
Pedro Pita López
16 EL MILAGRO DEL PAQUIDERMO MUSICAL
Omar Felipe Mauri
18 MIGUEL MILANÉS, ÁRBOL CON FRUTOS
Orlando Concepción
20 CALLE 13 A FUEGO: PROYECCIÓN LATINOAMERICANISTA
Encuadernación:
Yordanka Mardembough
O LA ESTÉTICA DE LO GROSERO
Hugo Fabel
CONSEJO EDITORIAL:
Luis Carlos Suárez
Arsenio Rosales
Juan Salvador Guevara
Erwin Caro
Julio Sánchez Chang
Iliana Orozco
Ludín Fonseca
Domingo Cuza Pedrera
LEXÍAS
23 Gustavo Ramírez/ Sixto Juan Rodríguez/
Lázaro Gómez (Pelayo)
Envíe sus colaboraciones a:
REVISTA VENTANA SUR
Mármol 113, entre Antonio Maceo y
Ave. Francisco Vicente Aguilera
Bayamo, Granma. C.P.: 85 100
Telf: (023) 41 1112, 41 1116
Email: [email protected]
En la cubierta:
“La gran estafa”,
Ismael Évora
Cada trabajo expresa la opinión
de su autor
Impresa en el Taller de Ediciones Bayamo.
CPLL Granma
RNPS: 0369
ISSN: 1608-9251
VENTANA ABIERTA
A la obra de Ismael Évora
A PIE DE PÁGINA
31 LA JOVEN NARRATIVA GRANMENSE: UN CAMINO A RECORRER
Edgardo Hinginio
36 GRUPO DE NARRATIVA “HACEDOR”
Delis Gamboa Cobiella
FABULACIONES
39 Yunier Riquenes/ Delis Gamboa Cobiella/Alexey Mendoza/
Rafael Rodríguez Pérez/Roberto Infante Valdés/
Héctor Luis Leyva Cedeño/Ángel Julio Vázquez
EL ÁGORA
49 LA RAZA TRISTE: NOVELA BAYAMESA DE JESÚS MASDEU REYES,
Evelio Traba Fonseca/ ALEXEY MENDOZA Y LOS INSOMNIOS DEL
HOMBRE, Delis Gamboa Cobiella/ ORLANDO CONTRERAS, LA VOZ
ROMÁNTICA DE CUBA, Lázaro Efrén Álvarez de Ávila/ “UNA MUJER
SOLA” Y “UN HOMBRE EN CRISIS”.JUEGO(S) MÚLTIPLE(S) SOBRE
EL ESCENARIO, Juventina Soler Palomino/ MÁS ALLÁ DE LO
INSONDABLE, Yenisel Torres Arzuaga
Editorial
Editorial
El territorio en el cual ocurrieron los acontecimientos para
que el canario Silvestre de Balboa se motivara a escribir la
primera obra literaria -que fue un poema épico - el territorio
donde se compuso la letra y la música que sirven de guía
espiritual a la nación, donde Luis Felipe Rodríguez
desarrollara un género como el cuento, esta zona
considerada como una de las plazas posibles en la que
surgió el son y que tan cercana estuvo a la trova en las
figuras de Sindo Garay, Manuel Corona, y Carlos Puebla,
ha continuado expresándose a través de las épocas.
Ventana Sur, en este número, se dedica a indagar en
diferentes momentos de creación del arte musical y
narrativo del siglo XX y principios del XXI en Granma. Por
eso, la sección Paralelos dedica sus páginas a: un análisis
de la música contemporánea en Bayamo, con un
acercamiento crítico de acentuado carácter especializado;
la influencia de la mujer en la trova manzanillera; el órgano
oriental, uno de los símbolos de la cultura tradicional
nuestra; la participación de destacados músicos en el
panorama de las bandas de conciertos, especialidad
cultivada desde hace más de cien años y un acercamiento
a la estética de unos de los fenómenos contemporáneos
más controvertido, Calle 13, que no por ser expresión
foránea deja de tener su significación para nuestra
cultura.
Por su parte, A pie de página ofrece una visión sobre el
desempeño de los jóvenes narradores, apoyados en
Fabulaciones, con una muestra del grupo más importante
del género: Hacedor.
Décima Página y Lexías asoman el quehacer poético,
del que ha sido el más significativo y perseverante grupo
de poesía de nuestra provincia, el Grupo Sur. Un grupo
que muestra un trabajo cultural comunitario que ha
aportado a la estética de los habitantes del municipio Pilón.
El Ágora vuelve con reseñas, en la que se destacan: la
dedicada a las presentaciones de grupos teatrales,
exposiciones de artes plásticas, de libros publicados
recientemente y otros fundacionales para la cultura
granmense; señalar el trabajo sobre el importante músico
Orlando Contreras, representante del bolero y de una
época que todavía sus ecos perviven en la cultura popular
cubana.
Para la promoción de las artes plásticas se escogió la obra
del pintor manzanillero, Ismael Évora. Imágenes de sus
obras aparecen en la cubierta y contracubierta y en la
sección Ventana Abierta, reseñada por el escritor Delio
Orozco.
Ventana Sur abre su espacio, con la solidez de años de
labor y creación cultural.
Edgardo Hinginio
Director
paralelos
actual
de la música en Bayamo*
Panorama
Mayda Villa Tornés
Musicóloga
La música como una de las manifestaciones artística que integra el
gremio cultural, tiene gran poder de comunicación y es entre las
artes, quizás, la de mayor consumo. Podemos encontrarla en casa,
en las calles, en vivo, grabada o filmada, en el campo, en las fábricas
y escuelas, en los teatros y en grandes y pequeños espectáculos
artísticos. “Panorama actual de la música en Bayamo” quiere ofrecer
una panorámica contemporánea de los factores que inciden en la
estabilidad de la preferencia musical y correcta promoción de
nuestra música, para la preparación del gusto del público receptor;
además de la formación de un oyente integral, flexible e inteligente.
Se hace énfasis en la música popular que se ofrece a través de los
medios de comunicación local, la interacción entre los diferentes
tipos de música y la preferencia de la juventud; igualmente, abordará
el tema de la revolución tecnológica y las comunicaciones en nuestro
contexto. Estudiosos de esta manifestación artística han insistido en
clasificar la música en diversos tipos: folclórica, popular y culta,
aunque ya no resulta satisfactoria y con estos mismos términos
dialogaremos.
Como música folclórica se tiene a la trasmitida por medio de la
tradición oral1. El término hace referencia al saber del pueblo (Folk.,
pueblo y lore, saber). Sobre los ascensos y descensos de la música
folclórica, así como de lo histórico y lo vigente del término Martínez
Furé opina:
Como fenómeno cultural, el folklore reúne a las
manifestaciones más auténticas de la cultura popular
tradicional en oposición a la cultura de las clases dominantes
o cultura oficial. Existe un folklore positivo y también negativo.
En la nueva sociedad el objetivo es integrar lo mejor de esas
tradiciones porque lo negativo debe desaparecer
(supersticiones, hábitos de conducta antisociales, ignorancia,
etc.) Las tradiciones positivas deben hacerse conocer a los
sectores de la población […] puesto que son formas vivas de la
cultura de un pueblo, sometidas a los procesos de cambio de
dicha sociedad. Folklore no es sinónimo de museo, de cultura
congelada, de fósil curioso […].
Pero ese proceso no debe ser violentado, debe ser un proceso
dialéctico, de desarrollo. De igual manera que se transforma
la sociedad toda, el folklore, se desarrollará con ella, por eso
existe un folklore vigente y un folklore histórico.2
Supuestamente el artista de pueblo que crea su música no está
consciente de ello. Es anónima, empírica y colectiva. Por música
popular se entiende la producida con destino al mercado, una
música productiva con un valor de cambio, independientemente de
que fuera música folclórica originalmente.
La música popular cubana ha influenciado al mundo y se ha
3
paralelos
influenciado del mundo. Nuestra música refleja la
realidad social cubana y se crea un arte musical
que responde a las necesidades de cada medio.
La llamada música “culta”, cuya creación alcanza
el mayor grado de elaboración, del más alto nivel
técnico, se le conoce también como: música
sabia, música seria, música docta o erudita, y
tiene mucha menor difusión en el mercado,
aunque en los últimos tiempos se graba y ejecuta
en vivo cada vez más. No cabe duda de que hay
una sola música, buena o mala; pero es innegable
que se da una gran variedad de matices dentro de
ella misma. Casi nunca se presenta en estado de
pureza y se pueden influenciar unas a otras, esto
produce complejos procesos de interacción, que
conducen paso a paso a eliminar las barreras
que separan los diversos idiomas del lenguaje
musical, pues nuestro país necesita:
?
Música aplicada a los medios masivos.
?
Música electrónica.
?
Música popular de consumo diario.
?
Música de Concierto.
Existe la especialización en cada uno de los
campos de este arte: creador, intérprete y público.
En el caso del intérprete y el público aparece un
nexo importante porque ambos participan en la
creación tanto como el creador.
En la ciudad de Bayamo es usual que se
produzcan grandes espectáculos y festivales, que
atraen a públicos muy variados, donde se mezclan
nuestras mejores tradiciones en una combinación
equilibrada. También existen el público
especializado, que gusta de consumir un solo tipo
de música y no se decide a alternarla con otra. La
cuestión es que en cada caso los intérpretes
cumplen con la misión importantísima de ofrecer
reper torios cada vez más amplios e
interpretaciones de gran fantasía creadora,
respetuosa de los autores y destinada a estos
públicos cada vez más cultos y exigentes.
Nuestros formatos instrumentales, así como la
relación de intérpretes y creadores se encuentran
relacionados y representados por el Centro
Provincial de la Música “Sindo Garay”,
específicamente, en su departamento de
Desarrollo Técnico Artístico. Para atender los
proyectos, la institución cuenta con una plantilla
integrada por especialistas en los diversos tipos
de música3. De igual forma la estructura para el
aparato promocional se divide en departamentos:
4
Promoción, Programación y Comercialización.
Aunque estan creadas las condiciones
institucionales para la ubicación de los proyectos
musicales y la cantidad, calidad y diversidad de las
propuestas del catálogo están fortalecidas;
existen insuficiencias en los mecanismos de
promoción y contratación de la unidades artísticas
e insatisfacciones por parte de los músicos.
En el último quinquenio se ha incrementado la
cifra de agrupaciones que dedican su quehacer a
la música tradicional y bailable, producto de las
características socioculturales de nuestra
provincia. De igual forma el aumento de
profesores recién egresados de la Enseñanza
Artística, ubicados en la Escuela Profesional de
Arte “Manuel Muñoz Cedeño”, ha revitalizado el
movimiento musical tanto de música de concierto
como la música popular, permitiendo un mayor
intercambio entre las nuevas y las más
experimentadas generaciones, lo que propicia la
diversidad y la calidad de las propuestas.
A todo esto se suma una serie de espacios y
eventos que se realizan durante el año,
convocados por diversas instituciones culturales
que permiten la muestra del trabajo de algunas de
estas experiencias y de igual forma el intercambio
entre ellas y otras agrupaciones invitadas del
ámbito nacional e internacional; uno de los
elementos más recurrentes en cada caso, es la
participación del público a dichos espacios.
Peña River Jazz, sala UNEAC. Fotos: (cortesia de la autora)
Por parte de los músicos existe cierta apatía en
participar como receptores de cualquier acción
cultural y cuando acuden como protagonistas,
prima la necesidad de devengar una ganancia
económica como precio de su muestra. En el caso
de la música subvencionada no hay nada que
hablar al respecto, ninguno cobra por actividades
paralelos
en galas o espectáculos artísticos en los que se
requiera de su actuación. Sin embargo, no ocurre
así con el resto de los formatos y esto responde a
la ausencia de adecuados mecanismos de
contratación y estrategias de promoción de la
mayoría de los proyectos musicales que hoy
existen en nuestro catálogo, pues ven la
oportunidad de suplir una necesidad material a
partir de la propuesta artística, la que
comúnmente no ocurre en nuestro medio. En el
caso de los proyectos folclóricos que pertenecen
al Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”, su
propuesta no coincide con lo expuesto en este
trabajo, sino más bien se relaciona con
representantes de las culturas africana y
mexicana; que no reciben el tratamiento
adecuado, porque no cuentan con un espacio que
les permita dar a conocer su trayectoria y propicie
nuevas maneras de proyectarse. De todo esto que
existe, al público le llega muy poco y lo que conoce
está relacionado con programas de las emisoras
que llevan años trabajando con los espacios
establecidos de la música campesina y la música
de la tierra azteca. Aun en estos casos que
cuentan con apoyo en los medios audiovisuales,
no se actualizan los repertorios, ni modernizan las
propuestas de videos o grabaciones para las
emisoras, lo que divulgan son los temas gastados
por el tiempo, que resultan poco interesante y
atractivo para el público, fundamentalmente,
joven.
Las agrupaciones y formatos que cultivan la
música popular y popular bailable4, encuentran un
poco más de condiciones a la hora de
desempeñarse, aunque el mayor problema radica
en la estabilidad de sus trabajo y la promoción. Los
pequeños formatos se presentan de forma
rotativa por los centros gastronómicos de la
ciudad de Bayamo, siempre como una especie de
creadores de atmósferas idóneas para los
comensales que van a estos sitios.
Los repertorios que interpretan son variados y
entre ellos se encuentran tanto los instrumentales
como los vocales instrumentales. La verdad es
que cuentan, la mayoría con muy buena calidad
interpretativa, lo que falla en estos casos está
relacionado con la variedad del repertorio y
también en el único fin que tienen, considero no
merecido, “de relleno”, “de acompañamiento” y
no como protagónicos, es la manera concebida
de devengar ingresos personales. En la mayoría de
los ejemplos el objetivo fundamental está
relacionado con el aspecto económico y no con el
crecimiento artístico de sus proyectos. Las
propuestas de algunos formatos resultan muy
interesantes pero donde mayormente encuentran
escenario para exponer su quehacer artístico, no
se les valora como acompañamiento privilegiado.
En relación al público, no cuentan -los formatos
citados- con un grupo o club de seguidores, pues
no son de los más “populares”. Tampoco se
escuchan en la emisora radial de Bayamo con
frecuencia y así mismo ocurre con el Telecentro,
además de no contar con una peña en la que
puedan compartir su arte con otro tipo de público,
donde puedan ofrecer merecidos conciertos y
entablar intercambios con otros formatos
similares de donde podrían nacer nuevos
proyectos, incluso, de mayor calidad.
De hecho, ninguno de los casos expuestos,
anteriormente, cuenta con un CD para
promocionar sus trabajos dentro y fuera de la
ciudad. Se hace muy difícil la adquisición de
accesorios, instrumentos musicales y otros
medios para el desempeño de su trabajo. Lo
referido demuestra que, la parte promocional y de
contribución técnica a estos proyectos, cuya
obligación lo establece el Contrato de
Representación Artística con el Centro Provincial
de la Música “Sindo Garay”, es deficiente e
infuncional.
Para las orquestas bailables, su escenario idóneo
lo encuentran en las fiestas populares de la
ciudad y la búsqueda de trabajo fuera de la
provincia y todo por sus propios medios, así mismo
ocurre con la manera de tener un soporte
audiovisual que les permita promocionarse, eso
es en el caso de los que logran tal propósito y
aspiran a crecer artísticamente en su trabajo.
Hay quienes se mantienen más estables en los
programas radiales y que son más reconocidas
por el público bailador y en esto tiene que ver toda
la estrategia promocional de la institución que los
representa. En la mayoría de los casos, que son
numerosos, por cier to, sólo tienen un
reconocimiento local, la política promocional no
trasciende fronteras provinciales. ¿Qué factores
inciden para que nuestras orquestas no formen
parte de los hits musicales que se establecen a
nivel nacional e incluso a nivel provincial? ¿Qué
elementos pueden contribuir a una mejor y
merecida divulgación de las orquestas bailables a
nivel provincial y nacional, así como una mejor
imagen ante los medios y el pueblo? Estas son
algunas de las interrogantes que nos hacemos
una vez que se profundiza en el conocimiento del
5
paralelos
quehacer musical de algunas agrupaciones que
se han mantenido en el anonimato durante tanto
tiempo y que no desaparecen de nuestro catálogo.
Hay elementos que van más allá de una estrategia
institucional y tienen que ver con la originalidad de
las propuestas y la necesidad de ubicarse en
contexto. Muchas de nuestras agrupaciones
mantienen un mismo estilo de interpretación y de
trabajo, con sonoridades que recuerdan los años
70 o los 80, sin percatarse que hoy el mercado de
la música propone comercializar la originalidad,
así como los valores patrimoniales conservados
de forma digna.
Es necesario destacar que nuestros oyentes
participan de forma activa en la apreciación y
disfrute de diversas culturas que nos llegan por los
propios medios de difusión, y por los videos
caseros; me refiero a la entrada de los DVD, HD
Player, video caseteras, entre otros equipos. De
igual forma la propagación de los bancos
particulares que alquilan musicales, recitales y
novelas, los que considero, no cuentan con lo más
representativo de las culturas foráneas y, mucho
menos, le dan cobertura a la cultura nacional.
Se debe tener en cuenta que con el desarrollo
tecnológico de nuestro país, las grabaciones
“piratas” o “estudios piratas” vienen a cubrir un
espacio que no ocupan nuestras disqueras.
Entonces se establecen las competencias sin
sentido entre proyectos de una muy mala
propuesta musical, con grabaciones que carecen
de una estética aceptable, y quedan fuera de
posibilidades aquellos que no han sabido, ni
podido entrar en el juego comercial.
Con todos los avances tecnológicos en el mundo,
el mercado del disco se encuentra muy deprimido.
En Cuba a pesar del incremento de las firmas
disqueras, fundamentalmente en la década del
90, jamás se ha llegado a un crecimiento
parecido a la situación internacional, ni durante la
crisis, y en el caso de Bayamo, es aún más crítica
la situación.
En relación a los repertorios es interesante como
se suceden ediciones del Festival Provincial de
Música Popular “Sindo Garay”, donde se premia
la creación y la interpretación, sin embargo solo se
tiene en cuenta en el evento pues no alcanza el
terreno fuera de él; no se reconoce el certamen
mencionado como un aporte a la historia musical
de la ciudad. Esta es la oportunidad en la que el
número de creadores incrementa su propuesta y
de igual forma se presentan nuevos y jóvenes
intérpretes, además de los que ya se han
6
consagrado a la carrera. Una vez que pasa el
festival
no sucede nada con esas obras
competidoras, no sólo con las ganadoras, sino con
todas las que fueron admitidas por un jurado de
expertos, o esa, no consta: el registro por
ediciones, el listado de participantes y la relación
de obras que se envían al concurso. La selección
no depende del criterio de un grupo de
especialistas basado en los requisitos del
certamen; sin embargo, las obras no escogidas
pueden interesarle a cualquier director de otro
proyecto musical e incluirla en su repertorio, y así
promocionarlas. La verdad es que nada de esto
sucede.
Con mucha suerte se divulga la obra durante un
tiempo porque en esto inciden las condiciones
Cuarteto Metales en concierto, teatro Bayamo
técnicas de las emisoras y telecentro de Bayamo,
los que no cuentan con soportes para conservar la
memoria de estos hechos, además de ser
bastante difícil el poder grabar una de estas
magníficas galas, donde se le ofrece homenaje a
la música y la cultura cubanas y a muchos de los
creadores e intérpretes presentes y ausentes de la
localidad.
En el caso mencionado anteriormente, con
paralelos
relación al Festival “Sindo Garay”, alrededor de
este se construye todo un espectáculo artístico.
Dos noches de competencia y una de
premiaciones en las que participan las obras
seleccionadas y conjuntamente con ellas se
presentan intérpretes de gran reconocimiento
nacional, pero como invitados. Dias antes del
Festival para montar los números, el proceso se
complejizaba porque había que constituir una
orquesta llamada, “Orquesta del Festival”, que
con varias semanas de antelación ensayaban y
montaban cada tema seleccionado; esto servía
de reto para muchos de los músicos que la
integraban, porque los mismos eran parte de otras
experiencias musicales, fundamentalmente de la
música popular bailable.
Este hecho era único, el pensamiento musical e
interpretativo a trabajar no estaba en
correspondencia con las líneas de la música
popular a las que estaban acostumbrados, sino
más bien, en función de un espectáculo artístico y
coincidiendo en el escenario con los mejores
músicos de la localidad, particularidad esta que
servía de incentivo para muchos que edición tras
edición esperaban la oportunidad de presentarse
o de ser seleccionado.
Luego sucedieron una serie de inconvenientes
relacionados con el presupuesto del evento, y la
situación económica del país, elementos que
incidieron en la eliminación por completo de la
orquesta acompañante, la cual fue sustituida por
los background, particularidad esta que atenta
contra los objetivos del Festival, que se
concentran en el desarrollo integral de los
aspectos relacionados con la creación e
interpretación musical.
Del mismo modo en que se eliminó la existencia
del acompañamiento en vivo de orquestas a los
festivales y eventos, sucedió similar con la
orquesta acompañante del “Cabaret Bayam”, la
que por causas económicas desapareció. El
concepto musical del acompañamiento a
espectáculos de variedades era también una
experiencia particular, por las características
dramatúrgicas de la propuesta, el lugar a
presentarse y el público que asistía. Fue una
tradición que se perdió, y ocuparón su lugar las
g r a b a c i o n e s d e m ú s i c a p o p u l a r t a n to
internacional como nacional, pero no se incluían
temas de agrupaciones o compositores locales.
Es interesante tener en cuenta un detalle, que
resulta ser característica común en todos los
procesos de la trayectoria de la música cubana en
general,
y está relacionado con la
multifuncionalidad de nuestros músicos. Me
refiero a la capacidad interpretativa de muchos de
ellos al encontrarse formando parte de los
pequeños formatos vocales-instrumentales,
instrumentales, en orquestas populares bailables,
como solistas, en la propia banda de concierto,
como profesores de la enseñanza artística, así
como integrantes de estas orquestas antes
mencionadas. Tal situación propiciaba un
desarrollo individual y profesional en aquellos que
cuentan con la posibilidad y el talento de asumir
estas responsabilidades.
En la actualidad, el espectáculo del “Cabaret
Bayam”, principal Centro Recreativo Cultural en
Bayamo, continúa ausente de esta interesante y
necesaria propuesta que a nivel internacional
continúa vigente y que en los Centros Nocturnos
más importantes de nuestro país, también se
conservan.
Si bien toda una serie de acontecimientos y
sucesos cronológicos enmarcan las
características del comportamiento de la música
en Bayamo, en sus más diversos estilos, también
se nos hace necesario abordar el tema de la
llamada música “culta”. Algunos trabajos de
investigación han descrito las dimensiones y
repercusión de importantes procesos, formatos y
figuras de la música en la localidad, los cuales se
convierten en precursores de lo que acontece en
la ciudad de Bayamo.
Existe una tradición fuerte y sólida en la
formación de las bandas de conciertos
representados por los maestros: Manuel Muñoz
Cedeño, Rafael Cabrera Martínez, Nerio González,
Joaquín Muñoz Casate, Salvador Alarcón y en la
actualidad Carlos Puig Premión, quienes se han
encargado de fomentar el trabajo de la música de
cámara y la música académica, siendo en algunos
casos fundadores del Conservatorio de música de
la ciudad y formadores de importantes intérpretes
y de reconocidos proyectos de concierto. Con el
antecedente mencionado, la existencia de una
vida cultural activa en la Villa de San Salvador de
Bayamo, desde mucho antes del 1868, en la que
se incluye una coral que participó en distinguidos
eventos y la que compartió con prestigiosas
personalidades de la música nacional e
internacional, se convierten en testimonios
vigentes, de lo que hoy acontece.
La ciudad de Bayamo cuenta con la Escuela
Profesional de Arte “Manuel Muñoz Cedeño” en la
que cursan estudios, niñas y niños, jóvenes de los
7
paralelos
niveles elementales y medio en diversos
instrumentos. Algunos de los que hoy integran el
claustro de profesores, fueron estudiantes de esta
escuela. También muchos de los maestros que
hoy se encuentran ofreciendo su saber son de
Bayamo y se desempeñan “además” como
intérpretes de proyectos de concierto y de la
música popular.
Los profesores recién egresados y ubicados a
cumplir su servicio social en la Escuela Profesional
de Arte, han mostrado inquietudes por
experimentar en acciones que van más allá de la
enseñanza; la de formar proyectos interesantes
que abordan, desde los conjuntos de música
antigua, dúos, tríos y hasta orquestas de cámara
que acompañan las graduaciones de estudiantes,
como a jóvenes egresados de la enseñanza
ar tística, orquestas que también están
conformadas por los mejores jóvenes que cursan
estudios de música. Estas nuevas propuestas
refrescan el catálogo que existe en la actualidad,
así como la perspectiva de muchos proyectos
establecidos, quienes consideran no tener ningún
tipo de competencia, ni estímulo a la hora de
realizar su labor. A pesar de este despertar de la
música para pequeños formatos en la ciudad, aún
no se establece un sistema de crecimiento o
aprobación por el Centro Provincial de la Música
“Sindo Garay” para poder conservar a estos
seguidores revolucionarios de la música de
Grupo “Enhorabuena”, Casa de la Trova en Bayamo
Foto: (Lino Valerino Cambart)
concierto. Las razones que presentan los
especialistas y directivos de la música para
justificar la falta de gestión en el crecimiento de
nuestro catálogo, se concentra en explicar que el
Instituto Cubano de la Música tiene el proceso de
crecimiento congelado, hasta que no se realice
una revisión exhaustiva de cada proyecto que ya
8
fue aprobado, en los que se incluyen los
fundadores. De este tema estamos hablando
hace más de 3 años, sin embargo, no acaba de
visitar nuestra ciudad ninguna comisión
encargada de audicionar a los proyectos. De igual
forma debemos aclarar que existe en la ciudad un
grupo de especialistas que se hace llamar por el
Centro Provincial de la Música como “Consejo
Técnico” que también, entre sus funciones, tiene
la de valorar estas nuevas propuestas para luego
elevar al instituto sus necesidades; pero en
ninguno de los casos se ha propiciado la ocasión
de reunir ni a la Comisión de La Habana, ni a la del
Consejo Técnico de la Ciudad. Sin embargo,
diariamente podemos apreciar que aparecen en
la televisión nacional y en el resto de nuestros
medios de difusión, tanto en la radio como la
prensa, la existencia de nuevos proyectos en el
catálogo “habanerístico” y que cuentan con el tan
solicitado aval de “profesionalidad”. ¿Qué
mecanismos se deben seguir para lograr que
nuestros proyectos sean aprobados por La
Habana? ¿Cuáles son los criterios a tener en
cuenta para aprobar un proyecto de nuestra
provincia o ciudad? ¿Por qué el Centro Provincial
de la Música se muestra prácticamente pasivo
ante tal situación?
Las consecuencias ya las estamos viendo.
Nuestros jóvenes educandos cuando logran
entrar a un nivel medio en otra provincia tratan de
quedarse allí a trabajar, y si por suerte logran
comenzar estudios en el Instituto Superior de Arte
en la Capital de nuestro país, con más razón se
olvidan de sus orígenes. En relación a los que hoy
tenemos entre nosotros, comienzan la gestión
para su proceso de emigración urgente, porque
son jóvenes con perspectivas, sueños y ganas de
hacer y que por supuesto notan el desinterés y
desatención por parte del Centro Provincial de la
Música “Sindo Garay” ante sus inquietudes, que a
mi criterio son muy válidas propuestas.
Con una mirada al otro lado de la moneda, me
refiero a los proyectos que ya pasaron por esta
situación y que hoy laboran a partir de una
programación organizada por los “especialistas”
de la institución; aquí también se recogen
algunos criterios que son medulares para el
desarrollo y conservación de este tipo de música
en una ciudad tan rica en la tradición, pero que no
puede únicamente vivir de su historia.
Se han establecido espacios fijos en instituciones
culturales de la ciudad, supuestamente
caracterizados en dependencia de sus funciones,
paralelos
pero nos hemos encontrado con la situación de
que nuestros formatos han ido a estos lugares a
interpretar dos o tres temas, porque el fin de la
actividad no es únicamente el concierto. En otros
casos los responsables de estas instituciones no
han estado informados de la actividad, por lo que
se cancela la presentación.
Se ha caído en la falta de respeto a nuestros
formatos de concierto, sus objetivos iniciales se
han transformado y no para bien. Muchos han
visto en estas desorganizaciones la oportunidad
para aprovecharse de la situación y repetir de
forma incansable su repertorio, sin renovar la
propuesta y sin preocuparse, ni ocuparse de
nuevos montajes ya que el sistema de evaluación
no existe; y el especialista que debe atender este
frente por el Centro Provincial de la Música ha sido
muy inestable en la plaza, además de que cabe la
posibilidad de la no idoneidad en algunos casos.
También es válido destacar, que si bien la ciudad
se ha visto beneficiada por transformaciones
socio-culturales en los últimos 6 años, en lo que se
incluye el acondicionamiento de Cines y teatros
para la presentación de espacios artísticos; para
la música de concierto no se ha preparado ningún
local que cuente con el mínimo de condiciones
para los conciertos de nuestros proyectos y que
por supuesto, ellos se vean ante el reto de la
constancia y la preocupación externa por su
permanencia y de igual forma, nuevamente, sea
la calidad de sus propuestas, uno de los objetivos
fundamentales de su labor con ellos como
profesionales de la música y con los públicos.
La realización de las Jornadas de Concierto Rafael
Cabrera in memoriam, convocada y organizada
por el Centro Provincial de la música “Sindo
Garay”, perdió todo brillo y esplendor. Este era uno
de los espacios que estimulaban al estudio y a
compartir con otras experiencias y formatos
similares de todo el país, quienes venían a la
ciudad para participar de una fiesta de calidad y
prestigio, con músicos y proyectos consagrados,
como los jóvenes estudiantes del Instituto
Superior de Arte (ISA), quienes veían en Bayamo
un escenario apreciable para este tipo de música.
Los Encuentros Nacionales y Territoriales de
Bandas de Concierto también fueron perdiendo
uno de sus objetivos fundamentales, la
confrontación. Evento que se convirtió en el
desfile de bandas de la provincia, con la única
presentación de la banda de Holguín u otra en
alguna ocasión, por causa de la situación actual
del país. En este caso, considero que se ha
salvado del exterminio por el Programa para el
Desarrollo de las bandas de Concierto propuesto
por el Instituto Cubano de la Música (ICM), el que
facilitó la formación de 10 bandas de nueva
creación en Granma y que en la actualidad no
todas tienen el honor de participar en este
encuentro, porque no cuentan con un trabajo
digno en su quehacer musical.
Si vamos al análisis de la constancia fonográfica
de estas experiencias en la ciudad, muy pocos
cuentan con alguna grabación de buena calidad,
realizada en algún momento de su trayectoria. Es
triste analizar el caso de la música de concierto en
Bayamo, aún cuando es precedido de una
tradición, cuando todas nuestras deficiencias
institucionales, que se concentran en la
organización y compromiso ante nuestras
funciones, se escudan en los problemas
económicos del país.
Poco a poco van desapareciendo los fundadores
de este movimiento, podemos mencionar a
algunos como el maestro Salvador Alarcón o del
pianista René Capote, quienes no se encuentran
físicamente entre nosotros y nos legaron todo un
saber de conocimientos de forma intangible y
tangible, pero es que aún no conocemos a ciencia
cierta los verdaderos aportes de otras figuras
imborrables que aún no forman parte de ningún
estudio serio de investigación, donde se puedan
dar resultados palpables y concretos que les
permita ocupar el verdadero lugar que bien
Coro Profesional de Bayamo, sala de la UNEAC
pueden tener en la trayectoria musical no sólo de
Bayamo, sino de nuestra nación.
Es necesaria la visión estratégica de la institución
para propiciar acciones de desarrollo local que
permitan un acercamiento a nuestra historia,
existen condiciones para fomentar el auge de la
música de concierto y de igual forma necesidades,
nuevas y buenas propuestas donde apoyarnos
9
DÉCIMA PÁGINA
ALEJANDRO AGUILAR
EL FARO TUMBADO.
9na Bienal de la Habana.
DIÁLOGO ENTRE CARONTE Y EL CAPITÁN
DEL ARGOS A LA ENTRADA DE LA
ESTIGIA. (Fragmentos)
Jasón
Cómo quieres Caronte que ya no vea
La quilla de la encina tan prodigiosa
Como quieres que navegue tras la rosa
De los vientos y ser otro con Medea
Por qué de pronto quieres tanta pelea
Tratando de cambiar este desatino
Y que de repente cambie mi destino
Sin más hazañas sin viajes sin encono
Rehusar las vanidades de este trono
Y ya olvidarme que existe un vellocino.
Caronte
I
Llega la melancolía
Soledad a ras de suelo
Llanto que levanta vuelo
Por ausencia de vigía
La noche desconocía
El terrible desamparo
Junto al silente disparo
De las estrellas fugaces
Mientras en el suelo yaces
Y así no podrás ser faro.
II
Sin azul que te proteja
Sin el vaivén de las olas
Todo el horizonte a solas
Sin tus ojos ni la vieja
Canción del mar breve queja
Sobre el rostro del caído
A lo lejos el gemido
De un corazón sin un puerto
tras una luz que se ha muerto
De bruces contra el olvido.
Ahora llamo Jasón sal del letargo
Espero pronto traspases el portón
Abierto lo tienes en toda ocasión
Sé que tienes tus razones sin embargo
Te recomiendo te fijes en el largo
Corredor tan silencioso sin espumas
Sin vientos tormentosos sin tantas sumas
De intemperie que padeces con las fieras
ven sin monedas a mi pasa que esperas
Mira son acogedoras estas brumas.
Triste, escultura
de la artista Veda Hallowes.
paralelos
para continuar fortaleciendo este perfil de la
música.
Aún quedan insatisfacciones por parte de algunos
que soñamos con la posibilidad de ver conformada
la orquesta sinfónica de la ciudad o una orquesta
de cuerdas, pero con estructura estable y donde
pueda hacerse gala de los resultados de nuestros
maestros, experiencia esta, que permitirá una
nueva perspectiva de desarrollo no sólo de la
música de concierto, sino también de nuestra
enseñanza artística.
Es muy importante rescatar nuestra história
musical porque se convierte en un precedente de
lo que hoy podemos disfrutar. Es indudable que
nos queda un largo camino por recorrer, del cual
nos ocuparemos para brindarle atención al
producto más comtemporaneo que dentro de
algún tiempo se convertirá en el patrimonio de las
futuras generaciones. Tenemos funciones y
responsabilidades que cumplir ante el
compromiso de nuestra identidad, pero para poder
rescatar o proteger tradiciones, primero
necesitamos conocer, sin temor a descubrir lo que
se detiene o esconde a cada paso que damos, en
pos de la política que establecemos.
Lo más importante de todo es lo que podamos
rectificar. La comunicación entre la institución y el
artista no puede estar ausente y la mirada
autocrítica y exigente en cada caso debe ser lo más
justa posible dentro de los tiempos que vivimos.
Estas breves consideraciones acerca de la
actualidad de la música en Bayamo son una
apreciación colectiva de muchos de los que hoy
nos sentamos a compartir en esos espacios que
las instituciones nos ofrecen, tanto como
intérpretes, creadores, organizadores y también
como públicos. Es el testimonio de muchas voces
que hacen, necesitan y merecen ser apreciadas y
valoradas como tal. Que contribuya esta
apreciación a mejorar nuestro presente, para
poder en un futuro referirnos a la música del
mismo modo y con el mismo orgullo que hoy
hablamos de nuestro pasado.
CITAS Y NOTAS:
* El trabajo fue realizado en el año 2009. A partir de él, el
Centro Provincial de la Música retomó algunos elementos
para incorporarlo a su funcionamiento, aunque no ha sido la
generalidad. Consideramos de gran importancia su
publicación. (N. de E.)
1
Valdés Carmen: “La Música que nos rodea”. Editorial Arte y
Literatura, Ciudad de La Habana, 1984. Pág 16.
2
Martínez Furé, Rogelio: Diálogos imaginarios. Editorial Arte y
Literatura, LA Habana, 1979. Pág260.
3
Ver Anexo 1 (Tabla de Proyectos Musicales).
4
Nos referimos a los pequeños formatos y a las orquestas de
música popular bailable.
Anexo 1
Las Empresas de atención a artistas en Granma datan de
1977 y han pasado por diferentes nombres, primero Unidad
de Contratación de Artistas, la misma comenzó con los
departamentos de Contabilidad, Programación, Recursos
Humanos, y la Dirección, luego recibió el nombre de Empresa
de Espectáculos y Variedades, en este momento agrupaba
artistas de Bayamo, Manzanillo y Jiguaní, así como los artistas
de circo.
No fue hasta el año 1990 que el circo desaparece de nuestra
empresa y comienza a llamarse Centro Provincial de la Música
“Sindo Garay”.
Actualmente contamos con 1 324 artistas, 792 de la música
subvencionada y 532 de la Res 1/01, los que llevan su talento
a todo el territorio.
Género
Cantidad U/A
Integrantes
Coral
1
31
Bandas
13
426
Bailable
33
330
Concertante
13
50
Tradicional
29
117
Popular
81
269
Espectáculos
10
87
Especialidades Artísticas
9
14
Total
189
1324
Trabajadores.
Vic Cuba: 27
Empresa: 57
Desarrollo Artístico: 16
Taller: 3
Manzanillo: 20.
Total: 123
Total de trabajadores en la empresa: 1638.
Total de Artistas Res 1/2001: C/U 127 Integrantes 617
Apoyo 150
Subvencionados: C/U 64 Integrante 673
Apoyo 79
11
paralelos
LA MUJER
MANZANILLERA
Y LA TROVA
PEDRO PITA LÓPEZ
Investigador
12
A finales del siglo XI Francia se convertía en la cuna universal de la
Trova, nacía el estilo trovadoril en la progresiva municipalidad de
Provenza. Siendo la poesía de los trovadores la expresión natural de
la manera de vivir aristocrática y refinada en las cortes provenzales.
Sus temas predilectos eran: la contemplación de la naturaleza, los
placeres del buen comer y, naturalmente, el amor a la mujer amada.
Sucedería de esta manera en la Trova Española (siglos XIII y XV) y en
la Alemana (principio del siglo XIII hasta el XIX).
En el siglo XIX cubano, un sastre, compositor y guitarrista
santiaguero llamado José Vivanco Sánchez Hechavarría, más
conocido por Pepe Sánchez (1856-1918) con su bolero “Tristeza” se
convertiría en el Padre de la Trova Cubana, uno de los temas
preferidos, nuevamente, era el destinado a los sentimientos hacia
la mujer amada. Siendo ella siempre el pretexto de toda quimera,
que poco a poco ha formado parte de nuestras tradiciones
musicales, transformándose en fuente inagotable de inspiración
por su belleza, virtudes, hechizos y desatenciones, es como un
componente indispensable de los diferentes estilos y géneros de la
música cubana; a través de ello se hizo evidente un lenguaje propio
para describirlas. Las canciones: Cristina, Longina, Santa Cecilia,
Germania y Mercedes así lo indican. A principios del siglo XX, en
1910, Angelita Beque se convertiría en la primera mujer cubana en
incursionar en la canción trovadoresca, figura en los programas de
los cines silentes. Con su voz prima fue una notabilísima intérprete
del cancionero trovadoresco en los primeros dos lustros del pasado
siglo. Un año más tarde, el 18 de mayo de 1911 comenzaría
profesionalmente como trovadora a la edad de 16 años María
Teresa Vera, en un programa de homenaje a Arquímedes Pous en la
Sala “Politeama Grande” interpretando la criolla “Mercedes”, de
Manuel Corona. Aparece entonces Justa García, que con su voz
segunda ha sido considerada como “(…) lo más notable que ha
conocido la trova cubana.”1 Fundó e integró el Trío “García” uniendo
su voz a las de Ana María García y Nené Ayué. Además, en la década
del treinta, Justa forma un Cuarteto por el cual pasaron: Ana María
García, Hortensia López, Hilda Santana, Dominica Verges y María
Teresa Vera.
A la par de estas incorporaciones femeninas al género trovadoresco
–que fueron muy pocas- tuvieron que enfrentar debido a los tabúes y
machismo existente en la época muchas “(…) críticas, opiniones
desfavorables, confusiones respecto al comportamiento sexual de
muchas de ellas y eso hizo retraer a algunas trovadoras a que no
cantaran”.2
Al realizar un análisis del comportamiento demográfico revelado en
los diferentes censos de población efectuados en nuestro país desde
paralelos
1899 hasta 1953, nos demuestra como esta
incorporación femenina a la música iba en
aumento, aunque en relación al total de mujeres
en el país, representaban un bajo por ciento. Las
incorporaciones femeninas estarían dadas
fundamentalmente “(…)
a la creación y ejecución
de las músicas de
concier to y de la
folclórica-popular
3
cubana.” Sin embargo,
este incremento no se
comportó igual en el
género trovadoresco, ni
en las diferentes
regiones del país, en la
primera mitad del siglo
XX, con excepción de La
Habana.
Por ejemplo: en Sancti
Spirítus “(…) que es una
región importantísima de
la trova, nunca hubo
m u j e r e s t rov a d o r a s
hasta después de 1959,
(…) en Camagüey hubo
un Dúo mixto, en
Santiago de Cuba hubo
algunos intentos de
cantar trova por parte de
las mujeres, (…) pero no
se desarrollaron hasta después del triunfo de la
Revolución.”4
No obstante, a finales de la década de los años 20
y principios del 30, Manzanillo se convertiría en la
tercera ciudad del país en tener incorporaciones
femeninas a la canción trovadoresca, al
presentarse en los programas de las entre
funciones del Teatro Manzanillo, las voces y
guitarras del Dúo conformado por Pura
Benemelis y María Raga y de las actuaciones de
Pura junto a sus hermanos en el Cuarteto de
voces y cuerdas “Benemelis”
Pura era descendiente de lo que pudiera llamarse
una familia musical y de músicos. Su progenitor
Jaime Benemelis Pérez fue un gran músico, de
oficio panadero, fundador de las más famosas
comparsas manzanilleras, lo que le hizo ganar el
nombre de Padre de la Trova en esta urbe citadina
al organizar las diferentes tandas de trovadores y
amenizar los carnavales de 1910.
Jaime crearía una vasta familia de seis hembras y
siete varones, éstos se dedicaron posteriormente
a la vida profesional de la música y las hembras,
aunque dedicadas a la vida doméstica, cantaban y
tocaban guitarra enseñadas por Jaime.
Aunque todas las hembras tenían instrucciones
musicales y de canto,
serían: Pura,
Esperanza y Fé las que
más se adentraron en
la Trova.
Por su parte, María
Raga era prima de
Pura, aunque su
p ro g e n i to r ( m e d i o
hermano de Jaime) era
hojalatero conformó en
los primeros años del
siglo XX un trío familiar
realizando serenatas.
Pero, otras dos
manzanilleras a
mediados de esta
década del 30 de este
siglo, las hermanas
Isabel Dolores
F e r n á n d e z y
Concepción Fernández
(Conchita) de forma
ocasional “(…) unieron
sus voces y al
percatarse de su gran
empaste en el canto, así como la aceptación
lograda en el seno de la familia y amistades más
cercanas, surgiendo así el Dúo Hermanas
5
Fernández (…)” , Isabel comenzaría a instruirse en
la música, a la edad de 17 años, con el profesor
santiaguero Guillermo Mozo, el cual le impartió
conocimientos de teoría y solfeo de la música.
El comienzo en el arte trovadoresco de Isabel fue
por el amor a la compañera fiel y amiga común a
todos los trovadores: La guitarra. Este afán desde
pequeña de tener ese instrumento, hicieron que
le pidiera al padre dinero para comprarse un par
de zapatos y realmente fue y se compró la guitarra
que vendían en $ 5.00, ¡cual sería la sorpresa de la
madre al verla aparecer con la guitarra!, donde la
respuesta de Isabel fue: “(…) Madre mía, ¡voy
aprender a tocar guitarra, porque es el ideal de mi
vida” (…)”.6
Esta inclinación de la incipiente trovadora por la
música popular le costó un regaño de su profesor,
13
paralelos
al escuchar este algo distinto a los ejercicios que Destacándose el Dúo de Victoria (Chicha) Vitorte
le había orientado; pero Niña, con ese carácter (¿-14/3/61) y María del Pilar Batista Bazanta,
emotivo y sus encantadores 17 años, le expresó Esther (Teté) De la Cruz.
que esa era la música que le gustaba y que a De este grupo de jóvenes, sólo una, presentaba
partir de ese momento trataría de ejecutarla en conocimientos musicales elementales en cuanto
su guitarra. Fue tanta la insistencia de la alumna a la guitarra, me refiero a Victoria Vitorte, ya que
que el profesor le enseñó los golpes elementales su progenitor Luís Vitorte las fabricaba en nuestra
de la guitarra de la
ciudad, a pesar de no
música trovadoresca,
tocar con ella, así
los primeros acordes
como sus hermanos
aprendidos en el
Santiago y Chicho
instrumento fueron
Vitorte conformaban
melodías clásicas del
un excelente dúo de
r e p e r t o r i o
trovadores. No
internacional. Ambas
obstante a ello desde
“(…) viajarían a Santiago
1935 Victoria, “(…)
de Cuba a la casa de
durante los oficios de
una tía y al repetir sus
la Iglesia Metodista
actuaciones son
situada en las calles
invitadas a actuar en la
de Gral. Benítez y
emisora radial CMKW
Merchán bajo la
donde por sus encanto
dirección del
de voces y arpegios
Hermano Echevarria
güitarrísticos lograrían
donde actuaba en el
que las contrataran,
coro (…)”.9 En el mes
pero al enterarse el
de mayo de 1943, con
padre de ambas éste
motivo de las
decide mandarlas a
celebraciones por el
buscar de regreso hacia
Día de las madres,
7
Manzanillo”.
estas jóvenes en la
Se le vería un tiempo
Logia “Buena Fé”
después en su función
harían galas de su
Creación autoral de la trovadora Isabel Dolores Fernández
de esposa y madre
afición al ar te,
(Niña La Rosa) dedicada a los ojos del esposo.
dedicarse, en lo
realizando excelentes
fundamental, “(…) a
actuaciones, la
cumplir sus deberes, en los pequeños espacios prensa de la época como el diario bayamés
de tiempo libre que sus responsabilidades le “Hatuey” lo recogería en sus páginas.
ofrecían, tomar su querida guitarra y seguía el Como en la trova tradicional de principio de siglo
aprendizaje de este instrumento por lo que su ellas también sufrieron de las escaceses y la
vocación de artista se mantuvo en esta etapa. pobreza de la época, baste recordar que Chicha
Sus aspiraciones artísticas las adaptó a sus Vitorte y su familia vivían en una casa alquilada y
condiciones de vida, ya que por encima de todo el dueño exigía el pago, al no tener el dinero
estaba la familia, y en su entorno familiar fue tendrían que desalojarlos, sus compañeras del
escuchada no solo tocando la guitarra sino, arte trovadoresco al enterarse de ello deciden en
además, cantando, de esta forma nació la el mes de diciembre de ese año 1943 realizarle
8
trovadora”. En 1938 en las Logias manzanilleras un homenaje, donde venden las papeletas tanto
comenzarían a destacarse un grupo de jóvenes en las Logias como en la población para recaudar
procedentes de familias humildes, pero decentes ese dinero.
según las costumbres de la época, cultivando el Esa noche en el homenaje a Chicha Vitorte que se
género trovadoresco,
donde prevalecía el realizara frente al Parque De Céspedes, donde se
repertorio de la trova tradicional. Ellas encontraba ubicada la Planta radial de
amenizaban actividades culturales que estas Manzanillo, actuaron lo que más brillaba en el arte
instituciones fraternales desarrollaban. manzanillero tanto de lo culto como de lo popular,
14
paralelos
entre ellos: Leo Palma, los Hermanos Estacio,
Carlos Puebla, los Hermanos Santiago y Chicho
Vitorte. Así la trovadora Chicha Vitorte no pudo ser
desalojada.
Estuvieron brindando su obra hasta finales de la
década de los años 40 cuando comenzaron a
crear familias. Chicha se casó y fue a residir a la
ciudad de Santiago de Cuba por la carretera de
Quintero, María del Pilar se quedó en Manzanillo
y Esther De la Cruz se mudó a La Habana.
Con el paso del tiempo: Pura se fue a residir en
Ciudad de La Habana sin separarse de la guitarra
como fiel compañera hasta su muerte; Fé se
trasladó a la ciudad de Camagüey, siendo por
mucho tiempo una destacada trovadora, además
de Presidenta de la Trova en esa ciudad; después
se trasladó a Ciudad de La Habana y actualmente
reside en los EE.UU.
Por otra parte, Isabel Fernández (Niña La Rosa) al
morir su esposo, en 1963 y guardar el tiempo de
respeto que este merecía, se dedicó por entero a
la actividad de aficionada a la música, y al
hacerse acompañar de su guitarra, se convirtió
en juglar de la música tradicional cubana, es
decir, en una genuina trovadora. Falleció el 4 de
noviembre del 2004, y es recordada por siempre
como La Niña y la Madrina de la Trova de
Manzanillo. En el caso de Victoria (Chicha) Vitorte
fallecería en la ciudad de Santiago de Cuba el 14
de marzo de 1960, Esther De la Cruz continuó
residiendo en Ciudad de La Habana hasta su
fallecimiento y María Del Pilar Batista Bazanta
reside en Manzanillo con la edad de 86 años.
No obstante, al Movimiento Trovadoresco
manzanillero lo distingue, además de la
presencia femenina en la primera mitad del siglo
XX otro aspecto que es: La creación autoral,
aunque en el trabajo autoral femenino
trovadoresco existe “(…) una ausencia de
canciones de exaltación de la belleza física del ser
amado (…)”10, desconociéndose alguna “(…)
canción hecha por mujeres donde haya un
regodeo descriptivo de músculos o labios o de
11
otra características física de un hombre (…)”. , en
nuestra ciudad la trovadora Isabel Dolores
Fernández (Niña La Rosa) se convierte en esa
excepción, con su canción “Poema de los Ojos” la
cual le compusiera a los ojos azules de su esposo.
Todas ellas dejaron un ejemplo en el devenir
trovadoresco femenino contemporáneo, pero
Isabel Dolores Fernández (Niña La Rosa)
manifestaba
a la nueva generación: “(…)
recuerden que la música genuina de nosotros, (…)
aquella música que nos llenó toda la vida, no
puede quedar opacada (…) que no dejen caer la
12
música cubana (..,).”
BIBLIOGRAFÍA.
Arias Torralba, Mario; Entrevista realizada por la periodista
Idalmis Solás en los Estudios de Grabaciones de la Emisora
“Radio Granma” en el 2005.
1
2
Betancourt Molina Lino, Entrevista realizada por el
periodista Antonio Sánchez López y publicada en el libro
“Trovadoras” de la Ed. Oriente de Santiago de Cuba,2008.
3
Caimary Díaz, Pedro y Autores; “NIÑA LA ROSA,
TROVADORA MANZANILLERA”, Enciclopedia de Manzanillo;
2005.
4
Fernández, Isabel Dolores; Entrevista realizada el 1ro de
marzo de 2000 en los estudios de grabaciones de Radio
Granma.
5
____________________, Cancionero personal, Papelería
inédita de la trovadora.
6
González Araujo Pedro; “Apuntes sobre hechos
trovadorescos en Manzanillo”, papelería inédita del trovador
manzanillero.
7
Mateo Palmer Margarita; “Del Bardo que te Canta”; Ed.
Letras Cubanas; La Habana; 1988.
8
Moya Richard Isabel; Entrevista realizada por el
periodista Antonio López Sánchez y publicada en el libro
“Trovadoras” de la Ed. Oriente; Santiago de Cuba; 2008.
9
Rodríguez Ezequiel; “Iconografía de la Trova, Creadores e
Interprétes”, Ediciones de la Coordinación Provincial de La
Habana del CNC, 1966.
10
Rodríguez Silvio; Entrevista realizada por Harold Santana
Gainza en el Festival Internacional de la Trova “Pepe
Sánchez” celebrado en la ciudad de Santiago de Cuba del
15 al 19 de marzo de 2008.; http://www.cultstgo.cu
11
Valdés Estrella, Mercedes; “Aurelia Castillo: ética y
feminismo”;
www.cfv.org.cu/publicaciones/lib52aurelia.html; 2008.
12
Valdés Alicia, “Con Música, Textos y Presencia de Mujer.
Diccionario de Mujeres Notables de la Música Cubana”, Ed.
Unión, La Habana, 2005.
15
paralelos
EL MILAGRO DEL
PAQUIDERMO MUSICAL (1)
Omar Felipe Mauri
Escritor
16
Lo verdaderamente real maravilloso en la música cubana –y toda la
música cubana constituye un muestrario de lo real maravilloso-, es el
órgano oriental. Pachi Naranjo me miró incrédulo. Para un músico de
su talla, manzanillero y por demás conocedor como pocos de la
historia y la música del órgano, aquel absoluto merecía una
explicación.
Descendiente del órgano de regalía (para procesiones religiosas en
el siglo XVI) y más cercano al organillo callejero del París de la Bastilla
(con cilindros cambiables para cada melodía), se emparenta
mecánicamente con las pianolas del cancán y el Far West. El ingenio
arribó a Cuba por el puerto de Manzanillo, a finales del siglo XIX, por
iniciativa de Santiago Fornaris (2). Acaso un metro cúbico de música
con manigueta, ocupó salas de baile y fiestas populares trayendo un
repertorio de valses, polkas y danzas europeas.
¿Qué proceso tan maravilloso de cubanización siguió a su llegada? El
cuerpo y el alma del instrumento muy pronto dejaron de tener
secretos para los cubanos: comenzaron a construirse aquí y se
extendieron a Bayamo y Holguín por la consagración de algunas
familias (los Borbolla, los Ajo, los Verbenera y los Labrada). A medida
que ganaba en popularidad, aumentó de tamaño a fin de hacer más
potente su sonido y llegar a mayor cantidad de bailadores; amplió su
registro tímbrico con bajos más poderosos y cuerdas de agudos y
medios de más riqueza y variedad. Finalmente, se rodeó de un
conjunto de percusión tan criolla como sorprendente: timbales o
pailas cubanas, tumbadora, güiro o guayo, maracas, bongoes,
cencerro y clave.
A la vez, otros hechos no menos importantes y maravillosos se
operaban fuera de aquel cofre de maderas preciosas: se reparan y
crean talleres para la fabricación de nuevos modelos, se idean
herramientas específicas para trabajar con ellos (por ejemplo, una
“máquina de coser” para “escribir” los cartones), y sobre todo, el
instrumento se somete a un intenso proceso creativo: se amolda al
cuerpo vivo de la música cubana y le ofrece el aliento acompasado
de su costillar. Una orquesta increíble de violines y flautas, tres,
sexteto y conjunto, jazz band y piano, se instala en sus pulmones de
lona y cuero. Toda la música de esta isla y del mundo transpiró desde
el aire de Pan, Juan Sebastián y Mendelssohn.
Sones, boleros, guarachas, danzones, mambos, congas, tangos,
merengues, sambas, corridos, joropos y muchos más, siguen
viajando por pueblos, campos y montañas en la recia corpulencia del
órgano oriental. Su decidida vocación por los humildes lo hizo
imprescindible en lo urbano y lo rural.
Pero el milagro supremo fue crear una pléyade de músicos
excepcionales, populares y anónimos en su mayoría, verdaderos
maestros del arreglo y la orquestación que fundaron un lenguaje
paralelos
absolutamente cubano y nuevo para ese
instrumento. ¿Academias y manuales? Ninguno.
De ello resulta que seamos los cubanos los únicos
poseedores de una “orquesta” que ya no
encontraremos en país alguno.
Es sabido que cuando agonizaba en Europa, Cuba
lo hizo suyo y lo revivió. Hoy, hasta los especialistas
franceses quedan consternados ante tal
merveilleux. La industria de las grabaciones
musicales, el cine, los sistemas de altavoces, la
radio y la televisión no han logrado derribar a esa
mole sonora que, contra todo pronóstico, ha
seguido viviendo y evolucionando.
No se trata simplemente de un artilugio para
reproducir música sin implicaciones creativas, lo
cual explica su definitiva extinción en Europa. El
secreto de su permanencia parece estar, no sólo
en constituirse como un sistema musical con
amplio espacio a la creatividad y profundas
relaciones danzarias y festivas; sino en el intenso
entramado socioeconómico y cultural que tejió y
en el conjunto de esas relaciones en que se
insertó.
Al respecto de la creatividad, agujerear los
cartones es todo un magisterio. Un milímetro mal
colocado acabaría con la mejor de las melodías.
Igual sucede con la manigueta, hacerla girar
sosteniendo el ritmo y matizando los ascensos,
acentos y silencios, es un permanente reto.
Recordemos ciertos instantes de Benny Moré
animando su orquesta con una manigueta
invisible. Me contaba el violinista matancero
Alberto García que su coterráneo Rafael Somavilla
(hijo), al frente de un espectáculo musical de gira
por Europa, incorporó un órgano oriental como
curiosidad. Por indisposición del ejecutante
(manigueta), Somavilla “manejó” el instrumento y
su falta de entrenamiento le afectó la salud.
Importantes compositores y directores de
orquesta se han acercado a estudiar o trabajar el
órgano oriental: Julio Cuevas, Tony Taño y el propio
Pachi Naranjo, cuya Original de Manzanillo recrea
las cadencias y sonoridades de aquel
instrumento.
Precisamente, Pachi Naranjo intercalaba detalles
a mi comentario de lo real maravilloso: su padre
había sido animador y estudioso del tema, y él
acariciaba varios proyectos musicales con aquel
instrumento. Al final, compartimos idéntica
preocupación por el futuro.
En verdad, ya no hay secretos ni sorpresas en la
existencia del órgano oriental. Escritores e
investigadores de la cultura han develado todas y
cada una de sus maravillas (3). Pero acaso, ¿no es
milagro un instrumento que no se estudia ni se
enseña, que no existe ya en el mundo, que nunca
ha tenido medallas ni lugar fijo, certámenes ni
museos? ¿No es maravilloso un instrumento que
se criollizó y arraigó tan veloz como hondamente,
que se recompuso en cuerpo y alma para
consagrarse a la cubanía y a su vez, perdurar en
ella? ¿Un instrumento que sorprende y hace bailar
a multitudes por más de un siglo…?
¿Cómo no ser mágico ese paquidermo musical
que ha derrotado el tiempo y reta al mañana con la
certeza de triunfar?
Notas:
1) Julio Sánchez Chang, escritor y Presidente de la UNEAC
en Manzanillo, facilitó una extensa recopilación de música de
órgano oriental que ha sido muy útil a los fines de este trabajo.
En ella existen versiones realmente antológicas, como La
tarde, Tres lindas cubanas, El madrugador, Campanitas de
cristal, Fefita, Buenos días América, entre tantas otras, así
como los cartones con el Himno Nacional.
2) Helio Orovio, en su Diccionario de la Música Cubana
(La Habana, 1981), señala a Francisco Borbolla como
introductor de ese instrumento en Cuba. Recientes
investigaciones apuntan a Santiago Fornaris como
responsable de este acontecimiento (Nota 3).
3) El órgano oriental, señor de la música molida, de Isel
Franagan y Delio Orozco, libro publicado por la Editorial Orto,
de Manzanillo, 2004.
Para colaborar con Ventana Sur
Las páginas de nuestra revista están a disposición de todos los intelectuales cubanos, y de los
amigos de otras latitudes que quisieran compartir cualquier conocimiento u opinión de índole
cultural. Con el fin de facilitar la elaboración de los trabajos, deberán tener en cuenta los siguientes
límites de extensión: los textos de pensamiento, ensayísticos o resultados de alguna investigación
extensa, no deben exceder las 12 cuartillas; los cuentos o fragmentos de novela tendrán un máximo
de 8; en poesía una muestra de 5 y 10 poemas; y en el caso de reseñas o críticas de libros, discos,
eventos, exposiciones, etc., no excederán las 4 cuartillas. Asimismo agradeceremos el envío de
ilustraciones, obras de artes plásticas, o fotografía artística. En todos los casos se acompañaran
por los datos personales y un breve currículo. Nuestro correo electrónico: [email protected]
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17
paralelos
MIGUEL MILANÉS.
ÁRBOL CON FRUTOS
Orlando Concepción
Poeta y narrador
18
Jiguaní conserva en la historia de su cultura musical a un promotor del
cual, quizás varias generaciones no conozcan siquiera su nombre y
primer apellido. Miguel Milanés es una reliquia que, como semilla
fértil se regó por diferentes poblados del Jiguaní del siglo XX, uno de
los municipios de la provincia de Oriente con mayor extensión
territorial.
Los límites del municipio Jiguaní finalizaban en la vertiente oeste del
río Contramaestre. Contaba en su jurisdicción con los poblados de
Baire, Contramaestre y Maffo, entre otros de cierta significación
histórica, política, económica y social.
Miguel Milanés (1890/1982) tenía en Jiguaní su tierra natal. Desde
su adolescencia poseía un pequeño cornetín, que utilizaba para
atraer a los posibles compradores del pan que vendía para ayudar al
sustento de su numeroso núcleo familiar.
Muy joven todavía se trasladó a Cárdenas, Matanzas. Allí se integró a
una banda de música. Después, formó parte de la Orquesta
Filarmónica de La Habana, en la cual se destacó como primer
trombonista, cuando todo allí aún no tenía el adjetivo de "nacional".
En los primeros meses del año 1950 comenzó a funcionar la
academia "Wagner", primera de música existente en Contramaestre.
Las clases fueron impartidas por el músico jiguanicero, devoto
admirador del eminente compositor, Miguel Milanés, que había
cursado estudios académicos y que se convirtió en Maestro con el
aval de poseer ya las credenciales de creador. Enseguida fue Milanés
la figura profesoral que se sembró en la admiración y el respeto de sus
discípulos.
Milanés había sido contratado inicialmente por la señora Dolores
Ferrera, con el objetivo de que impartiera clases de piano a su hija. En
la casa de esa familia, Bravo-Ferrera, Calle 25 No. 53, reparto
Rosabal. Durante un espacio de tiempo, la Academia "Wagner"
funcionó y tuvo su sede en este domicilio. Luego, pasó al local donde
oficiaba una Iglesia Bautista. La academia de música funcionaba en
el horario en que no se desarrollaban sesiones de culto religioso. Se
inició la incorporación de nuevos adolescentes y jóvenes interesados
en nutrirse de la experiencia del maestro Milanés, que viajaba
diariamente desde Jiguaní hasta Contramaestre, específicamente al
barrio de Maffo.
En el año 1952, ya la academia llegó a tener una matrícula de 54
alumnos. El objetivo fundamental de Milanés consistía en formar una
Banda de Música. Para lograrlo consideró suficiente un término de
seis meses. En ese lapso de tiempo se unieron al seleccionado grupo
de intérpretes, seis de sus jóvenes hijos, a los cuales ya tenía
instruidos en los instrumentos musicales.
Tal como lo había concebido Milanés, en la navidad de 1952, la
Banda hizo su primera presentación en público. Se marcó el debut de
la primera Banda de Música existente en Contramaestre. Se realizó
paralelos
ante el busto de Mariana Grajales, en el
Monumento a las Madres erigido por la Asociación
Juvenil "Esperanza de la Fraternidad" (A.J.E.F),
rama juvenil de la logia masónica "Sueños de
Martí", en el parque "Jesús Rabí", en el poblado
fundado en febrero de 1913, perteneciente al
barrio de Maffo.
En el concierto o retreta de apertura, la Banda
interpretó como pieza inicial el Himno a
Contramaestre, letra y música de Miguel Milanés,
con dos cuartetas que textualmente decían:
“Nace el sol en su anchuroso río,/ que corre
juguetón entre palmares,/ y canta el campesino
en su bohío/ canción de libertad de sus andares./
Se extiende esplendoroso, tan ufano,/ en su tierra
entre colinas./ ¿Quién te enclavó ahí con buenas
manos?./ !Contramaestre es una gema fina!".
Tras la función de debut, con la asistencia masiva
de público, se comprobó que el mismo, sin que
fuera su intención, había estropeado las áreas
verdes que rodeaban el busto de la madre de los
Maceo.
Los discípulos del profesor concibieron la idea de
construir una glorieta dentro del parque "Rabí",
cerca del monumento a Las Madres. Crearon una
comisión organizadora, que sería la encargada de
realizar la colecta pública, con el propósito de
recaudar los fondos necesarios. Confeccionaron
unas boletas publicitarias, tiradas en imprenta. El
texto de la boleta decía: "Coopere para la
construcción de la Glorieta para la Banda de
Música de Contramaestre". Miguel Milanés,
Director de la Banda".
Inmediatamente después de recaudado el dinero
necesario, se comenzó la construcción de la
Glorieta. Consiguieron la autorización oficial de la
obra con el consistorio municipal de Jiguaní,
apoyados por el alcalde de entonces, Jacinto
Roger, residente en Contramaestre.
Los materiales de construcción fueron comprados
en la ferretería "La India", de Contramaestre.
Alrededor de la Glorieta, se levantó una verja
confeccionada por el estudiante de música, Félix
de Lima. La iluminación del lugar fue instalada por
el electricista, Miguel Mendoza.
La mayoría de los alumnos de la Academia
"Wagner" participaron en la construcción de la
Glorieta.
El trabajo de construcción comenzó en los
primeros días del mes de julio de 1953, y se
terminó en los primeros días del mes de
septiembre.
La fecha escogida para la inauguración fue la del 8
de septiembre, día en que también se celebraba
en Contramaestre la peregrinación de la Virgen de
la Caridad del Cobre. La inauguración fue
programada para las 8 de la noche.
El repertorio de la Retreta inaugural consistió en
Obertura Operática, un danzón y un pasodoble, "El
Currito de la Cruz". Después del acto inaugural, se
programaron los conciertos o retretas: cada
miércoles en Maffo y cada domingo en
Contramaestre. El director, Milanés, se hizo el
propósito de brindar funciones también en el
parque de Baire. Por falta de recursos financieros
no se pudo poner en práctica la intención del
entusiasta promotor musical.
Los alumnos contribuían con sus reducidas
posibilidades a sufragar los gastos de pasaje
(Jiguaní-Contramaestre) del maestro y de varios
de sus hijos, que también ensayaban una vez por
semana, jueves o viernes. Ni la academia ni la
Banda pudieron contar en ningún momento con
ayuda oficial.
Norman Adolfo Milanés Moreno, hijo de Miguel,
viajaba cada jueves y le impartía clases a un grupo
de alumnos. Ellos, a su vez, entregaban a Norman
la cantidad monetaria que podían.
Se presentaron algunas circunstancias laborales
imprevistas. Los tres principales responsables de
las recaudaciones, Orlando Fajardo Fornaris y
Hugo Gudiña, comenzaron a realizar labores en el
Banco Continental, y Onelio Díaz Corría, comenzó
a trabajar en una bodega en la zona de Resbaloso.
A principios del año 1957, cesó el contacto con la
Banda. La primera Banda de Música del poblado
de Contramaestre, desapareció.
El nombre de Miguel Milanés quedó perpetuado
en la memoria histórica del Contramaestre de la
segunda mitad del siglo XX. Este maestro, fue
sembrando en el quehacer cotidiano, como
director de la Academia "Wagner" y de la Banda de
Música, profundos sentimientos culturales hacia
"La música para escuchar". Devoto de Wagner y de
todos los compositores clásicos, enseñó a sus
discípulos a escuchar otro tipo de música, además
de las ya habituales.
Gracias a su embrujo, muchos oídos se habituaron
a disfrutar, por primera vez, la música de Lizst y
Beethoven, por ejemplo.
El Contramaestre de entonces y de todos los
tiempos futuros, tiene contraída una profunda
deuda de gratitud con Miguel Milanés, el músico
jiguanicero, por su desprendimiento, su
laboriosidad, su disciplinado concepto de la
puntualidad, por su amor a todas las
manifestaciones de la cultura.
19
paralelos
Calle 13 a fuego:
Proyección latinoamericanista
o la estética de lo grosero.
Hugo Fabel
Escritor
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Quien tenga referencias sobre la fibra crítica y contestataria del grupo
Calle 13, de corte progresista, reflejada tanto en sus letras como en
declaraciones, ceremonias y otros eventos; no se habrá sorprendido
cuando, en el marco de los Premios Grammy Latinos 2009, donde
alcanzaron cinco estatuillas incluida la de Mejor Álbum del Año por:
“Los de atrás vienen conmigo”, René Pérez (Residente) dedicara uno
de sus premios a los hijos de los empleados públicos despedidos en
su país, Puerto Rico, al tiempo que instaba al gobierno a que
recapacitase al respecto. Este grupo asume el arte y la imagen del
artista como un insicivo instrumento de enfrentamiento al poder
institucionalizado: religiosos, recomeros, políticos, moralistas, bofda,
el FBI, la policía…, según expresan en “Ven y Critícame”, del citado
disco, y como una expresión sintetizadora de la cultura
latinoamericana, entendida esta en su sentido más raigal. Reflejo
nítido de lo descarnado, sin afeites, ni edulcoraciones de tipo
moralista, ni de mercado, es lo que proponen estos boricuas,
empeñados en establecer una estética sugerente, chocante, que
expresa la sustancia más tamizada de lo latino. Ambos músicos, René
Pérez y su hermano Eduardo Cabra, que vienen de una formación
artística de academia, con una vocación alimentada desde temprana
edad, ambos en sus respectivas especialidades; desacralizan lo
impúdico solapado de la burguesía, y para ello apelan a lo marginal y a
una forma de expresión verbal que pudieran etiquetar de grosera,
pero que funciona como un elemento identificador y de defensa de los
valores más auténticos de nuestros pueblos. Y es que en medio de
tanta superficialidad y exaltación de lo banal por parte de la mayoría
de los grupos pop, reggetón y de otros géneros, favorecidos de igual
manera por el mercado, los boricuas Residente y Visitante crean un
estruendo, provocan un rubor y un cuestionamiento incondicional por
cuanto señalan y blasfeman en nombre de lo nuestro, del pueblo
latinoamericano. No en vano René Pérez hiciera un llamado a la
unidad de Latinoamérica al finalizar la presentación de unas de sus
canciones en los mencionados premios, luego de enumerar uno por
uno, pidiendo puños arriba, a todos los países de la región. El sentido
de lo nacional y de lo regional toma forma en el enfrentamiento
directo, sin máscaras. “Querido FBI”, sarcástico título que reta a esta
organización, porque hacen un llamamiento a todos los compatriotas
a que se revelen; es un tema que refleja esa lírica de azufre, desligada
de todo tipo de remilgos, ajena a esa espumosa sensiblería que
restaría contundencia y significación a sus mensajes. Además de
esto; tienen a su favor un elemento de éxito que determina, a su vez, la
inclinación natural y la disposición de cualquier persona, no obstante
su procedencia social, hacia este tipo de texto musical; y es la
ingeniosidad de asociaciones, de construcciones dramáticas y de
alusiones que denotan el talento que fluye debajo de las letras, estas
son imagen de los desplazados, del folklore, del argot, de la
paralelos
infertilidad creativa, y
una inconciencia
espantosa, de tal forma que sus representantes víctimas y en la inconciencia victimariosfuncionan como un producto más, y como hijos
bastardos de la macroindustria. Esta actitud
queda purgada en “Que Lloren”, de “Los de atrás
vienen conmigo”, donde Calle 13 pone de relieve y
critica abiertamente la típica postura del
reggetonero: “forrao con prendas de oro de la
cabeza hasta el talón, sin saber que por cada
contienen elementos de denuncia, y la denuncia
no se expresa en tonos menores, implica un
exabrupto, una indignación; porque…”a esta hora
exactamente, hay un niño en la calle...¡ Hay un niño
en la calle!”, tal como expresa René Pérez junto a
Mercedes Sosa, en su álbum “Cantora 2”. Sus
propios integrantes hacen observar; Calle 13 no
responde a los patrones expresivos de una
agrupación de reggetón - salvo pocas excepcionespor lo general interesada en promover una imagen
sensacionalista, un hedonismo desenfrenado sin
más horizonte que realzar las “bondades” y
“libertades” del mundo consumista, en textos que
por demás, ponen en evidencia una rotunda
eslabón mueren miles en Sierra Leona. Todo lo
contrario sucede en el caso que nos ocupa, acá la
actitud comprometida es la fuerza centrífuga que
impulsa hacia delante, con una simpatía, una
sensibilidad y un desenfado que hacen de los
insultos y las maldiciones que profesan un credo
que no excluye el divertimento y la reflexión.
Son, en lo propiamente instrumental, también un
referente de lo urbano, magistralmente definido
por René Reyes como: “lo que tiene que ver con lo
que se quiere y lo que te rodea”, y lo que rodea a
estos puertorriqueños, musicalmente hablando,
es precisamente un surtidor inagotable de estilos,
ritmos y musicalidades de un continente entero,
Calle 13 con los Premios Grammy
vegetación, de la cultura alimentaria, de hábitos y
costumbres oriundas de los pueblos de la América
latina, poseedores de un pasado colonial que
influyó en el surgimiento de nuevos códigos
lingüísticos, estrechamente ligados a su condición
de explotados. Por otro lado, la aptitud irreverente,
típica de la música urbana -género con el cual se
identifican, y no con el reggetón- es más
comprensible todavía en el caso de este grupo; si
se tiene en cuenta que la mayoría de sus letras
21
paralelos
incluido, como no, lo que han dado en llamar
reggetón y toda su carga de influencias
interculturales. Son por tanto el resultado de una
mezcolanza armónica de varios ritmos y
sonoridades latinas que conforman el sustrato
instrumental sobre el que se urden sus versos.
Quizás el ejemplo más fiel de lo que persiguen con
su obra se encuentra resumido en dos momentos
de “Que lloren”, canción en la que dejan claro,
refiriéndose a su trabajo que: “Mi música no es
para las discotecas, mi música es para sembrar
una semilla en un par de cabezas huecas”. En sus
temas desacreditan mordazmente a quienes
adoptan posturas que lastran la identidad
latinoamericana, como reflejan en la pista Gringo
Latin Funk, perteneciente de igual forma a su
último fonograma. Introducen referencias
culturales de todo tipo, a menudo con matices
surrealistas, comprobable en muchos de sus
temas, de forma lineal o salpicada -de acuerdo al
comprensible balance que ha de haber- dando
muestras de un sustrato intelectual que resulta
extraño, por lo inusual en este mundo de Miss
Universos y papitas fritas. Lo sensual y lo
22
propiamente sexual; constituyen tópicos
recurrentes en su música, y lo asumen acorde a
las típicas maneras criollas, donde el macho
presume y domina a la incitante hembra que no se
queda atrás en sus grasientos contoneos y en sus
vibrantes provocaciones, y este, fiel a los deseos
manifiestos de ella, se siente en la obligación de
exaltar todos y cada uno de sus encantos, en un
cortejo que se realza por la
gracia picaresca con que lo
articulan, apoyado por la
gestualidad callejera y el
carisma natural de sus
c u l to r e s . S i g n i f i c a t i vo
resulta también la
participación de Residente y
V i s i t a n te c o m o
protagonistas de un
documental denominado
“Sin mapa”, donde esbozan
un recorrido por diversas
regiones apar tadas de
Suramérica, en un intento
por conocer más de cerca
eso diverso y único que
somos, dando muestras de
la necesidad de
reconocimiento y respeto
hacia las diferentes
culturas, desplazadas por el
modelo totalizador que rige
a la humanidad, y hacia la
naturaleza del sur de
nuestro continente.
Asimismo pretenden
intervenir en la realización
de otro documental donde
abordarán la identidad latinoamericana a través
de un viaje por las fronteras de Centroamérica. De
tal forma, calle 13 se erige en la cúspide de una
tradición progresista junto a grupos de música
urbana como Manu Chao , traza la curva del
compromiso social en una lanza de Taino, se
entrega a una creación con sellos auténticos, de
pulpa de tamarindo y dulce de leche, aportando
una nueva manera de asumir la diversidad
cultural y la identidad desde el asfalto, un nuevo
discurso donde “Se vale tó, apelando a lo grosero y
a lo escandaloso, con una finalidad estética y
vindicadora de nuestra realidad, que no pierde de
vista al injusto, al presuntuoso, al hipócrita, para
interceptarlos con un renuente y desafiante: “A
fuego”.
lexías
En este número presentamos un dossier del grupo Sur, de Pilón.
Gustavo Ramírez
(Pilón, 1955)
LUNA MANCHADA
Estoy en mi zona más telúrica.
Tiemblo y me agrieto.
N . Simón
A partir de esa mañana
en que había un hombre para evocar
Descubrió que ama a su amigo
no son señales apócrifas
Siente que el aire le perfora las vísceras
Primero fue la sorpresa que traspasó su yelmo
un golpearse contra las sienes
Cómo creer en esos apuntes del Karma
ahora que descubre su amante
en un espacio de cuadernos y retratos
las masturbaciones
en que los relojes tendrán
la sed de las vidrieras
Condominios de antiguos
monumentos locales
donde reposan los espíritus
de frustrados coroneles
Las aves sobrevuelan la plaza
ahora que este hombre descubrió
Después regresaron las confidencias
después la cruz y la flecha
después la luna manchada
después retomar los caminos más terribles
contra todos
enmudecer
emigrar
podarse las uñas
donar las córneas
Después la memoria
la Isla
y el hombre que dijo
existo porque llegó el minuto
de espantar los pájaros tísicos
que merodean entre los humanos
y supo qué nombre
ponerle a sus orgasmos
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su nuevo sentimiento
descubrió el olor de su sexo
en el bolsillo amigo
no apartó la mano
pensó ser un perro desnudo
saltando sobre los charcos
y se arrastró sobre el tatuaje
de la calle convulsa
Sabe que ama a su amigo
y que el hueso de aquel pecho
estará en el nido de su espalda
temerosa
de morir sin esa lluvia postal
que lo enternece.
DIATRIBA ANTE EL INFORTUNIO
A Jesús Daniel
El niño deltano-venezolano
Se que subes
sin alas
pero asciendes
que encontraste una ronda de compases y tiempo
Sixto Juan Rodríguez
que tu risa leve insiste a la entrada
(Pilón, 1955)
de un templo reservado a los afortunados
Entonces tu cuerpo sin alas
IRE CUANDO ESTES DESPIERTA
se irguió seguro
avanzó hacia el miedo
A Odalis, lo merece
tuvo miedo del cerco romano que le tendieron
Piedad, piedad, pedía el paje
Iré
sin que lo escucharan
no se cuando
piedad, piedad, dijo un peregrino
Iré con mis adargas
y todos callaron
las pinzas de abrirme las carnes
ante tu cuerpo de diminuto Tom Sawyer
de abrirme en tu centro
ante el puente que te lanzaron de un mar adyacente
y amarte
y temerario cruzaste la bruma
ya no se cómo
y te hiciste grumete de las alturas
amarte hasta que el sol se doblegue en tu puño
entonces no había música
y tracemos un crucigrama
ahora las trompetas no cesan de cederte sus letras
un crucigrama de abrazos
letras que escribes por donde caminas
sin olvidar las piernas
que también son brazos
haciendo caso omiso a la tormenta que se avecina
ella también tiene manos para amordazarnos
para dejarnos en silencio
dejarnos extenuados
Mi hija tocará a la puerta con un ramo de flores
cuando ya no se escuchen voces
y me dirá
_Quédate, ya pasó la tormenta_
Tucupita, Venezuela
20 de julio de 2009
dejando tus huellas sin que sospechen de ellas
tocas a la puerta del reino
ya vienen
se abre
- avanza - te piden
Lázaro Gómez (Pelayo)
(Pilón, 1969)
I
En ocasiones aquel árbol danza dentro de casa y siempre es a la entrada del
invierno el corazón repleto- así comienzan los primeros síntomas- Temo a estas
cosas que llegan agrediendo desde que se fueron las huestes a un rinconcito del
cielo a saborear el karma, aposento donde hubo guerra y paz , luego paz y
guerra.
Mi casa fue real y perfecta como la casa de Pimen Panchenko, en ella se
aglutinan aves con el sólido origen del canto- música con que inundaran una
vez la plaza de las milicias- lo de cantar fue tremendo como defecar en las
noches frías el rumor de la guerra, como hacernos soldaditos y marchar en aras
a los trinos. La música tiene el color de la sangre, una posición que las palabras
no alcanzaron y canta sobre lo húmedo aburridas grietas, dolores de quien huye
de esta casa en la estación perenne.
Vamos con el karma aquel árbol danza y danza por instinto o por la presión
ejercida por sus hojas, me retuerce el cuerpo como tripas vacías y canta el dolor
de los idos, hasta el reposo.
Voy al árbol así como se condena el soldado viendo caer la casa con las
esquinas amparadas del cielo y las columnas de acacias griegas- así también se
va armando el círculo- Voy al árbol con los ojos dormidos y no hay tiempo
suficiente para enarbolar la bandera.
¿A quién puedo llamar hoy? Después de todo la casa está cerrada como la casa
de Pimen Panchenko y el aire ha vuelto para tumbar los frutos semejantes, la
mujer con quien pudiera hablar se ha ido y no regresará hasta la entrada del
invierno, así empiezan los primeros síntomas
- Mi casa está vacía y resta poco tiempo para abrirse-
II
La báscula
Péndula
Regula
R. Manzano
Juntos… para romper círculos de los que beben vino de 500, sumo el
eslabón perdido al cuerpo y el vano peso de la isla de Virgilio, otras voces
metálicas para los pechos más curvos.
Gira en torno el verso futúrico.
Más allá sonido de bosque reforestado, avalancha
puerta de jolgorio.
árboles diversos por la octava
Como juntar las manos con una masa atómica que divida al viento, alto pinos
jadean, pájaros exóticos se posan a limpiar lo morbo de la bestia.
Arriba círculos con ritmos góticos y bizantinos, zarandeando el hambre en dos
tercios biológicos.
Vamos de uno en fondo al trabajo sucio que doblega y anuda la vértebra. La
camisa del soldado al sable lima y el sudor chirriante gotea, voces destellan lo
sólido de la vena ¿tú que has hecho para salvarnos? Nuestro jardín se achurra
en distantes riberas y las abejas no llegan.
Como juntar masas florecidas a nudillos pronunciados.
Como juntar voces farfullando el ardor de la casa, la cinemática de turno no
corre el tumulto y la correa atasca lo fecundo.
La patria péndula regula sopesa la canasta ¡básica! Al unir las puntas, el anillo, la
masa afirma ¡patria!
La rueda dentada embona ¡avanza!, ruedas motrices y embrague para
converger la boza de la turba, el eje abalanza al futuro hormigueo y no ha
torcido el centro proletario- buen síntoma del metal al temple- .
La casa quema el oxigeno propagado, ciño eslabones a cantos evangélicos y el
drástico desempeño por lo motriz del cuerpo, la cadena que embona se adhiere
al diente que suministra y arrastra la masa.
Como sopesar imágenes pretéritas adheridas a términos futúricos y al resuelto
de actuales legiones.
Bonanza y peso entre el regocijo de la casa, pues la patria suena al sol poniente
esbelta se dispone a podar el árbol por lo oscuro del verde.
La patria apuesta la cabeza y da turno para el filo, por el relieve del hueso que
no embona puja y corta por lo sano.
Vamos a juntar las puntas de los anillos en las torrentes voces, dejemos el
callejón dispuesto para otras venas.
La patria péndula sopesa lo que Dios dispuso en la última cena, al unir las puntas
el anillo, la masa regula al eje y grita.
a la obra de Ismael Évora
Sin título
Homenaje 1. Horacio Siglo XVII
Homenaje 3. Horacio Siglo XVII
TRES MOMENTOS
Tres momentos, como el uno,
dos, tres, el sombrero de tres
picos o tres instantes de una
primavera, resulta el impacto
que recibe el veedor de la obra
de Ismael Évora.
Quizás, como un remedo del
período azul de Picasso, son los
primeros resultados estéticos
de este manzanillero, cuya
pasión por la obra de Einstein
no se traspola para nada a su
lienzo y donde la impronta del
autor de Guernica es
perceptible sin mucho esfuerzo
en un derrotero que va de
menos a más, ganando en oficio
y concepto.
meditativa, introspectiva
también, donde las preguntas,
y por qué no las angustias
marcan aquello que el poeta
llamó la condición humana;
una lágrima rueda por los
rostros; el pincel las dibuja, la
vida las configura, nos parece
decir Ismael acuclillado,
pincel en mano, el torso
desnudo, los pies descalzos y
el rostro severo ante una de sus
últimas obras.
Filosofía del efluvio
A medio camino, entre los
extremos de la tríada, una
agradable inclinación
manierista nos ofrece visiones
que develan un digno esfuerzo
por trasmitir, a partir del
impacto de los clásicos del
Renacimiento, rostros y
formas de pulcritud notable.
Con más experiencia, el artista
comienza a emplear la textura
y, del marrón, se mueve al gris
en busca de una atmósfera
Maternidad 2
VEN Y MIRA
Ven y mira; siente y llora... y a
pesar de todo ¡vive!, resultan
imperativos que se penetran
por los intersticios de los ojos
para llegar al corazón, todo a
petición del artista quien,
rebelde y sollozante por la
filosa línea de la vida, también
pictórica, que lo hiere y
caracteriza, nos ofrece agonías y demonios incluidosmomentos de incertidumbres,
búsquedas estéticas, accesos
existenciales, además
Torso
vivenciales en una obra de
menos a más.
Con el azul, al principio, la
ingenuidad mimética, casi
angelical; luego, la recepción
firme y el influjo cubista que lo
marcará como hierro candente
en sus modos de decir sobre el
lienzo; en un interregno, el
reflejo renacentista como
respuesta a la demostración
factual de que sí, de que puede
dibujar y pintar como ellos, no
mejor que ellos; por tanto, los
respeta, aprende de sus vidas y
obra, los refiere y los cita.
Ira
Infante
Con cuadro
Ahora, tres lustros después de
los primeros azules, el oficio
del artista y la vida, siempre la
vida, lo llevan a los grises, él
está convencido que no todo es
negro, entonces la luz, sublime
y redentora, salpica sus
visiones, también las nuestras
y por la faz rueda una lágrima,
escurridiza, que humedece el
corazón, los nuestros.
DELIO OROZCO
Palabras al catálogo de Expo.
personal de Ismael Évora.
Dedicado a la narrativa
granmense
a pie de página
La Joven narrativa granmense:
Un camino a recorrer
Edgardo Hinginio
Poeta y narrador
Granma es tierra de poetas. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta
afirmación?, podemos responder que en todas las oportunidades
que se inicia una conversación sobre la Literatura Granmense, sin
embargo es conveniente afirmar que no deja de tener razón este
planteamiento. Del influjo de la poesía en los pobladores de este
territorio tenemos, primero: en esta región sucedieron los
acontecimientos que inspiraron para llevar a la letra escrita la
primera obra literaria que se conoce en la Literatura Cubana, y esta
obra es un poema, Espejo de Paciencia. Segundo: a través de la
historia que ha llegado hasta nosotros, los patriotas bayameses, por
ser las personas cultas de la sociedad se daban al cultivo de la
poesía, y destacaremos la creación de nuestro Himno Nacional y la
canción trovadoresca La Bayamesa; obras de Perucho Figueredo,
Carlos Manuel de Céspedes y José Fornaris, que escribieron bajo la
inspiración poética, acompañados de músicos, la mayoría de ellos
hombres de riquezas, y de motivaciones en la búsqueda artística. En
ese entonces, como narrador, podemos mencionar a Tristán de
Jesús Medina, único representante de este arte que ha llegado hasta
nosotros, y que logró algunas publicaciones en revistas, diarios y
libros, en las últimas décadas del siglo XIX.
A lo largo de todo el siglo XX la poesía fue la dominante; en las
publicaciones encontramos generalmente a los poetas, y solo
podemos mencionar a algunos narradores, entre ellos al
manzanillero, Luis Felipe Rodríguez, considerado por Salvador
Bueno, como “ la piedra angular de la narrativa cubana ”. También ha
de destacarse José Manuel Poveda y Rogelio Llópis, según lo
recogido en Noticias del Alba (Ediciones Orto, 2004), selección del
manzanillero, Alejandro Ponce, que habían publicado en Revistas en
las décadas de mitad del siglo; aunque sin mucha repercusión. No
fue hasta la época de los años setenta, que Arturo Arango, Francisco
López Sacha, manzanilleros, y Carlos Casasayas Comas, jiguanicero,
comenzaron a destacarse como cuenteros y publican sus primeros
libros. Arango y Sacha, producto de uno de los problemas claves de la
creación literaria cubana: La limitación editorial, emigran en busca
de una mejor zona para legitimar su propuesta, el espacio innegable:
La Habana, y el jiguanicero apuesta por hacer su literatura desde
casa y sobre el basamento estético del barroco.
Leonardo Padura desde el prólogo de El submarino amarillo (Cuento
cubano 1966-91), Breve antología, nos dice: “Parece ser un axioma
bastante caprichoso el hecho de que la cuentística cubana va de la
1
cumbre al abismo con la persistencia del péndulo”. Él en su teoría
del péndulo aboga por tres períodos en Cuba donde la cuentística ha
tenido su mayor esplendor, y solo llegado al tercer período aparecen
los dos manzanilleros, como únicos representantes de esta tierra
31
a pie de página
que se destacan en el cuento y la novela.
Obviándose como es natural, y todos sabemos la
causa, al ilustre jiguanicero Carlos Casasayas
Comas, que en el año 1983 había publicado por
Letras Cubanas, Los Biografiados. En Granma
sucede lo mismo, con la gran atenuante que en
nuestro caso son menos los representantes y las
obras.
Sin embargo,
podemos afirmar
que entre estos
escritores, con
cier to nombre
p o r
s u s
publicaciones;
ex i s t í a n ot ro s
granmenses que
inéditos o desde
diarios y revistas,
t a m b i é n
cultivaban el
cuento y la
n o v e l a ,
empezaban a
ascender para
las últimas
décadas del siglo XX, y podemos mencionar a
Mercedes Cossío, José Fernández Pequeño,
Enmanuel Castells, Arsenio Rosales, Luis Carlos
Suárez, Lucía Muñoz; que si bien los tres últimos
corroboran el planteamiento de que la región
granmense es una tierra de poetas y si estos
tienen la posibilidad de escribir también
dignamente la narrativa, lo hacen. En esta década
de los años noventa surge una de las dos
motivaciones principales para los narradores
granmenses, Ediciones Bayamo, que ya en su
primera época, empieza a constituirse como el
espacio esperado para la literatura y su expresión.
En ese primer momento publican Arsenio Rosales
(La coronela y los cadalsos, 1992), Fernández
Pequeño (Las cosas de cierto mundo,1992) y
muchos otros de los mencionados. Después,
entre 1995-2000, viene un silencio que aunque
se escribe, no se publica narrativa.
Así se inicia, si es que acaso se puede definir con
este término, la narrativa granmense en el siglo
XXl, con el antecedente de tener pocos
cultivadores del género y menos reconocidos en
el asentamiento nacional de lo legítimo. Para ese
entonces, Sacha y Arango habían publicado sus
libros y sus novelas desde La Habana con una
32
visión de recuerdo de su tierra de nacimiento, y
Casasayas había publicado su novela La casa de
los anales, por Letras Cubanas, en 1988.
En el año 2000 se produce una refundación de
Ediciones Bayamo, pero desde la Risograf, surge
el sello editorial Orto, en la ciudad de Manzanillo,
que dicho sea de paso siempre ha sido la punta de
lanza de la creación literaria granmense. Un año
antes había iniciado en la Habana el segundo
acontecimiento decisivo para la narrativa
granmense, la fundación del Centro Onelio, que a
mi entender divide el cultivo de la misma en dos
grandes grupos, los mencionados anteriormente;
Luis Carlos Suárez, Arsenio Rosales, Lucía Muñoz,
Mercedes Cossío y otros que continuaron
escribiendo desde la provincia, y los jóvenes
egresados de los diferentes cursos del Taller de
formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Y he
aquí, que gracias a la fundación de dos sellos
editoriales, y un centro teórico, la división y el
afianzamiento de un modo de expresión literaria
en nuestra región.
Con estos cambios se inicia el período de la
narrativa granmense que se le ha nombrado
como la joven narrativa, seguramente teniendo
en cuenta dos Selecciones de este género hechas
en la provincia en el año 2004, una desde
Ediciones Orto, Noticias del Alba, por Alejandro
Ponce y una desde Ediciones Bayamo, Desde
ninguna parte una palabra, por Alexander
Machado. Noticias…, que tiene el acierto de ser la
primera2, muestra el quehacer del cuento
manzanillero en casi cien años de cultivo, sin
embargo muy discutida ha sido su propuesta, por
no ser representativa en su totalidad de los
cultivadores, -se puede hablar de ausencias
imperdonables como la de Norge Céspedes, el
único manzanillero considerado por entonces
como narrador y nacido en la década del setenta-,
y de un estudio del fenómeno de la cuentística en
una región donde se puede considerar que
prácticamente se dio el despertar del género en el
siglo XX. No hay reflejo de ello a través de un
prólogo en el cual se expusieran los elementos de
conformación de esta importante selección. Al
final, Noticias…, es el reflejo de una obra de los
autores que el antologador consideró
representativos en dos generaciones (antes y
después del triunfo revolucionario, nueve en
total), con la buena firma de cuentistas que la
crítica cubana ya ha establecido (Luis Felipe,
Poveda, Sacha, Arango) y la incursión de los
nuevos cultivadores. Si se estudia bien esta
a pie de página
selección podía hablarse de tres generaciones de
cuentistas en Manzanillo. Desde Ninguna
p a r te … , a s p i r a a m á s , p o r d i fe r e n te
circunstancias, primero por su subtítulo:
Antología de la joven narrativa granmense, o sea,
nos trata de situar en la provincia entera y en el
espacio de los jóvenes, porque como bien diría
Alexander, en el Preámbulo: “De ninguna parte
una palabra aparece en un momento de auge de
la narrativa granmense; ella misma es la mejor
evidencia de este cambio…”3, segundo, porque a
pesar de que su seleccionador, podía haber
echado mano a obras de los cuentistas ya
publicados anteriormente, elige el nuevo
despertar del género, define quizás una nueva
generación, recuérdese la teoría del péndulo de
Padura y la defensa que Salvador Redonet hacía
de la estética de los nacidos después del triunfo
de la Revolución: “(…) nuestra más joven
promoción de cuentistas cubanos apunta a ser
4
línea dominante en nuestra literatura actual …”
y sin olvidar a los antecesores - existe un prólogo-,
Alexander nos muestra un espectro bastante
amplio (14 autores) y nos abunda en su
Preámbulo: … mención aparte para un número
considerable de jóvenes escritores que sin
aparecer en esta selección ni pertenecer a grupo
alguno -por el momento-, trabajan con seriedad,
muchas veces ejemplar, el oficio de la
fabulación.5 Esta selección apunta a ser también
localista en cuanto a mostrar solo los narradores
de la zona de Bayamo(a pesar de recoger un
cuento de Arianna Naranjo, única representante
en las dos selecciones), y presenta faltas
incomprensibles. Pero aún con todas las virtudes
y defectos, sin lugar a dudas cuando se hable del
inicio de la joven narrativa granmense como
generación ha de mencionarse estas dos
antologías y principalmente Desde ninguna
Parte…, porque en ellos están los que siguen
siendo los principales cultivadores del género
desde Granma. Luego, si es verdad que en un
elemento demostrativo de la creación literaria de
provincia como lo son los Encuentros Debates de
Talleres Literarios, a finales de los ochenta y
principio de los noventa, continuaba dominado el
género de cuento por autores nacidos antes del
triunfo de la Revolución como Enmanuel Castells,
Luis Antonio Licea Medina, Emmanuel Tornés,
Emelicio Vázquez, con el discursar de los años
noventa aparecieron nuevas voces como la de
Gelasio Barrero y otros, a los cuales se les unió
Delis Gamboa ya casi terminando el siglo, estos
autores en compañía de Rafael Vilches, que se
incorporó posteriormente como narrador, fueron
los que iniciaron la nueva generación. Señalamos
que las selecciones mencionadas, salen a la luz
mucho después que algunos autores de esta
generación publican sus primeros libros: Rafael
Vilches (Ángeles desamparados. Novela,
Ediciones Bayamo, 2001); Gelasio Barrero (Los
demonios que me rondan, cuento, Ediciones
Bayamo, 2002), Manuel Navea (La octava costilla,
Ediciones Bayamo, 2002), Enrique Hernández
Vázquez (Fin de Siglo, Cuento, Ediciones Bayamo,
2002). Destacar También que en el año 2001,
Sarays Guerrero, había publicado Burilo y otros
cuentos, libro para niños. Producto de la
fundación del concurso Vértice de cuentos breves
en el año 1999, una selección de los premiados y
los finalistas, aparece cada cierto tiempo
publicado por Ediciones Bayamo, en cuyas
páginas sobresalen gran cantidad de autores del
patio.
Entonces, a mi entender, la nueva generación de
cuentistas granmenses estaba armada; poseen
espacio para formarse (Centro Onelio, Talleres y
Grupos Literarios), sellos editoriales donde
publicar (Ediciones Orto y Ediciones Bayamo) y
eventos donde reunirse y exponer sus
experiencias (Los últimos serán los primeros),
pero aún seguía -y sigue- dominando la poesía.
Los grupos literarios conformados: “ Hacedor”, en
Jiguaní, y “Auriga”, en Bayamo, le conceden mayor
solidez a la generación, y los premios alcanzados
por los miembros en eventos regionales,
nacionales e internacionales, reafirmaban su
calidad. Sin embargo la joven narrativa
granmense carece de reconocimiento a nivel
nacional, a pesar de que Heras León, una que otra
vez haya mencionado al grupo Hacedor y otros
narradores de Granma como muestra de la nueva
narrativa cubana.
Leonardo Padura, en “Dos vueltas de Péndulo: el
cuento cubano contemporáneo”, nos dice: “(…)
nacieron perspectivas, tendencias, estilos y
proposiciones muy variadas que van desde el
relato fantástico y de ciencia ficción a la fábula
satírica, pasando por la reconstrucción histórica y
sobre todo, por un realismo interesado en
acercarse a un presente complejo y, sin duda,
difícil, con el propósito ya mencionado de
interrogarlo, más que de reflejarlo
6
tranquilamente” , refiriéndose a las causas de
expresión de la narrativa hecha al inicio de los
años noventa en autores nacidos después del
33
a pie de página
triunfo de la Revolución, y Salvador Redonet, en su
“Para ser lo más breve posible” señala: “(…) de ahí
que en la concepción ideoestética de los
novísimos subyazca una actitud desmitificadora y
desacralizante de aquellos falsos valores y se
asuma una perspectiva autoral viceralmente
conflictiva, desautomatizadora: Pensar por
cuenta propia, afirmar su personalidad, sus
ideales ético-estético: eso –y algo más se halla en
7
la estructura profunda de los textos , situación
que podemos apreciar en el movimiento de la
joven narrativa granmense, con la atenuante,
según mi apreciación, que les ha faltado mucho
más compromiso con la realidad,- quizás por
múltiples elementos reinantes en la sociedad de
índole referencial-, y por lo tanto de un libro sólido
que haga destacar el movimiento tanto de forma
estética como ética. Los contados ejemplos y
razones las tenemos todavía presente, desde la
carencia de una desarrollada cultura ideoestética
capaz de poder analizar las propuestas artísticas,
-que a la par se expresan en otras partes, y no
sucede nada, aunque en nuestra región casi
siempre se le da un matiz diferente-, y el apego de
nuestros narradores al más elemental reflejo de la
realidad a través de temáticas ya tratadas en
otras épocas y en el presente de publicaciones
totalmente desfasadas, que terminan por no
aportar lo que tradicionalmente en la historia de la
literatura siempre ha marcado la narrativa, - y
háblese de costumbres, ideas, conflictos sociales.
Analizando las temáticas de los que considero
principales libros publicados debemos destacar
como predominante en los inicios, a la vida del
adolescente en las becas (Ángeles
Desamparados, de Vilches y algunos cuentos de
Delis Gamboa), el ambiente rural y su repercusión
en fenómenos como las relaciones amorosas, el
sexo, la familia; (algunos cuentos de La octava
costilla, de Navea; El agua en el agua, de Delis
Gamboa; El viejo insomnio, de Alexei Mendoza, y
otros.) Aunque para ser justo el ambiente rural ha
permeado a casi toda la expresión de la narrativa
joven granmense. Aquí convendría decir que en
pocos cuentos de los autores mencionados se
expone una nueva situación, un conflicto visto con
la nueva perspectiva de los años del tercer
milenio, sino que peca, de ser un repaso a todo lo
ya dicho anteriormente, y que de cierta forma
como el grupo fundamental de la narrativa pende
hoy en día de la llamada zona del cauto, se ha
impuesto este modo de hacer y reflejar la realidad
a través de la joven narrativa en Granma.
34
En cuanto a los elementos conductores referidos
a lo fantástico, la ciencia ficción, la reconstrucción
histórica, ha sido cuerpo fuerte en la estructura de
nuestras narraciones, pensemos en el
tratamiento de temas y temáticas en libros como
Guerra de la utopía, de Domingo Cuza, Ediciones
Bayamo, 2008, primer cuaderno de cuentos
breves o minicuentos, valientemente asumido
desde la búsqueda estética de la utilización de los
recursos tipográficos, donde los elementos
fantásticos, la recreación mitológica, muestran
una realidad que muchas veces juega con el
ingenio del referente literario y la recreación
artística hace sostenible estética y éticamente el
mensaje, logrando que el lector se identifique con
el reflejo de la realidad propuesta por el autor;
pero hay que tener en cuenta que a veces esta
supuesta realidad literaria es tan amplia que no
expresa categóricamente la realidad que se vive.
Otros de los elementos de la realidad que
conducen algunos cuentos de la joven narrativa
es la marginalidad, y piénsese en algunas
historias de los libros de Delis Gamboa, Yunier
Riquenes y Alexei Mendoza, del grupo “Hacedor”,
o los publicados de Erwin Caro Infante, en su libro
Confesión por violar a una mujer, donde la
marginalidad vista
desde lo rural
crea un efecto
diferente digno
de ser apreciado,
lo que a mi
entender no está
completamente
en posición de
diferenciación
porque los
narradores de
los cuentos,
técnicamente
hablando,
en
muchas historias
pierden su foco y
su poder de
análisis de la
situación y no la muestran con sus verdaderas
esencias objetivas. Al final la propuesta estética
de la realidad es un status de puente entre lo real
y lo imaginativo, y solo apreciándolo desde el
localismo podemos descifrar el mensaje del texto.
Al fenómeno de las temáticas de las narraciones,
hay que agregar el hecho de que importantes
escritores,
con premios nacionales, y que
a pie de página
constituyen una alternativa en la propuesta
estética, por poca aceptación de la forma en que
se presentan los libros en el sistema Risográfico o
por desaprobación del proceso de edición de
nuestro territorio, que data desde sus orígenes y
aún no se ha solucionado, son motivos para que no
hallan publicado sus libros; y mencionemos como
ejemplo a Alexander Machado, Ernesto Morales, y
Rafael Rodríguez Pérez. Reafirmo mi teoría de que
la falta de compromiso o cualquier otra
circunstancia extraliteraria, -también analizable-,
imponen un reto.
Sea cual sea el camino a recorrer por la joven
narrativa en Granma para su legitimación, es
arduo y lleno de más complicaciones de las que
vagamente he tratado en estas condiciones.
Continuamos esperando el libro sólido, maduro
que demuestre la mayoría de edad en cuanto a
propuesta ideoestética. Próximamente, Yordanis
Domínguez, publicará su segundo libro, Delis
Gamboa, su primera novela, La Rifa, -que
coincidentemente –me han dicho– su personaje
central es un escritor de talleres literarios, la obra
es ganadora del primer concurso de narrativa
Carlos Casasayas-, Erwin Caro presentó su
Confesión por violar una mujer, ojalá sea uno de
éstos o de cualesquiera de los que vendrán, el libro
detonador de las miradas en torno a la esencia de
la nueva narrativa granmense.
A diez años de los fenómenos que, a mi entender,
provocaron el auge del cultivo de la narrativa en
Granma, -que se ha quedado en llamar como joven
o nueva narrativa granmense-, todavía esperamos
por la definición jerárquica de la misma. En la
actualidad aparecen a la par libros de escritores de
la pasada generación, como Luis Carlos Suárez (El
Caballero de los pájaros, Editorial Oriente, 2008) y
Arsenio Rosales Morales (Tres relatos morbosos,
Ediciones Bayamo, 2008), y los autores de la
generación posterior (la joven) que publican en
Orto y Bayamo. Así como títulos de los otros
granmenses que desde otros confines publican
sus libros (Sacha, Arango, Fernández Pequeño,
Enmanuel Castells), de la primera generación; y
otros como Norge Céspedes, que lo hacen desde la
segunda generación. Por lo que confluyen las dos
generaciones con sus propuestas ideoestéticas,
desde adentro y desde afuera creando el
panorama completo de la narrativa granmense.
Los autores y las obras mencionadas solo son
ejemplos que tomo para exponer mis
apreciaciones, que pueden quedarse en sus
inicios o incompletas, porque aún hay en el
substrato muchas variables que tener en cuenta.
Solo resta entonces hacerse unas cuantas
interrogantes: ¿Se mantendrá dominado por la
poesía el panorama literario en nuestra provincia?
¿En el camino que aún le queda por recorrer a la
joven narrativa granmense se legitimarán sus
esfuerzos creativos? ¿Será dicha narrativa reflejo
de la sociedad actual que vive el granmense y por
tanto referente cognoscitivo de la futuras
generaciones? ¿Aparecerá algún día el libro
imprescindible a tener en cuenta como mayoría
de edad? ¿Sucumbirá, llegado el momento, ante
los embates de los narradores de los talleres
juveniles e infantiles que asumen una narrativa de
diferente estética y mayor compromiso social?
¿Decaerá o desaparecerá la joven narrativa
granmense con la reducción de las publicaciones
desde la Rizo? ¿Se incorporará a la historia de la
literatura en Granma, entre la de los nacidos
antes del triunfo de la revolución y los del tercer
milenio, como cumbre o abismo del péndulo?
Definición de seguridad nunca la ha poseído
nadie, y quizás, en cuanto a la apreciación de un
movimiento o hecho artístico, las elucubraciones
son siempre ciénagas por donde caminamos.
Quizás la joven narrativa granmense sea reflejo de
su realidad y ya se haya escrito el libro cumbre. Si
es así, ¿qué somos?, ¿a dónde vamos? Sin lugar a
dudas responderán las nuevas generaciones, los
lectores que vendrán, las obras que quedan por
escribirse.
Citas y notas
1
Padura, Leonardo: “Dos vueltas de Péndulo: el cuento cubano
contemporáneo.” El submarino amarillo (Cuento Cubano 1966- 91)
Breve antología. Segunda edición: 1994, un libro para Cuba, México.
Pág. 7.
2
Gracias a las inacabadas incongruencias de algunos
representantes de los sellos editoriales granmenses que introducen
causas extraliterarias en propuestas estéticas, pues se había
malogrado una selección de los primeros egresados del taller Onelio
Jorge Cardoso: El Pajar y el Camello, (Rafael Vilches, Gelasio Barrero,
Delis Gamboa, Edgardo Rodríguez), donde Arsenio Rosales fungía
como antologador, y que hubiera sido a la postre la primera selección
del cuento granmense.
3
Machado Tineo, Alexander: “Preámbulo”. Desde ninguna parte una
palabra. Antología de la joven narrativa granmense, Ediciones
Bayamo, 2004. Pág. 8-9.
4
Redonet, Salvador: “Para ser lo más breve posible”. Los últimos serán
los primeros. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993. Pág. 7
5
Machado Tineo, Alexander: “Preámbulo”. Desde ninguna parte una
palabra. Antología de la joven narrativa granmense, Ediciones
Bayamo, 2004. Pág. 8-9.
6
Padura, Leonardo: “Dos vueltas de Péndulo: el cuento cubano
contemporáneo.” El submarino amarillo (Cuento Cubano 1966- 91)
Breve antología. Segunda edición: 1994, un libro para Cuba, México.
Pág. 7
7
Redonet, Salvador: “Para ser lo más breve posible”. Los últimos
serán los primeros. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993. Pág.
22-23
35
a pie de página
GRUPO DE NARRATIVA HACEDOR
Delis Gamboa
Cobiella
Escritor
36
En 1998 un grupo de jóvenes amigos decidimos echar suerte común
en ese empeño de hacernos narradores: entonces, como grupo, no
teníamos nombre, este vino mucho después, una tarde de lluvia, en
la sala de la casa de este servidor.
Aquella era la tarde decisiva: cada uno (era el acuerdo) debía llevar
su propuesta definitiva, o varias, para escoger la que daría nombre al
grupo. Fueron muchas las propuestas, hasta que Eduardo Sánchez
dijo: El Hacedor. Días atrás yo había leído ese libro de Borges y me
había impactado un párrafo, tanto, que lo copié en una hoja suelta.
Lo extraje. Leí:
“Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los
años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de
montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones,
de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de
morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen
de su cara”.
Todos admirábamos a Borges, aquel párrafo era elocuente.
“Hacedor”. La mayoría estuvo de acuerdo. Ya teníamos un nombre.
Conozco grupos literarios que se dedican solo a la poesía o a la
décima, pero exclusivamente a la narrativa, no tengo referencias de
ningún otro. De esta particularidad nos dimos cuenta cuando
llevábamos un largo trecho recorrido.
Lo de ser un grupo exclusivamente de narrativa se debe a razones
que ahora expongo. Una, yo cursaba el Onelio, que entonces no se
denominaba Centro de Formación Literaria, sino Taller de Técnicas
Narrativas, y aquel material que allí se nos distribuía era una de las
bases sobre las que edificábamos nuestra formación y, otra de las
razones, era que Carlos Casasayas, quien tanto respeto se había
ganado entre nosotros, decía que el que se dedica a varios géneros
es difícil que realice algo que valga la pena. Casi todos escribíamos
poesía, pero aquellos encuentros semanales eran dedicados
íntegramente a la lectura y discusión de cuentos o de materiales
teóricos sobre el género.
Nos reuníamos un día a la semana; cuando el pueblo dormía, a
nosotros nos congregaba el deseo de lograr que nuestros cuentos
a pie de página
tuvieran valor literario, el deseo de dominar un
oficio tan exigente, tan esquivo.
Los integrantes del grupo: Ángel Vázquez Mendoza,
Enrique Hernández Vázquez, Yunier Riquenes
García, Alexey Mendoza Quintero, Endry Guía de la
peña y el boletín del grupo, que mantenemos vivos.
Seis integrantes del mismo hemos sido miembros
de ese centro que lleva el nombre de nuestro
cuentero mayor y que con tanto fervor animan
Eduardo Heras León e Ivonne Galeano.
De izquierda a derecha (de pie): Carlos Cassayas Comas, Jorge Labañino Legrat, Rafael Rodríguez Pérez,
Yu n i e r R i q u e n e s G á r c i a , R e y n a l d o G á r c i a B l a n c o , Á n g e l J u l i o V á z q u e z M e n d o z a .
De izquierda a derecha (agachados): Gustavo Rosales Espinosa, Delis Gamboa Cobiella, Alexey Mendoza Quintero
Eduard Encina Ramírez.
Cruz, Rafael Rodríguez Pérez, Roberto Infante
Valdés, Héctor Luís Leyva Cedeño y Delis Gamboa
Cobiella, de Jiguaní; Eduardo Sánchez Montejo, de
Guisa y Eduard Encina Ramírez y Jorge Labañino
Legrá, de Baire.
Por razones de salud Carlos Casasayas no podía
asistir a estos encuentros de cada noche de
martes, pero estaba presente espiritualmente con
su sabiduría de escritor experimentado. Fue
considerado nuestro miembro de honor.
Con el tiempo, decidimos hacer mensualmente la
Importantes premios nacionales han sido
obtenidos por nosotros y varias revistas y
antologías tanto de Cuba como de otros países han
incluido en sus páginas cuentos firmados por
miembros del grupo.
Entre los premios se destacan los siguientes: Yunier
Riquenes obtuvo Premio "Cauce" (2002), Mención
del X concurso "La Gaceta de Cuba" (2003),
Mención Calendario (2003, 2004), Mención
"Ernest Hemingway" (2005) y Beca "Razón de Ser"
(2005), Premio concurso “Eliécer Lazo”, Segundo
37
a pie de página
Premio Concurso “La Llave Pública” (2006), Beca
de Creación “Silvestre de Balboa” (2009), Beca de
Creación “Fronesis”, novela (2008); Eduard Encina
obtuvo el Premio "César Galeano" (2004); Rafael
Rodríguez se alzó con La Beca de Creación “Caballo
de Coral” y el Premio "Tristán de Jesús Medina"
(2005); Alexey Mendoza resultó Mención del
"Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios
(2004); Héctor Luís Leyva obtuvo en su más
reciente edición el Premio “Sigifredo Álvarez
Conesa” que otorga el Consejo Nacional de Casas
de Cultura; y quien esto suscribe, ha merecido la
Beca de creación "Caballo de Coral" (1999), Premio
"El mar y la montaña" (2004); Mención "Calendario"
(2004). Primer Premio “Vértice” (2006); Premio
Mono-Rosa (2008); Premio Eliécer Lazo (2008);
Premio “Carlos Casasayas Comas, noveleta
(2009); Mención La Enorme Hoguera (2010).
De Yunier Riquenes son los libros de cuentos
La llama en la boca, Quien cuidará los perros,
Lo que me ha dado la noche y la novela Los
cuernos de la luna; Alexey Mendoza publicó El
viejo insomnio, cuento; igual que Enrique
Hernández Fin de siglo; Héctor Luis Leyva
Algunos títulos del
Grupo
38
Cuentos feos; y míos son El agua en el agua y El
Ritual de los perros, de cuentos, y la noveleta
La rifa, que se publicará este año por Ediciones
Bayamo.
Varias revistas y antologías han incluido en sus
páginas cuentos firmados por miembros de
Hacedor.
En poesía, por ejemplo, Yunier, entre otros
premios, obtuvo el Pinos Nuevos y Eduard
Encina dos veces el Calendario y Accésit de la
Gaceta de Cuba, entre otros, pero aclaro que
solo me ha interesado destacar los premios y
libros de narrativa porque Hacedor, aunque
casi todos cultivamos la poesía, es un grupo de
narrativa, nos concentramos (para el estudio
común, los debates y las lecturas), en este
último género.
Este grupo de narradores se propone la tarea de
dibujar un mundo. A lo largo de los años ha poblado
un espacio con imágenes, con infinitas imágenes
sobre el hombre y sus alrededores (o dolores).
Antes de morir, tal vez aún no hayamos descubierto
si realmente ese paciente laberinto de líneas traza
la imagen de una cara, pero, algo es cierto, en las
líneas logradas se entrevé lo soñado.
fabulaciones
Dedicada al Grupo de Narrativa
“Hacedor”
Yunier Riquenes
(Jiguaní, 1982)
“La edad de las ataduras”(fragmento)
Novela en proceso de edición por Ediciones Matanzas.
Esta es la noche, esta es la noche, claro que tiene que ser esta. No puede ser otra; hoy es mi
cumpleaños, dice Marcia y mira por donde se irá el sol, por donde mismo vendrán los pájaros como
soldados a pasodoble a crucificarle la cabeza.
No sabe cuántas veces se ha asomado al camino. No le importa, lo verá aunque sea en la vez número
mil, tres mil. Tiene la esperanza de verlo llegar risueño, corriendo hacia ella con los brazos abiertos, con
un Mamá ensordecedor. Por supuesto, no traerá el equipaje de infantería ni el pelo ni la barba crecidos
como lo vio en un sueño. Traerá su cara limpia y lisa, juvenil, la misma cara de niño de cuando partió.
Sale corriendo al imaginar que llegará en el carro que se detiene y pita en la carretera. Entra, el chofer
estaba orinando. Debería de perderla por sacársela ahí mismo, los perros van más lejos. Si estuviera
cerca le caería a pedradas. Llegará, dice, hoy es mi cumpleaños.
Marcia continúa entusiasmada, al salir le baja el volumen al radio; al entrar lo pone a todo volumen.
Canta: con qué tristeza miramos, un amor que se nos va, es un pedazo del alma que se arranca sin
piedad. Pero esta vez, afirma, María Teresa Vera se equivocó. Volverá, Tito volverá a arrancarme la
tristeza.
El día anterior le había dicho a Vilma que no iría a la oficina, que era su cumpleaños, estaba segura del
regreso de Tito. Vilma le dio un abrazo y la felicitó. Tienes derecho a ser feliz, mi amiga, pero a veces los
sueños... y se quedó inconclusa. Marcia hizo un gesto extraño cuando le mencionó los sueños.
Enseguida Vilma le dijo Seguro que le harás un arroz con pollo, tostones y ensalada de tomates. Sí, por
eso no puedo venir. Por la mañana voy al mercado a resolver las cosas. Es verdad, cógete el día, pero
acuérdate que si al final no ha llegado es que seguro no lo dejaron venir. Los militares no creen ni en sus
madres y mucho menos en fechas importantes. No, él vendrá; y no lo soñé. Lo viví. Me ha dicho que no
podrá dejar de verme. Es verdad, Marcia, las madres sentimos a los hijos aunque estén lejos. Vilma la
miró con brillo en los ojos. Déjame regalarte un ramo de girasoles aunque te los traiga pasado mañana.
Marcia recuerda a Vilma, Mañana llevará a la oficina el ramo de girasoles; tenía que haberle dicho que
me lo trajera a la casa, a lo mejor me sorprende. Se verían muy bien en el centro de la mesa mientras Tito
come. Y lo imagina desmenuzando la carne, embarrándose las manos y la boca de grasa, sonriente,
chupando los huesos, complacido. Le prepara una fuente grande con tomates sazonados con vinagre,
aceite y sal. Seguro Tito le echará el jugo de los tomates para mojar el arroz, supone y sonríe. Es la cara
de Tito, la cara, la cara. Sonríe.
El radio suena alto, muy alto, pero de todas formas ella diferencia los ruidos y los gritos en la carretera.
Marcia canta y baila al unísono con el radio. Sigue en la cocina; ya el buen olor invade toda la casa. Así le
gustaba, piensa. La olla de presión suena y expele el olor de arroz con pollo.
Aún es temprano; constantemente se asoma para ver la caída del sol. Los dos se sentaban en el portal a
despedir el día. Quiero que llegue la noche, murmura, que Tito esté conmigo y encuentre al hombre; que
lo mate. Vigila la esquina por donde sabe que vendrán los pájaros y después el hombre. No le dejaré
espacio al hombre, asevera, Ahora debo de pensar en Tito, Tito, solo Tito y nada más.
Se acaba la música y después de un spot el locutor abre el boletín de noticias, diciendo que un primer
país atacó a un segundo. Dice Murieron doce niños acribillados a balazos en medio de la manifestación.
¿Por qué tienen que existir las guerras? Se pierde el hilo de la noticia pensando en Tito con el casco
puesto disparándoles a los niños. El que va a la guerra tiene que matar, dice, se pone nerviosa. No picaré
los tomates ni los plátanos, me sentaré un momento.
El locutor regresa a Marcia al comentar las bajas del ejército a pesar de la ocupación del primer país.
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Marcia no cree que Tito haya sido una víctima así. Siempre le gustó ponerse escudos para jugar al
guerrero, traería un chaleco. ¿Y si le tiraron una granada o pisó una mina? Cambia el dial, ninguna
emisora trasmite un programa musical. Son las siete, a las siete sólo se pueden escuchar las noticias.
Apaga el radio. La olla suena y se mantiene el delicioso olor a pollo. Sale nuevamente al camino
secándose los ojos.
A Marcia se le pierde la vista en la carretera, en los carros que suben o bajan, en la gente que camina, en
las bicicletas que vienen y van, en el verdor de la montaña que se levanta en el horizonte; en las nubes
grisáceas que corren a chocar con la montaña, y muestran que la tarde se ha ido. Es el resplandor el que
mantiene la tarde en un rojo o un amarillo quemado.
Se queda en el portal. La montaña va perdiendo el verde. De todas formas su vista permanece clavada
allá, entre los árboles. Quiere vestirse de verde. Volar y posarse sobre los árboles como los pájaros,
como si las hojas fueran colchones de espuma.
Tito aprendió a enmascararse entre los árboles, dice, no lo alcanzarán los leones en el otro continente.
¿Y no suben los árboles? Siente miedo, mucho miedo. Tito llevaba un fusil, les dispararía en la cabeza.
Pero Tito volverá, él si no cree en leones, ni en las fuerzas enemigas. Hoy Tito volverá, habrá rayado el
almanaque en mi día. Me habrá comprado un ramo de flores para adornar la mesa. Este no es un día
para cartas, es un día para estar juntos, y él vendrá para estar junto a mí.
Se pone de pie y se va corriendo a la cocina porque se le ha pasado de tiempo el arroz. No puede
quemarse, hoy no puede quemarse. Destapa la olla; huele muy bien. No se ha quemado. Canta junto al
radio. Sabía, dice, Hoy es mi cumpleaños, hoy regresa Tito de la guerra. Se entusiasma. No me quedaré
como Hilda, asegura, la pobre. Eso no es bueno ni pensarlo.
Hilda hablaba del regreso de su hijo para año nuevo. Entre ella y el padre habían cebado un puerco para
el recibimiento y le habían llenado el armario de camisas. Hilda y el padre discutían a menudo con el
muchacho por no trabajar. Después que el muchacho se fue querían tenerlo en casa, aunque durmiera
hasta las once, aunque hubiera que despertarlo o prohibirle las salidas de cacería.
Hilda decía Me llevaron a mi hijo a cazar hombres. Y rompía a llorar. Flaqueó, se le veían los ojos
profundos y todos los huesos del cuerpo. Su esposo empezó a hablar solo mientras caminaba. Se le
veían los gestos y los labios abiertos. Hilda y su esposo flaquearon y hablaron más el día en que apareció
el muchacho de reclutamiento y no les dijo mucho, sólo la miró y le dijo Sí, Hilda. Y se echó a llorar en los
brazos de ella como si él fuera el doliente. Entonces el esposo habló muy alto, tan alto que se escuchó en
todo el barrio. El muchacho de reclutamiento salió con su carpeta y la bicicleta.
No había llegado ningún vuelo, pero ya se sabía la noticia. Lo traerán pronto, había dicho el muchacho
de reclutamiento, hay que esperar a que caigan más. No se puede dar un viaje a inicio de semana, hay
que esperar el sábado. Entonces Hilda empezó a cargar la foto de su hijo en el pecho y el esposo empezó
a decir que estaban viejos, que ya no podrían tener nietos.
Hilda y el esposo supieron que había sido una mina aquel sábado, era una caja pequeña la de su hijo. Ahí
no pueden estar todos sus huesos, decía, y le quitaba la bandera al ataúd. Ni siquiera puedo verlo
muerto, gritaba. El esposo no fue ni al entierro. En la despedida del duelo tocaron cornetas y hubo
disparos, hablaron de una nueva lista de mártires. Hilda no creyó en cornetas ni en medallas. No le
interesaba que le pusieran a la calle ni a la nueva escuela el nombre de su hijo.
Retorna al camino. No quiere ver aparecer a nadie que no sea Tito. Mucho menos al muchacho de
reclutamiento. Yo sí no le permitiré al muchacho ese que me haga lo mismo que a Hilda; no le permitiré
que me traiga medallas. Nunca más lo dejaré acercarse, el día antes de la despedida fue su último día,
dice, y recuerda la última vez, no quiso verlo; le cerró las puertas y él después volvió, pero no lo quiso ver.
Nunca más le permitió que se acercara e incluso él había ido hasta la oficina. No le di el frente, pero no
fue por cobardía, dice, basta ya de soportarlo, nunca le permitiré que me diga algo sobre Tito. Y mucho
menos que… No, Tito vendrá hoy porque es mi cumpleaños. Se acordará de mis fricciones, se acordará
de la comida que tanto le gusta.
Corre a la cocina. Pondré a calentarle agua para que se dé un buen baño. Con un baño caliente se le
quitará el cansancio de tanto tiempo. Pone a tibiar bastante agua, Le bastará para lavarse la cabeza,
dice. Marcia recuerda las veces que entró al baño con Tito y le estregó la espalda. Hoy podré volver a
hacerlo, dice, y sonríe.
Pone en la mesa la ensalada, los vasos para el agua y las cucharas. Esperaré a que llegue para servir la
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comida, se mantendrá calientica mientras el agua esté en el fogón.
Vuelve a asomarse al camino; ya es de noche. Cierra las puertas y las ventanas y se baña. No voy a dejar
que el hombre me atrape poco antes de llegar mi hijo. Marcia se encierra. Cantan los pájaros por la
esquina. No tiene el miedo de los otros días: Si el hombre viene me puedo fajar con él.
Se sienta en un balance a esperar a Tito. Mira hacia donde tenía las fotos y no las encuentra, las recogió
todas el mismo día en que se fue. Podré ponerlas otra vez, afirma, y lo tendré cerca, en las fotos y en la
casa. Hace memoria, cuenta las fotos del álbum con los ojos cerrados. Las que le faltan se las llevó
Anita, él mismo se las dio.
Se balancea, una brisa fresca comienza a cerrarle los ojos. Le suena el estómago, le fastidia el hambre.
No esperaré a Tito, llegará más tarde. Se va a la mesa y se sirve. Tito nunca llegó temprano para la
comida. Llegará después de dormirme, ¡ese muchacho!, le gustan las comidas frías. Recuerda que el
fogón continúa encendido calentando el agua. Ya se debe haber gastado más de la mitad, asegura, y
corre a apagarlo. A Tito nunca le gustó la comida caliente.
Después de comer se sienta en el balance a esperar el programa. Llegará cuando más entretenida esté
escuchando a Julio. Tenía que haberle escrito una carta para que me felicitara por mi cumpleaños. Tito
vendrá, no hay nadie mejor que Tito. Julio me ha hecho compañía, pero la de Tito es mejor. Julio tiene su
familia y Tito es la mía. El querer por Julio es otro querer.
A pesar de la oscuridad, sale al camino. Es la última vez, y mira fijo hacia adentro de esa oscuridad; se
cruza los brazos. Esta noche no hay estrellas, dice, pero vendrá. El aire le revuelve el pelo, la brisa fresca
se ha convertido en una ráfaga violenta y constante que ruge. Suena el techo, las ramas de los árboles
se doblan queriéndose partir. No lo puedo entender, no lo puedo entender, y regresa. Parece que esta
noche ha venido un batallón de pájaros y aletean en el techo. Apaga el radio, no le importa que ya casi
Julio esté al salir al aire. Necesita silencio, mucho silencio. Se va para el cuarto. Esta noche no supervisa
el machete al lado de la pata de la cama. Necesito silencio, mucho silencio.
Se tapa los oídos con las sábanas; tararea a María Teresa Vera. Después de repetir el estribillo varias
veces levanta la cabeza mirando hacia la ventana. Hoy es mi cumpleaños, Tito no puede ser un sueño,
fui yo quien parió a Tito, tengo derecho a que vuelva, a que me lleve a la guerra cuando regrese. Esta
tiene que ser la noche, no hay otra, es hoy aunque no haya estrellas blancas.
Delis Gamboa Cobiella
(Guisa, 1976)
La rifa (fragmento)
Esta noveleta obtuvo en el 2008 el Premio del Primer Concurso Nacional de Narrativa Carlos Casasayas Comas. Actualmente
se encuentra en proceso de edición por Ediciones Bayamo.
I
Silvia hizo circular la tinta en torno a la moneda y me mostró la luna en el papel.
-Esa era yo.
Esperó mi réplica pero me asomé a sus ojos sin ánimo de decir nada. Pensaba en lo inhóspitos que son
los fines de semana sin su cuerpo dúctil, sin sus manos afanosas, correctoras. Fría todavía por la
intemperie y por ese aire filoso que entra por la ventanilla y envuelve los cuerpos, me había contado
sobre la odisea del viaje. Por hábito o por designio, igual a un trámite burocrático, el tren en que ella
sistemáticamente venía era lento y corrosivo, exasperante. Sumergida otra vez en el dibujo, movió
diligente, meticulosa, el lapicero sobre la circunferencia, hasta oscurecerla. Golpeó sobre la tinta, que le
manchó los dedos.
–Esa soy yo –hizo una pausa para mirarme–. Todavía en esa luna hay claridad, espacios en blanco,
grietas; por eso estoy aquí, contigo.
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Acarició el ramo de rosas, lo acercó para olerlo. Aunque no lo supiera ni lo creyera, no hacía más que
obedecerle al cansancio. De ahí el juego con la moneda, el lapicero y las flores. Se lo dije. Apoyándose en
la mesa, se incorporó. Sus pechos se estremecían y los palpé cuando llegó junto a mí. La besé y, jubilosa,
preguntó si estaba contento de tenerla conmigo. Sí, dije y la aparté. Nos teníamos ganas, pero ya era
tarde. Todavía tenía que bañarse, le recordé, y comer.
Retornó al asiento frente a la mesa. Invariablemente dilataba la hora del baño, ignorándolo en
ocasiones. Cuando hacía frío, se lo perdonaba, esta vez no. Quería que la acompañara a la ducha. Le
propuse, en cambio, preparar la comida mientras se bañaba. Aceptó y con el desgano y el cansancio de
más de dos horas de tren, se puso de pie y cogió la cubeta.
La miré dirigirse a la ducha y sentí compasión de ella, que cada viernes repetía el agotador viaje para
venir a mi encuentro en el lúgubre cuartucho.
II
Se abrió para que yo descubriera sus paisajes interiores, para que me empapara de la sal enfebrecida y
del temblor de agua que levitaba sobre mi cara, retándome, doblegándome. Sus uñas se hincaron en
mis muslos. La hice girar y tenderse junto a mí, y mirarme mientras fui entrando en su cuerpo. Había
tenido unas ganas tremendas de estar así, dijo, piel contra piel. Después seguimos abrazados pero
quietos, recuperándonos.
Cuando creía que se había dormido, Silvia se movió en la cama y me preguntó qué hice en la semana. Le
hablé de Ignacio. El martes estábamos en el parque y se acercó para decirnos que también era poeta.
Traía un pantalón azul desteñido y una chaqueta gris. Nos brindó un trago, que cortésmente
rechazamos. Comentó que hacía tiempo estaba por aproximarse a nosotros porque preparaba un libro y
quería que lo orientáramos sobre los pasos a seguir para publicarlo. Le pedimos que nos leyera unos
versos. Se empinó de la cantimplora antes de abrir la libreta con sus manuscritos.
Mientras leía miré a Ariel. Debíamos buscar las mejores palabras para decirle que aquel engendro no
era poema ni cosa que se le pareciera. Cuando terminó la lectura preguntó qué creíamos.
-Que publicar poesías no es cosa de mear y sacudir –dijo Ariel.
Con la libreta abierta sobre las piernas, se quedó mirándolo como quién decididamente cree que no ha
comprendido. Alarmado, y para apaciguar aquel exabrupto, le indiqué dónde podía encontrarme y me
brindé para ayudarle a corregir sus escritos. Prometió que esa misma tarde me visitaría, se dio un trago y
desapareció del parque.
-Es un loco –dijo Ariel.
Ese día, al oscurecer, tocaron a la puerta. Imaginé a Celeste con el platillo de dulce y desde el baño le
grité que pasara. Sin embargo, era él.
Me excusé por haberme demorado y se adelantó para ofrecerme una mano fría por el sudor. Extrajo del
bolsillo la libreta y sin transición aseguró que yo sí era un buen escritor. Había leído cuentos y poemas
míos en la revista cultural de la ciudad y en plegables que le habían prestado en la biblioteca pública.
También había visto algo de Ariel, pero no le interesaba.
Sacó la cantimplora, y me la ofreció.
–Estoy haciendo un tratamiento médico –mentí.
Lamentó que estuviera enfermo, porque había dejado ese trago para compartirlo conmigo. Le daba
rabia ver cómo cierta gente que escribía cosas insípidas tenía facilidades para publicar. Miró en
derredor antes de sentarse y preguntó si vivía solo. Le expliqué que mi novia venía los fines de semana,
estaba haciendo el segundo año en la Universidad.
– ¿Qué enfermedad tienes?
No supe qué contestarle ni tampoco lo pensé antes de decir que el médico lo estaba analizando. No
creía que fuera algo como para alarmarse.
La oscuridad iba invadiendo la casa, pero no encendí la luz. Deseaba despedirlo, quedarme solo. Volvió
a beber de la cantimplora y la puso en el suelo. Miró las paredes despintadas, la habitación estrecha
que hacía de cocina-sala-comedor y cuarto, y dijo que yo era dichoso. Vivir solo, tener una casa, aunque
fuera un cuartucho, era uno de sus sueños. Quería vivir lejos de su padre, que ahora mismo estaría
esperándolo para que le buscara la comida al caballo.
–Me puedes dejar la libreta –lo interrumpí.
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Dudó unos segundos y terminó aceptando mi propuesta. Debía cuidársela porque no tenía copia de
ninguno de esos poemas. Se lo prometí y caminé hasta la puerta. Cogió la cantimplora y se puso de pie.
Confiaba en mí, dijo, por eso había venido. Lamentó que yo no pudiera beber, era una lástima.
Habían encendido el alumbrado público. Las sombras se movían procaces entre los bancos del
parquecito de enfrente. Bajando la escalerilla hacia la calle, Ignacio se volvió para preguntarme qué
estaba escribiendo.
Rápidamente le comenté: era sobre un muchacho que vivía con su abuela. La anciana se pasaba el
tiempo hablando de palomas. Se llamaba Omar. Un día hizo el esfuerzo y compró un número en la rifa
de una bicicleta. Tenía fe en el triunfo y esperaba con ansiedad el día de la premiación.
-¿Se la gana?
-Hay que esperar. Todavía no sé si se la ganará.
-Ojalá se la gane... Me lo enseñas cuando lo termines.
Seguí afuera y lo vi hacerse sombra entre las sombras del parquecito.
III
La ciudad mostraba la misma cara esquiva de siempre. Me demoré en la librería, entre ejemplares
polvorientos, buscando una novedad que no apareció.
El sol reventaba en la piel un sudor espeso y creí oportuno regresar a la casa para sentarme a escribir un
par de párrafos. Cruzando el puente, al alzar la vista, vi a Ignacio en el portal de la biblioteca. Me saludó
con efusión. Sin verdadero interés le pregunté si había tenido que buscar la yerba para el caballo.
–Siempre me toca.
–Era de noche cuando te fuiste.
–Yo me sé un lugar donde se llena un saco rápido. Además, no necesito luz. Yo la sé cortar hasta con los
ojos cerrados.
Ya me estaba preguntando si no traía la cantimplora cuando la sacó. Me brindó y, antes de recibir la
negativa, recordó lo de mi enfermedad. Con disgusto, y sin que le preguntara, me habló de su padre,
quien fue maestro hasta que se dio cuenta que tirar pasaje en un coche era un oficio más rentable. Con
los ahorros se compró dos caballos y el coche. Por la mañana tiraba pasaje con uno y en la tarde con el
otro, hasta que le robaron uno. Ahora trabajaba hasta el mediodía y las tardes se las pasaba
escandalizando con los amigos en el patio.
Como aún no le había hablado a Ariel sobre la actividad del jueves preferí no entrar a la biblioteca, no
fueran a preguntarme por él. Ignacio quiso saber cuándo podía ir a verme. Sobre las tres, le dije, a esa
hora ya habría leído sus poesías.
IV
Varios pétalos se le habían desprendido al ramo de rosas que compré el viernes para Silvia. Los recogí
junto a las flores marchitas y los tiré a la basura. Pensé en Ariel, debía ir a su casa para coordinar la
lectura del jueves.
Decidí bajar a comprar pan y batido para pasar la tarde. Eran casi las once. Durante una hora intentaría
avanzar en la historia de Omar. Veía a la abuela entre las palomas, a Omar moviéndose resuelto por el
patio, pero no fluía nada más. Debía intentarlo, insistir sobre la hoja en blanco.
Omar guardaba el número de la rifa debajo del colchón, entre otros papeles. Nunca había sentido tanta
seguridad al tomar una decisión: se limitaría en la comida esa semana, pero al final tendría su bicicleta.
Era la manera más eficaz de hacerse de una.
Observó el número en la cartulina amarilla. Era un 22 con rasgos cuidados, como trazados por un pintor.
Nunca había participado en juegos de azar, pero esta vez había sentido un extraño pálpito, un
irrefrenable impulso, confianza en el riesgo.
¿Habían tocado? Se quedó inmóvil, atento. Los toques se repitieron. Acomodó el colchón y salió. Aliuska
estaba en la puerta:
–Hay mucho silencio en esta casa, ¿y la vieja?
–En el cuarto, dormida.
Aliuska se había pasado la mañana lavando y, sin necesidad, acompañando las palabras con dilatados
ademanes, exageró el cansancio.
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Fue hasta él y le ofreció los dedos. La menuda geografía de esos dedos entre los suyos era, Omar podría
jurarlo sin temor a equivocarse, la más agradable circunstancia del día, de la mañana que se escapaba
miserablemente. Demoró la caricia lo más que pudo, pero una tierra baldía, la muda advertencia de que
el gesto realmente no obedecía a otro interés que el de mostrar la pintura arruinada, encontró luego,
cuando le buscó los ojos.
–Huele tierno, a jabón –dijo.
Aliuska desplazó la mirada por el viejo desorden de la sala y se acercó a una silla, pero quedó de pie, la
mano abandonada sobre la esbelta madera del respaldo.
–Me sentara un rato aquí, contigo –dijo.
Omar trató de defender su voz de todo exceso de sentimientos, de un crudo matiz de súplica:
–Quédate.
–Imposible –los dedos que antes el acariciara morosamente recorrían el cuerpo pulido e indiferente de
la madera–. ¿Podrías ayudarme a mover el refrigerador?
–Enseguida voy.
Aliuska, caminando con su gracia singular, atravesó la calle y entró a su casa. El esperó un poco más
para ver si salía otra vez al patio.
V
Ariel llegó después de las cinco, a escasos minutos de irse Ignacio. Era mejor no haberse encontrado
con ese tipo, dijo. Se quejó de la eterna infelicidad que persigue al escritor. Me interesé por la causa de
su rabia. Su hija, hacía más de un mes que no la veía, y estaba desesperado. Arrastró una silla hasta el
balcón y miró la calle, abstraído.
– ¿Crees que dé algo ese muchacho? –me preguntó.
–Talento tiene. Lo que le urge es dejar la cantimplora.
Prendí el fogón para hacer café. Le dije de la actividad en la biblioteca al día siguiente. Era a las ocho de
la noche, había invitado a Ignacio.
– ¿A ese loco?
–No es mala persona.
–Anoche lo vi. Entraba al pueblo con un saco de yerba en la parrilla de la bicicleta. Tuvimos que pitarle
seguidas veces para que se apartara.
Me asomé al fogón. Ya comenzaba a hervir el agua. Después del café preguntó si Silvia venía este fin de
semana. Afirmé con la cabeza.
–Tú sabrás lo que haces –dijo despectivo.
Silvia no le caía bien. La conocimos cuando unos amigos nos invitaron para una lectura en la
Universidad. Estaba en primera fila en el teatro. Ariel me hizo con discreción una seña para que la
mirara. Ella sonrió.
Después del recital hablamos unos minutos y ella me hizo prometerle un poema, dos palabras. Más
tarde nos sentamos en un parque. Al final de esa inagotable noche le dejé mi dirección y la promesa de
volver. No pensaba cumplir mi palabra y no supe qué decirle cuando, mucho después, abrí la puerta y
me encontré con su sonrisa. Hacía casi un mes que me esperaba, dijo, y como no sabía qué me sucedía
había decidido venir.
Cuando se lo conté a Ariel, no podía creerlo.
–Hazle el trabajo y que vaya tumbando –me dijo.
Pero no se fue hasta el día siguiente.
– ¿Le dijiste que no volviera más?
–No.
–Te va a enredar. Las putas envuelven a los hombres.
Volvió quince días después. Y siguió viniendo hasta que su presencia en la casa se convirtió en algo
natural. Sólo Ariel no la aceptaba. Hubiera hecho cualquier cosa por hacerlo cambiar de opinión. Ella no
era lo que él pensaba, le dije.
–Claro, te enamoraste. Bien te lo dijeron desde un inicio.
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Alexey Mendoza Quintero
(Jiguaní, 1974)
Virgen de noche
El cemento es una mácula que se fija en sus dedos por más que los frote. Se acerca al espejo y el rostro
le pesa. Tiene la frente llena de surcos que se pierden en el nacimiento del pelo y unas ojeras que le
devastan la mirada. Va hasta el patio, recoge la pala y la guarda en el cuarto del fondo. Piensa que la
mezcla es perfecta y sonríe. Experimenta una placidez enfermiza. Suspira, sabe que nada puede
molestarlo. Deja las manos cenizas como prueba del control que ejerce sobre todas las cosas. Se
desnuda, pasea por la casa, orina en los sitios por donde antes era imposible caminar. Baila y nadie lo
molesta en la danza. Sólo el crepitar de la vela en el altar lo detiene.
Para él todos los santos eran iguales. La esposa había sugerido una imagen celestial, eso ayudaría.
Habló de las vírgenes del mundo, pero que ninguna tenía la solvencia de la Virgen de la Caridad del
Cobre. Trajo una tarde la estampa y la colocó en la sala. Él miró la capa dorada, la corona y la aureola
majestuosa. Hizo una mueca equívoca cuando su esposa encendió la vela y puso las flores. Él intentaba
descifrar la mesura de la Virgen, la piel apacible, la voluntad de las manos y la sonrisa incrédula de
Santa recién llegada.
Cuando cruzó la sala Manuel vio, con ojos suspicaces, el vestido ajustado a las caderas y en los senos y
el paisaje de las flores queriéndose desprender de la espalda. El mismo vestido conque la había
conocido aquella noche en que cantaba con voz loca, aplaudida por una turba de hombres entre los que
él se acercó, en un esfuerzo por parecer diferente. Ella disminuyó el ritmo de las nalgas y las flores
retornaron a la tela, como hace un rato, al pararse ante la Virgen.
Manuel da un paso atrás y se alejó de la comunión espiritual, del agua de violetas, los gajos de vencedor
y del chisporretear de la vela. Ella dice voy a salir o algo semejante que él no entendió. Quiere
interrumpirla, decir no fue para esto que nos casamos, pero las palabras se quedan trabadas y las flores
vuelven a temblar mientras ella desaparece en la noche. La sigue entre la gente y los cristales de las
tiendas, ella se detiene a imaginar (o a soñar) con otra vida y su casa es el santuario del Cobre y los
objetos esparcen la gratitud de los que un día confiaron en su caridad. Manuel sufre cada expresión,
cada ilusión reprimida definitivamente por sus extenuados bolsillos. Siente pavor cuando algún
aventurero gira el cuello para interpretar el alboroto de las flores o aclarar si es mujer o prolongación de
una ola. Por eso cambiaba la vista cuando salían y los hombres acortaban las calles para verla y enviarle
disímiles señales, incitaciones, claves que ignoraba (o parecía ignorar) y que, finalmente, él hacía
desaparecer con un abrazo en el que ella se notaba distante, pero sonriente.
Llegan a un gran salón y es conducida por habitaciones, terrazas y jardines, obligada a despojarse de
varias cadenas donde cuelgan pequeños santos continentales. Esa no, dice cuando intentan arrancarle
la estampa de la virgen. Manuel se emociona por la trascendencia de su esposa, la piel olorosa a
madreselva que camina desnuda sobre un suelo que él sabe del mar, pero no vislumbra la ola que
entorpece a los demás, las flores del vestido arden sobre la arena y ella avanza y la multitud se queda
postrada en rezos y cánticos que el viento acerca y Manuel aleja con manotazos y frases aprendidas en
la oscuridad ( o la desesperación) del que presiente un rompimiento, una tregua en la fábula de la vida y
piensa en el Caribe, en todas las almas que su esposa ( o la Virgen) pueden salvar de las tempestades,
los malos augurios y la muerte.
Entra al mar y la multitud retoma los estandartes y los aleluyas, se lanzan contra la marea gigante que
los aprieta y destroza, pero mantienen la creciente felicidad que él esquiva, como antes lo hizo con
aquellos que pretendieron sojuzgar los límites de su mujer, y los ve perderse a todos, bajo el vestido
misericorde que tranquiliza las aguas.
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Sale y recoge las flores, humeantes aún, y las incorpora a la tela. Recorre la playa y Manuel la
persigue a distancia. Cruza palacios, tertulias y convites. Es halagada por admiradores y apóstatas.
Le son devueltas todas las estampillas y sale a la explanada donde alguien la espera.
Es un joven de barbas claras que tiene un gesto suave en las manos, y en los ojos y los labios un verbo
tolerante. El pelo le cae en cascadas que a Manuel le parecen interminables. Ella se acerca, sostienen
un breve diálogo y él hace un gesto de dolor. Lo abraza y lo ayuda a caminar. Manuel siente el rebullir de
la sangre en el cerebro.
Después recuerda, o cree recordar, frente al crepitar de la vela, que el cielo se oscureció en el instante
en que salió de su escondite y fue hacia la esposa que abrazaba (o curaba) a otro cuerpo.
Por eso se observa las manos y suspira exhalando el aire por la boca. El espejo dibuja la imagen de
barbas claras que señala el altar que arde. Manuel siente calor y los dedos comienzan a destilar
cemento. La casa se convierte, poco a poco, en una mancha que lo oprime. Se para en la puerta y mira al
final del patio, a cientos de flores que brotan del muro que ha levantado. Sube las escaleras y espera
sentado. Las manos son dos surtidores de los que no puede escapar. Comienza a llover y el agua lo
confunde todo. La mezcla avanza por las piernas y el pecho. Escucha una voz. Después cierra los ojos y
no piensa nada más.
Rafael Rodríguez Pérez
(Jiguaní, 1983)
Una grande, redentora verdad
Aquel hombre que vimos partir hacia la noche, en el remoto año del hambre, nunca volvió. Nosotros, los
revelados y famélicos, lo vimos ascender la colina y volverse apenas un segundo, con un gesto cansado
en el que algunos creyeron ver el odio, hacia el pueblo maldito por su mano.
Ahora, en el futuro de aquel pasado, aún recuerdo su porte majestuoso y su cayado, su cetro de
mandar. Vuelvo a escuchar los gritos de la turba hecha por siempre al látigo y la sangre y todavía
temblando, en su atrofiada convicción de que la vida acabaría si ya no estaba él para ordenarla.” ¡La
tierra se hundirá, se hundirá!”, sollozaban. “! Mañana no veremos el sol!” Pero el sol salió, poderoso. Y lo
vimos todos: todos menos los que siguieron el espectro; todos menos los que se suicidaron.
Entonces vinieron las ganas de vivir y gritamos a coro tres o cuatro verdades que se hicieron un himno.
Tumbamos las vallas de cartón, las estatuas… Nos reunimos aquí y allá sin nada de veras que decirnos,
sólo por el placer de estar reunidos para hablar lo que nos diera la gana, o para estar callados, para
elegir este o aquel camino.
Después hicimos una limpieza general por todos lados. ¡Adiós!”, gritábamos al matar las últimas
mentiras. “¡Adiós!” Y nos despedíamos de ella sin rabia, incluso con respeto. A fin de cuentas, es muy
poco culpable la mentira si algunos hombres la esgrimen por verdad.
Al final, cuando todo estuvo limpio en la tierra, salimos con enormes altavoces para limpiar también el
éter. Los viejos ruidos fueron eliminados y se dejó en el aire espacio a la nueva creación. Y creamos.
Entonces el progreso entró por tantas puertas que el hombre del cayado fue aborrecido y luego
desterrado de las mentes, por siempre. Y si en aquel pasado aprendimos una grande, redentora verdad,
fue sin dudas que llegado el momento, hay hombres que tienen que marcharse para que otros puedan
llegar a serlo.
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Roberto Infante Valdés
(Jiguaní, 1981)
No lo haré más
A pesar de la lluvia que amenazaba con inundarlo todo, su paso era lento. A varios kilómetros se
encontraba el pueblo. Sus habitantes aglomerados alrededor de la plaza esperaban ansiosos. La
guillotina estaba lista.
Los movimientos del hombre eran lentos, casi dolorosos. El viento arremetía contra él y los dos guardias
que custodiaban su andar. Ya no llovía.El sol dejaba verse en forma de estelas rojas entre las nubes. En
la casa varios miembros de su familia lloraban .Lo habían ido a buscar y era evidente que...
“ No lo haré más, no lo haré más”, eran sus palabras. A lo lejos se divisaban las puertas de la ciudad. Al
salir a campo abierto, aquellos que caminaban cerca lo miraban con odio y escupían a su vista.
Crujieron las bisagras oxidadas y los dos portones de madera se abrieron. Atravesaron por un estrecho
pasillo de húmedas piedras.
Los habitantes gritaban y hablaban entre sí. En lo alto de la plaza brillaba la guillotina, traída desde
Francia hacía dos meses. Muchos habían sido decapitados, y todavía faltaban más. Se sentía aterrado:
el sudor le corría por la cara, el cuello; pequeñas convulsiones se apoderaban de su cuerpo.
Caminaba ahora mucho más lento hacia la plaza, que parecía haber tomado vida y en una sola voz
gritaba: “Asesino, Asesino”. Subió, tragó en seco, sintió la soga entre sus manos, se dijo a sí mismo: “No
lo haré más”. y haló fuertemente activándose el descenso de la gran navaja.
Héctor Luis Leyva Cedeño
(Jiguaní, 1986)
El vuelo
Cada vez que me pongo las alas abuela dice esta va a ser igual a su madre. Mi mamá era un hada, nadie
se dio cuenta de que lo era ni mi abuela, porque no tenía alas. Solo ella y yo lo sabíamos. Me hizo estas
alas de papel que parecen de verdad. Dice que me parezco a ella antes de que la expulsaran del mundo
de las hadas, por algo de lo que nunca quiso hablarme. Mi abuela le decía -"Vas a volver loca a esa niña
con tus historias"-. Claro, mi abuela es humana y no entiende de estas cosas, por eso nos mudamos
lejos de ella, a un apartamento con goteras. Dice mami que lo alquiló así para poder bañarnos en el
aguacero sin salir de casa, solo se escuchaba el ruido de su máquina de escribir inventándome cuentos.
Fue el único don que no le pudieron quitar cuando la desterraron, el de inventar. En los cuentos las que
tienen novios son las princesas, no las hadas, pero como la desterraron, mi mamá tuvo muchos novios.
Algunos tenían bicicletas y nos llevaban a pasear al malecón. Entonces mi mamá se subía en el muro y
abría los brazos como queriendo alzar el vuelo. Me tomaba la mano como Peter Pan a Wendy, y me
decía:
"-Un día vamos a volar, vamos a cruzar el mar hasta un lugar donde te compraré unas alas de verdad".
-¿Ese es el país de las hadas? le pregunte.
-No, en el país de las hadas las alas no se compran, pero es lo mismo.
Se cansaba de luchar contra el viento y lloraba. Su novio me preguntó:
-¿Por qué llora?
- Cosas de hadas - le dije y volvimos calladas a la casa.
Cuando se deprimía fumaba unos cigarros que yo no podía oler. Decía que le quitaban las ganas de
47
volar. Entonces se reía y parecía feliz, pero no lo era, nunca era la misma. Después de fumar parecía una
mariposa nocturna, cegada por la luz, que se acerca más y más hasta quemar sus alas.
Las hadas nunca envejecen, era joven y bella. Un día voló. Sus deseos fueron más fuertes que los
cigarros y saltó por la ventana. Ahora no sé si está en el país de las hadas o volando sobre el mar, o si es
un ángel. Donde haya ido la encontraré. Ya tengo puestas las alas.
Ángel Julio Vázquez
(Jiguaní, 1955)
Mutación
Al morir ella lo predijo: “ Ninguna mujer contendrá tus ansias “. Mi padre no cumplió su petición: “Vigila
a nuestro hijo, enséñalo a labrar la tierra. Vinimos de la ciudad, allí la pederastia asedia al hombre, ni
Dios lo salvará de esa incontinencia”. Por su incompetencia hice adicción: todos los días frotaba mis
genitales y fornicaba animales. Aterrado por mi mutabilidad sexual en las pulgadas de mi “verga”, huyó
conmigo. Ese día en el urinario del avión un señor de traje negro hasta los pies, percibió mi
protuberancia. Ante su patética voz cedí: succionó como un hambriento becerro hasta atracarse en una
ubre. Ahora él sin fingir ora sobre el ataúd de mi padre como si captara la señal de mi madre.
Definitivamente uniría mi vida a su pléyade tal si fuera un cordón umbilical para mutar al amparo de esta
ciudad.
Café Literario “Ventana Sur”,
una ocasión para la cultura
El café literario “Ventana Sur” es el centro cultural
de la revista del mismo nombre. Posee dos
salones, “Auriga” (en la planta baja) y “La Noche
Bocarriba” (planta alta). En el primer salón se
exponen diferentes muestras colectivas de artes
plásticas, venta y préstamos de libros, y el servicio
de café. “La noche bocarriba” es el salón en el que
se desarrollan los espacios culturales fijos. Tiene
como proyecto artístico diez peñas que abordan
literatura, plástica, música, teatro, cine y la propia peña
de la revista; además de los espacios fijos diseñados
para que su impacto social alcance todos los grupos etáreos.
El público también accederá al servicio de coctelería en este salón.
48
A-Z
literatura
el áGora
LA RAZA TRISTE: NOVELA BAYAMESA
DE JESÚS MASDEU REYES
Evelio Traba Fonseca
La escritura de la Historia, para ser efectiva,
necesita convertirse en pesquisa detectivesca,
ingrediente primordial para que lo historiado
cobre su valor de vida vivida, sin renunciar a las
exigencias metodológicas que ello implica.
Estimando la innegable conjunción entre lo
ficcional- literario y la historicidad de una época,
se hace imprescindible el estudio de obras que
aborden un segmento significativo de la Historia.
Visto el pasado a través del calidoscopio de una
psicología colectiva particular, “La raza triste”,
de Jesús Masdeu -primer proyecto narrativo que
sitúa a Bayamo como escenario de su peripeciarecreando los primeros años del período
republicano, se convirtió, según criterio del
historiador Jorge Ibarra en “uno de los proyectos
literarios más interesantes de la época”. Una de
las razones que sustentan tal afirmación, es la
hibridación de Historia y ficción sin que apenas
sea posible separar una cuerda de la otra. La
aparición de la novela, (Habana, 1924) no
modificó el corpus de la literatura nacional por sus
aportes estructurales o estéticos, pero sí
conforma para el lector ocasional o el estudioso
un período interesante desde el punto de vista de
la calidad del suceso discursivo, una visión
flexible y profunda de la sociedad bayamesa
marcada por prejuicios e ideales frustrados. Dicho
extrañamiento cobra fuerza en el argumento a
través de un serio estudio de la segregación racial,
tesis en que se metaboliza el conflicto de los
personajes.
Contada a través de un narrador omnisciente, de
manera lineal, el primer capítulo de la obra se
inicia en un momento crucial: la llegada a
Bayamo en 1902 de Estrada Palma, Presidente de
la República, ensalzado por unos y execrado por
otros. Masdeu, conocedor del las encrucijadas de
su entorno narrativo, maneja con maestría la
evolución del argumento, “con un poder
descriptivo y una imaginación sociológica fuera de
lo común”. Dos de los antagonistas principales de
la obra, Miguel Valdés, mulato, hijo de un
carpintero y Armando Reyes, blanco, hijo de un
antiguo esclavista, tienen el encargo de
pronunciar un discurso en honor a la visita del
prócer a la ciudad heroica. Luego comienza a
agudizarse el conflicto, cuando “el ilustre
hombre” propone que sean enviados a estudiar a
Estados Unidos, dos jóvenes, uno negro y otro
blanco como franca demostración de la
fraternidad republicana. La disyuntiva de los
“ponderados” de El Liceo, resuelve, al fin,
después de acaloradas deliberaciones, favorecer
a Miguel Valdés, protagonista de la obra, y a
Armando Reyes, encarnación del burgués
refinado y perverso de la élite terrateniente
bayamesa. El mulato Valdés, discriminado en
varias universidades por gestión de su
contendiente Reyes, a duras penas logra obtener
su título de médico mientras que aquel regresa
siendo un “ilustre” ingeniero a su aldea natal. Más
tarde será el amor de la señorita Gabriela Estrada,
la heroína de Masdeu, lo que se convierte en el
centro de la encarnizada pugna en que entran en
juego artimañas para desacreditar a Miguel
Valdés, negándole paulatinamente a través de
campañas difamatorias, el acceso a puestos
públicos donde pudiera desplegar sus talentos
como galeno. A través de este momento Masdeu
arrecia el aguafuerte de su retrato social,
enfocando su óptica de narrador diestro hacia la
realidad de los arrempujaos: tal es el caso de “las
Largas”, Paula, Sofía y Librada, hijas de Inés,
mujeres negras que se prostituyen en un
cuartucho o en los solares ruinosos de la época
gloriosa de Bayamo. También aparecen en el
fresco de “La raza triste”, una amplia gama de
personajes trazados a pulso de mano maestra:
Don Pancho, viejo solterón pedofílico, alentador
del vicio y la desidia, Antonio Estrada y Enrique
Reyes, arquetipos de veteranos de las dos
Guerras, fomentores de la segregación racial,
típicos representantes “del canibalismo
circunspecto de los blancos”; Iluminado Pantoja,
dueño de “El Demócrata”, órgano de publicidad
encargado del sensacionalismo de los chismes de
aldea y difusor de los volantes del Partido
Conservador, y como punto culminante de las
“virtudes cívicas”, la personalidad de Don Epicuro
Espinosa, Registrador de la Propiedad, Coronel
del Ejército Libertador y mecenas de los
49
50
Alexey Mendoza y los insomnios del
hombre
Delis Gamboa Cobiella
El viejo e Insomnio, se titulan dos de los siete
cuentos del libro de Alexey Mendoza Quintero
(Jiguaní, 1974) editado a finales del 2007 por
Ediciones Bayamo. La conjunción o confabulación
de estos dos títulos animaron al escritor a darle
por nombre al cuaderno el que hoy ostenta: El
viejo insomnio. Pero, profundizando en sus
páginas, no es difícil comprender que otros
motivos condujeron al narrador a decidirse por el
título señalado. Qué otra cosa pueden ser los
temas que él ha escogido (o a él lo han escogido)
sino viejos, eternos insomnios del hombre: la
super vivencia, la guerra, la progresiva
deshumanización del prójimo y, más que el amor,
el sexo. Aunque no los busquemos, los
sentimientos, las necesidades, las obligaciones
están ahí, esperando por nosotros desde que la
serpiente apareció en el jardín, y de esto Alexey se
ha propuesto darnos su parecer.
Antes del hecho agradable y consumado de este
libro, algunos de los cuentos que lo integran
habían tenido ya la necesaria confrontación con
sus lectores: El viejo había aparecido en la
antología de jóvenes narradores granmenses
“Desde ninguna parte una palabra”, Secreto
–mención del concurso nacional de cuentos
breves “Vértice”- en la antología “La línea vertical
de la muerte” y “Al filo de la luna” –mención del
“Tristán de Jesús Medina”- en la revista Auriga de
la AHS en Granma.
Aunque hay predominio del realismo, también nos
encontraremos aquí con piezas fantásticas y
hasta una -Hijo de nadie- con innegable tendencia
al horror. Es este último un cuento que uno puede
disfrutar sin sentirse en la obligación de buscar
segundas lecturas; pero, en mi caso particular, las
otras lecturas, sin que las busque, insisten en
aparecer y así veo, en esta historia, más que una
metáfora, una hipérbole de la contemporaneidad
en ese significativo microcosmo que es la familia,
el hogar. Esta historia tremebunda, salpicada de
sangre, nos invita a mirar en torno y preguntarnos
hasta dónde podemos llegar, tras el aborto de esa
institución básica y capital que es el hogar. El
sostén y la armonía de los nexos filiares, aunque
no se quiera reconocer, han dejado de ser
prioritarios para el hombre moderno, y he ahí la
puerta por la que se cuela el principal tentáculo de
ese monstruo que nos devora.
literatura
intelectuales, encarnando a todas luces a ese
mito de la República en Bayamo que fue Elpidio
Estrada, coleccionista de mujeres ajenas y uno de
los hombres más influyentes del territorio por sus
obras de beneficencia pública. El decursar de la
novela va introduciendo en el terreno de la
comprensión histórica el concepto de la naciente
modernidad con la llegada de la electricidad, el
ferrocarril, el cine y el automóvil, y con ello el
cambio de mentalidad que tuvo como referente
inmediato el patrón de vida norteamericano,
evidencia palpable en el flujo migratorio en busca
de posibilidades de realización económica. El
exacerbado sentimentalismo que alcanza la obra
en un punto de su desarrollo, impide la
canalización eficaz del conflicto perfilado de
manera interesante en muchos de sus mejores
momentos, resuelve situaciones de modo
simplista, pero no podemos olvidar que
comprender una obra es pensarla desde las
posibilidades expresivas de su contexto. El
protagonista, como parte de un proletariado sin
conciencia de clase, se ve acosado por las
injurias y el descrédito de que ha sido víctima,
encarcelado en tres ocasiones por fabricación de
cargos, se convierte en un abúlico que opta por el
consuelo de la morfina y el alcohol hasta el punto
en que la sociedad lo condena de “loco agresivo”
cuando este en crisis de desesperación,
reacciona de manera compulsiva contra la
opresión del medio. Una de las aristas más
interesantes del conflicto se perfila en el hecho de
la posición en que sitúa el personaje: Valdés es
rechazado por los negros por “ser un relambío que
quiere parecerse a los blancos”, a la vez que estos
lo rechazan por “sus ancestros de África”.Tales
posturas generan una marcada claustrofobia
existencial que hacen al personaje perder la
perspectiva de su posición en una sociedad
convulsa que desea entrar en la modernidad sin
abandonar el escarnio moral de las viejas
fórmulas heredadas y los peores prejuicios del ya
rancio siglo XIX. Es notable en el transcurso de la
novela, la suspensión del clímax del conflicto, la
utilización de todas las dimensiones del
“escándalo” de que se valen los blancos racistas
para destruir la reputación profesional del
protagonista; en una ocasión, por intentar salvar a
una parturienta de la muerte es acusado de
negligente y asesino; en otra, por el reclamo del
sueldo de una sirvienta pobre despedida sin
remuneración, es acusado de allanamiento de
morada y de abuso sexual. Así va confinándose el
literatura
personaje en un letargo autodestructivo, que lo
lleva en una encrucijada, a matar en un acceso de
venganza, por error, a uno de sus mejores amigos.
La mujer amada ha regresado de un largo exilio
impuesto por su familia, pero lo encuentra en
pleno deterioro de sus facultades y decide
enfrentar la cólera de una sociedad que no
admitía en sus códigos de honor el matrimonio de
negros y blancos, concluyendo así la novela de
forma melodramática y trágica, evidenciando la
gran tesis de la obra en un parlamento que el
autor pusiera en boca de Valdés: “La tralla ha
cambiado de mano y de nombre pero sigue
flagelándonos (…) en las máquinas el vapor es
que empuja y el émbolo el que cede, en los
hombres unos son vapor y otros son émbolos: mi
raza es el émbolo”.
Masdeu, además de perfilar un insuperable
cuadro de la situación del negro a principios del
período republicano con las complejidades que
ello comprende, brinda un impresionante fresco
de la vida social de ese entonces con todo el
colorido que se necesita para comprender el
espíritu contradictorio de la época, ilustrando
locaciones hoy desaparecidas o trasformadas en
la mayoría de los casos. Al leer la novela el lector
recrea una especie de mapa subjetivo donde el
pasado aparece con su hálito pictórico y sus
imperfecciones. Este innegable retrato de época
fue en gran medida posible gracias a que el autor
nació y vivió en el Bayamo en que trascurren los
hechos y personajes de su novela, muchos de
ellos reales o replicados. En su prólogo de 1920,
Masdeu deja entrever que extractó su argumento
de vivencias propias o ajenas que le fueron
ofrecidas por sus protagonistas, en su mayoría
hombres humildes aplastados por una sórdida
invisibilidad social.
En Bayamo, el autor de “La raza triste”, figura
como uno de los exponentes notables en la
década de los años 30, pero bien escaso es el
conocimiento que tienen los bayameses de uno
de sus hombres de letras descollantes en su
tiempo, y en este sentido ocurre como con la
enigmática figura de Tristán de Jesús Medina, uno
de nuestros escritores-enigma. Las pistas
encontradas de Masdeu, nos llevan a un
retruécano de conjeturas y suposiciones que en el
futuro ameritan una seria investigación, útil no
sólo para el terruño, sino para la Historia de la
Literatura Nacional. Su inscripción de nacimiento
encontrada recientemente en el Registro Civil de
Bayamo, reza que nació el 19 de noviembre del
año 1887 en el Término Municipal, hijo de
farmacéutico militar español y de madre criolla.
Otras informaciones revelan que cursó estudios
primarios en su ciudad natal, logrando convertirse
en maestro rural y luego en obrero del Central Sofía.
El Diccionario de la Literatura Cubana asevera que
comenzó a hacer periodismo en Bayamo, pero
hasta el momento no se han encontrado trabajos
suyos en lo que se conserva de las publicaciones de
la época. El año 1916 marca su traslado a la
Habana y su contacto con la vanguardia de
entonces, haciendo sus primeros viajes a Europa en
el quinquenio de 1920-25.Luego del período, en
que estuvo vinculado políticamente al régimen de
Machado, su obra fue desplazada de los cánones
de la crítica, a causa de una entrevista que el
dictador le concedió en Estados Unidos el mismo
año de la caída de su gobierno. Luego de una
sostenida carrera como periodista fue corresponsal
de importantes diarios como Excelsior, Bohemia, El
País, La Discusión y Heraldo de Cuba. Enrique
Núñez Rodríguez lo recuerda “como hombre
esbelto, de pelo claro, entrado en canas, inteligente,
elegante y preocupado por el devenir de su tiempo”.
La Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística
José Antonio Portuondo, atesora gran parte de sus
obras inéditas: Los vencidos, (1912); El ensueño de
los míseros (1912); Mi mujer (1924) y La querida
(1926).
La raza triste, por una valiosa iniciativa del Instituto
Cubano del Libro, verá la luz próximamente para
que el lector de estos días pueda disfrutar de su
innegable encanto, lo que será justo homenaje a su
autor, uno de los nombres de nuestra literatura con
tanta dignidad como Loveira o Carrión, y cuya
circunstancia personal y artística debe repensarse
por parte de los estudiosos. Los bayameses, dentro
y fuera de Cuba, se sentirán a gusto de tener a mano
el testimonio de una época que los avatares de la
postmodernidad se encargan de atenuar, para que
así pueda perdurar la secreta raíz de lo que somos
en la memoria de nuestros sucesores.
Dentro del género fantástico se cuentan Secreto
y La huella del pez. Acerca del primero, de
inmediato nos percatamos de su parentesco con
Continuidad de los parques, de Cortázar, a quien le
ha sido dedicado. Es esta pieza un homenaje al
narrador argentino, con quien el escritor tiene
notables deudas. Técnica, tema y ritmo empleados
en él buscan rendir tributo al inmortal joven de las
letras latinoamericanas.
51
La huella del pez es un cuento alucinante. Un pez
peleador llamado Roberto produce especiales
motivaciones eróticas en una mujer y trastoca la
intimidad y el equilibrio del matrimonio. Quien
quiera saber cuánto de magnetismo y hechizo
puede habitar en un pez, tal vez aquí encuentre la
respuesta. Si preciosa y pintoresca es la
anécdota, así también se nos presenta en rigor
su escritura, sin que nada suene falso, artificioso.
Desde hace varios años, los escritores cubanos
comenzaron a mirar la guerra desde un ángulo
hasta entonces poco acostumbrado: desde la
individualidad, desde el angustiado interior del
hombre que se enfrenta a la metralla. En
Insomnio se nos presenta este tema. Lejos de
ofrecernos la mirada complaciente que tantos
quisieran, aquí el hombre desnuda sus temores y
apremios más intimo. De alguna forma, aunque
sea espiritualmente, se busca la lejanía, el olvido
a esa circunstancia que puede ser decisiva, fatal.
Veo en este cuento un guiño cómplice, una
deferencia de Alexey hacia Ángel Santiesteban, el
autor que con mayor empeño y mejores
resultados estéticos ha abordado el tema en
nuestra isla. Como en “Sur: Latitud 13”, la pieza
emblemática del habanero, el protagonista de
este cuento es un artista, en este caso nada más y
nada menos que un poeta. El artista, como
siempre, dando bateo, mirando a lo hondo cuando
el resto de los mortales se queda en la superficie
de ese río tumultuoso y veloz que es la vida. Y allá,
en esa hondura, el arte con su poder de
seducción y bálsamo, siempre por encima del
carácter cíclico, sucesivo e inevitable de eso que
son los días; el arte, en este cuento, es una puerta,
no de escape –como parece-, sino de entrada a lo
que le fue arrebatado al hombre: la inmortalidad.
Un sostenido hálito de misterio caracteriza “El
regalo”, misterio que refuerza el lugar donde este
se desarrolla –un hotel -, los personajes y el
silencio, las reservas y vigilancias que se tienden
unos sobre otros en perenne acorralamiento. El
narrador, con el fin de reforzar cada vez más el
misterio y el suspenso, nos va dando detalles,
descripciones y diálogos con una frialdad de
tortura.
Nancy trata de ganar terreno en Ivett; tiene un
propósito, iniciarla en el mundo lésbico. Es esta la
anécdota de Al filo de la luna. Brillante es esta
pieza que, valiéndose del método escénico, ha
realizado el escritor jiguanicero. Como en todo el
libro, el diálogo resulta revelador, nunca fórmula
52
de relleno; este fluye con la gracia y libertad de lo
natural hasta que, a manera de flash back, en él
confluye otro anterior entre Ivett y su ex esposo.
Sustanciosa es esta intervención o paréntesis,
que pronto se cierra para dejarnos a solas con el
intercambio, los razonamientos y gestos
elocuentes de ambas mujeres. El final es una
elipsis, el autor se detiene justo en la superficie
del agua, donde comienza a sumergirse el
iceberg. O a cortar la luna.
“Arrastraba los pies entre la gente tratando de
alcanzar un banco”. Es la primera oración de, a mi
criterio, el mejor cuento de este libro: “El viejo”. El
mismo desborda las cinco páginas que lo
contienen, y nos muestra mucho más que al pobre
viejo y al perro que lo protagonizan; él nos dice
más que lo que quiera mostrar u ocultar el mejor
hilvanado de los discursos. En esa base de la
sociedad en que se mueve y arrastra sus pies
tratando de alcanzar un banco, y donde ya le
restan pocas cosas por alcanzar, el viejo es
víctima del endurecimiento de corazones que ha
traído un tiempo marcado por las carencias
materiales. Pesadillas que tanto molestan y han
emergido en los últimos tiempos en la sociedad
como son el burocratismo y la práctica del
soborno, aparecen aquí, para estropearle la tarde
al viejo y recordarnos situaciones parecidas
experimentadas continuamente por el más
común de los cubanos. Narrado con gran
sobriedad, este cuento es un ejemplo de cómo la
realidad cotidiana puede ser asumida por la
literatura creativamente, sin quedarse al nivel
chato de una simple anécdota.
A manera de resumen deseo señalar que “El viejo
insomnio” atrapa por el dinamismo con que son
expuestos los diferentes conflictos. Es notable en
él la madurez en el lenguaje, el dominio técnico
del autor, la agudeza en su mirada y la precisión
en el pulso narrativo.
Dulce María Loynaz dijo alguna vez que cada
poeta debía colocar en sus libros un soneto, como
forma de mostrar y demostrar que en realidad lo
es. Le veo razón a esta sugerencia suya, creo que
si así fuera habría menos farsantes. En el cuento
pasa igual, con el pretexto de la experimentación
vemos demasiados gatos que se dicen liebres. Si
a este autor se le hiciera la prueba tomando como
patrón las enseñanzas de los maestros del
género, estoy seguro que pasaría la prueba, con
dividendos. Pero quiero llamar la atención sobre
esto último que he dicho, porque cuando se vive y
música
escribe desde ese gran oscuro interior que puede
ser Jiguaní o cualquier lugar que no sea La
Habana, y se dice algo parecido de alguien que no
es una figura por todos conocida y de innegable
renombre, se ciernen, inevitablemente, las
inevitables sospechas de que dicha obra está a
cien años luz del “hoyporhoy”, como diría
Benedetti. Se equivoca el que esto piense,
sencillamente se equivoca.
La indiferencia es casi el único sentido crítico que
tenemos y mostramos, expresó José Lezama Lima
en memorable entrevista. Indiferencia que no
merece “El viejo insomnio”, uno de los libros más
orgánicos que en el género cuento ha publicado
Ediciones Bayamo. Aquí oficio e imaginación van
de la mano, para conducirnos a una reflexión y un
disfrute estético que no muchos autores con su
primera obra pueden ofrecernos.
Por lo pronto, estoy haciendo la invitación a los
amantes de la buena literatura a dedicar un rato
del día o de sus insomnios a desandar la palabra
resonante de Alexey Mendoza Quintero, un
hacedor que reafirma el viejo proverbio de que los
últimos… no serán tan últimos.
ORLANDO CONTRERAS, LA VOZ
ROMÁNTICA DE CUBA (1)
Lázaro Efrén Álvarez de Ávila
Medellín julio 1993. Última actuación de Orlando
Contreras. Izquierda a derecha: Javier (apoderado
de Contreras), Daniel (locutor), Orlando Contreras,
Elida Ospina y Victor Ramírez B.
Cuando Orlando Contreras tenía 13 años de edad,
sólo esperaba la llegada de la noche para ir a
pararse en la puerta del bar que estaba ubicado en
la esquina de su cuadra, en un barrio de Palma
Soriano, pueblo de la oriental provincia de
Santiago de Cuba.
Allí pasaba horas y horas escuchando, como
hipnotizado, las tonadas tropicales que
interpretaba la orquesta local. Eran los años 40 y la
música cubana tenía éxito en todas partes, prueba
fehaciente de ello es la perdurabilidad que ha
te n i d o l a m i s m a e n to d o s l o s p a í s e s
latinoamericanos y del Caribe. El adolescente,
soñaba al ritmo del son, el mambo y el guaguancó.
Contreras, cuyo nombre verdadero era Orlando
González Soto, vivía en Palma Soriano con sus
padres Martha Sotto y Manuel González -este
último descendiente de españoles- y demás
hermanos.
Para su familia, las escapadas nocturnas de
Orlando eran habituales. Al joven le gustaba la
música, le venía de familia. Era sobrino de los
famosos Hermanos Contreras y de Silvio Contreras,
notable pianista cubano, de quienes, al parecer,
tomó su nombre artístico.
Tan familiar se hizo el pequeño Orlando para los
integrantes de la orquesta, que al poco tiempo lo
emplearon como mandadero.
Contreras se sentía feliz porque, además de
comprarles los cigarrillos y llevarles la ropa a la
tintorería, podía estar cerca de los músicos y mirar
desde un rincón los ensayos y las presentaciones,
pese a las rabietas del dueño del establecimiento,
quien lo hacía retirar por ser menor de edad.
Pero un día llegó el premio a la terquedad del joven.
Contreras tenía ya 15 años de edad. Se enfermó el
cantante de la orquesta y, como no había nadie
más a la mano, los músicos pensaron en él, pues
conocía el repertorio.
Ese día cantó montado en una caja de cerveza,
debido a su corta estatura. Por esa presentación le
pagaron un peso cubano, ahí prácticamente fue su
comienzo como artista, dice Javier Calderón,
representante del artista por más de 25 años.
El 8 de febrero de 1994, muchos años después de
sus escapadas al bar vecino, un cáncer en el
hígado, acabó con la vida de Contreras en su casa
de Medellín, donde vivía desde hacía varios años.
En la capital antioqueña su música era muy
apreciada por la clase popular. No había piano-bar
en Lovaina o Guayaquil que no tuviera un disco
suyo.
Sus últimos años los pasó entre Estados Unidos y
Medellín, recorriendo exitosamente las plazas más
importantes del continente americano, incluyendo
los países de Iberoamérica. Su cadáver es cremado
y sus cenizas fueron tiradas al mar.
Orlando Contreras nació el 22 de mayo de 1926, en
Palma Soriano –aunque algunos sostengan que
nació en La Habana en 1930-. Cuando cumplió 18
años, en 1944, ya se había trasladado a La Habana
y allí fundó un conjunto al que le llamó
“Kalamazoo”. Luego integró el trío de Arty Valdés e
hizo parte de los coros de la orquesta de Beny Moré.
Más adelante, cantó con la orquesta de Luis
“Neno” González, siempre en centros nocturnos,
hasta que lo descubrió Severino Ramos, eminente
53
54
“Una mujer sola” y “Un hombre en
crisis”. Juego(s) múltiple(s) sobre el
escenario
Juventina Soler Palomino
El ambiente está preparado para el comienzo
de un juego de caracteres, que si bien
reconocemos como teatro, siempre nos asalta
la inevitable sorpresa de cada puesta en
escena. Lo primero, es la preparación para
recibir un producto que se anuncia como “la
conciencia individual” de ambos géneros. La
penumbra nos invade, esperamos por la
aparición del actor o actriz para el
reconocimiento de la fábula, de cada señal en
el enmarañado mundo al que somos invitados
a pasar. Ahí los dos, hundidos en un espacio
que encarnan para contarse (nos) sus
contradicciones, amen de cualquier sentido
que los (nos) embargue. Mi elección fue la sala
“José Joaquín Palma” y dos puestas en escena
del grupo “Andante”, “Una mujer sola” y “Un
hombre en crisis”. Ella (la actriz) María Teresa
González y él (el actor) Eudis Espinosa, bajo
la dirección artística de Juan González Fiffe.
Los títulos, totalmente nominativos, no
dejaban margen a la duda, se trataban de las
catarsis femenina y masculina, perfiladas
desde la esencia misma del discurso de
género. Este es un terreno altamente
polémico, y en el cual todos creen tener la
razón, no vale estrato social, nivel
cognoscitivo de la realidad, raza, coeficiente
de inteligencia; en este terreno todos los
elementos alcanzan la categoría de “criterios
muy particulares”, aún los que se amparan en
investigaciones científicas. Entonces, estos
monólogos ¿puestos juntos por casualidad?
subyacen en el ámbito polémico; pero el
teatro resuelve todo desde la acogida
personalizada o la multiplicidad, o sea, su
perspectiva nos recomienda un sentido
complementario o la egolatría conflictual, y
como todos los caminos conducen a la
solución, ahí estamos nosotros para
comprender, reírnos, llorar o servir nada más
que de árbitros entre las variaciones
dramatúrgicas y nuestra propia esencia
humana. “Una mujer sola”, texto de Dario Fo,
nos plantea la tesis de la mujer abandonada,
infeliz, desgarrada por su deuteragonista (o
segundo en la lucha) que es su esposo. La
escena simula una casa moderna con todos
los implementos -por llamarlos de alguna
manera- que se necesitan para, en la
teatro
pianista y compositor, creador del estilo de La
Sonora Matancera.
La gente cree que Contreras grabó con La Sonora
Matancera, porque Ramos integró una sonora
propia en la que Pablo Vázquez Gobín “Bubú”, otro
de los fundadores de La Sonora Matancera, tocaba
el bajo y cantaba Orlando Contreras.
Para grabar su primer disco, una novia le prestó los
2 000 pesos que costaba la grabación por allá por
los años cincuenta, y cuando el dueño de Radio
Progreso, donde se efectuaba la grabación, lo
escuchó, le hizo firmar un contrato para que
cantara en vivo en la estación radial y grabara
algunos discos.
De acuerdo con Orlando León Restrepo,
corresponsal de El Tiempo, en Medellín, Orlando
Contreras, al morir, había grabado 57 discos de
larga duración, cifra que no se ha podido esclarecer
porque, según coleccionistas e investigadores de
Latinoamérica esa cifra ha sido superada
solamente por Daniel Santos, cantante
puertorriqueño y Celia Cruz.
Aunque algunas de sus canciones cuentan sus
propias experiencias, también tomaba las
anécdotas de sus amigos. Así nacieron “Dónde tú
irás”, “Será tu condena”, “Dolor de hombre”, “Sin
egoísmo” y “Amigo de qué”.
Aunque muchos creen lo contrario, era casi un
monje. Salía muy poco, escuchaba música y
componía. Se escuchaba a sí mismo, según él para
perfeccionarse, como cuenta Javier Calderón,
representante del artista.
Contreras se casó seis veces y tuvo dieciséis hijos,
once hembras y cinco varones. Dos de ellos cantan.
Mary Contreras, una de ellos, se presentó con él
varias veces en los Estados Unidos.
Uno de sus hijos varones fue baterista de un centro
nocturno de los Estados Unidos llamado El Caza.
La madre de sus hijos se llama Berta Contreras y
vive actualmente en Nueva York.
En 1977, fue por primera vez a Colombia y en uno
de esos viajes se radicó en Medellín. Allí murió sin
ver cumplido otro de sus sueños: tener un conjunto
que se llamara “La Sonora Antioqueña”.
El bolerista cubano murió en un apartamento de su
propiedad en el centro de Medellín, donde residía
desde hacía varios años.
Según reza la nota periodística del diario El Tiempo,
de Bogotá, con fecha domingo 13 de febrero de
1994, “se fue Contreras, la voz de la barriada”, el
diario de Medellín lo anuncia como “otro duelo en el
bolero”.
Indudablemente, Orlando Contreras, fue un gran
exponente del bolero moruno en Cuba, al igual que
Orlando Vallejo, Roberto Sánchez y Néstor del
Castillo.
el escenario sólo existe un banco rústico, el
actor aparece por el fondo encarnando un ser
mofletudo, confundido y nervioso que de
inmediato comienza a dispararnos, en el
sentido literal de la palabra, un discurso
reflexivo acerca de su rol de hombre en la
sociedad. Las acciones se suceden
rápidamente en la escena, sólo se puede
inferir el conflicto enunciado en el título de la
obra desde el desdoblamiento verbal
apresurado de este hombre en el que
es y el que pudiera ser, desmarcando
constantemente el contenido de
significación del discurso. Por tanto,
no se respetan los elementos del
monólogo como texto escrito para ser
actuado, según León Surmelian: “(…)
[el monólogo] discurso organizado y
estructurado, y de hecho son escritos
en un tono más elevado y
apasionado, son estallidos
emocionales al llegar la acción a un
alto grado de intensidad…” En esta
puesta en escena el talón de Aquiles
es el texto, que carece de la peripecia
dramática requerida para darle a las acciones
los puntos directos de encuentro y
desencuentros necesarios para una lógica
definición del clímax, donde el actor podrá
indicar el desenlace inevitable. Los
argumentos sobre la masculinidad y su
enfrentamiento por los propios hombres sí
están debidamente tratados como contenido
primario, sobre el que se armaría el
despliegue técnico propio del teatro indicado
en la estructura interna del monólogo; esta
última condición no se logra. Pero el teatro es
la unión de muchos factores, y aunque
algunos no están de acuerdo en que el texto
débil sea defendido con una actuación válida,
porque plantean que este (el texto) es la base
de toda calidad, Patrice Pavis en su artículo
“Producción y recepción en el teatro: la
concretización del texto dramático y
espectacular” que aparece en el número 2528, enero 1989- dic. 1990 de la revista
“Criterios” nos dice: “(…) los elementos reales
no son discernibles solamente en ciertas
afirmaciones del texto: son dados, es un real,
según un tiempo de presentación real; la
distinción entre esas realidades y la ficción de
la fábula dista de ser fácil, por cuanto
constituye el fundamento de la ilusión y del
placer del espectador.” Si nos apoyamos en lo
planteado por Pavis entonces puedo afirmar
que la actuación de Eudis Espinosa salvó las
deficiencias dramatúrgicas del texto escrito; lo
Un hombre en crisis
actualidad, alcanzar ese calificativo. Digo que es
una simulación porque sólo aparecen los envases
de los supuestos equipos electrodomésticos,
aunque nos llega, por la gestualidad que la actriz
marca, como complementos de la acción, la música
y los sonidos específicos emitidos por la radio, el
televisor y el teléfono; lo cual permite un
desplazamiento total del personaje en el escenario.
Una mujer sola
Fotos: (cortesía del grupo Andante)
Tiene el texto una indudable calidad y señala cada
momento de enmarque de crisis, que no siempre es
bien definido por la actriz, que por momentos se
concentra demasiado en las respuestas de la
supuesta vecina -referente de apoyo para el
dinamismo propio de la obra- y olvida su rol
histriónico que debe de estar centrado en la
atmósfera que rodea su casa. Este desnivel se
visualiza cuando se escucha el timbre, señal que
identifica la presencia de su cuñado, un maníaco
sexual al que ella está obligada a satisfacer, aquí
notamos como recobra la linealidad construida del
personaje y se “mete de lleno” en su actuación, lo
que trae como consecuencia que la curva de interés
dramático fluctúe en momentos en que no debe
marcar zona de crisis. El monólogo no tiene el
propósito de resolver el status de sometimiento
femenino; pero sí evidenciar –una vez más- el cierre
total de la mujer discriminada en la sociedad. El
final muestra lo dicho anteriormente, porque la
mujer- actriz se hunde en las voces artificiales que
le llegan al unísono desde los (supuestos) equipos,
ella agrega su propio delirio a través de una mezcla
de canciones que tararea, convirtiéndose en un
cierre demostrativo del caos de la modernidad que
rodea al ser humano y está presente hasta en los
espacios más cerrados: nuestras casas.
La segunda propuesta de la noche sabatina nos
llegó a través del actor Eudis Espinosa, escrito el
texto por Sergio Pérez. Una tesis marcadamente
machista, pero enfrentada hacia los propios
hombres: la masculinidad como condición y sus
consecuencias para el propio género. Esta vez, en
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artes plásticas
que pudo ser una clase de psicología, fue convertida,
dentro de lo posible, en una actuación que evidencia
profesionalidad y experiencia en el oficio. El actor
debe llegar a la esencia -aunque no esté
debidamente tratada - de lo escrito y conformar su
propio espectro emocional.
Sin embargo, me parece saludable que el teatro
emprenda senderos diferentes y probarse (nos) que
aún tenemos actores y grupos capaces de salirse de
su estética cotidiana, pues el ámbito epocal exige
una ruptura de las fronteras genéricas y del (modus)
de representación artística; en este aspecto Juan
González Fiffe ha iniciado su propio camino. El arte
está obligado a asumir nuevos retos y el teatro no es
la excepción. “Una mujer sola” y “Un hombre en
crisis” comienzan a despejar un terreno
abandonado en la escena granmense, o al menos
así quiero pensarlo. Los escollos y deficiencias,
serán superados y todos seremos parte de este
juego que nos marca la apertura a un escenario
particular y de renovación donde el teatro de esta
provincia es el único ganador.
Más allá de lo insondable
Yenisel Torres Arzuaga
Todos los hombres sueñan pero no del mismo modo.
Los que sueñan de noche en los polvorientos recovecos
de su espíritu, se despiertan al día siguiente para
descubrir que todo era vanidad. Más los soñadores
diurnos son peligrosos, porque pueden vivir su sueño
con los ojos abiertos a fin de hacerlos realidad.
Laurence de Arabia
Para quienes lo conocen, saben
que no ha dejado de parecerse al
hombrecito común que, a mi
juicio, está detenido en el tiempo
buscando solucionar sus
problemas de manera mística o
dramática; dramatismo
enfatizado por colores blancos y
negros, decretando
Recalo, Agustín Bejarano
meticulosamente listas
definitorias para dar profundidad,
extrapolándote a la levedad de lo eterno, a través del
desafío constante de la altura, con la incertidumbre
de llegar al desacierto al final del camino.
Bejarano ha sabido darle esa atmósfera de aparente
tranquilidad a sus creaciones, donde los cuerpos
que la conforman parecen seres u objetos
verdaderamente genuinos y espléndidos, logrando
que cada quien se haga cómplice de su filosofía, o
sencillamente, se apropie de algunos elementos
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para fundamentar la suya, reafirmando su
condición humanista.
Muchos pensaron que su obra sería pasajera,
determinado por la realidad socio - histórica que
establece la situación de mercado del arte cubano
actual, se equivocan, su espíritu innovador y su
afán de experimentación han dado pie a una labor
perdurable y contemporánea, no es cosa de
impregnar un papel o mancharse las manos; la
representación de Bejarano es pura mezcla de
elementos diversos: nacionales, universales, que
suelen ser características de un artista de extensa
y resplandeciente producción, salpicada de ansias
anecdóticas, sedimentado por la cultura popular.
Emplea variados elementos sustentadores de la
integralidad de las propuestas, apuntalando la
excelencia formal y el cuidadoso dominio de la
técnica del grabado.
Obras como Recalo (serigrafía, 2008) confirman
una vez más su bien merecido Gran Premio en el
Salón Nacional de Grabado en 1997. Artista
inquieto que ha ejercitado en diferentes géneros
plásticos: planimétricos como el grabado, la
gráfica, la pintura y volumétricos como la escultura
o la instalación. Sería prudente citar el craquelado
y la resina, empleado como fibra preponderante
para reafirmar el trayecto de la vida en su avatar
constante. Creaciones impactantes por sus
dimensiones (bolas y escudos) acentúan la fuerza
compositiva maniobrando la psicología humana.
Síntesis de su ajiaco cultural es la exposición “El
reto, un camino para llegar al cosmos” (Bayamo
2009) donde la visualidad se hace inherente, en
donde texturas y volúmenes se regodean con la
ilusión óptica y te transportan más allá de la
realidad que puedes ver, envueltos en una
atmósfera de aparente tranquilad. Como
protagonista de las creaciones exhibidas, el
individuo, confrontándose al formato, con la
sencilla paradoja de estar seguro de que ese es su
lugar, reafirmando, cándidamente, la necesidad
de comunicación entre unos y otros.
Su obra es pasado, tradición y contemporaneidad,
que nos envuelve en una misteriosa sensación
ante sus imágenes, exigiendo a cada uno de los
espectadores varias lecturas, cada vez más
profundas, en las que podemos descubrir la idea y
la intensión oculta, donde refiere la necesidad de
encontrar nuevas vías de experimentación como
fuerza de su disertación. Todo y cada uno de los
elementos empleados perpetúan una vivencia
personal basada en el apoyo al discurso dando fe
de su colocación entre los más mencionados en el
grabado nacional.
“Criollas”,
Ismael Évora
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