REVISTA CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA NÚMERO 9 ENERO-JUNIO 2010 ISSN: 1608-9251 Panorama actual de la música en Bayamo 3 Calle 13 a fuego: Proyección latinoamericanista o la estética de lo grosero 20 Dossier de poetas del Grupo Sur 23 La joven narrativa granmense: un camino a recorrer 31 Concurso de Ensayo Ventana Sur La redacción de la Revista Ventana Sur, con el auspicio del Sectorial Provincial de Cultura, el Centro Provincial del Libro y la Literatura, el Centro Provincial de Casas de Cultura, el Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”, el Consejo Provincial de Artes Escénicas y el Consejo Provincial de Patrimonio de Granma, convocan al primer concurso de ensayo Ventana Sur 2011, que se regirá por las siguientes bases: 1. Podrán participar todos los escritores residentes en el país. 2. Se concursará con un ensayo no mayor de diez cuartillas. 3. Los trabajos deben presentarse en letra Arial 12, con el interlineado de 1.5, en original y dos copias en formato 8 ½ x 11, identificados con el sistema de Plica o Seudónimo, se agregarán aparte, en sobre cerrado, el currículo literario con los datos de cada autor (nombres y apellidos, carné de identidad, dirección, teléfono, correo electrónico.) 4. Las obras deben ser inéditas y no estar comprometidas para su publicación, ni encontrarse en veredicto en otro certamen, 5. Podrán ser enviadas por correo postal adjuntando sus datos y remitirlos a: Revista Ventana Sur. Centro de promoción literaria “Juan Clemente Zenea”, Calle Donato Mármol no 113, entre Avenida Francisco Vicente Aguilera y Antonio Maceo, Bayamo, Granma; o enviarse por correo electrónico a [email protected] 6. Un jurado creado al efecto evaluará las obras presentadas y otorgará los siguientes premios: - La Revista Ventana Sur, otorgará un premio al mejor ensayo de corte artísticoliterario presentado, consistente en $ 2.000 M.N y diploma acreditativo. - El Centro Provincial del Libro y la Literatura premiará un ensayo de contenido literario que aborde la obra de un autor de la provincia, el mismo consistirá en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo. - El Centro Provincial de Casas de Cultura premiará un ensayo que contenga elementos de la identidad o la cultura popular tradicional en todas sus manifestaciones, que consistirá en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo. - Centro Provincial de la Música “Sindo Garay” otorgará un premio a un ensayo que aborde dentro del tema central elementos que tengan relación con la música, consistente en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo. - El Consejo Provincial de Artes Escénicas, premiará un ensayo que aborde directamente como tema central el teatro o tenga relación con él, que consistirá en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo. - El Consejo Provincial de Patrimonio, concederá un premio a un ensayo de corte artístico o literario que aborde directa o indirectamente el área de patrimonio, consistente en $ 1.000 M.N y diploma acreditativo. 7. La Revista Ventana Sur se compromete a publicar las obras ganadoras. 8. El Plazo de admisión vence el 31 de diciembre del año 2010. 9. La premiación del concurso se realizará en la Ciudad de Bayamo durante la vigésima edición de la Feria del Libro. 10. La participación en el concurso implica la aceptación de todas las bases. REVISTA CULTURAL DE LA PROVINCIA Director: Edgardo Hinginio Edición: Juventina Soler Palomino Diseño: Danilo Mora Rodríguez Corrección: María Salermo Hernández Relaciones Públicas: Lucy Milanés García Impresión: Gonzalo Mendoza Rabelo DE GRANMA NÚMERO 9 ENERO-JUNIO 2010 sumario PARALELOS 3 PANORAMA ACTUAL DE LA MÚSICA EN BAYAMO Mayda Villa Tornés DÉCIMA PÁGINA Alejandro Aguilar 12 LA MUJER MANZANILLERA Y LA TROVA Pedro Pita López 16 EL MILAGRO DEL PAQUIDERMO MUSICAL Omar Felipe Mauri 18 MIGUEL MILANÉS, ÁRBOL CON FRUTOS Orlando Concepción 20 CALLE 13 A FUEGO: PROYECCIÓN LATINOAMERICANISTA Encuadernación: Yordanka Mardembough O LA ESTÉTICA DE LO GROSERO Hugo Fabel CONSEJO EDITORIAL: Luis Carlos Suárez Arsenio Rosales Juan Salvador Guevara Erwin Caro Julio Sánchez Chang Iliana Orozco Ludín Fonseca Domingo Cuza Pedrera LEXÍAS 23 Gustavo Ramírez/ Sixto Juan Rodríguez/ Lázaro Gómez (Pelayo) Envíe sus colaboraciones a: REVISTA VENTANA SUR Mármol 113, entre Antonio Maceo y Ave. Francisco Vicente Aguilera Bayamo, Granma. C.P.: 85 100 Telf: (023) 41 1112, 41 1116 Email: [email protected] En la cubierta: “La gran estafa”, Ismael Évora Cada trabajo expresa la opinión de su autor Impresa en el Taller de Ediciones Bayamo. CPLL Granma RNPS: 0369 ISSN: 1608-9251 VENTANA ABIERTA A la obra de Ismael Évora A PIE DE PÁGINA 31 LA JOVEN NARRATIVA GRANMENSE: UN CAMINO A RECORRER Edgardo Hinginio 36 GRUPO DE NARRATIVA “HACEDOR” Delis Gamboa Cobiella FABULACIONES 39 Yunier Riquenes/ Delis Gamboa Cobiella/Alexey Mendoza/ Rafael Rodríguez Pérez/Roberto Infante Valdés/ Héctor Luis Leyva Cedeño/Ángel Julio Vázquez EL ÁGORA 49 LA RAZA TRISTE: NOVELA BAYAMESA DE JESÚS MASDEU REYES, Evelio Traba Fonseca/ ALEXEY MENDOZA Y LOS INSOMNIOS DEL HOMBRE, Delis Gamboa Cobiella/ ORLANDO CONTRERAS, LA VOZ ROMÁNTICA DE CUBA, Lázaro Efrén Álvarez de Ávila/ “UNA MUJER SOLA” Y “UN HOMBRE EN CRISIS”.JUEGO(S) MÚLTIPLE(S) SOBRE EL ESCENARIO, Juventina Soler Palomino/ MÁS ALLÁ DE LO INSONDABLE, Yenisel Torres Arzuaga Editorial Editorial El territorio en el cual ocurrieron los acontecimientos para que el canario Silvestre de Balboa se motivara a escribir la primera obra literaria -que fue un poema épico - el territorio donde se compuso la letra y la música que sirven de guía espiritual a la nación, donde Luis Felipe Rodríguez desarrollara un género como el cuento, esta zona considerada como una de las plazas posibles en la que surgió el son y que tan cercana estuvo a la trova en las figuras de Sindo Garay, Manuel Corona, y Carlos Puebla, ha continuado expresándose a través de las épocas. Ventana Sur, en este número, se dedica a indagar en diferentes momentos de creación del arte musical y narrativo del siglo XX y principios del XXI en Granma. Por eso, la sección Paralelos dedica sus páginas a: un análisis de la música contemporánea en Bayamo, con un acercamiento crítico de acentuado carácter especializado; la influencia de la mujer en la trova manzanillera; el órgano oriental, uno de los símbolos de la cultura tradicional nuestra; la participación de destacados músicos en el panorama de las bandas de conciertos, especialidad cultivada desde hace más de cien años y un acercamiento a la estética de unos de los fenómenos contemporáneos más controvertido, Calle 13, que no por ser expresión foránea deja de tener su significación para nuestra cultura. Por su parte, A pie de página ofrece una visión sobre el desempeño de los jóvenes narradores, apoyados en Fabulaciones, con una muestra del grupo más importante del género: Hacedor. Décima Página y Lexías asoman el quehacer poético, del que ha sido el más significativo y perseverante grupo de poesía de nuestra provincia, el Grupo Sur. Un grupo que muestra un trabajo cultural comunitario que ha aportado a la estética de los habitantes del municipio Pilón. El Ágora vuelve con reseñas, en la que se destacan: la dedicada a las presentaciones de grupos teatrales, exposiciones de artes plásticas, de libros publicados recientemente y otros fundacionales para la cultura granmense; señalar el trabajo sobre el importante músico Orlando Contreras, representante del bolero y de una época que todavía sus ecos perviven en la cultura popular cubana. Para la promoción de las artes plásticas se escogió la obra del pintor manzanillero, Ismael Évora. Imágenes de sus obras aparecen en la cubierta y contracubierta y en la sección Ventana Abierta, reseñada por el escritor Delio Orozco. Ventana Sur abre su espacio, con la solidez de años de labor y creación cultural. Edgardo Hinginio Director paralelos actual de la música en Bayamo* Panorama Mayda Villa Tornés Musicóloga La música como una de las manifestaciones artística que integra el gremio cultural, tiene gran poder de comunicación y es entre las artes, quizás, la de mayor consumo. Podemos encontrarla en casa, en las calles, en vivo, grabada o filmada, en el campo, en las fábricas y escuelas, en los teatros y en grandes y pequeños espectáculos artísticos. “Panorama actual de la música en Bayamo” quiere ofrecer una panorámica contemporánea de los factores que inciden en la estabilidad de la preferencia musical y correcta promoción de nuestra música, para la preparación del gusto del público receptor; además de la formación de un oyente integral, flexible e inteligente. Se hace énfasis en la música popular que se ofrece a través de los medios de comunicación local, la interacción entre los diferentes tipos de música y la preferencia de la juventud; igualmente, abordará el tema de la revolución tecnológica y las comunicaciones en nuestro contexto. Estudiosos de esta manifestación artística han insistido en clasificar la música en diversos tipos: folclórica, popular y culta, aunque ya no resulta satisfactoria y con estos mismos términos dialogaremos. Como música folclórica se tiene a la trasmitida por medio de la tradición oral1. El término hace referencia al saber del pueblo (Folk., pueblo y lore, saber). Sobre los ascensos y descensos de la música folclórica, así como de lo histórico y lo vigente del término Martínez Furé opina: Como fenómeno cultural, el folklore reúne a las manifestaciones más auténticas de la cultura popular tradicional en oposición a la cultura de las clases dominantes o cultura oficial. Existe un folklore positivo y también negativo. En la nueva sociedad el objetivo es integrar lo mejor de esas tradiciones porque lo negativo debe desaparecer (supersticiones, hábitos de conducta antisociales, ignorancia, etc.) Las tradiciones positivas deben hacerse conocer a los sectores de la población […] puesto que son formas vivas de la cultura de un pueblo, sometidas a los procesos de cambio de dicha sociedad. Folklore no es sinónimo de museo, de cultura congelada, de fósil curioso […]. Pero ese proceso no debe ser violentado, debe ser un proceso dialéctico, de desarrollo. De igual manera que se transforma la sociedad toda, el folklore, se desarrollará con ella, por eso existe un folklore vigente y un folklore histórico.2 Supuestamente el artista de pueblo que crea su música no está consciente de ello. Es anónima, empírica y colectiva. Por música popular se entiende la producida con destino al mercado, una música productiva con un valor de cambio, independientemente de que fuera música folclórica originalmente. La música popular cubana ha influenciado al mundo y se ha 3 paralelos influenciado del mundo. Nuestra música refleja la realidad social cubana y se crea un arte musical que responde a las necesidades de cada medio. La llamada música “culta”, cuya creación alcanza el mayor grado de elaboración, del más alto nivel técnico, se le conoce también como: música sabia, música seria, música docta o erudita, y tiene mucha menor difusión en el mercado, aunque en los últimos tiempos se graba y ejecuta en vivo cada vez más. No cabe duda de que hay una sola música, buena o mala; pero es innegable que se da una gran variedad de matices dentro de ella misma. Casi nunca se presenta en estado de pureza y se pueden influenciar unas a otras, esto produce complejos procesos de interacción, que conducen paso a paso a eliminar las barreras que separan los diversos idiomas del lenguaje musical, pues nuestro país necesita: ? Música aplicada a los medios masivos. ? Música electrónica. ? Música popular de consumo diario. ? Música de Concierto. Existe la especialización en cada uno de los campos de este arte: creador, intérprete y público. En el caso del intérprete y el público aparece un nexo importante porque ambos participan en la creación tanto como el creador. En la ciudad de Bayamo es usual que se produzcan grandes espectáculos y festivales, que atraen a públicos muy variados, donde se mezclan nuestras mejores tradiciones en una combinación equilibrada. También existen el público especializado, que gusta de consumir un solo tipo de música y no se decide a alternarla con otra. La cuestión es que en cada caso los intérpretes cumplen con la misión importantísima de ofrecer reper torios cada vez más amplios e interpretaciones de gran fantasía creadora, respetuosa de los autores y destinada a estos públicos cada vez más cultos y exigentes. Nuestros formatos instrumentales, así como la relación de intérpretes y creadores se encuentran relacionados y representados por el Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”, específicamente, en su departamento de Desarrollo Técnico Artístico. Para atender los proyectos, la institución cuenta con una plantilla integrada por especialistas en los diversos tipos de música3. De igual forma la estructura para el aparato promocional se divide en departamentos: 4 Promoción, Programación y Comercialización. Aunque estan creadas las condiciones institucionales para la ubicación de los proyectos musicales y la cantidad, calidad y diversidad de las propuestas del catálogo están fortalecidas; existen insuficiencias en los mecanismos de promoción y contratación de la unidades artísticas e insatisfacciones por parte de los músicos. En el último quinquenio se ha incrementado la cifra de agrupaciones que dedican su quehacer a la música tradicional y bailable, producto de las características socioculturales de nuestra provincia. De igual forma el aumento de profesores recién egresados de la Enseñanza Artística, ubicados en la Escuela Profesional de Arte “Manuel Muñoz Cedeño”, ha revitalizado el movimiento musical tanto de música de concierto como la música popular, permitiendo un mayor intercambio entre las nuevas y las más experimentadas generaciones, lo que propicia la diversidad y la calidad de las propuestas. A todo esto se suma una serie de espacios y eventos que se realizan durante el año, convocados por diversas instituciones culturales que permiten la muestra del trabajo de algunas de estas experiencias y de igual forma el intercambio entre ellas y otras agrupaciones invitadas del ámbito nacional e internacional; uno de los elementos más recurrentes en cada caso, es la participación del público a dichos espacios. Peña River Jazz, sala UNEAC. Fotos: (cortesia de la autora) Por parte de los músicos existe cierta apatía en participar como receptores de cualquier acción cultural y cuando acuden como protagonistas, prima la necesidad de devengar una ganancia económica como precio de su muestra. En el caso de la música subvencionada no hay nada que hablar al respecto, ninguno cobra por actividades paralelos en galas o espectáculos artísticos en los que se requiera de su actuación. Sin embargo, no ocurre así con el resto de los formatos y esto responde a la ausencia de adecuados mecanismos de contratación y estrategias de promoción de la mayoría de los proyectos musicales que hoy existen en nuestro catálogo, pues ven la oportunidad de suplir una necesidad material a partir de la propuesta artística, la que comúnmente no ocurre en nuestro medio. En el caso de los proyectos folclóricos que pertenecen al Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”, su propuesta no coincide con lo expuesto en este trabajo, sino más bien se relaciona con representantes de las culturas africana y mexicana; que no reciben el tratamiento adecuado, porque no cuentan con un espacio que les permita dar a conocer su trayectoria y propicie nuevas maneras de proyectarse. De todo esto que existe, al público le llega muy poco y lo que conoce está relacionado con programas de las emisoras que llevan años trabajando con los espacios establecidos de la música campesina y la música de la tierra azteca. Aun en estos casos que cuentan con apoyo en los medios audiovisuales, no se actualizan los repertorios, ni modernizan las propuestas de videos o grabaciones para las emisoras, lo que divulgan son los temas gastados por el tiempo, que resultan poco interesante y atractivo para el público, fundamentalmente, joven. Las agrupaciones y formatos que cultivan la música popular y popular bailable4, encuentran un poco más de condiciones a la hora de desempeñarse, aunque el mayor problema radica en la estabilidad de sus trabajo y la promoción. Los pequeños formatos se presentan de forma rotativa por los centros gastronómicos de la ciudad de Bayamo, siempre como una especie de creadores de atmósferas idóneas para los comensales que van a estos sitios. Los repertorios que interpretan son variados y entre ellos se encuentran tanto los instrumentales como los vocales instrumentales. La verdad es que cuentan, la mayoría con muy buena calidad interpretativa, lo que falla en estos casos está relacionado con la variedad del repertorio y también en el único fin que tienen, considero no merecido, “de relleno”, “de acompañamiento” y no como protagónicos, es la manera concebida de devengar ingresos personales. En la mayoría de los ejemplos el objetivo fundamental está relacionado con el aspecto económico y no con el crecimiento artístico de sus proyectos. Las propuestas de algunos formatos resultan muy interesantes pero donde mayormente encuentran escenario para exponer su quehacer artístico, no se les valora como acompañamiento privilegiado. En relación al público, no cuentan -los formatos citados- con un grupo o club de seguidores, pues no son de los más “populares”. Tampoco se escuchan en la emisora radial de Bayamo con frecuencia y así mismo ocurre con el Telecentro, además de no contar con una peña en la que puedan compartir su arte con otro tipo de público, donde puedan ofrecer merecidos conciertos y entablar intercambios con otros formatos similares de donde podrían nacer nuevos proyectos, incluso, de mayor calidad. De hecho, ninguno de los casos expuestos, anteriormente, cuenta con un CD para promocionar sus trabajos dentro y fuera de la ciudad. Se hace muy difícil la adquisición de accesorios, instrumentos musicales y otros medios para el desempeño de su trabajo. Lo referido demuestra que, la parte promocional y de contribución técnica a estos proyectos, cuya obligación lo establece el Contrato de Representación Artística con el Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”, es deficiente e infuncional. Para las orquestas bailables, su escenario idóneo lo encuentran en las fiestas populares de la ciudad y la búsqueda de trabajo fuera de la provincia y todo por sus propios medios, así mismo ocurre con la manera de tener un soporte audiovisual que les permita promocionarse, eso es en el caso de los que logran tal propósito y aspiran a crecer artísticamente en su trabajo. Hay quienes se mantienen más estables en los programas radiales y que son más reconocidas por el público bailador y en esto tiene que ver toda la estrategia promocional de la institución que los representa. En la mayoría de los casos, que son numerosos, por cier to, sólo tienen un reconocimiento local, la política promocional no trasciende fronteras provinciales. ¿Qué factores inciden para que nuestras orquestas no formen parte de los hits musicales que se establecen a nivel nacional e incluso a nivel provincial? ¿Qué elementos pueden contribuir a una mejor y merecida divulgación de las orquestas bailables a nivel provincial y nacional, así como una mejor imagen ante los medios y el pueblo? Estas son algunas de las interrogantes que nos hacemos una vez que se profundiza en el conocimiento del 5 paralelos quehacer musical de algunas agrupaciones que se han mantenido en el anonimato durante tanto tiempo y que no desaparecen de nuestro catálogo. Hay elementos que van más allá de una estrategia institucional y tienen que ver con la originalidad de las propuestas y la necesidad de ubicarse en contexto. Muchas de nuestras agrupaciones mantienen un mismo estilo de interpretación y de trabajo, con sonoridades que recuerdan los años 70 o los 80, sin percatarse que hoy el mercado de la música propone comercializar la originalidad, así como los valores patrimoniales conservados de forma digna. Es necesario destacar que nuestros oyentes participan de forma activa en la apreciación y disfrute de diversas culturas que nos llegan por los propios medios de difusión, y por los videos caseros; me refiero a la entrada de los DVD, HD Player, video caseteras, entre otros equipos. De igual forma la propagación de los bancos particulares que alquilan musicales, recitales y novelas, los que considero, no cuentan con lo más representativo de las culturas foráneas y, mucho menos, le dan cobertura a la cultura nacional. Se debe tener en cuenta que con el desarrollo tecnológico de nuestro país, las grabaciones “piratas” o “estudios piratas” vienen a cubrir un espacio que no ocupan nuestras disqueras. Entonces se establecen las competencias sin sentido entre proyectos de una muy mala propuesta musical, con grabaciones que carecen de una estética aceptable, y quedan fuera de posibilidades aquellos que no han sabido, ni podido entrar en el juego comercial. Con todos los avances tecnológicos en el mundo, el mercado del disco se encuentra muy deprimido. En Cuba a pesar del incremento de las firmas disqueras, fundamentalmente en la década del 90, jamás se ha llegado a un crecimiento parecido a la situación internacional, ni durante la crisis, y en el caso de Bayamo, es aún más crítica la situación. En relación a los repertorios es interesante como se suceden ediciones del Festival Provincial de Música Popular “Sindo Garay”, donde se premia la creación y la interpretación, sin embargo solo se tiene en cuenta en el evento pues no alcanza el terreno fuera de él; no se reconoce el certamen mencionado como un aporte a la historia musical de la ciudad. Esta es la oportunidad en la que el número de creadores incrementa su propuesta y de igual forma se presentan nuevos y jóvenes intérpretes, además de los que ya se han 6 consagrado a la carrera. Una vez que pasa el festival no sucede nada con esas obras competidoras, no sólo con las ganadoras, sino con todas las que fueron admitidas por un jurado de expertos, o esa, no consta: el registro por ediciones, el listado de participantes y la relación de obras que se envían al concurso. La selección no depende del criterio de un grupo de especialistas basado en los requisitos del certamen; sin embargo, las obras no escogidas pueden interesarle a cualquier director de otro proyecto musical e incluirla en su repertorio, y así promocionarlas. La verdad es que nada de esto sucede. Con mucha suerte se divulga la obra durante un tiempo porque en esto inciden las condiciones Cuarteto Metales en concierto, teatro Bayamo técnicas de las emisoras y telecentro de Bayamo, los que no cuentan con soportes para conservar la memoria de estos hechos, además de ser bastante difícil el poder grabar una de estas magníficas galas, donde se le ofrece homenaje a la música y la cultura cubanas y a muchos de los creadores e intérpretes presentes y ausentes de la localidad. En el caso mencionado anteriormente, con paralelos relación al Festival “Sindo Garay”, alrededor de este se construye todo un espectáculo artístico. Dos noches de competencia y una de premiaciones en las que participan las obras seleccionadas y conjuntamente con ellas se presentan intérpretes de gran reconocimiento nacional, pero como invitados. Dias antes del Festival para montar los números, el proceso se complejizaba porque había que constituir una orquesta llamada, “Orquesta del Festival”, que con varias semanas de antelación ensayaban y montaban cada tema seleccionado; esto servía de reto para muchos de los músicos que la integraban, porque los mismos eran parte de otras experiencias musicales, fundamentalmente de la música popular bailable. Este hecho era único, el pensamiento musical e interpretativo a trabajar no estaba en correspondencia con las líneas de la música popular a las que estaban acostumbrados, sino más bien, en función de un espectáculo artístico y coincidiendo en el escenario con los mejores músicos de la localidad, particularidad esta que servía de incentivo para muchos que edición tras edición esperaban la oportunidad de presentarse o de ser seleccionado. Luego sucedieron una serie de inconvenientes relacionados con el presupuesto del evento, y la situación económica del país, elementos que incidieron en la eliminación por completo de la orquesta acompañante, la cual fue sustituida por los background, particularidad esta que atenta contra los objetivos del Festival, que se concentran en el desarrollo integral de los aspectos relacionados con la creación e interpretación musical. Del mismo modo en que se eliminó la existencia del acompañamiento en vivo de orquestas a los festivales y eventos, sucedió similar con la orquesta acompañante del “Cabaret Bayam”, la que por causas económicas desapareció. El concepto musical del acompañamiento a espectáculos de variedades era también una experiencia particular, por las características dramatúrgicas de la propuesta, el lugar a presentarse y el público que asistía. Fue una tradición que se perdió, y ocuparón su lugar las g r a b a c i o n e s d e m ú s i c a p o p u l a r t a n to internacional como nacional, pero no se incluían temas de agrupaciones o compositores locales. Es interesante tener en cuenta un detalle, que resulta ser característica común en todos los procesos de la trayectoria de la música cubana en general, y está relacionado con la multifuncionalidad de nuestros músicos. Me refiero a la capacidad interpretativa de muchos de ellos al encontrarse formando parte de los pequeños formatos vocales-instrumentales, instrumentales, en orquestas populares bailables, como solistas, en la propia banda de concierto, como profesores de la enseñanza artística, así como integrantes de estas orquestas antes mencionadas. Tal situación propiciaba un desarrollo individual y profesional en aquellos que cuentan con la posibilidad y el talento de asumir estas responsabilidades. En la actualidad, el espectáculo del “Cabaret Bayam”, principal Centro Recreativo Cultural en Bayamo, continúa ausente de esta interesante y necesaria propuesta que a nivel internacional continúa vigente y que en los Centros Nocturnos más importantes de nuestro país, también se conservan. Si bien toda una serie de acontecimientos y sucesos cronológicos enmarcan las características del comportamiento de la música en Bayamo, en sus más diversos estilos, también se nos hace necesario abordar el tema de la llamada música “culta”. Algunos trabajos de investigación han descrito las dimensiones y repercusión de importantes procesos, formatos y figuras de la música en la localidad, los cuales se convierten en precursores de lo que acontece en la ciudad de Bayamo. Existe una tradición fuerte y sólida en la formación de las bandas de conciertos representados por los maestros: Manuel Muñoz Cedeño, Rafael Cabrera Martínez, Nerio González, Joaquín Muñoz Casate, Salvador Alarcón y en la actualidad Carlos Puig Premión, quienes se han encargado de fomentar el trabajo de la música de cámara y la música académica, siendo en algunos casos fundadores del Conservatorio de música de la ciudad y formadores de importantes intérpretes y de reconocidos proyectos de concierto. Con el antecedente mencionado, la existencia de una vida cultural activa en la Villa de San Salvador de Bayamo, desde mucho antes del 1868, en la que se incluye una coral que participó en distinguidos eventos y la que compartió con prestigiosas personalidades de la música nacional e internacional, se convierten en testimonios vigentes, de lo que hoy acontece. La ciudad de Bayamo cuenta con la Escuela Profesional de Arte “Manuel Muñoz Cedeño” en la que cursan estudios, niñas y niños, jóvenes de los 7 paralelos niveles elementales y medio en diversos instrumentos. Algunos de los que hoy integran el claustro de profesores, fueron estudiantes de esta escuela. También muchos de los maestros que hoy se encuentran ofreciendo su saber son de Bayamo y se desempeñan “además” como intérpretes de proyectos de concierto y de la música popular. Los profesores recién egresados y ubicados a cumplir su servicio social en la Escuela Profesional de Arte, han mostrado inquietudes por experimentar en acciones que van más allá de la enseñanza; la de formar proyectos interesantes que abordan, desde los conjuntos de música antigua, dúos, tríos y hasta orquestas de cámara que acompañan las graduaciones de estudiantes, como a jóvenes egresados de la enseñanza ar tística, orquestas que también están conformadas por los mejores jóvenes que cursan estudios de música. Estas nuevas propuestas refrescan el catálogo que existe en la actualidad, así como la perspectiva de muchos proyectos establecidos, quienes consideran no tener ningún tipo de competencia, ni estímulo a la hora de realizar su labor. A pesar de este despertar de la música para pequeños formatos en la ciudad, aún no se establece un sistema de crecimiento o aprobación por el Centro Provincial de la Música “Sindo Garay” para poder conservar a estos seguidores revolucionarios de la música de Grupo “Enhorabuena”, Casa de la Trova en Bayamo Foto: (Lino Valerino Cambart) concierto. Las razones que presentan los especialistas y directivos de la música para justificar la falta de gestión en el crecimiento de nuestro catálogo, se concentra en explicar que el Instituto Cubano de la Música tiene el proceso de crecimiento congelado, hasta que no se realice una revisión exhaustiva de cada proyecto que ya 8 fue aprobado, en los que se incluyen los fundadores. De este tema estamos hablando hace más de 3 años, sin embargo, no acaba de visitar nuestra ciudad ninguna comisión encargada de audicionar a los proyectos. De igual forma debemos aclarar que existe en la ciudad un grupo de especialistas que se hace llamar por el Centro Provincial de la Música como “Consejo Técnico” que también, entre sus funciones, tiene la de valorar estas nuevas propuestas para luego elevar al instituto sus necesidades; pero en ninguno de los casos se ha propiciado la ocasión de reunir ni a la Comisión de La Habana, ni a la del Consejo Técnico de la Ciudad. Sin embargo, diariamente podemos apreciar que aparecen en la televisión nacional y en el resto de nuestros medios de difusión, tanto en la radio como la prensa, la existencia de nuevos proyectos en el catálogo “habanerístico” y que cuentan con el tan solicitado aval de “profesionalidad”. ¿Qué mecanismos se deben seguir para lograr que nuestros proyectos sean aprobados por La Habana? ¿Cuáles son los criterios a tener en cuenta para aprobar un proyecto de nuestra provincia o ciudad? ¿Por qué el Centro Provincial de la Música se muestra prácticamente pasivo ante tal situación? Las consecuencias ya las estamos viendo. Nuestros jóvenes educandos cuando logran entrar a un nivel medio en otra provincia tratan de quedarse allí a trabajar, y si por suerte logran comenzar estudios en el Instituto Superior de Arte en la Capital de nuestro país, con más razón se olvidan de sus orígenes. En relación a los que hoy tenemos entre nosotros, comienzan la gestión para su proceso de emigración urgente, porque son jóvenes con perspectivas, sueños y ganas de hacer y que por supuesto notan el desinterés y desatención por parte del Centro Provincial de la Música “Sindo Garay” ante sus inquietudes, que a mi criterio son muy válidas propuestas. Con una mirada al otro lado de la moneda, me refiero a los proyectos que ya pasaron por esta situación y que hoy laboran a partir de una programación organizada por los “especialistas” de la institución; aquí también se recogen algunos criterios que son medulares para el desarrollo y conservación de este tipo de música en una ciudad tan rica en la tradición, pero que no puede únicamente vivir de su historia. Se han establecido espacios fijos en instituciones culturales de la ciudad, supuestamente caracterizados en dependencia de sus funciones, paralelos pero nos hemos encontrado con la situación de que nuestros formatos han ido a estos lugares a interpretar dos o tres temas, porque el fin de la actividad no es únicamente el concierto. En otros casos los responsables de estas instituciones no han estado informados de la actividad, por lo que se cancela la presentación. Se ha caído en la falta de respeto a nuestros formatos de concierto, sus objetivos iniciales se han transformado y no para bien. Muchos han visto en estas desorganizaciones la oportunidad para aprovecharse de la situación y repetir de forma incansable su repertorio, sin renovar la propuesta y sin preocuparse, ni ocuparse de nuevos montajes ya que el sistema de evaluación no existe; y el especialista que debe atender este frente por el Centro Provincial de la Música ha sido muy inestable en la plaza, además de que cabe la posibilidad de la no idoneidad en algunos casos. También es válido destacar, que si bien la ciudad se ha visto beneficiada por transformaciones socio-culturales en los últimos 6 años, en lo que se incluye el acondicionamiento de Cines y teatros para la presentación de espacios artísticos; para la música de concierto no se ha preparado ningún local que cuente con el mínimo de condiciones para los conciertos de nuestros proyectos y que por supuesto, ellos se vean ante el reto de la constancia y la preocupación externa por su permanencia y de igual forma, nuevamente, sea la calidad de sus propuestas, uno de los objetivos fundamentales de su labor con ellos como profesionales de la música y con los públicos. La realización de las Jornadas de Concierto Rafael Cabrera in memoriam, convocada y organizada por el Centro Provincial de la música “Sindo Garay”, perdió todo brillo y esplendor. Este era uno de los espacios que estimulaban al estudio y a compartir con otras experiencias y formatos similares de todo el país, quienes venían a la ciudad para participar de una fiesta de calidad y prestigio, con músicos y proyectos consagrados, como los jóvenes estudiantes del Instituto Superior de Arte (ISA), quienes veían en Bayamo un escenario apreciable para este tipo de música. Los Encuentros Nacionales y Territoriales de Bandas de Concierto también fueron perdiendo uno de sus objetivos fundamentales, la confrontación. Evento que se convirtió en el desfile de bandas de la provincia, con la única presentación de la banda de Holguín u otra en alguna ocasión, por causa de la situación actual del país. En este caso, considero que se ha salvado del exterminio por el Programa para el Desarrollo de las bandas de Concierto propuesto por el Instituto Cubano de la Música (ICM), el que facilitó la formación de 10 bandas de nueva creación en Granma y que en la actualidad no todas tienen el honor de participar en este encuentro, porque no cuentan con un trabajo digno en su quehacer musical. Si vamos al análisis de la constancia fonográfica de estas experiencias en la ciudad, muy pocos cuentan con alguna grabación de buena calidad, realizada en algún momento de su trayectoria. Es triste analizar el caso de la música de concierto en Bayamo, aún cuando es precedido de una tradición, cuando todas nuestras deficiencias institucionales, que se concentran en la organización y compromiso ante nuestras funciones, se escudan en los problemas económicos del país. Poco a poco van desapareciendo los fundadores de este movimiento, podemos mencionar a algunos como el maestro Salvador Alarcón o del pianista René Capote, quienes no se encuentran físicamente entre nosotros y nos legaron todo un saber de conocimientos de forma intangible y tangible, pero es que aún no conocemos a ciencia cierta los verdaderos aportes de otras figuras imborrables que aún no forman parte de ningún estudio serio de investigación, donde se puedan dar resultados palpables y concretos que les permita ocupar el verdadero lugar que bien Coro Profesional de Bayamo, sala de la UNEAC pueden tener en la trayectoria musical no sólo de Bayamo, sino de nuestra nación. Es necesaria la visión estratégica de la institución para propiciar acciones de desarrollo local que permitan un acercamiento a nuestra historia, existen condiciones para fomentar el auge de la música de concierto y de igual forma necesidades, nuevas y buenas propuestas donde apoyarnos 9 DÉCIMA PÁGINA ALEJANDRO AGUILAR EL FARO TUMBADO. 9na Bienal de la Habana. DIÁLOGO ENTRE CARONTE Y EL CAPITÁN DEL ARGOS A LA ENTRADA DE LA ESTIGIA. (Fragmentos) Jasón Cómo quieres Caronte que ya no vea La quilla de la encina tan prodigiosa Como quieres que navegue tras la rosa De los vientos y ser otro con Medea Por qué de pronto quieres tanta pelea Tratando de cambiar este desatino Y que de repente cambie mi destino Sin más hazañas sin viajes sin encono Rehusar las vanidades de este trono Y ya olvidarme que existe un vellocino. Caronte I Llega la melancolía Soledad a ras de suelo Llanto que levanta vuelo Por ausencia de vigía La noche desconocía El terrible desamparo Junto al silente disparo De las estrellas fugaces Mientras en el suelo yaces Y así no podrás ser faro. II Sin azul que te proteja Sin el vaivén de las olas Todo el horizonte a solas Sin tus ojos ni la vieja Canción del mar breve queja Sobre el rostro del caído A lo lejos el gemido De un corazón sin un puerto tras una luz que se ha muerto De bruces contra el olvido. Ahora llamo Jasón sal del letargo Espero pronto traspases el portón Abierto lo tienes en toda ocasión Sé que tienes tus razones sin embargo Te recomiendo te fijes en el largo Corredor tan silencioso sin espumas Sin vientos tormentosos sin tantas sumas De intemperie que padeces con las fieras ven sin monedas a mi pasa que esperas Mira son acogedoras estas brumas. Triste, escultura de la artista Veda Hallowes. paralelos para continuar fortaleciendo este perfil de la música. Aún quedan insatisfacciones por parte de algunos que soñamos con la posibilidad de ver conformada la orquesta sinfónica de la ciudad o una orquesta de cuerdas, pero con estructura estable y donde pueda hacerse gala de los resultados de nuestros maestros, experiencia esta, que permitirá una nueva perspectiva de desarrollo no sólo de la música de concierto, sino también de nuestra enseñanza artística. Es muy importante rescatar nuestra história musical porque se convierte en un precedente de lo que hoy podemos disfrutar. Es indudable que nos queda un largo camino por recorrer, del cual nos ocuparemos para brindarle atención al producto más comtemporaneo que dentro de algún tiempo se convertirá en el patrimonio de las futuras generaciones. Tenemos funciones y responsabilidades que cumplir ante el compromiso de nuestra identidad, pero para poder rescatar o proteger tradiciones, primero necesitamos conocer, sin temor a descubrir lo que se detiene o esconde a cada paso que damos, en pos de la política que establecemos. Lo más importante de todo es lo que podamos rectificar. La comunicación entre la institución y el artista no puede estar ausente y la mirada autocrítica y exigente en cada caso debe ser lo más justa posible dentro de los tiempos que vivimos. Estas breves consideraciones acerca de la actualidad de la música en Bayamo son una apreciación colectiva de muchos de los que hoy nos sentamos a compartir en esos espacios que las instituciones nos ofrecen, tanto como intérpretes, creadores, organizadores y también como públicos. Es el testimonio de muchas voces que hacen, necesitan y merecen ser apreciadas y valoradas como tal. Que contribuya esta apreciación a mejorar nuestro presente, para poder en un futuro referirnos a la música del mismo modo y con el mismo orgullo que hoy hablamos de nuestro pasado. CITAS Y NOTAS: * El trabajo fue realizado en el año 2009. A partir de él, el Centro Provincial de la Música retomó algunos elementos para incorporarlo a su funcionamiento, aunque no ha sido la generalidad. Consideramos de gran importancia su publicación. (N. de E.) 1 Valdés Carmen: “La Música que nos rodea”. Editorial Arte y Literatura, Ciudad de La Habana, 1984. Pág 16. 2 Martínez Furé, Rogelio: Diálogos imaginarios. Editorial Arte y Literatura, LA Habana, 1979. Pág260. 3 Ver Anexo 1 (Tabla de Proyectos Musicales). 4 Nos referimos a los pequeños formatos y a las orquestas de música popular bailable. Anexo 1 Las Empresas de atención a artistas en Granma datan de 1977 y han pasado por diferentes nombres, primero Unidad de Contratación de Artistas, la misma comenzó con los departamentos de Contabilidad, Programación, Recursos Humanos, y la Dirección, luego recibió el nombre de Empresa de Espectáculos y Variedades, en este momento agrupaba artistas de Bayamo, Manzanillo y Jiguaní, así como los artistas de circo. No fue hasta el año 1990 que el circo desaparece de nuestra empresa y comienza a llamarse Centro Provincial de la Música “Sindo Garay”. Actualmente contamos con 1 324 artistas, 792 de la música subvencionada y 532 de la Res 1/01, los que llevan su talento a todo el territorio. Género Cantidad U/A Integrantes Coral 1 31 Bandas 13 426 Bailable 33 330 Concertante 13 50 Tradicional 29 117 Popular 81 269 Espectáculos 10 87 Especialidades Artísticas 9 14 Total 189 1324 Trabajadores. Vic Cuba: 27 Empresa: 57 Desarrollo Artístico: 16 Taller: 3 Manzanillo: 20. Total: 123 Total de trabajadores en la empresa: 1638. Total de Artistas Res 1/2001: C/U 127 Integrantes 617 Apoyo 150 Subvencionados: C/U 64 Integrante 673 Apoyo 79 11 paralelos LA MUJER MANZANILLERA Y LA TROVA PEDRO PITA LÓPEZ Investigador 12 A finales del siglo XI Francia se convertía en la cuna universal de la Trova, nacía el estilo trovadoril en la progresiva municipalidad de Provenza. Siendo la poesía de los trovadores la expresión natural de la manera de vivir aristocrática y refinada en las cortes provenzales. Sus temas predilectos eran: la contemplación de la naturaleza, los placeres del buen comer y, naturalmente, el amor a la mujer amada. Sucedería de esta manera en la Trova Española (siglos XIII y XV) y en la Alemana (principio del siglo XIII hasta el XIX). En el siglo XIX cubano, un sastre, compositor y guitarrista santiaguero llamado José Vivanco Sánchez Hechavarría, más conocido por Pepe Sánchez (1856-1918) con su bolero “Tristeza” se convertiría en el Padre de la Trova Cubana, uno de los temas preferidos, nuevamente, era el destinado a los sentimientos hacia la mujer amada. Siendo ella siempre el pretexto de toda quimera, que poco a poco ha formado parte de nuestras tradiciones musicales, transformándose en fuente inagotable de inspiración por su belleza, virtudes, hechizos y desatenciones, es como un componente indispensable de los diferentes estilos y géneros de la música cubana; a través de ello se hizo evidente un lenguaje propio para describirlas. Las canciones: Cristina, Longina, Santa Cecilia, Germania y Mercedes así lo indican. A principios del siglo XX, en 1910, Angelita Beque se convertiría en la primera mujer cubana en incursionar en la canción trovadoresca, figura en los programas de los cines silentes. Con su voz prima fue una notabilísima intérprete del cancionero trovadoresco en los primeros dos lustros del pasado siglo. Un año más tarde, el 18 de mayo de 1911 comenzaría profesionalmente como trovadora a la edad de 16 años María Teresa Vera, en un programa de homenaje a Arquímedes Pous en la Sala “Politeama Grande” interpretando la criolla “Mercedes”, de Manuel Corona. Aparece entonces Justa García, que con su voz segunda ha sido considerada como “(…) lo más notable que ha conocido la trova cubana.”1 Fundó e integró el Trío “García” uniendo su voz a las de Ana María García y Nené Ayué. Además, en la década del treinta, Justa forma un Cuarteto por el cual pasaron: Ana María García, Hortensia López, Hilda Santana, Dominica Verges y María Teresa Vera. A la par de estas incorporaciones femeninas al género trovadoresco –que fueron muy pocas- tuvieron que enfrentar debido a los tabúes y machismo existente en la época muchas “(…) críticas, opiniones desfavorables, confusiones respecto al comportamiento sexual de muchas de ellas y eso hizo retraer a algunas trovadoras a que no cantaran”.2 Al realizar un análisis del comportamiento demográfico revelado en los diferentes censos de población efectuados en nuestro país desde paralelos 1899 hasta 1953, nos demuestra como esta incorporación femenina a la música iba en aumento, aunque en relación al total de mujeres en el país, representaban un bajo por ciento. Las incorporaciones femeninas estarían dadas fundamentalmente “(…) a la creación y ejecución de las músicas de concier to y de la folclórica-popular 3 cubana.” Sin embargo, este incremento no se comportó igual en el género trovadoresco, ni en las diferentes regiones del país, en la primera mitad del siglo XX, con excepción de La Habana. Por ejemplo: en Sancti Spirítus “(…) que es una región importantísima de la trova, nunca hubo m u j e r e s t rov a d o r a s hasta después de 1959, (…) en Camagüey hubo un Dúo mixto, en Santiago de Cuba hubo algunos intentos de cantar trova por parte de las mujeres, (…) pero no se desarrollaron hasta después del triunfo de la Revolución.”4 No obstante, a finales de la década de los años 20 y principios del 30, Manzanillo se convertiría en la tercera ciudad del país en tener incorporaciones femeninas a la canción trovadoresca, al presentarse en los programas de las entre funciones del Teatro Manzanillo, las voces y guitarras del Dúo conformado por Pura Benemelis y María Raga y de las actuaciones de Pura junto a sus hermanos en el Cuarteto de voces y cuerdas “Benemelis” Pura era descendiente de lo que pudiera llamarse una familia musical y de músicos. Su progenitor Jaime Benemelis Pérez fue un gran músico, de oficio panadero, fundador de las más famosas comparsas manzanilleras, lo que le hizo ganar el nombre de Padre de la Trova en esta urbe citadina al organizar las diferentes tandas de trovadores y amenizar los carnavales de 1910. Jaime crearía una vasta familia de seis hembras y siete varones, éstos se dedicaron posteriormente a la vida profesional de la música y las hembras, aunque dedicadas a la vida doméstica, cantaban y tocaban guitarra enseñadas por Jaime. Aunque todas las hembras tenían instrucciones musicales y de canto, serían: Pura, Esperanza y Fé las que más se adentraron en la Trova. Por su parte, María Raga era prima de Pura, aunque su p ro g e n i to r ( m e d i o hermano de Jaime) era hojalatero conformó en los primeros años del siglo XX un trío familiar realizando serenatas. Pero, otras dos manzanilleras a mediados de esta década del 30 de este siglo, las hermanas Isabel Dolores F e r n á n d e z y Concepción Fernández (Conchita) de forma ocasional “(…) unieron sus voces y al percatarse de su gran empaste en el canto, así como la aceptación lograda en el seno de la familia y amistades más cercanas, surgiendo así el Dúo Hermanas 5 Fernández (…)” , Isabel comenzaría a instruirse en la música, a la edad de 17 años, con el profesor santiaguero Guillermo Mozo, el cual le impartió conocimientos de teoría y solfeo de la música. El comienzo en el arte trovadoresco de Isabel fue por el amor a la compañera fiel y amiga común a todos los trovadores: La guitarra. Este afán desde pequeña de tener ese instrumento, hicieron que le pidiera al padre dinero para comprarse un par de zapatos y realmente fue y se compró la guitarra que vendían en $ 5.00, ¡cual sería la sorpresa de la madre al verla aparecer con la guitarra!, donde la respuesta de Isabel fue: “(…) Madre mía, ¡voy aprender a tocar guitarra, porque es el ideal de mi vida” (…)”.6 Esta inclinación de la incipiente trovadora por la música popular le costó un regaño de su profesor, 13 paralelos al escuchar este algo distinto a los ejercicios que Destacándose el Dúo de Victoria (Chicha) Vitorte le había orientado; pero Niña, con ese carácter (¿-14/3/61) y María del Pilar Batista Bazanta, emotivo y sus encantadores 17 años, le expresó Esther (Teté) De la Cruz. que esa era la música que le gustaba y que a De este grupo de jóvenes, sólo una, presentaba partir de ese momento trataría de ejecutarla en conocimientos musicales elementales en cuanto su guitarra. Fue tanta la insistencia de la alumna a la guitarra, me refiero a Victoria Vitorte, ya que que el profesor le enseñó los golpes elementales su progenitor Luís Vitorte las fabricaba en nuestra de la guitarra de la ciudad, a pesar de no música trovadoresca, tocar con ella, así los primeros acordes como sus hermanos aprendidos en el Santiago y Chicho instrumento fueron Vitorte conformaban melodías clásicas del un excelente dúo de r e p e r t o r i o trovadores. No internacional. Ambas obstante a ello desde “(…) viajarían a Santiago 1935 Victoria, “(…) de Cuba a la casa de durante los oficios de una tía y al repetir sus la Iglesia Metodista actuaciones son situada en las calles invitadas a actuar en la de Gral. Benítez y emisora radial CMKW Merchán bajo la donde por sus encanto dirección del de voces y arpegios Hermano Echevarria güitarrísticos lograrían donde actuaba en el que las contrataran, coro (…)”.9 En el mes pero al enterarse el de mayo de 1943, con padre de ambas éste motivo de las decide mandarlas a celebraciones por el buscar de regreso hacia Día de las madres, 7 Manzanillo”. estas jóvenes en la Se le vería un tiempo Logia “Buena Fé” después en su función harían galas de su Creación autoral de la trovadora Isabel Dolores Fernández de esposa y madre afición al ar te, (Niña La Rosa) dedicada a los ojos del esposo. dedicarse, en lo realizando excelentes fundamental, “(…) a actuaciones, la cumplir sus deberes, en los pequeños espacios prensa de la época como el diario bayamés de tiempo libre que sus responsabilidades le “Hatuey” lo recogería en sus páginas. ofrecían, tomar su querida guitarra y seguía el Como en la trova tradicional de principio de siglo aprendizaje de este instrumento por lo que su ellas también sufrieron de las escaceses y la vocación de artista se mantuvo en esta etapa. pobreza de la época, baste recordar que Chicha Sus aspiraciones artísticas las adaptó a sus Vitorte y su familia vivían en una casa alquilada y condiciones de vida, ya que por encima de todo el dueño exigía el pago, al no tener el dinero estaba la familia, y en su entorno familiar fue tendrían que desalojarlos, sus compañeras del escuchada no solo tocando la guitarra sino, arte trovadoresco al enterarse de ello deciden en además, cantando, de esta forma nació la el mes de diciembre de ese año 1943 realizarle 8 trovadora”. En 1938 en las Logias manzanilleras un homenaje, donde venden las papeletas tanto comenzarían a destacarse un grupo de jóvenes en las Logias como en la población para recaudar procedentes de familias humildes, pero decentes ese dinero. según las costumbres de la época, cultivando el Esa noche en el homenaje a Chicha Vitorte que se género trovadoresco, donde prevalecía el realizara frente al Parque De Céspedes, donde se repertorio de la trova tradicional. Ellas encontraba ubicada la Planta radial de amenizaban actividades culturales que estas Manzanillo, actuaron lo que más brillaba en el arte instituciones fraternales desarrollaban. manzanillero tanto de lo culto como de lo popular, 14 paralelos entre ellos: Leo Palma, los Hermanos Estacio, Carlos Puebla, los Hermanos Santiago y Chicho Vitorte. Así la trovadora Chicha Vitorte no pudo ser desalojada. Estuvieron brindando su obra hasta finales de la década de los años 40 cuando comenzaron a crear familias. Chicha se casó y fue a residir a la ciudad de Santiago de Cuba por la carretera de Quintero, María del Pilar se quedó en Manzanillo y Esther De la Cruz se mudó a La Habana. Con el paso del tiempo: Pura se fue a residir en Ciudad de La Habana sin separarse de la guitarra como fiel compañera hasta su muerte; Fé se trasladó a la ciudad de Camagüey, siendo por mucho tiempo una destacada trovadora, además de Presidenta de la Trova en esa ciudad; después se trasladó a Ciudad de La Habana y actualmente reside en los EE.UU. Por otra parte, Isabel Fernández (Niña La Rosa) al morir su esposo, en 1963 y guardar el tiempo de respeto que este merecía, se dedicó por entero a la actividad de aficionada a la música, y al hacerse acompañar de su guitarra, se convirtió en juglar de la música tradicional cubana, es decir, en una genuina trovadora. Falleció el 4 de noviembre del 2004, y es recordada por siempre como La Niña y la Madrina de la Trova de Manzanillo. En el caso de Victoria (Chicha) Vitorte fallecería en la ciudad de Santiago de Cuba el 14 de marzo de 1960, Esther De la Cruz continuó residiendo en Ciudad de La Habana hasta su fallecimiento y María Del Pilar Batista Bazanta reside en Manzanillo con la edad de 86 años. No obstante, al Movimiento Trovadoresco manzanillero lo distingue, además de la presencia femenina en la primera mitad del siglo XX otro aspecto que es: La creación autoral, aunque en el trabajo autoral femenino trovadoresco existe “(…) una ausencia de canciones de exaltación de la belleza física del ser amado (…)”10, desconociéndose alguna “(…) canción hecha por mujeres donde haya un regodeo descriptivo de músculos o labios o de 11 otra características física de un hombre (…)”. , en nuestra ciudad la trovadora Isabel Dolores Fernández (Niña La Rosa) se convierte en esa excepción, con su canción “Poema de los Ojos” la cual le compusiera a los ojos azules de su esposo. Todas ellas dejaron un ejemplo en el devenir trovadoresco femenino contemporáneo, pero Isabel Dolores Fernández (Niña La Rosa) manifestaba a la nueva generación: “(…) recuerden que la música genuina de nosotros, (…) aquella música que nos llenó toda la vida, no puede quedar opacada (…) que no dejen caer la 12 música cubana (..,).” BIBLIOGRAFÍA. Arias Torralba, Mario; Entrevista realizada por la periodista Idalmis Solás en los Estudios de Grabaciones de la Emisora “Radio Granma” en el 2005. 1 2 Betancourt Molina Lino, Entrevista realizada por el periodista Antonio Sánchez López y publicada en el libro “Trovadoras” de la Ed. Oriente de Santiago de Cuba,2008. 3 Caimary Díaz, Pedro y Autores; “NIÑA LA ROSA, TROVADORA MANZANILLERA”, Enciclopedia de Manzanillo; 2005. 4 Fernández, Isabel Dolores; Entrevista realizada el 1ro de marzo de 2000 en los estudios de grabaciones de Radio Granma. 5 ____________________, Cancionero personal, Papelería inédita de la trovadora. 6 González Araujo Pedro; “Apuntes sobre hechos trovadorescos en Manzanillo”, papelería inédita del trovador manzanillero. 7 Mateo Palmer Margarita; “Del Bardo que te Canta”; Ed. Letras Cubanas; La Habana; 1988. 8 Moya Richard Isabel; Entrevista realizada por el periodista Antonio López Sánchez y publicada en el libro “Trovadoras” de la Ed. Oriente; Santiago de Cuba; 2008. 9 Rodríguez Ezequiel; “Iconografía de la Trova, Creadores e Interprétes”, Ediciones de la Coordinación Provincial de La Habana del CNC, 1966. 10 Rodríguez Silvio; Entrevista realizada por Harold Santana Gainza en el Festival Internacional de la Trova “Pepe Sánchez” celebrado en la ciudad de Santiago de Cuba del 15 al 19 de marzo de 2008.; http://www.cultstgo.cu 11 Valdés Estrella, Mercedes; “Aurelia Castillo: ética y feminismo”; www.cfv.org.cu/publicaciones/lib52aurelia.html; 2008. 12 Valdés Alicia, “Con Música, Textos y Presencia de Mujer. Diccionario de Mujeres Notables de la Música Cubana”, Ed. Unión, La Habana, 2005. 15 paralelos EL MILAGRO DEL PAQUIDERMO MUSICAL (1) Omar Felipe Mauri Escritor 16 Lo verdaderamente real maravilloso en la música cubana –y toda la música cubana constituye un muestrario de lo real maravilloso-, es el órgano oriental. Pachi Naranjo me miró incrédulo. Para un músico de su talla, manzanillero y por demás conocedor como pocos de la historia y la música del órgano, aquel absoluto merecía una explicación. Descendiente del órgano de regalía (para procesiones religiosas en el siglo XVI) y más cercano al organillo callejero del París de la Bastilla (con cilindros cambiables para cada melodía), se emparenta mecánicamente con las pianolas del cancán y el Far West. El ingenio arribó a Cuba por el puerto de Manzanillo, a finales del siglo XIX, por iniciativa de Santiago Fornaris (2). Acaso un metro cúbico de música con manigueta, ocupó salas de baile y fiestas populares trayendo un repertorio de valses, polkas y danzas europeas. ¿Qué proceso tan maravilloso de cubanización siguió a su llegada? El cuerpo y el alma del instrumento muy pronto dejaron de tener secretos para los cubanos: comenzaron a construirse aquí y se extendieron a Bayamo y Holguín por la consagración de algunas familias (los Borbolla, los Ajo, los Verbenera y los Labrada). A medida que ganaba en popularidad, aumentó de tamaño a fin de hacer más potente su sonido y llegar a mayor cantidad de bailadores; amplió su registro tímbrico con bajos más poderosos y cuerdas de agudos y medios de más riqueza y variedad. Finalmente, se rodeó de un conjunto de percusión tan criolla como sorprendente: timbales o pailas cubanas, tumbadora, güiro o guayo, maracas, bongoes, cencerro y clave. A la vez, otros hechos no menos importantes y maravillosos se operaban fuera de aquel cofre de maderas preciosas: se reparan y crean talleres para la fabricación de nuevos modelos, se idean herramientas específicas para trabajar con ellos (por ejemplo, una “máquina de coser” para “escribir” los cartones), y sobre todo, el instrumento se somete a un intenso proceso creativo: se amolda al cuerpo vivo de la música cubana y le ofrece el aliento acompasado de su costillar. Una orquesta increíble de violines y flautas, tres, sexteto y conjunto, jazz band y piano, se instala en sus pulmones de lona y cuero. Toda la música de esta isla y del mundo transpiró desde el aire de Pan, Juan Sebastián y Mendelssohn. Sones, boleros, guarachas, danzones, mambos, congas, tangos, merengues, sambas, corridos, joropos y muchos más, siguen viajando por pueblos, campos y montañas en la recia corpulencia del órgano oriental. Su decidida vocación por los humildes lo hizo imprescindible en lo urbano y lo rural. Pero el milagro supremo fue crear una pléyade de músicos excepcionales, populares y anónimos en su mayoría, verdaderos maestros del arreglo y la orquestación que fundaron un lenguaje paralelos absolutamente cubano y nuevo para ese instrumento. ¿Academias y manuales? Ninguno. De ello resulta que seamos los cubanos los únicos poseedores de una “orquesta” que ya no encontraremos en país alguno. Es sabido que cuando agonizaba en Europa, Cuba lo hizo suyo y lo revivió. Hoy, hasta los especialistas franceses quedan consternados ante tal merveilleux. La industria de las grabaciones musicales, el cine, los sistemas de altavoces, la radio y la televisión no han logrado derribar a esa mole sonora que, contra todo pronóstico, ha seguido viviendo y evolucionando. No se trata simplemente de un artilugio para reproducir música sin implicaciones creativas, lo cual explica su definitiva extinción en Europa. El secreto de su permanencia parece estar, no sólo en constituirse como un sistema musical con amplio espacio a la creatividad y profundas relaciones danzarias y festivas; sino en el intenso entramado socioeconómico y cultural que tejió y en el conjunto de esas relaciones en que se insertó. Al respecto de la creatividad, agujerear los cartones es todo un magisterio. Un milímetro mal colocado acabaría con la mejor de las melodías. Igual sucede con la manigueta, hacerla girar sosteniendo el ritmo y matizando los ascensos, acentos y silencios, es un permanente reto. Recordemos ciertos instantes de Benny Moré animando su orquesta con una manigueta invisible. Me contaba el violinista matancero Alberto García que su coterráneo Rafael Somavilla (hijo), al frente de un espectáculo musical de gira por Europa, incorporó un órgano oriental como curiosidad. Por indisposición del ejecutante (manigueta), Somavilla “manejó” el instrumento y su falta de entrenamiento le afectó la salud. Importantes compositores y directores de orquesta se han acercado a estudiar o trabajar el órgano oriental: Julio Cuevas, Tony Taño y el propio Pachi Naranjo, cuya Original de Manzanillo recrea las cadencias y sonoridades de aquel instrumento. Precisamente, Pachi Naranjo intercalaba detalles a mi comentario de lo real maravilloso: su padre había sido animador y estudioso del tema, y él acariciaba varios proyectos musicales con aquel instrumento. Al final, compartimos idéntica preocupación por el futuro. En verdad, ya no hay secretos ni sorpresas en la existencia del órgano oriental. Escritores e investigadores de la cultura han develado todas y cada una de sus maravillas (3). Pero acaso, ¿no es milagro un instrumento que no se estudia ni se enseña, que no existe ya en el mundo, que nunca ha tenido medallas ni lugar fijo, certámenes ni museos? ¿No es maravilloso un instrumento que se criollizó y arraigó tan veloz como hondamente, que se recompuso en cuerpo y alma para consagrarse a la cubanía y a su vez, perdurar en ella? ¿Un instrumento que sorprende y hace bailar a multitudes por más de un siglo…? ¿Cómo no ser mágico ese paquidermo musical que ha derrotado el tiempo y reta al mañana con la certeza de triunfar? Notas: 1) Julio Sánchez Chang, escritor y Presidente de la UNEAC en Manzanillo, facilitó una extensa recopilación de música de órgano oriental que ha sido muy útil a los fines de este trabajo. En ella existen versiones realmente antológicas, como La tarde, Tres lindas cubanas, El madrugador, Campanitas de cristal, Fefita, Buenos días América, entre tantas otras, así como los cartones con el Himno Nacional. 2) Helio Orovio, en su Diccionario de la Música Cubana (La Habana, 1981), señala a Francisco Borbolla como introductor de ese instrumento en Cuba. Recientes investigaciones apuntan a Santiago Fornaris como responsable de este acontecimiento (Nota 3). 3) El órgano oriental, señor de la música molida, de Isel Franagan y Delio Orozco, libro publicado por la Editorial Orto, de Manzanillo, 2004. Para colaborar con Ventana Sur Las páginas de nuestra revista están a disposición de todos los intelectuales cubanos, y de los amigos de otras latitudes que quisieran compartir cualquier conocimiento u opinión de índole cultural. Con el fin de facilitar la elaboración de los trabajos, deberán tener en cuenta los siguientes límites de extensión: los textos de pensamiento, ensayísticos o resultados de alguna investigación extensa, no deben exceder las 12 cuartillas; los cuentos o fragmentos de novela tendrán un máximo de 8; en poesía una muestra de 5 y 10 poemas; y en el caso de reseñas o críticas de libros, discos, eventos, exposiciones, etc., no excederán las 4 cuartillas. Asimismo agradeceremos el envío de ilustraciones, obras de artes plásticas, o fotografía artística. En todos los casos se acompañaran por los datos personales y un breve currículo. Nuestro correo electrónico: [email protected] Espacio promocional 17 paralelos MIGUEL MILANÉS. ÁRBOL CON FRUTOS Orlando Concepción Poeta y narrador 18 Jiguaní conserva en la historia de su cultura musical a un promotor del cual, quizás varias generaciones no conozcan siquiera su nombre y primer apellido. Miguel Milanés es una reliquia que, como semilla fértil se regó por diferentes poblados del Jiguaní del siglo XX, uno de los municipios de la provincia de Oriente con mayor extensión territorial. Los límites del municipio Jiguaní finalizaban en la vertiente oeste del río Contramaestre. Contaba en su jurisdicción con los poblados de Baire, Contramaestre y Maffo, entre otros de cierta significación histórica, política, económica y social. Miguel Milanés (1890/1982) tenía en Jiguaní su tierra natal. Desde su adolescencia poseía un pequeño cornetín, que utilizaba para atraer a los posibles compradores del pan que vendía para ayudar al sustento de su numeroso núcleo familiar. Muy joven todavía se trasladó a Cárdenas, Matanzas. Allí se integró a una banda de música. Después, formó parte de la Orquesta Filarmónica de La Habana, en la cual se destacó como primer trombonista, cuando todo allí aún no tenía el adjetivo de "nacional". En los primeros meses del año 1950 comenzó a funcionar la academia "Wagner", primera de música existente en Contramaestre. Las clases fueron impartidas por el músico jiguanicero, devoto admirador del eminente compositor, Miguel Milanés, que había cursado estudios académicos y que se convirtió en Maestro con el aval de poseer ya las credenciales de creador. Enseguida fue Milanés la figura profesoral que se sembró en la admiración y el respeto de sus discípulos. Milanés había sido contratado inicialmente por la señora Dolores Ferrera, con el objetivo de que impartiera clases de piano a su hija. En la casa de esa familia, Bravo-Ferrera, Calle 25 No. 53, reparto Rosabal. Durante un espacio de tiempo, la Academia "Wagner" funcionó y tuvo su sede en este domicilio. Luego, pasó al local donde oficiaba una Iglesia Bautista. La academia de música funcionaba en el horario en que no se desarrollaban sesiones de culto religioso. Se inició la incorporación de nuevos adolescentes y jóvenes interesados en nutrirse de la experiencia del maestro Milanés, que viajaba diariamente desde Jiguaní hasta Contramaestre, específicamente al barrio de Maffo. En el año 1952, ya la academia llegó a tener una matrícula de 54 alumnos. El objetivo fundamental de Milanés consistía en formar una Banda de Música. Para lograrlo consideró suficiente un término de seis meses. En ese lapso de tiempo se unieron al seleccionado grupo de intérpretes, seis de sus jóvenes hijos, a los cuales ya tenía instruidos en los instrumentos musicales. Tal como lo había concebido Milanés, en la navidad de 1952, la Banda hizo su primera presentación en público. Se marcó el debut de la primera Banda de Música existente en Contramaestre. Se realizó paralelos ante el busto de Mariana Grajales, en el Monumento a las Madres erigido por la Asociación Juvenil "Esperanza de la Fraternidad" (A.J.E.F), rama juvenil de la logia masónica "Sueños de Martí", en el parque "Jesús Rabí", en el poblado fundado en febrero de 1913, perteneciente al barrio de Maffo. En el concierto o retreta de apertura, la Banda interpretó como pieza inicial el Himno a Contramaestre, letra y música de Miguel Milanés, con dos cuartetas que textualmente decían: “Nace el sol en su anchuroso río,/ que corre juguetón entre palmares,/ y canta el campesino en su bohío/ canción de libertad de sus andares./ Se extiende esplendoroso, tan ufano,/ en su tierra entre colinas./ ¿Quién te enclavó ahí con buenas manos?./ !Contramaestre es una gema fina!". Tras la función de debut, con la asistencia masiva de público, se comprobó que el mismo, sin que fuera su intención, había estropeado las áreas verdes que rodeaban el busto de la madre de los Maceo. Los discípulos del profesor concibieron la idea de construir una glorieta dentro del parque "Rabí", cerca del monumento a Las Madres. Crearon una comisión organizadora, que sería la encargada de realizar la colecta pública, con el propósito de recaudar los fondos necesarios. Confeccionaron unas boletas publicitarias, tiradas en imprenta. El texto de la boleta decía: "Coopere para la construcción de la Glorieta para la Banda de Música de Contramaestre". Miguel Milanés, Director de la Banda". Inmediatamente después de recaudado el dinero necesario, se comenzó la construcción de la Glorieta. Consiguieron la autorización oficial de la obra con el consistorio municipal de Jiguaní, apoyados por el alcalde de entonces, Jacinto Roger, residente en Contramaestre. Los materiales de construcción fueron comprados en la ferretería "La India", de Contramaestre. Alrededor de la Glorieta, se levantó una verja confeccionada por el estudiante de música, Félix de Lima. La iluminación del lugar fue instalada por el electricista, Miguel Mendoza. La mayoría de los alumnos de la Academia "Wagner" participaron en la construcción de la Glorieta. El trabajo de construcción comenzó en los primeros días del mes de julio de 1953, y se terminó en los primeros días del mes de septiembre. La fecha escogida para la inauguración fue la del 8 de septiembre, día en que también se celebraba en Contramaestre la peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre. La inauguración fue programada para las 8 de la noche. El repertorio de la Retreta inaugural consistió en Obertura Operática, un danzón y un pasodoble, "El Currito de la Cruz". Después del acto inaugural, se programaron los conciertos o retretas: cada miércoles en Maffo y cada domingo en Contramaestre. El director, Milanés, se hizo el propósito de brindar funciones también en el parque de Baire. Por falta de recursos financieros no se pudo poner en práctica la intención del entusiasta promotor musical. Los alumnos contribuían con sus reducidas posibilidades a sufragar los gastos de pasaje (Jiguaní-Contramaestre) del maestro y de varios de sus hijos, que también ensayaban una vez por semana, jueves o viernes. Ni la academia ni la Banda pudieron contar en ningún momento con ayuda oficial. Norman Adolfo Milanés Moreno, hijo de Miguel, viajaba cada jueves y le impartía clases a un grupo de alumnos. Ellos, a su vez, entregaban a Norman la cantidad monetaria que podían. Se presentaron algunas circunstancias laborales imprevistas. Los tres principales responsables de las recaudaciones, Orlando Fajardo Fornaris y Hugo Gudiña, comenzaron a realizar labores en el Banco Continental, y Onelio Díaz Corría, comenzó a trabajar en una bodega en la zona de Resbaloso. A principios del año 1957, cesó el contacto con la Banda. La primera Banda de Música del poblado de Contramaestre, desapareció. El nombre de Miguel Milanés quedó perpetuado en la memoria histórica del Contramaestre de la segunda mitad del siglo XX. Este maestro, fue sembrando en el quehacer cotidiano, como director de la Academia "Wagner" y de la Banda de Música, profundos sentimientos culturales hacia "La música para escuchar". Devoto de Wagner y de todos los compositores clásicos, enseñó a sus discípulos a escuchar otro tipo de música, además de las ya habituales. Gracias a su embrujo, muchos oídos se habituaron a disfrutar, por primera vez, la música de Lizst y Beethoven, por ejemplo. El Contramaestre de entonces y de todos los tiempos futuros, tiene contraída una profunda deuda de gratitud con Miguel Milanés, el músico jiguanicero, por su desprendimiento, su laboriosidad, su disciplinado concepto de la puntualidad, por su amor a todas las manifestaciones de la cultura. 19 paralelos Calle 13 a fuego: Proyección latinoamericanista o la estética de lo grosero. Hugo Fabel Escritor 20 Quien tenga referencias sobre la fibra crítica y contestataria del grupo Calle 13, de corte progresista, reflejada tanto en sus letras como en declaraciones, ceremonias y otros eventos; no se habrá sorprendido cuando, en el marco de los Premios Grammy Latinos 2009, donde alcanzaron cinco estatuillas incluida la de Mejor Álbum del Año por: “Los de atrás vienen conmigo”, René Pérez (Residente) dedicara uno de sus premios a los hijos de los empleados públicos despedidos en su país, Puerto Rico, al tiempo que instaba al gobierno a que recapacitase al respecto. Este grupo asume el arte y la imagen del artista como un insicivo instrumento de enfrentamiento al poder institucionalizado: religiosos, recomeros, políticos, moralistas, bofda, el FBI, la policía…, según expresan en “Ven y Critícame”, del citado disco, y como una expresión sintetizadora de la cultura latinoamericana, entendida esta en su sentido más raigal. Reflejo nítido de lo descarnado, sin afeites, ni edulcoraciones de tipo moralista, ni de mercado, es lo que proponen estos boricuas, empeñados en establecer una estética sugerente, chocante, que expresa la sustancia más tamizada de lo latino. Ambos músicos, René Pérez y su hermano Eduardo Cabra, que vienen de una formación artística de academia, con una vocación alimentada desde temprana edad, ambos en sus respectivas especialidades; desacralizan lo impúdico solapado de la burguesía, y para ello apelan a lo marginal y a una forma de expresión verbal que pudieran etiquetar de grosera, pero que funciona como un elemento identificador y de defensa de los valores más auténticos de nuestros pueblos. Y es que en medio de tanta superficialidad y exaltación de lo banal por parte de la mayoría de los grupos pop, reggetón y de otros géneros, favorecidos de igual manera por el mercado, los boricuas Residente y Visitante crean un estruendo, provocan un rubor y un cuestionamiento incondicional por cuanto señalan y blasfeman en nombre de lo nuestro, del pueblo latinoamericano. No en vano René Pérez hiciera un llamado a la unidad de Latinoamérica al finalizar la presentación de unas de sus canciones en los mencionados premios, luego de enumerar uno por uno, pidiendo puños arriba, a todos los países de la región. El sentido de lo nacional y de lo regional toma forma en el enfrentamiento directo, sin máscaras. “Querido FBI”, sarcástico título que reta a esta organización, porque hacen un llamamiento a todos los compatriotas a que se revelen; es un tema que refleja esa lírica de azufre, desligada de todo tipo de remilgos, ajena a esa espumosa sensiblería que restaría contundencia y significación a sus mensajes. Además de esto; tienen a su favor un elemento de éxito que determina, a su vez, la inclinación natural y la disposición de cualquier persona, no obstante su procedencia social, hacia este tipo de texto musical; y es la ingeniosidad de asociaciones, de construcciones dramáticas y de alusiones que denotan el talento que fluye debajo de las letras, estas son imagen de los desplazados, del folklore, del argot, de la paralelos infertilidad creativa, y una inconciencia espantosa, de tal forma que sus representantes víctimas y en la inconciencia victimariosfuncionan como un producto más, y como hijos bastardos de la macroindustria. Esta actitud queda purgada en “Que Lloren”, de “Los de atrás vienen conmigo”, donde Calle 13 pone de relieve y critica abiertamente la típica postura del reggetonero: “forrao con prendas de oro de la cabeza hasta el talón, sin saber que por cada contienen elementos de denuncia, y la denuncia no se expresa en tonos menores, implica un exabrupto, una indignación; porque…”a esta hora exactamente, hay un niño en la calle...¡ Hay un niño en la calle!”, tal como expresa René Pérez junto a Mercedes Sosa, en su álbum “Cantora 2”. Sus propios integrantes hacen observar; Calle 13 no responde a los patrones expresivos de una agrupación de reggetón - salvo pocas excepcionespor lo general interesada en promover una imagen sensacionalista, un hedonismo desenfrenado sin más horizonte que realzar las “bondades” y “libertades” del mundo consumista, en textos que por demás, ponen en evidencia una rotunda eslabón mueren miles en Sierra Leona. Todo lo contrario sucede en el caso que nos ocupa, acá la actitud comprometida es la fuerza centrífuga que impulsa hacia delante, con una simpatía, una sensibilidad y un desenfado que hacen de los insultos y las maldiciones que profesan un credo que no excluye el divertimento y la reflexión. Son, en lo propiamente instrumental, también un referente de lo urbano, magistralmente definido por René Reyes como: “lo que tiene que ver con lo que se quiere y lo que te rodea”, y lo que rodea a estos puertorriqueños, musicalmente hablando, es precisamente un surtidor inagotable de estilos, ritmos y musicalidades de un continente entero, Calle 13 con los Premios Grammy vegetación, de la cultura alimentaria, de hábitos y costumbres oriundas de los pueblos de la América latina, poseedores de un pasado colonial que influyó en el surgimiento de nuevos códigos lingüísticos, estrechamente ligados a su condición de explotados. Por otro lado, la aptitud irreverente, típica de la música urbana -género con el cual se identifican, y no con el reggetón- es más comprensible todavía en el caso de este grupo; si se tiene en cuenta que la mayoría de sus letras 21 paralelos incluido, como no, lo que han dado en llamar reggetón y toda su carga de influencias interculturales. Son por tanto el resultado de una mezcolanza armónica de varios ritmos y sonoridades latinas que conforman el sustrato instrumental sobre el que se urden sus versos. Quizás el ejemplo más fiel de lo que persiguen con su obra se encuentra resumido en dos momentos de “Que lloren”, canción en la que dejan claro, refiriéndose a su trabajo que: “Mi música no es para las discotecas, mi música es para sembrar una semilla en un par de cabezas huecas”. En sus temas desacreditan mordazmente a quienes adoptan posturas que lastran la identidad latinoamericana, como reflejan en la pista Gringo Latin Funk, perteneciente de igual forma a su último fonograma. Introducen referencias culturales de todo tipo, a menudo con matices surrealistas, comprobable en muchos de sus temas, de forma lineal o salpicada -de acuerdo al comprensible balance que ha de haber- dando muestras de un sustrato intelectual que resulta extraño, por lo inusual en este mundo de Miss Universos y papitas fritas. Lo sensual y lo 22 propiamente sexual; constituyen tópicos recurrentes en su música, y lo asumen acorde a las típicas maneras criollas, donde el macho presume y domina a la incitante hembra que no se queda atrás en sus grasientos contoneos y en sus vibrantes provocaciones, y este, fiel a los deseos manifiestos de ella, se siente en la obligación de exaltar todos y cada uno de sus encantos, en un cortejo que se realza por la gracia picaresca con que lo articulan, apoyado por la gestualidad callejera y el carisma natural de sus c u l to r e s . S i g n i f i c a t i vo resulta también la participación de Residente y V i s i t a n te c o m o protagonistas de un documental denominado “Sin mapa”, donde esbozan un recorrido por diversas regiones apar tadas de Suramérica, en un intento por conocer más de cerca eso diverso y único que somos, dando muestras de la necesidad de reconocimiento y respeto hacia las diferentes culturas, desplazadas por el modelo totalizador que rige a la humanidad, y hacia la naturaleza del sur de nuestro continente. Asimismo pretenden intervenir en la realización de otro documental donde abordarán la identidad latinoamericana a través de un viaje por las fronteras de Centroamérica. De tal forma, calle 13 se erige en la cúspide de una tradición progresista junto a grupos de música urbana como Manu Chao , traza la curva del compromiso social en una lanza de Taino, se entrega a una creación con sellos auténticos, de pulpa de tamarindo y dulce de leche, aportando una nueva manera de asumir la diversidad cultural y la identidad desde el asfalto, un nuevo discurso donde “Se vale tó, apelando a lo grosero y a lo escandaloso, con una finalidad estética y vindicadora de nuestra realidad, que no pierde de vista al injusto, al presuntuoso, al hipócrita, para interceptarlos con un renuente y desafiante: “A fuego”. lexías En este número presentamos un dossier del grupo Sur, de Pilón. Gustavo Ramírez (Pilón, 1955) LUNA MANCHADA Estoy en mi zona más telúrica. Tiemblo y me agrieto. N . Simón A partir de esa mañana en que había un hombre para evocar Descubrió que ama a su amigo no son señales apócrifas Siente que el aire le perfora las vísceras Primero fue la sorpresa que traspasó su yelmo un golpearse contra las sienes Cómo creer en esos apuntes del Karma ahora que descubre su amante en un espacio de cuadernos y retratos las masturbaciones en que los relojes tendrán la sed de las vidrieras Condominios de antiguos monumentos locales donde reposan los espíritus de frustrados coroneles Las aves sobrevuelan la plaza ahora que este hombre descubrió Después regresaron las confidencias después la cruz y la flecha después la luna manchada después retomar los caminos más terribles contra todos enmudecer emigrar podarse las uñas donar las córneas Después la memoria la Isla y el hombre que dijo existo porque llegó el minuto de espantar los pájaros tísicos que merodean entre los humanos y supo qué nombre ponerle a sus orgasmos 24 su nuevo sentimiento descubrió el olor de su sexo en el bolsillo amigo no apartó la mano pensó ser un perro desnudo saltando sobre los charcos y se arrastró sobre el tatuaje de la calle convulsa Sabe que ama a su amigo y que el hueso de aquel pecho estará en el nido de su espalda temerosa de morir sin esa lluvia postal que lo enternece. DIATRIBA ANTE EL INFORTUNIO A Jesús Daniel El niño deltano-venezolano Se que subes sin alas pero asciendes que encontraste una ronda de compases y tiempo Sixto Juan Rodríguez que tu risa leve insiste a la entrada (Pilón, 1955) de un templo reservado a los afortunados Entonces tu cuerpo sin alas IRE CUANDO ESTES DESPIERTA se irguió seguro avanzó hacia el miedo A Odalis, lo merece tuvo miedo del cerco romano que le tendieron Piedad, piedad, pedía el paje Iré sin que lo escucharan no se cuando piedad, piedad, dijo un peregrino Iré con mis adargas y todos callaron las pinzas de abrirme las carnes ante tu cuerpo de diminuto Tom Sawyer de abrirme en tu centro ante el puente que te lanzaron de un mar adyacente y amarte y temerario cruzaste la bruma ya no se cómo y te hiciste grumete de las alturas amarte hasta que el sol se doblegue en tu puño entonces no había música y tracemos un crucigrama ahora las trompetas no cesan de cederte sus letras un crucigrama de abrazos letras que escribes por donde caminas sin olvidar las piernas que también son brazos haciendo caso omiso a la tormenta que se avecina ella también tiene manos para amordazarnos para dejarnos en silencio dejarnos extenuados Mi hija tocará a la puerta con un ramo de flores cuando ya no se escuchen voces y me dirá _Quédate, ya pasó la tormenta_ Tucupita, Venezuela 20 de julio de 2009 dejando tus huellas sin que sospechen de ellas tocas a la puerta del reino ya vienen se abre - avanza - te piden Lázaro Gómez (Pelayo) (Pilón, 1969) I En ocasiones aquel árbol danza dentro de casa y siempre es a la entrada del invierno el corazón repleto- así comienzan los primeros síntomas- Temo a estas cosas que llegan agrediendo desde que se fueron las huestes a un rinconcito del cielo a saborear el karma, aposento donde hubo guerra y paz , luego paz y guerra. Mi casa fue real y perfecta como la casa de Pimen Panchenko, en ella se aglutinan aves con el sólido origen del canto- música con que inundaran una vez la plaza de las milicias- lo de cantar fue tremendo como defecar en las noches frías el rumor de la guerra, como hacernos soldaditos y marchar en aras a los trinos. La música tiene el color de la sangre, una posición que las palabras no alcanzaron y canta sobre lo húmedo aburridas grietas, dolores de quien huye de esta casa en la estación perenne. Vamos con el karma aquel árbol danza y danza por instinto o por la presión ejercida por sus hojas, me retuerce el cuerpo como tripas vacías y canta el dolor de los idos, hasta el reposo. Voy al árbol así como se condena el soldado viendo caer la casa con las esquinas amparadas del cielo y las columnas de acacias griegas- así también se va armando el círculo- Voy al árbol con los ojos dormidos y no hay tiempo suficiente para enarbolar la bandera. ¿A quién puedo llamar hoy? Después de todo la casa está cerrada como la casa de Pimen Panchenko y el aire ha vuelto para tumbar los frutos semejantes, la mujer con quien pudiera hablar se ha ido y no regresará hasta la entrada del invierno, así empiezan los primeros síntomas - Mi casa está vacía y resta poco tiempo para abrirse- II La báscula Péndula Regula R. Manzano Juntos… para romper círculos de los que beben vino de 500, sumo el eslabón perdido al cuerpo y el vano peso de la isla de Virgilio, otras voces metálicas para los pechos más curvos. Gira en torno el verso futúrico. Más allá sonido de bosque reforestado, avalancha puerta de jolgorio. árboles diversos por la octava Como juntar las manos con una masa atómica que divida al viento, alto pinos jadean, pájaros exóticos se posan a limpiar lo morbo de la bestia. Arriba círculos con ritmos góticos y bizantinos, zarandeando el hambre en dos tercios biológicos. Vamos de uno en fondo al trabajo sucio que doblega y anuda la vértebra. La camisa del soldado al sable lima y el sudor chirriante gotea, voces destellan lo sólido de la vena ¿tú que has hecho para salvarnos? Nuestro jardín se achurra en distantes riberas y las abejas no llegan. Como juntar masas florecidas a nudillos pronunciados. Como juntar voces farfullando el ardor de la casa, la cinemática de turno no corre el tumulto y la correa atasca lo fecundo. La patria péndula regula sopesa la canasta ¡básica! Al unir las puntas, el anillo, la masa afirma ¡patria! La rueda dentada embona ¡avanza!, ruedas motrices y embrague para converger la boza de la turba, el eje abalanza al futuro hormigueo y no ha torcido el centro proletario- buen síntoma del metal al temple- . La casa quema el oxigeno propagado, ciño eslabones a cantos evangélicos y el drástico desempeño por lo motriz del cuerpo, la cadena que embona se adhiere al diente que suministra y arrastra la masa. Como sopesar imágenes pretéritas adheridas a términos futúricos y al resuelto de actuales legiones. Bonanza y peso entre el regocijo de la casa, pues la patria suena al sol poniente esbelta se dispone a podar el árbol por lo oscuro del verde. La patria apuesta la cabeza y da turno para el filo, por el relieve del hueso que no embona puja y corta por lo sano. Vamos a juntar las puntas de los anillos en las torrentes voces, dejemos el callejón dispuesto para otras venas. La patria péndula sopesa lo que Dios dispuso en la última cena, al unir las puntas el anillo, la masa regula al eje y grita. a la obra de Ismael Évora Sin título Homenaje 1. Horacio Siglo XVII Homenaje 3. Horacio Siglo XVII TRES MOMENTOS Tres momentos, como el uno, dos, tres, el sombrero de tres picos o tres instantes de una primavera, resulta el impacto que recibe el veedor de la obra de Ismael Évora. Quizás, como un remedo del período azul de Picasso, son los primeros resultados estéticos de este manzanillero, cuya pasión por la obra de Einstein no se traspola para nada a su lienzo y donde la impronta del autor de Guernica es perceptible sin mucho esfuerzo en un derrotero que va de menos a más, ganando en oficio y concepto. meditativa, introspectiva también, donde las preguntas, y por qué no las angustias marcan aquello que el poeta llamó la condición humana; una lágrima rueda por los rostros; el pincel las dibuja, la vida las configura, nos parece decir Ismael acuclillado, pincel en mano, el torso desnudo, los pies descalzos y el rostro severo ante una de sus últimas obras. Filosofía del efluvio A medio camino, entre los extremos de la tríada, una agradable inclinación manierista nos ofrece visiones que develan un digno esfuerzo por trasmitir, a partir del impacto de los clásicos del Renacimiento, rostros y formas de pulcritud notable. Con más experiencia, el artista comienza a emplear la textura y, del marrón, se mueve al gris en busca de una atmósfera Maternidad 2 VEN Y MIRA Ven y mira; siente y llora... y a pesar de todo ¡vive!, resultan imperativos que se penetran por los intersticios de los ojos para llegar al corazón, todo a petición del artista quien, rebelde y sollozante por la filosa línea de la vida, también pictórica, que lo hiere y caracteriza, nos ofrece agonías y demonios incluidosmomentos de incertidumbres, búsquedas estéticas, accesos existenciales, además Torso vivenciales en una obra de menos a más. Con el azul, al principio, la ingenuidad mimética, casi angelical; luego, la recepción firme y el influjo cubista que lo marcará como hierro candente en sus modos de decir sobre el lienzo; en un interregno, el reflejo renacentista como respuesta a la demostración factual de que sí, de que puede dibujar y pintar como ellos, no mejor que ellos; por tanto, los respeta, aprende de sus vidas y obra, los refiere y los cita. Ira Infante Con cuadro Ahora, tres lustros después de los primeros azules, el oficio del artista y la vida, siempre la vida, lo llevan a los grises, él está convencido que no todo es negro, entonces la luz, sublime y redentora, salpica sus visiones, también las nuestras y por la faz rueda una lágrima, escurridiza, que humedece el corazón, los nuestros. DELIO OROZCO Palabras al catálogo de Expo. personal de Ismael Évora. Dedicado a la narrativa granmense a pie de página La Joven narrativa granmense: Un camino a recorrer Edgardo Hinginio Poeta y narrador Granma es tierra de poetas. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta afirmación?, podemos responder que en todas las oportunidades que se inicia una conversación sobre la Literatura Granmense, sin embargo es conveniente afirmar que no deja de tener razón este planteamiento. Del influjo de la poesía en los pobladores de este territorio tenemos, primero: en esta región sucedieron los acontecimientos que inspiraron para llevar a la letra escrita la primera obra literaria que se conoce en la Literatura Cubana, y esta obra es un poema, Espejo de Paciencia. Segundo: a través de la historia que ha llegado hasta nosotros, los patriotas bayameses, por ser las personas cultas de la sociedad se daban al cultivo de la poesía, y destacaremos la creación de nuestro Himno Nacional y la canción trovadoresca La Bayamesa; obras de Perucho Figueredo, Carlos Manuel de Céspedes y José Fornaris, que escribieron bajo la inspiración poética, acompañados de músicos, la mayoría de ellos hombres de riquezas, y de motivaciones en la búsqueda artística. En ese entonces, como narrador, podemos mencionar a Tristán de Jesús Medina, único representante de este arte que ha llegado hasta nosotros, y que logró algunas publicaciones en revistas, diarios y libros, en las últimas décadas del siglo XIX. A lo largo de todo el siglo XX la poesía fue la dominante; en las publicaciones encontramos generalmente a los poetas, y solo podemos mencionar a algunos narradores, entre ellos al manzanillero, Luis Felipe Rodríguez, considerado por Salvador Bueno, como “ la piedra angular de la narrativa cubana ”. También ha de destacarse José Manuel Poveda y Rogelio Llópis, según lo recogido en Noticias del Alba (Ediciones Orto, 2004), selección del manzanillero, Alejandro Ponce, que habían publicado en Revistas en las décadas de mitad del siglo; aunque sin mucha repercusión. No fue hasta la época de los años setenta, que Arturo Arango, Francisco López Sacha, manzanilleros, y Carlos Casasayas Comas, jiguanicero, comenzaron a destacarse como cuenteros y publican sus primeros libros. Arango y Sacha, producto de uno de los problemas claves de la creación literaria cubana: La limitación editorial, emigran en busca de una mejor zona para legitimar su propuesta, el espacio innegable: La Habana, y el jiguanicero apuesta por hacer su literatura desde casa y sobre el basamento estético del barroco. Leonardo Padura desde el prólogo de El submarino amarillo (Cuento cubano 1966-91), Breve antología, nos dice: “Parece ser un axioma bastante caprichoso el hecho de que la cuentística cubana va de la 1 cumbre al abismo con la persistencia del péndulo”. Él en su teoría del péndulo aboga por tres períodos en Cuba donde la cuentística ha tenido su mayor esplendor, y solo llegado al tercer período aparecen los dos manzanilleros, como únicos representantes de esta tierra 31 a pie de página que se destacan en el cuento y la novela. Obviándose como es natural, y todos sabemos la causa, al ilustre jiguanicero Carlos Casasayas Comas, que en el año 1983 había publicado por Letras Cubanas, Los Biografiados. En Granma sucede lo mismo, con la gran atenuante que en nuestro caso son menos los representantes y las obras. Sin embargo, podemos afirmar que entre estos escritores, con cier to nombre p o r s u s publicaciones; ex i s t í a n ot ro s granmenses que inéditos o desde diarios y revistas, t a m b i é n cultivaban el cuento y la n o v e l a , empezaban a ascender para las últimas décadas del siglo XX, y podemos mencionar a Mercedes Cossío, José Fernández Pequeño, Enmanuel Castells, Arsenio Rosales, Luis Carlos Suárez, Lucía Muñoz; que si bien los tres últimos corroboran el planteamiento de que la región granmense es una tierra de poetas y si estos tienen la posibilidad de escribir también dignamente la narrativa, lo hacen. En esta década de los años noventa surge una de las dos motivaciones principales para los narradores granmenses, Ediciones Bayamo, que ya en su primera época, empieza a constituirse como el espacio esperado para la literatura y su expresión. En ese primer momento publican Arsenio Rosales (La coronela y los cadalsos, 1992), Fernández Pequeño (Las cosas de cierto mundo,1992) y muchos otros de los mencionados. Después, entre 1995-2000, viene un silencio que aunque se escribe, no se publica narrativa. Así se inicia, si es que acaso se puede definir con este término, la narrativa granmense en el siglo XXl, con el antecedente de tener pocos cultivadores del género y menos reconocidos en el asentamiento nacional de lo legítimo. Para ese entonces, Sacha y Arango habían publicado sus libros y sus novelas desde La Habana con una 32 visión de recuerdo de su tierra de nacimiento, y Casasayas había publicado su novela La casa de los anales, por Letras Cubanas, en 1988. En el año 2000 se produce una refundación de Ediciones Bayamo, pero desde la Risograf, surge el sello editorial Orto, en la ciudad de Manzanillo, que dicho sea de paso siempre ha sido la punta de lanza de la creación literaria granmense. Un año antes había iniciado en la Habana el segundo acontecimiento decisivo para la narrativa granmense, la fundación del Centro Onelio, que a mi entender divide el cultivo de la misma en dos grandes grupos, los mencionados anteriormente; Luis Carlos Suárez, Arsenio Rosales, Lucía Muñoz, Mercedes Cossío y otros que continuaron escribiendo desde la provincia, y los jóvenes egresados de los diferentes cursos del Taller de formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Y he aquí, que gracias a la fundación de dos sellos editoriales, y un centro teórico, la división y el afianzamiento de un modo de expresión literaria en nuestra región. Con estos cambios se inicia el período de la narrativa granmense que se le ha nombrado como la joven narrativa, seguramente teniendo en cuenta dos Selecciones de este género hechas en la provincia en el año 2004, una desde Ediciones Orto, Noticias del Alba, por Alejandro Ponce y una desde Ediciones Bayamo, Desde ninguna parte una palabra, por Alexander Machado. Noticias…, que tiene el acierto de ser la primera2, muestra el quehacer del cuento manzanillero en casi cien años de cultivo, sin embargo muy discutida ha sido su propuesta, por no ser representativa en su totalidad de los cultivadores, -se puede hablar de ausencias imperdonables como la de Norge Céspedes, el único manzanillero considerado por entonces como narrador y nacido en la década del setenta-, y de un estudio del fenómeno de la cuentística en una región donde se puede considerar que prácticamente se dio el despertar del género en el siglo XX. No hay reflejo de ello a través de un prólogo en el cual se expusieran los elementos de conformación de esta importante selección. Al final, Noticias…, es el reflejo de una obra de los autores que el antologador consideró representativos en dos generaciones (antes y después del triunfo revolucionario, nueve en total), con la buena firma de cuentistas que la crítica cubana ya ha establecido (Luis Felipe, Poveda, Sacha, Arango) y la incursión de los nuevos cultivadores. Si se estudia bien esta a pie de página selección podía hablarse de tres generaciones de cuentistas en Manzanillo. Desde Ninguna p a r te … , a s p i r a a m á s , p o r d i fe r e n te circunstancias, primero por su subtítulo: Antología de la joven narrativa granmense, o sea, nos trata de situar en la provincia entera y en el espacio de los jóvenes, porque como bien diría Alexander, en el Preámbulo: “De ninguna parte una palabra aparece en un momento de auge de la narrativa granmense; ella misma es la mejor evidencia de este cambio…”3, segundo, porque a pesar de que su seleccionador, podía haber echado mano a obras de los cuentistas ya publicados anteriormente, elige el nuevo despertar del género, define quizás una nueva generación, recuérdese la teoría del péndulo de Padura y la defensa que Salvador Redonet hacía de la estética de los nacidos después del triunfo de la Revolución: “(…) nuestra más joven promoción de cuentistas cubanos apunta a ser 4 línea dominante en nuestra literatura actual …” y sin olvidar a los antecesores - existe un prólogo-, Alexander nos muestra un espectro bastante amplio (14 autores) y nos abunda en su Preámbulo: … mención aparte para un número considerable de jóvenes escritores que sin aparecer en esta selección ni pertenecer a grupo alguno -por el momento-, trabajan con seriedad, muchas veces ejemplar, el oficio de la fabulación.5 Esta selección apunta a ser también localista en cuanto a mostrar solo los narradores de la zona de Bayamo(a pesar de recoger un cuento de Arianna Naranjo, única representante en las dos selecciones), y presenta faltas incomprensibles. Pero aún con todas las virtudes y defectos, sin lugar a dudas cuando se hable del inicio de la joven narrativa granmense como generación ha de mencionarse estas dos antologías y principalmente Desde ninguna Parte…, porque en ellos están los que siguen siendo los principales cultivadores del género desde Granma. Luego, si es verdad que en un elemento demostrativo de la creación literaria de provincia como lo son los Encuentros Debates de Talleres Literarios, a finales de los ochenta y principio de los noventa, continuaba dominado el género de cuento por autores nacidos antes del triunfo de la Revolución como Enmanuel Castells, Luis Antonio Licea Medina, Emmanuel Tornés, Emelicio Vázquez, con el discursar de los años noventa aparecieron nuevas voces como la de Gelasio Barrero y otros, a los cuales se les unió Delis Gamboa ya casi terminando el siglo, estos autores en compañía de Rafael Vilches, que se incorporó posteriormente como narrador, fueron los que iniciaron la nueva generación. Señalamos que las selecciones mencionadas, salen a la luz mucho después que algunos autores de esta generación publican sus primeros libros: Rafael Vilches (Ángeles desamparados. Novela, Ediciones Bayamo, 2001); Gelasio Barrero (Los demonios que me rondan, cuento, Ediciones Bayamo, 2002), Manuel Navea (La octava costilla, Ediciones Bayamo, 2002), Enrique Hernández Vázquez (Fin de Siglo, Cuento, Ediciones Bayamo, 2002). Destacar También que en el año 2001, Sarays Guerrero, había publicado Burilo y otros cuentos, libro para niños. Producto de la fundación del concurso Vértice de cuentos breves en el año 1999, una selección de los premiados y los finalistas, aparece cada cierto tiempo publicado por Ediciones Bayamo, en cuyas páginas sobresalen gran cantidad de autores del patio. Entonces, a mi entender, la nueva generación de cuentistas granmenses estaba armada; poseen espacio para formarse (Centro Onelio, Talleres y Grupos Literarios), sellos editoriales donde publicar (Ediciones Orto y Ediciones Bayamo) y eventos donde reunirse y exponer sus experiencias (Los últimos serán los primeros), pero aún seguía -y sigue- dominando la poesía. Los grupos literarios conformados: “ Hacedor”, en Jiguaní, y “Auriga”, en Bayamo, le conceden mayor solidez a la generación, y los premios alcanzados por los miembros en eventos regionales, nacionales e internacionales, reafirmaban su calidad. Sin embargo la joven narrativa granmense carece de reconocimiento a nivel nacional, a pesar de que Heras León, una que otra vez haya mencionado al grupo Hacedor y otros narradores de Granma como muestra de la nueva narrativa cubana. Leonardo Padura, en “Dos vueltas de Péndulo: el cuento cubano contemporáneo”, nos dice: “(…) nacieron perspectivas, tendencias, estilos y proposiciones muy variadas que van desde el relato fantástico y de ciencia ficción a la fábula satírica, pasando por la reconstrucción histórica y sobre todo, por un realismo interesado en acercarse a un presente complejo y, sin duda, difícil, con el propósito ya mencionado de interrogarlo, más que de reflejarlo 6 tranquilamente” , refiriéndose a las causas de expresión de la narrativa hecha al inicio de los años noventa en autores nacidos después del 33 a pie de página triunfo de la Revolución, y Salvador Redonet, en su “Para ser lo más breve posible” señala: “(…) de ahí que en la concepción ideoestética de los novísimos subyazca una actitud desmitificadora y desacralizante de aquellos falsos valores y se asuma una perspectiva autoral viceralmente conflictiva, desautomatizadora: Pensar por cuenta propia, afirmar su personalidad, sus ideales ético-estético: eso –y algo más se halla en 7 la estructura profunda de los textos , situación que podemos apreciar en el movimiento de la joven narrativa granmense, con la atenuante, según mi apreciación, que les ha faltado mucho más compromiso con la realidad,- quizás por múltiples elementos reinantes en la sociedad de índole referencial-, y por lo tanto de un libro sólido que haga destacar el movimiento tanto de forma estética como ética. Los contados ejemplos y razones las tenemos todavía presente, desde la carencia de una desarrollada cultura ideoestética capaz de poder analizar las propuestas artísticas, -que a la par se expresan en otras partes, y no sucede nada, aunque en nuestra región casi siempre se le da un matiz diferente-, y el apego de nuestros narradores al más elemental reflejo de la realidad a través de temáticas ya tratadas en otras épocas y en el presente de publicaciones totalmente desfasadas, que terminan por no aportar lo que tradicionalmente en la historia de la literatura siempre ha marcado la narrativa, - y háblese de costumbres, ideas, conflictos sociales. Analizando las temáticas de los que considero principales libros publicados debemos destacar como predominante en los inicios, a la vida del adolescente en las becas (Ángeles Desamparados, de Vilches y algunos cuentos de Delis Gamboa), el ambiente rural y su repercusión en fenómenos como las relaciones amorosas, el sexo, la familia; (algunos cuentos de La octava costilla, de Navea; El agua en el agua, de Delis Gamboa; El viejo insomnio, de Alexei Mendoza, y otros.) Aunque para ser justo el ambiente rural ha permeado a casi toda la expresión de la narrativa joven granmense. Aquí convendría decir que en pocos cuentos de los autores mencionados se expone una nueva situación, un conflicto visto con la nueva perspectiva de los años del tercer milenio, sino que peca, de ser un repaso a todo lo ya dicho anteriormente, y que de cierta forma como el grupo fundamental de la narrativa pende hoy en día de la llamada zona del cauto, se ha impuesto este modo de hacer y reflejar la realidad a través de la joven narrativa en Granma. 34 En cuanto a los elementos conductores referidos a lo fantástico, la ciencia ficción, la reconstrucción histórica, ha sido cuerpo fuerte en la estructura de nuestras narraciones, pensemos en el tratamiento de temas y temáticas en libros como Guerra de la utopía, de Domingo Cuza, Ediciones Bayamo, 2008, primer cuaderno de cuentos breves o minicuentos, valientemente asumido desde la búsqueda estética de la utilización de los recursos tipográficos, donde los elementos fantásticos, la recreación mitológica, muestran una realidad que muchas veces juega con el ingenio del referente literario y la recreación artística hace sostenible estética y éticamente el mensaje, logrando que el lector se identifique con el reflejo de la realidad propuesta por el autor; pero hay que tener en cuenta que a veces esta supuesta realidad literaria es tan amplia que no expresa categóricamente la realidad que se vive. Otros de los elementos de la realidad que conducen algunos cuentos de la joven narrativa es la marginalidad, y piénsese en algunas historias de los libros de Delis Gamboa, Yunier Riquenes y Alexei Mendoza, del grupo “Hacedor”, o los publicados de Erwin Caro Infante, en su libro Confesión por violar a una mujer, donde la marginalidad vista desde lo rural crea un efecto diferente digno de ser apreciado, lo que a mi entender no está completamente en posición de diferenciación porque los narradores de los cuentos, técnicamente hablando, en muchas historias pierden su foco y su poder de análisis de la situación y no la muestran con sus verdaderas esencias objetivas. Al final la propuesta estética de la realidad es un status de puente entre lo real y lo imaginativo, y solo apreciándolo desde el localismo podemos descifrar el mensaje del texto. Al fenómeno de las temáticas de las narraciones, hay que agregar el hecho de que importantes escritores, con premios nacionales, y que a pie de página constituyen una alternativa en la propuesta estética, por poca aceptación de la forma en que se presentan los libros en el sistema Risográfico o por desaprobación del proceso de edición de nuestro territorio, que data desde sus orígenes y aún no se ha solucionado, son motivos para que no hallan publicado sus libros; y mencionemos como ejemplo a Alexander Machado, Ernesto Morales, y Rafael Rodríguez Pérez. Reafirmo mi teoría de que la falta de compromiso o cualquier otra circunstancia extraliteraria, -también analizable-, imponen un reto. Sea cual sea el camino a recorrer por la joven narrativa en Granma para su legitimación, es arduo y lleno de más complicaciones de las que vagamente he tratado en estas condiciones. Continuamos esperando el libro sólido, maduro que demuestre la mayoría de edad en cuanto a propuesta ideoestética. Próximamente, Yordanis Domínguez, publicará su segundo libro, Delis Gamboa, su primera novela, La Rifa, -que coincidentemente –me han dicho– su personaje central es un escritor de talleres literarios, la obra es ganadora del primer concurso de narrativa Carlos Casasayas-, Erwin Caro presentó su Confesión por violar una mujer, ojalá sea uno de éstos o de cualesquiera de los que vendrán, el libro detonador de las miradas en torno a la esencia de la nueva narrativa granmense. A diez años de los fenómenos que, a mi entender, provocaron el auge del cultivo de la narrativa en Granma, -que se ha quedado en llamar como joven o nueva narrativa granmense-, todavía esperamos por la definición jerárquica de la misma. En la actualidad aparecen a la par libros de escritores de la pasada generación, como Luis Carlos Suárez (El Caballero de los pájaros, Editorial Oriente, 2008) y Arsenio Rosales Morales (Tres relatos morbosos, Ediciones Bayamo, 2008), y los autores de la generación posterior (la joven) que publican en Orto y Bayamo. Así como títulos de los otros granmenses que desde otros confines publican sus libros (Sacha, Arango, Fernández Pequeño, Enmanuel Castells), de la primera generación; y otros como Norge Céspedes, que lo hacen desde la segunda generación. Por lo que confluyen las dos generaciones con sus propuestas ideoestéticas, desde adentro y desde afuera creando el panorama completo de la narrativa granmense. Los autores y las obras mencionadas solo son ejemplos que tomo para exponer mis apreciaciones, que pueden quedarse en sus inicios o incompletas, porque aún hay en el substrato muchas variables que tener en cuenta. Solo resta entonces hacerse unas cuantas interrogantes: ¿Se mantendrá dominado por la poesía el panorama literario en nuestra provincia? ¿En el camino que aún le queda por recorrer a la joven narrativa granmense se legitimarán sus esfuerzos creativos? ¿Será dicha narrativa reflejo de la sociedad actual que vive el granmense y por tanto referente cognoscitivo de la futuras generaciones? ¿Aparecerá algún día el libro imprescindible a tener en cuenta como mayoría de edad? ¿Sucumbirá, llegado el momento, ante los embates de los narradores de los talleres juveniles e infantiles que asumen una narrativa de diferente estética y mayor compromiso social? ¿Decaerá o desaparecerá la joven narrativa granmense con la reducción de las publicaciones desde la Rizo? ¿Se incorporará a la historia de la literatura en Granma, entre la de los nacidos antes del triunfo de la revolución y los del tercer milenio, como cumbre o abismo del péndulo? Definición de seguridad nunca la ha poseído nadie, y quizás, en cuanto a la apreciación de un movimiento o hecho artístico, las elucubraciones son siempre ciénagas por donde caminamos. Quizás la joven narrativa granmense sea reflejo de su realidad y ya se haya escrito el libro cumbre. Si es así, ¿qué somos?, ¿a dónde vamos? Sin lugar a dudas responderán las nuevas generaciones, los lectores que vendrán, las obras que quedan por escribirse. Citas y notas 1 Padura, Leonardo: “Dos vueltas de Péndulo: el cuento cubano contemporáneo.” El submarino amarillo (Cuento Cubano 1966- 91) Breve antología. Segunda edición: 1994, un libro para Cuba, México. Pág. 7. 2 Gracias a las inacabadas incongruencias de algunos representantes de los sellos editoriales granmenses que introducen causas extraliterarias en propuestas estéticas, pues se había malogrado una selección de los primeros egresados del taller Onelio Jorge Cardoso: El Pajar y el Camello, (Rafael Vilches, Gelasio Barrero, Delis Gamboa, Edgardo Rodríguez), donde Arsenio Rosales fungía como antologador, y que hubiera sido a la postre la primera selección del cuento granmense. 3 Machado Tineo, Alexander: “Preámbulo”. Desde ninguna parte una palabra. Antología de la joven narrativa granmense, Ediciones Bayamo, 2004. Pág. 8-9. 4 Redonet, Salvador: “Para ser lo más breve posible”. Los últimos serán los primeros. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993. Pág. 7 5 Machado Tineo, Alexander: “Preámbulo”. Desde ninguna parte una palabra. Antología de la joven narrativa granmense, Ediciones Bayamo, 2004. Pág. 8-9. 6 Padura, Leonardo: “Dos vueltas de Péndulo: el cuento cubano contemporáneo.” El submarino amarillo (Cuento Cubano 1966- 91) Breve antología. Segunda edición: 1994, un libro para Cuba, México. Pág. 7 7 Redonet, Salvador: “Para ser lo más breve posible”. Los últimos serán los primeros. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993. Pág. 22-23 35 a pie de página GRUPO DE NARRATIVA HACEDOR Delis Gamboa Cobiella Escritor 36 En 1998 un grupo de jóvenes amigos decidimos echar suerte común en ese empeño de hacernos narradores: entonces, como grupo, no teníamos nombre, este vino mucho después, una tarde de lluvia, en la sala de la casa de este servidor. Aquella era la tarde decisiva: cada uno (era el acuerdo) debía llevar su propuesta definitiva, o varias, para escoger la que daría nombre al grupo. Fueron muchas las propuestas, hasta que Eduardo Sánchez dijo: El Hacedor. Días atrás yo había leído ese libro de Borges y me había impactado un párrafo, tanto, que lo copié en una hoja suelta. Lo extraje. Leí: “Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara”. Todos admirábamos a Borges, aquel párrafo era elocuente. “Hacedor”. La mayoría estuvo de acuerdo. Ya teníamos un nombre. Conozco grupos literarios que se dedican solo a la poesía o a la décima, pero exclusivamente a la narrativa, no tengo referencias de ningún otro. De esta particularidad nos dimos cuenta cuando llevábamos un largo trecho recorrido. Lo de ser un grupo exclusivamente de narrativa se debe a razones que ahora expongo. Una, yo cursaba el Onelio, que entonces no se denominaba Centro de Formación Literaria, sino Taller de Técnicas Narrativas, y aquel material que allí se nos distribuía era una de las bases sobre las que edificábamos nuestra formación y, otra de las razones, era que Carlos Casasayas, quien tanto respeto se había ganado entre nosotros, decía que el que se dedica a varios géneros es difícil que realice algo que valga la pena. Casi todos escribíamos poesía, pero aquellos encuentros semanales eran dedicados íntegramente a la lectura y discusión de cuentos o de materiales teóricos sobre el género. Nos reuníamos un día a la semana; cuando el pueblo dormía, a nosotros nos congregaba el deseo de lograr que nuestros cuentos a pie de página tuvieran valor literario, el deseo de dominar un oficio tan exigente, tan esquivo. Los integrantes del grupo: Ángel Vázquez Mendoza, Enrique Hernández Vázquez, Yunier Riquenes García, Alexey Mendoza Quintero, Endry Guía de la peña y el boletín del grupo, que mantenemos vivos. Seis integrantes del mismo hemos sido miembros de ese centro que lleva el nombre de nuestro cuentero mayor y que con tanto fervor animan Eduardo Heras León e Ivonne Galeano. De izquierda a derecha (de pie): Carlos Cassayas Comas, Jorge Labañino Legrat, Rafael Rodríguez Pérez, Yu n i e r R i q u e n e s G á r c i a , R e y n a l d o G á r c i a B l a n c o , Á n g e l J u l i o V á z q u e z M e n d o z a . De izquierda a derecha (agachados): Gustavo Rosales Espinosa, Delis Gamboa Cobiella, Alexey Mendoza Quintero Eduard Encina Ramírez. Cruz, Rafael Rodríguez Pérez, Roberto Infante Valdés, Héctor Luís Leyva Cedeño y Delis Gamboa Cobiella, de Jiguaní; Eduardo Sánchez Montejo, de Guisa y Eduard Encina Ramírez y Jorge Labañino Legrá, de Baire. Por razones de salud Carlos Casasayas no podía asistir a estos encuentros de cada noche de martes, pero estaba presente espiritualmente con su sabiduría de escritor experimentado. Fue considerado nuestro miembro de honor. Con el tiempo, decidimos hacer mensualmente la Importantes premios nacionales han sido obtenidos por nosotros y varias revistas y antologías tanto de Cuba como de otros países han incluido en sus páginas cuentos firmados por miembros del grupo. Entre los premios se destacan los siguientes: Yunier Riquenes obtuvo Premio "Cauce" (2002), Mención del X concurso "La Gaceta de Cuba" (2003), Mención Calendario (2003, 2004), Mención "Ernest Hemingway" (2005) y Beca "Razón de Ser" (2005), Premio concurso “Eliécer Lazo”, Segundo 37 a pie de página Premio Concurso “La Llave Pública” (2006), Beca de Creación “Silvestre de Balboa” (2009), Beca de Creación “Fronesis”, novela (2008); Eduard Encina obtuvo el Premio "César Galeano" (2004); Rafael Rodríguez se alzó con La Beca de Creación “Caballo de Coral” y el Premio "Tristán de Jesús Medina" (2005); Alexey Mendoza resultó Mención del "Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios (2004); Héctor Luís Leyva obtuvo en su más reciente edición el Premio “Sigifredo Álvarez Conesa” que otorga el Consejo Nacional de Casas de Cultura; y quien esto suscribe, ha merecido la Beca de creación "Caballo de Coral" (1999), Premio "El mar y la montaña" (2004); Mención "Calendario" (2004). Primer Premio “Vértice” (2006); Premio Mono-Rosa (2008); Premio Eliécer Lazo (2008); Premio “Carlos Casasayas Comas, noveleta (2009); Mención La Enorme Hoguera (2010). De Yunier Riquenes son los libros de cuentos La llama en la boca, Quien cuidará los perros, Lo que me ha dado la noche y la novela Los cuernos de la luna; Alexey Mendoza publicó El viejo insomnio, cuento; igual que Enrique Hernández Fin de siglo; Héctor Luis Leyva Algunos títulos del Grupo 38 Cuentos feos; y míos son El agua en el agua y El Ritual de los perros, de cuentos, y la noveleta La rifa, que se publicará este año por Ediciones Bayamo. Varias revistas y antologías han incluido en sus páginas cuentos firmados por miembros de Hacedor. En poesía, por ejemplo, Yunier, entre otros premios, obtuvo el Pinos Nuevos y Eduard Encina dos veces el Calendario y Accésit de la Gaceta de Cuba, entre otros, pero aclaro que solo me ha interesado destacar los premios y libros de narrativa porque Hacedor, aunque casi todos cultivamos la poesía, es un grupo de narrativa, nos concentramos (para el estudio común, los debates y las lecturas), en este último género. Este grupo de narradores se propone la tarea de dibujar un mundo. A lo largo de los años ha poblado un espacio con imágenes, con infinitas imágenes sobre el hombre y sus alrededores (o dolores). Antes de morir, tal vez aún no hayamos descubierto si realmente ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de una cara, pero, algo es cierto, en las líneas logradas se entrevé lo soñado. fabulaciones Dedicada al Grupo de Narrativa “Hacedor” Yunier Riquenes (Jiguaní, 1982) “La edad de las ataduras”(fragmento) Novela en proceso de edición por Ediciones Matanzas. Esta es la noche, esta es la noche, claro que tiene que ser esta. No puede ser otra; hoy es mi cumpleaños, dice Marcia y mira por donde se irá el sol, por donde mismo vendrán los pájaros como soldados a pasodoble a crucificarle la cabeza. No sabe cuántas veces se ha asomado al camino. No le importa, lo verá aunque sea en la vez número mil, tres mil. Tiene la esperanza de verlo llegar risueño, corriendo hacia ella con los brazos abiertos, con un Mamá ensordecedor. Por supuesto, no traerá el equipaje de infantería ni el pelo ni la barba crecidos como lo vio en un sueño. Traerá su cara limpia y lisa, juvenil, la misma cara de niño de cuando partió. Sale corriendo al imaginar que llegará en el carro que se detiene y pita en la carretera. Entra, el chofer estaba orinando. Debería de perderla por sacársela ahí mismo, los perros van más lejos. Si estuviera cerca le caería a pedradas. Llegará, dice, hoy es mi cumpleaños. Marcia continúa entusiasmada, al salir le baja el volumen al radio; al entrar lo pone a todo volumen. Canta: con qué tristeza miramos, un amor que se nos va, es un pedazo del alma que se arranca sin piedad. Pero esta vez, afirma, María Teresa Vera se equivocó. Volverá, Tito volverá a arrancarme la tristeza. El día anterior le había dicho a Vilma que no iría a la oficina, que era su cumpleaños, estaba segura del regreso de Tito. Vilma le dio un abrazo y la felicitó. Tienes derecho a ser feliz, mi amiga, pero a veces los sueños... y se quedó inconclusa. Marcia hizo un gesto extraño cuando le mencionó los sueños. Enseguida Vilma le dijo Seguro que le harás un arroz con pollo, tostones y ensalada de tomates. Sí, por eso no puedo venir. Por la mañana voy al mercado a resolver las cosas. Es verdad, cógete el día, pero acuérdate que si al final no ha llegado es que seguro no lo dejaron venir. Los militares no creen ni en sus madres y mucho menos en fechas importantes. No, él vendrá; y no lo soñé. Lo viví. Me ha dicho que no podrá dejar de verme. Es verdad, Marcia, las madres sentimos a los hijos aunque estén lejos. Vilma la miró con brillo en los ojos. Déjame regalarte un ramo de girasoles aunque te los traiga pasado mañana. Marcia recuerda a Vilma, Mañana llevará a la oficina el ramo de girasoles; tenía que haberle dicho que me lo trajera a la casa, a lo mejor me sorprende. Se verían muy bien en el centro de la mesa mientras Tito come. Y lo imagina desmenuzando la carne, embarrándose las manos y la boca de grasa, sonriente, chupando los huesos, complacido. Le prepara una fuente grande con tomates sazonados con vinagre, aceite y sal. Seguro Tito le echará el jugo de los tomates para mojar el arroz, supone y sonríe. Es la cara de Tito, la cara, la cara. Sonríe. El radio suena alto, muy alto, pero de todas formas ella diferencia los ruidos y los gritos en la carretera. Marcia canta y baila al unísono con el radio. Sigue en la cocina; ya el buen olor invade toda la casa. Así le gustaba, piensa. La olla de presión suena y expele el olor de arroz con pollo. Aún es temprano; constantemente se asoma para ver la caída del sol. Los dos se sentaban en el portal a despedir el día. Quiero que llegue la noche, murmura, que Tito esté conmigo y encuentre al hombre; que lo mate. Vigila la esquina por donde sabe que vendrán los pájaros y después el hombre. No le dejaré espacio al hombre, asevera, Ahora debo de pensar en Tito, Tito, solo Tito y nada más. Se acaba la música y después de un spot el locutor abre el boletín de noticias, diciendo que un primer país atacó a un segundo. Dice Murieron doce niños acribillados a balazos en medio de la manifestación. ¿Por qué tienen que existir las guerras? Se pierde el hilo de la noticia pensando en Tito con el casco puesto disparándoles a los niños. El que va a la guerra tiene que matar, dice, se pone nerviosa. No picaré los tomates ni los plátanos, me sentaré un momento. El locutor regresa a Marcia al comentar las bajas del ejército a pesar de la ocupación del primer país. 39 Marcia no cree que Tito haya sido una víctima así. Siempre le gustó ponerse escudos para jugar al guerrero, traería un chaleco. ¿Y si le tiraron una granada o pisó una mina? Cambia el dial, ninguna emisora trasmite un programa musical. Son las siete, a las siete sólo se pueden escuchar las noticias. Apaga el radio. La olla suena y se mantiene el delicioso olor a pollo. Sale nuevamente al camino secándose los ojos. A Marcia se le pierde la vista en la carretera, en los carros que suben o bajan, en la gente que camina, en las bicicletas que vienen y van, en el verdor de la montaña que se levanta en el horizonte; en las nubes grisáceas que corren a chocar con la montaña, y muestran que la tarde se ha ido. Es el resplandor el que mantiene la tarde en un rojo o un amarillo quemado. Se queda en el portal. La montaña va perdiendo el verde. De todas formas su vista permanece clavada allá, entre los árboles. Quiere vestirse de verde. Volar y posarse sobre los árboles como los pájaros, como si las hojas fueran colchones de espuma. Tito aprendió a enmascararse entre los árboles, dice, no lo alcanzarán los leones en el otro continente. ¿Y no suben los árboles? Siente miedo, mucho miedo. Tito llevaba un fusil, les dispararía en la cabeza. Pero Tito volverá, él si no cree en leones, ni en las fuerzas enemigas. Hoy Tito volverá, habrá rayado el almanaque en mi día. Me habrá comprado un ramo de flores para adornar la mesa. Este no es un día para cartas, es un día para estar juntos, y él vendrá para estar junto a mí. Se pone de pie y se va corriendo a la cocina porque se le ha pasado de tiempo el arroz. No puede quemarse, hoy no puede quemarse. Destapa la olla; huele muy bien. No se ha quemado. Canta junto al radio. Sabía, dice, Hoy es mi cumpleaños, hoy regresa Tito de la guerra. Se entusiasma. No me quedaré como Hilda, asegura, la pobre. Eso no es bueno ni pensarlo. Hilda hablaba del regreso de su hijo para año nuevo. Entre ella y el padre habían cebado un puerco para el recibimiento y le habían llenado el armario de camisas. Hilda y el padre discutían a menudo con el muchacho por no trabajar. Después que el muchacho se fue querían tenerlo en casa, aunque durmiera hasta las once, aunque hubiera que despertarlo o prohibirle las salidas de cacería. Hilda decía Me llevaron a mi hijo a cazar hombres. Y rompía a llorar. Flaqueó, se le veían los ojos profundos y todos los huesos del cuerpo. Su esposo empezó a hablar solo mientras caminaba. Se le veían los gestos y los labios abiertos. Hilda y su esposo flaquearon y hablaron más el día en que apareció el muchacho de reclutamiento y no les dijo mucho, sólo la miró y le dijo Sí, Hilda. Y se echó a llorar en los brazos de ella como si él fuera el doliente. Entonces el esposo habló muy alto, tan alto que se escuchó en todo el barrio. El muchacho de reclutamiento salió con su carpeta y la bicicleta. No había llegado ningún vuelo, pero ya se sabía la noticia. Lo traerán pronto, había dicho el muchacho de reclutamiento, hay que esperar a que caigan más. No se puede dar un viaje a inicio de semana, hay que esperar el sábado. Entonces Hilda empezó a cargar la foto de su hijo en el pecho y el esposo empezó a decir que estaban viejos, que ya no podrían tener nietos. Hilda y el esposo supieron que había sido una mina aquel sábado, era una caja pequeña la de su hijo. Ahí no pueden estar todos sus huesos, decía, y le quitaba la bandera al ataúd. Ni siquiera puedo verlo muerto, gritaba. El esposo no fue ni al entierro. En la despedida del duelo tocaron cornetas y hubo disparos, hablaron de una nueva lista de mártires. Hilda no creyó en cornetas ni en medallas. No le interesaba que le pusieran a la calle ni a la nueva escuela el nombre de su hijo. Retorna al camino. No quiere ver aparecer a nadie que no sea Tito. Mucho menos al muchacho de reclutamiento. Yo sí no le permitiré al muchacho ese que me haga lo mismo que a Hilda; no le permitiré que me traiga medallas. Nunca más lo dejaré acercarse, el día antes de la despedida fue su último día, dice, y recuerda la última vez, no quiso verlo; le cerró las puertas y él después volvió, pero no lo quiso ver. Nunca más le permitió que se acercara e incluso él había ido hasta la oficina. No le di el frente, pero no fue por cobardía, dice, basta ya de soportarlo, nunca le permitiré que me diga algo sobre Tito. Y mucho menos que… No, Tito vendrá hoy porque es mi cumpleaños. Se acordará de mis fricciones, se acordará de la comida que tanto le gusta. Corre a la cocina. Pondré a calentarle agua para que se dé un buen baño. Con un baño caliente se le quitará el cansancio de tanto tiempo. Pone a tibiar bastante agua, Le bastará para lavarse la cabeza, dice. Marcia recuerda las veces que entró al baño con Tito y le estregó la espalda. Hoy podré volver a hacerlo, dice, y sonríe. Pone en la mesa la ensalada, los vasos para el agua y las cucharas. Esperaré a que llegue para servir la 40 comida, se mantendrá calientica mientras el agua esté en el fogón. Vuelve a asomarse al camino; ya es de noche. Cierra las puertas y las ventanas y se baña. No voy a dejar que el hombre me atrape poco antes de llegar mi hijo. Marcia se encierra. Cantan los pájaros por la esquina. No tiene el miedo de los otros días: Si el hombre viene me puedo fajar con él. Se sienta en un balance a esperar a Tito. Mira hacia donde tenía las fotos y no las encuentra, las recogió todas el mismo día en que se fue. Podré ponerlas otra vez, afirma, y lo tendré cerca, en las fotos y en la casa. Hace memoria, cuenta las fotos del álbum con los ojos cerrados. Las que le faltan se las llevó Anita, él mismo se las dio. Se balancea, una brisa fresca comienza a cerrarle los ojos. Le suena el estómago, le fastidia el hambre. No esperaré a Tito, llegará más tarde. Se va a la mesa y se sirve. Tito nunca llegó temprano para la comida. Llegará después de dormirme, ¡ese muchacho!, le gustan las comidas frías. Recuerda que el fogón continúa encendido calentando el agua. Ya se debe haber gastado más de la mitad, asegura, y corre a apagarlo. A Tito nunca le gustó la comida caliente. Después de comer se sienta en el balance a esperar el programa. Llegará cuando más entretenida esté escuchando a Julio. Tenía que haberle escrito una carta para que me felicitara por mi cumpleaños. Tito vendrá, no hay nadie mejor que Tito. Julio me ha hecho compañía, pero la de Tito es mejor. Julio tiene su familia y Tito es la mía. El querer por Julio es otro querer. A pesar de la oscuridad, sale al camino. Es la última vez, y mira fijo hacia adentro de esa oscuridad; se cruza los brazos. Esta noche no hay estrellas, dice, pero vendrá. El aire le revuelve el pelo, la brisa fresca se ha convertido en una ráfaga violenta y constante que ruge. Suena el techo, las ramas de los árboles se doblan queriéndose partir. No lo puedo entender, no lo puedo entender, y regresa. Parece que esta noche ha venido un batallón de pájaros y aletean en el techo. Apaga el radio, no le importa que ya casi Julio esté al salir al aire. Necesita silencio, mucho silencio. Se va para el cuarto. Esta noche no supervisa el machete al lado de la pata de la cama. Necesito silencio, mucho silencio. Se tapa los oídos con las sábanas; tararea a María Teresa Vera. Después de repetir el estribillo varias veces levanta la cabeza mirando hacia la ventana. Hoy es mi cumpleaños, Tito no puede ser un sueño, fui yo quien parió a Tito, tengo derecho a que vuelva, a que me lleve a la guerra cuando regrese. Esta tiene que ser la noche, no hay otra, es hoy aunque no haya estrellas blancas. Delis Gamboa Cobiella (Guisa, 1976) La rifa (fragmento) Esta noveleta obtuvo en el 2008 el Premio del Primer Concurso Nacional de Narrativa Carlos Casasayas Comas. Actualmente se encuentra en proceso de edición por Ediciones Bayamo. I Silvia hizo circular la tinta en torno a la moneda y me mostró la luna en el papel. -Esa era yo. Esperó mi réplica pero me asomé a sus ojos sin ánimo de decir nada. Pensaba en lo inhóspitos que son los fines de semana sin su cuerpo dúctil, sin sus manos afanosas, correctoras. Fría todavía por la intemperie y por ese aire filoso que entra por la ventanilla y envuelve los cuerpos, me había contado sobre la odisea del viaje. Por hábito o por designio, igual a un trámite burocrático, el tren en que ella sistemáticamente venía era lento y corrosivo, exasperante. Sumergida otra vez en el dibujo, movió diligente, meticulosa, el lapicero sobre la circunferencia, hasta oscurecerla. Golpeó sobre la tinta, que le manchó los dedos. –Esa soy yo –hizo una pausa para mirarme–. Todavía en esa luna hay claridad, espacios en blanco, grietas; por eso estoy aquí, contigo. 41 Acarició el ramo de rosas, lo acercó para olerlo. Aunque no lo supiera ni lo creyera, no hacía más que obedecerle al cansancio. De ahí el juego con la moneda, el lapicero y las flores. Se lo dije. Apoyándose en la mesa, se incorporó. Sus pechos se estremecían y los palpé cuando llegó junto a mí. La besé y, jubilosa, preguntó si estaba contento de tenerla conmigo. Sí, dije y la aparté. Nos teníamos ganas, pero ya era tarde. Todavía tenía que bañarse, le recordé, y comer. Retornó al asiento frente a la mesa. Invariablemente dilataba la hora del baño, ignorándolo en ocasiones. Cuando hacía frío, se lo perdonaba, esta vez no. Quería que la acompañara a la ducha. Le propuse, en cambio, preparar la comida mientras se bañaba. Aceptó y con el desgano y el cansancio de más de dos horas de tren, se puso de pie y cogió la cubeta. La miré dirigirse a la ducha y sentí compasión de ella, que cada viernes repetía el agotador viaje para venir a mi encuentro en el lúgubre cuartucho. II Se abrió para que yo descubriera sus paisajes interiores, para que me empapara de la sal enfebrecida y del temblor de agua que levitaba sobre mi cara, retándome, doblegándome. Sus uñas se hincaron en mis muslos. La hice girar y tenderse junto a mí, y mirarme mientras fui entrando en su cuerpo. Había tenido unas ganas tremendas de estar así, dijo, piel contra piel. Después seguimos abrazados pero quietos, recuperándonos. Cuando creía que se había dormido, Silvia se movió en la cama y me preguntó qué hice en la semana. Le hablé de Ignacio. El martes estábamos en el parque y se acercó para decirnos que también era poeta. Traía un pantalón azul desteñido y una chaqueta gris. Nos brindó un trago, que cortésmente rechazamos. Comentó que hacía tiempo estaba por aproximarse a nosotros porque preparaba un libro y quería que lo orientáramos sobre los pasos a seguir para publicarlo. Le pedimos que nos leyera unos versos. Se empinó de la cantimplora antes de abrir la libreta con sus manuscritos. Mientras leía miré a Ariel. Debíamos buscar las mejores palabras para decirle que aquel engendro no era poema ni cosa que se le pareciera. Cuando terminó la lectura preguntó qué creíamos. -Que publicar poesías no es cosa de mear y sacudir –dijo Ariel. Con la libreta abierta sobre las piernas, se quedó mirándolo como quién decididamente cree que no ha comprendido. Alarmado, y para apaciguar aquel exabrupto, le indiqué dónde podía encontrarme y me brindé para ayudarle a corregir sus escritos. Prometió que esa misma tarde me visitaría, se dio un trago y desapareció del parque. -Es un loco –dijo Ariel. Ese día, al oscurecer, tocaron a la puerta. Imaginé a Celeste con el platillo de dulce y desde el baño le grité que pasara. Sin embargo, era él. Me excusé por haberme demorado y se adelantó para ofrecerme una mano fría por el sudor. Extrajo del bolsillo la libreta y sin transición aseguró que yo sí era un buen escritor. Había leído cuentos y poemas míos en la revista cultural de la ciudad y en plegables que le habían prestado en la biblioteca pública. También había visto algo de Ariel, pero no le interesaba. Sacó la cantimplora, y me la ofreció. –Estoy haciendo un tratamiento médico –mentí. Lamentó que estuviera enfermo, porque había dejado ese trago para compartirlo conmigo. Le daba rabia ver cómo cierta gente que escribía cosas insípidas tenía facilidades para publicar. Miró en derredor antes de sentarse y preguntó si vivía solo. Le expliqué que mi novia venía los fines de semana, estaba haciendo el segundo año en la Universidad. – ¿Qué enfermedad tienes? No supe qué contestarle ni tampoco lo pensé antes de decir que el médico lo estaba analizando. No creía que fuera algo como para alarmarse. La oscuridad iba invadiendo la casa, pero no encendí la luz. Deseaba despedirlo, quedarme solo. Volvió a beber de la cantimplora y la puso en el suelo. Miró las paredes despintadas, la habitación estrecha que hacía de cocina-sala-comedor y cuarto, y dijo que yo era dichoso. Vivir solo, tener una casa, aunque fuera un cuartucho, era uno de sus sueños. Quería vivir lejos de su padre, que ahora mismo estaría esperándolo para que le buscara la comida al caballo. –Me puedes dejar la libreta –lo interrumpí. 42 Dudó unos segundos y terminó aceptando mi propuesta. Debía cuidársela porque no tenía copia de ninguno de esos poemas. Se lo prometí y caminé hasta la puerta. Cogió la cantimplora y se puso de pie. Confiaba en mí, dijo, por eso había venido. Lamentó que yo no pudiera beber, era una lástima. Habían encendido el alumbrado público. Las sombras se movían procaces entre los bancos del parquecito de enfrente. Bajando la escalerilla hacia la calle, Ignacio se volvió para preguntarme qué estaba escribiendo. Rápidamente le comenté: era sobre un muchacho que vivía con su abuela. La anciana se pasaba el tiempo hablando de palomas. Se llamaba Omar. Un día hizo el esfuerzo y compró un número en la rifa de una bicicleta. Tenía fe en el triunfo y esperaba con ansiedad el día de la premiación. -¿Se la gana? -Hay que esperar. Todavía no sé si se la ganará. -Ojalá se la gane... Me lo enseñas cuando lo termines. Seguí afuera y lo vi hacerse sombra entre las sombras del parquecito. III La ciudad mostraba la misma cara esquiva de siempre. Me demoré en la librería, entre ejemplares polvorientos, buscando una novedad que no apareció. El sol reventaba en la piel un sudor espeso y creí oportuno regresar a la casa para sentarme a escribir un par de párrafos. Cruzando el puente, al alzar la vista, vi a Ignacio en el portal de la biblioteca. Me saludó con efusión. Sin verdadero interés le pregunté si había tenido que buscar la yerba para el caballo. –Siempre me toca. –Era de noche cuando te fuiste. –Yo me sé un lugar donde se llena un saco rápido. Además, no necesito luz. Yo la sé cortar hasta con los ojos cerrados. Ya me estaba preguntando si no traía la cantimplora cuando la sacó. Me brindó y, antes de recibir la negativa, recordó lo de mi enfermedad. Con disgusto, y sin que le preguntara, me habló de su padre, quien fue maestro hasta que se dio cuenta que tirar pasaje en un coche era un oficio más rentable. Con los ahorros se compró dos caballos y el coche. Por la mañana tiraba pasaje con uno y en la tarde con el otro, hasta que le robaron uno. Ahora trabajaba hasta el mediodía y las tardes se las pasaba escandalizando con los amigos en el patio. Como aún no le había hablado a Ariel sobre la actividad del jueves preferí no entrar a la biblioteca, no fueran a preguntarme por él. Ignacio quiso saber cuándo podía ir a verme. Sobre las tres, le dije, a esa hora ya habría leído sus poesías. IV Varios pétalos se le habían desprendido al ramo de rosas que compré el viernes para Silvia. Los recogí junto a las flores marchitas y los tiré a la basura. Pensé en Ariel, debía ir a su casa para coordinar la lectura del jueves. Decidí bajar a comprar pan y batido para pasar la tarde. Eran casi las once. Durante una hora intentaría avanzar en la historia de Omar. Veía a la abuela entre las palomas, a Omar moviéndose resuelto por el patio, pero no fluía nada más. Debía intentarlo, insistir sobre la hoja en blanco. Omar guardaba el número de la rifa debajo del colchón, entre otros papeles. Nunca había sentido tanta seguridad al tomar una decisión: se limitaría en la comida esa semana, pero al final tendría su bicicleta. Era la manera más eficaz de hacerse de una. Observó el número en la cartulina amarilla. Era un 22 con rasgos cuidados, como trazados por un pintor. Nunca había participado en juegos de azar, pero esta vez había sentido un extraño pálpito, un irrefrenable impulso, confianza en el riesgo. ¿Habían tocado? Se quedó inmóvil, atento. Los toques se repitieron. Acomodó el colchón y salió. Aliuska estaba en la puerta: –Hay mucho silencio en esta casa, ¿y la vieja? –En el cuarto, dormida. Aliuska se había pasado la mañana lavando y, sin necesidad, acompañando las palabras con dilatados ademanes, exageró el cansancio. 43 Fue hasta él y le ofreció los dedos. La menuda geografía de esos dedos entre los suyos era, Omar podría jurarlo sin temor a equivocarse, la más agradable circunstancia del día, de la mañana que se escapaba miserablemente. Demoró la caricia lo más que pudo, pero una tierra baldía, la muda advertencia de que el gesto realmente no obedecía a otro interés que el de mostrar la pintura arruinada, encontró luego, cuando le buscó los ojos. –Huele tierno, a jabón –dijo. Aliuska desplazó la mirada por el viejo desorden de la sala y se acercó a una silla, pero quedó de pie, la mano abandonada sobre la esbelta madera del respaldo. –Me sentara un rato aquí, contigo –dijo. Omar trató de defender su voz de todo exceso de sentimientos, de un crudo matiz de súplica: –Quédate. –Imposible –los dedos que antes el acariciara morosamente recorrían el cuerpo pulido e indiferente de la madera–. ¿Podrías ayudarme a mover el refrigerador? –Enseguida voy. Aliuska, caminando con su gracia singular, atravesó la calle y entró a su casa. El esperó un poco más para ver si salía otra vez al patio. V Ariel llegó después de las cinco, a escasos minutos de irse Ignacio. Era mejor no haberse encontrado con ese tipo, dijo. Se quejó de la eterna infelicidad que persigue al escritor. Me interesé por la causa de su rabia. Su hija, hacía más de un mes que no la veía, y estaba desesperado. Arrastró una silla hasta el balcón y miró la calle, abstraído. – ¿Crees que dé algo ese muchacho? –me preguntó. –Talento tiene. Lo que le urge es dejar la cantimplora. Prendí el fogón para hacer café. Le dije de la actividad en la biblioteca al día siguiente. Era a las ocho de la noche, había invitado a Ignacio. – ¿A ese loco? –No es mala persona. –Anoche lo vi. Entraba al pueblo con un saco de yerba en la parrilla de la bicicleta. Tuvimos que pitarle seguidas veces para que se apartara. Me asomé al fogón. Ya comenzaba a hervir el agua. Después del café preguntó si Silvia venía este fin de semana. Afirmé con la cabeza. –Tú sabrás lo que haces –dijo despectivo. Silvia no le caía bien. La conocimos cuando unos amigos nos invitaron para una lectura en la Universidad. Estaba en primera fila en el teatro. Ariel me hizo con discreción una seña para que la mirara. Ella sonrió. Después del recital hablamos unos minutos y ella me hizo prometerle un poema, dos palabras. Más tarde nos sentamos en un parque. Al final de esa inagotable noche le dejé mi dirección y la promesa de volver. No pensaba cumplir mi palabra y no supe qué decirle cuando, mucho después, abrí la puerta y me encontré con su sonrisa. Hacía casi un mes que me esperaba, dijo, y como no sabía qué me sucedía había decidido venir. Cuando se lo conté a Ariel, no podía creerlo. –Hazle el trabajo y que vaya tumbando –me dijo. Pero no se fue hasta el día siguiente. – ¿Le dijiste que no volviera más? –No. –Te va a enredar. Las putas envuelven a los hombres. Volvió quince días después. Y siguió viniendo hasta que su presencia en la casa se convirtió en algo natural. Sólo Ariel no la aceptaba. Hubiera hecho cualquier cosa por hacerlo cambiar de opinión. Ella no era lo que él pensaba, le dije. –Claro, te enamoraste. Bien te lo dijeron desde un inicio. 44 Alexey Mendoza Quintero (Jiguaní, 1974) Virgen de noche El cemento es una mácula que se fija en sus dedos por más que los frote. Se acerca al espejo y el rostro le pesa. Tiene la frente llena de surcos que se pierden en el nacimiento del pelo y unas ojeras que le devastan la mirada. Va hasta el patio, recoge la pala y la guarda en el cuarto del fondo. Piensa que la mezcla es perfecta y sonríe. Experimenta una placidez enfermiza. Suspira, sabe que nada puede molestarlo. Deja las manos cenizas como prueba del control que ejerce sobre todas las cosas. Se desnuda, pasea por la casa, orina en los sitios por donde antes era imposible caminar. Baila y nadie lo molesta en la danza. Sólo el crepitar de la vela en el altar lo detiene. Para él todos los santos eran iguales. La esposa había sugerido una imagen celestial, eso ayudaría. Habló de las vírgenes del mundo, pero que ninguna tenía la solvencia de la Virgen de la Caridad del Cobre. Trajo una tarde la estampa y la colocó en la sala. Él miró la capa dorada, la corona y la aureola majestuosa. Hizo una mueca equívoca cuando su esposa encendió la vela y puso las flores. Él intentaba descifrar la mesura de la Virgen, la piel apacible, la voluntad de las manos y la sonrisa incrédula de Santa recién llegada. Cuando cruzó la sala Manuel vio, con ojos suspicaces, el vestido ajustado a las caderas y en los senos y el paisaje de las flores queriéndose desprender de la espalda. El mismo vestido conque la había conocido aquella noche en que cantaba con voz loca, aplaudida por una turba de hombres entre los que él se acercó, en un esfuerzo por parecer diferente. Ella disminuyó el ritmo de las nalgas y las flores retornaron a la tela, como hace un rato, al pararse ante la Virgen. Manuel da un paso atrás y se alejó de la comunión espiritual, del agua de violetas, los gajos de vencedor y del chisporretear de la vela. Ella dice voy a salir o algo semejante que él no entendió. Quiere interrumpirla, decir no fue para esto que nos casamos, pero las palabras se quedan trabadas y las flores vuelven a temblar mientras ella desaparece en la noche. La sigue entre la gente y los cristales de las tiendas, ella se detiene a imaginar (o a soñar) con otra vida y su casa es el santuario del Cobre y los objetos esparcen la gratitud de los que un día confiaron en su caridad. Manuel sufre cada expresión, cada ilusión reprimida definitivamente por sus extenuados bolsillos. Siente pavor cuando algún aventurero gira el cuello para interpretar el alboroto de las flores o aclarar si es mujer o prolongación de una ola. Por eso cambiaba la vista cuando salían y los hombres acortaban las calles para verla y enviarle disímiles señales, incitaciones, claves que ignoraba (o parecía ignorar) y que, finalmente, él hacía desaparecer con un abrazo en el que ella se notaba distante, pero sonriente. Llegan a un gran salón y es conducida por habitaciones, terrazas y jardines, obligada a despojarse de varias cadenas donde cuelgan pequeños santos continentales. Esa no, dice cuando intentan arrancarle la estampa de la virgen. Manuel se emociona por la trascendencia de su esposa, la piel olorosa a madreselva que camina desnuda sobre un suelo que él sabe del mar, pero no vislumbra la ola que entorpece a los demás, las flores del vestido arden sobre la arena y ella avanza y la multitud se queda postrada en rezos y cánticos que el viento acerca y Manuel aleja con manotazos y frases aprendidas en la oscuridad ( o la desesperación) del que presiente un rompimiento, una tregua en la fábula de la vida y piensa en el Caribe, en todas las almas que su esposa ( o la Virgen) pueden salvar de las tempestades, los malos augurios y la muerte. Entra al mar y la multitud retoma los estandartes y los aleluyas, se lanzan contra la marea gigante que los aprieta y destroza, pero mantienen la creciente felicidad que él esquiva, como antes lo hizo con aquellos que pretendieron sojuzgar los límites de su mujer, y los ve perderse a todos, bajo el vestido misericorde que tranquiliza las aguas. 45 Sale y recoge las flores, humeantes aún, y las incorpora a la tela. Recorre la playa y Manuel la persigue a distancia. Cruza palacios, tertulias y convites. Es halagada por admiradores y apóstatas. Le son devueltas todas las estampillas y sale a la explanada donde alguien la espera. Es un joven de barbas claras que tiene un gesto suave en las manos, y en los ojos y los labios un verbo tolerante. El pelo le cae en cascadas que a Manuel le parecen interminables. Ella se acerca, sostienen un breve diálogo y él hace un gesto de dolor. Lo abraza y lo ayuda a caminar. Manuel siente el rebullir de la sangre en el cerebro. Después recuerda, o cree recordar, frente al crepitar de la vela, que el cielo se oscureció en el instante en que salió de su escondite y fue hacia la esposa que abrazaba (o curaba) a otro cuerpo. Por eso se observa las manos y suspira exhalando el aire por la boca. El espejo dibuja la imagen de barbas claras que señala el altar que arde. Manuel siente calor y los dedos comienzan a destilar cemento. La casa se convierte, poco a poco, en una mancha que lo oprime. Se para en la puerta y mira al final del patio, a cientos de flores que brotan del muro que ha levantado. Sube las escaleras y espera sentado. Las manos son dos surtidores de los que no puede escapar. Comienza a llover y el agua lo confunde todo. La mezcla avanza por las piernas y el pecho. Escucha una voz. Después cierra los ojos y no piensa nada más. Rafael Rodríguez Pérez (Jiguaní, 1983) Una grande, redentora verdad Aquel hombre que vimos partir hacia la noche, en el remoto año del hambre, nunca volvió. Nosotros, los revelados y famélicos, lo vimos ascender la colina y volverse apenas un segundo, con un gesto cansado en el que algunos creyeron ver el odio, hacia el pueblo maldito por su mano. Ahora, en el futuro de aquel pasado, aún recuerdo su porte majestuoso y su cayado, su cetro de mandar. Vuelvo a escuchar los gritos de la turba hecha por siempre al látigo y la sangre y todavía temblando, en su atrofiada convicción de que la vida acabaría si ya no estaba él para ordenarla.” ¡La tierra se hundirá, se hundirá!”, sollozaban. “! Mañana no veremos el sol!” Pero el sol salió, poderoso. Y lo vimos todos: todos menos los que siguieron el espectro; todos menos los que se suicidaron. Entonces vinieron las ganas de vivir y gritamos a coro tres o cuatro verdades que se hicieron un himno. Tumbamos las vallas de cartón, las estatuas… Nos reunimos aquí y allá sin nada de veras que decirnos, sólo por el placer de estar reunidos para hablar lo que nos diera la gana, o para estar callados, para elegir este o aquel camino. Después hicimos una limpieza general por todos lados. ¡Adiós!”, gritábamos al matar las últimas mentiras. “¡Adiós!” Y nos despedíamos de ella sin rabia, incluso con respeto. A fin de cuentas, es muy poco culpable la mentira si algunos hombres la esgrimen por verdad. Al final, cuando todo estuvo limpio en la tierra, salimos con enormes altavoces para limpiar también el éter. Los viejos ruidos fueron eliminados y se dejó en el aire espacio a la nueva creación. Y creamos. Entonces el progreso entró por tantas puertas que el hombre del cayado fue aborrecido y luego desterrado de las mentes, por siempre. Y si en aquel pasado aprendimos una grande, redentora verdad, fue sin dudas que llegado el momento, hay hombres que tienen que marcharse para que otros puedan llegar a serlo. 46 Roberto Infante Valdés (Jiguaní, 1981) No lo haré más A pesar de la lluvia que amenazaba con inundarlo todo, su paso era lento. A varios kilómetros se encontraba el pueblo. Sus habitantes aglomerados alrededor de la plaza esperaban ansiosos. La guillotina estaba lista. Los movimientos del hombre eran lentos, casi dolorosos. El viento arremetía contra él y los dos guardias que custodiaban su andar. Ya no llovía.El sol dejaba verse en forma de estelas rojas entre las nubes. En la casa varios miembros de su familia lloraban .Lo habían ido a buscar y era evidente que... “ No lo haré más, no lo haré más”, eran sus palabras. A lo lejos se divisaban las puertas de la ciudad. Al salir a campo abierto, aquellos que caminaban cerca lo miraban con odio y escupían a su vista. Crujieron las bisagras oxidadas y los dos portones de madera se abrieron. Atravesaron por un estrecho pasillo de húmedas piedras. Los habitantes gritaban y hablaban entre sí. En lo alto de la plaza brillaba la guillotina, traída desde Francia hacía dos meses. Muchos habían sido decapitados, y todavía faltaban más. Se sentía aterrado: el sudor le corría por la cara, el cuello; pequeñas convulsiones se apoderaban de su cuerpo. Caminaba ahora mucho más lento hacia la plaza, que parecía haber tomado vida y en una sola voz gritaba: “Asesino, Asesino”. Subió, tragó en seco, sintió la soga entre sus manos, se dijo a sí mismo: “No lo haré más”. y haló fuertemente activándose el descenso de la gran navaja. Héctor Luis Leyva Cedeño (Jiguaní, 1986) El vuelo Cada vez que me pongo las alas abuela dice esta va a ser igual a su madre. Mi mamá era un hada, nadie se dio cuenta de que lo era ni mi abuela, porque no tenía alas. Solo ella y yo lo sabíamos. Me hizo estas alas de papel que parecen de verdad. Dice que me parezco a ella antes de que la expulsaran del mundo de las hadas, por algo de lo que nunca quiso hablarme. Mi abuela le decía -"Vas a volver loca a esa niña con tus historias"-. Claro, mi abuela es humana y no entiende de estas cosas, por eso nos mudamos lejos de ella, a un apartamento con goteras. Dice mami que lo alquiló así para poder bañarnos en el aguacero sin salir de casa, solo se escuchaba el ruido de su máquina de escribir inventándome cuentos. Fue el único don que no le pudieron quitar cuando la desterraron, el de inventar. En los cuentos las que tienen novios son las princesas, no las hadas, pero como la desterraron, mi mamá tuvo muchos novios. Algunos tenían bicicletas y nos llevaban a pasear al malecón. Entonces mi mamá se subía en el muro y abría los brazos como queriendo alzar el vuelo. Me tomaba la mano como Peter Pan a Wendy, y me decía: "-Un día vamos a volar, vamos a cruzar el mar hasta un lugar donde te compraré unas alas de verdad". -¿Ese es el país de las hadas? le pregunte. -No, en el país de las hadas las alas no se compran, pero es lo mismo. Se cansaba de luchar contra el viento y lloraba. Su novio me preguntó: -¿Por qué llora? - Cosas de hadas - le dije y volvimos calladas a la casa. Cuando se deprimía fumaba unos cigarros que yo no podía oler. Decía que le quitaban las ganas de 47 volar. Entonces se reía y parecía feliz, pero no lo era, nunca era la misma. Después de fumar parecía una mariposa nocturna, cegada por la luz, que se acerca más y más hasta quemar sus alas. Las hadas nunca envejecen, era joven y bella. Un día voló. Sus deseos fueron más fuertes que los cigarros y saltó por la ventana. Ahora no sé si está en el país de las hadas o volando sobre el mar, o si es un ángel. Donde haya ido la encontraré. Ya tengo puestas las alas. Ángel Julio Vázquez (Jiguaní, 1955) Mutación Al morir ella lo predijo: “ Ninguna mujer contendrá tus ansias “. Mi padre no cumplió su petición: “Vigila a nuestro hijo, enséñalo a labrar la tierra. Vinimos de la ciudad, allí la pederastia asedia al hombre, ni Dios lo salvará de esa incontinencia”. Por su incompetencia hice adicción: todos los días frotaba mis genitales y fornicaba animales. Aterrado por mi mutabilidad sexual en las pulgadas de mi “verga”, huyó conmigo. Ese día en el urinario del avión un señor de traje negro hasta los pies, percibió mi protuberancia. Ante su patética voz cedí: succionó como un hambriento becerro hasta atracarse en una ubre. Ahora él sin fingir ora sobre el ataúd de mi padre como si captara la señal de mi madre. Definitivamente uniría mi vida a su pléyade tal si fuera un cordón umbilical para mutar al amparo de esta ciudad. Café Literario “Ventana Sur”, una ocasión para la cultura El café literario “Ventana Sur” es el centro cultural de la revista del mismo nombre. Posee dos salones, “Auriga” (en la planta baja) y “La Noche Bocarriba” (planta alta). En el primer salón se exponen diferentes muestras colectivas de artes plásticas, venta y préstamos de libros, y el servicio de café. “La noche bocarriba” es el salón en el que se desarrollan los espacios culturales fijos. Tiene como proyecto artístico diez peñas que abordan literatura, plástica, música, teatro, cine y la propia peña de la revista; además de los espacios fijos diseñados para que su impacto social alcance todos los grupos etáreos. El público también accederá al servicio de coctelería en este salón. 48 A-Z literatura el áGora LA RAZA TRISTE: NOVELA BAYAMESA DE JESÚS MASDEU REYES Evelio Traba Fonseca La escritura de la Historia, para ser efectiva, necesita convertirse en pesquisa detectivesca, ingrediente primordial para que lo historiado cobre su valor de vida vivida, sin renunciar a las exigencias metodológicas que ello implica. Estimando la innegable conjunción entre lo ficcional- literario y la historicidad de una época, se hace imprescindible el estudio de obras que aborden un segmento significativo de la Historia. Visto el pasado a través del calidoscopio de una psicología colectiva particular, “La raza triste”, de Jesús Masdeu -primer proyecto narrativo que sitúa a Bayamo como escenario de su peripeciarecreando los primeros años del período republicano, se convirtió, según criterio del historiador Jorge Ibarra en “uno de los proyectos literarios más interesantes de la época”. Una de las razones que sustentan tal afirmación, es la hibridación de Historia y ficción sin que apenas sea posible separar una cuerda de la otra. La aparición de la novela, (Habana, 1924) no modificó el corpus de la literatura nacional por sus aportes estructurales o estéticos, pero sí conforma para el lector ocasional o el estudioso un período interesante desde el punto de vista de la calidad del suceso discursivo, una visión flexible y profunda de la sociedad bayamesa marcada por prejuicios e ideales frustrados. Dicho extrañamiento cobra fuerza en el argumento a través de un serio estudio de la segregación racial, tesis en que se metaboliza el conflicto de los personajes. Contada a través de un narrador omnisciente, de manera lineal, el primer capítulo de la obra se inicia en un momento crucial: la llegada a Bayamo en 1902 de Estrada Palma, Presidente de la República, ensalzado por unos y execrado por otros. Masdeu, conocedor del las encrucijadas de su entorno narrativo, maneja con maestría la evolución del argumento, “con un poder descriptivo y una imaginación sociológica fuera de lo común”. Dos de los antagonistas principales de la obra, Miguel Valdés, mulato, hijo de un carpintero y Armando Reyes, blanco, hijo de un antiguo esclavista, tienen el encargo de pronunciar un discurso en honor a la visita del prócer a la ciudad heroica. Luego comienza a agudizarse el conflicto, cuando “el ilustre hombre” propone que sean enviados a estudiar a Estados Unidos, dos jóvenes, uno negro y otro blanco como franca demostración de la fraternidad republicana. La disyuntiva de los “ponderados” de El Liceo, resuelve, al fin, después de acaloradas deliberaciones, favorecer a Miguel Valdés, protagonista de la obra, y a Armando Reyes, encarnación del burgués refinado y perverso de la élite terrateniente bayamesa. El mulato Valdés, discriminado en varias universidades por gestión de su contendiente Reyes, a duras penas logra obtener su título de médico mientras que aquel regresa siendo un “ilustre” ingeniero a su aldea natal. Más tarde será el amor de la señorita Gabriela Estrada, la heroína de Masdeu, lo que se convierte en el centro de la encarnizada pugna en que entran en juego artimañas para desacreditar a Miguel Valdés, negándole paulatinamente a través de campañas difamatorias, el acceso a puestos públicos donde pudiera desplegar sus talentos como galeno. A través de este momento Masdeu arrecia el aguafuerte de su retrato social, enfocando su óptica de narrador diestro hacia la realidad de los arrempujaos: tal es el caso de “las Largas”, Paula, Sofía y Librada, hijas de Inés, mujeres negras que se prostituyen en un cuartucho o en los solares ruinosos de la época gloriosa de Bayamo. También aparecen en el fresco de “La raza triste”, una amplia gama de personajes trazados a pulso de mano maestra: Don Pancho, viejo solterón pedofílico, alentador del vicio y la desidia, Antonio Estrada y Enrique Reyes, arquetipos de veteranos de las dos Guerras, fomentores de la segregación racial, típicos representantes “del canibalismo circunspecto de los blancos”; Iluminado Pantoja, dueño de “El Demócrata”, órgano de publicidad encargado del sensacionalismo de los chismes de aldea y difusor de los volantes del Partido Conservador, y como punto culminante de las “virtudes cívicas”, la personalidad de Don Epicuro Espinosa, Registrador de la Propiedad, Coronel del Ejército Libertador y mecenas de los 49 50 Alexey Mendoza y los insomnios del hombre Delis Gamboa Cobiella El viejo e Insomnio, se titulan dos de los siete cuentos del libro de Alexey Mendoza Quintero (Jiguaní, 1974) editado a finales del 2007 por Ediciones Bayamo. La conjunción o confabulación de estos dos títulos animaron al escritor a darle por nombre al cuaderno el que hoy ostenta: El viejo insomnio. Pero, profundizando en sus páginas, no es difícil comprender que otros motivos condujeron al narrador a decidirse por el título señalado. Qué otra cosa pueden ser los temas que él ha escogido (o a él lo han escogido) sino viejos, eternos insomnios del hombre: la super vivencia, la guerra, la progresiva deshumanización del prójimo y, más que el amor, el sexo. Aunque no los busquemos, los sentimientos, las necesidades, las obligaciones están ahí, esperando por nosotros desde que la serpiente apareció en el jardín, y de esto Alexey se ha propuesto darnos su parecer. Antes del hecho agradable y consumado de este libro, algunos de los cuentos que lo integran habían tenido ya la necesaria confrontación con sus lectores: El viejo había aparecido en la antología de jóvenes narradores granmenses “Desde ninguna parte una palabra”, Secreto –mención del concurso nacional de cuentos breves “Vértice”- en la antología “La línea vertical de la muerte” y “Al filo de la luna” –mención del “Tristán de Jesús Medina”- en la revista Auriga de la AHS en Granma. Aunque hay predominio del realismo, también nos encontraremos aquí con piezas fantásticas y hasta una -Hijo de nadie- con innegable tendencia al horror. Es este último un cuento que uno puede disfrutar sin sentirse en la obligación de buscar segundas lecturas; pero, en mi caso particular, las otras lecturas, sin que las busque, insisten en aparecer y así veo, en esta historia, más que una metáfora, una hipérbole de la contemporaneidad en ese significativo microcosmo que es la familia, el hogar. Esta historia tremebunda, salpicada de sangre, nos invita a mirar en torno y preguntarnos hasta dónde podemos llegar, tras el aborto de esa institución básica y capital que es el hogar. El sostén y la armonía de los nexos filiares, aunque no se quiera reconocer, han dejado de ser prioritarios para el hombre moderno, y he ahí la puerta por la que se cuela el principal tentáculo de ese monstruo que nos devora. literatura intelectuales, encarnando a todas luces a ese mito de la República en Bayamo que fue Elpidio Estrada, coleccionista de mujeres ajenas y uno de los hombres más influyentes del territorio por sus obras de beneficencia pública. El decursar de la novela va introduciendo en el terreno de la comprensión histórica el concepto de la naciente modernidad con la llegada de la electricidad, el ferrocarril, el cine y el automóvil, y con ello el cambio de mentalidad que tuvo como referente inmediato el patrón de vida norteamericano, evidencia palpable en el flujo migratorio en busca de posibilidades de realización económica. El exacerbado sentimentalismo que alcanza la obra en un punto de su desarrollo, impide la canalización eficaz del conflicto perfilado de manera interesante en muchos de sus mejores momentos, resuelve situaciones de modo simplista, pero no podemos olvidar que comprender una obra es pensarla desde las posibilidades expresivas de su contexto. El protagonista, como parte de un proletariado sin conciencia de clase, se ve acosado por las injurias y el descrédito de que ha sido víctima, encarcelado en tres ocasiones por fabricación de cargos, se convierte en un abúlico que opta por el consuelo de la morfina y el alcohol hasta el punto en que la sociedad lo condena de “loco agresivo” cuando este en crisis de desesperación, reacciona de manera compulsiva contra la opresión del medio. Una de las aristas más interesantes del conflicto se perfila en el hecho de la posición en que sitúa el personaje: Valdés es rechazado por los negros por “ser un relambío que quiere parecerse a los blancos”, a la vez que estos lo rechazan por “sus ancestros de África”.Tales posturas generan una marcada claustrofobia existencial que hacen al personaje perder la perspectiva de su posición en una sociedad convulsa que desea entrar en la modernidad sin abandonar el escarnio moral de las viejas fórmulas heredadas y los peores prejuicios del ya rancio siglo XIX. Es notable en el transcurso de la novela, la suspensión del clímax del conflicto, la utilización de todas las dimensiones del “escándalo” de que se valen los blancos racistas para destruir la reputación profesional del protagonista; en una ocasión, por intentar salvar a una parturienta de la muerte es acusado de negligente y asesino; en otra, por el reclamo del sueldo de una sirvienta pobre despedida sin remuneración, es acusado de allanamiento de morada y de abuso sexual. Así va confinándose el literatura personaje en un letargo autodestructivo, que lo lleva en una encrucijada, a matar en un acceso de venganza, por error, a uno de sus mejores amigos. La mujer amada ha regresado de un largo exilio impuesto por su familia, pero lo encuentra en pleno deterioro de sus facultades y decide enfrentar la cólera de una sociedad que no admitía en sus códigos de honor el matrimonio de negros y blancos, concluyendo así la novela de forma melodramática y trágica, evidenciando la gran tesis de la obra en un parlamento que el autor pusiera en boca de Valdés: “La tralla ha cambiado de mano y de nombre pero sigue flagelándonos (…) en las máquinas el vapor es que empuja y el émbolo el que cede, en los hombres unos son vapor y otros son émbolos: mi raza es el émbolo”. Masdeu, además de perfilar un insuperable cuadro de la situación del negro a principios del período republicano con las complejidades que ello comprende, brinda un impresionante fresco de la vida social de ese entonces con todo el colorido que se necesita para comprender el espíritu contradictorio de la época, ilustrando locaciones hoy desaparecidas o trasformadas en la mayoría de los casos. Al leer la novela el lector recrea una especie de mapa subjetivo donde el pasado aparece con su hálito pictórico y sus imperfecciones. Este innegable retrato de época fue en gran medida posible gracias a que el autor nació y vivió en el Bayamo en que trascurren los hechos y personajes de su novela, muchos de ellos reales o replicados. En su prólogo de 1920, Masdeu deja entrever que extractó su argumento de vivencias propias o ajenas que le fueron ofrecidas por sus protagonistas, en su mayoría hombres humildes aplastados por una sórdida invisibilidad social. En Bayamo, el autor de “La raza triste”, figura como uno de los exponentes notables en la década de los años 30, pero bien escaso es el conocimiento que tienen los bayameses de uno de sus hombres de letras descollantes en su tiempo, y en este sentido ocurre como con la enigmática figura de Tristán de Jesús Medina, uno de nuestros escritores-enigma. Las pistas encontradas de Masdeu, nos llevan a un retruécano de conjeturas y suposiciones que en el futuro ameritan una seria investigación, útil no sólo para el terruño, sino para la Historia de la Literatura Nacional. Su inscripción de nacimiento encontrada recientemente en el Registro Civil de Bayamo, reza que nació el 19 de noviembre del año 1887 en el Término Municipal, hijo de farmacéutico militar español y de madre criolla. Otras informaciones revelan que cursó estudios primarios en su ciudad natal, logrando convertirse en maestro rural y luego en obrero del Central Sofía. El Diccionario de la Literatura Cubana asevera que comenzó a hacer periodismo en Bayamo, pero hasta el momento no se han encontrado trabajos suyos en lo que se conserva de las publicaciones de la época. El año 1916 marca su traslado a la Habana y su contacto con la vanguardia de entonces, haciendo sus primeros viajes a Europa en el quinquenio de 1920-25.Luego del período, en que estuvo vinculado políticamente al régimen de Machado, su obra fue desplazada de los cánones de la crítica, a causa de una entrevista que el dictador le concedió en Estados Unidos el mismo año de la caída de su gobierno. Luego de una sostenida carrera como periodista fue corresponsal de importantes diarios como Excelsior, Bohemia, El País, La Discusión y Heraldo de Cuba. Enrique Núñez Rodríguez lo recuerda “como hombre esbelto, de pelo claro, entrado en canas, inteligente, elegante y preocupado por el devenir de su tiempo”. La Biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística José Antonio Portuondo, atesora gran parte de sus obras inéditas: Los vencidos, (1912); El ensueño de los míseros (1912); Mi mujer (1924) y La querida (1926). La raza triste, por una valiosa iniciativa del Instituto Cubano del Libro, verá la luz próximamente para que el lector de estos días pueda disfrutar de su innegable encanto, lo que será justo homenaje a su autor, uno de los nombres de nuestra literatura con tanta dignidad como Loveira o Carrión, y cuya circunstancia personal y artística debe repensarse por parte de los estudiosos. Los bayameses, dentro y fuera de Cuba, se sentirán a gusto de tener a mano el testimonio de una época que los avatares de la postmodernidad se encargan de atenuar, para que así pueda perdurar la secreta raíz de lo que somos en la memoria de nuestros sucesores. Dentro del género fantástico se cuentan Secreto y La huella del pez. Acerca del primero, de inmediato nos percatamos de su parentesco con Continuidad de los parques, de Cortázar, a quien le ha sido dedicado. Es esta pieza un homenaje al narrador argentino, con quien el escritor tiene notables deudas. Técnica, tema y ritmo empleados en él buscan rendir tributo al inmortal joven de las letras latinoamericanas. 51 La huella del pez es un cuento alucinante. Un pez peleador llamado Roberto produce especiales motivaciones eróticas en una mujer y trastoca la intimidad y el equilibrio del matrimonio. Quien quiera saber cuánto de magnetismo y hechizo puede habitar en un pez, tal vez aquí encuentre la respuesta. Si preciosa y pintoresca es la anécdota, así también se nos presenta en rigor su escritura, sin que nada suene falso, artificioso. Desde hace varios años, los escritores cubanos comenzaron a mirar la guerra desde un ángulo hasta entonces poco acostumbrado: desde la individualidad, desde el angustiado interior del hombre que se enfrenta a la metralla. En Insomnio se nos presenta este tema. Lejos de ofrecernos la mirada complaciente que tantos quisieran, aquí el hombre desnuda sus temores y apremios más intimo. De alguna forma, aunque sea espiritualmente, se busca la lejanía, el olvido a esa circunstancia que puede ser decisiva, fatal. Veo en este cuento un guiño cómplice, una deferencia de Alexey hacia Ángel Santiesteban, el autor que con mayor empeño y mejores resultados estéticos ha abordado el tema en nuestra isla. Como en “Sur: Latitud 13”, la pieza emblemática del habanero, el protagonista de este cuento es un artista, en este caso nada más y nada menos que un poeta. El artista, como siempre, dando bateo, mirando a lo hondo cuando el resto de los mortales se queda en la superficie de ese río tumultuoso y veloz que es la vida. Y allá, en esa hondura, el arte con su poder de seducción y bálsamo, siempre por encima del carácter cíclico, sucesivo e inevitable de eso que son los días; el arte, en este cuento, es una puerta, no de escape –como parece-, sino de entrada a lo que le fue arrebatado al hombre: la inmortalidad. Un sostenido hálito de misterio caracteriza “El regalo”, misterio que refuerza el lugar donde este se desarrolla –un hotel -, los personajes y el silencio, las reservas y vigilancias que se tienden unos sobre otros en perenne acorralamiento. El narrador, con el fin de reforzar cada vez más el misterio y el suspenso, nos va dando detalles, descripciones y diálogos con una frialdad de tortura. Nancy trata de ganar terreno en Ivett; tiene un propósito, iniciarla en el mundo lésbico. Es esta la anécdota de Al filo de la luna. Brillante es esta pieza que, valiéndose del método escénico, ha realizado el escritor jiguanicero. Como en todo el libro, el diálogo resulta revelador, nunca fórmula 52 de relleno; este fluye con la gracia y libertad de lo natural hasta que, a manera de flash back, en él confluye otro anterior entre Ivett y su ex esposo. Sustanciosa es esta intervención o paréntesis, que pronto se cierra para dejarnos a solas con el intercambio, los razonamientos y gestos elocuentes de ambas mujeres. El final es una elipsis, el autor se detiene justo en la superficie del agua, donde comienza a sumergirse el iceberg. O a cortar la luna. “Arrastraba los pies entre la gente tratando de alcanzar un banco”. Es la primera oración de, a mi criterio, el mejor cuento de este libro: “El viejo”. El mismo desborda las cinco páginas que lo contienen, y nos muestra mucho más que al pobre viejo y al perro que lo protagonizan; él nos dice más que lo que quiera mostrar u ocultar el mejor hilvanado de los discursos. En esa base de la sociedad en que se mueve y arrastra sus pies tratando de alcanzar un banco, y donde ya le restan pocas cosas por alcanzar, el viejo es víctima del endurecimiento de corazones que ha traído un tiempo marcado por las carencias materiales. Pesadillas que tanto molestan y han emergido en los últimos tiempos en la sociedad como son el burocratismo y la práctica del soborno, aparecen aquí, para estropearle la tarde al viejo y recordarnos situaciones parecidas experimentadas continuamente por el más común de los cubanos. Narrado con gran sobriedad, este cuento es un ejemplo de cómo la realidad cotidiana puede ser asumida por la literatura creativamente, sin quedarse al nivel chato de una simple anécdota. A manera de resumen deseo señalar que “El viejo insomnio” atrapa por el dinamismo con que son expuestos los diferentes conflictos. Es notable en él la madurez en el lenguaje, el dominio técnico del autor, la agudeza en su mirada y la precisión en el pulso narrativo. Dulce María Loynaz dijo alguna vez que cada poeta debía colocar en sus libros un soneto, como forma de mostrar y demostrar que en realidad lo es. Le veo razón a esta sugerencia suya, creo que si así fuera habría menos farsantes. En el cuento pasa igual, con el pretexto de la experimentación vemos demasiados gatos que se dicen liebres. Si a este autor se le hiciera la prueba tomando como patrón las enseñanzas de los maestros del género, estoy seguro que pasaría la prueba, con dividendos. Pero quiero llamar la atención sobre esto último que he dicho, porque cuando se vive y música escribe desde ese gran oscuro interior que puede ser Jiguaní o cualquier lugar que no sea La Habana, y se dice algo parecido de alguien que no es una figura por todos conocida y de innegable renombre, se ciernen, inevitablemente, las inevitables sospechas de que dicha obra está a cien años luz del “hoyporhoy”, como diría Benedetti. Se equivoca el que esto piense, sencillamente se equivoca. La indiferencia es casi el único sentido crítico que tenemos y mostramos, expresó José Lezama Lima en memorable entrevista. Indiferencia que no merece “El viejo insomnio”, uno de los libros más orgánicos que en el género cuento ha publicado Ediciones Bayamo. Aquí oficio e imaginación van de la mano, para conducirnos a una reflexión y un disfrute estético que no muchos autores con su primera obra pueden ofrecernos. Por lo pronto, estoy haciendo la invitación a los amantes de la buena literatura a dedicar un rato del día o de sus insomnios a desandar la palabra resonante de Alexey Mendoza Quintero, un hacedor que reafirma el viejo proverbio de que los últimos… no serán tan últimos. ORLANDO CONTRERAS, LA VOZ ROMÁNTICA DE CUBA (1) Lázaro Efrén Álvarez de Ávila Medellín julio 1993. Última actuación de Orlando Contreras. Izquierda a derecha: Javier (apoderado de Contreras), Daniel (locutor), Orlando Contreras, Elida Ospina y Victor Ramírez B. Cuando Orlando Contreras tenía 13 años de edad, sólo esperaba la llegada de la noche para ir a pararse en la puerta del bar que estaba ubicado en la esquina de su cuadra, en un barrio de Palma Soriano, pueblo de la oriental provincia de Santiago de Cuba. Allí pasaba horas y horas escuchando, como hipnotizado, las tonadas tropicales que interpretaba la orquesta local. Eran los años 40 y la música cubana tenía éxito en todas partes, prueba fehaciente de ello es la perdurabilidad que ha te n i d o l a m i s m a e n to d o s l o s p a í s e s latinoamericanos y del Caribe. El adolescente, soñaba al ritmo del son, el mambo y el guaguancó. Contreras, cuyo nombre verdadero era Orlando González Soto, vivía en Palma Soriano con sus padres Martha Sotto y Manuel González -este último descendiente de españoles- y demás hermanos. Para su familia, las escapadas nocturnas de Orlando eran habituales. Al joven le gustaba la música, le venía de familia. Era sobrino de los famosos Hermanos Contreras y de Silvio Contreras, notable pianista cubano, de quienes, al parecer, tomó su nombre artístico. Tan familiar se hizo el pequeño Orlando para los integrantes de la orquesta, que al poco tiempo lo emplearon como mandadero. Contreras se sentía feliz porque, además de comprarles los cigarrillos y llevarles la ropa a la tintorería, podía estar cerca de los músicos y mirar desde un rincón los ensayos y las presentaciones, pese a las rabietas del dueño del establecimiento, quien lo hacía retirar por ser menor de edad. Pero un día llegó el premio a la terquedad del joven. Contreras tenía ya 15 años de edad. Se enfermó el cantante de la orquesta y, como no había nadie más a la mano, los músicos pensaron en él, pues conocía el repertorio. Ese día cantó montado en una caja de cerveza, debido a su corta estatura. Por esa presentación le pagaron un peso cubano, ahí prácticamente fue su comienzo como artista, dice Javier Calderón, representante del artista por más de 25 años. El 8 de febrero de 1994, muchos años después de sus escapadas al bar vecino, un cáncer en el hígado, acabó con la vida de Contreras en su casa de Medellín, donde vivía desde hacía varios años. En la capital antioqueña su música era muy apreciada por la clase popular. No había piano-bar en Lovaina o Guayaquil que no tuviera un disco suyo. Sus últimos años los pasó entre Estados Unidos y Medellín, recorriendo exitosamente las plazas más importantes del continente americano, incluyendo los países de Iberoamérica. Su cadáver es cremado y sus cenizas fueron tiradas al mar. Orlando Contreras nació el 22 de mayo de 1926, en Palma Soriano –aunque algunos sostengan que nació en La Habana en 1930-. Cuando cumplió 18 años, en 1944, ya se había trasladado a La Habana y allí fundó un conjunto al que le llamó “Kalamazoo”. Luego integró el trío de Arty Valdés e hizo parte de los coros de la orquesta de Beny Moré. Más adelante, cantó con la orquesta de Luis “Neno” González, siempre en centros nocturnos, hasta que lo descubrió Severino Ramos, eminente 53 54 “Una mujer sola” y “Un hombre en crisis”. Juego(s) múltiple(s) sobre el escenario Juventina Soler Palomino El ambiente está preparado para el comienzo de un juego de caracteres, que si bien reconocemos como teatro, siempre nos asalta la inevitable sorpresa de cada puesta en escena. Lo primero, es la preparación para recibir un producto que se anuncia como “la conciencia individual” de ambos géneros. La penumbra nos invade, esperamos por la aparición del actor o actriz para el reconocimiento de la fábula, de cada señal en el enmarañado mundo al que somos invitados a pasar. Ahí los dos, hundidos en un espacio que encarnan para contarse (nos) sus contradicciones, amen de cualquier sentido que los (nos) embargue. Mi elección fue la sala “José Joaquín Palma” y dos puestas en escena del grupo “Andante”, “Una mujer sola” y “Un hombre en crisis”. Ella (la actriz) María Teresa González y él (el actor) Eudis Espinosa, bajo la dirección artística de Juan González Fiffe. Los títulos, totalmente nominativos, no dejaban margen a la duda, se trataban de las catarsis femenina y masculina, perfiladas desde la esencia misma del discurso de género. Este es un terreno altamente polémico, y en el cual todos creen tener la razón, no vale estrato social, nivel cognoscitivo de la realidad, raza, coeficiente de inteligencia; en este terreno todos los elementos alcanzan la categoría de “criterios muy particulares”, aún los que se amparan en investigaciones científicas. Entonces, estos monólogos ¿puestos juntos por casualidad? subyacen en el ámbito polémico; pero el teatro resuelve todo desde la acogida personalizada o la multiplicidad, o sea, su perspectiva nos recomienda un sentido complementario o la egolatría conflictual, y como todos los caminos conducen a la solución, ahí estamos nosotros para comprender, reírnos, llorar o servir nada más que de árbitros entre las variaciones dramatúrgicas y nuestra propia esencia humana. “Una mujer sola”, texto de Dario Fo, nos plantea la tesis de la mujer abandonada, infeliz, desgarrada por su deuteragonista (o segundo en la lucha) que es su esposo. La escena simula una casa moderna con todos los implementos -por llamarlos de alguna manera- que se necesitan para, en la teatro pianista y compositor, creador del estilo de La Sonora Matancera. La gente cree que Contreras grabó con La Sonora Matancera, porque Ramos integró una sonora propia en la que Pablo Vázquez Gobín “Bubú”, otro de los fundadores de La Sonora Matancera, tocaba el bajo y cantaba Orlando Contreras. Para grabar su primer disco, una novia le prestó los 2 000 pesos que costaba la grabación por allá por los años cincuenta, y cuando el dueño de Radio Progreso, donde se efectuaba la grabación, lo escuchó, le hizo firmar un contrato para que cantara en vivo en la estación radial y grabara algunos discos. De acuerdo con Orlando León Restrepo, corresponsal de El Tiempo, en Medellín, Orlando Contreras, al morir, había grabado 57 discos de larga duración, cifra que no se ha podido esclarecer porque, según coleccionistas e investigadores de Latinoamérica esa cifra ha sido superada solamente por Daniel Santos, cantante puertorriqueño y Celia Cruz. Aunque algunas de sus canciones cuentan sus propias experiencias, también tomaba las anécdotas de sus amigos. Así nacieron “Dónde tú irás”, “Será tu condena”, “Dolor de hombre”, “Sin egoísmo” y “Amigo de qué”. Aunque muchos creen lo contrario, era casi un monje. Salía muy poco, escuchaba música y componía. Se escuchaba a sí mismo, según él para perfeccionarse, como cuenta Javier Calderón, representante del artista. Contreras se casó seis veces y tuvo dieciséis hijos, once hembras y cinco varones. Dos de ellos cantan. Mary Contreras, una de ellos, se presentó con él varias veces en los Estados Unidos. Uno de sus hijos varones fue baterista de un centro nocturno de los Estados Unidos llamado El Caza. La madre de sus hijos se llama Berta Contreras y vive actualmente en Nueva York. En 1977, fue por primera vez a Colombia y en uno de esos viajes se radicó en Medellín. Allí murió sin ver cumplido otro de sus sueños: tener un conjunto que se llamara “La Sonora Antioqueña”. El bolerista cubano murió en un apartamento de su propiedad en el centro de Medellín, donde residía desde hacía varios años. Según reza la nota periodística del diario El Tiempo, de Bogotá, con fecha domingo 13 de febrero de 1994, “se fue Contreras, la voz de la barriada”, el diario de Medellín lo anuncia como “otro duelo en el bolero”. Indudablemente, Orlando Contreras, fue un gran exponente del bolero moruno en Cuba, al igual que Orlando Vallejo, Roberto Sánchez y Néstor del Castillo. el escenario sólo existe un banco rústico, el actor aparece por el fondo encarnando un ser mofletudo, confundido y nervioso que de inmediato comienza a dispararnos, en el sentido literal de la palabra, un discurso reflexivo acerca de su rol de hombre en la sociedad. Las acciones se suceden rápidamente en la escena, sólo se puede inferir el conflicto enunciado en el título de la obra desde el desdoblamiento verbal apresurado de este hombre en el que es y el que pudiera ser, desmarcando constantemente el contenido de significación del discurso. Por tanto, no se respetan los elementos del monólogo como texto escrito para ser actuado, según León Surmelian: “(…) [el monólogo] discurso organizado y estructurado, y de hecho son escritos en un tono más elevado y apasionado, son estallidos emocionales al llegar la acción a un alto grado de intensidad…” En esta puesta en escena el talón de Aquiles es el texto, que carece de la peripecia dramática requerida para darle a las acciones los puntos directos de encuentro y desencuentros necesarios para una lógica definición del clímax, donde el actor podrá indicar el desenlace inevitable. Los argumentos sobre la masculinidad y su enfrentamiento por los propios hombres sí están debidamente tratados como contenido primario, sobre el que se armaría el despliegue técnico propio del teatro indicado en la estructura interna del monólogo; esta última condición no se logra. Pero el teatro es la unión de muchos factores, y aunque algunos no están de acuerdo en que el texto débil sea defendido con una actuación válida, porque plantean que este (el texto) es la base de toda calidad, Patrice Pavis en su artículo “Producción y recepción en el teatro: la concretización del texto dramático y espectacular” que aparece en el número 2528, enero 1989- dic. 1990 de la revista “Criterios” nos dice: “(…) los elementos reales no son discernibles solamente en ciertas afirmaciones del texto: son dados, es un real, según un tiempo de presentación real; la distinción entre esas realidades y la ficción de la fábula dista de ser fácil, por cuanto constituye el fundamento de la ilusión y del placer del espectador.” Si nos apoyamos en lo planteado por Pavis entonces puedo afirmar que la actuación de Eudis Espinosa salvó las deficiencias dramatúrgicas del texto escrito; lo Un hombre en crisis actualidad, alcanzar ese calificativo. Digo que es una simulación porque sólo aparecen los envases de los supuestos equipos electrodomésticos, aunque nos llega, por la gestualidad que la actriz marca, como complementos de la acción, la música y los sonidos específicos emitidos por la radio, el televisor y el teléfono; lo cual permite un desplazamiento total del personaje en el escenario. Una mujer sola Fotos: (cortesía del grupo Andante) Tiene el texto una indudable calidad y señala cada momento de enmarque de crisis, que no siempre es bien definido por la actriz, que por momentos se concentra demasiado en las respuestas de la supuesta vecina -referente de apoyo para el dinamismo propio de la obra- y olvida su rol histriónico que debe de estar centrado en la atmósfera que rodea su casa. Este desnivel se visualiza cuando se escucha el timbre, señal que identifica la presencia de su cuñado, un maníaco sexual al que ella está obligada a satisfacer, aquí notamos como recobra la linealidad construida del personaje y se “mete de lleno” en su actuación, lo que trae como consecuencia que la curva de interés dramático fluctúe en momentos en que no debe marcar zona de crisis. El monólogo no tiene el propósito de resolver el status de sometimiento femenino; pero sí evidenciar –una vez más- el cierre total de la mujer discriminada en la sociedad. El final muestra lo dicho anteriormente, porque la mujer- actriz se hunde en las voces artificiales que le llegan al unísono desde los (supuestos) equipos, ella agrega su propio delirio a través de una mezcla de canciones que tararea, convirtiéndose en un cierre demostrativo del caos de la modernidad que rodea al ser humano y está presente hasta en los espacios más cerrados: nuestras casas. La segunda propuesta de la noche sabatina nos llegó a través del actor Eudis Espinosa, escrito el texto por Sergio Pérez. Una tesis marcadamente machista, pero enfrentada hacia los propios hombres: la masculinidad como condición y sus consecuencias para el propio género. Esta vez, en 55 artes plásticas que pudo ser una clase de psicología, fue convertida, dentro de lo posible, en una actuación que evidencia profesionalidad y experiencia en el oficio. El actor debe llegar a la esencia -aunque no esté debidamente tratada - de lo escrito y conformar su propio espectro emocional. Sin embargo, me parece saludable que el teatro emprenda senderos diferentes y probarse (nos) que aún tenemos actores y grupos capaces de salirse de su estética cotidiana, pues el ámbito epocal exige una ruptura de las fronteras genéricas y del (modus) de representación artística; en este aspecto Juan González Fiffe ha iniciado su propio camino. El arte está obligado a asumir nuevos retos y el teatro no es la excepción. “Una mujer sola” y “Un hombre en crisis” comienzan a despejar un terreno abandonado en la escena granmense, o al menos así quiero pensarlo. Los escollos y deficiencias, serán superados y todos seremos parte de este juego que nos marca la apertura a un escenario particular y de renovación donde el teatro de esta provincia es el único ganador. Más allá de lo insondable Yenisel Torres Arzuaga Todos los hombres sueñan pero no del mismo modo. Los que sueñan de noche en los polvorientos recovecos de su espíritu, se despiertan al día siguiente para descubrir que todo era vanidad. Más los soñadores diurnos son peligrosos, porque pueden vivir su sueño con los ojos abiertos a fin de hacerlos realidad. Laurence de Arabia Para quienes lo conocen, saben que no ha dejado de parecerse al hombrecito común que, a mi juicio, está detenido en el tiempo buscando solucionar sus problemas de manera mística o dramática; dramatismo enfatizado por colores blancos y negros, decretando Recalo, Agustín Bejarano meticulosamente listas definitorias para dar profundidad, extrapolándote a la levedad de lo eterno, a través del desafío constante de la altura, con la incertidumbre de llegar al desacierto al final del camino. Bejarano ha sabido darle esa atmósfera de aparente tranquilidad a sus creaciones, donde los cuerpos que la conforman parecen seres u objetos verdaderamente genuinos y espléndidos, logrando que cada quien se haga cómplice de su filosofía, o sencillamente, se apropie de algunos elementos 56 para fundamentar la suya, reafirmando su condición humanista. Muchos pensaron que su obra sería pasajera, determinado por la realidad socio - histórica que establece la situación de mercado del arte cubano actual, se equivocan, su espíritu innovador y su afán de experimentación han dado pie a una labor perdurable y contemporánea, no es cosa de impregnar un papel o mancharse las manos; la representación de Bejarano es pura mezcla de elementos diversos: nacionales, universales, que suelen ser características de un artista de extensa y resplandeciente producción, salpicada de ansias anecdóticas, sedimentado por la cultura popular. Emplea variados elementos sustentadores de la integralidad de las propuestas, apuntalando la excelencia formal y el cuidadoso dominio de la técnica del grabado. Obras como Recalo (serigrafía, 2008) confirman una vez más su bien merecido Gran Premio en el Salón Nacional de Grabado en 1997. Artista inquieto que ha ejercitado en diferentes géneros plásticos: planimétricos como el grabado, la gráfica, la pintura y volumétricos como la escultura o la instalación. Sería prudente citar el craquelado y la resina, empleado como fibra preponderante para reafirmar el trayecto de la vida en su avatar constante. Creaciones impactantes por sus dimensiones (bolas y escudos) acentúan la fuerza compositiva maniobrando la psicología humana. Síntesis de su ajiaco cultural es la exposición “El reto, un camino para llegar al cosmos” (Bayamo 2009) donde la visualidad se hace inherente, en donde texturas y volúmenes se regodean con la ilusión óptica y te transportan más allá de la realidad que puedes ver, envueltos en una atmósfera de aparente tranquilad. Como protagonista de las creaciones exhibidas, el individuo, confrontándose al formato, con la sencilla paradoja de estar seguro de que ese es su lugar, reafirmando, cándidamente, la necesidad de comunicación entre unos y otros. Su obra es pasado, tradición y contemporaneidad, que nos envuelve en una misteriosa sensación ante sus imágenes, exigiendo a cada uno de los espectadores varias lecturas, cada vez más profundas, en las que podemos descubrir la idea y la intensión oculta, donde refiere la necesidad de encontrar nuevas vías de experimentación como fuerza de su disertación. Todo y cada uno de los elementos empleados perpetúan una vivencia personal basada en el apoyo al discurso dando fe de su colocación entre los más mencionados en el grabado nacional. “Criollas”, Ismael Évora