PROT EC CIÓN CON T R A IN CENDIOS TRANSPORTE PÚBLICO Fuego y llamas El ferrocarril se considera como uno de los medios de transporte más seguros. Por eso, los expertos de la empresa DB SYSTEMTECHNIK arremeten, en el propio laboratorio de incendios, con los materiales que se han de montar en los trenes. E l espeso humo se va ennegreciendo cada vez más hasta que la cortina tóxica termina ocultando del todo las llamas. En la sala de ensayos reina ahora una visibilidad nula. Aquí, nadie se podría orientar. En todo caso, el ambiente en la smoke box es tóxico, tal y como indican los valores medidos en la pantalla del ordenador que reproduce los resultados del espectrómetro conectado. En la tabla hay una lista con los diferentes óxidos de carbono, nitrógeno y azufre, además de metano, cianuro de hidrógeno y bromuro de hidrógeno. «Estos valores son, por decirlo así, la huella digital de un proceso de combustión», explica Andreas Böttger. El ingeniero de protección contra incendios está realizando esta mañana pruebas en el laboratorio de DB Systemtechnik para comprobar si las cubiertas protectoras de los tubos fluorescentes son aptas para vehículos ferroviarios. Para ello corta las muestras a una longitud definida y las alinea en un recipiente especial. Los expertos en protección de incendios proceden de forma similar en todos los demás ensayos para determinar los resultados de medición reproducibles de factores como el comportamiento frente al fuego, la toxicidad del gas de combustión y la densidad óptica del humo. En la cámara para la densidad del humo, una resistencia cónica calienta las muestras de 18 escasos centímetros hasta que empiezan a arder en llamas. De la cámara de ensayo se toma un flujo de gas para la medición, y después de filtrar las partículas de negro de carbón proporcionales se conduce al espectrómetro que determina la concentración de los diferentes gases nocivos. Casi 1.000 ensayos al año El laboratorio de incendios lleva funcionando desde hace casi 15 años en el barrio brandemburgués de Kirchmöser. Este año, la empresa proveedora de servicios de ingeniería para la Deutsche Bahn (ferrocarriles alemanes) ha invertido unos 400.000 euros para poder realizar ensayos según la nueva norma europea EN 45545-2:2013 (Aplicaciones ferroviarias. Protección contra el fuego de vehículos ferroviarios). Para ello, ha sido acreditado por la Entidad Alemana de Acreditación según la norma EN ISO/IEC 17025 (Laboratorios de ensayo y calibración). Los ingenieros realizan cada año alrededor de 1.000 ensayos de resistencia al fuego: desde los gruesos materiales compuestos para los suelos de los trenes regionales hasta numerosos plásticos que caracterizan el interior de los modernos trenes de pasajeros. «Investigamos y certificamos casi todos los componentes que, más tarde, se emplearán en los vehículos ferroviarios», declara Katrin REVISTA DRÄGER 11 | 1 / 2015 Fuego libre: el impulso de encendido definido de la llama de propano en una pequeña cámara de combustión equivale a la de un mechero Mädler. La ingeniera dirige el departamento de tecnología de materiales y ensamblaje con unos 30 empleados. Los históricos edificios de ladrillo en Kirchmöser —a una hora escasa en tren desde Berlín— se encuentran en un paisaje idílico entre bosques y lagos. Aunque el pueblo de 4.000 habitantes tiene una historia explosiva. Las naves se edificaron a principios del siglo XX para una fábrica de explosivos. De ahí, surgiría más tarde el centro de desarrollo de la antigua compañía de ferrocarriles alemana. De este capítulo dan hoy testimonio, además de la sede de DB Systemtechnik y del servicio de medio ambiente de la Deutsche Bahn, numerosas empresas privadas del sector ferroviario en la vecindad. Además de los ensayos de resistencia al fuego en el laboratorio, los ingenieros también crean y evalúan conceptos de protección contra incendios para trenes, por ejemplo, en modelos nuevos como el tren automotor ICx que, en el futuro, reemplazará los Intercity de la Deutsche Bahn. Pero también, cuando se hace el llamado rediseño, se recurre a los expertos de Kirchmöser. Entre otros proyectos, han participado en la renovación del ICE 1, ICE 2 e ICE T desde el punto de vista técnico de la protección contra incendios. La norma europea para la protección contra incendios en los vehículos ferroviarios, que entró en vigor en marzo de 2013, refleja el progreso en la técnica y el funcionamiento de los trayectos de largo recorrido que, en las últimas décadas, apostó por la construcción de la red de alta velocidad, la planificación de túneles cada vez más largos y la puesta en servicio de trenes de alta velocidad. La norma EN 45545-2:2013 ha contribuido también a un mayor reconocimiento mutuo de los > REVISTA DRÄGER 11 | 1 / 2015 19 PROT EC CIÓN CON T R A IN CENDIOS TRANSPORTE PÚBLICO Ambiente de laboratorio: la moderna tecnología de medición caracteriza los puestos de trabajo del laboratorio en el barrio brandemburgués de Kirchmöser Al horno: las muestras cortadas se meten en la smoke box > ensayos de resistencia al fuego por los organismos de homologación de los distintos países. «La implementación de la norma era importante debido al creciente tráfico ferroviario internacional», comenta Christian Bohne. El ingeniero dirige el área de tecnología de materiales para vehículos. Además, ahora hay una regulación comunitaria, con fundamento científico, que garantiza un nivel de seguridad estandarizado en toda Europa en cuanto a la protección contra incendios en los vehículos ferroviarios. La continuidad de los trabajos en protección contra incendios en los ferrocarriles se remonta a mucho antes. Mientras que la protección ante el peligro de un incendio en el tren se debe hoy día sobre todo a las consecuencias del vandalismo y a los fallos técnicos, antes el fuego viajaba en el tren, incluso lo impulsaba. Solo en 1977, la antigua empresa alemana de ferrocarriles le quitó el hábito de fumar a sus locomotoras y le dijo adiós a la tracción a vapor —le siguió la empresa homóloga en la RDA en 1998—. Y lo mismo valdría 30 años después para los pasajeros: a partir de septiembre de 2007 está prohibido fumar en los trenes. Suministro central de gas Entretanto, el ensayo con los tubos fluorescentes ha terminado. Andreas Böttger está ya examinando las tapas de los extremos de los tubos fluorescentes fabricadas con un termoplástico claro. «Ahora va a entrar en escena nuestra pequeña cámara de combustión». Trabaja con una llama de propano, de un tamaño como la de un mechero —uno de los útiles clásicos de vandalismo en los trenes, junto con los sprays de pintura y los objetos cortantes—. El ensayo en 20 la pequeña cámara de combustión permite sacar conclusiones sobre la inflamabilidad de los materiales. Además, se mide cómo se propaga la llama con el objeto de ensayo en vertical, si se produce goteo incandescente y cuándo se apaga la llama. El quemador se alimenta mediante un sistema de suministro de gas de Dräger; de fuente sirven las botellas a presión que se encuentran bajo una cubierta al aire libre. Además de propano, el sistema suministra también al laboratorio metano y nitrógeno (como gas cero), así como gas de ensayo formado por monóxido de carbono, dióxido de carbono y nitrógeno. La cámara de combustión que hay en la sala de al lado permite someter las muestras de material a una llama de propano durante tres minutos. La energía que se libera aquí equivale a la de una pila de periódicos ardiendo. La Unión Internacional de Ferrocarriles ha definido exactamente este impulso de encendido, conocido como cojín de papel. En este y otros ensayos, los aparatos alcanzan temperaturas muy altas —de hasta 500 grados centígrados en mediciones de propagación lateral de la llama—. Para ello se fija una probeta en diagonal al quemador que irradia la superficie del material que se va a examinar con una energía térmica de hasta 50 kilovatios por metro cuadrado. Por eso, el laboratorio de incendios está climatizado. Antes de los ensayos, las muestras se almacenan incluso en una cámara climática con una temperatura de 23 grados centígrados y una humedad del 50 por ciento. Todos los materiales se tienen que almacenar al menos 48 horas en estas condiciones para obtener resultados reproducibles. «Los composites, por ejemplo, los paneles de suelos con núcleo de madera y capas pegadas, se REVISTA DRÄGER 11 | 1 / 2015 FOTOS: PETER THOMAS Adiós a la tracción a vapor: en 1977, la antigua empresa alemana de ferrocarriles le quitó el hábito de fumar a sus locomotoras a vapor En el calor de la noche: la resistencia calentadora vuelve incandescentes los vapores que emite la muestra Pruebas por escrito: lo que queda de los ensayos se documenta y se guarda Versátil: esta instalación suministra aire comprimido, propano y otros gases al laboratorio de incendios almacenan incluso 14 días para que la temperatura y la humedad del núcleo cumplan la norma», comenta Andreas Böttger. Tanto si las muestras empiezan a arder en la cámara de humo o si los expertos en protección contra incendios someten los paneles de suelos a un calor abrasador y analizan la energía térmica que libera un material mediante una calorimetría del consumo de oxígeno: todos los ensayos han de demostrar si los materiales empleados cumplen los requisitos exigidos. Para la homologación de un material es decisivo el nivel de riesgo del vehículo ferrocarril. Todos los trenes y vagones se clasifican según un nivel determinado que representa un producto de un escenario de operaciones y tipo de construcción: de la clase 1 (no previsto para túneles ni elevaciones) hasta la clase 4 (para secciones de túneles y elevaciones sin posibilidades de evacuación lateral). En los tipos de construcción se diferencia entre las variantes N (vehículos estándar), A (conducción automática), D (vehículos de doble cubierta) y S (coches cama). Cuanto más alto sea el nivel de peligro, tantos más requisitos tendrán que cumplir los materiales examinados. A veces se consulta a los expertos para determinar incluso las causas de un incendio como en la reconstrucción de un incendio en el baño de un tren en el trayecto de Holanda a Alemania. Aquí, la causa no se debió al vandalismo, sino a un contrabandista que estaba buscando un paquete de cannabis que había escondido tras el revestimiento de una pared. Casos así permiten también aumentar la seguridad: los conocimientos adquiridos se aplican luego a las nuevas construcciones. Peter Thomas 21