PRINCIPIOS DE ACREDITACION DE HOSPITALES Dr. Edwln L. Crosby Ex-Ylcepresidente EjecutiYo y Ex-director de la Asociación Americana de Hospitales Una de las características esenciales de cualquier profesión, es que ella asume la responsabilidad, de la, auto disciplina. Esto no quiere decir que la profeslon este por encima de la ley sino ¡nás bien que la profesión acepta una responsabilidad aún más grande que su responsabilidad sobre el público en general. En el mundo entero los médicos hah aceptado esta responsabil idad. En diferentes partes del mundo la profesión se autodisciplina de diferentes maneras y a través de diferentes procesos. La profesión médica es la única profesión ~~~ en este país tiene el valor de sentarse para hacer una reVISlon de su práctica cl ínica en forma regular y con fines de auto-crítica. Así pues, la profesión médica se auto-impone el debe.r de asegurar al público una atención médica de la más alta calidad posible y al hacerlo as í, trata de desarraigar las malas prácticas, o los malos practicantes que encuentre en su camino. Ello no significa, por supuesto, la violación de las relaciones confidenciales entre médico y paciente. El instrumento que se ha escogido en los Estados Unidos para 'demostrar esta revisión de la calidad de atención médica, es la organización llamada Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales. La Comisión, representa el arte más fino de la medicina que se ha creado en este país y es a través de sus esfuerzos que los doctores y administradores se sientan juntos para conjugar sus labores y desarrollar standards y normas de ejecución del cuerpo médico, los cuales si se llevan a la práctica en forma concienzu da, pueden hacer del hospital el lugar más seguro para la atención del paciente, así como también, el mejor lugar para la práctica de los médicos. La Comi sión Conjunta de Acredí tación de Hospitales es una organización relativamente joven. Fue fundada en 1952 y en ese entonces fui elegido su primer director. No obstante, esta organización es la sucesora de un antiguo programa de evaluación de la calidad de la atención médica, que mantuvo por casi tres décadas el Colegio Americano de Cirujanos. Perm ítaseme hacer una breve reseña histórica. La historia de la acreditación de hospitales sigue en paralelo muy cercano a la historia de los hospitales en este país, a través de la segunda parte del siglo pasado. La práctica de la medicina al comienzo de este siglo era más bien un arte que una ciencia, aún cuando a través de los descubrimientos de Pasteur, los postulados de Koch y los hallazgos de los Curie, nombrando tres ángulos fu ndamentales, comenzaban a servi r como bases de los incre íbles avances en el potencial de la atención méd ica en este siglo XX. El profundo efecto del informe de Flexner en 1910 sobre las escuelas de medicina, impulsó el "matrimonio" entre las universidades y las escuelas de medicina; y un segundo 5 "casamiento", entre la ciencia y la medicina, que en este país no se había iniciado todavía. A los hospitales en su mayoría se les hallaba ubicados en las grandes ciudades y muy a menudo eran alojados en estructuras que no hab ían sido diseñadas original mente para función hospitalaria. Eran considerados todav ía como un recurso usado por los médicos solamente para la atención y custodia de las etapas más dramáticas de 1a enfermedad y frecuentemente en casos de pacientes terminales. Los laboratorios el ínicos eran altamente restringidos en sus habilidades y fue en esa época que la patología tuvo su mayor utilidad en acción retrospectiva. El equipo de Rayos-X, si es que existía, era primitivo, con cierta frecuencia ubicado en el sótano de los hospitales compartiendo espacio en el almacén de alimentos o de camas irreparables; su poder de penetración, incontrolado y como resultado, el hallazgo constante de lesiones de la piel ocasionados por la radiación a personas que lo usaban en ausencia de medidas de protección. Todav ía basados fuertemente en la tradición de las Escuelas Europeas de pensamiento médico y del tipo de ensayo empírico de razonamiento lógico, los registros médicos del progreso clínico de los pacientes eran muy escuetos, mientras que la organización y los registros de los comités del cuerpo médico tratante reflejaban la débil asociación entre los médicos, encontrándose que el único vínculo en común que tenían, era el uso de las facilidades del hospital. A pesar de esto, los hospitales usaban bien los conocimientos disponibles hasta entonces. Salvo algunas excepciones, los hospitales hacían lo mejor que podían para proveer buenos recursos a los médicos y atención custodial a sus pacientes, pero no se conocía lo suficiente y lo que se sabía era diseminado lentamente y con dificultad. El Colegio Americano de Cirujanos fue formado en 1913. Contaba entre sus objetivos, no solamente el adelanto de la cirugía Americana, sino también el mejoramiento de las condiciones que afectan la atención de los pacientes en general. Uno de los credos originales del Colegio Americano de Cirujanos, era que todos aquellos cirujanos que buscaban admisión en las filas de esa sociedad tendrían que ser examinados por sus iguales, entre otras formas, por la revisión de su experiencia como cirujanos a través de la inspección de los protocolos de sus procedimientos quirúrgicos. Muchos de los sol ¡citantes atestiguaban que los registros de hospitales eran inadecuados para ayudarlos a preparar protocolos satisfactorios. Con el fin de probar esta defensa y examinar a pri mera vista las circunstancias bajo las cuales los cirujanos jóvenes estaban acumulando sus experiencias, el Colegio de Cirujanos hizo una encuesta de un buen número representativo de hospitales americanos. En vista de la motivación original, era natural que el énfasis deb ía ser puesto sobre los registros médicos actuales, completos y pertinentes. También era de esperarse que igual énfasis debería colocarse sobre los registros de las actividades médicas del cuerpo médico organizado, puesto que el cuerpo médico organizado representaba la estructura de la cual aprendían los cirujanos jóvenes en contacto con los cirujanos de mayor experiencia y era el mecanismo por el <;u al el médico, individual mente, pod ía ser ayudado para convertirse por lo menos en el médico de la misma calidad del promedio del grupo y, el médico sobresaliente podía contribuir a un grupo de promedio más alto. Pero, rápidamente descubrió un impedimento de proporciones masivas, en cuanto a la revisión detallada de la cirugía se refería en 105 hospitales de los Estados Unidos. Había un vínculo muy tenue que mantenía al hospital y al médico juntos. Se encontró en aquellos días poco antes de la Primera Guerra Mundial, que había muchas fallas en 105 registros médicos, laboratorios cl ín icos, Rayos- X, y otros recursos de diagnóstico que son ahora rutinarios. Obviamente, la buena atención quirúrgica necesita de un buen hospi tal. La práctica en un hospital físicamente insegu ro es una mala práctica, no obstante la destreza del cirujano. La buena práctica depende de los buenos registros médicos. La buena práctica depende de un servicio de enfermería mínimo reconocible. La buena práctica depende de la organización del cuerpo médico, que provea el mecanismo de auto-gobierno y auto-regulación. Por tal ruta fortuita los cirujanos trajeron a la luz la imagen del hospi tal típico de América en 1915, en la forma descrita anteriormente. Basados en la encuesta de hospitales se creó, con el concurso de muchos consultores el código de standard s de hospital, en forma espontánea y bajo auspicios voluntarios; standard s mínimos que podían ser fácilmente alcanzados por cualquier hospital digno de llevar tal nombre. Estos standards que solamente llenaban una página, concentraban todos aquellos elementos medibles que podrían tener una influencia sobre la calidad de la atención médica y cubrían los siguientes puntos: l. Que los hospitales tengan un cuerpo médico organizado; 2. Que el derecho a admisíón como miembro del cuerpo médico sea restringido a los médicos debidamente certificados y graduados de escuelas de medicina competentes en sus respectivas especialidades y dignos en carácter y ética profesional; 3. Que el hospital adopte reglas, reglamentos y poI íticas que gobiernen el trabajo profesional, considerando específicamente la necesidad de las reuniones profesionales mensuales y llevando a cabo una revisión y anál isis de la experiencia basada en los registros de los pacientes (cualquiera que sea su condición económica -indigente o privada-), hasta implantar lo que hemos llegado a llamar la "auditor ía médica y la revisión de utilización de camas"¡ 4. Procu rar la obtención de registros médicos de pacientes y arch ¡varIos en forma fácil mente accesible, los cuales deben contener, por lo menos, la historia el ínica, examen físico, notas de consulta, informes de laboratorio y Rayos-X, tratamiento efectuado, hallazgos de patología, notas de evolución, condición del paciente en el momento de alta y notas posteriores; 5. Tener disponibles las facilidades diagnósticas y terapéuticas esenciales comprendiendo por lo menos, laboratorio cl ínico y departamento de Rayos-X bajo supervisión competente. Numerosas autoridades han contribuido al desarrollo de este movimiento y entre ellas se destaca el nombre del Dr. Malcom T. MacEachern, como su motivador principal. Para entonces, el director general de la Asociación Católica de Hospitales instó a sus patrocinadores para que dieran su adhesión al movimiento de standarización de hospitales yen su tercera reunión anual en 1918, la Asociación Católica de Hospitales adoptó una resolución comprometiendo a todos sus miembros institucionales a que lograran los standards formulados, lo más pronto posible. Inmediatamente, siguió el endoso de las Asociaciones Protestantes de Hospitales y, los Hospitales de la 19lesia Metodista Episcopal. Con el establecimiento de los standards se llegó a reconocer la necesidad de conducir inspecciones de sitio y evaluaciones individuales como procedimiento esencial reconocido, pero no universal mente aceptado. Ha sido referido por parte de aquellas personas activas en la época considerada, que el programa inicial solamente afectó escasamente a unos cien hospitales, los cuales se beneficiaron con este programa. También se dijo que los grandes hospitales municipales, vetustos y llenos de prestigio y de experiencia en la enseñanza, vieron que había poca necesidad de someterse a la crítica por parte de una organización nueva y especializada. Más interés demostraron los pequeños hospitales de ciudades pequeñas, más jóvenes y con mayor inclinación a la búsqueda de ayuda y dirección, que pudieran encontrar. La lista de los hospitales aceptables no fue publicada. La leyenda dice que esta primera lista fue quemada en una de las habitaciones del Hotel Waldorf Astoria en Nueva York, no por el hecho de que ¡nclu ía los nombres de ciertos hospitales, sino por el hecho, aún más revelador, de no incluir el nombre de otros hospitales que se consideraban con más de 100 camas, que fueron examinados, solamente 89 o sea el 13% fueron aprobados. Sin embargo, en 1925, 995 hospitales con más de 100 camas fueron examinados y el 89% aprobados. Los hospitales pequeños continuaron con dificultad, puesto que en el mismo año sólo el 6% de 952 hospitales examinados, con capacidad de 50 alOa camas, fueron aprobados y solamente el 18% de los 327 hospitales con capacidad de 35 a 50 camas. Así, nació hace justamente medio siglo, el Programa de Standarización de Hospitales a través del cual el Colegio Americano de Cirujanos ofreció a cualquier hospital que se interesase, la oportunidad de ser comparado con otras instituciones por medio de una evaluación objetiva, ajena a la institución y basada en la interpretación de normas cuidadosamente forjadas. Desde un principio se estableció una poi ítica general y ésta fue, que estos standards eran los mínimo$ esenciales y a un nivel necesario para poder ser considerados por defin ición como hospitales. 6 nuestros hospitales y, para nuestra civilización, serán incalculables. Es de gran satisfacción saber que de nuevo, la profesión médica y los hospitales están ejecutando juntos esta tarea idealista, con sus propios esfuerzos y sus propios dineros. Es un movimiento socialista o legislativo. Es un esfuerzo enteramente voluntario y otra evidencia más del grandioso trabajo ejecutado también voluntariamente por nuestra profesión y nuestras gentes de hospital". La Comisión Conjunta, desde su comienzo, adoptó los standards establecidos por el Colegio Americano de Cirujanos y la misma premisa básica, de que estos standards deberían mantenerse al nivel mínimo de los elementos esenciales a cumplirse, de manera que todos los hospitales dignos de ese nombre, pudieran cumplirlos con facilidad. El camino, de muchas promesas hoy, estaba lleno de espinas en los albores de este programa. La Comisión Conjunta considera su programa en tres áreas principales: el desarrollo de standards, un programa de información para darle publicidad e interpretar los standards y, un programa de evaluación consultiva, por medio del cual puedan medirse los hospitales en relación a los standards: El Colegio de Cirujanos continuó con el programa de estandarización desde 1918 hasta 1952 y para entonces el programa había evolucionado hacia un método más comprensivo de la revisión de calidad de la atención médica. Llegó a convertirse en el bal uarte de la habil idad de un hospital para proveer una atención adecuada en un ambiente aceptable. Esto era ya algo más que una simple evaluación de los asuntos qu irú rgicos. Un programa como el descrito, que llegó a aceptarse universalmente, impuso severas limitaciones económicas al Colegio de Cirujanos para su consecución. Nuevamente suscitó la duda, como había ocurrido en principios, de que si un programa de tan grandes alcances no debería recibir la más amplia ayuda económica posible, por parte de las profesiones médicas y de los hospitales. Los eventos son tan recientes, que probablemente la mayoría de ustedes aqu í presentes, conocen el resto de la historia. Después de un período de gestación y negociaciones, se llegó a crear la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales en 1952, con pleno patrocinio del Colegio Americano de Cirujanos, el Colegio Americano de Internistas, la Asociación Americana de Hospitales, la Asociación Americana de Médicos; en conjunto con las Asociaciones Canadienses de Médicos y de Hospitales. En 1959 la Asociación Médica Canadiense se retiró de la Comisión Conjunta, para unirse a otras organizaciones canadienses y formar el Consejo Canadiense de Acreditación de Hospitales. Con este evento, la Comisión Conjunta terminó sus servicios para con los hospitales canadienses puesto que éstos eran servidos eficazmente por el programa del Consejo Canadiense. Habiendo tenido el honor de ser elegido primer director de la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales, al tiempo de su formación en 1952, tuve que abandonar mi orgullosa posición de Director del Hospital John Hopkins, en Baltimore, a fin de abordar esta nueva y demandante tarea. Nuestra meta era demostrar la creencia de que el individuo humano es importante, que él debe ser preservado para que cumpla su destino; todo esto por medio de la protección de su salud y la preservación de su dignidad humana. La parte total de la operación de la Comisión Conjunta, está diseñada para desarrollar y promulgar standards que provean los mecanismos para la seguridad y la calidad de la atención del paciente. Invariablemente cada año, la Junta de Comisionados ha efectuado enmiendas a los standards en un esfuerzo de mantenerlos al día con el crecimiento de los conocimientos médicos. La poi ítica de continuar la promulgación de standard s mínimos para la provisión de buena atención de salud, se mantuvo sin cambios. Deseo en este momento citar lo que dijo el primer presidente de la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales, la Comisión que tomó la estafeta de las manos de los cirujanos, para continuar el proceso de revisión de standarización. El Dr. Gunnar Gundersen, siendo él mismo un cirujano, dijo: "En lo que atañe a la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales, ella comprende que su misión es muy seria y deberá estimularse a sí misma. No se trata simplemente de una rutina, no es otra inspección más, no es un estatuto de gobierno. Es un movimiento voluntario que representa lo mejor del pensamiento y la más alta inspiración de alguno de los grupos más poderosos en el mundo y que conciernen a la salud. Si los deberes son bien ejecutados, los beneficios para la humanidad a través de nuestra profesión. de 1. Que debe existir una lista publicada de standards establecidos; 2. Que debe hacerse una evaluación de la planta física real izada por una persona competente para juzgar, en la mayoría de los casos, un médico; 3. Que la lista de las instituciones revisadas, sea publicada. Todos estos elementos han sido cumplidos por la Comisión desde su comienzo. La Comisión inició el programa de inspecciones usando el personal del ramo de las instituciones afiliadas, particularmente de la Asociación Médica Americana, la cual visitaba hospi tales para revisar los programas de educación médica de graduados y del Colegio Americano de Cirujanos, que visitaba CI ínicas del Cáncer y registros de tumores en los hospitales. Las organizaciones afiliadas a la Comisión costeaban sus gastos y el servicio era gratuito para los hospitales que lo solicitaban. No se trata de una revisión alfa-omega de la práctica del hospital en los Estados Unidos. El investigador no mira por encima del hombro del médico tratante, él busca los registros, toda cl ase de registros. ¿Posee la institución un certificado que atestigüe el haber cumplido con los requerimientos de seguridad, extendido por alguna agencia responsable? ¿Dónde se certifica que el hospital es un lugar seguro para la atención de los pacientes? ¿Posee la institución un registro de que los médicos que all í trabajan son graduados de escuelas de medicina aprobadas o que han demostrado poseer credenciales a través de otro proceso que denominamos Consejo de Educación para Graduados Médicos en el Extranjero? ¿Demuestran los registros médicos que el diagnóstico pre-operatorio ha sido invariablemen te registrado?.. ¿que las notas de las enfermeras y de los médicos han sido debidamente registradas, que la descripción del proceso operatorio ha sido extensa y en detalle, que se ha llevado a cabo un examen microscópico de todos los tejidos y piezas anatómicas removidas en la sala de operaciones y pongo énfasis en la palabra "todos"? ¿Hay 7 evidencia por escrito de que el cuerpo médico está debidamente organizado, de manera que se gobierne en forma periódica, a través de las reuniones mensuales clínicas y de la revisión periódica de selectos casos cl ínicos? ¿Hubo oportunidad de tomar medidas decisivas en la revisión cl ínica, particularmente cuando la revisión indicó una disparidad entre los diagnósticos pre-operatorios y los hallazgos de laboratorio y de la sala de autopsias? ¿Existe un registro de las actividades del Comité de Tejidos, en el cual se sientan las conclusiones de aquellos casos en que los hallazgos patológicos no concuerdan con lo que anticipaba el cirujano? ¿Existe evidencia de la clasificación de privilegios otorgados al médico y de acuerdo a bases de preparación y experiencia, al hacer un estudio de sus credenciales profesionales? Estos son sólo algunos ejemplos de lo que el proceso dc acreditación involucra. Lo que es inmediatamente aparente, es que la Comisión se ha constituido en el guardián de la salud del paciente y que es éste el único objetivo de sus investigaciones y actividades. Este es el proceso que hemos sostenido constantemente en .el trabajo de acreditación en los Estados Unidos. En 1961 la Comisión Conjunta comenzó a desarrollar su propio personal especializado a horario completo, consistiendo exclusivamente de médicos que eran responsables directos a la Comisión, entrenados por ella y totalmente compenetrados en el proceso de la acreditación. Este personal fue aumentando gradualmente hasta llegar a un total de 17 médicos con una carga de trabajo de inspección, que sobrepasó la inspección de 2.000 hospitales. Para 1964, el número de hospitales que buscaba la acreditación había crecido tanto y el programa era tan continuo y acel erado, que para poder mantener este esfuerzo se vio la necesidad de proveer un mecanismo adicional de financiamiento, pues era evidente ya que los costos hab ían sobrepasado las posibilidades de las organizaciones que habían iniciado este programa. Durante ese año se estableció una cuota individual para cada visita de evaluación a manera de permitir la continuación del programa sobre una base económica firme, mientras que los miembros corporativos continuaron apoyando las actividades de la Junta Directiva y las actividades de la oficina central. Ningún hospital abandonó este programa debido a la imposición de tarifas o cuotas individuales. Esto trajo como efecto, la responsabilidad específica de proveer un aspecto consultivo además del de evaluación de cada hospital, siendo el beneficio que el hospital adquiere, mayor que el valor de la cuota cobrada. La naturaleza sin reto de la acreditación es confirmada por el Dr. James Z. Appel, presidente reciente de la Comisión, quien explica que debido a que se trata de standards mínimos, el público no debería pensar que 105 hospitales acreditados son superiores. El Dr. Robert Myers, del Colegio Americano de Cirujanos añade que "muchos hospitales se toman la siesta entre evaluaciones de acreditación". Las instituciones son siempre tan buenas y eficientes como aparecen el dra de \a visita de acreditación. Pero el propósito final sería el reforlamiento de la intención y de la ejecución, de manera que cada institución llegue a ser un poquito mejor que lo que era el día de la inspección. Es evidente que 1a mayor parte de los cuerpos médicos organizados, las juntas directivas de 105 hospitales y sus directores, están haciendo un sincero esfuerw para impresionar al investigador el dra de la visita y continuar con este esfuerzo el resto del año. Yo tengo la conVICClon de que el aspecto de la auto-disciplina de la Comisión es un punto fuerte y no una debil idad, pues ¿quién podr ía imponer mejor los standards, medir la confirmidad o evaluar la significación, que aquellos profesionalmente entrenados y experimentados en este sistema tan complicado de los asuntos de la salud? La única cosa que previene al médico sin escrúpulos de cometer un asesinato en su consultorio privado, es la ley en contra del asesinato. El no podría cometer este asesinato y escapar impunemente en un hospital bien organizado, porque sus colegas no le permitirían hacerlo. Existen las leyes y hay siempre las posibilidades de reclamos por malpraxis, pero la fuerza que lo supedita, es la organización de los médicos en un ambiente institucional, que ha aceptado su responsabilidad por el trabajo de los médicos, como igualmente ha aceptado en forma voluntaria, la inspección y la revisión por parte de la Comisión de Acreditación, una organización voluntaria. La importancia de este trabajo va creciendo diariamente. En los Estados Unidos, nosotros reconocemos que el único control efectivo de la calidad de la atención médica actualmente en existencia, es a través del cuerpo médico organizado, dc los hospitales individualmente y de la revisión de afuera por parte de iguales, o sea, la Comisión de Acreditación de Hospitales. Si las medidas cualitativas de la Comisión de Acreditación de Hospitales hoy en día son: autonomía, integridad, voluntarismo y auto-mejoría, ¿cuáles fueron los resultados de la acreditación de hospitales en 1965? En los registros de la Asociación Americana de Hospitales aparecen 7.000 hospitales. Aproximadamente 1.000 de estos hospitales no fueron seleccionados para la evaluación de acreditación, por tener menos de 25 camas adultas. De los 6.000 o más elegibles, 4.202 ostentan el certificado de acreditación, o sea un 65%. Igual que en los informes anteriores, un mayor porcentaje de hospitales grandes son acreditados, en comparación con 105 de menor tamaño, de manera que el 85% de todos los "días-camas" y el 86% de todos los partos, fueron reportados por hospitales acreditados. Este récord habla por sí mismo. En 1968 exíst ía un 65% de hospitales acreditados en comparación con el 13% de los hospitales que cumplieron con los standards en 1918. Nosotros afirmamos en los Estados Unidos, que la inspección gubernamental debe ser por necesidad extremadamente específica, debe ser escrita en las reglas generalmente inflexibles de la ley o de las provisiones para otorgar licencia. Esto no implica, ni toma en cuenta el aspecto de auto-disciplina que mencioné anteriormente y que considero extraordinariamente importente. En los últimos años se ha despertado un creciente interés en los méritos de un programa voluntario de acreditación, particularmente en México, Argentina y Colombia. La Comisión ticne una inmensa responsabilidad de demostrar ante una audiencia mayor, que el sistema voluntario de inspección de atención médica tiene integridad, estabil ¡dad y es digno de mérito. Ahora, nuestro movlm lento de acreditación ha reaccionado con el papel cambiante del hospital, la definición de cambios en el sistema de atención de salud. Uno no necesita desconocer la significación del papel preciso del hospital general, para admitir que existe un mundo de salud más allá de las paredes del hospital. En los Estados Unidos y quizá más significativamente en otras partes del mundo, el hospital es el eje con rayos o 8 debe moverse de la posición de standards mínimos esenciales a la posición de standards óptimos alcanzables. Si estos cambios llegaran a efectuarse, los standards de la Comisión Conjunta serían elevados y restringidos, no hacia un óptimo teórico sino, hacia un óptimo práctico, que podría sentar la meta para cada hospi tal en el pa ís. Probablemente, un porcentaje no muy alto de hospitales podría alcanzar la acreditación completa inmediatamente como lo están haciendo ahora bajo los standards actuales. Per~ así como los standards mínimos han estimulado el progreso en la mi tad del siglo pasado, también los standards óptimos alcanzables, podrían estimular el progreso en los próximos 30 años. Debemos reconocer, sinceramente, que los investigadores de la Comisión Conjunta son humanos y que por una buena época, pasada ya, han estado trabajando como investigadores de la Comisión Conjunta, con funciones específicas y no como personal del ramo de otras organizaciones cuyas principales actividades eran ajenas a los programas de acreditación. Ellos sólo cumpl ían su función más bien como un gesto de cortesía o una razón para hacer una visita al hospital. Otro punto importante, cs intcnsificar el programa de adicstramiento de 105 investigadores, para ayudar a que se conviertan y permanezcan como los más destacados y experimentados visitantes de hospitales que existan en el país así como que se transformen en los consultores generales má~ útiles y disponibles para colaborar con los cuerpos médicos y juntas de administración de los hospitales. La Comisión está estudiando la posibilidad y el deseo de" utilizar el enfoque de inspección en equipo. El médico inspector a horario completo, funcionario de la Comisión Conjunta, continuaría con la evaluaci6n de la planta física, la organización hospitalaria, los registros de pacientcs y 105 documentos de las funciones médicas del cuerpo profesional. A esta persona se le unirán otros miembros del equipo, ta~bién médicos cl ínicos, pero de otras organizaciones, qu lenes emplear ían su tiempo de evaluación, en contacto con representantes del cuerpo médico del hospital, discutiendo el actual contenido de los aspectos de la práctica médica (puramente cl ínicos) llevados a cabo en el hospital. Varias Asociaciones médicas se han incorporado a ésta práctica de la revisión cl ínica. Incluso, otro aspecto importante que debería desarrollarse, es la creación de un protocolo de investigación y un programa de educación, que permita utilizar los datos extraordinariamente útiles que la Comisión Conjunta haya coleccionado por un largo período y ponerlos a disposición de quienes puedan obtener valiosos informes que se derivarían de estos estudios. zarcillos que se extiende hasta el centro de rehabilitación, la consulta externa del centro de salud o las facilidades de atención extendida. Creo firmemente que estos segmentos del sistema d~ben ser relacionados íntimamente, siendo el hospital y su constelación de servicios el verdadero centro del sistema; pero no hay que negar el papel creciente de lo que podríamos llamar estos servicios satélites. La calidad de la atención médica debe ser hallada en la misma manera que en la institución central. Por lo tanto, la Comisión de Acreditación ha establecido standards medios para la evaluación de las facilidades de atención-extendida, los hogares de ancianos y otras instituciones como éstas. Actualmente se está también movilizando hacia otras facetas de todo este nuevo grupo de servicios de atención de la salud y esperamos que llegará a ganarse el reconocimiento, como imparcial pero interesado, voluntario pero indispensable, el cuerpo de evaluación de otros aspectos del complejo de la salud, como lo es ahora en relación con los hospitales. ¿Cuál es' el presente estado del movimiento de acreditación en los Estados Unidos? El código de standards desarrollado por el Colegio Americano de Cirujanos, fue el primer código desarrollado espontáneamente bajo auspicios voluntarios y la existencia de este programa, en mi opinión, ha prevenido lo que podr ía causar una acción entorpecedora gubernamental, en el proceso de la revisión. Me parece de la más alta significación, que el Congreso Federal haya aprobado el gigantesco programa de atención médica de las personas de edad avanzada, incluyendo en la ley propiamente dicha, la aceptación por la calidad de la atención médica de un programa voluntario, en lugar de un nuevo procedimiento de inspección gubernamental para asegurar la cal idad del producto que el gobierno iba a comprar. Actualmente la Comisión Conjunta está realizando una revisión y renovación de todos los componentes de su programa y para este efecto ha instituido un estudio de investigación sobre 105 standards, su interpretación y su aplicación. La doble intención es hacer el lenguaje de los standards lo más preciso y claro posible, eliminando ambigüedades e iluminando su propósito sin cambiar en forma aparente sus condiciones y al mismo tiempo poner en prueba una vez más la continua validez de los hechos científicos sobre los cuales se basa el standard, a fin de establecer la naturaleza contemporánea de cada requerimiento. Lo primero es la cuestión del nivel que debe visualizarse y definirse para cada nuevo standard. ¿Debieran estos standards ser los mínimos alcanzables? Por una parte, los standards mínimos han sido la regla desde el año 1918 hasta la fecha y durante todo este tiempo el progreso ha cambiado la escena, donde solamente el hospital sobresaliente podía pasar la acreditación, hasta la situación actual, en la cual la mayoría de los hospitales pueden alcanzar las condiciones de evaluación. Es 1a opinión del Comité de Standards, que con el pasar del tiempo y con la amplia base de aprobación del nivel mínimo, ha llegado la hora en que la Comisión de Acreditación Así como la Comisión Conjunta afronta los complejos problemas del futuro, lo hace con la experiencia de que ha sido posible afrontar 105 problemas del pasado y del presente, con dos fuertes palancas: la "auto-disciplina en la profesión y la complacencia de la profesión", de someter esa auto-disciplina por parte de una agencia voluntaria exterior. 9