revista ilustrada. Año 38, n. 903 [ie 904] - Gobierno

Aflo XXXVIII
Pamplona 8 de noviembre de 1932
Núm. 903
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
,
DIRECCIÓN, NAVAS DE TOLOSA,23,2°
O —
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,
F»OR EL ETERNO DESCANSO
DE LOS SOCIOS
D. RAMÓN CEJALVO(Pbro.), D.« MARÍA ARTETA, D.« PAULINA IÑARRA, D." TERESA ECE1ZA,
D. SEBASTIÁN URISARRI, D.* BALDOMERA YÁBAR, D. ISIDRO ALB1ZU, D.1 NICOLASA LABORRA,
D. MANUEL MAZO, D.R JULIANA MUNILLA, D.JOSÉ ECHEVERRÍA, D.« FLORENCIA ESPARZA,
D. PLÁCIDO OTEIZAfPbro.X D. UBALDO GURBINDO, D." IGNACIA JORGE, D. ALEJANDRO ELDUAYEN,
D. GABINO ZABALZA, D.a FRANCISCA MUNIÁIN, D. PEDRO ALEGRÍA (Pbro.), D.a FRANCISCA L. DE GUEVARA,
D.* ANASTASIA MIRANDA, D. FERMÍN ISTÚRIZ, D. SANTIAGO ONDARRA y D.' MARÍA ELÍO
fallecidos durante el ario
Lfl
BIBLIOTECA
celebrará misa de comunión reglamentaria el domingo, 20 del actual^ a las ocho de la ma:
nana, en la iglesia de las Madres Dominicas.
.
.
.
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. •
LA AVALANCHA, órgano de la Sociedad, invita a los lectores a tan piadoso acto y les suplica se sirvan rogar a Dios nuestro Señor por los socios difuntos.
Pamplona 8 de noviembre de 1932
Los Excmos. Sres. D. Fr. José López Mendoza (q. e. p. d.), Obispo de Pamplona, y D. Santiago Ozcoidi (q. e. p. d.). Obispo de Tarazona y Administrador
Apostólico deTudeta, tienen concedidos cincuenta dias de indulgencias a todos sus diocesanos que devotamente oyeren la Santa Misa, recibieren la Sagrada Comunión, rezaren una parte del Sanio Rosario, visitaren el Santísimo Sacramento, o hicieren algún acto de piedad o de misericordia en sufragio de los referidos socios.
EL CAMINO DE LA REVOLUCIÓN
Hacia la república socialista
LLÁ, en los los tiempos de la Monarquía constitucional parlamentaria—cosa de ayer mañana, que parece una cincuentena,—los tradicionalistas, los antiliberales pasaban la vida combatiendo contra el régimen. "La semilla liberal—decían todos los días—produce frutos de
revolución., Y la gente se reía. Se reían los bien hallados
con el sistema liberal parlamentario, que tenía sus dere-
chas y sus izquierdas. Y les llamaban intransigentes, inadaptados, reaccionarios, neos; luego, trogloditas, y después, cavernícolas. Por motes no quedó.
Cuando apareció el sefior Maura como modelo de gobernantes liberales y se hicieron famosas sus primeras
frases, aquello de "yo gobierno con el duplo de un voto,, *yo gobierno con luz y con taquígrafos», y demás
faramallas parlamentarias, los tradicionalistas combatían
el liberalismo maurista, con escándalo de las clases socialmente conservadoras, con repugnancia de las clases
neutras, con la antipatía de una inmensa masa de buenas gentes. Ei señor Maura tuvo muchos simpatizantes.
¡Qué le vamos a hacer!
Y sucedió lo que tenía que suceder. El parlamentaris-
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LA
AVALANCHA
mo liberal, el duplo de un voto como fundamento del poder y la aplicación de los principios liberales al gobierno
del pueblo trajo la descomposición política en el régimen
monárquico, que después de muchos bamboleos vino a
caer en la votación del 12 de abril.
Y vino la República, traída, como ha dicho el señor
Saborit en el congreso del partido socialista, no por el
movimiento que preparó, en diciembre del 30, el comité
revolucionario, no por una sublevación militar, no por
una huelga general revolucionaria, sino lisa y sencillamente porque el censo electoral se volcó en las grandes
ciudades a favor de los candidatos republicanos.
¿Tipo de la república? Burguesa, desde luego, pensó
la buena gente. Aquí no ha pasado nada. Un cambio de
régimen, como si fuera un cambio de gobierno. Una crisis de más alcance, pero una crisis. Algo así como la formación de un gobierno nacional sin el rey.
La primera sorpresa la recibieron los fautores de la
revolución, dados de codo al día siguiente: los intelectuales, los jurisconsultos, los teóricos. Y la segunda la recibieron los cooperadores que fueron con su buena papeleta a votar, sin idea de la trascendencia del voto, como el
señor Bergamfn, que hizo el papel de •arrepentido primero».
¿Para qué recordar lo que ha sucedido desde el 14 de
abril de 1931 al 20 de octubre de 1932?
Y ahí está la república liberal parlamentaria, con todas
sus consecuencias. ¿Con todas? No. Todavía faltan muchas consecuencias por sacar, para total sorpresa de la
mayoría del país, y esta sorpresa es la de la transformación—y no lejana—de la república de tipo burgués en
república socialista.
Como los tradicionalistas no se han movido de donde estaban, naturalmente siguen siendo inadaptados, cerriles, intransigentes, cavernícolas y... agoreros.
Dicen ahora lo que en 1909: ¡Qué le vamos a hacer!
Las muchedumbres, letradas o iletradas, son unas y no
aprenden más que a golpes. Ya aprenderán. Solo que la
experiencia es una cualidad que no sirve para nada porque la ajena no se toma por norma, y cuando se adquiere, es tarde. Los que no escarmientan en cabeza ajena
reciben tarde el escarmiento en la propia. ¿Experiencia
en la cumbre de la vida, cuando pasó el tiempo de rehacerla? Ya, ¡para qué!
Y decimos esto porque estamos seguros de seguir predicando en desierto. Pero, reconózcase o no, el rumbo es
ése. Y ¡ya llegaremos!
Los socialistas no andan con tapujos. Proceden con
toda claridad. Y así han dicho en el congreso del partido que acaba de celebrarse en Madrid, que la república
democrática—ya lo dijeron en los mítines prerrevolucionarios,—no es la meta, sino un paso para llegar al socialismo integral; que lo que hay que hacer es política de
partido, y que su aspiración es la posesión plena del poder, para desarrollar desde el poder el programa socialista íntegro, para imponer el régimen socialista puro.
¿No había por ahí quien decía muy serio que el socialismo, como único partido organizado, es el muro de contención? ¿üe qué? ¿Qué es lo que tiene que contener?
¿No hay por ahí quien decía que el socialismo podía ser
una esperanza? ¿De qué?
Claro que también hay quien decía que el lerrouxismo
era otra esperanza, y fueron muchos los que se dicen de
"derechas, y muchos "neutros,, y muchas "clases de
orden apolíticas, los que votaron a los candidatos lerrouxistas. El señor Lerroux trajo seis actas a las Cortes constituyentes. Y ¡ahí está el señor Lerroux! Ahí está, con
noventa diputados nada menos, y recusado.
Y ahí está el socialismo, el "único partido organizado.,
declarando en su congreso que no consentirá fuerzas políticas a su izquierda. Es decir, que irá donde un partido
comunista pudiera ir. Más allá que él, nadie. Y que ni siquiera se piense en la posibilidad de unas elecciones generales. Y el régimen es el parlamentario, basado en el
duplo de un voto.
¿Estamos enterados?
Pues el que no lo esté, ya se enterará.
Y nosotros, a la "caverna, vamos.
jCuántos que algún día quisieran entrar en ella no tendrán fuerzas para llegar!
Pues, ¿qué le vamos a hacer?
MIRABAL.
La devora a las Animas eo la Ribera de Navarra
Durante todo el año
L borde de la carretera que va
desde mi pueblo hacia las Castillas, y en ei rincón más poético y
recogido del camino, un buen albañil ribero, en un arranque de
compasión y caridad, alzó un airoso pilar con la Cruz redentora por
remate. Amparo y cobijo le dan
los árboles más corpulentos de la
carretera, y abrigo, la enramada
que crece al amor del riacho que
fertiliza los campos corellanos de
Uarre. En el pilar abrió una hornacina, y en la hornacina
fijó un devoto cuadro de las Animas trazado en azulejos.
Una quintilla, con infuliilas de letrada que no bastan a
encubrir su aire popular, pide al viandante una oración
de tan ingenua manera:
La vida es un corto instante,
y jay si su fin es siniestrol
Si lo piensas, caminante,
no pasarás adelante
sin rezar un padrenuestro.
Cuando yo era niño, todo labriego al cruzar por aquel
paraje se descubría y rezaba. Y los grupos de campesinos, al regresar jubilosos de los olivares, acallaban su estruendosa alegría cuando el más resuelto iniciaba una
oración ai llegar al pilar aquel de las Animas, para contestar con admirable recogimiento.
Vieja costumbre era también entonces, al dar la hora
y después de haber dirigido a la Virgen la salutación del
ángel, dedicar un piadoso recuerdo a los fieles difuntos,
comenzando por esta cristianísima invocación: "¡Animas
benditas del Purgatorio, de Dios seáis perdonadas!.
En el mes de noviembre
Este mes lo dedican allí a honrar la preciosísima Sangre del Redentor, en sufragio de los muertos. Ya anochecido, uno de los esquilones más graves de la parroquia
dobla fúnebre convocando a los fieles. La función religiosa tiene marcado carácter de meditación en la fragilidad de la vida. Al terminar el rezo del rosario, de entre
la penunbra de la iglesia, y en medio de un silencio que
sobrecoge, brota vibrante y sucesivamente la recia voz
de tres "auroros,, recordando en una cuarteta, con sencilla melodía de rancio sabor litúrgico, las verdades eternas y la vanidad de las cosas humanas. Suele seguir una
devota plática. Y acaban todos los días esros tradicionales sufragios con un conmovedor acto de contrición a los
pies de un acogedor crucifijo que infunde ansias de abandonarlo todo por El y quedarse allí a compartir sus dolores.
Aun me parece estar viendo a los rústicos cantores de
mi pueblo, tan fija, tan anhelante la mirada en los ojos
mortecinos del Señor y en sus labios sangrantes, como si
esperaran que les hablase palabras de misericordia.
Cuando el recuerdo de mis pecados me hace pensar en
la justicia divina, insensiblemente vienen a mi boca las
doloridas melodías de aquel cantar que brotó del alma
de mi pueblo, sin duda, un día de contrición sincera en
el debió de verter muchas lágrimas, y me siento invadido de inefables efluvios de esperanza que incitan al arrepentimiento.
{Melodías dulcísimas de mi Ribera! ¡Cómo no habría de
tenerlas propias un pueblo de corazón tan grande, de fibras tan delicadas, de sentir tan hondo, de tan apasionado querer!
LA AVA LANCHA
El día de difuntos
La "aurora,, el mañanero canto tradicional de la Ribera cristiana es en el día de difuntos una tierna plegaría a la Virgen medianera de todas las gracias. El alma
popular cuenta ingenua a la celestial Señora los dolores y sufrimientos del Purgatorio en apenada letrilla, que
acaba apremiándola con acentos de indecible ternura:
•¡Sacadlas, Virgen pura, del fuego abrasador!. Suena estridente la esqtiila al terminar el canto en el silencio matinal, y uno de los •auroros, pide con entonación potente, que se esparce como el eco de un gemido por las calles yertas de la ciudad dormida, un padrenuestro y un
avemaria por las almas del Purgatorio. Y agitando la esquila y recitando en alto estas oraciones y repitiendo el
devoto cantar, va la "aurora, recorriendo plazoletas y
encrucijadas
y siempre!
Cuando epidemias o duros temporales del invierno
impidieron salir al coro de los "auroros,, nunca faltó
quien se lanzara a la calle con la campanilla de la "aurora., mucho antes del amanecer, a pedir sufragios por las
benditas ánimas.
Durante la última guerra civil, los partidarios de la libertad, envalentonados tal vez porque del pueblo—que a
la sazón contaría unas cinco mil almas, escasamente—habían partido ¡cerca de mil voluntarios! a las filas carlistas,
prohibieron el recorrido madrugador de la "aurora.. Pero llegó el día de los muertos. Y un valiente, dispuesto a
que los sufragios de aquel día, por lo menos, fueran copiosísimos, agarró decidido la esquila de los "auroros, y
se lanzó por aquellas calles desamparadas, a la incierta
luz de las estrellas y sin cuidarse de peligros. Ya caminaba agitando la campana y pidiendo con voz más penetrante que nunca padrenuestros y avemarias para las
ánimas, cuando al doblar una esquina, uno de los voluntarios de la libertad, armado de fusil, le echó el alto
de entre las sombras. Él "auroro, se acordó que llevaba
guardada en la faja la enorme canilla de una cuba—pues
terminado su recorrido, iría a la bodega a trasegar vino
—y echó mano de ella. El otro la vio brillar al débil fulgor de los luceros de la mañana, y se creyó ante la boca
mortífera de un trabuco, y huyó veloz, amparado por la
oscuridad de una callejuela. El "auroro, continuó imperturbable su caritativo empeño, con el grifo de bronce en
una mano, a modo de arma terrible, y agitando la esquila madrugadora en la otra. Después, así de sencillo, explicaba su hazaña: "¿Pero no iban a rezar las pobrecillas
por mi, cuando yo iba despertando a todos para que rezara o por ellas?.
Corolarios
Honda raigambre cristianísima. Generoso corazón de
hidalgo. ¡Esperanza de la Patria!...—MIGUEL.
Dos mandato! de Jesús en tiempos de persecución
•A vosotros, empero, que sois mis amigos, os digo yo
ahora: No tengáis miedo de los que matan al cuerpo, y
hecho esto ya no pueden hacer más., (Luc, XII, 4.)
El primer mandato es no asustarse de los perseguidores.
"Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y os separen de sus sinagogas, y os afrenten, y
abominen de vuestro nombre, como maldito, en odio del
Hijo del hombre.
.Alegraos en aquel día y saltad de gozo: porque os
está reservada en el cielo una grande recompensa., (Lucas, VI, 22 y 23.)
El segundo mandato es: alegrarse y saltar de gozo
•nte la persecución.
.
Y cuando jesús da estos dos mandatos es porque está
dispuesto a dar la Gracia para que se cumplan. ¡El no
manda imposibles!
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¡Qué falta está haciendo, a más de un asustado y aterrorizado hijo de Dios, hacer actos de fe viva y de confianza sin fin en las Bienaventuranzas! ¿No son lan de
fe como el Credo?
gi MANUEL GONZÁLEZ
Obispo de Málaga
El "líder,, de la escuela única
A estado en Madrid el jefe def
gobierno francés, Sr. Herriot, «líder» en Francia de la «escuela
única», y sus primeras palabras
al entrar en España fueron para
congratularse de que la Constitución de la República establezca también el principio de la es*
cuela única. La escuela única'-'
ya se entiende—oficial, del Estado laico, que es la escuela atea.
De manera principal la acción revolucionaria se dirige a la
enseñanza, para apoderarse así de
la inteligencia y del corazón de (a
infancia y de la juventud.
y este es, hoy por hoy, el problema magno que se plantea a los católicos en España: la defensa de la escuela,
que es la defensa de la niñez. Porque tales serán (os hombres como se formen de niños.
Han celebrado estos días en Cádiz, los estudiantes católicos, la undécima asamblea de su organización, y naturalmente, el tema único tratado ha sido el de la enseñanza,
y singularmente el de la escuela.
Es necesario, es imprescindible y es además urgente
afrontar la resolución del problema escolar, y este deber
es el que se brinda a la consideración de los católicos españoles.
La situación está bien clara. Muy meritorio y plausible
es, sin duda—¿quién lo niega?—cuanto, llevados de su piedad, han hecho hasta aquí los católicos en España, con
equivocada preferencia. Han creado multitud de instituciones benéficas, han invertido generosamente su dinero
en construir templos. Ha venido la revolución, y ha sometido a la dirección de sus órganos de poder aquellas
instituciones, y ha declarado de su propiedad todos los
templos consagrados al culto, y en aquellos edificios soberbios a que contribuyeron, convirtiendo el dinero en ladrillos, se ha cumplido la "predicción que hizo Nakens en
«El Motín»:
--¡Magníficos edificios para la revolución!
y a todos le pertenecen. Edificamos para nuestros enemigos.
y es que edificamos en el orden material, que es lo que
pueden arrebatarnos, y descuidamos edificar en el orden
moral: escuelas y periódicos. Faltaron a nuestra causa
maestros y escritores. Es decir, levantamos imponentes
castillos, y no los guarnecimos. Quedaron los muros sin
artillería y sin artilleros.
Hay que conceder que, en orden a la enseñanza, el celo fue mayor y la convicción de la necesidad más extendida. Pero hay que reconocer, que solicitar medios para
montar una rotativa y lanzar a la calle una hoja de papel
impresa, producía asombro y motivaba una sonrisa conmiserativa: y eso, ¿para qué sirve? Para nada. Pero los
periódicos hicieron la revolución.
Quede eso para la rumia de los que todavía necesiten
rumiarlo.
Ahora los estudiantes católicos, en su asamblea de
Cádiz, han apuntado certeramente sobre lo que procede
hacer con relación a la enseñanza. Hay que crear escuelas. Pero no de cualquier modo, pagando maestros con
veinticinco duros, sino creando un verdadero cuerpo del
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LA
AVA LANCHA
magisterio católico, en iguales condiciones, por lo menos,
que el cuerpo de maestros del Estado.
¿Que esto cuesta mucho dinero? El dinero sirve para
varias cosas: para malgastarlo, para gastarlo bien y para
perderlo cuando y como menos se espera. De esto están
recibiendo los adinerados una lección práctica ejemplar.
Hay que crear escuelas, como hay que crear periódicos y hay que costear maestros y escritores. Esto es todo.
y hay que crear escuelas—y aquí de la acertada orientación de los estudiantes católicos—a la sombra de la
Parroquia. Es decir, que la organización de la enseñanza
católica ha de ser una organización parroquial. Porque la
Parroquia, tan olvidada, es el centro de las actividades de
los católicos. Las escuelas católicas deben ser, por tanto,
escuelas parroquiales, y de la Parroquia ha de irradiar la
organización hasta unificarse en el Consejo central nacional, o como quiera llamársele, que asuma (a alta dirección.
Escuelas, muchas escuelas, y periódicos, muchos periódicos. Porque sería absurdo que (a labor de la escuela
se perdiera, se disipara en el ambiente de la calle y por la
influencia funesta de (a prensa impía.
y si así no se hace, los resultados de la escuela única
y de esa oleada de periódicos que cae a diario sobre (a
juventud darán su fruto; y pronto. Cuestión de diez años,
que no es nada en la vida de un pueblo.
Luis.
La capa roja de S. Martín
A podía afanarse el diablo en disipar la devoción del señor abad, aquella noche de noviembre envuelta en el agua-nieve de las
primeras ventiscas, ¡Afán perdido! Otras noches, si—precisa manifestarlo sin menosprecio del siervo de Dios—, otras noches, tras un sin fin de
artimañetas lograba distraerle en un punto, descolgándosele en forma de araña sobre la página misma del breviario, apagándole la candela de un soplo que el señor abad
no sabía de dónde podría provenir, abatiéndole los párpados con un sueño repentino, introduciéndole el dedo
en la boca—aquel dedo asqueroso—para que bostezara;
viejas artes de este viejo tentador, que ya se solazaba
así entre los Padres del yermo, según nos refieren las
Colociones.
Mas esta vez todo era inútil.
Había trepado al facistol donde un gran libro de coro
abríase por el oficio de San Martín, en una letra que era
un vergel, y lo había derribado con estruendo, entre una
nube de polvo. Habíase agazapado bajo la silla abacial, y
arañaba con sus largas uñas en el asiento. Por fln abrió
un agujero en la bóveda, y una gotera helada comenzó a
caer sobre el señor abad.
Pero el señor abad se había transportado desde los
comienzos de su rezo, y su ánima, amparada bajo las
alas de los Angeles Custodios, caminaba tras el caballo
del señor San Martín.
**•
La nieve cubría los tejados, los árboles, el puente y el
camino. Sobre su caballo grande, que llevaba la cola
trenzada. San Martín iba envuelto hasta las orejas en su
capa roja. Y en verdad, mucho más que la luna, pasmada de frío, alumbrábale en el camino una inexplicable
claridad que andaba delante de él.
El señor abad, que lo contemplaba todo por encima de
sus espejuelos, recitaba con un paladeado y tembloroso
deleite los responsorios del oficio, en un latfn celestial:
•Oh beato Martín, Martín varón de Dios,
poderoso resucitador de los muertos
en nombre de la Trinidad,
que con las manos juntas decía: Fiat voluntas tua...
Que ni temió la muerte, ni rehusó la vida,
mas con un espíritu infatigable clamaba:
Fiat voluntas tua.
Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto;
Fiat voluntas tua.n
¿Cómo habían de prevalecer contra el escudo de tan
inflamada oración todas las potencias del diablo?
En vano tiraba del verde balandrán del señor abad,
hasta hacerle resbalar del asiento; o le introducía, por
los botitos orillados de felpa, zurrapas de cera dura que
le lastimaran los pies. Nada sentfa el señor abad. Nada
veía, más que a San Martín caminando en la nieve.
Bajo un soterradillo que no servía sino para congregar el agua de hielo v la ventisca, un leproso, desechado
de la vecindad, imploraba con sus brazos, florecidos del
mal de Lázaro:
—¡Una piedad, señor caballero!
San Martín, que cabalgaba envuelto hasta los ojos, por
tan cruda noche, quedóse escrutando.
—¡Una piedad, señor caballero!
Yacía el triste lazarado sobre la paja húmeda, mitad
harapos, duros por la helada, mitad carroña.
San Martín descabalgó. De un tajo de la espada partió
en dos su clámide escarlata. Envolvió al mendigo en la
rica tela partida, besólo en la frente y lo sentó en su caballo con una encendida caridad.
Luego él iba delante, indagando sobre la nieve con su
espada desnuda; y el lazarado, el transido y hambriento
era Cristo nuestro Señoor, que surgía, hermoso como
sobre el sepulcro, del pedazo de la capa roja. Y se iluminaba toda la nieve del campo, como si la encendieran
los rayos matutinos. Y los ángeles comenzaban a cantar
entre aleluyas:
"Oh bienaventurado varón
cuya alma está en el Paraíso,
donde cantan los arcángeles,
exultan los serafines,
y el coro de los santos y de las vírgenes repite:
¡Quédate con nosotros in aeternum!„
También el señor abad repetía ante el facistol esta antífona gloriosa del "Benedictus..
Ciertamente, sus ojos tropezaban en el pergamino sobre las grandes letras azules y rojas que la llama de la
candela exhausta hacía temblequear.
Quizá fuera un último ardid del maligno. Pero su ánima seguía embriagadamente la visión azul de ángeles, de
estrellas y de nieve en que san Martín subía al cielo, de
palafrenero de Cristo, Y aun escuchaba la voz del Señor,
que decía a los Santos, llegando a las puertas de la gloria:
"Este es Martín, que me envolvió en su capa..
...El señor abad se persignó devotfsimamente en la
frente, en los labios, sobre el corazón. En la escalera del
coro ruinoso y en tiniebla estuvo a punto de caer, porque con aquellas migajas de de cera que el enemigo le
había introducido en los zapatos no podía asentar el pie.
Mas cuando, envuelto en su manteo añoso, en su manteo verde, salió a la calle, obscura y nevada, un inefable
calor inundaba todo su cuerpo, como si la roja capa de
San Martín le envolviera.
GENARO XAVIER VALLEJOS.
El cine y la tuberculosis.—Célebres médicos del Río
(Brasil), habiendo realizado un minucioso estudio sobre
las condiciones de los cines como transmisores peligrosos
de la tuberculosis (tisis), llegaron a las conclusiones
siguientes:
En un metro cúbico de área de la "Avenida Central,
descubrieron apenas 400 gérmenes microbianos; en tanto que en un metro cúbico de área de un cine encontraron
9.000 gérmenes del terrible microbio, en otro metro,
11,541 microbios; y en un tercer metro, 36.282 gérmenes.
El cine, pues, según los arriba expresados médicos,
además de ser uno de los mayores peligros para el alma,
es también atentatorio a la salud del cuerpo, como vehículo terrible de la hoy tan extendida tuberculosis.
A
LA
AVALANCHA
RASGOS DE LA PATRIA
Rescate de la libertad
325
res eran el gozo y la alegría que en él reinaban, presentóse en la sala el Rey de Francia armado de todas armas,
acompañado de cien hombres no menos bien armados,
entre los cuales figuraba el príncipe de la sangre Duque
de Aujou, el Duque de Orleans, el Conde de Eu, el mariscal Endreghen y otros, quienes, avisados por el Delfín,
habían salido de París con el pretexto de ir de caza, penetrando en el castillo, donde se celebraba el banquete,
por una puerta falsa que abrió un capitán que la guardaba.
El Rey francés mandó en seguida prender al Rey de
Navarra y a los señores que le acompañaban, recluyéndolos en distintos aposentos del castillo y disponiendo
que a cada uno de los presos se les diera un confesor y
que se levantara un cadalso donde fueran ejecutados inmediatamente.
Después de haber comido tranquilamente, el rey don
Juan de Francia ordenó que los presos salieran en dos
carretas, al suplicio, acudiendo él a presenciarlo. Inmediatamente les fueron cortadas las cabezas al Conde de Harcourt y a su hermano, a los señores de la Graville y
Maubué y al escudero Olivier Dublet, amigos del Rey de
Navarra; y aquéllas se clavaron en picas, para que las vieran iodos. Cuanto a dicho monarca navarro, el francés,
su suegro, no quiso matarlo entonces, pero dispuso SO-
las efemérides interesantes
y gloriosas de Navarra merece
figurar el hecho histórico realizado por varios caballeros navarros, de libertar a su rey D. Carlos II que había sido reducido a
prisión injustamente, por su suegro el monarca francés. La hazaña es digna de recordación, siquiera sea breve, y de alabanza,
aunque no sea todo lo completa
a que ella es acreedora. Es como
un canto al rescate de la libertad.
El rey don Carlos II entró a
reinar en Navarra, por muerte de
su madre doña Juana II, en 1349, y ciñó la corona hasta
el 1.° de enero de 1387, o sea durante treinta y seis años,
dos meses y veinticinco días, según observa Alesón, en
un reinado tan agitado y turbulento como era de esperar de aquellos tiempos
de indisciplina y revuelta, de las cuales
da alguna idea el hecho de haber principiado este monarca a gobernar reprimiendo severamente, en el puente de
Miluce, una importante sedición, y de
haber terminado su vida, desenvainando la espada de la justicia para ahorcar
y descuartizar a los revolucionarios que,
con TurriUas a la cabeza, se levantaron
contra el poder público en abierta rebelión. Aunque el rey Carlos II de Navarra
fue de hermosa presencia, de trato agradable y de palabra tan elocuente y aun
arrebatadora que conquistaba las almas
y rendía los corazones más empedernidos, sin embargo, tuvo muchísimos
enemigos; y a pesar de ser buen padre
de familia, marido ejemplar y cristiano
práctico, que demostró su fervor religioso con innumerables obras de piedad,
llevó el sobrenombre de "Malo,,; pero
no por ser de índole peor que los demás reyes de su tiempo, casi todos poco recomendables, sino como una injuria que sobre su nombre lanzó la enviPAMPLONA.—Un responso el día de los Difuntos en el Cementerio de esta ciudad
dia y el odio de sus adversarios, especialmente, de los franceses.
Foto. Galle.
NTRE
Casado nuestro rey Carlos II, con gran contento y alegría de todo Francia, con la princesa doña Juana, hija del
monarca francés don Juan II, vivió distinguido y agasajado en la corte mientras no alegó sus derechos a los
condados de Champaña, Bría y Angulema. Pero como el
condado de Angulema correspondía a don Carlos por su
padre el rey don Felipe, y los de Champaña y Bría por
su madre doña Juana, y no se le entregaban nunca, él los
reclamó, aunque sin éxito, y desde entonces principió a
desmerecer la buena fama del navarro, y sobre él fueron
lanzadas acusaciones gravísimas, las cuales, aunque fueran ciertas, no podrían ser juzgadas aisladamente, sino en
relación con las tremendas ofensas y persecuciones que
contra él se dirigieron.
Prescindiendo de ciertos agravios que hubo de una y
de otra parte, recordaremos la felonía cometida en Rúan
contra el Rey de Navarra por el de Francia, de acuerdo,
sin duda, con el Delfín su hijo.
Este Delfín simpatizaba aparentemente con su cuñado
don Carlos de Navarra y frecuentemente le obsequiaba
con regalos, y un día le invitó a un gran banquete que
debía celebrarse en Rúan, acudiendo el navarro con varios caballeros de su partido, bien lejanos de suponer el
engaño criminal que se les preparaba.
El banquete parecía muy rumboso, pero cuando mayo-
meterlo a un proceso afrentoso, llevándolo a la torre fuerte del Louvre en París, apresando también a varios acompañantes de aquél.
Del Louvre fue trasladado don Carlos al castillo de
Gallard, y después al de Alleux, en el país de Cambresi,
esperando en vano su libertad, pues empeñado el Rey de
Francia en darle muerte después de humillarlo y torturarlo, nombró jueces para que lo condenasen, ante los
cuales se presentaba el navarro todas las semanas como
un reo vulgar, haciéndole sufrir grandes mortificaciones.
Las activas y eficaces gestiones del Conde de Fox y
del Rey de Aragón cerca del Rey de Francia consiguieron que éste respetara la vida del navarro; pero ni estos
trabajos ni los de los infantes don Luis y don Felipe de
Navarra y otros pudieron evitar que se le condenara a
dura prisión.
Tampoco hicieron variar las decisiones del monarca
francés la alianza de los navarros con los ingleses contra
Francia, pues Carlos I! de Navarra segufa recluido en el
castillo de Gallard.
El ejército navarro mandado por el infante don Felipe
invadía tierras y conquistaba plazas francesas; el Príncipe de Gales, al frente de las tropas de Inglaterra, recorría y talaba gran parte de Francia, venciendo después al
francés en la memorable batalla de Poitiers, haciendo
326
LA
AVALANCHA
prisionero al rey don Juan; más de cincuenta diputados
de los estados generales, reunidos en París, pidieron, como justa y necesaria, la libertad del Rey de Navarra; pero el Delfín, que gobernaba por su padre, prisionero en
Londres, despreció los peligros que amenazaban a Francia, y desatendiendo la pretensión de los representantes
del país, ordenó que el monarca navarro fuera llevado al
castillo de Alleux, para tenerlo encerrado en cárcel más
segura.
Perfectamente advertida y comprobada la tenacidad incorregible de retener en prisiones duras a nuestro rey
Carlos II, hubo necesidad de pensar en el empleo de la
astucia o de la fuerza para rescatar su libertad, procedimiento que solo pudo ejecutarse aprovechando la ausencia temporal del Delfín y la abnegación heroica de varios
caballeros navarros que para ello ofrecieron hasta sus
vidas.
Apenas el Delfín marchó a Metz para visitar a su tío
el Emperador, el infante don Felipe se puso de acuerdo
con los caballeros navarros don Corbarán de Leet, don
Rodrigo de Uriz, don Carlos de Artieda, el Barón de
Garro y don Fernando de Ayanz, con el fin de que, acompañados de otros compatriotas, como el noble don |uan
Martínez de Azcona, y de algunos franceses amigos, como Juan de Pequiñi, realizasen la proeza deseada.
Concertados estos hombres intrépidos con unos carboneros que vendían su mercancía al castillo de Alleux en
cierto día del mes de noviembre, se disfrazaron con trajes de éstos, llevando armas ocultas, y conduciendo carbón, penetraron con ellos en la fortaleza por la noche,
sorprendiendo a los centinelas y matando al alcaide y
soldados que les opusieron resistencia; y abriendo las
puertas de la prisión, libertaron al rey don Carlos II de
Navarra, que llevaba recluido más de diez y ocho meses,
y según las apariencias, estaba condenado a vivir en cárcel perpetua.
Esta proeza casi legendaria, realizada en una noche
del mes de noviembre del año 1356 o 57, causó gran
sensación y fue muy aplaudida, no solo en Navarra, sino
en todas las naciones de Europa; y dice Alesón, que por
su resonancia y por el heroísmo de los caballeros que la
ejecutaron, si hubiera acontecido en la antigua Roma se
hubieran levantado, para enaltecerla, estatuas en el Capitolio, o grabado efigies en las medallas públicas; aunque
tampoco Navarra olvidó hecho tan glorioso, y para inmorializarlo inscribió, para perpetua memoria, los nombres de los héroes en un documento honorífico de la Cámara de Comptos, que nuestros antepasados llamaban el
Árbol de la Fama.
Con este acontecimiento memorable y brillantísimo que
conoció Navarra en noviembre de 1356 no se agotaron
los motivos que inspiraron a los héroes cristianos y patriotas sus gestas más gloriosas, pues en noviembre de
1932, como en muchas otras épocas, los hombres, sin
faltar a las leyes justas, pueden realizar hazañas dignas
de la leyenda y de la epopeya, no precisamente libertando cautivos, sino rescatando la verdadera libertad donde
quiera que aparezca encadenada, hasta restaurarla con
toda su pureza y esplendor, para bien de la Patria, y sobre todo, de la Religión, que debe ser el fin principal que
han de cumplir los ciudadanos católicos en todas las naciones del mundo.
IUAN P. ESTEBAN Y CHAVARRIA.
MOMENTO
NOVIEMBRE
ES de dolor, porque es mes dedicado a los
difuntos;—¿y quién es el que no los tiene en
gran número entre sus parientes y allegados?
—pero mes también de esperanza, porque es
mes de oración y mes de redención.
Una vez más el dolor se muestra en este mes como
semilla de la esperanza, y nos da nuevo motivo para alabar la sabia y bondadosa Providencia de Dios, que al tolerar el mat, al que abrimos la puerta con nuestro primer pecado, no le tolera nunca sin envolver en su misma naturaleza la medicina que le neutralice.
Por eso, no por el dolor en sí, porque el dolor es mal
y el mal no debe bendecirse, sino por el bien que de él
se deriva, nos vemos precisados muchas veces a bendecir el dolor.
Del dolor han surgido casi siempre los más grandes y
los más positivos bienes, los placeres más inmarcesibles.
Del más grande de los dolores, el dolor causado en
su sacraiísima pasión al Hijo de Dios, ha surgido el más
grande y positivo de los bienes, el de la redención humana.
¿Y qué piacer hay en el mundo que no haya sido regado, no una, sino una porción de veces, con lluvia de
llanto? Y esa liuvia de llanto es precisamente la única
que le ha fecundado y le ha purificado y le ha hecho
verdadero placer.
La misma paz, la bendita y saludable paz, apenas si
se ha conseguido nunca por otro camino que por el de
la guerra.
Todas las lecciones de la historia, las más fecundas y
provechosas lecciones que la humanidad ha podido recibir, han sido siempre amasadas con lágrimas y con
sangre.
Las lágrimas, la sangre y el martirio han preparado
siempre también el camino de ios apóstoles que han esparcido por los pueblos salvajes la semilla bienhechora
de la civilización cristiana.
Ninguno de los bienes que el hombre disfruta, ni aun
la misma vida, llegan hasta él si no por medio del doior.
Cuando e! pequeño infante abre sus ojos a la luz del
mundo, es una lágrima y es un ¡ay! la primera manifestación de su existencia.
No nos aflijamos, pues, excesivamente ante la presencia del dolor. De él puede derivarse la salud y el bienestar que nos serán necesarios. Las medicinas más amargas sen muchas veces las que contienen mejores condiciones curativas.
Mes de muerte es el mes de noviembre, pero es también, como hemos dicho, mes de esperanza y de redención.
¡Cuantas almas, por el precio de la oración, precipitan
en este mes el instante de su vida definitiva!
Procuremos, pues, con nuestros sufragios vayan cuanto antes nuestros queridos difuntos a gozar del descanso
eterno y la paz en la gloria.—F.
LA ASAMBLEA DE LEIRE
IX
(Continuación)
Al fallecer en Pamplona el rey don Sancho VII, apodado El Sabio, monarca de excelente memoria y muy
amado de su pueblo, heredó el trono navarro su hijo don
Sancho El Fuerte, así denominado por las crónicas que
han perpetuado al último rey de pura y neta sangre vascona, el señalado en cierta bula pontificia, fechada en 27
de marzo de 1196, con el título de Duque de los navarros.
El rey don Sancho El Fuerte se destaca como el héroe indiscutible de las Navas de Tolosa. El, como ningún
otro, constituye la figura colosal de la épica jornada de
Muradal, y en la sensación popular brilla con los espíendores de la Edad media, y la silueta de su personal sobrenombre refulge tanto más cuanto más se le discute y
se le comenta.
Su proceder en aquel resonante día fue como la trompeta sonora que acabó con la dominación morisca en el
suelo hispano, y el triunfo final, definitivo, de la Cruz sobre la Media luna; aquel día la dominación sarracena
entró en el periodo agónico, largo ciertamente, como lo
LA
es el del tuberculoso cuyos pulmones, minados por larguísima dolencia, resisten y se defienden con tenacidad
inconcebible e irremediable de los golpazos de la guadafia que ai fin vence para siempre.
Las luchas intestinas, las rivalidades de las monarquías
frente a la nobleza, las ambiciones de los favoritos, las
miserias y las vilezas de los altos, la insuficiencia mental
de los reinos centrales, la pequenez cardíaca de los soberanos de Castilla, los retuvieron en inverosímil apatía,
dando un espectáculo de cobardía y tolerancia, tanto que
el golpe mortal inferido al africano en 1212 y a la enseña
de la Media luna no diera su resultado lógico e inevitable hasta que una mujer, llevando de acólito espectador,
en 1492, a un pelele maquiavelo, dio en tierra granadina
con un poderío vergonzoso y humillante para quienes lo
soportaron casi tres siglos, como muñecos inconscientes
o como parásitos sin alma y sin entrañas, ü. Sancho El
Fuerte más bien parece nacido para la leyenda que para
la historia. Su crónica está reclamando la guzla y el romance, en espera del trovador que nos diga, en versos
sonoros, las bélicas aventuras y las eróticas desventuras
del personaje. Estas excitan a conmiseración; aquéllas
sobrepasan al asombro.
Aquel monarca sintió tener en su cetro los residuos
del período gótico que, cual fruta sazonada, halló la raza
morisca en el día de su invasión; y como para imponer
en la Península el imperio de la Cruz bastaba ansia de
combatir, y ésta la poseía don Sancho sobre toda otra
pasión, fácilmente prendió en éste la empresa de la cruzada española, como hubiera prendido en sus antecesores.
Nuestros reinos vecinos Aragón y Castilla, engendrados por Navarra, harán de cuervos que nos sacarán los
ojos; y así, aprovechándose noblemente de la ausencia
de don Sancho, cual ladrones nocturnos usurpadores en
cuadrilla, penetraron en nuestro propio hogar y nos robaron diez y seis castillos el primero, y veinticuatro castillos el segundo; así, paso a paso, los soberanos de Castilla y Aragón irán escalando trono por trono, tomarán
asiento en los de la monarquía española: garras rapaces
que, una vez hecha su presa, difícilmente la soltarán.
La comparecencia del Rey Fuerte en la asamblea de
Leire despierta entre los convocados una manifestación
de entusiasmo que se traduce en aplausos unánimes y
atención espectacular; su elevadísima estatura, su obesidad extrema, su gallardía decadente, se atenúan debajo
del regio manto que lo encubre: tan solo se ve cómo su
diestra empuña un manojo de férreas cadenas, emblemas
de su rango y de su rasgo, más que heroico, temerario,
en la memorable y decisiva batalla de las Navas.
Dirige efusivos saludos a los compañeros de asamblea,
„y con palabra fatigosa les dice: "Abandoné mi tumba de
Roncesvalles tan pronto conocí la llamada del Abad Vírila, y aun sintiendo sobre mis huesos la pesadumbre de
mis años y de mis achaques, ante vosotros aparezco, no
solo para identificarme con vuestros planes patrióticos,
sino también para deponer personalmente en cuanto con
mi reinado se contraiga, especialmente en lo referente a
mi viaje a tierra de moros y en cuanto a mi participación
en los campos de Muradal.
,En la cruzada de las Navas, mi indómito carácter, el
a •
o
o
327
AVALANCHA
arraigo de mi fe y mi decisión de demostrar mis resentimientos, todo ello reunido, sobrepujó a las vacilaciones
de los soldados de López de Haro, a las perplejidades de
los aragoneses y al pavor fugitivo de los castellanos. La
altivez de vuestro soberano Fuerte contrastó con la actitud irresoluta y especiante de los demás aliados. Con
arrogancia impaciente, vista la indecisión de los demás,
piqué espuelas en mi mulo, llegué al palenque, retrocedió mi bruto, y entonces invoqué, demandando la ayuda
de Santa María, y repetí la carga empuñando mi pesada
maza, repartiendo infinitos y decisivos golpes sobre los
africanos encadenados que cerraban el círculo del caudillo Amomelín: pies y manos, brazos y orejas, entrañas y
cráneos desprendidos y escachados, quedan en tierra por
donde pasé; el dique encadenado salta en pedazos; los
míos me siguen enardecidos, sembrando con su furia el
pánico a diestro y siniestro, y al par que mi séquito va
dejando tras de sí charcos sanguíneos, persiguiendo a los
fugitivos, nuestro ejemplo excita el vigor de los de Haro
y Aragón; y por fin, el cuerpo central, a la voz del arzobispo navarro don Rodrigo, viendo abierto el camino de
la victoria, toma parte en la matanza iniciada por nuestro
brío y se embriaga impunemente en el fácil esterminio;
pero mientras nos saturamos de matar; El Naser Miramamolín arroja con ira desesperada su Koran, monta sobre su caballo, embraza su alfanje y su escudo, y clavando sus acicates en el atolondrado corcel, sin osar ni
por un momento hacernos frente, huye a toda carrera,
dejando en nuestro poder su tienda roja con flecos de
oro, sus banderas, estandartes y pendones, y por todos
lados, la muchedumbre de almohades, cafdes y andaluces en tropel, se estrujan y amontonan en el más infernal desorden, buscando ancho campo para salvar sus
cuerpos en desordenada fuga, dejando el suelo teñido en
sangre mahometana, y en confusos montones, arcos, lanzas, flechas, tambores, añafiles, corceles, carros, camellos, alfanjes, cimitarras, adargas, albornoces, botín de
plata, oro, flechas y subsistencias sin fin, y gualdrapas
destrozadas; en una palabra, la desolación más asombrosa, las blasfemias más horrendas y la desesperación más
inconcebible.
BYa no invoca la muerte el monarca castellano; ya olvida el latigazo recibido en Aiarcos como digno castigo a
su soberbia y petulancia. Nos imita, y se pavonea en el
campo de la resonante victoria. Entonamos todos a una
voz el Te Deum laudamus, y a la satisfacción de la
victoria unimos el placer de la venganza, mostrando al
desleal don Alfonso, el orgulloso aleccionado, cómo la
nobleza navarra paga las felonías castellanas, cobardemente cometidas doce años antes en tas tierras alavesas
y guipuzcoanas.
BMi hazaña al arremeter el palenque fue, según el testigo don Alvar Núñez de Lara, la que decidió, nuestra
victoria y la derrota muslínica, provocando la huida de
Mohammed por el enorme salto del mulo que yo montaba. El esterminio fue inaudito, y aquel dfa fue para siempre consagrado a la fiesta de la Santa Cruz.»
La asamblea interrumpe al héroe legendario de las Navas, con frenético entusiasmo y sonoras ovaciones, dando
lugar a un descanso en el relato de don Sancho.
(Continuará)
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328
LA
AVALAN
DE COLABORACIÓH
El cuarto centenario del nacimiento
de unexégeta egregio
(Continuación)
Pocos siglos tan fecundos en exégetas como el de Toledo; y puede certificarse que a ninguno de ellos era inferior el jesuíta cordobés. Dos géneros de trabajos en que
se ejercitó le acreditan extraordinariamente: el de las comisiones en que formó parte y el desús libros impresos.
Apenas terminado el Concilio Tridentino, Pío IV diputó una comisión en que entraban cuatro cardenales, para
C H A
escabrosos y difíciles consultaba al jesuita Toledo, 'como
al hombre más competente de esta época., al decir de
Prat; pero se reservaba, según lo declara en la Bula AU
ternas Ule, el derecho de resolver. Al embajador de Venecia Bodoér contó el Pontífice que las hojas corregidas
se las mandaba a Toledo y a algunos agustinos que las
despachaban luego a la imprenta; pero Su Beatitud jamás
indicaba si aceptaba o no sus advertencias; antes, como
significaba el Conde de Olivares a Felipe II, el teólogo
jesuita sabía que hartas veces no le había atendido, y opinaba que esta edición aprovecharía más a los herejes que
a los católicos, y que si no hubiera otra razón, sería esta
suficiente para convocar un concilio general. La Biblia
Sacra Valgata se imprimió en 1590, y algunos ejemplares se repartieron entre los cardenales y se remitieron a
los príncipes.
PAMPLONA.—Piadosa escena el día de la Conmemoración de los fieles difuntos en el Cemenierio de esta ciudad.
Foto Zaragüeta.
procurar que la "Vulgata. recobrase su pureza primitiva.
A esa comisión se agregaron en los pontificados siguientes nuevos sabios, para reemplazar a los fallecidos o a los
ausentes. Gregorio XIII señaló a Francisco de Toledo
como uno de ellos. Aunque Ghisteri duda de esta designación y la niega Vercelloni, es cierta, según puede verse en Le Long, Melzi y Hurter. Si no pudieron dar cima los diputados a la corrección de la "VulgataB, publicaron una nueva edición de la versión alejandrina de los
Setenta que precediera a la "Vulgata, y sirviera de pauta
para enmendarla. Ostentaba el título de Vetas Testamentum Grcecum juxta Septuaginta ex auctoritate Sixti V.
Salió en 1586; y Juan Morino y el protestante Briand
Walton la reputan como la más perfecta de todas las versiones editadas.
No se contentó con eso el celoso Pontífice franciscano,
sino que puso todo su conato en que se corrigiera la *Vulgata,. La comisión de cardenales y teólogos que entendía
en la corrección correspondió admirablemente a los deseos de Su Santidad, y tras de dos años de asiduo trabajo y continuas vigilias pudo el presidente presentar la
•VulgataB, totalmente corregida, al Papa. A Sixto V no le
satisfizo la labor, e intentó por sí mismo introducir las
oportunas correcciones en toda la "Biblia.. En los puntos
Estuvo tan lejos, observa Cornely, de agradar a todos,
que antes fue blanco de vehementes impugnaciones. Había quien instaba al sucesor de Sixto V en la cátedra de
San Pedro, para que la condenase; mas Gregorio XIV,
por consejo del Santo Padre Belarmino, quiso que se
enmendase, y enmendada, corriera sin tropiezo. Para eso
instituyó una nueva congregación de siete cardenales y
doce teólogos entre los que se enumeraba Francisco de
Toledo; mas como procediese perezosamente, eligió el
Pontífice dos Padres purpurados y ocho escriturarios
que en la quinta de Zagarolo terminaron su torea en
veintiún días. El fallecimiento del Padre Santo, acaecido
en 14 de octubre de 1591, dejó todo en suspenso.
A Clemente VIII, electo Vicario de Cristo en 30 de
enero de 1592, estaba reservada la gloria de coronar la
empresa. Apenas entronizado en el solio pontificio, formó
una comisión compuesta del P. Toledo y los cardenales
Valiero y Borromeo, que dejaron al sabio jesuíta todo el
peso y responsabilidad de la obra, como consta de un
ejemplar de la Biblia de 1593, que existía en la biblioteca
del convento de la Santísima Trinidad de los Padres Mínimos, al que se pegó una cédula manuscrita que decía:
"Como se deslizaron errores en esta edición de ia "Biblia,, el P. Francisco Toledo, por mandato de Ciernen-
LA
AVALAN
te VIII, los corrigió en este ejemplar, del que se hizo la
edición enmendada que corrió al cuidado de Ángel Roecha, y se estampó en 8.°, el 1598, y es la más esmerada
de todas. Aparece esto del autógrafo del Papa que puede
leerse en la última página.. Este autógrafo, sin día ni
año, contenía la siguiente disposición: "Mandamos que se
imprima la presente edición de la 'Biblia, conforme a la
corrección hecha por la Congregación, y la remitimos al
juicio de Francisco Toledo, de la Compañía de Jesús, al
que concedemos para ello toda nuestra autoridad. Con
las enmiendas tipográficas correrán la ñdetidad e industria de Fr. Ángel Roccha, agustino..
En siete meses finalizó el teólogo cordobés el trabajo,
recorriendo el texto completo hasta el Apocalipsis, supliendo las deñciencias, eligiendo y confirmando una lección entre las dudosas. Toledo, afirma Prat, era, sin contradicción el más capacitado para conducir a buen término la obra... Su trabajo es un dechado de erudición, de
paciencia y reflexión, de crítica luminosa e imparcial.
Acabó sus notas el 28 de agosto de 1592, fiesta de San
Agustín, como diligentemente lo avisa alfindel ejemplar
de la Biblia sixtina que le sirvió para las enmiendas. Sin
embargo, el agustino Roccha copió las correciones del jesuíta en otro ejemplar de la misma Biblia destinado a
CHA
329
que Belarmino compuso el prólogo; pero que todas y
cada una de sus palabras brotaran de su pluma, es cosa
incierta. Toledo reclama su parte en la preparación de
documentos, según se deduce de esta afirmación del teatino Miguel Ghisleri en su relación de la "VulgaiaB: "Es
cierto que compuso el prefacio de esta edición corregida
el P. Roberto Belarmino, pero juntamente con el mismo
cardenal Toledo.»
Los libros escriturarios que estampó el egregio cordobés son los siguientes: 1." "Comentarios al Sacrosanto
Evangelio de San Juan., Roma, 1588. Forman dos tomos
en folio, dedicados a Sixto V por Toledo en nombre de
toda la Compañía de Jesús. La segunda edición es de
Roma, 1589; la tercera de Lyon, 1589; la cuarta de Colonia, 1589; la quinta de Roma, 1590; la sexta de Colonia,
1599; la séptima de Brescia, 1603; la octava de Colonia,
1611; la novena de Lyon, 1614. 2.° •Comentarios sobre
los doce primeros capítulos del Sacrosanto Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo según S. Lucasw. Roma. 1600.
Este año salieron las ediciones de Venecia y París; la
cuarta edición es de Colonia, 1611. 3.° "Comentarios
y anotaciones a la Epístola del Beato Pablo Apóstol a los
Romanos,. Roma, 1602; segunda edición, Lyon, 1603;
MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS DE NAVARRA
UJUÉ.-Detalle de la portada, de la. Iglesia <ie Santa MaríaFoto. Arxiv Mas.
los impresores; y sea por el cambio de parecer de Toledo, o sea por distracción del copista, los dos textos difieren en más de un pasaje, aunque tas divergencias son
pequeñas. La obra se intitula: Biblia Sacrce Vulgatce editionis Sixti V Pont. Max jussu recognita atque edita.
Romae, 1592. El nombre de Clemente VIH no se inscribió en ella hasta 1604; pero con legítima justicia se denomina, afirma Cornely, clementina, porque estriba en la
autoridad de aquel Pontífice. En ella se corrigen las erratas tipográficas de la sixtina y se cambian casi (res mil
textos. El prólogro consta que es de Belarmino por su
propio testimonio; pero el defensor y abogado del siervo
de Dios, en el proceso de la beatificación, para desvanecer ciertas dificultades que de ahí se originan, declara lo
que sigue: "Es cosa averiguada, por su misma confesión,
tercera, Maguncia, 1603. 4.° Corrigió además y enmendó
la "Vulgata Sixto-Clementina,, y tócale su parte en el
"Vetus Testamentum Greecum juxta Septuaginta».
El método que observa Toledo en sus "Comentarios.
se cifra en lo siguiente: Copia el capítulo del libro comentado, y lo explica. La explicación abarca dos partes: interpretación y anotaciones; en aquélla determina el sentido
legítimo de los versículos o del texto y el encadenamiento o enlace de unos con otros. En éstas excita cuestiones
sobre la inteligencia de algunos pasajes: expone las distintas sentencias, abraza la más verosímil, la demuestra
y resuelve las dificultades.
ANTONIO PÉREZ GOYENA, S.J.
(Concluirá)
LA
330
AVALAN
AKTE CRISTIANO
Iglesias de San Francisco, el [armen y la Magdalena
de
San Francisco
ON Teobaldo I de Champaña,
cuyo fallecimiento ocurrió el año
1253,
legaba en su testamento la
cantidad de un millón de reales
para la edificación de un convenio franciscano en la entonces villa de Sangüesa, y su sucesor
Teobaldo II puso en ejecución la
obra. Se halla situado en la Plaza del Prado, de la cual parte ta
actual carretera de Aragón.
El pequeño pórtico abierto en
el ángulo del muro lateral, próximo al hastial, lleva tres archivoltas ojivales lisas que apean en
finas columnas con capiteles rameados. Penetrando en su
interior nos hallamos en templo gótico de una nave, de
unos 30 metros de fondo por 12 de anchura. Va dividido
en cuatro bóvedas de ojivas con crucería formada de
finos nervios. Separan las fajas arcos torales apuntados
que apean, asi como los haces de arcos cruceros y formeros, en modillones de forma fondo de lámpara, adosados a los muros a la altura de dos tercios del alzado.
La primera construcción data del siglo XIII, pero en el
XVI, debido a causas de reforma del templo, se modificó
la techumbre, que es la hoy existente de cuatro bóvedas
ojivales.
En los muros laterales exteriores van contrafuertes
que resisten los empujes de las bóvedas, siendo de notar
que en el adyacente a la Plaza del Prado existen seis refuerzos correspondientes al número de bóvedas que tendría la iglesia, y no cuatro como la actual.
Lleva dos hermosos ventanales en cada muro lateral,
con tracería ajimezada y parteluz.
Termina la nave en el ábside plano cuyo centro ostenta espacioso ventanal de doble mainel, cerrado con artística vidriera en armonía con el estilo de la iglesia.
El convento, amplio y sano, es actualmente residencia
de PP. Capuchinos, los cuales han hermoseado notablemente el templo y la edificación. Ellos separaron el altar
mayor del ábside, al cual estaba adherido, e instalado un
severo retablo estilo renacimiento, quedando descubierto todo el ábside. La iglesia carece de capillas, habiéndose colocado nuevos altares en consonancia con el estilo
de la fábrica y con el gusto de los ventanales. Su amplio
coro, montado sobre arco rebajado que estriba en los muros, abarca toda la bóveda próxima al imafronte.
En la cabecera del muro correspondiente al ábside se
observa todavía el arranque de un arco que en el siglo
trece formaba la puerta del término de Val d'Oncella.
En el interior del convento existe hermoso claustro
procesional, obra del segundo período gótico, cuyas finas
columnas estriadas se alzan sobre bancadas a un metro
del suelo; su fuste termina en collarino, del cual parten
los dos brazos del arco apuntado. En el intradós de cada
arco apeado en el collarino va un glabete angular, en
dos piezas arqueadas cuyas concavidades superiores forman un lóbulo circular abierto en los vértices de dos gabletes contiguos. El techo del claustro es de viguería de
madera. Toda la galería forma un cuadrado de unos 30
metros de lado. En los ángulos va un sólido pilar de
manipostería.
Iglesia del Carmen
Templo perteneciente al convento de Carmelitas, que
ocuparon el espacioso edificio destinado actualmente a
Hospital, regido por Hermanas de la Candad. La puerta
de ingreso, de pequeña elevación, ofrece en su trazado
archivoltas de medio punto apeadas en columnitas de
CHA
capiteles iconísticos, con figuritas cuyos detalles apenas se
aprecian y que parecen representar el Nacimiento, la
Adoración, la Huida a Egipto, en el lado izquierdo, frente al observador, y en el derecho se ve un pequeño escudo de Navarra y varios animales entre florestas. Es
obra del siglo XIV. Una crasa ignorancia del arte ha blanqueado con cal toda !a labor meritoria de este pórtico.
El interior es de una nave de 30 metros de fondo por
unos 12 de ancho, de estilo renacimiento, con bóvedas
semicilíndricas en directriz apuntada, separadas en seis
zonas por fajones transversales, que apean en pilares cuadrangulares, formando el muro de división de las capillas, termina en ábside plano. Es obra del siglo XVII. Según refieren las crónicas, su edificación se llevó a efecto
con los donativos de Fr, Sancho de Ull, natural de Puy
d'UlI, lugar desaparecido que estuvo emplazado en un collado próximo a la actual carretera de Javier, llamado
"Cantera redonda,,.
Lleva la iglesia, del lado epístola, siete capillas o aposentos cuadrados, con techo arqueado sin detalle especial en su construcción, y del lado evangelio, cinco. En
h capilla quinta, contando desde el hastial y del lado
epístola, existe artístico retablo, el cual contiene en hornacina central un busto catedralicio de santo con tiara,
un martillo en la mano derecha y en la izquierda un estilete; tiene color de plata. A sus lados, dos tablas con
delicadas pinturas de santos, imitación de las de Fr. Angélico de Fiessolle, y en la zona superior, otros tres cuadros de la misma pintura. Es obra del siglo XVI. Asimismo, en la capilla cuarta del lado evangelio existe otro
retablo artístico, conteniendo en el nicho del centro una
preciosa escultura de la "Piedad,,, del siglo XVII. María
lleva sobre su alda el cuerpo yerto de Jesús, y a sus lados, las otras dos Marías, figuras con delicada expresión
de rostros en actitud de condolencia, y de labra admirable en sus trajes y posiciones; a la derecha hay un cuadro del arcángel San Miguel, y a la izquierda, otro de la
misma época con la Presentación de María en el templo.
Coronan el retablo otros tres cuadros del mismo género.
El altar mayor, yuxtapuesto al ábside plano en que
termina la nave, es de estilo plateresco; lleva en la hornacina central esbelta escultura de la Virgen del Carmen
ostentando en su mano el escapulario, y a sus pies, una
escultura de santo arrodillado. A sus lados van Santa Teresa de Jesús y otras tres imágenes de santos carmelitas.
Este hermoso retablo lleva el fondo y la archistería dorada y estofada; las efigies se apean en artísticas cartelas.
En la parte superior remata en blasón que serán las armas de Fr. Sancho de Ull.
En la parte posterior del templo existe una cripta que
debió servir para sepelio de los Padres Carmelitas.
La puerta de ingreso al Hospital es de arco apuntado,
lleva el escudo carmelitano, y sobre la misma existen
ventanas con ajimeces y arquería conopial,
A cona distancia, y en ángulo con ia puerta de ingreso,
se hallan los claustros de este amplio edificio. Su preciosa tracería está totalmente tapiada, causando verdadera
pena no se exhiba labor tan admirable. Es obra del siglo
quince, con trabajos más delicados que los del convento
de San Francisco.
Iglesia de la Magdalena
Refiere ia historia de Sangüesa, que reunidos en esta
localidad, el año 1145, el Obispo de Pamplona y los abades de San Juan de la Perla, de Leire y de Hirache, en
presencia de ellos y de otros varios testigos, el caballero
don Fortuno Garcés Cajal hizo ratificación de sus legados al Monasterio de San Pedro de Cluni, defincassuyas en Sangüesa; siendo éstas: la iglesia de San Adrián de
Vadoluengo, llamada tiempos después de la Magdalena;
el molino y viña que estaba junto a su palacio, y el campo que denominaban *EI PegujarB, que está cerca del
río Oncella; más un huerto con su pozo, junto a la iglesia y su palacio, en el burgo nuevo,
Esta iglesia es obra del siglo XI, de estilo netamente
románico. El pórtico está formado por tres archivoltas en
arcos de medio punto; la interior apea en dos columnas
corintias de fuste liso, con toro y escocia que descansan
LA A V A L A N C H A
en sillares alzados del suelo. El abocinado termina en
imposta ajedrezada que corre por todo el muro exterior.
El tímpano es liso y la pueria está tapiada.
El interior es de una nave con dos tramos separados
por fajones que apean en dos columnas, una con capitel
de hojas y la otra con capitel de aves. Contiene tres estrechas ventanas como saeteras. El ábside es semicircular.
El tejado, de losas, descansa en canecillos iconísticos,
representando santos varones con atributos en las manos,
frailes, monjas y mujeres con niños. Estos canecillos son
semejantes a los del tejaroz de los ábsides de Santa María.
La pequeña torre cuadrangular, montada sobre el ábside, lleva en cada cara un hueco formado por dos arquitos de medio punto sin mainel o parteluz. De los estribos de los arcos parte imposta ajedrezada que recorre los
cuatro lados.
Esta pequeña basílica se halla completamente deteriorada.
Debajo del collado en que está emplazada, y a orillas
del río Aragón, tuvo lugar el año 1312 la memorable batalla de San Adrián, en la cual conquistaron los sangüesinos el estandarte real de Aragón, cuyo blasón conservan en el archivo del Ayuntamiento.
331
Vuela el alma, de los cuerpos que la muerte ha mutilado,
a mi gloria si en el mundo ejercieron la virtud;
a los antros tenebrosos, si de Dios han renegado;
libre el hombre es de negarme o postrarse ante mi Cruz,
Mueren sabios e ignorantes, mueren reyes y pastores,¡ „
y sus cuerpos en la tumba tenebrosa pudrirán;
y las almas que a esos cuerpos dieron vida esplendorosa,
esas almas, hijo mío, de la muerte triunfarán.
Si las almas perecieran como miseros gusanos,
¿para qué bajé a la tierra, para qué morí en la Cruz,
para qué dieron su vida tantos mártires cristianos,
para qué tanto heroísmo, tan angélica virtud?
Si las almas perecieran, ¿para qué el cielo, mi gloria?
¿Con qué premio premiaría a los hijos de mi amor?
No... Las almas son eternas. Sólo el cuerpo es triste escoria
cuando el alma vuela rauda a los brazos del Señor.„
13 1 p o e t a ,
Así habló la voz divina del divino Nazareno.
Desde entonces ya no sufro, ya no tiemblo, porque sé
que mi alma no perece, y al sepulcro voy sereno,
con la Cruz entre mis brazos, conducido por la Fe.
CIRO ROYO.
MIGUEL ANCIL.
LETRAS FE/MENINAS
Morir, morir!
13 1 p o e t a .
—"Cuando pienso, Jesús mío, en la muerte pavorosa,
cuando pienso que mañana, tal vez hoy, he de morir,
siento miedo, tanto miedo que mi alma temblorosa,
lentamente, lentamente se consume de sufrir.
Sufrimiento pavoroso que parece una agonía,
do el vivir es un martirio tan horrible y tan cruel,
que no hay día de reposo ni de paz ni de alegría,
y el placer lo bebo a sorbos en mil cálices de hiél.
Morir hoy, quizas mañana, Jesús mío, es espantable;
adiós glorias y riquezas, adiós todo lo que amé,
mis amigos, mis hermanos; adiós musa inseparable:
¡santa, dulce, amada lira, ya jamás te pulsaré!
Tal vez hoy, quizás mañana, cesarán estos latidos,
nobles, puros, generosos de mi pobre corazón;
ni en mis ojos habrá luces, ni sentir en mi sentidos
y mi cuerpo yerto y frío llevarán a un panteón.
"Pobrecillo, ya no existe», oirán tristes mis hermanos;
llorarán ante mi tumba mis amadas sin dolor,
y entre tanto allí, en la fosa, seré pasto de gusanos,
nauseabundo, descompuesto, podre, cieno, hediondo olor.
¿Y para esto solamente, Jesús mío, me has creado;
para herirme y sepultarme en un antro funeral?
¡Pobrecito pajarillo que la flecha ha traspasado
cuando, alegre, gorjeaba en las ramas de un rosal!—„
Asi dije, tembloroso, sollozando, ante las gradas
del altar del Santo Cristo, con vivísima emoción,
y as! mi alma ovó las voces, dulces, sabias, delicadas,
que han curado mis heridas y serán mi redención.
J esús
—"¡Todo acaba con la muerte! Pobres locos, [hijos míos!
Es que Yo he creado al hombre para verle así morir?
Sólo creen en la muerte los incrédulos e impíos.
Es que tu alma, que es mi aliento, ha dejado de existir?
Es que el hombre es sólo un cuerpo al pudridero destinado,
cervatillo, mariposa, gusanillo roedor;
animal inteligente de organismo delicado,
que habla, canta, piensa, siente como un sabio ruiseñor.
¡Animal inteligente! ¡El cantó la ¡liada un día
y sus manos delicadas han alzado el Parternón!
Sabio, artista, genio inmenso, ¿qué animal le igualaría
cuando es Sócrates, Virgilio, Miguel Ángel o Platón?
Si e¿e pobre gusanillo es un Dante enloquecido,
si es Petrarca enamorado, si es Virgilio el soñador,
si es apóstol o profeta, si es un genio esclarecido,
no es al alma a quien le deben toda gloria y esplendor?
Qué sería ese gusano, que a la vida se esclaviza,
sin el alma, que es luz, vida, pensamiento, fe y amor;
sin el alma, que transforma, que fecunda y diviniza;
sin el alma, que es el soplo de mi aliento creador.
i querida María Teresa.—Al llegar esta fiesta de Todos los Santos, como tantas otras que hemos pasado reunidas, he de recordarte siempre, pues siempre
acuden a mi mente y brotan de
mi pluma estas palabras: ¡qué dicbosos tiempos aquellos!, ¡qué
dichosos aquellos años de la infancia, mi querida compañera de
colegio! Qué felices éramos entonces, en aquel tranquilo pueblecito, y cuánto disfrutábamos
aquel día 31 de octubre, en que
recabábamos de nuestras buenísimas madres "los tosamos, para la maestra... ¿Te acuerdas? Habíamos de llevar el regalo, y todas queríamos
aventajar a las demás en la calidad de nuestro presente.
¡Inocente vanidad! Un melón, unas uvas, unas libras de
chocolate... he ahí la ofrenda por la que nos empeñábamos en rivalizar.
Aquella tarde era de asueto en el colegio. Se jugaba a
toda esa variedad de entretenimientos infantiles: "La gallinita ciega,,, "Las cuatro esquinas,, y aquel tan simpático de la rueda, que cantábamos: "Dónde vas, Alfonso
doce; dónde vas tú por aquí...?,, ¿Lo recuerdas? ¡Qué
bien lo entonábamos las que presumíamos de cantoras!...
Recuerdo todas estas cosas con tanta complacencia, mi
querida María Teresa, que instintivamente cierro los
ojos para reproducir así mejor aquellas fiestas vividas
juntas, aquellas alegrías compartidas con compañeras tan
buenas, a las que hoy puedo llamar amigas y a las que
quiero como a hermanas.
Y engolfada en esta meditación tan grata, del pasado
lejano, voy recordando los caracteres inconfundibles de
nuestra cristiana educación, lo mismo en el santuario del
hogar que en el recinto sagrado del colegio; en uno y en
otro, el mismo ambiente de piedad, la misma sana y pura
moral cristiana. ¡Recuerdo con tanta veneración mi actitud humilde, besando respetuosa la mano de mis padres
a mi vuelta del colegio, y luego, rodeados los herma*
nitos, escuchar de labios de mi santa madre "las leccioncitas de moral,,, como ella las llamaba, explicadas
diariamente a la hora santa del toque de oración, con
ese lenguaje sencillo, puro y santo de las madres buenas,
que han sabido cumplir con su deber sagrado de educar
a sus hijos en el santo temor de Dios! Y allá, en el sagrado recinto del colegio, nuestra amada escuela, aquellas preces entonadas antes de comenzar las cotidianas
LA
332
AVALANCHA
tareas escolares; aquellos monótonos, y solemnes a la
vez, al son de cuyos cánticos iban grabándose en nuestra
inteligencia y corazón las sabias máximas y sublimes
preceptos del Decálogo divino... Todo esto recuerdo, y
mi ánimo sin querer se entristece, mi buenísima amiga.
¿Y por qué?, me dirás tú con sencillo y sano optimismo.
Porque unos hombres, querida María Teresa, se empeñan en destruir estas dos cátedras: la Familia y la Escuela cristiana. Pero no lo conseguirán, porque por encima
de su poder está el poder de Dios. ¿Verdad? Y la familia cristiana subsistirá; y mientras haya una madre que
rece, habrá hijos que recen; y si nos privan de las escuelas donde el maestro secunde nuestra labor, educaremos
nosotras a nuestros hijos; es preferible que aprendan
menos retóricas, a que dejen de traernos a su regreso
del colegio, besando respetuosos nuestra mano, ese hálito suave, ese perfume espiritual, ese algo semidivino que
sólo puede reflejar el semblante del niño cuando éste es
educado en hogares y colegios cristianos. ¿No lo crees
tú así también, querida María Teresa? Pues bien, proclamemos muy alto nuestras ideas: digamos una y mil
veces, las que sean preciso, que no queremos escuelas
donde no presida el Crucifijo. Queremos cultura, pero
cultura cristiana; queremos que aprendan nuestros hijos
ante todo, sobre todo y por encima de todo, a conocer,
servir y amar a Dios sobre todas las cosas. Lo demás,
todo lo demás se les dará, pero se les dará como añadidura.
PILAR.
WE5A REVUELTA
t
Nuestros amigos difuntos.—En Madrid ha fallecido
confortado con los santos sacramentos, que recibió con
gran fervor, el insigne compositor D. Arturo Saco del Valle, tan apreciado en nuestra ciudad, donde dirigió varios
años los brillantes conciertos de las fiestas de nuestro
glorioso Patrono San Fermín.
Era profesor del Conservatorio de Madrid y director
de la capilla musical de la real capilla del Palacio. Todos
los domingos, hasta la caída de la monarquía—dice nuestro querido colega "El Siglo Futuro»,—dirigía en la misa
de once aquel inolvidable concierto sacro en honor de
Dios.
Con nuestro estimado colega pedimos a nuestros lectores una oración por el alma de quien tantas veces dirigió
los cánticos sagrados que en otros tiempos, en honor del
Juez de vivos y muertos, se elevaban oficialmente en
España.
R. I. P.
ge se creen, por lo visto, en la obligación de perseguir a
los Religiosos, se decidan a reconocerles como bienhechores y tributarles homenajes.
Por lo demás, no ha sido más que el obligado reconocimiento a la caridad de estos heroicos monjes que, en
los mismos momentos en los que se prepara una ley de
excepción que a ellos afectará, se olvidan de las injurias,
y con esplendidez dan lo que tienen en beneficio del
pobre.
Esta es la historia de la Iglesia a través de todas las
persecuciones: devolver bien por mal. Por eso, su triunfo ñnal está asegurado.
Aquellos polvos...—El señor Jiménez Asúa, el sábado
29 del pasado, en un mitin de Eibar dijo lo siguiente:
"Yo tengo gran esperanza en la juventud. Cuando se
estaba gestando en España la revolución que trajo la República, unos cuantos jóvenes universitarios, asistidos por
un corto número de profesores—entre los que se hallaba
Jiménez Asúa—levantaron un estandarte de insurgencia.,
Veamos cómo se han realizado, a los dos días, las esperanzas que en los jóvenes tenía puestas, el sábado citado, el eminente penalista.
De la prensa del l.° del corriente: 'Los estudiantes
golpean a Jiménez Asúa, el cual no pudo dar clase, y
marchó a contárselo al señor Azafía,o
Aquellos polvos... eminente penalista, trajeron estos
lodos...
La risa va por barrios...
Nosotros también tenemos grandes esperanzas en la
juventud.
Mítines antirreligiosos.—¿Es lícito, y si lo es, conviene asistan los católicos a mítines comunistas, socialistas, anticatólicos?—Pero, ¿es necesario preguntar esto?
Claro que no es licito, claro que no. Por muchísimas razones. Y eso mismo deben entender los que creen que
pueden leer periódicos anticlericales y heterodoxos. Eso
es una temeridad, una imprudencia, una cooperación, un
escándalo, un mal ejemplo, una muestra de frialdad e indiferencia, y muchas veces una ligereza, y no pocas una
tontería. ¿Que quieren saber lo que piensan y dicen?
¡Pero si estamos hartos de saberlo!... ¡Si no dicen ninguna cosa nueva!... ¡Si lo que dicen está expuesto en los l i bros y periódicos católicos muy bien y muy bien refutado!... Y en fin, primero les conviene a ustedes saber lo
que dice la verdad. Los que hacen eso caen en la tentación de Eva. La decía el demonio: Sabe Dios que si coméis del árbol de la ciencia del bien y del mal seréis como dioses. Vosotros sólo sabéis el bien; la cuestión es
saber el mal; eso os hará dioses, dioses del saber, dioses
del gozar... ¡Ya, ya! ¡Dioses! No, señor. Un católico, si no
es por razones muy especiales, no puede asistir a esos
mítines y conferencias-discursos, ni leer esos periódicos
y libros.—("Mensajero del Corazón de jesús..)
Nota curiosa del templo del Pilar, de Zaragoza.—
Los verdaderos amigos del pobre.—El Prior de la
Cartuja de Miraflores celebró el martes último sus bodas
de oro de religioso, y el Ayuntamiento de Burgos le dedicó un homenaje de gratitud por los muchos donativos
hechos para remediar la crisis obrera.
El alcalde accidental señor Santamaría, de filiación socialista, ofreció el homenaje de gratitud, en nombre del
pueblo de Burgos, al P. Gourdon. Este contestó leyendo un breve discurso. Después hizo entrega de 3.000 pesetas para aliviar la crisis obrera, y 500 con destino a la
Tienda-Asilo.
Se ha iniciado una suscripción para colocar en la Cartuja una lápida conmemorativa del homenaje.
El hecho, por lo insólito en estos tiempos, merece ser
destacado.
Lo desacostumbrado es que las corporaciones públicas,
que por imperativos de la Constitución laica que nos ri-
La cúpula central tiene pinturas de Goya, de los Bayeu,
González, Velázquez, Unceta, Montañés (don Bernardino) y Pescador.
El autor del edificio fue Herrera "El Mozo».
Se puso la primera piedra en 1681.
Caben 11.000 personas.
Tiene 3 naves (longitud) y 7 (latitud).
La altura hasta el cornisamento es de 19 mts., y hasta
el coronamiento de la cúpula central, 80 metros.
Tiene dos coros.
El ara donde perennemente está la Virgen de Pilar
está cerrada por balaustres de plata. No se celebra en este
altar. Por una gradita que es de plata y terciopelo suben
los infantes para ser presentados a la Virgen,
El retablo central representa la Venida de la Virgen, y
en el otro lateral están los Convertidos de Santiago, esculpidos en mármol.
LA
AVALANCHA
333
t
t
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a
D. SANTIAGO ONDARRA
D. M. ]osefa Elfo de flrgamasílla
socio de 1A "Biblioteca Católico-Propagandista.
soda de la "Biblioteca Católico-Proi»flandista.
falleció en Aoiz el 4 de noviembre de 1932
falleció en Pamplona el 28 de septiembre de 1932
R. I. P.
R. I. P.
La referida Sociedad y su órgano en la prensa L A AVALANCHA ruegan a los socios, lectores y personas piadosas
que hagan la caridad de encomendarles a Dios en sus oraciones.
Su Santidad el Papa León XIII, en Breve de 19 de diciembre de 1890, concedió sesenta días de Indulgencia por rezar cinco padrenuestros y
avemarias en sufragio de las almas de los socios difuntos.
1
Paquetería, Sedas
Hilos, Algodones
Lanas
Botonería, Bisutería
Juguetería
Géneros de punto
Guantes
HIJOS DE DOMINGO SÁEZ
Quincalla, Mercería
Pasamanería
Petacas
H u l e s , Gesl as
(Antigua Casa de Jacinto
Cepillaría
Calceteros, 20, PAMPLONA
Artículos para f lorw
y otros artículo»
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