Estado final de la macolla La iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Tibi posee una cruz procesional de plata datada en 1585, que debió ser un encargo de la Cofradía de la Virgen del Rosario y Santo Domingo a juzgar por la iconografía que presenta. Su excelente manufactura de taller valenciano y su deficiente estado de conservación la hacían merecedora de una restauración, que ha corrido a cargo de la Generalitat Valenciana, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals. La riqueza ornamental de la obra indica la importancia de la parroquia y la cofradía que la encargó. Se trata de una cruz latina, que lleva en el crucero el monograma del nombre de Jesucristo (IHS, Jesus Hominum Salvator) inscrito en un cuadrángulo rematado en las esquinas con cabezas de querubines. En los extremos del anverso de la cruz, en tondos circulares inscritos en tarjas de cueros recortados acabados con cabecitas de angelitos, los cuatro Evangelistas: arriba, san Marcos, sentado en el interior de una estancia ambientada con un cortinaje recogido, escribe apoyándose en un atril; a la derecha, san Lucas, el único que no escribe pues está pintando a la Virgen, la cual se le aparece entre nubes al fondo; a la izquierda, san Mateo, sentado sobre un podio escribiendo; y bajo, san Juan, que escribe sobre una mesa ricamente decorada en el interior de una estancia. En los extremos del reverso, en idéntica disposición que en la otra cara hallamos: en la parte superior, la Virgen del Rosario rodeada de las cuentas del rosario; a la derecha, san Vicente Ferrer ante un fondo de paisaje, en el suelo el capelo cardenalicio y la mitra episcopal en alusión a las dignidades eclesiásticas a las que renunció, y en la parte superior una filacteria con la frase “Timete Deum et date hilli honorem”; a la izquierda, san Juan Bautista, igualmente en un fondo de paisaje, junto al Agnus Dei; y en la parte inferior, santo Domingo de Guzmán en el momento de recibir de manos de la Virgen el rosario. Como remate de los brazos perinolas repujadas con aletas. En los brazos de la cruz, entre el cuadrado central y los círculos de los extremos, cuatro tarjas de cueros recortados con cabeza de angelitos, y en los espacios intermedios otras tarjas con perlones ovalados. Sobre la cruz, Cristo crucificado, en el anverso, y santa María Magdalena portando como atributo el tarro de perfumes, en el reverso. La macolla circular consta de dos cuerpos arquitectónicos de diferente tamaño. La forman seis hornacinas aveneradas entre columnas de orden toscano sobre pedestal en cada piso, que albergan las figuras de los doce Apóstoles. El ástil se decora con grabados de tarjas y elementos vegetales. Las cruces procesionales forman parte de la liturgia católica desde el siglo IV, y se llevaban en la mano o elevadas sobre una pértiga en actos liturgicos como procesiones. Este tipo de cruces también se exhibían junto al altar mayor. Rayos X, estudio de anclajes Termografía, estudio de soldaduras Toma de rayos X Estado inicial del interior del astil c+r metal y orfebrería Depósito Legal: CS- 89 -2011 Estado final Consellera de Cultura i Esport: Trini Miró Mira Secretario Autonómico de Cultura: Rafael Miró Pascual Directora Territorial de Cultura en Alicante: María Concepción Sirvent Bernabeu Directora General de Patrimonio Cultural: Páz Olmos Peris Directora Gerente del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales: Carmen Pérez García Párroco de Santa María Magdalena de Tibi: Manuel Chouciño Pardo Técnico en conservación y restauración de bienes culturales. Metal y Orfebrería: Inmaculada Traver Badenes www.ivcr.es Cruz procesional Parroquia santa María Magdalena Tibi Proceso de desmontaje Fragilidad de la estructura Microscopia óptica, 20X de la lámina de plata Imagen SEM de un hilo Imagen SEM de la plata entorchado Eliminacion de anclajes no originales Eliminación de soldaduras inadecuadas Estado inicial Estudios científicos Proceso de restauración Cuando la cruz procesional llegó al Departamento de Metales y Orfebrería del IVC+R presentaba un mal estado de conservación generalizado. Principalmente, los daños se presentaban sobre la estructura interna de la pieza, puesto que muy probablemente, había sufrido un golpe. Una de las perinolas se había desprendido de la estructura y carecía de uno de los anclajes. Con el fin de determinar exactamente el verdadero estado de conservación en el que se encontraba la obra, se aplicaron diversos estudios, tanto del campo de los ensayos no destructivos como destructivos. Así pues, se sometió la pieza a Rayos X para determinar el estado inicial de la estructura interna y la metodología de desmontaje, termografía para definir las zonas con intervenciones anteriores, videoendoscopía que nos daría una imagen directa del interior de la obra antes de desmontarla, Microscopía estereoscópica, Microscopía óptica (MO), Microscopia electrónica de barrido con microanálisis (SEM-EDX) y Espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR) a fin de determinar la aleación y pureza de la plata. Así pues, se determinó que la aleación que presenta respecto a la plata es un núcleo metálico con un espesor medio de 180µm y de aleación de plata un 8,5% aprox. de cobre. También tiene un plateado o acabado superficial (espesor medio de 20µm con una composición similar al núcleo. Una vez estudiados los anclajes y detectadas las patologías se desmontó la obra. En primer lugar, se eliminaron las soldaduras de intervenciones inadecuadas. En las zonas de soldadura abundante, se utilizó un sistema de eliminación mecánico, mediante mircromotores. En las zonas con menor capa de soldadura, se utilizaron limas de precisión, y se pulió la zona intervenida respetando una fina capa entre 30-100 µm dependiendo de las deformaciones de la zona. Muchas de las decoraciones prominentes se habían roto o presentaban intervenciones anteriores. Se han detectado muy probablemente hasta tres intervenciones anteriores que afectaban a la pérdida y soldadura de piezas, así como numerosas limpiezas con carbonato cálcico y otros productos comerciales para la limpieza de objetos de plata. Estos productos se habían quedado depositados sobre la estructura de madera, filtrándose a través de grietas y perforaciones de la plata. Presentaba múltiples intervenciones anteriores como soldaduras de plata, plomo y estaño que ocultaban en la mayoría de los casos la plata y decoración original. Debido a los múltiples desmontajes, la superficie sufría daños causados por las constantes perforaciones que amplían el número de clavos que sujetan las distintas piezas de plata. Además, al desmontar las diversas piezas de la cruz, quedó al descubierto una estructura fisurada, deformada y en algunas zonas, como los remates de los brazos, incluso fracturada, que no le otorgaba a la pieza la estabilidad necesaria. En cuanto a la superficie de la plata, ésta se encontraba totalmente sulfurada y cubierta por una capa generalizada de suciedad, compuesta por hollín, polvo y depósitos de productos derivados de limpiezas anteriores. Con todo ello, los remates de querubines y cueros enrollados se encontraban doblados, fragmentados e incluso algunos se habían perdido o habían sido sustituidos por reproducciones toscamente soldadas. Estado inicial Detalle del estado inicial A continuación, se restituyó el sistema de anclaje de la perinola que se había desprendido debido a su rotura para que pudiera ser insertada en la estructura de madera. Las piezas de plata se cepillaron mediante brochas suaves a fin de eliminar los depósitos de polvo, y se eliminaron los restos de hollín y antiguos barnices con etanol y acetona. Seguidamente, se sometieron a baños de agentes quelantes y se inhibieron con baños de agua desionizada. Para evitar condensaciones y residuos de humedad en la obra se secaron a través de chorro de aire caliente. Se eliminaron las deformaciones de la plata, principalmente distribuitas en las zonas más sobresalientes. A continuación se consolidaron y reforzaron las roturas, grietas y perforaciones de la macolla y las planchas de los brazos mediante una soldadura en frío y fibra de vidrio. Dichas zonas se reintegraron cromáticamente mediante barnices con pigmentos de plata y se protegió toda la pieza para evitar la sulfuración. En cuanto al alma de madera, se optó por una nueva estructura que pudiera soportar su manipulación. La nueva estructura se realizó en madera de haya siguiendo el modelo de construcción que presentaba la pieza; ensamblada a media madera. Se redondearon los bordes para evitar que dañara el perímetro de plata, se aplicó un tratamiento preventivo contra el ataque de insectos xilófagos, y se pulió la superficie a fin de impermeabilizarla. Estudio Rayos X Estudio termogáfía infrarroja Detalle de una rotura Soldadura inadecuada Finalmente se montó la pieza y se restituyeron aquellos anclajes que habían desaparecido para evitar movimientos y desprendimientos. Para su correcto almacenaje y transporte se ha confeccionado una caja especifica para su adecuada conservación preventiva. Refuerzo de la estructura con fibra de vidrio Reintegración volumétrica