POESÍA LÍRICA LATINA: Lírica: composición acompañada por la lira. Las composiciones expresan sentimientos del poeta en metro diverso Elegía: canto con acompañamiento de flauta. Canto triste y de amores desgraciados. Metro: dístico elegíaco Oda: canción. Tema ligero: al amor, vino y placeres. Metro diverso Se conoce como lírica el género literario al cual pertenecen las obras, normalmente en verso, que expresan sentimientos del autor y se proponen suscitar en el oyente o lector sentimientos similares. Como casi todos los géneros literarios la lírica surgió en Grecia donde los aedos recitaban los poemas con ayuda del acompañamiento musical de la lira. En esto se diferencia la lírica romana de la griega puesto que la primera estaba pensada para ser leída y no cantada como ésta. Dos son las características que definen especialmente la lírica: la variedad de temas tratados por los poetas la variedad de metros usados en la expresión de los sentimientos. La aparición de los primeros textos líricos en Roma coincide con los problemas sociales y económicos que se incrementaron en la segunda mitad del siglo II a. C. Los problemas internos tienen como consecuencia la pérdida del sentimiento nacional que daba sentido a la creación de obras épicas. Comienza a cobrar importancia el individuo como tal y no como integrante de una colectividad. En esta época destaca el círculo de poetas reunidos en torno a la figura del general Lutacio Cátulo. Son escasos los datos que poseemos sobre la vida de los integrantes de este grupo y su producción literaria. Sabemos por ejemplo que fueron los primeros en Roma en crear epigramas de contenido erótico. En el siglo I a. C. aparece el grupo de los neotéricos o novi poetae. Características: latín plagado de helenismos e innovaciones, gusto por lo griego en contenido y forma, poemas inspirados en poetas alejandrinos (Euforión, Calímaco), gusto por el otium Poemas llenos de sentimiento personal: poemas íntimos (vivencias personales), amada con nombre fingido (=número de sílabas) Escriben entre otras cosas epilios: pequeñas epopeyas de 500 ó 600 versos Entre los autores más representativos del grupo se puede citar a: Helvio Cina, Valerio Catón, Licino Calvo, Cornificio, Furio Bibáculo, Terencio Varrón. De todos ellos sólo nos ha llegado la obra de Cayo Valerio Catulo (84-54 a.C.) natural de Verona. Perteneció a una familia acomodada que pudo ofrecerle una completa educación. Tuvo una vida breve pero intensa. Conservamos de él un total de 116 poemas clasificables en tres grupos: Del 1 al 60 son poemas cortos de temática y métrica muy variada. Llamados “nugae” (cosas de poco valor) por él mismo. Del 61 al 68 son epilios, abunda en ellos el tema mitológico. Los más conocidos son el Las bodas de Tetis y Peleo y La cabellera de Berenice Del 69 al 116 son todos epigramas, se caracterizan por estar escritos en dísticos elegíacos. Su contenido es también la vida cotidiana como en el primer bloque. De ellos se pueden destacar los de contenido amoroso que dedicó a Clodia, una mujer de la alta sociedad romana (bella, erudita y disoluta), bajo el pseudónimo de Lesbia. Sentimientos de odio y amor, desilusión, añoranza, despecho tras la ruptura Carácter impulsivo, apasionado en sus amistades y enemistades La lengua de Catulo es una mezcla entre elementos cultos y vulgares, con abundancia de diminutivos y una constante búsqueda de la perfección para nada reñida con la espontaneidad. Improperios, vocabulario grosero y obsceno en el ataque (despiadadas sátiras políticas y privadas). Descripciones coloristas, interés por la naturaleza. Uso de helenismos. Publio Virgilio Marón vivió en el siglo I a. C. No era romano de nacimiento pero sí italiano. Nació en el seno de una familia acomodada lo que le permitió realizar estudios en Cremona, Milán y Roma. Sus propiedades fueron confiscadas y entregadas a los soldados licenciados de Augusto, aunque consiguió entrar en el círculo de poetas protegidos por Mecenas y así accedió al mismo Augusto que lo tomó como poeta oficial de la corte. Virgilio fue un poeta prolífico. En su juventud estuvo relacionado con el grupo de poetas neotéricos y publicó una serie de siete poemas de métrica variada y estilo alejandrino recogidos en un libro titulado Appendix Vergiliana. Entre los años 42 y el 39 a. de C. escribió en hexámetros sus Bucólicas, diez composiciones de tema pastoril en forma de diálogo entre pastores que Virgilio utiliza para camuflar temas de la actualidad de su época. Ésta es precisamente la obra por la que Virgilio también es reconocido como autor lírico. En ellas imitó al griego Teócrito aunque los poemas de Virgilio no son tan dramáticos como los del siracusano pues sus pastores no se pelean ni se matan sino que se contentan con suspirar. Desde el 36 al 29 a. de C. trabajó en las Geórgicas poema de carácter didáctico escrito en cuatro libros de hexámetros. Y, finalmente, dedicó los últimos 11 años de su vida a escribir la que sería su obra universalmente más conocida la Eneida. Quinto Horacio Flaco nació en Venusa (Apulia), sur de Italia, era hijo de un liberto que le pudo proporcionar una educación completa, en Roma y Atenas. Horacio perteneció al grupo de protegidos de Mecenas. Inclinado al escepticismo, epicúreo: amante sosegado de los placeres de la vida, crítico y celoso de su independencia, renuncia a toda ambición La obra completa de Horacio incluye sátiras, epístolas y, dentro del género propiamente lírico, epodos y odas. Epodos: 17 poemas breves en dísticos yámbicos, en los que imita a Virgilio. En ellos critica y satiriza a personajes sin importancia (aunque no todos son satíricos). Horacio daba a sus epodos el nombre de “iambi” por ser éste el metro usado en tales composiciones. Entre todos ellos, cuya temática es variada, es particularmente conocido el “Beatus ille” de tema bucólico en el que el poeta alaba la vida en el campo confrontándola con la ajetreada vida urbana Sátiras: 2 libros (10 y 8 poemas) en hexámetros dactílicos Se inspira en Lucilio, al que supera en la forma, aunque no en la sátira (no hay graves alusiones personales) Censura los defectos y vicios humanos y hace crítica social: adulterio, prostitución, caza de herencias... Ofrece una lección de moderación, de vida sencilla: filosofía popular, con influencia de la filosofía epicúrea: condena de los excesos, la seriedad desemboca en la felicidad Uso de fábulas y esquemas pintorescos. Perfección en diálogos, ejemplos ilustrativos y lenguaje Odas (Carmina): 4 libros que constituyen la parte más propiamente lírica de la producción poética de Horacio En ellas trasvasa la poesía lírica eólica griega a Roma. Sus fuentes son Píndaro, Anacreonte, y sobre todo Alceo, Safo, pero no son meras traducciones, sino que se trata de una obra original romana Horacio imitó la temática y estrofas de los líricos griegos. Un total de 104 Odas de temática variada (expresión de sentimientos personales, escenas de la vida diaria, manifestaciones de patriotismo…) de las que la primera está dedicada a Mecenas. Es precisamente de las odas de Horacio de donde parten los temas del Carpe diem y la Aurea mediocritas a los que tanto han recurrido nuestros poetas del Renacimiento. Las mejores odas de Horacio son las de tipo filosófico en las que desarrolla sus ideas sobre el paso del tiempo, el disfrute de las pequeñas cosas… Las características que definen su estilo son: el equilibrio, la contención y su constante preocupación por pulir el verso, no en vano se dice que con Horacio la versificación latina alcanzó sus más altas cotas de perfección. • Verso utilizado: estrofa de cuatro versos, preferentemente alcaica o sáfica; adaptó los metros griegos y les dio reglas precisas. Su técnica le llevó a pulir cada estrofa, en un esquema riguroso, sin permitirse licencias métricas. Pero este trabajo no se traduce en artificiosidad: la expresión viva y sobria estimula la imaginación porque Horacio es un poeta, un creador. Por su perfección artística y su tendencia a generalizar sus propios sentimientos, a sugerir una lección moral (epicureísmo), las Odas reúnen lirismo y clasicismo. • Temas diversos: mitología, reflexiones filosóficas, poder igualitario de la muerte, placidez de la vida campestre, paisajes, amistad, vivencias amorosas (pero impersonales), dedicatorias a amigos, incluso la actualidad política en las grandes Odas nacionales, con la aparición del culto al emperador Carmen saeculare: encargo de Augusto para los ludi saeculares (año 17). En él canta en estrofas sáficas la grandeza de Roma y la gloria de la época de Augusto Epístolas: de extensión variada. Contienen consejos morales: contenido didáctico, normas de conducta, temas de carácter personal; otras son de tema literario, considera la poesía como misión sagrada, critica la situación de los géneros dramáticos, enuncia principios estéticos. La más conocida, dedicada a los Pisones, denominada Ars Poetica, trata sobre el drama, exige perfección técnica, considera el talento solo como insuficiente y expone el binomio docere - delectare La poesía elegíaca latina de la época de Augusto es fundamentalmente de temática amorosa y personal, es precisamente esto lo que la iguala a la lírica y hace que ambos géneros se estudien juntos. Y precisamente ésta es también la diferencia entre la elegía romana y la griega pues en Grecia se considera elegía cualquier composición poética escrita en dísticos elegíacos (combinación de un hexámetro y un pentámetro), sea cual sea su temática. Con Ovidio nacerá finalmente en Roma la elegía dolorosa que se constituirá en la temática exclusiva en el concepto moderno del género. Publio Ovidio Nasón nació en Sulmona (centro de Italia) en el 43 a. C. y murió, nueve años después de ser desterrado por Augusto, en Tomis (Rumania) en el 17 d. C. Perteneció a una familia rica del orden ecuestre, estudió en Roma y comenzó a dedicarse a la vida política para satisfacer a su padre, pero pronto se dedicó en exclusiva a la poesía, su gran pasión y con la que adquirió gran fama. Ovidio fue desterrado en el momento más feliz de su vida a la edad de 51 años cuando gozaba de un matrimonio feliz y una gran popularidad. La producción de Ovidio es difícil de clasificar en géneros literarios puesto que la mayoría de sus obras tienen elementos comunes a varios géneros. No obstante, se suelen considerar como obras propiamente elegíacas escritas por Ovidio: Amores, Heroidas, Cartas desde el Ponto y las Tristes, se excluyen por ejemplo de esta clasificación las Metamorfosis y los Fastos. Las elegías de Ovidio son de los dos tipos antes citados (amorosa y dolorosa) y pertenecen a dos periodos distintos de su vida: en su juventud escribió elegía amatoria (Amores y Heroidas) y en su madurez escribió ya la dolorosa desde su destierro: Tristia y Ex Ponto. En total, las obras de Ovidio que por una u otra razón se estudian dentro de este género son: - Amores en tres libros en los que cuenta sus relaciones con diversas damas, en especial con Corina. - Heroidas: 19 cartas en dísticos elegíacos que Ovidio atribuye a heroínas míticas dirigidas a sus maridos o amantes: Penélope a Ulises, Dido a Eneas, etc. La ausencia, el abandono o la pérdida funcionan como puntos de partida para que las heroínas se lamenten de sus amores insatisfechos. Y sólo tres respuestas de éstos a ellas en las que encontramos la de Paris a Helena. La única heroína real de Ovidio fue Safo. - Arte de amar también en tres libros. Tratado en el que enseña el arte de la conquista. Los dos primeros están dirigidos a los hombres el tercero a las mujeres. Se dice que ésta fue la causa de su destierro pues la publicación del libro supuso un escándalo en Roma, a pesar de que como contrapartida Ovidio escribiera Remedios del amor, pero los motivos reales aún no han podido ser descubiertos. Estos dos junto con Cosméticos para el rostro femenino entran en la categoría de elegíacos exclusivamente por la métrica puesto que la temática los acerca más a la poesía didáctica. - Tristia (las Tristezas) cinco libros de dísticos elegíacos en los que el poeta intenta justificar sus errores del pasado y elogia sin reparos a Augusto intentando ganarse nuevamente el perdón que nunca le llegó. - Epistulae ex Ponto (cartas desde el Ponto) en esta ocasión la temática es la misma (pide a Augusto que le levante el castigo) pero cambia la forma escribe cuatro libros de cartas a sus conocidos, familiares y amigos influyentes pidiendo que intercedan por él ante el emperador. El estilo de estas últimas obras es monótono y la insistencia en la queja llega a cansar al lector moderno. - Otros poemas elegíacos atribuidos a Ovidio y escritos desde el destierro son: Ibis poema en el que Ovidio lanza toda una serie de imprecaciones y maldiciones en contra de un enemigo suyo, Haliéutica un tratado sobre los peces del mar negro en el que también se queja por no estar en su patria y Phaenomena, este último imitando la obra homónima del griego Arato. No todos los críticos están de acuerdo en atribuir a Ovidio estos tres últimos títulos y la razón es que el estilo no se corresponde con el que conocemos como habitual en el poeta y cuyo rasgo más distintivo es la elegancia. -De medicamina faciei: tratado de belleza: afeites y recursos para la mujer de época -Ars amatoria: 3 libros. Enseña como conquistar y retener el amor, desde las primeras palabras para entablar conversación, cumplidos y actitudes, mensajes, ardides y engaños Ovidio pertenece todavía a la época clásica, pero anuncia ya la edad barroca que va a seguir. Es un artista, pero su espíritu es ligero; es brillante pero superficial; la falta la profundidad necesaria para abordar muchos de los temas serios que trató en sus obras. Cualquier motivo se convierte para él en tema de amplificación, en ejercicios en los que sobresalía gracias a su facilidad natural de versificador y a las lecciones de los rétores. En la poesía amorosa no expresaba, como sus antecesores, profundos sentimientos experimentados, no se inspiraba en su experiencia personal, recurría más a su imaginación que a sus recuerdos. Pero sus versos no son insulsos ni aburridos, al contrario: Ovidio puso todos los recursos de un arte ingenioso para evitar la monotonía y dar a su poesía movimiento, relieve y color. Sabía agradar y brillar sin caer en la vulgaridad. Tibulo (50-18 a.C.). De familia ecuestre. Perteneció al círculo literario de Mesala De los tres libros de elegías que se nos han transmitido (Corpus Tibullianum), sólo dos son indiscutiblemente suyos: el primero, dedicado a Delia, amor a la postre perdido, y otro, el de Némesis. Caracterizan su poesía la expresión sincera de su sentimiento amoroso, cierto bucolismo y la actitud antimilitarista, junto con el cultivo de la forma que en las últimas composiciones resulta algo retórica y erudita; otros rasgos de su poesía son el amor al campo, que muestra con delicadeza y sensibilidad, y el horror a la vejez, la enfermedad y la muerte Propercio (47-15 a.C.). Nació cerca de Asís, en la Umbría, de familia plebeya pero acomodada. Vinculado a Augusto y Mecenas, se integró en la gran sociedad romana de la época. Escribió cuatro libros de Elegías. Los tres primeros están consagrados a Cintia, aunque hay también referencias a sucesos del mundo circundante. En el cuarto libro, por influjo de Mecenas, se interesó por los motivos religiosos y las ideas de restauración moral y nacional de Augusto y buscó en el pasado de Roma y en las viejas leyendas una inspiración nueva y más amplia. Propercio tenía el gusto por la erudición y por las curiosidades mitológicas e históricas, pero era un poeta original, el más personal, quizá de los del siglo de Augusto. Su violenta pasión por Cintia hizo que expresara los tormentos del amor y de los celos, las afrentas, las reconciliaciones, las sospechas, la tristeza de las desilusiones con una fuerza dramática que hicieron de él un gran poeta lírico. Es constante su obsesión por relacionar amor y muerte El arte de Propercio es sutil y complicado: a su lengua le falta a veces claridad, y a la composición, lógica y armonía, pero son efectos buscados por el poeta, que tiene el gusto por el detalle, el dibujo preciso y neto. La pasión toma en sus versos un acento personal y el ardor que la anima se traduce en una expresión sobria y vehemente, verdaderamente original.