Fuerzas Militares salvan a más de 269.000 personas de ser víctimas

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PERIÓDICO DEL COMANDO GENERAL DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA
No. 35
JUNIO DE 2015
ISSN En Trámite
Fuerzas Militares salvan a más de 269.000
personas de ser víctimas de minas antipersonal
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Un antiexplosivista en La Macarena
REHABILITACIÓN DE NUESTROS HÉROES HERIDOS EN COMBATE
Esfuerzo institucional
de los últimos cuatro años
Por: Juan Carlos Bernal Cubillos
Jefe de Prensa de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra)
Más servicios y mejor atención para nuestros héroes en condición de discapacidad.
Un soldado
de la Fuerza de
Despliegue Rápido,
adscrito a la Fuerza de
Tarea Conjunta Omega, relata
cómo es la búsqueda de explosivos en medio de
la selva, donde trabajan con paciencia, dedicación y compromiso -aún a riesgo de sus propias vidas-.
D
espunta el alba, los primeros rayos de luz se filtran
entre la espesa maleza que cubre la región del
Ariari. El oficial a cargo ya tiene su equipo listo, los
suboficiales comandan a los 36 soldados profesionales que
componen el pelotón, cargan el equipo a sus espaldas, que
puede llegar a pesar entre 35 y 40 kilos y forman de a 10. Las indicaciones informan que a unos cuatro kilómetros al
noroccidente hay rastros de un campamento guerrillero, el
comandante planea junto a sus hombres el camino a seguir.
Saca su mapa, ubica coordenadas, calibra el GPS para anotar
el sitio exacto, saca su plumón del bolsillo izquierdo abajo
del hombro de su camuflado. La tinta roja se esparce sobre
un punto específico y resalta entre las líneas negras y los
matices de verdes que llenan el papel plastificado.
El mapa se marcó, las escuadras están listas, se fija un
puntero y adelante, una nariz negra y húmeda encabeza la
marcha. Tony, el perro antiexplosivos del Grupo Especial EXDE,
encargado de la detección y destrucción de cualquier tipo de
material detonante que se encuentre en el camino, lleva la
batuta. Tras tres años al servicio del Ejército sus pasos son
firmes y seguros, los soldados siguen las huellas del canino.
Han pasado cuatro horas desde que emprendieron camino,
hoy la vegetación se torna más espesa que de costumbre
y el sol ya busca su cenit, moverse es difícil, pero están
cerca del objetivo. Sueltan la cadena a Tony, sale con su
agudo olfato buscando cualquier trampa que el enemigo
haya podido dejar.
Minas, es el enemigo escondido, silencioso, que se oculta
bajo la maleza, a la espera del campesino desprevenido,
de la tropa marchante o del sabueso travieso que no logre
detectar el explosivo a tiempo. Eso es lo que busca Tony, la
punta de lanza que tantea el terreno, esta vez, para alegría
de todos, despeja el camino, no da señales de alerta, los
soldados pueden continuar.
Pasos medidos, olfateos por acá por allá, el sudor recorre
la frente de cada uno de los hombres que componen la
unidad, Tony jadea y su lengua extendida se detiene por un
General
JUAN PABLO RODRÍGUEZ BARRAGÁN
Comandante General
Fuerzas Militares de Colombia
momento, deja de salir de su boca y un ladrido se escucha, da
vueltas en círculos, se detiene, vuelve a hacer su movimiento
mientras bate la cola, cierra la circunferencia y se sienta, allí
está el campamento y contiene explosivos.
Ya ha pasado el mediodía, el oficial de turno pone los hombres
de seguridad, el equipo especial EXDE alista sus instrumentos y
procede a desactivar las cargas abandonadas por los terroristas. Un cilindro con 20 kilogramos de ANFO, otro Artefacto
Explosivo Improvisado (AEI) con algo más de dos kilos de las
misma sustancia y tres minas antipersonal tipo betún, cada
una con 250 gramos de material explosivo son aseguradas
por los expertos del Ejército.
La comunicación del hallazgo es hecha, la orden está
dada, se procede a destruir el material, casi dos horas han
pasado desde que Tony se sentó en señal de éxito. El cable
detonante se ha colocado, también los mecanismos de
protección, sólo falta oprimir el botón. Bum, bum, bum el estridente sonido recala lo profundo
de la selva del oriente colombiano, pájaros y aves nativas
vuelan despavoridos de sus ramas ante los estallidos, el
verde hierba que cubría la zona ha desaparecido, la tierra
café no se distingue, el humo se dispersa poco a poco para
dar paso a un hoyo negro, unas cuantas matas incineradas y
un olor inconfundible, el del deber cumplido.
Los rastros del campamento han desaparecido, la caleta se
evaporó. La tarde está cayendo y en pocas horas estará de
noche. Los hombres deberán caminar otro tramo, encontrar
un lugar dónde acampar, que esté cerca del agua, preparar el
almuerzo y la comida, armar los cambuches, ver el atardecer
y descansar bajo el cielo estrellado, mientras Tony sueña
sobre la tierra húmeda. Mañana habrá otra misión.
Este es un día normal, como cada uno de los 365 que tiene
el año, en los cuáles miles de hombres siguen esta rutina.
Así como esta vez se destruyeron 23 kilos de explosivos y
se previnieron tragedias posteriores, en los primeros cuatro
meses de este año los hombres de la Fuerza de Despliegue
Rápido han hallado más de 770 artefactos explosivos de
alto poder, entre cilindros bomba, minas antipersonas, y los
nuevos artefactos explosivos de fabricación no convencional
denominados minas tipo telaraña o invisibles.
Cerca de 3.300 kilogramos de explosivos, varios kilómetros
de cable detonante, cientos de detonadores eléctricos, todo
tipo de metralla, más de un centenar de granadas y decenas
de morteros han sido hallados, destruidos e incautados por
estos héroes que patrullan de día y de noche para traer la
paz a Colombia y consolidar la nación que todos queremos,
afirma el brigadier general Juan Pablo Forero Tascón,
comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido.
Cerca de 3.300 kilogramos de explosivos, varios kilómetros de
cable detonante, cientos de detonadores eléctricos, todo tipo
de metralla, más de un centenar de granadas y decenas de morteros han
sido hallados, destruidos e incautados por estos héroes que patrullan de
día y de noche para traer la paz a Colombia y consolidar la nación que
todos queremos, afirma el brigadier general Juan Pablo Forero Tascón,
comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido”.
Almirante
HENRY JOHN BLAIN GARZÓN,
Jefe de Estado Mayor Conjunto
Editora:
PD. MERY BRAVO SILVA
Comunicaciones Estratégicas
Editora General:
Capitán de Navío GUIOMAR AMPARO RAMOS GÓMEZ
Directora Comunicaciones Estratégicas
Diseño y diagramación:
ADRIANA PONTÓN BARBOSA
Casa Editorial El Tiempo
Fotografías:
Archivo Comunicaciones Estratégicas CGFM
Archivo Ejército Nacional
Archivo Armada Nacional
Oficina de Comunicación Estratégica
www.cgfm.mil.co
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Avenida Eldorado Can Carrera 52
PBX: (1) 266 03 10. Extensión 4421
Bogotá D.C., Colombia
Por: Dirección Comunicación Sectorial
Fotos: Mauricio Orjuela - MDN
Próximo a entregarse en Bogotá, el Centro de Rehabilitación Inclusiva (CRI) será
no solo el más grande de su tipo en América Latina, sino además el más moderno al
contar con equipos de última tecnología como simuladores de transporte público.
Igualmente, avanzan las obras del nuevo Batallón de Sanidad, en el cual se
están invirtiendo más de 34 mil millones de pesos, y del centro de rehabilitación
funcional para la ciudad de Cali, que entrará en servicio en el 2016.
Es importante destacar que gracias a la gestión del ministro de Defensa, Juan
Carlos Pinzón, se reactivó el pago de la prima de orden público para los uniformados
que en cumplimiento de su deber terminaron en condición de discapacidad.
M
ejorar el bienestar y la calidad de vida de los más de 450 mil hombres y
mujeres en servicio activo de la Fuerza Pública y sus familias, así como
del personal de la reserva activa, ha sido una prioridad para el Ministerio
de Defensa Nacional. Esto se representa no solo en el diseño de planes y programas
en materia de sanidad, vivienda propia y fiscal, educación, aspectos salariales y
rehabilitación y en particular en la destinación de 1,6 billones de pesos para su
ejecución.
En la rehabilitación integral de nuestros héroes heridos en combate o en actos
del servicio se han concentrado gran parte de los esfuerzos institucionales de
los últimos cuatro años, como una forma de reconocimiento y agradecimiento al
sacrificio hecho por estos uniformados –cuya edad promedio es de tan sólo 20
años– en defensa del pueblo colombiano.
Es así como se implementaron la Política de Discapacidad del Sector Seguridad y
Defensa y el Sistema de Gestión de Riesgos y Rehabilitación Integral, con el fin de
articular los esfuerzos de las entidades del Sector y las externas, encargadas de las
fases de Previsión, Prevención y Protección, así como de rehabilitación funcional,
familiar, social y laboral de los uniformados que adquieran una discapacidad.
Paralelamente se han invertido millonarios recursos en la construcción de
establecimientos de rehabilitación como el Centro Héroes de Paramillo en Medellín,
que tiene capacidad para atender 160 uniformados en condición de discapacidad.
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EN CINCO AÑOS
Fuerzas Militares salvan a más de 269.000 personas de ser víctimas de minas antipersonal
M
ás de 269 mil vidas han sido
salvadas, en los últimos cinco
años, gracias a la mística y
silenciosa labor desarrollada por hombres
especializados en Desminado Humanitario y
Desminado Militar de las Fuerzas Militares de
Colombia.
Según estadísticas del Comando General
de las Fuerzas Militares, desde el 2010
unidades expertas en tareas de desminado
han neutralizado 109.043 minas y han
incautado 160.058 detonadores, pieza
esencial para la fabricación de artefactos
explosivos, que hubiesen causado la muerte
a más de 269.000 personas.
“El desminado militar contribuye a la
acción integral contra minas porque el
hecho de destruir una mina salva una vida,
muestra de esto es que en los últimos cinco
años las Fuerzas Militares de Colombia han
logrado salvar a más de 269.000 personas
entre los cuales se encuentran campesinos
y miembros de la Fuerza Pública”, dice el
informe del Comando General de las Fuerzas
Militares. Desde el 2010 hasta el primer semestre
de 2015 las Fuerzas Militares también
han incautado más de 211.834 kilos de
explosivos, cantidad que podría causar
bastante daño y sería lo equivalente a tener
la capacidad de destruir una ciudad.
Para realizar este valeroso trabajo de
desminado humanitario y desminado militar
las Fuerzas Militares de Colombia cuentan
con más de 10 mil hombres capacitados y
entrenados entre oficiales, suboficiales y
soldados e infantes de marina profesionales,
quienes después de un riguroso proceso de
selección, inician con una serie de cursos
de vital importancia como el de Técnico en
Explosivos, Enfermero, Desminador, de Líder
y Curso de Supervisor en Operaciones de
Desminado Humanitario, entre otros.
Estos hombres, en su gran mayoría del
arma de Ingenieros Militares del Ejército
Nacional e Infantes de Marina de la Armada
Nacional, que con paciencia, dedicación y
compromiso —aun a riesgo de sus propias
vidas—están distribuidos en las diferentes
unidades militares del país conformando
varios grupos especializados tales como
Grupo Exde (Explosivos y Demoliciones),
Grupo MARTE (Manejo de Artefactos
Explosivos), Escuadrón de Intervención y
Maniobra con Explosivo de la Fuerza Aérea,
y Unidades de Desminado Humanitario.
Estas Unidades de Desminado Humanitario
están representados en el Batallón de
Desminado No. 60 ‘Coronel Gabino Gutiérrez’
del Ejército Nacional y la Agrupación de
Explosivos de la Infantería de Marina de la
Armada Nacional que están desarrollando
operaciones en los departamentos de
Antioquia, Bolívar, Caldas y Santander,
con presencia de minas antipersonal de
acuerdo con los protocolos nacionales y
estándares internacionales, despejando
más de 2.170.000 metros cuadrados, en los
últimos años. Actualmente, trabajan con
pelotones de desminado manual, un pelotón
de desminado mecánico y un componente
canino para el apoyo en el control de calidad
en el desarrollo de las tareas de desminado.
El trabajo conjunto entre la comunidad,
las autoridades locales y el gobierno
nacional garantiza el derecho a la vida,
la integridad, la libre movilidad de las
personas, la reconstrucción del tejido social
y la protección de los Derechos Humanos.
De acuerdo con la Dirección para la
Acción Integral contra Minas Antipersonal
(DAICMA) del Ministerio Consejero para
el Posconflicto, Derechos Humanos y
Seguridad, tan solo en el 2014, 19.454
personas aprendieron a gestionar el riesgo
que generan las minas antipersonal, a
través de competencias de autocuidado y
comportamientos seguros; 977 miembros
de la Fuerza Pública y 86 civiles víctimas
de minas antipersonal y sus familias fueron
orientados para acceder a sus derechos.
Qué se ha hecho en Desminado
Humanitario
Recordando la Declaración de Ottawa
del 5 de octubre de 1996, que insta a
la comunidad a negociar un acuerdo
internacional jurídicamente vinculante
que prohíba el uso, el almacenamiento,
la producción y la transferencia de
minas antipersonal, las Fuerzas Militares
de Colombia en cumplimiento de los
compromisos adquiridos por el Estado
colombiano desde el año 2002 con la firma
y ratificación de esta Convención, en el
2013, a través del Batallón de Desminado,
culminan con éxito la destrucción de 21.341
minas de fabricación convencional que se
encontraban almacenadas en depósitos,
incluyendo las últimas que se habían
dejado para la capacitación en el estamento
castrense.
En este proceso la Industria Militar de
Colombia (Indumil) también destruyó las
máquinas que fabricaban estas minas de
tipo convencional.
En el Artículo V de la mencionada
Convención, el gobierno nacional también
se compromete a liberar todo el territorio
nacional de sospechas de minas a través del
DAICMA y las Fuerzas Militares.
Desde la ratificación de la Convención
las Fuerzas Militares efectúan el despeje de
las 35 bases militares en todo país, donde
se destruyeron 3.417 Minas Antipersonal
(MAP), 14 Artefactos Explosivos (AEI), y 134
Municiones Sin Explotar (MUSE).
Es de resaltar que el Desminado
Humanitario se intensificó en Colombia, en
el 2007, con el despeje de los artefactos
Las Fuerzas Militares de Colombia han
salvado más de 269 mil vidas por labores
de desminado humanitario y desminado militar, en
los últimos cinco años”.
explosivos instalados indiscriminadamente
por los grupos armados al margen de la
ley. Hasta la fecha las Fuerzas Militares han
destruido 1.054 AEI y 531 MUSE, dentro
del marco del Desminado Humanitario. En
el desminado que hacen las tropas para el
desarrollo de las operaciones militares desde
el 2004 se han ubicado y destruido más
de 269.000 minas, evitando con esto que
campesinos y soldados resulten afectados
en su integridad personal.
Las Fuerzas Militares desde que se
presenta la amenaza por parte de los grupos
armados ilegales genera una estrategia para
eliminar los artefactos explosivos dentro de
un marco de operaciones militares, una vez
entra en vigencia la Convención de Ottawa
se incorpora a esta maniobra el Desminado
Humanitario, el cual se rige por estándares
internacionales y que busca, además de la
eliminación del artefacto, el despeje del área
dejando la tierra libre de sospecha de minas.
En este proceso, las Fuerzas Militares han
logrado que cuatro municipios marcados
por la violencia —San Carlos (Antioquia),
El Dorado (Meta), Zambrano (Bolívar) y San
Francisco (Antioquia) —, fuesen declarados
‘Libres de Sospechas de Contaminación de
Minas Antipersonal’.
El 17 de diciembre de 2014, la Instancia
Interinstitucional de Desminado Humanitario
declaró a San Francisco (Antioquia) ‘Libre
de Sospecha de Contaminación por Minas
Antipersonal’. Las Fuerzas Militares de
Colombia este año adelantan las gestiones
pertinentes para hacer entrega oficial a la
comunidad de este municipio.
Actualmente, las Fuerzas Militares
continúan realizando operaciones de
desminado en siete municipios: Granada y
Cocorná (Antioquia); El Carmen de Bolívar
(Bolívar); Samaná (Caldas); Carmen de
Chucurí, Sabana de Torres y San Vicente de
Chucurí (Santander).
Ante los nuevos retos, está el
fortalecimiento a través de la creación de
un Centro Internacional de Desminado
de las Fuerzas Militares, el cual busca
entrenar, capacitar y mejorar la capacidad
técnica de desminado. Estará ubicado en
las instalaciones del Centro Nacional de
Entrenamiento (CENAE), en Tolemaida
Según estadísticas del Comando General de las Fuerzas Militares desde el
2010 unidades expertas en tareas de desminado han neutralizado 109.043
minas y han incautado 160.058 detonadores, pieza esencial para la fabricación de
artefactos explosivos, que hubiesen causado la muerte a más de 269.000 personas”.
(Tolima) y tendrá dos apéndices, uno en la Base
de Entrenamiento de Infantería de Marina, en
Coveñas, y otro, en el Centro de Instrucción
Militar en el Comando Aéreo de Combate No. 1
de la Fuerza Aérea Colombiana, en Puerto Salgar.
Dentro de la transformación de las Fuerzas
Militares el Desminado Humanitario ocupa un
lugar importante dentro de los nuevos roles que
desempeñarán en el posconflicto.
Colombia desarrolla estrategias
para fortalecer la capacidad de lucha
contra minas
Con el propósito de hacerle frente a la amenaza de las minas y los artefactos explosivos
improvisados a nivel hemisférico, entre el 9 y
13 de febrero se dieron cita en Medellín, cerca de 30 delegados expertos de 12 ejércitos de
América, con el propósito de adelantar el Comité AD-HOC sobre Minas y Artefactos Explosivos
Improvisados, en el marco de la Conferencia de
Ejércitos Americanos (CEA).
En esta ocasión, se plantearon importantes
avances que contribuyen en la lucha contra este
flagelo, algunos orientados a proponer a través
de experiencias particulares de los ejércitos
miembros de la CEA, el fortalecimiento de la
doctrina, generación de protocolos y marcos
legales.
Ahora, con delegados de países como
Bolivia, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia,
Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua,
Paraguay, República Dominicana y Venezuela,
con el Comité AD-HOC se busca determinar
terminología a emplear y recomendar estándares
de procedimientos a seguir, diferenciando
los escenarios a aplicar en el marco de las
operaciones militares y operaciones de
mantenimiento de paz.
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CONCENTRACIÓN, CUIDADO Y ATENCIÓN
30 SOLDADOS MÁS
CAPACITADOS
Una vida, salvando vidas
Los soldados profesionales Alexis Giovanny Taborda y Jhon Alexander Estrada desde hace 14 años son expertos del grupo antiexplosivos.
F
undadores de la compañía de
explosivos del Batallón 'Pedro Nel
Ospina' en la Cuarta Brigada del
Ejército, los soldados profesionales Alexis
Giovanny Taborda y Jhon Alexander Estrada
desde hace 14 años se desempeñan como
integrantes del grupo antiexplosivos; a pesar
del riesgo al que se exponen, la dedicación
y el cuidado de estos soldados los ha hecho
invencibles ante la peligrosidad de las minas
antipersonal.
En sus años de experiencia sobresale la
labor en técnicas de desminado humanitario
realizada en San Carlos, Antioquia,
primer municipio totalmente despejado
de artefactos explosivos. Aunque cada
operación es un riesgo, con satisfacción y
entrega estos soldados trabajan por y para
el pueblo salvando vidas.
Desde que se creó la compañía en 2001
cada cuatro meses Taborda y Estrada
reciben reentrenamiento en el Batallón para
capacitarse, actualizarse y aprender cómo
neutralizar nuevos sistemas creados por
los grupos ilegales. Luego de este tiempo
regresan al área de operaciones y relevan al
grupo que allí se encuentra.
Cuando están en un terreno con sospecha
de minas antipersonal lo primero que hacen
es un registro visual para verificar si hay
objetos extraños, lanzan la pera y cuerda,
luego envían al guía canino -el cual ha sido
previamente entrenado para realizar este
trabajo- si el perro detecta algo, proceden
los detectoristas y a continuación es el
comandante quien destruye el artefacto
explosivo colocándole una contracarga.
La concentración, el cuidado y la atención
son las herramientas que les han permitido a
Taborda y Estrada salir victoriosos e ilesos de
este peligroso trabajo que diariamente deja
víctimas militares y civiles en el país, siendo
los niños los más afectados por los artefactos
explosivos, sobre todo de minas antipersonal.
Múltiples son las historias de estos
soldados en su trabajo, sin embargo hay una
que Taborda recuerda de manera especial
cuando hace un tiempo en el municipio de
Campamento, un niño de 5 años se encontró
un artefacto explosivo abandonado por un
grupo armado organizado al margen de la
ley y al manipularlo explotó, quitándole
la mano al pequeño. En ese momento
pasábamos por la zona, al verlo herido en
el piso le prestamos inmediatamente los
primeros auxilios mientras lo llevaban al
hospital; años después yo volví y el niño
tenía su manito con una prótesis.
A pesar de la nostalgia y el impacto que
les generan las historias de las víctimas,
Taborda y Estrada día tras día exponen su
vida localizando y destruyendo artefactos
explosivos en áreas rurales, específicamente
en el desarrollo de operaciones en el
campo de combate con el fin de proteger
a la población civil de la amenaza de estos
grupos ilegales. Con su labor hacen que el
temor desaparezca, los habitantes caminen
con tranquilidad por sus tierras y los niños
puedan volver a jugar sin riesgo de caer en
una mina.
De hecho, en el municipio de San Carlos,
Antioquia estos hombres estuvieron
agregados durante 3 años; allí no solo
desminaron veredas sino escuelas, caminos
y áreas que frecuentaban los niños. Con
información de los habitantes ubicaron las
partes con mayor riesgo, las despejaron y
devolvieron la seguridad a este territorio.
En los municipios de San Carlos, Ituango
y Campamento, las zonas más críticas de
Antioquia, se encuentran presentes estos
dos héroes a los que la comunidad reconoce,
admira y agradece por su valentía y vocación
de servicio en busca de un país libre de
minas antipersonal.
Alexis Giovanny Taborda y Jhon Alexander
Estrada desde hace 14 años se
desempeñan como integrantes del grupo
antiexplosivos; a pesar del riesgo al que se exponen,
la dedicación y el cuidado de estos soldados los ha
hecho invencibles ante la peligrosidad de las minas
antipersonal”.
CURSO INTERNACIONAL DE DESMINADO
HUMANITARIO
En el Centro de Convenciones 'Carmelitas Villamizar Díaz', de la Base de
Entrenamiento de Infantería de Marina en Coveñas, se dio clausura al
primer curso Básico de Desminado Humanitario, realizado por el Centro
Internacional de Entrenamiento Anfibio (CIEAN) y el curso Socorrista Militar
50 realizado por el Establecimiento de Sanidad Militar 1049.
De acuerdo con la misión encomendada por la Armada Nacional, el CIEAN,
planea, programa y ejecuta cursos especializados como apoyo a las
operaciones del Desminado Humanitario y Socorristas Militares, los cuales
permiten que oficiales, suboficiales e infantes de marina profesionales,
adquieran la habilidad de realizar estudios técnicos y despeje de áreas
peligrosas contaminadas por Minas Antipersonales (MAP), Artefactos
Explosivos Improvisados (AEI) y Munición sin Explotar (MUSE).
Se premió al infante de marina profesional Fredy Sandoval Pérez, quién ocupó
el primer puesto del curso Básico se Desminado Humanitario y al sargento
segundo César Carrillo Caballero, primer puesto del Curso Socorrista Militar.
Soldados del Batallón de Ingenieros del Ejército Nacional durante meses han realizado el desminado humanitario y desminado militar en una zona de San Vicente de Chucurí (Santander).
Durante 6 semanas, 30 soldados
profesionales
y
suboficiales
pertenecientes a la Segunda
Brigada del Ejército Nacional,
se graduaron como especialistas
en técnicas y procedimientos en
Explosivos y Demoliciones (EXDE),
formación que les brindará las
herramientas para la ubicación,
destrucción y neutralización de
todo tipo de minas antipersonal
y artefactos explosivos, que son
empleados por los grupos al margen
de la ley para afectar a las tropas y
a la población civil.
“El objetivo principal es de apoyar
con los conocimientos y las
destrezas en lo relacionado con
Explosivos y Demoliciones EXDE, a
nuestras tropas que se encuentran
en el Sur de Bolívar, área donde
se han presentado cinco casos
lamentables de víctimas por las
minas antipersonal, entre el 2014
y 2015”, comentó el teniente
coronel Óscar Hurtado Artunduaga,
comandante del Batallón de
Ingenieros No. 2 'General Francisco
Javier Vergara y Velasco'.
Estos hombres garantizarán que
el Sur de Bolívar esté libre de
sospecha de Artefactos Explosivos
Improvisado y minas antipersonal,
permitiendo entregar las áreas
libres a la población y evitar más
víctimas.
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LA HISTORIA DEL SUBCAMPEÓN NACIONAL DE NATACIÓN
“La vida te da sorpresas cuando decides vivirla”
El soldado profesional Juan José Florián, quien hace tres años
perdió sus brazos y su pierna derecha por causa de un artefacto
explosivo, hoy es el segundo mejor nadador en condición de
discapacidad en Colombia que ha entregado al país y al
mundo 22 medallas, 6 de oro, 10 de plata y 6 de bronce.
Por: Paula Irene Castellanos Hincapié
Jefe de Prensa Jefatura de Familia Ejército
“
Tenía 28 años, estaba en el Meta, un sábado
me encontraba viendo por televisión un
partido de fútbol con mi familia; en el receso
del primer tiempo se me ocurrió salir a comprar
comida y como estaba en día de descanso, mi
uniforme militar lo dejé a un lado, al igual que
mi malicia, mi entrenamiento de siete años como
Soldado Profesional pareciera que la hubiese dejado
también descansar, ya que una bolsa plástica frente
a mi casa me suscitó toda la curiosidad y el abrirla
partió literalmente mi vida en dos…”
Un artefacto explosivo sacudió mi humanidad,
estaba consciente en todo momento, lo que sentí
fue un estrepitoso golpe en mi pecho, traté de
levantarme, cuando levanté mi vista, opaca en
el momento, vi como una escena de terror me
envolvía, ya que mis brazos y una pierna no estaban,
se desprendía de mí la carne y la piel, podía ver
mis huesos; afortunadamente la reacción médica
fue rápida y lograron llevarme a tiempo al hospital,
donde gracias a Dios salvaron mi vida.
Así comienza la historia de Juan José Florián, un
joven antioqueño de 32 años que a los 18, se unió al
Ejército Nacional para ser Soldado Profesional, como
lo soñó desde pequeño: ser un respetado militar,
porque sentía mucha admiración por el trabajo social
que siempre han realizado las Fuerzas Militares, ya
que él y su familia, sufrieron los impactos de la
violencia de las Farc. Manifestó que en su territorio
sólo se sentía tranquilidad cuando había presencia
del Ejército, su madre, doña Magnolia Valencia,
podía hacer mercado para su familia cada tres
meses, debido a los hostigamientos de la guerrilla.
Volviendo a los hechos de aquel fatídico
atentado terrorista, Florián, despertó en el
centro asistencial viviendo una pesadilla, pero
gracias al apoyo de su familia, su novia y del
Ejército Nacional, su recuperación fue rápida,
en seis meses las heridas físicas de Juan José
habían sanado, sólo faltaba que aquellas heridas,
las más difíciles: las del alma, las del corazón,
cicatrizarán. Juan culpaba a Dios por lo que le
sucedía, llanto, tristeza, depresión y desasosiego
eran los sentimientos que albergaban su corazón,
“cuando se está así”, afirma Florián: “No se puede
ver con claridad la vida, lo que tenemos al frente,
las oportunidades, porque nos ocupamos y nos
mentalizamos siempre en envidiar, en desear lo
de los otros, no buscamos agradar a Dios siendo
felices, sino que nos ponemos vendajes en los ojos
que no nos permiten ver las bendiciones que Él
nos da”.
Un click en la vida de Florián se activa en un paseo
que hizo en compañía de su novia a Villavicencio,
quien le propuso nadar… “¿Meterme a la piscina?,
¿Nadar?, ¡No! ¡Definitivamente, usted está loca!” le
dijo; pero se atrevió, sin saber nadar, chapuzando,
la vida volvió a entrar al cuerpo de Juan José, un
sentimiento de alegría lo albergó, hundió en esa
piscina las pesadillas, los sentimientos de rabia,
dolor, frustración, miedo, odio, estos quedaron en
el fondo del agua para jamás volver.
Nació así una nueva inspiración: la natación sería
su refugio, su cambio de vida, su oportunidad para
seguir luchando y mostrándole no solo a Colombia,
sino al mundo entero de qué están hechos los
héroes de verdad, con determinación, Juan José
buscó y encontró el apoyo que necesitaba para
entrenar de manera profesional en natación. La
Liga de Discapacidad de las Fuerzas Militares, la
Brigada Logística No. 1 del Ejército, la Jefatura de
Familia y Asistencia Social del Ejército Nacional a
través del Programa de Heridos en
Combate y la Corporación Matamoros,
todos ayudaron en el proceso integral
de materializar el nuevo sueño de Florián, ser
competidor paralímpico en una exigente disciplina
deportiva.
Juan José vio por televisión al nadador Moisés
Fuentes Garzón, quien en los Paralímpicos de
Londres 2012, obtuvo para Colombia medalla de
Plata en natación, desde ahí se propuso ser su rival
más cercano, fue su inspiración; debía exigirse y
tener un fuerte entrenamiento para lograrlo, debía
luchar por dejar sus medicamentos psiquiátricos y lo
logró, vencida esa batalla, entrenó con ahínco, para
ser un campeón, superó sus propias expectativas y
las de todos los que lo rodean.
Tres años han transcurrido desde que Florián
sufrió ese cruel atentado y hoy es un deportista
de alto rendimiento, un modelo a seguir que
ha entregado a su natal Antioquia y al país 22
medallas, 6 de oro, 10 de plata y 6 de bronce, tres
de las medallas de Oro fueron en campeonatos
internacionales. Ha competido en Estados Unidos,
Venezuela y Brasil como nadador, ha llegado a los
corazones de muchos colombianos al contar su
historia de superación, quiere ser un conferencista
internacional y llevar al mundo su vida, además
desea ser psicólogo, para ayudar a superar los
momentos de crisis que viven no solo las personas
víctimas de minas antipersonal, sino también a sus
familias que según él son quienes llevan una de las
cargas emocionales más fuertes.
De este héroe de la patria, solo salen palabras de
amor, de positivismo, su alegría contagia, con su
fino sentido del humor se burla de sí mismo y de su
condición, le envía un mensaje de perdón a quien le
puso esa mina frente a su casa: “mi vida no terminó
ese día, que no cumplió con su cometido porque yo
estoy más vivo que nunca, pero en cambio usted
guerrillero, tiene su vida desperdiciada ahí y no lo
culpo porque tal vez es lo único que sabe hacer y
cumplió con la orden de alguien que no sabe que es
vivir la vida y vivirla en el amor de Dios”.
Hace un llamado a los niños y a la juventud, para
que valoren sus vidas: “Es muy triste que mientras
los soldados los cuidamos para que vayan a sus
escuelas, entregamos nuestras vidas para que sean
el futuro del país, perdemos partes de nuestro
cuerpo para que ellos sonrían, no estamos cuando
nuestros hijos nacen, caminan u obtienen triunfos,
ellos, están matándose en las esquinas, en los
parques y en los colegios, consumiendo cualquier
tipo de drogas”.
Mientras tanto Juan José Florián sigue arduamente
con sus entrenamientos y se prepara para los
próximos Juegos Paranacionales, que se realizan
cada cuatro años en Colombia, este 28 de noviembre
será en Ibagué; “Juanjo” como le dicen sus amigos
agradece al coronel Jorge Wilson Blanco Rincón y
a la psicóloga María Camila Salazar, pertenecientes
al cuerpo orgánico de la Brigada Logística No. 1,
porque según él “los ángeles habitan la tierra”,
ellos han sido también artífices del triunfo que hoy
convierten a Florián en el segundo mejor nadador
en condición de discapacidad en Colombia.
…yo estoy
más vivo que
nunca, pero en cambio
usted guerrillero, tiene
su vida desperdiciada ahí
y no lo culpo porque tal
vez es lo único que sabe
hacer y cumplió con la
orden de alguien que no
sabe qué es vivir la vida
y vivirla en el amor de
Dios”.
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