Broncoscopia. Técnicas diagnósticas

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Broncoscopia.
Técnicas diagnósticas
I. Alfageme Michavila, N. Reyes Núñez, J. Lima Alvarez, M. Merino Sánchez
INTRODUCCIÓN
A principios de los 70 se comercializó el fibrobroncoscopio flexible (BF) y rápidamente se introdujo
en la práctica clínica; desde entonces, se ha incrementado notablemente nuestro conocimiento de las
enfermedades pulmonares, se ha revolucionado la
práctica de la neumología y se ha consolidado como
el procedimiento invasivo diagnostico más utilizado
habitualmente en neumología. Las ventajas del BF
sobre el broncoscopio rígido incluyen la mayor visión
del árbol traqueobronquial, su mayor facilidad de
manejo y el poder prescindir de la anestesia general o de un quirófano para su empleo. Actualmente
la broncoscopia (BC) con los BF es una técnica tan
difundida y utilizada entre los neumólogos, que no
se concibe una unidad de neumología, por elemental que sea, que no incluya esta exploración entre sus
prestaciones. Nos permite realizar una inspección
visual del árbol bronquial y la toma de muestras cuando es necesario. La BC debe realizarse en un hospital, aunque sea con carácter ambulatorio; el hospital
no sólo ofrece los medios idóneos para una correcta exploración endoscópica y un óptimo procesamiento de las muestras obtenidas, sino también los
medios adecuados para solventar las complicaciones
potenciales derivadas del procedimiento, ofreciendo
al paciente las máximas garantías.
INDICACIONES
Las indicaciones diagnósticas de la BC se recogen en la tabla I. Algunas de estas se derivan de la
misma exploración como es el caso de la valoración de las vías respiratorias altas y en otros casos
es el medio para obtener una muestra que puede
conducir al diagnóstico.
CONTRAINDICACIONES
No existen contraindicaciones estrictas para
la realización de una BC, siempre es un equilibrio
entre las ventajas esperadas y los riesgos que
suponen al enfermo. No obstante las siguientes
situaciones se consideran de alto riesgo y hay que
valorar cuidadosamente el potencial beneficio
ante el riesgo: tal es el caso de arritmias potencialmente mortales, en las 4 semanas siguientes
a un infarto agudo de miocardio y si hay angina
inestable; en los casos de hipoxemia refractaria;
cuando existan coagulopatías no corregidas o
recuento de plaquetas inferior a 50.000; en caso
de insuficiencia renal grave; en presencia de enfermedades infecciosas trasmisibles (por ejemplo
con tuberculosis -TB- pulmonar activa) y en los
casos de enfermos no cooperadores. La no obtención del consentimiento por escrito es una contraindicación para la BC.
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Tabla I. Indicaciones diagnósticas de la BF.
Valoración signos y síntomas
Hemoptisis
Pito localizado
Tos inexplicable
Parálisis de cuerda vocal
Valoración de enfermedad endobronquial
Tumor
Cuerpo extraño
Fístula
Tapón mucoso
Citología de esputo sospechosa de malignidad
Valoración de radiografía de tórax alterada
Masa pulmonar
Infiltrado pulmonar focal o difuso
Atelectasia pulmonar
Derrame pleural
Parálisis frénica unilateral
Diagnóstico microbiológico de infecciones
respiratorias
En pacientes inmunodeprimidos
En no inmunodeprimidos
Valoración de vías respiratorias altas
Valoración de adenopatías mediastínicas con/sin
ultrasonido endobronquial
Monitorización de enfermedad conocida
Trasplante pulmonar
Estadificación del cáncer de pulmón
Neoplasia de esófago
En unidades de cuidados intensivos
Problemas asociados al tubo orotraqueal
Infecciones en pacientes con ventilación
invasiva
INSTRUMENTACIÓN
Fibrobroncoscopios (BF) y
Videobroncoscopios (VBF)
El BF es un instrumento flexible, fabricado con
haces de fibra óptica, encastrados en una cubierta de vinilo también flexible, que transmiten luz y
proporcionan una imagen magnificada a través
de un sistema de lentes. A todo lo largo del tubo
flexible, en su parte interna, discurre el canal ope-
rador o de trabajo. Los últimos 2,5 cm. del BF son
de angulación dirigible, lo que permite la visión
desde diferentes ángulos. Tanto el diámetro externo del tubo flexible como el del canal de trabajo
son variables según el tipo de BF. Los tamaños más
utilizados en adultos son los que tienen de 5,2-6
mm de diámetro externo, con un diámetro interno
del canal de trabajo de 2,0-2,8 mm respectivamente. Desde final de los años 80, los clásicos
BF de fibra óptica están siendo sustituidos por VBF
provistos de un sensor de imagen en su extremo
distal que la trasmite a un procesador de video para
su exhibición en un monitor. Esta nueva generación
de VBF permite una mayor resolución y el almacenamiento de la imagen en formato digital.
Material accesorio
Los requerimientos mínimos de material para
la realización de esta técnica son el propio BF o VBF
y su conexión a una fuente de luz fría. También
se consideran material accesorio, las pinzas, cepillos de citología y microbiología y las agujas de punción transbronquial (estos últimos de uso único).
Existen BF que disponen de una batería que actúa
como fuente de luz fría lo que facilita el transporte
del instrumento fuera de la sala de endoscopia. Es
obligatorio disponer de equipo de resucitación en
la sala que permita afrontar potenciales complicaciones. Aunque no es necesario rutinariamente disponer de fluoroscopia, en los casos de lesiones pulmonares localizadas su uso aumenta la rentabilidad de la biopsia transbronquial. La comunicación
con el resto de los servicios y la docencia, se facilitan por la grabación de las imágenes
EQUIPO DE TRABAJO Y SALA DE
ENDOSCOPIA
Son necesarios además del neumólogo, dos
ayudantes, siendo uno de ellos un/una enfermero/a cualificado. Aunque esto variará dependiendo
del número de exploraciones que se realicen y
de si se realizan terapias endoscópicas.
El espacio físico dedicado a la broncoscopia
debe incluir: un espacio para la preparación y recuperación del paciente que permita una cierta privacidad; un área de trabajo para realizar el proce-
Broncoscopia. Técnicas diagnósticas
dimiento con suficiente espacio para maniobrar y
permitir el acceso a un equipo de reanimación y
un área de limpieza y mantenimiento con buena
ventilación. El tamaño y la distribución dependen
del número y tipos de pruebas que se realicen en
una institución en particular, sin embargo no es
necesario un quirófano, y la mayor parte de las
exploraciones se realizan en una sala específica para
ello.
PREPARACIÓN, INFORMACIÓN Y
CONSENTIMIENTO
Se recomienda una valoración clínica por parte
del broncoscopista antes de la prueba. Se considera esencial disponer de una radiografía de tórax
reciente en todos los pacientes. Las pruebas de función pulmonar o la determinación de gases arteriales, sólo serán necesarias en los casos en que
haya una sospecha clínica de alteración funcional
importante. Los pacientes en los que se sospeche EPOC deben tener una espirometría reciente
y si el FEV1 es inferior al 40% o la SaO2 inferior al
93%, se recomienda una gasometría arterial. Los
pacientes con asma bronquial deben premedicarse con un broncodilatador antes de la prueba. No
son necesarios de forma rutinaria los estudios de
coagulación, excepto en los casos de pacientes con
factores de riesgo conocido o cuando se vaya a realizar una biopsia trasbronquial (BTB). En pacientes tratados con anticoagulantes orales que precisen biopsias, se deben suspender los anticoagulantes al menos 3 días antes de la realización de la
prueba o revertir los efectos con dosis bajas de vitamina K; si no es posible prescindir de la anticoagulación, el INR debe reducirse por debajo de 2,5
y se debe iniciar tratamiento con heparina. Con respecto a los antiagregantes, se ha demostrado que
no existe incremento del riesgo de sangrado con
la administración de aspirina, sin embargo, con otros
más recientes como el clopidogrel no existe suficiente información hasta el momento.
Los pacientes deben mantener ayuno de sólidos por boca en las 4 horas previas a la realización
de la exploración y pueden permitirse líquidos hasta
2 horas antes del examen. El médico debe facilitar
al enfermo información sobre la prueba en un len-
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guaje que sea fácilmente comprensible por él
mismo, incluyendo los posibles riesgos y la probabilidad de alcanzar un diagnostico con la misma,
sobre todo en los casos en que se contemple la
realización de una biopsia transbronquial. Esta comunicación ayuda al paciente a aceptar la exploración,
mejora la tolerancia al procedimiento y permite
obtener la máxima colaboración del mismo. El
paciente y sus familiares deben tener la oportunidad de preguntar cualquier duda antes de otorgar
el consentimiento por escrito. Este documento debe
permanecer en la historia del paciente junto al informe de la prueba
No se recomienda de forma rutinaria la profilaxis antibiótica para la endocarditis previa a la realización de una BC, aunque sí para la broncoscopia
rígida. Sin embargo, se consideran pacientes con
alto riesgo los portadores de valvulopatías izquierdas, válvulas cardiacas artificiales, cardiopatías congénitas cianóticas o historia previa de endocarditis.
PREMEDICACIÓN, SEDACIÓN,
ANALGESIA Y MONITORIZACIÓN
Se debe canalizar una vena periférica en todo
enfermo antes de administrar la sedación, que se
mantendrá hasta el final del periodo de recuperación. La atropina sigue siendo utilizada por muchos
grupos antes del inicio de la exploración, con el
objeto de reducir las secreciones de la vía aérea,
prevenir la bradicardia y los fenómenos vasovagales. La dosis utilizada ha sido la misma, tanto en
caso de administración intravenosa, intramuscular, subcutánea o sublingual. En estudios recientes efectuados en adultos que reciben concomitantemente sedación con benzodiacepinas, no se
encuentran diferencias en la disminución de secreciones, confort del paciente o frecuencia de complicaciones en comparación con placebo, por lo
que su administración habitual es controvertida y
no necesaria de forma rutinaria. Se debe ofertar
la sedación a todos los pacientes si no hay contraindicación. Su uso tiende a ser cada vez más
difundido, no reemplaza a la anestesia tópica, sino
que prepara al paciente en condiciones óptimas.
Los efectos de la sedación buscados son la amnesia, la relajación y la cooperación del paciente. Los
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fármacos empleados suelen ser benzodiacepinas
siendo el midazolam la droga de elección por su
vida media más corta, mayor potencia sedante, inicio rápido de la hipnosis, gran volumen de distribución y rapidez de aclaramiento, que se traduce
en amplia manejabilidad de dosis, además de la
facilidad para revertir sus efectos con el flumazenilo. Las dosis de midazolam son las necesarias
para lograr una sedación consciente (una dosis inicial de 2 mg seguidos a los 2 minutos de incrementos de 1 mg/min.) según la respuesta del
paciente. Aunque antes se asociaba un analgésico
opiáceo, con este tipo de sedación es accesorio. La
monitorización cardiaca no es necesaria de forma
rutinaria, pero debe considerarse en caso de pacientes con historia de cardiopatía grave o en los casos
en que persista la hipoxemia a pesar de la oxigenoterapia.
Durante la BC suele producirse una caída de
la PO2 de alrededor de 20 mmHg, esta caída es
más pronunciada en los casos en que se realiza
lavado broncoalveolar (BAL) y si se utilizan grandes volúmenes de liquido en el mismo. El mecanismo responsable es la alteración del cociente ventilación/perfusión (resultado de la obstrucción parcial de la vía aérea causada por el BF, la aspiración o la instilación de soluciones anestésicas o
BAL) y la hipoventilación secundaria a la sedación.
La hipoxemia se ha relacionado con mayor riesgo
de arritmias; se recomienda la monitorización de la
SaO2 y la administración de oxigeno, que debe prolongarse según el tipo de sedación empleado y en
los casos en que haya alteración importante de la
función pulmonar. La administración de oxígeno se
realiza mediante una cánula nasal a un flujo de 2
litros/min. para mantener una SaO2 de al menos el
90%, con particular atención a los posibles retenedores de CO2, por lo que un monitor transcutáneo de CO2 puede ser útil. En los casos de pacientes con hipoxemia importante en los que sea necesaria la realización de BC se puede utilizar ventilación con presión positiva vía máscara facial. La administración concomitante de oxigeno y de sedación
intravenosa pueden aumentar el CO2 arterial, por
lo que debe evitarse la sedación si la gasometría
arterial pre-BF muestra importante elevación del
CO2 y el oxigeno se debe administrar a flujos bajos
y con extrema precaución.
ANESTESIA TÓPICA
La Lidocaína es el anestésico tópico utilizado
de forma generalizada. Sus efectos tóxicos implican al SNC (convulsiones) y cardiovascular (hipotensión, bradicardia, arritmia y colapso cardiovascular). Se metaboliza a través del hígado. Cuando
se instila en el árbol traqueobronquial es rápidamente absorbida al torrente sanguíneo, sin embargo una parte no cuantificada es eliminada a través de la aspiración durante la exploración. La dosis
total de lidocaína debe limitarse a 8.2 mg/Kg. en
adultos (aproximadamente 29 ml de una solución
al 2% para un paciente de unos 70 Kg.). Hay que
ser cauto en ancianos y en pacientes con enfermedades cardiacas o hepáticas, en los que se recomienda no sobrepasar la dosis de 5 mg/Kg. Para
la anestesia de la fosa nasal se utiliza en forma
de gel (al 2%) preferiblemente al spray. Para la
anestesia de las cuerdas puede emplearse un spray
(Xilonibsa® al 10%) o bien utilizar la inyección
transtraqueal (en la membrana cricotiroidea) de 50
mg de lidocaína, otra posibilidad es el empleo de
la lidocaína nebulizada al 2%. Durante el procedimiento suelen instilarse pequeños bolos de lidocaína al 2% a través del fibrobroncoscopio según
la necesidad, tendiendo a utilizar la mínima cantidad necesaria.
VÍAS DE INSERCIÓN Y EXPLORACIÓN
DEL ÁRBOL BRONQUIAL
La vía de inserción más habitual es la vía nasal,
previa anestesia tópica de una de las fosas nasales; la introducción se efectúa a través del meato
medio, entre el cornete medio e inferior. Permite
la exploración completa de las vías respiratorias
(altas y bajas) y la visualización de su dinámica. Es
fácil de realizar y permite mayor autonomía al broncoscopista. La alternativa es la vía oral, siendo necesario en ese caso utilizar un abrebocas rígido que
proteja el instrumento de posibles mordeduras.
Igualmente es recomendable el uso de abrebocas
cuando se introduce el BF a través de tubos orotraqueales en pacientes con ventilación mecáni-
Broncoscopia. Técnicas diagnósticas
ca. Es conveniente valorar el aspecto y movilidad
de las cuerdas vocales. Una vez atravesada la glotis debe realizarse una exploración completa sistematizada de ambos árboles bronquiales, empezando por el presuntamente sano, incluyendo la
búsqueda de anomalías estructurales o patológicas
y anormalidades dinámicas. En la tabla II se resumen las principales alteraciones endobronquiales.
TÉCNICAS COMPLEMENTARIAS A LA
EXPLORACIÓN
La BF es un procedimiento que permite obtener muestras cuyo análisis posterior conducirán a
un diagnostico. La obtención de muestras requiere el uso de accesorios y técnicas que complican
la exploración y aumentan el tiempo y los riesgos
del examen. El orden en el que deben realizarse
no está plenamente establecido si bien bastantes
autores proponen el siguiente orden: broncoaspirado (BAS) o lavado broncoalveolar (BAL), cepillado y biopsia. Justifican esta secuencia defendiendo
la idea de que el sangrado originado por la biopsia
sería mayor que el originado por el cepillado y esto
podría contaminar de sangre las citologías obtenidas con el BAS, BAL y cepillado. Cuando hay sospecha de malignidad debe realizarse cepillado, lavado (o broncoaspirado) y biopsias. En presencia de
lesión endoscópica maligna, la rentabilidad diagnostica considerando la combinación de biopsia,
cepillado y broncoaspirado debe ser de al menos
el 80%.
Broncoaspirado (BAS)
Es la técnica más simple, consiste en la obtención de secreciones bronquiales desde que se introduce el BF en el árbol bronquial, a través del canal
de aspiración y su recogida en un colector diseñado a tal fin. Suele considerarse contaminado con
secreciones de vías altas por lo que su utilidad diagnóstica microbiológica es limitada. También se utiliza para estudio citológico en los casos de sospecha de enfermedad neoplásica. Se acompaña de
lavados con pequeñas cantidades de suero fisiológico, no más de 5-10 ml en cada embolada, cuando la cantidad de secreción es escasa o ausente.
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Biopsia bronquial (BB)
Consiste en la obtención de muestras procedente de una alteración endobronquial o de la
mucosa bronquial. El lugar en que se toma la biopsia depende de los hallazgos, suelen ser lesiones
sospechosas de malignidad o alteraciones anatómicas encontradas en la exploración. Dado lo inespecífico de la morfología de las lesiones endobronquiales, se recomienda obtener biopsia siempre que se halle alguna alteración, puesto que el
diagnostico final siempre será anatomopatológico;
igualmente se recomienda evitar biopsiar las zonas
blanquecinas en la superficie de las tumoraciones
que suelen corresponder a necrosis. Cada vez se
popularizan más las pinzas desechables, aunque
su coste es elevado. Hay pinzas con gran variedad de diseños, cambia la forma de la cucharilla
(con dientes, redonda o fenestrada) el tipo de apertura (con movilidad lateral que facilitan la toma
de biopsias en lugares difíciles como las paredes
de la traquea) o que incorporan un arpón entre las
cucharillas para poder clavarlo en la lesión y evitar
que resbalen. El uso de una u otra dependerá de
la disponibilidad y del tipo de lesión. En casos de
lesión endoscópica sospechosa de malignidad se
recomienda un mínimo de 5 muestras. Casi siempre tras la toma de biopsia se produce un pequeño sangrado, sobre todo en neoplasias, que puede
controlarse con suero frío o instilaciones de adrenalina; en caso de hemorragias importantes, el
manejo es el mismo que en las hemoptisis masivas. Es importante no terminar la exploración sin
haber comprobado el cese de la hemorragia.
Biopsia trasbronquial (BTB)
Consiste en obtener una muestra de tejido pulmonar a través del BF. Está indicada en el diagnóstico de masas de localización periférica y de
enfermedades pulmonares intersticiales difusas
(EPID), en enfermos no inmunodeprimidos, inmunodeprimidos y para monitorizar el rechazo en
pacientes con trasplante pulmonar. En casos de
masa periférica, el diagnostico aumenta mucho con
el uso de la fluoroscopia para localizar el bronquio
adecuado. En los casos de EPID el bronquio elegido corresponde a una zona alterada radiográfica-
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Tabla II. Alteraciones endobronquiales elementales.
Alteración
Tipo de alteración
Posible diagnóstico
Coloración de la mucosa
Anormalmente pálida
Rojo vivo uniforme
Rojo vivo localizado
Negruzco
Anemia, asma
Inflamación, cardiopatía
Inflamación, neoplasia
Antracosis, metástasis de
melanoma
Alteraciones de la movilidad bronquial
Disminuida generalizada
Disminuida localizada
Colapso espiratorio distal
Colapso espiratorio central
Enfisema, paquipleuritis
Postinflamatoria,neoplásica
EPOC
Traqueobroncomalacia
Secreción
Valorar cantidad escasa o moderada
Valorar localización difusa o predominante
Valorar características
serosa
mucosa
mucopurulenta
caseum
Valorar olor (fetidez)
Asma, edema,
EPOC, postcirugía
Bronquiectasias
Tuberculosis
Infección por anaerobios
Grosor de la pared
• Engrosamiento carinas
• Desaparición relieve cartílagos
•
Disminución luz bronquial
Discreto: borramiento incompleto de relieve de cartílagos
Moderado: borramiento completo + ligera ↓ calibre bronquial
Importante: ↓ franca de luz bronquial.
imposible ver bronquios segmentarios
Grados de infiltración mucosa (según sospecha malignidad)
Baja
1 de las siguientes:
Perdida de brillo localizada
↑ de grosor liso/uniforme
↑ vascularización local
Intermedia
≥ 2 de las siguientes:
- ↑ grosor mucosa
- superficie irregular
- enrojecimiento local
- “stop” de pliegues
- estenosis bronquial
Tipos de masa
Características endoscópicas
Sospecha de benignidad
Sospecha de baja malignidad
Sospecha de alta malignidad
Coloración rosada. Superficie lisa
Coloración rosada. Superficie granulosa (“fresa”)
Coloración irregular. Superficie irregular, mamelonada con zonas
“blancas”
mente y que sea fácil de canalizar, sin necesidad
de forzar el BF. Una vez elegido el bronquio, se
enclava la punta del BF y se avanza la pinza de biopsia hasta localizar radiográficamente la lesión (en
dos planos). En los casos en que no se utilice la
Alta
≥3 de las descritas en la
anterior
fluoroscopia, una vez enclavado el BF, se avanza la
pinza 2-3 cm., entonces se abre y se avanza 1-2
cm. más, hasta notar resistencia, entonces se cierra la pinza y suave y lentamente se tracciona la
pinza o el BF como un todo (en vez de dar un tirón).
Broncoscopia. Técnicas diagnósticas
No son necesarias las maniobras respiratorias que
se han preconizado por algunos. Se prefieren pinzas sin dientes que dañan menos el tejido; el tamaño de la pinza no influye en el rendimiento, pero
si el numero de muestras obtenidas, que debe ser
entre 4 y 6 en los casos de EPID y de al menos 6
en casos de lesiones periféricas. Algunos autores
recomiendan no mantener una aspiración intensa
puesto que esto podría dificultar la formación de
un coagulo, aconsejan por el contrario mantener el
BF enclavado para cortar la hemorragia en caso de
que se produzca. Es la técnica con mayor riesgo de
complicaciones: sangrado, neumotórax e hipoxemia persistente. Se recomienda la realización de
una radiografía de tórax una hora tras el procedimiento para excluir neumotórax, además es conveniente advertir al paciente de forma verbal y escrita del riesgo potencial de neumotórax tras abandonar el hospital y la recomendación de que sea
vigilado por un familiar.
Cepillado bronquial
El cepillado bronquial, es una de las técnicas
empleadas en la broncoscopia para la obtención
de muestras, principalmente en el diagnóstico del
carcinoma broncogénico. Actualmente sólo se utilizan cepillos con funda y desechables para evitar
riesgo de contaminación cruzada y errores diagnósticos. La positividad del cepillado depende del
número de cepillados, y del tamaño y localización
del tumor. Si se pasa de uno a dos cepillados el
rendimiento aumenta del 72% al 86%, llegando
al 89% si se hacen cinco. El rendimiento disminuye en neoplasias menores de 3 cm. y en las localizadas en segmentos apicales de LLSS o segmentos basales de LLII. Es particularmente útil en presencia de lesiones con gran componente necrótico, como ocurre con frecuencia en el carcinoma
indiferenciado de células pequeñas (CICP) y en
lesiones periféricas en las que la pinza de biopsia
no llega hasta la lesión y el cepillo puede hacerlo
al poseer mayor flexibilidad y menor diámetro. Las
complicaciones del cepillado son muy poco frecuentes pero se ha descrito sangrado, rotura del
cepillo y neumotórax. El sangrado es la más frecuente por lo que se recomienda en los casos en
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que existan alteraciones de la hemostasia, realizar
un suave cepillado que resulte menos agresivo para
la mucosa.
Ante una lesión endoscópicamente visible, se
deja el extremo distal del BF a unos 2 cm. de la
lesión, se saca el cepillo hasta dejarlo sobre la lesión
y a continuación se presiona fuertemente y se frota
de forma vigorosa, tras ésto suele observarse un
pequeño sangrado o una zona de eritema lo que
indica la realización correcta de la técnica. En situaciones con lesiones endoscópicas de aspecto necrótico en que no se espera obtener resultados positivos, algunos autores recomiendan realizar el cepillado tras la biopsia endobronquial, ya que esta retiraría parte del supuesto tejido necrótico y se expondría a la luz bronquial tejido viable. Si lo único visible es un bronquio distal estenosado, es conveniente
cepillar más proximal a este hallazgo ya que al cepillar sobre la estenosis se puede producir edema de
la mucosa y obstruir completamente la luz de bronquio. Si no hay lesiones endoscópicas visibles, lo
ideal es cepillar con control fluoroscópico, se puede
cepillar la zona requerida y al mismo tiempo podemos controlar no cepillar demasiado distal, disminuyendo así el riesgo de provocar un neumotórax.
Cepillo telescópico ocluido (CTO)
Se utiliza para la obtención de muestras microbiológicas estériles del árbol bronquial sin contaminación de las vías aéreas altas o del broncoscopio. Es deseable no aspirar por el canal y no instilar lidocaína a través del canal del BF antes de la
introducción del catéter. El cepillo consiste en un
catéter insertado en otro catéter con un cepillo de
toma de muestras en su porción central, lleva un
tapón similar a la cera que previene la contaminación del catéter y del cepillo antes de la toma de
muestras. El tapón se disuelve sin consecuencias
al ser expulsado. Una vez obtenida la muestra de
la zona deseada, generalmente la coincidente con
la alteración radiográfica, se limpia con alcohol al
70% la funda y con una tijera estéril se corta la
funda externa, se corta después la funda interna y
por último el cepillo, depositándolo en un tubo estéril con 1 ml de suero salino estéril, para realizar cultivo cuantitativo.
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Lavado broncoalveolar,
El lavado broncoalveolar (BAL) consiste en lavar
un segmento de un pulmón con una solución salina fisiológica, obteniendo un fluido representativo
de los componentes celulares y acelulares de esos
alvéolos; unos 100 ml. de lavado en bronquios segmentarios toma muestra de aproximadamente 106
alvéolos. Por esta razón el uso del BAL ha ido creciendo considerablemente como herramienta diagnóstica en pacientes con sospecha de infecciones
oportunistas, cáncer de pulmón, y enfermedades
intersticiales. Tras una inspección completa del árbol
traqueobronquial, el BF se enclava en un bronquio
segmentario, en los casos de enfermedad focal en
el bronquio correspondiente y en los casos de enfermedad difusa en la língula o el LM por su facilidad para recoger el fluido y su menor repercusión
en la caída de la PO2. A través de la válvula de biopsia se instilan entre 150-200 ml de suero fisiológico estéril, en alícuotas de 50 ml, bien mediante una
jeringuilla o bien conectando a la válvula un sistema de perfusión i.v. Tras cada instilación se aspira,
con una presión de unos 20 cm. H2O, para evitar
el colapso bronquial. El fluido recogido suele ser
algo más del 50% del instilado; esta recuperación
disminuye en fumadores y en pacientes con EPOC.
Una alternativa consiste en realizarlo a través de un
catéter protegido con un balón en la punta para
impedir la contaminación, aunque los volúmenes
de líquido suelen ser menores, está más indicado
en la obtención exclusivamente de muestras para
microbiología.
Se han descrito una serie de requisitos y factores de riesgo (Tabla III) que deben valorarse en
el contexto del enfermo. Muchos pueden minimizarse con las terapéuticas pertinentes, una correcta monitorización, la restricción del volumen de lavado al mínimo necesario y la disponibilidad de una
fácil hospitalización y reanimación. El BAL es una
técnica bien tolerada con escasa morbilidad, comparable a la de cualquier BC. Los efectos indeseables son, en general, explicables por defectos técnicos, indicación discutible o incorrecta preparación
del enfermo. La incidencia de fiebre unas horas
después del BAL se ha cifrado entre el 3-30%,
depende del volumen de líquido instilado, no tiene
una causa infecciosa y suele remitir con antipiréticos. Se ha descrito la aparición de densidades alveolares transitorias en el territorio del BAL en relación con el volumen de líquido retenido. Es frecuente que el BAL produzca una afectación de la
función respiratoria, disminución de la capacidad
vital, de los flujos espiratorios y de la PaO2. Estos
cambios obligan a un adecuado estudio previo de
la función respiratoria y, en caso necesario, a la
administración de broncodilatadores y oxígeno. Otras
complicaciones: sangrado, neumotórax, enfisema
mediastínico, son excepcionales.
Para estudio de una EPID (Tabla IV) en que se
quiere analizar la población celular, la primera parte
del BAL se desecha para evitar la contaminación
con moco y células ciliadas (puede utilizarse para
investigación de células neoplásicas). La celularidad se expresa en porcentaje y los valores normales corresponden a 80-90% de macrófagos, 515% de linfocitos, menos de un 3% son polinucleares neutrófilos y menos de un 1% son eosinófilos y basófilos. La mayoría de linfocitos obtenidos en el BAL son linfocitos T (CD3), de éstos
hay más facilitadores (CD4) que supresores (CD8).
Se consideran normales los márgenes siguientes:
CD3: 60-90%, CD4: 40-50%, CD8: 20-30%,
cociente CD4/CD8 de 1,4-1,8, linfocitos B: 5-10%
y linfocitos killer: 5-10%, con un pequeño número de células no etiquetadas.
En cuanto al diagnóstico microbiológico, en
pacientes con SIDA, sospecha de neumonía por
pneumocystis y negatividad del esputo inducido, el
BAL es la técnica de elección, con un rendimiento
diagnóstico del 95%, que cae al 70% en los casos
tratados con pentamidina aerosolizada. El BAL tiene
mayor precisión diagnóstica en casos de sospecha
de TB que el BAS, probablemente porque el BAL
tiene menor concentración de lidocaína que el BAS.
La BTB sería de utilidad en casos de TB miliar, donde
unido al BAS y/o BAL oscila entre 73% y 86% en
diagnosticar TB.
Punción transbronquial (PTB)
La punción transbronquial (PTB) es una técnica relativamente reciente que permite la obtención de muestras citológicas o histológicas de
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Broncoscopia. Técnicas diagnósticas
Tabla III. Requisitos y factores de riesgo del BAL.
FEV1>50% del valor teórico o no inferior a 1.000 ml,
SaO2 superior al 90%
no agudización asmática reciente,
Facilidades de reanimación cardiorrespiratoria y de
cuidados intensivos.
Factores de riesgo
densidades radiológicas que afecten más del
50% de los campos pulmonares
PaO2 inferior a 60 mmHg
hiperreactividad bronquial
tiempo de protrombina < 50% y menos de
20.000 plaquetas
Insuficiencia cardíaca, arritmias y cardiopatía
isquémica no controladas.
lesiones adyacentes al árbol traqueobronquial. Se
utiliza en la estadificación del cáncer de pulmón,
como ayuda en tumores de crecimiento peribronquial, masas hiliares o mediastínicas, neoplasias periféricas y ciertas neoplasias de presentación endobronquial. El rendimiento en los
casos de tumor endoscópicamente visible es similar al de la biopsia, sin embargo puede ser más
sensible en carcinomas que infiltran la submucosa y áreas peribronqiales. Para su realización
es conveniente disponer de una TAC que permita la exacta localización de la lesión y facilita la
vía de abordaje. Puede utilizarse para diagnóstico de adenopatías mediastínicas, su limitación es
la localización del ganglio que debe estar en íntimo contacto con la pared bronquial. Su rendimiento oscila entre un 69% en los casos de
malignidad y un 37% en los casos de enfermedad benigna, dependiendo este rendimiento, de
la presencia de malignidad, del tamaño de la
lesión, y del tipo de neoplasia (mayor en el CICP,
hasta el 87%), con escaso numero de complicaciones. La adición de la ultrasonografia endobronquial (USB) a la realización de la PTB aumenta de forma significativa el rendimiento en los
casos de adenopatías de localización no subcarinal (se incrementa de un 58% a un 84%), mientras que en los casos de adenopatías subcarinales no varía de forma significativa (74% y 86%).
La PTB guiada por USB detecta enfermedad no
evidente por TAC, evitando estudios más invasivos. Es un procedimiento más seguro que la
mediastinoscopia y puede llegar a sitios difíciles
de acceder con la mediastinoscopia cervical (estaciones posteriores y ventana aorto-pulmonar).
Tabla IV. Valor diagnóstico del BAL.
Procesos diagnosticables con BAL
Proteinosis alveolar
Histiocitosis
Eosinofilias pulmonares
Procesos en los que el BAL es de ayuda diagnostica
Sarcoidosis
Linfocitosis CD4/CD8>3,5
Alveolitis Alérgicas Extrínsecas
Linfocitosis, mastocitosis, CD4/CD8↓
FPI
Neutrofília con/sin eosinofilia
Enfermedad por fármacos
Fórmula variable, CD4/CD8↓
NOC
Linfocitosis con Neutrofília/eosinofilia CD4/CD8 ↓
NID, BR/EPID
Macrófagos pigmentados
Asbestosis
Neutrofília con/sin eosinofilia
Cuerpos ferruginosos
BAL: lavado broncoalveolar. FPI: Fibrosis Pulmonar idiopática. NOC: neumonía organizada criptogenética, NID: neumonía
intersticial descamativa. BR/EPID: bronquiolitis respiratoria con enfermedad pulmonar intersticial difusa.
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I. Alfageme Michavila, N. Reyes Núñez, J. Lima Alvarez, M. Merino Sánchez
COMPLICACIONES
La BC realizada en las condiciones y entorno
antes mencionado, es un procedimiento bien tolerado y de bajo riesgo. Las complicaciones se clasifican según su gravedad en mayores o menores. Se
consideran mayores las que requieren intervención
o interrupción del procedimiento (neumotórax, caídas en la saturación de oxígeno permanentes, apneas) y menores, las que no afectan o impiden su realización (epistaxis, tos, náuseas, laringoespasmo o
broncoespasmo transitorios o descensos transitorios en la saturación de oxígeno). En la tabla V se
recogen las principales con su manejo. Con frecuencia hay aparición de fiebre en las 24 h siguientes al procedimiento, especialmente tras la realización del BAL que se ha atribuido a la liberación
de citocinas por las células alveolares.
DOCUMENTACIÓN
Se debe recoger por escrito en la historia clínica el resultado de la exploración, incluyendo los
fármacos y dosis empleados en la sedación, una
estimación de la dosis de anestesia tópica, los procedimientos de obtención de muestras y las complicaciones.
BRONCOSCOPIA DIAGNÓSTICA EN UCI
Las indicaciones diagnósticas de la BC en la
UCI, incluyen la obtención de muestras para el diagnostico de infecciones pulmonares, el diagnostico
de neoplasia pulmonar y el diagnóstico de infiltrados pulmonares de origen incierto. En los pacientes con ventilación asistida se deben realizar una
serie de ajustes previos a la exploración y que incluyen: aumentar la FiO2 a 1, incremento del volumen
corriente un 40-50% y suprimir la presión positiva
teleespiratoria (PEEP) o reducirla al mínimo valor
que permita mantener una oxigenación adecuada.
Se utiliza un adaptador entre el tubo endotraqueal
y el respirador (con tapón de goma que se adapte
de forma estrecha a la sonda) de forma que no
hayan perdidas de aire. El diámetro interno del tubo
endotraqueal a través del que se va a introducir el
BF debe ser lo suficientemente grueso para que
permita la entrada de aire adecuada y no produzca una PEEP excesiva. Los pacientes de UCI deben
ser considerados de alto riesgo para el desarrollo
de complicaciones y se debe practicar la exploración con monitorización múltiple (SaO2, ECG, toma
intermitente de TA, etc.). El BF debe ser lubricado
con gel hidrosoluble o spray de silicona para evitar
el daño de las fibras. Debe elegirse el tamaño adecuado de BF para minimizar el roce y disminuir la
obstrucción de las vías respiratorias. En ocasiones,
puede tolerarse mejor el procedimiento desconectando al paciente del ventilador, y procediéndose a su ventilación con bolsa. Una vez finalizada
la exploración, el ventilador debe programarse nuevamente según los parámetros previos a la técnica
y realizarse una gasometría y, en ocasiones, un control radiológico de tórax. Como norma general el
procedimiento debe ser de corta duración, y en
ocasiones será necesario realizarlo en exploraciones cortas intermitentes, para que el paciente tenga
tiempo de recuperación entre ellas.
CONTROL DE LA INFECCIÓN
Protección del personal de
Broncoscopia
Se aconseja vacunación ante la hepatitis B y la
TB. Durante la exploración, todo el personal debe
llevar ropa protectora (batas, mascarillas con/sin
protección ocular y guantes). Las mascarillas deben
filtrar partículas de 1 mm cuando se trate de pacientes con TB multiresistente o en los considerados
de alto riesgo, y si es posible se recomienda disponer de presión negativa en la sala de BC. Las
exploraciones a pacientes con sospecha de TB
deben realizarse en ultimo lugar.
Procesado de los instrumentos
Aunque una revisión exhaustiva de este tema
esta fuera de lugar en este capitulo y se pueden
encontrar instrucciones detalladas sobre el tema en
guías y publicaciones, hay que insistir en la importancia que tiene este apartado en la práctica de la
BC y la responsabilidad del broncoscopista en el
mantenimiento adecuado de todo el material. Cada
vez se tiende más a utilizar material accesorio desechable pero el BF necesita un procesamiento adecuado. Este procesado incluye la comprobación de
123
Broncoscopia. Técnicas diagnósticas
Tabla V. Complicaciones de la broncoscopia flexible.
Tipo de complicación
Alteración en la fisiología Respiratoria
Hipoxia
Manejo
O2 suplementario
Hipercapnia
Aspiración de secreciones
Ajustar líquido de BAL
Disminuir tiempo de exploración
Arritmias
O2 suplementario
Atropina (si existe bradicardia por estimulación vagal)
Adecuada anestesia tópica
Laringoespasmo/ Broncoespasmo
Adecuada anestesia tópica
Broncodilatador inhalado
Bacteriológicas
Infección cruzada
Bacteriemia transitoria/sepsis
Adecuada protección del personal, limpieza, desinfección y
esterilización del instrumento
Profilaxis de endocarditis y antibioticoterapia en pacientes de alto
riesgo (inmunodeprimidos)
Mecánicas
Epistaxis
Taponamiento nasal y/o instilación de adrenalina tópica
Lesiones en la mucosa
Evitar aspiración vigorosa y fija bronquial
Hemoptisis
Lavados con suero fisiológico frío o con alícuotas de 2-3 ml de
adrenalina 1:1000 (1 ml en 20 ml de suero fisiológico)
Neumotórax
Retirada del instrumento y manejo del mismo
Anestésicas
Hipoventilación-apneas
Ventilación con bolsa y reversión con antídotos
Neurológicas, arritmias
Limitar la dosis de lidocaína
su integridad, limpieza, desinfección y esterilización
en caso de ser necesario. La limpieza y desinfección del BF debe llevarse a cabo por personal entrenado, en la habitación disponible a tal efecto, al inicio de las exploraciones, al final y entre los distintos pacientes. Antes de proceder con la limpieza,
es recomendable comprobar la integridad del BF,
ya que la presencia de una fuga a través del canal
de trabajo puede dañar las estructuras internas y
favorecer la acumulación de microorganismos. La
limpieza es un proceso fisicoquímico de eliminación de restos de materia orgánica adheridos al instrumental, sigue siendo la fase inicial más importante del proceso. Debe hacerse tras cada uso del
instrumento, como paso previo obligado antes de
la desinfección o esterilización. La más eficaz es
la realizada de forma manual y sistematizada. Las
soluciones recomendadas son jabón neutro o enzimático y agua. La desinfección es un procedimiento
químico que consiste en la eliminación de microorganismos potencialmente patógenos. Los BF y
VBF se consideran material semicrítico, (en contacto con mucosas, cavidades no estériles o piel no
intacta) y deben someterse a un proceso de desinfección de alto nivel después de cada uso. Igualmente se incluyen en este apartado las válvulas de
succión, las válvulas de biopsia reutilizables, y el
material accesorio reutilizable. Se aceptan como
desinfectantes de alto nivel que no dañan el instrumental, los productos químicos a base de glu-
124
I. Alfageme Michavila, N. Reyes Núñez, J. Lima Alvarez, M. Merino Sánchez
taraldehído y ácido peracético, que destruyen todos
los microorganismos, excepto algunas esporas bacterianas. Esta desinfección puede realizarse a través de inmersión o mediante máquinas automáticas. Si se utiliza la inmersión en glutaraldehído, es
necesario al menos 60 minutos en los casos de
pacientes con sospecha de estar infectados por
micobacterias atípicas, o por el VIH. Es esencial que
se utilice para el aclarado de los BF agua estéril o
libre de bacterias (filtrada a través de un filtro de
0.2 _m). Si hay dudas sobre la calidad del agua, las
superficies externas del BF deben limpiarse con una
gasa con alcohol al 70% y debe aspirarse alcohol
al 70% por el canal de succión; esto destruye bacterias no formadoras de esporas y micobacterias,
se evapora rápidamente y deja las superficies secas.
La limpieza con alcohol se recomienda al final de
la sesión y antes del almacenamiento. La esterilización es un procedimiento fisicoquímico que destruye todos los microorganismos, en los instrumentos flexibles esta contraindicado el uso de calor,
por lo que la esterilización se realiza en frío con gas
de etileno (óxido de etileno). Este método esta discutido por su toxicidad para el medio ambiente y
su excesiva lentitud (4 h de esterilización y 12 de
aireación).
BIBLIOGRAFÍA
Mantenimiento
Los BF son instrumentos costosos y frágiles
que requieren un manejo cuidadoso que permita garantizar su función el mayor tiempo posible.
Deben guardarse secos, siempre en posición vertical recta para prevenir el desarrollo de angulaciones del eje, en un armario bien ventilado y evitando la luz solar directa, la humedad elevada, las
temperaturas extremas o la radiación. Son obligados los controles bacteriológicos del BF para ofrecer la máxima garantía, aunque su periodicidad no
está bien establecida; sería ideal un control mensual y siempre que se sospeche una contaminación. En caso de que el control bacteriológico sea
positivo, debe analizarse la calidad del agua del
aclarado, realizar un control de la máquina automática (en caso de utilizarla) y esterilizar con óxido
de etileno.
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