LIBRO SEGUNDO 1812—1815 CAPITULO PRIMERO L o s triunfos de Morelos obligan al virey á modificar su plan de ataque contra Z i t á c u a r o . — C a l l e j a se pone en movimiento y llega á vista de la villa el 1 " de enero de 1812. — Dificultades que h o l l ó en su m a r c h a el ejercito realista — Medios de defensa de los independientes. — L o s otaca C a l l e j a el 2 de enero. — T o m a d e _ Z i t á c u a r o . — Don R a m ó n R a y ó n , herido. — P é r d i d a s de los independientes. — L a Junta se traslada á T l u l c h a p a y luego á Sultepec. — Bando b á r b a r o de C a l l e j a . — .^soqueo é incendio de Z i t á c u a r o . — Porlier sale de T o l u c a y ocupa sucesivamente ó T e n a n g o y T e n a n c i n g o — P r i m e r a a c c i ó n en la b a r r a n c a de T e c u a l o y a el 3 de enero. — T r i u n f o de P o r l i e r . — Morelos, B r a v o y G a l e a n a m u é v e n s e contra P o r l i e r . — S e g u n d a a c c i ó n de T e c u a l o y a el 17 de enero y descalabro de los r e a l i s t a s . — R e t í r a s e P o r l i e r á Tenoncingo y se fortifica en este pueblo. — Derrota de P o r l i e r el 22 de enero. — S u r e t i r a d a ú T o l u c a . — Morelos se dirige á C u a n t í a , donde entra el 9 de febrero. — Vigorosos preparativos de V e n e g a s p a r a destruir á este ilustre c a m p e ó n de l a independ e n c i a . — T r o p a s e s p a ñ o l a s que llegan á V e r a c r u z en el mes de enero (1812). — O r d e n a Venegas á C a l l e j a que marcbe á combatir á Morelos. — R e s i s t e n c i a de C a l l e j a á c u m p l i r las ó r d e n e s del virey. — H o c e d i m i s i ó n del mando y Venegas nombra jefe del e j é r c i t o del Centro al brigadier I r i s a r r i . — Descontenta al e j é r c i t o ese nombramiento — E l virey ruega á C a l l e j a que siga en el mondo de los tropas. — C a r t a de Clalleja. — E n t r a en M é x i c o al frente de su e j é r c i t o . — Festejos con que es recibido por el partido e s p a ñ o l . — C o n c e s i ó n de gracias y ascensos. — P r o m o c i ó n general. — Disgusto que é s t a c a u s a á los oficiales americanos. — O r d e n a V e n e g a s la solida del e j é r c i t o del Centro contra el general Morolos. — Instrucciones que da a C a l l e j a . — P l a n de c a m p a ñ a . — S a l e de M é x i c o el e j é r c i t o y a c a m p a á dos leguas de Cuautia el l ? de febrero. — S u c e s o s militares ocurridos en otras portes del vireinato d e s p u é s de la toma de Z i t á c u a r o . — Don Manuel de Mier y T e r á n establece u n a f u n d i c i ó n de c a ñ o n e s en Sultepec. — L a s partidas de los Llanos ele Apain atacan á T u l a n - cingo y son rechazodos. — Albino G a r c í a en G u a n a j u a l o y M i c h o a c á n . — G a r c í a Conde ahuyenta ó los independientes de S a n Miguel el Grande —Combates en la parte septentrional de la intendencia de G u a n o j u a t o . — P a l m a milagrosa que dijo haber visto el oomondanle T o r r e . — L a r e v o l u c i ó n en O a x a c a en enero de 1812. — T r u j a n o propaga la i n s u r r e c c i ó n en l a Mixteen. — Don J o s é R é g u l e s V i l l a s a n t e recibe el mando de las tropas destinadas á combatir l a r e v o l u c i ó n . — E s atacado en Y a n h u i t l ó n y r e c h a z a á los independientes.— R e a p a r e c e la r e v o l u c i ó n en Nueva G a l i c i a . — Negrete desbarata u n a gruesa partida de insurgentes á principios de enero. — V e n t a j a s del coronel don Manuel del R í o . — A g i t a c i ó n revolucionaria en la provincia de V e r a c r u z á principios de 1812.— Don G u a d a l u p e V i c t o r i a se pone a l frente de las guerrillas de la costa desde mediados del a ñ o anterior. — J u n t a de Naolinco. — Reflexiones. Abrióse el año de 1812 con el ataque que dirigió no se moviese de Toluca, temeroso de un golpe de mano contra Zitácuaro el general Calleja. Hemos dejado á este de los insurgentes, aunque ordenándole que enviase á distinguido jefe realista, hacia mediados de diciembre Calleja el batallón de la Corona que formaba parte de la del año anterior, en San Felipe del Obraje ^ al frente del guarnición de esa última ciudad. ejército del Centro, en espera de pertrechos y elementos dirección un centenar de dragones de Puebla y algunos de guerra que debía enviarle de México el obuses de gobierno bronce fundidos Encaminó en la misma en México por el célebre vireinal, y dando tiempo á los movimientos de tropas Tolsa bajo la inspección del coronel de artillería don que tenía combinados con Porlier. Antonio Ponce, y prescindiendo del plan de ataque que Los triunfos repetidos que por aquellos días alcanzó había formado y prescrito á Calleja desde algunos meses Morelos al sur de Puebla, en Chiautla, Izúcar y la a t r á s , dejó á éste en libertad de adoptar el que creyese Galarza, obligaron á Venegas á modificar el plan de más conveniente. campaña contra Zitácuaro. Lejos de enviar refuerzos á E l ejército del Centro, fuerte de dos m i l ochocientos Calleja, hizo volver á México, desde Querétaro, al teniente infantes, m i l indios zapadores, dos m i l doscientos caba- coronel Andrade para que con su batallón marchase á llos y veintitrés cañones de diversos calibres, se puso engrosar las tropas de Puebla, y previno á Porlier que ' Capitulo X V I , lib. I . r :i . en movimiento hacia Zitácuaro el 22 de diciembre (1811), llegando al anochecer de ese mismo dia á la entrada de 274 MÉXICO Á TRAVÉS D E LOS SIGLOS la sierra, que por todos lados rodea á aquella población de aquelloti pueblos, cuyos auxilios y servicios le eran tan en distancia de doce á veinticinco leguas. necesarios, como porque creía firmemente que en el caso Penosa fué desde entonces la marcba de los realistas á través de de abandonar la villa esos mismos se opondrían, pues una serranía áspera y salvaje, cortada por barrancas y la consideraban inexpugnable después de los reveses que precipicios, cubierta de espesos bosques en ella habían sufrido sucesivamente las divisiones de que en casi todo el año, pero especialmente en la estación del i n v i e r no, se bailan envueltos por densas nieblas de lluvia y de hielos que forman resbaladeros laderas y profundos pantanos Torre y de E m p a r á n . acompañadas en los bajíos. en las Calleja reconoció las fortificaciones de Zitácuaro sin más oposición que la de algunos cañonazos tirados sin A estas efecto sobre su escolta, y con las observaciones que jiudo dificultades naturales se juntaban zanjas, árboles d e r r i - hacer formó durante la noche su plan de ataque, y en la bados y gruesos peñascos que los independientes habían mañana del día siguiente, 2 de enero, lo puso en eje- abierto y aglomerado con anticipación en las estrechas cución. sendas para retardar el paso de sus enemigos, lo cual Llegado el momento, situó una batería sobre la loma lograron alcanzar, pues el ejército realista tardó ocho de San Juan el Viejo, punto dominante desde el cual días en recorrer doce leguas basta ponerse á la vista de flanqueaba por completo el atrincheramiento del centro Zitácuaro, y alguna vez, en veinticuatro horas no le fué de la plaza, y protegidas por sus cañones, movió sus posible avanzar más de media legua i . Su caballería columnas, proponiéndose caer sobre la esjialda del ene- sufrió mucho por la falta de forrajes, y si la tropa no migo mientras aparentaba formalizar el ataque por el padeció por la escasez de víveres debido fué á la p r e v i - frente. sión de Calleja que hizo marchar tras la columna más de recibió la orden de marchar por caminos extraviados y mil muías cargadas con provisiones abundantes. I^na de a q u é l l a s , mandada por García Conde, atacar por la retaguardia en el punto que considerase Después de vencer tantos obstáculos, á fuerza de más débil, en tanto que Calleja con el grueso del ejér- trabajo y constancia, Calleja y su ejército acamparon en cito, dividido en tres secciones, á las órdenes respectiva- la loma de los Manzanillos y á vista de Zitácuaro el 1.° de mente de Castillo y Bustamante, .Talón y los tenientes enero de 1812. Dentro de esta villa h a b í a , según los coroneles Oroz y Meneso, embestía con brío el centro y informes dados al general español por varios espias que derecha vivían en ella, treinta y seis cañones colocados en bate- reserva á las órdenes de los coroneles Oviedo y Rui, de los insurgentes, dejando atrás una fuerte rías bien construidas y hábilmente situadas; setecientos y del marqués de Guadalupe Gallardo. hombres armados de fusiles y con cierto grado de disci - A las once de la mañana principiaron los movi- jilina, y veinte mil auxiliares, en su mayor parte sin mientos de las columnas realistas protegidas por el fuego armas, procedentes de los pueblos inmediatos que se re- de sus b a t e r í a s , al que respondieron con vigor los c a ñ o - unían al primer llamamiento y que se destinaban á ocupar nes de la plaza. Grandes estragos causaron en las tropas las alturas para arrojar grandes piedras que dañasen al del rey las bien dirigidas descargas de los reductos, pero enemigo ó embarazasen su marcha. Circunvalada la villa avanzando aquéllas más y m á s , preciso era que nn fuego por un foso que medía una legua de perímetro, se hallaba, sostenido de fusilería completase la obra mortífera de los a d e m á s , fortificada por un pai'apeto de tres varas de cañones. espe.sor y jior cuatro baterías situadas en los puntos más que empezaron á desconcertarse accesibles de la línea de defensa columnas enemigas. Con tale.s elementos, Eso era lo que faltaba á los independientes, ante la marcba de las L a división de García Conde pasó sin embargo, no era fácil contrastar los formidables que por tenía en su mano el general Calleja, y así lo conoció plaza, lo cual, observado por Castillo y Bustamante, le don Ramón R a y ó n , quien aconsejó á su bennano que era hizo avanzar con más presteza entrando en la población preferible por la derecha y acuchillando á un cuerpo de caballería el abandono de la plaza á exponerse á una un puente, prevenido al efecto, al recinto de la derrota segura que sumiría en el desprestigio á la Junta de, soldados de Tierra Suprema. su ejemplo la columna de .Jalón y las reservas Su hermano convino en ello, pero resolvió esperar el ataque, tanto por consideración á los indios Caliente. Xo tardaron en seguir mandadas por Calleja en persona; y si bien la defensa fué tenaz y se sostuvo por los independientes brava y ruda pelea, al fin se vieron obligados á ceder y acabaron por ponerse en ' láillcju c p c r ü i í a ú N'enegas en el curso de esla fatigosa m a r clin : . . . H a c e cinco dios que no cesa de llover y nevar, y otros tantos que ha tardado el e j é r c i t o dos leguas que t e n d r á n á lo sumo las dos c u ñ a d a s de la H o y a de la \n y de S a n Mateo, á cuya salida estoy situado, á tres legua.s de Z i t á c u a r o ; ellas son intransitables por n a t u r a l e z a , y los enemigos las baldan convertido en d e r r u m b a deros deshaciendo sus estrechos veredas, abalicndo centonares de gruesos á r b o l e s , de que e s t á n cubiertas, y abriendo profundas z a n j a s que ha sido necesario c u b r i r á costa de i n m e n s a fatiga. E n m u c h a s ¡Kiries lia sido necesario a b r i r c a m i n o , y en c a s i todo él l l e v a r á brazo la a r l i l l e r i a , los c a r r o s de municiones y los de los enfermos I r . u s T . i M v N - i E . — i'ampañas de Calleja, p á g . 142). * tSusT-Mi-íNTr.. — C a m p a ñ a s de Calleja, pá.cs. 136 y 137. fuga. Don Ramón Rayón hizo durante el combate prodigios de yalor, y no se retiró sino cuando vió retroceder atropelladamente y en confusión la línea que atacó la división de las reservas. E n estos momentos una bala de cañón abrió por el pecho el caballo que montaba, y dió tan fuerte caída que lo tuvieron por muerto, y de sus resultas perdió un ojo: debió la vida á su asistente Joaquín Ruiz, que lo puso en salvo aunque recibiendo él mismo cinco heridas. 275 MÉXICO Á TRAVÉS D ELOS SIGLOS Perdieron los independientes en esta infausta j o r nada, y después de una sangrienta lucha de cuatro ofreciendo á éstos y á los demás habitantes que depusiesen las armas dentro de ocho d í a s , el perdón de la horas, toda la artillería, inmensa cantidad de municiones, vida, pero no la restitución de sus bienes, debiendo ser, un taller de a r m e r í a , una maestranza, vasto acopio de los primeros, destinados á allanar las fortificaciones levan- víveres y cien hombres entre muertos y heridos, no tadas para la defensa de aquel punto. Todo pueblo que siendo más porque Calleja no siguió al alcance de los admitiese á los individuos de la Junta ó á cualquier fugitivos, á causa del lamentable estado de su caballería comisionado de ellos ó que resistiese á las tropas del después de las penosas marchas que acababa de efectuar. rey, Mayor fué la pérdida de los realistas en muertos y h e r i - darse la cabecera del distrito á Maravatío, y se prohibió dos, pues sólo en el foso enterraron ochenta de los que volviese á formarse allí población. primeros, ignorándose cuántos fueron sepultados en otros lugares. quedarla sujeto á las mismas penas. Debía trasla- E l conde de Casa R u i , nombrado gobernador de la conquistada v i l l a , fué el encargado de la ejecución de Fué ciertamente la pérdida de Zitácuaro uno de este bárbaro decreto. Antes de salir de ella las tropas contra del rey se les concedió licencia para saquear todas las todos los cálculos de la razón y contra todas las combi- casas, y después de haberla evacuado, siniestros resplan- aquellos acontecimientos funestos que suceden naciones de la ciencia militar, si bien debe culparse á dores se alzaron por los cuatro puntos, y las llamas don Ignacio E a y ó n de poco previsor antes del combate consumieron en pocas horas á la noble Zitácuaro convir- y de flojedad para sostenerlo. Golpe funesto fué también tiéndola en informe y negro montón de ruinas calcinadas. esa derrota para la Junta, que perdió en prestigio más Calleja destacó la división de García Conde hacia el Bajío que la cansa de la independencia en el terreno de las con la orden de perseguir las partidas que hubiese por Los miembros que la formaban se retiraron p r i - aquel rumbo y de asegurar la comunicación entre México meramente á Tlalchapa y de allí pasaron al mineral de y Valladolid, y él mismo marchó con el resto del ejército Sultepec, lugar Liceaga y á Maravatío con el propósito de concluir la pacificación Berdusco, pues Rayón se separó luego para tomar el de las provincias centrales, hondamente perturbadas por armas. quedando en este último mando de las fuerzas con que intentaba obrar sobre los independientes durante su marcba contra la rebelde Zitácuaro. Toluca. A l abandonar la v i l l a , dejó Rayón de intento sobre su mesa varios papeles relativos á la representación que Así acabó esta célebre expedición, "Cn la que un general español ejerció, en pleno siglo x i x , actos para secretamente habían dirigido por esos días los miembros los cuales no es competente la misma soberanía, del consulado de México al de Cádiz pidiéndole tropas jando á los habitantes que se reconocía y confesaba ser españolas, por considerar insuflcientes las americanas inocentes, de sus propiedades urbanas; despo- privando á la para la conservación del dominio europeo en México, colonia de una de sus poblaciones, y dando para lo suce- desahogándose con ese motivo en denuestos é injurias sivo un ejemplo pernicioso que no dejó de tener i m i t a - contra los americanos. Estas revelaciones hicieron grande dores; todo por una resolución emanada de su simple impresión en los oficiales americanos que seguían á beneplácito Pero hecho tan bárbaro sólo produjo Calleja, pues quedaron hondamente resentidos del modo mengua y baldón para sus autores, porque la heroica indigno con que se premiaban sus servicios, y muchos Zitácuaro renació de sus cenizas y después de mucbqs de entre ellos, desde entonces, cesaron de alentar el odio años volvió á ser uno de los firmes baluartes que habían declarado á la causa de la independencia libertad mexicana. Dueño Calleja de Zitácuaro, que por dos veces babia de la Mientras Calleja y su ejército avanzaban difícilmente visto desbaratadas las tropas del rey, y en cuyo recinto hacia Zitácuaro en los postreros días de 1811, se alzó y ejerció sus funciones la Junta Suprema, quiso Porlier, que hemos dejado en Toluca, quiso tentar, con hacer en ella y sus habitantes un terrible castigo. Mandó conocimiento y aprobación de Venegas, un golpe de mano el coronel fusilar desde luego á diez y nueve de los prisioneros que contra los insurgentes cayeron en su poder, y el 5 de enero publicó un bando inmediaciones. salvaje ^ por el que ordenó que todos los vecinos, sin una respetable sección, y el 30 distinción de condición, edad n i sexo, saliesen dentro del dueño, sin combatir, del cerro de aquel lugar, en el que término de seis d í a s , permitiéndoles llevar lo que pudie- bailó nueve piezas sen de sus bienes, para que á la salida del ejército fuese insurgentes. la villa reducida á cenizas. Las tierras, asi de propiedad resisteifcia común como particular, fueron aplicadas que ocupaban Tenango y sus Efectuó su salida de Toluca al frerte de de artillería de diciembre se hizo abandonadas por los A I día siguiente, último del año, entró sin en Tenancingo, hallando al pueblo casi á la Real Hacienda; los indios quedaron privados de sus derechos, ' B U S T A M A N T E — Cuadro histórico, lomo U, pág. 2\i. ' Gaceta de .México de 11 de febrero de 1811. — Colección documentos de J . E . H e r n ú n d c z D ú v a l o s , tomo I V , p á g . 7. de * J . M . L . M O R A . ; — M é r r i c o y sus reeoluriones, lomo I V , p á gina 280.—A|>arte de Z i t á c u a r o , f.allcjn m a n d ó q u e m a r los siguientes ¡•ueblos de los alrededores; S u n Maleo, Sun B o r l ó l o , S a n A n d r é s , S a n i a M a r i u . S u n F r a n c i s c o , .Sun J u u n , S u n Migue!, I l u o n l e p e c , Niiyarit y Z i r a c u u t o . { B U S T A M A N T E . — C o m p a ñ a s de Calleja, página 1 5 ! ) . 276 MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S desierto, porque sus moradores, entre quienes corrió el i que Porlier mandó situar enfrente. Después de un largo rumor de que iban á ser degollados por los realistas, rato y cuando el coronel realista hubo notado algún deshuyeron despavoridos á los bosques de las cercanías. concierto en las filas contrarias, desprendió una fuerte K l 3 de enero de 1812, Porlier avanzó basta la ^I columna al mando del capitán Calderón y del teniente de barranca de Tecualoya, sabedor de que los indepen- navio Micbelena, quienes, bajando con presteza al fondo dientes que antes ocupaban Tenango se hablan fortificado del barranco y subiendo luego al lado opuesto, protegidos en ese punto ásiiero y revuelto, donde situaron su a r t i - por la b a t e r í a , arrollaron á los independientes y se apo- llería de modo que pudiese enfilar el único camino que deraron de tres cañones y de una gran cantidad de debían seguir los realistas. víveres y municiones. Porlier no creyó U n vivo cañoneo recibió á prudente, á éstos apenas se presentaron en el borde opuesto del pesar de esta victoria, avanzar más allá de las posiciones barranco, que fué sostenido por los fuegos de una batería conquistadas y retrocedió basta Tenancingo. General don R a m ó n R a v ó n Morelos, á quien hemos dejado en el capitulo ante- misma posición que en el ataque anterior, adoptó igual rior en Cuantía, y á Pravo y tíaleana en Taxco, habían plan para desalojarlo. Apenas se rompió el fuego de efectuado, entretanto, un movimiento convergente hacia cañón, gruesas columnas realistas al mando de los capi- las posiciones que Porlier ocupaba en Tenango y Tenan- tanes Calderón y Cos y del teniente de navio don Pedro cingo, y á poco supo éste que grandes masas de insur- de Toro, treparon al lado opuesto del barranco; pero en gentes se habían posesionado nuevamente de la barranca este atrevido asalto bailaron una resistencia furiosa, no de Tecualoya; eran, en efecto, las partidas que mandadas obstante la muerte del jefe independiente Oviedo, que por Oviedo combatieron algunos días a t r á s en el mismo cayó en tierra á poco de haber comenzado la refriega. lugar; pero esta vez una gruesa división, á las órdenes La ventaja quedó al fin por los soldados del rey, que se de Galeana, se bailaba en el pueblo de Tecualoya, y el hicieron dueños de dos piezas de artillería y persiguieron resto del ejército, con Morelos á su frente, avanzaba á á sus contrarios basta el pueblo de Tecualoya. Quiso Porlier Galeana, que había salido violentamente en auxilio anticiparse á esta foiniidable, reunión, y el 17 de enero de Oviedo, se vió forzado á encerrarse en el pueblo que salió de Tenancingo, y encontrando al enemigo en la acabamos de nombrar, fortificándose en él á toda prisa y gran prisa para unirse á sus compañeros. 277 MÉXICO Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S decidido á sostenerse para dar tiempo al avance del abandonó á su paso por la barranca los cañones que grueso del ejército. Siguió combatiendo con bravura, y en acababa de arrebatarles, y no dudando que Morelos mar- medio de la pelea podía vérsele acudir á todos los puntos charía en breve á atacarle, se ocupó activamente eu y afrontar la muerte con calma en los sitios de mayor fortificar á Tenancingo. peligro. de Así sucedió, en efecto, pues apenas tuvo noticia este algunos de los suyos y se abalanzó sobre las piezas que general de la muerte de Oviedo y del ataque que sostuvo estaban más próximas, dió muerte á los soldados que las Galeana con tanta intrepidez, apresuró su marcba en unión servían y volvió con ellas al perímetro fortificado del de los P)ravos y de Matamoros. A sii paso por Tecualoya Este atrevido golpe de mano desconcertó de tal se le incorporó Galeana, y reunidas bajo su mando supe- suerte á Porlier que ordenó desde luego la retirada, y rior todas las divisiones del pequeño ejército, se presentó como fiie.^e vivamente perseguido por los independientes. delante de Tenancingo en la mañana del 22 de enero. pueblo. De repente saltó los parapetos seguido General don M a n u e l de Mier y T e r á n A medio dia rompieron los independientes sus fuegos del teniente de navio Micbelena, un gran número de sobre los parapetos improvisados por Porlier, y varias prisioneros y considerable cantidad de pertrechos columnas intentaron el asalto, pero fueron guerra. rechazadas de Bravo marchó en persecución de los realistas, con pérdidas considerables, logrando, sin embargo, situar pero sin avanzar mucho por la fatiga de sus caballos, ventajosamente su artillería, con la que batían la plaza por lo que Porlier llegó á Tenango sin ser molestado y del pueblo. E l jefe realista hizo una salida vigorosa y de allí se dirigió á Toluca, cuyos habitantes pudieron entró en su fortificado recinto llevando dos cañones que pudo arrebatar á los contrarios. Creció en furia desde entonces el combate, y no fué parte la oscuridad á menguarla; á las once de la noche Porlier incendió las principales casas del pueblo situadas en la plaza, y ver entrar á su división en completa derrota, sin a r t i llería y conduciendo gran número de heridos. Morelos, después de esta victoria y dejando Tenancingo al coronel M a r í n , salió rumbo á la en Tierra Caliente; pasó por Cuernavaca, recogiendo abundantes considerando imposible continuar la defensa, abandonó á elementos en las ricas haciendas Tenancingo con los restos de su división, dejando en nombre, y el 9 de febrero entró en Cuantía de Amilpas poder de los independientes toda la artillería, el cadáver seguido de tres m i l hombres y de sus valientes compa- del valle de este 278 MÉXICO Á TRAVÉS D E L O S SIGLOS ñeros los Bravos, Matamoros y Galeana. E r a su intento, dicho m á s arriba. E l obispo electo de Michoacán, don según Manuel Abad y Queipo, apoyaba las razones de Calleja lo manifestaba en carta dirigida á Rayón ^, marchar hacia Puebla y atacarla, prometiéndose entrar representando al virey la ruina indefectible á que queda- sin dificultad en la segunda ciudad del vireinato. rían expuestas las provincias de su obispado separándose L a derrota de Porlier consternó á los realistas de de ellas el ejército del Centro. la capital y obligó á Venegas á dirigir toda su atención Insistió Venegas en ordenar el movimiento que tenía hacia el más capaz y valiente de todos los campeones dispuesto, y Calleja púsose al fin en marcha saliendo de que habían alzado basta entonces la bandera de la revo- Maravatío el 23 de enero, pero tres días d e s p u é s , y del gobierno desde Ixtlabuaea, presentó su renuncia, que le fué acep- colonial y nada apareció en sus columnas referente á los tada inmediatamente, nombrando el virey en su lugar al desastres de Porlier en Tecualoya y Tenancingo; b i c i é - brigadier don Santiago I r i s a r r i , militar que era entera- ronse rogativas en los templos por la derrota de los mente desconocido en el ejército, y en el que produjo un lución. Enmudeció la antes parlera Gaceta insurgentes, y el virey resolvió desplegar todos los recur- descontento unánime. sos de que podía disponer para lograr el exterminio del necesidad y escribió á Calleja exhortándole á que retirara su renuncia, conjurándole para ello en nombre de los cuerpo de ejército mandado por Morelos. Vinieron por este tiempo á aumentar el número de las tropas realistas Lovera, los batallones de Asturias y de que procedentes de E s p a ñ a , desembarcaron en Veracruz, respectivamente, el 14 y 16 de enero, siendo más caros intereses de la patria, aunque terminaba con decirle, que si no se consideraba capaz de soportar las fatigas de la c a m p a ñ a , se lo comunicase sin pérdida de tiempo para tomar la correspondiente providencia recibidos con las mayores muestras de regocijo por los realistas de ese puerto. Cedió Venegas ante la ley de la Calleja contestó desde Toluca en los siguientes t é r - Explican la venida de esos minos, que revelan con bastante claridad las diferencias batallones, precisamente cuando la metrópoli luchaba con que se habían suscitado desde tiempo atrás entre los dos mayor ardimiento contra la invasión francesa, personajes más importantes del partido español: las r e i t e - radas peticiones que el consulado y los particulares dirigian á la Regencia en solicitud de soldados españoles que reemplazasen á los mexicanos, de quienes se temía que tarde ó temprano se unieran á sus compatriotas. A los batallones que acabamos de nombrar siguió poco después el primero del regimiento de infantería de rica, Amé- que llegó á Veracruz el 20 de enero á bordo del navio Asia, trayendo á su cabeza al brigadier don Juan J o s é de Olazabal, y en el mismo buque vino el mariscal de campo conde de Castro T e r r e ñ o . Todas estas tropas se pusieron desde luego en marcba hacia la capital descansando algunos días en Jalapa y Puebla. Venegas, armándose de energía en vista de la situación angustiada que habían producido los sucesos militares en el sur de las intendencias de México y Puebla, dió órdenes reiteradas á Calleja, que se bailaba en Maravatío al frente de la división que había vencido en Zitácuaro, para que avanzase hacia Toluca y marchase al encuentro de Morelos. Pero Calleja manifestó al virey que la distancia de setenta leguas que le era preciso recorrer, para bailarse frente á frente deb nuevo y terrible enemigo que se presentaba, destruiría seguramente su cuerpo de ejército, bastante fatigado ya por la ruda campaña que acababa de acometer. Encarecíale la necesidad de acudir con él á la persecución de las numerosas partidas que henchían el Bajío, y terminaba proponiéndole que para combatir á Morelos se formase otro ejército de las tropas situadas en México, Puebla y Toluca y de las que próximamente llegarían de E s p a ñ a 2 , y que en efecto desembarcaron por esos días en Veracruz, como hemos ^ A L A M Á N . — Historia de México, tomo I I , p á g . 468, ^ B U S T A M A N T E . — Campañas de Calleja, p á g . 165. « E x c e l e n t í s i m o Señor.—Me ha sorprendido la copia de la r e p r e s e n t a c i ó n de los jefes de este ejército, adjunta al superior oficio de V. E. de ayer á las once de la mañ a n a , en la que, entre otros, dan por origen de las enfermedades que sufro, la sensación que pueden haber hecho en m i e s p í r i t u murmuraciones y hablillas despreciable.s, á las que soy tan superior, que miro con l á s t i m a al débil que, no encontrando el camino del honor y de la gloria, entra por las sendas tenebrosas de la negra calumnia. - »Este ejército, restaurador del r e i n o , vencedor en cuatro acciones generales y treinta y cinco parciales, está m u y á cubierto de toda m u r m u r a c i ó n racional y yo muy t r a n q u i l o sobre este punto. »Yo he hecho por m i patria cuantos sacrificios ella tiene derecho á e x i g i r de m í , sin p r e t e n s i ó n n i aun á que se conozcan : y si ahora hablo de ellos, es porque la necesidad de desvanecer hasta el m á s leve indicio de que los economizo por resentimientos, me obliga á ello. «Yo he sido el ú n i c o jefe en el reino que ha levantado y conservado tropas, a r r a n c á n d o l a s del seno mismo de la i n s u r r e c c i ó n , y este propio ejército, cuyo mando me hizo V . E. el honor de confiarme, se compone de ellas en su mayor parte. A b a n d o n é mis intereses que hubiera podido salvar como otros, y que fueron presa del e n e m i g o : dejé m i familia en la ciudad de m i residencia, para alejar de sus habitantes la sospecha de que t e m í a se perdiese: la expuse al mayor riesgo, y con efecto, perseguida por los montes, cayó en sus manos, y por miras interesadas me la volvieron escoltada por sus tropas, con la propuesta de que si yo dejaba las armas de la mano, me d e v o l v e r í a n mis intereses, me asignar í a n una buena hacienda, me s e ñ a l a r í a n veinte m i l pesos de renta anual y me a c o r d a r í a n la g r a d u a c i ó n de general americano. »Soy t a m b i é n el ú n i c o jefe que ha batido y desbaratado las grandes masas de los rebeldes, y soy, í i n a l ' B U S T A M A N T E . — Campañas Historia de México, de Calleja, pág, 167. — .ALAMXN. — tomo I I , p á g . 473, e d i c i ó n de 1850. MÉXICO Á TRAVÉS mente, el ú n i c o que, d e s p u é s del ataque que p a d e c i ó m i salud ocho d í a s antes de la batalla de Calderón, se puso h la cabeza de sus tropas casi mortal, y ha continuado un a ñ o á la del o j é r c u o en los mismos t é r m i n o s . »Todo es n o t o r i o , como el sincero deseo del bien p ú b l i c o que me ha conducido, y si los miserables restos de salud que me quedan fuesen ú t i l e s k m i p a t r i a , no dude V. E. un momento que los s a c r i f i c a r é ; pero ella me ha reducido á t é r m i n o que por ahora me es absolutamente imposible continuar con un mando que tantos o b s t á c u l o s pone á su restablecimiento. Si puesto en sosiego, r é g i m e n y c u r a c i ó n m e t ó d i c a (lo que no es combinable con la s i t u a c i ó n actual) restableciese m i salud, lo m a n i f e s t a r é á V . E. sin perder instante, á fin de que me emplee en cuanto me crea ú t i l ; por lo que ruego á V. E. nuevamente se sirva nombrarme sucesor. Dios, etc. Toluca, Febrero 1." de 1812, á la una y media de la tarde 279 D E LOS SIGLOS Creyó el virey que no le era posible dilatar por más tiempo la concesión de gracias y ascensos que Calleja le había pedido con insistencia, sobre todo después de la batalla de Calderón, y poniéndose de acuerdo con é s t e , señaló el 9 de febrero jiara la distribución de los p r e mios que merecían los armados sostenedores de la dominación. E n t r e g ó s e , pues, en ese dia á los jefes, oficiales y soldados un escudo mandado acuñar con anticipación, en que la cifra de Fernando V I I estaba sostenida por un león y un perro, símbolos del valor y la lealtad, y en la orla un lema que decía: Venció y Calderón, en Acúleo, (ivM'iKijv.ato siendo de oro t i escudo destinado á los jefes, de plata el de los oficiales y de plaqué el de los soldados. Pero los verdaderos premios consistieron en las promociones que fueron decretadas, concediéndose el grado inmediato á los jefes y oficiales del ejército vete- Quizás mediaron otras cartas entre el virey y el rano, y en é s t e , el mismo grado á los que eran coroneles arrogante jefe del ejército del Centro, quien acabó por de milicias. acceder á lo que el primero le indicaba, y al efecto cito de Nueva E s p a ñ a , y de esta suerte, el odioso Cruz, Extendióse esta promoción á todo el ejér- siguió con sus tropas á la capital, llegando el 6 de que nunca se habla distinguido n i en valor n i en espíritu militar, pero que contaba con todo el favor del virey, febrero. Solemne fué el recibimiento que hallaron los soldados de Calleja en la ciudad de México, pues los españoles en ella avecindados se esforzaron en demostrar su ardiente simpatía á los que con más éxito hablan combatido por la dominación. E n toda la carrera compren- dida entre el Paseo Nuevo y el Palacio se alzaron arcos de llores, y los balcones de las casas ostentaban colgaduras. lujosas A las doce de aquel día una salva de vein- tiún cañonazos anunció la llegada de la vanguardia á las fué ascendido á mariscal de campo, y los jefes y oficiales de la división de Nueva Galicia recibieron también el grado inmediato. E l padre Pringas, que acompañó constantemente á Calleja y que al empezar el ataipie dirigido por éste contra Zitácuaro declaró haber visto en el cielo unas palmas como nuncios de victoria, fué premiado con el nombramiento de predicador del r e y , y se agració con los honores de intendente de provincia á don Manuel Velázquez de L e ó n , secretario general del vireinato h puertas de la ciudad, donde esperaban los principales Las promociones que acabamos de citar, extensivas jefes de la guarnición; marchaba Calleja al frente de su á los militares españoles que pocos meses antes hablan ejército, estado mayor y llegado á la colonia, y la noticia de los altercados que seguido de lucida escolta, y venían luego los batallones en medio de un numeroso ocurrieron entre el virey y Calleja, hicieron grandísimo y escuadrones, contando los primeros dos m i l ciento cin- daño al gobierno. Las primeras disgustaron á los ameri- cuenta hombres y los segundos m i l ochocientos treinta y canos que habían defendido hasta entonces con las armas dos caballos. E l ejército desfiló delante del Palacio, en en la mano la causa de la dominación, pues no se les cuyo balcón principal se hallaba el virey que saludaba y ocultaba que tarde ó temprano se verían postergados en aplaudía á los soldados. D e t r á s de las tropas marchaban su carrera, y la segunda, el parque, la artillería y las provisiones, y cerraban la un general victorioso todo lo podía osar, y que la auto- marcha gruesas bandas de mujeres cargadas de los des- ridad del v i r e y , en otro tiempo tan reverenciada y tan pojos arrancados á la vencida é incendiada Z i t á c u a r o . temida, había venido muy á menos desde que el estado al difundirse, demostró que Pero las muestras de entusiasmo de los españoles se de guerra de la colonia exigía que los jefes militares extremaron t r a t á n d o s e de Calleja, á quien consideraban ejerciesen un mando arbitrario en las zonas confiadas á ya como el forzoso sucesor de Venegas y el más fuerte su guarda, y un ascendiente personal é inevitable en los apoyo de sus intereses egoístas y mezquinos. Hospedado cuerpos de ejército puestos á sus órdenes. en la casa del conde de Casa R u i festejtibanle á porfía con banquetes espléndidos á los que concurría lo más Reconciliados, á lo menos en la apariencia, los dos á granado del partido, y á la hora de los brindis se le I dirigir contra Morelos el ejército del Centro, reforzado ensalzaba hasta las nubes y se encomiaba su mérito I con algunos de los batallones que hablan desembarcado militar muy por encima del de los más famosos capitanes en Veracruz hacia mediados de enero. E n una larga de la antigüedad. más altos personajes del gobierno, atendió Venegas Cuando se presentaba en el teatro la concurrencia le victoreaba entusiasmada, con gran mortificación y celos de Venegas, que era forzado testigo de aquellas manifestaciones consagradas á su antiguo r i v a l . ' B U S T A M A N T E . — C a m p a ñ a s de Calleja, pigs. 1 6 7 y 168. — A T A MÁN. — / / ( s í o m a de México, lomo 1 1 , ptigs. 480 y 481. — Suplemento á l a Gai-eta de México, n ú m . 1 8 1 . corresiiondiente al 9 de febrero de 1 8 1 2 . 280 MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S instiTiccióii que (lió á Calleja ' , trazaba á grandes rasgos cuando fuera destruido el cuerpo de ejército la situación militar de la colonia: la capital misma del diente mandado por Morelos. " E s , pues, indispensable, vireinato rodeada de numerosas y audaces gavillas; el decía Venegas, combinar un plan que asegure dar á este indepen- camino del interior interceptado por las partidas de los corifeo y á su gavilla un golpe de escarmiento que los Villagranes y del cura Correa; hencbidos de insurgentes aterrorice, hasta el grado de que abandonen á su infame el territorio de Michoacán y el rumbo de Toluca; ocupa- caudillo, si no se logra aprehenderlo. das por ellos la maj'or parte de la intendencia de Puebla i:Sus principales puntos ocupados son: Izúcar, Cuan- y la provincia de Tlaxcala; cerrado al comercio el libre tía y Taxco, habiendo destacado en estos últimos días tránsito de la capital al puerto de Acapulco, y en p e l i - una vanguardia que ocupó sucesivamente gro de que se interceptase la comunicación con el de T o t ü l a p a , Buenavista, J u c l i í , Tlalmanalco y Chalco, la Veracruz cual se ha replegado posteriormente á Totolapa y Cuau- y la opulenta provincia de Oaxaca. Todos estos males y peligros creía Venegas que deberían cesar C a t e d r u l de Desarrollaba á continuación el virey campaña. su plan de Izúcar y Cuantía debían ser atacadas simultá- los pueblos de t l a , teniendo avanzadas en Buenavista." TUIUÜLTUÍJO ejército del Centro volvería á la capital para dirigirlo al rumbo que dictasen las circunstancias. del enemigo, encar- Activamente se procedió á alistar la expedición, y gándose la expedición contra la primera de estas pobla- el 10 de febrero (1812) pudo salir de la capital una tropa neamente para dividir las fuerzas ciones á las tropas de la guarnición de Puebla reforzadas de trescientos dragones destinada á reforzar la división con el batallón de Asturias, y de la que habla de avanzar de Puebla. hacia Ciiautla el ejército E l grueso del ejército del Centro se puso en su marcha el día 12, y siguiendo el itinerario señalado en marcha en Chalco, Tenango, Ameca, Ozumba y A t l a - las instrucciones de Venegas, marchó sin obstáculo hasta tlauca. acampar el 17 del mismo mes en la hacienda de Pasulco, del Centro, escalonando Como era de esperarse la derrota de los insur- gentes y su fuga hacia el Sur, el virey terminaba sus Puebla se destinasen distante dos leguas de Cuantía. de Pero antes de continuar refiriendo las operaciones del á la persecución, en tanto que el ejército realista y las heroicidades que presenció Cuantía, instrucciones con la indicación de que las tropas debemos seguir la marcha de los sucesos ocurridos en el • V c a ? e Apéndice, documento n ú m . 9. ( I n s t r u c c i ó n dada por V e n e g a s a l genera! don F é l i x M a r i a C a l l e j a ) . resto de Nueva E s p a ñ a después de la toma de Zitácuaro. 281 MÉXICO Á T B A Y É S D E L O S S I G L O S Hemos dicho que la Junta Suprema se refugió p r i - la importante capital de Michoacán, hizo salir en los meramente en Tlalchapa y luego se estableció en Sulte- primeros días de febrero al capitán Linares con tres- pec, permaneciendo en este último lugar los vocales cientos hombres y tres piezas ligeras en busca de Albino, Liceaga y Berdusco, pues don Ignacio López R a y ó n , al á quien encontró situado en las alturas del pueblo de frente de algunas tropas que pudo organizar, se había T a r í m b a r o , con una multitud á caballo que el capitán dirigido al rumbo de Toluca. A l lado de los primeros realista afirmó en su parte exceder de cuatro rail hombres. comenzó á distinguirse en aquella época don Manuel de Esta poderosa masa de caballería se echó Mier y T e r á n , oriundo de Tepeji del Río y que había mente sobre la corta fuerza de los realistas, quienes logra- terminado sus estudios en el colegio de Minería. ron desordenarla á cañonazos y quitarle seis piezas y más Este impetuosa- distinguido joven abrazó con ardor la causa de la inde- de seiscientos caballos, que fueron llevados en triunfo á pendencia, y llegó á ser una de las glorias más puras de Valladolid. la revolución. Entretanto, M u ñ i z , que ignoraba el desastre Acogido con entusiasmo por los indepen- de Albino, se presentaba en las lomas de Santa Maria el dientes, recibió el grado de coronel, y desde luego se día convenido esperando verle llegar de nn momento á dedicó á fundir artillería estableciendo una maestranza y otro. todos los talleres necesarios en el mineral de Sultepec, pués de un corto aunque empeñado combate, logró derro- en tanto que el doctor Cos, desde la misma población, tarle, quitándole diez piezas de artillería y tomándole escribía y propagaba en las hojas del Ilustrador grande número de prisioneros. ricano Ame- las doctrinas en que apoyaban su heroico levan- T r u j i l l o , unido á Linares, salió á atacarle, y des- Pero el indomable Albino G a r c í a , que á semejanza tamiento á mano armada los defensores de la indepen- del fabuloso Anteo diriase que cobraba mayores dencia. de cada desastre, volvió á su predilecta comarca del A l retirarse de los Llanos de Apám la división de fuerzas Valle de Santiago, donde reunió fácilmente á sus disper- Soto-Maceda, á quien hemos visto sucumbir en el ataque sos soldados, de Izúcar, hacia los últimos días de 1 8 1 1 , quedó aquella E s c a n d ó n , los González, Salmerón, Camacho y el negro vasta región desguarnecida casi por completo, y en Valero. y se j u n t ó á poco con las partidas de E l brigadier García Conde (que habla obtenido consecuencia no tardaron en recorrerla numerosas par- tal grado en virtud de la promoción general acordada por tidas que extendían sus empresas hasta los confines de el virey) se dirigió en busca de esas guerrillas, entrando Texcoco, hacia el poniente, y las cercanías de T u l a n - sin resistencia en el mismo Valle el dia 15 de febrero, cingo por el rumbo del noroeste. A mediados de febrero, pues los insurgentes varias guerrillas al mando de Osorno, Olvera, Anaya y García Conde hubo de retroceder hasta Celaya, su cuar- otros jefes de menor importancia intentaron un ataque tel general, para acudir desde allí á los puntos que sus á Tulancingo, defendido á la sazón por poco m á s de cien veloces enemigos amagasen. se retiraron anticipadamente, y hombres á las órdenes del capitán don Francisco de las No lo dejaron quieto mucho tiempo, nuevas g u e r r i - Piedras, quien ya había dado muestras de su esfuerzo en llas organizadas por el teniente general Reyes, el padre el combate que sostuvo en Mextitlán el 25 de octubre del Pedresa y otros, y que fuertes de cuatro mil hombres, año anterior. Rudo fué el choque que hubo de sostener seis cañones y abundante provisión de armas de fuego esta vez, pues que los guerrilleros tenían prometido a se habían adueñado de San Miguel el Grande, fortificán- sus soldados el saqueo de aquella villa fioreciente; pero dose en el cerro de la Cruz. la muerte de Olvera los desconcertó por completo, y se contra al capitán Guizarnótegui retiraron después de un combate obstinado que ocasionó en tanto que el jefe realista de Querétaro García Rebollo pérdidas considerables á defensores y asaltantes. García Conde envió en su con dos escuadrones, destacaba en la misma dirección al comandante don I l d e - L a división de García Conde, destacada del ejército fonso de la Torre con dos batallones, combinando sus del Centro cuando Calleja desocupó la villa de Zitácuaro, movimientos, de suerte que ambas fuerzas se hallasen sostuvo desde mediados de enero una fatigosa campaña frente al enemigo en l a madrugada del 26 de febrero. en las llanuras del Bajío, donde tuvo que habérselas Guanajuato ^ y después de haber asolado las Así lo hicieron, y juntas comenzaron el ataque, desalo- de jando á los independientes del cerro de la Cruz, c a u s á n - comarcas doles una gran pérdida y quitándoles toda la artillería. con el renombrado Albino G a r c í a , quien, rechazado de Dolores y San Felipe, atacó sin é x i t o , pero con su Entraron los vencedores en la villa de San Miguel, donde brío de siempre, á la importante población de Irapuato. ordenaron varios fusilamientos, y dejaron expedito el Por un momento abandonó el infatigable guerrillero la camino que debía recorrer un convoy destinado á San intendencia de Gnanajnato, entrando en la de Michoacán Luis Potosí y que se hallaba detenido en Querétaro. para concurrir al ataque de Valladolid, proyectado por Muñiz y Navarrete. Pero con el propósito de impedir la En la zona que cae hacia el norte de la Sierra de Gnanajnato y en la que se extienden las llanuras de reunión de las guerrillas independientes, don Torcnato Dolores y las tierras de San L u i s , menudeaban los com- Trujillo, que, como recordará el lector, mandaba en jefe bates de guerrillas con motivo del frecuente tránsito que ' C a p I t u l o X V I , lib. I . por ella hacían los convoyes que iban y venían entre 282 MÉXICO Á THAVÉS D E L O S S I G L O S San Luis y Querétaro. Reñido fué el que se empeñó rar sus tropas todas al interior del edificio; pero haciendo el 4 de febrero en el santuario de Atotonilco, pues los luego una salida vigorosa, logró desbaratar insurgentes asaltaron un cargamento de quinientas barras dores, de plata procedentes de Zacatecas. Salvólo, empero, el haciéndoles cuarenta prisioneros, que mandó fusilar eu tomándoles los tres cañones á los sitia- que llevaban y comandante don Ildefonso de la Torre, que avanzó hasta el acto, así como al gobernador y alcalde de los indios aquel punto á recibirlo, y que en su parte oficial consignó del pueblo que habían intentado unirse con los asaltan- haber visto en el cielo, momentos antes de principiar la tes. acción, uña palma refulgente como promesa segura de migo, á quien dió alcance en el pueblo de Teposcolula; victoria ^ También Calleja, un mes antes y próximo á mandaba á los insurgentes el comandante don Nicolás dar la señal de ataque contra Z i t á c u a r o , creyó ver en el Bubadilla, y por algún tiempo se mantuvieron firmes en Régules salió al mes siguiente en busca del ene- cielo una nube en forma de palma, y asi lo manifestó sus posiciones, pero arrollados después de dos horas de á los oficiales y soldados que se hallaban á su lado, los nutrido fuego dejaron en poder de Régules una culebrina cuales difundieron y un cañón colocados en la altura que les había servido la voz en todo el ejército. De la superchería de Calleja hizo un milagro el padre Díaz de defensa, considerable acopio de semillas y muchos Calvillo, de la Profesa de México, quien lo atribuyó á la prisioneros, que fueron fusilados inmediatamente, según Virgen de los Remedios, protectora de los realistas, y la terrible costumbre de la época L escribió con este motivo un libro que fué mordazmente criticado por los partidarios de la independencia. A l principiar el año alteróse nuevamente la Nueva Galicia, dando motivo á que desplegasen su crueldad de E n la provincia de Oaxaca las crueldades y rigores siempre Cruz, Negrete, Pastor y tantos otros que deja- que descargaron sobre los indígenas de Jamiltepec en ron escritos con sangre sus terribles nombres en los noviembre del año anterior, los jefes realistas Ortiz de anales de la independencia. Zarate y Caldelas mantuvieron sujetos por algún tiempo la actividad que lo distinguía entre todos, se dedicó á á los pueblos de la Costa Chica; pero en el mismo mes perseguir las partidas de independientes que aparecieron E l segundo de aquéllos, con hizo su aparición en la provincia don Valerio Trujano, á la sazón en los confines de Nueva Galicia y Michoacán, destacado por Morelos para propagar la revolución en logrando destrozar una de ellas en las cercanías toda la Mixteca, que es la zona comprendida entre Jiquilpán el 11 de enero. Oaxaca y Puebla. Silacayoapam fué tomada fácilmente decía Negrete al sanguinario Cruz: por el valiente Trujano, como hemos visto en su lugar, de A l terminar el parte oficial, "Me dice V . E. en su carta que tiene en consideración la continua fatiga y por momentos cundió el levantamiento en los pueblos de esta división, tanto más incómoda cuanto de aquella áspera sierra. E l comandante de la brigada- de huyen los enemigos de ella. Oaxaca, don Bernardo Bonavia, levantó á gran prisa última circunstancia la hace sensible, pero estos soldados siempre No hay duda que esta algunas tropas destinadas á combatir la independencia son valientes á infatigables: en cuanto logran limpiar la por aquel rumbo, poniéndolas á las órdenes del español tierra de algunos de los muchos monstruos don Nocliistlán, ya están descansados: es bien patente cuan dignos son quien, ajeno hasta entonces á la carrera de las armas, de la consideración y recompensa de la patria, en medio José Régules Villasante, vecino de se distinguía por su actividad y decisión á la causa realista. don Juan de la Vega, levantaron tropas en sus haciendas y se pusieron de acuerdo para combatir á los independientes. Estos, al principiar el mes de enero (1812), considerándose bastante fuertes para tomar la ofensiva, avanzaron basta Y a n h u i t l á n , pueblo rico de la Mixteca, de que no "se han' individualizado sus grandes servicios." A s í , habíase adoptado por casi todos los jefes realistas Varios propietarios, entre ellos don Gabriel Esperón y que la asolan cuya iglesia parroquial, que fué en sus el piincipio de que los partidarios de la independencia debían estar fuera de la ley y del derecho, y que más meritorios serían los servicios que hiciesen á la religión y al rey, mientras mayor fuese el número de monstruos inmolados por sus manos. E l coronel realista don Manuel Pastor, que dejaba siempre á su paso un reguero de sangre, podía también principios convento de dominicos, es un edificio capaz de desbaratar servir á la defensa. E n ella se fortificó R é g u l e s , con por medio de los jefes que le estaban subordinados, varias en la primera quincena de enero, por sí ó cuatrocientos infantes y cien caballos, cuidando de ence- guerrillas de independientes en A m a t i t á n , Paso de Santa rrar en la improvisada fortaleza viveras suficientes para Rosa y Real de la Yesca. el caso de sostener en ella un sitio dilatado. No tardaron alcanzó en las lomas de Tepetilti una victoria completa, en presentarse los insurgentes en número de tres m i l desalojando hombres con tres c a ñ o n e s , tomando á los realistas Una algunos centenares de hombres, muertos en el campo, avanzada de veinticinco soldados, lo que le obligó á reti- entre ellos el general don Tomás Rodríguez, cien fusiles, una gruesa Otro de sus tropa insurgente destacamentos que perdió cuatro cañones y doscientos caballos. ' Parte de T o r r e publicado en Ja Gaceta 10 de marzo de 1812. > Capitulo X V i , lib. I . correspondiente ai * B U S T A M A N T E . — Cuadro de 1849. histórico, tomo I , p á g , 381, e d i c i ó n 283 MÉXICO i T B A V É S D E L O S S I G L O S Agitábase t a m b i é n , á principios de 1812, la p r o - noticia de que toda la zona que circunda á Veracruz vincia de Veracruz, que antes había permanecido t r a n - estaba cubierta de partidas armadas. quila, y no porque faltase á sus hijos el noble sentimiento pués apareció entre éstas y alcanzó sobre ellas decisiva del patriotismo, sino con motivo de la distancia que les autoridad, un hombre que llegó á ser muy notable en la separaba de la zona que vió nacer, propagarse y engran- historia de la independencia; llamábase don F é l i x decerse el levantamiento por la independencia. Además, n á n d e z , era oriundo de la apartada Sonora, y cuando se la ciudad de Veracruz, bajo la dominación española, era presentó á tomar partido por la revolución acababa de el único puerto del Seno Mexicano habilitado para el hacer sus estudios de jurisprudencia en el colegio de San comercio con la metrópoli, Ildefonso de México. con exclusión del de los Pocos meses des- Fer- Sin que se sepa el momento p r e - demás países de Europa y América; t a l condición hacia ciso, ni el motivo que á ello lo obligó, este defensor que la mayor parte de sus habitantes se formase de ilustre de la independencia trocó luego su nombre por el españoles ricos y adictos á la península, tanto por patrio- de Guadalupe Victoria. tismo como por las cuantiosas ventajas que les producía En el mes de enero ( 1 8 1 2 ) la provincia entera, con el monopolio y el sistema prohibitivo. Es verdad que los excepción hijos de la costa, en el resto de la provincia, eran parti- sublevada, y las masas armadas darios de la revolución, pues descendientes en su gran emancipación recorrían las llanuras de la costa y las mayoría pendientes que conducen á la Mesa Central, amagando de los antiguos esclavos allí transportados, de sus poblaciones principales, se hallaba que proclamaban la sentían arder en su sangre la sed de venganza que se constantemente á Drizaba, Córdoba y Jalapa. legan unas á otras las generaciones oprimidas; también esta última y hacia el noreste, se halla el pueblo de Cerca de simpatizaban con la insurrección no pocos de los habi- Naolinco, situado en una meseta que defienden escar- tantes de las tres grandes villas de la provincia, Jalapa, padas laderas por los rumbos del sur y del oriente. Drizaba y Córdoba; pero los elementos poderosísimos Instalóse en él una junta revolucionaria que mantenía que abrigaba el puerto, contrarios todos á la indepen- activas relaciones con los partidarios de la emancipación dencia, bastaron para refrenar por largo tiempo al resto residentes en Jalapa, los cuales la instruían de todos los de la provincia ^ movimientos de las tropas realistas proveyéndola de Gobernábala el general don Carlos de Urrutia, mexi- abundantes recursos de todo g é n e r o . L a Junta se dedicó cano de nacimiento, militar instruido y hombre de afables á organizar partidas que en breve se extendieron hasta maneras; pero la principal autoridad residía en el Con- Tepeyahualco, de la intendencia de Puebla, por el rumbo sulado y en los ricos comerciantes españoles que compo- del poniente, y hasta nían el ayuntamiento del puerto, regulando á su antojo la dirección opuesta, y frecuentemente enviaba á las gote- marcha de la administración pública, de tal suerte, que el ras de Jalapa jefes osados que amagaban esta villa y gobierno político de la provincia pudiera decirse dirigido forzaban á su guarnición á permanecer dia y noche tras las orillas de Veracruz, por la por don Pedro Telmo de Landero, entusiasta partidario de los fuertes parapetos que construyó su comandante en de la dominación y teniente letrado de la intendencia. las principales avenidas. A pesar de tantos elementos y tan poderosos, que Con la toma de Z i t á c u a r o , que dió tan rudo golpe hablan logrado conservar sujeta aquella importantísima al prestigio de K a y ó n , parecía inaugurarse favorable á comarca de Nueva E s p a ñ a , las armas españolas el año de 1812. Asi lo celebraron alentaban en el puerto mismo algunos partidarios de la independencia, d i s t i n - en todos los tonos los periódicos de México y los docu- guiéndose don J o s é mentos oficiales de la época, prometiéndose anunciar en Mariano de Almar.za y don Juan Bautista Lobo, los tres breve la completa pacificación de la colonia. Sin embargo, mexicanos de nacimiento, pero respetados por los espa- en este mismo año fué en el que los jefes de la indepen- entre ellos don Tomás M u r p h y , ñoles m á s adictos á la causa de la madre patria, y no dencia desplegaron una resistencia más ordenada y efec- obstante este prestigio de que gozaban, viéronse o b l i - t i v a , y en el que las grandes masas de la tropa española gados á disimular sus sentimientos entre hombres que y los renombrados generales que las mandaban sufrieron no se los hubieran perdonado. en paz la repetidos desastres, que no es justo achacar á casuali- provincia hasta marzo de 1 8 1 1 , en que los habitantes dades de posición y á superioridad numérica, sino á bien Mantúvose de las costas vecinas al puerto dieron señales de agita- dirigidas maniobras apoyadas en la firmeza de propósito ción, impidiendo la entrada ordinaria de los víveres; y de c a r á c t e r , lo cual no había distinguido la acción de alarmáronse las autoridades y habitantes de Veracruz, y los primeros caudillos. Acabamos de ver en el resumen las primeras hicieron salir al coronel don J o s é Antonio precedente que la revolución, lejos de amenguarse con de la P e ñ a á la cabeza de una fuerza expedicionaria, la el golpe que recibió en Z i t á c u a r o , renacía poderosa en que, después de sostener varios choques con las g u e r r i - varias provincias, y en otras aparecía formidable, preci- llas de los costeños, regresó á la ciudad llevando la samente en los dos primeros meses de 1812. L a toma de la residencia de la Junta no r e a l i z ó , pues, los pro- ' J . M . L . M O R A . — México nas 258 y 259. ¡j sus revoluciones, tomo I V , pági- nósticos de los dominadores. 284 MÉXICO Á TKAVÉS D E L O S S I G L O S Para compensar el descalabro de R a y ó n , que más daño hizo á la reputación militar de este constante pro- que siempre había tenido la victoria á sus órdenes. Del éxito de esta campaña creyeron unos y otros, indepen- pugnador de la independencia que á la causa misma, alzá- dientes y realistas, que iba á depender la suerte de la base Morelos no lejos de la capital del vireinato con revolución, pues vencedor todo el prestigio de sus recientes y notables victorias. que pudiera contrastarlo A fuerza de brillantes hechos de armas llamaba ya de triunfante Morelos, creían que no t a r d a r í a en amenazar preferencia á la capital de Nueva E s p a ñ a , la que verla entrar luego la atención del gobierno vireinal, y éste lanzaba á su encuentro sus mejores tropas y al general Calleja, nada se en lo futuro, concebía en tanto que en su recinto á las tropas victoriosas del Sur.