capítulo primero

Anuncio
LIBRO SEGUNDO
1812—1815
CAPITULO PRIMERO
L o s triunfos de Morelos obligan al virey á modificar su plan de ataque contra Z i t á c u a r o . — C a l l e j a se pone en movimiento y llega á vista de
la villa el 1 " de enero de 1812. — Dificultades que h o l l ó en su m a r c h a el ejercito realista — Medios de defensa de los independientes. —
L o s otaca C a l l e j a el 2 de enero. — T o m a d e _ Z i t á c u a r o . — Don R a m ó n R a y ó n , herido. — P é r d i d a s de los independientes. — L a Junta se
traslada á T l u l c h a p a y luego á Sultepec. — Bando b á r b a r o de C a l l e j a . — .^soqueo é incendio de Z i t á c u a r o . — Porlier sale de T o l u c a y
ocupa sucesivamente ó T e n a n g o y T e n a n c i n g o — P r i m e r a a c c i ó n en la b a r r a n c a de T e c u a l o y a el 3 de enero. — T r i u n f o de P o r l i e r . —
Morelos, B r a v o y G a l e a n a m u é v e n s e contra P o r l i e r . — S e g u n d a a c c i ó n de T e c u a l o y a el 17 de enero y descalabro de los r e a l i s t a s . —
R e t í r a s e P o r l i e r á Tenoncingo y se fortifica en este pueblo. — Derrota de P o r l i e r el 22 de enero. — S u r e t i r a d a ú T o l u c a . — Morelos se
dirige á C u a n t í a , donde entra el 9 de febrero. — Vigorosos preparativos de V e n e g a s p a r a destruir á este ilustre c a m p e ó n de l a independ e n c i a . — T r o p a s e s p a ñ o l a s que llegan á V e r a c r u z en el mes de enero (1812). — O r d e n a Venegas á C a l l e j a que marcbe á combatir á
Morelos. — R e s i s t e n c i a de C a l l e j a á c u m p l i r las ó r d e n e s del virey. — H o c e d i m i s i ó n del mando y Venegas nombra jefe del e j é r c i t o del
Centro al brigadier I r i s a r r i . — Descontenta al e j é r c i t o ese nombramiento — E l virey ruega á C a l l e j a que siga en el mondo de los tropas.
— C a r t a de Clalleja. — E n t r a en M é x i c o al frente de su e j é r c i t o . — Festejos con que es recibido por el partido e s p a ñ o l . — C o n c e s i ó n de
gracias y ascensos. — P r o m o c i ó n general. — Disgusto que é s t a c a u s a á los oficiales americanos. — O r d e n a V e n e g a s la solida del e j é r c i t o
del Centro contra el general Morolos. — Instrucciones que da a C a l l e j a . — P l a n de c a m p a ñ a . — S a l e de M é x i c o el e j é r c i t o y a c a m p a á
dos leguas de Cuautia el l ? de febrero. — S u c e s o s militares ocurridos en otras portes del vireinato d e s p u é s de la toma de Z i t á c u a r o . —
Don Manuel de Mier y T e r á n establece u n a f u n d i c i ó n de c a ñ o n e s en Sultepec. — L a s partidas de los Llanos
ele Apain
atacan á T u l a n -
cingo y son rechazodos. — Albino G a r c í a en G u a n a j u a l o y M i c h o a c á n . — G a r c í a Conde ahuyenta ó los independientes de S a n Miguel el
Grande —Combates en la parte septentrional de la intendencia de G u a n o j u a t o . — P a l m a milagrosa que dijo haber visto el oomondanle
T o r r e . — L a r e v o l u c i ó n en O a x a c a en enero de 1812. — T r u j a n o propaga la i n s u r r e c c i ó n en l a Mixteen. — Don J o s é R é g u l e s V i l l a s a n t e
recibe el mando de las tropas destinadas á combatir l a r e v o l u c i ó n . — E s atacado en Y a n h u i t l ó n y r e c h a z a á los independientes.—
R e a p a r e c e la r e v o l u c i ó n en Nueva G a l i c i a . — Negrete desbarata u n a gruesa partida de insurgentes á principios de enero. — V e n t a j a s
del coronel don Manuel del R í o . — A g i t a c i ó n revolucionaria en la provincia de V e r a c r u z á principios de 1812.— Don G u a d a l u p e V i c t o r i a
se pone a l frente de las guerrillas de la costa desde mediados del a ñ o anterior. — J u n t a de Naolinco. — Reflexiones.
Abrióse el año de 1812 con el ataque que dirigió
no se moviese de Toluca, temeroso de un golpe de mano
contra Zitácuaro el general Calleja. Hemos dejado á este
de los insurgentes, aunque ordenándole que enviase á
distinguido jefe realista, hacia mediados de diciembre
Calleja el batallón de la Corona que formaba parte de la
del año anterior, en San Felipe del Obraje ^ al frente del
guarnición de esa última ciudad.
ejército del Centro, en espera de pertrechos y elementos
dirección un centenar de dragones de Puebla y algunos
de guerra que debía enviarle de México el
obuses de
gobierno
bronce
fundidos
Encaminó en la misma
en México por el célebre
vireinal, y dando tiempo á los movimientos de tropas
Tolsa bajo la inspección del coronel de artillería don
que tenía combinados con Porlier.
Antonio Ponce, y prescindiendo del plan de ataque que
Los triunfos repetidos que por aquellos días alcanzó
había formado y prescrito á Calleja desde algunos meses
Morelos al sur de Puebla, en Chiautla, Izúcar y la
a t r á s , dejó á éste en libertad de adoptar el que creyese
Galarza, obligaron á Venegas á modificar el plan de
más conveniente.
campaña contra Zitácuaro.
Lejos de enviar refuerzos á
E l ejército del Centro, fuerte de dos m i l ochocientos
Calleja, hizo volver á México, desde Querétaro, al teniente
infantes, m i l indios zapadores, dos m i l doscientos caba-
coronel Andrade para que con su batallón marchase á
llos y veintitrés cañones de diversos calibres, se puso
engrosar las tropas de Puebla, y previno á Porlier que
'
Capitulo X V I , lib. I .
r
:i .
en movimiento hacia Zitácuaro el 22 de diciembre (1811),
llegando al anochecer de ese mismo dia á la entrada de
274
MÉXICO
Á
TRAVÉS
D E
LOS
SIGLOS
la sierra, que por todos lados rodea á aquella población
de aquelloti pueblos, cuyos auxilios y servicios le eran tan
en distancia de doce á veinticinco leguas.
necesarios, como porque creía firmemente que en el caso
Penosa fué
desde entonces la marcba de los realistas á través de
de abandonar la villa esos mismos se opondrían, pues
una serranía áspera y salvaje, cortada por barrancas y
la consideraban inexpugnable después de los reveses que
precipicios, cubierta de espesos bosques
en ella habían sufrido sucesivamente las divisiones de
que en casi
todo el año, pero especialmente en la estación del i n v i e r no, se bailan envueltos por densas nieblas
de lluvia y de hielos que forman resbaladeros
laderas y profundos pantanos
Torre y de E m p a r á n .
acompañadas
en los bajíos.
en las
Calleja reconoció las fortificaciones de Zitácuaro sin
más oposición que la de algunos cañonazos tirados sin
A estas
efecto sobre su escolta, y con las observaciones que jiudo
dificultades naturales se juntaban zanjas, árboles d e r r i -
hacer formó durante la noche su plan de ataque, y en la
bados y gruesos peñascos que los independientes habían
mañana del día siguiente, 2 de enero, lo puso en eje-
abierto y aglomerado con anticipación en las estrechas
cución.
sendas para retardar el paso de sus enemigos, lo cual
Llegado el momento, situó una batería sobre la loma
lograron alcanzar, pues el ejército realista tardó ocho
de San Juan el Viejo, punto dominante desde el cual
días en recorrer doce leguas basta ponerse á la vista de
flanqueaba por completo el atrincheramiento del centro
Zitácuaro, y alguna vez, en veinticuatro horas no le fué
de la plaza, y protegidas por sus cañones, movió sus
posible avanzar más de media legua i . Su
caballería
columnas, proponiéndose caer sobre la esjialda del ene-
sufrió mucho por la falta de forrajes, y si la tropa no
migo mientras aparentaba formalizar el ataque por el
padeció por la escasez de víveres debido fué á la p r e v i -
frente.
sión de Calleja que hizo marchar tras la columna más de
recibió la orden de marchar por caminos extraviados y
mil muías cargadas con provisiones abundantes.
I^na de a q u é l l a s , mandada por García Conde,
atacar por la retaguardia en el punto que considerase
Después de vencer tantos obstáculos, á fuerza de
más débil, en tanto que Calleja con el grueso del ejér-
trabajo y constancia, Calleja y su ejército acamparon en
cito, dividido en tres secciones, á las órdenes respectiva-
la loma de los Manzanillos y á vista de Zitácuaro el 1.° de
mente de Castillo y Bustamante, .Talón y los tenientes
enero de 1812. Dentro de esta villa h a b í a , según los
coroneles Oroz y Meneso, embestía con brío el centro y
informes dados al general español por varios espias que
derecha
vivían en ella, treinta y seis cañones colocados en bate-
reserva á las órdenes de los coroneles Oviedo y Rui,
de los insurgentes, dejando atrás una fuerte
rías bien construidas y hábilmente situadas; setecientos
y del marqués de Guadalupe Gallardo.
hombres armados de fusiles y con cierto grado de disci -
A las once de la mañana principiaron los movi-
jilina, y veinte mil auxiliares, en su mayor parte sin
mientos de las columnas realistas protegidas por el fuego
armas, procedentes de los pueblos inmediatos que se re-
de sus b a t e r í a s , al que respondieron con vigor los c a ñ o -
unían al primer llamamiento y que se destinaban á ocupar
nes de la plaza. Grandes estragos causaron en las tropas
las alturas para arrojar grandes piedras que dañasen al
del rey las bien dirigidas descargas de los reductos, pero
enemigo ó embarazasen su marcha. Circunvalada la villa
avanzando aquéllas más y m á s , preciso era que nn fuego
por un foso que medía una legua de perímetro, se hallaba,
sostenido de fusilería completase la obra mortífera de los
a d e m á s , fortificada por un pai'apeto de tres varas de
cañones.
espe.sor y jior cuatro baterías situadas en los puntos más
que empezaron á desconcertarse
accesibles de la línea de defensa
columnas enemigas.
Con tale.s elementos,
Eso era lo que faltaba á los independientes,
ante la marcba de las
L a división de García Conde pasó
sin embargo, no era fácil contrastar los formidables que
por
tenía en su mano el general Calleja, y así lo conoció
plaza, lo cual, observado por Castillo y Bustamante, le
don Ramón R a y ó n , quien aconsejó á su bennano que era
hizo avanzar con más presteza entrando en la población
preferible
por la derecha y acuchillando á un cuerpo de caballería
el abandono de la plaza á exponerse á una
un puente, prevenido al efecto, al recinto de la
derrota segura que sumiría en el desprestigio á la Junta
de, soldados de Tierra
Suprema.
su ejemplo la columna de .Jalón y las reservas
Su hermano convino en ello,
pero
resolvió
esperar el ataque, tanto por consideración á los indios
Caliente.
Xo tardaron en seguir
mandadas
por Calleja en persona; y si bien la defensa fué tenaz y
se sostuvo por los independientes brava y ruda pelea, al
fin se vieron obligados á ceder y acabaron por ponerse en
' láillcju c p c r ü i í a ú N'enegas en el curso de esla fatigosa m a r clin : . . . H a c e cinco dios que no cesa de llover y nevar, y otros tantos
que ha tardado el e j é r c i t o dos leguas que t e n d r á n á lo sumo las dos
c u ñ a d a s de la H o y a de la \n y de S a n Mateo, á cuya salida
estoy situado, á tres legua.s de Z i t á c u a r o ; ellas son intransitables
por n a t u r a l e z a , y los enemigos las baldan convertido en d e r r u m b a deros deshaciendo sus estrechos veredas, abalicndo centonares de
gruesos á r b o l e s , de que e s t á n cubiertas, y abriendo profundas z a n j a s
que ha sido necesario c u b r i r á costa de i n m e n s a fatiga. E n m u c h a s
¡Kiries lia sido necesario a b r i r c a m i n o , y en c a s i todo él l l e v a r á
brazo la a r l i l l e r i a , los c a r r o s de municiones y los de los enfermos
I r . u s T . i M v N - i E . — i'ampañas
de Calleja,
p á g . 142).
*
tSusT-Mi-íNTr.. — C a m p a ñ a s de Calleja,
pá.cs. 136 y 137.
fuga. Don Ramón Rayón hizo durante el combate prodigios
de yalor, y no se retiró sino cuando vió retroceder atropelladamente y en confusión la línea que atacó la división
de las reservas.
E n estos momentos una bala de cañón
abrió por el pecho el caballo que montaba, y dió tan fuerte
caída que lo tuvieron por muerto, y de sus resultas perdió
un ojo: debió la vida á su asistente Joaquín Ruiz, que lo
puso en salvo aunque recibiendo él mismo cinco heridas.
275
MÉXICO Á TRAVÉS D ELOS SIGLOS
Perdieron los independientes en esta infausta j o r nada, y después
de una sangrienta lucha de
cuatro
ofreciendo á éstos y á los demás habitantes que depusiesen las armas dentro de ocho d í a s , el perdón de la
horas, toda la artillería, inmensa cantidad de municiones,
vida, pero no la restitución de sus bienes, debiendo ser,
un taller de a r m e r í a , una maestranza, vasto acopio de
los primeros, destinados á allanar las fortificaciones levan-
víveres y cien hombres entre muertos y heridos, no
tadas para la defensa de aquel punto. Todo pueblo que
siendo más porque Calleja no siguió al alcance de los
admitiese á los individuos de la Junta ó á cualquier
fugitivos, á causa del lamentable estado de su caballería
comisionado de ellos ó que resistiese á las tropas del
después de las penosas marchas que acababa de efectuar.
rey,
Mayor fué la pérdida de los realistas en muertos y h e r i -
darse la cabecera del distrito á Maravatío, y se prohibió
dos, pues sólo en el foso enterraron ochenta de los
que volviese á formarse allí población.
primeros, ignorándose cuántos fueron sepultados en otros
lugares.
quedarla sujeto á las mismas penas.
Debía trasla-
E l conde de Casa R u i , nombrado gobernador de la
conquistada v i l l a , fué el encargado de la ejecución de
Fué
ciertamente la pérdida de Zitácuaro uno de
este bárbaro decreto.
Antes de salir de ella las tropas
contra
del rey se les concedió licencia para saquear todas las
todos los cálculos de la razón y contra todas las combi-
casas, y después de haberla evacuado, siniestros resplan-
aquellos acontecimientos funestos
que suceden
naciones de la ciencia militar, si bien debe culparse á
dores se alzaron por los cuatro puntos, y las llamas
don Ignacio E a y ó n de poco previsor antes del combate
consumieron en pocas horas á la noble Zitácuaro convir-
y de flojedad para sostenerlo. Golpe funesto fué también
tiéndola en informe y negro montón de ruinas calcinadas.
esa derrota para la Junta, que perdió en prestigio más
Calleja destacó la división de García Conde hacia el Bajío
que la cansa de la independencia en el terreno de las
con la orden de perseguir las partidas que hubiese por
Los miembros que la formaban se retiraron p r i -
aquel rumbo y de asegurar la comunicación entre México
meramente á Tlalchapa y de allí pasaron al mineral de
y Valladolid, y él mismo marchó con el resto del ejército
Sultepec,
lugar Liceaga y
á Maravatío con el propósito de concluir la pacificación
Berdusco, pues Rayón se separó luego para tomar el
de las provincias centrales, hondamente perturbadas por
armas.
quedando
en este último
mando de las fuerzas
con que intentaba obrar
sobre
los independientes durante su marcba contra la rebelde
Zitácuaro.
Toluca.
A l abandonar la v i l l a , dejó Rayón de intento sobre
su mesa varios papeles relativos á la representación
que
Así acabó esta célebre expedición, "Cn la que un
general español ejerció, en pleno siglo x i x , actos para
secretamente habían dirigido por esos días los miembros
los cuales no es competente la misma soberanía,
del consulado de México al de Cádiz pidiéndole tropas
jando á los habitantes que se reconocía y confesaba ser
españolas, por considerar insuflcientes las
americanas
inocentes, de sus propiedades urbanas;
despo-
privando á la
para la conservación del dominio europeo en México,
colonia de una de sus poblaciones, y dando para lo suce-
desahogándose con ese motivo en denuestos é injurias
sivo un ejemplo pernicioso que no dejó de tener i m i t a -
contra los americanos. Estas revelaciones hicieron grande
dores; todo por una resolución emanada de su simple
impresión
en los oficiales americanos
que
seguían
á
beneplácito
Pero hecho tan bárbaro
sólo produjo
Calleja, pues quedaron hondamente resentidos del modo
mengua y baldón para sus autores, porque la heroica
indigno con que se premiaban sus servicios, y muchos
Zitácuaro renació de sus cenizas y después de mucbqs
de entre ellos, desde entonces, cesaron de alentar el odio
años volvió á ser uno de los firmes baluartes
que habían declarado á la causa de la independencia
libertad mexicana.
Dueño Calleja de Zitácuaro, que por dos veces babia
de la
Mientras Calleja y su ejército avanzaban difícilmente
visto desbaratadas las tropas del rey, y en cuyo recinto
hacia Zitácuaro en los postreros días de 1811,
se alzó y ejerció sus funciones la Junta Suprema, quiso
Porlier, que hemos dejado en Toluca, quiso tentar, con
hacer en ella y sus habitantes un terrible castigo. Mandó
conocimiento y aprobación de Venegas, un golpe de mano
el coronel
fusilar desde luego á diez y nueve de los prisioneros que
contra los insurgentes
cayeron en su poder, y el 5 de enero publicó un bando
inmediaciones.
salvaje ^ por el que ordenó que todos los vecinos, sin
una respetable sección, y el 30
distinción de condición, edad n i sexo, saliesen dentro del
dueño, sin combatir, del cerro de aquel lugar, en el que
término de seis d í a s , permitiéndoles llevar lo que pudie-
bailó nueve piezas
sen de sus bienes, para que á la salida del ejército fuese
insurgentes.
la villa reducida á cenizas. Las tierras, asi de propiedad
resisteifcia
común
como
particular, fueron
aplicadas
que ocupaban Tenango y sus
Efectuó su salida de Toluca al frerte de
de artillería
de diciembre se hizo
abandonadas
por los
A I día siguiente, último del año, entró sin
en
Tenancingo,
hallando
al
pueblo
casi
á la Real
Hacienda; los indios quedaron privados de sus derechos,
' B U S T A M A N T E — Cuadro histórico,
lomo U, pág.
2\i.
' Gaceta de .México
de 11 de febrero de 1811. — Colección
documentos de J . E . H e r n ú n d c z D ú v a l o s , tomo I V , p á g . 7.
de
* J . M . L . M O R A . ; — M é r r i c o y sus reeoluriones,
lomo I V , p á gina 280.—A|>arte de Z i t á c u a r o , f.allcjn m a n d ó q u e m a r los siguientes
¡•ueblos de los alrededores; S u n Maleo, Sun B o r l ó l o , S a n A n d r é s ,
S a n i a M a r i u . S u n F r a n c i s c o , .Sun J u u n , S u n Migue!, I l u o n l e p e c ,
Niiyarit y Z i r a c u u t o . { B U S T A M A N T E . — C o m p a ñ a s de Calleja,
página 1 5 ! ) .
276
MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S
desierto, porque sus moradores, entre quienes corrió el i que Porlier mandó situar enfrente. Después de un largo
rumor de que iban á ser degollados por los realistas, rato y cuando el coronel realista hubo notado algún deshuyeron despavoridos á los bosques de las cercanías.
concierto en las filas contrarias, desprendió una fuerte
K l 3 de enero de 1812,
Porlier avanzó basta la ^I columna al mando del capitán Calderón y del teniente de
barranca de Tecualoya, sabedor
de que los indepen-
navio Micbelena, quienes, bajando con presteza al fondo
dientes que antes ocupaban Tenango se hablan fortificado
del barranco y subiendo luego al lado opuesto, protegidos
en ese punto ásiiero y revuelto, donde situaron su a r t i -
por la b a t e r í a , arrollaron á los independientes y se apo-
llería de modo que pudiese enfilar el único camino que
deraron de tres cañones y de una gran cantidad de
debían seguir los realistas.
víveres y municiones. Porlier no creyó
U n vivo cañoneo recibió á
prudente, á
éstos apenas se presentaron en el borde opuesto del
pesar de esta victoria, avanzar más allá de las posiciones
barranco, que fué sostenido por los fuegos de una batería
conquistadas y retrocedió basta Tenancingo.
General don R a m ó n R a v ó n
Morelos, á quien hemos dejado en el capitulo ante-
misma posición que en el ataque anterior, adoptó igual
rior en Cuantía, y á Pravo y tíaleana en Taxco, habían
plan para desalojarlo. Apenas se rompió el fuego de
efectuado, entretanto, un movimiento convergente hacia
cañón, gruesas columnas realistas al mando de los capi-
las posiciones que Porlier ocupaba en Tenango y Tenan-
tanes Calderón y Cos y del teniente de navio don Pedro
cingo, y á poco supo éste que grandes masas de insur-
de Toro, treparon al lado opuesto del barranco; pero en
gentes se habían posesionado nuevamente de la barranca
este atrevido asalto bailaron una resistencia furiosa, no
de Tecualoya; eran, en efecto, las partidas que mandadas
obstante la muerte del jefe independiente Oviedo, que
por Oviedo combatieron algunos días a t r á s en el mismo
cayó en tierra á poco de haber comenzado la refriega.
lugar; pero esta vez una gruesa división, á las órdenes
La ventaja quedó al fin por los soldados del rey, que se
de Galeana, se bailaba en el pueblo de Tecualoya, y el
hicieron dueños de dos piezas de artillería y persiguieron
resto del ejército, con Morelos á su frente, avanzaba á
á sus contrarios basta el pueblo de Tecualoya.
Quiso Porlier
Galeana, que había salido violentamente en auxilio
anticiparse á esta foiniidable, reunión, y el 17 de enero
de Oviedo, se vió forzado á encerrarse en el pueblo que
salió de Tenancingo, y encontrando al enemigo en la
acabamos de nombrar, fortificándose en él á toda prisa y
gran prisa para unirse á sus compañeros.
277
MÉXICO Á TRAVÉS D E L O S S I G L O S
decidido á sostenerse para dar tiempo al avance del
abandonó á su paso por la barranca los cañones que
grueso del ejército. Siguió combatiendo con bravura, y en
acababa de arrebatarles, y no dudando que Morelos mar-
medio de la pelea podía vérsele acudir á todos los puntos
charía en breve á atacarle, se ocupó activamente eu
y afrontar la muerte con calma en los sitios de mayor
fortificar á Tenancingo.
peligro.
de
Así sucedió, en efecto, pues apenas tuvo noticia este
algunos de los suyos y se abalanzó sobre las piezas que
general de la muerte de Oviedo y del ataque que sostuvo
estaban más próximas, dió muerte á los soldados que las
Galeana con tanta intrepidez, apresuró su marcba en unión
servían y volvió con ellas al perímetro fortificado
del
de los P)ravos y de Matamoros. A sii paso por Tecualoya
Este atrevido golpe de mano desconcertó de tal
se le incorporó Galeana, y reunidas bajo su mando supe-
suerte á Porlier que ordenó desde luego la retirada, y
rior todas las divisiones del pequeño ejército, se presentó
como fiie.^e vivamente perseguido por los independientes.
delante de Tenancingo en la mañana del 22 de enero.
pueblo.
De repente
saltó
los
parapetos
seguido
General don M a n u e l de Mier y T e r á n
A medio dia rompieron los independientes sus fuegos
del teniente de navio Micbelena, un gran número de
sobre los parapetos improvisados por Porlier, y varias
prisioneros y considerable cantidad de pertrechos
columnas intentaron el asalto, pero fueron
guerra.
rechazadas
de
Bravo marchó en persecución de los realistas,
con pérdidas considerables, logrando, sin embargo, situar
pero sin avanzar mucho por la fatiga de sus caballos,
ventajosamente su artillería, con la que batían la plaza
por lo que Porlier llegó á Tenango sin ser molestado y
del pueblo. E l jefe realista hizo una salida vigorosa y
de allí se dirigió á Toluca, cuyos habitantes pudieron
entró en su fortificado
recinto llevando dos cañones que
pudo arrebatar á los contrarios. Creció en furia desde
entonces
el combate, y no fué parte
la oscuridad á
menguarla; á las once de la noche Porlier incendió las
principales casas del pueblo situadas
en la plaza, y
ver entrar á su división en completa derrota, sin a r t i llería y conduciendo gran número de heridos.
Morelos, después
de esta victoria
y dejando
Tenancingo al coronel M a r í n , salió rumbo á la
en
Tierra
Caliente;
pasó por Cuernavaca, recogiendo abundantes
considerando imposible continuar la defensa, abandonó á
elementos
en las ricas haciendas
Tenancingo con los restos de su división,
dejando en
nombre, y el 9 de febrero entró en Cuantía de Amilpas
poder de los independientes toda la artillería, el cadáver
seguido de tres m i l hombres y de sus valientes compa-
del valle
de
este
278
MÉXICO
Á TRAVÉS
D E L O S SIGLOS
ñeros los Bravos, Matamoros y Galeana. E r a su intento,
dicho m á s arriba. E l obispo electo de Michoacán, don
según
Manuel Abad y Queipo, apoyaba las razones de Calleja
lo manifestaba
en carta
dirigida
á
Rayón ^,
marchar hacia Puebla y atacarla, prometiéndose entrar
representando al virey la ruina indefectible á que queda-
sin dificultad en la segunda ciudad del vireinato.
rían expuestas las provincias de su obispado separándose
L a derrota de Porlier consternó á los realistas de
de ellas el ejército del Centro.
la capital y obligó á Venegas á dirigir toda su atención
Insistió Venegas en ordenar el movimiento que tenía
hacia el más capaz y valiente de todos los campeones
dispuesto, y Calleja púsose al fin en marcha saliendo de
que habían alzado basta entonces la bandera de la revo-
Maravatío el 23 de enero, pero tres días d e s p u é s , y
del gobierno
desde Ixtlabuaea, presentó su renuncia, que le fué acep-
colonial y nada apareció en sus columnas referente á los
tada inmediatamente, nombrando el virey en su lugar al
desastres de Porlier en Tecualoya y Tenancingo; b i c i é -
brigadier don Santiago I r i s a r r i , militar que era entera-
ronse rogativas en los templos por la derrota de los
mente desconocido en el ejército, y en el que produjo un
lución.
Enmudeció la antes parlera Gaceta
insurgentes, y el virey resolvió desplegar todos los recur-
descontento unánime.
sos de que podía disponer para lograr el exterminio del
necesidad y escribió á Calleja exhortándole á que retirara
su renuncia, conjurándole para ello en nombre de los
cuerpo de ejército mandado por Morelos.
Vinieron por este tiempo á aumentar el número de
las tropas realistas
Lovera,
los batallones de Asturias
y de
que procedentes de E s p a ñ a , desembarcaron en
Veracruz, respectivamente, el 14 y 16 de enero, siendo
más caros intereses de la patria, aunque terminaba con
decirle, que si no se consideraba capaz de soportar las
fatigas de la c a m p a ñ a ,
se lo comunicase sin pérdida
de tiempo para tomar la correspondiente providencia
recibidos con las mayores muestras de regocijo por los
realistas de ese puerto.
Cedió Venegas ante la ley de la
Calleja contestó desde Toluca en los siguientes t é r -
Explican la venida de esos
minos, que revelan con bastante claridad las diferencias
batallones, precisamente cuando la metrópoli luchaba con
que se habían suscitado desde tiempo atrás entre los dos
mayor ardimiento contra la invasión francesa,
personajes más importantes del partido español:
las r e i t e -
radas peticiones que el consulado y los particulares
dirigian á la Regencia en solicitud de soldados españoles
que reemplazasen á los mexicanos, de quienes se temía
que tarde ó temprano se unieran á sus compatriotas.
A los batallones que acabamos de nombrar siguió poco
después el primero del regimiento de infantería de
rica,
Amé-
que llegó á Veracruz el 20 de enero á bordo del
navio Asia,
trayendo á su cabeza al brigadier don Juan
J o s é de Olazabal, y en el mismo buque vino el mariscal
de campo conde de Castro T e r r e ñ o . Todas estas tropas se
pusieron desde luego en marcba hacia la capital descansando algunos días en Jalapa y Puebla.
Venegas, armándose de energía en vista de la situación angustiada que habían producido los sucesos militares
en el sur de las intendencias de México y Puebla, dió
órdenes reiteradas á Calleja, que se bailaba en Maravatío
al frente de la división que había vencido en Zitácuaro,
para que avanzase hacia Toluca y marchase al encuentro
de Morelos. Pero Calleja manifestó al virey que la distancia de setenta leguas que le era preciso recorrer, para
bailarse frente á frente deb nuevo y terrible enemigo que
se presentaba,
destruiría
seguramente
su cuerpo
de
ejército, bastante fatigado ya por la ruda campaña que
acababa de acometer. Encarecíale la necesidad de acudir
con él á la persecución de las numerosas partidas que
henchían el Bajío,
y terminaba proponiéndole que para
combatir á Morelos se formase otro ejército de las tropas
situadas
en México, Puebla y Toluca y de las
que
próximamente llegarían de E s p a ñ a 2 , y que en efecto
desembarcaron por esos días en Veracruz, como hemos
^ A L A M Á N . — Historia de México,
tomo I I , p á g . 468,
^ B U S T A M A N T E . — Campañas
de Calleja, p á g . 165.
« E x c e l e n t í s i m o Señor.—Me ha sorprendido la copia
de la r e p r e s e n t a c i ó n de los jefes de este ejército, adjunta
al superior oficio de V. E. de ayer á las once de la mañ a n a , en la que, entre otros, dan por origen de las
enfermedades que sufro, la sensación que pueden haber
hecho en m i e s p í r i t u murmuraciones y hablillas despreciable.s, á las que soy tan superior, que miro con l á s t i m a
al débil que, no encontrando el camino del honor y de
la gloria, entra por las sendas tenebrosas de la negra
calumnia.
- »Este ejército, restaurador del r e i n o , vencedor en
cuatro acciones generales y treinta y cinco parciales,
está m u y á cubierto de toda m u r m u r a c i ó n racional y yo
muy t r a n q u i l o sobre este punto.
»Yo he hecho por m i patria cuantos sacrificios ella
tiene derecho á e x i g i r de m í , sin p r e t e n s i ó n n i aun á
que se conozcan : y si ahora hablo de ellos, es porque la
necesidad de desvanecer hasta el m á s leve indicio de
que los economizo por resentimientos, me obliga á ello.
«Yo he sido el ú n i c o jefe en el reino que ha levantado y conservado tropas, a r r a n c á n d o l a s del seno mismo
de la i n s u r r e c c i ó n , y este propio ejército, cuyo mando
me hizo V . E. el honor de confiarme, se compone de
ellas en su mayor parte. A b a n d o n é mis intereses que
hubiera podido salvar como otros, y que fueron presa
del e n e m i g o : dejé m i familia en la ciudad de m i residencia, para alejar de sus habitantes la sospecha de que
t e m í a se perdiese: la expuse al mayor riesgo, y con
efecto, perseguida por los montes, cayó en sus manos, y
por miras interesadas me la volvieron escoltada por sus
tropas, con la propuesta de que si yo dejaba las armas
de la mano, me d e v o l v e r í a n mis intereses, me asignar í a n una buena hacienda, me s e ñ a l a r í a n veinte m i l
pesos de renta anual y me a c o r d a r í a n la g r a d u a c i ó n de
general americano.
»Soy t a m b i é n el ú n i c o jefe que ha batido y desbaratado las grandes masas de los rebeldes, y soy, í i n a l '
B U S T A M A N T E . — Campañas
Historia
de México,
de
Calleja,
pág,
167. — .ALAMXN. —
tomo I I , p á g . 473, e d i c i ó n de 1850.
MÉXICO Á TRAVÉS
mente, el ú n i c o que, d e s p u é s del ataque que p a d e c i ó m i
salud ocho d í a s antes de la batalla de Calderón, se puso
h la cabeza de sus tropas casi mortal, y ha continuado
un a ñ o á la del o j é r c u o en los mismos t é r m i n o s .
»Todo es n o t o r i o , como el sincero deseo del bien
p ú b l i c o que me ha conducido, y si los miserables restos
de salud que me quedan fuesen ú t i l e s k m i p a t r i a , no
dude V. E. un momento que los s a c r i f i c a r é ; pero ella
me ha reducido á t é r m i n o que por ahora me es absolutamente imposible continuar con un mando que tantos
o b s t á c u l o s pone á su restablecimiento. Si puesto en
sosiego, r é g i m e n y c u r a c i ó n m e t ó d i c a (lo que no es
combinable con la s i t u a c i ó n actual) restableciese m i
salud, lo m a n i f e s t a r é á V . E. sin perder instante, á fin
de que me emplee en cuanto me crea ú t i l ; por lo que
ruego á V. E. nuevamente se sirva nombrarme sucesor.
Dios, etc. Toluca, Febrero 1." de 1812, á la una y media
de la tarde
279
D E LOS SIGLOS
Creyó el virey que no le era posible dilatar por más
tiempo la concesión de gracias y ascensos que Calleja le
había pedido con insistencia, sobre todo después de la
batalla de Calderón, y poniéndose de acuerdo con é s t e ,
señaló el 9 de febrero jiara la distribución de los p r e mios que merecían los armados sostenedores de la dominación.
E n t r e g ó s e , pues, en ese dia á los jefes, oficiales
y soldados un escudo mandado acuñar con anticipación,
en que la cifra de Fernando V I I estaba sostenida por un
león y un perro, símbolos del valor y la lealtad, y en la
orla un lema que decía: Venció
y Calderón,
en Acúleo,
(ivM'iKijv.ato
siendo de oro t i escudo destinado á los
jefes, de plata el de los oficiales y de plaqué el de los
soldados.
Pero los verdaderos premios consistieron en
las promociones que fueron decretadas, concediéndose el
grado inmediato á los jefes y oficiales del ejército vete-
Quizás mediaron otras cartas entre el virey y el
rano, y en é s t e , el mismo grado á los que eran coroneles
arrogante jefe del ejército del Centro, quien acabó por
de milicias.
acceder á lo que el primero le indicaba, y al efecto
cito de Nueva E s p a ñ a , y de esta suerte, el odioso Cruz,
Extendióse esta promoción á todo el ejér-
siguió con sus tropas á la capital, llegando el 6 de
que nunca se habla distinguido n i en valor n i en espíritu
militar, pero que contaba con todo el favor del virey,
febrero.
Solemne fué el recibimiento que hallaron los soldados de Calleja en la ciudad de México, pues los españoles en ella avecindados se esforzaron en demostrar su
ardiente simpatía á los que con más éxito hablan combatido por la dominación.
E n toda la carrera compren-
dida entre el Paseo Nuevo y el Palacio se alzaron arcos
de llores, y los balcones de las casas ostentaban
colgaduras.
lujosas
A las doce de aquel día una salva de vein-
tiún cañonazos anunció la llegada de la vanguardia á las
fué ascendido á mariscal de campo, y los jefes y oficiales
de la división de Nueva Galicia recibieron también el
grado inmediato. E l padre Pringas, que acompañó constantemente á Calleja y que al empezar el ataipie dirigido
por éste contra Zitácuaro declaró haber visto en el cielo
unas palmas como nuncios de victoria, fué premiado con
el nombramiento de predicador del r e y , y se agració
con los honores de intendente de provincia á don Manuel
Velázquez de L e ó n , secretario general del vireinato h
puertas de la ciudad, donde esperaban los principales
Las promociones que acabamos de citar, extensivas
jefes de la guarnición; marchaba Calleja al frente de su
á los militares españoles que pocos meses antes hablan
ejército,
estado mayor y
llegado á la colonia, y la noticia de los altercados que
seguido de lucida escolta, y venían luego los batallones
en medio de un numeroso
ocurrieron entre el virey y Calleja, hicieron grandísimo
y escuadrones, contando los primeros dos m i l ciento cin-
daño al gobierno. Las primeras disgustaron á los ameri-
cuenta hombres y los segundos m i l ochocientos treinta y
canos que habían defendido hasta entonces con las armas
dos caballos.
E l ejército desfiló delante del Palacio, en
en la mano la causa de la dominación, pues no se les
cuyo balcón principal se hallaba el virey que saludaba y
ocultaba que tarde ó temprano se verían postergados en
aplaudía á los soldados. D e t r á s de las tropas marchaban
su carrera, y la segunda,
el parque, la artillería y las provisiones, y cerraban la
un general victorioso todo lo podía osar, y que la auto-
marcha gruesas bandas de mujeres cargadas de los des-
ridad del v i r e y , en otro tiempo tan reverenciada y tan
pojos arrancados á la vencida é incendiada Z i t á c u a r o .
temida, había venido muy á menos desde que el estado
al difundirse, demostró que
Pero las muestras de entusiasmo de los españoles se
de guerra de la colonia exigía que los jefes militares
extremaron t r a t á n d o s e de Calleja, á quien consideraban
ejerciesen un mando arbitrario en las zonas confiadas á
ya como el forzoso sucesor de Venegas y el más fuerte
su guarda, y un ascendiente personal é inevitable en los
apoyo de sus intereses egoístas y mezquinos. Hospedado
cuerpos de ejército puestos á sus órdenes.
en la casa del conde de Casa R u i festejtibanle á porfía
con banquetes espléndidos á los que concurría lo más
Reconciliados, á lo menos en la apariencia, los dos
á
granado del partido, y á la hora de los brindis se le I dirigir contra Morelos el ejército del Centro, reforzado
ensalzaba hasta las nubes y se encomiaba su mérito I con algunos de los batallones que hablan desembarcado
militar muy por encima del de los más famosos capitanes
en Veracruz hacia mediados de enero. E n una larga
de la antigüedad.
más altos personajes del gobierno, atendió Venegas
Cuando se presentaba en el teatro la
concurrencia le victoreaba entusiasmada, con gran mortificación y celos de Venegas, que era forzado testigo de
aquellas manifestaciones
consagradas á su antiguo r i v a l .
' B U S T A M A N T E . — C a m p a ñ a s de Calleja, pigs. 1 6 7 y 168. — A T A MÁN. — / / ( s í o m a de México,
lomo 1 1 , ptigs. 480 y 481. — Suplemento
á l a Gai-eta de México,
n ú m . 1 8 1 . corresiiondiente al 9 de febrero
de 1 8 1 2 .
280
MÉXICO Á T R A V É S D E L O S S I G L O S
instiTiccióii que (lió á Calleja ' , trazaba á grandes rasgos
cuando fuera destruido el cuerpo de ejército
la situación militar de la colonia: la capital misma del
diente mandado por Morelos. " E s , pues, indispensable,
vireinato rodeada de numerosas y audaces gavillas; el
decía Venegas, combinar un plan que asegure dar á este
indepen-
camino del interior interceptado por las partidas de los
corifeo y á su gavilla un golpe de escarmiento que los
Villagranes y del cura Correa; hencbidos de insurgentes
aterrorice, hasta el grado de que abandonen á su infame
el territorio de Michoacán y el rumbo de Toluca; ocupa-
caudillo, si no se logra aprehenderlo.
das por ellos la maj'or parte de la intendencia de Puebla
i:Sus principales puntos ocupados son: Izúcar, Cuan-
y la provincia de Tlaxcala; cerrado al comercio el libre
tía y Taxco, habiendo destacado en estos últimos días
tránsito de la capital al puerto de Acapulco, y en p e l i -
una vanguardia que ocupó sucesivamente
gro de que se interceptase la comunicación con el de
T o t ü l a p a , Buenavista, J u c l i í , Tlalmanalco y Chalco, la
Veracruz
cual se ha replegado posteriormente á Totolapa y Cuau-
y la opulenta provincia de Oaxaca.
Todos
estos males y peligros creía Venegas que deberían cesar
C a t e d r u l de
Desarrollaba á continuación el virey
campaña.
su plan de
Izúcar y Cuantía debían ser atacadas simultá-
los pueblos de
t l a , teniendo avanzadas en Buenavista."
TUIUÜLTUÍJO
ejército del Centro volvería á la capital para dirigirlo
al rumbo que dictasen las circunstancias.
del enemigo, encar-
Activamente se procedió á alistar la expedición, y
gándose la expedición contra la primera de estas pobla-
el 10 de febrero (1812) pudo salir de la capital una tropa
neamente para dividir las fuerzas
ciones á las tropas de la guarnición de Puebla reforzadas
de trescientos dragones destinada á reforzar la división
con el batallón de Asturias, y de la que habla de avanzar
de Puebla.
hacia Ciiautla el ejército
E l grueso del ejército del Centro se puso en
su
marcha el día 12, y siguiendo el itinerario señalado en
marcha en Chalco, Tenango, Ameca, Ozumba y A t l a -
las instrucciones de Venegas, marchó sin obstáculo hasta
tlauca.
acampar el 17 del mismo mes en la hacienda de Pasulco,
del Centro, escalonando
Como era de esperarse la derrota de los insur-
gentes y su fuga hacia el Sur, el virey terminaba sus
Puebla se destinasen
distante dos leguas de Cuantía.
de
Pero antes de continuar refiriendo las operaciones del
á la persecución, en tanto que el
ejército realista y las heroicidades que presenció Cuantía,
instrucciones con la indicación de que las tropas
debemos seguir la marcha de los sucesos ocurridos en el
• V c a ? e Apéndice,
documento n ú m . 9. ( I n s t r u c c i ó n dada por
V e n e g a s a l genera! don F é l i x M a r i a C a l l e j a ) .
resto de Nueva E s p a ñ a después de la toma de Zitácuaro.
281
MÉXICO Á T B A Y É S D E L O S S I G L O S
Hemos dicho que la Junta Suprema se refugió p r i -
la importante capital de Michoacán, hizo salir en los
meramente en Tlalchapa y luego se estableció en Sulte-
primeros días de febrero al capitán Linares con tres-
pec, permaneciendo
en este último lugar los vocales
cientos hombres y tres piezas ligeras en busca de Albino,
Liceaga y Berdusco, pues don Ignacio López R a y ó n , al
á quien encontró situado en las alturas del pueblo de
frente de algunas tropas que pudo organizar, se había
T a r í m b a r o , con una multitud á caballo que el capitán
dirigido al rumbo de Toluca. A l lado de los primeros
realista afirmó en su parte exceder de cuatro rail hombres.
comenzó á distinguirse en aquella época don Manuel de
Esta poderosa masa de caballería se echó
Mier y T e r á n , oriundo de Tepeji del Río y que había
mente sobre la corta fuerza de los realistas, quienes logra-
terminado sus estudios en el colegio de Minería.
ron desordenarla á cañonazos y quitarle seis piezas y más
Este
impetuosa-
distinguido joven abrazó con ardor la causa de la inde-
de seiscientos caballos, que fueron llevados en triunfo á
pendencia, y llegó á ser una de las glorias más puras de
Valladolid.
la revolución.
Entretanto, M u ñ i z , que ignoraba el desastre
Acogido con entusiasmo por los indepen-
de Albino, se presentaba en las lomas de Santa Maria el
dientes, recibió el grado de coronel, y desde luego se
día convenido esperando verle llegar de nn momento á
dedicó á fundir artillería estableciendo una maestranza y
otro.
todos los talleres necesarios en el mineral de Sultepec,
pués de un corto aunque empeñado combate, logró derro-
en tanto que el doctor Cos, desde la misma población,
tarle, quitándole diez piezas de artillería y tomándole
escribía y propagaba en las hojas del Ilustrador
grande número de prisioneros.
ricano
Ame-
las doctrinas en que apoyaban su heroico levan-
T r u j i l l o , unido á Linares, salió á atacarle, y des-
Pero el indomable Albino G a r c í a , que á
semejanza
tamiento á mano armada los defensores de la indepen-
del fabuloso Anteo diriase que cobraba mayores
dencia.
de cada desastre, volvió á su predilecta comarca del
A l retirarse de los Llanos
de Apám
la división de
fuerzas
Valle de Santiago, donde reunió fácilmente á sus disper-
Soto-Maceda, á quien hemos visto sucumbir en el ataque
sos soldados,
de Izúcar, hacia los últimos días de 1 8 1 1 , quedó aquella
E s c a n d ó n , los González, Salmerón, Camacho y el negro
vasta
región
desguarnecida
casi por completo, y en
Valero.
y se j u n t ó á poco con las partidas de
E l brigadier García Conde (que habla obtenido
consecuencia no tardaron en recorrerla numerosas par-
tal grado en virtud de la promoción general acordada por
tidas que extendían sus empresas hasta los confines de
el virey) se dirigió en busca de esas guerrillas, entrando
Texcoco, hacia el poniente, y las cercanías de T u l a n -
sin resistencia en el mismo Valle el dia 15 de febrero,
cingo por el rumbo del noroeste. A mediados de febrero,
pues los insurgentes
varias guerrillas al mando de Osorno, Olvera, Anaya y
García Conde hubo de retroceder hasta Celaya, su cuar-
otros jefes de menor importancia intentaron un ataque
tel general, para acudir desde allí á los puntos que sus
á Tulancingo, defendido á la sazón por poco m á s de cien
veloces enemigos amagasen.
se retiraron anticipadamente, y
hombres á las órdenes del capitán don Francisco de las
No lo dejaron quieto mucho tiempo, nuevas g u e r r i -
Piedras, quien ya había dado muestras de su esfuerzo en
llas organizadas por el teniente general Reyes, el padre
el combate que sostuvo en Mextitlán el 25 de octubre del
Pedresa y otros, y que fuertes de cuatro mil hombres,
año anterior.
Rudo fué el choque que hubo de sostener
seis cañones y abundante provisión de armas de fuego
esta vez, pues que los guerrilleros tenían prometido a
se habían adueñado de San Miguel el Grande, fortificán-
sus soldados el saqueo de aquella villa fioreciente; pero
dose en el cerro de la Cruz.
la muerte de Olvera los desconcertó por completo, y se
contra al capitán Guizarnótegui
retiraron después de un combate obstinado que ocasionó
en tanto que el jefe realista de Querétaro García Rebollo
pérdidas considerables á defensores y asaltantes.
García Conde envió en su
con dos
escuadrones,
destacaba en la misma dirección al comandante don I l d e -
L a división de García Conde, destacada del ejército
fonso de la Torre con dos batallones, combinando sus
del Centro cuando Calleja desocupó la villa de Zitácuaro,
movimientos, de suerte que ambas fuerzas se hallasen
sostuvo desde mediados de enero una fatigosa campaña
frente al enemigo en l a madrugada del 26 de febrero.
en las llanuras del Bajío,
donde tuvo que habérselas
Guanajuato ^ y después de haber asolado las
Así lo hicieron, y juntas comenzaron el ataque, desalo-
de
jando á los independientes del cerro de la Cruz, c a u s á n -
comarcas
doles una gran pérdida y quitándoles toda la artillería.
con el renombrado Albino G a r c í a , quien, rechazado
de Dolores y San Felipe, atacó sin é x i t o , pero con su
Entraron los vencedores en la villa de San Miguel, donde
brío de siempre, á la importante población de Irapuato.
ordenaron varios fusilamientos, y dejaron expedito el
Por un momento abandonó el infatigable guerrillero la
camino que debía recorrer un convoy destinado á San
intendencia de Gnanajnato, entrando en la de Michoacán
Luis Potosí y que se hallaba detenido en Querétaro.
para concurrir al ataque de Valladolid, proyectado por
Muñiz y Navarrete.
Pero con el propósito de impedir la
En la zona que cae hacia el norte de la Sierra de
Gnanajnato y en la que se extienden las llanuras de
reunión de las guerrillas independientes, don Torcnato
Dolores y las tierras de San L u i s , menudeaban los com-
Trujillo, que, como recordará el lector, mandaba en jefe
bates de guerrillas con motivo del frecuente tránsito que
' C a p I t u l o X V I , lib. I .
por ella hacían los convoyes que iban y venían entre
282
MÉXICO Á THAVÉS D E L O S S I G L O S
San Luis y Querétaro.
Reñido fué el que se empeñó
rar sus tropas todas al interior del edificio; pero haciendo
el 4 de febrero en el santuario de Atotonilco, pues los
luego una salida vigorosa, logró desbaratar
insurgentes asaltaron un cargamento de quinientas barras
dores,
de plata procedentes de Zacatecas.
Salvólo, empero, el
haciéndoles cuarenta prisioneros, que mandó fusilar eu
tomándoles
los
tres
cañones
á los sitia-
que llevaban y
comandante don Ildefonso de la Torre, que avanzó hasta
el acto, así como al gobernador y alcalde de los indios
aquel punto á recibirlo, y que en su parte oficial consignó
del pueblo que habían intentado unirse con los asaltan-
haber visto en el cielo, momentos antes de principiar la
tes.
acción, uña palma refulgente como promesa segura de
migo, á quien dió alcance en el pueblo de Teposcolula;
victoria ^
También Calleja, un mes antes y próximo á
mandaba á los insurgentes el comandante don Nicolás
dar la señal de ataque contra Z i t á c u a r o , creyó ver en el
Bubadilla, y por algún tiempo se mantuvieron firmes en
Régules salió al mes siguiente en busca del ene-
cielo una nube en forma de palma, y asi lo manifestó
sus posiciones, pero arrollados después de dos horas de
á los oficiales y soldados que se hallaban á su lado, los
nutrido fuego dejaron en poder de Régules una culebrina
cuales difundieron
y un cañón colocados en la altura que les había servido
la voz en todo el ejército.
De la
superchería de Calleja hizo un milagro el padre
Díaz
de defensa,
considerable acopio de semillas y muchos
Calvillo, de la Profesa de México, quien lo atribuyó á la
prisioneros, que fueron fusilados inmediatamente, según
Virgen de los Remedios, protectora de los realistas, y
la terrible costumbre de la época L
escribió con este motivo un libro que fué mordazmente
criticado por los partidarios de la independencia.
A l principiar el año alteróse nuevamente la Nueva
Galicia, dando motivo á que desplegasen su crueldad de
E n la provincia de Oaxaca las crueldades y rigores
siempre Cruz, Negrete, Pastor y tantos otros que deja-
que descargaron sobre los indígenas de Jamiltepec en
ron escritos con sangre sus terribles nombres en los
noviembre del año anterior, los jefes realistas Ortiz de
anales de la independencia.
Zarate y Caldelas
mantuvieron sujetos por algún tiempo
la actividad que lo distinguía entre todos, se dedicó á
á los pueblos de la Costa Chica; pero en el mismo mes
perseguir las partidas de independientes que aparecieron
E l segundo de aquéllos, con
hizo su aparición en la provincia don Valerio Trujano,
á la sazón en los confines de Nueva Galicia y Michoacán,
destacado por Morelos para propagar la revolución en
logrando destrozar una de ellas en las cercanías
toda la Mixteca,
que es la zona comprendida entre
Jiquilpán el 11 de enero.
Oaxaca y Puebla.
Silacayoapam fué tomada fácilmente
decía Negrete al sanguinario Cruz:
por el valiente Trujano, como hemos visto en su lugar,
de
A l terminar el parte oficial,
"Me dice V . E. en
su carta que tiene en consideración la continua fatiga
y por momentos cundió el levantamiento en los pueblos
de esta división, tanto más incómoda cuanto
de aquella áspera sierra. E l comandante de la brigada- de
huyen los enemigos de ella.
Oaxaca, don Bernardo Bonavia, levantó á gran prisa
última circunstancia la hace sensible, pero estos soldados
siempre
No hay duda que esta
algunas tropas destinadas á combatir la independencia
son valientes á infatigables: en cuanto logran limpiar la
por aquel rumbo, poniéndolas á las órdenes del español
tierra de algunos de los muchos monstruos
don
Nocliistlán,
ya están descansados: es bien patente cuan dignos son
quien, ajeno hasta entonces á la carrera de las armas,
de la consideración y recompensa de la patria, en medio
José
Régules Villasante, vecino de
se distinguía
por su actividad y decisión á la causa
realista.
don Juan
de la Vega, levantaron tropas
en
sus
haciendas y se pusieron de acuerdo para combatir á los
independientes.
Estos,
al principiar el mes de enero
(1812), considerándose bastante fuertes para tomar la
ofensiva, avanzaron basta Y a n h u i t l á n , pueblo rico de
la Mixteca,
de que no "se han' individualizado sus grandes servicios."
A s í , habíase adoptado por casi todos los jefes realistas
Varios propietarios, entre ellos don Gabriel Esperón
y
que la asolan
cuya iglesia parroquial, que fué en sus
el piincipio de que los partidarios de la independencia
debían estar fuera de la ley y del derecho, y que más
meritorios serían los servicios que hiciesen á la religión
y al rey, mientras mayor fuese el número de
monstruos
inmolados por sus manos.
E l coronel realista don Manuel Pastor, que dejaba
siempre á su paso un reguero de sangre, podía también
principios convento de dominicos, es un edificio capaz de
desbaratar
servir á la defensa.
E n ella se fortificó R é g u l e s , con
por medio de los jefes que le estaban subordinados, varias
en la primera quincena de enero, por sí ó
cuatrocientos infantes y cien caballos, cuidando de ence-
guerrillas de independientes en A m a t i t á n , Paso de Santa
rrar en la improvisada fortaleza viveras suficientes para
Rosa y Real de la Yesca.
el caso de sostener en ella un sitio dilatado. No tardaron
alcanzó en las lomas de Tepetilti una victoria completa,
en presentarse los insurgentes en número de tres m i l
desalojando
hombres con tres c a ñ o n e s , tomando á los realistas Una
algunos centenares de hombres, muertos en el campo,
avanzada de veinticinco soldados, lo que le obligó á reti-
entre ellos el general don Tomás Rodríguez, cien fusiles,
una
gruesa
Otro de sus
tropa insurgente
destacamentos
que
perdió
cuatro cañones y doscientos caballos.
' Parte de T o r r e publicado en Ja Gaceta
10 de marzo de 1812.
> Capitulo X V i , lib. I .
correspondiente ai
* B U S T A M A N T E . — Cuadro
de 1849.
histórico,
tomo I , p á g , 381, e d i c i ó n
283
MÉXICO i T B A V É S D E L O S S I G L O S
Agitábase t a m b i é n , á principios de 1812, la p r o -
noticia de que toda la zona que circunda á Veracruz
vincia de Veracruz, que antes había permanecido t r a n -
estaba cubierta de partidas armadas.
quila, y no porque faltase á sus hijos el noble sentimiento
pués apareció entre éstas y alcanzó sobre ellas decisiva
del patriotismo, sino con motivo de la distancia que les
autoridad, un hombre que llegó á ser muy notable en la
separaba de la zona que vió nacer, propagarse y engran-
historia de la independencia; llamábase don F é l i x
decerse el levantamiento por la independencia.
Además,
n á n d e z , era oriundo de la apartada Sonora, y cuando se
la ciudad de Veracruz, bajo la dominación española, era
presentó á tomar partido por la revolución acababa de
el único puerto del Seno Mexicano habilitado para el
hacer sus estudios de jurisprudencia en el colegio de San
comercio con la metrópoli,
Ildefonso de México.
con exclusión
del de los
Pocos meses des-
Fer-
Sin que se sepa el momento p r e -
demás países de Europa y América; t a l condición hacia
ciso, ni el motivo que á ello lo obligó, este defensor
que la mayor parte de sus habitantes se formase de
ilustre de la independencia trocó luego su nombre por el
españoles ricos y adictos á la península, tanto por patrio-
de Guadalupe Victoria.
tismo como por las cuantiosas ventajas que les producía
En el mes de enero ( 1 8 1 2 ) la provincia entera, con
el monopolio y el sistema prohibitivo. Es verdad que los
excepción
hijos de la costa, en el resto de la provincia, eran parti-
sublevada, y las masas armadas
darios de la revolución, pues descendientes en su gran
emancipación recorrían las llanuras de la costa y las
mayoría
pendientes que conducen á la Mesa Central, amagando
de los antiguos esclavos
allí
transportados,
de sus
poblaciones principales, se hallaba
que proclamaban la
sentían arder en su sangre la sed de venganza que se
constantemente á Drizaba, Córdoba y Jalapa.
legan unas á otras las generaciones oprimidas; también
esta última y hacia el noreste, se halla el pueblo de
Cerca de
simpatizaban con la insurrección no pocos de los habi-
Naolinco, situado en una meseta que defienden escar-
tantes de las tres grandes villas de la provincia, Jalapa,
padas laderas por los rumbos del sur y del oriente.
Drizaba y Córdoba; pero los elementos
poderosísimos
Instalóse en él una junta revolucionaria que mantenía
que abrigaba el puerto, contrarios todos á la indepen-
activas relaciones con los partidarios de la emancipación
dencia, bastaron para refrenar por largo tiempo al resto
residentes en Jalapa, los cuales la instruían de todos los
de la provincia ^
movimientos
de
las tropas realistas proveyéndola
de
Gobernábala el general don Carlos de Urrutia, mexi-
abundantes recursos de todo g é n e r o . L a Junta se dedicó
cano de nacimiento, militar instruido y hombre de afables
á organizar partidas que en breve se extendieron hasta
maneras; pero la principal autoridad residía en el Con-
Tepeyahualco, de la intendencia de Puebla, por el rumbo
sulado y en los ricos comerciantes españoles que compo-
del poniente, y hasta
nían el ayuntamiento del puerto, regulando á su antojo la
dirección opuesta, y frecuentemente enviaba á las gote-
marcha de la administración pública, de tal suerte, que el
ras de Jalapa jefes osados que amagaban esta villa y
gobierno político de la provincia pudiera decirse dirigido
forzaban á su guarnición á permanecer dia y noche tras
las orillas de Veracruz, por la
por don Pedro Telmo de Landero, entusiasta partidario
de los fuertes parapetos que construyó su comandante en
de la dominación y teniente letrado de la intendencia.
las principales avenidas.
A pesar de tantos elementos y tan poderosos, que
Con la toma de Z i t á c u a r o , que dió tan rudo golpe
hablan logrado conservar sujeta aquella importantísima
al prestigio de K a y ó n , parecía inaugurarse favorable á
comarca de Nueva E s p a ñ a ,
las armas españolas el año de 1812. Asi lo celebraron
alentaban
en el puerto
mismo algunos partidarios de la independencia, d i s t i n -
en todos los tonos los periódicos de México y los docu-
guiéndose
don J o s é
mentos oficiales de la época, prometiéndose anunciar en
Mariano de Almar.za y don Juan Bautista Lobo, los tres
breve la completa pacificación de la colonia. Sin embargo,
mexicanos de nacimiento, pero respetados por los espa-
en este mismo año fué en el que los jefes de la indepen-
entre ellos don Tomás M u r p h y ,
ñoles m á s adictos á la causa de la madre patria, y no
dencia desplegaron una resistencia más ordenada y efec-
obstante este prestigio de que gozaban, viéronse o b l i -
t i v a , y en el que las grandes masas de la tropa española
gados á disimular sus sentimientos entre hombres que
y los renombrados generales que las mandaban sufrieron
no se los hubieran perdonado.
en paz la
repetidos desastres, que no es justo achacar á casuali-
provincia hasta marzo de 1 8 1 1 , en que los habitantes
dades de posición y á superioridad numérica, sino á bien
Mantúvose
de las costas vecinas al puerto dieron señales de agita-
dirigidas maniobras apoyadas en la firmeza de propósito
ción, impidiendo la entrada
ordinaria de los víveres;
y de c a r á c t e r , lo cual no había distinguido la acción de
alarmáronse las autoridades y habitantes de Veracruz, y
los primeros caudillos. Acabamos de ver en el resumen
las primeras hicieron salir al coronel don J o s é Antonio
precedente que la revolución, lejos de amenguarse con
de la P e ñ a á la cabeza de una fuerza expedicionaria, la
el golpe que recibió en Z i t á c u a r o , renacía poderosa en
que, después de sostener varios choques con las g u e r r i -
varias provincias, y en otras aparecía formidable, preci-
llas de los costeños, regresó á la ciudad llevando la
samente en los dos primeros meses de 1812. L a toma
de la residencia de la Junta no r e a l i z ó , pues, los pro-
' J . M . L . M O R A . — México
nas 258 y 259.
¡j sus revoluciones,
tomo I V ,
pági-
nósticos de los dominadores.
284
MÉXICO Á TKAVÉS D E L O S S I G L O S
Para compensar
el descalabro
de R a y ó n , que más
daño hizo á la reputación militar de este constante pro-
que siempre había tenido la victoria á sus órdenes.
Del
éxito de esta campaña creyeron unos y otros, indepen-
pugnador de la independencia que á la causa misma, alzá-
dientes y realistas, que iba á depender la suerte de la
base Morelos no lejos de la capital del vireinato con
revolución, pues vencedor
todo el prestigio de sus recientes y notables victorias.
que pudiera contrastarlo
A fuerza de brillantes hechos de armas llamaba ya de
triunfante Morelos, creían que no t a r d a r í a en amenazar
preferencia
á la capital de Nueva E s p a ñ a , la que verla entrar luego
la atención
del gobierno vireinal,
y éste
lanzaba á su encuentro sus mejores tropas y al general
Calleja, nada se
en
lo futuro,
concebía
en tanto que
en su recinto á las tropas victoriosas del Sur.
Descargar