JUICIO ÉTICO Y POPULAR A LAS TRANSNACIONALES AUDIENCIA REGIONAL NOROESTE LEDESMA CAPOMA, Centro de Acción Popular Olga Márquez de Arédez La empresa Ledesma SAAI es un conglomerado agroindustrial con vocación monopólica y de raíces nacionales, vinculada a los centros de poder político-económicos. Desde ese origen, forjó una larga tradición e influencia que incluye conspiración para concretar golpes de estado e incidir en mecanismos y estructura legal y económica, para beneficiar sus intereses, explotando a la población del NOA. Como veremos en el desarrollo del alegato, una larga historia de posicionamiento en la economía nacional, que convirtió a Ledesma SAAI en el ingenio azucarero líder de la Argentina y el más grande de Latinoamérica, con ramificaciones productivas diversas; que se originó en una cadena de acciones poco éticas, poniendo el acrecentamiento de la riqueza material por encima de todo. Poblaciones La población del llamado ramal jujeño tiene proveniencia de la nación guaraní y de la zona andina con el pueblo kolla. Éste último, en el siglo XX, se instaló en gran cantidad en los valles, al trabajar como mano de obra contratada en los campos de caña del Ingenio Ledesma. Un fuerte mestizaje con el colonizador español originó al criollo, con una historia de lucha en la guerra de Independencia contra España en el siglo XIX, que marcó la cultura regional hasta nuestros días. Esa cultura tiene una impronta honda desde el entorno natural que se refleja en sus canciones, leyendas, comidas, obtención de recursos y costumbres como la caza y pesca que aportan al modo de vida cotidiano e impregnó a inmigrantes de Siria y Líbano, India y europeos que a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, se instalaron con la industria de la caña. Hoy las comunidades guaraníes están urbanizadas y hacinadas en los barrios periféricos mayormente, con su territorio de antaño ocupado por los cañaverales, pero un sustrato de conciencia, que aflora sobre todo en sus festejos tradicionales del Arete Guazú o Carnaval guaraní, los devuelve a esa proveniencia de su origen y el derecho a la tierra que habitaron sus ancestros. El departamento de Ledesma, según datos del censo 2010, tiene 81.790 habitantes. Presentaba, según datos del INDEC de 2001, un 30,1% de la población con necesidades básicas insatisfechas (NBI). La tasa de mortalidad infantil llegaba al 30,6%, según datos del Ministerio de Salud de la Nación de 2002. El principal medio de vida es el Ingenio Ledesma, que no satisface la alta demanda laboral, por lo que es una zona expulsora de jóvenes que se dedican a la economía informal, empleos municipales y alta proporción de planes de asistencia social en el Municipio y organizaciones sociales de desocupados. Condiciones climáticas y ecológicas. Biodiversidad El ambiente natural dominante de la región es la Selva de Yungas o Selva de Montaña Andina; expandiéndose los monocultivos de caña de azúcar en el amplio valle plano del río San Francisco, flanqueado por los macizos serranos de Santa Bárbara al este y el de Calilegua al Oeste. Las abundantes lluvias estivales y un clima subtropical con inviernos suaves, alimentan una exuberante vegetación donde habitan especies endémicas de fauna y flora, que más al sur ya no se encuentran. Es así como la Selva de Yungas comparte con la Selva Misionera o Paranaense, la biodiversidad más alta de la Argentina. Son fuente invaluable de futuros aprovechamientos aún no descubiertos, como tesoro genético, con abundantes especies silvestres parientes de cultivos alimenticios, medicinales, industriales, etc. que preservan resistencia ante cambios climáticos; cuestión de importancia estratégica, ante el futuro incierto de desequilibrio del clima global que estamos viviendo. Una abundante red fluvial hacen de éste, un entorno favorable para la caña de azúcar al disponer de riego en la época seca del invierno. Perfil corporativo. Origen. Tipo de explotación y condiciones legales, políticas y culturales. Características tecnológicas y económicas generales En este espacio se asientan desde 1830 los primeros trapiches azucareros con las familias salteñas Ovejero y Zerda. La llegada del ferrocarril en 1905, junto a las inversiones y la tecnificación que implementaron los nuevos dueños Enrique Wollmann y Delcasse, marcan la expansión y la raíz industrial del emporio Ledesma. Los campos de caña eran trabajados por contingentes de familias tobas y wichis (que se sumaron a las comunidades guaraníes, pobladores antiguos de la región y ya disciplinados forzosamente desde la colonización española, que lucharon contra la misma en la guerra de independencia) traídos a la fuerza desde la llanura chaqueña en el norte de Salta, Formosa y Chaco, por el ejército que encaró una segunda etapa de invasión y masacre a partir de 1884 en la región chaqueña, luego de la llamada “Conquista del desierto”. Así las fuerzas militares se pusieron al servicio de la industria azucarera, que despegaba en el norte argentino. En 1930 Herminio Arrieta se hace cargo de la empresa al casarse con Paulette Wollmann, hija de Enrique, y a su vez la hija de ambos, Nelly Arrieta, contrae matrimonio con Pedro Blaquier en 1950 y éste último entra a trabajar en altos cargos en la empresa en ese año, llegando a Presidente y cabeza máxima en 1970. Los ingenios azucareros de Jujuy y Salta a principios de siglo XX operaron desde la concentración de tierras y su influencia directa en la política nacional, que favoreció el crecimiento de la industria del azúcar en esas provincias. Robustiano Patrón Costas en Salta (senador nacional por esa provincia entre 1934 y 1943 y con intentos por llegar a la presidencia, hoy es recordado amargamente por el pueblo kolla: invadido su territorio y explotado como mano de obra forzada en los cañaverales de San Martín del Tabacal por esta familia terrateniente) y Herminio Arrieta en Jujuy entrelazaban su actividad política con la empresarial del azúcar, manteniendo presencia continua en las altas esferas del poder político provincial y nacional. El efecto combinado de las inversiones y el apoyo desde el estado para que la producción azucarera dé un salto de lo artesanal a lo industrial, se logró canalizando la explotación abusiva de los contingentes de pueblos originarios del chaco y la región andina, con protección y leyes del estado nacional que sostuvieron la trama agroazucarera, fijando cupos de producción, beneficios impositivos y armazón legal. Ese origen y procedencia aceitaron lazos e imbricaciones muy cercanas en los pasillos del poder, que permanentemente gestionaron beneficios a nivel gobierno para apuntalar la industria del azúcar. A la misma siempre se la promovió como motor de la economía provincial y fuente de progreso y dinamismo en su región de influencia. Esta cercanía e influencia en la vida y la política nacional de los ingenios de Salta y Jujuy y en particular Ledesma SAAI, tuvo una presencia y crecimiento sostenido en el siglo XX. Los testimonios de principios de siglo recogidos por Bialet Massé en 1904 y el informe Niklison en 1917, registraron el grado de cuasi esclavitud de las familias indígenas traídas caminando desde el norte de Salta y Formosa, hasta el ferrocarril en Pichanal-Salta; de allí las derivaban a los Ingenios El Tabacal en Salta y Ledesma en Jujuy. El nivel de explotación de los trabajadores incluía a los niños que trabajaban en la zafra. Las enfermedades y muertes que ocasionaban las duras jornadas de campo, llevó a que tempranamente, en 1916, se produjera la primera huelga, que fue duramente reprimida por las fuerzas de seguridad al servicio de la empresa. Esto marcaría la tónica de control social férreo que el Ingenio continuó en el tiempo para garantizar sus condiciones de producción y crecimiento, a costa de sus empleados. En 1946 y 1949 se produjeron nuevas huelgas, con la apertura del gobierno peronista en promulgar leyes laborales que contemplaran derechos postergados. Estas huelgas se produjeron en medio de tensión y violencia, que produjeron muertos y heridos, siempre del lado obrero. Las condiciones precarias de trabajo que mantenía la empresa fueron unas de las bases principales de la acumulación de capital sobre las que crecieron estos ingenios azucareros. Así, ya transitando las décadas de los 60 y 70, grupos de trabajadores se organizan clandestinamente en el sindicato azucarero para luchar por sus derechos en una relación de tensión y persecución patronal, pero ganando espacio y apoyo entre los trabajadores que se afirman ante la empresa. Esto se dio en un marco de reorientación productiva en los 60 de Ledesma SAAI, que dio un salto en diversificación y crecimiento industrial, que lo convertirían en uno de los más grandes emporios azucareros nacionales (destruyendo la columna económica de Tucumán a fines de los 60 como veremos más adelante) y de Latinoamérica. Estrategias empresariales El PEN (Poder Ejecutivo Nacional), en el decreto número 1.145 del 13 de febrero de 1963, declaró al Ingenio Ledesma como “empresa de interés nacional”, beneficiándolo con exenciones impositivas, ventajas crediticias y declarándolo zona prioritaria para las inversiones públicas nacionales por diez años. Desde comienzos de 1960, la empresa Ledesma gestionó ayudas financieras de instituciones estatales, la banca privada porteña y extranjera, por ejemplo préstamos que llegaron de Estados Unidos a largo plazo proporcionados por el banco estatal Export Import de Washington. La meta era la transformación, según el modelo de los grandes ingenios centrales cubanos de propiedad norteamericana, y así poder monopolizar un tercio o más de la producción azucarera argentina, concentrada en un bloque agroindustrial. Se instalaron trapiches con mayor capacidad de molienda, una nueva destilería, una central termoeléctrica propia y la fábrica de papel abierta en 1965 con nuevo crédito del Eximbank. Esta capacidad productiva en crecimiento y diversificación del gigante Ledesma con ArrietaBlaquier al mando, impulsó una guerra económica contra la provincia de Tucumán, en ese momento principal productora de azúcar. La trama productiva azucarera de Tucumán nucleaba miles de agricultores independientes, cerca de cien mil trabajadores de fábrica y surco, comerciantes, proveedores y más de una veintena de ingenios azucareros. En una compleja composición de familias empresarias de gran capital y cooperativas de pequeños y medianos productores cañeros e incluso algunos experimentos de accionistas obreros en los ingenios tucumanos, constituían la base económica de Tucumán distribuida en muchas manos. La pequeña provincia era un mal ejemplo para el movimiento de concentración de capital que los grupos de poder económicos nacionales y multinacionales estaban gestando en los 60. El movimiento combinado de una sobreproducción de azúcar en crecimiento de los Arrieta Blaquier, gracias a la inyección financiera y apoyo desde los círculos de poder a los mismos, y una sistemática campaña de mantener el precio del azúcar reduciendo la producción en Tucumán, limitaciones en los créditos y exigencias a corto plazo, ahogaron la situación de los ingenios tucumanos. Esta estrategia se impulsó desde la banca central y coordinada desde Buenos Aires y el gobierno nacional, que catalogaron la producción fabril azucarera tucumana de “obsoleta, ineficaz y subsidiada por fondos públicos” mientras se ocultaba el favoritismo hacia Ledesma SAAI. El CAA (Centro Azucarero Argentino) fundado en 1894 por industriales cañeros de Tucumán, concentraba a los azucareros de todo el país pero en 1956 Herminio Arrieta tomó el mando y hasta 1973 el emporio Ledesma dirigió sus riendas. Junto con el CARNA (Centro Azucarero Regional del Norte Argentino), creado a mediados de los ´50 por Herminio Arrieta y Robustiano Patrón Costas, presidido en esa época por José Alfredo Martínez de Hoz(h), amigo personal de Carlos Pedro Blaquier, y Juan Alemann (ilustres personajes nefastos para nuestro país, que se entrenaron en la destrucción de Tucumán desde ese sitio, con la puesta a punto de las políticas económicas que luego impusieron a la Argentina en la dictadura cívico-militar de 1976) se integró el ariete que con operaciones de prensa desde Buenos Aires fogonearon el asedio a Tucumán. Con el discurso de “modernizar” la producción y sanear con “eficiencia” la economía, que podían llevar a cabo, según este concepto, Ledesma SAAI e Ingenio Tabacal, con su mayor dimensión y capital concentrado, se promovió la estrategia destructiva de Tucumán. En ese marco, Ledesma SAAI fue uno de los principales grupos de presión que conspiró apoyando el golpe de estado de Onganía de 1966 e instalando el clima propicio para la aniquilación industrial cañera que este gobierno de facto impuso en Tucumán. Esto se produjo con el cierre forzado de once ingenios azucareros en 1966, que decretó la dictadura en el poder y la ocupación militarpolicial de la provincia; gestándose una gran resistencia obrera con persecución y violenta represión por las fuerzas de seguridad al servicio del capital concentrador. Con estos hechos se vertebró en Tucumán el laboratorio de lo que luego se transformaría en el futuro del país en 1976: la destrucción de la economía y producción industrial con pequeñas y medianas empresas y el cooperativismo; ídem con la capacidad y fuerza obrera organizada en defensa y promoción de sus derechos, para fortalecer al neoliberalismo del capital concentrado y monopólico. De estas maniobras emerge como gran beneficiaria Ledesma SAAI, que pasó a dominar la producción de azúcar junto con el Ingenio Tabacal de Patrón Costas en Salta. Tucumán a fines de los 60, se transformó en una fuente expulsora de población; entre 160.000 a 230.000 tucumanos abandonan la provincia según datos contrastados por los Censos nacionales de 1960 y 1970. Es un ejemplo claro y brutal de la destrucción de economías y producciones regionales, que la modalidad de megaescala en manos de corporaciones agroindustriales con gran capital, instalaron en nuestro país prefigurando el rumbo a concretar en 1976 y la década del 90. A fines de los 80 y los 90, con la flexibilización laboral instalada por Carlos Menem y su aniquilación neoliberal, se produce la mecanización intensiva de las tareas de campo, con el despido masivo de obreros que llegaron a cinco mil casos. Se genera una alta tasa de desocupación y origina la protesta que, junto con Tartagal-Salta y Cutral-Có-Neuquén, terminando los 90, da nacimiento al movimiento piquetero de trabajadores desocupados, que las políticas de sangría y crecimiento del capital acaparador y concentrador provocaron al país. En 2001, el grupo de conglomerados productivos propiedad de Ledesma SAAI, azúcar, frutas y derivados, papel, carnes entre sus distintas fábricas y procesadoras, fue uno de los núcleos que fugó capitales al exterior por 200 millones de dólares (según informe recabado por Radio Minka de Jujuy en julio de 2011). Ese camino transitado en el siglo XX, se sigue actualizando hoy, pues Ledesma SAAI ha permeado y mantiene en vigencia su influencia en el sistema político, desde el municipal hasta el nacional. Prácticamente es un poder paralelo, de peso y gravitación enorme en la pica de Jujuy, donde las políticas productivas-económicas oficiales, cuentan con su fiscalización y presión, que los tiene como actores privilegiados. La presencia continua en las expresiones del poder provincial gobernante, en las que el ingenio azucarero es el gran benefactor que mueve el motor de la producción provincial marca la relación omnipresente de empresa líder y rectora de los rumbos socioeconómicos. Ese nivel de influencia fue el que logró que la empresa ingrese con cierto privilegio en la nueva veta de mercado de producción de biocombustibles. La ley nacional de producción de biocombustibles de noviembre de 2006, aprobada con impulso de la política de estado nacional, no contemplaba a los ingenios azucareros. Eduardo Fellner, gobernador de Jujuy entre 2003-07, luego Presidente de la Cámara de diputados hasta la actualidad, gestionó en los más altos niveles nacionales, una modificación de la ley, para que los grupos más poderosos de la agroindustria azucarera puedan ingresar en esta nueva oportunidad de negocios. Ledesma SAAI en sociedad con el Ingenio El Tabacal de Salta (desde 1996, en manos de la transnacional estadounidense Seabord Corporation) entraron de la mano de Fellner como principales beneficiarios en la alianza con empresas petroleras (transnacionales que obtuvieron el botín de las privatizaciones de los 90) de cortar el 5 % de los combustibles del país con bioetanol de caña y en crecimiento a un 10 %. Para ello Ledesma SAAI recibió una exención de impuestos por 10 años, rumbo a instalar plantas productivas de bioetanol, que inauguró en octubre de 2010 con la presencia del Ministro Julio de Vido y la Ministra de industria Deborah Giorgi. La sociedad con Seabord Corporation también se refleja en repartirse la producción en el mercado nacional, dominando casi el 50%. Juntos manejan el centro de experimentación en genética de caña de azúcar Chacra Santa Rosa en Salta, donde ya tienen disponible la caña de azúcar transgénica. Otra vinculación con el modelo transnacional de concentración y producción es la sociedad que ha iniciado en 2007 con el gigante estadounidense de los agronegocios planetarios, la voraz Cargill. Se invirtieron 70 millones de pesos en instalaciones para molienda húmeda de maíz en el brazo productivo de Ledesma, con el nombre de Glucovil. Concentración y privatización de tierras Desde hace más de cien años, Ledesma SAAI tiene un avance continuo en la concentración de extensos latifundios de tierras. Sus pulidos y reforzados contactos con los poderes gobernantes provinciales y nacionales, les facilitaron la tarea en el otorgamiento de extensas tierras fiscales, ya habitadas por humildes comunidades rurales, con proyectos acordados con los gobiernos, de desarrollar esas zonas alejadas; como el caso de El Talar en los años 60, en convenios irregulares de difícil acceso público. Otras, como las de Calilegua, las fue adquiriendo a propietarios, con su poder financiero facilitado por créditos privilegiados y armazones legales ya citadas. Hoy la empresa declara 157.000 has de propiedad y ha puesto la mira en las 80.000 has de la Cooperativa obrera Ingenio La Esperanza, en tambaleante estado financiero y proceso sin definir de quiebra o licitación. La suma de dominio monopólico de las tierras, salarios insuficientes de trabajadores azucareros, falta de suficiente oferta laboral que incide en una alta desocupación y población en crecimiento, incide en la emergencia habitacional o falta de espacio para viviendas suficientes y dignas. Los casos de hasta cinco familias viviendo en un mismo terreno, se replican por los barrios de Ltdor. Gral. San Martín, que ya llega a los 65.000 habitantes urbanos. La ciudad está sitiada por un mar de cañaverales en manos de Ledesma SAAI, sin posibilidad de expandirse como no sea en las tierras dominadas por la empresa. Esta situación ha detonado las gestiones de organizaciones de desocupados como Tupac Amaru y CCC para otorgar tierras, con “donaciones” de “la Empresa” de lotes insuficientes. Así se suceden ocupaciones de tierras en los últimos años, en una relación de tensión y desalojos, negociados o forzosos, como el que terminó trágicamente con 4 muertos por represión policial el 28 de julio de 2011. El último censo de familias sin vivienda, como respuesta a los dramáticos hechos antes nombrados, que el Municipio hizo entre agosto y setiembre de 2011, lleva registradas diez mil familias y sus pedidos por terrenos. Medios de comunicación/Iglesia/Sistema Educativo Los medios de comunicación local y provinciales reproducen el discurso triunfalista de la empresa, donde la importancia principal es la de motor económico de la zona y la provincia. “Si a Ledesma le va mal, la ciudad y la gente sufren”, es un latiguillo permanente que se escucha en los medios, lo que cierra el debate ante las cuestiones del daño a la salud y el ambiente, reclamos por mejores salarios y condiciones dignas de trabajo de los empleados por el Ingenio. Esta imagen es reforzada en el apoyo directo de la empresa a distintas escuelas secundarias de la zona, como la F.A.S.T.A., Agrotécnica, Escuela Técnica de la congregación religiosa de los Maristas, afín a la ideología de los Blaquier, y sus carreras terciarias que fomentan la idea de la empresa azucarera como madre de la zona. Se aseguran así mano de obra formada para las necesidades del emporio, que exalta las virtudes del mismo, sin fomentar inconvenientes de reflexión independiente y crítica. Las consecuencias de estas formas de operar, es un imaginario social medianamente refractario a denunciar la contaminación ambiental y condiciones de trabajo insalubre o jornadas largas por salarios más bajos que en otros Ingenios, como los de Tucumán por ejemplo, y aceptar en todo caso que es el precio a pagar por tener fuentes laborales, que sigan dando trabajo a la gente. Sin embargo, va creciendo un rechazo a estas condiciones forzosas de malestar y un germen de organización que vaya por sus derechos genuinos. Violación de los derechos ancestrales de pueblos originarios En esta situación de una presencia centenaria en apropiación de la tierra ancestral, Ledesma SAAI no ha concretado ningún acto reparatorio al pueblo guaraní. La explotación laboral de décadas, en los últimos treinta años el desalojo a comunidades que habían reconstruido algunas costumbres agrarias de autosustento, mientras trabajaban y habitaban en lotes rurales en manos del ingenio, han llevado al pueblo guaraní a vivir en los barrios periféricos de la ciudad. Son comunidades urbanizadas sin territorio, pero con conciencia creciente de su expoliamiento histórico. Se puede afirmar que el artículo 75 inc. 17 de la Constitución Nacional, no tiene cumplimiento efectivo, como tampoco el Convenio Internacional 169 de la OIT, que nuestro país se comprometió a cumplir. Allí se puntualiza sobre tierras aptas y suficientes para los pueblos ancestrales que habitan un territorio. La verdad histórica existe y es un punto que tiene que desembocar en la reparación histórica, empezando por la devolución de tierras. Violaciones a los derechos humanos en el país y el exterior. Represión, criminalización y judicialización Con su origen histórico de esclavización a contingentes indígenas chaqueños, y muertes por enfermedades y agotadoras jornadas de trabajo en los cañaverales, Ledesma SAAI inaugura un camino que llega a nuestros días. Los testimonios de la familia Arédez sobre la actividad del Dr. Luis Ramón Arédez, que llega en 1959 a trabajar como médico contratado por el Ingenio, hablan de la cantidad de obreros enfermos y niños que morían por las condiciones inhumanas de trabajo y el aire contaminado por el proceso fabril del azúcar, hábitat precario y alimentación deficiente. El Dr. Arédez fue despedido por la empresa, al recetar medicinas que para los Arrieta-Blaquier eran un gasto innecesario. Luis Arédez fue conminado a irse del lugar, pero permaneció en la zona relacionándose con los trabajadores y pobladores del lugar y llegó a ser asesor médico del sindicato, cuyos primeros amagues fueron reprimidos con muertos y heridos en los años 40 por la policía privada de la Empresa. A fines de los 50 y en los 60, se organiza clandestinamente un sindicato que responda a las bases obreras y desbanque al sindicato controlado por la patronal. En un marco de alza en las luchas populares, Ledesma SAAI gestiona y obtiene que se instale en 1968 un destacamento de Gendarmería Nacional al servicio del poder empresario, el cual sigue presente actualmente. En los 70, la lucha popular se agudiza logrando controlar el sindicato y llevando a cabo huelgas históricas que conquistaron reclamos obreros. Ese núcleo gremial y personas que se interrelacionaban, tenían una actividad intensa en pos de justicia y equidad. En el período democrático de 1973, esa confluencia de voluntades logró que Luis Arédez fuera intendente de Ltdor. Gral. San Martín; fue la primera vez que los Blaquier se vieron obligados a pagar impuestos y debieron ceder tierras para un ordenamiento urbanístico con viviendas dignas, todo esto gracias a la sanción de una ordenanza que incluyó al polo industrial dentro del ejido municipal. También entre 1973-74 se hicieron ante el Ministerio de Salud de la Nación, los primeros pedidos de investigación al ingenio azucarero por contaminación ambiental y su remediación. En 1974, Arédez fue depuesto por la fuerza policial enviada por el gobierno jujeño, ya que “su accionar había perjudicado la marcha de la empresa”, según consta en las declaraciones del poder político provincial de ese momento, con la mano oculta de Blaquier atrás. En la dictadura cívicomilitar de 1976-83, la persecución registró sus hechos más trágicos, con el impulso y la complicidad de Ledesma SAAI. El Dr. Luis R. Arédez fue detenido en su domicilio por la fuerza policial en conjunto con la Empresa Ledesma que participó mandando empleados y vehículos de su propiedad, se identificó a Juan de la Cruz Kairuz, que era policía y trabajaba como entrenador del club perteneciente a Ledesma, así Arédez fue llevado en una camioneta de la empresa, el mismo 24 de marzo de 1976; fue puesto preso y liberado un año después. Durante ese periodo la familia Arédez sufrió amenazas, persecuciones, vigilancia, hasta que el Dr. Luis R. Arédez fue detenido-desaparecido el 13 de mayo de 1977. Ya en 1974-75 la triple A actuaba en la zona, persiguiendo a sindicalistas y luchadores sociales. En 1975 la policía interviene con violenta represión el sindicato azucarero y encarcela a varios militantes. Los testimonios de sobrevivientes, nos relatan sobre el hecho más saliente, que no fue el único, de la que se llamó Noche del Apagón, del 20 de julio de 1976. El suministro eléctrico del pueblo de Calilegua y la ciudad de Libertador Gral. San Martín fue cortado; la planta fabril era la única que tenía energía. En camionetas con el logo de la empresa y camiones-furgones que la misma usa para llevar empleados al campo, tropas del ejército, gendarmería, policía y capataces del ingenio, secuestraron más de 400 personas con listas proporcionadas por Ledesma SAAI, dirigidas especialmente a sindicalistas militantes, los cuales fueron llevados a comisarías y centros clandestinos como el de Guerrero en cercanías de la capital jujeña, destinado para los secuestrados de Ledesma, siendo torturados e interrogados ahí y en otros campos clandestinos de detención. Varios sobrevivientes pasaron años de cárcel legal sin prueba de delito alguno. Hay 32 detenidos-desaparecidos registrados oficialmente, de esa y varias noches donde hubo apagones; nombres como Donato Garnica, Jorge Weizs, Carlos Patrignani, Alicia Ranzoni, Víctor Zafarov, entre tantos, resuenan en el recuerdo de su lucha. Blaquier, con esa acción, se convierte en uno de los casos más claros de colaboración civil directa con el accionar represor de la dictadura del 76. El sindicato de azucareros de Ledesma fue anulado en la práctica y tuvo un breve florecer con la democracia en el 84-86; pero la empresa canalizó dispositivos de control con gente disciplinada que pasó a controlar el sindicato y nunca volvió a ser lo de antes, reproduciendo el discurso empresario mismo. La secuela más contundente del terror que se impuso a las acciones sindicales es que la sección del Sindicato de Azucareros de Calilegua desapareció en todo su accionar, al igual que muchos compañeros. El control y accionar de dominio de la empresa para con el pensamiento de los trabajadores y sus familias continuó durante todo el proceso de dictadura y en la llegada de la democracia, siguiendo con la explotación y manipulación de los sectores obreros, que son reprimidos y despedidos por el intento de algunas acciones sindicales por sus derechos, cercenando su lucha como la de los compañeros papeleros que realizaron un paro y olla popular entre 1984-85, sufriendo represalias de despido y represión policial. Así también ocurren despidos masivos en los años 1990 y 1996. En mayo de 1997 se vuelve a repetir la historia con la represión, que duró días, de Gendarmería Nacional a desocupados que cortaron la ruta y obstaculizaban la zafra azucarera. Ledesma SAAI, volvió a asistir a las tropas represoras de Gendarmería, abriendo caminos internos para su despliegue. Esa misma Gendarmería cumple actualmente funciones de policía privada, custodiando tierras de la empresa. También cuenta con un departamento de vigilancia (seguridad privada propia, dirigido por el ex teniente coronel Ferro) la cual cumple la función de seguimiento e inteligencia del comportamiento de los obreros, control de que nadie ingrese a los terrenos y cultivos en poder empresario que rodean a la ciudad, así como vigilancia de familias y la comunidad en general; esto es una prueba más del control que Ledesma ejerce en la población. La última participación del departamento de vigilancia (seguridad privada) el 28 de julio del corriente año, se pudo visualizar durante el operativo represor de la policía provincial, que actuó ante una demanda por usurpación que realizó Ledesma SAAI. El feroz desalojo del sector tomado por la organización CCC y familias de la ciudad en demanda de tierras para viviendas, mientras que la policía reprimía, se observaba la presencia de los jefes y personal de vigilancia en el lugar del conflicto, con máquinas y vehículos que son propiedad de la empresa. Las tropas policiales llevaron adelante 7 horas de represión, para poder mantener el predio vacío y de esa manera poder inundarlo con la acción de maquinaria y guía de Ledesma SAAI, según el testimonio del jefe de policía que lo declara en el canal local durante el noticiero del mismo día (que no volvió a repetirse, como es costumbre en la transmisión local). Este accionar dejó un saldo de 4 muertos y más de 50 heridos. Ledesma SAAI ha colaborado con la represión hasta en el exterior. El siniestro agente-represor Raúl Guglielminetti, declaró que Carlos Pedro Blaquier había donado 250.000 dólares para el grupo de represores argentinos que se instaló en Centroamérica. Apoyados por la CIA, la dictadura militar argentina a principios de los 80, dirigió este grupo desde Honduras impulsando a los Contras en Nicaragua e influenciando similares actividades contra las luchas populares de Centroamérica (extraído de “Historia de la destrucción de una provincia” de Roberto Pucci, ed. Del Pago Chico 2008). Violación de los derechos de la naturaleza, saqueo y destrucción de los bienes comunes Ledesma SAAI, integra desde 2005, como miembro de mayor rango, FUNDESNOA (Fundación para el Desarrollo Sustentable del Noroeste Argentino), nucleamiento de bloques empresarios de agronegocios, mineros, petroleros y financieros, que planean el reparto y ordenamiento del territorio en Salta y Jujuy, manejando la óptica ambiental con perfil empresarial de explotación a megaescala, como la única salida para el desarrollo. Fue uno de los grupos de presión más fuertes en la deformación de la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos de 2007, que transformaron en herramienta de mayor avance sobre estos ecosistemas y sus poblaciones rurales, obteniendo recursos estatales para el llamado Ordenamiento Territorial, que provocará mayor destrucción de los bosques, según se viene viabilizando. En base a ese ordenamiento, Ledesma abatió más de 5.000 has de bosque transicional entre Yungas y Chaco desde 2009, para sus proyectos productivos de biocombustibles de caña. Fue cercando así el territorio de la comunidad guaraní Jasy Endy Guazu de El Talar, que queda en un sándwich, ya que desde el este al límite con Salta, avanza la frontera de la soja. Son tierras de uso antiguo en la comunidad pero, según su testimonio, desde los años 60, el gobierno provincial otorga esas tierras fiscales a Ledesma para sus proyectos de desarrollar la zona, hoy en sus manos. Impacta así en las poblaciones rurales en la reducción de obtención de recursos, como desde los años 60 y hasta los 80 arrasó con las zonas productoras de frutales, maíz criollo, porotos, zapallos, etc. en Calilegua. Imponiendo el monocultivo de caña, acabó con una historia de producción regional que provenía de la época colonial, la que obtuvo de la tradición agraria guaraní muchas variedades alimenticias nativas que se mezclaron con lo traído por el español. Hoy quedan resabios aislados de esta agrobiodiversidad que nutría de hecho la soberanía alimentaria local. La empresa Ledesma SAAI, desde el año 2005, instaló un departamento de medio ambiente, desde el cual promueve una imagen respetuosa en sus acciones con el entorno. Hay una presencia continua en los medios provinciales y locales y eventos con participación pública, coordinados con la Secretaría Ambiental Provincial, para instalar una imagen de vanguardia en Desarrollo Sustentable y Responsabilidad Social Empresarial. El manejo de las áreas naturales en dominio de la empresa, con el nombre de Ordenamiento Territorial, es triangulado en forma cerrada entre la misma, el gobierno provincial y la organización conservacionista Fundación Proyungas. Con ese perfil, los estudios de impacto ambiental que esta ONG realiza para Ledesma SAAI, se concretan sin participación u opinión de la población u otras organizaciones sociales, autorizando desmontes que devastan sectores valiosos de alta biodiversidad cercanos a habitantes rurales. El discurso empresario blandido en todo momento es que han seguido rigurosamente normas basados en las leyes provinciales y nacionales y en el prestigio e indicaciones científicas de la ONG Fundación Proyungas. En ningún momento los estudios incluyen las consecuencias dañinas de la contaminación del aire y los ríos cuando la empresa libera desechos industriales a su cauce o los deja sin agua en la extensa red de canales de riego para sus cañaverales. Hay testimonios de pobladores asiduos a la pesca, que presenciaron la mortandad masiva de peces causada por estas acciones de la empresa. La mortandad de animales incluye a mamíferos como pecaríes, tapires, felinos (algunos en peligro de extinción), que caen por decenas en los canales de cemento descubiertos que la empresa construyó, sin ningún recaudo de los ciclos silvestres. También ocurre la incidencia de fuertes olores de impreciso origen que invaden la ciudad y llegan a afectar la garganta y vías respiratorias, pero no existen seguimientos sistemáticos de la Secretaría Ambiental de la provincia ni de Proyungas u otros, que fiscalicen estos síntomas de grave impacto al entorno. Con respecto a la contaminación del aire, la empresa dio a conocer registros de análisis realizados por el Ministerio de Bienestar Social de Jujuy, Área Epidemiología, Departamento de Vigilancia Epidemiológica, con nota fechada el 26 de abril de 2005 y firmada por el Director Provincial de Sanidad, Dr. Carlos Miguel Ripoll. En ese texto se define que entre 1999 y 2004 no se registraron casos con diagnóstico de bagazosis en los hospitales Pablo Soria y San Roque. Se agrega que en los laboratorios de dichos hospitales como en el de microbiología provincial, no se registraron aislamientos del hongo Termoactinomices sacchari, presente en el bagazo enmohecido y causante de la enfermedad pulmonar bagazosis, la cual genera crisis asmáticas y deriva en cáncer en su etapa aguda. En el mismo texto, llama la atención la frase “en la provincia esta patología no está incluida dentro de vigilancia intensificada como tampoco dentro de las enfermedades de notificación obligatoria por planilla C2”. En nota de la empresa Ledesma SAAI dirigida al Secretario Provincial de Salud, Carlos Cisneros, el 29 de marzo de 2005, adjuntan informe del Dr. Aquiles Roncoroni, especialista en neumonología, que avala el método Ritter. Éste consiste en mantener embebido en licor biológico al bagazo para evitar la proliferación de colonias de hongos actinomicetos termófilos o Thermoactinomices. Método que la empresa dice cumplir con rigor, aclarando en la nota citada “De ahí que en los cuarenta (40) años que lleva fabricando papel con bagazo, Ledesma SAAI nunca registró un caso de bagazosis”. Lo enunciado en las notas señaladas, se tambalea ante situaciones y registros no tenidos en cuenta. En la publicación Acta Bioquímica Latinoamericana, Vol. XXI no.3 1987, pág. 321, se certifica el aislamiento de varios actinomicetos termófilos en una localidad de la zona azucarera de Jujuy, siendo el más común Thermoactinomices thalpophilus. Queda asentado en la publicación: “Es evidente que la población de la localidad está expuesta a los agentes causantes de la pneumonitis por hipersensibilidad llamada bagazosis y es posible la presencia de esta patología”. Si bien se mencionan los Hospitales Pablo Soria y San Roque de la capital jujeña en la primera nota citada, no nombran hospitales de la zona de Libertador Gral. San Martín que no tienen el equipo y laboratorios para identificar la bagazosis, por lo que encaja en la declaración de la nota que la bagazosis “no está incluida dentro de una vigilancia intensificada”, existiendo certificaciones concretas de las condiciones que la generan. En el marco del juicio por amparo colectivo gestionado por CODESEDH (Comité para la Defensa de la Salud, Ética y los Derechos Humanos con sede en Buenos Aires), iniciado por Olga Márquez de Arédez y flia. (Olga fallece de cáncer pulmonar el 17 de marzo de 2005 por causa de bagazosis), se agregan más certificaciones. En el análisis microbiológico de muestras de bagazo de caña de azúcar en cercanías de la parva de bagazo al aire libre de Ledesma SAAI, entregadas por el Ing. Perito Químico Jesús Pérez el 25/4/05 al Instituto de Investigaciones para Industria Química (INIQUI) de la Universidad Nacional de Salta, CONICET, se registra, en nota No. 583 fechada el 30 de mayo de 2005, enviada por el INIQUI al CODESEDH, la presencia de Thermoactinomices sacchari en las muestras extraídas. El Ing. Jesús Pérez refiere en sus observaciones en la parva de bagazo de Ledesma SAAI, varios incumplimientos en el proceso de tratamiento aconsejado por informaciones científicas, lo que DETERMINA CONDICIONES DE CONTAMINACIÓN AMBIENTAL. Como evidencia certera, en el caso de Olga Márquez de Arédez, se diagnosticó en el Hospital Italiano de la pcia. de Córdoba y su Instituto de Fisiopatología Torácica, la existencia de bagazosis en su organismo, en un informe de análisis llevado a cabo por el Dr. Juan Carlos Muiño, fechado el 23 de junio de 2003. Las condiciones de falta de estructura sanitaria de complejidad en la zona de Ledesma, falta de seguimiento epidemiológico y precariedad económica de gran parte de la población, se combinan para que la bagazosis no se identifique y se cataloguen enfermedades respiratorias como virus desconocidos o crisis asmáticas y estados gripales de alta proporción entre los habitantes e imprecisa y vaga procedencia. Las referencias contrastadas del discurso empresario avalado por el gobierno provincial, con las pruebas recolectadas de impacto nocivo en el ambiente y la salud, indican que algo grave pasa y justifica el estudio a fondo de las causas de afectación al bienestar de la gente, superficialmente tratadas por el poder político-empresarial y la complacencia del gobierno nacional. Violación de los derechos laborales La empresa Ledesma SAAI somete a una explotación desmedida a sus empleados, esta se rige por condiciones como La Ley Agraria, aprobada en la dictadura civico- militar del 76, que desciende de las prácticas latifundistas de principios de siglo XX. Así hace una división entre su personal de campo y el de fábrica, categorizando al trabajo como de menor o mayor impotencia. Existían situaciones de precarización laboral, como días de lluvia no pagados, falta de equipamiento, falta de asistencia sanitaria en campo, sobre exigencia de trabajo en el sector de planta, aprovechando las leyes de flexibilización de los 90, que permiten que menos cantidad de personal realicen las tareas que antes se hacían con más personas, condiciones insalubres que generan enfermedades en los trabajadores que no son declaradas ni reconocidas oficialmente por la empresa. Teniendo en cuenta que es el ingenio azucarero más grande de Latinoamérica, mantuvo siempre los salarios más bajos, dentro de las tarifas pagadas en otros ingenios del país: hasta un 30 y 40% menos que los ingenios de Tucumán y Chaco. Ex trabajadores de Ledesma, despedidos luego de más de veinte años en su trabajo, reclaman por su salud afectada y prematuro envejecimiento, debido a condiciones insalubres de trabajo en la planta fabril. Esta situación ya había sido reconocida oficialmente en la disposición 133/74 del Ministerio de Trabajo de la Nación de 1974, que declara insalubre el sector cloro soda de la fábrica. Esto fue anulado por la dictadura de 1976 y hasta la fecha no hay un registro responsable e independiente de intereses que reconozca estas condiciones. En los últimos meses comenzaron a cambiar algunas de estas situaciones laborales, gracias al avance de una nueva conducción sindical, que luego de muchos años gestó representantes que están dispuestos a luchar por los derechos cercenados históricamente por esta empresa, la cual no hace una equiparación de sus ganancias con los sacrificios de los trabajadores. De esta manera, enumerando todas las acciones que la empresa Ledesma SAAI realiza en contra de los derechos de los pueblos originarios, los trabajadores, la población, sumado a su complicidad con la dictadura y el manejo de los poderes políticos y judiciales, decimos que esta empresa es culpable de controlar, manipular, vulnerar y violar los derechos de la gente que vive y trabaja en el territorio. Un futuro con bienestar económico, social y vida sana no será posible, si esta empresa mantiene su política de dominio sobre la vida de la gente. Por eso, damos nuestros testimonios para pedir justicia y construir caminos de equidad para todos los hombres y mujeres que habitan y entregan su esfuerzo genuino por estas tierras, dejando atrás el miedo y la sumisión, sin olvidar a todos los que entregaron de una u otra forma su vida. Bibliografía consultada - Memorias del Apagón, por Delia Maisel, Ed.Nuestra América 2007 - La Injusticia Cojuda 1988 - Diez Décadas de Libertador,por Olga Demitrópulos 1999 - Historia de la destrucción de una provincia. Tucumán 1966, por Roberto Pucci ,ed. del Pago Chico 2008 - Nunca Más, Conadep 1985 - El Golpe Civil, por Vicente Muleiro , Ed. Planeta 2011