El Sahara español fue una colonia y, posteriormente, provincia española en África en diciembre de 1884 mediante la conferencia de Berlín. En 1970 comienza a organizarse un movimiento independentista saharaui cuyo objetivo era conseguir la independencia del Sahara Occidental de España y en 1976, después de la Marcha Verde de Marruecos sobre el territorio, España lo abandonó. Desde ese momento el llamado Sahara Occidental es disputado por Marruecos, y la República Árabe Saharaui Democrática. Según el derecho internacional, jurídicamente la soberanía y la administración del Sahara Occidental siguen en manos de España, si bien desde la firma de los Acuerdos de Madrid no se ha llevado a cabo ninguna acción en tal sentido. Acuerdo tripartito de Madrid o Acuerdos de Madrid es el nombre simplificado de la Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara Occidental, firmada el 14 de noviembre de 1975 en Madrid entre los representantes de España, Marruecos y Mauritania sobre el hasta entonces denominado Sahara Español. Se componen de una declaración política y varios anexos secretos. Varios grupos de saharauis (refugiados en Mauritania) conforman el 10 de mayo de 1973 en Zouérate (Mauritania), el Frente Polisario (Movimiento para la Liberación del Sahara), con el propósito de alcanzar la independencia del territorio del dominio colonial español. El día 20 inician los primeros enfrentamientos armados contra las tropas españolas, combates basados en una estrategia de guerra de guerrillas, la primera en el mundo organizada en un desierto y a gran escala. A comienzos de la década de 1970, ante los deseos de Marruecos y Mauritania de anexionarse el territorio, el Gobierno español empezó a considerar la posibilidad de la autonomía, creando a finales de 1974 un partido proespañol, el Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS). Por último comunicó a la ONU la intención de celebrar un referéndum de autodeterminación en 1975. La Marcha Verde fue la estrategia de Marruecos con la intención de ocupar el Sahara español iniciada el 6 de noviembre de 1975. Marruecos envió a unos 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados para invadir el por entonces territorio español, de modo que apoyasen y legitimasen la anexión, organizada por el rey Hasán II, durante la crisis política de España en los últimos meses del franquismo. Todo vino a raíz de la resolución 3458 B del 10 de diciembre de 1975 de las Naciones Unidas, que ratificaba los planes de la ONU del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. El rey Hasán autorizó la marcha de forma pacífica por la parte norte del Sahara Occidental como medida de presión nacional e internacional sobre España, además de desplegar por la parte sur diversas acciones militares. El ejército español, al ver que se trataba de una invasión pacífica por hombres, mujeres y niños, minó y señaló claramente la zona fronteriza a la que se dirigía la marcha, desplegándose a continuación inmediatamente detrás. Hasta que no se produjeron los Acuerdos de Madrid, la Marcha Verde permaneció estacionada a unos cientos de metros de los campos de minas, controlada por la policía marroquí que se empleaba contundentemente cuando movimientos espontáneos de civiles se dirigían hacia las tropas españolas. Una semana después y en medio de la agonía del general Franco, con los acuerdos tripartitos de Madrid, cedía la administración del tercio sur del territorio saharaui a Mauritania y los dos tercios septentrionales a Marruecos. La operación fue vendida a la opinión pública europea, que seguía los medios de comunicación de la época, como una invasión pacífica de pobladores autóctonos (que diferían bastante en usos, ritos y costumbres con los naturales), a pesar de que paralelamente y más al este se producía la invasión militar del territorio. En 1979 Mauritania, derrotada, firmó la paz con el Frente Polisario, renunciando a sus pretensiones en el territorio. Al mismo tiempo Marruecos materializó la ocupación, con el apoyo de Estados Unidos. En la ocupación Marruecos bombardeó a la población saharaui con napalm y fósforo blanco con el objetivo de cometer genocidio, lo que ocasionó la huida de muchos al exilio en el desierto. Para evitar una catástrofe total, el mando marroquí resolvió pasar a la defensa estática de sus posiciones mediante muros fortificados. La nueva estrategia marroquí se basaba en la creación de un área inexpugnable, que pudiera ser extendida gradualmente hasta abarcar la totalidad del territorio saharaui. Los dos objetivos inmediatos de esa estrategia eran: 1° - Proteger la zona económica más importante del Sáhara, es decir, el denominado "triángulo útil" cuyos vértices eran la capital, El Aaiún, la ciudad sagrada de Smara y los yacimientos de Bu-Craa. 2° - Proteger el sur de Marruecos mediante una barrera infranqueable para el ejército saharaui.A partir de 1980 y hasta 1987, fueron erigidos sucesivamente seis muros, totalizando 2.500 km de línea fortificada. El muro está construido de piedra y arena, tiene uma altura media de tres metros, y por todo su frente se extienden barreras de alambre de púa y franjas de terreno minado. La estrategia de los muros fue posible gracias al asesoramento técnico y el apoyo económico de los Estados Unidos.De 1982 a 1984, el Frente POLISARIO estudió la estrategia marroquí para detectar sus puntos débiles y diseñar una táctica efectiva para vulnerar el sistema de los muros. Desde mediados de junio de 1983 hasta octubre de 1984, el ejército saharaui realizó numerosos asaltos al complejo defensivo y consiguió tomar posiciones y abrirle brechas en muchas oportunidades. La experiencia de combate acumulada por el ejército saharaui durante ese período, le posibilitó articular y lanzar el 13 de octubre de 1984 la ofensiva "Gran Magreb". Esa ofensiva, que se prolongó hasta fines de 1989, apuntaba a desgastar la moral y la capacidad de combate de las fuerzas armadas monárquicas mediante la combinación de pequeñas y contínuas acciones guerrilleras, con las operaciones militares de gran envergadura. La estrategia de desgaste desarrollada durante la ofensiva "Gran Magreb" consiguió alcanzar su objetivo principal o sea, obligar a la monarquía a dialogar con el Frente POLISARIO e iniciar un proceso de negociaciones de paz bajo el auspicio de las Naciones Unidas. A fines de la década del 80, la guerra, la opresión y la miseria continuaban siendo una dura realidad para la sociedad marroquí. En 1988, el país tenía una deuda de 20.000 millones de dólares y gastaba cerca de cinco millones diarios para mantener en el Sahara un contingente de 165.000 hombres. En 1991, Marruecos y el Frente Polisario firmaron un alto al fuego auspiciado por la ONU que estableció la Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (MINURSO), que se celebraría en febrero de 1992. El Frente Polisario acusa a Marruecos de ir aplazando la convocatoria del referéndum. Actualmente la situación sigue sin resolverse. Hay un plan especial todavía de la ONU, la MINURSO, para asegurar un futuro referéndum para la autodeterminación, y aunque Mauritania abandonó la parte sur después de las continuas derrotas militares por incursiones de la organización independentista saharaui Frente Polisario, el Sahara Occidental continúa dividido y militarizado en la mayor parte bajo gobierno marroquí, que también ocupó militarmente la inmensa mayoría de la zona sur abandonada por Mauritania (salvo una parte en torno a cabo Blanco para resguardar la capital comercial, Nuadibú).