Manuel Pérez Treviño

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Manuel Pérez Treviño
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El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
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Manuel Pérez Treviño
MANUEL PÉREZ TREVIÑO (1890-1945) Nace en
Guerrero, Estado de Coahuila. Militar. En 1913 se enrola
en las filas constitucionalistas como Capitán 2o, siendo
ascendido a Coronel de Artillería durante la lucha
revolucionaria. En 1920 se afilia al Plan de Agua Prieta.
Durante la presidencia de Álvaro Obregón ocupó el cargo
de Jefe del Estado Mayor de dicho presidente. En 1925 es
elegido Gobernador del Estado de Coahuila y más
adelante designado Secretario de industria, Comercio y
Trabajo.
Durante la presidencia del Ing. Pascual Ortíz Rubio
forma parte del gabinete, fungiendo como Secretario de
Agricultura y Fomento. En 1929 es uno de los fundadores
del Partido Nacional Revolucionario y Presidente del
mismo hasta el año de 1933. A lo largo de su vida ocupa
varios cargos en el extranjero; como Agregado Militar en
algunos países sudamericanos y como Embajador de
México en España en 1935.
Los discursos que a continuación presentamos fueron
pronunciados en la Ciudad de Querétaro en la
Convención Constitutiva
del
Partido
Nacional
Revolucionario, celebrada en 1929; en una sesión del
Comité Directivo Nacional de dicho Partido y en la
Convención Nacional del PNR celebrada en 1932 en la
Ciudad de Aguascalientes.
En el discurso ante la Convención Constitutiva del
Partido, Pérez Treviño señala la importancia de la
organización como único medio para consolidar las
conquistas de la revolución y alcanzar otras nuevas. En su
3
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
intervención hace mención al mensaje a la Nación del
Gral. Calles pronunciado el 10 de septiembre. Pérez
Treviño forma parte del Comité Organizador del Partido
en donde participa en la redacción del proyecto de
Constitución, consistente en una Declaración de
Principios un Programa de Acción y unos Estatutos.
4
El segundo documento que publicamos, es un discurso
pronunciado por Pérez Treviño en una sesión del Comité
Directivo Nacional del PNR, reunido con el fin de
convocar a una Asamblea Nacional, que discutiera y
concertara los términos de aplicación del principio de No
Reelección, debido a que en el I Congreso Nacional de
Legisladores de los Estados, convocado por el Comité
Ejecutivo Nacional del PNR, con, el fin de discutir la
posibilidad de unificar la legislación electoral de los
distintos Estados de la Federación, surge, fuera de
programa, una polémica en torno al antirreleccionismo.
Por último presentamos la intervención el Gral. Pérez
Treviño en el seno de la Convención Nacional del PNR,
celebrada en Aguascalientes en la que el autor hace una
defensa del dictamen al proyecto del Comité Ejecutivo
relativo al problema de la No Reelección.
Manuel Pérez Treviño
MANUEL PÉREZ TREVIÑO
CONSTITUCIÓN DEL PARTIDO NACIONAL
REVOLUCIONARIO 1
"Compañeros Delegados: La Revolución Social
Mexicana, iniciada en 1910, ha triunfado definitivamente.
En el campo de las armas destruyó, con un ejército
improvisado, las fuerzas que sostenían los intereses
reaccionarios, y en el campo de las ideas han impuesto su
ideología y han hecho germinar y arraigarse, en las
grandes masas obreras y campesinos del país, un claro
concepto y una conciencia precisa de sus intereses, de sus
deberes y de sus derechos.
El desarrollo de la Revolución nos es muy conocido.
Todos los aquí presentes hemos asistido, hemos actuado
en el teatro de la lucha, que hoy viene a culminar en la
unificación de todos los revolucionarios del país en un
solo organismo para las contiendas democráticas: el
Partido Nacional Revolucionario.
Es imponente y consolador y magnífico el espectáculo
que presenta esta Asamblea de hombres libres. De la
península de Yucatán, de la frontera Norte, de los litorales
del Golfo, de la Baja California, de las Costas del Pacífico,
del Valle de México, de la Mesa Central, de todas las
altitudes y de todos los climas que maravillosamente
encierra el territorio patrio, están aquí grupos numerosos,
1
Discurso Pronunciado el 28 de febrero de 1929 en la Convención Constitutiva del
P.N.R.
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El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
representativos de grandes colectividades políticas,
unificados y movidos todos, en esta ocasión solemne, por
un solo impulso, por una sola visión, con un solo
estandarte: el impulso que marca imperativamente el
cumplimiento del deber cívico, la visión de una anhelada
patria mejor y el estandarte glorioso y triunfante de la
Revolución.
6
Cuando ésta se inició contra la larga dictadura de
Porfirio Díaz, llevaba inscritos en su bandera,
principalmente, postulados de reivindicación de los
derechos políticos conculcados al pueblo y sólo vagas
tendencias de renovación y reforma social. El cuartelazo
brutal de Victoriano Huerta y la furiosa embestida del
Partido Conservador, reaccionario y clerical, en contra del
incipiente movimiento revolucionario, hizo que la lucha se
recrudeciera, despertando anhelos legítimos, orientando y
encauzando, en forma definitiva, las tendencias más
trascendentales y más importantes del pueblo de México,
que a la postre trajeron una completa transformación de la
vida económica del país, una liberación de las clases
productoras, nervio y músculo de nuestra población, y el
arraigo de conceptos de mayor justicia y de mayor
humanidad, en las conciencias de los trabajadores del
campo y de la ciudad.
En esta misma ciudad y en este mismo Teatro de la
República, hace doce años se establecieron las bases sobre
las que descansan las nuevas instituciones, y, desde
entonces, el pueblo ha sabido defender esas conquistas, sin
dejarse arrastrar jamás por luminosos espejismos, ni por
las ambiciones de los revolucionarios que han claudicado
por intereses personales o ambiciones desmedidas.
Si la Revolución, equivocadamente, se hubiera
considerado satisfecha con la sola renovación de las
Manuel Pérez Treviño
personas en los puestos públicos, y no hubiera tocado
valerosamente el problema fundamental de México, que es
el de la reivindicación de los derechos del pueblo y el de la
reivindicación de la tierra, los enemigos de la Revolución
estarían satisfechos y protestarían su apoyo a los políticos
de la Revolución. Pero como ésta no se ha equivocado, ni
se ha corrompido, ni ha dado un paso atrás, y sus hombres
consideran que, por encima de los intereses políticos, están
los intereses económicos de las grandes masas explotadas
y expoliadas a través de los tiempos, cuando ellas
significan el factor social de mayor vitalidad y el más
importante y respetable de la colectividad mexicana, la
Reacción no puede contentarse, porque a través de las
edades se había forjado una filosofía egoísta y
convenenciera, llegando a considerar como un derecho lo
que sólo era producto de una sujeción arbitraria, inhumana
y execrable de los factores humanos de la producción.
Y en este concepto, la lucha no ha terminado. Podemos
decir que apenas se inicia, y los miembros del Partido
Nacional Revolucionario, que resultará organizado en esta
imponente y soberana Asamblea, serán los legionarios que
en toda la extensión del territorio nacional, defiendan las
conquistas realizadas por la Revolución en el campo de las
ideas y del derecho escrito, y siguen conquistando, cada
día más, todas las que el pueblo necesite para su bienestar
y su emancipación.
La
reacción,
audaz
y
multiforme,
lucha
desesperadamente y ocurre a los medios tradicionales en
ella, impotente para la lucha en el campo abierto y
gallardo en que debatieron siempre los insurgentes y los
liberales. Los elementos revolucionarios de México, no
deben dormirse sobre los laureles conquistados; deben
guardar siempre despierta la inteligencia, para cuidar de
7
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
las conquistas logradas y avanzar con ellas hacia el
porvenir.
La organización, que define y fortalece la conciencia
colectiva, es el medio propicio, es el medio eficaz, es el
único medio de consolidar esas conquistas y de caminar
firmemente hacia otras nuevas.
Del cuadro de luchas sangrientas y trágicas que el
pueblo tuvo que sostener denodadamente, destácanse
cuatro figuras de diverso relieve; pero cada una, en su
época y en las circunstancias en que desarrolló su acción,
fue figura central del movimiento libertario: Madero,
Carranza. Obregón y Calles.
8
Fue, indiscutiblemente, el General Álvaro Obregón, el
genio militar de la Revolución y su caudillo máximo: fue
el reformador decidido y entusiasta que impuso las
medidas de la Revolución Social en México; el que
encabezó gloriosamente las corrientes de la nueva
ideología. Fue, sin discusión alguna, el señor Presidente
Calles, de la más recia contextura moral, el gobernante
que encauzó al país por los más amplios senderos de
reconstrucción dentro de las nuevas tendencias, y su figura
de estadista fuerte y prominente estará siempre entre el
núcleo predilecto y los grandes estadistas y gobernantes de
México.
El señor General Calles, en su histórico mensaje del
primero de septiembre del año próximo pasado, hizo un
llamamiento al país para que todos sus hijos,
prescindiendo de personales y mezquinos intereses,
cooperaran, con su esfuerzo, para que México entrara
francamente en una vida de instituciones y de leyes; y ya
fuera del Poder, el mismo señor general Calles invitó a los
actuales miembros del Comité Organizador del Partido
Manuel Pérez Treviño
Nacional Revolucionario para trabajar empeñosamente por
la organización de los revolucionarios del país en una
institución representativa de la opinión pública y
revolucionaria de México, con un programa definido y
estatutos estudiados de acuerdo con las necesidades de la
organización en el momento y para el futuro.
Al retirarse definitivamente de la política, el señor
General Calles, por recomendación de él mismo y porque
lo creímos de nuestro deber, continuamos la tarea iniciada,
y hoy más que nunca, creemos que la Revolución ha
justificado nuestra actitud y correspondido a nuestro
llamamiento; venimos a Querétaro a organizar el Partido
Nacional Revolucionario, el frente único nacional, que
será nuestra fuerza contra la de la Reacción y contra la de
los claudicantes de la Revolución misma.
El Comité Organizador formuló un proyecto de
constitución del Partido, consistente en una declaración de
principios, en un programa de acción y en unos estatutos
que establecerán las relaciones entre los diversos órganos
constitutivos del Partido. Este proyecto es una aportación
de buena voluntad de los miembros del Comité, que no ha
tenido ni tiene la intención de que sea una obra perfecta,
pero que si ayudará poderosamente al encauzamiento de
las discusiones y a sugerir a los señores delegados los
puntos que consideren que deban agregarse o modificarse
en el referido proyecto.
Hemos considerado como fundamental, sostener la
autonomía de las agrupaciones de los Estados en los
asuntos de carácter local. Consideramos que el centralismo
y la tendencia de absorción por los elementos directores en
la capital de la República, de las facultades que pertenecen
exclusivamente a los partidos locales, serían un germen de
desprestigio y fracaso en el Partido. La unificación de las
9
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
voluntades alrededor del programa que precisa y define la
ideología revolucionaria del Partido, debe ser conservada a
través del respeto más absoluto a los derechos que los
partidos locales deben ejercitar, sin cortapisas dentro del
territorio que les corresponda.
Ya pasó el tiempo —y la experiencia nos lo
demuestra— de que las elecciones para los puestos
públicos en los Estados se hagan y se ganen en la Capital
de la República. Deben ser las organizaciones regionales,
en contacto directo con las masas populares, las que
resuelvan sus problemas y discutan sus asuntos relativos a
su régimen interior. (Aplausos). Y es por esto que el
Partido Nacional Revolucionario ha establecido como
principio básico en sus estatutos, un profundo respeto a los
derechos de los Partidos de los Estados.
10
Por esto, la unidad tendrá que conservarse sólida,
cordial y entusiasta y las relaciones deberán cultivarse
sobre bases de buena fe, de equidad y de justicia.
Los hombres de la Revolución debemos sentir
hondamente el concepto de la responsabilidad. Si la
Revolución es fecunda en rebultados benéficos para la
nación, y ésta se desarrolla y florece bajo los auspicios
nobles del nuevo orden de cosas, en un ambiente de paz
orgánica, los hombres que en el campo de las armas y en
el campo de las ideas, aportaron su contingente, habrán
salvado esa responsabilidad; y sí, en cambio, por
abandono de la línea del deber, si porque las ambiciones
del poder se impongan sobre los dictados del interés
público: si se olvidan los principios y se detiene el
movimiento vigoroso de renovación alcanzado ya, y que
no pueden negar ni aún los enemigos del movimiento
libertario, entonces, la responsabilidad del fracaso, de la
desorganización, de la pérdida de vidas y de esfuerzos y
Manuel Pérez Treviño
de sangre, caerá sobre los hombres de la Revolución, no
para manchar la doctrina ni la virtud de sus postulados,
sino para inculpar a los que no supieron tener el desinterés
necesario, ni contener las ambiciones inherentes a su
condición de hombres.
Esta Convención encierra un doble objeto: primero, la
constitución del Partido Nacional Revolucionario en los
términos ya enunciados, y después la discusión y la
aprobación, por la asamblea del Partido, de una
candidatura presidencial.
Como las luchas políticas y las discusiones alrededor de
personas acaloran y excitan, y casi siempre hacen perder la
serenidad que la Revolución reclama imperativamente
para la Constitución de su Partido, el Comité, por mi
conducto, hace a todos los compañeros aquí reunidos un
llamado hacia la serenidad, hacia el desinterés, hacia la
abstracción de asuntos de carácter personalista, para que,
en un ambiente de la mayor cordialidad, puedan exponerse
y discutirse los asuntos fundamentales de doctrina, en esta
ocasión, y se pospongan los entusiasmos que cada uno
tenga de las personalidades de los compañeros que figuran
como pre-candidatos del Partido, para después de pasado
el momento en que las firmas de todos los delegados a esta
importantísima asamblea, den forma y autorización y vida
propia, a través de un pacto de solidaridad, al Partido
Nacional Revolucionario.
Hay que recordar constantemente que sobre los trabajos
de esta asamblea, están fijos los ojos de la República. Las
organizaciones que delegaron en nosotros su
representación están pendientes de nuestros actos, y
debemos hacer un esfuerzo por corresponder a la
confianza depositada y satisfacer el anhelo colectivo con
desinterés, con serenidad y patriotismo.
11
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
Los obreros y los campesinos, esa gran masa de
humildes, infatigables y sufridos productores, con cuyos
intereses estará vinculado el programa del Partido
Nacional Revolucionario, están muy pendientes de nuestra
conducta y de nuestros actos. En los innumerables
hogares, donde quedaron vacíos irreparables de afecto y
apoyo, porque la lucha cegó alguna vida puesta al servicio
de la causa del pueblo en la época trágica de la lucha,
habrá también muchos seres, viudas y huérfanos de la
Revolución, con su esperanza puesta en que de esta
asamblea resulte la cristalización de los caros anhelos
populares, y nunca el desenfreno de las pasiones, de los
rencores, que significarían un fracaso de los más nobles
intentos por la unificación de la familia Revolucionaria.
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Las fuerzas reaccionarias y conservadoras, los
despechados y los claudicantes de la Revolución, esperan,
ansiosamente, que el prejuicio personalista logre
dividirnos para brindarles a ellos una oportunidad al
contender con nosotros en la próxima lucha; y los
fanáticos de historial negro y odioso, y el capitalismo,
inhumano y explotador, y todos los factores en la vida
activa del país, unes con fe y esperanza en el buen éxito de
nuestra noble causa y otros con el deseo de nuestra
división y de nuestro fracaso, todos estarán pendientes del
resultado que logre en definitiva esta asamblea, que,
justamente, debe llamarse la Asamblea de la Revolución.
Flotan aquí los espíritus de sus mártires, de sus
luchadores desaparecidos, que forman gloriosa elgión.
Pugnemos fuertemente, inspirados en su virtud y en su
sacrificio, por dar, con este acto cívico, un paso más hacia
el advenimiento de una vida democrática y el
afianzamiento definitivo para el pueblo de México.
Manuel Pérez Treviño
LA NO REELECCIÓN I 2
"El Comité Ejecutivo del Partido, deseando laborar por
el perfeccionamiento de nuestras prácticas democráticas,
pensó en que la unificación, cuando menos en los
principios generales, de las legislaciones electorales de los
Estados, y el aprovechamiento de la experiencia que en las
distintas Entidades se tiene sobre estas cuestiones,
vaciando esa experiencia en un proyecto único de Ley
Electoral, podrá dar lugar al establecimiento de normas
que contribuyeran realmente a una mayor garantía de la
efectividad del sufragio en todos los actos electorales del
país. Con este motivo, nombró una Comisión que hizo el
estudio comparativo de las leyes electorales de los Estados
y formuló un proyecto sintético de ordenamientos
generales. El Partido pensó que podría presentar este
Anteproyecto separadamente a cada una de las
Legislaciones de los Estados, proponiéndoles su adopción;
pero como se trataba de un asunto de gran trascendencia y
como al Partido lo animaban sentimientos de un absoluta
sinceridad y propósitos completamente limpios e
insospechables, quiso mejor proponer a las Legislaciones
de los Estados, que mediante representaciones acreditadas,
se organizaran en un Congreso de Legislaturas y
públicamente discutieran el Anteproyecto formulado por
la Comisión del Partido. Se reunió como todos ustedes
saben, el grupo de representantes; se instaló el Congreso
de Legislatura; yo, personalmente, hice una exposición
2 Discurso pronunciado el 14 de enero de 1932 en la Reunión del Comité Directivo
Nacional.
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El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
preliminar sobre el objeto del Congreso, y lo declaré
instalado.
14
"Desde la primera reunión, el Presidente del Congreso
de Legislaturas, compañero Graciano Sánchez, me dijo
que notaban que había en el Congreso diversos proyectos
que se quería presentar para su discusión algunos de ellos
ajenos a la misma convocatoria. Como yo estaba para salir
al Norte, me pidió instrucciones a este respecto, porque
conceptuaba que iría a perderse el tiempo discutiendo
asuntos para los que no se había convocado, se les
preguntó qué opinaba yo sobre lo que debería hacerse. Le
dije: mi opinión es que debe darse entrada a todos esos
proyectos que presentan las delegaciones, aunque sean
ajenas a la convocatoria: pero me parece pertinente que
esos diversos proyectos se manden a comisión para que se
estudien y se presenten a discusión después de que haya
pasado la del Anteproyecto motivo del Congreso. Esto no
pudo lograrse porque, como sabemos todos nosotros, que
tenemos experiencia en cuestiones parlamentarias,
convenciones o discusiones, es muy fácil que la opinión se
desvíe sobre cualquier asunto, y es muy difícil en forma
ejecutiva quererla volver a determinado terreno. Así vimos
que uno de los principios generales que han informado la
teoría revolucionaria, la doctrina revolucionaria, el
principio general de la no reelección, ocupó desde los
primeros momentos la atención de la asamblea. Una vez
iniciada la discusión sobre este tema, era natural que los
campos se dividieran y llegaran hasta agriarse las
discusiones y hasta a formarse grupos y bloques que
pugnaban dentro del Congreso por distintos puntos de
vista, muchos de ellos de mero detalle. El Partido no ha
considerado el fracaso que pudiera haber tenido el
Congreso de Legislatura como un fracaso legislativo,
porque el Partido, de la mejor buena fe había formado su
Manuel Pérez Treviño
Anteproyecto,
tenían
sus
ideas
perfectamente
determinadas, las había concretado, y si el Congreso de
Legislatura no las tomaba en cuenta, o les hacía
modificaciones fundamentales, ya no era cuestión del
Partido. El Comité, cuando tuviera que rendir cuentas ante
la Convención Nacional próxima, tendría que hacer una
exposición de las intenciones y de los resultados
obtenidos; pero seguramente que no hubiera sido ya de su
responsabilidad la aprobación o desaprobación completa,
o el giro distinto que hubieran tenido las discusiones del
Congreso. Conocemos todos los detalles y los incidentes
desagradables que se presentaron.
"El Comité Ejecutivo considera que el asunto de la "No
Reelección" es de tal importancia, implica una cuestión
que ha interesado tanto a la opinión revolucionaria del
país, que a pesar de que el Congreso de Legislaturas,
pasados los momentos de agitación, siguió trabajando con
una mayoría de delegaciones en la discusión del
Anteproyecto del Partido, el Comité Directivo y del
Comité Ejecutivo Nacional no deben pasar por alto el que
el ambiente ya se haya serenado, ni los incidentes que
surgieron o hayan de surgir. Por eso he querido reunir al
Comité Directivo Nacional para presentarle los puntos de
vista del Comité Ejecutivo a este respecto. Ni el Comité
Ejecutivo, ni el Comité Directivo mismo, pueden en
ningún caso que no esté prescrito en la Constitución del
Partido, en su Declaración- de Principios, en su Programa
de Acción o en sus Estatutos, en ningún caso pueden los
Comités del Partido, repito, tratar de llevar a la práctica o
de ejecutar disposiciones que no hayan sido resueltas y
aprobadas en las convenciones Generales del Partido y
establecidas en su Programa. Así es que toda
manifestación de grupos, por importantes que sean, de
elementos del mismo Partido, no pueden considerarse más
15
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
que como una expresión de opiniones muy respetables y
muy de tomarse en cuenta por el Partido, como
representativo de la opinión revolucionaria: pero de
ninguna manera para hacerlas suyas y tratar de
implantarlas sin que antes hayan sido una norma escrita en
el Programa del Partido.
16
"El asunto de la no reelección fue tratado con toda
amplitud en el Congreso Constituyente de 17 y, por la
lectura del mismo Diario de los Debates de aquel
Congreso, yo estoy convencido de que el espíritu del
Congreso
Constituyente
fue
estrictamente
antireeleccionista. En la Constitución de 17 se
establecieron principios rígidos de no reelección, que han
sido después violados o burlados o modificados en muchas
Entidades Federativas, tomando distintos pretextos;
interpretando en diversas formas hasta la misma redacción
de los artículos. Voy a citar un ejemplo: el artículo 83, en
uno de sus párrafos, antes de ser reformado por el
Congreso General, decía: "El Presidente de la República
entrará a ejercer su cargo el día lo. de diciembre posterior
a la elección, durará en él cuatro años y nunca podrá ser
reelecto." El espíritu del Constituyente, a mi juicio, fue
clara y precisamente que el Presidente de la República, es
decir, que la persona que había sido Presidente de la
República, no pudiera volverlo a ser jamás. Sin embargo,
la redacción del artículo no dice eso. El sujeto de la
oración que informa el artículo es el Presidente de la
República, no la persona que haya sido Presidente de la
República, y al Presidente de la República, que es el que
está en funciones, es al que debe aplicarse ese artículo, y a
cualquiera otra persona que ya no es Presidente de la
República, ¿por qué se le va a considerar Presidente para
el hecho de aplicarle el artículo? Véase cómo un vicio de
Manuel Pérez Treviño
redacción vino a establecer modalidades nuevas y a
provocar distintas interpretaciones.
"En algunos Estados ha sucedido igual cosa: se han
reelegido algunos Gobernadores, a pesar de que las
prescripciones del artículo constitucional también impiden
a los Gobernadores de los Estados el reelegirse.
"Voy ahora a referirme a las normas de relación entre
las cuestiones de doctrina, vaciadas en el Programa del
Partido, y las Leyes y la Constitución del país. El Partido,
por conducto de las Cámaras Legislativas locales o
federales, debe promover la legislación o su modificación,
de acuerdo con las necesidades de su programa de acción
y de sus postulados.
"El primer punto de la declaración de principios de
nuestro Programa, dice: "El Partido Nacional
Revolucionario acepta en forma absoluta y sin reservas de
ninguna naturaleza, el sistema democrático y la forma de
Gobierno que establece la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Luchará decidida y
enérgicamente por hacer cada vez más efectivos en
México, la libertad del sufragio y el triunfo de las
mayorías en los comicios."
"Así es que, a mi juicio, aun después de la
manifestación clara y precisa de numerosos grupos de
opinión rígidamente antirreleccionistas, el Partido, por
conducto de su Comités, no puede ni debe exigir a sus
miembros que se conviertan en estrictamente
antirreeleccionistas. Las Convenciones Generales del
Partido son las únicas asambleas que pueden establecer
este mandato. Si una Convención del Partido analiza el
principio de la no reelección y lo acuerda en forma estricta
para todas las autoridades del país, desde los presidentes
17
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
municipales hasta el Presidente de la República, entonces
sí, los Comités Directivos del Partido tienen la obligación
de hacer que los bloques camerales que pertenezcan al
Partido, si tienen la mayoría en las Cámaras, inicien y
lleven a cabo las reformas constitucionales y legales que
sean necesarias para establecer rígidamente el principio de
la No reelección. Y entonces sí, los Comités del Partido
tienen la obligación de guardar y hacer guardar esos
principios.
18
"Aunque, repito, en el Congreso de Legislaturas se
discutió este asunto, que no estaba incluido en la
convocatoria, porque se trataba de un Anteproyecto hecho
exclusivamente para elecciones de carácter local; el
Partido no debe pasar inadvertido ese incidente, y
debemos hacer una discusión alrededor de ese principio,
tomar una determinación del Comité Directivo Nacional,
definir nuestro concepto a ese respecto y promover las
medidas que sean necesarias para encauzar la opinión del
Partido, en el sentido de que la opinión pública del país, de
que la opinión revolucionaria particularmente, sea
orientada y se pueda manifestar en alguna de las
convenciones nacionales del Partido. Debemos tomar las
declaraciones que se hayan hecho y las discusiones a este
respecto, única y exclusivamente como manifestaciones de
opinión; pero nosotros debemos, ante la opinión pública
del país, decir cuál es nuestro modo de pensar en relación
con el principio de No reelección. Así es que, en primer
término, yo voy a expresar mi opinión particular, y
después veremos cuál es la opinión que prevalece en el
Comité Directivo Nacional, para que, por conducto de
nuestro periódico, se dé a conocer al país cuál es el sentir,
cuál es la opinión que prevalece en el Comité Directivo
Nacional del Partido, respecto del principio de la No
reelección.
Manuel Pérez Treviño
"Yo considero que como principio general y abstracto,
debemos pronunciarnos en forma absoluta por la No
reelección; que si el principio de la No reelección
contribuye a modificar los términos impropios,
inconvenientes en que se había desarrollado la política
mexicana, antes de la Revolución, nosotros debemos
pugnar porque en forma rígida se establezca la No
reelección de todos los funcionarios en nuestro país.
"Esa es mi opinión personal; pero de todos modos,
considero que este es un asunto que no debe tratarse fuera
del Partido. Ya que el Partido es nuestro organismo
orientador y director, y ya que no es la opinión de grupos
aislados la que establece ese principio, debe ser la opinión
revolucionaria del país, manifestada en una asamblea, en
una Convención Nacional, la que decida en definitiva
sobre el asunto. Porque el único medio que nosotros
tenemos de realizar nuestro programa, es haciendo o
modificando la Ley que nos rige en el sentido que exijan
nuestros principios y nuestro Programa de Acción. Somos
un Partido que ha ganado el poder en buena lid, y que trata
de conservarlo para bien de la opinión revolucionaria. Así
es que si el Partido, en una Convención Nacional, se
pronuncia en forma inequívoca y clara, por el principio
rígido, absoluto, de la No reelección, entonces los Comités
del Partido tendrán que hacer que los bloques camerales
del mismo, si dominan en las Cámaras, hagan realidad en
la legislación, los principios adoptados por el Partido en
su. Convención Nacional.
"Estos son mis puntos de vista particulares a este
respecto, y desearía oír las opiniones de los miembros del
Comité Directivo Nacional, para tomar resoluciones que,
aunque sean sugeridas por incidentes de poca importancia,
la trascendencia del principio de la No reelección —uno
19
El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
de los fundamentales de nuestra Revolución— estimo que
justifica que en estos momentos el Comité Directivo
Nacional se avoque al conocimiento de estos asuntos, y
tome una resolución definitiva y clara en relación con
ellos."
LA NO REELECCIÓN II 3
Honorable Asamblea: Sólo voy a emitir unas cuantas
palabras en pro del dictamen 4 vertido por la Comisión, ya
20
3 Discurso pronunciado el 31 de octubre de 1932 en la sesión de la Convención
Nacional Extraordinaria celebrada en la ciudad de Aguascalientes.
4 "1a El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República
como Constitucional, Interino, Provisional o Substituto, en ningún caso y por ningún
motivo podrá volver a ocupar ese puesto.
"2a El Gobernador Constitucional designado por elección popular directa, sea
ordinaria o extraordinaria, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a ocupar
ese cargo, ni a aun con el carácter de Interino, Provisional o Substituto.
"3a Nunca podrán ser electos para el período inmediato:
"a). El Gobernador Substituto Constitucional o el designado para concluir el período
en caso de falta absoluta del Constitucional, aun cuando tenga distinta denominación.
''b). El Gobernador Interino, el Provisional o el ciudadano que por ministerio de la
Ley y bajo cualesquiera denominación, supla las faltas temporales del Gobernador
siempre que desempeñe el cargo en los dos últimos años del período.
"4a Los Gobernadores no podrán ser electos Senadores o Diputados al Congreso de la
Unión durante el período de su encargo, aun cuando se separen de su puesto.
"5a Los Senadores o Diputados al Congreso de la Unión no podrán ser reelectos para
el período inmediato. Los Senadores y Diputados suplentes podrán ser electos para el
período inmediato con el carácter de propietarios, siempre que no hubieren estado en
ejercicio; pero los Senadores y Diputados propietarios no podrán ser electos para el
período inmediato con el carácter de Suplentes.
"6a Los Diputados á las H. H. Legislaturas de los Estados no podrán ser electos para
el período inmediato.
"7a Los Presidentes Municipales. Regidores y Síndicos de los Ayuntamientos, electos
popularmente, no podrán ser reelectos para el período inmediato. Los miembros de los
Consejos Municipales o de las Juntas de Administración Civil, no podrán ser electos
para el período inmediato. Todos los funcionarios municipales antes mencionados,
cuando tengan el carácter de propietarios no podrán ser electos para el período
inmediato con el carácter de suplentes, pero los que tengan el carácter de suplentes sí
podrán ser electos para el período inmediato como propietarios, a menos que hayan
estado en ejercicio.
"8a Los Diputados al Congreso de la Unión durarán en su encargo tres años.
''9a Los Senadores al Congreso de la Unión durarán en su encargo seis años.
Manuel Pérez Treviño
que los argumentos fundamentales de este asunto han sido,
por decirlo así, agotados en la Ponencia del Comité
Ejecutivo y en los considerandos de la proposición de la
Comisión Dictaminadora, ellas serán las que formen mi
discurso.
Deseo hacer antes una explicación, con referencia
precisamente a los motivos que tuvo el Comité Ejecutivo
para incluir en los puntos de la Ponencia el relativo a la
ampliación del período de tiempo de Diputados y
Senadores, y la elección de estos últimos en su totalidad,
en vez del sistema actual de elección por mitad.
Primero deseo establecer que no es ajena la idea de
consignar estos puntos en la Ponencia, al principio de No
Reelección, pues se relacionan íntimamente con lo que
vamos a discutir, porque es espíritu, no digamos del
Partido Nacional Revolucionario, representado por sus
Comités Ejecutivo y Directivo Nacional, sino el de toda la
opinión del sector revolucionario del país, es el que tiene
interés profundo en definir clara y precisamente los
términos en que debe inscribirse en el programa del
Partido el principio de la No Reelección.
Nunca consideramos los miembros del Comité
Ejecutivo que única y exclusivamente los puntos que a
nosotros se nos ocurrieron serían los que vendrían a
discutirse aquí. Hemos venido con amplitud de espíritu
para que la Asamblea soberana discuta, como lo considere
pertinente, todo lo que se refiere a esta materia.
“10a La Cámara de Senadores se renovará totalmente y no por mitad como lo hace
actualmente.
"Sala de Comisiones de la H. Convención Extraordinaria del P. N. R. Aguascalientes,
Ags., a 31 de octubre de 1932. La Comisión: Alberto Domínguez. R. Práxedis Balboa,
José Luis Solórzano, Ricardo Carrillo Duran.
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El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
Dos puntos complementarios, podemos decir, forman
parte del proyecto comprendido en la Ponencia del
Partido, y son: La ampliación del período de Diputados y
Senadores a tres y seis años, respectivamente, y la
elección de la Cámara de Senadores en su totalidad y no
por mitad, como ahora se verifica.
22
Ambos puntos tienen relación con el antirreleccionismo
que venimos aquí a discutir: el primero, porque subsana
inconvenientes que se han señalado ya en diversas
ocasiones a la No Reelección de los ciudadanos Diputados
y Senadores. Se ha dicho que dos años de actuación en la
Cámara de Diputados no es tiempo suficiente para que
elementos políticos de extracción popular, como deben
serlo, desconocedores de las prácticas parlamentarias, se
enteren debidamente y puedan desarrollar una labor
eficiente y benéfica para sus representados. Si esto fuere
así, el Partido ha opinado que en un periodo de tres años
desaparece en absoluto esa objeción, y es lapso suficiente
para que los CC. Diputados justifiquen, con una labor
consciente y activa, la elección que en ellos haya hecho la
opinión mayoritaria de su Distrito.
Respecto al segundo punto, o sea la elección del
Senado de la República por mitad y vamos a hablar con
toda claridad, pero sin referirnos a personas porque
estamos tratando un asunto de principio— debemos ir a la
médula de la cuestión. El Senado de la República, al
elegirse por mitad, deja siempre un número de Senadores
que representan la Legislatura que termina y tienen una
preponderancia absoluta en la calificación e ingreso de los
compañeros que por mitad son electos para ir a completar
esa Cámara. Y los intereses creados y las amistades
acrecentadas a través de una larga actuación, y muchas
otras consideraciones de interés puramente personal,
Manuel Pérez Treviño
hacen que haya una tendencia a violar el sufragio en favor
de elementos que ya han contraído esas ligas de amistad y
esos compromisos políticos con los que se quedan. Por
este motivo sí tienen relación lo que se refiere a la
duración de los períodos con el principio
antirreeleccionista y por eso inscribió ambos puntos el
Comité Ejecutivo en el proyecto de programa que presentó
para la discusión que estamos llevando a cabo en esos
momentos.
El principio de la No Reelección, como lo dicen las
exposiciones de la Ponencia y el dictamen de la Comisión,
es un principio que ha venido sustentando el pueblo
revolucionario de México desde épocas históricas muy
lejanas. La generación revolucionaria de 20 ó 25 años acá,
ha visto ese principio aunado con el de la efectividad del
sufragio. El postulado de Madero, el Apóstol de nuestra
Democracia, de Sufragio Efectivo y No Reelección, ha
sido la fórmula que se ha grabado en nuestras conciencias
de ciudadanos libres. Y se ha dicho que hay contradicción
entre los dos términos de este postulado: la efectividad del
sufragio y la no reelección. Porque si lo que interesa
esencialmente es la efectividad del sufragio, si lo que
interesa es que los hombres sean realmente representativos
y no entren a las Cámaras por el chanchullo ni por el
favoritismo, sino por la verdadera representación
popular... ¿Por qué queremos evitar que en un hombre que
guarde esas condiciones de la opinión pública, de respaldo
de las mayorías, no pueda volver a ocupar, si ya la ocupó,
una curul o un puesto de elección popular en el Gobierno?
Es, a mi juicio, fundamental, que el principio esté por
encima del derecho. La posibilidad de reelegirse es un
derecho de ciudadano; la necesidad de renovarse es un
principio de la Revolución. El derecho de los individuos,
por debajo del derecho de las multitudes.
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El Partido Nacional Revolucionario y la No Reelección
Venimos, pues, a quemar un derecho en aras de un
principio. Un derecho indiscutible, un derecho de
ciudadanos. Por encima de los derechos de los ciudadanos,
repito, están los principios, que son el derecho de las
multitudes.
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Así, pues, esta Asamblea viene a dar forma completa y
práctica a un principio que podemos decir ha existido
arraigado, pero más o menos disperso, incoherente, en el
ambiente revolucionario. Las ideas no tienen ningún valor
mientras no se concretan, mientras no realizan una
necesidad social o individual, mientras no se condensan en
un pensamiento preciso o en una expresión estética
definida. Y el principio de la No Reelección, llevado a
términos concretos por esta Asamblea, va a ser un
principio útil, va a ser la idea exacta, va a ser la idea hecha
expresión práctica; el principio de la No Reelección
tendrá, de hoy en adelante, una expresión clara y una
garantía completa: la expresión que le dé esta Asamblea y
la garantía de ser proclamado por el Partido Nacional
Revolucionario.
El sentir de esta Asamblea, que vibra seguramente con
mayor entusiasmo porque como una gran antena de radio
recoge los pensamientos de todos los revolucionarios del
País que tienen puesta su atención en los trabajos que
nosotros realizamos aquí, tiene que aquilatar la verdad
revolucionaria en relación con el principio de la No
Reelección, y ese sentir saldrá de aquí en términos
precisos, claros, sin que dé lugar jamás a diversas
interpretaciones de cómo el Partido de la Revolución
inscribió en su programa este postulado. Y repito: el
Partido Nacional Revolucionario, representativo de todo el
sector de opinión, que no sólo se limita a grupos reducidos
de hombres ni a pequeños grupos directores ni a directivas
Manuel Pérez Treviño
de partido a la vieja usanza sin masas que los respaldaran,
sino que cuenta en cada Entidad Federativa con todas las
masas de campesinos, con todas las masas de trabajadores,
que tienen confianza en sus hombres directores, y fe, sobre
todo, en la bondad y en la virtud de sus principios, será la
mejor garantía, y, puedo decir sin hipérbole, la única
garantía de que el antirreeleccionismo se convertirá en el
futuro en una positiva realidad.
Fueron agotadas todas las razones de fondo en la
exposición del Comité Ejecutivo y en los considerandos de
la Comisión Dictaminadora; será largo, no sería propio
ocupar extensamente la atención de esta Asamblea ante
una cuestión que brota ya con gran entusiasmo de todos
los corazones sinceramente revolucionarios.
No hay obra positiva, no hay obra meritoria si no está
fundada en actos de sinceridad. La obra que estamos
realizando será obra positiva, será obra meritoria, porque
está fundada esencialmente en actos de sinceridad y de
renunciación de derechos.
Así pues, compañeros, yo espero que como un sólo
hombre, sin ninguna excepción, nos pronunciemos, por
aclamación si es preciso, en favor del dictamen que ahora
se discute en lo general, que nos da ya los primeros
barruntos de que saldremos de aquí habiendo cumplido
con nuestro deber de ciudadanos, con la conciencia limpia
y el pensamiento alto, porque hemos, repito, sacrificado o
quemado un derecho en aras de un principio.
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